*5>; ^<£-¿jl,0 >' ME TO ItO PRESE ft- rativo y curativo de la Cubra mor bus epidémica, que la Junta de Sanidad eri- friía al intento t.n la Capital del Eztn.- dof eleva al Gobierno del mismo para su publicación. a Colera Morbus epidémica, Tiene hoy revesti- dla con un aparato de síntomas enteramente nuevos y que no son de la esfra que hemos observado en los de la espo- rádica, que entre nosotros se ha conocido. Hay interés en el Gobierno de estancar, d é la mena» enjugar las lagrimas de los habitantes del Estado en crisis tan terrible, y la Junta abunda en los mejores deseos al e- fecto. Ya se ha escrito mucho y muy bien «obre esta en- fermedad, médicos de mucha nombradla han ido hasta el fo- co de ella, tenemos á la vista sus observaciones, tenemos las de los comisionados con este objeto al Norte de la Euro pa, en todas hay ideas luminosas, están de acuerdo en las medidas de precaución; pero no en el plan de cura- ción; esto nada tiene, de violento si se atiende á los cli- mas, costumbres, y afecciones físicas y morales de loe pueblos con quienes há estado, y debe estar siempre muy de acuerdo el medico en la practica de curar. Difícil cosa es establecer reglas seguras para rom- batir al enemigo, que por fuerte, d débil que sea, siem- pre se plega á las maneras del terreno que pisa; mai la Junta desea cumplir, y entiende que sus afanes van á influir en la clase menesterosa, pues las gentes aco- modadas, sabrán elegir profesores, que la» salveu del nau- fragio: su ienguage por lauto e« «1 mas gencíllo, lian* JLtf y preciso, propone medidas de precaución, depues des- cribe la epidemia y concluye con un método curativo correspondiente. ' Sea lo primero dominar, en cuanto cabe, el miedo Rué imprime la idea del mal, y asi hará menos victi- mas; tndi«« )os afectos del animo llevados al estremo io prt\ ocan: la ira, el abatimiento, los placeres muy vi- vos, >hj de este orden: es de suma importancia respirar un aire libre, tal debe ser el de las habitaciones, y su pureza consistirá en dormir pocas personas en una r.ieza, esponerla en el dia á una franca ventilación, de- fci.'derla de cualquier foco de humedad: favorece mucho h -Litar puntos elevados, y se usará de la fumi- gación qn espresa la formula número J del formulario que vá á continuación. Mucho mal hace la repentina Impresión del frió y además, precave del accidente el uso de ahrigo interior de lanas cuidando de lavarlo con frecuencia, y no cen- saremos de recomendar la limpieza, tomando al intente baño* tibios. Ha probado muy mal reunirse muchos in- dividuos en u'H punto, principalmente por la noche, sien- do del mayor interés evitar el desvelo. La manera de alimentarse es muy digna de aten- ción, pues es seguro que por écsesos en la comida, y en beber' licores espirituosos, la enfermedad se ha desabolla- do de un modo muy octéncible. Asi es que recomen- damos carnes tiernas bien cocidas d as'adas por alimento, v moderarse lo posille en el uso de la de puerco: se permite tomar legumbres de Vas men09 jugosas sin pri- var á la gente pobre dé la posesión en que esté de ali- mentarse con las semillas, como arroz, garbanzo, habas frióles, y chile, con moderación: creemos importante usnr aguas en bebida de las mas puras: lo son las que se han filtrado por puntos areniscos, y desde luego apro- bamos una mésela muy moderada de aguardiente, vino tinto, d vinagre para el uso común del agua. Nunca aprovecharé tener el estomago vatio, ni beber agua fiia estaude acalorados. Es tan palpable ¡a necesidad de que nuestros pée« fajos se pongan á cubierto de la epidemia, que seri-T -ocio- so inculcarles mas cus obligaciones en tales «¡r«:u*stau- cias, asi es que el aseo en general y de preferencia en los focos de la suciedad, que son los barrios, contamos con la cooperación de todo vecino para limpiar, dar «urs» á aguas estancadas, y corregir las emanaciones corrompi- das de tenerías, Casas de matanza iic.y como sea este u.io délos puntos sobre que los- cuerpos municipales d«*- bau velar mUcho, sus medidas surtirán buen efecto, obie* quiadas por los mismos vecinos tan interesados en ell». La embriague» erv la clase ínfima ts por lo común pasión dominante y yá que no es dable estingúir en ella esta habitud, cualquiera enmienda simplificará la epidemia: esta es obra de las autoridades respectivas, asi como la siipervigilanua de la mejor y mas sana condición de toda clase de alimentos del uso dialio y cemün. Los incon- venientes que envuelve ía medida de Cordones sanitarios y lazaretos para cuarentenas, son de mucho tamaño y U Junta no está por ella en razón de las insuperables di- ficultades para plantearla. La Junta recuerda el gran beneficio que resultaría- de poder establecer casas de caridad con aprestos de to- do lo necesario para Ja Curación de la gente miserable, dando por sentado que los hospitá'g; queboy ecsisten en la capital, y algdn otro pueblo del Estado, ho son'sufi- cientes para el evento de invadirnos la' cólera. Pdr ultimo es preciso repetir que las medidas dé precaución referidas, son de todo punto necesarias y la Junta en ellas cifra el mayor triunfo, descansando en testimonios contéstes(so- bre el mal actual, y en lo acaecido cotí otras epidemias. La colera há sido mas mortifera á proporción que há invadido pueblos esclavizados» oprimidos y déyiles por todo genero de privaciones, y cuando há hecho estVa- gos en clases mas elevadas, sin duda ha sido por el ter- ror que de ella han concebido, y si se há visto de uri dia á otro disminuir notablemente el mírnro de muertos fué por haberse familiarizado mas con la idea del peligre M Los enfermos rolericos que han sido abandonados pere- cieron, dicen los que ban estado en observación, y, la mortandad, ha sido menos, siempre que á lu vez se han sugetado á curaciones varias. Los sintonías de este mal son tan exclusivos que no és fácil desconocerlos: son característicos, el dolor á la boca del estomago, vómitos frecuentes, evacuaciones, primero dt humor, después de un liquido blanquisco y glutionoso. ca- lambres violentos, fríos de las estreinidades, y después general; escaces de orina, piel húmeda, fria, y rugosa, de- bilidad del pulso y notable variación del semblante que se pone como de moribundo, y el cuerpo de color ne- gro d asolado: sobre estas señales, hay que añadir en los principios, un aturdimiento y torpeza suma «n las fa- cultades del entendimiento, ó veces opresión de pecho, muy angustiada,sensación de fuego y ardor, concentrada acia la boca del estomago con una total pesadez que no hay arbitrio para moverse: las evacuaciones, se hacen sin pujo por lo común, hay cólicos, y estos son acom- pañados de calambres y una intensidad tan elevada que los enfermos prorrumpen en ayes muy lastimosos, la vot se pierde, hay un cambio en todas las facciones, los ojos se hunden, los músculos se espresan mas, el cuerpo se pone seco y rugoso, la lengua pálida, fría y aplanada; iría la respiración, pulso casi nulo; tal és el estado en que el enfermo apenas puede articular una palabra 6 ninguna. Como los ausilios terapéuticos, d curativos de la cole- ra morbus que deben formar la ultima parte de esta ins truc ion (que únicamente se dirije al socorro de las gen tes de la clase mas desafortunada) no serán ni pueden ser de aquellos remedios heroicos, difíciles de adquirir y arries- gados en su aplicación por manos dirijidas sin el tino necesario. Por tan justas consideraciones, se reducirá núes tra pequeña materia medica replegandose en sus prescrip- ciones é los simples de mas fácil adquisición, y que por muy conocidos vayan libres de toda fatal equivocación, al ministrarlos, pues las gentes de bnen raciocinio, y aco- modadas, tienen facilidad de consultar al medico sin di- laclen, para socorrerse bajo los ausilios del arte. Sentados ya estos principios se propone un fbrma- !»rio para los tres periodos del mal, que aunque corrido» con rapides, podran no obstante, distingirse atendidos sus variadas espantosos síntomas por el orden con que se succeden. Considerándose un individuo ya herido y como in- gresando al primer periodo señalado pOP aquel estado de incomodidad, y laxitud d cansansio general c*11 calor y dolor en la boca del estomago, opresión acia el pecho, eu cuyo momento el pulso se hace vivo, profundo y concen¡ra- d<>, aconpañandose tal estado con la falta de apetito y pesadez incomoda del vientre (después de ingerido algún alimento) ruido de tripas con espu «ion de algunas untuo- sidades que anuncien un menor, d mayor desarreglo y que á ello se sigue un enfriamiento general molesto, de* de luego conviene retirar todo alimento, meterse en la eama y tomar una taza de Té, (el criollo nuestro ** ec- seiente, aunque por su abundancia se piza y desprecia, tal es el Epasote) d de cualesquiera de las infusiones tei- formes del numero 2 y repetir por dos 6 tres horas es- t*s bebidas favorecidas del abrigo entre buenas fra6adas. No tomar alimento alguno hasta que la hambre se es- prese, y se advierta estar ya digerido el ultimo que se tomo, en cuyo caso pasarse con lijaros caldos colados y aun mejor con moderadas tazas ae atole de maiz. En el norte de la Europa país frío y constitu- ciones físicas hechas aJ estimulo, pudo surtir buenos re- sultados la curación de la colera con estímulos, no asi acá en nuestro clima cuyos habitantes poseemos otra fibra y habitudes, y en el concepto de pronunciarse siempre u- na inflamación del mas alto temple en todo d la mayor parte del estomago, y tramo intestinal, aconsejamos la san- gría mas d menos aumentada, según las fuerzas del pa- ciente; ésta será con sanguijuelas, ventosas tajadas en el punto mas sensible del vientre, d también la sangría de brazo: este recurso debe ser de los primeros, pues no tie- ne yá lugar cuando se presenta el pulso muy débil, y suma postración. Venemos por medicina apreciable á la nie- ve tomada en cortos trozos en cualesquiera periodo del mal, y hacemos mérito de limonadas frías, añadiendo que se recomiendan por un practico juicioso la aplicación de la nieve á la cabeza cuando se advierta una congestión ce- rebral; entonces obran muy al caso la aplicación de san- guijuelas á las sienes, sinapismos fuertes á los pie* y bu- Sos de vapor á estos. En el segundo periodo, llaman mucho la atención los vómitos, evacuaciones y calambres, y para entonces re- comendamos la mistura num. S con las retricciones que se detallan en dicho numero y en el siguiente num 4- Pa- ra agua dé pasto en la carrera de la tnfeimedad, se u- sará la- de arroz según la formula num. 5., en este pe- riodo tiene buen lugar la lavativa num. 7. con presen- cia de todai las observaciones que allí se hacen en cuan- D al uso del láudano, y haciendo dicha medicina en el cocimiento de la formula num. 6. Si el mal se abanza acia sa ultimo período con pertinacia en las evacuaciones y calambre*, es preciso ha- cer uso de la' lavativa anodina, según la formóla num. 8 la que se repetirá cada dos, d tres horas. En el ultimo periodo que es de suma postración, frialdad del cuerpo privación y falta de pulso, es importante redoblar el u< so de los baños de vapor, sinapismos fuertes, y causti eos al cerebro (ú hay elementos para ellos,) y detallamos entonces las frotaciones repetidas, según las formulas nú- meros 9 y 10 Cuan lo el resultado de la curación sea feliz y que el enfermo se halle libre del accidente, pero en la mas pro- funda debilidad, allí es el punt:> mas importante, y su con- ducta debe ser muy graduada, tanto en dejar la cama, co- mo en el recibir ayre, y asar de alimentos: estos son muy sa- bidos para una convalecencia, en la que cualquiera íalt.<, es- pone á una recaída mortal. FORMULARIO QUE SE DEDICA A LOS TRES PERIQDUti DJ¿ LA COLÉ- pf.J RA MORBUS. Fumigación de acido ituriáiic: Num. 1. R. Tómese una onza de sal común, !n que se hechará en una cazuela vidriada, esta se pondrá en un bracerito de mediano fuego, estando algo caliente . la sal ttí le mésela de espíritu de vitriolo lo que equibale ai peso de dos terceras partes de la 6al, y entonces és cuando se des- ps ende el gáz fumigatario: esta operación se puede repetir tres d cuatro veces al día. En donde carescan de este re curso, usarán del vinagre puesto en una olla al fuego d es partirán cal seca en las habitaciones, y también regarán es- jas., disolviendo la cal en agua. INFUSIONES TEIFORMES PARA MOVER LA TRANSPIRACIÓN. Num. 2. R. En un jarro vidriado, se pondrá á herbir un cuartillo de agua, y al levantar el herbor, se e- chará una tomada con los t uatro dedos de Té de china, o' del nuestro (Epasote) d de cualquiera de las flores de to- rongil, de saúco, de amapolas encarnadas, o de manganilla, apartándola del fuego para colarla, y dar al enfermo á po- yuelitos algo caliente y á distancia de una hora, endulsa- da con jarave de adormideras, si lo hubiese, y sino sin dul- se alguno. MISTURA ANTIEMÉTICA DE RIVERIO PARA CONTENER LOS VÓMITOS. Num. 3. R. Se tomará el peso de veinte y «uatro d treinta granos de sal de agenjos, se disolverá en un pozuelo coa cuatro cucharadas de agua lijeramente htr bida de yerva buena, d de torongil, d de aza>', ó de cas- cara de cidra, y ensima se mesclará una media cucharada de jugo de limbn maduro,-y antes de que lebante espuma, se la beberá el enfermo prontamente, la que si fuese vomita da, podrá repetirse tres cuatro m mas veces; paro si c« gbs- Cíñase el vomito á la segunda vez que vomite la bebida di- cha, se le dura yá echa del modo siguiente. Num. 4. R. De la sal de agenjos los vein- te y cuatro, d treinta granos dichos [mas para gentes débi- les, y delicadas d para niño*, será el peso de doce grano*] humedézcase con el zumo d« limón maduro, viértase en>i- ma medio pozuelo de infusión teiforme de yerba buena, d de mejorana, de tomillo, ú orégano, d de flor de aiar, ó de manzanilla añadiendo tres, cuatro, seis, ú ocho gotas de ládano liquido (1.) y se repetirá cada hora h *»ia suspen- der el vomito; bi«;n que para niños de seis á diez hños, bas- taran dos, tres, d cuatro gotas de láudano por vez, y de ]a agua en que vá á disolverse la sal para ministrarla roa el jugo del limón, bastarán dos cucharadas de re; uiar ta- maño, como las de mesa de cualquiera de esas ;>¿iias men- cionadas de yerba buena, mejorana, tobillo ti y puní niños mas pequeñuelos, será suficiente stis, ú ocho gran s de < de agenjos humedecidos con suficientes gotas de zumo <)< li- món maduro, una buena cucharada de la agua scñauua y ana d dos gotas de láudano liquido. TISANA DE ARROZ. Nám. 5 R. Se tomará una buena cuchnndi de arroz limpio y labado, se pondrá ó coser en una olla vidiiada (que no haya servido para guizo alguno) con tres cuartillos de agua hasta estar perfectamente cocido, tenien- do cuidado de menearlo con una cuchara mientras su cosimíento. y estando yá cosido se deja enfriar para colarlo por un lienzo limpio, y de esta agua bien enfriada, se le dará á pequeñas cantidades (medios po- zuelos) por agua de pasto.' - * (l.) Donde no halla Láudano liquido, se supHra su falta en cierto modo, valiéndose dtl cosimier.to anadino númer» 6. «n lugar de una de lat oguas arriba dichas para disol- ver le sal di agenjos. COCIMIENTO ANODINO AROMÁTICO TARA LAVATIVAS. Num, 6 R. Veinte y cuatro cabezuelas de a- dormideras, con semillas, pónganse á cocer en olla vidriada y limpia, con dos y medio cuartillos de agua, hasta que estén bien cocidas, y en tal estado se apartan del fuego, y se añade un pequeño puñado de la flor de roza de castilla: déjese enfriar y cuélese. LAVATIVAS ANODINAS DEL ATOLL LLO VE ALMIDÓN CON LÁUDANO, O SIN EL. Núm. 7 R. De almidón muy blanco que no esté hediondo, vastará un par de cucharadas: puesto en un vaso, se vertirá encima medio cuartillo del cocimiento antecedente, se deshará bien desleído el almidón, y de ello se tomará la mitad para una lavativa, añadiéndole si lo hay, diez, d veinte gotas de láudano liquido para un adoilto, y para niños de seis á doce años bastarán seis gotas; y para mas pequeñuelos, tres, cuatro, d cinco gotas en cada lavativa que deberán repetirse caca dos d' tres horas, y aun mas frecuente, si la dearrea y los ca- lambres no se moderan; mas no habiendo láudano, se da ráa del sola cosimíento: se administrarán frias estas ayudas. LAVATIVA ADSTRINGENTE. Núm. 8 R. De astillas de palo de campeche vedia onza, se pondrá é coser en olla muy limpia en cuartillo y medio de agua, hasta quedar en un cuartillo ejue se quitará del fuego, y se ¡ñadirá de alumbre, de roca reducido á polvo muy fino, una ochaba de onza, se dejará enfriar para colarlo por un lienso tupido, des- pués se cogerá un pozuelo de este cocimiento, y se le añabiran doce, diez y seis, ó veinte gotas de láudano, para una lavativa fría. LINIMENTO ESTIMULANTB. Núm. 9 R. De aguardiente de caña d estrangare, jb cuartillo, de vinagre fuerte medió cuartillo, de alcanfor dos ochavas, de raoztaza en polvo fino, inedia onza, de pimienta fina en polvos dos ochabas, un diento de ajo machacado: póngase todo en un frasco si lo hay, y ai. sé* apartido, y bien mesclado en dos botellas, bien tapadas con corcho, asegurándolo mas ccn badana, y puesto al sol por tres días, ó en la cocina cerca del calor del bracero: con este licor deben darcele á los enfermos en el tiempo de la frialdad del cuerpo y miembros, unas frotaciones por largo tiempo, y repetidas, dejándolos en- vueltos entre frazadas calientes. OTRO LINIMENTO CÓMODO PARA POBRES QUE NO PUEDEN PRO- PORCIONARSE EL ANTERIOR. Núm. 10 R. De mostaxa bien remolida media onza, infundace en un cuartillo de vinagre fuerte en bo- tella bien tapada, y puesta á un calor suave, ¿1 del sole é cerca del bracero por un día, y con este vinagre ca- liente, frótense todos los miembros con la prevención de las frazadas calientes. San Luis Potosí 18 de Abril de 1833.—Pascual Aranda—Ignacio—Ortíz.—3osé Marta Alemán.—Manuel Salas.—Pabh del Quadricllo. SAN LUIS POTOSÍ: 1893, Imjtrtnta i'tl Estado en Palacio m cargo dtl CindUa* £9»í María Infante, WCB S19¿ lB33 *Zf- ---» •