r^ COLERA—MORBO ASIÁTICO m&ZQ^^ € t/ii l^a^a estendido en junta general de los médicos existentes en esta Capital por disposición del Honorable Con greso, y por conducto del Gobierno del Estado. UUERÉTARO *#x *p i<* *í 5a »! fia *> fia le fia »■ í* l«¡ 5a «> Kf V* ie' 5 « *! fia IX ¡. 5a kry« !t" i* *•? fia ic* 5* *! 5# «• V* »¡ r*a ;a' S* «y» «FÍO! rc>ya ÍT^ r.*^ %'jt* icf yjí *! fia *! fi» K.' 5« * fifia KF '¿a # V* tr; Vs «5 fia *í *a ir? ya \&y *$>< éA>9 DESCRIPCIÓN DEL COLERA—MORBO ASIÁTICO; para el caso en que no pueda ocurrirse k UN MEDICO DE EL EN CUANTO SEA POSIBLE. aUERÉTARO 1849: Ttp. de Ferez: C, de Mira-florea num, 16. ♦ •m.t\o4o tuxaUxo ^o/ea e\ taso iv. t\ut tvo ^ui&a otuTtvt- m á uu no es tampoco para los profesores, ni para los hom" bres ilustrados: es solo para el pueblo que carece de estos conocimientos, por eso hemos evitado los térmi- nos facultativos, y hemos procurado la mayor clari- dad posible para evitar toda confusión. El Cólera-morbo asiático es una enfermedad agu- dísima, de las mas graves y perniciosas hasta ahom conocidas, siéndolo tanto que los que mueren de ella casi nunca llegan al cuarto dia y muchos sucumben en pocas horas. La causa de esta enfermedad nos es absolutamente desconocida; pero por los síntomas que produce se advierte que es un envenenaminnto miasmático, que tiene mucha analogía con los síntomas que resultan 2 de los venenos narcótico—acres, pareciéndose mucho á los producidos por los hongos, por la alternativa de estupor y de'irritacion que se nota con demasiada irregularidad en esta epidemia destructora. Esta enfermedad por lo común ataca bruscamente, sin haberse advertido antes ninguna de aquellas inco- modidades que preceden á las otras enfermedades, o son tan rápidas que casi no se perciben. Su invasión comienza por vómitos y evacuaciones. Los primeros vómitos son de las materias contenidas en el estóma- go, después hay algunos biliosos, ya amarillentos ya verdosos; pero todos los sucesivos son de un líqui- do blanquecino, muy parecido á un suero rebotado, ó mas bien á un cocimiento do arroz, en el que sobre- nadan algunos restos informes de dicha semilla. Las evacuciones siguen el mismo orden, las primeras son, de las materias contenidas en los intestinos, después hay algunas biliosas, y todas las demás son como el cocimiento del arroz. Es de notarce que estas evacua- ciones rara vez producen retortijones-, ni son fétidas escepto un hedorcillo particular que quien lo ha perci. brdo una vez no puede desconocerlo. De estos vómitos y evacuaciones resultan, una su- ma postración de fuerzas y un grande ahatimiento del enfermo. El pulso se pone acelerado, pequeflísimo y á veces no se percibe. Parece qa« tdtfo el cuerpo se reduce á menos volumen, la piel de las manos, se ar 3 ruga como cuando se tienen mucho tiempo en agua fria, los dedos se enjutan hasta salirse por si solos los anillos. No hay ninguna enfermedad en que el sem- blante presente con tanta propiedad los síntomas mas destrucrores como en el Cólera. Toda la cara se pos ne como contraída. Las sienes se enjutan, loscarrillo- se deprimen, la nariz se afila, los ojos que son la es- presion de la alma se ponen marchitos, tristes y aba- tidos, y rodeados por una areola obscura se hunden en lo último de sus órbitas: en suma, todas las fac- ciones del rostro demuestran el mayor estado de aba- timiento y de tristeza. Un enfriamento general in- vade lodo el Cuerpo; pero es tal esta frialdad que ec- sedé al frió del mármol, y á mas de esto se nota un trasudor frió y viscoso. En varias partes del cuerpo se presentan unas manchas amoratadas, á la manera de los cardenales resultados de los golpes. Y estas manchas se cstienden á veces en grandes espacios manifestando un color azulado del mas mal agüero. En las piernas y á veóés aun en los brazos acometen unas contracciones musculosas que producen unos calambres tan dolorosos que hacen arrojar gritos á los infelices enfermos, Estos, unas veces se presentan en un estado comatoso, ó de sonnolencia, y otros en un estado de ansiedad que quieren salirse de la cama según predomina el estupor ó irritación productores de estos síntomas I Los que hemos formado esta historia, hemos tenido la desgracia de observar esta enfermedad el arlo di; I.*•■'*'>. Acaso se nos hnbra pasudo alijo rn ota reía- con, mas lo espuesto nos parece suíicimu; para f >i- inarM: una idc.i exacta, pero la mas triste do esta a- [(jc.osa calarnidal liuijicriirijs omi'ir el prono>tico; poro acaso lo fu- nesto de él contribuirá á volvernos mas vigilantes tu tomar la* precauciones contra la enfermedad, á nr mas exactos en la curación, y mas arreglados en l.i convalecencia Cuando por desgracia no se advierto ningún alivio en los vómitos y evacuaciones y que el enli.-rmo llegue a enfriarso, á ponerse azulado y a te- ner calambres, es rarísimo que no sucumba. Debo desconfiarse mucho de tolo alivio, mientras no se pon. gan en corriente las orinas, y por ultimo cualquie. la eve-o que produsca una recaída, es por lo común mortal MÉTODO CURATIVO En el momemto que ataque esta enfermedad y em- pelaren los vómitos y evacuaciones, debe el enfermo meterse en la cama, y guardar el mayor abrigo. Pa- ra corregir los vómitos tomará de cuando en cuan- Jo un par de cucharadas del antinauseoso: si el esto- mngo lo espeliere por el estado de irritación en que se .1 halla, se procúrala calmar esta, tomando algunas cucharadas de nieve de limón (y que ésta no sen del zumo de la cascara, sino del ácido) pero sera mejor sstar tomando unos pedacítos de nieve ó hielo con frecuencia. Si aun asi continuare el vómito y eva" cuaciones, se tomará de hora en hora la bebida pare- gorica en cantidad de un medio pozuelo. Es necesa- iio advertir que unas veces predomina el vómito so- bre la diarrea, y otras al contrario. Si el vómito pre- domina convienen entonces las bebidas aciduladas co- rno la limonada y naranjada. Si predominare lu diarrea se dá entonces la infusión de ratania con jara- ve gomoso, ó el cocimiento de arroz ó de malvavi?. co. Se aplican lavativas astringentes. En uno y otro caso no se debe omitir el hielo y hacer us0 del láudano de tres en tres gotas á cada hora, como uno de los principales remedios al que el gran Siden- ham en esta enfermedad le llamaba, el ancora sa- grada. Si á pesar de estas medicinas la enfermedad progre- sare llegando al estado de abatimiento en que ya el pulso á penas se percibe, en que se manifiesta la frial- dad, se presenta el color azulado, y atormentan los calambres es llegado el caso de aplicar todos los estí- mulos estemos é internos para reanimar una vida que se estinguc. Conviene entonces cubrir el cuerpo con frasadas muy calientes ó rodearlo de ladrillos, ó bo- 6 tellas de agua caliente, ó aplicarle sacos de salvado, y ponerle fuertes sinapismos en el vientre, brazos y piernas. A lo interior el ponche, los vihos generosos fi una h!íbi.1i estimulante etérea. Para los calam" bres se daián friegas á las partes que los padeceh con linimento volátil alcanforado. Si con todas estas medicinaste produjere la reac- ción y el enfermo mejorare, entonces es necesario ir rebajando estos estímulos, principalmente lósenteme* hasta suprimirlo* enteramente y conducir al enfermo al estado de con va I esc ene i a, estado que es muy delica do. Su necesita conservar el abrigo, evitar los de- sordenes que cau.-an las pasiones y guardar la moyor dieta Los alimentos deben ser muy tenues, y á lar- (jas distancia*, pues basta muchas veces un caklo fuerte pnra producir una recaída, y las recaídas gene talmente son mortales. PRECAUCIONES. Para la conservación de la salud y evitar en lo po sible ser atacado del Cólera, es necesario tomar pre- cauciones generales y particulares que son las que constituyen la higiene pública y privada. L-i primera es del Tuaorte de la autoridad. A esta le toca tomar todas las providencias convenientes para procurar la salubridad de! aire, cuidando de la lim" / pieza y regado de las calles y paseos, de la cstincion de los muladares y basureros, del buen corriente de las aguas, y desecasion de los pantanos. Debe tam" bien cuidar de la bondad del pan y de la carne, de la buena calidad d* las semillas y verduras y de la pu" reza de las aguas. Debe evitar la venta de las fruta8 verdes que en todo tiempo son dañosas; pero mucho mas en tiempo de epidemia. Como el miedo y el terror son unas pasiones depresivas que predisponen á enfermar á los pusilánimes, procurará evitar la pro- pagación de toda funestidad, por esto deben prohibirse ios entierros públicos y los dobles de campana», y aun hasta las concurrncias públicas que no fuere" necesarias. En cuanto á la higiene privada que se reduce á las precauciones que deben tomar los particulares pa- ra libertarse del Cólera, no se conoce ningún preser- vativo, ignorándose la causa de esa cruel enfermedad. Se ha preconizado el alcanfor, el ajo, los vinagres a" romanzados, los espirituosos, las sales volátiles, los tmpUátros de todas clases y los cloruros bajo todas las formas; pero nada de todo esto ha manifestado po- seer una virtud preservadora. Todas las precaucio- nes que hay que tomar contra esta enfermedad, se re- ducen á evitar lo3 desórdenes de las causas predispo. nentes. Por tanto conviene no mudar el régimen á que se está acostumbrado si en él no hay desarreglos. 8 Abstenerse de alimentos de difícil digestión asi como de los que excitan fuertemente el estómago, y tnies yon los muy cargados de especias. Es convenirnte también abstenerse de los higos y melones y princi- palmente de las frutas verdes, que aun en los tiempos ordinarios suelen producir el Cóltra-e;paródico. Se debe evitar el frió y la humedad, y procurar sobre- ponerse al terror que causa la epidemia. Tales son los remedios, no para quedar absolutamente libres del Cólera; sino para estar menos espuestos á contraher- lo. Nada diremos de la limpieza, ventilación y sa- lubridad de las habitaciones, porque todo el mundo sabe cuan útiles son en tiempo de epidemias. Solo nos resta hacer una advertencia sobre los en- tierros precipitados. Es necesario no proerder á e- I los inmediatamente sin tener una completa certidum- bre de la muerte. Muchos enformos están asfixiados y juzgándolos muertos son conducidos al sepulcro, y se han verificado varios casos en Jos que habiendo quedado algunos sin enterrar en los cementerios, toda la noche, á otro dia no solo han estado vivos, sino que «e han restablecido completamente. FORMULARIO En cuatro cucharadas de agua se exprime el zumo Q de medio limón y después se lo agrega media ocha- va de carbonato de sosa, se mezcla y tan luego como forme la efervescencia, debe [tomarse. Cuando no se hallare limón, se puede hacer con lima agria, ó con naranja; pero cuando se haga con esta se tendrá cuidado de pelarla primero, para que al exprimirla no despida de la cascara el aceite esen- cial de que abunda, BEBIDA PAREGORICA En un cuartillo de agua se disuelve una onza de goma blanca, se le añaden venticuatro gotas de láuda- no liquido y se endulza. BEBIDA ESTIMULANTE CON ÉTER En una libra de agua caliente se hace por un cuar- to de hora una infusión de yerba buena; luego que se unfrie se le añade una onza de la tintura roborante de Wit, una ochava de éter sulfúrico, y se endulza con jarave de corteza de cidra. LINIMENTO VOLÁTIL ALCANFORADO. Se muele perfectamente en un almirez media ocha- va de alcanfor, y después se le incorporan dos onzas 10 de aceite, se lo agrega después dos ochavas de espí- ritu de trementina, dos\le láudano liquido y dos de álcali volátil y se guarda en redoma. LAVATIVA ASTRINGENTE En un cuartillo de agua hirviendo se infunde me- dia onaa de cascaí a de encino machacado, se le mez clan perfectamente dos ochavas de almidón y se le afladen 20 gotas de láudano. Cada lavativa será de á medio cuartillo, con seis gotas de láudano para los adultos, y tres para los niños. <& g®®£'©L?@®®©£®®®®9®P&SPÍ ib ®S> a» !>«® «48 G-® ui¿¿; ®5S Sí®