NUEVA J ÚTIL Y NECESARIA para instruirse las Matronas que vulgarmente se llaman Comadres, I en el oficio de Partear. MANDADA HACER POR EL REAL TRIBUNAL DEL PROTO-MEDJCATO. AL DOCLOR D. Antonio Medina^ Medico de los Reales Hospitales^ de la Real Familia de la Reyna nuestra Señor a^ y Examinador del mismo * Tribunal^ \ CON LTCEtTClA. J3EZ SUP&RJOR GOVlE^NOé &&* .i.......>^^ Hn México, en la Oficina ds Doña María Fernandez de i&ureguii Calk de Sanio Domingo, año 1806. -Y .r' PROLOGO. E N castigo de la original cul- pa de nuestros primeros Padres Adán y Eva, sentenció Dios á los hombres á que adquiriesen el preciso sustento con el sudor de su ¡ rostro, y que pariesen las mu- gres sus hijos con dolores*, pero ni embarazó la Divina Piedad al Hombre que buscara todo arbi- tro para su alivio, ni negó a la Muger los medios de ayudarla y consolarla en los trabajos de sus partos, como necesarios para la propagación de nuestra especie, Pero como siendo indispena- bles los partos, son en fuerza de # aque- aquella Divina sentencia inevita> bles los dolores, riesgos y trabajos, halló el arbitrio humano para que fuesen tolerables el consuelo y la esperanza en las prudentes Matro- nas ó Comadres,, De estas, aunque no es fácil averiguar el origen, no se debe dudar que su necesidad tiene casi igual antigüedad á la del mundo. Para las primeras mugeres es verosímil que faltasen Parteras de oficio, y que únicamente por amis- tad ó piedad las unas ayudasen y consolasen á las otras*, pero con- forme se iban multiplicando los vivientes, y observando que los partos no todos eran uniformes, ó con iguales circunstancias, pues aunque unas parian -felizmente, otras otras eran afligidas de penosisimos trabajos con manifiesto peligro de sus vidas, y aun tal vez con la in- fausta conseqücncia de muerte de madre é hijo, no repugna persua- dirse que los Pueblos, ó los Magis- trados cuidasen de que se instru- yesen Matronas para constituirlas cil un oficio publico tari útil y ne- cesario. En las Historias Sagrada, y flrofana se registran bastantes tes- timonios que probabilizan esta pngetura. A los capítulos 35 y 38 de la Historia del Génesis se refiere, que en el infeliz parto de Rachél la consolaba mucho la Par- tera: En el parto dcThamár, co- nociendo la Matrona, que. la pre - ñéz era de dos infantes, para que no no se dudase del derecho de la primogenitura, ligó una cinta al brazo de Pharés, que se presentó primero í salir del vientre de su Madre. Y en el capitulo i. del Éxodo se lee, que el Rey de Egyp- tó mandó a las Parteras Sephora y Phua, que reservando las hembras matasen todos los niños de las He- breas: siendo de notar, que en to- da la Sagrada Historia no se hace Ja menor mención de Parteros ó Comadrones, Entre los Historiadores Profa^ nos refiere Higinio, que AgnodU ce fue acusada porque exercía el oficio de Partear en trage de hon> bre, y que declarado su sexo resol- vió el Senado de Athenas, que es- te útil oficio solo fuese permiti- do do alas Mugercs. El Senado Ro- mano en el preñado de Domicia, muger de Rutilio Severo, mandó fuese reconocida por tres Parteras aprobadas en su Arte, y de bue- na conciencia. Por lo que se coli- ge, que aun en aquella Gentilica Antigüedad era ley que para qüc cumpliesen exactamente con éste oficio, habian de poseer reglas y estudio, mediante el qual mere- ciesen la aprobación? siendo aun mas antiguo el testimonio de Aris- tóteles, que en el libro 7. al capi- tulo 18. de la Historia de los Ani- males, dice, que las Parteras nece- sitan de reglas para las dificulta- des que ocurran en los paitos, y que sean inteligentes, ingeniosas y advertidas. De De todo lo qual clarisimamen- te se infiere, no solo que la nece- sidad, y precisión introduxo en el mundo este oficio, sino también, que con la mas madura reflexión y prudencia se estableció por cos- tumbre y por ley, fuese el partear peculiar exercicio de las mugeres, y que solo por abuso cohonestado con la impericia y desconfianza de éstas, en desprecio del mayor re- cato se han introducido los hom- bres comunmente á practicarlo, • pues aunque nadie debe dudar que en el singular caso de un -parto difícil se ha recurrido, y de- be recurrir á la pericia, y des- treza superior de un buen Ciru- jano*, es también evidente que has- ta el siglo pasado se ignoraba, es - pe K- pecialmcnte en España, el nom- bre de Comadrones ó Parteros. Para la instrucción de las Ma- treras generalmente admitidas, y precisas en todas parte, se estable* f cieron antiguamente reglas, y pu* blicaron libros, mediante cuyo es- tudio se constituyesen hábiles para ser aprobadas, y de confianza pa- ra el exercicio: y observando el Real Tribunal del Proto-Medica- to, que solo en Castilla se habia por una Real Pragmática suspen- dido el examen, y con este motivo omitido todo estudio y aplicación, como si fuese Arte que no lo ne- cesitase, facilitando la introducción ¿cxcrcerlo, asi a hombres como á mügeras, que casi del todo care- cían de las condiciones necesarias para para tan delicado exercicio; se re- currió al Rey nuestro Señor (Q.D. G.) haciéndole presentes las infaus- tas conseqüencias de tan pernicio- sa tolerancia. En vista de esta re- presentación, habiendo S. M. to- mado dictamen de su Supremo Consejo de Castilla, ha resuelto, que todas las Mugeres que viven de este oficio, y las que en adelan- te le hubiesen de exercer, sean exa- minadas, asi en Teórica cerno en Práctica por el Proto-Medicato: y que para este efecto se forme una Cartilla, por la qual se instruyan para el examen, y no mereciendo en ése la aprobación, queden pri- vadas con graves penas de exercer dicho oficio. En cumplimiento de esta Real re- resolución, ha mandado el Tribu-» nal publicar esta Cartilla, que con? tiene lo mas principal que debe sa- ber una Matrona, las circunstan- cias que debe asistirla, y la obliga- ción en que por razón de oficio se constituye. Teda en método, de preguntas, y respuestas, y. coa la posible brevedad, y claridad-,: por que dirigiéndose para Mugéres* que apenas saben leer, y escribir, y que hasta aora, por no haverse su- jetado á estudio alguno, se les ha de hacer muy ardua qualquier li- teraria enseñanza, ha parecido con- veniente ceñirse 4 lo mas fácil, de- jando para quando haya depuesto la repugnanciaá la aplicación estu- diosa, el extender esta, lí otra car* ttlla a todo lo demás, que comple- te té un Arte de Partear. Con esta providencia se espera recobren nuestras Matronas Españolas aquel famoso crédito que tuvieron en lo antiguo, que tengan en ellas, las 2ue paren, la conveniente con- anza, y goze el Publico de el con- suelo, y satisfacción de no exponer sus mugeres al arbitrio de gentes I Viri pericia, ni pracYica. ■v. # .# K.< :■*■■•■%• »M«*.4Sfc ^^gttfit» **-g\** CAPITULO PROEMIAL DE LA CARTILLA NUEVA, útil y necesaria para instruir- se las Matronas que vulgar- mente se llaman Comadres, en el oficio de Partear. Reg. Qué se debe entender por Arte de partear} R. Aquella do&rinal instruc- ción, que enseña las cosas nece- sarias para el conocimiento del objeto de este Arte; y un método para dirigirlo, y socorrerlo en los trabajos, y riesgos de sus partos. P. Qualesel objeto de este Arte> la' ;íl. J-á muger en el estado de pre- ñez, hasta el fin de su puerperio, ó sobreparto. P. Qual és el sugeto que lo de- be exercitar > ' R. Por lo regular y común una Matrona, en quien concurran las necesarias prendas, pues aunque no se pueden excluir de este exer- cicio los Cirujanos que llaman vul- garmente Comadrones, los debe re- servar la honestidad y decencia para los casos únicamente en que ocurre dificultad insuperable por la Matrona; la qual dificultad no es tan freqüente como la vana ti- midez del vulgo aprehende, P. Qué prendas deberá tener una Matrona para profesar el Ar~ te de Partear? Lo ,,. R. Lo primero, ha de empre- tender este exercicio quando sis halla en una edad proporcionada para poder emplear el espacio de algunos años en la Teórica, y re^ É glas de la Practica, porque si quan- do ya vieja lo intenta, se le ha pa- sado el tiempo oportuno de apren- der, su entendimiento y sentidos r se hallan ya débiles para ello, y sus r "' corporales fuerzas insuficientes. , Lo segundo, no se deben ad- mitir a éste exercicio las muy jove^ r> nes, ni las doncellas, sino és en el casó de destinarse por suficiente tiempo, desde esta edad, al lado de Matronas hábiles, ó de Ciruja- nos prácticos en el Arte, á habili- tarse en todo lo necesario para obrar por sí. Lo Lo tercero, deben tener una sa- lud robusta, porque si son débiles, ó enfermizas no pueden tolerar el trabajo de trasnochar, y demás in- comodidades corporales insepara- bles del exercicio, ni tener las fuer- zas necesarias para las varias ma- niobras que se ofrecen, por cuyos motivos son también inhábiles las excesivamente gordas. Lo quarto no ha de tener la mano callosa, ni disformemente grande, por que con la introduc- ción en el orificio angosto, y deli- cado excitan intensos dolores, y ofensas muy perjudiciales; como asimismo no ha de tener los dedos ó el brazo encorbados, ó convulsos, ni con otro algún vicio de los que quitan, ó debilitan el sentido del tacto. Lo Lo quinto, ha de saber leer y escribir suficientemente, y ha de tener entendimiento capaz de aprender lo que sus Maestros la en- señen, y de aprovechar por la lee- ; cion de los Libros lo necesario pa- ra tener una feliz práctica. Lo sexto, debe ser vigilante y cuidadosa, pues no pocas veces por la pereza, y tardanza se pasa la ocasión, y se pone la madre y el infante en gravisimo riesgo. Lo séptimo, debe ser de genio dócil, y propenso á admitir el dic- tamen de sus mayores en suficien- cia, pidiendo en oportuno tiempo el auxilio y la consulta, ya del Médico, yá del Cirujano en los ca- sos en que ocurra qualquier difi- cultad; lo que obtendrá facilmen- B te te siempre que de sí propia no ten- ga aquella satisfacción que comun- mente tienen las ignorantes. Lo oóbavo, debe ser misericor* diosa, y tan igual en ocurrir á las necesidades de los pobres, como á las asistencias de los ricos, porque Dios que á su imagen y semejanza hizo iguales Almas, cuida mas de recompensar las misericordias con los necesitados, que los poderosos del mundo á sus sirvientes. Lo nono, debe ser buena cris- tiana, y confiada mas en los auxi- lios de Dios, que en los de su arte, pues devotamente implorados, los concede su Divina Providencia su- ficientes para salir del maior aprieto. Lo décimo, debe ser de animo benigno, paciente, y alegre con mo- modestia, porque la pusilanimidad de las Parturientes se depone con estos agradables afectos, y recobra- das en su natural valor se ayudan para el buen éxito. Lo undécimo, debe ser,, tem- plada con especialidad en el uso de! vino, pues de io contrario se constituyen inútiles y perjudiciales. Lo duodécimo, debe ser fiel y -, silenciosa, porque de faltar al secre- to en los cases en que importa, se sigue infamia y deshonor. Finalmente, otras virtudes asi de cuerpo como de alma, les son propias (aunque no totalmente in- dispensables) á las que deben exer- citar este Arte; pero no se expresan porque no son tan esenciales como las dichas. . * De P. De quántas maneras es el Arte de Partear} R. De dos, Teórico y Practico. P. Qué es Arte Teórico} R. Es aquella doctrina que de- be anteceder á la práctica, median- te la qual se adquiere un cabal co- nocimiento de todas las cosas per- tenecientes al Arte, P. Quéés Arte Practico} R. La execucion metódica de las reglas y doctrinas dictadas por la Teórica. P. En qué se debe fundar la me- jor enseñanza del Arte de partear? R. En el conocimiento anoto- mico .de Jas partes de la generación en la muger, sin el qual es casi im- posible dar razón de lo que ocurre en los partos, ni tener feliz práctica en ellos. CA- t CAPITULO II. DE LA ANOTO MI A. PReg. Qué Anatomía debe saber una Matrona,para ser buena? R. Aunque no con aquella rutil y menuda contemplación que los curiosos Profesores, debe saber su- perficial y distintamente la consti- tución de la pelvis huesosa, y de las partes situadas -en el Ínfimo x' vientre, que se llaman Genuales. P. Qué se entiende por Pelvis huesosa. R. Aquella articulación de va- rios huesos que en lo inferior del -vientre forma una cavidad capaz -para contener á la"matriz, y demás partes vecinas. P. Qué huesos componen ésta pelvis? Por R. Por la parte de atrás se con- sideran primeramente las cinco ver- tebras ,ó espóndiles de los lomos, ar- ticuladas reciprocamente entre sí: después de éstas el hueso sacro que las sostiene; es grande, de figura de ^ tres puntas, hueco, y liso ázia den- tro, y áspero, y giboso ázia fuera, y al fin. de este la rabadilla, eme es compuesta de tres veftebrillas ó huesos, uno mayor que otro. Los que forman la pelvis por '~ los lados y por delante, son los dos grandes huesos que se llaman inno- r minados, Ó sin hombre, que se si- túan uno á cada lado, y por delan- te se articulan uno con otro, me- diante ternilla por detras con elsa- cro, y poi los lados con el hueso del muslo; Gada uncr de estos dos r, \ -^ hue- huesos se compone de tres, con- viene á saber: el Anca, que es lo mas alto y mas ancho del innomi- nado. El de la Cadera, que és lo mas bajo, y tiene un hoyo grande en donde entra la cabeza del hueso del muslo. Y el Pubis,o^xt es el que está delante formando lo que se lla- ma Empeyne, y tiene un grande ahugero de la figura de un huevo. La verdadera idea y conoci- "\ miento de estos huesos, de su figu < ra, tamaño y articulación, no la pueden conseguir las Matronas por la sola explicación y noticia que se les dé en los Libros, y asi es nece- sario que á presencia de Esqueleto, y de un Maestro Anatómico lo pre- tendan, por ser el medio mas breve y eficaz para conseguirlo suficien- temente. Qué P. Qué és Matriz, o Útero} R. Es una entraña hueca comt puesta de tres túnicas ó telas bien fuertes de figura de una ventosa, para que en ella se engendre, au- mente^ mantenga la criatura has- ta el tiempo del parto. P. Qué tamaño tiene la Matriz} R. En las doncellas es de la magnitud de una nuez, en las casa- das, como una mediana calabaza, y en las preñadas se vá estendiendo hasta tomar todo aquel tamaño que necesita para contener la cria- tura, y paries, P. De qiiántas bocas ó abertu- ras consta el Útero} R. La principal que deben con- siderar las Matronas, es/una llama-' da orificio del útero^ por donde se introduce el material necesario pa ra la fecundación, y se expele la sangre superflua que constituye las menstruaciones. Este orificio es muy angosto, y después de haver concebido lamuger se cierra total- mente, hasta que con los esfuerzos y causas del parto se vá dilatando lo necesario para dar salida á la criatura. P. Cómo está colocado el útero y en las mugeres? R. Con su orificio enfrente de la vagina, se halla situado entre la vegiga de la orina, y el intestino recto, con quienes tiene mucha comunicación de nervios; y por es- ta razort se observan pujos é invo- luntarias evaquaciones de ambas vías, quando el útero se irrita ó con- conmueve, como en las cercanías del parto. P. Se halla el útero en este sitio libre y suelto de tal modo que pue- da subir y bajar, como vulgarmen- te creeu las mugeres. R. De ningún modo, porque por delante está fuertemente pega- do á fa vagina; por los lados, me- diante dos ligamentos ó cuerdas redondas, ajas ingles; y mediante otras dos anchas, á las vertebras de >/ los lomos; y_únicamente, quando éstas por enfermedad se .relaxan ó afloxan, producen la caída de la matriz en la cabidad de la vagina. Esta aligación del útero á los lo- mos, y a las ingles, es la causa de la tensión y dolores que sicnteaen estas partes las Preñadas, especial- men- mente quando se van "acercando al parto. P. «Que se entiende por Vagi* na del útero ? '' R. Aquel canal, ó conducto , que pegado entre la vegiga de la orina, y el intestino recto, princiT pia en la vulva, y termina en el ori- ficio de la matriz, de seis, ó siete dedos de largo, y tres de ancho, por donde al salir del útero, ha de pasar la criatura para el parto. P. ¿Qué debe saber la Partera acerca de la Vagina} R. Que tiene una entrada, u orificio compuesto de una carnosi- dad muy espongiosa: el qual es an- gostísimo en las doncellas, dilata- - do en las casadas, y menstruantes, *y mucho mas dilatado en las cer- :-r ca- canas al parto: lo que servirá de se- ñal cierta para esperarle brev'e, y no apartarse de las dolientes. P. ¿Qué se entiende por Vulva R. Aquel exterior orificio en quien por la parte de arriba se no- . ta una elevación llamada Monte de Venus: por los lados unos labios gruesos^, anchos, y carnosos; y por abaxo un ligamento, ó cucrdecilla, llamada Frenillo, que en las don- cellas se observan tirante, y en las ' 'que no lo son relaxado, y floxo. P. Qué otras partes se conside- ran en la Vulva f *J R. El Clytoris■-, la Uretra , las " Nymphas, y el Hymen. P. ¿Que es Clytoris) ■*•■ R. Un cuerpo redondo del ta- maño del extremo del dedo peque- ño, ño, semejante en la figura, y subs* rancia al miembro viril, que se si- túa en lo alto de la vulva. Este en las doncellas es poco notable; pero con los ardores de la venus se en- grandece de suerte, que algunas veces ha sucedido estar pendiente fuera de la vulva, y «dar con este motivo á creer erradamente la con- versión de muger en hombre. P. ¿Qué es Uretra ? R. El conducto por donde sa^ le la orina, situado debaxo del Cly- tóris, y sobre el orificio del útero, que en las mugeres es mas ancho, y mucho menos largo que en los hombres. P. ¿Qué son Nymphas} R. Son dos carnosidades, como *dos crestas de gallo, que se situari una uña á cada lado de la uretra; y uni- das por la parte de arriba, le for- man al Cí y toris su cubierta. Estas sirven para dirigir la orina; de suer- te, que no se introduzca en la va- gina, ni se extravíe por muslos, y piernas. P. ¿Qué es Hymen ? R. Es una tela delgada, y re- donda, que comprime el orificio de la vagina, y tiene una pequeñísima abertura en su mediación, por la qual en el primer coito, ó acto car- nal se rompe con alguna efusión do sangre, quedando dividida en tres ó quatro carnosidades, parecidas á las hojas de Arrayán. P. El conocimiento de estas partes, además de ser necesario pa- ra la enseñanza del Arte de Partear para ¿para que otro fin lo deben te- ner* las Matronas? R. Para fundar en él las decla- raciones, que ante los Jueces se les ofrezca hacer en las demandas de sospechosa virginidad, estupro, é impotencias; pues sin él vemos ca- da díalos muchísimos herrores, que incluyen sus deposiciones en grave perjuicio de las partes; para cuyo remedio, además del dicho conoci- miento, deben las Matronas consul- tar con Medico sabio los funda- mentos de sus deposiciones, antes de exponerlas por escrito, ó judi- cialmente. CA- ! ... CAPITULO III. DEL ESTADO DE PREÑEZ, P :JL Reg. «Quantas otras partes de- be una Matrona considerar, y cor nocer en el estado de preñez en la muger ? R. Cinco: clfetus, las membra- ñas en que -está incluido, el licor en que nada, la placenta, y el cor- don umbilical. P. ¿Qué es irta-r, ó Embrión^ R. Una pequeña masa, en la qual se hallan abreviadas, y confu- .saslas partes, que en el espacio de nueve meses han de formar, me- diante la nutrición, un perfecto cuerpo racional. P. Qué tiempo necesita el fe- tus para gozar del Alma racional? R. El principio de la Medicina señala determinados dias; y a éste dictamen se acomodan las leyes* pero en un asunto tan obscuro es lo mejor afirmar, que quando el embrión tiene yá sus partes orga-< nizadas, de suerte que sean capa- ces de exercitar las acciones vitales, cria Dios, y le infunde el Alma ta-. ciorial, que le constituye hombre : lo qual podrá ser en unos mas tem- prano que en otros, según la mejor disposición de los principios dé la generación^ P.. Qué se entiende por mem* branas del fetus? R. Dos telas en figura de bolsas cri que se halla encerrado el fetus dentro del útero; las quales desde el principio de la formación se van C en- ensanchando conforme el fetus vá creciendo. De estas, la primera, que se llama Chorrion, es gruesa, y es- pongiosa, con muchos vasos de sangre, y está arrimada á la pared interna de la matriz. La segunda, que se dice Amnion, es delgada, y transparente, y está casi pegada á la primera. P. ¿Para qué sirven estas mem- branas ? R. Para incluir todo el tiempo de la preñez al fetus, defendido de los males, á que sin ellas estaba ex- puesto; y para contener el licor en que nada. P. ¿Qué licor es este en que na- da el fetus ? R. Es una agua clara, y pega- josa, que en la cercania del parto, rom- rompiéndose las membranas, se derrama; y es lo que llaman rom- per la fuente. P. Por qué estando el fetus en- cerrado, y nadando en esta agua los nueve meses, no se ahoga ? R. Por que dentro del ucero, ni respira, ni tiene necesidad de respirar; y por consiguiente, ni excrementa, ni llora, como vul- garmente han creído. P. ¿Qué es Placenta} R. Es una masa carnosa de fá figura, y tamaño de una común escudilla aplanada, que por la par- te gibosa se pega á la pared del útero, como el ongo al árbol, y por la cóncava da principio á lo que le llaman vid, ó cordón umbilical. P. En qué sitio del útero se pe- ga la Placenta.' § Por R. Por lo común al fondo del útero, y es lo mejor para su mas breve expulsión; pero otras veces se pega, á un lado, ó al otro, con- forme le detetmino la situación de la muger, y entonces son mas pe- rezosas para expelerse. De la desu- nión de esta Placenta se originan los fluxos de sangre, que se obser- van en ks Preñadas. P. ¿Para que sirve la Placenta ? R. Para recibir la sangre que de la madre se le comunica al fe- tus. Esta parte con las dos dichas membranas, es lo que llaman Pat- ries, 6 Secundinas, por ser su ex- pulsión segundo parto. P. Qué és Cordón umbilical^ ó vid } R. Una trenza retorcida, que des. desde la Placenta se extiende has- ta el ombligo de la criatuta, de un dedo de grueso, y de una vara de largo, compuesta de vasos sanguí- neos, necesarios para comunicar la sangre entre madre, y hijo. P. i Por qué és tan larga la vid? R, Por que en los varios movi- mientos, que antes, y en el parto puede hacer la criatura, no tire violentamente de la Placenta, y despegándola origine peligrosos fluxos de sangre; y por que des- pués del parto sirva como de guia para sacar cómodamente la Pla- centa, P. ¿Quántas Placentas se hallan en el útero ? R. Una si es único el fetus; pe- ro si son dos, tres, ó mas, serán otras otras tantas las Placentas, membra- nas, y cordones umbilicales. P. Sabidas.las partes que consti- tuyen el estado de preñez, en que se conocerá que una muger está preñada? R. En este punto deben todas las Matronas proceder con la ma- yor cautela atendiendo á que las señales de la preñez en los prime- ros meses no son tan seguras, y ciertas, que muchas vezes no nos engañen, mostrando por verdade- ro preñado, lo que es error, ó efec- to de alguna enfermedad: no obs- tante, podrán formar concepto por la relación, por la vista, y por el tacto. Por la relación, si la muger dice, que poco después de la coba- bitacion sintió un leve dolorcillo ázia el ombligo con horripilación, ó ligero escalofrió de todo el cuer* po, quedando sus partes secas, por no haverse salido la materia gen'i^ tal. Si después experimenta fastidio al alimento regular, y apetito á co- sas est rañas y nocivas: si padece vó- mitos ó molestas arcadas, con espe- cialidad por las mañanas, y abun- dancia de saliva todo el dia; si siente dolor o pesadez de cabeza y caderas: y si á todo esto se sigue la total supre- sión del menstruo correspondiente, es probabilísimo el preñado: bien entendido, que no siempre (como vulgarmente se cree) es señal cierta de la preñez la detención de los me- ses; pues algunas por mal aparato de sus humores, ó por otras causas sue- len Icñ tener este defecto, cuyo cohocV miento toca precisamente al Medi«* co: corno asimismo otras por abun- dancia de sangre y particular tempe ramento,aunque se hagan preñadas no tienen supresión del menstruo en los dos, acres primeros meses, y algunas, aurque raras, ni en to-< do el preñado, Por la vista: si se notan los pechos mas elevadosque lo regular, duros, y doloridos; el vientre con alguna dureza, y elevación su cir- cunferencia mayor, y con alguna mutación de color, y el ombligo algo levantado, .; Finalmente, por el tacto se co- noce la preñez, (si puesto el dedo en el orificio del útero, se halla to- talrnente cerrado, suave, y casi con . ., igual- igualdad en su superficie. Todas estas señales sirven para rastrear la preñez en los dos ó tres primeros meses; pero de estos en adelante son menos obscuras, y la preñada siente manifiestamente el movi- miento de la criatura en el vientre, P, ¿Quando una muger se pre- senta con todas, ó las mas de estas señale , que le deberá aconsejar la Matrona para que se gobierne^ y no aborte? R, Que se abstenga de la frc* qüente cohabitación, pues de esta causa nacen infinitos abortos; que no haga exercicio inmoderado: que se quite la cotilla, y todo lo que pueda hacer compresión, y peso al vientre: que procure quan- Co sea posible mantener el ánimo se- sereno; y que en el caso de obser- var alguna novedad, avise al Me- dico, que és á quien únicamente toca saber el método para la direc- ción en los preñado! P. ¿Y si la muger, por ser ¡lici- to su preñado, solicitase que la Matrona le procure por qualquier medio el aborto, pretextando el escándalo, el deshonor, y otras gra- vísimas causas, qué deberá ésta ha- cer? R. Deben todas las Matronas seguramente creer, que por quan- • tas causas sean capaces ponderarse, no les es licito dar consejo, ni ar- bitrio, que sea dirigido á inferir el aborto; y que por solo este hecho están con las mayores Censuras ex- comulgadas por los Sumos Ponti- ccs ccs, y por los Jueces Seculares he- chas reos de pena capital: sin que para la minoración de la culpa les pueda servir el vano pretexto de que el aborto se procuró en tiempo que la criatura aun no estaba ani- mada; pues fuera de que nadie es capaz de asegurarlo, aunque no lo estuviese, es cierto que desde el ins- tante que se concibe, goza el em- brión de aptitud, ó por potencia para poseer el Alma racional, que mediante l\ malvada intención de abortar, se le quiere privar: y asi daben, no solo condescender con el intento de las solicitantes, sino por quantos medios dicte la prudencia disuadirlas, inclinándolas al temor de Dios, y de la Justicia. - P. Qué se debe entender por Mola ? Una tf R. Una imperfecta masa de car- ne engendrada dentro del útero, por vicio, y defecto en las causas de la generación. P, ¿Quántas difcrienelas de Mo- las se observan ? • Rf Muchas; unas que son pe- queñas* y se expelen al tercero, ó quarto mes: otras grandes, que has- ta el octavo mes, hasta el año, y aun hasta los dos años no se expe- len, otras totalmente informes por no parecerse a cosa conocida, las quales no se mueven,-ni viven aun- que se nutren: y otras que tienen figura determinada, y dicen algu- na semejanza, yá con alguna parte del cuerpo racional, ó yá con al- gunas de los irracionales, y se mue- ven con vida puramente sensitiva, por cuyo motivo son indignas del Bautismo: P. En que distinguirá la Matro- na el preñado de -un verdadero fe- tus, del de una Mola? • R. Si el preñado de la muger está en los primeros meses, y trae uno, y otro, es casi imposible cor nocerlo hasta el tiempo de la ex- pulsión; pero si solo trae Mola, aunque son obscuras, y equívocas las señales, podrá distinguirlo; ad- virtiendo lo ptimero, que la eleva- ción del vientre es igual por to- das partes, como se nota en las hy- drópicás, y fio desigual y en pun- ta acia el ombligo, y compri- .mido por los lados, como se ob- serva en los verdaderos preñados. Lo segundo, que los pechos de la > que que riene Mola, no tienen en nin- gún tiempo leche alguna, suce- diendo lo contrario en las verda- deras preñezes; pues regularmente desde el tercer mes aparecen con ella. Lo tercero, lo conocerá en que la preñada no siente el rcgu-; lar movimiento de la criatura en el vientre, y quando acostada se buelve de un lado á otro, percibe que cae un peso como si fuese uní bola. Y lo quinto, en que las desa- zones, y molestias, que comunmen- te sienten hs verdaderas preñadas, son mucho mayores en las Mola?, con gran dificultad de otinar, y un gravisimo peso sobre el empey- ne; á todo lo qual, si se junta pa- sarse el término regular del parto, y llegar á cumplir el décimo, ó on- onceno mes, se debe sospechar la. Mola. :: P. ¿Qué situación tiene natu- ralmente.;; la criatura dentro del vientre? , R. Por lo regular, y común tie- ne la cara acia delante, la cabeza alta inclinada acia el ombligo, cru- ■ zados, ó encogidos los brazos, las manos cerradas, y con los puños tocando en los ojos, las piernas cru- zadas, y encogidas acia atrás, de suerte que las plantas de los pies toquen las nalgas: alguna vez se penen atravesadas, y lo conocen las preñadas por el bulto, y estorvo que sienten en uno de los lados del vientre. P. Se mantiene la criatura todos los nueve meses en esta situación ? si ".* R. SÍ el preñado es natural, y sin accidentes, se mantiene en ella por lo Común hasta el octavo mes, ó principio del noveno, en que obligada del peso de su cabeza, la inclina acia * el orificio del útero, llevando tras sí todo el cuerpo, y y dexandolo Con los pies acia arri* bá. A está inversión o rriovimientrcf es á lo que llaman dar ta buelta la criatura', y corrto casi siempre succ« de con algunos dolorcilíos é inco*- thodidades de las preñadas, ímágp rrian erradamente que están de pat- ío, y con notable perjuicio las im«* perífas Matronas las esfuerzan pa- ja él antes de tiempo. P. Quá! es el termino reguíaf de la madurez del fetus humano? Pv. El natural f ordinario sorf los los nueve meses cumplidos, pues aunque se observan partos de cria- turas vitales a los siete y á los ocho meses, son casos irregulares, y ex- traordinarios. P. Puede haber preñez de trece ó catorce meses, y aun de uno y dos años? R. Aunque las Leyes en favor del próximo lo toleran, es vulgar credulidad el confesarlo, porque si cada viviente tiene su inalterable termino de maduración, convicnp i á saber: los. pollos á veinte y urj dias; los perros á los dos meses; los corderos á los tres; los burros á los nueve; los potros al año; los elefan- tes a los dos años, y asi de los de- más animales; debemos presumir, que siendo confórmela naturaleza, D ob- observe inviolablemente este insti- tuto con el humano fetus, y poc consiguiente reputemos el parto de siete ú ocho meses por una especie de aborto, y el de un año tí dos, por mostruosidad. : P. Todos los preñados que se re- putan por de siete lí ocho meses, por de un año, ó de otro tiempo ir- regular, se deben tener por mali- ciosos? R. No todos, pues muchos son reputados por de tal tiempo, por ignorancia ó error, y no por mali- cia, la razón es: porque la cuenta de los preñados la fundan siempre en la supresión de los meses, y csra no es regla indefectible, pues las mugeres ó se hallan bien ó mal apa- ratadas} si bien y con abundancia de de sangre, suelen tener sus mens- truaciones en los dos, y tres prime- ros meses de su preñado, y regular el tercero, ó quarto por primero, por que en uno de ellos experi- mentaron la su presión: y asi lo cuen- tan de seis, ó siete meses, el que ri- gorosamente es de nueve. Si están mal aparatadas, ó con algo de obs- truccione?, pueden en fuerza de es- ce vicio tener el defecto de mens- truación tres, ó quatro meses, al ca- bo de ellos hacerse preñadas, y contando desde la primera falta, hacen la preñez de doce, ó trece meses, no siéndolo verdaderamen- te mas que de nueve. P. En qué conocerá la Matro- na, que uní preñada tiene la cria- tura muerta dentro del vientre ? # En R. En que después de no sentir aquel regular movimiento, que desde el quarto mes suelen tener las criaturas en el vientre, esté se pone baxo con un gran peso sobre el empeyne, como que la pesadez del cuerpo muerto de la criatura le inclina al orificio; y si se recuesta la preñada, lo percibe como si cayese una piedra acia aquel lado. Tam- bién se conoce, en que los pechos se desentumesen, y afloxan: en que molestan algunos dolores de lomos y ombligo: en que la preñada se pone de mal color, y empieza á padecer varios achaques que antes no tenia, con mal olor de boca: y finalmente, en que por la vagina se observan salir humedades de mal olor olor, y color; y en que la acompa-í ñan molestos pujos. P. Luego que la Matrona hicie^ se juicio por estas señales de que el fetus está muerto, qué debe prac* ticar} R. Disponer que sin dilación se avise al Medico, y Cirujano, para que consultado el verdadero jui- cio que se debe hacer, den las pro- . videncias para el remedio; pues es- te caso trae dificultades, que no las puede superar la Matrona, y com- plicación de accidentes, en que no tiene la inteligencia necesaria. CA- CAPITULO IV. EN QUE SE TRATA DEL * Parto, Reg. ¿ Qué es Parto ? R. La salida de la criatura fuera de la matriz en su debido tiempo. P. Quántas diferencias hay de parcos en general ? R. Dos; uno natural, y otro preternatural. P. Qué se entiende por parto natural ? 0 R. El que se logra con'facilidad, sin mas auxilio, que los esfuerzos de la naturaleza* P. Qué es parto preternatural} R. El que además de los cona- tos v tos de la naturaleza, necesita para lograrse la industria, y el socorro del Arte. P» Quantas diferencias tiene el * parto preternatural ? R. Dos: uno que se llama tra- bajoso, y otro dificultoso. P. Qué es parto trabajoso % R. Aquel en quien padecen ex- traordinariamente la Madre, y la criatura, aunque ésta se presente en • su natural situación. P. Qué es parto dificultoso ? R. El que por la mala situa- ción de la criatura no se puede lo- grar sin la operación manual. P. Quál es la situación que de- be traer la criatura para que sea natural, y favorable ? De- R. Debe presentarlo primero cabeza, con la cara acia abaxo, ó mi- rando al orificio posterior delaMa- are; los brazos tendidos á lo largo' del cuerpo; los pies estendidos, y como haciendo empuje acia el fon- do de la matriz. Muchos tienen por natural, y fácil también al parto en qíie la criatura presenta lo primero ambos pies, y por ellos es extrahido sin dificultad, como cada dia mues- tra la experiencia. P. Por qué debe traer la cara acia abaxo ? R. Por que si la trae acia arriba, tiene riesgo cíe que la barbilla de la- criatura se encalle al paso" en el *bbrdo del hueso pubis, y constitu- ya un parto muy dificultoso; por , < I lo qual se le debe siempre variar esta postura. P. Además de la dicha situa- ción de la criatura, < jue otras con- diciones se requieren para que sea el parto natural, y fácil ? R. Se requiere lo primero, que la Parturiente esté sana, y robusta^ y sin regularidad en el tamaño, y organización de las partes de sa cuerpo: lo segundo, que el infante no se retarde, ó detenga en el pasó por sequedad, ó por otra alguna causa: lo tercero, que esté vivo, y sano: lo quarto, que la magnitud de su cabeza, 6 de su cuerpo no sea improporcionada i la cavidad del paso. Lo quinto que precedan do- lores grandes, y continuados, y no lentos, y de tarde en tarde; y lo sexto, que las secundinas, ó parics sio-an sin obstáculo á la criatura, P. Quántas causas produce el parto natural? R. Dos generales: unas por par- ce de la Madre, en esta forma: lue- go que la criatura se halla en su cabal madurez, incitada déla ham- bre, y de la necesidad de respirar, y no cabiendo cómodamente en la estrechez de la matriz* inclina la cabeza acia su orificio, y haciendo para hallar su salida varios movi- mientos, irrita las membranas del útero, y demás partes sensitivas , produciendo los grandes dolores, que son causa de que todas las par- tes se vayan relaxando, y contri- buyendo á la expulsión. < En P. <£n qué conocerá la Matro- na, que una muger está próxima á parir ? R. Lo primero, en que toda la elevación del vientre en punta se há baxado acia el empcyne, ha- ciendo sobre él un grave peso, que á la muger no le permite andar con libertad: lo segundo, en que tiene dolores fuertes, que empiezan en las caderas, y siguiendo por todo el vientre, rematan en el pubis; los quales serán mayores mientras mas primeriza sea, y mas cercana se va- ya poniendo al parto: lo tercero, en los frequentes pujos de ambas vias: lo quarto en lo abochornado, y encendido del semblante: lo quinto, en que los pulsos se ponen mas fuertes, y acelerados: lo sexto, en que suelen acometer vómitos,ó continuada propensión á él; y finaU mente lo séptimo, en las señales que el tacto ofrece. P. Como debe usar del tacto las Matronas? R. Haviendose cortado bien las uñas de las manos, se untan los dos primeros dedos con azeytc, ó con manteca, y se introduce blanda- mente, y acia arriba por la vagina, hasta tocar el orificio interno de la - matriz, para certificarse en la va- ria disposición en que se halla. P. Qué varia disposición en- cuentra el ta&o para conocer cer- cano el parto R. Lo primero el orificio de la vagina,, que ^n su natural estado es angosto, lo haya muy dilatado, y. y todo el canal de drcha vagina, re- laxado^ umedecido: y lo segundó, el orificio que llaman internodela misma matriz, con una apertura tal, que fácilmente se pueden tocar los contenidos en su cavidad. P. Luego que la Matrona toca la cabeza de la criatura, debe alen- tar á la Parturiente á que se ayu- de, y ponga todos los conatos pa- ra el parto ? R. Debe omitirlo hasta tocar la formación de las aguas, esto es, si las membranas en que está inclui- da la criatura se rocan inmediatas sobre su cabeza, sin que se inter- pongan dichas aguas, la ha de pro- curar el sosiego, y quietud, dispo- niendo entre tanto las cosas nece- sarias para el parto; pero luego que observa, que las membranas se han puesto tensas como si fuesen una vegiga llena, por que las aguas se han tendido entre ellas, y la cabeza de la criatura, ha de adelantar á la muger para el parto, coadyuvan- do con jos dedos á la rupcion de dichas membranas, para que rota la fuente se siga inmediatamente el parto. P. En quantas acasiones ha de usar del racto la Matrona} R. En tres: antes que empiece el dolor: en el tiempo que dura el dolor; y después de pasado el do- lor. P. Por qué antes del dolor? R. Por qué como entonces es- tán flojas las membranas, que con- tienen las aguas puede observar con con exactitud la situación que trae la criatura. P. Por qué en el tiempo del dolor, y pasado el dolor? R. Por que siendo al tiempo del dolor la ocasión en que se agol- pan, ó forman las aguas, puede hacer cabal observación del modo en que se forman; esto es, si se. co- hartan á lo largo, ó se aplanan á lo ancho; y asi mismo, si la criatu- ra muda, ó se mantiene en la mis- ma situación que estaba antes, lo conocerá, manteniendo introduci- dos los dedos hasta que venga el dolor: como también conocerá por estas alteraciones, ó por fak.i de ellas, si son, ó no vehementes los dolores; y últimamente, después de pasado el dolor deben, también usar jisar del tacto para enterarse de si mediante la repetición de doW res se vá promoviendo, ó adelan- tando el parto. Advirtiendo, que en todas las ocasiones en que se use del tacto, se ha de proceder con * la cautela de no dar motivo, fri- cando las membranas, á romper anticipadamente la fuente, porque si se retarda el parto, será trabajo- so por falta de humedad. P. En que conocerá la Matro- \ na por el tacto que será natural, y fácil el parto, ó preternatural, y dificultoso ? R. Lo primero, en que luego que aplican los dedos sin tener ne- cesidad de introducirlos mucho, toca el orificio del útero baxado hasta el principio de la vagina: l se- segundo, en que toca el dicho orificio delgado, suave, y con su- ficiente apertura: lo tercero, erf que por la tal apertura se toca la cabeza de la criatura boca abaxo, y no algún brazo, el vicni tre, la espalda, las nalgas, ó la cuerda umbilical. Y lo quarto, en que percibe al tiempo del dolor las aguas aplanadas á lo anchó, ó como formando una vegiga en- tre la cabeza de la criatura, y las membranas: cuyas circunstancias, si faltasen á su debido tiempo, de- be la Matrona sospechar un parto prerernatutal, y como tal adver- tirlo con recato de la doliente, á los interesados, para que llamen Cirujano Pcríro, que providencie E el el auxilio, ó maniobra correspon- diente a la variedad de causas en los dificultosos parros. P. En qué positura debe la Matrona acomodar á la Parturien- te, asi para hacer con exactitud es- ' tas observaciones del tacto, como para executar con comodidad la maniobra del parto i R. Aunque unas preñadas ó por costumbre, ó por gusto, quieren parir en pie, puestos los codos { sobre una mesa, ó sohre la ca- ma, otras arrodilladas, y otras so- < bre las rodillas de alguno, que es- té sentado en una silla poltrona; es la mas cómoda, natural, y segu- ra situación la que se logra en una camilla hecha á proposito; ó si no quieren tener la incomodidad "de- mudarla después del parto, en la suya acostumbtada, preparándolo antes con varios partos, ó serville- tas dobladas, para que estos empa- pen las humedades del parto, se puedan sacar después de él, y que- de la Parida en la conveniente limpieza. De esta suerte preparada la ca- ma, se la debe recostar á pie y me- dio de la orilla con el medio cuer- po, y cabeza algo levantados de ■suerte, que ni del todo esté acosta- da, ni del todo sentada, para que asi pueda con mas libertad esfor- zar la respiración, y valerse de los dolores á su tiempo. También se la debe poner debaxo de las nal- # gas gas alguna almohadilla, para que algo levantadas no tenga impedi- mento la rabadilla en retirarse acia atrás en el parto. Puesta en esta conformidad, se le ordena, que aparte los muslos, y dóblelas piernas de suerte, que los talones se arrimen á sus nalgas, procurando que los pies queden comodamenre afirmados en algu- na cosa, que los detenga: y para asegurar estable esta situación, se .dispone, que dos, ó tres Asistentes á proposito la tengan, y acompa- ñen: Ad virtiendo, que desde que se la pone en esta situación, no ha de permanecer continua en ella hasta el parto, pues en los inter- medios de los dolores, se la ha de per- permitir para su descanso mudar de postura; pero siempre con la cautela de estát bien tapada, para impedir que el ambiente, tocando la matriz, y demás partes, pueda alterarlas. P. Habiendo la Matrona cono- cido por las señales dichas, que una Muger está realmente de par- to, y este se empereza, y retarda mas que lo regular, la puede, y debe coadyuvar con algunos me- dicamentos, que faciliten la ex- pulsión } R. En quanto á los medica- mentos internos, de ningún mo- do les es permitido administrarlos, por ser propia del Medico la in- teligencia, y uso de ellos: pero po- drán usar de al&una lavativa com- puesta de el cocimiento de Man- zanilla, Malvas, y Parietaria, con la miel mercurial, y el azeyte vio- lado: aplicar al vientre los paños de manteca, y administrar ei cal- do ó chocolate bien calientes, P. Luego que la Parturiente ha expelido la criatura,