G-643m 1854- m <: c« i? f«- Ce < < . c Cc c c< C«C C"c c t< ( «! C T C <"C ^■'<- TcíC c <' t. ^C.sC Te '< r ¿#*" <. c c '/. 7< *■> \ MANUAL DB OBSTETRICIA. / MANUAL DI OBSTETRICIA PARA Eli USO DE , <**& i NUESTRAS PARTERAS, ILUSTRADO COK FIGURAS LITOGRAFIADAl POR EL DOCTOR AMBROSIO GONZÁLEZ DEL VALLE. Profesor público de ¡V'earcina y Cirujia, ex-avudanto disector pw"flw" oposición de la Real Universidad Literaria de la Habana .Cate- drático suplente de la misma, socio corresponsal de la Academia de Medicina y Cirujia Ue Mallorca, etc. Sfjuntia tíiclon tom¡'iUn a sununtatia. MADRID GARLOS BA1LLY-BAILLIE Plaza de Topete (antes de Santa A HABANA: IMPRENTA Y LIBRERÍA DE A. CALLE DEL OBISPO , NUMERO 1 1854. •: /~ Es propiedad. A LA REAL SOGIEDAD ECONÓMICA DE LA RA**4S4u —eo©— Cuando al volver los ojos á lo pasado, hallo que la primera Cátedra de Cirujia fundada en mi pa- tria por persona á quien tan de cerca me ligan h. sangre y el afecto, lo fué en mil ochocientos veinte y tres, bajo la protección distinguida del Cuerpo Pa- triótico, cuando veo en seguida que el primer curso de grandes operaciones y la primer cátedra de Obs- tetricia encontraron los mismos auspicios, y la con- tribución de sus fondos; caando luego observo que también proporcionó la Sociedad Económica la pri- mer clase de parteras instalada en mil ochocientos treinta y uno, ¿cómo resistir al impulso entusiasta de gratitud que me lleva á dedicar á este ilustre y meritorio Cuerpo, mi pobre trabajo en un ramo que tanto le debe en Cuba? ABibroiio González del Valle. LDO. DON PEDRO CELESTINO CAÑEDO. SECRETARIO DE LA INSPECCIÓN DE ESTUDIOS PE ESTA ISLA Y LA DE PUERTO-RICO, BTC. Certifico: que habiéndose pasado á informe de la sección de ciencias mé- dicas la instancia que en veinte y tres de Marzo último presentó el Doctor Don Ambrosio González del Valle en solicitud de que se adoptase por testo el Manual de Obstetricia que ha dado á luz para el uso de nuestras parteras, la devolvió dicha sección en dos de Mayo último con el informe que á le- tra dice así: "Escmo. Sr.=Es recomen- "dable el celo que manifiesta en el ra- "mo á que dedica su obra Manual de •"Obstetricia para el uso de nuestras "parteras, el joven Doctor Don Ambro- sio González del Valle, ramo intere- santísimo de la ciencia, que por estar "confiado á personas poco hábiles é "inespertas, suele el error en los pri- "meros momentos ocasionar resultados "funestos que no remedian ni el tiem- "po ni Ioj lamentos. Tale ^ desgracias "se disminuirían ; eneralizandolos co- nocimiento-' ú"'.les cuya transmisión '"tiene por obje o cl Manual que pre- senta el Doctor Valle, i la .eccion en- ciende, que ieiulo tan npiopó*-ito pa- "ra la enseñ.-n::::, mientras r:e e*table- "ce una Cíítedrs- esrecLil de Obsti:tri- "ciAen que ."rvr, d,. Le to, ei-comien- "de al me-o. su es 11:dio -¿ ]-x* p¿.rter¡i.:¡ "con la adopción de su. cousejo:. Si "el encarecimien o honorífico que tan "ju.';.'amonte fué dispOii-cdopor lalxs» "peccion al Manual a Fl .botcm.anos, "ha servido de estímulo cl utor para "dedicarse & es^o es ai r do trabajo: "¡cuánto sería el adelanto que deba "prometerse la sección al acordarle un "voto merecido de gracias! En e te con- cepto la sección aceptando i aplaudien- do esta segunda obra del Doctor Don "Ambrosio González del Valle le con- signa la preferencia parala enseñanza "en su dia, recomienda desde ahora su "estudio i tributa un homenage de re- conocimiento al autor.—V. E sin em- bargo, etc.—Habana dos de Mayo de "mil ochocientos cuarenta y nueve.— "Escmo. Sr.—Juan Ángel Pérez Car- Cilio." Asi mismo certifico que enterada la Inspección de la instancia é informe es- presados en la sesión que celebró el dia cinco del presente mes, acordó que debia consignarse á dicha obra la pre- ferencia para la enseñanza en su dia de las que aspiraren al título de Coma- dronas, siempre que no se presente otra que sea preferible, recomendándose desde luego su estudio á las que se hallen ejerciendo la mencionada pro- fesión. I en virtud de lo dispuesto por el Eterno. Sr. Presidente Delegado de la Corporación en decreto del dia ocho del actual recaido á instancias del in- teresado estiendo la presente.—Haba- na die . de Mayo de mil ochocientos cuarontu i nueve.—Pedro C, Cañedo, REAL S3CIEDAD ECSHOMICrí. En junta ordinaria de 23 del mes próxi- mo pasado, visto el informe del Dr. D. An- jel José Cowley, sobre el Manual de Obste- tricia que ha escrito y dedicado á ee-ta Cor- poración el Dr. D. Ambrosio González del Valle, se acordó: que se acepte con gusto la dedicatoria: que se den al autor las gra- cias por los ejemplares impresos que ha remitido, y se destinan á la Biblioteca pú- blica: que por la Sección de Historia, Cien- cias y Bellas artes se le agracie con una medalla de oro en premio á su aplicación; y por último que este acuerdo con el infor- me se inserte en los ANALES.—Ha liana y Agosto 1.° de 1849.—Rafael Matamoros, se- cretario. Informe que se rita. — Nombrado por la Real Sociedad Económica de amigos del pais para informar acerca del mérito cien- tífico del opúsculo, que con el título de Manual de Obstetricia ha compues+o el doc- tor D. Ambrosio González del Vdle, paso á manifestar mi parecer con la imparciali- dad que exijo el encargo que se me ha con- fiado.—Esc opúsculo puede mirare como dividido, al modo de todos los tratados de parto;-., en dos secciones: en la primera se describen anatómicamente los órganos que sirven ñ la generación, á la preñez y al par- to; se ilan las nociones precisas sobre los diámetros de la. pelvis, y sobre el feto y sus dependencia-, esponiéndose los signos de la preñez ó embarazo, junto con los que acompañan al parto natural. En la segunda sección trata el autor de las cualidades que deben adornar á las parteras, de la inter- vención de estas en el acto del parto y de los cuidados que reclaman la criatura y la recien-parida. Hay en la primera parte ec- sactitud, claridad y presicion respecto á los conocimientos anatómicos que el autor ha creido mas indispensables para las que pretendan ejercer el oficio de comadronas, intercalando en el testo quince lá ninas que facilitan su inteligencia, y en lo cual ha seguido el ejemplo de las obras de par- tos conocidas. En la parte segunda observo que el autor presenta con mucha limitación algunas de las materias que abraza, no se- ñalando todas las causas que pueden opo- nerse á la feliz y natural determinación del parto, y deteniéndose poco en la esposicion de las nociones que necesita una partera para maniobrar por sí en los casos de ur- gencia, que no dan lugar á que se busque un cirujano, sin que peligre la vida de la criatura ó de la madre El autor ha tenido presente la clase de personas que en gene- ral se dedican entre nosotros á ese ejerci- cio, y ha creído con razón que no era ase- quible hacerles adquirir mayor suma de co- nocimientos, siendo esta circunstancia mo- tivo suficiente para limitar las facultades de que podrian disponer en el ejercicio de su ministerio. Hace falta una escuela prác- tica de parteras, y es en esta donde solo es dable que se complete su enseñanza, esten- diéndola, como se efectúa en algunos pun- tos de Europa, hasta dejarlas en aptitud de poder ejecutar diestramente ciertas opera- ciones en determinados casos. Hay también en el Manual sobre que voy informando, sin embargo de que reconozco la exactitud de la indicación que hace su autor en el prólogo, algunos puntos de doctrina, que exijian á mi entender un poco mas de am- plitud aun para nuestras rutineras coma- dres; lo que manifiesto en interés de la ma- yor instrucción de estas y en el de la per- fección de la obra, á quien su entendido autor puede en una segunda edición llevar hasta ese grado. Aun así es digno el repe- tido opúsculo de recomendarse á las que se dedican á ese ramo, siendo altamente laudable el celo que ha impulsado á su jo- ven autor, ya con suficiente intelijencia en esa materia, á ocuparse e%. dar acerca de ella á las que aspiran al título de parteras y á las que ya lo han obtenido, los conoci- mientos mas necesarios; y estando mi voto en un todo conforme con el emitido por la Inspección de Estudios relativamente á la preferencia del Manual para testo de la en- señanza de las comadronas, cuando llegue el deseado dia de que á estas se las instru- ya como corresponde; siendo también á mi ver muy conveniente que se recomiende su estudio á las ya autorizadas para ejercer. Por último, juzgo que el autor, que desde sus primeros pasos en la espinosa carrera que abrazara, ha dado ya suficientes prue- bas de su laboriosidad, celo é inteligencia. es acredor á las demostraciones de aprecio que tenga á bien hacerle el ilustre cuerpo económico. Lo que digo á V. S., devolvien- do¡el ejemplar del referido opúsculo que sejne acompañó, á fin de que se sirva poner éste mi dictamen en el conocimiento de aquel,—Dios guarde á V. S, muchos años. —Habana 7 de Julio de 1849.—Ángel José Cowley.—Sr. Secretario de la Real Sociedad Económica. PROLOGO DEL AUTOR. Desde que en el año de 1846, escribí el Manual de flebotomianos que tuve el ho- nor de ver encarecido por el Escmo. Sr. Vi- ce-real Protector, de acuerdo con el dicta- men de la Inspección de Estudios (1), este resultado, superior sin duda al mérito de tan humilde obra, me dio aliento para em- prender el Manual de parteras, que hoi ofrezco al público, deseoso de llenar una (1) El Señor Secretario de la Inspección de Estudios en oficio 7 de Octubre de 1846 después de otras cosas me dice: "haciéndole presente "que esta Corporación ha tenido á bien acordar además, se oenaiu- "ted las gracias por el importante servicio que con la composición "de dicha obra ha prestado en materia tan notablemente descuidada "hasta ahora." 2 necesidad no menos grave i trascendental en el Pais. No es esta la primera vez que personas mui entendidas en el ramo han deplorado la falta de la competente instrucción que aqueja á las matronas ó Comadres, indis- pensables en todos los paises por los mira- mientos i simpatías del secso en el apurado trance del parto. Reciban por el contrario el elogio que se merecen las Corporaciones é individuos que aquí han procurado reme- diarla con el mas puro i desinteresado ce- lo. Recíbalo la Sociedad Económica de Amigos del Pais que bajo sus auspicios, i solicitud del Sr. Dr. D. Francisco Alonso i Fernandez, logró que en Mayo de 1825 abriese este profesor en el Museo de Ana- tomía el primer curso dado en esta Ciudad de Obstetricia ó arte de partear; recíbalo el estinguido Real Protomedicato, que hizo redactar espresamente una Cartilla de par- teras desempeñada por el Doctor Don Do- mingo Rosains, quien poco después abrió una clase para la enseñanza de éstas; recí- banlo el Sr, Doctor Don Nicolás José Gu- tiérrez, que siguió ilustrando estas mate- rias en la Cátedra del Hospital Militar, i el Doctor Don Joaquín Guarro, profesor de la Ráál Universidad, de quienes mas inmedia- tamente deriva su instrucción el que esto escribe; i por último, recíbalo así mismo la reforma literaria de nuestros estudios que ecsige requisitos muy importantes á las que han de ejercer el oficio de Comadres. Para contribuir en lo posible á tan san- tos fines, i acercar á la capacidad de estas personas aquellos conocimientos de que no pueden carecer, si han de conducirse con acierto, he procurado reunir en este traba- jo con el estilo mas claro lo que es del do- minio de la partera, sembrando en la obra los consejos que dicta en casos delicados la prudencia, i ajusfándome á los frutos de la práctica consignada en las escelentes obras de Maigrier, Chaylly i Jaquemier. Tal vez se halle todavía sucinto i en muchas partes trivial este bosquejo; pe- ro es preciso tener en cuenta á qué per- sonas va dirigido i el lugar en que se es- cribe. No se escribiría ciertamente así un manual de parteras en Londres ó Páris; pe- ro entre nosotros quizá del modo que está escrito el mió , no pocas veces parecerá ininteligible á las que deben manejarlo.— Habana i Febrero 1. de 1849 » ¿ MANUAL DE OBSTETRICIA para el uso de DE LA PELVIS NATURAL I SUS DEFORMIDADES. El estudio de la pelvis, i de los órganos genitales i el feto que »e forma i desarrolla dentro del útero, constituyen los dos puntos indis- pensables para comprender la ciencia de los partos. DE Le, mira hacia el pubis; razón por la cual en los últimos meses de embarazo padece» las mugeres dificultad (le orinar, cerrando mas la media luna el empuje hacia ade- lante di© la vejiga por el gran desarrollo del útero. VestÍbidOé^S& entiende por vestíbulo aquel espacio triangular algo escavado, situado entre el clítoris i la abertura de la uretra. Se encuentra allí, en algunas mugeres poco aseadas materia sebácea, que podia inducir á error, sospechándose la presencia- de aígttna ulcerita por con- tagio. Fosa> navicular.—Es otra escavaeion colocada inmediatamente adentro i des- pués- de la» unión posterior de los gran- des labios^ unión que dijimos llamarse korquillsa ó» frenillo, i que es muy difícil que resista en las]pnmeriza» á- ios esftoe-p- zos que* hace- la- cabeza del feto- paraf^aw queap las partes, esternas; pero* su refera no tüpae» consecuencias peligrosas*. Kte sn*- cédalo- mismo cuando la rotur» ifcieresa — 40 — una porción mas ó menos grande del pe- rineo, como lo hemos dicho ya. PARTES DEPENDIENTES DEL APARATO GENITAL. Mamas.—Son las dos eminencias glo- bulosas que se señalan desde la pubertad, situadas frente á frente la una de la otra, sobre la parte anterior del pecho, que terminan en una eminencia cónica lla- mada pezón; al rededor del cual hay un círculo rosado en las que no han parido, oscuro en las embarazadas i de edad avan- zada, llamada areola. En el centro del pe- zón se ven una ó muchas despresiones que se comunican por unos tubillos con la glándula que dá la leche á las recien paridas, estableciendo así una relación material entre la madre y el hijo. En las embarazadas las mamas se abul^ tan, se ponen dolorosas, el pezón como que se levanta i arroja un líquido de apa- riencia láctea; la areola sobresale i se oscurece, i aparecen á veces tubérculos ó eminencias muy pequeñas. Estos signos — 41 — tienen gran valor para conocer el emba- razo, unidos á otros. DE LOS ÓRGANOS INTERIORES DE LA GENERACIÓN. Las partes internas de la generación son, la vajina, el útero con los ligamentos que lo sostienen, las trompas ó tubas ute- rinas i los ovarios. (Véase fig. 4). Vajina.—Es un conducto membrano- so de cuatro á cinco pulgadas de largo, situado en la pequeña pelvis, encorbado hacia adelante, desde la abertura de la vulva hasta el cuello del útero, donde su- be un poco mas por detrás que por de- lante, de modo que esta unión particular de la vajina al cuello dá origen á un hue- quecito como callejón muy notable hacia atrás. En este lugar es mas delgada la va- jina, circunstancia que los cirujanos tienen presente al aplicar algún instrumento que pueda ocasionar rotura. La vajina tiene relaciones, adelante con la vejiga i uretra, i por detrás con el intestino recto; su su- perficie está siempre barnizada de muco- -4é- sidades, i se percibe ademas un g^áñ nú* mero de arrugas que son mas salientes cerca de la vulva. Útero.—Órgano hueco que apenas ad- mite laestremidad de un dedo, i estádes- tinado á contener el producto de la con- cepción, i á espulsarlo á su tiempo; se ha- lla situado en la excavación de la pelvis, en la línea media entre la vejiga, que lo cubre en estado de vacuidad (sin feto) i el intestino recto, por cima de la vajma i debajo de los intestinos. Tiene la figura de una pera aplanada de delante atrás, su tam.iño es como de tres pulgadas dé largo, dos de ancho, i el espesor de una; adelgazándose cada vez mas i aumentan- do considerablemente hasta llegar al es- tómago al fin del embarazo. Se distinguen eñ el útero un fondo í un cuello, el primero está hacia arriba en relación con los intestinos. La tela que á modo de saco envuelve los intestinos uniéndose por los lados al cuerpo del úte- ro se estiende con fibras de él, á las par- tes laterales dé la pequeña pelvis, divi- diéndola tfarjsversalmenté por mitad. — 4? — JJsta membrana que sostiene al útero forma lp que se ljama ligamentos anchos. De este mismo punto del útero vienen 4qs cordones de fibras fuertes uno de cada lado que ligan este órgano á la re- jipn de las ingles, dichos, ligamentos re- dondos. En los anuncios de la menstrua- ción ó durante el embarazo, se ponen dolorosos pon motivo de la tirantez que esperimentan. El cuello del útero es una porción prolongada, colocada en la parte inferior de su cuerpo, i abrazada por la pprcion superior de la vajina, de modo que una parte ocupa el interior de este conducto; su largo es de diez á doce líneas, tjene una abertura trans- versal d,e tres líneas ,que limita dos bordes, el anterior mas grueso i largo que el posterior. E**ta parte del cuello recibe el nombre de hocico de tenca por pare- cerse á la boca de un pescado. Durante las menstruaciones, se ppne mas volumi- noso, rojo i blando, i su abertura se entre- abre. En e] curso del embarazo se hace mas cp; to j blando, .en el parto se rasga ¡transversamente el.cuejlo ippixej paso Je — 44 — la cabeza del feto, constituyendo la di- ferencia de cuello virjinal i cuello ma- ternal. Trompas ó tubas uterinas.—Son dos conductos que se estienden de las partes laterales i superiores del útero con quien comunican, hasta por encima de las par- tes 1\ te rales del estrecho superior, recor- riendo un camino de cuatro á cinco de- dos. De las dos estremidades de la trom- pa, la una, muy delgada, se abre en la ca- vidad del útero por un agujerillo que ape- nas recibe una cerda, la otra que está so- bre el estrecho superior toma el nombre de pabellón, que á manera de la boca de un pequeño embudo está flotante; el pa- bellón tiene los bordes, que forman picos ó tirillas, irregulares, i por uno de ellos se fija al ovario, imprimiéndole una inclina- ción sobre él. Ovarios.—Son dos órganos del tamaño i figura de un huevo pequeño de paloma aplanado, color rojo-pálido, situados en la parte superior i lateral de la escava- cion de la pelvis, á los lados del útero donde están fijos por un cordón resisten- — 45 ^ te, i unidos tombien' por una de las tiri- llas del pabellón de la trompa. SUCINTA ESPOSICION DEL DESTINO DE ESTOS ÓRGANOS. Menstruación.—Es un flujo mensual sanguinolento de los órganos genitales, que se suspende generalmente durante el embarazo i la lactancia, i que dura por lo regular treinta años después de la pu- bertad. Generación.—Es el desarrollo de un nuevo ser en la cavidad del útero, por cuyo órgano la naturaleza le suministra los medios de formación i nutrición, lla- mándose por esta razón generación uteri- na; á diferencia de las raras, pero positi- vas concepciones fuera de este órgano, estra-uterinas, de que luego hablaremos. Parto.—El útero no solo tiene por ob- jeto proteger el feto, sino que por su con- tractilidad poderosa lo espulsa cuando llega el término de su nacimiento. Los grandes labios i la vajina se estienden i ensanchan, i sin comprimir el producto — 46 — dispuesto á salir, lo sostienen i encaminan por decirlo así, hasta verla luz sin esfuer- zos ni sacudimientos.—"Por este meca- nismo ingenioso se vé preservado de los accidentes que amenazarían su existencia á cada paso, si en el instante del nacimien- to solo tuviera que franquear el cuello uterino." ESTADO NO NATURAL DE LOS ÓRGANOS GENITALES QUE HACEN DIFÍCILES LOS PARTOS. Después del estudio de la pelvis rese*^ ñamos los vicios que la afectaban en rela- ción con las dislocaciones del útero i los medios que ponia en práctica la partera para remediarlos; ahora por el mismo or- den, tócanos referir en bosquejo ios que pueden sufrir las partes blandas. Vulva.—Esta .abertura puede ser ¡mui estrecha naturalmente q por cicatrices, resistir por su dureza al paso de la cria- tura, encontrarse los grandes labios adhe- ridos por algunos puntos, hallarse su- mamente hinchados al fin déla preñez, — 4*7 - el himeñ puede tapar enteramente la en- trada de la Vajina, i haber tumores san- guíneos ó de otra naturaleza que pueden ocasionar una perdida considerable de sangre. La-comadre que haya reconocido estos vicios, como los que seguimos enume- rando i oponen obstáculo aun feliz alum- bramiento, debe insistir con los allegados para que un médico ordene lo convenien- te. Sin embargo, si la abertura de la vulva estuviese estrecha, facilitará mas lugar, desocupando *el intestino recto con una lavativa de almivar i aceite, hará que un cirujano practique k> mismo con la veji- ga de la orina, i en lo demás se limitará dorante el trabajo-del parto, á sostener el pérmé {-entre las dos vías) -f>egun ya enseñamos atíteriermen+o. Si-coii-oeieSe tumores ó mucha hincha- ron de tyes grandes Üabios, sabrá que aquellos necesitan que los estirpe un Gimi- jano ó'-a^íique-el fórceps siel'dbstácuio es insuperable; si es la:suma hi-nehazon que comunmente se dá en lasprimeriess' entenderá que mejor es escarificar 'los — 48 — grandes labios para que se desaoguen que usar el fórceps mui difícil de aplicar por los estragos que produce, contundiendo i desgarrando estas partes. Vajina.—Este conducto relajado apa- rece entre los grandes labios, llamándose caida ó descenso de la vajina i durante el parto corre un gran riesgo por su ma- yor descenso i compresión. En este caso debe la comadre como en la hinchazón de la vulva, si es llamada algunos días an- tes del parto, aconsej ir que la embarazada esté acostada boca arriba, i con lije ras pre- siones ayudará la introducción de la va jiña i le pondrá cabezales con el agua de estracto de saturno. La estrechez de la vajina puede ser na- tural ó accidental dependiendo de plie- ges ó inflamaciones crónicas. Estos obs- táculos son vencidos por la naturaleza á causa de la relajación i blandura que precede al parto, mas si ofrecen resisten- cia i tal estrechez, hará el médico su am. pliacion, por esponjas preparadas ó por cortes repetidos, chicos i en varios pun- tos. — 49 — Útero.—El orificio del cuello del úte- ro, puede estar casi cerrado por una irri* tacion que se conoce por los dolores vio- lentísimos al tocarlo i que se reparten á las ingles i lomos resultando una di- lación en el parto: en este caso,convienen los medios baños prolongados, quizás una sangría si las fuerzas lo permiten, vahos de cocimiento de malvas ó llevar con la estremidad del dedo,unabolitadeestrao- to de bella-donna. Las contracciones ó dolores apesar de estos remedios, aveces no pueden vencer la resistencia de este apegamiento del cuello uterino i pueden ocasionar la rotura del útero; mas vale entonces des- truir esta adherencia con la estremidad del dedo indicador dirijído al punto; sal- drán algunas gotas de sangre i el parto se dará convenientemente. Los otros males materiales, como tumo- res del cuello uterino, reconocidos por el tacto i los padecimientos revelados por enfermedades r.nteriores, toca remediar á un cirujano después que los reconózcala partera. — 50 — Tumores situados fue/ a de los órga- nos dichos.—En los ovarios, cavidad pelviana, intestinos, vientre, pueden ha- llarse tumores, mas ó menos duros, fijos, movibles, que imposibilitan la progresión del feto: si se hallan movibles, la comadre los llevará con la mano á un punto que no impidan el parto, ó sino acostará la enferma del lado que favorezca mas la expulsión i los esfuerzos maternales. Prolapso u'erino (caida).—En todas las épocas de la vidapuedr el útero abo- carse i descender entre los muslos, pero es mas frecuentre entre las mugeres (pie. lian parido mucho. Enseñaremos á conocer este vicio de posición á la comadre, por- que se dá en las mugeres no preñadas, en las que están, i por lo que modifica el parto, para que en todos casos remedie algo en beneficio de la humanidad. Se conoce esta enfermedad por la ti- rantez en los lomos é ingles, por el flujo amarillo verdoso, por la dificultad de crinar, por la necesidad de ir á menudo ft] servidor esperimeutamlo al caminar ¿o1 >r en. la vulva, enloquecimiento nota- — 51 — ble i en fin por que se vé el cuello uteri- no entre la vulva, ó el órg¿xno colgando entre piernas. La comadre que vé este mal en muje- res no embarazadas, prescribirá cuando no es mucho el descenso, baños interio- res de cocimiento do calcara de granada ó de agua bien fresca auxiliados de la posición boca-arriba; mas si el descenso es completo, procederá á reducir (colo- car bien).-el útero, haciéndole doblar á la rauger las piernas, sobre los muslos, i estos sobre el vientre colocada boca-ar- riba, con la cabeza sobre dos alraoadas; i separados bien los muslos, irá suave- mente con un lienzo fino i dos dedos, in- troduciéndolo adentro i arriba, sostenién- dolo en su lugar para aplicar el pesarlo. APLICACIÓN DEL PESARIO. El medio mas seguro i fácil de mante- ner el útero en su lugar es el uso del pe- sario; su aplicación es mui sencilla i bien puede confiarse á una partera. El pesarlo es un cuerpo anular, bien — 52 — maeiso ó hueco, que introducido en la vajina convenientemente, mantiene la matriz en su situación natural: unos son de marfil i otros de sustancia ó tejidos barnizados ó de goma elástica; como for- man anillo, tienen un agujero en su centro para dejar pasar los humores que destila el útero. Mejores son los flexibles ó que tengan aire en su interior, i un poco es- cavada una de sus caras para acomodarlo bien al cuello del útero. Puesta la muger en la misma posición en que se dejó después de haberle colo- cado el útero, la partera cojera con la mano derecha el pesario untado en acei- te de almendras; con los dedos de la otra mano separará los grandes labios, resenta entonces de borde el pesario, lo unde en la vajina apoyándolo sobre su pared posterior, para no lastimar el ca- nal de la orina: el instrumento asi intro- ducido, el dedo indicador le hará ejecu- tar un movimiento para que se coloque horizontalmente i la caía escavada cor- responda al cuello uterino. Es consejo que antes de retirar el dedo se revise toda la — 53 — circunferencia del pesario para deshacer las arrugas ó pliegues que pueda haber producido en la vajina. Es conveniente antes de aplicarlo, ha- cer evacuar la enferma para que estén mas francas estas partes; que esté en ayunas para que la impresión nueva no le interrumpa la dijestion, i después de puesto, puede hacérsele toser, andar, pa- ra quedar seguros de su buen desem- peño. Introducido el pesario, no creo que sea, mantenido por las tuberosidades isquiati- cas (asentaderas) sino en virtud de la: tonicidad pj opia de la vajina. Cuidados que reclama, el uso del pesa* rio.—Los primeros dias la incomodidad, el dolor, i los cambios que se esperinien- tan al orinar i evacuar, cederán, suspen- diendo su uso ppr dos ó tres dias con e] reposo en cama i sustituyéndolo otnj vez, hasta que se acostumbren los ór? ganos á ese cuerpo estraño; si eso no e^ suficiente usarán medios baños de majs vas, lavativas de linaza, i unturas al vien- tre de aceite con manteca de cacao tibia, — 54 — á no ser que se prolongasen demasiado es- tos í-inromas, en cuyo caso la comadre lla- mará médico. Quitar el pesarlo.—Para estraer el pe. sario se coloca la muger del mismo mo- do que hemos dicho: la comadre intro- duce en la vajina el dedo índice i cogién- dolo por uno de sus bordes, le hace eje- cutar un movimiento para colocarlo de plano i sacarlo de lado. Algunas veces es penoso sacarlo por los muchos dias de aplicado i se halla como encajado; enton- ces se puede introducir el dedo en el ani- llo para dislocarlo i traerlo á fuera. Descenso del útero en las embarazadas. Se nota mas este accidente en las 5 ó 6 primeras semanas de la preñez; pero des- pués la naturaleza corrijeeste estado dan- do mayor vid a i vigóralos órganos sexua- les. 'La comadre en esta circunstancia re- comendará en los primeros meses la po- sición acostada, y que no haga esfuerzos la enferma de ninguna naturaleza i se abstendrá mui mucho de aplicar el pesa- rio á costa de provocar un aborto. Parto con descenso del útero.—Bajo — 55 — la influencia de los dolores ó sin esa cau- sa puede la cornac re encontrar esa ano- malía en el acto del parto. El útero fuera de la vulva no está sometido á las con- tracciones de los músculos del vientre; reducido á las suyas solas, prolonga el trabajo i pierde parte de su propia ener- jia. En estas condiciones, no debe operar por si sola la partera: el médico facilitará con baños emolientes la dilatación del cuello uterino. Desp.ies del parto no se debe dejar la par á los solos esfuerzos de la naturaleza, por el contrario es indispen- sable estraerla inmediatamente, para que el útero se rehaga sobre si mismo i pueda ser colocado de un modo fácil en su situa- ción natural. CAPITULO IIL DEL FETO I DE SUS DEPENDENCIAS EN RELACIÓN CON EL CONOCIMIENTO PRACTICO DE LOS PARTOS. e nombra feto al ser concebido en el útero, i que ha llegado del terceroal no- veno mes; concepción ovular la de un mes; embrión desde el segundo al tercer mes, fundándose en esto las denominacio- nes, de los abortos en ovulares, emhriona. les, i sólo fetales hasta el sétimo; mas consi- derando nuestras leyes vividera la cria- tura á la entrada del seteno mes, se dice entonces en lugar de aborto pwto pre- maturo ó anticipado. — 57 ~ Estudiaremos la criatura de nueve me- ses, porque entonces está mas desarro- llada. El tamaño natural de los recien naci- dos es de diez y seis á diez y ocho pul- gadas, reduciéndose considerablemente dentro del útero po: la posición i actitud que luego describiremos. Su peso es de seis á siete libras. Se le considera compuesto de cabeza, tronco i estremidades, dos superiores (brazo, ante-brazo i manos) i do¿ inferio- res (muslo, pierna i pié). Cabeza.—Es la estremidad superior, de figura de un ovalo irregul >.r, cuyo rema- te mas abultado corresponde atrás (á la nuca), donde se hallan los cinco sentidos, i el cerebro. De todas las partes del feto es la mas voluminosa, no obstante ser mayor el diámetro de un hombro á otro, por facilitarse estos mas que aquella á que se les reduzca de tamaño. Se divide en- cráneo (porción que contiene el cerebro) i cara donde se hallan casi todos los sen- tidos. El cráneo está compuesto de huesos planos escavados para abrigar el cerebro, — 58 — e que se unen por bordes irregulares de- jando espacios lineares ó redondeados, cubiertos por membranas, que se perciben con el tacto (molleras). Los huesos son el frontal, que forma la frente; el occipital, la nuca; los parietales, dos que se unen por arriba i constituyen las paredes del cráneo; colocados entre los dos anteriores encima de los temporales, que es de don- de arrancan las oreja?, i corresponden á las sienes:—(Véase figura 5;)—el e-fe- nold&s i el etmoides, que forman la base ó porción inferior del cráneo. La cara es inferior i anterior al cráneo; presenta de arriba abajo, los ojos, las me- jillas donde hay uua eminencia llamada malar, la nariz, la cavidad de la í oca, i la salida ó prominencia de la barba. Hemos dicho que la unión de los hue- sos del cráneo del feto no proviene de es- tar ajustados ó encajados, sino que se efec- túa por medio de membranas que se co- nocen perfectamente al tacto; i estando el hueso frontal separado en su paite me- dia, representan en su totalidad una cruz doble ó de dos brazos, partiendo el palo — 59 — de la cruz del nacimiento de la nariz ala parte baja de la coronilla, el brazo ante- rior de la unión del frontal con los parie- tales, i el posterior de la unión de estos con el occipital. En el punto del cruza- miento de estas líneas se encuentran dos vacíos membranosos, uno adelante cuadri- longo, que se le dice bregma ó mollera frontal, i otro atrás mas pequeño, corres- pondiendo bajo de la coronilla, mollera occipital. El conocimiento de estos espa- cios membrí.nosos llamados fontanelas ó molleras, es de gran importancia, no solo para comprender que se puede reducir á menor volumen la cabeza, sino para esta- blecer las presentaciones i posiciones de la criatura. Así como admitimos en el estudio de la pelvis líneas fingidas que la atravesa- ban de p«u-te á parte en dirección deter- minada [diámetros i ejes], del mismo modo es necesario para comprender la salida del feto, considerar los diámetros de la cabeza. Diámetros.—Cada autor los multiplica á"su agrado, pero solo merecen la aten- — 60 — cion los que pueden ponerse en relación con los del bacinete (escavacion). Basta- rá describir con Velpean siete, en orden de estension. (Véase figura. 6). 1.°—El occípito-mentoniano, que se es- tiende de la parte baja de la coronilla, [eminencia occipital] á la punta de la barba, tiene cinco pulgadas: 2.°—El occí- pito-frontal de cuatro pulgadas, desde el mismo punto occipital á la frente. El 3.° —Tráquelo-bregmático, que atraviesa perpendiculamiente la cabeza desde la mollera anterior hasta la parte delantera del cuello, tiene de tres i media pulgadas, á tres pulgadas nueve líneas: 4f°—El bi- parietal, que vá de la parte saliente de un lado de la cabeza á la igual del otro lado [eminencias parietales] tiene de tres i cuarta pulgadas á tres i media: 5-°—El sub-occípito bregmático, el mas impor- tante, porque se presenta en los partos en la mayoría de casos, constituyendo una buena posición; se estiende desde la terminación del pelo en la nuca hasta la mollera anterior ó frontal, tiene tres pul- gadas dos líneas ó una mas: 6.°—El fron- — 61 — to-mentoniano, cuyo nombre indica que se estienue de la frente á la barba, con tres pulgadas: 1°—El bi-temporal que se estiende de la parte anterior del aguje- ro de un oido á otro, i cuya longitud es de tres pulgadas escasas. TABLA de las medidas del feto «le todo tiempo para com- prender las partes que pueden atravesar la pelvis. A.—Diámetros de la cabeza. 1.° VERTICALMENTE. PULGADAS. LINEAS. Del ápice de la cabeza has- ta delante del agujero occipital (tráquelo bregniatico)....... 3 6 De la mollera anterior hasta delante del agujero occipital (cérvico bregmatico)........ 3 6 De la mollera anterior á ba- jo del occipucio (sub-occipito brégmático)............... 3 2 De la mollera anterior á la — 62 — PUtOADAS. LINKA punta de la barba (mentó breg- matico) ................... 4 0 De la eminencia frontal á la punta de la barba (fronto men- toniano)................... 3 0 De la eminencia frontal á la parte anterior del cuello (trá- quelo frontal............... 3 2 2.° TRANSVERSALMENiL*. De una eminencia parietal ¡i la otra (bi-paríetal)......... 3|- ú --.} 0 Da una sien á otra (bi-tem- poral).................... 2j 0 3.° DE ATUAS A ¡-ET A: T.'i Del tul éreulo occipital á la emineiviít frontal (occípito fron- tal)...................... 4 0 D ;; muí i- ra posícrior ú la punta de la barba (occípito ii;e'itoniai¡o)............... ó De !.! moliui.i :>• -teri.-r á la parte anterior de! cuello (tr¿* 4/1. lo iccij.ital.«,,.„........ 4 0 — 63 — B.—Diámetros de los hombros. TRAX3VERSALMEXTE. PILCADAS. LINEAS. De la punta de un hombro á olro (i/i acromial).......... 3J á i 0 Capaz dedisminuir á..............3} 0 O.—Diámetros de la pelvis. TRANSVEKSALMENTE. De una cadera á otra (bis— ifaco)..............f...... 32 á 4 0 Capaz de disminuir á...... 3£ 0 D.—Diaraetros del feto en su conjunto. VERTICALMENTE. De la punta de la cabeza hasta el fin de la ral.adula (coc- ci- rcginatico.............. 11 0 De la punta de la cabeza al calcañal (calcáneo brégmalico) 16 á 18 0 Es muy necesario ]•< ne'rarse bien de estas medidas para apreciar » p?sibüi — 64 — dad ó imposibilidad del desprendimiento del feto; así es que comparando los diá- metros con los que estudiamos en la pel- vis, podi'á asegurarse que es casi imposi- ble que atraviese la cabeza por el occípi- to-mentón iano. Los movimientos que puede ejecutar la cabeza del feto son: la flecsion que es el mas favorable porque presenta los diáme- tros mas pequeños en relación con la pel- vis, i no compromete la criatura; entonces la barba se acerca mas ó menos al pecho; la estension, cuando el occipucio [coroni- lla] se aproxima al espinazo, estendién- dose el cuello por delante, la que hace imposible la salida de la criatura, sino se vá doblando bácia adelante; la inclinación lateral, cuando la cabeza se acerca á los hombros; i la rotación ó vuelta que descri- be la cabeza sobre sí misma, la cual solo puede llevarse á una cuarta parte de cír- culo, es decir que la barba se ponga al nivel délos hombros: mas allá esperimenta una resistencia (pie produce compresiones peligrosas. Tronco.—Considerando en relación con — 65 — los partos, no exije tanto estudio como la cabeza. Abraza el cuello, pecho, vientre i pelvis, de manera que es la parte com- prendida entre la cabeza i los muslos, teniendo por apéndices las estremidades superiores é inferiores. La parte mas vo- luminosa de él se encuentra de hombro á hombro, que medida tiene cuatro i me- dia pulgadas, reduciéndose por la com- presión á tres i media. La pelvis, estremi- dad inferior del tronco donde están do- blados los muslos i las piernas, represen- ta la figura de un óvalo irregular; está dividida de delante hacia atrás por un surco donde se encuentran el ano i las par- tes genitales. De una cadera á^ otra, hay tres pulgadas; del sacro al pubis dos, i de la parte de afuera de un muslo al otro, tres pulgadas cuatro líneas. Si el feto sale con los muslos doblados sobre el vientre, la estension del diámetro ántero-posterior es doble; pero la compresión to reduce suficientemente para su espulsion. Al fe- to en general se le estudian cuatro planos uno anterior, que corresponde á la cara, pecho i vientre; otro posterior que per- — 66 — tenece al espinazo, i dos laterales, donde se ven orejas, hombros, axilas (sobacos), los lados del pecho i vacíos. Actitud del feto dentro del útero.—Es la postura que resulta del modo particu- lar con que las diferentes partes de la criatura se presentan dispuestas entre sí. En el mayor número de casos se. halla encojido, con la cabeza para abajo, do- blada sobre el pecho, los muslos dobla- dos sobre el vientre, las piernas aplica- das sobre los muslos i los talones (calca- ñales) al nivel de las nalgas. Acurrucado así representa muy bien un óvalo, mas grueso por la cabeza i cuyo diámetro ma- yor desde la coronilla (occipucio) hasta los talones, es de diez á once pulgadas.— (Véase figura. 6). Movimientos del feto.—La actividad espontánea de la criatura empieza ordi- nariamente hacia el cuarto ó quinto mes, desde cuya época se hacen cada vez no- tables los movimientos á la madre i aun para la mano puesta de plano sobre el vientre de la embarazada, i llegan á ser algunas veces tan activos i tan precipita- — 67 — dos que producen graves incomodidades á ésta para quien tales movimientos son la prueba de que el niño está vivo, i una de las mejores para comprobar el em- barazo. A ellos se debe también el torcimiento que á manera de cuerda tiene el cordón, lo mismo que los nudos que suelen obser- varse. DE LAS DEPENDENCIAS DEL FETO. Bajo el nombre de pares, secundinas, ó dependencias de la criatura, se com- prenden las diversas membranas que lo envuelven, los líquidos que estas contie- nen, aplacenta i el cordón del ombligo. Caduca.—Es la primera hoja que en- vuelve á la criatura i que aparece desde los primeros momentos del embarazo; se presenta bajo el aspecto de una mem- brana en forma de costra, blanquecina, manchada á veces de puntos rojizos, elás- tica i muy blanda. Viste la cavidad del útero, doblándose para formarle la cu- bierta esterior al feto. — 68 — Corion.—'Ea la segunda menbrana; por su cara esterna corresponde á la caduca, i por la otra al amnios. Mas gruesa en los primeros meses de la gestación (em- barazo), disminuye á medida que se acer- ca el instante de parir. Sobre una parte de su cara esterior es donde se ven desen- volver, entre el segundo i tercero mes, unos filamentos blanquecinos i vasculares que formarán la placenta. El destino del corion es por consiguiete te fijar el huevo al útero i contribuir á la formación de la placenta, sostener á la otra envuelta que vamos á esplicar, lla- mada amnios, i transmitirle los vaso teu- nísimos sin color que derraman en su cavidad el líquido donde debe nadar el feto. Amnios.—Tercera i última cubierta de la criatura, ó mejor dicho su mem- brana propia; esta es la que la sostiene, la encierra i contiene el agua en donde se conserva. El amnios es una membrana transparente i un poco mas gruesa que el corion. Por una cara corresponde al co- rion por medio de los vasitos sutiles que — 69 — se desgarran con la mayor facilidad des- pués del parto. Su cara interna corres- ponde al feto, i se halla en contacto in- mediato con el agua del mismo nombre. Los usos del amnios se reducen á con- tener el producto de la concepción, i el agua, donde se halla, con mejores movi- mientos. Fuera de estos usos particulares el corion i el amnios sirven también, en el instante del parto, para sostener el pe- so de las aguas i facilitar á manera de cuña suave la ampliación del cuello del útero. Al estudio de las membranas se junta naturalmente el del agua que contienen. Se le dá el nombre de agua del amnios. Este líquido es claro, limpio i transpa- rente; no obstante, algunas ocasiones está turbio, ceniciento-oscuro i despide una fetidez estraordinaria hacia el fin del em- barazo sin que el feto esperimente alte- ración ninguna. Es nr.s abundante al principio que al fin de la gestación relativamente al saco que lo contiene. Sirve el agua del amnios para sostener — 70 — el feto, preservándolo de los sacudimien- tos de la madre i las contracciones del útero. En los dolores de parto se rompen ge- neralmente estas membranas antes de sa lir la criatura, dando paso al agua del amnios (rotura de la fuente); i otras ve- ces si bien raras, sale el feto con todas sus membranas ilesas constituyendo el parto en seco de nuestras parteras. Placenta—-La placenta examinada en los últimos tiempos del embarazo, se pre- senta bajo la forma de una masa espon- josa, celulosa, ordinariamente vascular, aplanada, del grueso de una pulgada en el centro, mas delgada por la circunfe- rencia i cuya estension es de siete pulga- das; su peso, con las membranas i el cor- don umbilical, es generalmente de doce onzas. Se halla desarrollada desde el ter- cer mes.—(Véase fig. 8.) Se le estudia una cara que se adhiere íntimamente al útero mientras dura la gestación, i por ella se establece la rela- ción de contigüidad, mediante la cual re- cibe el feto los líquidos nutritivos; i ade- — 71 — más la cara opuesta, donde se halla el cordón umbilical, la cual está sembrada de divisiones por los vasos del cordón, i se encuentra cubierta por el corion. La placenta arranca casi siempre de la cara posterior ó del fondo del útero. Sin embargo, también, aunque rara vez, co- mienza cerca del orificio del útero i aun sobre esta abertura, constituyendo una causa casi constante de hemorragia en los últimos meses por la ampliación que vá esperimentando el cuello uterino, ac- cidente que debe ramediar un cirujano. La inserción del cordón umbilical tiene lugar en el centro de la placenta, i algu- nas ocasiones sobre un punto de su borde circular (circunferencia), dándole el nom- bre de placenta en forma de raqueta ó con cola. Este órgano se desgarra fácilmente; su color es de sangre quemada. Siempre hay una placenta para cada criatura; sin embargo, no es raro encon- trar en un embarazo de jemelos ó jima- guas, las dos placentas reunidas por sus bordes, por lo que siempre i en todos los — 72 — casos después de atado el cordón del re- cien-nacido, aconsejamos se comprima ó se ligue la parte que queda de la pla- centa no estraida, mientras sale el otro feto; no que abandonado, traería una he- morragia (salida de la sangre) perjudi- cial al que na de nacer. Cordón umbilical.—Es un manojo com- puesto de tres conductos membranosos (dos arterias i una vena), que llevan la sangre para nutrir el feto desde la pla- centa al ombligo de aquel i vice-versa. Su longitud ordinaria es de diez i ocho á veinte i cuatro pulgadas; su grueso como el dedo pequeño. El mayor ó menor grueso depende de un líquido transparente amarilloso, lla- mado gelatina de Warthon; pero cuando se observe un aumento notable en las cer- canías del ombligo, hay razón para sos- pechar la existencia de una porción de intestino (tripas) que deberá reducir la comadre antes de hacer la ligadura, cor- tando muy arriba para cojer entre los de- dos el cordón, i con los dos de la otra ma- no desvanecer la relajadura, dirigiéndola — 73 — hacia el vientre de la criatura, como cuan- do se esprime una sanguijuela para va- ciarle la sangre. Todos los cordones no son iguales: los hay cortos, largos, nudosos, lisos:los del- gados son, en general, los mas resistentes, i bien podemos fiarnos de ellos para tirar, á veces, i facilitar el desprendimiento de las pares. CAPITULO IV. DEL EMBARAZO. n el embarazo se debe considerar lo que constituye este estado, sus diferen- cias ó divisiones, i por último, los signos que lo manifiestan. — 74 — Definioion.-Se estima embarazada una muger cuando abriga en su seno el pro- ducto de la concepción. El embarazo prin- cipia inmediatamente después de la con- cepción, i termina con el parto. Su dura- ción total es de nueve meses. No es raro que este término se retarde ó anticipe al- gunos dias, como lo acreditan muchos ejemplares, pero no es este el lugar pro- pio de examinar un punto que pertenece al dominio de la medicina legal. División i diferencias.— Se distingue el embarazo: primero, por su sitio, en ute- rino i anormal ó estra-uterino, los cuales pueden ser verdaderos ó falsos; segundo, por las diferentes sustancias que lo com- ponen (falsos enjendros) pudiendo ser masas sin forma, acumulaciones de bol- sas acuosas, etc; tercero, por el número de fetos. Es simple, cuando el útero no tiene sino una sola criatura; compuesto, cuando dos ó muchos fetos están encerra- dos en su cavidad. El embarazo estra-uterino se hace en los ovarios, en las trompas uterinas, en la cavidad del vientre, etc.; constituyendo -- 75 — el embarazo ovárico, tubario,.i abdomi- nal. Los signos para demostrar este error de lugar en la concepción, se cofunden mucho con los del embarazo natural ó uterino. Sin embargo, en muchas obser- vaciones se han señalado dolores de vien- tre limitados á un punto de la parte in- ferior del vientre. Estos dolores se han presentado con mucha intensidad; se les ha visto aparecer poco después de la con- cepción, i continuar por un tiempo bas- tante largo, i suelen presentarse por in- tervalos, Signos del embarazo natwral.—Las se- ñales que sirven para caracterizar que una muger está en cinta no tienen todas igual valor; su importancia varía en general se- gún la época que se quiera comprobar. Así se las ha dividido en señales ó signos de presunción i signos de certeza. Los primeros hacen sospechar que existe el embarazo; los segundos comprueban el estado. De presunción.—Unos pueden referir- se á órganos ó puntos determinados del cuerpo que corresponden á las partes de — ve- la generación, i otros al sistema general de la mnger. Al útero.—El flujo menstrual se sus- pende ordinariamente aunque hay cir- cunstancias de enfermedades que lo in- terrumpen, i también suele continuar los primeros meses; pero la persistencia dá casi certeza de que la muger no está en cinta. Al vientre.—Cuando la muger advier- te que su vientre se desenvuelve i crece, cree que está embarazada, sobre todo si este signo se une á la supresión de sus re- glas. El aumento se hace por delante, con- servándose así aunque la muger se acues- te boca-arriba; mas tarde el ombligo se pone prominente, i hacia las ingles se ob- servan unas líneas irregulares i oscuras. Al tercer mes el útero sube al nivel del pubis; al cuarto se percibe dos pulgadas por encima; al quinto se acerca al ombli- go; al sesto al nivel del ombligo; al séti- mo pasa del ombligo; al octavo llega al hueco del estómago; al noveno el útero baja i se inclina adelante. Mamas.—Los pechos se ponen adolo- — 77 — ridos i abultados, presentando las varia- ciones que esplicamos mas arriba en su descripción. Resto de la economía.— Muchas mu- jeres se quejan de dolores de cabeza, de muelas, de cólicos mas ó menos fuertes, i calo-frios; los ojos pierden su vivacidad, i los rodea un círculo oscuro (ojeras); y el cuello se abulta. Cuando están en los últimos meses, las fatiga el caminar, pa- decen estreñimientos, se le hinchan una ó las dos piernas, tienen calambres, otras se resienten de las caderas, la orina sue- le presentarse turbia, con porciones que nadan en ella ó se pegan al orinal. A al- gunas las molestan los agrios del estóma- go, los vómitos; hay que mudan de ca- rácter i esperimentan gustos estravagan*** tes, entre los que se cuentan los antojos ó caprichos. Muchas se quejan de almor- ranas (hermorróides) con ganas de eva- cuar i orinar, i en los últimos meses del embarazo de picazón é inflamación en los grandes labios. Estos signos no tienen gran valor cuan- do se observan aislados; pero lo adquie- — 78 — ren, si se presentan juntos ó reuni- dos. Signos de certeza.—Son los movimien- tos espontáneos del feto (movimientos activos) i los que se le comunican, (mo- vimientos pasivos). Para el estudio de estos signos se usa del tacto, que se pue- de definir, una operación manual, cuyo fin es dar á conocer el embarazo ó jesta- cion, los cambios del útero i el momento del parto. DEL TACTO ABDOMINAL. Para apreciarlos movimientos activos del feto, se usa del tacto llamado abdomi- nal. Bien esté de pié ó acostada la mu- ger, se aplica la palma de la mano fria, humedecida en agua, é imprimiendo una ligera presión sobre varios puntos del vientre, se sentirá el feto moverse de pronto, porque recibe la impresión de la palma de la mano, cuyo movimiento sen- tirá la misma embarazada. Este signo solo se presenta desde el cuarto ó quinto — 79 — mes, haciéndose cada vez mas marcado hasta el término de lajestacion. Los movimientos pasivos se indagan por el tacto vajinal, que se hace mejor estando la muger en pié. Del tacto vajinal estando en pié la em- barazada.—De este modo con las piernas separadas, apoyada la espalda sobre la pared ó un mueble, los brazos cruzados ó colgando, se le aconsejará ponga su cuerpo en una especie de abandono. En- tonces la partera, después de haber sua- vizado el dedo índice con aceite, lo in- troduce por la comisura posterior en di- rección del eje de la vulva adentro de la vajina, recorriendo su estension hasta to- car el cuello del útero; colocará la pal- ma de la otra mano sobre el vientre para juzgar el desarrollo del embarazo i el pe- so i altura á que ha llegado la entraña. Hecho esto, imprimirá con la estremidad del dedo índice un movimiento repenti- no al útero por delante de su cuello, en- tre él, i la vejiga, i sentirá, bien, por la palma de la mano que tiene en el vien- tre, ó en la estremidad del dedo que man- — 80 — tiene aplicado, la impresión de un cuerpo que empujó i que vuelve á caer. A este movimiento se le dice de rechazo, el cual no se siente sino desde el cuarto mes, ha- ciéndose mas oscuro desde el octavo. Para hacer este rejistro debe poner la partera una rodilla en tierra. (Véase fig^ 9?) Ya que hablamos del tacto vajinal pa- ra el conocimiento de los movimientos pasivos del feto, lo describiremos de pa- so, cuando la muger está acostada i se trata de examinar también el cuello i las membranas antes ó durante el parto. Del tacto estando la muger acostada.— Colocando una almohada plana debajo de las caderas, con los muslos i las pier- nos dobladas i separadas para dejar flojo el vientre, se pondrá la partera al lado de- recho é introducirá el dedo índice del mismo modo, observando si la abertura del cuello terino, está muy abierta, si per- cibe las membranas i alguna parte de la criatura. En estos rejistros es menester proce- der con todo decoro ofendiendo lo mé- — 81 — nos posible la vergüenza de la muger, ha- ciéndole conocer la necesidad de formar un juicio exacto parabién de su conser- vación i de la criatura, i verificar las ob- servaciones del tacto por debajo del ves- tido ó de las cubiertas de la cama, sin lastimar de ningún modo el pudor, des- cubriendo las partes jenitales. SIGNOS QUE INDICAN EL EMBARAZO DE JIMAGUAS. Los gemelos pueden estar separado uno de otro, ó encontrarse adheridos (pe- gados) por algún punto de su cuerpo; du- rante la preñez no ha sido posible cono- cer los adheridos; se ha dicho que en el momento del parto de estos, la salida del agua de la fuente se hace de una vez, porque los envuelve un saco común, i en aquellos por hallarse cada uno en el su- yo, aparecen dos fuentes rotas con inter- valo una agua de otra. Nada hai de po- sitivo por que se pueden romper las dos fuentes á la par. Pueden hacer presumir la preñez de — 82 — gemelos sueltos los signos siguientes: rá- pido abultamiento del vientre principal- mente de un lado á otro (transversal): un surco ó depresión longitudinal, obli- cuo, que separa la barriga por decirlo así, en dos porciones: sensación de movimien- tos de dos criaturas que se notan en dos lados á la vez: aumento exujerado de to- dos los síntomas de la preñez: elevación considerable del cuello uterino, que hace difícil reconocer las partes del feto, i la aparición de los dolores de parto antes del término. SEÑALES QUE ANUNCIAN LA MUERTE DEL FETO DURANTE EL EMBARAZO. Estas pueden referirse á los fenóme- nos que se observan en la madre, ya con respecto al útero i su estado general, ya con respecto á la criatura. Al útero.—Lo primero que se nota es que el órgano no continúa aumentándo- se, esperimenta la embarazada cierto pe- so hacia el bajo vientre con frió en ese punto; si muda de postura hacia un lado — 83 — ú otro, el útero sigue los movimientos de aquel peso como un cuerpo inerte, acom- paña hemorrajia, i á veces dolores segui- dos de la espulsion del engendro. Estado general.—Los vómitos que atormentaban á la madre se contienen, los pechos se abultan con dolor i secre- ción láctea, corno si el parto se hubiera verificado; esperimenta escalo-frios, fie- bre, pierde el apetito i siente debilidad. Respecto al feto.—Cesa de moverse es- pontáneamente i perdiendo la facultad de sostenerse, la muger percibe los movi- mientos pasivos de su criatura, que como cuerpo estraño se dirije al declive de la posición que ella tome. Si á estos cam- bios se une que la madre ha dado una caida, hecho esfuerzos grandes, ó reci- bido un golpe en el vientre; si ha senti- do una gran impresión moral, ha pade- cido enfermedad grave, ó. tomó medica- mentos muy activos, puede tenerse por cierto que la criatura está muerta. A la muerte del feto sigue su espulsion, ó la destrucción dentro del ulero para sa- lir por partes. En ambos casos no debe — 84 — intervenir la partera ni para asistir des- pués del aborto, ni ordenando medicinas que puedan servir para espulsar la cria- tura muerta, aunque sea suplicada por la enferma. De su deber es sin embargo, confortar el espíritu de la paciente, dis- minuirle y aun callarle su situación, pi- diendo que le sean prontamente dispen- sados los auxilios de la ciencia, sin sobre- cojer su espíritu de un modo funesto. Las leyes castigan no solo á las per- sonas que en estos casos por atreverse á disponer en materia que ignoran, origi- nan perjuicios, sino mas gravemente aun á las que facilitan á sabiendas algún cri- minal recurso de matar la criatura por sustraerse á la infamia ó al castigo. No lo olvide la comadre jamás. — 85 — TABLA QUE REASUME I COMPLETA EL ES- TUDIO DE LA PREÑEZ EN SUS DIVERSAS ÉPOCAS SEGÚN EL DOCTOR CAZEAUX. (de su cuarta edición). P? imero i segunao mes. SIGNOS RACIONALES. 1. Supresión de las reglas (es- cepciones numerosas). 2. Ganas de vomitar, vómitos. 3. Ligero aplanamiento debajo del ombligo. 4. Hundimiento del ombligo; 5. Abultamiento de los'pechos, con picazón i dolores. SIGNOS SENSIBLES. 1. Aumento del volumen i pe- bo del útero; 3. Lijero descenso del órgano; 3. Útero menos movible; 4. Paredes del útero con con- sistencia de goma elástica. 5. Cuello del útero dirigido abajo, adelante i á la izquierda. 6. Orificio del cuello uterino redrndeado en las primerizas, i mas entreabierto en las que han parido antes. 7. Ligero reblandecimiento de la mucosa de dicho orificio i co- mo edematoso (hinchado). Tercero i cuarto mes. 1. Supresión de las reglas (al- gunas escepciones). 2. Persistencia ó aparición de vómitos. 3. Ligera elevación debajo del ombligo 4. Hundimiento menor del ombligo. 5. Mas abultamiento de los Ílechos, con salida del pezón i co- oración suave de la areola. 6. Kiesteina en la orina [tela que sobre nada á la orina i se pe- ga al vaso que la contiene]. 1 A1 fin del tercer mes, el fondo del útero sube al nivel del estrecho superior. Al fin del cuar- to se siente en medio del espa- cio que separa el ombligo del pubis; 2. Sonido macizo por el dedo que toca instantáneamente i de seguida ese lugar, (percusión). 3. El tacto abdominal hace distinguir un tumor redondo del volumen de la cabeza de un niño de un año. 4. Por el tacto abdominal i va- jinal reunidos, se demuestra £a- SIGNOS RACIONALES. 86 — SIGNOS SENSIBLES. cilmente la disolcacíon en masa 1 el volumen del útero. 5. En el torcer mes tiene cl cuello del útero la misma situa- ción i dirección que en el mes an- terior, en el cuarto se eleva i se encuentra dirijido atrás i a la Iz- quierda. 6. El reblandecimiento del con- torno del orificio es mus marca- do; está mas abierto en las que han parido, i cabe la estremidad del dedo; está cerrado i siempre redondo en las primerizas. Quinto i sesto mes. ' 1. Supresión de las reglas .(raras escepciones). 2. Frecuentemente cesan los vómitos i los trastornos dijes- tivos. 2. Desarrollo considerable de toda la región debajo del ombli- go. 4. Tumor abdominal, redondo, movible, saliente sobre la linea media i en la cual se sienten al- gunas veces desigualdades fetales. 5. Desaparición casi completa del hundimiento propio del om- bligo. G. Coloración, mas viva de la areola, que se halla punteada; í con unos tuberculillos. 7. Kiesteina en lá orina. 1. Ai fin del tercer mes, el fondo del uteroestáá un través de dedo debajo del ombligo. Al fin del sesto mes á un través de dedo encima de él. 2. Desigualdades fetales i mo- vimientos activos mui sensibles. 3. Ruido del corazón del feto. (de fucile.) 4. Movimiento de rechazo (de pelota). 5. Se siente en la parte supe- rior i anterior de la vajina un tu- mor algunas veces blando i movi- ble, otras ocasiones, duro, redon- do i resistente. 6. La mitad inferior del cuello del útero está reblandecido. 7. Toda la porción de dedo que comprende la uña puede en trar en la cavidad del cuello de las que han parido; en las prime- rizas está blando pero el orificio está cerrado. Sétimo i octavo mes. 1. Supresión de menstruos 1. Volumen aumentado del (escepciones muí raras). vientre. 2. Trastornos del estómago 2. Al sétimo mes, el fondo del (bastante raros). útero se eleva á cuatro travesea — 87 — SIGNOS RACIONALES. SIGNOS SENSIBLES. 3. Tumor abdominal con los de dedo sobre el ombligo, A los 8 mismos caracteres), solamente mu- á cinco ó seis. cho mas voluminoso. 3. El órgano casi siempre se 4. Completa desaparición del inclina á la derecha. hueco del ombligo, dilatación de 4. Movimientos activos mas su anillo (ensanchado). violentos. 5. Muchas rayas [como cicatri- 5. Ruidos del corazón i de fue- ees pequeñas] en la piel del vien- He. tre. 6. Movimiento de rechazo muí 6. Algunas veces várices, [ve- claro al sétimo mes, mas oscuro ñas abultadas] i edemas [hincha- en el octavo. zon olanca] de las piernas i de la 7. El reblandecimiento invade vulva. el cuello un poco mas arriba de 7. Granulaciones vajinales. A- su mitad inferior. El cuello es bundante derrame lencorreico ovoide en las primerizas i parece [humor blanquecino]. haber disminuido de su largo. En 8. Coloración mas estensa de las otras es un cono de base lnfe- la areola. Alfltunas veces las rayas rior en la cual penetra toda la Bimulando cicarriees. Salida de porción del dedo que ocupa la la leche. Completo desarrollo de uña. El cuarto superior del cuello los tuberculillos glandi-formes. está aun duro i cerrado. 9. Persistencia de la Kiesteina. Prime?vs quince dias del noveno mes. 1. Los vómitos i los otros tras- tornos del estómago reaparecen nuevamente. 2. El tumor abdominal ha aumentado; la piel e»tá mas esti- rada. 3. Molestia en la respiración. 4. Los otros síntomas persis- ten aumentando de intensidad. 1. El fondo del útero se en- cuentra en el hueco del estómago i debajo del borde de las últimas costillas del lado derecho. 2. Movimientos activos—Rui- do del corazón i de fuelle. 3. De ordinario no hai el re- chazo, sino solamente una espe- cie de elevación del tumor forma- do por la cabeza. 4. Todo el largo del cuello está reblandecido, escepto el anillo del orificio interno que resiste aun i está «errado. En las mugeres que han parido el dedo puede en- trar un poco mas allá de lo que ocupa la uña, i solo es detenido por el orificio interno cerrado; pe- ro comunmente comienza á entre abrirse. En las primerizas el re- blandecimiento es bastante esten- so: el cuello recojido en su mitad tiene la forma de un ovoides, pero el orificio aunque un poco mas abierto no deja introducir el dedo. — 88 Segundos quince SIGNOS RACIONALES. 1. Frecuentemente cesan los vómitos. 2. El vientre está como caído. 3. La respiración mas libre. 4. Mas dificultad de caminar. 5. Frecuentea e ilusorias ga- nas de orinar. C. Almorranas, i aumento del edema i várices. 7. Dolores cólicos i de ríñones. del noveno mes. SIGNOS SENSIBLES. 1. El fondo del útero baja un poco. 2. Movimientos activos, raido del corazón i de fuelle. 3. El rechazo desapercibido. 4. Cabeza mas ó menos empe- ñada en la escavacion. 5. En las que han parido el ori- ficio interno se ablanda i se entre- abre, el dedo penetra hasta la fuente al través de un cilindro de 4 centímetros [18 lineas] En las primerizas, el orificio interno se halla con la misma modificación, pero el esterno queda mui estre- cho. En los ocho últimos dias á consecuencia del ensanche del orificio interno, toda la cavidad del cuello se confunde con la del útero, i para dirigir el dedo sobre las membranas [fuente] no tiene sino atravesar un orificio bastante delgado en las primerizas, i en las otras un borde mas ó menos grueso. — 89 — CAPITULO V. DEL PARTO. ©e llama parto, la función por la cual una muger embarazada dá áluz una cria- tura vividera con sus dependencias. Esta función se realiza generalmente por es- fuerzos involuntarios, que se conocen con el nombre de trabajo, cuyo resultado es la ampliación del cuello del útero, la división de las membranas (rotura de la fuente), y la espulsion del feto con sus dependencias por la vajina i la vulva. Cuando se hace así, se dice que el par- to es espontáneo, i cuando es necesario intervenir con las manos ó los instrumen- tos para estraer la criatura, se llama labo- rioso artificial, ó no natural. Relativamente al número de fetos, se dice simple ó múltiple. En este último — 90 — caso las criaturas, se nombran jemelos (dos), trijémelos (tres), cuadríjemelos (cuatro). Rara vez pasan de dos. Causas del parto.—Durante los nueve meses del embarazo, hai una especie de tolerancia en el útero para poder sufrir la presencia de la criatura, pero al cum- plimiento de estos se observa una ten- dencia contraria para espulsarlo, i empie- za á emplear esfuerzos, que son sus con- tracciones ("dolores de parto J, unidas á la de los músculos del vientre, constitu- jendo las verdaderas causas del parto. Señales precursoras de próximo parto. —Aunque á veces se hace el parto de un modo repentino sin indicio alguno, sin embargo, lo general es que se anun- cie por una serie de fenómenos que im- porta conocer. Pocos dias antes, el vientre disminu- ye de volumen i se pone un poco endu- recido; el fondo del útero que se situaba cerca del estómago baja; las dijestiones se hacen mejor, los vómitos desaparecen, los movimientos de la criatura son mas vivos i continuados; las mugeres sienten — 91 — pujos en la orina y ano, se hinchan mas los pies i grandes labios, sienten peso en- tre las dos vias (perineo); arrojan por la abertura jenital mucosidades en copos, i con alguna abundancia á veces, llama- das vulgarmente (frios) si andan se que- jan de dolores en la pelvis, i se les aumen- ta el peso hacia esta parte. El útero se contrae produciendo do- lores sordos i sucesivos que perciben me- jor las primerizas, y si se examina el cue- llo, se nota entreabierto presentando las membranas (la fuente) bastante tensas. .Después de estos síntomas prelimina- res comienza el trabajo del parto que se puede dividir en dos tiempos; al primero corresponden todos los movimientos que sirven para la ampliación del cuello ute- rino; al segundo pertenecen la espulsion del feto y las pares. Primer tiempo del parto.— Empieza por una especie de convulsión rápida del útero, que reaparece cada cuarto de ho- ra mas ó menos, i se designa con el nom- bre de dolores preparantes. En cada do- lor se hace prominente la barriga i se en- — 92 — durece, el orificio del útero se abre i cier- ra; la vulva arroja mucosidades. Los do- lores se hacen mas fuertes i repetidos, i como sorprendida en uno la parturienta, se ve obligada á inclinarse adelante no encontrando tranquilidad, i siente un es- tremecimiento interior con gran frió á ocasiones. Durante el dolor que la ciñe como una faja estendida desde los lomos hasta las ingles, el pulso se pone frecuen- te i duro, la fisonomía se anima, encen- diéndose el color, la boca se seca, produ- ciéndose una sed mas ó menos exijente, sobrevienen náuseas i vómitos. En este estado pierden la inteligencia algunas mugeres. Las mucosidades salen sangui- nolentas, esperimentan ganas frecuentes de orinar i evacuar. Continuando así, la abertura del útero se amplia mas i mas, apareciendo la fuen- te que es casi plana. Cuando se presenta la cabeza por la coronilla, se rompe á ve- ces con ruido derramando poca agua; si sale una pierna, dá mas liquido y tiene la figura de una tripa. Después de rota la fuente, el útero se aplica contra el feto, — 93 — haciéndolo pasar á la vajina. Este pri- mer tiempo dura de cuatro á seis horas en el mayor número de casos. Segundo tiempo.—Principia cuando la parte presentada de la criatura pasa por el cuello uterino. En este momento los dolores son agudísimos, se verifica una li- gera rotura en uno de los puntos del cue- llo, i una pequeña cantidad de sangre ver- meja sale por la vulva. A estos dolores se les dice espulsivos.LiOs músculos del vientre ayudan al útero con- trayéndose, la respiración se pone anhe- lante, la piel se cubre de sudor, el pulso adquiere mas fuerza. La muger se apoya fuertemente con las manos, hace fuerzas con una gran inspiración, cerrando des- pués la boca, i la cabeza de la criatura estando sobre la vulva i el perineo, em- puja estas partes; la vulva se vá abriendo i deja entrever la cabeza del feto; los gran- des labios se adelgazan, i se hace un anillo grande que parece se ha de rom- per; la cabeza de la criatura se empeña por él i se retira un poco, hasta que sale sucesivamente con todas las otras partes — 94 — del cuerpo.—Este segundo riempo dura menos que el anterior. Dado á luz el feto, siguen unos instantes de calma para volver los signos pertene- cientes al desprendimiento de las pares. En virtud de nuevos dolores se separan las pares del útero, dando lugar á la sali- da de una porción de sangre roja. Si á la media hora después del nacimiento de la criatura no se han desprendido las pares, se debe llamar cirujano para su estrac- cion. PRESENTACIONES Y POSICIONES DEL FETO. Estudiados los fenómenos generales que se observan en todos los actos del par- to, pasemos á los que se refieren á los di- ferentes modos de venir la criatura. El feto puede asomar en el estrecho superior de la pelvis, el cráneo, la cara, el tronco, las nalgas, las rodillas ó los pies, determinando así lo que se llama presen- tación. Ahora bien, la relación de estas partes presentadas con la pelvis de la mu- ger, constituye la posición. — 95 — Daremos á conocer ahora las de crá- neo i nalga que considero verdaderamen-* te naturales, dejando de esplicar las pre- sentaciones de rodilla i pies porque perte- necen á la de nalga i no ocasionan mo- dificación alguna en el parto; i después nos detendremos mas, en las de tronco, presentación del cordón i cara, que aban- donadas á los esfuerzos naturales del úte- ro ponen en peligro á la madre i al feto. El punto de partida que se escoje en la cabeza del feto para apreciar la posi- ción, es el hueso occipital (hueso que es- tá debajo de la coronilla), el cual puede hallarse á la derecha ó á la izquierda de las caderas (iliacos), constituyendo así los dos nombres unidos las posiciones oc- cípito-iliaca izquierda, i occípito-iliaca de- recha. Si se presenta de nalgas, se toma entonces el hueso sacro del feto, i forma las posiciones sacro-iliaca derecha, sacro- iliaca izquierda. Omitimos las variedades de presenta- ción, que se llaman irregulares, como apa- recer la frente de lleno en las de cabeza,. ia mejilla, en las de cara etc., porque solo — 96 — sirven á los cirujanos para esplicar cier- tos movimientos que esperimenta la cabe- za al recorrer el bacinete ó la escavacion, i que aunque existen al principio de los dolores, vienen á convertirse al fin en la presentación franca i natural, no modifi- cando el mecanismo del parto, ni cam- biando en nada las maniobras que se em- plean. La siguiente tabla enseñará de un mo- do claro las presentaciones del feío sus posiciones i variedades. TABLA de la clasificación de presentaciones i posiciones del feto»__________________ Presentaciones. Posiciones. Variedades. Del ápice de la Del plano lateral f derecho......1 Del plano lateral f izquierdo,___\ Occipito-iliaca iz-Occipito-iliaca de- ("anterior. ■3 variedades 1 transversa, (.posterior. En estas presentaciones, _ la espulsion espontánea 1 es ordinariamente iinpo-J sible. Mento-iliaca dere- Mento—iliaca iz-Sacro-iliaca izqda. Sacro-iliaca dere- Céfalo Ilíaca izqda Céfalo iliaca dere- _ — 97 — MODO DE CONOCER LA PRESENTACIÓN I POSICIONES DEL CRÁNEO. La presentación de cráneo es la mas frecuente de todas, i la mas feliz para la madre i el hijo; se conoce cuando el cue- llo del útero está bien abierto i ha empe- zado el parto. Antes de romperse la fuen- te, haciendo el registro como digimos pa- ra comprobar el embarazo, se siente con la estremidad del dedo, un tumor ancho, liso, sólido, ofreciendo una resistencia elástica, huesosa en casi todos sus pun- tos, i otros dejando percibir vacíos que son las molleras. Rota la fuente se cono- ce mejor esta parte, i se puede circunscri- bir pasando el dedo al rededor. Si la mollera chica i triangular que cor- responde á la coronilla, está á la izquier- da, ó á la derecha de las caderas, se ven- drá en conocimiento de \a.sposiciones iz- quierda i derecha. La posición izquierda i algo anterior, es la mas común.—(Véase fig? 10), en que aparece cortada la pelvis para demostrar bien la idea. — 98 — Modo de verificarse el parto en la presentación y posiciones del cráneo.— Después que se ha roto la fuente con- serva el feto la barba junto al pecho; las contracciones del útero (los dolores) ha- cen pasar la cabeza por el estrecho supe- rior de la pelvis, siguiendo á la escava- cion, i encontrando resistencia en el pe- rineo rueda la cabeza hasta aparecer el occipital adelante i la boca atrás, nacien- do como se dice la criatura boca abajo; mas algunas veces cuando la posición es derecha, nace boca arriba. Habiendo lle- gado sobre el perineo deslizándose por 5T £3 « es «a o«a> — Dimensiones i división de la pelvis...... 24 Estrecho inferior................... ^7 Ejes de la pelvis................... 2» De la pelvis en el estado anormal....... 29 Pelvis amplias..............•...... ^9 Intervención de la comadre.......... 30 Pelvis estrechas.................... 31 CAP. II.__De los órganos sexuales i de sus anomalías....................... 34 Vulva, perineo i monte de Venus..... 35 Grandes labios.................... 36 Pequeños labios é himen............ *w Clítoris i uretra.................... 38 Vestíbulo i fosa navicular............ «W Mamas ó pechos................... 40 Vajina...............<-........... 41 Útero............................ 4^ Trompas i ovarios.................. 41 Punciones de estos órganos.......,__. 45 Anomalías de estos órganos............ 4(¡ Aplicación del pesario................ 51 Quitar el pesario................... 54 Descenso del útero en las embarazadas 54 Parto con descenso del útero......... 54 Cap. III.—Del feto i sus dependencias___ 5(¡ Diámetros del feto.................. 59 Tabla de las medidas del feto........ 61 Tronco del feto.................... 64 Actitud i movimientos del feto........ 66 Dependencias del feto.—Caduca....... 67 Corion i amnios..................... 68 Placenta......................... 70 Cordón umbilical.................. 72 Cap. IV.—Del embarazo................ 73 División i diferencias............... 74 Signos del embarazo............... 75 Respecto del útero, vientre i mamas.. 76 Resto de la economía............... 77 Signos de certeza.—Tacto abdominal___ 78 Tacto vajinal...................... 79 Signos de la preñez de jimaguas........ 81 Señales que anuncian la muerte del feto.. 82 Tabla que enseña la época del embarazo. 85 Cap. V.—Del parto.................... 89 Causas i señales.................... 90 Primer periodo del parto.....*...... 91 Segundo idem idem................ 93 Presentaciones i posiciones............ 94 Tabla que las clasifica.............. 96 ríjims Modo de conocer las de cabeza....... 97 ídem de idt:m las de nalga.......... 99 Mecanismo del parto............... 100 Presentación de cara................ 101 Sus causas i mecanismo del parto .... 102 Parto de jemelos................... 194 Modo de conocer las de tronco....... 100 Mecanismo del parto............... 10? ' rjAP. VI.— Cual-dades de las parteras--- 110 Aposento i cama de parir............ llt Útiles que se preparan............- - - 113 Intervención de las parteras en los partos. 113 Desmayos........................ 116 Hemorrajia i aguas................ 117 Dirijir los dolores i sostener el perineo. 118 Cap. VII.— Conducta en lospartos de cabeza 119 ídem idem en los de nalga.......... 121 Dificultad en la salida de idem....... 123 Del gancho....................... 124 Detención de la cabeza en idem...... 125 Conducta en los de cara.........• • - 125 Idein en los de tronco............... 127 ídem en los déjemelos.............. 129 Cuando se presentan las dos cabezas.. 130 ídem idem uno de cabeza i otro de pies. 131 ídem ídem por los pies............. 132 Presentación del cordón umbilical...... 133 Conducta de la comadre............ 134 Cordón corto é intervención.......... 136 Espulsion natural de la placenta........ 137 Espulsion tardía, intervención........ 139 Engastamiento de la placenta........ 141 P&jinM. Cap. VIII.—Accidentes antes i en el parto mismo.......................... 142 Hemorrajia i sus causas............ 143 Modo de conocerla................. 144 Conducta de la comadre............ 145 Tabla del tratamiento de la hemorrajia. 146 Eclampsia.—Sus signos............... 147 Causas i tratamiento................ 149 Tabla del tratamiento de la eclampsia. 151 Inercia de la matriz, i sus causas....... 152 Contracciones irregulares del útero...... 154 Conducta de la partera............. 155 Rotura del útero i síntomas............ 156 Tratamiento.............•........ 157 Conducta en los casos de muerte repentina 157 Cap. IX.—Operaciones obstétricas........ 160 Cap. X.—Cuidados á las recien paridas... 161 Aseo............................. 161 Alimento......................... 161 Aposento......................... 161 Entuertos......................... 161 Retención de orina................. 162 Fiebre láctea...................... 162 Loquios.......................... 163 Cap. XI.— Cuidados que reclama la criatura 163 Apoplejía......................... 163 Lavar la criatura.................. 164 Cura del ombligo . — ,............. 165 Examinar el niño.................. 165 Paladeo.......................... 166 Zapillo........................... 166 Tétano........................... 167 ERRATAS ESENCIALES EN ALGUNOS EJEMPLARES. PAJ. LÍN. 21 DICE. 23 inclinando 36 21 perduzca 48 24 ampliaciaon 68 10 orinaran 115 9 útiles 123 9 por la escavacion ■ en la otra ingle de 124 5i6 ' la criatura i el otro (indicador LÉASE. inclinado parduzca ampliación formaran inútiles en la escavacion i en la ingle poste- rior i el indicador I de la otra mano u r. (2a Esplicacion de la figura 2} que representa el ostrecko infeñor.—1 á 2. Uiámetro á.ntero-posterior.—"> á •itrans- Terso.—5. 6. 7 i 8 oblicuos; todos con 4 pulga.da,;. LIBROS DE VENTA en la librería é imprenta de Andrés Graupcra calle del Obispo, n. 113. MANUAL DE FLEBOTOMIANOS I DEN TISTAS, por D. Ambrosio González del Va- lle. Segunda edición corregida i aumentada. Habana, 1854: 1 t. 4to. GUIA TEÓRICO PRACTICA DEL SAN- GRADOR, DENTISTA I CALLISTA, ó sea Tratado completo de Cirujia menor ó mi- nistrante, por D. José Diaz Benito i Ángulo i D. Pedro González i Velasco. Madrid, 1848: 1 t. 8vo. MANUAL DE PARTOS, ó maniobra de los partos preternaturales reducida á su mayor sen- cillez, precedida del paito natural, por Hatin. Madrid, 1829: 1 t. 12vo. TRATADO COMPLETO DE VENDAJES, APOSITOS I CURAS, por Gerdy, traducido por D. José Rodrigo: 2 tomos Svo. mayor, con un atlas de 20 láminas. TRATADO PRACTICO DE LOS PARTOS, por Moreau, traducido por D. Francisco Alva- rez i D. José Rodrigo, doctores en Medicina i Cirujia: 1 t. Svo. mayor, con un atlas compues- to de 15 láminas que representan mas de 160 figuras. O TRATADO DE OBSTETRICIA, por Ca- zeaux: 3 ts. 8vo., con mas de cien figuras in- tercaladas i tres láminas finas. ELEMENTOS DEL ARTE DE LOS APO- SITOS, por Méndez Alvaro i Nieto. Segunda edicior): l t. 8yo., oqn figuras intercaladas. Pl3 Espücncion de ls> figura 1* 1. 1. ultimas vertebran lambarea.—£. hueso sacro.—3. •< C C «c C r-\ d c «c c c Cc c «CL CL< c CL< < : <; cc : *c c C ■ < Cc «c Cc- ■C C *j i