:';:::i'':í!:§ ■^-Vr t,'vJ C* i-'^Lr^' «ti ®€¿ t'V- ^yT70í ■ni** 2 ADULTERACIÓN DE ALIMENTOS, BEBIDAS Y MEDICAMENTOS, Ó MÉTODO FÁCIL PARA DESCUBRIR LOS FRAUDES DE LOS ESPECULADORES. POR DON JTTA2J FRANCISCO DE MICHELENA9 DOCTOR EN FARMACIA DE LA REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, INDIVIDUO NUMERARIO DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE LA MISMA CIUDAD, EX-CO- LABORADOR DEL REPERTORIO ECONÓMICO DE MEDICINA, FARMACIA Y CIEN- CIAS NATURALES, VISTA DE MEDICINAS DE LA REAL ADUANA DE MATANZAS &. i <* ■ ';V, F -j. - y v *L MATANZAS, 1854: IMPRENTA DE D. JUAN ROQUERO, calle de Gelabert, frente d la Administración de Correos. 1, i )¥•> WA/\ HW33 ^¿d'K rio, SbífS" n\c<~j AL ESCELENTÍSIMO É ILUSTRÍSIMO SEfíOR DOCTOR JOII FRANCISCO FLEIX Y SILilS. PRELADO GRAN CRUZ DE LA REAL ORDEN AMERICANA DE ISABEL LA CATÓLICA, CABALLERO DE LA REAL Y DISTINGUIDA ORDEN ES- PAÑOLA DE CARLOS III, PROTECTOR DE LA SOCIEDAD DE BENEFI- CENCIA DE NATURALES DE CATALUÑA, CAPELLÁN DE HONOR X PREDICADOR DE NUMERO DE S. M., OBISPO DE LA HABANA, &. &. A vos, sapientísimo Doctor, Prelado ilustre, decidido Pro* lector de las ciencias, á vos tengo él honor de dedicar esta obra. Dignaos admitirla benignamente y quedarán satisfechos los deseos de vuestro mas afecto y rendido servidor, jtoa Jjioemio. Cuando el año de 1843 publiqué el "Tratado del mercurio y sus preparados," consagrando el producto de su venta para aumentar los fondos con que había de sostenerse el Colegio de niñas pobres de esta ciudad, ya principiaba á reunir datos y observaciones curiosas acerca de las adulteraciones de los ali- mentos, de las bebidas, de los medicamentos y de cuantos pro- ductos facilita el comercio. Los periódicos de Europa y de América, y algunos escritos de personas ilustradas, patenti- zando los fraudes cometidos por esos especuladores sin fé ni conciencia, me han suministrado noticias de sumo interés, que en su oportunidad he aprovechado: mas adelante, la Materia Médica de Cullen, la de Trousseau, el Diccionario de Medici- na, la Higiene pública y privada de Deslandes, el Repertorio Médico-Habanero, el tratado de Farmacia de Soubeiran, la Abeja Médica, la Enciclopedia Moderna, &a., han aumenta- do los pertrechos del Arsenal que yo fomentaba. Andando el tiempo llegó á mis manos la luminosa obra de los S S. Gar- niel' y Harel, l'Falsificaciones de las sustancias alimenticias," vertida al castellano, compendiada y adicionada por el enten- dido doctor en farmacia D. Magin Bonet. ¡ Cuánto bueno en- cierran sus páginas! ¡Cuánta luz arrojan sobre el tenebroso campo de las sofisticaciones! Por último; el Repertorio Gene- ral de Farmacia Práctica del célebre Dorvault, de la escuela de farmacia de París, obra tan científica como concienzuda- mente escrita; y mis pobres trabajos, ensayos y reconocimien- tos, ya como farmacéutico, ya como Yista de Medicinas de es- ta Real Aduana, son los garantías con que me presento al ilustrado público, ofreciéndole una obra amena, variada, in- teresante: útil y provechosa á las madres de familia, a los mé- dicos, á los farmacéuticos, á los comerciantes y á toda perso- na curiosa que quiera saber hasta dónde llega la bochornosa industria de la sofisticacion. Para darles una ligera idea á nuestros lectores, vamos á estractar algunos párrafos del discurso preliminar de la obra ya referida de Garnier y Harel. "El chocolate no pasa de ser un cocimiento de sebo enha- rinado. Y en la infusión tomada con el nombre de café sobre la buena fé del vendedor, ¿hay mas que el polvo de la achi- coria, buena todo lo mas para comerla como ensalada? En cuanto al vino, de hoy mas será una utopia en los almacenes de un buen número de vendedores; tanto han querido mejo- rarlo, (pie para nada se necesita su elemento esencial de otro tiempo. El jugo del lagar se ve reemplazado por horrorosas mezclas de drogas abominables é ingredientes deletéreos, co- lorados con palo de campeche y otras sustancias. Lo mismo resulta con la mayor parte de las bebidas y licores. El resul- tado ordinario del uso (pie ele ellas se hace es una embriaguez mórbida y frenética, que acaba con la salud é influye de un modo igualmente funesto sobre la moralidad," "Al principio se debilitaban los vinos con una enorme can- tidad de agua, pero después de estas mezclas inofensivas se fabrican líquidos que solo el nombre conservan de vino." [Le National y Gazette des Tribunaux.) "Puede que no haya una sustancia alimenticia empleada por el hombre, que no sea mas ó menos alterada, desde las que son de un consumo esclusivo de los pobres, hasta las que son patrimonio privativo de la gente acomodada; por esto ni deben sorprendernos las improvisadas fortunas de ciertos mer- caderes, ni tampoco las frecuentes indisposiciones, las enfer- medades mismas, que espontáneamente y sin causas aparen- tes se desarrollan en un gran número de individuos de todas clases y categorías." {Girardla.) "Se falsifican los aceites de olivas y vinos naturales: se fabrica leche con celebro de ternera; manteca con harina y sain; pan con fécula de patatas, sulfato de cobre y otras dro- gas; crestas de gallo con el paladar del buey; jabón con pe- dernales; marfil con huesos blanqueados; se pone yeso en el papel; habas en la harina; sal al tabaco; alazor al azafrán; almazarrón al pimentón; tierra á los lápices de Brockmann; agua al carbón de piedra; aserraduras de madera al salvado; hasta hay por fin quien se atreva á vender estaño por plata y cobre por oro." (Chevalier.) "Siendo la fabricación de las drogas un objeto muy lucra- tivo, ha llamado en especial la codicia de los falsificadores que particularmente se ocupan de los productos de un precio su- bido, tales como la cochinilla, la quinina, la morfina, el castó- reo de Siberia, el lactucario y los mismos compuestos mercu- riales; falsifican el precipitado rojo con minio y vidrio moli- do, el precipitado blanco con sublimado corrosivo y huesos cal- cinados; prepáranse el ungüento mercurial sin mercurio, y es- tractos en que todo se encuentra menos la sustancia cuyo nombre llevan. Las harinas de linaza y de mostaza se mezclan con salvado y aserraduras de madera previamente untadas impregnándolas con las heces del aceite: se preparan pastas y jarabes de malvavisco, sin malvavisco. En general casi to- dos los productos pulverulentos y líquidos que se puedan fal- sificar, se falsifican; el mismo ácido nítrico ha llegado á con- tener de 30 á 50 por 100 del sulfúrico." (Chevalier.) En conclusión: nuestra obra encierra cuanto apetecerse pueda para descubrir los fraudes en los alimentos, en las be- bidas y en los medicamentos; y con respecto á estos últimos, los profesores de medicina y de farmacia encontrarán para mayor claridad que empleamos los nombres técnicos y vul- gares. 'ERACION DE ALIMENTOS Y BE PRIMERA PARTE. Siendo ei pan uno de los alimentos mas sanos y nutritivos y atando genera- lizado su uso por todo el globo, á exepcion de aquellos pueblos que por carecer de rriíro lo hacen de centeno, mijo, avena, cebada, maiz &c. justo es que principie- mos nuestro trabajo colocándolo en primera línea. El uso del pan se pierde en la noche de los tiempos. Su origen es de una fecha tan antigua, que según vemos en la historia sagrada, los egipcios obligaron de tal modo á los israelitas á huir que no les dieron lugar á echarla levadura en la masa. Mas adelante los egipcios observando las buenas cualidades del pan redugeron á arte su fábrica: la Grecia lo cultivó con acierto, y fué perfeccionado por los roma- nos abandonando el uso de los harinosos ázimos y en papilla. Andando el tiempo se propagó este alimento, llegando á tanto su celebridad que hoy es de un uso general. Algunos pueblos, como antes hemos dicho, hacen pan de otros cereales, pero este es menos seco, menos desmenuzable, y por consiguiente menos miscible con la saliva y los otros alimentos, y quizá menos sano. "El célebre Dr. Pinera, traductor de la obra de Cullen, en sus interesantes anotaciones á dicha obra, al hablar de las varias especies de pan, dice que la escaña ó espelta contiene gran cantidad de sustancia vegeto-animal ó glutinosa como el trigo: su harina es de un blanco amarillo, suave al tacto, y forma con la adición del agua una masa tenaz y viscosa. El pan que sale de la escaña es blanco, ligero, y se digiere con facilidad. "El pan de cebada mejor ,amasad.o y cocido siempre está seco, duro, quebra- dizo, su miga no es flecsible ni esponjosa, apenas conserva á poco rato de ¿¡alir del horno la cualidad que pertenece á toda especie de pan fresco, á saber, la de estar tierna y húmeda. Para que salga un buen pau de cebada es preciso mezclarle ha- rina de centeno ó trigo. '•El pan de centeno es ligero, blanco cuando solo se usa de la flor de su harina •2 49484446 17 —10— y se fabrica con cuidado, fermenta muy bien, es de agradable sabor, refrescante, y conviene á las personas biliosas y encendidas. # "El pan de mestura es sabroso, bueno, y muy nutritivo porque participa de los dos granos harinosos mas adecuados para sustentar á los europeos. "El pan de harina de mijo, sola ó mezclada con la de trigo es bueno comiéndolo caliente porque se ennegrece cuando se pone duro, y enfriándose es quebradizo y se desmigaja con mucha facilidad. Algunas veces suele ser pesado é indigesto, pero las personas del campo lo digieren bien, "El pan de avena es desabrido, negruzco, amargo, se digiere con dificultad, se recalienta, se endurece y estriñe el vientre. "El pan de maiz hecho con partes iguales de esta harina y de la de trigo es es- celente, sano y sabroso, pues el pan hecho de solo maiz es amarillo y pesado por- que su masa no fermenta también como la del trigo. "El pan hecho con la harina de las almortas es sumamente negro, y su masa sin trabazón se desmigaja, es pesadísimo y levanta muy poco. "También se hace pan con el arroz, según Bequillet, mezclando su harina con la del trigo. "Apesar de hacerse pan de todos los cereales, el mejor por escelencia, el mas digestible y mas saludable es el de trigo; pero debe hacerse de buena harina, con una proporción regular de sal y levadura y bien cocido: y para comerlo debe ele- girse el que no esté demasiado reciente, poroso, tierno, sabroso, y que se deshaga con facilidad en la boca. "El pan es una masa harinosa fermentada y cocida por el calor del horno: compónese de dos sustancias; la primera es una miga esponjosa, mas ó menos blanca, según la simiente, elástica, sembrada de agujeros ú ojos de una figura des- igual, con un ligero olor de levadura; la segunda ofrece una corteza dura, seca, quebradiza y sabrosa. Las propiedades físicas del pan son ablandarse con la hume- dad, secarse en un sitio caliente, conservarse por un cierto tiempo sin enmohecerse, hincharse y esponjarse considerablemente echado enycualquier líquido, molerse con facilidad en la boca, obedecer sin dificultad á la acción del estómago y de las otras entrañas para formar la materia mas pura y mas sana de la nutrición."—(Pinera, Anot. á Cullen, tomo II, pág. 122.) El pan que reúna todas estas propiedades físicas es nutritivo y saludable, e¡* el alimento que menos fastidia y el que conviene á todas las edades y constituciones. Pero la codicia hace que se falsifiquen las harinas; y si bien es verdad que las de España son las mas puras, sin embargo, no dejan de contener alguna que otra vez sustancias estrañas. Según Garnier y Harel, casi siempre los trigos contie- nen semillas estrañas, como la zizaña, el trigo de vaca, las arvejas, las guijas, Scc. y las falsificaciones mas comunes se hacen con la fécula de patatas, y las harinas de la haba panosa ó caballuna, de habichuelas y de centeno. Cuando es muy subido el precio de la harina de trigo es que se le mezcla la fécula de patatas; cuyo fraude, propio de ios países del Norte, es muy funesto al panadero. No consiste este incon- veniente en el mal sabor que tiene el pan fabricado con esta mezcla, y que basta para descubrir el fraude; ni tampoco en el pernicioso influjo que contra la salud ejerce; sino en que la fécula mezclada con la harina no absorve agua en el acto de la panificación, de forma que el producto que dá un saco de semejante harina no es de mucho tan considerable como cuando la harina es puramente de triiru, siendo tanto menor, cuanto mayor fuere la cantidad de fécula añadida. —11— "La harina de la haba panosa se emplea muchas veces por el color amari- llento tan buscado que comunica á la harina, pero el pan lo adquiere rojo-vinoso que descubre por sí solo el fraude. "La de habichuelas comunica al pan un sabor amargo repugnante. Este frau- de se conoce de poco tiempo á esta parte; pero en 1839 en que el trigo se vendía á un precio muy subido, casi todas las harinas de los mercados de Paris aparecieron sofisticadas con la de habichuelas; y tomando siempre por modelo en todo lo bueno y lo malo á la grande é ilustrada capital, posteriormente en muchas otras ciudades del mediodia de la Francia han ido apareciendo con frecuencia harinas que con- tienen de diez á quince por ciento de la de habichuelas. "La harina de centeno también le comunica al pan un sabor específico muy pronunciado. "Los especuladores han llegado á mezclar con la harina el carbonato y el fos- fato de cal, habiéndose encontrado en el comercio de Marsella harinas que conte- nían un cinco por ciento de dichas sustancias y de polvos de cantos rodados y de arena blanca. Si el polvo de arena ó de cantos rodados se mezcla en una can- tidad de tres á cuatro por ciento, la harina presenta el mismo tacto fino, y no cruje mascándola, cual si fuese pura, pero si se halla en mayor cantidad de la indicada, se presenta áspera al tacto y rechina entre los dientes al mascarla. "El alabastro, que no es mas que una variedad de yeso, pero que dá un polvo sumamente blanco y de grande finura al tacto, es otra sustancia que se ha llegado á mezclar hasta en la cantidad de un tercio, con la harina; y según el Dr. Bonet y BonfilI,el año de 1838 los periódicos de Inglaterra publicaron un caso de estos que fué descubierto por el químico Clarke, habiendo este operado por orden del Almi- rantazgo. Eran nada menos que 1,400 los sacos de harina adulterada con yeso y huesos pulverÍ7.ados, de cuyas sustancias contenían un tercio, é iban destinados á las costas de España y Portugal. El dueño fué multado en 10,000 libras esterlinas. "Ademas de las falsificaciones de la harina de trigo, son mucho mas graves las del pan por la introducción de sustancias que son verdaderos venenos. Tales son el sulfato de cobre, el alumbre, el carbonato de magnesia, el sulfato de zinc, el carbonato de amoniaco, el carbonato y bi-carbonato de potasa, la creta, el yeso, Ja cal y la tierra de pipas. "Las ventajas que consiguen los panaderos sofisticadores con el sulfato de co- bre, son emplear, como buenas, harinas de mediana calidad y mezcladas con otros cuerpos; ahorrarse trabajo en la manipulación; acelerar la panificación, dar mejor as- pecto á la costra y á la miga del pan, y en fin, hacer que este retenga una notable can- tidad de agua. Varia la cantidad que de ella se emplea, tanto que Kuhlmann, á quien debemos los datos mas precisos en todo lo perteneciente á los fraudes que se cometen con el pan, nos dice que según esplícita confesión de algunos pan ideros belgas, unos ponen por una cocida de 200 panes del peso de un quilogramo un vaso de una diso- lución que contiene 31 gramos con 0,25 de sulfato por un litro de agua, al paso que otros se contentan con tomar de esta misma disolución tan solo lo que cabe en una pipa ordinaria de fumar. Si se empleasen tan mínimas cantidades de sulfato, y estu- viese este perfectamente repartido en la pasta, puede que de pronto los sugetos que go- zan de buena salud no esperimentarian ningún inconveniente; pero ala larga serian víctimas de sus efectos deletéreos. "La introducción del alumbre en el pan es conocida de mucho tiempo en In- glaterra, tanto que Accum no titubea en aseverar que la calidad inferior de la flor —12— de harina que emplean los panaderos de Londres hace indispensable la adición dt- cierta cantidad de él para que el pan tenga el mismo aspecto que si fuese trabajado ton harina superior; y al propio tiempo, añade, esta adición permite la mezcla de las harinas de habas y guisantes con la de trigo sin que se perjudique á la calidad del pan. La cantidad de alumbre añadido varia á su vez según sean las harina? empleadas, y reemplaza ordinariamente cierta porción de la sal común que entra siempre en el pan. La acción del alumbre sobre la economía animal no es de mucho para compararse con la del sulfato de cobre, motivo por el cual una pe- queña cantidad nunca podrá ocasionar accidentes inmediatos; pero no es menos cierto que su diaria introducción en la economía vendria á ser muy funesta para el estómago, sobie todo en los sugetos de constitución débil. "Resulta de los esperimentos de Davy, que si se mezclan íntimamente uno ó dos gramos de carbonato de magnesia con 45 de flor de harina de mala calidad, «I pan obtenido con. esta mezcla es en mayor cantidad; de donde proviene el que este procedimiento para mejorar las harinas se haya empleado algunas veces. Se- mejante alteración, sin embargo, puede perjudicar á la salud, porque la mayor par- fe del carbonato se trasforma en lactato á espensas del ácido láctico que en la fer- mentación panaria se desarrolla, y este lactato goza de propiedades purgantes muy pronunciadas. Puede presumirse con todo que el pan preparado según las proporciones de Davy, no produce graves inconvenientes; pero del mismo modo que otra cualquiera adulteración, debe también á su vez proscribirse, mucho mas aun de- hiendo ser, como serian, muy distintos los efectos si se emplease en mayor cantidad esta sal, cuyo aspecto tan parecido al de la verdadera harina es, de otra parte, mas* que suficiente pretesto para que el panadero la emplee en mayor proporción de la indicada. "El sulfato de zinc lo emplean principalmente los panaderos belgas con el ob- jeto de obtener el pan mas blanco y de darle un mejor aspecto; y, según Kuhlmann, obra de un modo idéntico al del sulfato de cobre, aunque con menos intensidad. Esta sal es un verdadero emético y por lo mismo puede desarrollar el vómito, ma- yormente si se trata de sugetos delicados. "Aseguran muchos autores que el carbonato de amoniaco puede emplearse con ventaja para que el pan sea mas hinchado y forme mayores ojos, y al propio tiempo se presente mas blanco; y se fundan en la propiedad que tiene de volatili- zarse y hasta de descomponerse en ácido carbónico y amoniaco por Ja acción del calórico. "El carbonato y bi-carbonato de potasa son empleados por los panaderos in- gleses, probablemente con el objeto de que retenga el pan por mas tiempo la hume- dad, haciendo que de este modo presente una frescura que no tiene, y al intento de que salga mas abofellado con el desprendimiento del ácido carbónico que en parte pierde el bi-carbonato por la acción del fuego. "El yeso y la tierra de pipa se han empleado para adulterar el pan al intento de aumentar su peso y su blancura; pero como solo pueden ofrecer al panadero un resultado ventajoso introduciéndolas en bastante cantidad para que influyan - mentar el peso y al mismo tiempo la ganancia. "Refieren Garnier y Harel, en su obra ya citada por nosotros, que el año de 1841, el capitán Neygeen del barco sueco el Neptuno, había comprado tres toneles de carne de buey salado al carnicero Pedro Juan Vei>trepen, y cuando la hubieron comido, él y todos los hombres de su tripulación se hallaron indispuestos. Habiendo la justicia tomado parte en este negocio, se descubrió que existia en Amberes una asociación entre los carniceros y los desolladores para vender á los capitanes de los buques la carne de caballo en vez de la de buey, y procurarse ilícitamente de este modo una ganancia considerable. Los llamados Verstrepen, l.eys y Clereens con> parecieron ante el tribunal de policía correccional de Amberes y fueron condenados á la cáicel." CHORIZOS, EMBUCHADOS, &c. Nada estraño es que los chorizos, embuchados, longanizas, salchichas, salchi- chones y rellenos que nos vienen de afuera, estén preparados con jamón alterado y carne de cerdos, muertos en el camino por la fatiga de un largo viage, ó muerto» de enfermedades, en los que aparecen sus carnes sembradas de vegiguillas traspa- —23— Tentes llenas de un líquido acuoso (hidátides); cuyas carnes, ni el -sahumado ni la salazón bastan para corregirle su maldad; ó bien contengan carnes de caballo, de perro, de gato y de otros animales, adobadas é incorporadas con las de cerdo. Y sabido es que la carne de este animal, que tanto consumo tiene por las clases me- nos acomodadas, es perjudicial en ciertas épocas del año, por las enfermedades que suele padecer el cerdo, por lo cual en la Península se prohibe su venta durante el verano. Y las morcillas, preparadas con toda clase de sustancias como sangre, hí- gado, saín, sesos, leche de vaca, harina, pan, arroz, huevos, sal, especias, &c, no estando bien condimentadas, teniendo poca sal, y el sahumado haya sido incom- pleto ó tardío, se desarrolla, según Kerner, una putrefacción particular que comien- za en el centro de la morcilla sin que se desprenda cuerpo alguno gaseoso, siendo el color de la mezcla menos intenso en el interior, poniéndose las partes que están en descomposición mas blandas y conteniendo ácido láctico libre ó lactato de amo- niaco, á la par que todas las sustancias animales y vegetales azoadas que están en una verdadera putrefacción. Nada estraño es, lo repetimos, porque la vergonzosa industria de la adulteración va desarrollándose cada dia mas. Para contener ese desbordamiento de los especuladores, para ponerle remedio á ese tan grave mal que amenaza destruir la salud pública, necesario es hablar sin rebozo., y hacerles ver á la Autoridad, á las madres de familia y á las personas que por su destino y posición se hallan interesadas en el mejoramiento de las costum- bres, el inminente riesgo que corre la sociedad con esos adulteradores, que sin mi- ramiento ni respeto alguno todo lo sacrifican por labrar su fortuna. A quitarles pues, la careta, vamos, demostrando á la faz del mundo los males que acarrean á la salud publica. Los entendidos Garnier y Harel han recogido da- tos curiosísimos sobre este particular, y nosotros vamos á estraetar los siguientes: "Las carnes ahumadas han pioducido en Alemania, y particularmente en el Wurtemberg accidentes desgraciados. Los primeros ejemplos se remontan al año de 1793. Kerner ha reunido ciento treinta y cinco casos observados desde 1793 á 1822, de los cuales ochenta y cuatro fueron acompañados de la muerte. En treinta y seis casos cuyos pormenores recogió este mismo individuo con la mayor exactitud, los accidentes se desarrollaron en veinte y cuatro sugetos después de haber comido mor- cillas de hígado ahumadas, doce de los cuales sucumbieron; los otros doce esperi- mentaron iguales síntomas de envenenamiento causado por las morcillas ordinarias ahumadas, y entre estos últimos solo tres murieron. "El doctor Weis, médico de Bacnang, en el Wurtemberg, ha observado veinte y nueve casos de este género de envenenamiento, de los.que seis murieron. "Géisler ha visto los mismos síntomas en ocho personas que habían comido de un jamón alterado. "Kerner refiere que un hombre presentó todos los síntomas de un envenena- miento agudo después de haber comido buey graso ahumado. "El mismo Kerner ha esperimentado en sí propio accidentes análogos después de haber comido unos arenques desecados al humo. "En 1802 murieron s^is personas de dos familias después de haber comido salchichería alterada. Entre las víctimas se encontraba un médico, su esposa, su hija y una criada. Habiéndose investigado la causa de este envenenamiento no pudo atribuirse á la presencia del cobre sino mas bien á la alteración de la carne. "El mismo año de 1802 tres individuos que habían comido unas cortezas de tocino compradas á un tocinero esperimentaron vómitos reiterados, dolores vivos en el vientre y frecuentes evacuaciones albinas. —24— "El 7 de Mayo de 1832 Chevalier y dos facultativos fueron comisionados para reconocer unas carnes de tocinería que "habian producido accidentes desgraciados, y dieron el siguiente dictamen: "Nosotros Jaime Angelo Durocher, doctor en medicina; Juan Luis Grouri Du- vivier, doctor en medicina, y Juan Bautista Chevalier, químico, miembro de la Aca- demia real de medicina; encargados por M. B. comisario de policía para el examen de las carnes de tocinería vendidas por Mr. L...., carnes alteradas, vendidas á una muger que habiéndolas tomado como alimento se vio afectada de vómitos, purga- ciones y otros accidentes. "Antes de proceder al análisis de esta carne, acompañados del. comisario de policía nos dirigimos á casa de Mr. L.... con el fin de examinar si entre las carnes espuestas á la venta pública, las habia que fuesen alteradas y de mala calidad, se- mejantes á las que habían dado lugar á los accidentes mencionados, y si los vasos y utensilios se hallaban en buen estado. Esta visita nos manifestó: 1. ° (pie entre las carnes espuestas al público para vender habia un plato de restos ó recortaduras de aspecto repugnante, muchas de las cuales estaban alteradas y sobre las que se observaban vegetaciones ó enmohecimientos, y cuyas recortaduras fueron recogidas para analizarlas; 2. ° que un vaso de plancha de hierro que servia para preparar ó calentar las salsas se hallaba en un desaseo asqueroso; otros vasos aunque bien es- tañados y no inspiraban recelo respecto al cobre tampoco presentaban el estado de limpieza que se requiere. "La carne vendida que habia causado los accidentes, se componía de mucho* pedazos cortados sobre una masa de la preparación conocida en el comercio de la tocinería con el nombre de queso de Italia, preparación ordinariamente compuesta de restos picados, fuertemente sazonados y convertidos en una masa ó pasta com- pacta que se vende al por menor en lonjas. Las lonjas ó pedazos que hemos debido examinar, estaban cubiertos de enmohecimientos que en ellos se habian desarrolla- do, unos de color azul y otros verdes que le daban un aspecto cobrizo. "Esta carne se dividió en tres partes; una de ellas se trató con agua destilada, y la disolución acuosa en seguida se ecsaminó con los reactivos que no hicieron descubrir sustancia alguna metálica suceptible dn causar un trastorno en la econo- mía animal. Otra porción de dicha carne se trató con la misma agua destilada, ha- biéndola empero acidulado con ácido nítrico; la disolución obtenida se evaporó; el residuo se disolvió con nueva agua y los reactivos no descubrieron en la disolución euerpo alguno venenoso. La última parte se introdujo en un crisol nuevo, se carbo- nizó é incineró; pero el examen de las cenizas manifestó que nada de cobre conte- nían. Repetidos los mismos esperimentos sobre las recortaduras tomadas del mos- trador de Mr. L.... tampoco se pudo descubrir el menor vestigio de cobre ó de otra sustancia metálica cualquiera suceptible á dañar á la salud. "Resulta de estos hechos que la carne vendida por Mr. L.... no contiene cobre pero ha sufrido una alteración manifiesta que en diferentes circunstancias puede desarrollar los accidentes en cuestión; estableciendo que las carnes alteradas no solo pueden desarrollar accidentes mas ó menos graves, sino hasta causar la muerte.__ Durocher.—Grouri Duvivier.—Chevalier." "Posteriormente, en Sulte el doctor Paulus refiere la historia de siete individuos que enfermaron por haber comido queso de Italia, de los cuales sucumbieron tres. "El 29 de Julio de 1836 Mr. Plassiard compró un pastel de jamón en casa de Mr. Preton Lesage en la calle de Montorqueil, y acompañado de su familia comió —25— parte de la carne de dicho pastel; al dia siguiente fué comida la costra con la carne que aun quedaba, y tres horas después Plassiard esperimentó una desazón general acompañada de sudores frios, de temblores seguidos de fuertes dolores de estómago y en seguida de vómitos reiterados. Su hija de 27 años y un niño de 9 esperimenta- ron idénticos accidentes. El médico que los asistía lo atribuyó á la presencia del verdete (acetato bi-básico de cobre) que podia proceder de los moldes de que se valen los pasteleros. Olivier, D'Angers y Barruel fueron encargados de proceder al análisis de los restos del pastel y de las materias procedentes de las deyecciones albinas del niño al intento de manifestar si existían vestigios de cobre ó de otra cualquiera sustancia venenosa; pero los resultados del análisis fueron puramente negativos bajo este aspecto. El misino año de 1836 muchas personas esperimentaron accidentes análogos á os de la familia Plassiard después de haber comido pasteles de jamón comprados á Mr. Lesage. Y sin embargo, las investigaciones que en estas diversas circunstan- cias se hicieron en casa del mismo pastelero, manifestaron que todo se habia prepa- rado con el mayor aseo. "El año de 1839 en una fiesta popular celebrada cerca de Zurich donde habia reunidas mas de seiscientas personas, tuvo lugar una comida que consistió princi- palmente en ternera asada fria y jamón. Poco después de haber tomado estos ali- mentos, casi todos los convidados esperimentaron algunos accidentes y á los ocho dias la mayor parte se hallaban en cama. Sentían calofríos, vértigos, diarrea y vó- mitos, desarrollándose en muchos de ellos el delirio. Mas tarde algunos esperimen- taron una salivación mas ó menos fétida, y hasta unas úlceras de mal aspecto inva- dieron la cavidad de la boca. Un prolijo examen hecho sobre el jamón y la ternera que formaron la base de la comida que habia desarrollado todos estos accidentes, hizo ver que ya se hallaban alterados dichos alimentos por una putrefacción incipiente. "El 13 de Octubre de 1842 Mr. Etienne y su esposa se desayunaron en Reims, con salchichería comprada en casa de Mr. Lacourte. Después de algunos minutos ambos esposos se vieron atacados de vómitos y cólicos violentos. El mismo dia idén- ticos accidentes se desarrollaron en diversos sugetos que habian comido jamón ven. dido por el mismo tocinero. Ninguno de ellos corrió peligro de muerte, pero Mr. Etienne, aunque de una constitución robusta, no pudo dejar la cama por cinco dias. Su mujer, de una constitución mas débil y que anteriormente habia padecido una enfermedad dé entrañas, sucumbió después de treinta y cinco dias de padecer. La- courte fué perseguido bajo la prevención de homicida por imprudencia. "El año de 1843 ocho personas fueron envenenadas con las morcillas pasadas en el reino de AVurtemberg, de las cuales sucumbieron tres." Todos estos desgraciados hechos históricos harán ver á las madres de familia y á toda persona que aprecie su vida, el inminente riesgo que se corre con esta clase de alimentos, cuando no son recientes, cuando ignoramos si la mano que los ha preparado es de persona de ciencia y de conciencia, y cuando reina la estación de los calores. Por todo lo que, deducimos: 1. ° que las carnes ahumadas son mas susceptibles de esperimentar una descomposición perjudicial; 2. ° que el jamón al- terado y la carne de cerdo, muerto de vegez, de cansancio en el camino ó de en- fermedad, causan efectos deletéreos á la economía animal; y 3. ° que las carnes de caballo, de perro y de gato, adobadas, mezcladas y preparadas por esos especula- dores de mala fé, originan las mas de las veces funestos accidentes. ¿Y qué diremos de los guisados y pasteles que nos vienen de afuera, en botes 4 —26— de hoja de lata herméticamente cerrados, según el método de Mr. D'Appert, barni- zados algunos, con inscripciones y divisas cíe patente de privilegio? Y cuenta que no es nuestro ánimo criticar el procedimiento de Mr. D'Appert, de ese hombre á quien tanto le debe la humanidad por sus conservas alimenticias, de que tan inmenso uso hace la Inglaterra para alimentar sus escuadras, evitando de este modo un sin número de enfermedades que desarrollándose á bordo de los buques por el continuo uso de alimentos salados, diezma la marinería, esos brazos tan útiles como necesa- rios para el poderío de las naciones; empleando también dichas conservas vegetales y animales en sus hospitales de las colonias, y mayormente en Bengala. Repetimos, que no es el ánimo nuestro criticar el proceder de ese benéfico hombre, muerto hace pocos años en un estado casi de miseria, ¿triste ejemplo de la indiferencia que se pro- fesa á los grandes hombres que ilustran ó enriquecen su patria! Al contrario: aplaudimos el procedimiento D'Appert, y como un débil home- naje á su memoria lo consignamos al final de la primera parte de nuestra obra, en el artículo CONSERVACIÓN DE LAS SUSTANCIAS ALIMENTICIAS que recomendamos á nuestros lectores. Lo que sí criticamos es que la mayor parte de esos guisados y pasteles, puestos en botes de lata á lo D'Appert, después de abiertos sean tan agradables á la vista, como repugnantes al olfato y al gusto, y ocasionen graves daños. ¿Y consistirá semejante descomposición en dicho procedimiento? No lo creemos: á menos que no se hayan observado minuciosamente las reglas dadas por su autor. Sea lo que fuere; nosotros lo atribuimos á que las aves, las carnes y demás sustancias empleadas en las salsas y rellenos se encontrarían alteradas por una putrefacción incipiente. En su consecuencia; para emplear todas estas sustan- cias alimenticias, es menester que sean frescas ó recientes, y aquí entra la difi- cultad, porque aunque aparezcan con un bello esterior, ignoramos los años que cuentan de preparadas en Europa y los que llevan de permanencia aquí en los establecimientos donde se espenden. Ademas, nuestro clima influye mucho en la descomposición espontánea de las carnes, y así dichos guisados, pasteles, rellenos &c, deben proscribirse de nuestras mesas durante la época del verano. Aquí diéramos fin á este artículo, pero habiendo citado algunos hechos desgra- ciados acaecidos en Europa, queremos darle todo el complemento á nuestro trabajo consignando varios casos de la misma naturaleza que han tenido lugar en la Isla de Cuba. ¡Cuantas veces le oimos referir á nuestro padre (Q. E. P. D.) D. Juan Bautista de Michelena, licenciado en medicina, los muchos casos que observó durante su lar- ga práctica, de personas que enfermaron después de ingerir en su estómago ciertas carnes y sustancias alimenticias que reconocidas se hallaron alteradas! El año de 1833, año de triste recordación para Matanzas por la epidemia del cólera-morbo, dictó el Sr. D. Francisco Narvaez de Bórdese, brigadier gobernador en aquella época, cuantas medidas precautorias estuvieron á su alcance para pre- servar la ciudad del contagio ó neutralizar sus efectos, nombrando comisiones para visitar las panaderías, á fin de que el pan fuese bien cocido y de buena calidad se- gún las harinas ecsistentes en el mercado; para no permitir en las tiendas la venta de comestibles corrompidos, ni de bebidas adulteradas; para celar con ínteres la policía y aseo de la plaza de la verdura y sus casillas, de la carnicería y matadero &c. Y á pesar de la escrupulosidad y vigilancia de los comisionados y de las sanas y juiciosas observaciones de la Junta de Sanidad, dos individuos enfermaron des- pués de haber comido salchichón. Los vómitos reiterados, la gastrodinia (fuerte* —27— dolores de estómago) y la diarrea (frecuentes deposiciones de vientre) alarmaron á. su familia, y fué llamado inmediatamente D. José Pambrun, doctor en medicina y secretario de la Junta de Sanidad. A sus prontos auxilios médicos se salvaron, y reconocidos después los restos del salchichón se encontraron alterados. El año de 1835 fué llamado en la Habana D. José Pérez Bohorques, doctor en medicina, para asistir á un individuo que se le presentaron horripilación (calofríos), espasmo (temblor ó contracción de los músculos), náusea (grandes esfuerzos para vomitar), y por último paraírosine (delirio), por haber ingerido en su estómago ja- món frito, el que reconocido se encontró alterado. El mismo año de 1835 nos refirió D. José Román Pérez, doctor en farmacia y fiscal interino de la Real Junta superior de dicha facultad, un caso idéntico al ante- rior, sucedido en el barrio de Jesús María en la Habana. El año de 1839 tres individuos, vecinos de Matanzas en la barriada de Versa- lles, cenaron unas butifarras y empanadas fritas", y todos pasaron una noche fatal con vómitos, gastrodinia y diarreas, sobreviniéndole á uno de ellos una calentura biliosa y presentándosele á los ocho ó nueve dias una epistasis (hemorragia de la nariz) y concluyendo con una etklrosis (sudor escesivo). Por fortuna escaparon de la muerte, atribuyéndose esta especie de envenenamiento mas que á la presencia del acetato básico de cobre (cardenillo) á la corrupción de las carnes. El profesor D. Pablo Isidoro Verdugo nos ha suministrado la observación siguiente: "El año de 1848 hallándose temporalmente en la Habana el célebre oculista doctor Wills y prócsimo á embarcarse para los Estados Unidos á donde se le espe- raba para practicar una operación, abrió una lata de atún (su plato favorito) que habia comprado para el viaje; apenas comería de dicha sustancia como una onza, y tan pronto como fué ingerida en el estómago sintió una repugnancia estrema y tal que le obligó á procurarse el vómito por medio de grandes cantidades de agua tibia con objeto de arrojarle, mas estos esfuerzos no dieron aquel resultado hasta pasadas cuatro horas. La expulsión de una cantidad de atún que dicho doctor con- sideró como el total, produjo un ligero descanso, el que fué seguido de un conato tal al vómito que el mismo doctor no pudo disipar á pesar de haber tomado peda- zos de hielo y zumo de limón: este conato al vómito coincidia con un estado que Wills consideraba mortal. En esta circunstancia se puso bajo la protección médica del doctor D. Vicente Antonio de Castro, D. Pablo Verdugo, D. Félix Giralt, D. Antonio Oliva y D. José Trujillo. Estos señores consideraron que aquel conato al vómito era efecto del instinto visceral que aun luchaba por arrojar alguna pequeña fracción de aquella sustancia existente aun en el estómago; en efecto, apenas se le dio un poco de aceite con agua arrojó un pedazo de dicho atún, pero costándole tan grande esfuerzo que apenas le expelió cuando se presentó una hematemesis (sangre del estómago) que ni los recursos de la ciencia, ni los esfuerzos de los que le asistían, ni el mejor y mas grande deseo de salvarle bastaron para contener la hemorragia que en trece horas lo dejó exangüe." ¡Cuantas innumerables desgracias habrán sucedido en la Isla de Cuba de la in- gestión en el estómago de carnes alteradas, pero que habiendo recaído en personas de poca ilustración, y en las clases menos acomodadas, han quedado cubiertas con un denso velo! ¡Cuantas familias pobres, sin otro patrimonio que la miseria, habrán padecido de diarreas, obstruciones, vómitos, calenturas biliosas, gástricas y de otras clases, por haber ingerido en su estómago tasajo ardido, abadejo ó bacalao corrom- —-2S- pido, jamón alterado, aguas estancadas, cenagosas, impuras, &c. Y sin embargo, sus enfermedades y sus muertes han pasado desapercibidas! No nos cansaremos de repetirlo: la alteración de los alimentos y su sofistica- cion causan mil enfermedades, degenerando algunas en epidémicas. AVES Y HUEVOS. Suelen los recoveros vender alguna que otra vez en los mercados y por las calles, pollos y gallinas con gabarro, síntomas de higadillo y otras enfermedades sui generis. Tráense de algunas leguas de distancia palomas torcazas, sanjuaneras y rabiches, arrieros y otras aves, muertas por el plomo del cazador veinticuatro horas antes. El largo tiempo que ha trascurrido, los fuertes calores y algún pequeño des- cuido, las ponen en un estado de putrefacción incipiente. También se venden huevos atrasados, incubados y hueros, para cuyo efecto lavánlos bien, y como su cascaron contiene carbonato de cal le pasan limón á fin de blanquearlos. Pero estos fraudes descúbrense con facilidad. PESCADO. Considerado el pescado como un alimento sano y de fácil digestión preséntase casi cotidianamente en nuestras mesas, asado, cocido, frito, guisado, adobado, es- cabechado, á la minuta, &c; y llamamos la atención de las madres de familia acer- ca del dolo que cometer puedan los espendedores. El pescado, á causa del mucho calor ó de haber estado expuesto por alo-un tiempo á la luna se pone manido, y fácil es conocerlo por el color pálido ó lívido de sus ojos y branquias (agallas) y la morbidez de su masa. Ademas: si esto no es bastante, después de condimentado y puesto en la mesa, el olor y sabor no darán á conocer su estado de putrefacción. Este fraude, cometido por los espendedores de pescado, puede ser algunas ve- ces sm malicia, porque nuestro clima aunque templado presenta sus variaciones en ciertas épocas del año, particularmente en los meses de Junio, Julio, Agosto y Se- tiembre en que la temperatura media es 28,° 9 y aun 29,° 5 (termómetro centígrado); y sabido es que el escesivo calor acelera la putrefacción. Ademas, el tenerlo algún tiempo á la luna influye en esa descomposición violenta. De disimularse es hasta cierto punto este fraude: pero el que no tiene perdón el que castigarse debe con severidad es el de vender pescado siguato. Aquí no hay que alegar ignorancia, porque tanto el pescador como el vendedor conócenlo y dan á sabiendas un alimento nocivo, capaz de producir la muerte si no acude con tiem- po la ciencia del facultativo. Y dandode barato que uno escape ¿acaso los padeci- mientos físicos del individuo y los morales de su familia y allegados, ahogarse pue- den en el mar de la indiferencia? No-de ninguna manera. Por eso el apierno su- perior de la isla dictado ha medidas coercitivas, y entre ellas tenemos á mano la siguiente^Saba Capitular. Por acuerdo del Escmo. Ayuntamiento del tres del corriente, presidido y aprobado por el Escmo. Sr. Gobernador superior civil, Conde de Alcoy, consecuente á lo propuesto por el Sr. Regidor D. Manuel González del —29— Valle, reitera la prohibición de vender al publicólos pescados llamados vulgarmente siguatos, según la opinión general de los pescadores y de los consumidores, bajo las penas establecidas por disposiciones gubernativas y acuerdos municipales, y que para la general inteligencia se publiquen los nombres de dichos peces que conside- ran como mas propensos á ocasionar la indicada enfermedad en grado mas peli- groso, los cuales son los siguientes:—La picuda, el coronado, la morena verde, el jocú, el jurel, el perro colorado, el cají, el cibí, y las tres especies de bonasíes cono- cidas con los nombres de cardenal, arará y gato. Habana 9 de Marzo de 1848.— Francisco de Castro." En la Nosología de Sauvages (clase de flujos, orden 2. ° , género XV) apare- cen casos de cólera-morbo por haber comido huevos del pez lucio. En la misma Nosología (clase de infamaciones, orden 1. ° , género VII) dice Sauvages que al- gunos sugetos por haber comido ciertos pescados envenenados, como el perro ma- rino, tal vez por la carne podrida con que los pescaban, han padecido una erisipela de mal carácter, que se ha manifestado repentinamente. En este caso debe admi- nistrarse en el mismo instante el emético. CRUSTÁCEOS. Entre los innumerables individuos que componen las grandes familias de los crustáceos comemos el cangrejo de rio, el cangrejo ordinario de mar (moro), el cangrejo grande de mar (langosta), el cangrejo criollo, el camarón y la jaiba. El cangrejo de rio se mantiene de larvas de insectos, de moluscos y de frag- mentos orgánicos, y debe preferirse el cogido en aguas vivas y terrenos fragosos. El cangrejo moro es mucho mas delicado y sabroso que los demás cangrejos marinos. La langosta es un plato muy estimado, pero es indigesta cuando se come co- cida ó frita: para quitarle tan mala cualidad debe abrirse á lo largo del lomo antes que se muera, sacarle el intestino y ponerla en la salsa en que ha de ser cocida, la «pie debe estar hirviendo y componerse de vino, aceite y especias, sin que de modo alguno entre el agua en su composición, debiendo servirse con su propia concha que se separa al tiempo de comerla. (Cornide.) El cangrejo criollo, según Pichardo (Dic. Prov.) es onmo se nombra al de tierra, que habita en cuevas y nunca ó rara vez visita las aguas; aunque viven en las costas, salen y se esparcen en tiempo de lluvias, y jamas se internan mas allá de tres leguas del litoral: suele estar siguato, lo cual, dicen, se conoce en que care- cen de pelos en las patas. El camarón ó esquila se puede comer cocido y escabechado, y tiene como los demás cangrejos la superficie interna de la costra blanquecina, y la esterna, aunque algunas veces roja, es parda ó verduzca; pero la cochura y también la acción de los ácidos v del alcohol le hacen pasar á un color rojo á estos tegumentos crustaciales. La jaiba es un crustáceo que todos saben que vive en las márgenes de los rios y en el litoral de la bahía, debajo de las piedras. Como se mantiene de detritos or- gánicos, sustancias excrementicias y otras inmundicias, aunque su carne es mas tierna que la de los cangrejos, contrae mal gusto y suele ser algunas veces nociva. —30— MOLUSCOS. Los moluscos que se sirven en nuestras mesas son los bivalvos (dos conchas) como la ostra, la almeja y el ostión: los univalvos (una concha) como el caracol, la sigua y la patela ó lapa; y los cefalópodos (palpos en derredor de la cabeza) como el pulpo, el calamar, el calamarete y la gibia. Las ostras son muy delicadas y nutritivas, y escitan el apetito, pero como que contienen mucha albúmina se ponen duras después de cocidas, y vuélvenselas mas de las veces indigestas. "Los conchíferos parecen estar esencialmente reunidos al órgano del tacto; pero este tacto debe hallarse en ellos sumamente desarrollado; cuyo efecto se nota en la contracción de los bordes del manto de la ostra común, tan sutilmente fran- jado cuando el animal queda en reposo. Apenas se toca esta parte con la punta del cuchillo, cuando se contrae con tanta mayor rapidez, cuanto que el animal está mas vivo y ha sufrido menos durante el trasporte, y con la operación que se le ha hecho sufrir al abrirlo. Como la ostra es casi el único animal que las personas acos- tumbradas á la buena carne comen completamente vivo, y se descompone con tan- ta rapidez que apenas ha espirado, resulta fétido y desabrido; todo gastrónomo que no quiera comer una ostra dañada, debe en caso de duda ensayar si la irritabilidad continúa mostrándose hacia los bordes cuando estos se pican. Si estas partes que- dan inmóviles, es indicio de estar la ostra muerta, y solo con ayuda de la pimienta y del limón, es como puede corregirse su mal gusto: pero los verdaderos aficionados que aprecian las ostras sin ningún condimento, no deben probarlas cuando se hallan en tal estado."—(Enciclop. Modern. tom. X.pág. 12\.) "Las almejas son un alimento grato pero que ha producido accidentes graves y acarreado la muerte. Según los esperimentos de Mr. Beuzie parece que las alme- jas en ciertas épocas del año se nutren de diversas especies de asterias (estrellas de mar) las que comunicánle á su carne propiedades venenosas. Las asterias, coloca- das por Lineo entre los moluscos y por Lamarch y Cuvier en el género primero de la familia de las esteleridas, son ovíparas y sueltan hacia mediados de la primavera su freza que parece gelatina, y en las costas se vé nadar sobre el agua hasta me- diados del estío. Es tan venenosa, dice Breynius, que hace hinchar la mano del que la toca, y origina la muerte de los cuadrúpedos que la comen. No obstante, las al- mejas, así como otros muchas mariscos, se nutren de ella impunemente, en cuyo caso su carne resulta venenosa para el hombre, lo que esplica como muchas perso- nas han podido esperimentar síntomas de envenenamiento después de haber comido almejas. Los medios curativos que emplearse deben contra la enfermedad producida por las almejas son hacer vomitar al enfermo, y en seguida después de haberle dado una sangría general, administrarle en gran cantidad y de hora en hora una tisana refrescante y tres onzas de vinagre algo diluido en agua. Las almejas pueden co- merse crudas ó cocidas, pero para precaverse de accidentes funestos necesario es sazonarlas con vinagre y un poco de pimienta."—{Enciclop. Modern. tom. II, pág 165, y tom. III. pág. 968.) "Los ostiones, especie de ostras pequeñas que se encuentran agrupadas en las raices y estremidades flexibles de los mangles (rhizophora) que cuelgan en el mar, y en los parages rocallosos, son de tan fácil digestión que algunos aficionados sue- len comer hasta cincuenta, y hasta, según se dice, cien docenas de estos mariscos. -31— Es una preocupación muy admitida que la leche cura en el acto las indigestiones que pueden resultar de semejantes escesos; de lo cual se dá por prueba que una ostra puesta en una taza de leche se disuelve en ella al instante. Muchas personas de carácter nos han afirmado que hicieron este esperimento, pero sin duda soñaron haberlo hecho, toda vez que semejante noticia es de todo punto falsa. Las ostras no se funden en la leche, y por el contrario se endurecen en ella; así es que nos espo- liemos á provocar una indigestión al beber leche encima; y sabido es que sobre un manjar delicado, en una mesa opípara y después de una comida suculenta, no es leche lo que ha de pedir el buen gastrónomo, sino una dosis proporcionada de buen vino blanco.—(E. AI. loco citato7) Los caracoles contienen una baba glutinosa, que por mucho que se laven no desaparece. Es menester que se condimenten bien para oscurecerles un poco esa viscosidad, harto repugnamente, y que no sean indigestos. Las siguas y lapas son poco agradables, y sin embargo hemos visto á muchas personas comerlas crudas. Cornide refiere que la lapa ha servido de único alimento á diversos viageros á quienes una tormenta hizo arribar á costas desiertas donde no hallaban otro. Los pulpos, cuya carne coriácea es menester golpearla para que se pueda co- mer, y los calamares, conocidos en el Mediterráneo bajo el nombre de sepiolos ó sepiones, aunque su carne es mucho mas tierna que las de los demás sepiarios, son alimentos indigestos; pero en nuestras casas saben arreglarlos y condimentarlos ha- ciéndolos un plato sano y delicado. Los calamaretes, de los mares de la Nueva Holanda, y las gibias tan abundan- tes, así como los calamares, en los mercados de las costas del Mediterráneo, son manjares muy delicados. Nosotros hemos tenido el gusto de probarlos, no frescos como hubiéramos deseado, pero sí muy bien conservados. Sauvages en su Nosología {clase de flujos, orden 2. ° , género XV) refiere ca- sos de cólera-morbo por la ingestión en el estómago de la tinta de la gibia. En la misma Nosología {clase de inflamaciones, orden 1. ° , género VII) dice que las al- mejas, las ostras y ciertos vegetales como las fresas, suelen producir una erisipela pasagera. Recapitulemos: los pescados, crustáceos y moluscos pueden producir las mas de las veces, sin estar manidos, síntomas de envenenamiento, ya por estar en la época del desove, ya por haber comido varias especies de asterias ó el fruto del hippomane mancinella, árbol silvestre en las Antillas, de la familia de las euforbiá- ceas, y de una celebridad funesta por sus propiedades tóxicas. Este fruto, de un color tan hermoso y uno de los venenos vegetales mas activos, conducido en alas de los vientos ó arrastrado por la fuerza de las lluvias va á parar á los ríos y al mar, comunicándoles á las carnes de los peces y mariscos que de él se nutren propieda- des deletéreas. El contraveneno de los pescados, crustáceos y moluscos, y de los manjares que hayan esperimentado un principio de descomposición, es administrar algunas gotas de éter y una ligera limonada después de haber hecho vomitar y de haber purgado al enfermo.—(Devergic) —32— MANTECA Y MANTEQUILLA. La manteca de cerdo de los Estados Unidos parece que suelen adulterarla con sebo y otros cuerpos estraños. El Diario de la Alarina del 24 de Marzo del año pasado de 1853 publicó lo siguiente: "La sociedad farmacéutica de Londres ha comenzado á examinar las adulteraciones que se hacen en la manteca de puerco en el Norte-América, y se anuncia que habia obtenido ya resultados importantes." Sin embargo, todavia ignoramos el resultado del análisis hecho por tan cientí- fica sociedad, cuyo trabajo redundará en beneficio de los consumidores. Para darle salida á la mantequilla inferior la mezclan con otra superior: tam- bién se adultera con sebo y otras sustancias estrañas. La mantequilla se echa á perder muy pronto en este clima, se pone rancia, y esta alteración debida al esce- sivo calor tratan de disimularla los especuladores lavándola con agua y colorándola con azafrán, pero el olor y sabor descubren al momento la rancidez ó la mezcla del sebo. En Francia sí que la adulteran á las mil maravillas, y bueno será que ponga- mos al corriente á nuestros lectores de los tales fraudes. Mezclante fécula de pata- tas cocida, ó la pulpa de las mismas, harina de alforfón, leche endurecida ó cuajada por el fuego, y también sebo. Para reconocer si está adulterada con las patatas se introducirá un poco de la mantequilla sospechosa en un tubo de vidrio cerrado por un estremo, fundiéndola al calor del baño de maría. Entonces la mantequilla fluida sube á la superficie, ocupando el fondo del tubo el suero y los copos de cáseo que forman parte de la mantequilla, junto con la fécula ó pulpa de las patatas que tu- viese mezcladas. Se echa entonces un poco de amoniaco (álcali volátil) que disuelve prontamente los copos de cáseo, continuando caliente la mezcla, y la patata queda formando unos grumos. Si no ha tenido lugar la mezcla indicada se forman también copos de cáseo pero que desaparecen enteramente cuando se les añade amoniaco. Ademas, si contiene patatas tomará un color azul tratándola oon el iodo, y amari- llo anaranjado si carece de dicha mezcla. También le añaden para aumentarle el peso la pulpa de las peras y de las manzanas, la creta y otras sustancias. Este frau- de se conoce por su aspecto granugiento, porque cruje entre los dientes, y porque haciéndola hervir con diez partes de agua las sustancias terreas se reúnen en el fondo del vaso, cuajándose la mantequilla en la superficie por el enfriamiento. Eva- porada el agua hasta la sequedad se obtendrá un residuo estractivo, cuyo sabor es del fruto que se hubiese mezclado.—(Garnier y Harel.) QUESO. Hay diferentes especies de quesos, distinguiéndose cada uno por su gusto par- ticular, consistencia, olor y forma. Mucho influyen en su calidad el método de la fabricación, el clima y la naturaleza de los pastos. Divídense tan diversas especie» en tres clases: 1.a quesos sin cocer y sin comprimir: 2.a quesos comprimidos; y 3. a quesos cocidos y comprimidos. Enumeraremos los que se fabrican en esta isla y los que mas comunmente se presentan en nuestras mesas. A la 1. * clase pertenecen el queso de mano llamado también queso fresco, y el de Brié. El queso de mano se digiere con bastante fací- —33— lidad; y sin embargo, suele ser pesado para muchos estómagos. El de Brié, de un gusto tan delicado se descompone prontamente, se rezuma, y á medida que la pu- trefacción adelanta va tomando un sabor picante bastante desagradable. A la 2. * clase pertenecen el presado y el de humo, ambos muy estimados, el de Flandes, el de Chester, el patagras, el de los Estados Unidos y el de Canarias. A la 3. * clase el Parmesan y Gruyeres. Este último, aunque de nn ojor fuerte y desagradable para ciertas personas, es delicado cuando ha sido bien fabricado y es reciente. Según Mr. Massonfour, "se reconoce la calidad del queso de Gruyeres por medio de la sonda, del olfato y del gusto. Los ojos, cuando está bien fabricado, deben ser'gran- des y escasos: la pasta de un blanco amarillento, suave, blanduja, delicada, de un sabor agradable, y fácilmente fusible en la boca." El queso debe desecharse cuando lleva mucho tiempo de fabricado, porque toma un sabor fuerte, se vuelve irritante, y entonces se halla formado, según Proust, de óxido caseoso, de caseato, de acetato y carbonato de amoniaco. Suelen adulterar los quesos con la fécula ó la pulpa de las patatas (papas). Esta operación tiene lugar cuando se fabrican, mezclando dichas sustancias con la caseína antes de la fermentación. Se descubrirá este fraude por medio de la tintura de iodo que le hace tomar un color gris de tórtola. Siendo el iodo uno de los mejores reactivos para descubrir la presencia del almidón y demás féculas, y vice-versa, y empleándose estas sustancias en la adul- teración de las harinas, del pan, de la leche, de la mantequilla, del queso, &c., que- remos darle todo el interés posible á nuestra Obra consignando los siguientes cu- riosos apuntes: "Una disolución alcohólica de iodo es un reactivo precioso para seguir los di- ferentes períodos de la descomposición amilácea, pues la fécula, cuando se pone en contacto con esta disolución, toma una tinta azulada tanto mas intensa cuanto que es mas compacta. Asi es que con la fécula en su estado normal es tan intensa la coloración, que los granos parecen negros y opacos: en el engrudo, cuya fécula se halla ya un poco desorganizada, la disolución del iodo da todavia una coloración azulada, aunque con matiz violáceo, cuyo matiz resulta mas sensible si el engrudo se preparó á los 100°: en efecto, si el almidón ha sido completamente desorganizado y convertido en destrina, se tiñe de rojo por la acción del iodo, y esta coloración ni aun se produce cuando la destrina se ha calentado por mucho tiempo. Los efec- tos que se producen son los mismos cuando el almidón ha sido desorganizado y hecho soluble, no ya por el calor sino por la acción de los ácidos ó de la diastasa: la coloración azulada propende á roja á medida que aumenta la desagregación."— (E. AI. tom. II. pág. 179.) El iodo le comunica un color azul al almidón, facilitándose de este modo el poder reconocer la presencia de uno de estos cuerpos por el otro. Para distinguir las diferentes féculas del comercio se esponen pulverizadas debajo de una campana que contenga iodo, cuyo vapor le comunicará al almidón un hermoso color azul; al almidón de trigo un color violáceo; á la fécula de patatas un color gris de tórtola; al arrow-root un color de café con leche claro, y si está mezclado con la cuarta parte de almidón un color de lila gris; á la tapioca un color de ante, y al sagú tam- bién lo colora.—(Gobley.) Una temperatura de 160° convierte el almidón en destrina, á la que el iodo da color de violeta y que queda mezclada con un poco de azúcar. Una temperatura —34— de 180° aumenta mucho la proporción de azúcar, y la destrina que queda ya no toma color con el iodo.—{Soubeiran.) . Basta con lo espuesto para que los aficionados al buen queso puedan descubrir los fraudes de los especuladores; y concluiremos diciendo que en algunos estableci- mientos arreglan y componen el queso de Flandes atrasado, averiado y descolorado, cubriéndole las grietas ó hendeduras, y dándole después un baño de aceite y pimen- tón para revivirle el color y que aparezca como bueno á la vista. SETAS Y HONGOS. La dilatada familia de las setas y hongos se divide en dos especies: en comes- tibles y venenosas. A la primera pertenecen el hongo de primavera (Fungus piteólo rotundiori) llamado por los franceses mouceron, por los catalanes muxarnuns, y por los castellanos moserñones; la seta de cardo (Fungus eringii); el hongo de costra (Agaricus pratella); la morilla (Phallus esculentus) y otros muchos. A la segunda espeeie ó sea los venenosos pertenecen el falso hongo carmesí (Agaricus muscarius L.); el agárico bulboso (Agaricus bulbosus, L.); el agárico primaveral (Agaricus bulbosus vernus); el hongo ratón (Agarieus conicus); el agárico matador (Agaricus necator); el agárico acre (Agaricus acris); el agárico estíptico (Agaricus stypticus); el agárico cáustico (Agaricus pyrogalus); los piperados y lácteos (Agaricus pipe- ratus et lactifluus); el hongo de la cruz de Malta; el ojo de cuervo; la cabeza de Medusa; el blanco de marfil; el lácteo puntiagudo rojo; el ojo del olivo; el embudo hueco y veneneso y el grande mostazero. Las mejores setas comestibles han de ser carnosas, de un olor y sabor agradable y del tamaño poco mas ó menos de una castaña. Débense desechar, según Persoon, los hongos cuya superficie está mojada y sueia, de mal aspecto, de un olor viroso, de un sabor amargo y desagradable, ó dulce, pero que deja un gusto astringente y estípti- co; los que contienen un jugo lácteo y acre, los de un color pagizo como el limón, ó rojo como la sangre, y por último los que se marchitan y descomponen. Persoon aconseja que se tomen las especies mas sanas y se mojen en vinagre aguado: ope- ración por medio de la cual pueden comerse sin peligro alguno los hongos mas perniciosos. El Diario de la Marina del 25 de Noviembre de 1852 publicó un estracto de un artículo sobre setas y hongos venenosos, que reproducimos por considerarlo in- teresantísimo. Dice así: "El químico francés Federico Gerard, movido por la fre- cuencia con que ocurren en su país lamentables catástrofes dimanadas de comer diversas especies de setas venenosas, se dedicó hace tiempo á descubrir el modo de prepararlas de manera que aun cuando la especie consumida contenga un veneno mortal desaparezca todo él durante la composición, y al cabo de muchos ensayos v pruebas hechos con verdadera heroicidad en su misma persona encontró y ha dado á luz su procedimiento, sencillo y eficaz sobremanera, como lo demuestra el hecho de que á mediados de Setiembre último comieron él y su familia en presencia de varios facultativos, químicos y periodistas un kilogramo (dos libras) de setas vene- nosas, ó sea cuarenta veces mas de lo necesario para matar á cualquiera. Hé aquí la preparación á que Mr. Gerard somete las setas, escogiendo á propósito las mas letales. Para cada 500 gramos (una libra) de setas cortadas en trozos de un tamaño bastante mediano se necesita un litro (dos libras) de agua en que se han echado do* —35— ó tres cucharadas de vinagre, ó dos puñados de sal si no hay otra cosa. Se deja macerar las setas en el líquido por espacio de dos horas largas: después se las lava bien en abundancia de agua fresca y por último se las pone á salcochar de quince á treinta minutos, hecho lo cual se las saca del agua hirviendo, se vuelve á lavarlas en agua fria y bien enjugadas después están ya listas para componerlas como ali- mento, habiendo adquirido con la preparación indicada todas las buenas propieda- des de los mejores champignons edibles. "Mr. Gerard ha demostrado por otra parte que son del todo nulos los medios hasta hoy empleados por el vulgo para distinguir las setas buenas de las venenosas, tales como la plata, la cebolla, la sortija de oro, &c. No habiendo pues la mayor certidumbre jamas deberá comerse ninguna especie sin prepararla de antemano como va dicho. "Mr. Gerard ha hecho un verdadero servicio á la humanidad descubriendo un modo infalible de impedir los envenenamientos que con tal frecuencia producen las setas y dando á conocer claramente las especies que pueden emplearse como ali- mento. Tiene pues derecho á la mayor admiración de todos y á la gratitud del pú- blico, á quien ha librado de las terribles desgracias que vemos repetirse anualmente con destructora monotomía." Las setas que nos vienen de España y de Francia en orzas, pomos y latas, ora en salmuera, ora en aceite, ó ya desecadas, aunque no han producido accidentes desgraciados, sin embargo, aconsejamos á los aficionados y á los gastrónomos em- pleen el tan fácil y sencillo método de Mr. Gerard para que con mayor confianza puedan saborear los ricos champignons. Las setas después de guisadas son difíciles de conservar, altéranse prontamente y su ingestión en el estómago puede causar efectos deletéreos. El contraveneno de los hongos venenosos es, después que se haya hecho vomi- tar, si aun es ocasión oportuna, y se haya purgado el enfermo, administrarle á cu- charadas de cinco en cinco minutos ocho gramos (dos dracmas) de éter sulfúrico por cada ciento veinticinco gramos (cuatro onzas) de agua común ó de flor de na- ranjo: agua muy acidulada con vinagre ó zumo de limón.—(Devergie.) AZAFRÁN. El azafrán tiene mucho uso en nuestras casas para condimentar manjares. Se emplea en la fabricación de la mantequilla para comunicarle un hermoso color ama- rillo, agradable á la vista y que aumenta su valor. También se emplea para colorar pastas, fideos y macarrones; y por último, se usa en la medicina, en la pintura y eii la tintorería; y por su alto precio lo falsifican en el mercado con alazor ó cárta- mo llamado también azafrán romí ó bastardo, que tiene el olor y sabor algo pare- cido al del verdadero azafrán, pero que carece completamente de sus propiedades medicinales. "Pinera en sus anotaciones á Cullen (tom. III. pág. 410) dice que el azafrán propiamente son tres estigmas ó franjuelas trífidas que salen en el pistilo de la punta del estilo, ó tres estambres, como dice Quer, cuyos ápices son de color rojo ó ama- rillo encendido, y un pistilo blanquecino que se divide en tres como ramos, anchos en la estremidad superior, que tiene como cabeza y cresta. Los estigmas que tanto por la parte interior como por la esterior son de color rojo brillante muy subido, son —36— los que constituyen el mas selecto azafrán, el que exhala un olor fragante y un sa bor amargo, aromático y algo acre. El mejor azafrán, el genuino y no adulterado debe tener un color rutilo, no debe estar ni seco ni demasiado húmedo, su testura debe ser tenaz y formar tortas firmes que abiertas tengan el mismo color en su in- terior que en su superficie. Todas las naciones aplauden el azafrán que se cria en su suelo: así los orientales, los persas, ingleses, alemanes y franceses celebran el suyo; pero Quer asegura que el que se cultiva en Cataluña, campo de Tarragona, en los términos del lugar de Rocafort, del Espinal y de Santa Coloma de Queralt, y en Ja Mancha compite si no escede al azafrán del Oriente." El fraude cometido con el azafrán romí ó alazor fácil es de conocer, porque el legítimo azafrán en lugar de componerse de flósculos tubulosos como el cártamo compónese tan solo del estilete y del estigma de la flor. También se adulterad aza- frán con harina, con hebras de carne de buey, y con flores de caléndula. PIMENTÓN. El pimentón ó pimiento colorado molido, tan usado por los peninsulares para condimentar casi todos sus manjares, lo adulteran con el almagre ó almazarrón. Esta arcilla, tan abundante en España, y que debe su color rojo á los óxidos de hierro que entran en su composición natural, solo se emplea en las artes; y sin em- bargo, vemos que los especuladores se sirven de ella para falsificar el pimentón, y para darle un bello color rojizo al tabaco, y también al chocolate. CAFÉ. El café es una bebida agradable y de un uso general en nuestras casas, píle- se toma en ayunas, después de las comidas y por la noche. En el campo se abusa, digámoslo así, del café: hay personas que lo toman á cualquiera hora del dia y ch- ía noche, y sin embargo, gozan de buena salud y siempre están ágiles y dispuestas para el trabajo. El café es tónico, escitante, favorece la digestión, disipa el sueño, calma un tanto la embriaguez producida por las bebidas alcohólicas, y usado en tiempo es el mejor contraveneno del opio; es útil para las personas perezosas y flemáticas, faci- lita las ideas, por lo que se le ha dado el nombre de licor intelectual é hipocrene de los sabios. Muchos autores han hablado en pro y en contra de esta bebida. Habién- dose dicho una ocasión en presencia de Fontenelle que el café era un veneno lento, contestó este sabio: "demasiado lento debe ser porque hace mas de cuarenta años que lo uso y todavia ningún mal efecto me ha producido." A pesar de esto; las personas nerviosas, las de fibra seca, las de constitución inflamatoria ó irritable, las que padecen de insomnio, las que tienen alguna enfer- medad orgánica del corazón, las que padecen de gota, y aquellas cuyo estómago no puede sufrir ninguna clase de escitante deben abstenerse de tomar esta bebida, tan deliciosa al paladar como nociva á su salud. "Trousseau en su Materia Médica (tomo III. pág. 168) dice que uno de lo- caractéres mas notables de la acción del café en las personas de sistema nervioso —37— movible, es la ansiedad epigástrica á que dá lugar, ansiedad conocida de todo el mundo, y análoga á la que esperimenta el que recibe una impresión moral. El tem- blor de los miembros es también uno de los efectos fisiológicos del café. Añádase á esto la escitacion del centro cerebral, la mayor facilidad para el trabajo intelectual, la abundancia de las ideas, la aptitud mas viva de los sentidos para percibir sus estimulantes particulares, y con mucha frecuencia el insomnio. Todos estos fenó- menos se observan principal y casi únicamente en las personas nerviosas y uo habi- tuadas á su uso." El café debe ser de buena calidad y bien seco para tostarse. Esta operación regularmente se hace en un tambor de hierro, pero según los nuevos ensayos es preferible tostarlo en una cazuela, sin cubrir, porque la frialdad del aire atmosférico impide la evaporación del aceite esencial donde reside el aroma del café, y los tam- bores lo atacan fuertemente, cubriéndose sus paredes interiores de una sustancia negra, tersa y brillante, muy parecida á una capa de barniz de china. No debe descuidarse uno en el tostado porque si llega á quemarse da lugar á que se desenvuelva un aceite empireumático con olor de amoniaco, que hace su tintura negra, turbia y de un color fuerte. El café carbonizado es irritante, toma un gusto acre y pierde su aroma. Para que quede bien tostado es menester menearlo continuamente á fin de que no se queme, que el fuego sea por parejo, que no exhale un humo espeso y de olor fuerte, y que tome un color dorado. Después de frío se guarda en vasijas de hoja de lata ó de vidrio, bien tapadas, y para tomarlo con todo su aroma y gusto debe molerse pocos minutos antes de hacerlo. No pudiendo hacer en muchas casas la torrefacción ó tostado, cómpranlo mo- lido, pero raras veces tienen el gusto de saborear una buena taza de café. El triache que emplean, la mantequilla (casi siempre rancia) que introducen en los tambores durante el tostado, con la candida intención de comunicarle un buen sabor, el astra- galus bceticus, el maiz, el garbanzo, el palmiche y otros granos que mezclan para aumentar la cantidad y la ganancia, y el escesivo fuego que llega á carbonizarlo; hé aquí las causas de las variaciones diarias que se encuentran en el café molido que al público se espende. En Alemania y en Francia adulteran el café con la raíz de achicoria, llamada //chicoria de raíz gruesa 6 achicoria café. Esta raíz, recolectada á su debido tiempo, bien seca y tostada se mezcla con el café de mala calidad, ó bien la usan sola bajo el nombre de café achicoriado. En Barcelona la emplean de los dos modos, y un amigo nuestro que ha residido por algún tiempo en dicha ciudad nos dice que se va generalizando bastante su uso. Hemos tenido ocasión de probar el café achicoriado, y á pesar de su buen gusto inclinamos la balanza á favor del nuestro. Según el parecer de personas entendidas, el café adulterado con la achicoria produce efectos perjudiciales sobre el sistema nervioso, y el profesor Beer, uno.de los mas célebres oculistas de Alemania, enumera el café de achicoria entre las cau- sas de la amaurosis (gota serena.) TÉ. Hay dos especies de té y distínguense con los nombres de té negro (Thea hohea, L.) y té verde (Thea viridis, L.) Usanse las dos especies, pero los aficiona- dos é inteligentes prefieren el thea bohea. _3>i— El té es algo cscitante, diaforético y sedativo. Su infusión tomada con un poco de aguardiente conforta y reanima la parte moral: ha servido para combatir ciertas gastralgias administrándolo frió: sirve de excipiente para el aceite de ricino (palma- cristi) naciéndole desaparecer ese gusto nauseabundo. Tomado con moderación y á tiempo disipa hasta cierto punto la irritabilidad, calma algunas irregularidades del sistema nervioso, y produce saludables efectos, pero su uso habitual debilita mucho el sistema nervioso, resultando males de bastante consideración. En Inglaterra y Holanda se usa mucho de esta bebida, asegurando algunos autores que las inglesas mas delgadas y nerviosas que las holandesas, deben al abu- so del té las neurosis (irregularidades del sistema nervioso) que á muchas de ellas afectan. Según Hemn, Nicol y Grimm, en el mismo país de este vegetal, Jos gran- des bebedores de té enflaquecen á consecuencia de la diabetes (abundante y pre- ternatural evacuación de orina.) Su consumo en la isla no es grande. En los países húmedos y nebulosos lo toman casi ordinariamente: bajo el cielo de Cuba prefieren el café. El theh de los chinos, tojaa de los japones es, según Murray, un arbusto que crece espontáneamente en la China y Japón. A los tres años se cosechan sus hojas, continuándose hasta el décimo: se hacen tres cosechas.de estas hojas, una á últimos de Febrero que es cuando están mas tiernas y mejores; otra á principios de Abril, y la tercera en Junio: las hojas de esta época son mas rígidas y solo las gasta la plebe. Los chinos tienen hornos destinados para su desecación y tueste, manejándolo de modo que precaven la evaporación de todas las partes volátiles sin que adquiera ningún olor estraño. Al té de buena calidad le incorporan el de la tercera cosecha, distinguiéndose por un olor de rosa. Las mejores especies de té, dice Lewis, tienen un olor de vio- letas muy sensible, y las peores ó las de la tercera cosecha olor de rosa á causa de las preparaciones de los especuladores. "Asegura Federico Accun que la mayor parte de los mercaderes de Londres le mezclan al té las hojas del ciruelo silvestre, las de fresno y las de saueo, coloradas de negro con el campeche, ó de v rde con las sales de cobre. De 27 muestras reco- gidas y analizadas en Londres 19 estaban coloradas con un preparado de cobre. Según los ensayos de Bussy y Boutrond-Charland, el té negro facticio colorado por medio del campeche humedeciéndolo y estregándolo contra un pliego de papel blanco lo mancha de un negro azulado, y si se macera en el agua le comunica un tinte del mismo color que pasa al rojo con la adición de unas gotas de ácido sulfú- rico. El legitimo comunica al agua un color ambreado que no se enrojece por el ácido sulfúrico. El té verde por las sales de cobre le comunica al amoniaco un co- lor azul de záfiro. En el té souchong se ha encontrado mas de un 25 p£ de plom- bagina. También han llegado los mercaderes de té de Londres á procurarse de las casas donde se hace mucho consumo de esta bebida, los restos de su preparación, haciéndolos secar y en seguida arrollándolos mediante una ligera torrefacción en unos peroles de cobre de mucha superficie y poco profundidad. Los franceses ha- cen la misma operación comunicándole color con el amarillo de cromo, el mineral de plomo, el azul de Prusia y otras drogas."—(Garnier y Harel.) Suelen sustituir al té con las hojas del té de las Antillas (Capraria biflora), con las del ciruelo silvestre (Prunus spinosa), con las del abedul (Betula atba), con las del tilo (Tilia europcea), con las de la verónica (Verónica officinalis), mosqueta silvestre (Rosa canina), fresa (Fragaria vesca), polígala vulgar (Polygala vulgaris). malva blanca (Walteria indica), y malva-té, pero ninguno de estos vegetales puede igualarse al legítimo té de la China en su grato sabor y virtudes. CHOCOLATE. El chocolate es una bebida muy saludable y provechosa: fortalece el estómago y reanima prontamente las fuerzas cuando están muy abatidas, por lo que se usa con mucha utilidad en las convalecencias y en el estado de salud. Pero es necesario que esté bien elaborado y sin mezcla de ninguna clase; y difícilmente se encuentra esto, porque la codicia hace que en lugar de la buena canela de Holanda le pongan canela de Manila ó casia lignea que es muy estimulante y hace producir las mas de las veces diarreas y retortijones de vientre. Adultérenlo también con fécula de pata- tas, habas, guisantes, arroz y maiz, semillas oleaginosas de nabo, colsa, cacahuete ó maní, almendras, y otras mil cosas que perjudican á la salud. Y no es solamente en la isla de Cuba donde se adultera: también en Francia y en España lo falsifican á las mil maravillas. Garnier y Harel y los doctores D. Joa- quín Balcells y D. Raimundo Fors han hablado mas de una vez de las diferentes mezclas que le hacen los especuladores. Y para que nuestros lectores vean hasta que punto llega la sofisticacion, oigamos el siguiente trozo de un bello artículo so- bre el chocolate: "La tan generalizada pasta analéptica, ó sea el chocolate de cacao que es al que Lineo impuso la denominación de manjar ó alimento de los dioses (theobroma), se ha convertido estos últimos tiempos en un brebage infernal. Al ca- cao se sustituyen el pan seco, las harinas de trigo ó de maiz y la galleta tostada, el cacahuete, &c; y para dar color al chocolate se emplean el minio y el almazarrón. El resultado es vender un producto nocivo, y que, á pesar del bajo precio á que ha llegado, no tiene un tercio del valor que se le hace representar ó por el cual se ven- de. El verdadero chocolate es una pasta compuesta de partes iguales de almendras de cacao y de azúcar, aromatizada, si se quiere, con canela ó vainilla. Cualquiera adición ó sustitución que se haga á dichos ingredientes es una sofisticacion; y no sabemos como la Real orden del 12 de Diciembre de 1831 pudo facultar á los mo- lenderos para hacer mezcla de ninguna especie. Es falso que se necesite alguna sustancia panaria ó feculenta para mejor formar la masa; y es falsísimo que sea mas sabroso el chocolate de color avivado por sustancias venenosas. Couviene, por tanto, revisar las ordenanzas de los molenderos, prohibir absolutamente toda mez- cla, y reformar los innumerables abusos que se han introducido en la fabricación del chocolate. Este preparado constituye en España el desayuno de las dos terceras partes de personas acomodadas; es, ademas, uno de los alimentos mas usados en jas convalecencias de las enfermedades: y bajo todos conceptos merece llamar seria- mente la atención de la autoridad. El verdadero chocolate (dirán algunos) resultará entonces mas caro que en el dia, y quedará fuera del alcance de muchas personas poco acomodadas. A esto se ha de contestar que tales personas pueden, ó tomar menos cantidad, ó no tomarlo, pues en ambos casos saldrán mejor libradas que in- giriendo cada mañana en su estómago una solución de fécula envenenada. A los (pie se mandan labrar chocolate espreso para su uso se les dejará toda la latitud compatible con las leyes sanitarias. Los chocolates medicinales ó compuestos han de ser labrados siempre bajo la dirección ó inspección de un farmacéutico."— (Enciclop. Alod. tom. VIII. pág. 468.) —40— ACEITE. Hemos visto en algunos establecimientos al por menor vender el aceite de oli- vas en tiempo de carestía á un real mas bajo que en los almacenes al por mayor, y llamándonos la atención tratamos de indagar las causales, y encontramos que a cada botija se le estrae una botella y aun botella y inedia de aceite, volviéndola á tapar y empastar sin que se conozca semejante fraude. Fraude que no tan solo re- dunda en perjuicio del consumidor sino en el del comerciante ó remitente, porque si se reclama la merma contestan candidamente que asi vienen de España las boti- jas de aceite. Estos concienzudos especuladores perjudican muy mucho al comercio de buena fé, y conviene atajar ese torrente desbordado poniéndoles en relieve los males que VINAGRE. El mejor vinagre por su buen gusto y fortaleza es el preparado con el vino, y de aquí la nombradla de los vinagres de Orleans, en cuyo sencillo procedimiento emplean vinos flojos y poco azucarados, clarificándolos antes de someterlos á la acetificación, y abandonándolos por algún tiempo en toneles llenos de virutas de hava en que se depositan las heces. Siendo pues el vinagre de un uso general en la vida común para darle un gusto agradable á muchos alimentos, y al mismo tiempo un poderoso antiséptico para la conservación de carnes, pescados, vegetales, &c; diremos que por lo regular el que aquí se espende es hecho de guarapo, plátano guineo y otras frutas. También en muchas tiendas suelen tener un barril ó depósito donde vierten las sobras ó reliquias- de vino, aguardiente, cerveza, sidra y toda clase de bebidas. Esta mezcla hetero- génea, con la adición de cierta cantidad de agua y un poco de crémor tártaro, sufre una fermentación acida que dá por resultado un vinagre que venden por de Yema y de Castilla. Los especuladores emplean el ácido sulfúrico, el muriático, el nítrico, el tartá- rico, y algunas sales y sustancias acres para comunicarle mayor acidez, fortaleza y densidad al vinagre. El ácido sulfúrico es el que mas comunmente se usa, y espoti- dremos los medios de que se valen Garnier y Harel para descubrir su presencia. "Puede reconocerse: 1. ° con el papel de tornasol; 2, ° con el papel blanco; 3. ° por la evaporación; 4. c con la barita; 5. c con la fécula. "Con el papel de tornasol.—Sobre una tira de este papel se echa una gota de vinagre puro y otra del sofisticado, y se deja al aire para que se seque. Cuando fresco ó húmedo, en los dos puntos en donde se echaron las gotas del vinagre, se presenta un color rojo, pero secándose reaparece el azul donde habia el vinagre puro, al paso que persiste rojo si el otro vinagre contiene ácido sulfúrico. "Con el papel blanco.—Se escribe sobre este papel con una pluma nueva y el vinagre sospechoso. Después de seco si el vinagre contiene ácido sulfúrico solo en la cantidad de 2 á 5 por ciento, el papel se ennegrece y carboniza en los puntos en que se escribió por haberse concentrado dicho ácido, mientras que reaparece el color azul sin ninguna alteración caso de ser puro el vinagre. —41— "Por la evaporación.—En una pequeña cápsula de porcelana se evapora en su totalidad una porción del vinagre sospechoso; si está libre de ácido sulfúrico, los vapores que se desprenden no son desagradables, y el estracto que queda es moreno; pero si al contrario contiene dicho ácido mezclado el estracto se carboniza en los bordes, y se presenta de color negro, y al final de la evaporación se desprenden unos vapores blancos muy densos y picantes que promueven la tos. "Con la barita.—Se coloca en una evaporadera de porcelana una cantidad de vinagre que se deja al calor del baño de maría hasta que se halle reducido á un octavo: se aparta del fuego, se deja enfriar, y cuando frió se echan sobre el líquido sirupuso residuo de cinco ó seis veces su volumen de alcohol puro; se agita con una varilla de vidrio para que el alcohol disuelva el ácido y elimine las sales; el liquido alcohólico se filtra, el residuo insoluole se recoge sobre un filtro y por enci- ma se le echa un poco de alcohol para lavarlo, cuyo alcohol se mezcla luego con el primero que filtró: el líquido alcohólico total se diluye con agua destilada y se trata con un esceso de disolución de cloruro de bario. Si el vinagre contenia ácido sulfú- rico libre, entonces se forma un abundante precipitado de sulfato de barita que se lava con ácido nítrico primero, y después con agua destilada; luego se recoge sobre un filtro, se hace secar y se pesa, y su peso nos lleva al conocimiento de Ja canti- dad de ácido mezclado, acordándonos de que el sulfato de barita está compuesto de un átomo de ácido sulfúrico (34, 37,) y de otro átomo de barita (65, 63,). Este procedimiento tan minucioso es porque hay vinagres que naturalmente contienen tanta cantidad de sulfatos, que tratados directamente con el agua de barita o con una de sus disoluciones salinas, ya dan un ligero precipitado, y casi todos se entur- bian; y sin embargo no contienen el ácido sulfúrico libre ó mezclado con un objeto fraudulento. Pero procediendo del modo que dejamos espuesto, como los sulfatos que naturalmente contiene el vinagre no son disueltos por el alcohol, siempre que las disoluciones de este precipiten por las de las sales harineas, podemos estar cier- tos de la presencia del ácido sulfúrico libie. Orfila, para mayor segundad, aconseja tpie se emplee el éter en vez del alcohol. Este procedimiento es el de mayor preci- sión de todos los empleados. . . "Con la fécula.—Fúndase este nuevo método en la propiedad que tiene el aci- do sulfúrico diluido con agua de trasformar primero el almidón en destruía por la acción del calor, y en glucosa ó azúcar de uva si la temperatura elevada se sostiene por olgun tiempo, en cuyo último caso pierde totalmente la propiedad de colorarse de azul por el iodo, mientras que en el primero con este reactivo aun tomaba un color violeta vinoso. Partiendo de este principio pues, se toman dos muestras de vinagre, el uno puro y el otro que contenga una débil cantidad de acido suüunco; por cada cien centímetros cúbicos de dichos vinagres se les mezcla en una botella como medio gramo de fécula, se hace calentar y si pasados diez minutos se exami- nan los dos líquidos con la tintura de iodo, se observa yaque en el vinagre puro aparece un color azul, mientras que en el que contiene ácido sulfúrico el color es un violeta que se acerca al rojo vinoso. Si se prolonga la ebulición de los vinagres v se repite el ensayo en una pequeña cantidad de los mismos, se ve que el color ilel adulterado se vuelve siempre mas vinoso, al paso que el del vinagre puro se conserva siempre el mismo; cuando han pasado de veinte á treinta minutos de her- vor desaparece toda coloración en el falsificado, conservándose la misma en el puro. 6 —42— CERVEZA. La cerveza no muy fuerte y bien fermentada es una bebida agradable y al mismo tiempo saludable. Díganlo sino Paris que consume anualmente un millón de arrobas de esta bebida, Londres que produce y consume cerca de veinte millonea de arrobas, Alemania y Bélgica que consume mayores cantidades aun con respecto á la población. La cerveza buena es una bebida higiénica que puede tomarse en las comidas y fuera de ellas, á cualquiera hora, y sin cuidarse uno de si está o no su- dado. Los mas célebres prácticos la recomiendan á las personas nerviosas, á las que están espuestas á dolencias inflamatorias, á las que no pueden hacer mu- cho ejercicio, á aquellas en quienes la acción del vino no es contrabalanceada por los esfuerzos musculares, á las mugeres que crian y suelen tener mucha sed; á las embarazadas, á las cuales cura muchas veces los hastíos que sufren; y á los niños, en quienes obra como bebida tónica y al mismo tiempo poco escitante. El entendido doctor D. Cayetano Lanuza, al hablar en su "Higiene de los siervos" de las varias enfermedades que atacan á las dotaciones de las fincas, reco- mienda muy mucho el uso de la cerveza como la mejor bebida higiénica; y desean- do nosotros contribuir con cuanto podamos en beneficio de la salud pública, vamos á estractar algunos párrafos de tan interesante artículo á fin de que los hacendados que ignoren el trabajo del doctor Lanuza puedan ponerlo por planta en sus fincas, seguros de obtener un buen resultado. "El alimento, la bebida, el vestido, la habitación, los trabajos, la limpieza, todo cuanto pertenece á la Higiene de los siervos es un objeto de sumo interés. ¿Cuántas veces se les priva de un alimento sano y económico por falta de conocer el medio de prepararle sin dispendio? "En la mayor parte de las enfermedades influyen la mala elección de los ali- mentos; el agua en las fincas donde es mala, que no son pocas; en todas después de las secas al tiempo do las primeras aguas; la insalubridad de los lugares y de lasi habitaciones, &c; pero á todas puede oponerse, y algunas lo demandan imperiosa- mente, el uso de una bebida tónica, que corroborando al estómago evite ó se opon- ga á los malos efectos de aquellas. El uso del aguardiente, que cualquiera que sea la vigilancia y orden en el gobierno de una finca, tiene gravísimos inconvenientes que se omiten por obvios, es ademas espuesto á fatales consecuencias, pues si algu- nas veces baria bien, otras muchas seria perjudicial. El vino y la cerveza son de- masiado costosos en este pais para la economía que exige la buena administración de una finca. Sin embargo, como la cerveza, si es pura y no está adulterada con alcohol, ni con otras sustancias narcóticas, es el mejor medio higiénico para preve- nir los males que sumariamente dejamos indicados, hemos dirigido nuestras obser- vaciones y esperimentos á fin de conseguir una cerveza sana, tónica, incapaz de embriagar á menos de un escesivo abuso, sin ningún dispendio en los ingenios, con un costo inapreciable en las demás fincas, y con poquísimo mas trabajo que el que cuesta la chicha y sambumbia que se acostumbra dar á las dotaciones durante la safra. "lié aquí su composición: Tómese una libra de escoba amarga (Sanvitha- lia, L.) planta de la familia de las sinantereas, y cortada en pedazos de 4 á 5 dedos póngase á hervir en 32 cuartillos de agua: luego que hierva como dos minutos se le añaden 10 cuartillos de miel de purga y dos onzas de raiz de gengibre (Amornim zingiber, L.) seca y molida groseramente: (si es fresca debe ponerse mayor canti- —43— dad.) A los dos dias la fermentación se halla establecida, pero el líquido está toda- via demasiado dulce: al tercero toma ya el amargo agradable de cerveza. Entonces se cuela por un lienzo claro y se embotella. "Los fabricantes de cerveza se sirven de la raiz de genciana que es muy barata para suplir en una gran parte el lúpulo, que es muy caro; pero nosotros hemos preferido la escoba amarga porque hemos visto administrarla en cocimiento y con muy buen suceso, y la hemos administrado nosotros mismos en muchas enfermeda- des, con especialidad en las calenturas remitentes y en las diarreas que después de algunos dias no presentan mas síntomas que las evacuaciones y la debilidad. Ade- mas, la escoba amarga, recientemente cortada, no ha perdido como los vegetales secos sus elementos volátiles, que son justamente los mas enérgicos, y esta es á nuestro parecer, la causa de las ventajas que hemos observado del uso de esta planta del pais sobre otros vegetales amargos que se administran con las mismas indica- ciones. En fin, por barata que sea la genciana, ni esta ni ningún otro amargo, lo serán tanto como la escoba amarga que no cuesta nada. "El gengibre como escitante, estomacal y carminativo, reanima un poco la bebida sin peligro, al mismo tiempo que la hace de un sabor mas agradable. "A pesar de todos los medios que se emplean en la fabricación de la cerveza para impedir la fermentación acetosa, aquella pasaría á ella, si no se envasase her- méticamente; lo que ha dado lugar á hacer de la cerveza una bebida tónica y ga- seosa. Mas esto no es necesario para su uso en las dotaciones, si se tiene cuidado de no hacer á la vez mas cantidad que la que se ha de consumir en dos dias, des- pués de bien establecida la fermentación. Nosotros la hemos embotellado con el ob- jeto de conservarla para el fin que se ha dicho mas arriba. "Esta bebida fermentada; ligeramente tónica, puede concentrarse aumentando las cantidades de escoba amarga y gengibre; y dilatando por mas tiempo el coci- miento hasta hacer una especie de porter fuerte, cuyo uso en las dotaciones debe ser mezclar una cantidad de él en el barril de agua que llevan los siervos á sus trabajos, cuando las aguas de la finca son cenagosas, ó muy salobres. En este caso será lo mejor conservar esta bebida bien fermentada en barriles cerrados. Es indispensable que se persuadan los propietarios de que la mala calidad de las aguas conservará constantemente en sus dotaciones las enfermedades del canal digestivo, y por ellas pérdidas muy considerables en sus siervos. Y ya que la sanificacion de las aguas, aunque posible, presente dificultades casi invencibles en la administración de una finca; opóngase á lo menos á los efectos de la mala cali- dad de aquellas un correctivo, que si no es completamente eficaz, no puede menos de tener buenos resultados. "Tales nos parecen los medios higiénicos practicables en las dotaciones de las fincas rurales, respecto á la bebida de los siervos."—(Rep. Aléd. Haban. serie 2. * núm. 6.) El ale, el porter, el faro, el ginger beer, la cerveza blanca, la encarnada y la floja, son variedades que tan solo se diferencian unas de otras por algunas innova- ciones en su procedimiento, y por las cantidades en que se hallan combinadas el agua, la cebada y el lúpulo. "La cerveza bien preparada se conserva, por regla general, tanto mas tiempo cuanto mas fuerte es; ó lo que es lo mismo, cuanto mayor proporción de lúpulo contiene, ó cuanto mas rica es en principios alcohólicos, según el tiempo que se quiere conservarla, el clima en que se produce, y aquel adonde se ha de trasportar. —44— Esceptuahdo varia? clases de cerveza preparadas en Inglaterra, en Bélgica y en cí Norte de Francia que pueden guardarse sin alteración durante muchos años, todas ellas tienen naturalmente una propensión marcada á agriarse, y deben por consi- guiente consumirse en los tres ó cuatro meses que siguen á su preparación. La cer- veza contiene mucho menos alcohol que el vino; pero tanto con corta diferencia Como la sidra de manzanas ó la de peras. La cantidad de ácido carbónico libre que contiene es bastante variable; hay cerveza que apenas tiene de este gas 2 p{J de su volumen, en tanto que otras contienen desde 8 hasta 25 y 26 p£. La cantidad de espuma que hace este líquido está siempre en razón directa de la cantidad de ácido carbónico que encierra. "La cerveza es bebida sana y nutritiva, muy preferible al vino para los niños y para las personas delgadas ó endebles. Esto no obstante, hay cervezas fuertes, mal preparadas y demasiado cargadas de levadura que conviene evitar. Para el uso diario las mejores son las recienhechas, claras, ligeras y poco cargadas de ácido carbónico." Los fabricantes de cerveza sustituyen el lúpulo, que es caro, con la genciana y otras plantas amargas, llegando en Inglaterra hasta el estremo de ponerle, aunque en muy corta cantidad, la estricnina! Y para comunicarle fuerza le añaden algunos vegetales narcóticos y estimulantes como la adormidera, el beleño, la cebadilla, el eléboro, la nicociana, &c, aromatizándola con la badiana ó anis estrellado, el ci- lantro y otros frutos seminoides. En algunos países, y particularmente en los Estados Unidos, le mezclan brotes ó yemas de pinabete. La buena cerveza ha de ser diáfana, poco cargada de levadura, de un sabor agrillo, espirituoso y un tanto amargo: ha de producir una viva efervescencia al vaciarse, porque es indicio de que contiene una regular cantidad de gas ácido car- bónico. Si enrojece demasiado el papel de tornasol y no forma espuma al vaciarla, demuestra que ha sufrido la fermentación acida, su sabor es avinagrado y debe desecharse. La cerveza embotellada es mucho mejor que la que nos viene en barriles y se espende al menudeo. El uso continuo de la bomba para trasegarla al vaso, y la marcada propensión que naturalmente tienen casi todas las clases de cerveza á agriarse, es causa de que á los cuatro ó cinco dias de empezado el barril no pueda ya tomarse. Ademas, influyen en su descomposición el clima y las mezclas de agua y cortezas verdes (curazao) de la naranja agria ó silvestre: mezclas fraudulentas que hacen los especuladores con el objeto de aumentarla cantidad y la ganancia. Para corregirle la acidez hemos empleado el bi-carbonato de sosa, cuya sal recomendamos á las madres de familia y á los aficionados á tan escelente bebida higiénica como el mejor reactivo para descubrir la fermentación acida. La esencia de Spruce, que no es otra cosa que un estracto fluido de las yemas del pino del Canadá (Abies balsamea, L.), mezclada con melaza y agua y hacién- dola fermentar produce un líquido gaseoso que se conoce bajo el nombre de cerveza de Spruce. Tiene un grato sabor pero es irritante. VINO TINTO. Los célebres profesores Peretti, Barresvill, Marc, Deyeux, Berzelius, Cheva- lier, Cadet de Gassicourt, Vogel, Nees D'Esenbeck, Clarys, Bonisson, Jacob, Vau- — 15-^ quelin, Lassaigne, Orfila, Girardin, Payen, Brande, Fors, Raspail, Garniery Harel, Dorvault, &c, &c, han escrito sobre los fraudes de los vinos, sobre su riqueza al- cohólica, su coloración natural y artificial, medios de reconocerlos, &,c. Daremos algunos apuntes sobre tan interesante materia. Se falsifican los vinos con el agua, el aguardiente, el azúcar, los carbonatos alcalinos (potasa, sosa y cal), las sales de plomo (litargirio y albayalde), el alumbre, los óxidos de cobre, el vino de peras, y las materias colorantes y astringentes como los palos de Campeche, Brasil y Fernambuco, las bayas de yezgo, saúco y ligustro ó alheña, los murtones, las inoras, los endrinos ó ciruelas silvestres, las amapolas, la remolacha y el torna- sol. Se mezclan los vinos de diversa procedencia, se disimula la aspereza de unos, se aumenta la fortaleza de otros, se dulcifican los que son agrios, se aromatizan pa- ra confundirlos con el agradable olor de los vinos superiores, se le aumenta y dis- minuye el color; y por último se le hacen mil manipulaciones y mezclas de drogas y sustancias, casi todas perniciosas, resultando del uso común de esta bebida asi confeccionada una embriaguez mórbida y frenética que minando la salud concluye por el embrutecimiento moral. ¡Cuantas digestiones laboriosas, cuantas acedías, cuantos males de estómago, euanta pesadez de cuerpo por tragar en las comidas un vino tinto agrio ó adultera- do! ¡Cuantas enfermedades epidémicas se desarrollan por la ingestión en el esto- mago de alimentos y bebidas en un estado de descomposición ó de adulteración! Se le mezclan sales de plomo y tierras alcalinas á los vinos agrios para dulci- ficarlos; resultando de su uso el cólico saturnino ó raquialgia metálica, la perlesía ó parálisis de las estremidades superiores, y si no se acude con tiempo, la muerte. Para descubrir el plomo en el vino se espone este á una corriente de ácido sulfhídrico (hidrógeno sulfurado) porque forma un precipitado negro de sulfuro de plomo, ó bien se evapora hasta la sequedad una parte del vino que se desea ensayar, se calienta luego mas fuerte el residuo para que se carbonice, triturándolo en segui- da con dos veces su peso de nitrato de potasa, y se descompone la mezcla por el calor echándolas á pequeñas porciones en un crisol de platino calentado hasta el rojo. Si pasada esta primera deflagración aun la materia tuviese un fuerte color moreno será preciso añadirle nuevo nitrato y una nueva deflagración. Cuando ya no deflagra mas, el residuo se trata con agua acidulada con un poco de ácido azó- tico (nítrico) puro y débil hasta que se haya disuelto enteramente. Así se obtendrá un líquido incoloro, en el cual se reconoce la presencia del plomo si precipita en blanco por los sulfatos y carbonatos de potasa, sosa y amoniaco; en amarillo por el cromato de potasa, y en negro por el hidrógeno sulfurado y los sulfhidratos.— (Garnier y Harel.) En el dia la creta, que no forma como el litargirio un líquido venenoso, y que no altera el color del viuo como la sosa y la potasa, es casi la única sustancia que se usa para saturar los vinos ácidos. Los vinos naturales casi no precipitan con el oxalato de amoniaco, pero los dulcificados con creta precipitan abundantemente con este reactivo. Para descubrir la potasa y la sosa, se evapora el vino hasta la sequedad; el alcohol de 53° disolverá el acetato de sosa, y el de 95° el de potasa. Se conocerá que estas sales son acetatos, cuando tratadas por el ácido sulfúrico desprenden vapores acéticos.—(Dorvault.) Si en un vino descolorado ó carbonizado tan solo se descubre con el ferro- cianuro de potasio (prusiato amarillo de potasa) ó con el agua amoniacal, la pre- sencia del cobre, de seguro este metal le fué introducido artificialmente ó por inad- venencia; al paso que si por otra parte empleando los mismos medios solo se des- cubre el cobre por la incineración, es evidente que el metal procede del terreno. El cobre encontrado en el vino por medio de la incineración, no puede ser descubierto con los mismos reactivos en el vino que solo ha sido descolorado, poique el metal no se halla disuelto en los ácidos libres que naturalmente tiene este líquido, pues por insignificante que sea la cantidad que del espresado metal contenga, el ferro- cianuro de potasio al instante la pone de manifiesto. Por estos medios puede encon- trarse el cobre en los vinos, y distinguirse si dicho metal existe en ellos naturalmente ó si les fué introducido; y en lo sucesivo los químicos que fuesen consultados por la autoridad en un caso de esta naturaleza, podrán fallar con pleno conocimiento acerca de la culpabilidad ó de la inocencia de los acusados, quedando de este modo resuelta la cuestión en lo concerniente á la medicina legal.—(Peretti.) La falsificación de los vinos con la sidra ó el vino de peras se descubre evapo- rándolos hasta la consistencia de jarabe claro; dejando cristalizar el tártaro, decan- tándolo, evaporándolo y dejándolo cristalizar de nuevo; decantándolo y evaporán- dolo de nuevo, y por último arrojando el residuo sobre las ascuas, exhalará olor pronunciado á peras ó manzanas cocidas.—(Deyeux.) Las sustancias sacarinas, como la miel y el azúcar de remolacha, que se mez- clan con el vino, se descubren evaporándolo, tratando el estracto por el alcohol y evaporándolo de nuevo. Calentando con precaución un papel manchado con vino tinto puro, no se altera, pero se carboniza si el vino contiene ácido sulfúrico.— (Lasaigne.) Para descubrir la coloración artificial de los vinos se empleará el siguiente método. El alumbre mezclado con potasa cáustica hasta que se disuelva el precipi- tado da con los vinos naturales un precipitado gris sucio, que pasa mas ó menos al rojo. El amoniaco líquido cambia en verde parduzco ó en pardo verdoso el color rojo de los vinos naturales, pero no altera los facticios. La potasa cáustica cambia en verde botella ó en verde parduzco el color rojo de los vinos naturales sin preci- pitarlos nunca, y cambiará en violeta el color facticio de las bayas de yezgo; en violado el jugo de las moras, en violeta claro el de tornasol, en violeta azulado el jugo de las bayas de ligustro, en rojo violado el de palo de Indias, y en rojo los de palo de Fernambuco y de remolacha. La presencia del ácido tánico (tanino) en lo» vinos se demuestra con la disolución de una sal de peróxido de hierro que cambia su color rojo en negro parduzco ó negro violeta, y porque precipita con una disolu- ción de gelatina.—(Nees D''Esenbeck.) En Inglaterra se emplean las sustancias siguientes para falsificar los vinos: 1. ° —Las almendras amargas para comunicarles un sabor de avellana. 2. ° —Las hojas de laurel-cerezo para el mismo objeto. 3. ° —Las hojas de espino, el agua de laurel-cerezo y de esclarea y las hojas del saúco para darles un fuerte aroma. 4. ° —El alumbre para clarificar los vinos jóvenes y flacos. 5. ° —El orujo residuo de la espresion de las bayas del saúco para colorar el vino de Oporto y los vinos blancos. 6. ° —La raedura de encina, el endrino silvestre, el cascaron de la avellana, para dar á los vinos demasiado jóvenes un sabor astringente. 7. ° —La tintura de pepitas de uva secas para dar gusto á los vinos adulterados. =*• c —Diferentes especies para comunicar al vino cierta picantez.—(Ryan.) —47— VINO DE CHAMPAÑA. Hay ademas del Champaña otros vinos espumosos y burbugeadores, siendo los mas afamados el vino blanco de Hungría, el vino blanco de Francia y el vino de Portugal. El Champaña, de un sabor ácido-dulce, punza con su acritud la len- gua; lleno de un espíritu muy penetrante y de muchísimo ácido carbónico forma espuma al vaciarlo de la botella, y cuando se bebe hiere las narices y causa regüel- dos: escita prontamente el ánimo, como todos los vinos espumosos, produciendo una embriaguez instantánea que concluye entre risas y regocijos. Algunos taberneros y comerciantes de vinos lo falsifican, según Plenck, ha- ciendo un vino artificial de Champaña con cualquier vino nuevo, echándole azúcar y palomina ó estiércol de paloma, por ser el vino de Champaña muy caro. Otros le añaden azúcar cande con objeto de aumentar su riqueza en alcohol y en ácido carbónico. Necesariamente debe haber mucho vino de esta clase falsificado, porque siendo tan estraordinario el consumo ¿quién será capaz de creer que la Champaña surta á todo el mundo de tan rica bebida? Comparativamente, mayor es el consumo que la producción, y en prueba de ello un periódico de Europa al hablar del vino de Champaña decia lo siguiente: "El producto anual de la legítima Champaña pasa de 50.000,000 de botellas, cantidad pequeñísima con relación al pedido, según pue- de demostrar el número considerable de establecimientos que Ja fabrican adulterada. Háse probado con datos fidedignos que en un solo establecimiento se venden anual- mente mas de 5,000 botellas de Champaña fabricada de tallos de ruibarbo." OTROS VINOS Y LICORES. Los vinos Moscatel, de Malvasia, de Madera, del Rhin, de Lágrimas, Barsac, &c, por su bondad y alto precio suelen adulterarse. Lo mismo decimos del Anisete de Burdeos, Marrasquino de Zara, idem de Mallorca, Cognac, Curazao, Cherry- Cordial, Ajenjo de Suiza y demás bebidas y licores finos de China, Holanda y Francia. Se falsifican las bebidas, las botellas, los rótulos, lacres, sellos y cuantas contraseñas y marcas contengan los tarros, los tapones ó corchos, las cajas, &c. Y por bien que se preparen en la isla de Cuba toda esa clase de licores: ¿podrán llegar á la perfección de los que nos vienen de esos países, su legítima patria, don- de se fabrican en grande escala, con frutos peculiares de aquel suelo, cogidos en su verdadera sazón, y que forma un importante ramo de comercio? De ningún modo; y vamos á probarlo: El anisete de Burdeos lleva en su composición la badiana ó anís estrellado, comunicándole ese hermoso perfume que lo caracteriza y ese grato sabor, que sin tener el picante del anís, hace mas jugosa el azúcar que usan losdesti- ladores. El marrasquino de Zara que se fabrica en Dalmacia, es el producto de la fermentación de las ciruelas y albaricoques: también se fabrica con las cerezas que- brantadas y fermentadas con su cuesco. El kirschemvaser (agua de cerezas) de Ale- mania y Suiza, con el zumo destilado de dicho fruto; pero tanto para uno como para otro licor emplean, no las cerezas propiamente de huerto, sino otra variedad silvestre que abunda en aquellos países, comunicándoles por medio de distintas preparaciones al marrasquino y al kirsch ese aroma particular debido al desprendí- — 48— miento de una pequeñísima cantidad de ácido cianhídrico (prúsico). La ginebra dr Holanda v de Alemania, la preparan con la cebada fermentada con bayas de ene- bro, ó bien infundiendo en el agua dichas bavas á fin de que sufra la fermentación v produzca el vino de enebro, de donde se estrae por destilación el aguardiente de enebro, ó el genievre de los alemanes. Pero la preparación de esta bebida varía se- gún los países. El ajenjo de Suiza, lleva en su composición las sumidades del ajen- jo mayor y menor (grande absinthe, petite absinthe), las hojas de díctamo crético, la angélica, la badiana, &c. ¿Y podrán obtenerse aquí los frutos, hojas y donas sustancias en su verdadero estado de sazón? La crema de, noyó y él kirsch artificial que preparan con la esencia de almendras amargas, en la proporción de una parte de aceite esencial de almendras amargas y siete de alcohol rectificado; ¿tendrán el grato sabor y suave aroma de los que nos vienen genuinos de su legítimo pais? AGUARDIENTE. Ni aun este grosero licor se liberta de la adulteración, porque para la codicia no hay valladar. Las madres de familia pasan sus mortificaciones al encender el re- verbero y encontrarse con un aguardiente bastante debilitado á consecuencia del agua que en las tabernas le añaden; y si acontece en las altas horas de la noche en que no es tan fácil proporcionarse otro de mejor clase le agregan, por una especie de rutina, sal común con el objeto de que arda un poco. Vamos á indicar dos medios bastante ingeniosos para concentrar el aguardiente debilitado: 1.° se emplea la cal viva, el carbonato de potasa desecado, el acetato de potasa, ó el cloruro de calcio fundido, sustancias muy bigrométricas, particular- mente la cal viva, que por ser tan ávida de agua es la que se emplea en las oficinas y laboratorios para obtener el alcohol anhidro ó absoluto: 2. ° se encierra en una vejiga de buey ó de ternera el aguardiente ó alcohol que quiere concentrarse y. se suspende al aire seco y en un recinto algo caliente: la vejiga embebe poco á poco el agua que el alcohol contiene, y esta agua se evapora sucesivamente en la superficie esterior de la membrana. Este medio fué descubierto por Sommering; pero ambos procedimientos son muy poco prácticos. Lo que sí recomendamos á las madres de familia y á toda persona curiosa pa- ra descubrir si el aguardiente contiene agua (y no otra sustancia en disolución, por- que entonces no es exacto el procedimiento) es el pesa-licor ó areómetro de Carriel-, instrumento bastante conocido para reconocer la densidad relativa de los líquidos en que se sumerje. Pero hay todavia otro instrumento mejor y mas perfecto, inventado por Gay-Lussac, á quien tanto le debe la química. Este instrumento es el alcohóme- fro-centesimal (alcoholómetro legal de Francia), de la forma de los areómetros de Cartier y de Baumé: su vastago es de unos tres ó cuatro milímetros de diámetro y está graduado en la temperatura de 15° centígrados. Su escala está dividida en 100 partes ó grados desiguales en longitud, y cada uno de ellos representa un centesi- mo de alcohol: el 0 corresponde al agua pura, y el punto 100 al alcohol anhidro ó absoluto. Los puntos intermedios señalados con los números 5, 10, 15, 20......80, 90, 95, son determinados directamente por enrase del instrumento en mezclas pre- paradas que contienen respectivamente 5, 10, 15, 20.....80, 90, 95, centésimas de -u volumen en alcohol puro: dividiendo en seguida cada intervalo en cinco par- tes iguales resultan en el vastago las 100 divisiones ó grados que antes hemos dicho. —49— Para reconocer con este instrumento la fuerza o riqueza alcohólica de un espí- ritu ó de un aguardiente, basta introducir el alcohómetro y observar la división del vastago que marca el nivel del líquido. Si esta división es 70, 50, &c, el líquido ensayado contendrá 0, 70, 0, 50, &c. de alcohol puro. Un líquido que marcase 60°, contendría 40 partes de agua. Lo que hay necesidad de tener en cuenta, dice Dorvault, es que los grados dados por los areómetros no son verdaderos sino en tanto que se esperimenta á la temperatura á que han sido establecidos. Para el centesimal esta temperatura es 4.150 del termómetro centígrado. Para el de Cartier es +12°, 5. En su consecuencia, hallándose arreglado el alcohómetro centesimal á la tem- peratura normal de 15° centígrados, es indispensable que para las demás tempera- turas haya una corrección en los resultados que se obtengan, y no ocultándosele esto á Mr. Gay-Lussac, ha calculado y dispuesto una tabla que indica dichas cor- recciones para conocer inmediatamente la cantidad de alcohol en centésimas del volumen del líquido á la temperatura observada. Los especuladores, si por una parte debilitan el aguardiente, por otra le agre- gan pimienta, pimentón, gengibre, mostaza, ají guaguao y otras sustancias estimli- jantes, para que la clase mas infeliz y abyecta de la sociedad que es la que usa tan funesta bebida la encuentre fuerte y de un gusto particular. Pero los especuladores seguramente ignoran que el uso continuado de semejante alcohólica bebida conclu- yelo!' el abuso, mayormente en esa clase de personas; y que si el aguardiente aun con la simple adición del agua conduce al hombre, á la corta ó á la larga, al em- brutecimiento y á toda clase de desórdenes así morales como físicos: ¿qué no hará con la mezcla de otras sustancias nocivas? "Todos los licores bien fuertes, bien edulcorados con azúcar, dice un célebre higienista, producen los mismos efectos, mas generalmente nocivos que provechosos, Ef embrutecimiento físico y moral, la demencia y una muerte prematura, suelen ser los efectos de toda bebida fermentada; y las bebidas destiladas producen estos efectos tristísimos con mucha mas prontitud é intensidad. Naciones enteras, razas enteras de hombres, han desaparecido víctimas del aguardiente." Para descubrir las sustancias acres en el aguardiente, se evapora este al baño de maría v quedará un residuo acre. El aguardiente contiene las mas de las veces cobre por la mala estañadura de los alambiques, por permanecer en piezas de cobre mal estañadas, y por las espitas ó llaves de dicho metal. Se descubrirá descolorando el líquido si fuese colorado, y tratándolo en seguida con el amoniaco líquido, el que le comunica un color azul al instante ó después de algunas horas. El hierro bien pulimentado introducido en dicho líquido se cubre de una capa de cobre metálico con su color particular. Ade- mas, el ferro-cianuro de potasio da lugar á un precipitado pardo-castaño; el cro- mato neutro de potasa forma al instante unos copos amarillos, y el sulfhídrato de amoniaco (sulfuro de amonio) un precipitado negro.—(Garnier y Harel.) También algunas veces contiene plomo el aguardiente a causa de la mala es- tañadura de los alambiques y refrigerantes, porque los estañadores suelen mezclar una parte de estaño con seis de plomo, y esta sordidez de semejantes especuladores ha causado los mismos ó peores efectos que se han tratado de evitar al estañar las vasijas de cobre, ó bien el emplear el acetato neutro de plomo para la clarificación de los aguardientes. (Véase Defecación de Vinos.) Para descubrir el plomo se evapora el aguardiente en una cápsula de porcela- —50— na á un calor suave hasta consistencia de estracto. Este residuo tiene un sabor azu- carado astringente y se presenta de un color pardo rojizo; puesto sobre carbones encendidos desprende un olor á caramelo bien pronunciado: tratado con el ácido sulfúrico desprende un olor manifiesto de ácido acético; descompuesto en fin por el ácido azótico hirviendo y tratado el producto con agua destilada se obtiene una di- solución que precipita en amarillo brillante eon el ioduro de potasio, y en negro con el ácido sulfhídrico (hidrógeno sulfurado) v los hidrosulfatos.—(Bontigny.) REFRESCOS. Conocemos bajo el nombre de refrescos aquellas bebidas cuyo escipiente es el agua, y que usamos, ya para satisfacer una necesidad real que es la de apagar la sed, ya para satisfacer una necesidad ficticia que es la costumbre ó hábito de beber, escitando nuestros órganos y sin tener sed las mas de las veces. Son innumerables pues, los refrescos que usamos, y entre ellos y á pesar de su bajo precio se adulteran el agraz, la orchata, &c. El agraz, que es el zumo ácido UIITIIHIII DE IIIIUBITB. SEGUNDA PARTE, ACEITES FIJOS. Los aceites fijos tienen densidades distintas que cambian con la temperatura; si conociendo la densidad de un aceite, se consultan las tablas de los pesos de todos los aceites á todas las temperaturas, queda determinada su naturaleza. Sobre este principio está fundado el oleómetro enfrio de Mr. Lefebvre. (Diario de farmacia de Febrero de 1845.) El oleómetro de Gobley también se funda en la densidad de los aceites; es un areómetro de bola muy fuerte y de estremada sensibilidad, por la cual descubre al momento el grado de pureza del aceite: marca 0o en el aceite puro de claveles y 50° en el de olivas también puro; los grados intermedios indican la composición de las mezclas de estos aceites, con las cuales se construye. La operación debe hacerse ala temperatura de +12°, 5. (Diario de farmacia de Febrero de 1845.) Mr. Heydenreich, farmacéutico de Strasburgo, ha dado á conocer en 1841 la acción del ácido sulfúrico sobre las diferentes clases de aceites. Ha descubierto que mezclando una gota de este ácido concentrado con 10 ó 15 de aceite contenido en un vidrio blanco, que se coloca sobre un papel también blanco, aparece casi al mo- mento un color que varía según el aceite que se emplea. Por esta reacción el aceite de sésamo toma color rojo; el de ballena, rojo-pardo oscuro; el de cañamones, es- meralda; el de olivas, amarillo; el de nabo silvestre, pardo sucio; el de cobre mues- tra una aureola azul verdosa; el de claveles toma color amarillo pálido, con un contorno gris sucio; el de algodón, amarillo con estrías pardas en el centro, y el de lino rojo oscuro, que pasa pronto al pardo. Desgraciadamente, no siempre estos co- lores son tan claros como hemos indicado, lo que depende del origen y preparación del aceite y también de si es mas ó menos antiguo. En los casos en que el ácido no dá resultado, se recurre á los areómetros de que ya hemos hablado; al diagómetro de Rousseau; al reactivo de Poutet (V. aceite de olivas); al ácido hipoazótico quodá.colares distintos á Ios-aceites- (Boitdet); al —62— amoniaco que los dá varios colores y consistencias (Faurí); al cloro, con el cual se distinguen los aceites animales de los vegetales (Faurí); á la disolución saturada en frió de bicromato de potasa en el ácido sulfúrico, que les dá colores variados (Penot); ó por último, al papel de tornasol, que descubre la presencia del ácido oléico. ACEITE DE ALMENDRAS DULCES. Este aceite, sacado de las almendras del Amygdalus comunis, árbol de la fami- lia de las rosáceas, es de bastante uso en la medicina y en la perfumería: cuando es puro tiene un hermoso color de oro claro, diáfano, de buen sabor y olor. Pero los especuladores lo mezclan con aceite de olivas clarificado, cuyo fraude se descubre por el método de Mr. de Girardin. El aceite de olivas puro, puesto en contacto con cierta proporción de ácido hipoazótico, se solidifica en un tiempo dado, al paso que el aceite de almendras permanece líquido. Por consiguiente, la presencia de uno en otro se conocerá por el tiempo mas ó menos largo que necesite la solidificación de la mezcla por el ácido hipoazótico. Hé aquí el método de Mr. de Girardin: En dos pequeños frascos de iguales dimensiones se introducen separadamente cien partes de aceite puro de olivas y cien partes de aceite de almendras: añádase á cada frasco tres partes de ácido azótico á 35°, y una parte de ácido hipoazótico. Apúntese esactamente el momento de la mezcla del ácido con el aceite; agítense bien los frascos y pónganse en sitio cuya temperatura esté en cuanto sea posible á 10°, hasta el momento en que el aceite se halle bastante espeso para que volviendo los frascos no se derrame. Si el aceite de almendras es puro permanecerá líquido, mientras que al aceite de olivas se solidificará. También se falsifica el aceite de almendras con el de claveles: se descubre el fraude porque toma el aceite un olor ligeramente acre; porque agitado forma granos; porque se solidifica con mas lentitud con el ácido hipoazótico; porque nueve partes mezcladas con una de amoniaco, forman una pasta blanda grumosa en vez de set homogénea como la forma el aceite puro; y por último, porque mezclando una parte de cloruro de cal y otra de agua con ocho de aceite, este se separa en dos capas: una de aceite claro y la otra de una mezcla opaca si el aceite es puro; si no lo es, la capa superior se distingue poco de la inferior, y produce una materia jabonosa que se pega á las paredes del vaso. ACEITE DE ALMENDRAS AMARGAS. Este aceite, sacado de las almendras del Amygdalus, Var. amara (drupáceas) pocas veces se encuentra en su estado de pureza. Falsificanlo con el de almendras dulces añadiéndole algunas gotas de aceite volátil de almendras amargas, ó bien macerando y poniendo en digestión con el aceite de olivas clarificado la almendra que contiene el núcleo del albaricoque ó del mamey colorado, comunicándole de este modo ese olor y sabor particular que acusa la presencia del ácido cianhídrico (acido prúsico, ácido hidrociánico, cianuro de hidrógeno.) Este ácido, cuya propie- dad deletérea es harto conocida, existe en las flores y semillas del melocotón, en las- almendras amargas, en las habas de Tonka (cumaruna odorata), en las semillas de albaricoque, cerezas, abridero, ciruelas, níspero, mamey colorado y sapote, en las —63— flores del mamey amarillo, en las hojas de pérsico, durazno, laurel real ó lauro- cerezo, adelfa y otros muchos vegetales. Y recomendamos á las personas que por imprudencia ó ignorancia comen las almendras de esos vegetales que tanto cianó- geno contienen, se priven de hacerlo, porque siu querer ingieren en su estómag< una sustancia tóxica. Y á los licoristas que emplean las almendras del melocotón del albaricoque, de las cerezas, de las ciruelas pasas, &c, para la fabricación de Noyó, Kirschenwaser (aguardiente de cerezas), cherry-cordial y otros licores, la mayor circunspección y cuidado en las maceraciones y.destilaciones por el despren- dimiento á que pueden dar lugar de un aceite volátil, análogo al de las almendras amargas y lauro-cerezo: cuyo aceite, según Schrader, contiene una enorme canti- dad de ácido cianhídrico. ACEITE DE AVELLANAS. Este aceite, sacado de las almendras del Corylus avellana, rara vez se encuen- tra puro. Mézclanlo con el aceite de almendras dulces, ó bien dan este último cla- rificado, y eso es lo mas general, por de avellanas. Empleándose mas en la perfu- mería que en la medicina, su sofisticacion pasa desapercibida. ACEITE DE HÍGADO DE BACALAO. El aceite de hígado de bacalao (Oleumjecoris asclli) sacado de los hígados de varias especies de pescados del género gadus, y particularmente del Gadus merlu- cius, nos viene de Holanda y deí Norte. Tres clases de aceite de bacalao se encuentran en el comercio: la primera es un aceite claro, diáfano, de poco olor y de ninguna virtud medicinal: la segunda es un aceite oscuro, trasparente, que tiene un sabor de pescado, y determina al deglu- tirle una sensación áspera en el fondo de la garganta. Este aceite se prefiere al pri- mero por su mayor actividad; y la tercera clase es un aceite oscuro, poco trasparen- te, de un sabor desagradable de pescado y empireumático, y de un sabor muy acre. Este se prefiere en medicina á las otras dos clases, particularmente á la primera, porque según los análisis y observaciones que se han hecho, el aceite de hígado de bacalao oscuro contiene mas iodo que el de un color claro. (Trousseau.) El aceite de hígado de raya (Oleum rajce) tiene virtudes análogas al del baca- lao, y ambos deben su propiedad á las partículas de iodo que contienen; á pesar que, el aceite de raya contiene mas iodo que el de bacalao. (Girardin y Presser.) El aceite de hígado de bacalao es ligeramente soluble en el alcohol y en gran proporción en el éter: deposita alguna vez por el frió margarina. Contiene ácidos eléico, margárico, butírico, acética, felínico, bilifelínico, colínico, fosfórico y sulfúri- co; glicerina, bilifulbina, iodo, bromo, cloro, fósforo, cal, magnesia, sosa y gaduina. (Dcjongh.) Con respecto á la pureza y buena calidad del aceite de hígado de bacalao, existe en el comercio la mas completa anarquía; el único medio que poseemos de descubrir sus falsificaciones, consiste, en echar sobre unas cuantas gotas de aceite una de ácido sulfúrico ó azótico, y estendiendo la mezcla sobre un cuerpo blanco, aparece un color de púrpura que suele ser de los mas intensos. Este ensayo indica —64— esactamente el aceite de pescado (escepto el de ballena), pero no en particular el de bacalao; por lo tanto, basta que contenga parte de este la mezcla para que obre el ácido sobre la materia colorante^ de la bilis y se verifique la reacción; no es pues esta de mucha importancia. En nuestros esperimentos con Mr. Hurant, para encon- trar un buen reactivo de este aceite, el que hemos hallado mejor, es una disolución concentrada de sulfuro de potasa, (pie mezclada con aceite de bacalao produce (es- cepto con la espenua) una-masa espesa que tratada por el éter se disuelve en parte, precipitándose al fondo el compuesto insoluble que se forma, lo que no se observa en los otros aceites. (Dorvault.) ACEITE DE BELLADONA. Este aceite medicinal se reemplaza con aceite de olivas ó de clavel, coloreado con un polvo compuesto de añil y cúrcuma. Según Lepage, farmacéutico de Gisors, basta para descubrir este fraude, mezclar el aceite con amoniaco; si está bien pre- parado toma un color blanco opaco y si ha sido coloreado con el polvo espresado, adquiere al momento un color parduzco, que produce la acción del amoniaco sobre la materia amarilla del cúrcuma. ACEITE DE CICUTA. También este aceite medicinal se adultera como el de belladona. (Véase.) ACEITE DE CROTÓN TIGLIO. Este aceite, estraido de las semillas llamadas granos de Tiglia ó de las MoIin cas, Piñones de la ludia (Crotón tiglium), arbusto de la familia de las euforbiáceast viene sofisticado algunas veces con el de tártago (cataputia minor, esula major, euphorbia latiris) y con el de gran ricino (jatropha curcas.) El verdadero aceite de crotón es un-purgaute violento á la dosis de una ó dos gotas, es diáfano, de un co* lor oscuro ó amarillo anaranjado, de olor nauseabundo, de un sabor aere que deja. escozor en la garganta. ACEITE EXPRESO DE CACAO. El aceite expreso de cacao (manteca de cacao) se estrae de las semillas del Theobroma cacao, de la familia de las bytneraceas. Se adultera con sebo que le co- munica un olor y sabor desagradable: se descubre este fraude con el éter que di- suelve la manteca de cacao con mucha facilidad en frió, formando una disolución clara, si la manteca es pura, -y'turbia si contiene grasas. La buena manteca de ca- cao es blanca, algo amarillenta, de sabor dulce y olor agradable; y siendo pura con dificultad se enrancia. ACEITE EXPRESO DE NUEZ MOSCADA. El aceite expreso de nuez moscada (manteca de nuez moscada) es una materia insípida, sebácea, que sobrenada en el agua después de estraido el aceite volátil de las nueces moscadas. Lo adulteran en el comercio con manteca y otros cuerpos estraños. (Pinera.) Se falsifica también con spermaceti aromatizado con aceite volátil de nuez moscada y coloreado con azafrán; se distingue de la verdadera esta sustancia, en que no se disuelve en cuatro partes de alcohol rectificado. (Christison.) Si el color estuviera compuesto con cúrcuma, tomaría color rojo-oscuro con los álcalis. El verdadero aceite expreso de nuez moscada (adeps miristicce) tiene el color cetrino, y el olor y sabor de la nuez: en el estío toma un color pálido y llega á ad- quirir la consistencia de sebo. (Bergio.) ACEITE DE HUEVOS. Casi todo el que circula en el comercio es un aceite fijo coloreado de amarillo con cúrcuma; fácilmente se descubre este fraude: el aceite falsificado es mas fluido que el verdadero; espuesto á una temperatura de 8 á 10° no se altera; tomando de él dos partes y tratándolas con una de álcali cáustico, toma color rojo oscuro pol- la acción de este agente sobre la materia colorante del cúrcuma, y el jabón que re- sulta no adquiere consistencia en 24 horas: el aceite de huevos no cambia de color y toma una consistencia semisólida. (Bussy y Boutron.) ACEITE DE MÁCIAS. Las mácias, llamadas impropiamente flor de nuez moscada y flor del mirístico, es la segunda cubierta ó arilo de la nuez moscada, parcial, de un hermoso color encarnado cuando reciente y amarilla después de seca, cartilaginosa y laciniada. Esta especie de sustancia membranosa, considerada como medicamento, se parece mucho en sus cualidades y virtudes á la nuez moscada; la principal diferencia que hay entre ambas es, que las mácias son algo menos astringentes, que prestan en la prensa un aceite mas fluido, y en la destilación otro mas volátil que la nuez. Las mácias contienen aceite volátil; aceite fijo amarillo, insoluble en el alcohol; aceite fijo rojo, soluble en el alcohol; materia gomosa parecida al almidón y á la goma. (Henry.) Los droguistas suelen vender tres especies de sustancias untuosas llamadas aceite de mácias, aunque en realidad se esprimen de la nuez moscada: la primera se trae de las Indias Orientales en vasijas de barro, esta es espesa, del color de las mácias, y tiene un olor subido y agradable: la segunda especie que es mas pálida y de una calidad bien inferior, viene de Holanda en masas sólidas, que por lo ordina- rio son llanas y de figura cuadrada; la tercera y la peor de todas, llamada comun- mente aceite de mácias, es una composición artificial de sebo, aceite de palma, y de otras sustancias semejantes á las que se echa un poco de aceite verdadero de nuez moscada. (Lewis.) —66— ACEITE DE OLIVAS. El aceite que suministra el pericarpio del fruto del Olea europea, árbol de la familia de las jazmíneas, después de agitado fuertemente y dejado reposar un ins- tante, debe presentar una superficie unida y sin burbujas; debe solidificarse del todo á 0°: mezclando 8 gramos de reactivo Poutet (mercurio 12, ácido azótico á 38°, !•>) en frió con 90 de aceite de olivas y revolviendo la mezcla cada 5 minutos por espa- cio de algunas horas, debe resultar una mezcla consistente, homogénea y de super- ficie unida; la consistencia dudosa ó los grumos en la superficie indican mezcla fraudulenta. El aceite de alfónsigo puede componer \ del aceite de olivas, y sin embargo, es dificil descubrirlo, porque tienen la misma densidad, se congelan á la misma temperatura, no forma grumos, y obra sobre ambos del mismo modo el ácido sul- fúrico. Solo con el reactivo Poutet se puede descubrir el aceite de alfónsigo cuando entra en mucha cantidad. ACEITE DE PALMA. Este aceite, sacado de las almendras del Elais guinensis, cuando está caro, se mezcla con grasas comunes coloreadas con cúrcuma y aromatizadas con lirio; pero los álcalis enrojecen el cúrcuma y descubren el fraude. El aceite de palma se disuelve en todas proporciones en los éteres sulfúrico y acético, lo que no se verifica eon las grasas que se le mezclan. {Henry.) ACEITE DE RICINO. El aceite de ricino (aceite de palmacristi, castor oil délos ingleses) se estrae de las semillas del Ricinus communis, planta de la familia de las euforbiáceas. El aceite de ricino contiene un aceite volátil oloroso, cristalizable, que dá por medio de la saponificación tres ácidos distintos: el ricínico, el elaiódico y el margá- rico. (Bussy y Lecanu.) El aceite de ricino viene algunas veces mezclado con el de Jatropha curcas, multifida y gossipifolia, siendo esta la causa de su mucho color y demasiada acri- tud. Esta falsificación para aumentar la actividad del aceite de ricino ha ocasionado las mas de las veces funestos accidentes. El aceite de ricino que nos viene de los Estados Unidos es blanco, diáfano y de un sabor agradable, pero se encuentra adulterado con el aceite de la semilla de algodón y también con el de crotón. La falsificación del aceite de ricino con los aceites fijos se descubre fácilmente con uno por 100 de aprocsimacion, colocándolo en un tubo graduado añadiéndole 6 ú 8 veces su peso de alcohel de 38 á 40°, revolviendo mucho la mezcla y deján- dola reposar. El alcohol disuelve el aceite de ricino y deja intacto el aceite estraño. El aceite de ricino rancio, se conoce por su olor fuerte y sabor acre y porque suele enrojecer el papel de tornasol. Según Buthner se puede privar al aceite rancio de su acritud hirviéndole un cuarto de hora con un poco de magnesia calcinada; pero este aceite ya no puede considerarse como natural. —07— ACEITES VOLÁTILES. Los aceites volátiles se adulteran mezclándolos con aceites crasos: este fraude se conoce echando una gota sobre un pedazo de papel y esponiéndolo al calor; el aceite adulterado deja una mancha de grasa; ó bien por medio del alcohol que se enturbia y pone lacticinoso por la insolubilidad del aceite fijo. Los aceites muy lige- ros como los de bergamota, cidra y limón se mezclan con alcohol. Este fraude se conoce echando algunas gotas de estos aceites en agua, que al momento se pone blanca, porque el alcohol abandona el aceite y se ampara del agua. También se descubre la presencia del alcohol del modo siguiente: tómese un tubo de vidrio cerrado por uno de sus estreñios, se llena del aceite que se vá á ensayar has- ta los dos tercios y se le añaden algunos pedacitos de cloruro de calcio seco; tápese, caliéntese en baño de maría durante cuatro ó cinco minutos agitándolo de cuando en cuando y déjese enfriar lentamente. Si el aceite contiene alcohol se forma una capa inferior líquida que es una disolución de cloruro de calcio. Si hubiese muy poco alcohol solo tomaría el cloruro de calcio el aspecto de una masa blanca y adherente. No debe añadirse el cloruro de calcio sino poco á poco y en muchas veces: cuando deje de disolverse el volumen de aceite que queda indica la cantidad de alcohol que habia en la mezcla. (Borsarelli.) Para descubrir la mezcla de alco- hol en muy corta cantidad se usará del potasio, que se conserva intacto en los acei- tes volátiles puros y se oxida y desaparece cuando contienen alcohol. (Beral.) Los aceites volátiles de un olor muy pronunciado como el de mejorana, salvia, ajenjo, menta piperita, enebro, romero, espliego y tomillo se falsifican con la esen- cia de trementina. Para descubrir este fraude se moja un pedazo de borra de algo- don en esta mezcla y se espone al aire: así el buen olor del aceite se evapora y queda el malo: también se descubre la adulteración frotándose las manos con dicho aceite que manifiesta entonces el olor particular de la trementina. La esencia de trementina sirve comunmente para falsificar la esencia délas labiadas, y para que el fraude sea mas difícil de reconocer se destilan juntas las dos esencias, añadiéndoles un poco de aceite volátil de espliego para enmascarar mejor el olor de la trementina. Muchas veces se añade la esencia de trementina en el momento de destilar las plantas. Cuando la proporción de aceite de trementina es un poco fuerte se reconoce metiendo un papel en la esencia sospechosa y espo- niéndolo al aire. El olor de espliego y de trementina, que es mas tenaz, queda el último; pero cuando se han mezclado esencias de olor análogo es preciso una gran costumbre para descubrir el fraude. (Soubeiran.) Para descubrir la esencia de trementina en los aceites volátiles de las labiadas y del ajenjo se ponen tres partes de la que se examina en un tubo graduado; se añade la misma cantidad de aceite de clavel ó de adormideras y se agita; si se pone lechosa la mezcla, la esencia es pura, y contendrá esencia de trementina si queda trasparente. (Mero.) La falsificación de las esencias unas con otras, es mas dificil de descubrir; puede mojarse un lienzo ó papel en la mezcla; el aceite mas fijo se disipará prime- ro y después el que tiene olor mas penetrante. Violet y Guenot han compuesto un areómetro ó pesa-esencias, que puede hasta cierto punto descubrir esta falsificación. (Dorvault.) El aceite volátil de clavel lo falsifican con alcohol y esencia de claro. —68— ACEITE VOLÁTIL DE CAJEPUT. Este aceite, sacado de las hojas y de los brotes del Cajeput ó Caju-puti (Alelaleuca leucadendron) de la familia de las mirtáceas, suele falsificarse con el aceite volátil de romero, con el alcanfor, con el aceite de cardamomo y con la esen- cia de trementina. Se examina la pureza de este aceite, quemándolo; el residuo disuelto en ácido nítrico, produce un líquido azul tratado por un esceso de amoniaco. Echando una gota de este aceite en agua, se estiende y evapora al momento; se disuelve en el alcohol si es puro, pero no se disuelve cuando está falsificado con esencia de trementina. (Thompson.) El lejítimo aceite de cajeput es trasparente, algo dorado, muy tenue, sumamen-i te volátil, exhala un aroma vehemente, grato, que hiere suavemente la nariz, y de un sabor aromático peculiar, quemándose sin dejar residuo. (Pinera y Hagen.) ACEITE VOLÁTIL DE CANELA. Este aceite, estraido de la corteza del Lauras cinnamomum, árbol de mediana estatura, siempre verde, que crece en las Antillas, en las Indias Orientales, en Co- chinchina y sobre todo en Ceylan donde se cultiva á las inmediaciones de la ciudad de Colombo, en un espacio muy considerable de terreno, que se llama campo de la, canela, de la familia de las lauríneas, se sustituye con el de canela de China: se co- noce la sustitución en que el olor de este último es mas fuerte y menos agradable. Se conoce su pureza por los siguientes caracteres; tiene un color rojo cereza cuando está rancio, y amarillo de ámbar si es fresco; olor puro á cinamomo: con el acido nítrico forma una masa cristalina casi en su totalidad. (Farm. Edimb.) Christison advierte que también posee estos caracteres el aceite de canela de China y que se debilitan en él con el tiempo. Debe añadirse el ácido nítrico gota á gota, teniendo el aceite volátil rodeado de una mezcla frigorífica. ACEITE VOLÁTIL DE CLAVO. El aceite volátil de clavo, sacado de la flor no desarrollada del Cariophyllus aromaticus, arbusto de la familia de las mirtáceas, tiene un sabor acre, pero no tan fuerte como el aceite del comercio, que los holandeses preparan muchas veces con una mezcla de clavo y de pimienta de Jamaica; su densidad es de 1. 061; es poco volátil; no se solidifica á una temperatura de—18 á—20°: el ácido nítrico le colora en verde, según Bonastre, y en rojo, según Brandes. (Soubeiran.) El aceite volátil de clavo que viene de Holanda, según Murray, Bergio y Cu- llen, es demasiado impuro; mézclanle alguna resina y añádenle también una sus- tancia oleosa tan acre que inflama y quema el cutis. ACEITE VOLÁTIL DE ROSA. El elevado precio de esta sustancia la espone á infinitas falsificaciones. En la —69— India, que produce mucha cantidad de este aceite, se falsifica con aceite volátil de sándalo, ó con el mismo sándalo destilado con rosas para que tome la esencia; también se falsifica con un aceite craso obtenido en el mismo pais de las varias clases de andropogons y en particular del andropogons iverhaucusa, y del andropo- gons chlamus que posee un olor suave. Estas falsificaciones dificultan la congelación del acete á la temperatura ordinaria. En Europa se le mezcla esperma de ballena disuelta en un aceite fijo, con lo cual se congela perfectamente, pero cuando se li- quida por un pequeño aumento de temperatura, no tiene la fluidez del aceite de rosas puro: los álcalis lo convierten en jabón y forma en un papel una mancha permanente. En la actualidad se mezcla ó sustituye enteramente con el aceite volátil de pelargonium ó de palo de Rodas. Poniendo tres vidrios de reloj con las tres clases de aceite, debajo de una campana con un poco de iodo, se observa al cabo de unas cuantas horas que el aceite de rosas está blanco y los otros dos negros. Mezclando unas gotas de esencia falsificada con otras tantas de ácido sulfúrico, adquiere un color pardo y olor desagradable, pero sigue oliendo á rosa si la esencia es pura. ( Guibourt.) ACEITE VOLÁTIL DE S A SAFRAS. Este aceite volátil, estraido del Laurus sassafras, árbol de la familia de las lauríneas se suele mezclar con esencia de trementina, pero destilando la mezcla, pasa puro el aceite al recipiente. (Bonastre.) ACETATO DE AMONIACO. El acetato de amoniaco líquido (espíritu de Alinderero) puede hallarse combi- nado con el cobre, el plomo, el ácido sulfúrico y el ácido clorhídrico; los dos pri- meros se descubren con el hidrógeno sulfurado que produce precipitado negro; el ácido sulfúrico con el cloruro de bario y el ácido clorhídrico con el nitrato de plata. en ambos casos se forma precipitado blanco. ACETATO DE COBRE CRISTALIZADO. El acetato de cobre cristalizado (acetato neutro de cobre, cristales de Venus, verdete cristalizado) se disuelve enteramente al calor en el amoniaco y ácido sulfú- rico diluido; solo se disuelve en parte en el agua. El ácido clorhídrico solo debe dejar de él un 5 por 100 de residuo, compuesto de cobre y materias terrosas. ACETATO DE MORFINA. La impureza que mas ordinariamente se halla en el acetato de morfina, es la materia colorante que proviene de su incompleta purificación; se evita este fraude exigiendo que sea blanco. Puede falsificarse con varias clases de polvo blanco, pero —70— la fórmula de análisis los descubre. Este análisis es muy conveniente. Se disuelve la sal en una cantidad determinada de agua con unas gotas de ácido acético; se descompone con el amoniaco una parte de la disolución; y se juzga si la sal está o no falsificada, por el volumen que forma el precipitado al cabo de 24 horas. Las sustancias fijas se reconocen mas fácilmente por la calcinación, que destruye com- pletamente el acetato y las deja de residuo. El sulfato é hidroclorato de morfina pueden sustituirse al acetato: se recono- cen, en que la disolución del primero produce con el nitrato de barita un precipita- do de sulfato de barita, y la del segundo con el nitrato de plata un precipitado de cloruro de plata. ACETATO DE PLOMO CRISTALIZADO. El acetato de plomo cristalizado (acetato neutro de plomo, sal de saturno, azú- car de saturno) puede contener cobre si se emplea litargirio de cobre en su fabrica- ción, en cuyo caso tendrá la sal color verde; se puede reconocer la presencia del cobre con los reactivos de este cuerpo; 1, 50 gr. de fosfato de sosa y 2, 38 de ace- tato de plomo, se descomponen mutuamente; luego empleando 2, 4 de la última sal, el líquido filtrado precipitará añadiendo reactivo con tal que el acetato sea pu- ro. Las impurezas que contiene generalmente el acetato de plomo no alteran, ó al menos no descomponen completamente el fosfato de sosa; de lo cual se deduce que si existe no produce efecto la adición; por este medio se descubre 0, 01 de materia estraña. Esta apreciación atomística del valor de una sal es una ingeniosa aplicación del análisis de la plata por la vía húmeda de Gay-Lussac, que en las farmacopeas de Londres y Edimburgo; se ha hecho á los productos farmacéuticos. El legítimo aceta-o de ploma es blanco, de un sabor al principio azucarado, después estíptico, enteramente soluble en el agua destilada acidulada con ácido acético; 2, 4 gramos disueltos de este modo no se precipitan del todo con la mezcla de 1, 5 gr. de fosfato de sosa en disolución. Su disolución acuosa precipita, en blanco, con el carbonato de sosa, en amarillo con el ioduro de potasio, y en negro con el hidrógeno sulfurado; con el ácido sulfúrico desprende vapores acéticos; es- puesta al fuego se funde, y después se reduce; el residuo de destilarla en un vaso cerrado solo debe componerse de plomo y carbón. Su disolución se precipita igual- mente por los ácidos sulfúrico y clorhídrico, el alumbre, las sales de hierro, las infusiones astringentes y aun todas las sustancias orgánicas, escepto el azúcar; por cuya razón, es menester, evitar de asociarle á ellas al menos que no se tenga en cuenta esta reacción. ACETATO DE PLOMO LIQUIDO. El acetato de plomo líquido (acetato básico 6 tribásico de plomo, estracto de Goulard, estracto de saturno) suele contener cobre con mas frecuencia que el ante- rior, lo que seguramente proviene de que roba este metal á los recipientes con que generalmente se le prepara en farmacia. El acetato de plomo líquido es incoloro; su densidad es de 3 gr. arcoinétricos. —71— Si por medio de un tubo se hace atravesar al aliento su disolución, se produce gra- dualmente un precipitado abundante. ACETATO DE POTASA. El acetato de potasa (tierra foliada de tártaro ó vegetal) lo obtienen en las fá- bricas de ácido piroleñoso por la descomposición de los acetatos de cal ó plomo, por el sulfato ó tartrato de potasa; y así lo introducen en el comercio; es muy im- puro y debe desconfiarse de él, porque puede retener estas últimas sales y sobre todo acetato de plomo. La insolubilidad en el agua y en el alcohol del acetato de potasa indica la presencia del sulfato y tartrato de potasa. La sal de plomo se descubre con el hidró- geno sulfurado, y en caso necesario, con los otros reactivos de las sales de plomo. El cloruro de bario descubre los sulfatos, y el nitrato de plata los cloruros. Si el cianuro amarillo de potasio forma precipitado azul, indica la presencia del hierro. El acetato de potasa que se prepara en las oficinas de farmacia tiene el grave inconveniente de contener potasa cáustica que proviene; de que calentándose fuer- temente al fin de su preparación, se escapa una parte del ácido necesario para la saturación del acetato; se reconoce su presencia fácilmente porque devuelve el azul al papel de tornasol enrojecido por los ácidos. Esto no debe considerarse como fal- sificación, sino mas bien descuido. El verdadero acetato de potasa es soluble en el agua y en el alcohol; no obra sobre los papeles reactivos; su disolución solo se altera con el cloruro de bario ó el nitrato de plata cuando está concentrado, en cuyo caso el precipitado que se forma vuelve á disolverse. (Farm. Lónd.) Con el ácido sulfhídrico no produce precipitado alguno. Al calor rojo se convierte en carbonato de potasa; con el ácido sulfúrico desprende vapores de ácido acético. ACETATO DE SOSA. El acetato de sosa (soda acetata, tierra foliada mineral) es soluble por com- pleto en el agua, y poco en el alcohol. Su disolución no obra sobre los papeles reactivos, ni se altera con el cloruro de bario, nitrato de plata y cloruro de platina, con el ácido sulfúrico desprende ácido acético; espuesto al calor, se convierte en carbonato de sosa. Con el nitrato de plata y cloruro de bario, produce precipitados blancos, y con el cloruro de platino, en presencia del muriato, sulfato ú otras sales de potasa, precipitado amarillo. (V. Acetato de potasa.) ÁCIDO ARSENIOSO. El ácido arsenioso (óxido blanco de arsénico, arsénico blanco) á pesar de su ínfimo valor se falsifica con la creta y con el sulfato de cal. Para reconocer este fraude se echará un poquito del arsénico sospechoso en una cuchara de hierro y se calentará hasta el rojo; si el óxido es puro se volatiliza todo, desprendiendo al mis- mo tiempo un fuerte olor de ajo, y si contiene cuerpos estraños quedarán estos en la cuchara. —72— El legítimo ácido arsenioso se volatiliza completamente por el calor, y arrojado sobre carbones encendidos despide vapores aliáceos; es algo soluble en el agua fria y mas en caliente; su disolución precipita en amarillo con el hidrogeno sulfurado, y en blanco con el agua de cal. ÁCIDO AZOTICO. El ácido azotico (ácido nítrico, azotato hídrico) puede contener, por fraude ó mala preparación, mucha agua, materias salinas, ácido sulfúrico, ácido hipoazótico, cloro, iodo, hierro y arsénico. Se descubre la cantidad de ácido verdadero que con- tiene usando el areómetro y saturándolo; 100 partes de ácido azotico puro, exigen para su saturación 93, 4 de carbonato de cal, y 98, 7 de carbonato de sosa seco ó 217 del mismo cristalizado; si no deja residuo al evaporarse, es prueba de que no contiene sustancias salinas; contiene ácido sulfúrico cuando estendido el ácido que se examina en ocho veces su volumen de agua, precipita en blanco con el nitrato de barita. El ácido hipoazótico se reconoce en el color anaranjado que comunica al líquido, y con los reactivos; el ácido azotico puro solo dá color amarillo á la narcotina, al paso que mezclado con ácido hipoazótico, la comunica un fuerte co- lor rojo. (Conerbe.) El ácido azotico puro no toma color por la adición de unas cuantas gotas de una disolución muy dilatada de bicromato de potasa; pero si con- tiene ácido hipoazótico, se forma óxido de cromo que dá color verde al líquido. (Rose.) Existe cloro en el líquido, cuando disuelve al calor una lámina de oro, y precipita en blanco con el nitrato de plata. Para descubrir el iodo, se satura el ácido con un álcali y se ensaya como los ioduros con el almidón y ácido sulfúrico; el hierro se descubre en el color de ámbar del líquido; ademas, evaporándolo hasta la sequedad y tratando el residuo por el agua, produce preciptado azul con el cianuro amarillo de potasio. Por último, se reconocerá el arsénico con el aparato de Marsh. El ácido azotico es incoloro; marca 40° en el pesa-ácidos; se vaporiza con el calor, y diluido, no precipita con los nitratos de plata y barita. ÁCIDO BENZOICO. El ácido benzoico (ácido de benjuí, sal de benjuí, flores de benjuí) se presenta en hermosas agujas blancas, largas, finas, sedosas, odoríferas á causa de un poco de aceite volátil de benjuí que contienen: se volatiliza enteramente con muy poco calor; es soluble con dificultad en el agua, pero muy soluble en el alcohol; una di- solución de potasa ó cal lo disuelve enteramente, y el ácido clorhídrico lo precipita. Con esta fórmula de análisis se descubren todas las sustancias que pueden emplearse para adulterar el ácido benzoico. ÁCIDO BÓRICO. El ácido bórico (ácido borácico, sal sedativa de Homberg, flores de bórax) sue- le contener algunas veces por descuido en su preparación, ácido sulfúrico, sulfato —73— de sosa y ácido clorhídrico; se descubren los dos primeros con el nitrato de barita, y con el nitrato de plata el último. El ácido bórico en bruto contiene de 75 á Só por 100 de ácido puro; lo restante se compone de sulfato amónico, cal, alúmina y hierro, arena, azufre, agua, ácido sulfúrico y materias orgánicas. El ácido bórico es soluble en el agua y alcohol; espuesto al calor, se convierte en un vidrio trasparente. ÁCIDO CIANHÍDRICO. El ácido cianhídrico (ácido prúsico, ácido hidrociánico, cianuro de hidrógeno) que se encuentra en las boticas no es el puro ó anhidro de los químicos, sino una dilución del mismo á la que se ha convenido en dar el nombre de ácido cianhídrico medicinal. Este ácido es un líquido muy fluido, incoloro, con un olor de almendras a- margas y muy soluble en el agua y alcohol en grandes proporciones. Se. le debe con- servar privado de la luz en frascos azules. Este ácido tiene la propiedad particular que nadie ha esplicado aun, de conservarse algunas veces indefinidamente y otras alte- rarse en el espacio de pocas horas aunque esté preparado de la misma manera. Cuando so altera toma un color pardo mas ó menos oscuro, debido entre otros cuerpos al paracianógeno que se deposita lentamente en el fondo del vaso. Entre otros medios de conservación Mr. Liebig ha aconsejado una pequeña adición de ácido sulfúrico, y M. M. Magendie y Gnibourt, de alcohol. De cualquier modo, por poco que el ácido cianhídrico se colore es menester arrojarlo. (Dorvault.) El ácido cianhídrico medicinal es incoloro, completamente evaporable, y no lo altera el ácido sulfhídrico; un gramo de esta sustancia, produce con el nitrato do plata, 0, 517 de cianuro de plata seco, que se disuelve fácilmente en el ácido nítrico hirviendo. Cualquier ácido que contenga se descubre fácilmente, porque enrojecerá el iodocianuro de mercurio y de potasio. Este ácido, cuyo grado debía ser siempre el mismo, por causa de su actividad, tiene cabalmente una composición muy varia- ble; contiene ademas muchas impurezas debidas á descuido en su preparación. Los cuerpos estraños que mas generalmente contiene, son: el ácido sulfúrico ó el mu- riato y el cianuro de mercurio que suelen pasar al recipiente cuando se fabrica el ácido: se descubren con el nitrato de plata, que forma un precipitado blanco, soluble solo en parte en el ácido nítrico hirviendo; ó como lo indica la fórmula, con la descomposición del iodocianuro de mercurio, que forma un precipitado rojo de bi- ioduro de mercurio. (Heoghegan.) El cianuro de mercurio se descubre con el hidró- geno sulfurado. Para descubrir el ácido fórmico que existe en él algunas veces, se mezcla el ácido con bióxido de mercurio en polvo fino; si hay ácido fórmico, se forma un precipitado pardo; pero si no lo hay, no se precipita. (Lecanu.) El mejor método de analizar el ácido cianhídrico tan variable en su fuerza, se- ria el de los volúmenes, con la ayuda de una disolución graduada de azotato de plata. ÁCIDO CÍTRICO. El acido cítrico (ácido de limón, nitrato normal) es soluble; saturada su diso- lución con carbonato de amoniaco, forma con el acetato de pinino ó el muriato de barita un precipitado soluble en el ácido azotico dilatado. No forma precipitado con 10 ninguna sal de potasa, escepto el tartrato; lo destruye enteramente el fuego. (F«r'"- Lónd.) sobre todo cuando se le calienta con óxido rojo de mercurio. (Farm. Edimb.) Conserva frecuentemente parte del ácido sulfúrico que se u>a en su prepara- ción; puede ademas contener cal, y falsificarse con cristales gruesos de ácido oxá- lico. Contiene ácido sulfúrico, cuando produce con una disolución de acetato de plomo ó muriato de barita, un precipitado soluble solo en parte en el ácido nítrico. Los ácidos oxálico y tártrico, pueden conocerse en su cristalización, si la conser- van; pero los falsificadores revuelven los cristales verdaderos con los falsos y des truyen este carácter; por lo cual se recurre á los reactivos. Se descubren el ácido oxálico, y sobre todo el tártrico, mezclando una disolución muy fuerte de muriato ó acetato de potasa, con otra formada de una parte del ácido que se examina y cuatro de agua, y resulta una cristalización de oxalato ó bitartrato de potasa. Tam- bién se puede reconocer la presencia del ácido tártrico, saturando una disolución del ácido con un carbonato alcalino y añadiéndole cloruro de calcio líquido; el tartrato de cal se precipita al momento, pero el citrato de cal queda en disolución, á no ser que se caliente el líquido hasta la ebulición, porque á esta temperatura se precipita. (Gay-Lussac.) También se reconoce directamente su presencia con el agua de cal. Agitándolo en la oscuridad con una mezcla de dos ácidos, fosforece en el momento del choque, efecto que se debe al ácido tártrico. La cal se descubre por la calcinación. También se reconocerá la presencia del ácido tártrico del modo siguiente: Si está en cristales, se observará la forma de ellos, porque el ácido cítrico cristaliza en prismas romboidales terminados por cuatro caras trapezoidales, y el ácido tártrico cristaliza en prismas exágonos terminados por una base oblicua modificada por pe- queñas facetas laterales; y si está en polvo, ha de precipitar la barita y no la cal de sus disoluciones, lo que le distingue del ácido tártrico; ademas, los bicitratos al- calinos son muy solubles, mientras que los bitartratos los son muy poco. (Soubciran.) ÁCIDO CLORHÍDRICO. El ácido clorhídrico (ácido kidroclórico, ácido muriático, espíritu de sal) como es tan barato rara vez se falsica con intención, pero puede contener muchas impu- rezas que provienen de mala preparación; puede contener con cantidades varias de ácido verdadero, sales, cloruro de hierro, ácido sulfuroso, ácido sulfúrico, cloruro de arsénico y cloro. Se examina su grado con el areómetro, ó saturándolo con una base; 100 partes de ácido puro exigen para saturarse 139 de carbonato de cal, y 147 de carbonato de sosa. (Lecanu.) El ácido del comercio debe en parte su color de ámbar al percloruro de hierro, que se descubre evaporándolo y tratando el residuo, por el ferrocianato de potasa, que produce precipitado azul. Es importante también, saber si contiene ácido sul- furoso; para descubrirlo se añaden al ácido algunas gotas de sulflito rojo de man- ganeso (sulfato de bióxido.) El ácido sulfuroso se trasforma en sulfúrico á espensas de una parte de oxígeno del bióxido, y se descolora el líquido; también puede mez- clársele con un poco de sulfato de añil, que le comunica un ligero color azul, que desaparece inmediatamente, añadiendo gota agota cloro líquido ó cloruro de óxido, si no contiene ácido sulfuroso, pero si lo contiene dura el color algún tiempo. (Gay-Lussac.) Como advierte Lecanu, estos dos métodos son de fácil uso, pero solo demues- tran la existencia de un cuerpo no saturado de oxígeno, porque los ácidos hipoazó- tico é hiposulfuroso, obran sobre el cloro líquido y el sulfato rojo de manganeso, absolutamente del mismo modo que el ácido sulfuroso. El método siguiente deter- mina la naturaleza del cuerpo que obra la reacción; se mezclan con 16 partes del ácido que se examina, 8 ó 10 de cloruro de estaño incoloro, y últimamente 40 ó 50 de a«-ua destilada; si el ácido es puro, no sufre cambio alguno la mezcla, al menos al pronto; pero si contiene ácido sulfuroso, se enturbia al momento y produce sul- furo de estaño que le dá color amarillo. {Girardin.) Contiene ácido sulfúrico, cuando forma precipitado blanco con el muriato ó nitrato de barita: para este ensayo debe dilatarse el ácido en 4 ó 5 veces su peso de afua, porque sino puede producirse una cristalización de muriato de barita, cuando el ácido se apodera del agua en que está disuelto. También dá color al ácido el cloro; se conoce que lo contiene, cuando disuelve con ayuda del calor una lámina de oro y descolora el sulfato de añil. El arsénico se descubre con el aparato de Marsh. Se ha dicho que el bromo suele también estar unido con el ácido clorhídrico v darle color. ÁCIDO FOSFÓRICO. El ácido fosfórico {ácido fosfórico medicinal ó líquido) forma con el cloruro de bario, ó el nitrato de plata un precipitado que se disuelve fácilmente en el ácido nítrico. No altera una lámina de plata ó cobre, ni se altera con el hidrógeno sulfu- rado. Su densidad es de 1, 064: 100 partes de ácido fosfórico, saturan 42 de carbo- nato de sosa, sin que se forme precipitado. {Farm. Lónd.) El ácido fosfórico de las oficinas no es el ácido puro, sino hidratado. ÁCIDO OXÁLICO. El ácido oxálico {ácido sacarino, oxalato normal) se le encuentra mezclado algunas veces con oxalato de potasa, bisulfato de potasa y sulfato de magnesia; estas dos últimas sales son fijas é insolubles en el alcohol; el primero se descompo- ne al fuego y deja de residuo la potasa. Se halla mezclado algunas veces con ácido nítrico, que le dá color amarillento y un olor nitroso muy pronunciado. El verdadero ácido oxálico es sólido, cr.ataliza en prismas cuadriláteros con puntas diedras, inodoro, de un sabor fuertemente ácido, soluble en el agua y en el alcohol rectificado; se destruye completamente al fuego; su disolución precipita la cal de todas sus sales, y el precipitado se disuelve con la mayor facilidad en los ácidos azotico y clorhídrico. ÁCIDO SUCCÍXICO. El ácido succínico {sal volátil de succino, ácido ó sal de ámbar) es caro y se estrae casi esclusivamente en Alemania; se suele sustituir con el bisulfiíto de potasa cristalizado, mezclado con un poco de aceite de succino; se sustituye con facilidad porque los farmacéuticos lo emplean mezclado con aceite empireumático. También se le suele reemplazar con el oxalato ó tartrato ácido de potasa y hasta con los sulfatos de alúmina y de potasa. Estas sales se distinguen por su insolubilidad en el alcohol, y porque espuestas al calor dejan un residuo lijo. Las sales amoniacales se descubren por el olor amoniacal que desprende la mezcla cuando se tritura con potasa, sosa ó cal. Cuando está dilatado con los ácidos tártrico ú oxálico se descu- bre la presencia de ellos con una sal de potasa, como se dijo en el análisis del aci- do cítrico. El ácido succínico es soluble en el alcohol. Su disolución acuosa, produce con el acetato neutro de plomo, un precipitado blanco insoluble en el agua y soluble en el ácido azotico; en el estado de succinato soluble, precipita las persales neutras de hierro en copos pardo-rojizos, pero no precipita las sales de manganeso. Es en parte volátil, y en parte se descompone por el calor sin dejar residuo carbonoso. ACIDO SULFÚRICO. El ácido sulfúrico {aceite de vitriolo, espíritu de vitriolo) puede contener por fraude ó descuido, mucha agua, sulfato de plomo que proviene de la acción del ácido sobre la cámara de plomo en que se le prepara, ácido azotico, ácido hipo- azótico y arséuico. Su estado de concentración se conoce con el areómetro, ó lo que es lo mismo, con la saturación; 100 partes de ácido puro ó anhidro, 122, 4 de ácido en un átomo de agua, necesitan para saturarse 132, 2 partes de carbonato de sosa seco. {Lecanu.) Si existe el sulfato de plomo, se deposita por una fuerte diso- lución en el agua ó en el alcohol: el ácido hipoazótico se separa en parte por el mismo medio, pero puede reconocerse con seguridad su presencia, la del ácido azo- tico y la del bióxido de ázoe, por el método siguiente: se introduce el ácido en un tubo y se le añaden unas cuantas gotas de una disolución de protosulfato de hierro; con esta operación se produce en la línea de contacto de los líquidos un color rojo muy marcado, que agitando el tubo se comunica á toda la masa, cuyo efecto se debe á una peroxidacion de hierro. {Desbassius de Richemond.) Están delicado este ensayo que debe ser el ácido bastante puro, y con el usual del comercio no siempre tiene buen resultado. De los citados compuestos de ázoe, solo los dos últimos obran sobre el bicromato de potasa, convirtiendo su ácido en óxido de cromo verde. Pue- de averiguarse si el compuesto azoico es ácido azót.ico, ácido hipoazótico ó bióxido de ázoe; seiá el primero si adquiere el líquido color de rosa con el protosulfato de hierro y no se enverdese con el bicromato; y será uno de los dos últimos, si toma color de rosa con el sulfato y verde con el cromato. {Lecanu.) El arsénico se des- cubre con el aparato de Marsh ó haciendo atravesar por el ácido concentrado una corriente de gas sulfhídrico; si está puro, solo se deposita azufre; pero si contiene arsénico, se deposita además sulfuro de arsénico soluble en el amoniaco, y que se reconoce por sus caracteres. El ácido sulfúrico suele contener materias orgánicas carbonizadas, que le dan color pardo, lo cual se conoce en que se descolora cuando se calienta. El ácido sulfúrico debe marcar 66° en el areómetro ó tener una densidad de 1>_,<47°, tomando el agua por unidad; es incoloro y enteramente evaporizable; di- luido en su volumen de agua, no debe precipitar ni exhalar vapores anaranjados; di- luido en 12 veces su peso de agua y unido al ácido sulfhídrico, se oscurece con una nube blanca, pero no amarilla. Á( IDO TÁNICO. El ácido tánico {tanino) es enteramente soluble en el agua y el alcohol; preci- pita en azul negruzco las persales de hierro. Una disolución que contenga 1, 402 de emético precipita exactamente 2, 0 de ácido tánico. {Pedroni.) El ácido tánico se presenta bajo la forma de masas ligeras, esponjosas y com- puestas de pequeñas agujas de un blanco amarillento: es inodoro, muy soluble en alcohol, agua y éter acuoso, pero muy poco en el puro. Su disolución acuosa, en contacto con el aire, deja depositar con el tiempo el ácido gálico: si este último áci- do queda en contacto con el agua se apodera de sus elementos y se convierte en ácido eláquico. Calentando el tanino se descompone en ácido piro-gálico y meta- gálico. ÁCIDO TÁRTRICO. El ácido tártrico (ácido tartaroso, ácido tartárico, sal esencial de tártaro, tar- trato normal) puede contener ácido sulfúrico, que se reconoce con unas cuantas ilotas de una disolución de cloruro de bario, que producen en él un precipitado in- soluble en el ácido clorhídrico. Puede también contener cal, que se reconoce en que reducido á cenizas, produce carbonato de cal. El buen ácido tártrico del comercio, solo debe dar ^ 000 de su peso de carbonato de cal. Por último, puede contener plomo y cobre; el primero se descubre con el hidrógeno sulfurado y el segundo con el amoniaco. El ácido tártrico es soluble y su disolución tratada por una sal de potasa, deposita bitartrato de potasa en pequeños cristales; el precipitado que forma el acetato de plomo, es soluble en el ácido nítrico dilatado; se descompone com- pletamente al fuego. (Dorvault.) El verdadero ácido tártrico es blanco, sólido, cristalizado en prismas exágonos terminados por una base oblicua modificada por pequeñas facetas laterales. Es inal- terable al aire, soluble en la mitad de su peso de agua hirviendo, muy soluble en agua fria, soluble en alcohol; precipita la cal de las sales vegetales solubles, y no de las sales minerales, en lo que se distingue del áxido oxálico: ademas, el precipitado es soluble en un esceso de ácido. (Soubeiran.) ÁCIDO VALERIÁNICO. El ácido valeriánico puede estar mezclado con ácido butírico. (V. Valerianato de zinc.) ACONIT1NA. La aconitina es bastante soluble en el éter, menos en ti alcohol, y muy pocu vn el agua; se descompone enteramente por el fuego. AGALLAS. Las a fallas son unas escrescencias del volumen de avellanas, gruesas, redon- deadas, tuberculosas, duras, pesadas, de color verdoso ó blanquizco, que se produ- cen en el Qucrcus tinctoria, arbusto especie de encina, de la familia de las amentá- ceas, á consecuencia de la picadura del cinij>s quercus tinctorice, insecto de la fami- lia de los himenópteros. Las agallas contienen: ácidos tánico, gálico, lúteo gálico, eláquico, clorofila y aceite volátil, materia estractiva, goma, almidón, leñoso, azúcar líquido, albúmina, sales diversas entre otras, galatos de potasa y de cal, agua. Berzelius admite ade mas un poco de ácido péctico combinado con el tanino. Se convierten las agallas blancas en negras y verdes, regándolas con una diso- lución de sulfato de hierro; se descubre este fraude con el ácido clorhídrico que se apodera del hierro, devolviendo el color primitivo á la sustancia, y que no altera las agallas de buena calidad. El verdadero medio de conocer el valor de una agallar es averiguar la cantidad de tanino que contiene. AGÁRICO DE ROBLE. El agárico de roble (agárico de encina, agárico de los ciriijanos) suele reenv- plazarse con la yesca ordinaria, que es agárico, pero que contiene salitre y presenta el inconveniente de inflamar algo las picaduras de sanguijuelas en que generalmente se emplea: se conocerá la sustitución, en que el agárico que contiene salitre chis- porrotea en el fuego. AGUA DESTILADA. El agua destilada (hidrolato simple) debe ser incolora é inodora; no debe pre- cipitar con el nitrato de plata, agua de cal, cloruro de bario ni oxalato de amoniaco, no debe obrar sobre el color de tornasol y no debe dejas residuo por la evaporación. El agua destilada mas pura, suele precipitar con el acetato ó subacetato de plomo, lo que sin duda depende del ácido carbónico que puede haber disuelto en su contacto con el aire. Se conocerá que el agua destilada contiene carbonato de amoniaco, si produce con el cloruro de platino, precipitado amarillo de canario, ó con el sublimado,, que es mucho mas sensible, precipitado blanco de cloruro amoniaco-mercurial. Será fácil examinar por estos reactivos, si en una preparación se ha sustituido agua común á la destilada, y hasta cierto punto á las aguas destiladas de las plantas. AGUAS DESTILADAS. Las aguas destiladas {hidrolatos) suelen prepararse artificialmente, mezclaiuIm aceites volátiles con agua destilada pura, ó con la ayuda del azúcar, creta ó carbo- nato de magnesia, cuerpos que favorecen Ja mezcla; en el primer caso, contienen —79— materias orgánicas que producen un precipitado cuajado y mucoso, cuando se las trata por un ácido y después por un álcali: para descubrir el azúcar ó el carbonato de magnesia se evapora el hidrolato y se trata el residuo por los reactivos de estos cuerpos. Las aguas destiladas olorosas, mezcladas con aceite, absorven una cantidad de iodo que corresponde á la de aceite volátil que contienen, de modo que ya el almi- dón no obra sobre el iodo; puede usarse para este ensayo la tintura de iodo. {Gruncr.) AGUA DESTILADA DE FLOR DE NARANJO. El agua de flor de naranjo {azahar) contiene casi siempre ácido acético; y co- mo suele venir de Malta y la Provenza contenida en vasijas de cobre se forma ace- tato de cobre que puede perjudicar á la salud; se descubre esta sal con el hidrógeno sulfurado que produce un precipitado negro en el agua, y con el amoniaco que le dá hermoso color azul. Suele contener también plomo, y aun con mas frecuencia c. El citrato puro debe disolverse inmediatamente que so mezcla con dos ó tres veces su peso de agua fria; no debe perder de su peso en la estufa; no tener sabor; su disolución convenientemente dilatada, no debe preci- pitar con una disolución concentrada de acetato ó nitrato de potasa, y calcinado en un crisol, debe dejar un residuo de magnesia enteramente soluble en el ácido sul- fúrico. La limonada ó citrato que se suponga preparada con un tartrato, debe tra- tarse por los reactivos del ácido tártrico. CLAVO DE ESPECIA. El clavo de especia es la flor no desarrollada del Cariophyllus aromaticus, L. Eugenia cariophyllata, Will, pequeño árbol que crece en las Molucas y en las An- tillas, de la familia de las mirtáceas. El clavo contiene: aceite volátil, tanino particular, goma, resina, estractiva, cariofilina. ( Tromsdorf.) S El clavo que suele circular por el comercio se encuentra privado de su aceite volátil; es de color mas claro, pesa menos* pica menos en la boca y no suelta aceite cuando se clava la uña. CLORATO DE POTASA. El clorato de potasa (oximuriato 6 muriato oxigenado de potasa)' es soluble; la disolución no se altera con el nitrato de plata líquido; calentado á una alta tempe- ratura, suelta oxígeno y se convierte en cloruro de potasio; con un poco de ácido sulfúrico, pierden sus cristales el cloro, toman color amarillo, y por último se en- rojecen. Suele contener esta sustancia cloruro de potasio que proviene de la prepa- ración: se le descubre con el nitrato de plata. CLORHIDRATO DE MORFINA. El clorhidrato de morfina (hidroclorato de morfina, cloruro de morfio) es muv blanco; su disolución es incolora; calentado hasta 100° solo debe perderla por 10Ó: —99— ele su peso; 100 volúmenes de la disolución de un gramo en 24 gr. de agua, calen- tadas á 100° y descompuestas por un esceso muy débil de potasa, forman un pre- cipitado que al cabo de 24 horas ocupa 12, 5 volúmenes del liquido. El precipitado que produce el nitrato de plata, no se disuelve del todo en el ácido clorhídrico ni en el nítrico, pero sí en un esceso de amoniaco. La blancura de la sal indica que no contiene la materia colorante que la acom- paña cuando está mal preparada; el calor la preserva de un esceso de humedad; la narcotina que se le suele mezclar fraudulentamente, no se disuelve en un esceso de amoniaco ó potasa, y la codeina, que existe siempre que la sal se ha obtenido por una doble descomposición, entra en tan corta cantidad que no es sensible á los reactivos. CLOROFORMO. El cloroformo (clorido de carbono, tricloruro ó percloruro de formilo, carburo de cloro) suele falsificarse con el alcohol, el cloro, el ácido clorhídrico, el ácido hipo- cloroso, el éter clorhídrico, el éter hídrico, los compuestos de metila, aldehyda y agua; sustancias fijas, que provienen de fraude, de mala preparación ó de alteración espontánea. Espondrémoslos por su orden: Alcohol. Se ha analizado cloroformo que conte- nía 50 por 100 de alcohol; está adulteración proviene de fraude ó de purificación incompleta, y siempre disminuye el peso específico del cloroformo. Para descubrirla aconseja Mr. Soubeiran que se mezclen en partes iguales agua destilada y ácido sulfúrico á 66° con lo cual resultará un líquido con 1, 440 de densidad en frió; echando sobre él una gota de cloroformo puro, lo atraviesa y se deposita en el fon- do, al paso que el cloroformo alcohólico flot;i en la superficie. Pero este método puede dar origen á errores; porque si se agita mucho la mezcla, se separa el alcohol del cloroformo, y caéoste al fondo; y si no se le agita, pueden quedarse en la super- ficie las gotas del verdadero cloroformo; por esta razón debe tomarse un término medio. El cloroformo alcohólico es inflamable. Estos dos métodos pueden aplicarse á la adulteración con los éteres, la aldehyda, &c, mejor que á la del alcohol. Mr. Mialhe ha indicado el medio, no diremos mas concluyeme, pero sí mas sencillo pa- ra descubrir esta adulteración; consiste en introducir en un tubo que contenga agua, una ó muchas gotas de cloroformo; si es puro, atravesará el agua conservando su trasparencia, y si es impuro se pondrá lechoso: Mr. Letheby ha imaginado aprove- charse de este método para el análisis cuantitativo de la adulteración alcohólica. Se introducen 30 gotas de cloroformo en un tubo estrecho graduado, y se examina el nivel del líquido; se añaden 8 gramos de agua destilada y después de agitar la mez- cla, se la deja reposar una ó dos horas; el cloroformo se reúne en el fondo y la can- tidad que pierde de nivel, indica el alcohol que ha cedido al agua. Creemos que este método es defectuoso, porque el cloroformo es bastante soluble como pronto demostraremos; ademas, estando el agua mezclada con el alcohol adulterante, se aumenta la solubilidad del cloroformo. Hemos restringido el valor del ensayo con el agua, porque tenemos razones para admitir que la opalescencia indica muchas veces un compuesto etéreo mas indeterminado que el alcohol anhidro; ademas, Mr. Catell, no considera la opalescencia como carácter decisivo, porque ha encontrado porciones do cloroformo que puestas en un frasco muy seco y estando limpias de —100— alcohol, han tomado este color. Para descubrir el alcohol propone Mr. Catell que se añadan uno ó dos cristales de ácido crómico, ó un poco de bicarbonato de pota- sa y ácido sulfúrico, á 8 ó 10 gramos de cloroformo; agitando algo la mezcla, si el cloroformo es alcohólico, se produce óxido verde de cromo que se reconoce por su color; según Letheby, la albúmina ofrece también un buen medio de ensayo; el cloroformo no coagula la clara de huevo, y el alcohólico sí; y se produce este efecto con una sola gota, si el cloroformo contiene alcohol.— Cloro. La presencia del cloro puede presentar inconvenientes mas graves que la del alcohol; proviene de la poca ó ninguna purificación, y de que estando en esceso en el hipoclorito, pasa con el cloroformo en la destilación; ya hemos indicado que para descubrirlo, se emplea la disolución de azotato de plata que produce un precipitado blanco de cloruro de plata; ademas, el cloroformo con cloro, destruye los colores vegetales.—Acido clor- hídrico. Es muy frecuente su presencia; solo puede atribuirse á mala preparación ó alteración espontánea. M. Letheby ha examinado cloroformo en un hospital de Londres, que contenia 53 por 100 de esta sustancia; se descubre fácilmente con el azotato de plata que precipita el cloruro, y con el papel de tornasol que lo enrojece. —Acido kipocloroso. Tiene el mismo origen y se emplean con él los mismos reac^ tivos del anterior; pero después de enrojecer el papel de tornasol, le dá color blanco. —Éter hidroclórico. Tiene el mismo origen que los anteriores; se descubre tratando el cloroformo por el agua, y destilándolo al baño de maría; los primeros productos tienen un olor muy marcado á éter hidroclórico.—Éter hídrico. Se ha falsificado con él algunas veces el cloroformo; se descubre el fraude por la menor densidad e inflamabilidad de la mezcla.— Compuestos de methyla. Los espone M. Letheby, pe- ro desgraciadamente, solo indica de ellos, los estragos que obran sobre la econo- mía, que son: cefalalgia y una postración general y rápida.—Aldehyda. Se descu- bre por su acción reductiva sobre el óxido de plata hidratado, y en el color pardo que toma cuando se calienta con una disolución de potasa.—Agua. El cloroformo, como el éter hídrico, disuelve una poca de agua, que se le puede quitar con el clo- ruro calcico anhidro.—Sustancias fijas. Las sustancias fijas que puede contener el cloroformo, son las que disuelve; calentándolo en el baño de maría, se volatiliza el cloroformo y quedan de residuo las sustancias fijas. CLORURO DE AMONIACO. El cloruro de amoniaco (clorhidrato de amoniaco, hidroclorato de amoniaco, mu- riato de amoniaco, cloruro amónico, sal amoniaco) se vaporiza del todo eon el ealor; es enteramente soluble; produce amoniaco con la potasa ó la cal, y no precipita con el cloruro de bario. El cloruro de amoniaco suele contener sulfato de amoniaco y cloruro de sodio; con el agua de barita se descubre el primero, y con la sublimación el secundo. CLORURO DE BARIO. El cloruro de bario (clorhidrato de barita, hidroclorato de barita, muriato d< barita, tierra pesada salada, barita muriática.) Disueltas 100 partes de esta sal en agua destilada, no se precipita del todo con otras 100 de sulfato de magnesia; *u disolución no precipita con el amoniaco ni con el hidrógeno sulfurado. —101— CLORURO DE CALCIO. El cloruro de calcio (clorhidrato de cal, hidroclorato de cal, muriato de cal) si contiene una sal alcalina se descubre su cantidad con el oxalato de amoniaco; di- sueltos 4 gramos de cloruro calcico en 24 de agua destilada, y precipitados con |- de oxalato de amoniaco pueden precipitarse de nuevo añadiendo reactivo después de la filtración; en el caso contrario, existe una sal alcalina, cuya naturaleza debe determinarse. El cloruro de calcio líquido suele mezclarse con hierro; se descubre con el ferrocianato de potasa que produce precipitado azul. La magnesia se descubre con el amoniaco líquido que precipita en blanco. CLORURO DE HIERRO AMONIACAL. El cloruro de hierro amoniacal (cloi hidrato de hierro y de amoniaco, hidroclo- rato de hierro y de amoniaco, muriato de hierro y de amoniaco, hierro diaforético amoniacal, amoniuro de hierro, flores marciales amoniacales) es soluble del todo en el agua y en el alcohol debilitado; con la potasa se precipita el sesquióxido de hierro de su disolución, y añadiéndola en esceso, se desprende amoniaco. CLORURO DE MERCURIO Jf DE AMONIACO. El cloruro de mercurio y de amoniaco (hidroclorato amoniaco-mercurial solu- ble, muriato amoniaco-mercurial soluble, sal de Alembroth) se volatiliza del todo al calor; el ácido acético digerido sobre él, no precipita en amarillo ni azul con el ioduro de potasio, no se ennegrece con el agua de cal; se disuelve sin efervescencia en el ácido nítrico, calentado con una disolución de potasa, toma color amarillo y desprende amoniaco. Con esta fórmula de análisis se descubren los carbonatos de plomo y de cal, el almidón y el calomelanos, que son las sustancias que suelen mezclarle á la sal que nos ocupa. CLORURO DE MERCURIO PRECIPITADO. El cloruro de mercurio precipitado (protocloruro de mercurio por precipitación, precipitado blanco) se volatiliza del todo al calor; el ácido acético digerido sobre cuerpo, no precipita en amarillo ni azul con el ioduro de potasio; no se ennegrecí! con el agua de cal; se disuelve sin efervescencia en el ácido clorhídrico y toma co- lor amarillo cuando se calienta con una disolución de potasa. Demuestra la fórmula de su análisis que contiene carbonato de plomo, almi- dón, calomelanos y creta; el primero produce precipitado amarillo y el segundo «zul con el ioduro de potasio; el tercero se ennegrece con el agua de cal, y la creta hace efervescencia con el ácido. —102— CLORURO DE ORO. El cloruro de oro (hidroclorato de oro, muriato de oro, percloruro de oro) .sien- do puro, deben dar por la calcinación 100 partes de él 65, 18 p. de oro metálico; y el cloruro de oro y sodio 48, 75 p. de este último, mas 14, 68 de cloruro de sodio. CLORURO DE SODIO. El cloruro de sodio (clorhidrato de sosa, hidroclorato de sosa, muriato de sosa, sal común, sal marina) es casi tan soluble en frió como en caliente; no obra sobre los papeles reactivos; precipita poco ó nada con el carbonato de sosa y el azotato de barita; si está puro, no precipita aunque se le añada carbonato de amoniaco y después fosfato de sosa; disolviendo 45 centigramos en agua destilada no se preci- pitan del todo con 1, 3 de azotato de plata. El cloruro de sodio que proviene de las aguas del mar, suele contener ioduro de sodio, cloruros de potasio, magnesio y calcio, sulfatos de magnesia y cal, carbona- to de cal y arena; se Je mezcla fraudulentamente yeso. El iodo se descubre colo- cando la sal sobre un receptáculo blanco, impregnándola de un cocimiento de al- midón, ligeramente acidulado con el ácido sulfúrico, y vertiendo gota á gota sobre la mezcla cloro líquido; si la sal contiene ioduro, toma en seguida color azul. El azotato de barita descubre los sulfatos, los carbonatos alcalinos y las sales de mag- nesia y cal; el cloruro de platino descubre las sales de potasa y el agua deja sin di- solver el sulfato de cal. Se descubre que la sal contiene nitratos, en los vapores ru- tilantes que desprende por la acción del ácido sulfúrico. COCHINILLA. Se ha falsificado la cochinilla (Coccus cacti) con varias composiciones colorea- das, que imitan mas ó menos esta sustancia; se^ conocen estas sustituciones grose- ras, en que el producto macerado en agua se desagrega, al paso que la verdadera cochinilla se hincha y muestra distintamente los anillos del insecto. Se examina la calidad de una cochinilla, hirviéndola en la misma cantidad de agua que otra ya reconocida, que se hierve aparte; se colocan en dos tubos gradua- dos cantidades iguales de las tinturas que resultan, y se les añade poco á poco cloro líquido hasta que queden amarillas; la diferente cantidad de cloro que necesite cada una de ellas para su descoloracion, dá á conocer su calidad. (Robiquet.) Se suele dar á las especies inferiores el aspecto de cochinilla gris, humedecién- dolas y moviéndolas en un largo saco de piel que contenga talco; se descubre la falsificación, macerando la cochinilla en agua fria, en la cual depositará el talco. (Bussy y Boutron.) CODEINA. Se la sustituye algunas veces con sales de morfina, cuva acción es mas fuerte y por lo tanto mas peligrosa; se descubre esta sustitución con las sales de morfina. —103— La codeina cristaliza en prismas romboidales rectos. Pierde por el calor su agua de cristalización: y hacia 150° se funde, y no se volatiliza. Es soluble en el alcohol, mas en caliente que en frió, y se disuelve muy bien en el éter, carácter que la distingue de la morfina; se distingue también porque es insoluble en los álcalis cáusticos; no descompone el ácido iódico ni las sales de peróxido de hierro, ni se colora en rojo por el ácido nítrico. (Soubeiran.) CORTEZA DE ANGUSTURA. Dos cortezas muy diferentes llevan este nombre. 1. s Angustura verdadera. Se dice proviene del Galipea ojfcinalis, grandes árboles de la familia de las rutáceas, que crecen en la América Meridional sobre los bordes del Orinoco, donde forman inmensos bosques. Es una corteza provista de su epidermis que se presenta en pedazos, de espesor y longitud variables, que no pa- san ordinariamente de 15 á 20 centímetros de longitud, casi plana, adelgazada por los bordes, grisácea al esterior, rojiza interiormente, de un olor fuerte y animalizado, y de un sabor muy amargo. Contiene, según el análisis de Husban, cusparina, goma, estractivo, resina y aceite volátil. 2. s Angustura falsa; (Cortex pseudo-angustura:.) Atribúyenla desde mucho tiempo al Brucea anti-disenterica: parece probado en la actualidad que proviene de una apocínea, el Strychnos nux vómica. Es un veneno enérgico, que importa distin- guir de la sustancia precedente, de la cual difiere esencialmente en que los pedazos no se presentan con bordes tallados en bisel, inodora y mas amarga. Contiene bru- cina y estricnina. Añadiremos á los caracteres indicados, los siguientes: la infusión de la verdadera corteza destruye el color del tornasol, y la compuesta con la falsa, apenas lo altera; el sulfato de hierro precipita la primera con abundancia en gris blancuzco y comunica á la segunda un color verde botella ligeramente turbio. Apli- cado el ácido nítrico á la superficie interna ó fractura de la falsa, produce al cabo de unos cuantos minutos color rojo, pero no altera la verdadera. Aplicado el mismo ácido sobre los liqúenes de la superficie esterna de la corteza falsa, le dá color ver- de esmeralda, y en la verdadera no produce efecto alguno. (Dorvault.) La corteza del Brucea anti-disenterica se confunde con la de la verdadera angustura. Debe proceder de un strychnos, porque el análisis químico ha demostra- do que contiene brucina, y el envenenamiento á que dá lugar tiene los mismos sín- tomas que producen la nuez vómica y las habas de San Ignacio. Como viene mez- clada con las cortezas de angustura verdadera, ha podido causar terribles accidentes, y cuando Bretonneau de Tours estaba haciendo esperimentos en su hospital sobre las propiedades febrífugas de dicho medicamento, vio morir á un enfermo en medio de horrorosas convulsiones por una equivocación del farmacéutico. Hé aquí por consiguiente una razón mas para proscribir la angustura verdadera, que sin ofrecer ventajas especiales, puede dar motivo á tan deplorables equivocaciones. (Trousseau.) CORTEZA DE RAÍZ DE GRANADO. La corteza de la raíz de granado (Púnica granatum) se sustituye ó mezcla con las cortezas de box y bérberis; la primera es casi blanca, no dá color amarillo —104— oscuro á la saliva, es amarga, poco astringente, y su infusión no precipita con las persales de hierro: la segunda es muy amarga, nada astringente, tiñe la saliva de amarillo claro, y su infusión no se altera con una disolución de sal de hierro, ni con las de potasa y cola de pescado, que obran sobre la infusión de la verdadera corteza. Se falsifica mas frecuentemente, mezclando la corteza de la raiz con la del tallo; se descubre esta sustitución, por la falta de criptógamas en la corteza de la raiz, cuando en la del tallo se observan muchas con el microscopio; suelen obser- varse la opegrapha serpentina, la verrucaria limitata, &c. Se la puede confundir con la corteza de angustura; el sulfato de hierro forma con la infusión de corteza de granado un precipitado negruzco; con la angustura verdadera, precipitado pardo-amarillento; y con la falsa un precipitado verde botella. CORTEZA DE WINTER. Esta corteza producida por el Drymis winteri (Winterana aromática) árbol de la familia de las magnoliáceas, tiene mucha semejanza con la canela blanca, de la cual difiere por su fractura compacta, gris hacia la circunferencia, roja en el inte- rior, ofreciendo ordinariamente una línea de demarcación, muy sensible por su olor balsámico y de pimienta á la vez y por las manchas elípticas que presenta disemi- nadas por su superficie. Espuestos los caracteres físicos que distinguen á esta sustancia de la canela blanca, añadiremos los dos caracteres químicos siguientes: el nitrato de barita pre- cipita la infusión de corteza de "VVinter y no la otra; el persulfato de hierro forma un precipitado negro con la primera y no altera la segunda. CREOSOTA. La creosota es una pirelaina ó aceite pirogenado líquido, producto de la desti- lación de la brea de madera, descubierto y aislado por Reichembach en 1830. La creosota sufre muchas falsificaciones; se la mezcla con eupiona, picamara y capnomora, con una materia colorante que proviene de mala preparación y con aceites fijos ó volátiles; todas estas sustancias, escepto la picamara y la materia colorante parda, disminuyen la densidad de la creosota; todas se separan con el ácido acético concentrado y flotan en la superficie de la disolución acética de creo- sota; puede descubrirse el aceite fijo, por la mancha que deja una gota de esta en un papel, después de calentado; por este método se descubre hasta 0, 05 de mate- rias estrañas; la colorante y la picamara, por el contrario, aumentan la densidad; la primera se descubre por el color que origina con la influencia de los rayos solares y la segunda porque se precipita en la disolución acética. La creosota suele dilatarse tanto en el alcohol, que no marca el líquido en el pesa-ácidos, sino en el pesa-alcohol; la creosota que marca 6 en el pesa-alcohol, contiene 71 por 100 de este, y la que marca 0, contiene 34 por 100; para separar del líquido el alcohol, se destila y este pasa el primero; y separando los productos, se llega á obtener la creosota pura que queda en la retorta. La creosota es un líquido oleoso, cáustico, incoloro cuando está bien rectificado, —105— de un olor fuerte muy persistente y desagradable. Es casi insoluble eu el agua, á la que sin embargo comunica su olor: soluble en el alcohol y en éter. Si se agita con el agua forma dos compuestos; el uno de 1, 25 de creosota y 100 de agua, y el otro de 10 de esta y 100 de creosota. Disuelve el iodo y la mayor parte de las resi- nas y las grasas. El ácido sulfúrico la colora primero en rosa, después en púrpura y por último en pardo. No es muy inflamable: coagula la albúmina, y esta propie- dad esplica su virtud hemostática. CROMATO DE PLOMO. El cromato de plomo (protocromato de plomo, amarillo de cromo) se mezcla con creta, albayalde y yeso: se descubren los carbonatos por la efervescencia que hace el cromato con los ácidos; el sulfato de cal se descubre calcinando la sal en contacto del carbón en un crisol cerrado; tratando el producto por el ácido clorhí- drico dilatado, que en presencia de esta sal, desprenderá gas sulfhídrico; filtrando el líquido verde, precipitándolo con el amoniaco, filtrándolo de nuevo y añadiéndo- le oxalato de amoniaco que produce un precipitado abundante de oxalato de cal. Si el cromato de plomo estuviera mezclado con almidón, seria dificil de batir con el aceite y despediría con la calcinación olor de materia orgánica quemada- CROMATO AMARILLO DE POTASA. El cromato amarillo de potasa (cromato neutro de potasa, protocromato de po- tasa) le mezclan los falsificadores hasta 56 por 100 de sulfato de potasa: so descu- bre este fraude descomponiendo la disolución de cromato de potasa con el nitrato de barita; si contiene sulfato de potasa se precipitan cromato y sulfato de barita; tratando el precipitado por el ácido azotico, se disuelve el cromato de barita y deja intacto el sulfato. (Bussy y Boutron.) CHOCOLATE. Al batirlo le mezclan algunos fabricantes poco escrupulosos, varias féculas, y mas principalmente la de patatas; se descubre esta superchería en que después de hervido se espesa tanto, que parece gelatina y en que desprende mientras se cuece olor marcado á engrudo; este cocimiento toma color azul con el iodo; si no está falsificado se enverdece ligeramente. Se practica otra falsificación mas grave porque puede atacar á la salud; que consiste en emplear cacao privado del aceite concreto que naturalmente contiene, y sustituirlo con sebo, almendras amargas, el aceite de estas, ó harina de lino; pero estas preparaciones se enrancian pronto y queda descubierto el fraude. (V. Prime- ra parte, pág. 39.) DAUCO DE CRETA. El dauco de Creta (Athamanta cretensis) de la familia de las umbelíferas, se 14 —100— sustituye con los frutos del Daucus tarotta, pero estos se distinguen en que solo tienen una línea en toda su longitud, son planos por una parte, estriados longitu- dinalmente, y erizados de pelos largos, muy distintos de la cascara algodonosa que cubre al dauco de Creta. DIGITAL. La digital (Digitalis purpúrea) planta de la familia de las e ser o fulanas, com- prende diez especies, pero la que mas se emplea en la medicina ya sea en polvo, en pildoras, en estracto, en tisana, en tintura alcohólica y en pomada es la digital purpúrea, didinamia angiospermia, L. Algunos farmacéuticos han dado en su lugar la digital oscura (Digitalis his- panica angustifolia) por hallarse en mas abundancia y creer que sean idénticas sus propiedades á las de la purpúrea, pero como quiera que, no están sancionadas aun por la esperiencia, debe ceñirse el farmacéutico á la prescripción del facultativo dándole la purpúrea si así lo ha ordenado. A la digital suele mezclársele ó reemplazársele del todo, por error ó fraude, con hojas de consuelda y gordolobo; distinguense por estar cubiertas de vello por ambas partes, y en que las primeras tienen sabor mucilaginoso y las segundas algo amargo. La digital cuya infusión no se enturbie en el espacio de 15 minutos por una disolución de ferrocianato de potasa, no posee las cualidades que se requieren. La. mejor digital es la que se coge en la Suiza (Falken.) EMPLASTO MERCURIAL. El emplasto mercurial (emplasto de Vigo con mercurio) debe sumerjirse en un líquido de prueba compuesto de ácido sulfúrico y agua, de una densidad de 1, 426 (43° en el pesa-ácidos), si contiene la cantidad prescrita de mercurio. ENJUNDIA. Suele añadírsele sal común para aumentar su peso; se reconoce este fraude por la digestión de la enjundia en agua; su pérdida de peso indica el de la sal que se disuelve. Los tocineros suelen mezclarla con una grasa que recogen en la super- ficie del agua en que cuecen las carnes; se reconoce fácilmente esta mezcla, porque tiene color parduzco, consistencia blanda y sabor salado. ESCAMONEA. Bajo el nombre de escamoneas se conocen tres jugos gomo-resinosos, concre- tos, que provienen de tres vegetales diferentes. 1. ° Escamonea de Alepo. Esta la suministra el Convolvulus scamonia, planta trepadora de la familia de las convolvuláceas, que crece en el Asia Menor á las in- —107— mediaciones de la ciudad de Alepo. La gomo-resina del comercio se presenta en fragmentos bastante voluminosos, irregulares, de un color gris negruzco, cubiertos por un polvillo blanquizco, secos, ligeros, esponjosos, de fractura fácil y color pardo- gris, ofreciendo pequeñas cavidades y puntos trasparentes. Se emulsiona fácilmente por medio del agua, y mejor todavía con la leche. Puesta en la boca, ofrece, según Guibourt, un gusto de manteca cocida que luego se hace acre. 2. ° Escamonea de Esmirna. Esta la suministra principalmente el Periploca scamone, de la familia de las apocineas, que crece en Egipto. 3. ° Escamonea de Alontpellier. Es el jugo esprimido y evaporado hasta la consistencia sólida del Cynanchum momspeliacum, de la familia de las apocineas. La especie mas estimada es la primera ó sea la de Alepo. La legítima esca- monea tiene la fractura brillante y resinosa; el ácido muriático no hace efervescen- cia en su superficie; el cocimiento de su polvo, filtrado y frió, no toma color azul con la tintura de iodo; el éter sulfúrico debe estraer de la escamonea, lo menos 80 por 100 de resina muy seca. Se le mezclan carbonatos terrosos hasta la cantidad de 40 por 100; se descu- bren con el ácido muriático: la tintura de iodo descubre el almidón que también se le mezcla en gran cantidad; esta falsificación es muy antigua, porque Dioscórides dice que en su tiempo se ejecutaba con harina de orobo. La falsificación con la re- sina de guayaco, se descubre con el reactivo de esta. Pueden considerarse también como falsas escamoneas, los jugos de varios convólvulos como son: la escamonea de Alemania, que se saca del Convolvulus sepium; la escamonea de América, que sale del Convolvulus mechoacan; la escamonea de Borbon, que se saca del Periploca mauritania; y por último las escamoneas de Esmirna. y Alontpellier. ESPERMA DE BALLENA. La esperma de ballena es una grasa sólida que se halla disuelta en la enorme cavidad de la cabeza del cachalote (Physeter macrocephalus) y otros cetáceos, y se deposita después de la muerte del animal. Se falsifica con cera, ácido esteárico, sebo y otras grasas. Todos estos fraudes quitan á la esperma en mucha parte, la fragilidad, la brillantez y la solubilidad en el alcohol. ESTAÑO. El estaño (Júpiter de los alquimistas) puro y fundido, produce vertiéndole con- venientemente, lágrimas cuya parto redonda está muy pulimentada, que es blanca, sin manchas ni grieta alguna y que dobladas producen un sonido particular (grito del estaño); 9 gramos de ácido azotico convierten en polvo blanco 6 gramos de es- taño; el agua destilada hervida con este polvo y filtrada, no precipita con el sulfato de magnesia. La disolución de estaño en ácido clorhídrico, precipitado en color de púrpura con el cloruro de oro, y con la potasa forma un precipitado blanco soluble en un esceso del precipitante. Por estos caracteres que distinguen al estaño, se descubren las impurezas que contiene, que suelen ser: plomo, hierro, arsénico y cobre. —IOS- ESTORAQUE. El estoraque en masa (Thus judceorum) es un producto muy impuro. El esto- raque calamita (Styrax calamita) se imita con una mezcla de estoraque líquido \ de resina común, con unas lágrimas de benjuí, de goma amoniaco ó de tacamaca. 8e distingue del verdadero este producto, por su color negro, olor poco suave y po- ca solubilidad en el alcohol. ESTRACTOS. Es dificil reconocer de qué [llanta proviene un estracto, y mas si está prepara- do con los vegetales llamados narcóticos; en ciertos casos puede ser útil el olor es- pecial de la planta, pero no siempre es muy pronunciado. Righini dice, que ha conseguido hacerlo muy sensible disolviendo en agua destilada cierta cantidad del estracto y añadiéndole ácido sulfúrico dilatado; dice que en seguida se desarrolla e! olor. Los álcalis cáusticos, obran de un modo análogo. ESTRICNINA. La estricnina se destruye del todo por el fuego; disolviendo 5 decigramos de esta sustancia en 12 gramos de agua acidulada por 3 gramos de ácido piroleñoso, y tratando el líquido por uua disolución concentrada de carbonato de sosa, produce por una fuerte agitación una masa pegajosa, pesada, seca, enteramente soluble en el alcohol y que pesa 5 decíg. La estricnina contiene casi siempre brucina que le comunica la propiedad de enrojecerse con el ácido azotico; cuando tiene color pardo, es porque contiene ma- terias resinosas y colorantes. Las sustancias terrosas que se le mezclan fraudulenta- mente, como la magnesia y el fosfato de cal, se descubren por la combustión. (Dorvault.) La estricnina se halla las mas de las veces mezclada con la brucina. Para re- conocerla se deslié la estricnina en un poco de agua caliente y se añaden algunas gotas de ácido: en seguida se hace hervir y se trata el líquido por el amoniaco. Si la estricnina es pura se forma un precipitado pulverulento; y si contiene brucina, el precipitado es pegajoso. (Robiquet.) Las disoluciones de las sales de estricnina aciduladas con el ácido tártrico, precipitan con los bicarbonatos alcalinos, pero las sales de brucina no se alteran con ellos. (Oppermann.) ÉTER ACÉTICO. El éter acético (éter acetoso, nafta acética, acetato de óxido de ethilo) debe marcar 23° en el areómetro, tener un olor pronunciado y agradable, no dejar olor empireumático cuando se le evapora en la palma de la mano, y no debe hacer efer- vescencia con los carbonatos. —109— ÉTER NÍTRICO. El éter nítrico (éter nitroso, éter hiponítrico, nafta nítrica, nitrato de óxido de efhilo) puede contener ácido nitroso, agua y alcohol: el primero se descubre por la efervescencia que produce con el bicarbonato de potasa, y los otros dos con el clo- ruro de calcio como en el éter sulfúrico. Éter sulfúrico. El éter sulfúrico (éter hídrico, éter vitriólico, éter hidrático, hidrato de eterina, óxido de ethilo, monohidrato de bicarburo de hidrógeno, nafta vitriólica, nafta, de vino) puede estar dilatado en agua y alcohol y contener por mala purificación, aceite dulce de vino y otras materias estrañas; la densidad basta para descubrir las dos primeras; el éter rectificado debe marcar 60° en el pesa-éter; también se puede descubrir el alcohol mezclando el éter en un tubo graduado en volumen dado, con una disolución concentrada de cloruro de calcio; el éter se elevará á la superficie y descubrirá en qué cantidad entraba el alcohol. Para descubrir el aceite dulce, se dilata el éter en agua, la cual quedará turbia si contiene aceite, evaporando este éter en la palma de la mano, dejará aceite caracterizado por su olor; por último, el mejor medio es, destilar sobre agua el éter, y quedarán sobre ella glóbulos de aceite. El éter sulfúrico no debe hacer efervescencia con los ácidos. FÉCULAS DEL COMERCIO. El almidón, la fécula de patatas y el arroAV-root, puestos en contacto con el agua iodurada ó con la tintura de iodo toman al momento un color azul de la mis- ma intensidad, lo que no permite distinguir estas féculas entre sí. (Empero, véase el ensayo de Gobley en el artículo Queso, parte primera, página 33.) FÉCULA DE ELATERIO. La fécula de elaterio, sacada del cohombrillo amargo (Alomórdica elaterium) de la familia de las cucurbitáceas, es de un color verde pálido; tratada por el alco- hol rectificado, después por una disolución alcohólica y vertida en agua de potasa débil y caliente, se producen por el enfriamiento cristales incoloros y sedosos, (pie compondrían £ ó £ del peso de la fécula. FLORICINA. La floricina, estraida de las cortezas frescas de la raiz del manzano (Mala, eommiinis) de Ja familia de las rosáceas, debe ser soluble en agua y en el alcohol, pero insoluble en los ácidos dilatados; su disolución no debe alterar la de la-; sales de barita; mezclando persales de hierro en la disolución de floricina en bruto, pro- ducen en ella un precipitado de color de aceituna. —110— FOSFATO DE CAL. El fosfato de cal (sub-fosfato de cal, tierra de los huesos, tierra animal) es en- teramente soluble en el ácido azotico; el oxalato de amoniaco precipita la cal de esta disolución, y el acetato de plomo el ácido fosfórico. FOSFATO DE SOSA. El fosfato de sosa (sub-fosfato de sosa, sal admirable, catártico perlado) sos- tuviese mezclado con sulfato de sosa, producirá el agua de barita en su disolución acuosa, un precipitado compuesto de sulfato de barita que no se disuelve en el áci- do nítrico, y de fosfato que se disuelve. El fosfato de sosa cuando está mezclado con carbonato de la misma base, hace efervescencia con los ácidos. Disolviendo 4 ó 5 gramos de fosfato de sosa en 86 gramos de agua hirviendo, no son precipitados del todo por una disolución de 5 gramos de acetato de plomo en 48 de ácido piro-leñoso. GAYUBA. La gayuba ó uva ursi suele sustituirse muchas veces con las hojas del arándano y con las del box: distinguense las primeras, porque tienen el color menos verde, los bordes aterciopelados, lo* nervios muy pronunciados y su superficie inferior blancuzca y sembrada de pequeñas manchas pardas. La infusión de estas hojas se altera poco con el sulfato de hierro; y las de la uva ursi, producen con este reactivo un precipitado azul negruzco muy abundante. Las hojas de box son muy diferentes y se distinguen fácilmente. GOMA ARÁBIGA. La verdadera goma arábiga es producida por la Acacia vera, de la familia de las leguminosas. Generalmente es muy blanca, resquebrajada y friable. Hoy dia es completamente sustituida en Francia por la goma del Sencgal, á la que por cos- tumbre se dá el nombre de goma arábiga. Esta suerte es producida por la Acacia senegalensis seu Verek, que forma inmensos bosques en África, donde los moros van á recogerla y después la trasportan á los puertos establecidos en las márgenes del Gambia y principalmente al comercio francés de Portendie. La goma del comercio siempre está mezclada con bedélio, que se conoce por su color gris verdoso, por su opacidad é insolubilidad, por su fractura deslustrada y cerosa y por su sabor acre y amargo. Las gomas de los cerezos, ciruelos, almendros, albaricoqueros y otros árboles rosáceos que tan solo se usan por los sombrereros, suelen mezclarla con la arábiga, pero difiere de esta por su color que es general- mente oscuro, por su blandura y por su insolubilidad. La goma en polvo puede mezclarse con almidón y fécula de patatas, pero di- solviéndola en agua se descubre el fraude; también puede descubrirse con el iodo. —111— GOMA TRAGACANTO. La goma tragacanto (goma alquitira) en masa, no puede falsificarse por su forma, pero reducida á polvo se le pueden mezclar muchas sustancias pulverulentas blancas; la que suele mezclársele mas á menudo, es la goma arábiga en polvo; se descubre en que el mucílago es menos consistente y en que mezclado con unas gotas de tintura de guayaco, adquiere al cabo de pocos minutos ó de 2 ó 3 horas, hermoso color azul, que no toma la goma alquitira pura. Con este método puede descubrirse ¿ 0 de goma arábiga. GUAYACO. El guayaco (Guajacum officinale) es un árbol grande y hermoso, bien conoci- do en la isla, de la familia de las rutáceas. El leño de guayaco está compuesto de guayacina, resina particular abundante, ácido guayácico, materia de olor de vainilla, materia estractiva, estractivo mucoso, y sin duda goma y albúmina. (Soubeiran.) VA guayaco solo en polvo puede falsificarse con raspaduras de box y otras ma- deras; cuanta mas madera estraña contenga el guayaco, tanto mas pierde de la propiedad que posee de enverdecerse con la esposicion al aire y á la luz; tampoco su tintura alcohólica emblanquecerá tanto con el agua, ni tomará color azul tan intenso, por su mezcla con unas gotas de disolución de goma arábiga. GUISANTES PARA LOS CAUTERIOS. Las bolitas de raiz de lirio picadas de gusanos, se mueven húmedas en un saco (pie contenga polvo de lirio ó talco; pero á la simple vista se descubre esta compo- sición. La sustitución de las bolitas de lirio con las de castaña de India, se descubre reduciendo una bola á polvo y echándola en una disolución de sulfato de zinc del comercio; si es de castaña, no cambia de color, pero si es de lirio, al cabo de unos cuantos minutos torna la disolución color de rosa. GUTA GAMBA. La guta gamba ó goma guta es una gomo-resina que suministra, según Koe- ning, el Gutcefera vera, árbol de la familia de las rutáceas, y según Soubeiran, el Garcinia morella, de la familia de las gutíferas. Suele mezclarse con sustancias fa- rináceas ó resinosas; las primeras se descubren con el iodo que dá color azul á su polvo ó cocimiento; y las segundas, poique la goma guta se une fácilmente con el agua y las deja en el fondoATambién se la mezcla con los jugos gomo-resinosos amarillos del Garcinia cambogia. del Xanthochymus pictorius y de varios hipericum; se la puede sustituir del todo con estos jugos: el primero y último son tan blandos que se aplastan entre los dedos; no furinan emulsión y es de un amarillo verdoso algo traslucido. — 112— HARINA DE LINO. La harina del Linum usitatissimum, de la familia de las lináceas, se falsifica con los residuos de la estraccion del aceite de linaza, con salvado, aserraduras, A;e. El salvado es lo que mas generalmente se emplea en estas falsificaciones, y enton- ces desleída en agua la harina toma color azul con el iodo: pero este carácter no es absoluto, porque la linaza contiene también almidón en pequeña cantidad, y por- que se halla á veces mezclada con pequeñas semillas de gramíneas, que se pulve- rizan con ella, y por consiguiente dan algún almidón. La mejor de todas las prue- bas consiste en tratar la harina con éter, pues debe dar así 35 por 100 de aceite. (Soubeiran.) Si se aprieta en la mano la buena harina de lino, conserva después la forma que se le dá; engrasa al momento el papel cuando se la oprime sobre él, y forma una emulsión blanca con el agua. Estos ensayos no pueden aplicarse á la harina de lino prensada. Con el agua se aprecia la cantidad de inucílago, y con la calci- nación se descubren las sustancias minerales. HARINA DE MOSTAZA. La harina de mostaza negra (Sinapis nigra) es la que se usa diariamente co- mo rubefaciente en sinapismos y en pediluvios. Su cocimiento filtrado y frió, no debe tomar color azul con la tintura de iodo. El éter estrae de la mostaza por tér- mino medio 0, 28 de aceite craso. ICTIOCOLA. La ictiocola ó cola de pescado falsa, que se hace con las membranas intestina- les del carnero y del buey, se despedaza por la tensión en todos sentidos; la verda- dera se divide en hojas en la dirección de las fibras; ademas, por delgada que la fabriquen los falsificadores, siempre posee una opacidad que no presenta la verda- dera; también echada en agua se ablanda al momento, se hincha y se divide for- mando un precipitado gelatinoso, lo que no se verifica en la verdadera, de la cual solo § se disuelven en el agua hirviendo y cuyo cocimiento no forma gelatina al enfriarse. La falsificación de la cola de pescado en hilo, con el nervio de buey, se descubre mas fácilmente que la anterior, porque es mas insoluble. ÍNDIGO. El índigo ó añil suele contener arena: se descubre este fraude disolviéndolo en ácido sulfúrico; en el agua formará un depósito que se hace mas visible dilatando la mezcla en agua; pero el mejor medio es reducir el añil á cenizas, porque se des- truye completamente y quedan descubiertas todas las materias terrosas. Espuesto al calor de la estufa, solo debe perder el añil de 3 á 5 por 100 de su peso. El valor comercial del índigo, se debe únicamente á su propiedad colorante, por lo cual se —113- . han ensayado muchos medios de averiguar su fuerza en este sentido. Chevreul pro- pone el uso del cloruro de cal, y dice que es de mejor calidad el añil que mas clo- ruro necesite para descolorarse. También ha propuesto el mismo químico mojar cantidades conocidas de seda ó lana en sulfato de añil dilatado en agua, y el que tina mas cantidad será el mejor. El colorímetro de Houton-Labillardiere se funda en que, para reducir á la misma intensidad el color de dos disoluciones sulfúricas de añil, que contienen la misma cantidad de sustancia colorante, hay que emplear cantidades distintas de agua, á no ser que tengan el mismo poder colorante. El azul de Prusia que suele sustituirse al añil, se conoce por su insolubilidad en el ácido sulfúrico; porque se descolora con el cloro, y porque reducido á cenizas deja oxido de hierro. Macerando 10, 0 de índigo con 10, 0 de azúcar de fécula y 20 centilitros de una disolución alcohólica y concentrada de sosa cáustica, y decantando el líquido de la capa superior, se descolora con la acción del aire, pasando al púrpura, rojo, violeta y blanco, y produce con el oxígeno cristales microscópicos de indigotina. ( Fritzche.) IODO. El iodo rara vez circula puro por el comercio; se mezcla con óxido de manga- neso, carbón de piedra, plomhagina, óxido de hierro y otras sustancias análogas. Se dice haber descubierto en él sulfuro de antimonio; pero debe ser un error, por- que resulta de las esperiencias de Henry y Garot, que estos cuerpos obran uno so- bre otro aun á la temperatura ordinaria, formando un compuesto de color rojo (sulfoiduro de antimonio.) Todos los fraudes se descubren con la sublimación ó con el alcohol, que dejarán de residuo las materias estrañas; el mismo resultado se ob- tiene con el agua de potasa. Se ha reconocido iodo que contenia 0, 20 de agua, lo cual se conoce en que este iodo se pega á las paredes de los vasos y las deja húme- das; también se puede descubrir el fraude comprimiéndolo en papel sin cola. El en- sayo con la cal prevee todas las adulteraciones; en esta operación se forma ioduro de calcio é iodato de cal, ambos incoloros, pero la cantidad pequeña de cloro so- brante, que se calcula, basta para colorar la disolución de amarillo oscuro. Con este método se descubre ¿ 00 de impureza; de modo que si solo contiene^ la masa 0, 93 de iodo, la disolución resulta de color pálido, y si solo contiene 92, 72, es incolora. El iodo se vaporiza del todo con el calor y se disuelve en el alcohol y el éter; hirviendo poco tiempo 4 gramos de iodo con uno de cal viva pura y 144 de agua, .-o forma lentamente una disolución perfecta, de color amarillento ó pardo si es pu- ro el iodo, pero incolora si contiene 0, 02 de agua ú otras impurezas. (Aladden.) IODURO DE HIERRO. El ioduro de hierro es enteramente soluble en el agua cuando esta reciente- mente preparado; la disolución es de un verde claro; cuando se calienta exhala va- pores violados y deja sesqui-úxulo de hierro de residuo. 15 — 114— IODURO DE MERCURIO. (Bí) El bi-ioduro de mercurio (deuto-ioduro de mercurio) se vaporiza del todo coi.' el calor; es soluble completamente en 40 partes de una disolución caliente y con- centrada de cloruro de sodio, de la cual se deposita por el enfriamiento en hermo sos cristales; se disuelve en parte en el alcohol, del cual se deposita cristalizado por el enfriamiento. Se disuelve y precipita alternativamente con el ioduro de potasio y el bicloruro de mercurio. TODURO DE MERCURIO. (PROTO) El proto-ioduro de mercurio cuando se calienta, se enrojece sublimándose oír cristales rojos que se vuelven amarillos al enfriarse y negros con la esposicion á la luz; es insoluble en el cloruro de sodio» IODURO DE PLOMO. El ioduro de plomo (ioduro plómbico) es amarillo brillante; 5 partes de él se disuelven con ayuda de la ebulición en 12 p. de ácido piro-leñoso diluido en 144 de agua, y por el enfriamiento se depositan muchos cristales de amarillo de oro; también producen este resultado 309 p. de ag*ia sola. Se funde por el calor y forma- vapores amarillos desde luego y después viula los, quedando un residuo amarillento iodurado. IODURO DE POTASIO. El ioduro de potasio (ioduro potásico, hidriodato de perfasa, iblihidrato de po- tasa) es soluble en el agua y el alcohol, no obra sobre los papeles reactivos, ni pierde nada de su peso por el calor; tratado por el ácido sulfúrico, y mezclado con cocimiento de almidón, produce color azul; su disolución acuosa no se altera, ó se enturbia poco con una disolución de azotato de barita; disolviendo un gramo de esj ta sustancia en 100 dé agua destilada, precipitándolo en un esceso de azotato de plata y agitándolo en un frasco que contenga- agua amoniacal, sobrenada después de reposada la mezcla un líquido claro que no se altera con un esceso de ácido azotico, ó se oscurece simplemente; con 100 partes de ioduro de potasio, deben formarse 141 de ioduro de plata. (Serullas.) Se suele adulterar el ioduro de potasio con carbonato de potasa, agua, cloruro de potasio ó sodio y ioduto de potasa; el carbonato suele componer en él hasta 1U por 100. Cristison ha examinado uuu que contenía 745 por 100 de esta sal y JO de agua, de modo que solo tenia 9,- 5 por 100 de verdadero ioduro; este puede conte- ner 5 ó 6 por 100 de carbonato de potasa, sin que se altere su cristalización, pero se hace mas delicuescente. El carbonato puede descubrirse con el nitrato de barita, que dará un precipitado de carbonato de barita; también se descubre cuando entra en mucha cantidad, por la ebulición en 3 ó 4 partes de alcohol rectificado que deju —115— ■el carbonato en el fondo en masa sólida, ó disuelto en el agua del alcohol, en cuyo caso forma un líquido denso que ocupa el fondo del vaso y que se distingue por una ligera agitación. Casi siempre acompaña el agua al carbonato en el ioduro; se descubre calentándolo en un tubo; el agua se condensará en la parte superior de este, y la pérdida de peso del ioduro indicará su cantidad. El iodato de potasa pue- de descubrirse en una disolución concentrada, con el nitrato de barita, que forma un precipitado de iodato de barita. La falsificación con el cloruro de sodio ó de po- tasio es también muy frecuente y dificil de descubrir; para esto se disuelven pesos iguales de ioduro de potasio puro y del ioduro sospechoso, ambos calcinados, en cantidades iguales de agua destilada; se introduce cada una de las disoluciones en una pequeña retorta tubulada, se le añaden pesos ¡guales de ácido azotico puro; se calientan, se recibe el iodo que se volatiliza en recipientes fríos; se seca el iodo en- tre hojas de papel y se le pesa-; si se obtiene la misma cantidad en ambas disolucio- nes, es puro el ioduro; pero si se obtienen cantidades distintas, puede descubrirse la importancia del fraude, recordando que el ioduro de potasio está formado con: 1 átomo de potasio que pesa...................... 489, 916 y 2 átomos de iodo.......................... 1579, 709 2069, 616 En otros términos, 100 partes de ioduro deben dar 75, 84 de iodo. (Robiqnct.) El método que indica la fórmula, es de fácil ejecución; se funda en la insolu- bilidad del ioduro de plata y la solubilidad del cloruro de este mismo metal, on vi amoniaco; después de precipitar la disolución de ioduro de potasio por un esceso de azotato de plata,'se mezcla con agua amoniacal; si existe cloruro alcalino, el cloruro de plata se disuelve al momento, pero el ioduro de plata se disuelve muy poco, y como adquiere gran densidad por la agitación, se precipita al momento y deja en la superficie un líquido claro, el cual mezclado con ácido azotico hasta saturar el amoniaco., precipita de nuevo el cloruro de plata en forma de polvo blan- co; pero si el ioduro no contenía cloruro alcalino, apenas se enturbiará el líquido. Se ha intentado últimamente sustituir el ioduro de potasio, con el bromuro del mismo metal; se descubre fácilmente la sustitución por las propiedades de este últi- mo, pero no se verifica lo mismo cuando están mezclados; no obstante, se descubre la mezcla porque el precipitado que en ella se produzca, será cuajado en vez de pulverulento; en que tratado el precipitado por el amoniaco, dejará disolverse al cloruro de plata, que se puede recoger por la evaporación, y este líquido abando- nará el ioduro; por último, porque con el sublimado corrosivo, forma un precipitado amarillo de litargirio, en vez de rojo brillante. Hay un medio que permite calcular las cantidades mezcladas, y es el siguiente: se disuelve en frío el ioduro sospechoso eu suficiente cantidad de agua destilada; se le añade un esceso de disolución de sulfato de cobre y se satura la mezcla con ácido sulfuroso; cuando este se halla en esceso, todo el iodo se precipita en estado de proto-ioduro de cobre, pero el bromuro no se descompone; se filtra para separar el ioduro cúprico, que se pesa después de lavado y desecado; después se añaden mas sulfato de cobre y ácido sulfuroso á los dos líquidos y se hace hervir la mez- cla: entonces, á su vez se precipita el bromuro en estado deprotobromuro de cobre, (pie se lava, seca y pesa. Si solo se quiere descubrir la preseucia del bromuro en el ioduro por este medio, se coloca el líquido eu un tubo después de separarle el ioduro —116— de cobro, so le añade un poco de éter y agua clorada, se agita y so deja reposar; ion lo cual subirá á la superficie el éter cargado de bromo. (Pcarson.) . JABÓN. El jabón bien preparado no debe oler á sustancias estrañas, ni manchar el papel con grasa; debe ser soluble en el alcohol rectificado; por la acción del calor de la estufa solo debe perder y1^ de su peso. r» ___________ JARABE DE ADORMIDERAS BLANCAS. El jarabe de adormideras blancas (jarabe de diacodio) lo sustituyen las mas de las veces con el jarabe de opio; se descubre la sustitución con las persales de hierrp que enrojecen el ácido mecónico, ó con el ácido azotico (pie dá el mismo color á la morfina; sin embargo, según parece, no se verifican muy bien estas reacciones. JARABES DE ALTEA Y DE CONSUELDA. Se ha indicado hace poco tiempo un medio para distinguir entre si los jarabes de altea y de azúcar que suelen sustituirse; está fundado en el color rojo que toma el primero y no el segundo, por su contacto con los álcalis cáusticos ó carbonatos, Este método es muy exacto y sensible; pero como que el jarabe de consuelda tiene la misma propiedad, no basta este método para distinguirlos; hay un carácter que los diferencia notablemente, y es el que sigue: el jarabe de consuelda y no el de altea, toma con las sales de hierro un color verde negruzco, lo que indica que esta raiz contiene un poco de tanino. Para distinguir estos jarabes y todos los que contengan un mucílago análogo,. puede también seguirse el método espuesto en el jarabe de goma. JARABE DE GOMA. Para examinar la cantidad de goma que contiene, se le añade un volumen do- ble de alcohol á 90° que produce al momento un precipitado en copos, tanto mas abundante cuanta mas goma contenga el jarabe, y que será visible aunque solo haya de ella 0, 01. El sub-acetato de plomo es un reactivo aun mas sensible; tam- bién puede utilizarse la reacción de la resina de guayaco. Mezclando jarabe de goma con su volumen de agua, y añadiéndole unas go- tas de una disolución concentrada de, persulfato ó percloruro de hierro, se produce por agitación un líquido turbio, que adquiere al momento consistencia gelatinosa. El jarabe simple, sugeto á este* procedimiento, no produce el mismo resultado, o al menos lo produce muy débilmente. JARABE DE GROSELLAS. El jarabe de grosellas se falsifica con vino tinto, azúcar y jarabe de frambue- sas; se conoce fácilmente esta mezcla porque se enturbia con la gelatina. —117— JARABE DE HIPECACUANA. El jarabe de hipecacuana se falsifica con jarabe de emético coloreado artificial- mente; se descubre tratándolo por el mismo método que las pastillas de hipecacuana. JARABE DE LIMÓN. El jarabe de limón suele prepararse con ácido tártrico, lo cual no produce ma- las consecuencias; se descubre la sustitución con el muriato de potasa en disolu- ción concentrada, que produce un depósito cristalino al cabo de algunas horas. JARABE DE QUINA. El tanino debe producir en él un precipitado de tauatode quinina y cinconina, y el oxalato amónico un precipitado de oxalato de cal. (Lecanu.) JARABES DE RUIBARBO. Los jarabes de ruibarbo deben tomar un fuerte color rojo-amarillento con los álcalis. JARABE DE VIOLETAS. El jarabe de violetas suele sustituirse con jarabe de pensamientos de los jardines, ó con un jarabe preparado con lirio de Florencia y coloreado con tornasol; 'este, tratado por los álcalis, toma un vepde pálido, y el verdadero de violetas un color verde muy fuerte; ademas, el primero toma un color rojo de amapola con los ácidos, y el segundo una ligera tinta violada. JARABES DE ZARZAPARRILLA. Los jarabes de zarzaparrilla si están bien preparados producen cuando seles revuelve con agua destilada, un líquido espumoso. (Soubeiran.) ^^| JARABES VARIOS. Todos los jarabes que tienen sales por base, se reconocen fácilmente con los reactivos de las sales. Si un farmacéutico va á examinar un jarabe que contenga bicloruro de mer- curio, debe tener presente que este se halla descompuesto en todo ó en parte si el jarabe contiene materias orgánicas, por lo cual, no solo lo buscará en la parte ií- quitla, sino también en el depósito que pueda haber formado el jarabe; para esto *f estiende el jarabe en agua y se mezcla con éter que se apoderará del bicloruro no descompuesto, el cual separándose del líquido azucarado, quedará de residuo pol- la evaporación; ademas, se sumerje en el jarabe, también dilatado en agua destila- da, por espacio de 24 ó 30 horas una pequeña pila de Smithsoa, compuesta de una lámina de oro y otra de estaño, superpuestas; por poco mercurio que el líquido contenga, se cubre el oro de una mancha blanca que desaparece por el calor. Los depósitos se tratan del modo siguiente: después de secarlos bien, se los calcina con carbonato de potasa puro y seco, en un tubo largo cerrado por uno de sus estreñios y aguzado por el otro, con lo cual se revivificará el mercurio. También se pueden tratar estos depósitos por el ácido azotico, y la disolución azótica por los reactivos del mercurio, KINO. Distinguense seis ú ocho suertes de kinos: 1. 5 Kino de África, suministrado por el Ptcrocarpus erinaceus, de la familia de las leguminosas: 2. ° Kino de Bahía- botánica, que lo suministra el Eucaliptus metrosideros resinífera, de la familia de las. mirtáceas: 3. ° Kino de la Jamaica, producido por el Coccoloba uvifera, de la fa- milia de las poligonadas: 4. ° Kino de Maduga, jugo estractivo del Butea frondosa^ de la familia de las leguminosas: 5. ° Kino de Amboina, de la India ó Kino verda- dero, producido por el Nauclea gamber, de la familia de las rubiáceas. Este último, (pie es el oficinal, está en masas irregulares, secas, que se rompen fácilmente en pequeños fragmentos opacos, negros, brillantes, con un ligero olor bituminoso, sa- bor amargo y astringente, es poco soluble en frió tanto en el agua como en el al- cohol, pero en caliente se disuelve bien: al cabo de cierto tiempo su tintura alcohó- lica deposita'una especie de gelatina, que se ha reconocido ser ácido péctico. Se sustituye en el comercio el kino de buena calidad con las clases inferiores, ó se mezcla; 1. ° con la sangre de drago común, que se descubre por su insolubi- lidad en el agua; 2. 9 con betún, que es insoluble en el agua y alcohol, y fusible por el calor; 3. ° con el cato, cuya disolución acuosa precipita en negro con el sulfato de hierro; 4. ? con el estracto de ratania, cuya disolución enrojece el torna- sol. Puede reconocerse el verdadero kino, porque forma con el tiempo un depósito gelatinoso en su disolución alcohólica. LACTATO DE HIERRO. Suele mezclarse con el sulfato de hierro. El lactato bien preparado, precipita en pardo con el amoniaco; y el protosulfato, en blanco verdoso. El agua de barita forma un precipitado que indica positivamente la presenciu de un sulfato. LÁUDANO DE ROUSSEAU Debe pesar 1, 052 ó de 6 á 7o B. Suele pesar mas cuando está mal preparado, porque la miel no se ha destruido del todo; cuando no contiene la suficiente canti- —119— rfad de opio, pesa menos de 6; debe ser pardo-oscuro y poco viscoso; mezclado con unas gotas de amoniaco forma un magma blancuzco, que se disuelve por la agita- ción, pero que vuelve á aparecer añadiéndole agua. (Guibourt.) LÁUDANO DE SYDENHAM. Preparado con vino de Málaga (que pesa 4 ó 5o B.) como dispone el Codex, debe pesar por lo menos 1, 06 ú 8o B. Debe ser tan oscuro de color, que solo se trasmita la luz á través suyo en los bordes ó en el cuello estrecho del frasco; debe producir con el amoniaco mucho precipitado de morfina. (Guibourt.) Debe alterarse mucho con el azafrán, y depositar con el tiempo y la luz, policroita; evaporándolo al B. de M. hasta la consistencia de jarabe espeso, y abandonado muchos dias á sí mismo, forma, si se ha fabricado con mal vino, gruesos cristales de azúcar cande, pero si se preparó con buen vino de Málaga, formará un magma grumoso. (Stan. Martin.) LECHE, (V. la primera parte, pág.-13.) LICOPODIO. El licopodio (azufre vegetal) es el polen muy ligero y tenue, amarillo y muy inflamable que al fin del otoño se desprende dé las espigas bifurcadas ó trifurcadas de una especié de musgo trepador (Lycopodium clavatum) de la familia de las lico- podiáceas, que crece eu los bosques y matorrales de Europa. Se falsifica con talco, raspaduras de madera, polen de varios vegetales y almi- dón:- disolviéndolo en agua se precipitan estas sustancias y sube á la superficie puro el licopodio; también se puede descubrir el almidón, hirviendo el licopodio y tra- tando el cocimiento por el iodo. LIMADURAS DE HIERRO. Las limaduras de hierro suelen contener cobre. Se ha propuesto el uso del unan para separar las partículas de los dos metales; este método es bueno cuando no catan aligados, pero si lo están no produce efecto. Puede descubrirse el cobre en las limaduras, introduciendo unos granos de estas en amoniaco líquido y revolvien- do de cuando eu cuando la mezcla al contacto del aire; si las limaduras son puras, queda el liquido incoloro, y si no lo son toma un color azul tanto mas intenso, cuanto mas cobre contienen. También se pueden tratar las limaduras por el agua re«-ia, v añadir á la disolución un esceso de amoniaco, que producirá color azul en ella, si contiene cobre. Para distinguir las limaduras de hierro y de acero, se las trata por el iodo } el a «muí; las de hierro se cunviem-n en ioduro ím-jbrj y uu dejan residuo, y las de — 120— acero dejan un residuo de carbono y silicio, después de lavar la materia no disuelta eon agua de potasa. (Berthier.) Si las limaduras estuviesen mezcladas con óxido, solo atraería el imán la parte metálica, y su disolución clorhídrica, en vez de verdosa, seria amarillo-rojiza; aña- diéndole nn ligero esceso de carbonato de amoniaco, precipitará peróxido y queda- rá en el líquido sal de protóxido, cuya presencia se hará patente. MAGNESIA CALCINADA. Cinco gramos de magnesia calcinada, se disuelven sin efervescencia en 4? de ácido clorhídrico dilatado; un esceso de amoniaco produce en la disolución muy poco precipitado de alúmina; el líquido filtrado, no precipita con el oxalato de amo- niaco, con el bicarbonato de potasa, ni con el cloruro de bario. Se falsifica con cal, alúmina y sílice; también suele contener carbonato de magnesia por calcinación incompleta y mala conservación; por último, suele conte- ner carbonato de sosa ó sulfato de magnesia por estar mal lavado el carbonato de magnesia con que se prepara. La formula de análisis descubre todas estas sustan- cias. Si existe carbonato de magnesia, hace efervescencia con los ácidos, y la sílice es insoluble; debe observarse que el ácido suele obrar lentamente, porque la mag- nesia densa es atacada con dificultad. La alúmina se descubre en la disolución inu- riática, con un gran esceso de amoniaco, porque no estando precipitada la magne- sia en una disolución de muriato de amoniaco, se precipita la alúmina directamen- te. La cal se descubre en la disolución muriática, con el oxalato de amoniaco ó con el bicarbonato de potasa; también se descubre fácilmente, triturando la magnesia con una disolución de sublimado corrosivo, que no altera la magnesia pura y le dá color amarillo si contiene cal. El sulfato de magnesia se descubre con el cloruro de bario* que forma un precipitado blanco de sulfato de barita. La magnesia calcinada absorve como la cal viva cierta cantidad de agua y queda como la cal apagada; mucha magnesia del comercio se halla en este caso; se descubre el fraude por el calor que evapora el agua. MANÁ. El maná es un jugo azucarado, concreto, suministrado por varias especies de fresnos y principalmente por los Fraxinus o mus y rotundifolia, Lian. Ornus euni- pea y rotundifolia, Per. árboles de la familia de las jazmíneas, que crecen en casi toda Europa, pero solo dan maná en Italia y principalmente eu Sicilia y en Calabria. El maná contiene: maniio, azúcar incristalizable con goma, materia gomosa, filatería azotizada. (Soubeiran.) Se sustituye el maná con una mezcla de harina, miel y polvos purgantes; este fraude solo se aplica al maná común, y es tan grosero, que no nos detendremos en él. Mas dificil es descubrir la mezcla, poco importante, del maná con azúcar de caña, glucosa y jugos naturales mas ó menos análogos al maná de los fresnos, co- mo el maná de Brianzon, que á las inmediaciones de esta ciudad fluye del alerce (Larix europea) de la familia de las coniferas; el maná de Persia ó Terniabin que exsuda en Oriente de una especie de esparceta ó pipirigallo (Hedysarum alhasi) —121— de la familia de las leguminosas; el maná del Líbano, que fluye del Larix cedrus; «l maná del monte Sinaí, que fluye del Tamarix gallica; el maná de la Nueva Ho- landa, de los habitantes de la Australia, que exsudan las hojas de los Eucalyptus manniferus y dumosa. Según Christison, este último imita muy bien el maná en lá- grimas de clase inferior. El maná purificado y dispuesto en lágrimas, se reconoce fácilmente porque no posee ni el gusto ni la semitrasparencia del maná en lágrimas naturales. Se distingue el manito del azúcar, por el ácido sulfúrico que disuelve el mani- to sin colorearlo, y ataca al azúcar de caña, dándole color negro y desprendiendo ácido sulfuroso. Ademas, debe tenerse presente que la disolución acuosa de manito no fermenta. El maná en suerte (Alanna vulgata seu in sortis) viene mezclado con varios cuerpos estraños: también lo preparan artificialmente con azúcar, miel y escamonea. Hay un maná faeticio que es blanco y seco, compuesto de azúcar, maná y algunos purgantes cocidos hasta una consistencia conveniente: esta especie de maná distin- güese por su peso, su blancura no trasparente, su solidez y su sabor. (Pinera.) MELITO DE ROSAS. El melito de rosas rubras (miel rosada) puede prepararse con agua de rosas coloreada artificialmente y no con infusión de rosas encarnadas como prescribe el Codex. La miel rosada falsificada, se distingue de la verdadera en su sabor y en que su color no se altera con las sales de hierro. Cuando está preparado el melito con sustancias astringentes y coloreado artifi- cialmente, se recurre al carbonato de potasa que altera profundamente el color que le comunican las materias colorantes estrañas y apenas modifican el de la verdadera miel rosada; ademas, saturando en el primer caso el álcali con un ácido, reaparece el color rojo y en el segundo queda amarillo. (Hurant.) MERCURIO. El mercurio (azogue) se volatiliza del todo por el calor; moviendo un glóbulo de él sobre un papel debe conservar la forma esférica y no formar cola; mezclado con ácido sulfúrico y evaporado este, no debe dejar residuo; es soluble en el ácido azotico é insoluble en el clorhídrico hirviendo; filtrado este último, no debe tomar color ni precipitar con el ácido sulfhídrico. El mercurio lo adulteran eu el comercio con plomo y con zinc. Para descubrir el plomo no hay mas que destilarlo y aparecerá el fraude; y para reconocer el zinc se lava el mercurio con ácido sulfúrico débil, y la diferencia de peso dará la de zinc que pudiera contener, porque en esta circunstancia el ácido sulfúrico forma un sul- fato de zinc sin atacar el mercurio. También suelen adulterarlo con estano y bis- muto: de suerte que, para obtenerlo en su estado de pureza necesario es destilarlo. ^eo-u'i lo proponen Soubeiran y Trousseau, en una retorta de piedra arenisca o de hierro con una mezcla de dos partes de cinabrio y una de limaduras de hierro o Por último, puede seguirse otro método, que se halla fundado en la densidad 16 —122— del mercurio; se toma un frasco de capacidad conocida, se le llena exactamente de mercurio y se le pesa; el peso del mercurio debe ser 13, 57 veces mayor que el de su mismo volumen de agua. Para reconocer el mercurio en cualquiera líquido, aunque se encuentre en una cantidad infinitesimal, se echará mano del curioso y sencillo método de Sniithson, que es introducir en el líquido un anillo de oro y cíe estaño, añadir unas gotas de ácido clorhídrico, y la presencia del mercurio se manifestará manchando el oro, polo negativo de este pequeño par eléctrico. MIEL DE ABEJAS. La miel es una sustancia mucoso-aznearada, blanda, elaborada por la abeja Apis mellifica. Su disolución acuosa no debe tomar color azul con el ioduro de po- tasio mezclado con un ácido. La miel que se destina á los usos farmacéuticos debe estar limpia de cera, porque esta dificulta su clarificación al preparar los melitos; no debe contener almi- dón, azúcar, ni glucosa; se descubre el almidón en el residuo que deja la miel tra- tada por el agua, con el ioduro de potasio mezclado con un ácido, ó simplemente con la tintura de iodo que le dá color azul. Por este último medio se descubre tam- bién el jarabe de fécula, porque rara vez q\eja de contener materias amiláceas. También se puede usar el alcohol debilitada que disuelve la miel pura, y si contie- ne jarabe de fécula, deja de residuo una materia gomo-amilácea. Como el azúcar de fécula contiene siempre un poco de sulfato de cal por el modo de prepararlo, se puede reconocer su presencia con esta sal; para lo cual se descubre el ácido sulfú- rico con las sales solubles de barita, ó la de cal con el oxalato de amoniaco^ Se des- cubre la cera, en que la miel que la contiene- se clarifica mal. MIRRA. La mirra es el jugo gomo-resinoso que fluye del Bálsamodendron myrrha, árbol que se cria sobre las fronteras de Arabia y de Nubia, de la familia de las terebentináceas. La mirra contiene: aceite volátil, resina insípida, resina blanda1, goma, adra- gantina, sales y materia estraña. (Brandes.) Triturando por espacio de 15 minutos, 4, 0 de mirra en polvo con la misma cantidad de clorhidrato de amoniaco puro, se disuelve fácilmente la mezcla si la mirra es pura, en 60 ó 100 partes de agua. (Righini.) Añadiendo unas gotas de ácido azotico á una disolución alcohólica de mirra, se forma en ella al momento un precipitado color de rosa, que pasa sucesivamente al rojo y al rojo de heces de vino. (Bonastre.) Se suele mezclar con bedélio* que se conoce por su poca untuosidad, mayor dureza, y olor de trementina que exhala de su fractura reciente, cuando la verda- dera mirra exhala olor balsámico. —123— MORFINA. La morfina es muy poco soluble en el agua fria y caliente, pero mucho en el alcohol rectificado; la disolución alcohólica produce por la evaporación, cristales que se destruyen completamente al fuego; el ácido azotico la enrojece al principio y después le dá color amarillo? la tintura de percloruro de oro, azul; el cloro con adición de amoniaco, vuelve pardas sus sales, pero con un esceso, se les restablece el color primitivo. Precipita de sus sales con la potasa, que añadida en esceso di- suelve el precipitado. La morfina del comercio suele contener por purificación incompleta, la mate- ria colorante del opio, por lo cual debe exigirse que sea blanca. Contiene casi siem- pre por mala preparación ó mezcla fraudulenta, narcotina; se descubre con el ácido acético debilitado, que disuelve en frió la morfina sin atacar la narcotina (Pelletier); con el éter, que disuelve en frió la narcotina y poco ó nada la morfina (Robiquet); y con la potasa cáustica de 20° que disuelve la morfina y separa la narcotina (Liebig.) Las materias fijas se descubren por el fuego. Las sales de morfina no son precipitadas por los bicarbonatos alcalinos, en presencia del ácido tártrico; pero las de narcotina lo son abundantemente en blanco; ademas, el sulfocianuro potásico que no se halle en esceso, no altera las disolucio- nes neutras de morfina, y dá un precipitado color de rosa en las de narcotina. (Oppermann.) OJOS DE CANGREJOS. Los ojos de cangrejos (cálculos de cangrejos) se los imita con una mezcla de huesos calcinados y carbonato de cal, molida con gelatina; este producto se desa- grega completamente por el contacto del agua hirviendo, y las verdaderas piedras de cangrejos resisten su acción. Tratadas por los ácidos acético ó hidroclórico, abandonan la cal, y dejan al descubierto la red orgánica, que conserva su forma primitiva; ademas, están como compuestas ó formadas de capas superpuestas. OPIO. El opio es un jugo gomo-resinoso, concreto, que suministran las cápsulas del Papaver somnifcrum, planta herbácea de la familia de las papaveráceas. Se ha traído de la Pérsia, Arabia, Egipto, Tébas y otros lugares del Asia. En la Penínsu- la, particularmente en las provincias mas meridionales de ella, como en la Anda- lucía, se ha sacado de las cabezas de adormideras un opio de tan buena calidad, que el Dr. Pinera lo ha usado con satisfactorios resultados como el de las adormi- deras orientales. En el comercio se conocen .tres especies principales: el opio de Egipto, el de Constanrinopla y el de Esmirna. Este último es superior á los otros dos, y rico eu principios activos, conservando su estracto un olor viroso mas penetrante que el de Jos opios de Egipto y de Constautinopla: contiene, según Soubeiran, de 6 á 9 por 100 de morfina. Muchos químicos han analizado el opio, pero Seguin, Derosne, Sertuerner, —124— Robiquet, Pelletier y Conerbe son los que mas adelantaron su historia. El opio con- tiene: morfina, codeina, narcotina, ácido mecánico, un ácido pardo estractivo, resina, aceite craso, tebaina ó paramorfina, meconina, narceina, basorina, goma, cautehue, leñoso, un principio viroso volátil, y sin duda albúmina vegetal. (Soubeiran.) El opio es de un color rojo moreno, de olor viroso fuerte, de sabor primero nauseabundo y amargo, poco después acre y caliente, dejando en la lengua, palaj dar y labios por mas de quince segundos una sensación de calor, el que también irrita Jas narices y suele hacer estornudar. La codicia suele adulterar el verdadero opio añadiéndole el zumo de la lechuga virosa y de otras plantas narcóticas, el es- tiércol de buey, el estracto de toda la adormidera sacado por un cocimiento fuerte, la fécula y otras sustancias que ocultan con gran misterio los falsificadores; pero el legítimo opio se distingue del adulterado en que es uniforme, resplandeciente, liso, tenaz, de un peso mas ligero que su mole; en que en su parte interior no tiene al- gunas inmundicias; en que partido manifiesta algunas partículas de sal volátil oleo- sa; en que sobresalen en él la amargura, -calor y acrimonia; en que no exhala olor empireumático; en qué aplicado á una luz al instante arde; en que se disuelve casi del todo en el agua, y en que su, disolución suministra una tintura roja. (Pinera.) Macerando durante 24 horas 5 gramos de buen opio en 50 de agua y espri- miéndolo fuertemente, resulta un líquido que filtrado y tratado por una disolución fria de 15 gramos de carbonato de sosa en 60 de agua, dá un precipitado que se disuelve completamente en una disolución de ácido oxálico; y después de seco pesa por lo menos 5 decigramos. Las falsificaciones del opio son muy frecuentes y numerosas: se falsifica con piedras, arena, trozos de plomo, tierra, aceites, resinas, estrados y otras muchas sustancias; pero el fraude mas serio es el que consiste en privar al opio de la morfi- na, y devolverle su aspecto primitivo consiguiendo imitar tanto el opio virgen que engaña á los mas finos conocedores. Por estas cansas es preciso examinar las cua- lidades del opio que se compra, para lo cual se ha propuesto el medio de investigar la cantidad de ácido mecónico, que se enrojece con las persales de hierro; pero se ha abandonado, porque la cantidad de ácido no guarda proporción exacta con la de morfina. Mr. Conerve propone tratar el opio muchas veces por el agua hirviendo, calen- tar un momento los líquidos con un esceso de cal, y filtrarlos; toda la morfina que- da en disolución; si se acidulan los líquidos y se precipitan con el amoniaco, la abundancia de precipitado indicará la cantidad de morfina. Este método es de un uso fácil y breve. El método indicado por Mr. Payen sola difiere del precedente en que se recoge en un filtro la morfina precipitada, se la lava con agua alcoholizada, se la disuelve en alcohol de 85° hirviendo, y cristaliza al enfriarse; basta después lavarla con éter para eliminar la narcotina; por último, se la deseca y se pesa. Los farmacéuticos ingleses prefieren el método que indica la fórmula de análisis, porque según dicen, el carbonato de sosa hará entrar en el precipitado mas amoniaco que narcotina y materias resinosas. Por último se puede averiguar la cantidad de morfi- na que contiene un opio procediendo á la estraccion de la morfina pura. Sabido es también que el opio produce la mitad de su peso de estracto aprocsimativamente. ORO. El oro (Aurum de los latinos: León, Sol y Rey de los mi tales de los alquimis- —125— tas) contiene casi siempre plata y cobre; se descubre la primera tratando la aliga-; cion por el agua regia que disuelve el oro y convierte la plata en cloruro insoluble: para descubrir el cobre, se evapora la disolución acida; se trata por el agua y se le añade protosulfato de hierro disuelto que precipita el oro; si el líquido contiene co- bre, tomará color azul con el amoniaco. OXALATO ACIDULO DE POTASA. El oxalato de potasa (bi, cuadri y sobreozalalo de potasa, sal de acederas, sal de quitar manchas) suele mezclarse con crémor tártaro; el medio mas fácil de des- cubrir esta mezcla, es arrojar un poco de la sal sobre carbones encendidos; si es pura no exhalará olor sensible, y si contiene tartrato ácido de potasa, exhalará marcado olor de caramelo. OXIDO DE ANTIMONIO. El óxido de antimonio (protóxido de antimonio, flores argentinas de antimonio, nieve de antimonio) es enteramente soluble sin efervescencia en el ácido muriático y en una mezcla hirviendo de bitartrato de potasa y agua. Se funde al calor rojo. Si está mezclado con ácido antimonioso, no se disuelve completamente en el ácido clorhídrico. OXIDO DE CALCIO. El óxido de calcio (cal, cal viva) se calienta y se hace pedazos puesta en con- tacto con el agua; se disuelve del todo sin efervescencia en el ácido muriático; y la disolución no precipita con el amoniaco. Si la cal está carbonatada en todo ó en parte, no se calienta con el agua, ni hace efervescencia con el ácido muriático, y si conserva magnesia de las piedras con que se prepara, su disolución muriática neutra precipita con el amoniaco. La cal puede contener también potasa, que existe en ella-naturalmente, o proviene de las cenizas vegetales con que se calcina; se descubre precipitando la cal de la diso- lución muriática y tratando el líquido por los reactivos de la potasa, ÓXIDO DE HIERRO HIDRATADO. El óxido de hierro hidratado (sexquióxido de hierro hidratado, óxido pardo de hierro deuto, trito ó peróxido de hierro hidratado, hidróxido de hierro, hidrato de sexquióxido de hierro seco, carbonato de peróxido de hierro) se adultera con polvo de ladrillo. . El óxido de hierro hidratado se disuelve del todo á moderada temperatura en el ácido clorhídrico con poca efervescencia. El amoniaco lo precipita de la disolución. El óxido de hierro hidratado húmedo es el mejor contraveneno del arsénico que se conoce después de la magnesia: —126— ÓXIDO DE HIERRO NEGRO. El óxido de hierro negro (deutóxido de hierro negro, óxido ferroso férrico, hierro oxidulado, etiope marcial, azafrán de marte de Lemery, batiduras de hierro) es ne- gro y atraible por el imán; espuesto al calor pierde el agua; se disuelve completamente en el ácido clorhídrico y se precipita en negro de la disolución, con el amoniaco. ÓXIDO DE HIERRO ROJO. El óxido rojo de hierro (bióxido de hierro, sexquióxido de hierro, deuto, frito ó peróxido de hierro, cólcotar, rojo de Inglaterra 6 de Prúsia) lo suelen falsificar con ladrillo molido y polvos de sangre de drago. Se descubre la adulteración con el ácido clorhídrico que debe disolver el hierro sin dejar residuo alguno. ÓXIDO DE MANGANESO. El óxido, de manganeso (bi, tri 6 peróxido de manganeso, pirolusita, jabón de vidrieros) se disuelve casi del todo al calor en el ácido muriático, con desprendi- miento de cloro; espuesto al fuego desprende oxígeno; su disolución muriática pro- duce con la potasa un precipitado blanco que pasa pronto al pardo. Calentado has- ta el rojo blanco el óxido bien seco pierde 12 por 100 de su peso. Siempre contiene impurezas en mayor ó menor cantidad; si su disolución mu- riática se enverdece con el ferrocianuro de potasio, está mezclado con hierro; con un ligero esceso de amoniaco que se añada á la disolución de los dos cloruros, solo se precipita el hierro. Puede apreciarse el valor comercial de un óxido de manga- neso, por el cloro que desprende por la acción del ácido clorhídrico: un kilogramo de óxido mangánico puro dá 0, 7964; el de Crettuic junto á Saarbruck 0, 75,25; el de Romaneche, de 0, 4992, á 0, 5179 y el de Saint Marcel (Piamonte) de 0, 2789 á 0, 3098. ÓXIDO DE MERCURIO ROJO. El óxido rojo de mercurio (bi, deuto y peróxido de mercurio, precipitado rojo, nitrato de mercurio rojo, polvos de Juan de Vigo ó de Juanes) se disuelve del todo en el ácido clorhídrico; se descompone y volatiliza por el calor sin desprender va- pores nitrosos. Suele falsificarse con óxido rojo de hierro, minio y polvo de ladrillo, mezclán- dole también vidrio molido y otros cuerpos estraños para formarle esas escamas brillantes que presentan las masas del legítimo bióxido, conteniendo algunas veces ácido nítrico por calcinación imperfecta del nitrato. Se descubren todos esios frau- des con el calor. ÓXIDO DE PLOMO ROJO. El óxido rojo de plomo (óxido plomoso, deutóxido de plomo, minio, azarean) se —127— disuelve del todo al calor en el ácido azotico, y en parte en este ácido diluido, de- jando en él un polvo blanco. Suelen adulterarlo en el comercio con ocre rojo y polvos de ladrillo, cuyo frau- de se conocerá disolviéndolo en agua azucarada hirviendo á la cual se le añade un poco de ácido azotico; el óxido se disuelve enteramente y los cuerpos estraños pre- cipitan. También se trata con vinagre muy fuerte, pues 576 partes de este último disuelven 36 de óxido puro por 72. ÓXIDO DE PLOMO SEMIVITRIFICADO. El óxido de plomo semivitrificado (protóxido de plomo fundido, litargirio) si contiene sulfato de barita, sílice, &c, no se disuelve enteramente en el ácido acéti- co: el hierro y cobre se descubren, mezclando la disolución acética con sulfato de sosa con lo cual se precipita -el plomo en estado de sulfato; filtrándola y tratándola con el amoniaco, que le dá color azul si contiene cobre, y forma un precipitado pardo amarillento si contiene hierro. El ensayo con el fosfato de cal, descubre todas las sales de plomo cuya cantidad pase de uno por 100. ÓXIDO DE ZINC. El óxido de zinc, conocido por el impropio nombre de flores de zinc, es blanco, insípido y soluble sin efervescencia en el ácido azotico diluido; esta disolución no se altera con el azotato de barita pero dá con el amoniaco un precipitado soluble en un esceso de álcali. Se falsifica con sulfato de zinc, carbonato de cal y óxido de hierro; el azotato de barita descubre el primero; la cal se descubre por su insolubilidad en el amonia- co, después de formarse el precipitado; y el hierro, porque dá color amarillo á la disolución. El óxido de zinc suele contener partículas de zinc metálico, por lo cual debe pasarse por el tamiz. PALO NEFRÍTICO. Se le sustituye algunas veces el guayaco, con quien tiene alguna semejanza, pero se distinguen, porque mirada al trasluz la infusión acuosa de palo nefrítico parece amarilla, y la de guayaco parece azul mirada del mismo modo. (Bussy y Boutron.) PASTILLAS DE HIPECACUANA. Se conoce que se ha sustituido el emético á la hipecacuana en estas pastillas, por su blancura; ó bien disolviéndolas en agua y tratando la disolución por el hi- drógeno sulfurado. PEZ DE BORGOXA. La pez de Borgoña (pez blanca, pez abietina) según Guibourt, es el producto —128— directo de las incisiones hechas en el Abies excelsa, de la familia de las coniferas; y según otros muchos autores, no es otra cosa mas que el galipodio de las demás es- pecies de pinos purificado, fundiéndolo y haciéndolo pasar por un colador formado de paja. Se presenta en masas secas, de un color blanco amarillento, opaco, con olor de trementina y con la forma de las vasijas en donde se recoge. Algunas veces contiene hasta un tercio de su peso de agua, que existe naturalmente en ella, ó que se le ha añadido por fraude. Viene en unos barriles cónicos llamados tinetas, y des- pués los drogueros la sacan de ellos para ponerla en vegigas de cerdo. PIMIENTA. La pimienta negra es el fruto del Piper nigrum, arbusto sarmentoso de la In- dia, de la familia de las piperáceas. La pimienta negra contiene: piperino, aceiti concreto acre, aceite volátil balsámico, materia gomosa, materia estractiva, ácido málico, ácido tártrico, almidón, bdsorina. (Pelletier.) La pimienta se ha falsificado con una mezcla de esta sustancia en corta canti- dad, con mostaza y otras sustancias acres unidas por un mucílago y dispuestas en forma de pimienta: se descubre el fraude, por la maceracion en el agua que des- compone esta mezcla. La falsificación de la pimienta en polvo, es mucho mas común; se suele falsificar con polvo de una pasta hecha con nueces (especias de Auvernia.) PIMIENTA DE JAMAICA. La pimienta de Jamaica (pimiento de los ingleses, toda-especia) es el fruto del Myrttts pimenta que crece en la Jamaica, de la familia de las mirtáceas, y por su gran semejanza con la coca de Levante puede confundirse con esta peligrosa sus- tancia; se distinguen en que la coca no tiene cáliz persistente, y en el sabor violen- tamente amargo de sus semillas que no exhalan aroma. PLATA. La plata (Argentum de los latinos; Luna y Diana de los alquimistas) se di- suelve por completo en el ácido nítrico dilatado; la disolución, tratada con un esce- so de cloruro de sodio produce un precipitado blanco, soluble en el amoniaco, y un líquido que sobrenada y que se altera con el ácido sulfhídrico. Los metales que mas frecuentemente se hallan mezclados con la plata, son el cobre, el plomo y el oro; este se descubre, porque no 6e disuelve en el ácido nítrico dilatado y la plata lo verifica completamente; el plomo, en que á la disolución ní- trica dilatada, dá con un esceso de cloruro de sodio, un precipitado no enteramente soluble en el amoniaco. El cobre produce con el hidrógeno sulfurado un precipitado negro, en la disolución que queda después de quitar el cloruro de plata; también se puede descubrir el cobre, introduciendo en la disolución una lámina de hierro sobre la cual se deposita; y por último, pueden visarse todos los reactivos del cobre. El ensayo de la plata que ejecutan los ensayadores por la via húmeda, se fun- da en que un peso dado de plata disuelto en el ácido azotico, se precipita con un —129— volumen dado de una disolución graduada de muriato de sosa. Ademas, es evidente que la cantidad de cloruro empleada, será tanto menor, cuanto mayor sea la de cobre. Él ensayo por la via seca, abandonado por el anterior, consiste en calentar en una copela de huesos calcinados, un peso dado de plata aligado con cierta can- tidad de plomo. El plomo y cobre se oxidan con el aire y los dos óxidos, que son fusibles, penetran por la copela, y la plata queda pura. Esta operación se hace en la mufla de un horno llamado de copela, y se llama Copelación. PLOMO. El plomo (Plumbum de los latinos; Alolubdos de los griegos; Saturno de los alquimistas) casi siempre contiene metales estraños, especialmente cobre y hierro, que dificultan su uso en la farmacia. Para descubrirlos, se disuelve en ácido azotico diluido, se precipita por un ligero esceso de ácido sulfúrico, y se separan las aguas madres; si estas toman con el amoniaco color azul, existe el cobre; y hierro si forma este reactivo un precipitado rojizo. POTASA CAUSTICA. La potasa cáustica (potasa por la cal, potasa cáustica por la cal, piedra de ¡cauterio, cauterio potencial.) El agua común hirviendo no disuelve en ella el óxido de hierro; la cantidad de esta sustancia no debe esceder de 0, 01. La disolución sa- turada en esceso por el ácido nítrico, produce un pequeño precipitado de nitrrato de balita, y mayor con el nitrato de plata. Es enteramente soluble en el alcohol. Puede contener sulfatos, cloruros, óxido de hierro, sílice y mucha alúmina. Con la fórmula de análisis se descubren todas estas impurezas. POTASA CÁUSTICA LIQUIDA. La potasa cáustica líquida (licor, soluto ó agua de potasa concentrada, legía cáustica) marca 36° en el areómetro de Baumé; hace muy poca ó ninguna eferves- cencia cuando se la neutraliza con ácido nítrico dilatado, y la mezcla no precipita: con el carbonato de sosa, cloruro de bario, ni nitrato de plata, pero dá un abun- dante precipitado amarillo con el cloruro de platino. Cuando precipita con el car- bonato de Sosa, es porque contiene cal; con el cloruro de bario, precipita si contiene ácido sulfúrico, y con el nitrato de plata si contiene ácido clorhídrico. QUASIA AMARGA. La quasia amarga (leño amargo, leño de Surinam) nos viene de la Guayana y de Surinam del Qua¡sia amara, de la familia de las rutáceas. Las maderas con que suele sustituirse, se descubren porque les falta el sabor violentamente amargo de esta sustancia. 17 —130— QUINA. Tres son las cortezas que tienen uso en la medicina: la quina gris, cuyas es pecies se atribuyen al Cinchona condaminea y al Cinchona ojfcinalis; la quina roja, que se atribuye al Cinchona oblongifolia de Mutis, y la quina amarilla, cuya espe- cie principal es la calisaya ó amarilla real, producto del Cinchona cordifolia de Mutis y Ja quina amarilla naranjada ó quina canela, que solo se diferencia en el color. Prefiérense las quinas amarillas por contener mas cantidad de quinina, y re- comendamos á los farmacéuticos la mayor escrupulosidad y vigilancia porque en el comercio corren muchas veces mezcladas con cortezas estrañas ó falsas quinas, que las principales son: I. ° leí quina nova que proviene del Portlandia grandiflora; 2. ° la quina de los caribes ó de la Jamaica, suministrada por el Exostema caribea? 3. ° la quina piten, quina de la Martinica, de Santa Lucia, ó de Santo Domingo, producida por el Exostema floribunda; 4. ° la quina cuzco ó corteza de arica, que contiene un alcaloide particular llamado aricina (Carriol) y cuyo origen botánico es desconocido; 5. ° quina Jaén, que contiene la cinchuvatina (Manzini) ó blanqui- nina (Mili); 6. ° la quina pitoxa, que contiene la pitoxina (Pcretti.) Las quinas gris, amarilla y roja contienen cantidades muy diversas de alcalói- * des; se mezclan las cortezas llamadas quina de Cuzco ó de Arica, quina de Jaén, &c: contienen la base orgánica aricina ademas de la quinina y la cinconina; y en algunas cortezas, como la quina de Cartagena, aumenta mucho la cantidad de cinconina á espensas de la de quinina; por último, las quinas privadas de los alca- loides, secas y reducidas á polvo con quina, para darles sabor amargo, pueden sus- tituirse ó mezclarse con las cortezas vírgenes. Por todas estas razones deben exa- minarse las quinas que se compran. Los cocimientos ó los productos de maceracion de las quinas ricas en alcaloi- des, precipitan abundantemente con las agallas ó el tanino, formando este un com- puesto con los alcaloides. (Vauquelin y Henry.) Con la gelatina forman un preci- pitado blanco ó gris; con el emético, precipitado amarillento; con el sublimado cor- rosivo, un precipitado gris que se debe á la quina; el sulfato férrico dá á estos lí- quidos color verde, y forma algunas veces un precipitado gris; con el sulfato de sosa dan precipitado de cal, porque descompone el quinato de esta base. (Guibourt.) Se aprecia el valor de las cortezas por la abundancia de los precipitados; bajo este as- pecto, la indicación mas segura es la que dan las agallas; las otras solo son verda- deras cuando la cantidad de tanino ó de quinato de cal es proporcional á la de al- caloides, lo cual se verifica en la mayor parte de los casos. Los farmacéuticos ingle- ses pretenden que puede determinarse con exactitud la calidad de la quina amari- lla, por la cantidad de precipitado que forman el sulfato de que hemos hablado, ó el oxalato de amoniaco, porque creen que la cantidad de quinina es proporcional á la de quinato de cal en esta especie, y que no lo es en la roja y gris. Se ha falsificado la quina roja en polvo con el sándalo pulverizado: la esencia do trementina y el éter sulfúrico en frió, descubren instantáneamente este fraude si el polvo de sándalo es fuerte, y al cabo de algunos minutos si es débil, porque la quina roja verdadera no tiñe ninguno de estos líquidos, y la que contiene sándalo les dá color de azafrán tanto mas intenso, cuanto mas cantidad de sándalo existe. (Pelletier.). Se practica también otro fraude ingenioso, que consiste en dar á las quino• —131— rojas de mala calidad, enteras ó pulverizadas, apariencia de superiores, con los va- pores amoniacales; se descubre el fraude esponiendo la quina á la influencia de es- tos mismos vapores; si no mejora su color, es que ya han sufrido esta operación, porqué las mas hermosas quinas rojas tienen avivado su color con el amoniaco; también se descubre triturando la quina con cal ó potasa y unas gotas de agua, con cuya operación se desprenderá amoniaco, que se descubre por su olor ó por el humo blanco que forma cuando se le aprocsima un tubo mojado en ácido clorhí- drico poco caliente. (Hurant.) El colegio de Edimburgo considera como buena una quina, de la cual filtrados 5 gramos en 48 de agua destilada, produce con 24 gramos de una disolución con- centrada de carbonato de sosa, un precipitado que calentado en el líquido, dá una masa fusible, soluble en una disolución de ácido oxálico y que pesa por lo menos un decigramo. Este método es de fácil ejecución; no se obtiene todo el alcaloide que contiene, pero aumenta el producto con la riqueza de la quina, por lo que no se altera el principio en que está fundado el método. También se ha propuesto co- mo medio quinométrico el cloruro de platino, que forma un cloruro doble que en dos partes secas contiene una parte de quinina, y que es insoluble en el agua y el alcohol. Por último, el mejor método, aunque mas largo y minucioso, es la estrac- •cion de la quinina por el método ordinario. Guillermond ha publicado un método de análisis que puede ejecutarse en un dia, y que es el siguiente: se reduce la quina á polvo y se la lava mucho en 10 partes de alcohol de 80°, se añaden al líquido 30 p. de cal viva en polvo por cada 100 p. de quina y se revuelve; se separa el preci- pitado calizo por filtración y se añade al líquido el ácido sulfúrico necesario para producir en él una reacción acida e¿cosivamente débil; por fin se destila, filtra y concentra el residuo, para obtener el sulfato de quinina cristalizado. Casi siempre es inútil buscar el sulfato en las aguas madres. 1000 gramos de buena quina amarilla dan 30 de sulfato de quinina. QUININA. La quinina se disuelve fácilmente en el alcohol, pero no en el agua si no está acidulada; altera los papeles reactivos; su sabor es amargo y se destruye completa- mente por el fuego. Las sales de quinina, en presencia del ácido tártrico, no precipitan con los bi- carbonatos alcalinos, y sí las de cinconina. (Oppermann.) QUININA BRUTA. La quinina bruta (quinoidina) cuya propiedad febrífuga es igual á la dal sul- fato de quinina y á la de la quinina pura, con la doble circunstancia de no contener ese principio amargo y ser mas barata, se ve hoy casi abandonada en la terapéutica, sin que sepamos á qué atribuir ese desprecio con que se la mira. Empero, debemos consignar aquí en honor de la verdad y de la ciencia médica que algunos facultativos de esta ciudad la usan en su práctica, contándose en este número nuestros queridos amigos Dr. D. Luis Rey y Ldo. D. Pablo Isidoro Verdu- go, entendidos profesores de ciencias médicas. —132— V cómo no usarla"? Porqué no echar mano de ese poderosísimo agente parir combatir las calenturas intermitentes y al mismo tiempo para precaverlas? Oigamos á Trousseau, á este célebre práctico' (Mat. Méd. tom. III, pág. 30.) "La quinina en bruto es sabido que no difiere de la quinina pura precipitada del sulfato de qui- nina, mas que en contener todavia algunos principios colorantes estractivos; pero es tah activamente febrífuga como aquella y como el sulfato, acerca de cuyo particu- lar no dejan duda alguna los esperimento-! que sobre este punto de terapéutica he- mos hecho. Ahora bien, la quinina en bruto es superior al sulfato de quinina: 1. porque es insípida, al paso que aquel escesivamente amargo; insipidez muy impor- tante en la terapéutica de los niños, porque se les puede administrar semejante re- medio con la mayor facilidad, y sin que lo perciban; 2. ° porque tiene una consis- tencia resinosa, y se ablanda con el calor de los dedos, de manera que se puede reducir á pildorillas sumamente pequeñas, que se mezclan con la sopa de los niños, v que estos tragan sin dificultad. "No debe creerse que la insipidez de la quinina en bruto, y por consiguiente su insolubilidad en la saliva, sea un obstáculo pata la absorción estomacal, puesto que encuentra en el estómago ácidos que la disuelven inmediatamente, y por lo mismo se absorve con la misma facilidad que en el estado de sulfato. Ahora, si so cree conveniente disolverla en una poción ó en una lavativa, habrá que añadir al vehículo algunas gotas de ácido acético ó de ácido sulfúrico." La quinina bruta ó quinoidina suelen falsificarla con el estracto seeo de quina, que contiene muy poca quinina, y que únicamente se administra como tónico. Tam- bién la adulteran con el estracto alcohólico de quina. La quinoidina es una masa plástica de consistencia tenaz, que se halla formada por una mezcla de quinina, de cinconina, de materia crasa y de partes colorantes, y que no es sensiblemente amarga. RAIZ DE ALTEA. La raiz de altea (raiz de malvavisco) procedente del Althoca oflicinalis, planta muy común en Europa, de la familia de las malváceas, contiene: goma, almidón, materia colorante amarilla, albúmina, asparagina, azúcar cristalizable, aceite fijo. La asparagina, sustancia muy importante bajo el punto de vista químico, no lo es como materia medicinal; ninguna influencia tiene en las propiedades terapéuticas de esta raiz. (Soubeiran.) Para darle mas blancura, suele tratarse su raiz con cal; el ácido acético mace- rado sobre esta raiz blanqueada, precipita con el oxalato de amoniaco. RAIZ DE CINOGLOSA. La raiz del Cynoglossum ojfcinale, planta de la familia de las borragíneas, en pocas boticas se encuentra-genuína. Puestas en duda sus propiedades medicinales, y mas en duda aun su virtud narcótica, pues si bien son calmantes las pildoras de cinoglosa débese al opio que contienen, suelen algunos farmacéuticos poneri en su lugar la raiz de borraja. Este quid pro quo no es de los mas graves; sin embargo, no debe hacerse. —133— RAIZ DE COLOMBO. La raiz de colombo (Cocculus palmatus) planta de la familia de las menísper- tncas, se le sustituye con muchas raices; con la brionia que imita el colombo en su color amarillento; pero que se distingue de él por sus zonas mas pronunciadas y por su sabor acre y amargo; también se le sustituye con el colombo de América; se distingue este en qué su'infusión toma color negro verdoso con el sulfato ó perclo- ruro de hierro, y no se altera con la tintura de agallas; cuando la infusión de ver- dadero eoJombo no se altera con las sales de hierro, y con la tintura de agallas pro- duce un precipitado abundante. RAIZ DE GENCIANA. La raiz de genciana (Gentiana lútea) planta de la familia de las genciáneas, contiene: un principio colorante cristalino, gencianino, un principio volátil oloroso, gluten, una materia oleosa verde, azúcar incristalizable, goma, ácido péctico, una materia colorante leonada, y un ácido orgánico. (Planche.) Se mezclan con esta raiz ó se le sustituyen las de Gentiana purpúrea, punctata, y pannonea, que crecen en las mismas localidades que la Gentiana lútea; estos fraudes son de poca importancia; pero.se le han encontrado mezcladas también raices de acónito, belladona y eléboro blanco, lo cual constituye una mezcla pelir grosa, que solo puede atribuirse á descuido; se reconocen estas raices por la simple vista y por su sabor que no es de amargo decidido como el de la genciana. El elé- boro blanco tiene sabor amargo, pero es acre y nauseabundo. RAIZ DE JALAPA. La raiz de jalapa ( Convolvulus oJtcinalis)tle la familia de las convolvuláceas, con- tiene: resina, melaza, estracto azucarado, goma, almidón, leñoso,pérdida. (Guibourt.) Suele falsificarse con la raiz del Ipomcea jalappa, ó con la jalapa ligera,(jala- ría fibrosa de Geiger, jalapa fusiforme de Guibourt) que dá, según Ledanois, el Ipomea orizabensis, que crece en Mégico en la provincia de Oajaca; según este autor, contiene 8 por 100 de resina particular; pero Marquart dice que no ha obte- nido menos de 19, 5 por 100 de esta resina, que difiere algo de la verdadera jalapa; es muy soluble en el éter, en parte en la esencia.de trementina, y forma por tritu- ración con la leche una emulsión homogénea. Resulta de la esperiencia, que 18 decigramos de esta jalapa, producen el mismo efecto que uno de la verdadera, de donde se deduce que no es jalapa falsa, sino una variedad menos activa. También se sustituye la jalapa con muchas raices de plantas de los géneros ipomaia y convolvulus; se le ha encontrado mezclada algunas veces con una escre- cencia leñosa, que se forma en el tronco de ciertos árboles; se descubre esta por la simple inspección y por su falta de resina. So adultera también con la raiz de brio- nia, pero se distingue esta mezcla porque la brionia es mas blanca y menos com- pacta que la raiz de jalapa. La mejor raiz de jalapa es compacta, pesada, dura, ncora.v marcada con muchas líneas y puntos brillantes. — 134— RAIZ DE RUIBARBO. En el comercio corren varias especies de ruibarbo: 1. ° ruibarbo de China ó de las Indias, que se atribuye al Rheum australe: 2. ° ruibarbo de Moscovia, de Tar- taria 6 de Bucaria, que se atribuye al Rheum palmatum y al Rheum undulatum: 3. ° ruibarbo de Persia ó de Turquía, llamado también ruibarbo plano y ruibarbo mondado: 4. ° ruibarbo blanco ó imperial: 5. ° ruibarbo de Francia, rapóntico, su- ministrado por el Rheum rapónticum: 6. ° ruibarbo de frailes 6 falso ruibarbo, es la xaiz del Rumex alpinus, y otros varios ruibarbos que suministran diferentes Rheum. El mejor ruibarbo, el mas hermoso y mas estimado es el Rheum, palmatum, de la familia de las poligonadas, que viene de la Tartaria china por la via de Rusia: está en pedazos aplanados, irregulares, angulosos, muchos de ellos plano-convecsos, mondados y taladrados como en la especie que viene de China; pero los agujeros son mayores y mas limpios. La testurá es menos compacta, mas ligera y de un co- lor amarillo vivo por la parte esterior: marmolizaciones internas formadas de líneas rojas, amarillas y blancas, irregulares aunque algunas veces están dispuestas en estrella; olor y sabor pronunciados; cruge entre los dientes: su polvo es de un color amarillo puro. La disolución de cola de pescado precipita mas abundantemente la infusión de ruibarbo de China que de Turquía; y el cocimiento de quina amarilla, produce un precipitado verdoso mas abundante en el ruibarbo de Rusia, que en el de China, que es amarillo brillante. (Thompson.) Para componer el ruibarbo picado por los gusanos, tapan los drogueros los agujeros con una pasta de polvo de ruibarbo y agua de goma, con ocre amarillo, ó mejor con térra merita, y después frotan los trozos con polvo de ruibarbo; se des- cubre el fraude con solo partir estos trozos. El cúrcuma se descubre con el ácido bórico, que le dá color pardo y que no altera el color del ruibarbo. El ácido iodhy- drico iodurado es un buen reactivo para distinguir los ruibarbos del comercio; si el cocimiento es de ruibarbo de Moscovia, toma color verde; si de China, parduzco; si es de indígena ingles, rojo-oscuro; y si es de ruibarbo indígena francés, color azul. Como la sustancia que atacan los gusanos es el almidón, el iodo indica cual se conservará mas tiempo, porque aprecia la cantidad de esta sustancia. (Geiger.) Hirviendo ligeramente en agua trozos de ruibarbo de ?- tado es insoluble en el ácido azotico. SULFATO DE QUININA. Disolviendo un gramo de este cuerpo en 50 de agua destilada, y añadiéndole 4 ó 5 gotas de ácido sulfúrico, resulta on líquido que se descompone por una disolu- ción de 30 gramos de carbonato de sosa; el precipitado, calentado hasta que se con- traiga y humee, produce por el enfriamieato una masa sólida que después de seca pe- sa 75 gr., y que pulverizada se disuelve del todo en una disolución de ácido oxálico. También el amoniaco precipita la disolución acida de sulfato de quinina, y el reJ síduo de la evaporación del líquido debe ser muy amargo. El sulfato de quinina pierde de 8 á 10 por 10'J de humedad en la estufa; se destruye del todo por el fuego, y tra- tado primero por el cloro y después por el amoniaco, se tiñe de verde. El producto de que tratamos se ha falsificado con el agua, el sulfato de cal, el manita, el azúcar, el ácido margárico, el sulfato de cinconina, la cafeína, la salici- na, &c. Con la fórmula de análisis se descubren con ligeros errores, todas estas sus- tancias. Las materias fijas no se destruyen por el fuego; el ácido margárico no es so- luble en el agua destilada, y el azúcar y la manita se descubren por el sabor dulce del residuo que queda por la evaporación, después de separar por filtración el pre- cipitado que forma el amoniaco. También se puede descubrir el azúcar, haciendo fermentar la masa. El carbonato de sosa indica la cantidad de quinina que contiene la sal. Está aconsejado por Christison el siguiente método: 21) p. de agua hirviendo, acidulada con ácido sulfúrico, disuelven del todo el sulfato de quinina, sin que flo- ten en su superficie glóbulos aceitosos si no contiene grasas; si no contiene almidón no debe teñirse de azul después de fria, por la tintura de iodo; no debe precipitar con el ácido oxálico si no contiene cal; y el líquido que resulta de tratarla por una disolución de barita, hasta que se forme un precipitado que se compone de quinina y sulfato de barita, no debe tener sabor dulce, si no contiene azúcar ni manita. La cafeína es dificil de descubrir, pero es un producto demasiado caro para que se em- plee en esta falsificación; lo mismo decimos del ácido benzoico. El sulfato de cinco- nina se mezcla frecuentemente con el de quinina, y sin embargo es difícil de descu- brir; se puede disolver la sal eu 40 p. de agua hirviendo, la cual al enfriarse, depo- sitará mucha parte de sulfato de quinina y retendrá mucho sulfato de cinconina; concentrando los liquidos, el último cristalizará en prismas romboidales cortos ó en láminas redondeadas, formas que tío presenta el sulfato de quinina. También se puede hacer el análisis del modo siguiente: se disuelve el sulfato de quinina en agua acidulada con el ácido sulfúrico, se satura con el amoniaco el esceso de ácido y se mezcla con la disolución concentrada y neutralizada, una disolución saturada de fos- fato de sosa; se forma fosfato de cinconina muy soluble y fosfato de quinina poco soluble; filtrando el líquido, la sal de quinina queda en el filtro, y la de cinconina pasa en disolución y se la puede estraer. También se pueden separar los dos sulfatos, descomponiendo su mezcla por el amoniaco en esceso, tratando el precipitado por el alcohol hirviendo que disuelve los dos alcaloides, y evaporando el líquido hasta los §; la quinina se precipita en forma de resina y la cinconina cristaliza pronto en pequeñas agujas radiadas. Puede usar- se en vez del alcohol, el éter caliente que se apodera de la quiuina y casi no ataca á la cincouina. —141— Los dos métodos que siguen, pueden considerarse como mas prácticos: El 1. ?■ de Henry, se funda en la diferencia de solubilidad de los acetatos de quinina y de, cinconina, y el modo de operar es el siguiente: se trituran en 60 gr. de agua mez- clada con unas gotas de ácido acético, 10 gr. del sulfato de quinina y 4 de acetato de barita; la mezcla se convierte en una masa espesa, sedosa, voluminosa y mezcla- da con agujas; se recoge en una tela fina se la esprime rápidamente; se filtra el lí- quido, se le añade un esceso de ácido sulfúrico; se le filtra de nuevo, y se estiend». en el duplo de su volumen de alcohol á 35°, se le añade después un esceso pronun- ciado de amoniaco y se hierve un momento; se le deja enfriar, se recoge el depósito cristalino sobre un filtro pesado de antemano y después de seco se pesa; este pro- ducto es la cinconina. El líquido alcohólico produce por la evaporación el acetato de quinina. Este análisis puede ejecutarse en 20 minutos. Se puede admitir 2 por 100 de sulfato de cinconina en el sulfato de quinina; una cantidad superior á esta, es ya fraudulenta. En el comercio se usa el método de Liebig, que es el siguiente: se tritura un gr. de sulfato de quinina con 60 de amoniaco puro; se introducen en un irasco y se mez- clan con el líquido lechoso que resulta, 60 gr. de éter; después de bien tapado el frasco, se agita mucho el líquido y se le deja reposar. La quinina se disuelve en el éter, pero la cinconina queda casi toda sin disolver, en copos blancos cristalinos, que nadan entre las dos capas de amoniaco y éter. Se juzga por la simple vista del pe- so, comparando con una mezcla graduada de y1^ por ejemplo. La salicina comunica al sulfato de quinina la propiedad de teñirse de color de sangre con el ácido sulfúrico concentrado. SULFATO DE SOSA. El sulfato de sosa (sal de Glaubero, sal admirable ó catártica de Glaubero, so- sa sulfatada ó vitriolada) se eflorece por el contacto del aire, es soluble en el agua, insoluble en el alcohol y no obra sobre el papel reactivo; su disolución dilatada, se altera muy poco con el acetato de plata, pero precipita abundantemente con el de barita, y el precipitado es insoluble en el ácido azotico. Espuesto el sulfato de sosa á lu acción del calor, pierde 35 por 100 de agua. SULFATO DE ZINC. El sulfato de zinc (sulfato zíncico, vitriolo blanco, caparrosa blanca.) Su disolu- ción en 60 p. de agua hirviendo, mezclada con ácido azotico y tratada por el amo- niaco hasta que se disuelva el precipitado, queda incolora; si produce un precipitado amarillento, contiene hierro, y cobre si tiñe de azul. SULFHIDRATO DE SOSA. El sulfhidrato de sosa (sulfuro de sodio cristalizado, sulfuro sulfurado de so- dio, hidrosulfato de sosa, bisulfhidrato de sosa.) Se ha llegado á vender en el co- tuercio con este nombre, carbonato de sosa regado con una disolución de verdadero —142— sulfhidratode sosa: tratada esta mezcla por el acetato ó nitrato ácido de plomo, pro duce un precipitado insignificante de sulfuro de plomo. SULFURO DE ANTIMONIO. El sulfuro de antimonio (sulfuro antimónico, protosulfuro de antimonio, antimo- nio crudo 6 sulfurado) es enteramente soluble en caliente en el ácido muriático; su disolución precipita en blanco con el agua y deja un líquido que después de filtra- do, produce un precipitado pardo con el ácido sulfhídrico ó con un sulfuro. Pocas veces se falsifica, pero puede contener naturalmente impurezas. Con la fórmula de análisis no se descubren el hierro y el arsénico que suele contener. El hierro dá color rojizo á la disolución clorhídrica, si está compuesta con ácido puro, y el líquido, que conserva este color después de precipitar con el agua, precipita en azul con el prusiato de potasa ferruginoso. El arsénico, que existe en todos los súl- furos de antimonio naturales, escepto en los de las minas de Allier, se descubre por el mismo método que en el antimonio metálico. Hasta ahora se ha usado el amo- niaco para separar el sulfuro arsénico del sulfuro de antimonio, pero es un medio defectuoso, por que no solo se apodera del primero, sino que también puede apode- rarse hasta 60 por 100 del segundo. (Garot.) SULFURO DE ANTIMONIO HIDRATADO. El sulfuro de antimonio hidratado (óxido de antimonio pardo, azufre de anti- monio tartarizado, oxisúlfuro de antimonio hidratado, sulfuro de antimonio precipi- tado ó pardo, sulf hidrato de antimonio, hidrosulfato 6 subhidrosulfato de antimonio, kermes mineral, polvos de los Cartujos) tratado por 6 ó 7 veces su peso de una diso- lución hirviendo de potasa cáustica, solo deja un pequeño residuo blancuzco de óxi- do de antimonio, del todo soluble en el ácido clorhídrico. En todo lo demás, se le aplica la misma fórmula de análisis del sulfuro de antimonio común. El kermes puede falsificarse con óxido rojo de hierro, ladrillo molido, ocre, a- zufre dorado de antimonio y materias orgánicas. El hierro se descubre por el mismo método que en el sulfuro natural. El polvo de ladrillo, el ocre, el azufié y los polvos rojos vegetales, quedarán insolubles en el ácido clorhídrico. En cuanto al azufre do- rado, teñirá de color de naranja la esencia de trementina, la cual depositará por el enfriamiento muchos cristales de azufre, al paso que el kermes puro solo abandona unos átomos de esta sustancia. SULFURO DE ANTIMONIO SULFURADO. El sulfuro de antimonio sulfurado {deuto sulfuro de antimonio, óxido de ante /nonio hidrosulfurado naranjado, oxisúlfuro de antimonio sulfurado hidratado, sub- hidrosulfato sulfurado de antimonio, azufre dorado de antimonio) se disuelve en ca 3iente en 12 veces su peso de ácido clorhídrico, quedando solo una pequeña oanti dad de azufre; su disolución es incolora. —143— SULFURO DE HIERRO. El sulfuro de hierro {proto sulfuro de hierro hidratado) se disuelve en gran can- tidad de ácido sulfúrico diluido, desprendiendo ácido sulfhídrico. SULFURO NEGRO DE MERCURIO. El sulfuro neoro de mercurio (etiope mineral, polvos hipnóticos de Jacobi) se volatiliza por el calor, sin dejar residuo de carbón ni de fosfato calizo. Con esta fór- mula de análisis se descubre el carbón animal que suele mezclarse con esta sustan- cia. Reduciendo el residuo á cenizas, queda un polvo blanco de fosfato calizo. SULFURO ROJO DE MERCURIO. El sulfuro rojo de mercurio {deutosútfuro de mercurio, cinabrio, bermellón) se volatiliza del todo por el calor, sin producir glóbulos mercuriales. Calentado con po- tasa ó cal, dá mercurio metálico; se disuelve en el agua regia, pero no en los ácidos azotico y clorhídrico separadamente; no tiñe el alcohol hirviendo, y el ácido acético digerido sobre él, no precipita en amarillo con el ioduro de potasio. Se mezcla esta sustancia con óxido rojo de hierro, minio, polvo de ladrillo, y rejalgar. Los tres primeros no se volatilizan por el calor, y el minio forma glóbulos de mercurio. El rejalgar, que se mezcla en el pais de donde proviene el cinabrio, se descubre hirviendo este en una disolución de potasa; filtrándola, saturando el líqui do con el ácido muriático y esponiéndolo á una corriente de hidrógeno sulfurado. que produce en él un precipitado de sulfuro amarillo de arsénico. TAMARINDO. La pulpa del Tamarindus indica, árbol de la familia de las leguminosas, se des cubre que contiene cobre, con solo introducir en su masa una hoja de hierro muy limpia, ó bien reduciéndola á cenizas, tratando estas por el ácido azotico, y esta di- solución por un esceso de amoniaco, que la tiñe de un hermoso color azul. En algunos países hacen hervir ligeramente la pulpa en calderas de cobre pa- ra evitar el que se ennegrezca; esto esplica la presencia del cobre que se observa al guna vez en dicha sustancia. TAPIOCA. La tapioca es la fécula de la raiz de la yuca (Iatropha manihot) de la familia de las euforbiáceas. Se falsifica con grumos- de fécula; se descubre el fraude en la opacidad mas pronunciada que tiene esta última, y en que tratado en frió por el a- gua y filtrado en muchas porciones, resulta un líquido que no se tiñe de azul coa el iodo, al paso que con el otro sucede lo contrario. —144— TARTRATO ACIDO DE POTASA. El tartuato ácido de potasa {bibartrato de potasa, sobrctartrato de potasa, cré- mor de tártaro) se disuelve enteramente en 40 p. de agua hirviendo; disueltos 2 gr. de esta sustancia se neutralizan con 1, 5 de carbonato de sosa cristalizado, y si se precipitan después por 3, 7 de nitrato de plomo, puede precipitarse de nuevo el lí- quido añadiendo reactivo. Espuesto al calor rojo, se convierte en carbonato de potasa. En esta fórmula de análisis, se hallan previstas todas las falsificaciones del ere mor tártaro. TARTRATO NEUTRO DE POTASA. El tartrato neutro de potasa {tártaro soluble, tártaro tartarizado, sal vegetal) se disuelve fácilmente en 4 p. de agua hirviendo; la disolución es neutra, y da un precipitado cristalino con el ácido clorhídrico; 2, 75 gr. de nitrato de plomo no pre- cipitan enteramente una disolución de 2, 2 gramos de esta sustancia. El precipitado que produce el cloruro de bario, es soluble en el ácido azotico dilatado. TARTRATO DE POTASA Y SOSA. El tartrato de potasa y sosa {sal de Seignette, sal policresta soluble, sal de la Rochela, sosa tartarizada) se disuelve del todo en 5 p. de agua hirviendo; esta diso- lución forma con el ácido clorhídrico un precipitado cristalino de bibartrato de po- tasa; 1, 85 gramos de disolución no precipitan del todo por 2, 15 de nitrato de plo- mo. Esta disolución dilatada no se altera con el cloruro de bario ni con el nitrato de plata. TARTRATO DE POTASA Y DE ANTIMONIO. El tartrato de potasa y de antimonio (tartrato antimónico-potásico, tártaro emé- tico, tártaro estibiado) es enteramente soluble; su disolución produce un precipitado pardo con el ácido sulfhídrico y no se altera con el cloruro de bario, ni con el nitra- to de plata. El precipitado que forma el ácido nítrico es soluble en un esceso de reactivo. Las principales falsificaciones del emético se practican con crémor tártaro, óxi- do de hierro, cal, sílice, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, sulfatos y muriatos, sus- tancias que provienen de mala preparación y de mezcla fraudulenta. Con el cloruro de bario se descubren el ácido sulfúrico y los cloruros; el crémor se descubre por su insolubilidad, y el hierro por el color amarillo que comunica al líquido: también se puede descubrir este último con el ferrocianato de potasa, precedido por el ácido a- cético. (Solo por la acción del tartrato sobre el hierro del ferrocianato, puede formar- se lentamente un precipitado azul.) Con el uso del acetato de plomo ácido, se pue- den descubrir cantidades pequeñísimas de bitartrato de potasa. —145— TARTRATO DE HIERRO Y POTASA. El tartrato de hierro y potasa {tartrato férrico-potásico, tártaro calibeado ó mar- cial) es soluble en el agua fria: tiene sabor á hierro poco pronunciado; su disolución no se altera con el agua de potasa ú otros álcalis, ni con los ácidos, ni con el ferro- cianato de potasa. UNGÜENTO MERCURIAL DOBLE. El ungüento mercurial doble {pomada mercurial, ungüento napolitano) se falsi- fica con pizarra ó plombagina machacadas; se descubre esta falsificación, tratando el ungüento por el éter sulfúrico hirviendo, que se apodera de la enjundia y no di- suelve las materias minerales; se calienta el residuo hasta volatilizar del todo el mer- curio, y el peso de este residuo indicará la importancia del fraude. También se pue- de recurrir al peso específico del ungüento; pesa este, cuando no contiene aire inter- puesto, 1, 68 y debe sumergirse fácilmente en una mezcla de 68 partes de ácido sul- fúrico de 66° y de 32 p. de agua, cuyo peso específico es de 1, 549 (51 en el pesa- ácidos.) {Guibourt.) Se concibe que si está coloreado el ungüento con pizarra ó plombagina, no resultará bien la esperiencia. Para analizar el ungüento mercurial simple, basta el agua pura; si contiene la can- tidad prescrita de mercurio, se sumergirá en ella, y no se sumerge si no la contiene. UREA. Cuando está pura exhala vapores amoniacales y se destruye enteramente por el fuego; calentada con potasa cáustica, se descompone desprendiendo amoniaco; no dá color á una disolución de sulfato ferroso en ácido sulfúrico concentrado. {Alorch.) Con esta fórmula se descubren los nitratos de potasa y de amoniaco, con los cuales suele mezclarse hasta en cantidad de 75 por 100 y aun sustituirse del todo. Si en el último esperimento indicado, se produce un color de rosa ó de violeta, indica de seguro la presencia de un nitrato cualquiera, entre las partículas del cuer- po que se examina. VALERIANATO DE ZINC. Se sustituye algunas veces con butirato de zinc, al cual se le dá olor con esen- cia de valeriana. Para descubrir este fraude, se toman 3 ó 4 partes del producto sos- pechoso y se las introduce en una retorta con recipiente; se les agrega por el tubo 3 ó 4 veces el peso de la sal, de ácido sulfúrico dilatado en partes iguales de agua; se agita la mezcla y se calienta suavemente; al momento pasa la sal al recipiente, y en- tonces es ya inútil continuar la destilación. El líquido que se obtiene forma al mo- mento un precipitado blanco azulado con una disolución de acetato de cobre, si con- tiene ácido butírico, y no lo produce si es ácido valeriánico puro. {Loroque y Hurant.) 19 —146— VERATRÍNA. Acidificadas con el ácido tártrico las disoluciones délas sales de veratrina, pre- cipitan con el bicarbonato de soda. {Opermann.) VINAGRE. (V. la primera parte, pág. 40.) VINOS. (Y. la primera parte, pág. 44.) ZINC. El zinc {marquesita de oro) se disuelve en el ácido sulfúrico diluido, dejando1 un pequeño depósito; esta disolución debe presentar los caracteres del sulfato de zinc puro. ZUMO DE LIMÓN. El zumo de limón se adultera con una disolución de ácido tártrico coloreada: con caramelo; se descubre esta con el acetato de potasa, que produce en ella tín pre- cipitado cristalino de bitartrato potásico. El zumo de limón artificial se prepara con ácido cítrico 34 partes, agua 384, y unas gotas de esencia de limón. ZUMOS DE YERBAS. Los que se preparan con estractos son casi siempre idénticos en color y sabor; pueden conservarse mucho tiempo sin alteración; no los altera el calor, el subearbo- nato potásico, el agua de cal, ni los ácidos acético, sulfúrico y nítrico; evaporados hasta la sequedad, exhalan, carbonizándose, olor de azúcar quemada. Los jugos de yerbas que se preparan con las plantas varían mucho en color y sabor, lo cual depende de las circunstancias atmosféricas; no se conservan mas que 24 horas; al cabo de este tiempo se descoloran, enturbian y exhalan olor fétido; ca- lentados á baja temperatura, esparcen el perfume de las plantas que los componen, y un olor herbáceo que caracteriza á todos los jugos de yerbas; elevando la tempe- ratura se descoloran en parte, y depositan por el enfriamiento, albúmina coloreada por el estracto; los jugos de yerbas se enturbian con los ácidos acético, sulfúrico y mu- riático, y si contienen acederas, forman con el agua de cal uu precipitado abundante. m DE LA SE (i I.1BA Y ULTIMA PARTE. IXDICE ALFABÉTICO IJE LAS MATERIAS CONTENIDAS EX ESTA OBRA. A. Págs. GJ Aceites fijos Aceite 40 — de almendras dulces 62 -- de almendras amargas 62 --• de avellanas 63 -- de bacalao 63 — de belladona 64 ~ de cicuta 64 — de crotón tiglio 64 — expreso de cacao 64 ~ expreso de nuez mos- cada 65 — de huevos 65 — de mácias 65 — de olivas 66 -- de palma 66 ~ de ricino 66 Aceites volátiles 67 Aceite volátil de cajeput 68 ~ volátil de canela 68 --• volátil de clavo 68 — volátil de rosa 68 — volátil de sasafrás 69 Acetato de amoniaco 69 — de cobre cristalizado 69 — de morfina 69 ~ de plomo cristalizado 70 — de plomo líquido 70 — de potasa 71 — de sosa 71 Ácido arsenioso 71 -- azotico 72 — benzoico 72 — bórico 72 — cianhídrico 73 ~ cítrico 73 — clorhídrico 74 -- fosfórico 75 — oxálico 75 — succínico 75 — sulfúrico 76 — tánico 77 -- tártrico 77 — valeriánico 77 Aconitina 77 Agallas 78 Agárico de roble 78 Agua 19 Aguas destilarlas 78 Agua destilada 78 -- destilada de flor de na- rail jo 79 — destilada de lauro 79 — destilada de rosas 79 Aguardiente 48 Agraz 50 Ajenjo de Suiza 47 Alcanfor 80 Alcohol 80 Algalia 81 Almáciga 81 Almejas 30 Almidón 82 Almizcle 82 Aloe 83 Ámbar gris 83 Amoniaco líquido 83 Anicete de Burdeos 47 Antimonio 84 Antimonio de potasa 84 Arrow-Root 85 Asafétida 85 Atún 27 Aves 28 Azafrán 55 v 85 Azotato de bismuto * 86 — de plata fundido 86 — de potasa 87 Azufre 87 B. Bacalao 21 Bálsamo de copaiba 87 — de la Meca 88 — negro del Perú 88 - de Tolú 88 — tranquilo 89 Bebidas heladas 50 Benjuí 89 Bicarbonato de potasa 89 — de sosa 89 Bicloruro de mercurio 90 Bismuto 90 Borato de sosa 90 Bromo 90 Bromurio de potasio 90 Butifarras 27 c. Café — achicoriado Calamares Calamaretes Calomelanos — al vapor Camarón Canela Cangrejo de rio -- criollo Cantáridas Caracoles Carbón animal Carbonato de amoniaco — de barita — de magnesia — de plomo — de sosa Carmín Carnes — de afuera Castóreo Catecú Cebollas Centeno atizonarlo Cera Cerato Cerveza — para fincas — de Spruoe Cianuro de hierro — de hierro y potasio — de mercurio — de plata Cicuta Citrato de magnesia Clavo de especia Clorato de potasa Clorhidrato de morfina Cloroformo Cloruro de amoniaco — de bario — de calcio -- de hierro amoniacal ~ de mercurio precipi- tado — de mercurio y amonio ~ de oro Cloruro de sodio 102 Cochinilla 102 Codeina 102 Cognac 47 Conservación de las sus- tancias alimenticias 52 — de cadáveres 58 Corteza de angostura 103 — de raiz de granado 103 — de Winter 104 Curazao 47 Crema de noyó 48 Creosota 104 Cromato de plomo 105 — amarillo de potasa 105 Crustáceos 29 Cherrv-Cordial 47 Chocolate 39 y 105 Chorizos 22 D. Dauco de Creta Defecación de vinos Digital E. Embuchados Emplasto de mercurio Enjundia Escamonea Esperma de ballena Estaño Estoraque Estractos Estricnina Éter acético — nítrico — sulfúrico F. Féculas del comercio Fécula de elaterio Floricina Fosfato de cal — de sosa Gallinas Gayuba Ginebra de Alemania — de Holanda Goma arábiga — tragacanto Guayaco Guisados Guisantes para cauterios Guta Gamba 105 51 106 22 106 106 106 107 107 108 108 108 108 109 109 109 109 109 110 110 28 110 48 48 110 111 111 25 111 111 H. Harina de lino — de mostaza Hongos Huevos 1. Ictiocola índigo lodo Ioduro de hierro — de mercurio | bi] — de mercurio [proto] — de plomo — de potasio J. Jabón Jamón Jaiba Jarabe de adormideras — de altea — de consuelda — de goma — de grosellas — de hipecacuana — de limón — de quina — de ruibarbo — de violetas — de zarzaparrilla Jarabes varios K. 112 112 34 112 112 113 113 114 114 114 114 116 21 29 116 116 116 116 116 117 117 117 117 117 117 117 118 47 118 29 31 118 119 119 119 119 Mirra Moluscos Morcillas Morfina O. Kino Kirschenwaser L. Lactato de hierro Langosta Lapas Láudano de Rousseau — de Sydenhan Leche ' 13 y Licopodio Limaduras de hierro Longanizas 22 M. Magnesia calcinada 120 Maná 120 Manteca 32 Mantequilla 32 Marrasquino de Mallorca 47 — de ¿ara 47 Melito de rosas 121 Mercurio 121 Miel de abejas 122 Ojos de cangrejos Opio Orchata Oro Ostiones Ostras Oxalato acídulo de potasa Oxido de antimonio — de calcio — de hierro hidratado « negro de hierro — rojo de hierro — de manganeso — rojo de mercurio — rojo de plomo — de plomo semivitrifi- cado — de zinc P. Palo nefrítico Palomas Pan Papas ó patatas Pasteles Pastillas de hipecacuana Pescado Pescado siguato Pez de Borgoña Pimentón Pimienta — de Jamayca Plata Plomo Pollos Potasa cáustica — cáustica líquida Pulpos Q. Queso Quásia Quina Quinina — bruta R. Raiz de altea — de cinoglosa — de colombo — de genciana — de jalapa — de ruibarbo 122 30 25 123 123 123 50 124 30 30 125 125 125 125 126 126 126 126 126 127 127 127 28 !) 21 25 127 28 28 127 36 128 12.S 128 129 28 129 129 31 32 129 130 131 131 132 132 133 133 133 134 Raiz de serpentaria 134 — de turbit 135 Rasuras de asta de ciervo 135 Refrescos 50 Regaliz 135 Rellenos 22 Resina de guayaco 136 — de jalapa 136 S. Salchichas 22 Salchichones 22 Sangre de drago 136 Santonina 137 Semen-contra 137 Sen 138 Setas 34 Siguas 31 Suero 138 Sulfato de alúmina y de po- tasa 138 — de cadmio 138 — de cobre 138 — de hierro 139 Sulfato de magnesia — de potasa — de quinina — de sosa — de zinc Sulfhidrato de sosa Sulfuro de antimonio — de antimonio hidra- tado — de antimonio sulfuj rado — de hierro — negro de mercurio — rojo de mercurio T. Tamarindo Tapioca Tasajo Tartrato ácido de potasa — neutro de potasa -^ de hierro y potasa — de potasa y de anti- monio 139 Tartrato de potasa y sosa Uí 139 Té 37 140 U. 141 141 Ungüento mercurial doble 145 141 Urea 145 142 V. 142 Valerianato de zinc 145 Veratrina 146 142 Vinagre 40 143 Vino de Barsac 47 143 — de Champaña 47 143 — de lágrimas 47 — de Madera 47 — de malvasía 47 143 — de moscatel 47 143 — del Rhin 47 21 — tinto 44 144 144 Z. 145 Zinc 146 Zumo de limón 146 144 — de yerbas 146 SWyt LISTA 1 LOS SElffi ffiE! A ESTA OBRA. Sr. D. Ramón Conti, brigadier de infantería, gobernador de Matanzas &c. Sr. I). Manuel de Sequeira y Caro, asesor militar y de Real Hacienda. Sr. D. Tomas Barges, intendente honorario de Provincia y administrador principal de Ren- tas Reales. Sr. D. Juan Yalenzuela, ministro honorario de Real Hacienda, condecorado con varias cru- ces de distinción, oficial honorario del archivo de la secretaría de estado y del Despacho de Hacienda, intendente honorario de Provincia y contador. Sr. D. Manuel Saenz de Manjarrés, tesorero. D. Gaspar de Vallenilla, oficial mayor. D. Francisco de Paula Lancis. D. Juan Bautista de Lima. D. Rafael Lausirica. ü. Manuel Delgado. D. Mariano Elcid. D. Manuel de Mediavilla y Llergo. D. Pedro Antonio Alfonso, revisor de costas. D. Francisco Balbona. D. Camilo Acosta y Milian. D. Manuel Padrón, destinado á la subdelegaron y pagador de obras de fortificación. Ü. Agustín Tato, oficial cajero. D. Nicolás de Cárdenas y Rodríguez, intérprete de Real Hacienda, D. Andrés Cabanillas, colector del derecho único y fijo. ü. Eugenio Cortinas, interventor de Reales Almacenes. D. Roque Jacinto García, primer vista. D. José María de la Terga, segundo vista con funciones de guardalmacén. Sr. D. Francisco Muñoz y Vela, caballero de la Real y militar orden de San Fernando y co- mandante de carabineros. Sr. D. Francisco Ramos Izquierdo, capitán de fragata y de Pnerío. Sr. D. Antonio Maria Robiou, teniente de navio y Ayudante militar de Marina. 8255 D. José Serrate, teniente de navio. Ido. D. Bernardo M. ¡Navarro, asesor de marina. Sr. D. Miguel J. de Barbería, comisario ordenador honorario de marina. Sr. D. Juan Menendez Arango, caballero de la Real y distinguida orden española de Curios III, secretario honorario de S. M. y alcalde mayor primero. Sr. ü. Luis de la Pezuela, alcalde mayor segundo. Ldo. D. José Manuel de Jimeno, alcalde de primera elección. D. Gerónimo Rossique, oficial primero honorario del ministerio de marina y alcalde de se- gunda elección. Sr. D. Agustín de Ibarra, caballero de la Real orden americana de Isabel la Católica, coro- nel graduado y regidor alférez real. Sr. D. Ángel Bruzon, caballero de la Real orden americana de Isabel la Católica, alférez de fragata graduado y regidor fiel ejecutor. Sr. D. Blas de la Cruz y Diaz, caballero de la Real y distinguida orden española de Carlos III, auditor de guerra honorario y regidor padre general de menores. D. Pedro Domínguez, regidor del M. I. A. D. Felipe Domínguez y Estorino, regidor del M. I. A. D. Francisco Cassá, regidor del M. I. A. Sr. D. Cosme de la Tórnente, caballero de la Real orden americana de Isabel la Católica y regidor del M. I. A. Ldo. D. Diego A. de Fuentes, caballero síndico procurador general. D. Sebastian F. de Osorio, mayordomo de propios. Sr. D. Jacinto María Martínez, cura párroco vicario juez eclesiástico. Presbítero D. Manuel Avila, capellán del Hospital Militar. Sr. Dr. D. Manuel Francisco García, caballero de la Real orden americana de Isabel la Ca- tólica, y Dignidad de maestre-escuela de la Santa Iglesia Catedral de la Habana. Sr. D. Toribio del Villar y Tatis, condecorado con la cruz de distinción por el sitio de Car- tagena de Indias, administrador principal de correos. D. José Corral, interventor de correos interino. D. Manuel Lizano. D. Bonifacio Alemán. Dr. D. Tomas Pintado, primer médico-cirujano del Hospital Militar, primer vacunador de esta ciudad y subdelegado de medicina y cirugía. Dr. D. Agustín Rossell, médico de la visita del puerto y secretario de la junta subalterna de Sanidad. Dr. D. José María Carbonell, segundo ayudante del cuerpo de sanidad militar, condecorado con la cruz de epidemias, médico-cirujano del destacamento de artillería y del castillo de San Severino. Dr. D. Bonifacio Carbonell, médico-cirujano del cuerpo de honrados obreros y bomberos. Dr. D. Manuel Aguabella, segundo ayudante del cuerpo de sanidad militar y médico-ciruja- no del regimiento de dragones Milicias de Matanzas. Dr. D. Antonio Ulmo. Ldo. D. Juan Luis Gómez, tercer médico-cirujano del Hospital Militar. Ldo. D. Pablo Verdugo. Ldo. D. Benito Manresa de Álamo. Ldo. D. José Guix y Costa. Ldo. D. Guillermo Pintado y García. Ldo. D. Juan Francisco Lonbet. Ldo. D. Agustín Gallardo. Sr. Dr. D. Ambrosio C. Sauto, comendador de la Real orden americana de Isabel la Católica, boticario honorario de S. M. inspector de medicinas del Hospital Militar y subdelegado de farmacia. Dr. D. Bartolomé Cazañas. Ldo. D. Francisco Artis. Ldo. D. Federico Ilellbcrg. Ldo. D. Bernardo Russinyol. Ldo. D. Luciano Domínguez. Ldo. D. Ezequiel de la Calle. Ldo. D. José María Vargas. Ldo. D. Juan Vila. Ldo. D. Manuel Larralde. Ldo. D. Estévan Diaz Prieto. Sr. D. Antonio García Oña, brigadier de infantería. Sr. D. Antonio Soler y Asprez, coronel de infantería, primer comandante del Regimiento de Barcelona. Sr. D. Luis de Yillalonga, mayor comandante del Regimiento de Barcelona. D Federico Esponda, teniente del Regimiento de Barcelona. Sr. D. Narciso Arascot, comendador de las Reales órdenes americana de Isabel la Católica y española de Carlos III, coronel de infantería y gobernador del castillo de San Scverino. Sr. D. Francisco Rojct y Pujol, caballero de la Real y distinguida orden española de Carlos III, comandante de milicias de caballería. D. Manuel de la Haza, capitán de milicias de caballería. D. Demetrio López, capitán de milicias de caballería. Sr. D. Antonio Solís, caballero de la Real orden americana de Isabel la Católica, capitán de milicias de caballería. D. Felipe Chapuzot, comandante del cuerpo de honrados obreros y bomberos. D. Manuel Iglesias, celador de Versalles. D. Tomas Badino y Pérez, mayordomo del Hospital Militar. D. Joaquín Soret, músico mayor del regimiento de Barcelona. Sr. D. Juan Vinagcras, caballero de la Real y distinguida orden española de Cáelos III. oidor honorario &c. Dr. D. Santiago de la Huerta. Ldo. D. José Miguel Ángulo y Heredia. Ldo. D. Félix Govin. Ldo. D. Benito José Riera. Ldo. D. Luis Gonzalo de Acosta. Ldo. D. José Francisco de Lamadrid. Ldo. D. Antonio Guiteras. Sr. D. Luis López Villavicencio, caballero de la Real orden americana de Isabel la Católica. secretario honorario de S. M., escribano de marina. D. Clemente de Mihoura, escribano de guerra. D. José Reino y Mella, escribano de Gobierno interino. D. Juan Felipe Sarria, procurador público. D. E. Vergne, caballero de la legión de honor, vice-cónsul de Francia. D. Fernando Teodoro Luling, cónsul de Bremen. D. Ramón Morejon, agente comercial de Bélgica. D. Juan Bosch, prior del Real tribunal de comercio. D. Francisco Puig, secretario de la Junta subalterna de Fomento. 17. Luis Rodriguez, empleado del Real tribunal de comercio. D. Manuel Suarez, empleado del Real tribunal de comercio. D. Inocente de Lámar, corredor de número. D. Francisco Sibilla, corredor de número, D. Isidro González, corredor de número. D. Francisco Hurtado de Mendoza, corredor de número. D. Fidel Carol, corredor de número. D. Juan N. Mencndez, agente general de negocios. D. Salvador Condaminas, profesor de educación. D. Manuel Flores, profesor de educación. D. Martin Muro, profesor de educación. D. José B. Lagullon, profesor de educación. Ldo. D. Miguel Gordillo. Bachiller D. José Torres. Bichiller D. Pió Campuzano. Sra. Da. Francisca Zapata. — Da. Fabiana Márquez de nemandez. — Da. Nicolasa González. — Da. Josefa Fuentes. Sta. Da. Rosa Vidal y Olivé. D. Miguel Antonio Vila. -• Ramón Regnier. -- Antonio Roque de Escobar. •- Mariano Balbona. -- Pedro Peyronnet. -- Eugenio Genouliach. -- Rafael Navarro. -- Pedro de la Calle. -- Antonio Delgado y Oliva. -- José Cabrera. -- Juan Cabarrocas. -- Cirilo Sagarmínaga. ■- Domingo Silveira. -- Ramón Rodés. -- José Martínez Viademonte. -- Domingo Hernández Valladares. -- Pedro Tito. -- Pedro Beltranena. -- Marcos Labonrdette. -- Pedro Numa Boissier. -- Juan Lorenzana. -- Eduardo Rouvier. -- Vicente de Junco y Morejon. ■- Francisco de Vega. ■- Ramón Ochoa. -- Felipe Boulit. -- Miguel Escalada. -- Félix Soiuni. -- Bonifacio Domínguez. José Gregorio Riescli. Juan José Diaz. José Lucas Diaz. Eduardo Strachan. José María Juni. Fernando Hidalgo y Barroso. Marcos Torres. Ciríaco Sosa. Cayetano García. Pedro Juan Capó. José Urbano de Arredondo. Juan Canessa. Cristóbal P. Madan. Agustín N. Madan. Lorenzo García. Santos Cantón. José Antonio Renart Tolosa. Eduardo Latting. José Batlle. Juan Francisco Balloqui, Manuel Presas. Francisco Carol. Nicolás Caballero. Pió Paez. José Molins. José de Verdugo. Rafael Navia y Arocha.. José Toledo. Antonio Conesa. Pedro Arocha. Juan Bofill. Juan B. Cacho. Manuel Perdomo. Jaime lírgellés. Pedro Casado. Adolfo Maragliano. José Hernández. Sebastian Perdomo. Rosendo Caloto. Gabriel Martí. José Almirall. Francisco Olano. Antonio Milá de la Roca. Rafael Antonini. Carlos Poujaud. Nicolás Garci-Aguirre. Joaquín Tremol. Manuel del Campo. Gaspar Yiñals. D. José Lena. ■- Bernardo Curbelo. - Ignacio María de Acosta. ■■ Pablo Rodon. - Joaquín Polledo. ■- Pedro Moreno. - José de Haz. - Ignacio García del Barrio, -- José Diaz. - Rafael Padró. - Juan G. Noriega. 2 ejemplares. ■- Antolin J. Betancourt y Dávalos. - José Ramón Campuzanb. ■- Juan Antonio González y Acosla. -- Manuel Cabada. -- Mauricio Santamaría. - Francisco Olivé. -- Juan García. -- Bartolomé Rivas. - Antonio P. Gamoncda. ■- Bernardo Zornoza. -- Manuel Ferrcr. ■- Ildefonso de Estrada y Zenea. •- Pclegrin Fialo. -- Miguel Molí. -- Felipe Dehoguez. ■- José Izquierdo. -- Ramón González. ■- Lorenzo Rafart. - Luis Jimeno. - Andrcs Vcrrier. - Eduardo Julián Sánchez. - José Magarolas. - Lorenzo Benavides. -- Liborio Jimenis. - Bonosio SentricL \ l ^•'■':; K&:~Jf'£Ñ7'%Vi ? n A' Z¿4$¿?%ffi"< :£$'*. 'mj^^^^^^^ ■>■-'V' ^ t^v/3í/^£ !-°^/y^L'AAl^^%^^.A>fA . ;t^;,?&E*,4&* iA¿Hirl* ■■■*..; fttTSWk; > ¡ ;-$;