M-.t*'».- *7^ " '^v-C 3? ■QfOQ'OQ'DQ'Ü'i___- uQrOQ(0Q<0Q'CQrÚÜrü Surgeon General's Office V0E* *m Q Sí ecúen, fcs* N< m?- i ■.tq<;g/; , 3 aooi joooooo^^- : ^ * k -\V' .ito: ií*i^>$? 'M >-^n m¿ VfcJi CSL % ^ ¿? ¿%^) i < < *> a.^ í 7T ^ - /■■■' t* / « FATOLOG-IA G-EWERAL, /■r. Vv DE PATOLOGÍA general, POR 81 ?6jl $). fy*¿ JILkÁa gíwüjolüj aj JLldUU, Catedrático Propietario de Fisiología, Patología General é Higiene Privada de la Real Universidad Literaria de la Habana &c. &c» Indocti discam et amen meminisse pariti. H-A-BA-ISTA.. IMPRENTA MILITAR.--MURALLA 82. 1860. G-G43L. \?<;o pí'Xvw aJc • SÍ-U3 -no ■ S & MIS ALUMNOS. ±/v> aaweuód aue de dianan o¿z ntied¿zad úccioned 6n fizaeva detafec¿o aue ted mezece. condaaza edéaó. \ CQ^oúffaft, QL &C43L. pí-owv /Oe i 5bU3 "no • S A MIS ALUMNOS, tx^ aaueuod aue de dianan oiz nuedézad tecctoned é>n fizueva del afecto aue ted wiezece; condaaia edéctd. <¡E|. Ga/KooúKaA, PK.0L030. Careciéndose de una obra elemental de Patologia General que fuese bastante para su estudio-, nos propu- simos redactarla según los principios establecidos con el doble objeto-, no solo de la uniformidad que debe haber en el plan metódico de la asignatura que desempeñamos-, sino también para evitar que cada uno de los alumnos-, estudiasen por autores diferentes,puesto que hasta ahora no hemos tenido ningún texto que fuese capaz de servir como Elementos-, haciéndolo cada cual por autores Clá- sicos demasiado estensos-, ó por otros mas comunes que no estaban al nivel de los adelantos de la cieficia-, pre- sentándose de una y otra manera-, dificultades que ven- cer pera llegar á ponerse al corriente de las lecciones que estudiadas bajo una Teoría-, eran esplicadas por otra mas conforme con los progresos de esta parte de la me- dicina. Las obras elementales-, son para el estudio del alumno-^ lo que son las Clásicas para el Profesor-, pues si bien las primeras les proporciona la adquisición de las ideas generales con las que se ha de iniciar en la cien- cia de su exclusivo objeto: con las segundas-, después-, pro- fundizará mas aquellas ideas para la perfección que ellas ecsigen^ debiendo ser consultadas siempre que quie- ra perfeccionar su juicio-, ya con respecto á las ideas ge- nerales-, ya á las particulares cuando merezcan ser apli- cadas á los casos necesarios de los estudios que abracéis. Estas lecciones elementales de Patologia General-, podrán satisfacer nuestras ecsigencias y las de aquellos que deseosos de estudiar con provecho esta-, quieran antes de perderse y confundirse en las intrincadas Teorías de los Autores Clásicos-, formar la base de su sólida ins- trucción en una obra elemental como la que presenta- mos-, cuyas lecciones-, contienen todo lo que se ha dicho PRÓLOGO. hasta nuestros dias relativo al estudio de Patología Ge- neral-, para lo cual-, hemos tenido á lo vista todos los au- tores que hablan profundamente de este asunto-, de don- de hemos tomado y escogido los materiales para la for- mación de estas lecciones, de modo que á ellos les perte- nece todas las ideas que contiene^ y á nosotros tan solo la coordinación y establecimiento para de éste modo po- der conseguir el objeto de nuestro iyiterés-, cual es la for- mación de unas lecciones elementales que en pocas pala- bras y en un corto volumen^ contuviesen todas las ideas necesarias para satisfacer las necesidades que ecsige el estudio de esta parte de la Medicina-, tanto mas necesa- ria-, cuanto que su estudio debe servir para poder pe- netrar en el Santuario de la Medicina-, y ser consagrados é inscritos en el altar señalado á los dignos Sacerdotes de Esculapio. Bajo este aspecto y consideraciones hemos creído de alguna utilidad la publicación de este corto trabajo-, el que ofrecemos á nuestros alumnos-, atrevién- donos afirmar que llenará del todo el objeto que nos pro- pusimos por contener cuanto ha podido ser apreciado y aplicado al estudio de nuestra asignatura; pero no crea- mos que estas lecciones por sí solas bastarán para for- mar Profesores de Patología General, ellas solo servi- rán para establecer la base de los conocimientos ulterio- res que deberán adquirir estudiando los Clásicos mas distinguidos de todos los ramos que ecsige el saber Mé- dico. Las Lecciones Elementales de Patología que les ofrezco-, no los hará Patólogos profundos-, pero los dis- pondrá á serlo con la constancia y aprovechamiento que tanto los distingue. Consideraciones sobre la Patología General. LECCIÓN I. Señores:—La Patología es aquella parte de la medicina que se ocupa del estudio de las enfermedades, se divide en in- terna que pertenece á la Clínica médica, en especial, en qui- rúrgica y en general, que se ocupa del estudio de las causas Signos y síntomas, así como del Diagnóstico y Prognóstico. La Patología general de nuestro interés, comprende en sí la Nosografía ó descripción de las enfermedades, la Nosología ó su Clasificación y la Sinonimia ó sus diversas nomenclaturas: de cuyas materias nos ocuparemos en todo el discurso de es- tos elementos. Para poder estudiar la Patología general, es necesario haber penetrado en el Santuario de la Fisiología, pues estos conocimientos abrirán un campo ameno al alum- no, en donde podrá escoger los frutos de lo que halla sem- brado con su asistencia y aplicación, tanto mas necesaria cuanto que aquellos y estos son las bases sobre las que ha de levantar el edificio médico, el que será mas ó menos fuerte, mas ó menos débil según el entusiasmo y constancia que haya te- nido en los períodos de su vida escolástica. Para estudiar bien esta parte importante de la medicina, es indispensable conocer la organización en su perfecto esta- do de integridad, para después poder apreciar las alteraciones orgánicas que nos presente la Anatomía Patológica, después de las enfermedades: cuando han terminado de un modo fu- nesto; de manera que el conocimiento de una enfermedad, des- cansa en el sitio ú asiento anatómico, como también en su¡ naturaleza. El modo que poseemos para reconocer las en- fermedades se llama arte del Diagnóstico, y el conocimiento que hayamos podido adquirir sobro esta materia, ya del sitio ó ya de su naturaleza se nombra Diagnóstico propiamente es- plicado; tanto mas interesante al médico cuanto que en él de- berán basarse con mayor seguridad los agentes medicinales que han de proporcionar sino la curación, á lo menos el alivio del padecimiento, á cuyo fin está consagrada la verdadera me- dicina. No hay en el conjunto de las ciencias médicas, proble- mas tan difíciles de resolver, ni que ecsijan tanta sagacidad como los que versan acerca del Diagnóstico y Prognóstico; sus elementos aunque considerados en estado de simplicidad, son tan fugaces, tan numerosos y engañosos que se escapan de mil maneras á nuestros raciocinios, por lo que nunca lleva- rán el sello de la convicción, ni menos la solución matemá- tica: sin embargo el médico puede llegar por medio del análisis á la verdad patológica, venciendo algunos obstáculos insupe- rables: estudiando ya el curso de las enfermedades, ya la Sintomatología, curso y terminación, ó ya la Semyótica; cu- yos actos intelectuales combinados y obtenidos por estos diversos medios, deduce consecuencias para formar un Diag- nóstico y Prognóstico, así como el mejor método curativo: Cuando este estudio se verifica de una manera abstracta sobre el común de todas las enfermedades, constituye la Patología general: y cuando lo hacemos sobre una enferme- dad en particular, la Especial. Definición de lo que sea enfermedad. El mejor modo como podemos definir lo que sea enfer- medad, será el de espUcar en que consiste la modificación orgá- nica que deba constituirla. Según los diferentes sistemas que han reinado en medicina, así cada una de ellas la ha definido á su modo, contrayéndose cada cual á los principios en que fundaron su teoría, principiando por Asclepiades el que dijo que la enfermedad era un estado contranatural producido por movimientos irregulares de los átomos y esfuerzos de la na- turaleza para espelerlos. Hipócrates, dijo, que la enfermedad era producida por el predominio de los humores. Galeno, la hizo consistir en la alteración de los humores, ya por Cantidad, ya por Calidad. Paracelso, en la combinación de un principio químico en los humores. Bocrhavc, la hizo depender de un obstáculo mecánico de los líquidos orgánicos en los sólidos. Van-IIelmont y Stholl, consideraron la enfermedad como un esfuerzo del Arqueo ú alma para restablecer el equilibrio entre sólidos y líquidos. Sydenham la definió, un esfuerzo de la naturaleza-para desembarazarse de algún principio morboso. Brown, la hizo depender del trastorno de la incitabili- dad. Silvio de Laboe, en una simple lesión de las funciones normales. Hoffman, dijo, la enfermedad es un esfuerzo contra la muerte. Reill, que era un acto de la organización que por una nueva operación, remplazaba sus operaciones ordinarias, per- turbadas por circunstancias insólitas.—Themison el estado de detención ó relajación de las fibras. Broussais, en la irregularidad de las funciones. Sauvages, Es una reacion del principio vital contra las causas que pueden perjudicarle. Cayol, Es una función destinada á rehacerse contra las causas que tienden á la destrucción del cuerpo. Dubois d' Amiens, la enfermedad es una lesión de la inervación capaz de producir lesiones orgánicas apreciables. Fernel, La enfermedad es producida por la alteración de la sangre de los humores y de los espíritus susceptibles de desenvolver alteraciones en los sólidos. Bejin, La enfermedad es una lección mas ó menos esten- sa, mas ó menos profunda de los órganos. Chomel, Es una alteración notable en las disposiciones materiales de los sólidos y liquidos que trastorna el ejercicio de una ó muchas funciones. Andral, Es una alteración de las partes constitutivas de la economía y de los actos que deben llenar. Hardy y Behier, Es la enfermedad una modificación bien anatómica, fisiológica ó química que sucede á la organización accidentalmente fuera de toda acción orgánica regular. Bouchud, La enfermedad es un desorden de las fuerzas y de las partes constituyentes del cuerpo, necesarias al ejer- cicio de las funciones. Entre todas estas definiciones que se han dado acerca de la enfermedad, las mas habrán llenado el objeto de sus au- tores pero tenemos tantas dificultades para poder definirla, como — s — la tuvimos para definir la vida, puesto que no podemos cono- cer sino por los fenómenos que se desenvuelven, y no por su esencia,aquellos estados conocidos con los nombres colecti- vos de vida, salud, enfermedad, pues las definiciones dadas y las que puedan inventarse con este fin no llegarán á compren- der los objetos definidos con aquella sencillez, claridad y pre- cisión que requiere toda definición considerada lógicamente: de aquí es que la que podemos dar se resentirá del mismo modo de aquellos defectos: sin embargo nos creemos autori- zados para definirla en estos elementos. Por enfermedad deberemos comprender la reacción de uno ó muchos aparatos orgánicos en fuerza de la demasia- da estimulación, provocada por los modificadores de la vida, capaces de perturbar no solo el ejercicio de las funciones de los sólidos y líquidos, sino también de alterar su estructura. Esta definición parece abrazar el objeto definido,pues la falta de estimulación orgánica, así como su demasiada estimula- ción puede dar lugar á enfermedades, por diminución de vida, ó por aumento: cuya perturbación en el ejercicio de las fun- ciones desenvuelven los síntomas con que se dan á conocer ya bajo el aspecto agudo, ya del crónico con degeneración de los tegidos. De la Etiología su Definición y Divi- sión. LECCIÓN II. Señores:—La Etiología es aquella parte de la Patología general que se ocupa del estudio de las causas de las enferme- dades. Causa de enfermedades será todo aquello que pueda producirla. Se dividen en predisponentes generales que obran á la vez sobre muchos individuos, y en predisponentes indivi- duales que obran tan solamente en uno, ó en muchos cuando se encuentran bajo las mismas circunstancias particulares, las que podremos referir á los Predisponentes, Ocasionales y Es- peciales. Causas predisponentes generales.—Enumeraremos la influencia atmosférica en sus cualidades físicas y químicas.— Las Estaciones los Climas, y las Localidades.—Causas predis- ponentes individuales.—La edad Secso.—Temperamento.— Idiosincracia.—Costu mbros.—Profesiones.—Alimentos.—Ves- tidos.—Disposiciones orgánicas. Causas especiales ó específicas.—Son aquellas que pre- sentan síntomas análogos en todos sus períodos,—como los venenos animales vegetales y químicos introducidos en la eco- nomía.—Los virus.—Los Efluvios pantanosos y miasmas.— Infección.—Contagio y la Constitución médica. Estas causas se han dividido también respecto á su modo de manifestarse. En enfermedades endémicas ó propias de un pais.—En Esporádicas que son comunes á todos los países.— En Epidémicas cuando atacan á un gran número de individuos bajo la influencia de algún agente morboso, combinado con el aire atmosférico. En Virulentas cuando resultan de la absorción de algunos de los virus conocidos como la Sífilis, Viruela, Ra- bia y Vacuna; cuyas manifestaciones por medio de los sín- tomas, se nos oculta por algún tiempo mas ó menos indetermi- nado, que ha recibido el nombre de Incubación. Causas predisponentes generales.—Influencia atmos- férica.—El aire bajo sus condiciones físicas de frió, caliente, seco y húmedo, y sus combinaciones, así como sus variaciones repentinas. Su estado eléctrico y densidad, determina enferme- dades relativas al modo de obrar en los diferentes indivi- duos. El aire frió y seco, produce la retropulsion de los lí- quidos hacia los órganos internos, disminuyendo laecsalacion de la piel, y aumentando la actividad funcional del apara- to pulmonal; predisponiendo también á las hemorragias y afecciones renales y catairales, á las hidropesías esenciales, á las afecciones de las membranas serosas, á los infartos glan- dulares, y á las flegmasías agudas. El aire frió y húmedo determina las afecciones catarra- les, pulmonares, y gastro intestinales,fiebres mucosas con ten- dencia á la Adinamia y Atacsia, Anginas y Diarreas mucosas. El aire caliente y seco, predispone á la flecmasia de la piel, á la del tubo digestivo, á la del cerebro, siendo su acción sobre ella tan estimulante que llamando los líqui- dos á su superficie provoca el sudor y vegiquillas serosas, cuyo prurito es muchas veces insoportable: su acción de- bilitante á causa de las pérdidas cutáneas, hacen que los individuos apetezcan el descanso mientras las horas de su mayor fuerza. El aire caliente y húmedo ejerce una in- fluencia muy notable sobre los órganos gastrohepáticos deter- minando fiebres biliosas, inflamatorias, disenterias, fiebres tí- picas y miasmáticas, debido á las ecsalaciones de los pantanos, cuya cualidad así constituida del aire, es mas á propósito que las otras para producirlas; mientras que el aire tiene esta cua- — 10 — lidad física, vemos desarrollarse en los paiscs cálidos con mas intensidad la fiebre amarilla, mácsime en las inmediaciones de las orillas del mar, y en la de los pantanos mistos. El tem- peramento é Idiosincracia de los individuos, corrije el modo de obrar de esta causa, imprimiéndole á las enfermedades que produce caracteres dependientes de esta modificación or- gánica. Estaciones.—Nómbrase así los períodos que recorre el año: llamados Primavera, Estío, Otoño é Invierno, cada uno de es- tos predispone á enfermedades que las mas son consecuencias de los estados físicos en que se encuentra el aire atmosférico, considerado ya como causa predisponente general. Las enfer- medades de la Primavera y Estío, todas son de carácter in- flamatorio, obedecen mejor á los medios terapéuticos y recor- ren sus períodos con rapidez: sus síntomas y signos se ma- nifiestan mejor, pudiéndose por este modo hacer con mas perfección el dagnóstico, siendo su terminación mas completa y satisfactoria, y raras las recidivas: habiéndose observado ser mas frecuente en esta estación las flegmasías agudas y las hemorragias activas. En el Otoño es en un todo diferente á las anteriores: las enfermedades que se desarrollan en esta estación, presentan un curso menos rápido, su forma es mas insidiosa, sus síntomas se manifiestan con mas energía, son mas prolongadas, no correspondiendo á los medios terapéuti- cos, y pasan con facilidad al estado de cronicidad. Esta es- tación predispone á las afecciones del tubo digestivo y á las disenterias inflamatorias, á las fiebres intermitentes y remi- tentes lo que pbservado por los antiguos digeron febres au- tunnales aut longiores aut lethales cuya recidiva favorecen las emanaciones pantanosas, hasta llegar á hacerse crónicas, resultando congestiones pasivas que han dejado la repe- tición de las fiebres. En el Invierno, obrando constantemente el aire en sus cualidades de frió y seco y frió y húmedo, predispondrá á los padecimientos que ya dijimos pertenecían á su modo de obrar en cuanto á la piel y sistema mucoso. Climas.—Se han dividido en calientes, frios y templa- dos: en ellos encontramos las condiciones atmosféricas mas continuas que en las estaciones, siendo su acción mas regu- lar respecto á la predisposición que ocasiona en los individuos no aclimatados, ó mejor dicho no identificados como los na- turales á su influencia. La acción dé los climas calientes es muy análoga á la del aire caliente y seco: bajo su influencia —11 — los hombres se revisten del temperamento bilioso siendo sus enfermedades dependientes de la constitución física que ad- quieren, teniendo tendencia á las hemorroides por la actividad de la circulación del sistema de la vena porta. Las variaciones de temperatura que se advierten en los países cálidos en to- das las estaciones, unidas á causas miasmáticas desconocidas, desarrollan enfermedades endémicas, tal es en nuestro pais la fiebre amarilla, las intermitentes perniciosas y afecciones del aparato gastro hepático. Los individuos nacidos en climas frios ó templados, que llegan á estos países, están espuestos á enfer- medades propias de su localidad, no llegando á hacerse re- fractarios hasta identificar su organización con las causas lo- cales, sino después de haber sufrido alguna de las enferme- dades que deban hacerlo impugne á la acción de los modifi- cadores morbosos que obrando continuamente sobre ellos puede, determina el padecimiento. Climas fríos.—Con este epíteto designamos los países de una baja temperatura, los indígenas gozan según los histo- riadores del temperamento sanguíneo, su calorificación está en esta localidad muy desarrollada, las funciones del corazón, de los pulmones y de la locommocion se egercen con mas energía, las acciones nerviosas están embotadas, las secreciones aumentadas por la falta de transpiración cutánea. El modo de obrar del frió en todos los países de baja temperatura conside- rado como causa, tiene la mayor analogía con los efectos que produce el aire frió y seco sobre la superfieie de la piel, cuales son la retropulsion de los líquidos del sistema capilar general hacia el centro, lo que da lugar al desarrollo de congestiones en los órganos interiores, particularmente de los que forman la idiosincracia especial del sujeto. El individuo que llega á es- tos climas esperimenta muy pronto los efectos del frió, contra- yendo catarros pulmonales, pulmonías, pleuresías y todas las enfermedades que reconocen por causa la supresión de la transpiración, hasta que contrayendo al cabo de algún tiem- po ó después otro padecimiento del carácter propio de los indígenas se hace del mismo modo que ellos, refractario mas ó menos á la acción del frió y de todas sus variedades físicas. Climas templados son aquellos que participan conti- nuamente en las estaciones, de las dos condiciones de frió y calor, por lo tanto las enfermedades que puede determinar serán de la clase que corresponda á las influencias de su acción, tanto en los naturales de estos países, cuanto á los es- traños: los que tienen necesidad de esperimentar cambios en — 12 — su organismo para poder resistir el influjo del nuevo clima que habitan aprocsimándose á laque naturalmente gozan los naturales. Las mutaciones que resultan en la constitución física de los individuos bajo las influencias de los diferentes climas ha recibido el nombre de aclimatación. Aclimatación.—Es toda variación mas ó menos consi- derable á que se sujeta el individuo, cuando pasa á otro pais que no tiene las circunstancias atmosféricas del de su natal: siendo funesto en los mas de ellos, hasta que no se identi- fican con su temperatura. Influencia de las localidades.—Independientemente de las estaciones y de los climas, las localidades egercen so- bre el hombre tal influencia por circunstancias especiales, que deben llamar nuestra atención etiológica: los lugares eleva- dos en donde el oxígeno del aire es mas puro, predisponen á las enfermedades agudas de carácter flogístico: los bajos y húmedos, hacen por lo contrario que lo tengan crónico y sub- flogístico. En las diversas localidades deberemos admitir otras influencias que predisponen á determinados padeci- mientos, tales son los lugares pantanosos respecto á las fiebres típicas: el habitar en las ciudades populosas, predispone las alecciones nerviosas, tisis pulmonales, así como la reunión de muchos individuos en lugares estrechos, predispone también á padecimientos linfáticos y anémicos. Influencias morales.—Las impresiones morales son ca- paces de predisponer á muchos padecimientos nerviosos tales son, aquellos que dependen de cierta modificación en el aparato cerebral á consecuencia de impresiones enérgicas recibidas en el Yo del individuo, como la hipocondría, la enagenacion mental, sus gradaciones y la epilepsia: no de- jando alguna que otra vez de predisponer á afecciones del tu- bo digestivo y al cáncer del cardias y piloro; y á otros mas pertenecientes á la exaltación de los sistemas nerviosos, cere- bral y ganglionar. Causas predisponentes individuales. LECCIÓN III. Señores:—Las causas predisponentes individuales morbí- ficas, son todas aquellas que egercen su influencia por el inter- medio de la constitución y disposición que le es propia á cada individuo en particular: así es que consideraremos la heredad, — 13 — edades de la vida, sexo, temperamento, Idiosincracia, costum- bres, profesiones, alimentación y vestidos, las admitidas en esta categoría, como causas que predisponen la economía á determinados padecimientos. Heredad.—Las disposiciones orgánicas de los padres egercen una influencia notable en la aparición de estas enfer- medades las que se trasmiten á los hijos á la manera como se verifica respecto á la fisonomía y formas corporales, asi es que de padres tuberculosos, epilépticos, gotosos. &. &. nacen hijos bajo la misma disposición morbosa la que se desarrolla generalmente en la segunda infancia, ó bien en la época de la pubertad, no faltando hechos que acrediten el presentarse desde el nacimiento ó algunos dias después. Esta influencia hereditaria puede ofrecer algunas variedades en sus manifes- taciones, dejando alguna que otra vez una generación inter- media como sucede en la sifilismo y escrofulismo. Elefanciasis y otras del mismo género y especie. Edad.—La época de la vida del hombre desde que nace hasta que perece, conocidas fisiológicamente con los nombres de Infancia, Pubertad, Edad Adulta y Senectud, son suscep- tibles así como los cambios que esperimenta en su naturaleza de modificaciones patológicas que pueden considerarse como causas predisponentes á variadas enfermedades: la la infancia predispone en nuestro pais al tétano intertropical,al endureci- miento del tejido celular, á las convulsiones, al muquet ó aphtas: la 2a infancia á las fiebres eruptivas y sus modificacio- nes, á los eczemas é impétuos, á las laringitis crupales y estri- dulosas, escrófulas, infartos, glandulares, vermes bronquitis, secretorias é hidrocefalos. La pubertad predispone del mismo modo á las afecciones torácicas, á la corea, á las hemorragias, á las fiebres inflamatorias. La adulta á las afecciones gastrohe- páticas y áotras de la cavidad abdominal, á las neuralgias,me- teorismo, monomanías, reumatismos, congestiones activas. La senectud predispone á las apoplegías y afecciones cerebrales, á la osificación de los tejidos, cartilaginosos y arteriales, á los catarros pulmonales, á las enfermedades del aparato uri- nario, á la gangrena senil, y á las degeneraciones scirrosas, sin que podamos negar que en cualquiera de las épocas de la vida puedan padecerse enfermedades que son comunes á una ú otra de las que hemos mencionado. Sexo.—La diferencia que existe entre los dos sexos res- pecto al aparato de la reproducción, imprime en la mujer ca- racteres que la predispone á padecimientos que no pueden — 14 — afectar al hombro, tales son, las metrorragias,las pólipos ute- rinos, las degeneraciones del cuello del útero, la clorosis, los cánceres de las inanias, la corea é histerismo, y todas las afecciones dependientes de la exaltación ó diminución del sistema nervioso genital bajo cuya influencia ecsiste. Temperamento, idiosincracia, constitución, inmunidad. —El predominio de un sistema general orgánico, constituye el temperamento: la idiosincracia, la de algún aparato, la cons- titución es laespresion de la mayor energía del temperamento: pudiendo existir simultáneamente las dos primeras disposi- ciones en un mismo individuo, así como también pueden in- fluir á la vez, como causas de enfermedades. El sanguíneo predispone á las hemorragias é inflamaciones, á las congestio- nes, á las fiebres angiotecnicas, y á las neumomías: el Bilioso á lahipncondriaá las afecciones gastrohepáticas é intestinales, á los infartos, gástricos, y á las fiebres llamadas biliosas: el linfático á las escrófulas, á las hidropesías, á los edemas esen- ciales, y á las apoplegías serosas: el nervioso alas neurosis, es- pasmos, epilepsias, y fiebres nerviosas: la constituccion consi- derada como causa de enfermedad puede ser fuerte ó débil: la fuerte es la que resulta del curso regular y enérgico de las funciones, predispone á pocas enfermedades, puesto que el in- dividuo que la obtiene gozando de mas resistencia en su vida, se rehace sobre los agentes físicos que pudieran atacarle hasta identificarse con ellos: la débil opone por el contrario me- nos resistencia á aquellos agentes morbosos, siendo muy fácil ser impresionados por ellos, cuyas manifestaciones patoló- gicas llevan siempre en estos individuos el sello de la debi- lidad, la que puede ser congénita ú adquirida bien a conse- cuencia de alguna diátesis, bien de la influencia de las cau- sas debilitantes á que haya estado sometido: de modo que la constitución débil, debe predisponer á las emfermedades por el hecho mismo de la poca resistencia en la vida, que no puede rehacerse contra las causas que tienden á destruirla. La aptitud.—Es un estado particular del hombre fácil de impresionarse por las causas morbosas. La aptitud á con- traer tal ó cual enfermedad, la determina la Idiosincra- cia, así es que una misma causa obrando sobre muchos indi- viduos á la vez, cada uno contrae una afección diferente; el aire frió provoca en uno el reumatismo, en otro una Pul- monía, en otros una Fiebre &c. La inmunidad es aquel estado fisiológico en el que cier- tos individuos teniendo mas fuerza vital que otros, rechazan — 15 — la acción, de un agente morboso determinado, así es que algunas personas que se esponen á la influencia de en- fermedades contagiosas, no las contraen, en cuyo caso se dice que son inmunes; siendo muy necesario que nos penetremos del importante papel que desempeña en la Etiología, estas disposiciones orgánicas individuales, puesto que están basadas sobre dos fuerzas que obran constante- mente en direcciones contrarias. Del habito ó costumbre. —Llámase así, la influencia que tiene una fuerza interna desconocida sobre los individuos, la que le advierte la necesidad de la repetición de los actos or- denados ó desordenados de su vida: estos actos pueden obrar como causa predisponente individual desarrollando enferme- dades dependientes de ellos, así es que la costumbre de dor- mir con demasía, predispone en ciertas épocas de la vida á congestiones cerebrales, la de comer con abundancia á indi- gestiones: la de las bebidas alcohólicas y fermentadas á afeccio- nes nerviosas y diátesis venosa: la de mirar objetos peque- ños á la Miopía y Presbicia. Las costumbres viciosas de las funciones sensitivas y móviles, producen también trastornos que están en relación con el órgano ú órganos fatigados por el "eseso de funcionar. Los hábitos considerados de una manera general, agotan unas veces la acción orgánica de los tejidos, debilitando las fuerzas vitales, y otras las ecsaltan produciendo dos estados patológicos diferentes, por debilidad, escitacion ó sobre estimulación orgánica. Profesiones.—Son los diferentes ejercicios de que es sus- ceptible el hombre, los que tienen una influencia bien mar- cada sobre su salud, ya por las diversas actitudes que tiene que dar á su cuerpo, ya también por las emanaciones que se desprenden en su industria, ó ya también por los trabajos de gabinete que exijen esfuerzos de la inteligencia: los pri- meros colocados entre los musculares, predisponen al reu- matismo á las Neuralgias y á todas las enfermedades del sistema muscular, los segundos por hallarse situados en atmós- feras impuras, impregnadas de sustancias gaseosas, están predispuestos ala asfixia, á las afecciones de pecho, á la oftal- mía catarral, y á los cólicos metálicos; los terceros lo están á los vértigos, á las malas digestiones, á la gastralgia, á la hipocon- dría y mania, la que puede ser llevada hasta la demencia mas completa; de lo que acabamos de esponer podemos deducir, que cada profesión por su género de ejercicio corporal ó inte- lectual, está dispuesto á recibir directa ó indirectamente impre- — 16 — siones habituales capaces de modificar los aparatos orgá- nicos con quienes se pongan en contacto, favoreciendo de este modo el desarrollo de enfermedades particulares. Alimentación.—Por alimentación entenderemos aquel acto del hombre, en el cual ingiere una cantidad de sustancias animales ó vegetales para reponer las pérdidas y conservar su ecsistencia. En la alimentación debe comprenderse tres va- riedades, la tónica, la debilitante, las bebidas y sus diferen- cias: todas puedan convertirse en causas predisponentes de enfermedades, ya por su naturaleza, ya por su cantidad: una alimentación de sustancias estimulantes en abundancia, pre- dispondrá á las inflamaciones y á la Plétora sanguínea: una de sustancias debilitantes predispondrá al enflaquecimiento y á la languidez de las funciones, dando lugar á las enferme- dades de forma Adinámica ó por falta de fuerzas: las bebidas influyen también en las predisposiciones morbosas: las acuo- sas y acidas en abundancia impiden la quimificacion, aflo- jan los intestinos suministrando á la absorción pocos mate- riales reparadores: las bebidas heladas predisponen á las Neu- rosis del estómago: las alcohólicas y bebidas fermentadas esti- mulan con energía el estómago é hígado, activando la circu- lación, produciendo una agitación en el sistema nervioso ce-' rebro espinal que da lugar á un estado particular de delirio y convulsión llamado Delirium Iremens, y también á la com- bustión espontánea. Los individuos modificados por la in- fluencia de los escesos en los alcohólicos, presentan poca resis- tencia en su naturaleza á las enfermedades, pues las mas ve- ces se hacen mortales por muy simples que parezcan. Vestidos.—Llámanse así las cubiertas que la industria del hombre se ha proporcionado para evitar el contacto inme- diato de las impresiones atmosféricas, en lo general de la su- perficie de su cuerpo. Los vestidos considerados respecto á la naturaleza de las telas de que se forman, pueden ser de lana, lino, algodón y seda, cada una de ellas tiene un modo dife- rente de evitarlas ya por su mas ó menos conductibilidad del calórico latente de nuestra economía, ya por el de la atmósfera, ya también por el de la electricidad, ó ya también por la de- masiada compresión que ejercen sobre las partes del cuerpo. Los vestidos se vuelven causas de enfermedades, sino están en relación contraria de los efectos de la temperatura: si en los frios se usan de lino ú seda, será impresionada la piel al modo de la acción del frió, por su mala conductibilidad, con- trayéndose catarros, afectos torácicos y reumáticos: si en las calientes son de algodón ó lana, la piel será del mismo modo impresionada á la manera de la acción del aire caliente por su mucha conductibilidad: pudiéndose contraer afeccio- nes inflamatorias en las visceras: la compresión que ejercen en los órganos los vestidos, es una causa patológica que pue- de producir diferentes efectos: los corsees demasiado apretados podrán dislocar la situación anatómica del hígado y estómago, dificultando sus funciones, así como entorpecerán la circula- ción del corazón y pulmones, predisponiendo á enfermeda- des: la compresión del cuello por medio de las corbatas apreta- das, predispone del mismo modo á las congestiones cerebrales, hemorragias nasales, y afecciones de los ojos: el calzado dema- siado ajustado determina el endurecimiento de la epidermis de los ángulos salientes de los artejos, dando lugar a los ca- llos; deteniendo también en los capilares de las estremidades inferiores, la vuelta de la sangre venosa hacia los troncos, de- terminando edemas y lentitud en el sistema de la vena cava inferior, lo que predispone á congestiones del hígado y del co- razón derecho. Afecciones morales.—Serán todas aquellas impresiones que sean capaces de conmover el sentido íntimo de la con- ciencia: el temperamento é Idiosincracia determina en ellas las variedades cuyos efectos observamos en su desarrollo, ta- les son las impresiones morales agradables, las depresivas ó tristes: cada una de ellas tiene una influencia notable, ya en el físico ya en lo moral del hombre, predisponiendo á determina- dos padecimientos, puesto que una impresión visual obran- do primero sobre el aparato encefálico, trastorna las funciones compatibles con la inteligencia; de esta manera la alegría del bien estar, ó alguna otra que conmueva á esta exaltación ner- viosa, predispone á la suspensión de la circulación ó sín- cope, á la risa, al llanto, á la convulsión clónica, y á enfer- medades Neuropáticas transitorias que terminan tan pronto como ha pasado la impresión que la ha provocado, quedando solo la idea de los objetos, cuya impresión nos han conmo- vido: las afecciones morales tristes ó depresivas; obran por el contrario produciendo una perturbación de las funciones sensitivas, que la interrumpen ó modifican en su egercicio: ta- les son el terror, horror, sorpresion, pesar ó tristeza, las que han sido colocadas por algunos. Etiologistas como predisponen- tes á las afecciones cancerosas, así como á la suspensión total de las acciones nerviosas ó á su depravación, tales son el tem- blor de que es acometido el hombre á consecuencia de un es- 3 panto; estas y otras impresiones morales representan un gran papel en la manifestación de estas enfermedades, imprimien- do modificaciones en la innervacion, en la circulación, en la hematosis, y en las diferentes escreciones y secrecio- nes, pudiendo manifertar su poderío morbífico, por medio de la aparición de parálisis, convulsiones, y otras que depen- den de las alteraciones de la sangre como la clorosis, ane- mia y choliemia &c. &c. Causas determinantes. LECCIÓN IV. Señores:—Llamamos así todas aquellas, cuya impresión inmediata sobre la economía provoca á las enfermedades: se les ha llamado también causas ocasionales, eficientes y sufi- cientes; según el modo de obrar y su naturaleza: se han dividi- do en determinantes comunes y determinantes especiales y es- pecíficas: las comunes son las que pueden producir muchos es- tados morbosos sin presentar iguales circunstancias; así es,que el frió considerado como causa determinante, á unos producirá una angina, á otro una bronquitis, á otros nefritis, pulmonías y pleuresías: las causas determinantes jamás podrán provocar su modo de acción sino bajo la influencia del temperamento é Idiosincracia de los individuos: las específicas y especia- les, son por el contrario, aquellas cuya impresión es siem- pre seguida del desarrollo de enfermedades de una misma naturaleza é identidad en todos sus síntomas: así es que las contusiones, las heridas y quemaduras, serán causas deter- minantes especiales: entre las que colocaremos también las im- presiones venenosas, ponzoñosas, miasmáticas y virulentas; por lo que distinguiremos cinco clases de estos agentes: ani- males, minerales, vegetales, virulentos y miasmáticos. Venenos ponzoñosos.—Son los que resultan de la acción de las ponzoñas de los animales cuando son absorvidas en la superficie del cuerpo, provocando reacciones segnn su natura- leza mas ó menos peligrosa. Las ponzoñas son productos de una secreción fisiológica propia de ciertos animales, la que es elaborada en un aparato particular, siendo escretada en momentos de irascibilidad del animal, variando su acti- vidad según su especie y cantidad inoculada. Esta clase de venenos dirijen solamente su acción sobre el individuo es- — 19 — puesto á su contacto inmediato, no reproduciéndose por la ino- culación de las inflamaciones purulentas ponzoñosas que se hagan, como lo verifican los virus específicos que son fáciles de trasmitir de persona á persona, como la sífilis, vacuna y vi- ruela, sin embargo de ser algunos individuos refractarios á sus efectos. Venenos vegetales.—Son todos aquellos agentes saca- dos del Reino vegetal que tienen la propiedad de disminuir ó agotar las fuerzas vitales hasta el estremo de producir la muerte: como son todas las plantas narcóticas, las que con- tienen Cianógeno y las que obran ecsaltando la vitalidad del aparato raquidiano como las Stricneas. Venenos químicos y minerales.—Son los que introdu- cidos en nuestra economía determinan la muerte con mas ó menos prontitud, como el arsénico, cobre, sublimado corro- sivo, óxido de mercurio rojo &c. &c.,cuyo modo de obrar pue- de ser físico ó dinámico según haya tenido lugar para ser ab- sorbido en la superficie gastro intestinal. Venenos virulentos.—Con este nombre se han designa- do unos agentes cuya naturaleza desconocida, se manifiesta por medio de síntomas que les son propios y comunes: fáciles de comunicarse por medio de la inoculación, como son virue- las, sarna, vacuna, sífilis &c.,el tiempo que media entre la ino- culación y la aparición, ha recibido el nombre de Incubación. Venenos miasmáticos.—Son ciertos corpúsculos emana- dos de las sustancias vegetales y animales en estado de pu- trefacción que suspendidos en el aire atmosférico que respi- ramos, determinan enfermedades de caracteres variados, se- gún su naturaleza, aunque desconocida, puesto que unos producen fiebres típicas, y otros enfermedades contagiosas: es- tos corpúsculos son susceptibles de producir la infección en los lugares mal sanos y poco ventilados, mácsime si se hallan en ellos reunión de muchos individuos, en cuyo caso se le ha dado el nombre de foco de infección: el que es capaz por este motivo de dar mas actividad á la acción de los miasmas, im- primiéndoles el carácter de comunicación que antes no te- nían: los efluvios ó emanaciones deberemos diferenciarlos de los miasmas, no solo respecto al lugar donde se producen, sino también en cuanto á su modo de obrar sobre el organismo. Llámanse efluvios el conjunto de partículas que arrastra el va- por de las aguas estancadas de los pantanos, los que suspen- didos en el aire, se hacen capaces de afectarnos determi- nando enfermedades de carácter típico: elevándose bajo la — 20 — influencia de los rayos solares mientras el dia, ó descendiendo por la noche en consecuencia de la mayor condensación que esperimentan por la tardo; en esta circunstancia es cuado son mas susceptibles de impresionarnos. Los lugares en donde se producen se llaman Pantanos: que son colecciones de aguas estancadas en donde puedan existir sustancias animales y ve- getales en putrefacción: los que distinguiremos según su na- turaleza componente, en Pantanos de agua dulce, salada y mistos, cada uno de ellos exalan los efluvios que se nombran Palúdicos, y las enfermedades que determinan, se llaman Palúdicas ó Paludianas: los de agua dulce son los menos da- ñosos: los mistos son los mas perjudiciales á la salud por reu- nirse en ellos los elementos combinados que pertenecen á los primeros: los vientos pueden conducirlos á largas distaiuias y notarse sus efectos en lugares que carecían de las condiciones pantanosas. Los efluvios obrando sobre los centros ner- viosos ganglionares, determinan las fiebres de diferentes tipos, así como otras de caracteres endémicos ó propios de una loca- lidad, como sucede entre nosotros con la fiebre amarilla, la lla- mada biliosa de los países intertropicales, y las intermitentes y remitentes de todas naturalezas. Virus.—Son ciertas impresiones que obran sobre la eco- nomía del hombre capaces de producir enfermedades que es- tán en razón de la propiedad que tienen estos agentes de for- mar un elemento venenoso desconocido llamado virus, y de comunicarse por inoculación,reproduciéndose,bien en el hom- bre, bienen alguna especie de animales: el número de los hasta ahora conocidos, son nueve, el Rábico ú Lísico, Sifilítico, Va- cuno, Psórico, Pústula maligna, Podredumbre de hospital, Sa- rampión, Escarlatina y el Muermo: de estos, unos son volátiles y se comunican por el intermedio del aire, como son, la Escar- lata, Sarampión, Pústula maligna y Muermo: otros son fijos como la Vacuna, Rabia, Sífilis y Herpes, otras pertenecen á la vez á los fijos y volátiles como la Viruela: estos agentes no pue- den ecsistir incorporados en los sólidos y líquidos, sino tam- bién se exalan por la transpiración del infestado conservando su misma naturaleza, haciéndose de este modo mas fácil para ser inoculado á otros que no lo eran. El período del tiempo que media entre la inoculación y la aparición de los primeros sín- tomas se ha llamado como dijimos Incubación, el que es masó menos rápido según la clase de virus: la vacuna aparece á los cuatro dias, la Viruela ó los catorce, la Pústula maligna á los seis la Rabia desde el mismo dia hasta tres meses, influyendo en su aparición la parte moral del inoculado: la sífilis á los cuatro dias del contacto impuro, la sarna y las demás enumeradas no se ha podido aun determinar el tiempo que puede estar en nuestra economía sin presentar señales de su ecsistencia. Constitución Médica. Entenderemos por constitución médica, el conjunto de modificaciones generales impresas á todos los individuos en una misma época y en un mismo lugar. Estas modificaciones son el resultado de las impresiones morbíficas que provocan las causas predisponentes generales que hemos precedente- mente estudiado, como son el frió, calor, humedad, sequedad, electricidad, miasmas, efluvios &c. &c, teniendo cada una de estas, una influencia notable en la manifestación y natu- raleza de las enfermedades, sobre su forma particular, ó sobre su terminación, duración, malignidad, mortalidad y trata- miento. Al conjunto de todos estos fenómenos, se le ha llama- do constitución médica, la que debemos considerar como el resultado de todas las influencias higiénicas, accionando en un mismo momento y localidad: debiendo diferenciarse de la constitución atmosférica en que esta no es sino la conse- cuencia de las diferentes acciones del aire en sus condicio- nes físicas: la constitución médica tiene alguna analogía con la epidemia y endemia, bajo este concepto ella crea una influencia especial capaz de modificar la marcha y forma de las enfermedades, pero difiere mirada bajo otro as- pecto esencial. La endemia crea una enfermedad del mis- mo nombre, cuya naturaleza y forma es siempre idéntica en la misma localidad. La epidemia por el contrario crea en- fermedades especiales de distintas naturalezas y nombres, afectando en un lugar á un gran número de individuos á la ve^, y capaz de padecerse en otro país. La constitución médica no crea enfermedades particulares,ella solo modifica la forma, naturaleza y terminación de cada una en particular, cuya duración no está determinada, manifestándose y desapare- ciendo con'el carácter misterioso con que pudo aparecer. La constitución médica puede presentarse bajo la for- ma inflamatoria, catarral biliosa, atáxica y adimánica con predominio de flegmasía de alguno de los aparatos orgánicos. La constitución inflamatoria se manifiesta por el carácter flo- gístico con que se revisten todas las enfermedades en una época dada de las estaciones; tales como las fiebres eruptivas — 22 — y las Ataxo-adinámicas inflamatorias, caracterizadas por la Plétora, encendimiento del rastro, plenitud del pulso, así co- mo por los buenos efectos de las emisiones de sangre, serán los caracteres propios de las enfermedades observadas en la época que hemos mencionado. La constitución médica biliosa presenta en las enfermedades un estado saburral, amargura de la boca, náuseas y vómitos biliosos y tinte ictérico en la piel y en las escreciones: estas enfermedades obedecen mejor á los eméticos y purgantes que á ninguna otra medicación. La catarral se manifiesta bajo el carácter mucoso flegmasiáco presentándose en las enfermedades estacionales, complicadas con catarros nasales y pulmonales, sacando la terapéutica gran partido de los revulsivos cutáneos é intestinales, así co- mo de los eméticos vegetales. La constitución médica, Atáxi- co-adinámica y Nerviosa, se anuncia por que todas las en- fermedades por simples que parezcan toman este carácter con descomposición de los principios elementales de la san- gre, la que pierde su fuerza de plasticidad; en esta constitu- ción se desenvuelve la podredumbre de hospital, observándose en las operaciones quirúrgicas absorciones purulentas, Flebi- tis y erisipelas flegmonosas debida solamente á la constitución médica reinante. Endemia, Epidemia y Esporadicidad, Contagio, Infección, Especificidad. LECCIÓN V. Señores:—Las enfermedades respecto al modo de ecsisth en las diferentes localidades, se han dividido en Endémicas, Epidémicas, Esporádicas y Contagiosas. Llámase enfermedad endémica, la que es propia de un pais presentando siempre la misma forma y naturaleza en todos los habitantes de una misma localidad. A esta influencia especial se le ha dado el nombre de Endemia, y las enfermedades que de ellas resul- tan, el de Endémicas: siendo ocasionadas por alteraciones del aire atmosférico por efluvios y miasmas pútridos, por la ali- mentación y costumbres de una población: ellas varían otro tanto, cuanto son las malas condiciones higiénicas de la lo- calidad en que se encuentran los individuos: ellas tienden á desaparecer tan luego como se mejoran aquellas condiciones, mediante las medidas de salubridad que puedan establecerse. En nuestro pais consideraremos como endémicas la fiebre ama- — 23 — rilla, las intermitentes, la diarrea biliosa, la fiebre bilioso in- flamatoria, el tétano y la disenteria pútrida. Esporádicas son las enfermedades comunes á todos los países del globo, como las fiebres efémeras, las apoplejías, las carditis, las gastroen- teritis &c. &c. Enfermedad epidémica es aquella cuya influen- cia morbosa de carácter pasagero, determina la aparición de una enfermedad en un gran número de individuos á la vez: á esta condición particular que presentan las enfermedades epidémicas, se le ha dado el nombre de epidemias: diferen- ciándose de las endémicas en que estas son permanentes y constantes, mientras que las otras propiamente dichas, son de carácter transitorio. Otra condición particular que distingue las epidemias, es en ser accidentales, y si llegan á reproducirse en la misma localidad, dejan entre sus apariciones un tiempo mas ó menos largo, en el que no puede reconocerse influen- cia alguna constante por parte de la localidad. Las epidemias se han dividido en generales ó grandes, en locales ó circunscritas. Será grande cuando saliendo de la localidad en la que se ha desarrollado recorre diversas regio- nes del globo; será circunscrita cuando no sale de los límites de una comarca ó población. Las causas esenciales que mo- tivan estas enfermedades colocadas en la clase de las epide- mias, será siempre un motivo de cuestiones etiológicas como sucede á todo aquello cuyo conocimiento no podemos alcan- zar con nuestros raciocinios: ellas tendrán siempre el carácter misterioso de que las ha revestido la naturaleza: así es que las han atribuido á los trastornos atmosféricos y meteoros, á la influencia de los cometas, estaciones, condiciones atmos- féricas y temblores de tierra, á los acontecimientos políticos, á la mala alimentación de los pueblos, al esceso de influencia de los fluidos incoercibles, y otros al desarrollo en una loca-' lidad de un agente particular que nos impresiona de un mo- do sugeneris de carácter comunicante á los predispuestos por las causas ya generales, ya individuales. Tantas hipótesis es- tablecidas para esplicar las causas que dan lugar á las epi- demias, están probando nuestra insuficiencia en esta parte de la patología. Estas enfermedades en circunstancias que no podemos apreciar, toman el carácter contagioso, trasmitiéndose á otro lugar, ya por medio de la comunicación de los individuos, ya por el de los miasmas importados en los fardos comer- ciales. En las epidemias deberemos considerar sus estadios respecto de su mayor 6 menor intensidad: al principiar lacau- — 24 — sa cualquiera que sea, es monos enérgica, puesto que los sín- tomas que se presentan en los invadidos, no tienen la grave- dad que adquiere después cuando llega ásu mácsimun de in- tensidad, en este estadio los enfermos son curables, al paso que en su mayor energía la mortalidad está en razón del número de la población: al declinar las epidemias, toman el mismo carácter benigno que en su principio hasta que desaparecen en lo general, quedando casos aislados que nos dicen que aun se está bajo la influencia de la atmósfera epidémica: la conclu- sión de las epidemias, las atribuimos nosotros, mas bien al haberse identificado el agente morbífico á la organización de los individuos, que no á su desaparición material de la loca- lidad. Contagio.—Es la trasmisión de una enfermedad de un individuo afecto, á otro sano: puede verificarse por contacto mediato é inmediato, también por medio de los miasmas que envueltos en el aire que respiramos han sido importados de una localidad á otra, ya en los fardos comerciales, ya por imita- ción. El contagio inmediato siempre es producido, por medio de la inoculación de los virus específicos: el mediato necesita el vehículo del aire para su reproducción, y también por el uso que se pueda hacer de las cosas que han servido á los indivi- duos infectos: el de por imitación se sucede por el intermedio de las impresiones Neurósicas, que no son otra cosa sino ema- naciones nerviosas tan sutiles como los miasmas que se exa- lan de las personas afectadas de Neuróses, trasmisibles por imitación y determinadas por algún agente morboso especial: manifestándose esta imitación por la falsificación de los actos involuntarios que ejecuta otra persona, tales, como la Corea, Strabismo, Monomanía y Eclamcia que se repiten por este medio en las personas de mucha susceptibilidad nerviosa. En- tre los principios contagiosos, unos son esclusivos del hombre como la sífilis, escarlata y sarampión, cuya propiedad trasmi- sible á los mismos, no lo es á los animales: los otros origina- rios de los animales, pueden hacerlo al hombre por medio de la inoculación como la rabia y cowpox, habiendo otros que lo verifican tanto en uno cuanto en los otros, como la pústula maligna, el muermo y los carbuncos. Los principios conta- giosos de origen humano pueden desarrollarse por infección y propagarse por contagio como sucede en la podredumbre de hospital, el tifus y gangrena; los que creados en las salas de estos establecimientos en ciertas condiciones atmosféricas, son susceptibles de infestar el aire y comunicarse ya á los que se — 25 — hallen bajo su influencia, ya también á largas distancias: es- tos principios se diferencian en cuanto á su naturaleza como ya espusimos: ellos pueden ser fijos ó sólidos, volátiles ó gaseo- sos y líquidos, inoculables ó no inoculables, combinándose para producir sus efectos, á los líquidos fisiológicos y patoló- gicos excretados, como la saliva y pus. Las aptitudes y dispo- sciones diferentes de los individuos, los hacen inmunes acci- dental ó naturalmente, modificando las formas y gravedad de los resultados de las impresiones contagiosas. Infección.—Es una alteración de la atmósfera ocasio- nada por las emanaciones pútridas ó miasmáticas, y por los efluvios, teniendo por resultado la manifestación de una enfermedad epidémica. La infección tiene un modo particular de propagar las enfermedades á la manera del contagio: su causa es la alte- ración de la atmósfera, no en sus principios elementales, sino en los que ella puede absorver y retener, sirviéndole de vehículo, como son los que ya espusimos hablando del conta- gio: la modificación que esperimenta esta atmósfera viciada ya en una localidad estrecha,ya en otia mas amplia,en los indivi- duos que la respiran, imprime en ellos los caracteres de la in- fección contagiosa, y por consecuencia precisa una enferme- dad del mismo genio. Esta clase de enfermedades podremos dividirlas en infecciosas propiamente dichas, y en infecto-con- tagiosas las que subdividiremos en febriles y no febriles: las infecciosas son generalmente debidas á la influencia de las emanaciones eflúvicas ó paludianas: tales son las fiebres in- termitentes y remitentes, y las continuas remitentes de los paí- ses cálidos: las infecto-contagiosas son todas de naturalezas miasmáticas, creadas por la descomposición de sustancias animales y vegetales, cuyas emanaciones llevan en sí los cuerpos llamados miasmas: entre estas enumeraremos: el ('olera Asiático, la disentería pútrida, la fiebre amarilla, tifoi- dea, puerperal y purulenta, el tifus de las Cárceles Navios y campamentos, la grippe, la caqueluche, el escorbuto de mar, las oftalmías purulentas y la gangrena. Respecto á la infección tenemos tantas dudas para darnos cuenta sa- tisfactoria del modo de crearse y transmitirse como la tuvimos respecto á la epidemia y contagio. Especificidad.—Es aquella cualidad oculta y misteriosa de las enfermedades que dan cuenta de lo que ellas ofrecen de particular, en cuanto á su naturaleza evolución y tratamiento: y así se dice que las enfermedades provocadas por los virus, 4 — 26 — son específicas, siendo las medicinas empíricas que se em- plean para combatirlas, medicamentos específicos. La espe- cificidad representa lo que los antiguos llamaron cualida- des ocultas, que las referían á la enfermedad y á los órganos según que observaron, obraban sobre aquella ó sobre es- tos. Aunque la especificidad no revela la naturaleza de la enfermedad, indica á lo menos su especie, conduciendo á la medicación especial. La especificidad morbosa puede ser considerada en el individuo ó fuera de él, determinada por los agentes morbosos, por los caracteres Nosológicos y por las acciones terapéuticas: bajo este concepto la especifici- dad podrá ser, Individual, Patológica y Terapéutica. La especi- ficidad morbosa individual, es el resultado de la especificidad fisiológica ó idiosincracia ocacionada por los modificadores at- mosféricos y curativos: la patológica es la que anuncia en las causas morbosas una naturaleza particular oculta y misteriosa, capaz de reproducir una clase diferente de enfermedad, creando otras tantas específicas: la terapéutica es la cualidad íntima de una sustancia de alguno de los tres reinos de la na- turaleza, propia á curar ó modificar las funciones de los apa- ratos, ó alguno de los tegidos: la impresión que ellos produ- cen sobre el organismo, se transforma en modificación orgá- nica particular de alguno de los sistemas, de aquí la medica- ción especial llamada específica de los órganos: la acción del alcohol y opio sobre el cerebro, el mercurio sobre las glán- dulas, las cantáridas sobre el aparato génito urinario, la bella- dona sobre el iris &c. &.C., nos dan una prueba de esta aser- ción: otra forma de la especificidad terapéutica, quizas la mas importante es aquella que tiene tal ó cual agente medicinal en enfermedades determinadas, cuyo modo de obrar es mo- dificando en contrario las impresiones mórbidas, las que se transforman en reacciones curativas haciendo desaparecer la afección: á estos agentes se les llama específicos de las enfer- medades: entre las que gozan de esta propiedad, recordaremos el amoniaco respecto al alcoholismo, la quina y sus sales á las emanaciones pantanosas, el iodo á las enfermedades glandulares, el hierro á la anemia y clorosis: la patológica se revela en las enfermedades epidémicas y contagiosas, en las miasmáticas y virulentas, en las paludianas, en las diátesis &c. &c y en todas aquellas cuyas causas ocultas especiales se dirijen con preferencia sobre algún aparato para producir los caracteres que les son propios: bajo este concepto admitiremos especificidad patogénica virulenta, variolosa, miasmática, y — 27 — eflúvica; la virulenta ataca á los animales y al hombre, tales son viruelas, cowpox, carbunco, pústula maligna, rabia, escar- lata, sarampión, muermo, escrófulas, purulenta, miasmática y tóxica: la purulenta comprende la oftalmía purulenta y blenor- ragia: la miasmática, el tifus, cólera asiático, angina, caquelu- che, la grippe y catarros: las ponzoñosas, el de la vívora, cu- lebra de cascabel, las arañas peludas, alacrán, avispa, zancudo, jegen, el wóorara y Curare de las Indias: la eflúvica, las fiebres intermitentes y remitentes; alguna de las continuas y las obs- trucciones espíeno hepáticas: la diátesis, y todas las enfermeda- des creadas por ellas mismas, como el escrofulísmo, herpé- tismo, cancerísmo, sifilísmo y reumatismo: la tóxica, los enve- nenamientos por el alcohol, plomo, mercurio, opio y sus prepa- radas, stricnina y cantáridas: todas estas enfermedades, presen- tan gradaciones de mas ó menos gravedad según la energía de las causas, y según la resistencia vital de la especificidad indi- vidual ó fisiológica. Diátesis. Es aquella disposición morbosa propia al individuo que dominando el ejercicio de las funciones, es capaz de producir mas ó menos pronto alteraciones en nuestros órganos de di- ferentes naturalezas: la que no deberemos confundir con la predisposición, puesto que esta no es mas que la manera de ser actual del individuo, mientras que la otra pertenece á la constitución morbosa, la que modificada por la influencia de las diversas impresiones, desenvuelve una afección general, latente de una misma naturaleza que sin ser enfermedad y sin ninguna lesión anatómica apreciable, ecsiste oculta en los líquidos, los que modificando los sólidos, pervierte el ejercicio de las funciones compatibles con la salud: ellas pueden ser adquiridas mientras la vida ó accidentales, innatas, ó por he- redad, ecsistiendo tantas diátesis cuanto son los aparatos or- gánicos modificados ó constituidos bajo unos mismos elemen- tos morbosos, entre las que admitiremos las diátesis herpé- tica, cancerosa, sifilítica, reumatismal artrítica ó gotosa, mela- nósica, calculosa lithica, neurótica, inflamatoria, forunculosa, piogénica ó purulenta, ulcerosa, gangrenosa, hemorrágica, escorbútica, verminosa, raquítica, huesosa, varicosa y aneu- rismal, escrofulosa y tuberculosa. Todas estas diátesis se nanifiestan por una constitución especial, en virtud de la cual una ó muchas partes de la economía del hombre, se vuel- — 28 — ven el sitio de trastornos orgánicos y humorales de la misma naturaleza: esto solo nos bastará para caracterizar bien lo que hemos llamado Diátesis. División de las enfermedades. LECCIOV VI. Señores:—Establecida la acción que ejercen las causas morbosas sobre la organización, espondremos las distinciones Nosográficas y Nosológicas necesarias para la descripción y clasificación de las enfermedades. Bajo el punto de vista Pato- génico, dividiremos las enfermedades según su naturaleza ínti- ma, en adquiridas mientras la vida ó mientras su permanencia y desarrollo en el claustro materno, Las adquiridas son las que se manifiestan desde el nacimiento hasta el final de la ecsisten- cia, sin necesidad de disposición hereditaria, contándose en- tre ellas las enfermedades virulentas y contagiosas, las espo- rádicas y endémicas que son las que afectan á un gran nú- mero de individuos á la vez, bajo la influencia de condicio- nes morbosas atmosféricas repartidas umversalmente en todas las latitudes del globo: á estas enfermedades se les ha dado también el nombre de reinantes, anuales y estacionales: las que resultan de la influencia de las localidades Endémicas: las que atacan accidentalmente á una población importadas de otra localidad contagiada, ó por circunstancias especiales, Epidémicas; bajo otro aspecto las podremos dividir del mismo modo, en primitivas secundarias, terciarias, idiopáticas esen- ciales sintomáticas y simpáticas. Las primitivas son las que resultan de la primera impresión morbífica tales como el sa- rampión, fiebre, tifoidea, croup, cuyas consecuencias en sus últimos períodos pueden provocar fenómenos secundarios y aun terciarios, así es que el tifus puede producir la perfora- ción de los intestinos delgados y la peritonitis: las viruelas oftalmías graves: la escarlata, la pulmonía; el croup, la asfixia y la gastro enteritis crónica, la anemia y marasmo, las pérdi- das seminales voluntarias ó mientras el sueño conducen á la hipocondría monomanía que propenden al suicidio. Las se- cundarias y terciarias son las que están ligadas etiológica- mente á alguna enfermedad anterior ó primitiva, ó á su termi- nación: las que se han llamado también consecuencias pato- lógicas. Las idiopóticas y esenciales, son las que tienen una propia ecsistpneia, dependiendo de la perturbación de las — 29 — fuerzas vitales, como las Neurosis: las sintomáticas son las que se refieren á una alteración particular y determinada de la economía, cesando tan luego como desaparece la causa que la ha motivado: el edema de las estremidades inferiores en los obstáculos, á la circulación, ya en el corazón, ya en las vis- ceras, las parálisis en las afecciones cerebrales &c. Las simpatías se aprocsiman muy mucho á las sintomáticas, ellas son el re- sultado de la transmisión de la escitacion ó estimulación pa- tológica de un órgano en otro ú otros con quienes tiene estre- cha relación el afecto, ya por continuidad, ya por contigüidad: las fiebres que se presentan en las inflamaciones de los órganos, los vómitos de las mugeres en cinta, la alferecía en los niños que padecen lombrices, la tos nerviosa de las Cloróticas, la tos gástrica en los infartos saburrales, así como el dolor esca- pular en las hepatitis nos dan cuenta del valor patológico de las simpatías morbosas: siendo tanto mas grave la enferme- dad cuantas mas simpatías se desarrollen. Bajo el aspecto Nosológico admitiremos lá clasificación del Dr. Pinel, por ser la que está mas conforme hoy con los progresos de la ciencia y con nuestros raciocinios. Entenderemos por Nolología aquella parte de la Patolo- gía General que se ocupa de la clasificación de las enferme- dades: muchos son los cuadros Nosológicos inventados para establecer la clasificación metódica de las enfermedades, pero ninguno de ellos reúne según nuestro juicio, el objeto á que fueron dedicados sino la de Mr. Pinel. Este Profesor Catedrá- tico de la facultad de medicina de Paris, clasifica las enfer- medades según la naturaleza que presentan, dividiéndolas en Clases, Ordenes, Géneros y Especies. 1 Calenturas. 2 Flegmasías. 3 Hemorragias. 4 Lesiones orgánicas. 5 Neurosis. La clase de fiebres las divide en siete órdenes.—lo: Infla- matorias ó Angioténicas,—de la cual forma un solo género,— sinocal ó continua. Orden, lo: Biliosas gástricas ó Meningo-gástricas,—de las cuales forma dos especies, Intermitente y Remitente. Especie.—Embarazo gástrico.—Complicado con Fiebre biliosa y Fiebre biliosa remitente.—Especie complicada: con la inflamatoria para formar la fiebre ardiente.—Fiebre gás- trica intermitente.—Especie.—Gástrica intermitente cuotidia- — 30 — na.—Intermitente terciana.—Intermitente cuartana y sestana- íia,—Complicada con los infartos gástricos é intestinales. Orden, 2o; Fiebres Adenomeníugeas ó Mucosas. Género, Io: Mucosa continua simple.—Complicada con Fiebre mucoso inflamatoria.-Gástrica.-Verminosa.-2°: Fiebre Mucosa remitente.—Especie Mucosa remitente cuotidiana.— Remitente terciana doblada.—Remitente cuartana,—puede complicarse con el embarazo gástrico y con la fiebre biliosa. Género, 3o: Fiebre Mucosa intermitente.—Especie.—In- termitente cuotidiana.-Intermitente doble terciana y cuartana. Orden, 3o: Fiebres Adinámicas ó Pútridas. Género, Io: Fiebre Adinámica continua.—Especie com- plicada.—Pútrido inflamatoria.—Pútrido Biliosa continua.— Mucoso adinámica continua.—Tiphus.—2o: Fiebre Adiná- mica remitente.—Genero, 3o: Fibre Adinámica intermitente. Orden, 4o: Fiebres Atáxicas ó Malignas. Género, Io: Fiebre Atáxica continua.—Especie.—Lenta. —Nerviosa.—Fiebre Cerebral.—Especie complicada.—Atáxo inflamatoria continua.—Atáxo biliosa continua.—Atáxo mu- cosa continua.—Atáxo Adimánica Continua.—Atáxo gastro adinámica continua.—Fiebre Amarilla.—Género, 2o: Fiebre Atáxo Perniciosa remitente.—Género, 3o: Fiebre Atáxo Perni- ciosa intermitente. Orden, 5o: Fiebres Adenonerviosas ó Pestilenciales. Género, Io: Peste.—Especie complicada con embarazo gástrico, con fiebre gástrica, con fiebre adinámica, y con la fie- bre Atáxica.—Género, 2o: Fiebres Adenonerviosas remitentes é intermitentes.—Genero, 39: Fiebres hechicas.—Género, 4o: Fiebre héctica continua.—Especie simple según los órganos afectos.—Complicada héctica remitente. Clase II. Flegmácias. Orden, 6o: Flegmácias cutáneas. Género, Io: Viruelas.-Especie.-Discreta.-Confluente.-Es- pecie complicada con fiebre Adianámica Gástrica y Atáxica. Género, 2.°: Variedla,—3.°: Sarampión.—Especie com- plicada con las fiebres Gástricas.—Adinámicas.—Atáxicas y con la Pulmonía.—4.°: Escarlatina.—Especie complicada con la fiebre Gástrica—Atáxica y Adinámica.—5.°: Erisipela.—Es- pecie complicada con la fiebre gástrica.—Adinámica y Atáxi- ca.—6.°: Zona.—Especie complicada con fiebre gástrica.—A- táxica y Adinámica.—7.0: Miliar.—Especie complicada con Flegmácias Cutáneas, y Fiebre Atáxica y Adinámica.—8.°: Ur- ticaria—9.°: Tina.—Especies simples.—Tiñafavosa.—Granu- lada.—Turfuracea.—Amiantácea y Mucosa.—Complicadas con la Sarna.—Herpes.—Sífilis.—Escrófulas.—Género, 10: Plica.— Especies.—Plica multiforme.-De Cola ó solitaria y en Masa.— Género, 11: Herpes.—Especies simples.—Turfuraceo.—Esca- moso.—Crustáceo.—Rojo.-—Pustuloso.—Phlyctenoides y Eryt- henoides.—Especie complicada con la Sarna y Sífilis.—Gé- nero, 12: Sarna.—Especies complicadas con la Sífilis y Her- pes.—13: Pémpligus.—14: Psydracia. Flegmácias cutáneas gangrenosas. Género, Io: Pústula maligna.—Especie.—Pústula malig- na contagiosa y no contagiosa.—Complicada con las fiebres adinámicas y Atáxicas. Orden, 7.°: Flegmácias de las membranas muscosas. Género, Io: Oftalmías.—Especie complicada con infarto gástrico y fiebres inflamatorias y biliosas.—2o: Coriza.—3o: Otitis Especie simple.—Otitis interna y esterna.—Complica- ciones entre sí. Género, 4o: Angina Gutural.—Especie complicada con fiebres, Escarlata, Sarampión y Viruelas.—5o: Angina.—Gan- grenosa.—6o: Angina Traqueal.—7o: Croúp.—Complicaciones con la fiebre inflamatoria, infarto gástrico, fiebre biliosa, vi- ruelas confluentes y Anginas Tonsílar.—8o: Catarro pulmo- nal.—Complicación con la fiebre biliosa.—Adinámica y gas- tro adinámica.—9o. Gastritis.-10: Enterítis.-ll: Complicación con las fiebres primitivas.—12: Diarrea Catarral.—13: Disen- teria.— Complicada con fiebres inflamatorias.—Biliosas.—A- dinámica y Atáxica—14: Catarro Vexical.—Complicación con cálculos urinarios.—15: Blenorragia.—Complicación con la sífilis.—16. Leucorrea Especie simple.—Leucorrea local, Cons- titucional.—Complicación con la sífilis.—17: Aphtas.'—Espe- cie simple Aphtas ordinario, y de los Niños ó Muguet.—Con- plicaciones con las fiebres mucosas y Adinámicas. Orden VIII, Flegmácias de las mem- branas Serosas. Género, Io: Phrenesi, complicada con fiebre inflamatoria y Biliosa.—Pleuresía complicada con la fiebre primitiva ú otra — '*- — flegmácia.—2o: Peritonitis.—Especies simples Peritonitis or- dinaria, Puerperal.—Complicada con Metritis, fiebre biliosa y Adinámica. Orden IX, Flegmácias del tejido celu- lar y de los órganos parenquimatosos- Género, Io: Fegmon.—Complicaciones con fiebre primi- tiva ó alguna otra flegmácia.—2o: Parótidas.—3o: Cephali- tis.—4o: Perinenmonia.—Especies complicadas, con la fiebre gístrica.—Adinámica.—Atáxica y Pleuresía. Género, 5o: Carditis.—6o: Hepatitis.—Especies compli- cadas con las fiebres inflamatoria y biliosa, alguna flegmácia y hemorragias.—7o: Nefritis.—Especie simple, Nefritis Cal- culosa.—Complicadas con fiebre inflamatoria ú otra flegmá- cia,—&°: Metritis.- Complicaciones.—Peritonitis, fiebre gás- trica y Adinámica. Orden X. Flegmácias de los tegidos muscular fibroso y sinovial. Género, Io:—Reumatismo muscular.—Especies simples. —Pleurodinia, Torticolis y Lumbago.—Complicadas con fie- bres inflamatorias, Gástrica, Adinámicas, Reumatismo fibro- so, Gota ó Artritis y flegmácias cutáneas.—2o: Reumatismo fibroso.—Especie complicada con la fiebre gástrica, y Reuma- tismo muscular.—3o: Artritis ó Gota.—Especie simple.—Gota regular é irregular.—Complicaciones con la Melancolía, hi- pocondría, Asma, Escorbuto, Sífilis, Flegmácias Cutáneas. Orden XI. Hemorragias. Hemorragias.—Constitucionales.—Suplementarias.—Cri- ticas, Accidentales, Pasivas y Activas. Género, 1.°: Hemorragias de las membranas mucosas. Género, 2.°: Especies simples.—Epistaxis activa y pasi- va.—3.°: Hemotisis.—Especies simples, hemotisis activa y pasiva.—Variedades, por irritación local, por Plétora general, por disposición originaria.—4.°: Hematemesis.—Especies sim- ples Hematemesis activa y pasiva—Variedades.—Hemateme- sis accidental sucedánea y Melena.—5.°: Fluxo hemorroidal. —Especies simples.—Fluxo hemorroidal activo y pasivo.—6.° Hematuria—Especies simples.—Hematuria activa y pasi- — 33 — va.—Variedades.—Ilematuria accidental y Senil.—7.°: Fluxo menstrual.—Especies simples.—Fluxo menstrual regular é irregular.—Accidentes.—Amenorrea y Menorragia. Orden XII, Neuróses de los sentidos. Género, 1.°: Dysecea.—2.°: Paracusis.—3°: Zumbido de oidos.—4.°: Sordera. Neuróses de la Vision.—Género 5.°—Imaginaciones.—6°: Diplopia.—7o: Hemeralópia.-8°: Nictalopía,—9o: Amaurosis. Orden XIII. Neuróses de las funciones cerebrales. Género, Io: Apoplejía.—Especie—Apoplejía fuerte y dé- bil.— 2o: Catalepsis. —3o: Epilepsia.—4o: Epilepsia, Idiopática y Simpática.—Complicación con ia Mania, Idiotismo y De- mencia. Género, 5o: Hipocondría.—Complicación con las lesio- nes orgánicas, abdominales.—6o: Melancolía,—Variedad.-Me- lancolía con propensión al suicidio.—7o: Mania.—Especies —Mania con delirio y sin delirio.-8°: Demencia complicación con la Epilepsia.—9o: Idiotismo, complicación con Erisi- pela.—10 Sonambulismo.—11 Hidrofobia—Especies.—Hi- drofobia espontánea contagiosa ó por mordedura de animal rabioso. Orden XIV. Neuróses de la locomoción* Género, 1 °. Neuralgias—^Especies.—Neuralgia Frontal, Infra-orbitaria, Maxilar, Ileo-escrotal.—Femoro Poplítea, Fe- moro, Pretibial.—Plantar, Cubito digital y Anómala. Género. 2o: Tétanos.—Especies.—Tétano de los recien nacidos, Traumático espontáneo. Género, 3o: Convulsiones.—Variedades.—Convulsiones por irritación interna, esterna y habituales.—4o: Danza de San Vito.—5o: Parálisis.—Especies.—Parálisis completa é in- completa. Neuróses de la voz. Género, Io: Voz convulsiva.—Género, 2°: Afonía. 5 — 34 — Orden XV. Neuróses de las funciones nutritivas. Género, Io: Espasmo del Esófago.—2o: Cardialgía.—3o: Pirosis.—4o: Vómitos.—5o: Dispepsia.—6o: Bulimia.—7o: Pi- ca.—8o: Cólico.—9o: Cólico de plomo.—10: íleo. Neuróses de la respiración. Género, Io: Asma.—2o: Coqueluche.—3o: Atfixia.—Es- pecies por defecto de aire respirable, por estrangulación, por Gases deletéreos. Neuróses de la circulación. Género, Io: Palpitaciones.—2o: Síncopes. Orden XVI. Neuróses de la generación. Género, Io: Anafrodisia.—2o: Satyriasis.—3o: Priapismo. —4o: Ninfomanía.—5o: Histérico. Orden XVII. Lesiones orgánicas gene- rales. Género, lo: Sífilis, complicación con las escrófulas, Her- pes, Sarna, Escorbuto, Gota, Hipocondria.—2o: Escorbuto.— Variedades.—Primitivo y secundario.— 3°: Gangrena.~4°: Cán- cer.—Especies del Esófago del estómago, Intestinal, Uteri- no.—5o: Tubérculos.—Especies simples.—Pulmonales, Me- sentéricos.—Complicación con herpes y escrófulas.—6.°: Es- crófulas.—Complicación con la tina, sarna, herpes, sífilis y Rachilis.—7.°: Raohitis.-8.°: Elefansiasis de los Griegos, com- plicación en la Sifilis.--9.°: Elefansiasis de los Árabes.—Es- pecies simple de los miembros y del escroto.—10: Yaws. Orden XVIII. Lesiones orgánicas par- ticulares del corazón y vasos. Género, Io: Aneurisma del corazón.—Especies Aneuris- ma con adelgazamiento de las paredes: con espesor de las paredes: complicación con el Aneurisma de la Aorta y estre- — 35 — chez de los orificios.—2o: Estrechez de los orificios del cora- zón.—Especies del orificio aórtico, y del aurículo ventricular izquierdo, complicación con el Aneurisma del corazón.—3o: Aneurisma de la Aorta, complicación con el Aneurisma del corazón.—4o: Tumores hemorroidales.—Especies accidentales y constitucionales. Orden XIX. Lesiones orgánicas parti- culares del sistema linfático o hi- dropesías. Género, Io: Anazarca.—2o: Hidrocéfalo.—Especies cró- nico, agudo, hidrorrachis, hidrotorax: complicación con el hi- dro pericardias y aneurisma del corazón, y ascitis. Lesiones orgánicas particulares del tejido celular. Género, Io: Endurecimiento del tejido celular. Orden XX. Lesiones orgánicas particu- lares del cerebro. Género, Io: Reblandecimiento é induración. Orden XXI. Lesiones orgánicas parti- culares del pulmón. Género, Io: Tubérculos.—2o: Hepatizacion. Orden XXII. Lesiones orgánicas parti- culares del hígado. Género, Io: Induración.—2o: Supuración. Género, 2°: Hidropesía enguistada del hígado.—3o: Con- creciones biliosas.-4°: Ictericia de los recien nacidos. Lesiones orgánicas particulares de las vías urinarias. Género, Io: Diabetes.—2o: Secreciones urinarias.-Espe- cies.-Renal y Vexical. — 36 — Orden XXIII. Lesiones orgánicas parti- culares del útero. Género, Io: Cuerpos fibrosos en la Matriz.—2o: Cáncer del cuello y cuerpo. Lesiones orgánicas particulares del conducto alimenticio. Género, Io: Cáncer del cardias y piloro. Género, 2o: Vermes intestinales.—Especies.—Ascárides lombricoides.—Vermicular y Thenias. LECCIÓN VII. Señores:—Réstanos ahora considerar las enfermedades, bajo el punto de vista Nosográfico que comprende los carac- teres de todas las que pueden afectar la organización y econo- mía del hombre; sirviéndonos para llenar este fin de la que también estableció el mismo Sr. Pinel, á quien debemos la an- terior Clave Nosológica. Nosografía es aquella parte de la pa- tología que se ocupa de la descrip- ción de las enfermedades por medio de los principales caracteres que presentan. Calenturas.—Aumento de calor, frecuencia del pulso, lesión de la mayor parte de las funciones. Duración determi- nada. Caracteres que las distinguen. Fiebre angioténica ó in- flamatoria. Pulso fuerte, calor halituoso. Inflamatoria conti- nua, ligeros paroxismos. Duración de cuatro á cinco dias. Ter- minación por sudores y hemorragias. Fierres biliosas ó meningo gástricas.—Pulso fuerte, calor acre ai tacto, cefalalgia supra orbitaria, dolor epigástrico, boca amarga, embarazo gástrico é intestinal, color blanco ó amarillo de la lengua, constipación ó diarrea. Gástrica continua, uno ó dos paróximos mientras el dia ó noche: fiebre gástrica ó biliosa remitente: accesos de calor y frió que concluyen por cambiarse en simples paroxsismosá la declinación de la fiebre; se complica con la inflamatoria para formar la fiebre ardiente. — 37 — Fiebre gástrica intermitente.—Accesos todos los días 6 cada dos tres ó mas días con intermisiones completas. Fiebres mucosas ó adenomeningeas.—Pulso poco acele- rado, color moderado, aphtas, aumento de secreción intestinal pulmonal y vexical, dolores en los miembros, erupciones cu- táneas, exacervaciones nocturnas: fiebre mucosa continua, ca- lor moderado mientras el dia, paroxismos por la noche: se com- plica con la fiebre inflamatoria, gástrica y verminosa. Fiebre mucosa remitente.—Calor continuo moderado, adormecimiento, dolores contusivos de los miembros, accesos de fiebre bajo el aspecto intermitente y remitente continuo. Fiebre mucosa intermitente.—Accesos de fiebres cada 24 ó 28 horas señalados por frió, calor y sudor. Fiebre adinámica ó pútrida.—Pulso débil, calor acre al tacto, estupor, postración de fuerzas, lengua negra y fuligi- nosa. Fiebre adinámica continua.—Paroxismos por la mañana y tarde. Fiebre inflamatoria pútrida.—Apariencia de la infla- matoria en los tres ó cuatro primeros dias seguidos de postra- ción. Fiebre adinámica remitente.—Los caracteres anteriores y duración prolongada. Fiebre adinámica intermitente.—Accesiones cuotidia- nas, tercianas dobles ó cuartanas. Intermisiones completas. Fiebre atáxica maligna ó tifoidea.—Irregularidad en la sucesión de los síntomas, respecto al pulso, al calor, ala mo- tihdad y á las facultades intelectuales. Exacerbaciones irregu- lares. Fiebre atáxica continua.—Paroxismos irregulares. Lenta nerviosa Atáxica, síntomas fugaces y de larga duración. Ce- rebral, fenómenos gástricos, cefelalgia viva, confusión de ideas, sordera, estupor, estado comatoso. Fiebre ataxo inflamatoria continua.—Biliosa continua mucosa continua, adinámica continua, gastro adinámica con- tinua. En esta especie colocaremos la fiebre amarilla intertro- pical. Fiebre atáxica perniciosa remitente.—Continuidad de la fiebre con vueltas regulares é irregulares, accesos cuotidia- no, terciana, cuartana con síntomas anómalos como cardial- gía, cólera morbus, soncípes, frialdad, y afonía. Fiebre atáxica perniciosa intermitente.—Accesos de fiebre bajo las formas, cuotidiana, doble terciana y cuartana — 3B — exasperadas por algún síntoma dominante y peligroso como los del cólera morbus, disentería, delirio, apoplejía, epilepsia, do- lores nefríticos, con intermitencias completas. Fiebre adenonerviosa ó pestilencial.—El estado fe- bril presenta los fenómenos adinámicos y atáxicos, acompa- ñados de bubones, erupciones, carbuncos, pústulas de color lí- vido y oscuro; se complica con el embarazo y fiebre gástrica, con la adinámia y ataxia. Fiebre héctica.—Duración indeterminada con emacra- cion y consunción, fiebre héctica continua y remitente, depen- diente de órganos afectos de flegmácia crónica. Flegmácias. Dolor, calor, rubicundez local con fiebre ó sin ella, ter- minando por resolución, supuración, induración y gangrena. Flegmácias cutáneas.—Rubicundez mas ó menos es- tensa, pústulas con calor, dolor quemante y pruriginoso acompañado de fiebre que terminan por desecación y esca- mad o n. Viruelas.—Erupción cutánea general, epidémica y con- tagiosa, granos de pústulas redondas que terminan por dese- cación precedida de movimiento febril. Viruela discreta, gra- nos poco numerosos separados unos de otros, cesación de la fiebre después de la erupción. Viruela confluente, granos aprócsimados reunidos entre sí, aplastados, continuación de la fiebre después de la erupción, ptialismo y diarreas; se com- plican con las fiebres gástrica, adinámica y atáxica. Varicella.—Granos que se desenvuelven después de una fiebre de corta duración, pasando prontamente al estado de supuración, se desecan en pocos dias, sin dejar cicatrices. Sarampión.—Erupción cutánea general epidémica y con- tagiosa: manchas rojas, análogas á las picaduras de pulgas se- paradas por intersticios angulares acompañada de fiebre, de epífora, de coryza y tos, que termina en decamacion, se com- plica con las fiebres gástrica, atáxica, adinámica y peripneu- monia. Escarlata.—Erupción cutánea general epidémica y con- tagiosa de un rojo escarlata, acompañada de inflamación de las tonsilas de movimiento febril, terminada por descamación del epidermis: se complica con las fiebre gástrica, adinámica y atáxica. Zona.—Ligera tumefacion y rubicundez de la piel bajo — 39 — la forma de cinturon, cubierta de granos aprocsimados, blan- cos ó rojos, con calor, dolor quemante y tensión de la parte; se puede complicar con las fiebres gástrica, atáxica y adinámica. Miliar.—Erupción de granos rojos pequeños sobre toda la piel precedida de fiebre con sudores ácidos y prurito, que pasan después al estado de pústulas miy pequeñas, blancas y de corta duración; se complica con la fiebre adinámica, atáxica y flegmácias cutáneas. Urticaria.—Erupción de manchas rojas pruriginosas, mas ó menos elevadas sobre la piel, análogas á la sensación que produce, las ortigas desapareciendo por la presión, y ter- minando por descamación; se complica con alguna de las fie- bres primitivas. Tina.—Erupción en el cuero cabelludo de la cabeza, á ma- nera de escamas furfuráceas, tubérculos repartidos irregulares aglomerados en forma de surcos.— Tina fabosa, tubérculos deprimidos en su centro de color amarillo gris que creciendo se reúnen formando costras espesas.—Granulada, tubérculos irregulares, desiguales de un color gris oscuro, sin depresión en el centro.—Furfurácea, ligera descamación del epidermis, seguida de un humor que se deseca en forma de escamas fur- furáceas.—Amiantácea, pequeñas escamas muy finas de un color de plata nacarado, las cuales rodean los pelos dándole el aspecto del amianto.—Mucosa, pústulas ó vegiguillas segui- das de ulceraciones superficiales, de las que se derrama un humor pegajoso muy análogo á la miel descompuesta; se com- plican con la sarna, sífilis, herpes y escrófulas Plica polonesa.—Aglutinación de los cabellos que to- man formas variadas, creciendo de una manera estraordina- na.—Plica multiforme, cabellos aglutinados en manojos sepa- rados mas ó menos gruesos y largos.—Plica á manera de cola de caballo, cabellos reunidos en un solo manojo ordinaria- mente muy largo.—Plica en masa, cabellos mezclados en un solo manojo muy voluminosos y flexibles. Herpes.—Erupción cutánea periódica ó continua, de pe- queñas vexículas serosas, de pústulas costrosas ó escamosas, algunas veces con ulceración ó destrucción del tejido celu- lar.— Herpes furfuráce, ligeras esfoliaciones del epidermis parecidas al salvado, muy adherentes á la piel ó fácil de se- parar.—Herpes escamoso, esfoliacion del epidermis en escamas mas largas que en la especie precedente, las que separadas de la piel se desprenden espontáneamente.—Crustáceo, cos- tras amarillas ó gris blancas ó verdes, de formas variadas que — 40 — cayendo son remplazadas por otras, permaneciendo por mas ó menos tiempo adherentes á la piel.—Rojo, granos pustulo- sos ó úlceras rojas que suministran un pus icoroso, atacando algunas veces los músculos ligamentes y huesos.—Pustuloso, pústulas mas ó menos voluminosas y aprócsimadas, cubiertas de escamas y de ligeras costras que caen, siendo remplaza- das por manchas rojas.—Phlictenoides, vejiguillas de formas y tamaño variados, llenas de una serosidad icorosa, dejando después de su desaparición, escamas rojas.—Erythenoides, ele- vaciones rojas é inflamadas, que se terminan á la larga por ligeras esfoliaciones del epidermis; se complican con la sarna y sífilis. Sarna.—Granos que se convierten en pústulas, que prin- cipian generalmente en el intervalo de los dedos y manos,fá- cil de comunicarse por contagio; se complica con los herpes y sífilis.—Pemphigus, Erupción de vexiculas sobre diferentes partes del cuerpo, del volumen de una almendra que contie- nen una serosidad amarilla y desaparecen en tres ó cuatro dias.—Psydracia, Granos que se convierten en pústulas, te- niendo su sitio variado, de una marcha irregular, no comuni- cándose por contagio. Flegmácias cutáneas gangrenosas.—Pústula maligna. Tubérculo duro ó resistente, cuyo centro presenta una pús- tula negra ó morada, rodeada de una aureola roja é hin- chazón descolorida y algunas veces de toda la parte con in- filtración de pus.—Pústula maligna puede ser contagiosa y no contagiosa', se complica con las fiebres atáxica y adinámica. Flegmácia de las membranas muco- sas. LECCIÓN VIII. Dolor sordo y gravativo, rubicundez, calor sobre un punto mas ó menos estendido de las membranas mucosas, supre- sión de la secreción, la que aumenta ó modifica, marcha aguda ó crónica.---Oftalmía, rubicundez, calor mas ó me- nos vivo de las conjuntivas sensibilidad mas ó menos ecsage- rada de los ojos; complicaciones con la fiebre inflamatoria y gástrica, con los infartos gástricos.—Coryza, rubicundez,ca- lor en el interior de la nariz, secreción mucosa disminuida, después aumentada.—Otitis, dolor en el interior de la oreja con zumbido, derrame mucoso por el conducto auditivo es- — 4Í — temo, y por la membrana tímpano.—Angina guttufal, ru- bicundez, hinchazón, calor y dolor en el interior de la garganta perceptible á la vista, secreción mucosa suprimida, después aumentada, deglución dificultosa y dolorosa; complicación con la fiebre primitiva, escarlatina, sarampión y viiuelas.— Angina gangrenosa, inflamación de la laringe que se termina rápidamente por ulceración, ó por la formación de una escara renegrida acompañada de síntomas generales, debilidad del pulso, delirio y estupor.—Angina traqueal, dificultad de res- pirar, voz aguda y sibilante, tos ronca, dolor y ardor en el in- terior de la garganta, ninguna alteración se percibe en la re- tro-boca, ninguna espectoracion, después viscosa opaca y con- sistente, deglución dificultosa.—Croup, síntomas de un ligero catarro durante uno ó dos dias, voz ronca, ruido agudo en el acto de la inspiración parecido al canto de un gallo joven, res- piración difícil y sibilante, ligero dolor al cuello, tos ronca, nin^ guna espectoracion, después viscosa y límpida, pulso intermi- tente y débil, ansiedad y agitación.—Remisiones irregulares, duración de cuatro á cinco dias, terminación frecuentemente por la muerte: complicaciones con las fiebres inflamatoria, gástrica, viruela confluente, angina tonsilar é infarto gástrico. — Catarro pulmonal, tos con espectoracion mucosa, opresión de pecho por los esfuerzos de la tos, complicación con la fie- bre gástrica adinámica y gástro adinámica.—Gastritis, calor y dolor en el epigastrio que se aumenta por la ingestión de alimentos, ganas de vomitar lo que se ingiere, dificultad de respirar, pulso frecuente y pequeño.—Enteritis, dolor y ardor en el estómago y hacia el ombligo, vómitos, diarreas ó consti- pación, fiebre, pulso pequeño é irregular, complicación con la fiebre primitiva.—Diarrea catarral, deyecciones albinas abun- dantes con ligeros cólicos: Disentería, necesidad frecuente de ir al sillico, tenemos ó pujos, acompañados de espulsion de mucosidades poco abundantes, frecuentemente mezclada con sangre: complicación con las fiebres inflamatoria, gástrica, adinámica y atáxica.—Catarro de la vegiga, dolor en la ve- giga urinaria, orina que deposita un sedimento viscoso y es- peso, marcha aguda ó crónica con largos intervalos de calma: complicación con los cálculos vejicales.—Blenorragia, dolor en la uretra con derrame de una materia que varia por su cualidad y consistencia: complicación con la sífilis.—Leucor^ rea, derrame de mucosidades por la vagina sin causa viru- lenta con ó sin irritacian de los órganos genitales, acompañada de peso en los lomos y muslos, de carácter crónico.—Leucor- 6 — 42 — rea local y constitucional, languidez, palidez general, senti- miento de tirantez en el estómago, falta de apetito: complica- ción con la sífilis.—Aphtas, erupción en lo interior de la boca, tubérculos blancos superficiales y redondos que forman por- ción de costras de diversos colores, mas ó menos adherentes. Aphtas ordinario de los niños ó muguet. Flegmácia de las membranas serosas. Dolor vivo lancinante con remisión y cambio de lugar, calor quemante, fiebre, marcha aguda ó crónica, terminación por adherencias ó ecsalacion de un líquido seroso ó purulento, ó por gangrena.---Frenesí, dolor vivo pungitivo, tensivo y circunscrito á la frente, delirio intermitente, los ojos fijos, des- pués estado comatoso, con ó sin parálisis, complicaciones con la fiebre inflamatoria y gástrica.—-Pleuresia, dolor lateral pungitivo que aumenta en el acto de la inspiración y por los esfuerzos »de la tos, la que es seca, sin espectoracion, fiebre: complicación con la fiebre primitiva ú otra flegmácia.—Peri- tonitis, dolor abdominal agudo acompañado de meteorismo, hipo, vómitos, dificultad de respirar, constipación ó diarreas. —Peritonitis ordinaria puerperal, síntomas propios de la mu- geres después del parto con flojedad de los pechos, y supre- sión de los loquios, complicación con la metritis, fiebre gás- trica y adinámica. Flegmácias del tejido celalar y ór- ganos parenquimatosos. Dolor tensivo con hinchazón y calor, tendencia á la su- puración é induración, estado febril.—Phlegmon, rubicundez, tumor, calor, dolor pulsativo y gravativo, en algún lugar del tejido celular: complicación con la fiebre primitiva ú otra fleg- mácia: Escrófulas, tumefacción debajo de las orejas con calor, dolor y tensión, con tendencia á la metástasis hacia los tes- tículos ó mamas.—Cefalitis, dolor sordo, vago y profundo que corresponde al occipucio, delirio, convulsiones ó estado coma- toso, vista insensible, contracción dolorosa de algún miembro, — 43 — pulso blando, débil é irregular.—Peripneumonía, dolor pro- fundo y pungitivo en uno de los lados del pecho, dificultad de respirar, tos, espectoracion mucoso sanguinolenta, fie- bre: conplicacion con las fiebres gástrica, adinámica, atáxica y pluresia.—Carditis, dolor vivo pungitivo y profundo en la región del corazón, sincopes frecuentes.---Hepatitis, dolor mas ó menos vivo y profundo en el hipocondrio derecho con sentimiento, detención, fiebre é ictericia: com- plicaciones con las fiebres gástrica é inflamatoria, hemor- ragia ó alguna otra flegmácia.----Nefritis, dolor mas ó me- mos vivo, continuo ó periódico en la región lumbar, fiebre náuseas, lesión de la secreción de la orina.—Nefritis calculosa, complicación con la fiebre inflamatoria ó alguna otra flegmá- cia.— Metritis, dolor, ardor y peso en la región sub-pubiana y hacia el orificio del útero, fiebre; complicación con las fiebres gástrica adinámica y peritonitis. Flegmácias, de los tegidos muscular, fibroso y sino vial. Dolor, dislacerante en los tejidos muscular fibroso y sino- vial que se aumenta por los movimientos de la parte,'con ten- dencia á las metatasis y á vueltas periódicas: Reumatismo mus- cular, dolor despedazante, fijo, ó vago, teniendo su sitio en el tejido propio del músculo, aumentando por la contracción del músculo afecto y por la presión esterior: Pleurodinia en los músculos intercostales: tortícolis en el cuello, lumbago en los lomos: complicaciones con las fiebres inflamatorias, gástrica, adinámica, reumatismo fibroso, gota y flegmácias cutáneas. Reumatismo fibroso,dolor agudo despedazante que se propaga á lo largo de las porciones del sistema fibroso que se aumenta por los movimientos de detención de los ligamentos y apo- neuroses: complicación con la fiebre gástrica y reumatismo muscular: Gota, dolor principalmente en la articulación del grueso artejo, cuya vuelta puede ser regularé irregular, no apareciendo en épocas fijas, y desapareciendo prematuramente seguido de lesiones variadas en los órganos internos, y sobre todo en el estómago: gota regular é irregular, dolor articular ligero, de repente suprimido, presentándose lesiones en dife- rentes órganos, como cefalalgia, vértigos, coma, parálisis, car- — 14 — dialgia, vómitos, estranguria: complicaciones cotila melan- colía, hipocondría, astma, escorbuto, sífilis y enfermedades cutáneas. Hemorragias, LECCIOIVIX. Ecsalacion de sangre por las superficies mucosas y algu- nos otros tegidos: Hemorragias constitucionales, suplementa- rias, críticas, accidentales, pasivas y activas. Hemorragias de las membranas mucosas: ecsalacion de sangre, activa ó pasiva de dichas membranas: Epistasis, der- rame de sangre por las narices precedida de frió, de calor y de rubicundez de la cara: Epistasis activa, pasiva: Hemotipsis, espectoracion de sangre roja espumosa con frió, calor ge- neral, titilación de la garganta y tos: Hemotisis activa y pa- siva, por irritación local, por plétora general, por disposición originaria: Hematemesis ó vómitos de sangre roja ó negra, lí- quida ó coagulada, mezclada con los alimentos, con cardial- gía y angustias,activa, pasiva, accidental, sucedánea: Melena, flujo hemorroidal, deyecciones de una sangre bermeja, ne- gra, líquida ó coagulada, precedida de dolores generales, frialdad de las estremidades y calor fugaz, activa y pasiva: Hematuria, escrecion de orina roja, con la cual se mezcla la sangre, precedida de frió y de calor, hematuria activa, pasiva, accidental y senil: Flujo menstrual, regular é irregular: Ame- norrea, retención ó supresión del flujo menstrual: Metrorrágia, derrame menstrual, escesivo, activo ó pasivo. Hemorragias de los sistemas celular y cutáneo, manchas lívidas de la piel, equimosis traumáticos. Neuróses. Neuróses de los sentidos.-Dysecea,audición débil,mien- tras que el cuerpo sonoro y el aire que propaga el sonido, pue- den escitar una sensación muy fuerte.—Paracusis, audición confusa cuando los sonidos son agudos y fuertes, pero fácil cuando son débiles, difiriendo la audición en cada oreja.— Zumbido de oido, sensación imaginaria que no corresponded las vibraciones del sonido.—Sordera, abolición completa de la audición-Neurosis de la i^sion, ofuscamiento, visión de un — 45 — objeto que no ecsiste como moscas, enredo de pelos, especie de red: Diplopia, visión doble de un mismo objeto: Hemeralo- pia, visión de dia: Nictalópia, visión de noche: Amaurosis, ce- guedad completa. Neuróses de las funciones cerebrales. Apoplejía.—Suspensión mas ó menos completa de la ac- ción de los sentidos y de los movimientos, respiración ester- torosa y continuación de la función del corazón: Apoplejía fuerte y débil.—Catalepsis, suspensión total del movimiento y sentimiento, pulso y respiración imperceptible, los miem- bros conservan su posición anterior, ó la que se les da.—Epi- lepsia, pérdida del conocimiento con movimientos convulsi- vos y espasmódicos: Epilepsia idiopática y sintomática: com- plicación con la mania, idiotismo y demencia.—Hipocondría, tensión espamódica en diferentes partes, flatuosidades y ma- les imaginarios: complicación con lesiones orgánicas abdomi- nales.—Melancolía, pasión dominante llevada al esceso, de- lirio esclusivo de un objeto, propensión á la desconfianza por motivos los mas frivolos: melancolía que propende al suicidio. —Mania, lesión de una ó muchas funciones de la inteligen- cia con emociones alegres ó tristes, estravagantes y furiosas, ninguna perversión del entendimiento, impulsión ciega á ac- tos de furor, mania con delirio, sin delirio.—Demencia, suce- sión rápida, alternada, no interrumpida de ideas y de accio- nes aisladas, emociones ligeras y desordenadas, con olvido de todo estado anterior: complicada con epilepsia, idiotismo, obli- teración mas ó menos absoluta de las funciones del entendi- miento y afecciones morales: complicación con erisipela, so- nambulismo, escitacion cerebral mientras el sueño, diferente del estado de vigilia, aptitud á repetir las acciones de que es- taba acostumbrado en la vigilia: Hidrofobia, sentimiento de ar- dor y constricción en la garganta con horror á los líquidos, sensibilidad estrema de los sentidos: hidrofobia espontánea, contagiosa ó por mordedura de un animal rabioso. Neuróses de la locomoción y de la voz. Neuróses de la locomoción.---Neuralgia, dolor vivo y despedazante con punzadas y tirantez sucesiva, sin rubicun- dez ni calor, y sin tensión ni hinchazón de la parte: el sitio del dolor se fija sobre el trayecto que recorre alguna rama ner- — 4Ü — viosa y su tronco: Neuralgia frontal, suborbitaria, masilar, ileo escrotal, feutbro poplítea, femoro pretibial, plantar, cubito di- gital y anómala: Tétano,contracción involuntaria de los mús- culos que levantan la mandíbula inferior, ó de los músculos flexores ó esténsores de alguno de los miembros ó de todo el cuerpo, sin alternativa de relajación: hacia delante empiosto- tonos, hacia otras opistotonos, hacia uno de los lados pleuros- tótonos,trismus en la mandíbula inferior: tétanos de los recien nacidos, traumático, moral: Convulsiones, contracción muscu- lar involuntaria general ó parcial, seguida de movimientos de relajación y contracciones alternadas, accidentales ó habitua- les, sin pérdida de la inteligencia: por irritación interna, es- terna y habituales: Danza de San Vito ó Corea, gesticulacio- nes irregulares é involuntarias de diferentes partes del cuerpo, las mas veces de los brazos manos y piernas: Parálisis, dimi- nución mas ó menos grande ó abolición de la contractilidad muscular, parálisis completa é incompleta. Neuróses de la voz.— Voz convulsiva, dificultad de ha- blar correcto, sucesiva, involuntaria y sin discordancia de las palabras: afónia ó falta de timbre. Neuróses de las funciones nutritivas. Neuróses de la digestión.—Espasmo del esófago ó dis- fagia, dificultad de tragar los alimentos y algunas veces las bebidas: Cardialgia, sentimiento de ansiedad y de contracción dolorosa en el epigastrio con desfallecimiento: Pirosis, sensa- ción de ardor caliente en el estómago que se propaga á lo lar- go del esófago hasta la garganta, seguida de eruptos ácidos.— Vómitos, espulsion de las materias contenidas en el estómago, acompañado de esfuerzos mas ó menos violentos; Dispepsia, digestión lenta penosa y dolorosa: Bulimia ó hambre canina, deseo insaciable de comer: Pica, aversión á los manjares or- dinarios, y apetito de los que generalmente se les temia. —Cólico, sensación de torcedura hacia la región umbili- cal y en el trayecto del colon, dolor que no se aumenta por la presión, aliviando algunas veces.—Cólico de plomo, contipa- cion obstinada, retracción del abdomen, dolores umbilicales y vagos, parálisis, temblores, convulsiones en los miembros su- periores: Ilee, vómitos continuados de las materias conteni- das en el estómago é intestinos con constipación obstinada, ansiedad, dolor vivo al rededor del ombligo y en el trayecto del colon. — 47 — Neuróses de la respiración.—Astma: disnea periódica con ansiedad en el pecho, respiración sibilante, carencia de tos, hacia el fin del ataque espectoracion mucosa abundante, Caqueluche, quintas de tos periódica acompañada de dificul- tad de respirar, inspiración sonora que amenaza á la sofoca- ción seguida de vómitos y espectoracion mucosa: Asfixia por suspensión de la respiración de la circulación y de la acción cerebral, por falta de aire respirable, por estrangulación ó por gas deletéreo. Neuróses de la circulación.—Palpitaciones: movimien- tos del corazón precipitados é irregulares, referidos á afeccio- nes morales: Síncope, diminución ó supresión de los batimien- tos del corazón, del pulso, de la respiración y sensaciones, de la inteligencia de la voz y palabra, de la locomoción y demás funciones: Neuróses de la generación: Anafrodisia, erección muy débil ó imposible, sensibilidad esquisita, acompañada frecuentemente de ^misión involuntaria del esperma al me- nor contacto: Satyriasis, deseos irresistibles á repetir los actos venéreos, con facultades de sostenerlo sin derrame, Priapismo, erección fuerte y dolorosa con sensación de ardor quemante sin ningún deseo al acto venéreo. Neuróses genitales de la muger.—Ninfomanía, deseqs irresistibles é insaciables á los actos venéreos: Histérico, sen- sación de un globo de fuego que parte del útero dirigiéndose al cuello, con dificultad de la respiración y fenómenos va- riados en las demás funciones. Lesiones orgánicas ó transformacio- nes de la estructura íntima de los órganos. LECCIÓN X. Lesiones oRGáNicAs generales.—Sífilis, enfermedad con- tagiosa, local ó general, caracterizadas con úlceras pequeñas corrosivas, blenorragias ó flujo por la uretra, bubones ingui- nales, pústulas, excrecencias, tumores y dolores en los hue- sos y caries: se complica con las escrófulas, herpes, sarna, es- corbuto, gota é hipocondría: Escorbuto, manchas azulosas car- denaladas en diferentes partes del cuerpo, con hinchazón y en- cías ensangrentadas, y debilidad general, escorbuto primitivo y secundario de mar ó de tierra: Gangrena, color morateado ó negro, flacidez, diminución de la temperatura, formación de — 48 — escaras acompañada de flictenas rodeadas de una aureola en- cendida con lesiones generales variadas, como síncope, sudo- res fríos y como soñoliento: Cáncer, dolor lancinante, calor quemante, formación de úlceras cuyos bordes están reamver- sados, el fondo desigual y fungoso, lívido, fétido y ensangren- tado, fiebre héctica color amarillo, pálido de la cara: Cáncer del esófago, tumefacción y estrechez del esófago, deglución difí- cil, vómitos mucosos fétidos: Cáncer del estómago, eructos áci- dos, vómitos de materias alimenticias, y mucosidades oscu- ras, negras y fétidas: Cáncer intestinal, tumefacción algunas veces perceptible al través de las paredes del vientre, diarreas purulentas icorosas y ensangrentadas, vómitos de la misma naturaleza: Cáncer del útero, hinchazón indolente y remitente del cuello del útero, después dolor al tocarlo, derrame de un líquido icoroso por la vagina. Tubérculos pulmonales.---Tos, dificultad de respirar, marasmo, fiebre héctica con espectoracionjpumienta, tubércu- los mesintéricos, tumefacción de las glándulas linfáticas del menseterio, susceptibles de resolución, de supuración y de dejenerar en ulceración, complicación con los herpes y escró- fulas, escrófulas, tumores dé las glándulas linfáticas del cuello y de los sobacos, de forma irregular, susceptibles de resolu- ción, de supuración y de degenerar en úlceras fungosas: se complica con la tina, sarna, herpes, sífilis y raquitis, raquitis, cerratura de los huesos largos,hinchazón desusestremidades, tumefacción en el abdomen, elefanciasis de los Griegos, dimi- nución progresiva de las funciones sensitivas táctiles, voz ronca formación de tubérculos duros é insensibles y en dife- rentes partes del cuerpo, complicación con la sífilis, elefantia- sis de las trabas, dolor, rubicundez y tumor en el trayecto de los vasos linfáticos, encoloracion roja de la piel, acompañada de frió, y seguida de una hinchazón de forma dura, suscep- tible de un gran aumento de volumen, elefanciasis de los miembros y del escroto, bubas ó yaws, erupción sobre la piel de botones que presenta alguna analogía con la frambuesa si- filítica. Lesiones orgánicas particulares del corazón y grandes vasos. Aneurisma del corazón.—Palpitación con ruido en la región del corazón, sonido oscuro en la percusión, pulso fre- cuente, pequeño y desigual, ojos y nariz azuladas y lívidas, — 49 — dificultad en la respiración, hinchazón general, Aneurisma con mayor espesor de las paredes: batimientos del corazón bruscos) secos y violentos, sensibles á la vista, que levantan la mano cuando es aplicada sobre la región cardiaca, sonido oscuro á la percusión en corta estension de la misma región, pulso fre- cuente duro y vibrante, cara hinchada y moreteada, ojos in* yectados, Aneurisma por adelgazamiento de las paredes, pal- pitaciones débiles y lentas que solo se perciben aplicando la mano sobre la región del corazón, impresión de un cuerpo blando que levanta las costillas izquierdas, sonido oscuro ala percusión, pulso frecuente y blando y poco sensible, fácil á desaparecer por la compresión de los dedos, cara pálida y an- gustiosa, de color Violado y azulosoí complicaciones con el aneurisma de la aorta, Estrechez de los orificios del corazón, ruido particular, sensible en el pulso y región precordial cuan- do se aplica la mano, Estrechez del orificio aórtico, pulso ir- regular, duro y tirante y como vacio, palpitaciones fuertes, Estrechez del orificio pulmonario, edema general, pulsación de las venas yugulares, cara amoratada, pulso blando y lento, sonido oscuro á la percusión: complicación con el aneurisma de los ventrículos ya por adelgazamiento, ya por hipertrofia ó espesor mayor de sus paredes, Aneurisma de la atorta, sil- vido y ruido que se sienten arriba de la región cardiaca, sien- do oscura la percusión por debajo de la clavícula izquierda, pulso pequeño é irregular: complicación con el aneurisma del corazón, Tumores hemorroidales se sitúan en el borde del ano y en el interior del recto de tamaños y figuras variadas, de co- lor negro, rojo ó amoratado, aislado ó aprocsimados, que cuan» do se rompen dan salida á una cantidad de sangre mas ó me- nos roja ó negra.—Hemorroides accidentales, constituciona- les, dolores gravativos en los lomos y dorso, adormecimiento en las piernas, escalofríos, pulso duro y contraído, diminu- ción de la orina, meteorismo y escrecion de mucosidades por el ano. Lesiones orgánicas particulares del sistema linfático o hidropesías* Anazarca.—Infiltración parcial ó general del cuerpo, piel blanca y fria que deja impreso el dedo á la compresión ■, Hidro- céfalo volumen considerable de la cabeza funciones débiles de los sentidos, alguna vez parálisis, Hidrocéfalo crónico, vo- 7 — 50 — lumen considerable de la cabeza con separación de las sutu- ras, debilidad de los sentidos, parálisis de los miembros inferio- res, Hidrocéfalo agudo, ó hidropesía de los ventrículos, Amau- rosis, dilatación de la pupila.---Hidrorráquis, tumor blando, redondeado y fluctuante en algún punto de la columna ver- tebral, parálisis.---Hidrotoras; dificultad de respirar, de cu- bitus posible en los dos lados costales, así como en el dor- sal, sonido mate y obtuso en la cavidad del pecho hasta la altura del derrame: complicación con el hidrocéfalo y aneurisma del corazón.—Hidropericardias, disnea que ame- naza á la sofocación, en la posición horizontal, sonido mate en la región cardiaca, batimientos del corazón tumultuo- sos, síncopes, pulso pequeño frecuente é irregular, cara de color violado: complicación con el hidrotoras y aneurisma del corazón.—Aseitis, tumefacción del abdomen con sensa- ción de fluctuación por la presión y percusión en contrario. Lesiones orgánicas particulares del tejido celular. Endurecimiento del tejido celular.—Dureza muy re- sistente y fria de una porción, ó del todo el cuerpo del recien nacido, que no cede á la presión del dedo. Lesiones orgánicas particulares del hígado. Aumento de volumem del hipocondrio derecho, con mas ó menos sensibilidad y tumefacción,el individuo no pue- de tomar la posición lateral izquierda, tos,falta de apetito: com- plicación con la fiebre héctica é infarto gástrico, hidropesía enquistada del hígado y concreciones biliarias: Ictericia de los recien nacidos y de los adultos, color amarillo de la piel. Lesiones orgánicas particulares de las vías urinarias. Diabetes.—Secreción abundante de orina azucarada con apetito voraz y enflaquecimiento.-Concrésiones urinarias, do- lor gravativo en algún punto de las vias urinarias, disuria y alguna vez iscuria, prurito en la estremidad del pene retrac- — 51 — cion de los testículos, escrecion de orina espesa y filamentos?. —Cálculo Renal, dolor mas ó menos vivo en la región lombar, que se aumenta por el ejercicio, orina ensangrentada, insensi- bilidad en la pierna del mismo lado, retracción del testículo, náuseas y vómitos.—Cálculo vexical, pesadez dolorosa en el perineo, tenesmo, emisión dificil de orina, cuerpo estraño que se siente en la vegiga con el catéter. Lesiones orgánicas particulares del útero. Cuerpo fibroso de la matriz.—Sensación de peso en la región hipogástrica, dolor en los lomos, tirantez en las ingles, se puede complicar con las hemorragias uterinas y leucorrea. Lesiones orgánicas particulares del conducto alimenticio. Gusanos intestinales—Trastornos en la digestión y de otras funciones acompañadas de la salida de los vermes, ya por vómitos, ya por las cámaras, prurito en lo interior de las narices, meteorismo: complicación con la epilepsia.---Ascá- rides lombricóides, prurito y dolor pungitivo en uno ó muchos puntos del conducto alimenticio, particularmente hacia el ombligo, salidas de los ascárides por la boca ó ano.---Ascá- rides vermicular, prurito y picotazos en el ano, salida de ellos con los escrementos.—Tenia, sensación de tirantez y pesadez en el abdomen, de picadura y mordedura en el epigastrio con meteorismo y borborísmos, apetito muy grande, salida de la tenia en fragmentos por el vómito ó cámara. Elementos Morbosos. LECCIÓN XI. Señores:—Elemento morboso es una alteración del prin- cipio vital que da lugar á síntomas constantes, bien manifes- tados ú ocultos, cuya afección esencial constituye la enferme- dad. Llamaremos á los unos elementos orgánicos, y á los otros dinámicos, por considerarlos fundados ya en la estructura or- — 53 — gánica, ya en las fuerzas que la presiden. Los orgánicos son el Anémico, Pletórico, Pútrido, Bilioso,Mucoso y Catarral, los cuerpos estraños el escirroso el obstáculo ó los líquidos solu- ciones de continuidad el inflamatorio y fl n xionario. Los dinámi- cos son Dolor, Fiebre, Espasmo, Adinámico, Ataxico ó Malig- no, Periódico, Costumbre, Diatesico y Específico; la fiebre debe- remos considerarla como el elemento mas constante y común, puesto que acompaña á la mayor parte de las enfermedades. El elemento dolor se desenvuelve las mas de las veces sin poderse descubrir la causa anatómica, ápesar de manifestarse en las lesiones orgánicas idiopáticas ó simpáticas, desapare- ciendo en las impresiones morales, presentándose algunas oca- siones con forma especial, como sucede en las Neuralgias. El espasmótico lo constituyen muchos estados morbosos, según los órganos y tejidos en donde se manifiesta, acompañando también á otras enfermedades de naturalezas diferentes; ec- sistiendo esencialmente en la epilepsia, convulsiones, tétanos, catalepsis, astma nervioso y otros padecimientos que hemos colocado en la clase de las neuróses. El elemento catarral es muy común en los niños y en los ancianos, predominando en las estaciones de primavera y otoño, modificando el carácter de otra cualquier afección con quien puede complicarse. El elemento inflamatorio concurre siempre con el temperamento sanguíneo á quien siempre debe su principal carácter. El ele- mento fluxionario, aunque muy difícil de distinguir, se carac- teriza por el estado de excitación de algún órgano el que atrae hacia sí el afluxo de los líquidos, bien sanguíneo, bien linfá- tico determinando una congestionen virtud del elemento fluc- sionario que lo dirige, y provocando escreciones de las mem- branas mucosas. El adinámico se desarrolla con bastante acti- vidad en las fiebres de mal carácter, presentando el abatimiento de fuerzas, estupor, lentitud en la circulación general y ca- pilar, delirio, hemorragias, petechias, cuyos fenómenos consti- tuyen el estado adinámico. El atáxico es otro de los elementos que acompaña á las fiebres graves, se reúne muy frecuente- mente al adinámico para constituir la fiebre atáxo adinámica, la que está caracterizada por la irregularidad con que se de- senvuelven los síntomas que determinan el elemento atáxico, como son el desorden de la inteligencia, el delirio coma soño- liento, sub-sultos tendinosos y temblores en las estremidades y lengua; este conjunto de fenómenos, forma el elemento atáxico propiamente dicho, el que se confunde y acompaña como ya dijimos al adinámico. El elemento periódico, se — 53 — sobrepone en algunas enfermedades presentando fenómenos mas ó menos irregulares en sus manifestaciones, que consti- tuyen las intermitencias y periodicidades que guardan algu- nas enfermedades, las que se presentan con intervalos de mas & menos duración, con síntomas propios á la naturaleza de las causas productoras: las fiebres intermitentes, las neuralgias y algunas neuróses nos dan ejemplos del elemento periódico.— Los específicos son muy variados en su naturaleza, ecsistiendo tantos, cuantos son los fenómenos que se suceden en sus ma- nifestaciones, tales como los virulentos y miasmáticos de los que ya nos ocupamos al hablar de las causas específicas de las enfermedades.—Los diatésicos, se confunden en alguna manera con los elementos específicos, herpéticos, escrofulosos, reumatismal y los demás de este género dan á las enfermeda- des una fisonomía particular que permite reconocerla al me- nos ejercitado en la práctica de la medicina. El elemento Cos- tumbre ó habitual cuya influencia morbosa hemos dado á co- nocer entre las causas predisponentes individuales,representa un papel importante en las enfermedades, pues la economía del hombre tiene una gran tendencia á reproducir actos diná- micos, ya fisiológicos, ya patológicos, á los que se acostumbra en fuerza de lo que llamamos actos habituales, que modifi- can y pervierten muchas veces las formas de las enfermeda- des por aparecer con el carácter intermitente sin tenerlo, cuan- do no es sino en virtud de la fuerza desconocida de la costum- bre: las hemicráneas y gastralgias que se presentan sin causa conocida en ciertas horas, en ciertas localidades y dias nos comprueban la influencia de la costumbre, á la que llamare- mos elemental, puesto que no podemos descomponer esa fuer- za interior que preside los actos involuntarios que la deter- mina. Los orgánicos no son otra cosa que los efectos de la per- turbación de las fuerzas vitales, en virtud de la ecsistencia an- terior de alguno de los otros elementos enumerados, ellos pue- den tener por sitio los líquidos orgánicos, y los otros los sóli- dos. La anemia considerada como elemento mórbido, está ba- sada en la insuficiencia y empobrecimiento de la sangre, su presencia hace un papel considerable en algunas enfermeda- des, determinando neuróses y afecciones mentales, disminu- yendo á la vez la energía de la fuerza medicatriz de la natura- leza, tan necesaria para la curación.---La plétora admitida también como elemento, la constituye una sangre rica en ma- teriales reparadores, superabundancia de glóbulos rojos, así como la inyección vascular del sistema capilar general: este elemento se asocia con frecuencia á las flegmácias, á las fiebres de carácter inflamatorio, y á las hemorragias activas.—El pú- trido lo constituye la fluidez y licuación de la sangre y su falta de color rojo, al que remplaza el de heces de vino, caracteri- zándose mas por el estupor, postración de fuerzas y hemorra- gias pasivas, no ecsistiendo jamas aislado, sino asociado á las fiebres de mal carácter y á las enfermedades sépticas.—El bi- lioso está determinado por una disposición particular de la sangre, en la que ecsisten algunos de los principios materiales de la bilis, manifestándose por el color moreno pálido de la piel, y por diarreas biliosas: este elemento representa un pa- pel importante, en los climas intertropicales en donde se de- sarrolla con mas actividad que no en algún otro; él se asocia con gran facilidad, á los infartos gástricos, á las fiebres biliosas, á la amarilla, á las intermitentes, á las pleuresías y neumo- nías.—El saburral se aprocsima muy mucho al bilioso, difi- riéndose tan solo en que no ecsisten como en el anterior diar- reas biliosas sino vómitos mucosos, amargos y albuminosos, observándose con frecuencia en el principio de todas las fie- bres, y desapareciendo con ellas mismas. El elemento Cuerpo estratío, es la causa de muchas afecciones que están bajo su dependencia, ecsistiendo dos especies, unas que se forman en el interior de los órganos y espesor de sus tejidos, como los cál- culos renales, vejicales y hepátuo>, las degeneraciones pato- lógicas y las falsas membranas, los otros provienen de lo es- terior del cuerpo, como son los proyectiles que se introducen en su superficie, los que se tragan con los alimentos, todos estos provocan reacciones orgánicas que se manifiestan por medio déla inflamación consecutiva,por dislaceracion de al^ gun filete nervioso ó por hemorragia traumática. Los elementos morbosos espresan no solo la naturaleza,. sino algunas veces también la causa de las enfermedades, sus efectos primarios y sus consecuencias secundarias, teniárias y cuaternarias, pueden volver á ser nuevas causas de accidentes morbosas, comprendiéndose en ellas no solo lo que es relativo al estudio de la patogenia, sino también al de las causas di- námicas, fisico-tranmáticas y mecánicas de las cuales no he- mos ocupado anteriormente; ellos ecsisten muy raramente en. estado de simplicidad, pues casi siempre se reúnen para cons- tituir el estado patológico. Entre las enfermedades que presen- tan un solo elemento aislado de los demás, señalaremos el Di- námico conocido por esencial que acompañan á las fiebres lla- madas esenciales, así como á los espasmos y dolores, entre los — 55 — cuales ecsiste combinado para establecerla, los que podremos considerar como origen de nuevos accidentes mórbidos, conocidos con el nombre de complicaciones tales son, la fie- bre atáxo adinámica ó tifoidea en los que se reúnen los elementos, fiebre, el adinámico, el atáxico y algunas oca- ciones el orgánico, de cuyas combinaciones resulta la irre- gularidad en los fenómenos morbosos y en su marcha na- tural; las inflamaciones se asocian frecuentemente á los ele- mentos biliosos y mucosos, la intermitencia ó periodicidad se liga al espasmo y congestiones pasivas, de modo que todos los elementos morbosos, pueden asociarse los unos á los otros, dando lugar á combinaciones mórbidas, binarias, ternarias y cuaternarias. De todo lo que acabamos de es- poner acerca de los elementos patológicos, podremos deducir Io: Que la enfermedad no es mas que la espresion y manifes- tación de signos evidentes que nos da cuenta de la ecsisten- cia de uno ó mas elementos morbosos, desenvueltos en el or- ganismo del hombre. 2o: El inquirirlos por medio de la obser- vación analítica, será el modo de determinar sus naturalezas. 3o: Los elementos dinámico, atáxico, están constituidos por la perturbación y desarreglo de las fuerzas vitales. 4o: Los orgá- nicos están del mismo modo constituidos por lesiones destruc- toras que provocan los agentes físicos materiales, cuya presen- cia basta para el desarrollo de los accidentes primitivos mor- bosos. Fathogenia. Entenderemos por Pathogenia aquella parte de la Pato- logía General que se ocupa del estudio de las causas íntimas de las enfermedades, y aunque ellas se nos ocultan de un mo- do misterioso, se ha intentado sin embargo referirlas á las muchas modificaciones de los sólidos, líquidos y del sistema nervioso. Muchas son las cuestiones que se han suscitado so- bre este particular, que no reproduciremos aquí por conside- derarlas innecesarias á nuestro objeto; bástenos con decir que la misma razón tuvieron los que admitieron la ecsistencia de la causa íntima de las enfermedades en la depravación de los humores, como los otros que la hicieron depender del trastor- no y perturvacion de las propiedades vitales y del esfuerzo orgánico; aunque todos han fundado sus razones en apoyo de su doctrina, sin embargo nos vemos hoy precisado á confesar — 56 — con la mejor buena fé que la causa íntima de las enfermeda- des nos es y nos será desconocida, ápesar de haber creído al- gunos encontrarla en fas modificaciones emitidas, y en los hechos que les ha revelado la anatomía patológica, en cuyas alteraciones de estructura pudieron fundar la verdad Pathogé- nica mucho mejor que en las modificaciones admitidas. Los bellos é ingeniosos trabajos de los Sres. Andral y Ga- barret, sobre las alteraciones de la sangre en las enfermedades nos dan lugar á creer la ecsistencia de la causa íntima en este líquido, acercándonos en esto al humorismo, á quien tam- bién podremos asimilar los organicístas cuando la creyeron de- pendiente de la mala elaboración que hacen los sólidos délos líquidos, á los vitalístas que la atribuyen al desorden de las fuerzas vitales, á los mecánicos que no han visto mas en la causa íntima de las enfermedades, sino la estrechez y corba- tura de los vasos: en medio de tantas hipótesis para esplicar lo que sea esta causa, no hallamos una que nos satisfaga cien- tíficamente de su intimidad esencial, en donde únicamente po- dremos encontrarla, será en las enfermedades generales, por hallarse reunidas las alteraciones de los sólidos y líqui- dos, revelándonos la anatomía patológica, los primeros y ocultándonos los segundos, sin que podamos aun asegurar, cual de estas haya podido ser la primitiva ó secundariamente afectada para considerarla como su origen ó causa íntima. Naturaleza de las enfermedades. Llamaremos naturaleza de una enfermedad, la modifica* cion orgánica molecular que la establece, constituyéndola. En todos los sistemas médicos, se han inventado hipótesis para esplicarla, suponiéndola dependiente ya de la alteración de los líquidos, ya de la relajación y contracción de los sólidos, ya también de una aberración del sistema nervioso ganglio- nar y encefático, pero de cualquier modo como queramos admitirla, deberemos confesar nuestra insuficiencia para co- nocerla del mismo modo que lo hicimos respecto á la causa íntima, puesto que su conocimiento será siempre superior á nuestras investigaciones, sin embargo de querer aprócsimar- nos alguna vez á la verdad cuando decimos tal ó cual enfermedad tiene la naturaleza reumática, cancerosa, tuber- culosa, flogística que es no espresarla sino por los fenómenos — 57 — físicos que nos presenta, y de ninguna manera bajo el punto de vista con que debiéramos conocerla pero ya que no po- demos verificarlo como quisiéramos, la llamaremos como hasta ahora por sus caracteres físicos, puesto que necesitamos denominarla para poder formar sus diagnósticos diferenciar- las, así es que diremos: esta enfermedad es de naturaleza reu- mática por que al elemento dolor, se le reúne la inmovilidad de la parte é hinchazón, flogística cuando presenta rubicundez, aumento de calor y tumefacción, esencial cuando no podemos referirla á ninguno de los órganos ó aparatos &c. &c. Este mo- do de raciocinar aunque deja algún vacio que llenar, sin em- bargo nos es bastante para entendernos en todo lo concer- niente á lo que hemos llamado naturaleza de una enfermedad. Pródromos y síntomas de las enfermedades; comprende- remos por Pródromos de las enfermedades aquellos fenómenos imperceptibles las ?nas veces á los individuos cuando se hallan bajo la influencia de algún agente morboso, capaz de modifi- car su constitución; la duración de los Pródromos es mas 6 menos pronta según la causa,y según la fuerza vital que pue- da oponerse á su desenvolvimiento, ellos tienen la mayor ana- logía con lo que hemos llamado estado de incubación en las enfermedades virulentas. Antes del desarrollo de los síntomas que la han de dar á conocer, se siente un mal estar que no se puede referir aun, á ningún padecimiento ulterior, como son, flojedad é inacción muscular, alteración de la fisonomía, tor- peza intelectual, adormecimiento de los miembros, bostezos y suspiros involuntarios, exageración de la sensibilidad moral ó su disminución, falta de apetito, sequedad de la piel, desva- necimientos, ligeras cefalalgias &c. &c. ellos ecsisten aislados en las variadas enfermedades de que es susceptible el indivi- duo, determinándose mas ó menos pronto según el carácter que ha de tener el padecimiento y el lugar que debe ocupar en la economía. Síntomas.—Son los fenómenos sucesivos que sobrevienen en los aparatos orgánicos y en sus funciones, bajo la influen- cia de la enfermedad y á consecuencia de la reacción de las fuerzas órgano vitales que los determinan. Signo en una en- fermedad caracterizada; es el resultado de la apreciación de alguno de los síntomas capaces de conducirnos ó verificar un verdadero y exacto diagnóstico de su naturaleza y de su im- portancia respecto al Pronóstico. Los síntomas no deberemos confundirlos con los signos, pues si bien aquellos están al al- cance del enfermo y del común de las personas, no sucede así 8 — 58 — en cuanto al signo, pues este siendo el resultado de una com- binación intelectual, solamente le es dable al médico la per- tenencia de su conocimiento: de modo que podemos decir que todo síntoma ó muchos, puede el médico convertirlos en sig- no, pero que todo signo no podrá convertirlo en síntoma. Los síntomas de las enfermedades consideradas como fenómenos (que segnn Galeno, acompañan á la enfermedad como la som- bra á los cuerpos físicos), se desarrollan en los períodos que pueden recorrer las enfermedades, los dividiremos en Ocultos, Aparentes, Locales, Generales, Simpáticos, Físicos, Primiti- vos, Secundarios, Patognomónicos y Reflexos.luos ocultos son aquellos que no se manifiestan á las claras, apareciendo bajo un aspecto indeterminado, como se verifica en las afecciones crónicas latentes. Los aparentes por el contrario hacen sus manifestaciones en el lugar de la enfermedad, como en las afecciones idiopáticas, cuyos síntomas nos indican aproxima- tivamente su naturaleza, marcha y terminación. Los genera- les Simpáticos y Locales, son lo que se fijan en el lugar de la enfermedad, afectando algunos aparatos funcionales, ó pervir- tiéndolos á la vez todos, la tumefacción, edema, crepitación, dolor é induración, pertenecen á los locales ó anatómicos, la agitación, postración, aumento de temperatura y alteraciones en los principios elementales de los líquidos, pertenecen á los generales, las convulsiones, delirio,parótidas y algunas fiebres, á los simpáticos. Los físicos y reflejos, están caracterizados por la presencia de fenómenos perceptibles á nuestros sentidos, los tumores, hinchazones, los frotamientos y crepitaciones, estertores y ruidos arteriales, pertenecen á estos, el dolor, la parálisis, los adormecimientos pruritos, y turbación de los actos funcionales pertenecen á los Reflejos, puesto que la ac- ción orgánica sensible, rehaciéndose sobre lo que le es en con- trario, produce esta clase de fenómenos llamados Reflejos. Los Primitivos son los que abren al campo en las enfermeda- des, apareciendo desde su principio, tales son la úlcera*sifilí- tica primaria, los vómitos en las viruelas, el escalofrió en las fiebres, el dolor lumbar en los cálculos renales. Los secunda- rios se presentan al terminar las enfermedades, como es la debilidad de los miembros, la alqpeeia ó caida de los cabellos, la corvatura de las paredes del pecho en el hidrotoras é infe- sema pulmón al, los derrames mucosos y las manchas mas ó menos marcadas por sus coloridos, pertenecen á esta catego- ría. Los Pathognomónicos, son aquellos fenómenos sintomá- ticos, cuya presencia permite apreciar de una manera abso- — 59 — luta, la naturaleza y especie de la enfermedad, esta clase de síntomas noes tan numerosa como la sintomática general pro- piamente dicha; la fluctuación de un tumor, dice que contie- ne líquidos, la de otro, con pulsaciones, sin variar de co- lor la piel, nos revela una Aneurisma, el estertor crapitante hace entender el principio de una Neumonía, la sucusion Hipocrática nos anuncia un derrame torácico, la crepita- ción sub-cutánea, dice la ecsistencia del enfisema ó in- filtración del aire entre las celdillas del tejido celular. El co- nocimiento de los síntomas pertenecientes á cada enfermedad, es de la mas grande importancia para la práctica de la medi- cina, ella descanza en el método Nosográfico que establecimos anteriormente así como en el Semiótico del que nos ocupare- mos mas adelante. Curso de las enfermedades. LECCIÓN XII. Señores:—Llamaremos curso de una enfermedad aque- llos estados de ella, en los que se producen y suceden los sínto- mas, comprendiéndose en estos los tipos, duración y período que pueden recorrer mientras su ecsistencia en el orga- nismo. El tipo es el orden por el cual, se exasperan y repro- ducen los diferentes síntomas de las enfermedades, los que re- feriremos á los continuos, intermitentes y remitentes; llama- remos continuo el tipo cuando persiste la enfermedad con la misma intensidad bajo un mismo aspecto desde que principia hasta que concluye, ápesar de haber algunas que presentan mejoría en la intensidad de los síntomas particulares que po- dría llamarse tipo remitente como hasta ahora se ha hecho, el que combinándose con el continuo, se ha formado el llamado Remitente Continuo, cuyas vueltas constituyen las Exacerba- ciones y Paraxismos; las fiebres de mal carácter y algunas afecciones crónicas, nos presentan ejemplos bien notables de estos modos de ser, mientras los periodos que recorren los pa- decimientos febriles. El tipo intermitente ó periódico, es aquel en el que la en- fermedad presenta fenómenos morbosos, separados por inter- valos regulares, los que desaparecen para volverá repetir con todos los síntomas que lo caracterizaron, este intervalo de cal- — co- ma se llama Apirexia: cuando estos no guardan relación en- tre sí, respecto á horas determinadas, se nombran Ataques, llamándose Pirexia, el tiempo masó menos largo que subsis- ten la continuidad déla fiebre, á quien solo podremos referir los estados de Apirexia y Pirexia, acceso Paróximos y Exa- cerbación. El tipo intermitente presenta muchas variedades, como son el cuotidiano cuyos accesos se repiten todos los dias á horas fijas, el tercianario cada dos dias dejando uno inter- medio, el cuartanario corresponde cada tres dias, ecsistiendo otios mas con los nombres de quintanario, sextanario según los intervalos que deja la aparición de nuevos accesos febriles, siendo los mas frecuentes el tercianario, el cuartanario y el doblado: en estos tipos podremos colocar también el Errático ú Atípico por no ofrecer regularidad alguna entre sus mani- festaciones. La intermitencia, continuidad y remitencia no es solo esclusiva de las fiebres, pues ecsisten en otras enfermedades que no reconocen por causa la intoxicación de los miasmas Palúdicos, pues la Epilepsia, la Gota, el Histerismo y las Neu- ralgias presentan una periodicidad compatible con su natura- leza Neuropática cuyas repeticiones son los que verdadera- mente deberán llamarse Ataques. El tipo remitente, es producido por el intermedio, entre la continuidad y la intermisión, se caracteriza por un estado febril continuo, en medio del cual aparecen pequeños accesos febriles acompañados de frió, calor y sudor, como acontece en el intermitente. Marcha y duración de las enferme- dades. Las enfermedades consideradas bajo el aspecto de su marcha y duración, podremos decir que es el tiempo que media desde que principia hasta que concluye, cuyos perio- dos los dividiremos según lo hicieron los médicos de todos los sistemas, tanto en las agudas cuanto en las crónicas. Por enfermedad aguda, entenderemos la que recorre sus periodos con rapidez, desde el primer dia hasta el último, en el que desaparecen todos los síntomas que la constituían, pu- diendo prolongar su duración, hasta los cuarenta dias, en la cual época puede colocarse ya entre las crónicas. Mientras la permanencia y duración de las enfermedades se establecen — el- lo que se llama periodos, que no son otra cosa sino las dife- rentes fases y estadios que presenta en su marcha, los que fijaremos en seis: Pródromos, que pasan las mas veces desa- percibidos: Invasión, Aumento, Estado, Declinación, y Ter- minación. Invasión es en unas ocasiones instantánea, y otras precedida de los pródromos, caracterizándose en la mayor parte de las enfermedades por escalofríos, temblores, indiges- tión, dolores en las articulaciones, frecuencia del pulso, vó- mitos no teniendo hora señalada para su manifestación, pues puede verificarse tanto de dia, cuanto de noche. El periodo de aumento, es aquel que aumentan con rapidez los síntomas que caracterizan la enfermedad, en él se observan perversión de las funciones, la lengua se cubre de un moco espeso, blan- co ó amarillo, las secreciones y la inteligencia se trastornan, el calor aumenta, este periodo es de corta duración en las en- fermedades agudas, prolongándose mucho tiempo en las cró- nicas. El del estado, es en el que los síntomas físicos y refle- jos han adquirido su mas alto grado de intensidad, este perio- do es generalmente muy corto en las enfermedades agudas, así como no puede determinarse casi nunca en las de carácter crónico. El de declinación se anuncia por la diminución sen- sible de los síntomas que anuncian un cambio favorable de la enfermedad, la cara se anima, los ojos se ponen brillantes, la lengua y piel se humedecen, el pulso se hace lento todo esto dice que la terminación de la enfermedad se verificará en la salud. El de Terminación es aquel en el cual se producen la resolución ó crisis perfecta, adversa ó imperfecta, establecién- dose la curación, convalecencia, ó el paso á otra enfermedad crónica, ó la muerte del enfermo. Las terminaciones de las en- fermedades, no son siempre tan satisfactorias como podría de- searlo el médico y el enfermo, puesto que muchas ocasiones se verifican las falsas crisis ó metástasis, presentándose otra enfermedad quizas tan grave como la primera, sirviéndonos de ejemplo las parótidas en la terminación de las fiebres gra- ves, cuya inflamación es capaz de propagarse al encéfalo dan- do lugar á congestiones cerebrales y también á supuraciones y degeneraciones escirrosas de la glándula que regularmente terminan en la muerte; las crisis metastáticas pueden verifi- carse también dirijiéndose á los órganos pulmonales, en los que se desarrollan tubérculos que eorriendo sus periodos con- cluyen por último en establecer la tisis tuberculosa y la muerte como su consecuencia: la supuración é induración es otra de las terminaciones de las enfermedades consideradas como crisis imperfectas, ellas son el resultado de inflamacio- nes idiopáticas ó simpáticas de algún órgano ó aparato, de quien ha dependido la enfermedad primitiva. Crisis y fenómenos críticos. En los últimos periodos que recorren las enfermedades agudas, particularmente las fiebres de cualquier naturaleza y tipo, se observan fenómenos morbosos que coinciden con la terminación ya favorable ó ya adversa de la enfermedad: á es- tos fenómenes le dieron una gran importancia los antiguos médicos, denominándolos fenómenos críticos, siendo sus re- sultados las crisis: bajo este concepto definirémoslas se- gún ellos la admitieron y concibieron, cuya definición ha sido respetada hasta nuestros dias. Entenderemos por crisis un repentino cambio de la en- fermedad en la salud ó en la muerte. Para que podamos me- joi comprender la doctrina de las crisis, es preciso considerar las enfermedades como lo hicieron los antiguos bajo el punto de vista de que ellas eran las consecuencias de humores pe- cantes en cantidad y cualidad, fijados en alguna parte de la economía del hombre: los que debían desaparecer por medio de un trabajo ó elaboración particular de la naturaleza para ser espelidos del cuerpo, este trabajo lo referían á la crudeza, cocción y eliminación de la materia morbífica, que represen- ta hoy el papel de lo que hemos llamado Principio, Aumen- to, Estado y Declinación en los periodos que recorren las en- fermedades. Los fenómenos críticos señalados por los médicos de todos los siglos, debían verificarse en dias determinados, como si los caprichos de aquellos hombres pudiesen mandar á la naturaleza para que así lo produjesen en los dias marca- dos, ya considerándolos como índices y decretorios, ya como intercalares, ya también como verdaderas crisis, en las cuales se habia de verificar el cambio repentino de la enfermedad en la salud ó en la muerte. Las crisis podían ser perfectas cuan- do se restablecía la salud, ó se verificaba la muerte del en- fermo, é imperfecta cuando desapareciendo la enfermedad principal, se presentaba otras mas ó menos grave, que es lo que hoy constituye la Metástasis de la que nos ocuparemos en la lección inmediata. En el momento de estarse produciendo las crisis se desarrollan fenómenos alarmantes que si bien para los antiguos eran provocados por la lucha de los esfuerzos de la naturaleza en la conservación del enfermo, para nosotros — 63 — no será esta intensidad con que se manifiestan aquellos sínto- mas, otra cosa, sino el desarrollo del esfuerzo orgánico, ya parala resolución, ya para la metástasis ó ya también para la destrucción de la vitalidad, anonada por el esceso ó dimi- nución de la acción orgánica. Estos fenómenos que anuncian las crisis, sedan á conocer, por escalosfrios acompañados de bocanadas de color, de delirio de un pulso frecuente y lleno, cuando se va á terminar en la salud: frecuente, pequeño y con- centrado cuando en la muerte, lleno blando y frecuente, cuan- do en las metástasis. Las crisis saludables se verifican por me- dio del aumento de las secreciones y escreciones, por hemor- ragias, por inflamaciones del tejido celular, seroso y glandu- lar, cuyas inflamaciones terminan generalmente por supura- ción, por erupciones y manchas en la piel, así como por vó- mitos de materiales albuminosos, mucosos y biliosos; las crisis mortales se anuncian por medio de síntomas que si bien unos corresponden á los que tenia en el periodo de aumento y es- tado de la enfermedad, los otros que se manifiestan no guar- dan relación con aquellos, los que se llaman fenómenos pre- cusores de la muerte, tales son, la pequenez y concentración del pulso, frialdad glacial, ojos entreabiertos, pestañas y cór- nea trasparente pulverulentas, hipo, cara pálida, nariz y pó- mulos pronunciados, la inteligencia se perturba, la respiración se pone estertorosa, todo este conjunto de síntomas va desa- pareciendo gradualmente hasta que una fuerte inspiración anuncia el término de la vida del hombre. Las crisis hemorrágicas, se presentan con frecuencia en las fiebres inflamatorias y biliosas, ellas se anuncian por el encendimiento de la cara, dolores lumbares, pezadez de cabe- za, dificultad de respirar, zumbido de oidos y náuseas según el lugar por donde se ha de verificar la crisis, á las que acom- paña un pulso particular llamado Dicroto, del que nos ocu- paremos al hablar de las pulsaciones patológicas. La Epistaxis ó hemorragia nasal, la hemotisis ó torácica, la hematemesis ó gástrica, la vaginal ó uterina, la hemorroidal ó anal son muy comunes en las fiebres mencionadas, así como en las demás aunque hayan tenido el carácter de gravedad, juzgándose siempre de un modo favorable por crisis hemorrágicas. Las se- creciones de las membranas mucosas, son por donde se veri- can también las crisis en las flegmácias de estas membranas, haciéndolo por medio de ecsalaciones ó flujos mucosos mas ó menos glutinosos, como sucede al terminar las bronquitis y Peneumonias: las materias albuminosas en la disentería — 64 — anuncian su feliz terminación; los vómitos mucosos y bilio- sos son críticos en los infartos gástricos y fiebres gástricas, así como las dejecciones de materiales oscuros y amarillos lo son de afecciones gastro-hepáticas y gastro-intestinales, estos flujos críticos siempre les precede meteorismo, ligeros cólicos y unas pulsaciones particulares caracterizadas por su inter- mitencia. Las crisis por sudores, se observan en la mayor parte de las fiebres graves, en la Peneumonia, Pleuresía y en las intermitentes benignas, á ellas les precede aumento de la tem- peratura, acompañándole unas pulsaciones llenas y blandas, al tacto; cuando el sudor es general, se puede considerar la crisis como saludable, no así, cuando es parcial pues entonces será imperfecta y sufrirá el enfermo sus consecuencias. Las diferentes erupciones de la piel, como los Eritemas, Erisipe- las, Herpes, Pemphigus &c. han sido tenidas como resultados críticos en algunas enfermedades, el Herpes labial en la Peneumonia, los Exantemas reumatismales y la decamacion del epidermis, nos señalarán una terminación feliz de la en- fermedad que había precedido á su aparición. La secreción urinaria en el curso de las enfermedades febriles agudas, su- fren unas veces un cierto grado de descomposición hacia la declinación que se ha considerado como crítica, así como en otras un esceso de orina anuncia feliz terminación,y una mala cuando se suprime este líquido orgánico, bien por que no se verifica la secreción renal, bien por el espasmo del estínter de la vejiga que impide su escrecion, bien en la descomposición crítica de las orinas en donde se advierte ya un mal olor, ya deposita un sedimento lactericio, ya también un colorido ro- sado y oscuro, pudiendo contener en suspensión una nube- cilla grasienta llamada Ancórema, á esta crisis le precede, ten- sión y pesadez en la región lumbar é hipocondrios, acompa- ñado de pulsaciones irregulares, por cuyos caracteres ha reci- bido el nombre de pulso Myuro ó de cola de ratón. La orina puede contener un esceso de albúmina en las enfermedades renales, cuya aparición no deberemos considerarla como crí- tica, sino como un síntoma que acompaña á ciertos padeci- mientos orgánicos ó vitales del aparato renal. La secreción y escrecion salival aumentada, se presenta en la terminación crítica de las estomatitis y gastritis, así como en algunas afec- ciones cerebrales anunciándose por el calor aumentado de la boca é infarto de las parótidas y gándulas sub-maxiiares. Los tumores parótideos críticos, se desarrollan en la terminación de las fiebres de mal carácter, anunciándose por la hinchazón — 65 — de la región parótidea, estos tumores han sido considerados como efecto de una crisis imperfecta ó falsa, ellas siempre terminan por la supuración cnyo material es evacuado bien por los oidos ó por algún punto de la glándula, haciéndolo muy pocas veces por resolución. Otros muchos fenómenos críticos se presentan en las terminaciones de las enferme- dades, como el edema de las estremidades en los reumatismos, los forúnculos, carbuncos y abcesos por congestión, los que las mas de las ocasiones no guardan relación con la enfer- medad juzgada. Días críticos.—Son aquellos en los cuales debían verifi- carse las terminaciones de las enfermedades, los que eran di- vididos por los antiguos, en dias críticos decretorios, intercales é indicadores. Los críticos decretorios eran los dias impares como siete, catorce, veinte y uno, veinte y siete, treinta y tres, cuarenta y uno; los que correspondieron después á les lla- mados septenarios que hicieron tanto papel entre los médicos de la edad media, como lo hicieron las crisis en la antigua. Los indicadores llamados contemplativos en los que observa- ban los dias críticos, eran el dia cuatro como indicador del siete, la siguiente semana debia principiar por el octavo, sien- do este el indicador del once, considerándolo como dia indi- cador, el cuatro respecto al diez y siete de la semana subse- cuente, así como el cuarto lo era respecto al catorce, y el siete al dia onceno. Los intercalares ó intermedios lo eran aque- llos en que las crisis no se verificaban sino de una manera imperfecta é irregular, las mas de las veces funesta, tales eran los dias tercero, cinco, seis, nueve y once: llamando dias va- cíos ó no decretorios, el dia dos, diez, doce, trece y quince nombrados así, por que no eran ni indicadores,ni decretorios, ni intercalares. En el estado actual de nuestros conocimientos ¿que de- beremos pensar acerca de las crisis y de los dias críticos que tanta importancia le dieron los médicos de la antigüedad en la terminación de las enfermedades? Algunos de nuestra épo- ca, han puesto en duda los fenómenos críticos y las crisis co- mo resultado de ellos, pero nosotros sin darle el carácter de verdad patológica, le concederemos sin embargo alguna, en cuanto á la terminación feliz ó funesta de las fiebres y de otras enfermedades, en las que se notan cambios sensibles hacia la salud, hacia la muerte ó hacia la aparición de otra enfermedad mas ó menos grave según su naturaleza, y según el sitio ana- tómico en que puedan presentarse. De todo lo que hemos es* 9 — 66 — puesto en lo relativo á las crisis y sus dias, deberemos creer en su ecsistencia, pero no como las concibió Hipócrates y los que después le siguieron, sino admitirlas como fenómenos ó trastornos funcionales, ó reacciones orgánicas que dan lugar á los cambios que las constituyen, cuyas reacciones deberemos favorecerlas, observando el aparato orgánico por donde se pue- de verificar, sin admitir dias señalados para la terminación de las enfermedades, pues esto depende, de la constitución del enfermo y naturaleza de la enfermedad, así como de los agen- tes morbosos y estado físico del aire atmosférico en los mo- mentos de verificarse las crisis ó terminaciones. De las metástasis ó terminación de las enfermedades en otras. LECCIÓN XIII. SEÑoREs:-Entenderemos por Metástasis el cambio ó trans- formación de una enfermedad en otra de la misma natura- leza, ó en otra que no lo sea: para que tenga lugar este modo de terminación, es requisito indispensable que á la aparición de la nueva, haya desaparecido completamente la anterior, puesto que cuando no acontece así, puede considerarse como una complicación mas bien que el que sea lo que hemos lla- mado Metástasis; debiendo no confundirle con la Delitescen- cia pues en ''esta terminación desaparece la enfermedad, sin presentarse otra alguna. Las Metástasis se manifiestan gene- ralmente por la presentación repentina de una afección de la misma naturaleza, á la que ella remplaza, pudiéndo fijarse en alguno de los tejidos análogos al que estuvo afectado, así observamos que á la supresión de un flujo hemorroidal se manifiesta una hemotisis, hematemesis y hematuria: á la de las diarreas, un catarro pulmonal y vexical, en estas Metásta- sis vemos la identidad de los tejidos afectos tanto en la enfer- medad primitiva, cuanto en la secundaria, puesto que todas son producidas por hemorragias ó escreciones que residen en las membranas mucosas: otras veces las Metástasis se verifi- can en tejidos diferentes, presentando diversos caracteres,aun- que con igualdad en su naturaleza, á la desaparición de una erisipela se puede presentar una pleuresia, á la de una afeo — 67 — oion nerviosa, una flegmácia á la de un reumatismo y Artritis una Pericarditis: en todos estos casos no hace la Metás- tasis mas que es la que sin variar de naturaleza la enfer- medad primitiva varia tan solo de lugar y nombre como su- cede también en las retropulsiones de los exantemas que dan lugar á las Metástasis, Peneumónicas, Encefálicas, Cardiacas, Hemorragias y colecciones serosas en las cavidades, habién- dose admitido también como resultados metastásicos, las afec- ciones que se pronuncian en consecuencia de la supresión de los productos de las escreciones patológicas y fisiológicas, así es que observamos aparecer Plurésias é Hidropesías á la su- presión de la transpiración: Peritonitis, Neurosis y congestio- nes purulentas, á la de la leche en las personas que lactan: en otras ocaciones la escrecion suprimida es solamente patoló- gica, una fístula y úlcera estacionada y suprimida en los ma- teriales de su escrecion, produce ataques apopléticos, á la de- saparición de los herpes y blenorragias sifilíticas, se manifiesta la oftalmía purulenta y dolores nocturnos y otros padecimien- tos de la misma naturaleza. Las Metástasis se presentan también en las enfermeda- des agudas, agravándose el enfermo, (crisis imperfecta) ó sucumbiendo después en su consecuencia (crisis perfecta consecutiva) ó pasando al estado de cronicismo sin haber pre- cedido fenómenos Metastásicos: su Diagnóstico no es siem- pre muy fácil el verificarlo, puesto que podemos confundirla con algunas complicaciones y síntomas simpáticos que si- mulan muy bien el cambio ó transformación que constituye este modo de terminación de las enfermedades. La terapéutica queriendo imitar en algún modo á la na- turaleza en cuanto á provocar cambios metastáticos en las en- fermedades tanto agudas cuanto crónicas, indica á título de revulsivos ciertas medicaciones vexicantes y causticas con el objeto de producir un punto de escrecion patológica, cuya nueva enfermedad, puede hacer variar la que anteriormente ecsistia, tales son las fuentes sedales y cáusticos que se apli- can indistintamente en las enfermedades, de cuyas medica- ciones saca gran partido el médico en la mayoría de los casos cuando son indicados en la oportunidad y bajo ciertas reglas establecidas en lá doctrina de las revulsiones orgánicas; las que si bien pueden proporcionar una crisis saludable al modo de las Metástasis, también pueden agravar la enfermedad dando lugar á la exasperación de los síntomas y á la muerte, así como lo verifican las que tienden á esta fatal terminación, — 68 — en perjuicio del enfermo, y en descrédito de la profesión. Líi doctrina de los revulsivos, está basada en el Aforismo sigu iente de ll'ipbcratcs.-Duobus doloribus simul abortis, non in eodem loco vehementior obscurat alterum; siendo muy importante este estudio para la aplicación en los casos necesarios. Aun- que algunos médicos sin negar las Metástasis no las creen en todo el rigor de la espresion; nosotros convencidos hasta la evidencia de su realidad las admitimos ya como terminación crítica, ya como cambio ó trasformacion de una enfermedad en otra, & ya también provocada por agentes terapéuticos. Complicaciones de las enfermedades. Llamaremos complicación á los fenómenos morbosos se- cundarios desenvueltos bajo la influencia de una enfermedad ecsistente, cuyo resultado primitivo morbífico se transforma en accidente secundario. Las afecciones morbosas no llegan siempre al final de su terminación en el estado de simplicidad ó gravedad que tuvieron, puesto que en algunos de sus perío- dos se desenvuelven otros fenómenos patológicos, simpáticos las mas veces, que complican de muchas maneras la enfer- medad primitiva; imprimiéndole tal carácter de gravedad cuantas sean las simpatías que se hayan desarrollado sobre los aparatos orgánicos; de modo que dos enfermedades en un mismo individuo, no constituirán una complicación sino que es ella misma el resultado y consecuencia de otra: una blenor- ragia que se presentase mientras los periodos de una afección torácica, podrá considerarse como complicación: mas una gan- grena que se presente á consecuencia de una inflamación agu- da ó de algún Ántrax en otro lugar, debe considerarse por el contrario como una complicación. Todas las enfermedades, son susceptibles de complicacio- nes, pudiendo determinar sobre los órganos ó aparatos, con- gestiones activas y pasivas: en las fiebres se presentan estados Adinámicos, Atáxicos, Hidropesías y Escaras gangrenosas: in- fecciones purulentas en consecuencias de los abcesos y úlce- ras: Hidrotorax en las Pleuresías y Neumonías, Diarreas en la dentición: alteraciones en la sangre, en las enfermedades es- pecíficas. Las influencias atmosféricas así como las habitacio- nes, profesiones, temperamentos, edad y sexo, influyen nota- — 69 — blemente en la complicación de las enfermedades: en los cli- mas frios y elevados, las complicaciones tienen siempre la forma flogística, en la de condiciones opuestas presentan ca- racteres adinámicos, en los países cálidos predominan las bi- liosas y nerviosas; bajo este concepto Etiológico podremos ad- mitir las complicaciones dinámicas humorales y orgánicas. Las dinámicas están caracterizadas por trastornos, reflejos de- bidos á las simpatías que tienen entre sí los tegidos ó apara- tos orgánicos, tales son los vómitos de las personas en cinta, la demencia mientras el puerperio, la Amaurosis en los focos verminosos, el histerismo en las ecsageraciones de la sensibi- lidad uterina, la ataxia y adinámia en las fiebres continuas y en las aruptivas. Las complicaciones humorales son siempre el resultado de impresiones morbosas que se añaden á alguna alteración humoral, como acontece cuando después de las vi- ruelas se desarrolla el sarampión, y escarlata, cuando después de la vacuna se presenta la viruela, cuyos exantemas se mo- difican mutuamente en cuanto á su desenvolvimiento y ter- minación: la fiebre tifoidea puede desarrollarse en los perio- dos que recorra otra cualquier enfermedad: la Anemia en las enfermedades crónicas de las visceras, la Polyemia en las grandes supuraciones de las heridas y úlceras: la alteración de la sangre en las anemias paludianas y enfermedades viru- lentas como el muermo y sífilis. Las complicaciones orgá- nicas resultan comunmente de la acción morbosa de afeccio- nes establecidas anteriormente, pudiendo ser de carácter in- flamatorio y mecánico enlas que tienen impreso el inflamatorio sucederán por otra enfermedad una peritonitis á consecuencia de una herida del abdomen, ó de una hernia estrangulada, la colitis ulcerosa después de las fiebres Atxo-adinámico, el hi- drotorax después de las afecciones crónicas de las visceras del thorax, la ictericia y hepatitis después de la inflamación del pulmón derecho: las mecánicas son las congestiones viscerales que se presentan en las fiebres graves, el enfisema pulmonal después de la bronquitis: la dilatación de los ventrículos y aurí- culas del corazón en las estrecheces de los orificios: la apoplejía pulmonalen las hipertrofias: los esputos ensangrentados en las pericarditis: la anazarca y ascitis en consecuencia de los pa- decimientos del hígado, bazo y peritoneo. Las complicaciones tienen por efecto generalmente el en- tretener la marcha de las enfermedades para su curación, así como pueden agravarlas, siendo esta gravedad proporcional á su naturaleza y á la importancia vital de los órganos afectos. — 70 — Terminación de las enfermedades en la salud y convalecencia. Entenderemos por convalecencia aquel estado interme- dio entre la enfermedad que concluye y la salud que prin- cipia. La convalecencia se manifiesta con mas órnenos fenó- menos fisiológicos según haya sido la intensidad de la enfer- medad, y los dias que hayan transcurrido hasta llegar á este estado: el que deberemos considerar como producido por el restablecimiento de las fuerzas y reacciones vitales como también por las modificaciones que ha esperimentado el or- ganismo en consecuencia de las diferentes acciones de los agentes terapéuticos empleados con el objeto de la curación, como la dieta, emisiones de sangre, eméticos y catárticos &c. &c. Algunos individuos pasan de la enfermedad á la salud sin tener convalecencia, tales son aquellas de corta duración en las que no se han empleado agentes farmacológicos para conseguir la curación, bastando solamente la fuerza medi- catriz de la naturaleza para obtenerla. El estado de convale- cencia se anuncia por la desaparición de los fenómenos mor- bosos, y aparición de otros que tienen mas relación con la sa- lud que con la enfermedad, caracterizándose por el aumento de fuerzas musculares, estreñimiento del vientre, exaltación de la sensibilidad órgano animal del estómago, deseos de volver á sus ocupaciones ordinarias y sensaciones de un bien estar y felicidad: tales son los fenómenos que se presentan lo que hemos llamado estado de convalecencia, pero todas ocasiones no pasan las cosas de es'e modo tan alhagueño pa- ra el médico y el enfermo, pues muchas veces la convale- cencia ecsije tantos cuidados como la misma enfermedad por presentarse nuevos fenómenos patológicos que dan á com- prender la ecsistencia de trastornos y alteraciones en los ele- mentos constitutivos de la sangre, así como la perversión de alguno de los aparatos orgánicos: las hinchazomes edemato- sas de la cara y estremidades, el ruido de fuelle cardiaco y vás- culo arterial, la coloración pálida é ictérica, la decoloración de la sangre, presentimientos de no poder conseguir la salud per- dida y Dispepsias: son bastantes ejemplos para conocer no en- contrarse el enfermo en las circunstancias de una perfecta con- valecencia: este estado que podemos llamar patólogo fisioló- gico, es debido á la inercia en que han quedado los órganos, así como i la diminución de los glóbulos rojos de la sangre, — 71 — al obstáculo de los líquidos orgánicos por induraciones parcia- les en las visceras y á la influencia moral sobre el ñsico del enfermo. Este estado imperfecto de convalecencia es preciso que le consideremos como dependiente de una Anemia gló- bulo-orgánica capaz de conducir al enfermo á la cloro-anemia, impidiendo la arribada á la salud perfecta, que la constituye la diminución ó cesación de los padecimientos, el restableci- miento de las fuerzas musculares digestivas, y del sueño, la tranquilidad de la circulación, el desarrollo del calor animal, y de las escreciones, despejo para los actos intelectuales, te- niendo cada enfermedad una convalecencia relativa ásu du- ración yá su naturaleza patológica, así es que las fiebres gra- ves tienen una convalecencia larga y dificil, las eruptivas la hacen con rapidez, las intermitentes benignas la tienen muy pronta, las que se estacionan y prolongan las tienen muy lar- gas, las flegmácias agudas y hemorragias abundantes son las que la tienen mas rápidas y felices: las Neuróses no se les ha observado convalecencia alguna. La edad, secso, localidad y constitución individual, influye mucho en la mayor ó menor duración de la convalecencia, necesitándose para conseguirla la observancia rigurosa de la higiene individual ó privada. Recaídas ó recidivas de las enferme- dades. La recaída es la reaparición de una enfermedad termi- nada imperfectamente. La recidiva es la aparición de nuevo, después de haber obtenido la convalecencia y salud perfecta. Las recaídas las determinan generalmente las constituciones atmosféricas, las impresiones morales, los desórdenes en los ingestas, el trabajo intelectual llevado al esceso y todas las de- mas causas que tiendan á producir una modificación nueva directa ó indirecta sobre los aparatos que han sufrido las alte- raciones vitales ú orgánicas. Las fiebres continuas é intermi- tentes localizadas en algún órgano, los exantemas febriles, el catarro bronquial, la disentería, las hemorragias, las diátesis especiales, las neuróses y las flegmácias parenquimatosas, tie- nen posibilidad de presentar recaídas mas ó menos graves. Las recidivas se manifiestan mas particularmente en las en- fermedades agudas, y en alguna de las crónicas: la angina tón- silo-faríngea, el reumatismo fibro muscular, y la erisipela, pueden recidivar con mas frecuencia que alguna otra, ellas son ocasionadas, ya por predisposiciones particulares, ya por las diátesis caracterizadas, ya por disposiciones orgánicas es- peciales ó ya también por impresiones morbosas análogas á la enfermedad que ha padecido anteriormente, todas estas cir- cunstancias deben tenerse presentes para aconsejar lo conve- niente con el fin de evitar las recidivas y recaídas. Terminación de las enfermedades por la muerte. Entenderemos por muerte la cesación y término de la vida y de las funciones que ella preside: á consecuencia de enfermedades agudas, crónicas ó lesiones de continuidad de las partes mas importantes de nuestra organización; ella se anuncia en las enfermedades por fenómenos precusores,los que advierten la muerte cuya duración por mas ó menos tiempo se ha. llamado Agonía: en estos momentos se observan se secan los exutorios, dificultad en la deglución, la cara toma un color pálido aplomado, los ojos están entreabiertos y hundidos, pier- den su brillantez y se ponen pulvurulentos así como las pes- tañas, la nariz y orejas se prolongan, la temperatura disminu- ye gradualmente hasta la sensación táctil marmórea, cubrién- dose la piel de un sudor frió, particularmente en la frente y manos, los miembros se ponen rígidos y pierden su fuerza muscular, la inteligencia se debilita ó pervierte, desapareciendo la acción de los sentidos, la respiración es entrecortada desi- gual y estertorosa por el acumulo de mucosidades en los bron- quios y traquearteria, produdiéndose un ruido particular lla- mado estertor mucoso: los movimientos respiratorios pierden su ritmo disminuyendo gradualmente hasta el último mo- mento de la ecsistencia física: las contracciones del corazón se debilitan y apagan, así como las pulsaciones arteriales, sien- do lentas é imperceptibles hasta que por último desaparecen acompañadas de una fuerte espiración que anuncia el término de la vida: estos fenómenos que acabamos de mencionar son los que preceden á la muerte natural á consecuencia de las enfermedades. En la muerte violenta los fenómenos precursores se manifiestan bajo otras formas, ápesar de presentar casi los mismos que en la natural al concluir la vida, como sucede en las estrangulaciones, heridas y asfixias en donde la muerte es instantánea: pues cuando no lo es se observan todos ó parte de ellos que siempre advierten llegar la hora del último fin del hombre. — 73 — Diagnóstico. LECCIÓN XIV. Señores:—El Diagnóstico es aquella parte déla Patología General que se ocupa de distinguir y diferenciar las diversas en- fermedades entre sí. Para poder verificarlo es necesario que reunamos los síntomas que caracterizan la enfermedad que se trata de conocer con alguna otra ya denominada. Bajo este con- cepto se han admitido dos variedades en el arte del Diagnóstico: el simple ó especial, el comparativo ó diferencial; el primero reú- ne los síntomas y signos, comparándolos entre sí para deducir consecuencias y especificar la enfermedad; el segundo compara los signos del padecimiento actual con los que haya presentado otra afección, cuyos síntomas significativos pudieran tener al- guna analogía. Después de haber hecho las comparaciones y de- ducciones lógicas acerca de los diferentes grupos de síntomas y signos que presenta el enfermo,podremos llegará establecer el verdadero Diagnóstico de la enfermedad que nos ocupe, ella ecsije de parte del médico toda la atención y observación de los fenómenos morbosos, puesto que en ellos está basado el arte de diagnosticar ó conocer las enfermedades de que son susceptibles los hombres: el que ecsije condiciones particu- lares, ya de parte del enfermo, ya también del médico: las que podremos reducir á las cualidades que deba tener el ob- servador; á su interrogatorio y ecsámen,y á los diferentes me- dios que conocemos para verificarlo, tales son la Presión, Pal- pación, Tacto, Sucucion, Mensuracion, Percusión, Ausculta- ción, Sondas, Speculum, Lentes microscópicas y reacciones Químicas: con los cuales podremos preguntar á la muda na- turaleza sobre lo que queramos saber y averiguar acerca del enfermo y de la afección que lo separa del estado perfecto de salud, para poderle aplicar los agentes terapéuticos que le han de volver la integridad á las funciones orgánicas pervertidas ó trastornadas en consecuencia del estado morboso. Cualidades del observador.—Las cualidades necesarias que debe tener el observador, serán el de estar dotado de sen- tidos perfectos, puesto que estos han de proporcionarle el co- nocimiento de la enfermedad: así es que debe tener buena vista, oido, tacto y olfacion, cuyas sensaciones transmitidas al 10 — 74 — centro de percepción animal, han de desenvolver las ideas ne- cesarias para el conocimiento de lo que queramos averi- guar, pues unos sentidos imperfectos ó anonadados, produci- rían inconvenientes y errores que se opondrían al objeto que nos proponemos. Otra cualidad no menos importante, es la de tener lo que se llama "tacto médico," el cual poseen algunos con bastante facilidad, mientras que otros carecen absoluta- mente de él, cuya cualidad creemos mas bien haber nacido con el individuo, que no haberla adquirido con la práctica: á esta le llamaremos disposición natural para el ejercicio de la medicina que no puede aprenderse ni en los libros ni con los maestros, siendo un don precioso del que ha dotado la natu- raleza á ciertos individuos: de lo que sacan gran partido, ya para el pronóstico ó ya para la terapéutica, que los constituyen hombres célebres en la ciencia de curar. Otra cualidad también importante es la de poder llegar á la cama del enfermo, exento de preocupaciones y pasiones, las primeras oscureciendo su ra- zón en obsequio de un solo objeto, le harán entender y com- prender los hechos bajo un punto de vista falso, dirijiéndo los fenómenos que observa, hacia la conclusión que desea dedu- cir; en lugar de dejarse llevar por ellas hacia la solución verdadera que debiera buscar: la preocupación del médico en favor de tal ó cual afección, hace que la vea en donde no ec- siste: la analogía en los síntomas de las enfermedades, nos ha- rá caer á cada momento en las preocupaciones patológicas. Las segundas perjudican mas al médico respecto á las enfer- medades que ecsamine, que las primeras: pues las pasiones consideradas como vicios de la inteligencia, son capaces de hacer desconocer la verdad de los hechos por creerlas perju- diciales á sus opiniones médicas,creyendo sin embargo lo con- trario de lo que le dicta su razón. La paciencia considerada también como cualidad, es muy necesaria al práctico para po- der sobrellevar las impertinencias del enfermo, ella ecsije mu- cha tranquilidad de alma, pues de lo contrario produciría ti- midez y desconfianza en el paciente que colocarían al médico en condiciones poco favorables para llevar acabo el objeto de su misión. La precipitación en los juicios es frecuentemente origen de errores en el Diagnóstico que concluyen por último en deducir falsas consecuencias para las indicaciones tera- péuticas. La probidad científica es otra de las cualidades que debe tener el observador para poder darle toda la importancia que merece, es necesario haber adquirido los conocimientos que — 75 — suministran la Anatomía descriptiva y general, y Patológica: la Patología General y la interna, así como la clínica médica y quirúrjica: sin estos conocimientos se verá el médico con- fundido con el simple curandero ó con el atrevido charlata- nismo. Ecsámen del enfermo y modo de in- terrogarle. El ecsámen atento de los enfermos, no es tan fácil como podría creerse, pues esta operación ecsije grandes cuidados debiéndose comprender en él, multitud de' circunstancias re- lativas á la edad, secso, temperamento, hábito esterior del cuer- po, posiciones y actitudes, costumbres, profesiones, estado y posición social, estado de demacración y de fuerzas muscu- lares: reunidos todos estos datos nos será fácil pasar á los que versan á cerca de los padecimientos anteriores y los dias que lleva de los presentes, en él deberá observar un orden metódico que lo conduzca al conocimiento de lo que se trata de ave- riguar, lo que hará con la decencia y compostura según el sec- so, estado y posición individual, haciendo el interrogatorio de una manera digna de la profesión y délas personas áquienes se pregunta; si fuera una señorita se hará en algunas cosas, á sus padres ó parientes para evitarle el pudor que podría oca- sionarle algunas preguntas relativas á sus padecimientos, si fuese señora de estado, no se le hará delante de su esposo las que pudieran trastornar la armonía conyugal, del mismo modo deberemos comportarnos respecto á los hombres en en- fermedades ilegítimamente adquiridas, pues siempre debere- mos tener en este particular, la mayor reserva y cuidado para evitar disgustos que alguna vez han podido comprometer fa- milias, haciéndolas desgraciadas. El interrogatorio es de una gran importancia para el con- memorativo, debiéndose principiar por las enfermedades que haya padecido anteriormente, y si fueron ó no curadas radi- calmente, con que clase de medicamentos, y que causas pu- dieron influir en el desarrollo del padecimiento, y si sus pa- dres padecieron las mismas enfermedades, y cual fué la que le produjo la muerte; con estos antecedentes pasaremos al es- tado actual del enfermo, averiguando cuantos dias lleva de en- fermedad, si lo ha visto algún otro profesor y que clase de me- dicamentos le indicó, (y si fuere así, procuraremos indagar los motivos que tiene para variarlo,) haciéndole sobre esto re- — 76 — flecsiones juiciosas que tiendan siempre á que la profesión y compañerismo quede con el lugar que merece la ciencia-mé- dica y los que la ejercen. Después de estas premisas, le preguntaremos si le duele algún punto de su cuerpo, si el dolor es fijo ó movible; se ha- rá colocar en la postura decubito dorsal haciéndole doblar las estremidades inferiores sobre el abdomen para averiguar el es- tado de los órganos contenidos en esta cavidad, debiendo pa- rar bastante su atención sobre la mayor ó menor sensibilidad que tenga en alguna de las regiones anatómicas, así como su aumento de volumen por colecciones de líquidos ó gases in- testinales; esta posición es también preferible para reconocer la cavidad torácica, en la que deberemos notar los movimien- tos de Jas costillas, y si un lado está mas levantado que el otro, si los movimientos del corazón se perciben al través de sus espacios, y si puede situarse en las posiciones decubito-late- rales; pasando después á indagar el estado de las estremidades tanto inferiores como superiores, atendiendo á la facilidad ó no de sus movimientos, así como si en ellos se produjese do- lor, y si la voluntad es partícipe de la volición, no siéndonos indiferente los ruidos que pueda haber en la longitud de los huesos, los tumores en la circunferencia de las articulaciones las hinchazones calor y aumento de temperatura &c. &c. pues cada cosa de estas nos dice algo, para que le demos el valor que tengan al formar el diagnóstico; todas estas indagaciones nos conducirán al ecsámen de las partes y lugares donde se haya fijado la enfermedad, como también nos hará concebir algo sobre su naturaleza si es esencial ó no localizada, sim- pática ó dependiente de otra afección orgánica, idiopática ó circunscrita, con cuyos antecedentes pasaremos á establecer los medios de esploracion que poseemos para verificar lo que hemos llamado arte de Diagnosticar. Diversos modos que tenemos para la formación del diagnóstico. Las varias maneras que poseemos para proceder á formar el Diagnóstico de las enfermedades, se reducen á diferentes medios que conocemos, por los cuales podremos llegar al ec- sacto conocimiento de la afección morbosa: reduciéndose estas á la Presión, Palpación, Tactacion, Mensuracion, Sucucion, Percusión, Auscultación, Especulum,Microscopios, Reactivos Químicos, la Spirométria y Dinamoscopia, nuevamente intro- ducidas en la ciencia como otros medios mas para la esplora - cion de la cavidad torácica. Presión y palpación.—Aunque han sido confundidos es- tos dos medios, difiere en algún modo uno de otro; por ellas conoceremos las modificaciones que han esperimentado las partes en consecuencia de las enfermedades en lo relativo á su consistencia y sensibilidad, siéndonos muy útil también para fijar el valor de los coloridos que se pueden manifestar en la parte que comprimimos ó Palpamos, de donde podremos de- ducir signos particulares para mas esactitud del Diagnóstico. Se practican con toda la mano ó con alguno de los dedos, cuyas aplicaciones sucesivas nos valdrán para conocer la dureza, flecsibilidad, resistencia y líquidos contenidos en los tumores, así como las soluciones de continuidad de los huesos y colec- ciones de líquidos en las cavidades, como también el estado de sensibilidad ó insensibilidad de la piel y órganos subya- centes: por medio de la Presión distinguiremos la naturaleza de algunos exantemas: el color encendido de la erisipela de- saparece al comprimir la parte, mientras que las manchas de la Púrpura hemorrágica persiste: en el edema deja la impre- sión el dedo que la comprime, mientras que no sucede así en el endurecimiento del tejido celular y Elefanciasis: la crepita- ción del enfisema sub-cutóneo difiere mucho por medio de la Presión del que se produce en las fracturas. La Palpación deberemos considerarla como una modifi- cación inteligente en la que tiene una parte muy activa la Pre- sión: se verifica de la misma manera, no debiendo haber nin- gún cuerpo intermedio para verificarla, como son vestidos, sá- banas &c., ella se ejecuta con toda la mano ó con los dedos según lo que queramos averiguar, siendo la aplicación de toda la mano mas útil por multiplicarse mas los puntos de contacto; sirviéndonos la palpación y Presión reunidas y en posiciones contrarias para buscar la ecsistencia de líquidos en las cavi- dades, lo que se ha llamado fluctuación: la Palpación nos pue- de suministrar datos para la averiguación de ciertos tumores pulsativos que no hacen variar de color la piel, como son los aneurismáticos, teniendo siempre cuidado para esta clase de ave- riguaciones el de colocar el enfermo ó algunas de sus partes en posiciones ventajosas: si fuere el abdomen se colocará en el decubito dorsal con las estremidades inferiores en flexión, si fuere el thorax, se hará en los decubitos laterales y dorsal, colocando las estremidades superiores en condiciones favora- bles de relajación muscular, cuyas variaciones ecsigen alguna — 78 — atención de parte del médico para verificar la Palpación y Presión con el esmero que merece y deducir consecuencias diagnósticas. Tacto.—Este medio del Diagnóstico podremos conside- rarlo como una variedad de los anteriores, se ejecuta introdu- ciendo alguno de los dedos en las aberturas naturales, como en la vagina, ano, boca y narices, con el objeto de apreciar por medio de este sentido las modificaciones orgánicas que pue- dan ser causa ó efecto de algún padecimiento, situado donde no se pueda alcanzar con la vista. Para practicarlo se emplea comunmente los dedos índices y los medios untados en aceite colocando los enfermos en posiciones favorables según sea la parte en donde su vaya á practicar la tactacion. Si fuera en la vagina, se colocará de pié con los muslos separados ó en el decubitu dorsal, con las estremidades inferiores en flexión, teniendo gran cuidado en que los dedos no tengan escoriacio- nes ni rasgaduras, pues se espondrian á inocularse, contrayen- do alguna enfermedad virulenta desagradable: por medio de es- te ecsámen podremos averiguar el estado de la vagina, así como el del cuello del útero y alteraciones orgánicas que puedan ecsistir en él. Para la tactacion del ano y recto, deberá colocarse el en- fermo en los decubitus laterales con la pierna correspondiente estendida, y la contraria en semi-flecsion, tomándose todas las precauciones emitidas anteriormente respecto á los dedos; este ecsámen nos suministrará datos para apreciar, las estrecheces del recto, las hemorroides interiores, tumores, endurecimiento de la membrana mucosa y también por este medio podremos conocer el fondo de la vejiga, los cálculos y alteraciones de la próstata, sirviéndonos del mismo modo para dirigir las son- das en las aplicaciones del catéter; de manera que por las tactaciones de la vagina y recto, podremos llegar á descubrir no solamente las afecciones de una y otra parte, sino también la de los órganos contenidos en la pelvis. El tacto guttural se verifica haciendo abrir la boca, po- niendo un cuerpo intermedio entre los molares y abatiendo la lengua por medio de algún cuerpo plano, de esta manera podremos llegar á ver y observar la retroboca, tactándola para reconocer el estado y naturaleza de algunos tumores que se hayan desarrollado, como pólipos, edemas, abcesos y cuerpos estraños: el tacto Nasal se practica apretando la punta de la nariz con el índice de la mano izquierda, con el objeto de di- latar las aberturas, mientras que con el meñique de la derecha — 79 — introducido, podrá tactarse su interior para averiguar la natu- raleza de ciertos tumores que suelen aparecer en el interior de estas aberturas naturales. Sucusion hipocratica.---Esta consiste en producir al cuerpo del enfermo, ligeras sacudidas las que moviendo los líquidos contenidos en las cavidades naturales nos darán á co- nocer su ecsistencia; generalmente la aplicamos solo á la ca- vidad torácica cuando queremos apreciar bien los derrames serosos ó purulentos que pueden ecsistir en ella. Se practica comunicando al cuerpo, movimientos alternados de atrás ade- lante lo que se consigue aplicando la mano izquierda sobre la parte anterior del pecho, la que debe imprimir un movimiento hacia otras que recibe la derecha aplicada en la región inter- escapular: estos sacudimientos mueven el líquido contenido produciendo un sonido particular muy análogo á cuando- se mueve en direcciones contrarias un barril que contenga agua: para que se produzca el fenómeno de la Sucusion, es requi- sito indispensable que los líquidos derramados estén combina- dos con gases ó con el aire atmosférico: ella podrá también practicarse en el abdomen cuando queramos averiguar de este modo la ecsistencia de líquidos en su interior, á pesar de poseer otros medios mas seguros para conocerlo. Mensuracion.---Este medio de esploracion nos servirá para determinar con mas esactitud que lo puede hacer el tac- to y vista, el volumen y distinciones de alguna parte que queramos averiguar si aumenta ó disminuye su diámetro, podremos verificarlo con una cinta graduada ó con un compás dividido, teniendo siempre en cuenta no comprimir las partes sometidas á la mensuracion, así como colocarla siempre de una misma manera en relajación muscular y en posición ven- tajosas y cómodas bien para el enfermo, bien para el Profesor; la cabeza y Thorax deberá medirse sentado ó de pié: el abdo- men en el decubitu dorsal con las estremidades inferiores dobladas sobre dicha región, teniendo el mayor cuidado en colocar la cinta ó compás á una misma altura y á una misma parte que pueda servirnos de punto de partida, como el pezón para el Thorax, el ombligo para el abdomen, las espinas Ilia- cas anteriores para los miembros inferiores; los arcades su- perciliares para la cabeza. La mensuracion pelviana tiene por objeto saber si los diámetros de la pelvis en la muger se hallan bien conformados para verificar el parto, lo que conseguimos por la aplicación de los diversos compases graduados llama- dos pelvimetros, ó con los dedos polex é index introducidos en — so- la vagina y colocados en su ángulo anterior posterior ó sacre» puviano, siendo este medio mas preferible que el de los pel- vimetros bajo muchos aspectos. La mensuracion podremos aplicarla en la cabeza, en los casos de hidrocéfalo para averi- guar si aumenta ó disminuye la colección de serosidad que lo constituye. En el Thorax del mismo modo para apreciar si su capacidad está mas ó menos distendida por derrames de lí- quidos: cuando queramos hacer esta averiguación, colocare- mos el enfermo sentado y con las manos puestas sobre la ca- beza, siendo el punto de partida en el hombre las tetillas, y en la muger por debajo de las mamas: la mensuracion abdo- minal tiene el mismo objeto de apreciar su aumento ó dimi- nución en las colecciones de serosidad ó hidropesías, evitando cuanto posible sea que los gases intestinales no distiendan los intestinos, puesto que entonces no habría esactitud en la mensuracion, de lo cual vendremos en conocimiento por me- dio de la percusión, esperando su espulsion- para practicarla. Percusión.—Las diferentes partes del cuerpo del hombre cuando se golpean en el estado natural, producen sonidos cla- ros, variables según las regiones en donde se verifican y según que los órganos se hallen mas ó menos permeables y dispues- tos para dar libre paso á los líquidos, para el ejercicio de su función orgánica: esta manera que tenemos de esploracion para apreciar las diversas sonoridades, constituye la percu- sión, la que puede servirnos para averiguar el estado fisioló- gico ó patológico de los órganos contenidos en las cavidades así como en las demás partes de la economía, puesto que to- das están en actitud de prestarse á ser percutidas; ella se prac- tica de dos modos: mediata é inmediatamente: la primera se practicará golpeando con los dedos index y medio la parte cubierta con alguna tela, sobre algún cuerpo estraño, ó sobre los dedos correspondientes de la mano contraria: la segunda golpeando la parte descubierta sin ningún cuerpo intermedio. La posición del enfermo variará según las circunstancias y los lugares en que se trata de percutir, cuando se quiera hacer en la parte anterior del pecho, deberá tener el enfermo el dorso apoyado en algún respaldo ó en el decubitus dorsal, teniendo la cabeza vuelta al lado contrario, al que se percute, colocando los dedos ó chapa pleximetra entre los espacios intercostales: para la esploracion de las partes laterales del mismo Thorax, debe colocarse el enfermo sentado si la enfermedad lo permi- tiese, con el brazo y mano del lado correspondiente puesto so- bre la cabeza ó sostenido por un ayudante. La percusión de — 81 — la parte posterior del Thorax se practicará colocando el enfer- mo de pié ó sentado hacia adelante con los brazos cruzados sobre la parte anterior; el abdomen es susceptible así cerno el Thorax de ser percutido, para su ejecución se pondrá el en- fermo en el decubitus dorsal, con la cabeza doblada sobre el pecho y las estremidades inferiores sobre el abdomen para de este modo poner en relajación los músculos, y hacer mas flec" sibles las paredes: para la de las partes laterales se colocará del lado opuesto al que se quiere esplorar, doblando la pierna del mismo lado, ó puesto el individuo de pié según lo ecsijan las circunstancias: las demás partes en que se puede percutir son las articulaciones y tumores: cuando queramos averiguar su naturaleza ó ecsistencia de líquidos, deberá practicarse este medio de esploracion, del mismo modo que dijimos en cuanto á la colocación de los dedos. Auscultación.—Este método de esploracion consiste en estudiar por medio del sentido de la audición, los ruidos fisio- lógicos ó patológicos de las cavidades y otras parte del cuerpo en la que estableceremos dos métodos, uno mediato y el otro inmediato, los que se practican aplicando el oído sobre la parte cubierta ó descubierta y por medio de un instrumento lla- mado Etestoscópo: uno y otro tienen aplicaciones esclusivas, pues si bien la inmediata puede verificarse en lugares planos corno pecho y abdomen la mediata podremos hacerlo en su- perficies desiguales como en la región acromial, vértice de la Axila, parte inferior del esternón, región mamaria en la mu- ger &c. no tanto por el volumen de los pechos, cuanto por el pudor que pudiera ocasionar su aplicación. Las posiciones del enfermo que se ha de auscultar, serán las mismas que hemos mencionado para la Percusión, y las otras de la invención del Profesor que sean capaces de llenar el objeto que se pro- pone. Para la aplicación de lo auscultación en las enfermeda- des del pecho, es necesario tener presente los ruidos fisioló- gicos que se pueden oir al auscultar el hombre en perfecto es- tado de salud; en donde se percibe en cada movimiento de inspiración un ligero murmullo que dice la penetración del aire en las vesículas pulmonales, la que es variable en las difereutes edades da la vida, y en los diferentes puntos del Thorax: los ruidos respiratorios pueden estar aumentado res- pecto á su vehemencia, lo que constituye, lo que se llama Respiración Pueril, la que es producida por no poder el aire penetrar bien en una parte del parenquima pulmonal, lo que 11 — 82 — obliga á la parte permeable á redoblar sus esfuerzos para su- plir aquella que le falta: observándose en las afecciones tu- berculosas en el estado de induración. Esta respiración puede estar disminuida ú oscurecida por algún estertor que impida la percepción del ruido, no pudiéndose apreciarse entonces su valor patológico; así como cuando está modificada en su na- turaleza, cuyas modificaciones dan lugar á las inspiraciones Bronquial, Cavernosa y Anfórica. La respiración Bronquial se produce cuando entrando el aire en los Bronquios, no penetra en las vesículas pulmonales, lo que puede presentar modificaciones; ya imitando la respi- ración pueril aumentada, ya el ruido que produce una espi- ración fuerte echa en un tubo de madera, ó ya el ruido que se verifica al apagar una vela encendida: todas estas varieda- des anuncian la mayor ó menor impermeabilidad del aire al través de los bronquios y vesículas pulmonales. La respira- ción Cavernosa se presenta cuando ecsiste alguna cavidad en comunicación con algún tronco bronquial resultado de la fu- sión tubercular ó gangrena del pulmón; cuando la cavidad esta llena de pus le acompaña el Estertor mucoso, esta res- piración se encuentra generalmente cuando auscultamos de- bajo de las Clavículas y axilas, siendo mas pronunciada si es que ecsisten induraciones al rededor de la caverna. La Anfórica produce un ruido semejante al aire que hi- ciéramos penetrar en una botella de cuello estrecho, la que se- ñala ecsistencia de grandes focos purulentos, á la que puede acompañar un ruido particular llamado Retintín metálico. Las modificaciones de la voz deberemos también consi- derarlas en el estudio de la Auscultación. La voz y palabra en el estado normal determina una resonancia mas ó menos cla- ra según los sujetos y edades, pudiendo ser modificada en su naturaleza, á cuyas variedades se les hadado los nombres de Broncofónia, Egofónia y Pectoriloquia. La Broncofónia la constituye una resonancia de la voz muy marcada, presentándose en los casos de induración pul- monal y algunas veces en ligeras dilataciones de algunas ra- mificaciones bronquiales. La Egofónia ó voz caprina, se caracteriza por el estre- mecimiento é interrupción de las palabras, ella se presenta en los derrames Pleuríticos, cuyo ruido se deja siempre percibir mejor entre las escápulas. La Pectoriloquia la establece la transmisión del ruido de la voz las paredes Thorácicas, al oido aplicado del obser- — 83 — vador, pareciendo que llega la palabra directamente á él, se presenta cuando ecsisten cavernas pulmonales en comunica- ción con los bronquios distendidos: en las modificaciones pa- tológicas de la respiración ecsisten otros fenómenos que corresponden á los ruidos estudiados anteriormente, tales son el Retintín metálico y el de Frote ó roce. Retintín ó tañido metálico.—Esta clase de ruido res- piratorio es muy semejante al que se produce cuando golpea- mos con un alfiler amarrado en un hilo en la superficie de un vaso ó copa de cristal, verificándose tan solo cuando ha- bla ó tose el enfermo, su formación es debida al derrame de líquidos entre las pleuras costal y pulmonal, en comunicación con algún foco purulento tuberculoso y bronquial, presentán- dose también en el Neumotorax. El ruido de Roce ó Frote es sordo y muy análogo al frote de un cuerpo duro contra otro, produciéndose en la inspira- ción y espiración, este fenómeno es debido á la falta de puli- dez que deben ecsistir en las partes donde se verifica, como sucede en el Enfisema labular pulmonal, en las pleure- sías crónicas con adherencia y producción de falsas membra- nas, en el Hidrotorax y Empiema, lo que permite tocar inme- diatamente la superficie pulmonal con la costal, este ruido puede percibirse con la aplicación de la mano á las paredes Thorácicas percibiéndolo también el mismo enfermo;, particu- larmente en las pleuresías. Estertores.—Llámanse estertores, diversos ruidos que se producen en el interior de la Laringe, Traquea, Tubos bron- quiales y vesicales pulmonales, ocasionados por el aire que agita de diferentes modos los líquidos que contienen, y tam- bién por consecuencia de la estrechez ó espasmo de estas mis- mas partes, bajo este concepto los dividiremos en vesicular ó crepitante, Bronquial, Cavernoso, Traqueal y Laríngeo. Estertores crepitantes.—Se producen en las vesículas pulmonales, mientras la inspiración los que pueden presentar dos variedades: Crepitante húmedo, comparable al chispeo de la sal común cuando se pone sobre carbón encendido, ó al ruido que hace el pergamino cuando se dobla, esta variedad se presenta en el edema del pulmón, en el infarto délas vesí- culas, en la hemotisis, y en el primer periodo de la pulmonía: Crepitante seco, llamado también chasquido es muy parecido al ruido que se produce cuando se llena de aire soplado una vejiga seca, esta se verifica solamente cuando ecsiste Enfise- ma ó infiltración de aire en el tejido pulmonal. — 84 — Estertores bronquiales.—Son formados en las rami- ficaciones bronquiales, dividiéndose en secos y húmedos: el húmedo ú mucoso puede compararse al ruido que se oye cuando soplamos por medio de un tubo algún líquido, pe- diendo presentarse en la inspiración y espiración, cuando existen mucosidades en los bronquios; dejando de produ- cirse el fenómeno cuando son espectoradas: este estertor acom- paña á los catarros agudos y crónicos, al edema pulmonal, á la Broncorrea y Bronquitis espasmodicas y á algunas hemo- tisis: el seco es dependiente de la diminución que adquieren el diámetro de los bronquios, ó ecsistir en ellos mucosida- des espesas y adherentes á su superficie interna: él se ase- meja ya á la vibración de una cuerda de bajo ó ya al arrullo déla tórtola: se percibe en la inspiración y espiración, siendo necesario el que advirtamos que cuando este ruido es mas pronunciado, manifiesta ser la bronquitis en los gruesos tu- bos, y cuando es menos en los capilares. El estertor crepitante seco se presenta en los casos de Enfisema pulmonar y en los engrasamientos de la membrana mucosa bronquial, coinci- diendo siempre con dificultad de respirar y ataques Astmáticos, Estertores cavernosos.—Son producidos por los mo- vimientos que esperimentan las mucosidades al atravesarlas el aire en una ó mas cavidades del tejido pulmonal, los que pue- den presentar tres variedades: Estertor cavernuloso que se sucede en pequeñas cavidades ó cavernas en los reblande- cimientos de pequeños tubérculos: Estertor cavernoso propia- mente dicho que se verifica en cavidades de mas dimensio- nes: Estertor llamado Gorgoteo que se produce en grandes y anchas cavernas. Estertor traqueal y laríngeo.—Estos dos estertores demuestran la presencia de grandes cantidades de mucosida- des en la traquea y laringe, acompañan á las espectoracio- pes difíciles y trabajosas, como sucede en los últimos momen- tos de la vida, por lo que se le ha llamado Estertor de la agonía: el Laríngeo se produce en las circunstancias patoló- gicas de estrechez de la Glotis, como sucede en el croup y an- gina estridulosa,perteneciendo este mas bien á la clase de rui- dos sonoros ó silvidos, que no á la de murmullos estertorosos. Auscultación del corazón y de los grandes vasos. La gran importancia que nos merece este estudio, nos hará detenernos mas en esta lección: para comprender bien — 85 — los ruidos anormales del corazón, es necesario que conoz- camos antes los normales, sin cuyo requisito no podemos apreciar los patológicos: estos ruidos los referiremos, á los que producen las iinpulsaciones del corazón, á su estension y Ritmo: las impulsiones del corazón en el estado fisiolójico no producen choque apreciable á la aplicación de la mano en la región cardiaca: no sucediendo así en sus lesiones orgánicas, ni cuando el individuo se halla poseído de alguna afección mo- ral, ó entregado á ejercicios violentos, pues entonces estas impulsiones son mas enérgicas y precipitadas, chocando el ápice del corazón en la pared thorácica correspondiente. La estension de las impulsiones pueden variar según los indivi- duos, y también por los estados patológicos de la circulación y respiración: en el estado normal las impulsiones ocupan el espacio comprendido entre los cartílagos de la cuarta y sép- tima costillas izquierdas correspondiendo á los movimientos que dependen de las cavidades izquierdas del corazón: así co- mo en la parte inferior del esternón los que proceden de la derecha. El Ritmo lo constituye el orden simultáneo de las contracciones y relajaciones de las aurículas y ventrículos: muchas causas pueden modificarlo trastornando este orden regular, poniéndose irregular é intermitente. Ruidos normales del corazón.—En estos ruidos es ne- cesario distinguir tres clases que corresponden á los tiempos en que se pueden verificar. Primero: ruido sordo algo prolon- gado oyéndose mas^hácia el lado izquierdo y abajo de la re- gión del corazón; coincide con el sistole ó contracción de los ventrículos: segundo ruido mas claro y perceptible á la de- recha y arriba; coincide con el sistole ó contracción de las aurículas. Tercero: silencio ó momento de quietud: los rui- dos fisiológicos ó normales del corazón, son debidos al juego mecánico de las válvulas, los que pueden variar en cuanto á su fuerza, regularidad y frecuencia: debiéndose tener presente para cuando queramos hacer comparaciones patólogo-fisioló- gicas. Ruidos anormales ó patológicos.—El principal tipo de estos es el llamado de fuelle, por tener la mayor semejanza con el aire que sale por su conducto él es producido por el roce que hace la sangre al pasar por los orificios y cavidades del corazón: suponiendo la existencia de ciertas condiciones morbosas, tales como concresiones sanguíneas en el interior de las aurículas, ventrículos y orificios: estrechez del orificio auricnlo ventricular izquierdo: insuficiencia de — Ntj — las válvulas auricnlo ventriculares, hipertrofia del ventrículo izquierdo, dilatación del orificio ventrículo aórtico, anemia y clorosis: en estas variedades morbosas en que se puede perci- bir el ruido de fuelle, ecsiste siempre aumento de roce de la columna sanguínea que atraviesa las cavidades y orificios, ya porque están estrechados, ya porque las válvulas están trastornadas, ya por que las paredes del corazón están engro- sadas ó adelgazadas. Este ruido considerado ya como tipo presenta, variedades dignas de la atención del Patólogo, como son los de Escofina, Sierra y Lima; los que no son otra cosa sino modificaciones ecsageradas y de mayor intensidad del de Fuelle propiamente dicho: se perciben en los casos de estre- chez de los orificios con degeneración de las válvulas é hiper- trofia; el Sibilante es entre todos el mas agudo, y corresponde á una estrechez mas considerable: el de Fricción tiene la ma- yor analogía con el que se produce cuando se frota una tela de seda ó pergamino, se presenta en las Pericarditis: siendo debido al frote del corazón sobre su envoltura: el de Cuero crudo se oye también en la Pericarditis é hidropericardias con producción de falsas membranas: el de Retintín ó tañido metálico cardiaco es provocado por la percusión que hace el ápice del corazón en la pared Thorácica verificándose tan solo mientras el sistole ventricular, siendo muy análogo al que re- sulta cuando golpeamos con el dedo de una mano el de la otra,cuyo pulpejo estuviese colocado en alguna parte del pabe- llón de la oreja. Todos los ruidos que acabamos deesponer son isócronos á los movimientos del corazón, siendo de pura ne- cesidad para poder percibirlos y apreciarlos el que el enfermo suspenda por mas ó menos tiempo la Respiración. Ruidos normales de las arterias. Cuando auscultamos alguna arteria en el estado fisioló- gico, no oiremos otra cosa sino un ruido sordo isócrono con los batimientos del corazón, resultado del choque de la colum- na sanguínea contrallas paredes arteriales. Ruidos anormales.—Ellos son mas perceptibles en los gruesos troncos arteriales que en los pequeños, los que referi- remos al llamado de Fuelle, soplo continuo ó ruido del Diablo: al de silvido ó canto modulado: al Placentario y Fetal. El ruido de Fuelle de las arterias, es muy análogo al que hemos dicho del corazón siendo formado como el de este por el frote de la columna sanguínea en las paredes de estos vasos, este ruido se encuentra en los tumores aneurismáticos, en las es- trecheces fibrosas, cartilaginosas y calcáreas de los orificios ventrículo-aórtico y pulmonario del corazón: en la osificación de las arterias: en el estado de gestación y en las personas que se hallan bajo la influencia de la idiosincracia nerviosa, esta- do anémico clorótico y cspasmódico del sistema arterial. Los ruidos de soplo continuo se parecen con bastante esactitud á la que produce el fuelle de fragua continuo, aumentando de su intensidad en cada contracción ventricular: oyéndose sola- mente en las arterias carótidas y subclavias, apareciendo y desapareciendo mientras se ausculta: se presenta en las clo- rosis Anemia y afecciones espasmódicas. El de silvido, es una modificación de los dos anteriores, notándose en los mismos casos y circunstancias. Resido placentario.—Se percibe tan solo en el estado de embarazo, aplicando el oído á la región hipogástrica inme- diatamente ó por medio del estetóscopo: corresponde á la cir- culación arterial de la muger, siendo isócrono con sus pulsa- ciones, no siendo perceptibles sino al cuarto ó quinto mes de la gestación, faltando algunas veces, lo que constituye signo equívoco en la preñez; siendo muy necesario no confundirlo con las pulsaciones de la aorta abdominal é Iliacas. Los rui- dos de las pulsaciones del corazón del Feto, son muy pequeños y profundos, son análogos á los del relox, se oyen en la región hipogástrica superior, percibiéndose desde los cuatro meses de su ecsistencia: necesitándose mucha práctica para poderlos apreciar. El Speculum considerado como medio del Diagnóstico, es un instrumento con el que podemos ecsaminar ciertas partes del cuerpo con la vista, que no podríamos ha- cerlo sin su auxilio: su modo de obrar es separando las pa- redes de las diferentes cavidades, no solo para su esploracion, sino tambiem para la aplicación de sustancias medicamento- sas. Se conocen varias clases de Speculum, según el objeto á que se destinan: el llamado Speculum Oculi nos sirve para tener los párpados abiertos y sujetar el ojo para poder practi- car operaciones oftálmicas: el Oris para tener abierta la boca; el Naci para tener dilatadas las alas de la nariz: el Auris pa- ra abrir el conducto auditivo esterno: el Uteri para estender la vagina: y el Ani para abrir el esfinter del ano. Para cada uno de los especulum que acabamos de mencionar necesita- remos colocar el enfermo en ciertas posiciones cómodas, ya — 88- para el profesor, ya para el enfermo: para sujetar el ojo y con- servar abiertos los párpados, se colocará el enfermo sentado y apoyada la cabeza en el pecho de un ayudante ó en el res- paldar de una silla; para la boca y nariz se podrá colocar del mismo modo: para la oreja sentado el enfermo inclinará la cabeza al lado contrario del que se trate de esplorar apoyán- dola del mismo modo que dijimos para los ojos, boca y nariz: para la introducción del speculum uteri, se sentará en el borde de una cama, con los muslos en medio flecsion, y con los pies apoyados en una silla, cada uno, colocándose el ob- servador entre ellos: debiéndose antes tapar con una sábana las partes sexuales la que debe tener una abertura que cor- responda á la vulba, para de este modo evitar cuanto posible te± el pudor que pudiera tener la mujer en el momento del reconocimiento utéro vaginal: para la aplicación del Ani se colocará el enfermo en una cama en el decubitus lateral, po- niendo en flecsion la pierna del mismo lado y arriba de la otra que debe estar estendida: si fuese mujer se usará de la sábana de la misma manera dicha anteriormente: siendo de necesidad el advertir, que para la aplicación de los diferentes speculum es preciso untarlos de algún cuerpo graso para hacer mas fácil la introducción. Sondas y estiletes.— Este medio nos podrá ser útil cuando queramos averiguar la profundidad de los trayectos fistulosos y heridas, y también para cerciorarnos de la ecsis- tencia de los cálculos vejicales como asi mismo para apreciar las escrecheces de los conductos naturales como uretra, recto y esófago. Para la aplicación de estos instrumentos quirúrgicos, se colocará el enfermo cómodamente en los casos de heridas, fístulas y estrecheces: pero para los de los cál- culos, se pondrá acostado en el decubitus dorsal ó de pié, se- gún lo exijan las circunstancias: debiendo antes de su intro- ducción ser untados en cuerpos grasos como aceite, manteca ó sebo. Microscopio y lentes.—Estos instrumentos de pótica visual nos pueden servir también como medios para hacer el diagnóstico de algunas enfermedades, así como podremos utilizarlos para el reconocimiento de los elementos, anatomio patológico de los sólidos, líquidos y transformaciones de es- tructura orgánica como para comprobar la ecsistencia de los parásitos del cuerpo humano y determinar su figura: este me- dio aunque no muy feliz en sus resultados no debemos despre- ciarlo, á pesar de la incertidumbre que tenemos en sus dife- — 89 — rentes aplicaciones: por lo que es preciso convenir en que es- ta parte del diagnóstico está poco adelantada respecto á lcfS otros medios que poseemos. Química y reactivos.—Esta parte de las ciencias natu- rales nos ha venido a' socorro del diagnóstico,puesto que por sus medios analíticos hemos llegado á conocer la composición de las producciones naturales y morbosas y la de los líquidos: con sus reactivos, hemos encontrado en ciertas partes de la economía, sustancias que no se hallaban en el estado normal ya prevengan del esterior al interior, ya de un aparato orgá- nico á otro; como cuando se transporta la albúmina á la ori- na, ó se desenvuelve la azúcar en la enfermedad llamada Diabetes. Por medio del papel de tornasol podemos apreciar las propiedades acidas ó alcalinas de los líquidos; Esta ciencia accesoria á la medicina, esta llamada á desempeñar un papel muy importante en el arte del Diagnóstico; Spirometkia.—Introducida nuevamente en la patología como medio del diagnóstico, se ha puesto en Uso para medir la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones, sin tener en cuenta el que queda contenido en ellos. Esta operación se verifica por medio de una especie de barómetro, construido con este objeto, al que le han dado el nombre de Spirómetro, el que teniendo una escala graduada indica la cantidad de aire atmosférico que se introduce y sale de los pulmones en los actos de inspiración y espiración, la que es relativa á lata- lia del individuo á su constitución y edad en que se halle: por medio de este instrumento, cuya aplicación y forma nos es hasta ahora desconocida, se puede diagnosticar según dice su inventor, el primer y segundo periodo de la tisis pulmonal, no permitiendo confundirla con el catarro pulmonal crónico, ni ni con otros padecimientos Thorácicos que la simulan: bajo este concepto está llamado el Spirómetro á prestar grandes ser- vicios á Ja medicina, siendo su inventor poi este motivo acree- dor al reconocimiento de la ciencia y de la humanidad. La Dinamoscópia ó el arte de estudiar los movimientos orgánicos é intrínsecos de la fibra muscular, y de la circula- ción se ha introducido también nuevamente en la patología como un medio mas de esploracion5 para poder apreciar el estado de las fuerzas vitales, anonadadas en las enfermedades: sin meternos en la utilidad que pueda proporcionar al arte del diagnóstico y pronóstico su invención, llamamos la atención sobre este descubrimiento, por creerlo de gran importancia para la práctica de la medicina. 12 — í)0 — Introduciendo el dedo índice déla mano,en el estado de salud, en el conducto auditivo esterno, oiremos un zumbido» continuo muy semejante á un ruido sordo, este ruido se se- para por intervalos irregulares y por crepitaciones muy diferen- tes que se han llamado chispirroteos acústicos, tanto uno co- mo los otros se hacen mas sensibles,cuando se pone un cuer- po intermedio entre el dedo y el conducto auditivo esterno: los hasta aquí usados son de lienzo arrollado, cilindros de hierro, acero ó madera: dichos ruidos los aprecian mas bien el enfermo que el observador, y son producidos por la com- presión que esperimenta el aire entre el tímpano y el instru- mento esplorador: aplicado en cualquier parte del cuerpo, se oirá también el zumbido, cuyo fenómeno pertenece á la vi- bración de la fibra muscular, así como el de chispirroteo se en- cuentra solamente en las estremidades de las manos y pies, correspondiendo á los tendones y ligamentos. Estudiadas en ciertas circunstancias fisiólogo patológicas, presenta modificaciones: él es suave, sonoro, lento, continuo é igual en el estado de salud, volviéndose áspero, fuerte, rápido de tono grave, desigual y trémulo en el morboso: cuyos rui- dos coinciden con la mayor ó menor gravedad del enfermo: si el ruido fuere trémulo, es señal de gravedad pero sin peli- gro de muerte: si fuere desigual produciendo tonos ya graves, ya agudos es señal de gravedad con peligro de muerte: si de- sapareciese el chispirroteo ó crepitación en las estremidades se podrá pronosticar una muerte próesima; los chispirroteos ó crepitaciones acústicas son muy variables en las enfermeda- des, persistiendo aun después de la muerte desde diez hasta quince horas, siendo mas perceptibles en las regiones precor- dial y epigástrica. En los miembros amputados ecsiste el zum- bido por algún tiempo, desapareciendo poco á poco desde las estremidades hacia el centro, estos ruidos según dicen los ob- servadores, no podran nunca referirse ni á la circulación ni al calor animal, y sí podran considerarse como un resultado de la acción orgánica molecular. La carencia del zumbido chis- pirreante es el signo mas seguro y evidente de la muerte real, mientras que su ecsistencia dice lo contrario: sus variaciones manifiestan el curso y pronóstico de las enfermedades: su ausencia de una parte del cuerpo hace distinguir la parálisis completa de la incompleta, una parálisis verdadera de otra simulada. Todo lo que hemos dicho anteriormente, nos inclina á que podamos deducir que este sistema de auscultación difiere — 91 — mucho del procedimiento estetoscópico y del auricular inme- diato, pues en estos los ruidos que percibimos son el resul- tado de una acción física, mientras que el Dinamoscópico son consecuencias de las fuerzas vitales y de las acciones orgánicas. Semyología y Sintomatología. LECCIÓN XVI. Ecsámen de los signos y síntomas que suministran los diversos aparatos orgánicos. Señores.—La semyótica y sintomatología, es aquella parte de patologia general que se ocupa del estudio de los signos y síntomas de las enfermedades: estos signos no son ni síntomas ni pródromos, y sin embargo proceden y se de- ducen de ellos. Los síntomas son perceptibles á los sentidos, sin que sea necesario ser médico para apreciarlos: el signo por el contrario solo le es propio el conocimiento del profesor y á su juicio científico: siendo un acsioma en patologia el de- cir, que todo síntoma puede convertirse en signo; pero el signo jamás podrá convertirse en síntoma. Después de haber emitido las ideas generalas que deben servirnos para verificar el diagnóstico y pronóstico, creemos de mucha utilidad entrar en el ecsámen de todos los apara- tos orgánicos para poder valorizar los signos y síntomas morbo- sos que cada uno puede ofrecer en las diversas circunstancias patológicas. Estableceremos para el mejor orden de este estu- dio, en tres series los aparatos que desempeñan las funciones de relación, asimilación, y generación. Síntomas que corresponden a las funciones de re- lación.—Se comprenderán en estas el Hábito esterior del cuerpo.—La locomoción.—La voz y palabra.—La sensibili- dad.—Las sensaciones.—Las afecciones morales.—Las fun- ciones intelectuales, y el sueño. Habito esterior.—Referiremos á él, la Actitud.—El vo- lumen.—Consistencia de los músculos.—Color de la piel.— Tumores.—Exantemas.—Erupciones.—Y úlceras. La Acti- tud supina, es la mas común en las enfermedades [Decubi- tus dorsal] sin embargo de no ser la mas favorable en algu- =—92 — ñas circunstancias pues no puede conservarse cuando existo colección de líquidos en uno de los lados del pecho, ó indu- ración del pulmón correspondiente, pues entonces los enfer- mos se acuestan mejor del lado enfermo, (Decubitus lateral derecho é izquierdo) para facilitar de este modo la dilatación de las costillas del lado sano y respirar con mas facilidad. En las pleuresías y dolores Thorácicos, el decubitus lateral contra- rio es el mas cómodo para los enfermos, para evitar que se aumente la dificultad de respirar con la presión. Cuando la respiración, se verifica con dificultad en las afecciones de pe- cho la posición mas acomodada para mejorar su estado, es la de sentado en la cama ó en alguna silla apoyando la cabeza sobre el respaldo de otra, para dar mas fuerza á los músculos intercostales, y poder respirar con mas franqueza. En los do- lores abdominales, el decubitus es de vientre puesto que la oompresion es un medio que encuentran los enfermos de ali- vio y mejoría. Los movimientos agitados y cambios de posi- ciones en la cama.nos dirán hallarse el sistema cerebro-raqui- diano en un estado de estimulación: se observan con mucha frecuencia en las enfermedades agudas. Volumen del cuerpo.—La diminución de alguna de sus partes constituye la Atrofia. La Demacración, Marasmo enflaquecimiento ó consunción cuando disminuye ó ha dis- minuido la totalidad del cuerpo: estos estados son siempre consecuencias de enfermedades crónicas en las que no puede verificarse la nutrición y asimilación. El aumento de las partes es producido por la tumefacción inflamatoria ó por au- mento del pinguedo ó gordura, [Obesidad] Por aumento de nutrición de los tejidos [Hipertrofia] Por infiltración de se- rosidad en el tejido celular subcutáneo [Edema.] Por colec- ción de líquidos en el abdomen [Ascitis] ó en el escroto [Hi- drocele], ó en el cráneo (Hidrocéfalo.) Por infiltración del aire en el tejido celular [Enfisema.] Por colección de gases en los intestinos [Timpanitis, Meteorismo y Neumatosis], estos tres últimos estados patológicos reconocen por causa la disminu- ción de la fuerza peristáltica de los intestinos, obstáculo me- cánico al paso de los gases, por materias estercolares deteni- das, ó por desenvolvimiento de gases dependiente de modifi- caciones debidas á la perturbación del sistema nervioso gan- glionar: ellos pueden presentarse como síntomas en las en- fermedades, teniendo cada uno su valor semyótico. Consistencia muscular.—En las enfermedades de ca- rácter inflamatorio, las carnes se conservan en biten estado: — 93 — pji las de mal, se ponen flacidas: asi como endurecidas y re- sistentes en las espasmódicas y convulsivas. Color de la piel.—Es variable según el temperamento del individuo, sin embargo puede adquirir otros en las enfer- medades: se halla encendido en las flegmácias, pálida en las enfermedades agudas: en los vicios humorales, esta de color terroso y pajizo, como en la sífilis constitucional y diátesis cancerosa: en la Ictericia afecta el amarillo azafranado, por hallarse en la sangre los elementos de la bilis: este resultado es debido á la suspensión de la escrecion biliar en el hígado, ú á la absorción de las moléculas de la colesterina introducidas en el torrente general de la circulación: el color azuloso de la piel ó Cianosis consiste en la estancación de la sangre venosa, en algún lugar del circulo sanguíneo presentándose como síntoma en las hipertrofias del corazón derecho y en las asfic- sias, en donde el paso de la sangre del sistema capilar general arterial al venoso, se hace con dificultad: presentándose tam- bién en las alteraciones de la sangre como en el escorbuto, y en la persistencia del agujero de Botal en los recien nacidos: la piel puede adquirir un color oscuro en los individuos que han tomado interiormente preparaciones de plata. Exantemas.—Constituyen bien enfermedades, bien efec- tos sintomáticos: existiendo tres que suelen presentarse en las fiebres de mal carácter: tales son la Sudamina Pete- quias y Rauseola. Las petequias son unas manchitas que no esceden de la superficie de la piel, de color rosado mas ó menos claro, debidas á la trasudación local de la sangre del sistema capilar general arterial de la piel, pueden presentarse en las fiebres graves en el cuello, pecho y vientre, desde el segundo hasta el séptimo dia de la enfermedad: muy rara vez coinciden con la mejoría de los síntomas, siendo las mas de un pronóstico tanto mas grave, cuanto mas numerosas, mas grandes, mas oscuras y persistentes sean. La sudamina son unas vejiguillas del tamaño de un grano de mostaza pequeño que esceden de la piel, redondas y transparentes, contenien- do en su interior un líquido seroso, desenvolviéndose sin ru- bicundez y en las mismas circunstancias que las petequias: suelen ser efecto del calor presentándose reunidas en grupos y con prurito en medio de una areola encendida, constitu- yendo el Sarpullido: llamándose Miliar cuando es general y sin estas circunstancias. Locomoción.—Los trastornos funcionales de los múscu- los sometidos al influjo cerebro raquidiano, consisten en la — 94 — exaltación de la senbilidad, diminución, abolición y perver- sión de sus facultades motrices. La exaltación de la sensibi- lidad muscular, se presenta en los dolores reumáticos y en su contracción ú espasmo tónico: La Diminución se observa en algunas enfermedades, cuyas diversas gradaciones constitu- yen los estados conocidos con los nombres de Debilidad ú Astenia, Adinamia ó Postración; la Debilidad puede presen- tarse en el principio de las enfermedades siendo tauto mas marcada, cuanto mas graves puedan ser: así como en la con- valecencia de las agudas: la Astenia se pronuncia cuando ec- siste falta de energía orgánica en los aparatos ó en alguno de ellos, debiendo su origen á las lesiones de la nutrición respi- ración y enervación cerebro espinal: los caracteres que la de- terminan, son la palidez de la piel y demás tegidos, descenso de temperatura habitual, y diminución de la contractilidad orgánica muscular. Considerada la Astenia bajo el punto de vista relativo á la naturaleza de las enfermedades, podemos distinguirlas en Astenia sanguínea, nerviosa, nutritiva y se- cretoria: la Adinámica y postración se caracteriza por una gran falta de fuerzas musculares, acompañadas de insensibilidad in- telectual y torpeza en los sentidos, constituyendo el principal fenómeno en las afecciones adinámicas, en las absorciones pu- rulentas, y en los envenenamientos miasmáticos. Estos estados Dinámicos no deberemos confundirlos con el Estupor, puesto que este es el resultado de la compresión encefálica, mien- tras que los otros se verifican sin este requisito. La abolición de las fuerzas, la determinan las diferenres parálisis de los movimientos musculares: puede ser limitada á la mitad del cuerpo Hemiplegia: á las estremidades inferiores Paraplegia al brazo de un lado y pierna contraria Parálisis cruzada. En la perversión de las fuerzas se comprenden el tem- blor, los calambres, convulsiones, rigidez, contracción, sal- tos de tendones y carfología. El temblor consiste en agitacio- nes y movimientos involuntarios, producidos por alternativas de contracciones y relajaciones involuntarias de los músculos, determinados por modificaciones de la inervación ganglionar & cerebral: la producida por retropulsion de los líquidos perifé- ricos á las visceras, por neuropatías á consecuencia de afec- ciones del alma, ó por el abuso de las sustancias que esaltan & debilitan el sistema nervioso: tales como el café, licores es- pirituosos y senectud llamado temblor senil. Los calambres no son otra cosa sino convulsiones tóni- cas, ¿olorosas, parciales, pasageras é involuntarias de los pía- — 95 — nos musculares, debidos á la escitacion nerviosa, ocasionada según nuestro modo de pensar por el aumento de electricidad animal en el lugar de la contracción, presentándose en algunas afecciones nerviosas, en las compresiones de los troncos ner- viosos, y en el segundo periodo del colera asiático. Convulsiones.—Ellas consisten en movimientos alterna- dos de relajaciones y contracciones musculares con pérdida del conocimiento ó sin él, se observan en la Epilepsia esencial ó sintomática, en la Eclamsia y en algunas enfermedades graves: las convulsiones consideradas como síntomas dicen, el compromiso de los centros nerviosos y la mayor gravedad del enfermo. Contractura ó rigidez de los músculos.---Se refieren siempre á una lesión bien del encéfalo, bien de la médula es- pinal: presentándose generalmente como consecuencia del re- blandecimiento de estas partes del Tétano y del reumatismo crónico: este síntoma tendrá mas ó menos valor semyótico se- gún esté acompañado de otros de mal presagio. Subsultos tendinosos.—Son ligeros movimientos invo- luntarios de los tendones flexores de las manos, debidos al de- sorden de la inervación cerebral: este síntoma es de mal pro- nóstico en las fiebres de mal carácter, y de poco valor en otras de naturaleza nerviosa. Carphologia.—La constituyen movimientos agitados de las manos y de los dedos sin objeto determinado: ellos debe referirse á desórdenes nerviosos y al delirio de la visión: estos fenómenos morbosos se suelen presentar en las fiebres Atáxicas y Adinámicas de forma cerebral; en las estimulaciones ence- fálicas que preceden á la Demencia, y á las Neuróses de la inteligencia. Voz y palabra.—El timbre de la voz es débil en la ma- yor parte de las enfermedades: él es susceptible de variaciones en los catarros, en las afecciones de la Laringe en el Croup, en las Traqueitis. en la Angina de Pecho y en el Histerismo. La modificación que esperimenta la voz por disminuir de su timbre se llama Afomia ó voz apagada: se observa en las pa- rálisis de la Laringe, en el segundo periodo del cólera asiá- tico, y en la Laringo Traqueitis crónica, siendo un síntoma grave en las fiebres, y de poco valor en otras afecciones. Sensaciones.—La sensibilidad general en las Neuróses, esta aumentada,ó exaltada,constituyendo el Dolor: hallándose disminuida en las fiebres Atáxo adinámicas, en las intoxica- ciones narcóticas, Asfixias, Apoplexias y Parálisis. Las sensa- — 96 — ciones son internas y esternas, las internas residen en las membranas mucosas que están bajo la influencia del sistema ganglional, pero necesita de la del cerebro para que se pro- duzca y perciba el dolor, el cual es el resultado de cierta modifi- cación particular primitiva ó secundaria sin lesión manifiesta en la parte donde se siente: siendo las ramificaciones nervio- sas los conductores da la modificación dolorosa del órgano, al centro de percepción animal, y de este á la parte donde se es- tablece: las sensaciones esternas son siempre consecuencias de la transmisión al centro de percepción de los cuerpos que afec- tan los sentidos estenios,los que pueden obrar ya aumentando la sensibilidad, ya disminuyéndola ó ya pervirtiéndola: su exal- tación se presenta en las Neuralgias y Reumatismos; su dis- minución en las Parálisis y Adinámia; su perversión la encon- traremos en las afecciones cerebrales, en la enagenacion men- tal, en las Meningitis y alguna otra afección de la clase de las neuróses, Afecciones morales.---Los actos funcionales afectivos en los estados morbosos presentan trastornos considerables: estos actos cambian en contrario, el carácter natural de los en- fermos, los de genio tranquilo y afectuoso con sus amigos y parientes, se vuelven irascibles y se molestan de las cosas mas insignificantes, al paso que otros conservan una indiferencia completa á los objetos mas queridos. Las pasiones se mani- fiestan con mas intrepidez en algunos enfermos, así como en otros desaparecen de un modo que nada les es interesante. Estos estados se desenvuelven con mucha facilidad en las Mo- nomanías, Demencias, Hipocondrías: habiéndose observado también en la muger en el estado de Gestación; ellos no tie- nen ningún valor semyótico en las enfermedades. Actos intelectuales.---Los actos que dependen de las facultades intelectuales del hombre, deberemos referirlos á la Memoria, Atención, Juicio é Imaginación: todos son suscep- tibles de exaltarse, disminuirse y pervertirse mientras los pe- riodos que recorren algunas enfermedades, pudiéndo ecsistir aisladamente en los trastornos de la inteligencia; y en las afecciones simpáticas de los centros nerviosos. Nos limitare- mos á hablar solamente del Delirio por ser el que con mas frecuencia se presenta en las enfermedades que nos dice el estado de Perversión de las funciones intelectuales. El delirio.-Es el desorden de las funciones intelectuales, con perversión ó sin ella de las cualidades morales del indivi- duo, dependiendo de una modificación permanente ó pasa- — 97 — gera del cerebro, resultado de escitaciones y estimulaciones simpáticas ó idiopáticas de su estructura pudiéndose desenvol- ver en las astenias congestiones cerebrales y en la intoxicación Narcótica. De aquí deberemos deducir y admitir cuatro clases de Delirios; el Deméntico ó Nervioso, el Febril, el Congestivo y el Momentáneo ó Narcótico. El delirio unas veces puede es- tar en relación con los objetos que le rodean, afectando la imaginación de una manera vaga: otras se presenta sin causa manifiesta, como un desorden de las facultades del alma: en estos casos puede afectar algunas variedades según la natu- raleza del delirio y según haya dirigido su acción ya á las membranas, ya al juicio ó ya ala imaginación; el delirio con- siderado como síntoma, no está muchas veces en relación con la lesión que lo determina pues suele aparecer en enferme- dades leves, y no en las graves: de modo que al delirio debe- remos darle muy poca importancia como signo, pues nunca corresponde al mal ó buen pronóstico que podamos hacer. Este desorden intelectual se presenta con los caracteres de fu- rioso, tranquilo, continuo é intermitente á los que siempre precede cefalalgia, zumbido de oidos, inyección de los ojos y bultuosidad de la cara; el Desvario deberemos considerarlo como los pródromos del delirio, así como la incoherencia de las ideas, las visiones y alucinamientos que también pueden precederle de lo que no tiene couciencia el yo del individuo, por estar ya afectada la parte del cerebro que corresponde i las facultades intelectivas. La escitacion cerebral llevada mas allá de los límites compatibles con la salud, determina el Insomnio: la esti- mulación patológica provoca la congestión sanguínea ó se- rosa, dando lugar al sueño morboso que comprende el Letar- go, Coma, Caro y Soñolencia. El letargo es una especie de Soñolencia que acompaña á las fiebres de mal carácter, siendo un estado medio entre la vigilia y el sueño: es de mal presagio cuando esta acompañada de otros signos graves. El Coma lo constituye un sueño profundo, es precursor las mas veces de las Apoplejías, y es de mal agüero en las afecciones cerebra- les. El Caro no es otra cosa que un estado comatoso con com- pleta insensibilidad de los sentidos; se observa con frecuen- cia en los ataques epilépticos y en las fiebres Atáxo-adinámi- eas, teniendo valor semyótico según que esté acompañado de otros síntomas alarmantes. Síntomas que se refieren a las funciones de asimila- ción.—Comprenderemos en ellos los pertenecientes á la Di- 13 — 98 — gestión, Respiración, Circulación, Escreciones y Secreciones. En cuanto á las que podamos referir al acto de la Digestión, las reduciremos al Apetito, Sed, Deglusion, Vómitos Defeca- ciones y estados que puede presentar la lengua. El Apetito se halla disminuido en los Pródromos de las enfermedades y abolido mientras sus periodos: está aumen- tado en algunas neurosis del estómago, así como puede estar depravado en las mismas circunstancias: la. Anorexia consiste en su falta absoluta, siendo el Hastio la repugnancia que te- nemos á ellos: la Anorexia se presenta en las enfermedades del estómago, y el hastio en ligeras indisposiciones de la sen- sibilidad órgano gistrica. La Buli/Jiia ó hambre" canina la constituye un escesivo apetito; se llama Malaxia cuando lo que se desea es de las susiancias qus mas se comen, y el de Pica cuando se apetecen cosas esíravagantes: estos estados conocidos con estos nombres se presentan como síntomas en las Gastritis crónicas, y en las perturbaciones de las faculta- des intelectuales. Llámase Dispepsia la lentitud y dificultxd de las digestiones: se observan en las afecciones crónicas de los órganos digestivos, en los infartos gás'uicos, y en las Gas- tralgias. Sed está aumentada en la mayor parte de las fiebres, la que guarda proporción con la ecsalacion de la piel y del pulmón, siendo tanto mayor, cuanto con mas frecuencia fun- ciona en la combustión del carbono de la sangre: á este fenó- meno químico es debida la sensación de la sed. Estados de la lengua.—La lengua deberemos mirarla como el espejo de la superficie interna del estómago: ella pre- senta las mismas modificaciones que sufre este órgano en las enfermedades de que es susceptible: se presenta seca, pun- tiaguda, y encendidos sus bordes en las Gastritis agudas, y en las fiebres eruptivas: blancuzca y amarillenta en los in- fartos gástricos: pálida y ancha en las clorosis, Anemias é in- fartos mucosos: negruzca y seca en las fiebres, ataxo adiná- micas: ensangrentada en las hematemesis pasivas, y en las hemotisis activas. Deglución.—Puede ser mas ó menos dificultosa en el úl- timo periodo de las enfermedades agudas: la dificultad de tra- gar ó deglutir se llama Disfagia la que puede depender también de otras afecciones, como en la tumefacción de la lengua y amígdalas, tumores en el cuello, parálisis de los nervios glo- so-faringeos, histerismo é hidrofobia nerviosa, esencial ó sin- tomática. La hidrofobia deberemos diferenciarla de la Rabia, en que aquella siempre que se presenta es sintomática de algu- — 99 — na afección del cerebro, mientras que en esta es el resultado de la introducion en la economía del virus Rábico ú Lisico, en una y otra, ecsisten los mismos fenómenos, por cuya razón se ha confundido en la ciencia, es necesario pues diferenciarlas para su terapéutica. Consiste una y otra en la imposibilidad de tragar líquidos, y el horror que causa su presencia. Vómito.—Lo constituye la espulsion de las sustancias contenidas en el estómago, cuyo fenómeno no se verifica tan solo por las contracciones del estómago, pues necesita de las de los músculos del abdomen y diafragma debidas á las mo- dificaciones de los centros nervosos, ya idiopáticas, ya sim- páticas: y así vemos presentarse el vómito en las afecciones del peritoneo, de los ríñones y cerebro, siendo muy frecuente en las del estómago, y en las de los intestinos particularmente en los cólicos espasmódicos, en el cólera morbo esporádico y asiático, en las gastritis agudas, crónicas y envenenamientos, en las caqueluches y afecciones torácicas. El vómito no de- beremos considerarlo como un signo patognomónico, siendo su valor relativo á los demás síntomas, cesaudo ú persistiendo con la afección que lo ha provocado, siendo muy constante en las degeneraciones scirrosas de los orificios del estómago y sus paredes. Los materiales espelidos por el vómito, son muco-albuminosos, en las gastritis crónicas: muco-biliosos, en las agudas, hepatitis, peritonitis cólicos metálicos; análogos al cocimiento de arroz en el cólera asiático, glutinosos en las in- digestiones, viscosos cenicientos y negruzcos en los cánceres del estómago, de materias fecales en el cólico del Miserere ó íleo y en las estrangulaciones hemiarias, de sangre descom- puesta parecido á borras de café en el vómitd negro, de san- gre negra líquida ó medio coagulada en la hematemesis. Defecación.—Llámase así el acto de deponer los mate- riales escrementicios, puede suspenderse en consecuencia del espasmo del intestino recto, asi como puede verificarse sin consentimiento de la volunttad en su parálisis. La defecación puede pervertirse en el estreñimiento, diarrea, disenteria y Íientería: el estreñimiento supone demasiada absorción de la humedad escrementicia cuyos materiales endurecidos en gran cantidad no pueden ser escretados: es propio de la pubertad y edad adulta no teniendo ningún valor semyótico: no suce- diendo asi en Jos cólicos estercolares y espasmódicos, puesto que la mayor ó menor gravedad del enfermo es relativa á las defecaciones que haga. La diarrea puede ser biliosa ó serosa, se presenta en las enteritis agudas y crónicas, así como las — 100 — sanguinolentas en las colitis, disenterías y flujo hemorroidal interno: Lientería ó defecación de materiales á medio digerir, es un síntoma de la gastro enteritis crónica: las diarreas coli- quativas se presentan en el último periodo de la tisis pulmo- nal: la de líquidos á manera de lavaduras de carne en la di- sentería, teniendo todas ellas valores semyóticos de los que nos ocuparemos al tratar del pronóstico de las enfermedades. Respiración.—En el ecsámen de los síntomas que puede presentar el aparato respirativo, debe tenerse presente como se verifican en el estado fisiológico para poderlo diferenciar en el patológico; debiendo apreciarse en ella su frecuencia, su irregularidad, los ruidos diversos de que es susceptible, así como los fenómenos relativos á esta función orgánica, como son el Aliento la Tos y los esputos. Se llama Disnea la difi- cultad de respirar en todas las posiciones que pueda tomar el enfermo, no asi la Orlofnea en la que mas se dificulta la respiración y á veces no puede verificarse sin peligro de ser asfixiado, en los decubitus dorsal y laterales, necesitando pa- ra ejercer esta función,el estar sentado con el cuerpo hacia ade- lante. La disnea y ortophnea pueden presentarse en todos los padecimientos de los órganos torácicos, y en las lesiones de otros por relación de simpatía patológica de continuidad ó contigüi- dad á desordenes de la inervación. Considerados estos dos fenó- menos como síntomas, es de muy poco valor, teniendo mucho como signo para el diagnóstico y prognóstico. La irregularidad de la respiración en las enfermedades agudas es de mal pre- sagio, pues dice el gran compromiso en que se encuentran las fuerzas vitales anonadadas por el estado morboso. Los ruidos anormales de la respiración pertenecen á la auscul- tación de la que ya nos ocupamos. El Aliento ú espiración adquiere muchas veces un olor sui-generis en las enfermedades, diferenciándose mucho del que tienen algunas personas á consecuencia de la caries de los dientes, y desaseo de la boca. El mal aliento y sus varie- dades se percibe en la gangrena del pulmón; en los scirros reblandecidos del estómago, en el Ozena ú ulceración de los' senos frontales y etmoidales, en los cánceres de la laringe y lengua; en las fiebres pútridas ó adinámicas y en el último periodo de la fiebre amarilla. Cuando el mal olor es producido por la caries dentaria, no tiene ningún valor patológico, no siendo así cuando acompaña á las enfermedades enunciadas, pues él revela la destrucción de alguna parte de la organiza- ción que debe concluir con la ecsistencia del enfermo. — 101 — Hipo.—Es debido á una contracción convulsiva del dia- fragma, acompañada de una inspiración ruidosa, ocasionada por el espasmo que esperimenta la laringe: este fenómeno es muy común en los periodos de algunas enfermedades agudas, y mas especialmente en la hepatitis, nefritis, pleuresía, supra diafragmática: estrangulación intestinal y en el último perio- do de la fiebre amarilla y bilioso inflamatoria cuando termi- nan por la muerte. El hipo puede ser idiopático ú nervioso, simpático dependiente de la afección de otro órgano: cuando es nervioso no tiene el valor que adquiere cuando es sintomá- tico, pues siempre se le debe considerar como signo fatal en Jas enfermedades en que pueda presentarse. Tos.—Es provocada por la escitacion y estimulación de la membrana mucosa bronquial: cuando se produce á conse- cuencia de alguna afección pulmonal se dice idiopática: cuan- do se desenvuelve por otros padecimientos de órganos distan- tes se llama simpática. La tos idiopática puede ser seca sin espectoracion, coincide con el periodo inflamatorio del apa- rato respiratorio. La húmeda corresponde al de declinación de las enfermedades de este mismo aparato. La tos simpática puede ser faríngea ó gutural, pleurítica, estomacal ó gástrica, verminosa, nerviosa y hepática, ellas son mas ó menos secas ó húmedas: las repeticiones de la tos, se llaman accesos ó quintas en cuyos actos acude la sangre á los capilares de la cara, y ojos, poniéndolos rubicundos, alguna vez se produce el vértigo por congestionarse el cerebro mientras los accesos. La tos no tiene valor ninguno patológico, sino se acompaña con otros síntomas que corresponden al padecimiento pulmo- nal si fuere idiopática: si simpática, tendrá el que le sugieran los síntomas de las afecciones que la han determinado. Espectoracion, esputos, espuicion.—Llámase especto- racion la espulsion de los productos morbosos escretados de la mucosa bronquial y otros que son resultados de la des- trucción del parenquima pulmonal, traquea y laringe. La espectoracion comprende la espuicion y el esputo: la pri- mera puede considerarse como el acto de espeler, y la segunda al del material que lo forma. Los esputos son for- mados de materiales mucosos, serosos, albuminosos, puru- lentos y ensangrentados. Los mucosos son muy parecidos al moco ú al agua de cola picis, muy pegajosos en la superficie de la vasija que los contenga, pudiendo ser amarillos ú oscuros, ellos provienen de las escresiones patológicas de la membra- na mucosa bronquial y traqueal: siendo el principal síntoma — 102 — de los catarros pulmonales, y de las pueumonitis crónicas: Los serosos y albuminosos claros transparentes, análogos al agua de jabón y á la clara de huevo, presentándose estos en las bronquitis crónicas principios de la tisis tuberculosa, y reabsorciones de los derrames pleuríticos, siendo su sabor salado ó dulce. Los purulentos proceden de la fusión de los tubérculos, destrucción del tejido pulmonal, y derrames pu- rulentos en la cavidad torácica: la materia espectorada tiene la forma de grumos blancos amarillos y viscosos, ellos na- dan en una especie de serosidad en el principio de la Tisis, en la que se suele observar algunas estrias de sangre negra ó roja: estos esputos no siempre nos comprueban la ecsisten- cia de la tisis pulmonal, pues se han observado en las bron- quitis secretorias. La espectoracion purulenta es debida á la descomposición de los esputos mucosos y albuminosos por el aire atmosférico: lo que es necesario tener presente para no confundir los esputos purulentos con los que afectan ca- rácter: una simple esperimentacion nos sacará de la duda acerca de la naturaleza de los esputos: en el escupidor donde se depositen se le agregará agua agitándola por medio de una varilla de palo ú otra agente: si los materiales esputados se disolviesen, serán purulentos, sino pertenecerán á las otras clases que ya dijimos. Esputos sanguinolentos y oscuros.—Esta variedad de escresion pulmonal morbosa no tiene igual valor semyótico en las afecciones torácicas; ellos pueden ser de las naturalezas mencionadas, en las que se podrán encontrar estrias sangui- nolentas ó sangre mezclada íntimamente con su sustancia: cuando presentan las estrias, debe suponerse la rotura ó ero- sión de algunos vasos capilares arteriales del pulmón, no así cuando el esputo ecsiste mezclado con sangre negra, pues esto esplica y dice la destrucción del parenquima pulmonal, con- firmándolo mas si el color fuese ceniciento y oscuro. Los es- putos espectorados en las Pneumonías pueden ser también ensangrentados y de color amarillo y verdoso mas ó menos glutinantes según el grado de flegmácia pulmonal, pudién- do convertirse en parduzco, negruzco y difluidos en los pe- riodos que puede recorrer este padecimiento, á cuyos carac- teres cuando le acompaña un olor pútrido podremos inferir- la terminación por gangrena. El valor semyótico de los esputos los deduciremos de su consistencia, naturaleza, colores, olor, sabor y facilidad para ser espelidos, se presentan en todas las afecciones de pecho — 103 — pulmonales, teniendo mas ó menos valor según las circuns- tancias patológicas en que se encuentran los enfermos. Llá- mase Broncorrea la escesiva escrecion de mucosidades sero- sas ó mucosas que sufren algunos individuos sujetos y cons- tituidos bajo la influencia de lo que hemos llamado Elemento Catarral, presentándose solo en los catarros crónicos: esta es- pectoracion dice la ecsistencia del engrosamiento de la mem- brana mucosa bronquial en toda la estension que comprende: no teniendo valor alguno patológico sino se acompaña con otros síntomas. Circulación y pulsaciones morbosas.—La sangre califi- cada con la espresion de carne líquida, es el principal líquido orgánico, en él residen los materiales de la nutrición y los de las secreciones: ella está compuesta de elementos diferentes de glóbulos blancos y rojos, y de una materia colorante lla- mada Hematosina: pudiéndo modificarse en su composición natural, dando lugar á diversas afecciones, ya por contener principios que le sean ágenos de naturaleza deletérea, ya por variar de consistencia, color y cantidad su velcículo Suero, ó ya por demasiada ó ninguna plasticidad, cuyas modifica- ciones deberemos conocer para poder apreciar los síntomas que pueda sugerirnos este líquido, considerado respecto a la fun- ción que ejerce y á la combinación de otros elementos capaces de trastornar su composición puesto que todo esto contribuye á determinar estados patológicos humorales y orgánicos. En las flegmácias de los órganos está aumentada la can- tidad de fibrina y de glóbulos rojos, este aumento contribuye á su desarrollo, como se observa en el coágulo fibrinoso que presenta la sangre en las sangrías cuando se estrae para com- batir el elemento inflamatorio depositado en algún aparato orgánico: en las fiebres de mal carácter por el contrario están disminuidos los glóbulos,así como en las hemorragias pasivas, Clorosis, Anemia, Hidropesías, y mientras la Gestación. El suero de la sangre considerado como el vehículo donde se ha- llan disueltos los glóbulos blancos y elementos constitutivos, tiene una tendencia á aumentar ó disminuir la proporción de aquellos que pueda contener disueltos, así es que la Albúmi- na puede presentar modificaciones en su cantidad, respecto á los demás componentes: en las flegmácias tiene tendencia por su aumento á producir adherencias, á la formación de fal- sas membranas, á obstruir los capilares, aumentando la Plas- ticidad de la sangre: en la Nefritis albuminosa está disminui- da la albúmina, así como la cantidad de los glóbulos blancos: — 101 — las demás sales disueltas en el suero pueden variar de pro- porción dando lugar á enfermedades humorales, contraidas ya por los virus específicos, ya por ciertas modificaciones que esperimenta á consecuencia de la edad, de los alimentos y de los medicamentos. El estado de cantidad ó calidad de la sangre se ha llama- do Pléthora habiéndose admitido en la ciencia dos clases, una llamada Pléthora ad vasa falsa ó por replesion de los vasos, y otra Pléthora ad vires verdadera ó por demasiada riqueza de sus materiales nutritivos: ellas son susceptibles de varia- ciones en los temperamentos y estados morbosos, constitu- yendo la Pléthora local ó Hiperemia, la Pléthora general ó sangre consistente superabundante: la Mecánica ó por com- presión de los vasos. La Hiperemia llamada también conges- tión local, precede á las hemorragias activas y á las inflama- ciones: la general precede á las fiebres inflamatorias: la mecá- nica al obstáculo de la sangre; asi es que en el corazón forma las Aneurismas, en el hígado las obstrucciones, en los pul- mones la congestión ó apoplejía pulmonal. La Pléthora falsa linfática ó serosa se desarrolla en los estados Anémicos y Cloróticos, siendo consecuencia unos de otros. La sangre puede contener entre sus principios, elementos estraños, desenvueltos en su misma organización: así es que la Urea se desenvuelve en las Nefritis albuminosas y calcu- losas: la Colesterina ó materia colorante de la bilis en las in- flamaciones del hígado: el Pus en las reabsorciones purulentas: y en determinadas constituciones médicas: pudiendo ademas contener entre sus principios elementales todas las viru- lentas y tóxicas que puedan ser absorvidas por las superficies gástro-pulmonal y génito-urinaria. El color de la sangre está en razón de la cantidad de glóbulos rojos, puesto que á ellos se les debe tan solo su colorido: adquiriéndolo mas oscuro en los desórdenes de la Hematosis en las Asficsias por gases deletéreos y en las afecciones orgánicas del corazón. Su poca consistencia corresponde al aumento de los glóbulos blancos: desapareciendo la plasticidad ó espesor en las fiebres pútridas y en las absorciones de los virus ponzoño- sos, en las que adquiere un estado de licuación incompatible con la vida y con la salud. Estraida la sangre del cuerpo hu- mano y privada del calor orgánico se separa en dos porciones distintas, una sólida y consistente llamada Coagulo ó Crúor, y la otra líquida mas ó menos amarillenta llamada Suero de la sangre: esta separación se verifica con mas ó menos pron- — 105 — titud según la cantidad de fibrina que contenga siendo muy len- ta cuando el individuo se halla bajo la influencia de la fiebre tifoidea, Escorbuto, Anemia y Clorosis: y muy pronta su for- mación en las inflamaciones Reumatismos, Pulmonías,Picure-* sias y en todas las flegmácias agudas, en cuyos casos se presen- ta lo que se llama Costra inflamatoria ó Pleurítica, en la super- ficie de la sangre estraidadelas venas con el objeto Terapéutico. El pulso fisiológico lo constituyen, las uniformes y di- versas pulsaciones de las arterias. El patológico ó sus mo- dificaciones, serán las únicas de nuestro interés, cuyas apli- caciones haremos á los diferentes estados morbosos. Las arte- rias que pueden esplorarse con este fin, son las mas superfi- ciales de la piel, tales como las Radiales, las Poplíteas, las Carótidas esternas y alguna vez las temporales. Para poder apreciar los latidos arteriales, se aplicarán en la longitud de la "arteria los cuatro dedos de la mano contraria al vaso que se pulsa, debiendo hallarse el enfermo en la mayor tranquilidad de espíritu y cuerpo: esto se conseguirá dejando que pase al- gún tiempo la impresión que causa la vista del Médico^ la que siempre impone algo al enfermo, el que deberá co- locarse en el decubitus dorsal ó lateral, con el brazo en es- tension sobre el borde cubital, evitando la compresión que pueda haber en algún punto del cuerpo para dejar libre cuanto sea posibh la circulación general: de este modo podremos apre- ciar las variaciones de que son susceptibles las pulsaciones, en cuanto á su frecuencia fuerza y regularidad: siendo muy ne- cssario para conseguirlo, el conocer las pulsaciones normales de los individuos para poder apreciar después las anormales; Las pulsaciones en las afecciones inflamatorias son fuer- tes y duras: dilatadas en las congestiones hemorrágicas: blan- das en las crisis por sudores: contraidas, frecuentes y peque- ñas en las enfermedades nerviosas, desiguales, intermitentes y lentas eu las cerebrales. El ecsámen del pulso es de gran im- portancia para la práctica de la medicina, pues siempre es el oráculo seguro para poder graduar el estado de las fuerzas vitales en las enfermedades,y también para su Pronóstico, de cuyo estudio nos ocuparemos detenidamente mas adelante. Ecsalaciones y Secreciones. LECCIOJV XVIII. Señores:—Las funciones de los aparatos glandulares que tienen por objeto separar de la circulación general, los líqui- 14 — 106 — dos orgánicos se llama Secreción: la de las membranas mucos:»* Exalacion: una y otra pueden estar pervertidas, constituyendo diferentes afecciones. Las Secreciones y Exalaciones en ge- neral están íntimamente ligadas entre sí, aunque pueden es- tar unas aumentadas mientras que otras lo estén disminuida^: esta falta de equilibrio entre unas y otras puede dar lugar á estados morbosos particulares: el aumento de la transpiración Pulmonal, hace disminuir la Secreción Renal: su diminución la aumenta: habiendo algunos casos en las enfermedades agu das en las que pueden estar tarstornadas á la vez las dos fun- ciones. El aumento de las Secreciones puede producirse por le- siones idiopáticas ó simpáticas. Las idiopáticas llamadas Hi- perdiacrísis ó irritaciones secretorias son el resultado de esci- taciones de las membranas mucosas en consecuencia de la ac- ción del frió húmedo sobre la piel, cuya secreción aumentada ha recibido el nombre de afección catarral: en las que puede hallarse alterado el producto de la secreción mucosa en fuer- za de la mayor ó menor estimulación de la membrana en don- de resida la afección. Los productos de las secreciones va- rían en densidad y en color, según el grado de flegmácia que se haya podido desenvolver en las superficies mucosas, pudiendo adquirir propiedades contagiosas debidas á la alte- ración de sus elementos, ya por la inflamación ó por alguna causa específica que haya provocado la secreción patológica Las Hiperdiacrisis simpáticas, son consecuencias de las sim- patías morbosas desarroMadas en alguna otra porción de te- gidos análogos: un catarro vegical, determina ctro pulmonal ó uretral: las Diarreas mucosas producen muchas veces las oftalmías catarrales, y vice-versa. Las secreciones son los pro- ductos de los aparatos glandulares encargados de esta función, tales son el Urinario, Salival, Pancreático y Biliar: la perver- sión de las funciones, secretorias, las determinan los diferen- tes modos de ser orgánico del aparato encargado de ejecutar dichas funciones, lo que da lugar á la manifestación de sín- tomas que les son propios á cada una en su particular,las que deberemos apreciar para su mas esácto diagnóstico. En el estado de salud la cantidad de orina está en rela- ción con la ecsalacion de la piel, y con la de las bebidas que puedan ingerirse. En el patológico unas veces disminuye otras aumenta y trastorna, en la declinación de algunas enferme- dades: ó se suprime completamente como acontece en la Ne- fritis calculosa, en el Cólera Asiático y en las fiebres de mal — 107 — carácter: adquiriendo un aumento considerable en la enfer- medad llamada Diabetes; siendo clara y descolorida en las afecciones nerviosas, y oscuras en las fiebres. Cuando afecta el calor lácteo es debido á encontrarse di- suelta en ella pus, ó mucosidades vexicales: tomando algu- nas ocasiones el color y olor de la materia colorante que tubie- ron las sustancias alimenticias. Este liquide» orgánico deposi- tado y en quietud, adquiere un olor amoniacal acedándose,cu- yas propiedades desenvuelve con mas ó menos intensidad se- gún la cantidad de urato de amoniaco y demás sales que pueda contener, lo que la hace también adquirir un color mas ó me- nos rojo y encendido: en las enfermedades graves cuando es detenida en la vejiga desarrolla la propiedad alcalina la que poniendo la orina mas consistente es capaz de inflamarla complicando el padecimiento. En las orinas depositadas con el objeto de alguna inda- gación semyótica, se podrá encontrar algunas modificaciones dignas del estudio del patólogo: tales como una película llamada Nubécula que es una mucosidad que se halla en suspensión en el líquido, en cuyo centro se encuentra el Ancorema el que es formado por una mucosidad mas com- pacta: en el fondo del vaso que la contiene puede Hallarse un sedimento lactericio compuesto de los fosfatos y uratos de amo- niaco, de mucosidad, pus, sangre ó materiales grasos, encon- trándose estos depósitos con mas frecuencia en las Lithiasis, afectos calculosos, gotosos y reumatismales: estando en menos proporción estos principios elemetalesde la orina en las afec- ciones febriles, y en las hidropesías idiopáticas ó esenciales: la Urea aunque abundante en las enfermedades calculosas, desaparece completamente como alguna de las demás salesen la Albuminaria y Nefritis albuminosas: abundando los fos- fatos cal y sosa en la Raquitis y Osteomalaxia: enturbiándose tanto mas pronto cuanto mas es la cantidad de sedimento que deposita: permaneciendo clara por algún tiempo cuando con- tenga un esceso de ácido úrico: por esta razón la orina turbia la podemos poner clara y trasparente, añadiéndole cualquier ácido que pueda disolver las sales contenidas. Este líquido puede contener en ciertos estados patológi- cos Albúmina, Sangre, Azúcar, Semen, Pus y Mucosidades; elementos que no tiene en el fisiológico. La orina puede con- tener Albúmina en las Nefritis, en la Escarlata y en las crí- ticas, comprobándose su ecsistencia cuando Ja mezclamos al- gunas gotas ó mas cantidad de ácido nítrico ó Alcohol, estos — 108 — reactivos coagulando la albúmina, la precipitan en el fondo del vaso que la contiene, á manera de un sedimento blancuzco y grumoso, cuya cantidad es relativa á la Albúmina que pue- da contener: esta esperimentacion presenta algunos inconve- nientes en cuanto á los resultados que queremos averiguar, pues muchas veces el esceso délos fosfatos y Sales alcalinas, no dejan que se verifique el fenómeno déla coagulación: teniendo que valemos entonces de otras maneras de investi- gación química para apreciar la presencia de este elemento orgánico en las orinas. La orina sanguinolenta, puede ser turbia al tiempo de ser excretada, depositando un sedimento colorado espeso (pie afecta el color oscuro, poniéndose el líquido claro: este sedi- mento contiene el crúor de la sangre: su ecsistencia podremos averiguarla,bien mojando un lienzo en el líquido, el que to- mará un color rojo, ó bien haciendo uso del Microscopio, el que nos hará apreciar los glóbulos de la sangre. La orina azucarada se podrá reconocer, evaporándola hasta la sequedad, y tratando el residuo por el alcohol á 38°, quedará disuelta la materia azucarada, precipitándose después al modo de cristales granugientos. La ecsistencia del azúcar en las orinas de ciertos enfermos, deberemos atribuirla á trans- formaciones que verifica la química viviente en las sustan- cias que han servido para la nutrición del individuo, particu- larmente de las que contienen fécula. La Purulenta se presentará con todos los caracteres que es propio de esta escrecion patológica: una orina lactecente en donde aparezcan grumos y filamentos que nadan en el lí- quido, puede considerarse como purulenta: ella coincide con las ulceraciones de la mucosa vesical y con la desorganiza- ción de los ríñones? pudiéndo presentarse como crisis en al- gunas enfermedades. Las orinas en las que se pueda sospe- char la existencia del Semen podrá descubrirse solamente con el Microscopio el que hará ver los Espermatozoarios. Esta orina tiene mucha analogía con la purulenta: se observa en la Espermatorrea y en ciertas Neuróses de los órganos geni- tales. La saliva en el estado de salud es un líquido claro albu- minoso, alcalino con pequeñas burbujas cuando está mezcla- da con el aire, aumentándose en la masticación y con la in- fluencia de la imaginación respecto á los alimentos que mas pos agradan: el estado morboso de las vias digestivas, la au- menta ó disminuye, así como también en las Estomatitis — 109 — idiopáticas á consecuencia de la mercuralizacion, en cuyo ca- so adquiere un olor suigéneris. La saliva es el vehículo don- de puede estar disuelto el virus Lísico: tomando la propiedad acida en las gastritis crónicas, y en la caries dentarias. La secreción biliar.---Se pronuncia en las afecciones del hígado y enfermedades biliosas en las que puede hallarse esta secreción aumentada, disminuida ó suprimida: cuando está aumentada se producen diarreas biliosas: cuando dismi- nuida se declaran las afecciones dispépsicas, y cuando sus- pendidas es absorvida al torrente general de la circulación, presentándose la ictericia ó color amarillo mas ó menos pro- nunciado de la piel y demás tejidos. La bilis cística en don- de reside la Colesterina ó materia colorante de la Bilis, pue- de combinarse con la hepática dando lugar á las ictericias de color verdoso y negro que constituye la enfermedad llamada Melena: así como en las fiebres biliosa inflamatoria y amari- lla en las que combinándose estas dos clases de bilis con los jugos gástricos, y la sangre ecsalada en el estómago se produ- ce la materia negra que tanto caracterízala fiebre amarilla en el periodo llamado vómito negro. Ecsalaciones. LECCIOIV XIX. Señores.---Llamaremos así los productos escretados por las superficies mucosas y serosas. La cutánea mode- rada constituye el Mador el que es siempre favorable en las c ífermedades: cuando se aumenta en fuerza de la estimula- ción del calor forma el sudor, el que debe estar siempre en relación con la rapidez de la circulación y con el estado fisio- lógico del sistema capilar general. Los fenómenos del Mador y Sudor se manifiestan bien cuando alguna causa esterna ha repelido la sangre hacia el centro, congestionando las visceras, cuya reacción orgánica vuelve á la piel los líquidos, como acontece en las fiebres intermitentes, ó bien por falta de to- nicidad en los vasos exalantes de la piel, que precede á la muerte llamados sudores frios: reconociendo la misma causa, los que se presentan en los tísicos nombrados colicuativos: ecsisten además otros sudores mórbidos debidos á la astenia de la piel que no podremos considerarlos como sintomáticos de alguna otra afección. Los sudores pueden ser generales ó parciales, los que — 110- deben merecer especial atención por constituir un síntomn de muy mal presagio en las tisis confirmadas: ellos pueden tener el olor ácido en las enfermedades eruptivas, así como alcalino en las flegmácias de los órganos parenquimatosos: la sequedad de la piel es un signo malo en las fiebres biliosas en las atáxicas, y en las hidropesías: siendo de buen presagio cuaiido aparece en estas enfermedades. La exalacion mucosa, es el producto de la secreción de los folículos de las membranas mucosas: una multitud de cir- cunstancias patológicas le hacen variar de aspecto en cuanto á su consistencia, color, acritud y cantidad, las que dependen del grado de flegmácia que la determina: en el primer perio- do de escitacion de las membranas mucosas, la mucosidad es clara y líquida, en el segundo es acre y alguna vez alcali- no, en el tercero adquiere mas consistencia poniéndose opa- ca, amarilla ú verdosa: el flujo mucoso puede confundirse con la materia purulenta lo que importa mucho distinguir, par- ticularmente en los de las partes genitales de la muger, pues- to que se puede considerar como pus, la secreción mucosa vaginal: si se llegase á dudar de los caracteres de uno y otro flujo, el microscopio nos hará conocer á cual de los dos perte- nece. Las mucosidades normales de la vagina, son transparen- tes y carecen de glóbulos, mientras que el pus mucoso ya vagi- nal ó ya uterino, es opaco presentándolos; el verdadero pus de una y otra parte contiene glóbulos ovalados en cuyo vehí- culo se han observado unos animalillos particulares que han sido llamados Tricoma vaginal: el sifilítico ulceroso de la uretra presenta otros animalillos llamados vibriones sifilíticos los mismos que contiene el pus de toda úlcera de este carácter especial. Exalacion serosa.—Las membranas serosas están en- cargadas de las funciones de exalacion y absorción de los mismos líquidos cuyos usos son los de servir de desliz á los órganos que contienen presentándoles superficies pulidas hu- medecidas constantemente para el complemento de sus fun- ciones. En la esaltacion de su sensibilidad orgánica se pierde el equilibrio entre la exaltación y absorción produciendo un acumulo de serosidad en las cavidades que ella forma dando lugar á las hidropesías llamadas esenciales, como se verifica en la Peritonitis, Pleuresías y aracnoiditis crónicas, en la primera se produce la hidropesía Ascitis, en la segunda el hidrotorax y en la tercera el hidrocéfalo: estas hidropesías llamadas esenciales deben diferenciarse de las sintomáticas —111 — puesto que las reconocen siempre por causa algún obstácu- lo en la circulación general y en la particular pertenecientes bien al sistema de la vena porta, bien á la pequeña circula- ción cardiaco pulmonal: el diagnóstico diferencial de las hi- dropesías es de mucha importancia respecto á su terapéutica. Exalacion purulenta.—En el pais deberemos considerar la escrecion purulenta y la superficie supurante: cuando el pus es líquido, blanco y sin olor, se dice que es de buena índole ó loable: él es el resultado de una de las terminaciones de las inflamaciones, el que puede variar de aspecto en cuanto á su densidad, olor y color, según los tejidos inflamados que lo suministran, y según esté ó no la superficie ulcerada al con- tacto del aire. Los médicos de todos los tiempos se han ocu- pado mucho del estudio del pus para distinguirlo del moco propiamente dicho, habiendo practicado con este objeto mu- chas esperimentaciones físicas, químicas y microscópicas, deduciendo de ellas las condiciones que debe tener cada uno para que pueda caracterizarse. El pus, se percipita en el agua destilada, y se disuelve comunicándole un color lechoso: la materia mucosa, puriforme por el con- trario sobrenada en la superficie del líquido: el pus puesto sobre carbones encendidos despide un olor fétido: si á una disolución de pus se le añade amoniaco líquido, presentará dicha mezcla una masa de aspecto gelatinoso transparente: hecha la misma operación con el moco, no se presentará la masa gelatinosa. Las superficies supurantes terapéuticas me- recen ser también estudiadas: en los vejicatorios varía de as- pecto la materia exalada: es loable en las flegmácias francas: siendo saniosa y sanguinolenta en las enfermedades adiná- micas: en la superficie de los vegigatorios, se forma una pe- lícula blanca que se remueva con facilidad en los intervalos de las curaciones dependiendo esto de la disposición particu- lar que tiene el epidermis á reproducirse, tan luego como ha sido separado por alguna causa morbosa ó terapéutica. Funciones genitales.—Los órganos genitales están es- puestos á lesiones orgánicas, y á trastornos funcionales, en cuyo conocimiento está basado el diagnóstico de este aparato orgánico. Las ulceraciones y derrames de la uretra, los vicios de conformación, los diferentes tumores del escroto, testículos v cordón espermático: las pérdidas seminales, la impoten- cia la Satiriatis, Anafrodisia, Ninfomanía y Priapismo, son los padecimientos á que están espuestos los órganos de la reproducción. Las pérdidas seminales involuntarias son con- — 112 — secuencia de la demasiada incontinencia en la juventud ó por atonía de los vasos espermáticos, en las edades adulta y consistente de la vida: cuando se verifican mientras el sue- ño se llaman poluciones, las pérdidas seminales en algunas ocasiones resultan de la afección de la próstata: ellas de cual- quier modo como se verifiquen estenuan los enfermos, y mu- cho mas si las pérdidas son sintomáticas de alguna afección del cerebro y cerebelo. Impotencia.—Este estado lo constituye la imposibilidad de consumar la cópula: puede presentarse en los vicios de conformación del miembro, ó por imposibilidad en la erec- ción es un síntoma que acompaña á las pérdidas seminales antiguas y á las enfermedades de la médula espinal. La satyriasis, es la erección continua involuntaria del miembro acompañada de deseos vehementes de la venus: puede ser de carácter nervioso ó sintomático: siendo el signo de la monomanía errática y el síntoma de la intoicacion por las cantáridas. La Anafrodisia, es la carencia absoluta de los deseos de la venus, ella procede de muchas causas siendo la principal la pérdida de la sensibilidad por parálisis de los nervios que presiden las facultades genitales, como sucede á consecuen- cias del abuso de la venus y en la edad de la senectud. La erección continuada del miembro sin deseos de eje- cutar la cópula se llama Priapismo: es una afección pura- mente local, se desarrolla en las estimulaciones del pene, pu- diendo ser sintomática en las Blenorragias encordadas y cis- titis calculosas. Ninfomanía, es el deseo inmoderado del acto venéreo que predispone á la muger á faltar al pudor que debe guardar: es- ta afección es el resultado ya de un trastorno de la razón, ya de un trastorno material de los órganos genitales, ya de Her- pes en la vulba, ó ya de la presencia de las Ascárides en el recto. Las enfermedades de los órganos de la muger están cons- tituidas así como en el hombre, por alteraciones materiales ó por trastornos funcionales debidos á alguna lesión orgánica lejana ó á alguna enfermedad que le sea constitucional: entre estas enumeraremos la Leucorrea ó flujo mucoso de la vagina, la metrorragia ó flujo de sangre: la Amenorrea ó supresión del periodo menstrual. La leucorrea se caracteriza por un der- rame considerable de un moco-pus blanco ú amarillo, segre- gado en la vagina y cuello del útero, este flujo es conocido generalmente con el nombre de flores blancas: unas veces re- — 113 — conoce por causa la irritación de la vagina ocasionada por la inoculación del virus sifilítico, otras está sostenido por una constitución linfática y anémica. La metrorragia es una hemorragia mas abundante que el periodo menstrual, la que se puede presentar fuera de esta época, ya por enfermedad del útero, ó ya por la constitución de la muger. Los periodos muy abundantes son metrorragias perjudiciales, que agotan las fuerzas vitales, y empobreciendo la sangre pueden dar lugar á la anemia con todo el conjunto de síntomas nerviosos que le acompañan, determinando por último las Clorosis tan frecuentes en las pérdidas de sangre en la muger. La amenorrea consiste en la supresión del periodo en la edad crítica: la dismenorrea es el periodo tardío difícil y do- loroso: estos dos fenómenos se unen recíprocamente obser- vándose en las mismas circunstancias y bajo la influencia de las mismas causas, Signos Prognósticos. LECCIÓN XX* Señores.—Prognóstico es el juicio que forma anticipa- damente el médico acerca de la terminación mala ó buena de la enfermedad, es la parte mas difícil del arte de curar, de- biendo ser muy reservados al emitirlo: pues así como honra al médico cuando se realiza su sentencia* lo desacredita cuando no se verifica su predicción. El prognóstico será mas ó menos grave según sea la naturaleza é intensidad de la en- fermedad, la edad, las causas que la han producido, los ante- cedentes, constitución médica reinante, y los signos por los qne debe deducir consecuencias esactas para predecir, lo que ha de suceder en los periodos de la enfermedad, así como en su erminacion. Los signos varían indudablemente en cada una de las enfermedades, pero hay algunos que son generales y que su- ceden en la mayor parte de las agudas: ellos son unos fenó- menos que hacen preveer las diversas mutaciones que pue- dan sobrevenir en la enfermedad; siendo muy necesario el no confundir los signos prognósticos con los diagnósticos, pues estos se limitan á establecer el carácter de la enfermedad en la actualidad, mientras que los otros predicen lo que está por 15 — 114 — suceder, en bien ó en mal del enfermo. Los signos diagnós- ticos son mas sensibles y manifiestos, teniendo una ecsisten- cia mas positiva que los prognósticos: los cuales suelen suce- derse con tal rapidez, que es preciso mucha perspicacia mé- dica para poder apreciarlos. Ecsisten dos clases de signos prognósticos; unos se apli- can á los fenómenos que pueden hacer preveer algún cambio notable; otros se aplican á los acontecimientos que se presen- tan de pronto al aprocsimarse la crisis: los primeros han sido llamados no críticos: ellos ilustran al médico sobre la duración de la enfermedad, haciéndole prejuzgar las mutaciones ulte- riores que podrán verificarse, y aun también la muerte del enfermo: los segundos llamados críticos, son los que se pre- sentan en el momento de la mayor violencia del padecimien- to, los que anuncian su terminación. El médico al establecer su juicio no debe despreciar cosa alguna de las que tengan relación con el enfermo y con la enfermedad pues todo esto tiende á ilustrarlo: puesto que muchos signos cuando están aislados pueden ser equívocos y dudosos, pero reunidos des- pués adquieren un gran valor: no pronunciando su fallo has- ta que haya reflecsionado sobre todas las circunstancias que puedan favorecerle para su prenoción. Signos deducidos de las pulsaciones arteriales.— Los batimientos del corazón y latidos de las arterias constitu- yen el pulso; del que se deducen señales no solo para el diag- nóstico sino también para el prognóstico. La acción orgánica del corazón y de las arterias está sometida á la influencia de los centros nerviosos, cerebral y ganglionar á los que preside la fuerza vital: es pues esta fuerza la que apreciaremos por medio del pulso en las enfermedades, así como los cambios que puede tener en todas las enfermedades El pulso frecuente y lleno acompaña á las fiebres inflamatorias esenciales á las sintomáticas y á las hemorragias activas: la disminución de esta frecuencia y plenitud, reunida á la de los demás síntomas es un signo favorable, siendo dudoso cuando después de ter- minada la enfermedad, continúa siendo frecuente y pequeño. El pulso frecuente y lleno es buen signo en las afecciones nerviosas, apoplejías mecánicas, pues él dice que las fuerzas vitales no están agotadas. El pulso pequeño y tirante en cualquier enfermedad que dé mas de ciento cincuenta pulsaciones por minuto, es un signo mortal: indicando menos peligro cuando á la pequenez se reúne la flecsibilidad de la arteria. — 115 — El pulso si después de haber sido frecuente se hace mas lento, es signo muy favorable, pues indica que las fuerzas vi- tales tienen aun energía para rehacerse sobre la enfermedad. El pulso irregular é intermitente, es grave y de mal pre- sagio en las fiebres ataxo-adinámicas: siéndolo también en las afecciones orgánicas del corazón. El pulso frecuente si de repente se presentase pequeño, es mala señal, pues indica pasar el enfermo á la adinamia ó gangrena. El pulso lleno y frecuente es de buen presagio en las flegmácias parenquimatosas: el lento pequeño é insensible al tacto, dice una prócsima muerte. El pulso pequeño filiforme y muy frecuente, es de mal agüero. Cuando el pulso en los periodos que recorre la tisis pul- monal, se pone mas frecuente y duro es señal de que se ha inflamado una porción mas del pulmón. La dureza y frecuencia del pulso acompañada de dolo- res en el hipocondrio derecho, dice al médico que la inflama- ción del hígado está terminando por supuración. La flacidéz ó blandura del pulso es buena señal, pues denota verificarse una crisis favorable. En las fiebres de mal carácter, el pulso flecsible frecuen- te é irregular, es de mal augurio, pues dice que la crisis pue- de ser en perjuicio del enfermo. El pulso lleno y lento en las apoplegías, indica una muerte cercana: habiéndose observado en las afecciones so- porosas que el peligro de muerte era en razón de la lentitud de las contracciones del corazón. El pulso fuerte es buena señal en las enfermedades cuan- do permane así mientras su duración: este pulso predice que la crisis ha de ser favorable. El pulso fuerte y vibrátil, anuncia hemorragia, mácsi- me si tiene el carácter dicroto ó vi-pulsans. El pulso débil en los primeros periodos de las flegmácias dice que puede verificarse la adinamia: el que habiendo sido fuerte y frecuente, se pone débil desigual, con cesación de dolor local, indica pasar la inflamación á la gangrena. El pulso débil en las hemorragias pasivas y en las enfer- medades crónicas es peligroso, pues da á conocer la falta de las fuerzas vitales. Las pulsaciones de las Yugulares ó pulso venoso dice lesión orgánica en el corazón derecho, el insen- sible filiforme es peligroso mucho mas si está acompañado de la frialdad marmórea. — 116 — Conocimiento del modo de ser de las pulsaciones. Pulso frecuente.—Es aquel en el cual las pulsaciones son en mayor número que las que debian ser en un tiempo determinado. El pulso raro es por el contrario al frecuente, pues en un tiempo dado, bate menos veces que en el estado fisiológico. El término de comparación para apreciar las di- ferencias de los pulsos, se tomará el minuto dividido en sesen- ta segundos. Pulso vivo y lento.— Entenderemos por pulso vivo aquel en que el diastole ó dilatación arterial es mas pronta que el sistole, impresionando los dedos con mayor vivacidad. El lento por el contrario, el sistole ó contracción arterial im- presiona menos los dedos que el diastole conservando siem- pre su carácter vivo. Pulso duro y pulso blando.—Diremos pulso duro cuan- do la pulsación impresiona los dedos como si fuera un cuer- po sólido vibrante, el que guarda mucha analogía con una cuerda de violón: á este pulso deberemos referir los pulsos llamados Rígido terso y resistente. El blando es aquel cuyas pulsaciones sin disminuir de volumen, se deja comprimir por los dedos con facilidad. Pulso grande y pequeño.—Pulso grande es aquel en el que la arteria parece henchida en toda la estension de los dedos: á este pulso deberemos referir los llamados lleno y de- senvuelto. El pequeño se diferencia en quela pulsación se ha- ce poco perceptible al tacto. El pulso llamado serrátil, es una variedad del pequeño. Pulso fuerte y débil.—rEs aquel en que la arteria im- presiona los dedos con fuerza capaz de rechazarlos en toda la estension que comprendan. El débil el volumen de la arte- ria se hace sentir mucho menos en la misma estension: á esta clase de pulso podemos referir el llamado Deprimido. Pulso regular é irregular.—Se llama regular el pul- so cuando los latidos de la arteria están separados por inter- valos iguales. El irregular cuando los espacios intermedios no son constantes, A estos pulsos deberemos referir los llamados Vi-pulsans ó Dicroto; el Intermitente y el Incidente. Pulso intermitente será aquel que desaparece después de un cierto espacio, no sintiéndose en algunas pulsaciones que debiera haber. En el incidente se percibirá una pulsación en pl tiempo que separa dos regulares, — 117 — Pulso igual y desigual.—El pulso igual es aquel en que todas las pulsaciones son iguales entre sus espacios y muy semejante en cuanto á su viveza, dureza y magnitud: siendo desigual cuando las pulsaciones difieren entre sí bajo alguno de los aspectos mencionados. A estos pulsos debemos referir el pulso inciduo llamado de sudor, en el que el pulso se va elevando desde la primera pulsación hasta la cuarta: el decresente en el que las pulsaciones se continúan rápidamen- te haciéndose mas pequeñas hasta casi desaparecer, el que tiene alguna analogía en el rabo de un ratón por lo cual ha sido llamado pulso myuro, Pulso confuso é insensible.—Estos dos modos de pul- saciones tienen por caracteres comunes el de apenas sentirse la pulsación arterial, teniendo la mayor semejanza con los pulsos ya determinados con los nombres de pequeño, débil y lento. Signos deducidos de las palpitaciones del corazón. LECCIÓN XXI. Señores:---Llamaremos Palpitaciones los movimientos tumultuosos desordenados y convulsivos del corazón, acom- pañados ó no de Disnea y abatimiento de fuerzas: cuando es- tos son mas moderados-se dice Temblor del corazón. Las pal- pitaciones son muy frecuentes en las afecciones orgánicas del corazón y sus Neuróses: en el estado de salud pueden pre- sentarse en las impresiones morales, en los ejercicios violen- tos, en los focos verminosos, en la Amenorrea, en las metás- tasis Artríticas y Reumatismales: pudiendo hacerse constitu- cionales y durar toda la vida sin influir en lo general de la salud. Cuando después de juzgada una enfermedad grave se presentasen las palpitaciones acompañadas de Síncopes, de Disnea y Ortophnea,con el pulso desigual é intermitente, pue- de pronosticarse la muerte. Las palpitaciones del corazón,deberán considerarse como un síntoma en las Clorosis y Anemias, así como en el escor- buto, ellas dicen que el empobrecimiento de la sangre no equi- librando la acción nerviosa, determina las convulsiones car- diacas. En las afecciones epilépticas histéricas é hipocondria- cas, las palpitaciones anuncian la vuelta del ataque. — lis — Signos deducidos de la respiración.—La respiración nos suministra signos bastantes para el Diagnóstico y Pronóstico en las afecciones de pecho. La respiración en el estado de sa- lud, se hace con libertad, con igualdad y sin algún ruido: cuando en la inspiración se ensancha el pecho, es una señal que dice el buen estado de los órganos pulmonales: cuando no sucede así, podremos decir que el tejido pulmonal no es permeable al aire, supliendo entonces para dar mas amplitud á la cavidad, él desenso del Diafragma y estension de la abdo- minal: siendo mal signo esta respiración en las enfermedades del Thorax. Las diferencias de las respiraciones, forman la rara y frecuente, la grande y pequeña, la dolorosa, anhelosa, desigual é intermitente: pudiendo en todas tener el aire espi- rado, las cualidades de caliente frió, y fétido: cuando mas se aleja la respiración del estado normal, tanto mas valor adquie- ren los signos que de ella puedan deducirse: siendo las mas graves las que reconocen por causa afectos nerviosos y ór- gano-materiales. La respiración frecuente en las inflamacio- nes thorácicas anuncian un gran peligro, siendo mucho mas cuando en un minuto se producen de cincuenta y cinco á se- senta inspiraciones. La respiración rara es la opuesta á la frecuente: en aque- lla los movimientos de inspiración y espiración, son menos numerosos que en el estado mormal: esta respiración es signo de perturbación en las fuerzas vitales, dándose á conocer por la falta de fuerzas, por el delirio y estupor que preceden á la muerte. La respiración viva es la que se ejecuta con rapidez la inspiración y espiración: la lenta es lo contrario, es mal sig- no la viva, cuando se presenta en la angina de pecho, en las afecciones orgánicas del corazón derecho y en el último perio- do de las Pleuroneumonías. La lenta es de buen presagio cuando aparece en el segundo de estas mismas enfermedades. La respiración grande es aquella en que el aire entra y sale en gran cantidad: en la pequeña por el contrario entra y sale muy poca cantidad, la grande supone un pecho bien con- formado, siendo de buen presagio en las enfermedades. Cuan- do se verifica esta respiración, dilatándoselas á las de la nariz y parte anterior del pecho, se llama respiración Sublime, es si- gno muy peligroso en cualquier enfermedad en que se presente. Cuando se presenta la respiración grande en los interva- lo? de otra cualquiera, es indicio que el enfermo tendrá deli- rio: y si ella continúa por algún tiempo, convulsiones. — 119 — Será pequeña la respiración cuando en un pecho mal conformado, ecsista algún obstáculo para el ejercicio de esta función: en el catarro sofocante y Neumonía, cuando se esta- blece esta clase de respiración es muy mala señal, y mucho mas si el aire espirado es frió. La respiración puede ser fácil ó difícil. La fácil es aque- lla en la que los movimientos costo musculares se hacen con facilidad, ella supone el buen estado de los órganos que con- curren á esta función. La difícil por el contrario es la que se ve- rifica con dificultad, sintiendo el enfermo un gran peso sobre la parte anterior del pecho. La dificultad de respirar ó Disnea, presenta variedades dignas de atención: puede ser dificultosa mas ó menos con opresión del pecho, pudiendo el enfermo conservar diferentes actitudes: Anhelosa la que es tan difícil que el enfermo tie- ne para respirar la necesidad de tomar varias posiciones para conseguirla: este modo de ser de la respiración se ha lla- mado Ortophnea: es de mal presagio en el segundo periodo del catarro sofocante, en las fiebres graves, en las afecciones orgánicas del corazón, 4en la tisis hidrotorax y Pericarditis. La facilidad de la respiración es buen signo en las enfer- medades aun las mas graves. Cuando la dificultad de respirar se presenta con delirio en las fiebres es señal de muerte, sien- do peligroso cuando se presenta estertor traqueal, pues supo- ne falta de energía vital para espeler las mucosidades bron- co-traqueaJes. La respiración puede ser desigual ó igual en la sucesión de sus actos: será igual cuando se verifica sin notarse diferen- cias en los dos actos; desigual cuando á una respiración gran- de sucede una pequeña, ó bien cuando sus intervalos dejan espacios irregulares: á esta última se le ha llamado Entrecor- tada é Intermitente, teniendo la mayor analogía con la respi- ración de los niños cuando lloran. La respiración desigual precede algunas veces á las crisis y puede acompañar á las afecciones espasmódicas: siendo un signo malo en las enfermedades en el primero y segundo pe- riodo, ella hace sospechar una mala terminación: aumentán- dose tanto mas el peligro cuanto mas difícil y desigual sea. En el estado de salud, la respiración apenas se percibe, no así en el de enfermedad. Cuando el aire inspirado ó espi- rado tiene que atravesar algún obstáculo bien en los Bron- quios, Traquearteria ó Laringe, se vuelve sonora, lo que cons- tituye el Estertor: según el tono y timbre que presente, se le — 120 — ha llamudo Mucoso Sibilante &c. &c. La sibilante se mani- fiesta en las lesiones Neuro-orgánicas de las visceras del pe- cho: acompaña al Croup ó Angina laríngea, siendo de mal presagio cuando se hace Anhelosa, sofocante y mortal cuando viene acompañada de frialdad de las estremidades y Cianosis. Llámase respiración Llorosa aquella en laque el aire es- pirado produce un sonido parecido al Lloro ó gemido. Esta respiración se presenta en las fuertes impresiones morales y en algunas fiebres esenciales, no teniendo ningún valor en Semyótica. La estertorosa no indica peligro en los catarros simples, pero liene un gran valor en las tisis cuando se supri- men los esputos, pues dice una muerte prócsima. En las Apo- plejías, esta respiración es signo de muerte inevitable. En el aire espirado deberemos distinguir tres especies, Caliente, Frió y Fétido. En el estado de salud el aire espira- do, produce un vapor suave que empaña las superficies pu- lidas: el caliente cuando el aire está cargado de mas calórico: el fétido cuando afecta un olor desagradable. La espiración caliente se desenvuelve en las inflamaciones pulmonales y pleurítica, él dice el gran peligro del enfermo: el frió es de mal presagio en las fiebres Adinámicas y Atáxicas, en los catarros pulmonales y en las Bronquitis capilares; él supone la sus- pensión de la Hematosis. La fétida se presenta cuando el aire déla espiración se impregna de partículas fétidas que emanan de la. desorganización pulmonal de los bronquios, traquear- tena ó estómago: suele presentarse en algunos ancianos que padecen de Dispepsias: en la caries dentaria: en las calentu- ras pútridas ó Adinámicas: en las afecciones verminosas: en el Ptialismo mercurial, escorbuto y por el desaseo de la boca. El aliento fétido reunido á la falta de fuerzas en todas las enfermedades es peligroso: siendo de un pronóstico funesto cuando está acompañado de síntomas Atáxicos. Signos deducidos de las modificacio- nes de la respiración. LECCIOIV XXII. Señores:—Considerada patólogo Fisiológicamente pode- mos referirla á dos causas eseitantes, una de la clase de las morales, y otra de las físicas: siendo siempre consecuencias precisas de sensaciones afectivas ó de un cambio accidental ó particular de la economía. En el primer caso, la risa es oca- — 121 — sicnada por la enagenacion del alma, perturbación del pensa« miento ó delirio: en el segundo supone trastornos de las fa- cultades intelectuales, estando subordinada su ecsistencia á alguna lesión física ó vital de alguno de los aparatos senso- riales. La risa morbosa ó Sardónica es un síntoma que se pre- senta en las afecciones nerviosas, en las Monomanías, Demen- cia, Histerismo é Hipocondría adquiriendo valor semyológico en las fiebres Atáxo adinámicas ó tifoideas, acompañada de de- lirio y estupor, cuyo signo anuncia el compromiso en que está el centro de percepción: siendo de pronóstico funesto: la risa con delirio alegre es de un presagio menos peligroso, que otra que tenga por objeto ideas y pensamientos tristes y melancó- licos. Bostezos.—Es una profunda y larga espiración con se- paración de las mandíbulas, que precede al sueño, suele pre- sentarse antes del frió de las fiebres intermitentes, y antes de las Hemorragias, Histerismo, Epilepsia é Hipocondría; pre- sentándose también después de las heridas grandes y de eva- cuaciones ventrales. El Bostezo es signo peligroso en las fie- bres graves y en las flegmácias complicadas con la fiebre Atáxica: Sobrevienen en las mugeres de parto, indicando este fenómeno que será laborioso y difícil. Estornudo.—Una fuerte y violenta espiración, constitu- ye el estornudo, el que es producido por estimulaciones en la membrana pituitaria, la que obrando simpáticamente sobre la sensibilidad orgánica bronquial, determina la espulsion de cierta cantidad de aire, que chocando en las fosas nasales pro- duce un sonido mas ó menos ruidoso, el que es susceptible de arrancar las muscosidades nasales laríngeas y traqueales en los catarros y corizas; él es un signo precursor de la Apo- plejía en los sujetos predispuestos; así como precede también al Sarampión y Escarlata. Las sacudidas' que imprime en la economía el estornudo, hace que sea favorable en los momen- tos del parto y en la espulsion de la placenta; él es de buen presagio en el último periodo de las enfermedades agudas y males en las fiebres continuas remitente en el Frenesí y Pul- monía. Hipo.—Es una convulsión del Diafragma acompañada de contracción espasmódica de la Glotis que impide la inspi- ración: el puede ser fisiológico ó patológico: el primero no tiene valor alguno como signo, el segundo lo tiene en gran manera: cuando se presente en las fiebres bilioso inflamato- rias, en las disenterías y en la fiebre amarilla, Atáxica y Adi- 16 — 122 — hámica es de mal presagio, el supone el gran compromiso en que se halla el centro frénico. Cuando.se presente después de un vómito atrabiliario en cualquier enfermedad, es signo mortal. Tos.—Este fenómeno morboso consiste en espiraciones sonoras cortas y frecuentes, en las cuales el aire pasando con rapidez por la traquearteria arrastra con las mucosidades que encuentra, las que forman la materia de los esputos. La tos puede ser seca ó húmeda: cuando es seca y frecuente se lla- ma Tos ferina: cuando húmeda promueve escreciones muco- sas mas ó menos glutinosas. La Tos puede ser idiopática, provocada por la escitacion é irritación de la membrana mucosa bronquial: ó sintomática dependiente de la inflamación ó estimulación de alguna de las visceras abdominales, como son las toses que se desen- vuelven á consecuencia de los infartos é irritaciones del estó- mago tos gástrica: del hígado tos hepática ó á consecuencia de las lombrices: Tos verminosa ó nerviosa dependiente de un esceso de sensibilidad deja membrana mucosa de las vias respiratorias: la repetición é intermitencia de la tos en un tiempo dado, cualquiera que sea su naturaleza, se llama golpe, acceso ó quinta de tus: á la que acompaña encendimiento de la cara, zumbido de oidos, cefalalgia y plenitud en las venas del cuello. La tos es un fenómeno muy común en los padecimien- tos thorácicos, la que indica estados diferentes de la misma enfermedad: es seca y sin esputos en Ja pleuresía hepatitis en la gastritis y en el primer periodo del catarro, del sarampión laringitis: siendo en la tisis pulmonal, el síntoma que mas atormenta á los enfermos. En el croup y angina traqueal, la tos es ronca, seca y sin espectoracion, reproduciéndose á cor- tos intervalos hasta esputar una mucosidad espesa y consis- tente: puesto que esta no puede espelerse sin que se ponga en juego el mecanismo de la tos: siendo muy peligrosas las toses cuando son producidas por inflamaciones pulmonales máxime si le acompañan dolores thorácicos y fiebre, sin es- pectoracion. Si el el segundo periodo de la pulmonía y pleuresía, fuere la tos seca y violenta con escalofríos y sin espectoracion, indi- ca que la inflamación pulmonal vá á terminar por supuración; La tos que molesta de noche, es siempre de mal pre- sagio, siéndolo mas si después de ser húmeda se suprime de repente ó se hace seca. — 123 — La supresión de la tos y esputos en las tisis pectorales acompañada de edema de las estremidades, es un signo de muerte prócsima. La tos que se pronuncia en el último periodo de las fien bres adinámicas y Atáxicas anuncian mala terminación de la enfermedad: la que persiste después de juzgadas las enferme- dades de los órganos contenidos en la cavidad del pecho, dice haber pasado al estado de cronicismo. Espectoracion.—La constituye una función patológica por la cual son espelidas las mucosidades bronquiales tra- queales y laríngeas, contribuyendo á que se verifique el me- canismo de la tos: la que presenta diversos modos en cuanto á su espulsion: tales son la espuicion por la cual los materiales espectorados acumulados en el itsmo déla laringe son arrojados á la boca y de esta á lo esterior, acompañándole una espiración fuerte y prolongada. La Espectoracion y Espuicion pueden ser fáciles ó difí- ciles, y acompañadas algunas veces de dolores, como se ob- serva en la pulmonía, pleuresia y congestiones parciales del parenquima pulmonal: la fácil es muy favorable: la difícil y en pequeña cantidad es de peligro. En el segundo y tercer periodo de los afectos pulmo-pleu- ríticos, si la espectoracion no es abundante es de temerse una mala terminación. Si la epectoracion no se pudiere veri- ficar sin que le preceda Estertores con dolores vagos, ponién- dose el semblante del enfermo con los caracteres asignados á lo que hemos llamado Cara Hipocrática es un signo de muer- te instantánea y por Asfixia. La espectoracion que siendo húmeda en las Bronquitis capilares, se suprime de pronto, presentando la cara un ma- tiz azuloso es signo mortal. Esputos.—Llámanse Esputos los materiales escretados y secretados de los pulmones espelidos por la boca en todas las enfermedades pectorales: conociéndose el punto de donde proceden por el dolor local que tiene el enfermo, y por la sensasion particular que esperimenta la laringe: debiendo no ser confundido el esputo natural mucoso y simple bronquial con el promovido por el estado patológico de las vias respiratorias. Los esputos se diferencian entre sí,por la materia deque son formados, por su color, olor y consistencia, por su sabor forma y cantidad: por lo que podemos distinguir algunas va- riedades de esputos: los serosos y mucosos contienen albúmi- na, gelatina, carbonato de sosa y fosfatos de cal, se les llama — 124 — serosos si es mas abundante la proporción de agua respecto á la albúmina y gelatina: en esta clase de esputos se encuentran alguna vez en las afecciones tuberculosas pequeñas porciones calcáreas de color gris ó rojo: siendo formadas estas concresio- nes de fosfato de cal y materia gelatinosa las que están mu- chas veces mezclados con estrias sanguinolentas. Los espumo- sos están compuestos de los mismos elementos con mas pro- porción de agua, combinada con el aire que le da el aspecto que le es tan característico. Los purulentos tienen los caracteres de tal, cuya manera de conocerlos hemos ya espuesto precedentemente: su presen- cia no podemos considerarla como signo patognomónico de la tisis por destrucción del tejido pulmonal, su falta no puede tampoco indicarnos que el enfermo no se encuentra bajo su influencia. El esputo sanguinolento en mas ó menos cantidad nos dice hallarse congestionados los vasos capilares pulmonales; los de la Pulmonía son serosos en su principio y algo sangui- nolentos, poniéndose espesos después, haciéndose amarillos si la enfermedad va á terminar favorablemente: si en este pade- cimiento tomasen el color oscuro, sin poder ser espectorados es un signo funesto. En Jos periodos que recorren las afecciones torácicas, sí los esputos espesos se pusiesen de repente claros y serosos, anuncian una larga duración de la enfermedad ó pasar al es- tado crónico. En las enfermedades de pecho se agravan los enfermos cuando esputan sangre mezclada ó no con espectoracion pu- rulenta. Los esputos varían en color en los diferentes padeci- mientos Thorácicos: ellos pueden ser verdosos, amarillos, os- curos y blancos: los verdosos son de un signo variable respec- to á la terminación de la enfermedad: el amarillo y trasparen- te es de mal presagio: los oscuros y lívidos anuncian un gran peligro: los que se asemejan á las heces del vino dicen la gan- grena del pulmón, rectificándose mas el signo si le acompaña el oloi fétido; por lo que deberá pronosticarse la muerte. Los esputos normales no tienen ningún sabor: los anor- males adquieren el dulce salado, agrio, amargo, caliente y frió: en las hemotisis adquiere un dulzor repugnante; y salado en la terminación de los catarros bronco capilares: los acres no son de muy buen signo, pues suponen un estado de estimula- ción pulmonal capaz de modificar los líquidos. Los que tienen un sabor amargo, hacen temer una difícil terminación. Los ca- — 125 — lientes indican propagarse la inflamación á mayores porcio- nes del parenquima; los fríos denotan la pérdida de las fuer- zas vitales con eminente peligro de muerte. De la forma de los esputos podemos deducir también sig- nos prognósticos, ellos pueden ser unidos redondos ó espumo- sos, cuyo valor es relativo á los demás caracteres que hemos mencionado. El esputo tenaz y pegajoso es muy peligroso en la pulmo- nía, siendo mucho mas cuando hay dificultad para espelerlo. El anuncio favorable de los esputos es relativo al alivio ó gra- vedad que ellos proporcionan. Desgano ó fastidio a los alimentos. LECCIOIV XXIII. Señores:---La aversión á las comidas, constituye el fas- tidio al que generalmente acompañas Náuneas. La Anor- rexia ó inapetencia es la falta de apetito sin aversión á los alimentos: siendo la Desgana la repugnancia á todos los que antes nos agradaban: de tal modo que la idea ó su vista nos son bastantes para provocar á vómitos. Los des- ganos y aversión á los alimentos se presentan en los pró- dromos de las enfermedades: y también en los hipocondria- cos é histerismo, siendo de muy mal presagio en las enfer- medades crónicas de las vias digestivas. Si después de un grande desgano en las enfermedades crónicas se desarrollase un gran apetito: se puede pronosticar la muerte para el dia siguiente: así como una recaída cuando la aversión á los ali- mentos continúa en la convalecencia. Hambre.—Es una sensación particular que nos obliga á la ingestión de los alimentos que han de reparar las pérdidas de la organización, ella ofrece diferencias en las variadas mo- dificaciones que sufre la membrana mucosa gástrica. Esta sensación cerebro ganglionar, puede estar disminuida como en la Anorexia: abolida corno en el Desgano aumen- tada como en la Bulimia: pervertida como en la Malaxia. La diminución del Hambre sucede con frecuencia alas personas débiles y nerviosas en quienes está disminuida la sensibilidad órgano ganglionar del estómago: así como en los infartos gás- tricos y en las largas convalecencias, la falta de apetito que no dependa de dichos infartos, es un signo peligroso en las enfermedades crónicas de todos los órganos ó aparatos. Si des- — ICC — pues de las enfermedades no s# restablecen las fuerzas á pesar de comer con apetito, es señal que toma mas alimento del que puede digerir. En las enfermedades crónicas es bueno que los enfermos conserven el apetito: siendo necesario el averiguar si el apetito fuere morboso ó natural. La Bulimia ó aumento de apetito que proviene de focos verminosos, no indican peligro: cuando se pervierte y depra- va en las enfermedades agudas, es de mal agüero. El apetito depravado que se observa en la Clorosis, Ame- non^ea é Histerismo no es peligroso, pero sí lo será por la can- tidad ó calidad que tengan los alimentos. Sed.---Esta sensación presenta variaciones que pueden servirnos como signos importantes: ella así como el hambre puede estar aumentada, disminuida y abolida: aunque acom- paña á algunas fiebres, sin embargo, es uno de los síntomas que puede faltar particularmente en las fiebres sintomáticas, su aumento se observa con generalidad en el primero y se- gundo periodo de las enfermedades agudas. La sed insaciable ó Polydipsia, se presenta en las hidro- pesías, Diabetes, en las Gastritis, hemorragias y Cólera. Cuan- do en las fiebres graves la Sed no disminuye en el intervalo ó remisiones, estando acompañado de sequedad de la lengua y labios con sensación del calor urente en el esófago, es mala señal. La Sed que acompaña al espasmo de la Laringe en las fie- bres con horror á tragar los líquidos, es de mal presagio: no teniendo valor alguno en los hipocondriacos Maniáticos é his- téricos. La Adipsia ó diminución de la Sed en las enfermeda- des anuncia buena terminación: cuando continúa en aumento dice verificarse la crisis imperfectamente. La carencia absoluta de la Sed cuando está acompañada de síntomas y signos favorables, es de buen pronóstico: no siéndolo cuando se presenta en los estados Adinámicos y Atá- xicos: este signo dice la completa diminución de las fuerzas vitales del organismo, y por consiguiente es una señal mortal. Dientes y encías.—Los dientes sanos, firmes en los al- veolos que conservan la blancura del marfil, dicen una per- fecta salud: los careados y cubiertos de una capa glutinosa sar- rosa mas ó menos adherente, dice un estado de debilidad del estómago ó irritación. Estos instrumentos suelen presentar cam- bios en diferentes enfermedades dignas de nuestra atención. En las afecciones gástricas ó catarrales graves, se cubren de un barniz seco blancuzco ó gris, llamado Lentorosidad:- en las fiebres adinámicas es oscuro ó negro Fuliginoso. En el escorbuto y Estomatitis mercurial, se desprenden de los al- veolos. El color blanco de perla délos dientes en la pubertad, es señal de disposición á la tisis tuberculosa. En los niños el rechinamiento de los dientes mientras duermen es indicio de existencia de vermes intestinales: cuan- do se producen en el sueño despertando en su consecuencia el individuo lleno de temor, es señal de prepararse el encéfalo á producir convulsiones: siendo este signo mas seguro, si el fenómeno se observa en los niños. El rechinamiento ó castañeteo dentario, mientras el sue- ño de las personas que se hallan en la senectud, anuncian es- tar bajo la influencia Apopléctica. En las fiebres graves el rechinamiento en la vigilia, son de un funesto pronóstico. Las encías en el estado fisiolójico tienen un aspecto ro- sado poniéndose pálidas en la Anemia y Clorosis, así como en las flegmácias crónicas del tubo digestivo; en las fiebres Adinámicas y último periodo de la Amarilla se ponen ensan- grentadas, secas y negruzcas, con un olor cadaveroso, cuyo signo es de muerte prócsima. En el escorbuto las encías se ponen ensangrentadas flu- yendo una sangre descolorida que dice el mal estado en que se encuentra la plasticidad de la sangre. En las gastritis crónicas están hinchadas, encendidas y dolorosas al tacto. Lengua.—Este órgano podemos considerarlo como el es- pejo del estómago, siendo el que nos puede suministrar sig- nos numerosos en cuanto al Prognóstico y Diagnóstico. En el esiado de salud debe estar blanda, húmeda y de color de toda la membrana que cubre la boca, sin modificación alguna en cuanto al gusto y movimientos. Esta, como órgano de secre- ción, presenta variedades relativas á los cambios que puede esperimentar en Ja lengua las enfermedades, siendo los mas notables, la sequedad, humedad, crápula, color, volumen y mo- vimientos; pudiendo ponerse áspera y con hendiduras,cuyo as- pecto ha sido llamado Lengua de Gato. En las fiebres sinto- máticas está húmeda, mientras el estómago no participe de la inflamación, pues entonces se pondrá con los caracteres pro- pios de sequedad ó aspereza relativa al grado de estimulación orgánica que haya contraído. Cuando en el primer periodo de las fiebres se pone seca — 1 28 — la lengua, se podrá temer mala terminación: si á esta sequedad se reuniese su negrura es señal de muerte. Una grande sequedad en la lengua en las enfermedades agudas, hará preveer una nueva inflamación interna, mácsime si las orinas del enfermo están encendidas y sedimentosas. La lengua en estado de salud, está húmeda, ancha, lim- pia: en el de eufermedad se cubre de diferentes mucosidades coloreadas de blanco, amarillo oscuro, negro y encendido, mas ó menos puntiaguda: el color blanco y pastoso se pre- sentan en las afecciones gástricas y catarrales, lo que desapa- rece con este estado: el amarillo le es común á las enferme- dades del aparato gástro hepático: el oscuro y negro pertene- ce á la Adinamia y gangrena gástro intestinal: el encendido dé figura aguzada es propio á las Gastritis agudas y á las fiebres exantemáticas. En las fiebres intermitentes si la lengua se pone ancha y húmeda, es señal de mucha duración; si continúa después de juzgada la fiebre, será signo precusor de los infartos visce- rales é hidropesía Ascitis. Si después del segundo periodo de una enfermedad gra- ve la lengua se pone limpia, es de buen presagio: si continua- se crapulosa ó biliosa podrá pasar al cronicismo y tendrá una larga convalecencia. La lengua limpia y encendida en el principio de las fie- bres eruptivas, así como en el estado es signo de mala ter- minación. En las Anginas y Pulmonias es mala señal. El volumen de la lengua, es susceptible de aumento ó di- minución en las enfermedades. En las Glositis está aumen- tada, en las enfermedades crónicas disminuida: tanto mas disminuya en volumen cuanto mayor progreso hace el Ma- rasmo ó Consunción. La retracción de la lengua hacia la la- ringe en las enfermedades nerviosas es de mal presagio, este signo es precusor de la Epilepsia. La lengua trémula y balbuciente es signo muy grave en las fiebres, siendo mortal cuando hay delirio y esta seca y negra LECCIOX XXIV. Señores:—El temblor de la lengua precede entre otros síntomas á la Apoplejía. La Parálisis de la mitad de la lengua es muy común en la Hemiplexia, que hace se dirija al lado contrario de la Parálisis. Aphtas.—Se ha dado este nombre á unas pústulas blan- — 139 — cas superficiales que aparecen en la boca y en la lengua, acompañadas de un calor ardiente: pudiendo ser esenciales sintomáticas y críticas. Las Aptlias sintomáticas son conse- cuencias de afecciones mucosas: las esenciales aparecen sin causa conocida: las críticas juzgan la enfermedad. En las fie- bres mucosas y catarrales su presencia no tiene valor semyó- tico: adquiriendo mucho en las enfermedades crónicas, tisis y en el Marasmo, pues anuncian la muerte del enfermo. Cuando se presentan Apthas reunidas en grupos, en el segundo y tercer periodo de las enfermedades, anuncian que la enfermedad se hará larga y de fácil recaída. Las Apthas críticas tienen caracteres diferentes que las esenciales y sintomáticas: ellas son de un blanco trasparente y húmedas que aparecen al terminar la enfermedad: cuando desaparecen prontamente, es signo de crisis favorable. Salivación.—Esta secreción es debida al derrame por la boca del líquido llamado saliva, el que es escretado sin los fe- nómenos de la tos, espectoracion ni vómito: ella puede estar aumentada, en la dentición, en las inflamaciones de la lengua, en la Angina gutural, en el Ptialismo mercurial, en la Odon- talgia, en las afecciones mucosas y catarrales, y en las gastritis crónicas: puede disminuirse en las obstrucciones de los con- ductos parotídeos y de Sternon, y en las Gengibitis. La sali- vación nos proporciona pocos signos en sus modificaciones que no nos puedan servir para el Pronóstico, pues todos están comprendidos entre los ya mencionados anteriormente. Deglución.—Puede presentar algunas modificaciones en las enfermedades de donde podremos deducir signos, Prog- nóstico, y Síntomas para el Diagnóstico de las enfermedades que se localizan en el lugar donde se ejecuta esta función. La Deglución puede verificarse mas prontamente que lo que permita la voluntad, en este caso se dice que está Acele- rada; como sucede en ciertas enfermedades espasmódicas en las que se ejerce esta función sin el consensus de la voluntad por unos movimientos convulsivos y precipitados: teniendo poco valor semyótico. La imposibilidad de la Deglución ó Dis- fagia se presenta en las fiebres graves, en las Anginas Larín- geas, en las Parálisis délos músculos constrictores y Stilo-la- ringeos, en el infarto de las glándulas del cuello, en el globo histérico, eu los tumores que se desarrollan, en la circunfe- rencia de la Laringe y Es'ófagOjen las Glositis, Anginas y con- tracción espasmódicadel esófago. La dificultad de la deglución que se presenta en las fiebres mucosas con Apthas, Catarros pul- 17 — 130 — monales, y Anginas laríngeas, rara vez es peligrosa. La Degln- sion muy difícil ó abolida, anuncia siempre una muerte próc- sima, en la Apoplejía y fiebres graves. Cuando en la difícil deglución se oyen caer los líquidos que se tragan como burbujas de aire al pasar al través de un líquido, es señal mortal. La Deglución podrá depravarse,cuan- do la úvuk y Amígdalas están infartadas edematosas y escirro- sas: cuando se introduzcan líquidos ó sólidos en la glotis: cuan- do el velo del paladar está dividido ó perforada la bóveda pa- latina. Cuando en las fiebres graves después de una difícil deglu- ción, se hiciere muy fácil, vomitando el enfermólos líquidos que haya tomado, es signo mortal. Nauseas.—La Nausea es un esfuerzo inútil para vomitar, bajo la influencia de la repugnancia, acompañado de contrac- ciones del estómago y músculos abdominales. Se presentan con frecuencia en los infartos gástricos, fiebres biliosas, en el Histerismo é Hipocondría y en las vistas de objetos desagra- dables. En las fiebres graves si el enfenno tuviese frecuentes náu- seas sin vomitar ningún líquido, es señal peligrosa. Las náuseas que sobrevienen en las Gastritis, Peritoni- tis, Rinitis y Metritis, dicen la inflamación de estos órganos, no siendo peligrosas sino cuando continúan, pues anuncian la mayor gravedad y peligro respecto á la terminación. Las náuseas sin vomitar que se presentan en las intoxi- caciones minerales predicen una muerte prócsima. Materias del vómito.—El vómito lo constituye el acto de arrojar las sustancias contenidas en el estómago; pudiendo depender de la ingestión de sustancias irritantes, de un espas- mo, de un estado escirroso de las paredes y de alguna simpá- tica morbosa hacia este órgano: pudiendo también determi- narlo algún fenómeno crítico que vaya á establecerse en este lugar. Los signos que anuncian el vómito crítico en las enfer- medades, son pesadez y Cefalalgias, Salivación, temblor del labio superior, bostezos, escalosfrios y alguna que otra vez vér- tigos; á estos signos precursores le siguen los vómitos de dife- rentes naturalezas, siendo formados de residuos de la diges- tión: de mucosidades gástricas: de Bilis amarilla ó verdosa: de sangre negra cuando procede de las venas capilares: de roja cuando de las arteriolas y de mucosidades purulentas en las desorganizaciones del estómago. Las materias vomitadas —131 — pueden ser también de naturaleza acida alcalina, atrabilia- rias ó de color negruzco. Los vómitos se presentan en el pe- riodo del frió de las fiebres intermitentes: en la fiebre vario- losa, en las hepatitis, Nefritis y Diafragmitis y en las Metro- peritonitis puerperales. Los vómitos que sobrevienen en las inflamaciones abdo- minales anuncian peligro: los que se presentan en las Disen- terias adinámicas es signo muy malo. Las ganas de vomitar unida á la sed, es el signo mas cierto de la tisis Pulmonal. El vómito que no produce alivio al enfermo de cualquier naturaleza que sea, predice un gran peligro. Cuando en el principio de una enfermedad aguda los vómitos son rebeldes y pertinaces, dicen que la enfermedad será grave y peligrosa. Si en el principio ó en el segundo periodo de una enfermedad, se mejoran los síntomas después de vómitos mucosos, bilio- sos ó amarillos, es de buen pronóstico su terminación. Si los materiales del vómito son de bilis pura hepática, verde ó de color negro ó atraviliario es de un pronóstico funesto. Borborigmos.—Todos los alimentos cuando son bien di- geridos vegetales ó animales, desenvuelven gases intestinales y mucho mas cuando no lo son: el aire que se introduce con los alimentos y las mucosidades pervertidas, los aumentan proporcionalmente: siendo espelidos por la boca ó por el ano, cuando la acción orgánica de los intestinos, está en aptitud para obrar sobre ellos en fuerza de sus contracciones peristál- ticas. Los gases que se producen en el canal intestinal, son compuestos de Hidrógeno carbonado ó sulfurado y gas ácido carbónico. Cuando se desenvuelven estos gases en los intestinos,pro- duciendo ruidos sordos, se llaman Borborigmos. La salida por la boca de los gases con ruido sonoro, se llaman Eructos: los que salen por el ano con ruido ó sin él, se dice Ventosidad: ellos pueden ser inodoros como el de las personas nerviosas, que solo están compuestos de gas ácido carbónico, odorí- feros compuestos de hidrógeno sulfurado en las Dispepsias y fiebres simples: y de una fetidez imsoportable, en las adiná- micas. La presencia de gases intestinales se manifiestan por bor- borigmos ó por eructos y por inflamación del abdomen (Me- teorismo), estando espuestos á este padecimiento los que ten- gan una constitución débil, y aquellos en quienes las funcio- nes digestivas no se ejercen con energía: precediendo en la — 132 — mayor parte de los casos á las evacuaciones ventrales. En el interior de la Matriz en las mugeres que han parido mucho,se pueden contener del mismo modo,gases uterinos cuya espul- sion les causa un ruido sorprendente: estos gases se desarro- llan en el interior de esta viscera, bien por que el aire este- rior ha penetrado en su cavidad, bien por mucosidades uteri- nas descompuestas, debiendo su espulsion á las contraccio- nes del útero cuando ha sido distendido por los gases. La ec- sistencia de los gases tanto intestinales cuanto uterinos deter- minan dolores abdominales que desaparecen tan luego como han sido espulsados. En las fiebres Atáxo adinámicas cuando se desarrollan ga- ses intestinales, reproduciéndose tan pronto como son espeli- dos, es signo peligroso: si no fueren espelidos continuando el Abdoman distendido (Timpanitis) es señal mortal pues demues- tra el estado de insensibilidad orgánica en que se encuentra el tubo digestivo. A los gases uterinos no deberemos darle im- portancia alguna por considerarlos accidentales: teniendo al- gún valor semyótico en las degeneraciones del cuerpo y cuello uterino, pues su olor nos comprobará la naturaleza de la do» sorganizacion. Deposiciones Escrementicias. LECCIÓN XXV. Señores:---Para la conservación de la salud es de nece- sidad deponer ó escretar los materiales alimenticios que no han sido susceptibles de asimilarse: estando en propor- ción la cantidad de alimentos ingeridos con las escreciones fecales y edades de la vida. La necesidad de deponer en los niños es mas imperiosa que la de los Adultos y Seniles, pues aquellos teniendo la digestión mas activa y mas sensibi- lidad en el trayecto intestinal deponen con mas frecuencia, siendo en esta edad de la vida en la que se goza de mas salud; á proporción que adelantamos en edad disminuyen la sensi- bilidad y contractilidad intestinal haciéndose con mas difi- cultad las digestiones y escreciones fecales. En el estado natural son de consistencia mas ó menos endurecidas según la permanencia en los intestinos gruesos, tienen un color amarillo oscuro y exhalan poco olor verificán- dose la escrecion cada veinte y cuatro horas, aunque hay pei\ so ñas que no lo hacen sino cada tres, cinco ú ocho dias, cuya — 133 — astricción intestinal se llama "estreñimiento," el que se obser- va mas comunmente en la juventud y edad consistente de la vida, que no en la infancia y Senectud. El color de las heces fecales dependen de la materia colorante de Jos alimentos que no han podido descomponer los juegos gástricos, biliosos é in- testinales; escretándose con los mismos colores con que fue- ron ingeridos. Entre las deposiciones deberemos distinguir las que son producidas por las medicaciones purgantes, crisis de las enfer- medades y Sintomáticas. Las escreciones purgativas pueden ser de varias clases: biliosas, serosas y mucosas según y como haya obrado la acción del agente purgante: ya sobre toda la membrana mucosa intestinal, ya sobre el duodeno aislada- mente ó ya sobre la contractidad muscular: en todos estos ca- sos se puede verificar lo que se llama efectos purgantes. Podremos decir que son críticas las deposiciones cuando estas terminan la enfermedad ó proporcionan alivio al enfer- mo en dias críticos: habiéndose observado que esta clase de crisis es mas frecuente en el otoño que en las otras estaciones del año. Las evacuaciones críticas se anuncian por preceder- les Borborigmos, ligeros cólicos y pesadez en la región lumbar: pudiendo ser de naturaleza líquidas y de color amarillo ó ver- doso, negras ó sanguinolentas, ellas juzgan las fiebres biliosas, mucosas y Atáxo adinámicas. Las deposiciones sintomáticas se verifican algunas veces en el periodo de estado de la enfer- medad lo que debe tenerse presente para no confundir este sín- toma con la crisis, el cual entonces es un signo poco favora- ble, haciéndose tanto mas peligroso cuanto mas abundantes y líquidas sean. El estreñimiento es de buen presagio cuando las crisis tienden á verificarse por otro emuntorio. La supresión repen- tina de las deposiciones es un signo malo en las enfermeda- des, mayormente cuando le acompaña el Meteorismo. Los es- fuerzos para deponer con sensación quemante en el ano, son síntomas precursores de la Disenteria. Si después del estreñi- miento que acompaña á las enfermedades del útero, sobrevi- niesen diarreas, podremos pronosticar la muerte del enfermo. El aumento del número de las deposiciones biliosas ó se- rosas forman las Diarreas: ellas son provocadas y sostenidas por irritaciones intestinales, indigestiones ó afecciones mora- les depresivas, produciendo el marasmo y sus consecuencias. La Diarrea que se presenta en el primer y último perio- do .de las viruelas es favorable: la constipación es peligrosa. — 134 — Las Diarreas que se pronuncian en el primer periodo de la Pulmonía Pleuresia y Catarros sofocantes son de mal pre- sagio: siendo favorables cuando suceden en el último en el que deberemos considerarlas como críticas: siendo lo mas fre- cuente el que lo hagan por especulaciones ó por sudores. Las evacuaciones serosas ó biliosas cuando son continuas en las enfermedades agudas, es mala señal, siéndolo aun mas cuando los enfermos no tienen sed. Las Diarreas que se presentan^en las hidropesías sinto- máticas, es señal funesta, así como la que se verifica en la ti- sis pulmonal ó hepática, comprobándose mas cuando ecsiste Edema en las estremidades. Los niños mientras tuvieren diarreas en la dentición, no padecerán de Alferecía: así como es un signo de enfermedad las deposiciones verdes, amarillas y oscuras. Las deposiciones blancuzcas, grises ó lácteas en las he- patitis indican un gran peligro: las biliosas y espumosas en las enfermedades agudas son de mal presagio: las atrabilia- rias y de olor cadaveroso anuncian un gran peligro. Las diarreas espumosas, serosas y fétidas con falta de fuerzas en alguno de los periodos de la tisis, son de mal pre- sagio. Las deposiciones involuntarias y sin conciencia del en- fermo en las fiebres graves, es signo mortal. Orinas.—Las orinas varían en el estado Fisiológico di- ferenciándose las escretadas en la noche y al levantarse, de las que se segregan después de la digestión, por cuya razón los antiguos admitían dos clases de orina, una que provenia de la secreción renal, sin mezcla de otros elementos y otra de la digestión por haberse encontrado en ella productos perte- necientes á les alimentos ingeridos: pudiendo ser modificada en el estado patológico, en su cantidad y cualidad. Un exceso en la cantidad de orina escretada, constituye la Polydipsia: cuando se escreta con dolor Disuria cuando se hace difícil se dice Estranguria, cuando imposible Iscuria. Estos tres estados se presentan en las Blenorragias, catarros, cálculos vexicales y en algunas fiebres: pudiendo servimos de signos en las enfermedades. La incontinencia de orina en la senectud, así como en otras enfermedades dice hallarse paralizado el esfinter de la V3Jiga. En las enfermedades agudas, las orinas son poco abun- dantes cuando hay en ellas grandes sudores ó diarreas, sien- do buena señal cuando están en relación con los líquidos que — 135 — se ingieren. Después de las crisis, si la orina se suspende es señal de crisis imperfecta: indica una pronta recaída. En las hidropesías esenciales es señal de curación, orinar gran can- tidad. Las orinas ensangrentadas en las fiebres Adinámicas, es señal mortal: las oscuras y negras transparentes en la fiebre amarilla, es de buen presagio, si aparecieren después del sép- timo dia. Las orinas acuosas é inodoras, son de mal pronóstico en las Pleuresías y Pulmonías: las sedimentosas y turbias anun- cian buena terminación. Las orinas lactescentes en el Croup, es señal de verifi- carse la Metástasis en el aparato Renal. Cuando al cuarto dia de la enfermedad la orina se pre- sentase con Nubécula ó Ancorema, terminará la enfermedad el dia séptimo. El sedimento ó Hypostasis amarilla que deposita la orina en los que padecen de afecciones hepáticas, anuncian que la enfermedad será de larga duración. La Hematuria que se puede presentar en las fiebres bi- lioso inflamatorias y amarilla dice haber perdido la sangre su Plasticidad, y acercarse el estado Adinámico. Las orinas sedimentosas lacterícias, deberán tenerse como críticas de las fiebres inflamatorias esenciales, siendo de buen presagio. Cuando la Película, Nubécula y Ancorema, afectasen di- versos coloridos en las orinas, es de mal pronóstico. Sensaciones. LECCIOIV XXVI. Señores:---Las impresiones que reciben los centros de precepcion nos pueden suministrar signos en las diferentes enfermedades, sin embargo de no tener todas el mismo valor Semyótico, en las agudas y crónicas. En las enfermedades agudas los signos prognósticos son producidos por las simpatías que se desarrollan; en las cró- nicas nos los suministran las lesiones y perturbaciones de los órganos y de los sentidos. Mientras las enfermedades agudas ó crónicas, el sentido de la visión se exalta, pervierte, disminuye ó desaparece. En las fiebres graves la visión se exalta en el primer periodo, — 13(i — disminuyendo ó pervirtiéndose en el segundo y tercero: en- contrándose pervertida en las Neuróses de la visión y afeccio- nes cerebrales, tales como la Helyofobia ú horror á la luz que la constituye la exaltación de la sensibilidad de la Retina: se observa en las fiebres inflamatorias y en las oftalmías. LaNic- talopia ó dificultad de percibir los objetos muy esclarecidos se presenta en las exaltaciones de la sensibilidad cerebral, en las afecciones hipocondriacas Monománias y Demencia. La Hemeralópia 6 ceguedad de noche. La Diplopia ó visión do- ble de los objetos. La Amaurosis ó ceguedad completa. Estas perversiones de la sensibilidad visual se pueden presentar como signo en algunas fiebres y en particular en las Atáxicas y Perniciosas de forma cerebral, precediendo siempre á la muerte por lo que deberemos admitirlas como un signo se- guro de esta terminación, en cualquiera de los periodos en que se presenten. La visión nebulosa en las enfermedades agudas, es pre- cursora del Delirio: así como el que vea el enfermo los objetos pintados de amarillo, será una señal de padecer la Ictericia: siendo un signo de hemorragia nasal, cuando los ve de color rojo. Cuando los pletóricos ven ráfagas de luces en la oscuri- dad, debe pronosticarse un ataque Apoplético inmediato. La diminución de la vista en las enfermedades crónicas dicen aproximarse la muerte. La visión débil ó falsa percepción en las enfermedades agudas, así como los prápados entreabiertos y córnea traspa- rente pulvurulenta anuncia la agonia y la muerte. En las enfermedades febriles una visión animada anun- cia una feliz terminación. El lagrimeo involuntario ó Epífora es de mal presagio en las enfermedades tanto agudas cuanto crónicas. El sentido de la audición, no es menos importante res- pecto á los signos prognósticos que podemos deducir: él pue- de así como la visión exaltarse,pervertirse, disminuirse ó abo- lirse en las enfermedades. La exaltación de la sensibilidad acústica en las enfermedades, hará temer la convulsión ó el delirio. La depravación hace percibir modificaciones en los sonidos, tales como Zumbidos, Silvidos é instrumentos sono- ros: se observa como signo de hemorragias por las narices, precediéndole las mas veces á las Apoplejías Epilepsias y congestiones cerebrales. La diminución ó abolición del oído» se presenta en las parálisis del nervio acústico, en las fiebres — 137 — Atáxicas, en la hipocondría é histerismo y algunas veces des- pués de la administración de las sales de quinina, como tam- bién la produce el endurecimiento del cerumen en el oído es- terno. y obliteración de la trompa de Eustaquio. La dureza del oído en el principio de las enfermedades^ anuncia ser de mal carácter. La sordera que se presenta en el periodo de las crisis, es de buen presagio. La sordera en las enfermedades tanto agudas cuanto cró- nicas, acompañada de falta de fuerzas, es señal de mala ter- minación. Cuando la sordera sucede al delirio es buena señal cuando vice-versa es peligroso: la desigualdad acústica en las enfermedades dicen serán de larga duración. El olfato.—Sufre cambios y modificaciones del mismo modo que los demás sentidos, suministrándonos datos pronós- ticos. Cuando conserva toda su integridad es buena señal en las enfermedades: su exaltación y perversión anuncian el de- lirio y la convulsión. La olfacion disminuye en el catarro nasal, en la ozena ó ulceración délas fosas nasales en los pólipos, en las parálisis, en la fiebre Atáxo adinámica é histerismo; siendo una buena señal el que el enfermo conserve este sentido en el estado de integridad fisiológica. La pérdida del olfato en las enfermedades crónicas, es signo mortal. El gusto.—En las enfermedades se puede depravar ó abolirse. Se deprava ó pervierte antes de los ataques nervio- sos, y mientras los periodos de las fiebres gástricas y Adiná- micas. El sabor ácido ó salado se desenvuelve en los accesos de Gota, en los infartos mucosos y gastritis crónicas: el amar- go en los infartos gástricos, fiebres biliosas, afecciones hepá- ticas y morales, el de metal cobreoso se presenta en la inva- sión de las fiebres intermitentes, en el cólico de plomo, el dul- ce precede á las hemorragias pulmonales y gástricas,el de hue- vos podridos se observa en las indigestiones, fiebres gastro- adinámicas, escorbuto y escirros del piloro y Cardias. Cuando el sabor vueive á su estado normal, es signo de una terminación favorable. El tacto.—Está disminuido ó abolido en las parálisis del sentimiento: pervertido en las afecciones cerebrales, Me- ningitis crónicas y accesos histéricos: la diminución de la sen- sibilidad Táctil es signo de presentarse una Aplopejia, indi-' cando la muerte en las fiebres perniciosas y Atáxicas. La insensibilidad del tacto que sucede á las Apoplejías y 18 — 1 38 — congestiones encefálicas, permanecerán toda la vida del indi- viduo. La diminución del tacto, con tensión de la piel en las estremidades, precede á la aparición de la Escarlata y Saram- pión: así como también es una señal de pronunciarse la Ele- fanciasis en las partes donde aparece. Signos deducidos del estado de las fa- cultades intelectuales y de las pasiones. LECCIÓN XXVII. Señores:—Las facultades intelectuales son susceptibles de trastornos que nos pueden suministrar signos importantes en las enfermedades, ellas pueden estar exaltadas, perverti- das, disminuidas ó abolidas. La exaltación consiste en la de- masiada precisión del pensamiento y de ideas del enfermo, las que espresa con mas claridad de lo acostumbrado en el es- tado de salud, siendo algunas veces superior al alcance de su entendimiento, puesto que puede recordar conceptos ingenio- sos de lo pasado, con los coloridos mas vivos y mas caracte- rístico de una verdad razonada. Este estado de exaltación mental es un signo positivo de la muerte en las afecciones crónicas, y en las agudas cuando viene la calma üespues de algún tiempo de delirio ó desvario. La perversión de las funciones del alma, podrá tener lu- gar cuando el enfermo reúne ideas inconexas, tomándolas por realidades, ó cuando reúne falsas concepciones sobre uno ó muchos objetos: este estado de perversión constituye el deli- rio, el que puede ser tranquilo ó frenético, intermitente ó con- tinuo. El Delirio tranquilo en las enfermedades, es por lo regu- lar mas alarmante que peligroso: siendo de buen presagio cuando el sueño remplaza al delirio, y cuando es seguido de diarreas biliosas. Cuando subsiste el delirio ccn falta de fuerzas y fiebre continua, es señal peligrosa. El Delirio furioso intermitente ó continuo es de mal pre- sagio, pues dice tener el enfermo convulsiones y muerte prócsima; el delirio frenético continuo sin fiebre que acompa- ña á las Meningitis agudas, es signo de buena terminación: así como la tendrá mala si le acompaña la fiebre. La diminución de las facultades mentales, pueden pre- sentarse en las enfermedades agudas desde el simple estupor — 139 — Insta el Coma y Letargo: en las crónicas hasta la Monoma- nía y Demencia. El Estupor lo constituye un entorpecimiento con dimi- nución de la sensibilidad: al que deberemos referir su varie- dad llamada Cataphoru, la que es bastante común en las fiebres de mal carácter constituyéndola un estado soño- liento del que con dificultad despierta el enfermo. El Coma es susceptible de presentarse bajo dos aspectos, uno llamado llgil,e\\e\ que el enfermo tiene propensión al Sueño con delirio, y el otro Soñoliento, en el que ecsiste un sueño pro- fundo, despertando cuando se le habla, volviendo á entrar en el mismo estado de adormecimiento.En el Letargo el sueño es continuo, despertando también el enfermo cuando se le habla: lo que contesta no tiene relación con lo que se le pre- gunta, volviendo al momento al estado que tenia. El Coma Soñoliento y el letargo que se presentan en las fiebres agudas, es casi siempre mortal: el Vi gil es peligroso pero da mas espeíanzas de mejoría. La pérdida de la memoria en el periodo segundo de las fiebres, anuncia el delirio: si no se presentase es signo de pa- ralizarse alguna parte del cuerpo. Los enfermos de fiebres Atáxicas y Adinámicas cuando después de recuperadas las fuerzas, se pronuncia un estado de Idiotismo, mueren todos repentinamente. Pasiones.—Nadie puede dudar las relaciones que ecsis- ten entre la parte física y moral del hombre: las afecciones del alma influyen de un modo estraordinario en la organización, tanto en el estado de salud como en el de enfermedad, produ- ciéndose cambios sorprendentes en uno y otro caso: unas au- mentan la acción orgánica cerebral, como son la alegría, espe- ranza, amor y valor: otras por el contrario las diminuyen, co- mo el odio, tristeza y temor: otras combinándose entre sí, de- sarrollan la ira, ambición, envidia, desesperación, venganza y compasión: las que adquieren diversos aspectos según la constitución, intensidad de las causas morales que las provo- caron, edad y secso de los individuos. Entre las pasiones, la esperanza es la mas favorable para los enfermos, á la que se le junta siempre la alegría cuando concibe su pronto y total restablecimiento: la ira, terror y es- panto, se pueden considerar como pasiones deprimentes que abatiendo las fuerzas vitales agravan los enfermos, producien- do recaídas que las mas de las veces tienen consecuencias funestas. — 140 — La tranquilidad del alma y la paciencia, son de buen presagio en todas las enfermedades: la impaciencia é inquie- tud las agravan haciéndolas peligrosas. En todas las enferme- dades agudas y crónicas, el temor á la muerte es de mal agüe- ro: la poca esperanza de curación es señal mortal. Cuando el enfermo ha llegado al apogeo de la enferme- dad, asegurando que está mejor, y que han desaparecido en algún modo sus padecimientos, no está muy distante su mala terminación. Signos deducidos del sueño y ensueños. La interrupción periódica y momentánea de los sentidos, constituye el Sueño fisiológico: su duración es igual á la ter- cera parte de la bigilia. El Sueño morboso es aquel que se de- senvuelve en las afecciones cerebrales, ya idiopáticas ó ya simpáticas. Si después del delirio ó convulsión el sueño fuere tran- quilo es buena señal: un sueño largo y profundo con el pulso igual y la piel madorosa, precede regularmente á las crisis favorables. El insomnio ó perversión del sueño se observa en la ma- yor parte de las enfermedades: precediendo por lo común al delirio: un sueño agitado y turbado por ensueños repetidos con opresión del tórax, dice la ecsistencia de lesión orgánica no apreciada aun en el corazón derecho. Las Esfaltes ó Pesadilla, consiste en un ensueño en que el individuo S3 cree atacado de objetos de terror ó amenaza- da su ecsistencia; se observa en las afecciones nerviosas y en la Hipertrofia del corazón izquierdo. Vértigo.—Es un estado particular en el que el individuo se cree dar vueltas en el aire, moviéndose á la vez todos lo# objetos que le rodean: se diferencian dos clases de vértigos, uno Simple que consiste en el movimiento aparente de rota- ción de los objetos sin oscurecimiento de la vista: otro Tene- broso en que no solo se cree el individuo en movimientos de rotación, sino que también se le oscurece la vista, viendo un cuerpo luminoso mas ó menos desenvuelto, acompañado de fuertes zumbidos de oídos: cayendo en tierra, en la cual aun cree que lo levantan sin ecsistirel hecho. El vértigo simple se presenta en los infartos gástricos en las fiebres biliosas, en la hipocondría é histerismo: prece- diendo muy frecuentemente á las Parálisis y Epilepsia. El — 141 — vértigo tenebroso es el precursor de la Apoplejía. En los indi- viduos que han padecido por mucho tiempo los vértigos con- tinuos, la anatomía Patológica ha revelado la ecsistencia de derrames Serosos, Hidátides y endurecimientos cerebrales. El Vértigo provocado por infartos gástricos y por la in- gestión de ciertos alimentos no tiene valor Semyótico: el que se presenta después de las enfermedades por el mucho tiem- po que ha tenido necesidad de estar en la posición horizontal, desaparece á medida que se recobran las fuerzas: siendo muy temibles los vértigos cuando se presentan después de los gol- pes recibidos en la cabeza, pues son signos de caer el indivi- duo en la Apoplejía fulminante. Dolor.—Los objetos que nos rodean son capaces de pro- ducir sensaciones de placer ó de dolor, según el modo de im- presionarnos y según la susceptibilidad nerviosa de cada in- dividuo: sus efectos provocan insomnios y agitaciones conti- nuas: cuando llega el dolor á su máximun de intensidad de- senvuelve convulsiones, así como pueden también suprimirse las secreciones. El dolor ha recibido diversos nombres según la parte del cuerpo donde aparece. Se dice (Cefalalgia) cuan- do se localiza en la cabeza, la que puede invadir á todo un lado (Hemicránea) ó á la Frente (Supra Orbitaria) á la región Oc- cipital (Sincipital): (Otalgia) á los oídos: (Odontalgia) á los arcos dentarios: (Plurítico y Pleurodimd) á los lados del pe- cho: (Gastralgia) al estómago y región epigástrica: á los Rí- ñones (Nefríticos) (Lumbago) i la región lumbar: (Neuralgia) en el trayecto de algún nervio: (Osteocopos) en los huesos: (Reumatismo) en los músculos: (Artríticos) en las articula- ciones. Estos diferentes dolores se manifiestan con mas ó menos intensidad los que han sido divididos en Tensivo y Gravati- vo, Lancinante ó pulsativo, Quemante y Pruriginoso. Se dice Tensivo el que va acompañado de tensión en la parte que duele: se esperimenta en las flegmácias de las membranas mucosas, en el principio de los accesos, y en la estension de los miembros con el objeto de reducir fracturas y dislocaciones. El Gravativo es aquel que produce una sensación de peso en las partes inflamadas, como acontece en los infartos vis- cerales y derrames de líquidos en las cavidades. El Pulsativo ó Lancinante se produce en las inflamaciones de las partes muy provistas de nervios como sucede en la piel x membranas serosas: él corresponde 6 las pulsaciones arteriales, manifes- — Hi- tándose en las inflamaciones que tienden á la supuración. El Quemante la sensación del dolor va acompañada de calor ar- diente: acontece en las inflamaciones gangrenosas de la piel: cuando esta sensación se hace notar por los enfermos en el interior de las cavidades, deberá sospecharse la terminación por gangrena. El Dolor Pruriginoso es una sensación de co- mezón ó hormigueo mordicante como se verifica en la termi- nación de los Exantemas y en la Ictericia. Los dolores de cualquier naturaleza que sean, pueden ser continuos como en las inflamaciones y cólicos: intermitentes como en las Neuralgias, Reumatismo, Artritis y Osteocopos ó nocturnos. Los dolores que esperimentan los enfermos en las partes paralizadas, anuncian la vuelta de la sensibilidad: los ocasio- nados por las inflamaciones viscerales son mas peligrosos que los nerviosos ó espasmódicos. Si al principiar una fiebre se desarrollasen dolores en las estremidades, desapareciendo momentáneamente, es señal de delirio frenético de pronóstico funesto: si el dolor se limitase á las regiones dorsal y lumbar, la enfermedad será grave y peligrosa. Hacia el fin de las enfermedades los dolores generales anuncian sudores y exantemas críticos: los dolores frontales, con pulsaciones fuertes de las alterias temporales, anuncia hemorragia nasal. El dolor de cabeza en la Senectud acom- pañado de Vértigos y entorpecimientos de los miembros y propensión al Sueño, es indicio de Apoplejia. Los dolores fronto occipitales con diminución de la vista, es signo de Amaurosis. En las enfermedades agudas, los dolores de vientre con Meteorismo anuncian diarreas críticas. La cesación del dolor en las flegmácias viscerales con insensibilidad del pulso dice pronunciarse la gangrena. Ansiedad.—La constituye la inquietud y agitación con- tinua que tienen los enfermos contra su voluntad, obede- ciendo á impresiones que no pueden referir, que les hace cam- biar cada momento de posición en la cama: acompaña á la mayor parte de las enfermedades agudas, y alguna de las crónicas. La ansiedad que precede á las crisis es favorable, no así cuando se presenta después de verificada, pues es signo que la crisis no ha sido perfecta y puede recidivar la enfermedad. En. las fiebres de carácter inflamatorio, la Ansiedad es — 143 — señal de presentarse el delirio. Cuando se observa después de la retropulsion de algún exantema es muy funesto. La estrema Ansiedad recogiendo los enfermos las sába- nas y vestidos, es signo mortal. La que se presenta en los in- dividuos afectos de enfermedades nerviosas, es señal déla vuelta del ataque. Signos deducidos del estado de las fuerzas vitales. LECCIOX XXVIII. Señores:—Los signos que deducimos de las fuerzas de la vida, son de gran interés para el Pronóstico de las enfer- medades; de manera que sobre el grado de estas fuerzas,pue- de establecerse con mas seguridad el resultado favorable ó adverso de las enfermedades graves, puesto que tanto mas grave estará el enfermo, cuanto mas estén agotadas ó aumen- tadas las acciones Dinámicas. Las fuerzas vitales orgánicas, son consecuencias precisas de los grados de energía de los aparatos orgánicos, particularmente del Cardiaco, Vascular, Cerebroespinal y Respiratorio: pudiendo graduarse en ellos las enfermedades con alguna probabilidad, teniendo en cuen- ta corno se ejercen las acciones vitales en las diferentes afeccio- nes de que son susceptibles los hombres: de modo que el gran conocimiento del médico, consiste en conocer y apreciar sus va- lores relativos en todos los estadios que pueden presentar sus padecimientos. Las principales diferencias de las fuerzas, deberemos de- ducirlas de su aumento,, diminución, depravación ó suspen- sión. El aumento ó exaltación de las fuerzas vitales, se obser- va en el delirio, en las flegmácias y en las Neuróses, en el au- mento del calor animal y en la fuerza del pulso. En las enfermedades agudas, es necesario que haya mo- deración en las fuerzas vitales compatible con el grado de la enfermedad para llegar á una feliz terminación, puesto que la fuerza medicatriz dependiente de la vida no ejerce su influen- cia, sin que esta tenga la energía necesaria para verificar la crisis. Cuanto mas diminución haya de fuerzas, tanta mayor dificultad habrá para el restablecimiento de la salud. Si desde el principio de una enfermedad hubiese falta de fuerzas, es indicio que se podrá presentar la Adinamia en su terminación. A las diminuciones de las fuerzas de la vida, podremos — 144 — referir el Síncope y Lipotimia. En el Sbicope se observa pér- dida de conocimiento y movimientos, acompañados de peque- nez de pulso, frialdad, respiración insensible, vértigos y zum- bido de oídos. Los Síncopes sobrevienen en las afecciones gástricas y morales, en las hemorragias, sangrías y en las fie- bres perniciosas. En la Lipotimia ó desfallecimiento hay di- minución repentina de las fuerzas, sin pérdida del conoci- miento, con pequenez del pulso, frialdad y sudores, se obser- va generalmente en las pasiones del alma, en las Neuróses de la inteligencia y en el último periodo de la enfermedades cró- nicas. La Perversión de las fuerzas se manifiestan en las fuerzas musculares que consiste en las contracciones y relajaciones involuntarias de los órganos del movimiento sometido á la influencia de la voluntad. Cuando la contracción es irregular y sucesiva se denomina Convulsión Clónica ó movimientos convulsivos. Cuando es permanente quedando todos los mús- culos en un estado de rigidez é inmovilidad, se llama Con- vulsión Tónica. La convulsión Clónica puede limitarse á un músculo solo, en este caso se llama Salto ó Subsultos tendinosos: cuando se pronuncia en muchos, toma los nombres de Epilepsia, Eclam- sia, Alferecía, Mal de Corazón y Gota coral: esta convulsión deberemos siempre considerarla como sintomática de afeccio- nes cerebrales, de lesiones orgánicas del corazón, de Vermes intestinales, de fiebres Atáxicas y Neuróses de los órganos Ge- nitales en la muger. La Convulsión Tónica, puede limitarse á ciertas partes del aparato muscular. La contracción de los músculos de la mandíbula, se llama Trismus, la de los músculos del Pene, Priapismo, la de ciertos músculos de las estremidades Calam- bres: las contracciones de los músculos de la parte posterior del cuerpo que lo inclina hacia adelante Emprostotonos, ha- cia otros Opistotonos. A la perversión de las fuerzas muscu- lares podemos también referir la Cutalépsis, en la que los miembros toman y conservan las posiciones que se les da, ó en la que se hallan cuando son invadidos: estos estados mor- bosos son síntomas de modificaciones de los aparatos cerebro- espinal. La Carfologia deberemos considerarla como movi- mientos convulsivos é instintivos en que la voluntad no tiene parte alguna, consiste en que en el estravio morboso de la imaginación, el enfermo ve cuerpos aparentes que quiere co- ger ya voltigécudo en el aire, ya sobre la superficie de sus cu- — 145 — biertas: es un signo fatal cuando se preseuta en las fiebres Atáxicas. El Sub-sulto tendinoso en las fiebres, es de mal pre- sagio: siendo mejor que la fiebre sobrevenga á la convulsión^ que esta á la fiebre. Cuando al delirio acompaña movimientos convulsivos, es señal mortal; si se pronuncia en enfermedades crónicas será peligroso; si en el momento del parto laborioso será signo de muerte. El Trismo Calambres y convulsiones tónicas que se pre- sentan en las enfermedades agudas, indican lesión profunda en los centros nerviosos, harán temer mala terminación. Las Clónicas son siempre pasageras y de poco ó ningún peligro. El tétano ó Pasmo que se desarrolle después de una he- rida ó puntura llamado traumático, generalmente es mortal, el Spontáneo ó el que se desarrolla por otra causa, es de menos peligro y de mas fácil curación. La pérdida absoluta de las propiedades vitales en alguna parte del cuerpo, dice Parálisis ó Gangrena. Si las fuerzas mo- trices se han abolido en medio lado, se llama Hempéxia: si en las estremidades inferiores Paraplegia: si en estremidades en contrario Cruzada: si en los ojos Amaurosis: si en los oídos Paracúsis: si en la Laringe Disfágia. En las fiebres agudas cuando se preséntala dificultad de deglutir, cayendo los líquidos al estómago con un ruido par- ticular, es señal mortal: así como cuando no ve ni oye. Cuando en el curso de las enfermedades graves se detie- nen las orinas, denota contracción espasmódica del cuello de la vejiga, si se orina ó depone sin el consentimiento de la vo- luntad, dice parálisis del recto y del esfínter de la vejiga: estas señales son peligrosas y funestas. La Parapléxia que se pronuncia en consecuencia de las conmociones de la Médula Espinal, es generalmente seguida de gangrena de las estremidades y aun de la muerte. Las pa- rálisis que se observan después de las contusiones con heridas en la cabeza con luxaciones ó fractura de las vértebras, son de mal Pronóstico. Palabra y timbre de la voz.---De la voz y de la pala- bra se deducen signos importantes, que casi siempre son de nial presagio: por estos medios podremos conocer el estado en que se encuentran los órganos que sirven para ejercer estas funciones, así como el estado de las fuerzas generales que preside la vida. En las enfermedades, la voz puede presentar cambios no- 19 — 146 — tables, ella podrá ser débil, aguda, clara, ronca, apagada ó abo- lida; lo que constituye la Aphonia. Las perturbaciones de la palabra las referiremos á la Tartamudez, á la Precipitación, á la Mudez y Musitación. Los cambios de la voz y palabra, son de mal presagio sí se presentan en afecciones crónicas de los órganos respirato- rios y del encéfalo: siendo de menos peligro cuando dependen de afecciones de la retro-boca y de las fosas nasales. Toda modificación de la voz en las Hiperdiacrisis, hará preveer algún trastorno en el sistema nervioso de bastante pe- ligro. La Aphonia que se presenta en las fiebres continuas remitentes es siempre seguida de la muerte: ella es una con- secuencia necesaria de la parálisis de los músculos de la La- ringe: cuando subsiste después de la Apoplejía es de temerse una prócsima congestión apoplética. El entorpecimiento de la lengua, tartamudez y pérdida absoluta de la palabra, son signos ciertos y precursores de la Apoplejía. La precipitación de las palabras en los Monoma- niacos, es signo precursor de la Demencia. En las fiebres Atá- xicas si se presentase la Mudez, está la muerte muy prócsima. La Musitación en las fiebres Atáxo-adinámicas y en el segundo periodo del vómito negro, es signo mortal. Es muy buena señal y de buen presagio en las enferme- dades, el conservar la voz clara y el timbre sonoro relativa- mente al estado de salud. Signos deducidos del hábito esterior. actitudes, volumen y color de la piel. LECCIÓN XXIX. Señores:---El volumen del cuerpo, color y actitud, son los resultados de la nutrición, acciones musculares, respira- ción y Hematósis. El olor, calor, transpiración y hemorragias, dependen de las cantidades ó cualidades de los líquidos, su modo de circular y estado en que se hallen los vasos exhalan- tes y absorventes. El hábito esterior del cuerpo estará en condiciones fisio- lógicas, cuando el color y calor de la cara y de toda la piel es igual relativamente al temperamento del individuo: cuando las acciones musculares se ejercen con libertad y comodidad, y cuando la gordura y enflaquecimiento es propia de la cons- titución individual. Los cambios que sobrevienen en las en- — 147 — fermedades, en cada una de estas condiciones, nos servirán para deducir consecuencias Semyóticas. En la mayor parte de las flegmácias y fiebres eruptivas, están atormentados los enfermos de un calor estremo, por lo que se ven obligados á tomar diversas posiciones, este es un signo equívoco que aislado nada predice: no así cuando está acompañado de otros que pueden valorizarlo, ya como bueno ó ya como malo. En las fiebres graves y en las afecciones agudas del tubo digestivo, es mal signo el decubitus dorsal: él supone un es- tado de Adinamia y Postración de fuerzas. El decubitus Abdo- minal, es signo precursor del delirio, mácsime si está acompa- ñado de dolores intestinales: siendo buena señal cuando pue- de levantarse y acostarse en todas posiciones. En las Pleuresías cuando terminan por derrames, no pue- de tomar el enfermo sino el decubitus lateral en donde existe: en las Neumonías de los dos pulmones el decubitus dorsal es de mal pronóstico. El que padeciendo de afecciones torácicas, se ve obligado para respirar á sentarse en la cama, está de pe- ligro. Volumen del cuerpo.—Las alteraciones que deberán ob- servarse en cuanto al volumen del cuerpo, se referirán á su aumento ó diminución. El aumento se hace notable por un esceso de gordura general llamada Obesidad: la serosidad der- ramada en el Abdomen hace aumentar sus paredes lo que constituye la hidropesía Ascitis: el aire contenido en las ma- llas del tegido celular, produce aumento de volumen de la parte Enfisema: si el aire ó gases distienden los intestinos ha- rá aumentar las paredes abdominales Meteorismo; el útero hace aumentar la cavidad abdominal en el embarazo, en las falsas producciones, en el Fisómetra é Hidrómetra. En la fiebre Angioténica y en las eruptivas cuando au- menta de volumen la piel, deberá temerse una Metástasis. Las inflamaciones de la garganta se hacen menos temi- bles si aumentan de volumen las partes laterales del cuello. El edema en las estremidades inferiores dice obstáculo á la circulación; cuando ocupa la cara, manos y escroto, es signo mortal, rectificándose mucho mas si el color de la piel es cia- n ótico. El enfisema lo constituye un aumento de volumen elás- tico é indolente y de color de la piel, el que produce un rui- do particular de crepitación cuando se le comprime en direc- ciones opuestas: siendo debido á la infiltración del aire en las —148 — mallas del tejido celular. Cuando el aire distiende los intesti- nos y las paredes abdominales, se dice Timpanitis: cuando en el Escroto Pneumatócele: si está limitado el aumento de volumen á la región umbilical se llama Pneumotónfalo. El Enfisema y sus variedades no tiene valor semyótico sino está acompañado de otros que lo rectifiquen. La diminución del volumen en la totalidad del cuerpo es conocida con los nombres de Estenuacion, Atrophiu y Marasmo: todos estos estados de diminución de volumen, deberemos referirlos al enflaquecimiento del individuo, él su- pone la desaparición del pinguedo en las mallas del tejido Adiposo,á consecuencia de afecciones crónicas de las visceras ó por falta de energía en las funciones que preside la inerva- ción ganglionar. Una estenuacion repentina en las enfermedades agudas, así como en las fiebres eruptivas es mala señal: en las cróni- cas es tanto mas temible cuanto mas pronto se presenta y progresos hace. En la convalecencia de las enfermedades, si el enfermo po aumenta de volumen á pesar de los alimentos que usa, es mala señal, pues debe sospecharse falta de nutrición. La estrema estenuacion en las tisis y en las grandes su- puraciones, es señal funesta, ella supone una hematósis im- perta y muerte prócsima. Color de la piel.—El color natural de la piel, varia se- gún los climas y temperamentos, poniéndose mas oscura á medida que avanzamos en edad, produciéndose un cambio repentino en las afecciones morales: se enrogece en la ira, y palidece en el terror. Entre los cambios que ofrece el colo- rido de la piel en las enfermedades, se observan la Piel Pá- lida, Terrosa, Aplomada, Azulosa, Roja y Amarilla. En las enfermedades un color pálido es de mal presagio, así como el encendido y rojo en la Escarlata y Sarampión de- nota que la enfermedad será de peligro. La piel palidece en el periodo de frió de las fiebres intermitentes: es pálida, ama- rillenta en el Cólico Saturnino: en la Clorosis y Anemia es blanea, pálida ó verdosa: en las hidropesías es de un blanco lustroso: en la Elefanciasis de los Griegos es blanca de Arci- lla y lustrosa. En las enfermedades Exantemáticas cuando desaparece el color encendido de la piel, afectando el pálido, es signo de Metástasis hacia las visceras. El color lívido ó aplomado en las fiebres agudas con postración de fuerzas, es señal mortal; — 149 — el rojo encendido de la cara y cuello en la Senectud dice es- tar predispuesto el individuo á la Apoplejía. Cuando en el primer periodo de las fiebres se presenta el color de la piel encendido y tumefacto, hace preveer algún Exantema. Llámanse Petequias unas manchitas rojas ámaneradepi- cadura de pulgas que aparecen en las fiebres graves desde el cuarto al séptimo dia, teniendo generalmente su asiento en el pecho,Dorso y Nalgas, apareciendo y desapareciendo en el curso de la enfermedad: la Púrpura difijre de las Patequias en que las manchitas son mayores y mas blancas, aparecien- do en los mismos dias, y continuando hasta la terminación de la enfermedad: tanto una como la otra son signos de gra- vedad, haciéndose funestos cuando afectan el color oscuro. El color lívido ó azuloso en las enfermedades, aunque no dependa de lesión orgánica del corazón, es señal de Asfixia y muerte pronta. El cambio de la piel de sus coloridos naturales al amari- llo verdoso ó negro, constituye la Ictericia, muchas veces se presenta solamente en las conjuntivas alas de la nariz y par- tes laterales del cuello: acompaña á las fiebres biliosas, á las junta hepatitis agudas y crónicas, á la absorción de los virus ponzoñosos, y en la fiebre llamada Amarilla ó intertropical, invadiendo también á los recien nacidos, siendo siempre sin- tomática ó crítica. La Ictericia que aparece en las fiebres, antes del séptimo dia es signo mortal, la que se presenta al octavo hasta el on- ceno es crítica y de feliz presagio. La Melena ó Ictericia negra y verdosa en cualquier en- fermedad en que se presente, es señal mortal: así como cuan- do las manchas escorbúticas ennegrecen. Un color Ictérico constante, es de mejor pronóstico que cuando cambia de color en diferentes dias: son de mal presa- gio las Ictericias cuanto mas coloridos aparenten. Temperatura del cuerpo.---El calor animal se separa de su estado natural por su aumento ó disminución, consti- tuyendo el frió y la demasiada calorificación, para que estas variaciones de temperatura puedan considerarse como mor- bosas, es necesario que estén acompañadas de lesión en algu- no de los aparatos y trastornos en sus funciones. El aumento del calor se observa en las enfermedades Esténicas ó inflama- torias: su diminución se presenta en las Astenias ó por debi- lidad de las propiedades vitales del aparato respiratorio y cir- — 150 — culatorio. La diminución y substracción del calor vital cons- tituye la seusacion del frió, en la que distinguiremos varias graduaciones en las enfermedades. En la simple sensación de frió llamada Algor, el enfermo esperimenta un frió intenso sin agitación del cuerpo. El Horror ú Horripilación es un frió acompañado de ligeros estremecimientos del cuerpo. El Rigor es la sensación de un frió violento con sacudimientos desiguales. El frió' y sus variedades precede generalmente á to- das las enfermedades febriles, siendo tanto mas intenso, cuan- to mas grave vaya á ser la enfermedad. La fiebre Angioténica ó inflamatoria, el frió,es ligero y de corta duración. La Gástri- ca 6 Biliosa simple es poco intenso: cuando va á tomar el ca- rácter grave es mas fuerte y duradera La Mucosa ó Catarral le precede escalosfrios pasageros si fuere de naturaleza sim- ple; si fuere grave será de mas duración. En las intermitentes les precede el frió según el tipo que puedan afectar; si fuere cuotidiana habrá el frió moderado; si terciana será fuerte y prolongado, disminuyendo el periodo del frió á proporción que se alejen los accesos. El frió que dura mucho tiempo y que se acompaña con pérdidas de fuerzas, hará temer que la fiebre de tipo intermi- tente y remitente se vuelva Atáxica ó tifoidea: si el enfria- miento que precede á la accesión de fiebre remitente durase de dos á tres horas, será señal que el enfermo sucumbirá en uno de ellos. El enfriamiento marmóreo de las estremidades con pulso deprimido en las fiebres Atlxo-adinámicas, es signo de muerte. En las fiebres Exantemáticas, es señal muy funesta, cuando se presentan fuertes escalosfrios bien en el periodo de la in- vasión, bien en el de la erupción. La Horripilación en la columna vertebral en los periodos de las enfermedades agudas, anuncia espasmo y convulsio- nes. El aumento de calor presenta variaciones del mismo mo- do que el frió en las enfermedades: es suave y alituoso en las fiebres de naturaleza simple, acre y quemante en las bilio- sas y bilioso-inflamatorias ó ardientes, en las adinámicas y Atáxicas y en las Ecticas continuas, haciéndose mas notable en las palmas de las manos y planta del pié. En la Pulmonía se presentan grandes escalosfrios en la invasión, desarrollándose después un gran calor que es rela- tivo á la fiebre que le acompaña: siendo muy terrible que el enfermo esperimente un calor quemante interior, sin que se perciba en la piel. — 151 — Es un signo siempre favorable que los enfermos no espe- rimenten ni aumento ni diminución de calor, pues esto dice que no hay ni exaltación ni diminución de las fuerzas vita- les: sin embargo existe una escepcion de esta regla en algu- nas fiebres de carácter Pernicioso. La Aridez, sequedad y calor mordicante de la piel, son señales que deben temerse, pues mientras existan hay grave- dad y peligro. En las enfermedades agudas, la frialdad del cuerpo reunida á un calor ardiente en lo interior con falta de fuerzas y concentración del pulso se debe esperar una muerte prócsima. Es de muy buen presagio en las enfermedades que el calor está repartido; cuando aparecen alternativas de frialdad y calor en algunas regiones del cuerpo, es signo muy poco fa- vorable. Olores y sudores.---En el estado de salud, el olor del cuerpo y el de la traspiración es agradable y algo amoniacal: en el morboso es ácido mas amoniacal y algunas veces fétido, con olores depravados que no podemos referirlos á ninguno de los conocidos. La fetidez del aliento es propia de ciertos infartos gástricos y de la caries dentaria. La fetidez de las de- posiciones reunidas á la de los sudores en las fiebres graves, es de mal pronóstico; así como cuando se desarrolla el olor uri- noso ó de ratón. En las diferentes enfermedades de la piel, se exhalan di- ferentes olores. En las Psoryasis afecta el olor al Moho. El de los Herpes Pruriginosos,es acre y empireumático. En la Ele- fanciasis ulcerada es fétido insoportable. En la Tina Fabosa, es parecido al olor de las orinas de los Gatos. Las otras varie- dades de Tina lo tienen á la de manteca rancia. En las afecciones torácicas se observan cambios en los olores de las exhalaciones y excreciones y en la de los espu- tos: son inodoros en el primer periodo, así como fétidas en el segundo y tercero: presentándose en los sudores y deposicio- nes con olores cadaverosos y corrompidos. Entre todos los olores morbosos, el que se observa con mas fetidez es el canceroso, y el de los Loquios en algunas mugeres: él dice el mal estado en que se encuentra el interior del útero y vagina. El olor cadaveroso de los enfermos reunido á otras seña- les nos darán á conocer la prócsima muerte. Los sudores frios generales acompañados de otros signos de gravedad anuncian una muerte prócsima; en las inflama- — 152 — cienes internas los sudores frios anuncian la gangrena del ór- gano inflamado. Se llaman sudores colicuativos á los que son continuos, abundantes, glutinosos y alguna vez fétidos, acompañados de falta de fuerzas: cuando se presentan en las enfermedades, son de mal presagio, particularmente en las tisis confirmadas. Hemorragias.—Las hemorragias pueden ser sintomáticas ó críticas: las sintomáticas aparecen desde el principio ó en al- gún periodo de la enfermedad, en ciertas eondiciones de la sangre ó por lesiones de los vasos que la contienen: las críti- cas se presentan en determinados periodos de las enfermeda- des, verificándose generalmente por la boca, nariz, útero y ano. Las hemorragias por la boca críticas, se anuncian por pesadez en el epigastrio, náuseas y por último vómitos de sangre ne- gra mezclada con mucosidades; la nasal crítica es frecuente- mente precedida de horripilaciones, pulsación de las arterias temporales, color encendido de la cara y conjuntivas y titila- ción de las fosas nasales, la uterina en las mugeres y flujo hemorroidal en los hombres, le precede pesadez y dolor en la región lumbar é hipogástrica; todos estos síntomas serán rec- tificados por el signo que suministrare el pulso, el que tendrá los caracteres que le asignamos al que hemos mencionado con el nombre de Dicroto ó Vi-pulsans. Las hemorragias muy abundantes verifican las crisis con mas perfección que no las moderadas; las hemorragias en que la sangre sale repetidas veces gota á gota provoca las falsas crisis, ho debiendo esperarse de ellas sino el alivio del enfer- mo, y no su terminación. El lugar por donde se veri- fican las hemorragias varia según las edades; en los jóve- nes tienen tendencia á producirse por Espistasis; desde la pubertad hasta la edad consistente por Hemotisis y Hemate- mesis en una edad mas avanzada por flujos hemorroidales en los hombres, y por Metrorrágias en las mugeres. Todas las he- morragias son ocasionadas por exhalaciones sanguíneas de las superficies libres de las membranas mucosas, en virtud de la congestión local ó Hiperemia de los vasos capilares del lugar donde se verifican. La salida de la sangre por las vias urinarias puede ser alguna que otra vez crítica, en las enfermedades ocacionadas por supresión de flujo menstrual ó hemorroidal. La orina en- sangrentada en las viruelas es las mas de las veces seguidas de mala terminación, así como las hemotipsis. Las hemorragias que se producen en el último periodo de — 153 — la tisis son peligrosas, por cuanto son efectos de la erosión de los vasos pulmonales, pudiendo morir el enfermo repentina- mente. Las hemorragias que aparecen por la boca y ano en el segundo periodo de la fiebre amarilla son peligrosas, hacién- dose signo mortal cuando están acompañadas del vómito de materiales negros como borras de café. Signos deducidos de la cara. El aspecto del semblante del enfermo, debe merecer la atención del médico, por contener no solamente los órganos de los sentidos, sino también por hallarse en ella músculos de espresion y desarrollo de vasos arteriales y venosos, suscepti- bles de esperimentar cambios y modificaciones que están en relación con el estado de salud y con el de enfermedad: pu- diendo decirse con bastante razón que la cara es el espejo del alma en donde se representan las diversas pasiones de que somos poseídos, así como los cambios de espresion que su- fren en los padecimientos, que revelan el dolor moral y el fí- sico, de donde deducimos signos para predecir las termina- ciones de las enfermedades. Los principales cambios que es- perimenta el semblante en las enfermedades, los reduciremos á la exaltación de los movimientos musculares, á su perver- sión y á su diminución. En Jas fiebres de naturaleza inflamatoria, la cara está animada, los ojos vivos y centellantes: en los delirios su es- presion adquiere un carácter amenazador: en el tétano la con- tracción de los músculos de la cara, le hace tomar un aspecto particular como de risa, en la Epilepsia los músculos de la cara están agitados convulsivamente, así como en la Hemi- plexia están contraidos en la parte contraria á la Parálisis: los ojos entreabiertos se presentan en el Cólera Asiático y en las fiebres graves: las parálisis ó caida de los párpados se obser- van en las congestiones cerebrales y en los individuos predis- puestos á las Apoplejías. La cara se pone abultada ó Vultuosa mas ó menos encendida en los estados Pletóricos, azulosa en las Asfixias y lesiones orgánicas del corazón derecho: Edema- tosa é hinchada en los obstáculos de la circulación: los ojos se hunden en las órbitas, en las diarreas, la frente se arruga, la nariz se prolonga, los pómulos sobresalen, la boca se abre al aproximarse la muerte (Cara Hipocrática.) El color pálido y abatimiento de las facciones dicen dimi- 20 — 154 — nucion de las fuerzas vitales, de mal pronóstico en las enfer- medades: el Estrabismo es signo muy malo en las fiebres, así como cuando los ojos están dirigidos hacia uno de sus ángulos: teniendo insensibilidad en las pupilas á la acción de la luz ar- tificial, cuando en las fiebres Atáxicas se estrechan las pupilas con dificultad de ver la luz, teniendo los párpados entreabier- tos es peligroso. La sensación de peso en las regiones temporales con pulsación fuerte de las alterias, anuncia hemorragia nasal ó delirio: siendo muy mala señal cuando al mismo tiempo pul- san las carótidas con violencia: los labios lívidos, fríos y reanversados dicen una prócsima muerte: cuando el pelo se cae en la tisis, es mala señal, así corno cuando las orejas se hacen prominentes. Las Parótidas sintomáticas son de mal presagio en las fiebres: no así cuando son críticas y de fácil resolución. Percusión y auscultación.—Estos dos modos del Diag- nóstico podremos reducirlos á signos Pronósticos, de la misma manera que los demás para predecir la terminación de la en- fermedad. Un pecho ancho y bien conformado, está menos predispuesto á las afecciones torácicas crónicas, que no el de condiciones opuestas: una mala conformación de pecho hace mas graves las enfermedades de esta cavidad. La falta de Sonoridad del pecho á la Percusión dice que los órganos pulmonales son impermeables al aire, su mucha, advierte cavidades en el parenquima: la sonoridad hasta cier- ta altura del toráx, dice la existencia de algún derrame en la cavidad. En el estado fisiológico la sonoridad del lado izquier- do del pecho, es mas oscura que la del derecho en razón á es- tar ocupada por el corazón, lo que deberá tenerse presente en los momentos de proceder á emplear estos dos medios del Diag- nóstico. Estremidades superiores e inferiores.---En las enfer- medades es de buen presagio que las manos y los pies con- serven su calor, color y volumen que le es natural: siendo de temer cuando se ponen frios, hinchados y moreteados. En las afecciones torácicas crónicas y lesiones orgánicas del corazón, el color lívido de las estremidades y su edema es el resultado de la dificultad que esperimenta la circulación de la sangre venosa: cuando á este color se acompaña la frialdad, indica una muerte prócsima: cuando el frió y lividez de las estremidades dura mucho tiempo después del frió febril, se podrá sospechar una fiebre de mal carácter. — 155 — El temblor de las estremidades en las fiebres, anuncian convulsiones. Es mala señal cuando después de dolores abdominales, se pongan frias las estremidades. Los movimientos involun- tarios de los dedos dicen gran peligro, y presagian el delirio. Aforismos de Hipócrates relativos a los signos de las enfermedades. LECCIÓN XXX. Señores:---En las enfermedades cuando el sueño que- branta las fuerzas, es signo mortal: si lo fortalece es bueno. Cuando el sueño calma el delirio, es buena señal, si el sueño ó desvelo son escesivos, es de mal agüero. Cualquier especie de cansancio, si fuere espontáneo, anun- cia enfermedad.—No son seguros en las enfermedades agu- das los Pronósticos de muerte ó de salud.—Las enfermedades agudas terminan á los catorce dias.—Mejor es que á la con- vulsión se siga calentura, que el que á la calentura se siga convulsión.—Los que sin causa conocida padecen de desma- yos frecuentes, mueren repentinamente.—Curar la Apoplejía violenta es imposible, la ligera dificultoso. Las deposiciones negras con calentura ó sin ella, son ma- las y mucho mas si son de varios colores.—En toda enferme- dad en que se vomite ó se deponga atrabilis, es mortal.—Eva- cuar sangre por la boca siempre es malo, por el ano es bue- no.—Si en la disentería se arrojasen por las cámaras carún- culas, es mortal.—Si al que tuviere calentura le sobreviene de pronto sofocación sin tumor alguno en las fauces, es señal mortal.—En las fiebres continuas, el ardor interno y la sed estando el cuerpo frió, es señal funesta.—El torcerse un la- bio, los ojos, el no ver ni oir el enfermo en la fiebre conti- nua: cualquiera de estas cosas es indicio de muerte cercana. Cuando en la fiebre continua hay respiración anhelosa y delirio, la enfermedad es mortal.—Los accesos en las fiebres que no se resuelven en las primeras crisis, indican que la en- fermedad será de larga duración.—Cuando á un calenturiento se le llenan los dientes de sarro, la fiebre cobra mayor fuer- za.—Cuando al febricitante le entra sudor sin que remita la calentura, es malo, é indica que el mal progresará.—Si al que padece de tétanos le entrase calentura, es bueno.—La tercia- na esquisita se juzga lo mas tarde á las siete accesiones.—Si á la calentura acompaña sordera y el enfermo echa sangre por — 156 — la nariz ó le entra diarrea, se pondrá bueno.—La fiebre que cesa en dias pares, puede repetir.—Si al enfermo de fiebre le acomete Ictericia antes del séptimo dia, es malo—El que en la fiebre sobrevenga Ictericia el séptimo dia, el nueve, once y catorce, es buena señal, con tal que el hipocondrio derecho no esté endurecido.—En las fiebres agudas padecer convul- siones y dolores vivos en las entrañas, así como espantos du- rante el sueño, es malo.—Los que durante las fiebres tienen la orina revuelta, padecerán dolores de cabeza.—En las enfer- medades que se juzgan á los siete dias, aparece al cuarto en la orina una nubécula roja y los demás signos racionales.—La orina blanca y trasparente es mala, esta se observa con espe- cialidad en los Frenéticos.—Cuando hay ruido de vientre y dolor en los Ríñones, se seguirá diarrea, á menos que el en- fermo se desahogue por medio de ventosedades ó de orinas co- piosas. Esto sucede en las fiebres.—Si alguno orinase sangre ó pus, tiene ulceración en los Riñones ó vejiga, si saliere san- gre espontáneamente, es señal de rotura de alguna vena de los Riñones.—Los sedimentos arenosos anuncian cálculo en la vejiga, si se orinare sangre y materia con mal olor, de- nota ulceración en la vejiga. La convulsión que sobreviene á una herida, es mortal.— Si al que ha perdido mucha sangre ó evacuación excesiva le sobreviniere hipo ó convulsión, es mala señal.—Los que pa- decen de tétanos si no muriesen al cuarto dia pueden sanar. —ha Epilepsia que se desenvuelve antes de la Pubertad pue- de curarse, la que acomete después de los veinte años, dura toda la vida.—Cuando en la Pleuresia no se evacúan los ma- teriales por la espectoracion en catorce dias, se convierte en Empiema.—Cuando la angina se pasa al Pulmón, acaba con el enfermo en siete dias, si sale de ellos se convierte en pus. —Cuando á los que padecen de consunción se les cae el pelo, Jes entra diarreas, esputan pus que echado en la candela hue- le mal, es mortal la dolencia.—Las diarreas en los tísicos es mortal.—Cuando la Pleuresia degenera en Empiema, si á los cuatro dias de reventado el acceso ha evacuado el enfermo, el material por la espectoracion se salva, si no se vuelve tísico. En la Lienteria crónica si aparecieren eructos, es buena señal.—En la Disenteria crónica, el hastio á los alimentos es mal síntoma, siendo peor si hay fiebre.—Si á los Melancóli- cos y á los que padecen afecciones Nefríticas le salieren al- morranas, es bueno.—Los que padecen de diarreas crónicas les acomete vómitos espontáneos, se acaba la diarrea.—Cuan- — 157 — do en la Pleuresia y Peripneumonia sobreviene diarreas es mala señal.—Cuando en la fiebre Ardiente sobrevienen tem- blores, los calma el delirio.—Si el que padece de Anginas le sale algún tumor en el cuello, es buen síntoma, pues el mal se inclina del interior al esterior,—A los que tienen algún cán- cer oculto, no se les debe dar medicamentos, porque puestos en cura mueren mas pronto. El modo que tienen de que vi- va mas tiempo, es dejarlos.—El que á los Ictéricos se le endu- rece el hígado, es mal indicio.—Cuando los que adolecen del bazo padecen de Disenteria crónica les sobreviniere hidropesía ó flujo lientérico, se mueren.—El delirio festivo anuncia ma- yor seguridad, el grave mayor peligro.—En las enfermedades agudas febriles, la respiración lamentable es mala. En las enfermedades Melancólicas, la aglomeración de humores es peligrosa, por cuanto acarrea apoplejía, convul- siones ó ceguera.—En las enfermedades agudas, el frió de las estremidades es malo.—Después del vómito, el hipo y encen- dimiento de los ojos, es malo.—Después del sudor entrar frió, no es bueno.—Si al flujo de sangre se sigue delirio y convul- siones, es malo.-Si en la afección Iliaca sobrevienen vómitos, hipo y convulsión, es malo.—Si la Pleuresia degenera en Pul- monía, es malo.—Si al esputo de Sangre se sigue el de pus, diarrea y consunción, muere el enfermo.—Si á la inflamación del hígado sucede el hipo, es malo.—Si al desvelo se sigue convulsión y delirio, malo.—Si en la Leucoflegmácia sobre- viene copiosa diarrea, se acaba el mal.—Cuando en la orina de un felvicitante quedan asientos, Ja enfermedad será lar- ga.—El sedimento bilioso que deja la orina, indica enferme- dad aguda.—Cuando sobrenada en la orina material craso, anuncia afección de los Riñones.—Cuando al hidrópico le en- tra tos, no tiene remedio.—Las lágrimas voluntarias durante una enfermedad, es de buen presagio, no así las que son in- voluntarias.—El ponerse frió y convulso el testículo derecho, es síntoma mortal.—Las uñas negras y los dedos contraidos y frios, indican muerte prócsima.—Los labios crádenos, frios y paralizados, así como las orejas frías y trasparentes,son sig- nos de muerte.-El que padeciendo vértigo tenebroso tiene hor- ror á la luz y tendencia al sueño, no tiene remedio. Enfermedades Generales. LECCIÓN XXXI. Señores:—Bajo la influencia de las diferentes impresio- — 158 — nes de los agentes morbosos, se desarrollan enfermedades Di- námicas y Orgánicas de caracteres variados y de naturalezas diferentes que difieren entre sí, ya bajo el aspecto del lugar que ocupan, ó ya por los síntomas que presentan; de donde se ha podido partir para su clasificación y descripción. Las unas obrando sobre el centro circulatorio, desenvuelven ma- yor cantidad de calórico, dando lugar á las Fiebres ó Piréc- sias; las otras ofrecen color aumentado de la parte, congestión de sangre en los tejidos afectos y mayor sensibilidad: estas son las Flegmácias ó Infamaciones. Otras congestionando las superficies libres de las membranas mucosas, dan lugar á di- ferentes fenómenos, ya Escretorios ó ya Hemorrágicos. Otras bajo la influencia de causas mecánico-orgánicas, detienen el curso de la sangre, exhalándose la serosidad, infiltrándose bien en el tejido celular, bien en las cavidades Hidropesías. En otras la composición de la sangre cambia sus principios elementa- les, añadiéndose otros nuevos Enfermedades específicas. Otras falta la proporción de sus elementos Clorosis Anemia. Otras aumenta la cantidad Plétora. Otras aumentan las excreciones de las membranas mucosas Flujos. Otras desenvuelven gases en las cavidades Pneumatoses. Otras presentan alteraciones mas ó menos profundas y permanentes en los tegidos, ya va- riando su estructura orgánica, Scirrosis, Cánceres, Tubérculos; ya aumentando el volumen Hipertrofia, ya disminuyéndolo Atrophia. Otras son debidas á la producción de cuerpos sóli- dos incrustados Lithiasis. A la formación de diferentes ver- mes Entozoarios. A las perturbaciones Dinámicas Neuróses. Esta manera de ver las enfermedades generales nos abrirá un inmenso campo para poderlas apreciar después cuando que- ramos aplicarla al estudio de la Patología interna, cuya base está fundada en los principios establecidos de la Patología ge- neral de nuestro esclusivo objeto. Fiebre. Constituye la fiebre el aumento del calor, la frecuencia de las pulsaciones arteriales con perversión de las funciones, pudiendo ser sintomática de alguna inflamación ó esencial de- pendiente de modificaciones, bien del aparato ganglionar, bien de los líquidos orgánicos. La fiebre ha sido siempre objeto de discusiones controvertidas,definiéndose según las teorías adop- tadas en cada uno de los sistemas médicos. Hipócrates la hizo consistir en el aumento del calor, llamándole Pir Pirethos, — 159 — de aquí se tomo la palabra Pirexia para demostrar el estado de calor que acompaña á toda accesión febril, y el de Apiréc- sia cuando desaparecía este fenómeno morboso. Galeno la de- finió diciendo: "La fiebre es un aumento del calor natural que tomando origen en el corazón se propaga á lo demás del cuerpo produciéndose una turbación en todas las funciones, acompañado de fuertes y frecuentes pulsaciones. Los Humo- ristas la hicieron depender de la efervescencia y fermentación de Ja sangre producida por la reacción de los ácidos y álcalis, y por la alteración de la sangre en cuanto á su cantidad y cualidad. Los vitalistas considerando la fiebre como una ope- ración de la naturaleza para la espulsion de alguna cosa que le era dañosa, dijeron. "La fiebre es un movimiento saluda- ble de la sangre, impreso por la naturaleza para desembara- zar este líquido de las materias morbíficas que alteran su pri- mitiva pureza." Los Mecánicos la atribuyeron al espasmo de los capilares producidos por una causa que irrita el corazón .¿ y las arterias. Los organicistas la definieron diciendo que era dependiente de una irritación primitiva ó simpática del co- razón, el que aumentando sus contracciones daba lugar al au- mento del calor animal: negando la ecsistencia de las fiebres llamadas esenciales. Las fiebres se caracterizan por un conjunto de síntomas que no siendo siempre los mismos, corresponden á las enfer- medades en que se presentan, guardando un orden regular en las que son sintomáticas, y en aquellas que se desenvuelven sin causa orgánica manifiesta, durando mas ó menos tiempo se- gún las causas que han obrado para su producción, y según la edad y constitución física de los individuos: siendo unas veces su acción pasagera como las llamadas Efémeras, otras continúan y las mas aparecen para desaparecer en dias deter- minados: siendo sus causas tan variadas como los síntomas que presentan en los periodos que pueden recorrer, los que re- feriremos al del frió, calor y frecuencia del pulso. El primer pe- riodo, se manifiesta por horripilaciones, palidez de la piel, pe- quenez de pulso y alguna vez falta de fuerzas: siguiéndose á este estado de concentración vital el del calor, en el que el pulso se eleva, la piel se enrojece: concluyendo por el tercero, en el que disminuyen y desaparecen los síntomas febriles. En el periodo de concentración de las fuerzas vitales, se pronun- cia un espasmo en los tegidos de la piel que afectando una forma particular de arrugamiento ha sido comparada á la piel de Gallina: en este momento los líquidos del sistema capilar — 160 — de toda la estencion de la periferia, se dirijen hacia las vis- ceras, presentándose el fenómeno del frió y sus diversas gra- daciones: que cuando es violento desenvuelve convulsiones Clónicas: siendo mas ó menos durable según la clase de fie- bre á que pertenece, el que faltando algunas veces, es reem- plazado en este periodo por una palidez general. En el segun- do periodo ó de espansion, es mas ó menos duradero, y de poco tiempo en las fiebres Intermitentes, persistiendo por mu- chos dias en las Continuas, terminando por sudores ó por otros medios que corresponden á la que hemos llamado Crisis. Los accesos febriles dicen un estado morboso Efímero 6 permanente, cuyos fenómenos son producidos bien por la, exaltaciones nerviosas, bien por las alteraciones de la sangres 6 bien por trastornos materiales desenvueltos en la estructura de los órganos, siendo su curso y duración variables, según las causas que hayan obrado para su producción. El frió in- tenso y repentino cuando es seguido de fiebre, determina ge- neralmente alguna enfermedad interna por las congestiones que provoca en los órganos perinquimatosos:así como las de- mas variedades seguidas de calor y sudor prueban la natura- leza de las fiebres Palúdeas, siendo necesario el observar en ella su curso y fenómenos que le acompañan para establecer su continuidad, intermitencias y remitencias de donde se de- berá partir para su tratamiento terapéutico. La fiebre Intermitente la caracteriza los tres periodos de frió, calor y sudor, sin embargo falta algunas veces el del frió, pero nunca los otros apareciendo por accesos ó intervalos di- vididos entre sí. La Efémera siempre es continua y simple, cuando resulta de causas morbosas sin importancia alguna, presentándose permanente ó continua cuando es ocacionada por un efecto simpático, ó por alguna modificación de la san- gre, como en la Pneumonía, Hepatitis, Piogénia, Tubérculos supurados y Reabsorciones purulentas. En estas fiebres sinto- máticas, no se puede determinar su duración de una manera general, pues están subordinadas á las causas que las han pro- vocado al estado anormal de la sangre, y á la naturaleza y es- tension de la lesión orgánica local. Las fiebres eruptivas consideradas generalmente, son oca- cionadas, ya por un virus inoculable ó ya por cuerpos mias- máticos, cuya permanencia en la economía por mas ó menos tiempo produce un estado febril que termina tan luego como se presenta la erupción ó exantema que pueden afectar diver- sos caracteres físicos conocidos con los nombres de Varioloso, — 161 — Pustuloso, Vexicular, Sarampiótico y Escarlático, en cuyas afecciones se observan periodos regulares, mientras su curso y duración, como son los de Incubación,Invasión, Erupción y Decamacion, que suelen ir acompañados de complica- ciones viscerales que están en relación con la naturaleza de la impresión morbosa específica. Las fiebres tienen algo de específico en cuanto á las cau- sas que las producen, las que no podemos apreciar sino por sus efectos. Estas Pirexias tienen frecuentemente el aspecto Epidémico, propagándose unas veces por Infección y otras por Contagio, siendo bastante raro que se presenten como enfermedad Esporádicas: las alteraciones materiales que ellas provocan, no tienen relación alguna con los síntomas que desenvuelven: tales son las congestiones viscerales gangre- nas y hemorragias que se observan en su terminación. Las Pirexias continuas, así como las Pestilenciales reconocen por causa, la alteración de los líquidos mas ó menos pronunciadas por la modificación orgánica, entre Jas que podremos colocar la Efémera, la Gástrica, las diferentes formas de la fiebre Atácsica, Adinámica ó Tiphoidea, y la Arnarilla. Inflamación. LECCIÓN XXXII. Señores:—La inflamación es un estado particular mor- boso caracterizado por la rubicundez, tumor ó aumento de volumen, calor aumentado, y dolor en la parte en donde se localiza: ella puede desenvolver un estado febril, así como ec- sistir sin este requisito, lo que es relativo á la intensidad de la inflamación: la que puede terminar por Resolución, Supu- ración, Induración, Delitescencia, Metástasis y Gangrena. To- dos los órganos y tejidos, no ofrecen una igualdad en los fe- nómenos de las inflamaciones, dependiendo esto de su mayor ó menor vascularidad y susceptibilidad nerviosa: el aumento de las propiedades vitales que la constituye, localizándose en diferentes superficies es capaz de producir congestiones que dan lugar á enfermedades hemorrágicas secretorias tejidos de nueva formación, productos morbosos, derrames purulentos de linfa plástica, la muerte por gangrena, y adherencias de tejidos hetereogéneos de nueva formación. Las causas de la inflamación, son tan variadas como los efectos que produce: ellas pueden ser predisponentes como re- 21 , — 162 — sultado de la constitución Sanguínea, así como ocasionales producidas por la acción de agentes físicos sobre la parte ó por miasmáticos y virulentos sobre toda la economía del hom- bre: llamándose Spo?itáneas, las inflamaciones cuando se de- sarrollan sin causa apreciable y sin conciencia de la impre- sión morbífica: no así cuando podemos apreciarla por los di- ferentes modos que tienen de afectarnos. La impresión fria y seca, determina inflamaciones viscerales: el frió húmedo, flegmácias de las membranas mucosas y Secreciones catarra- les. Los alimentos de mala condición, desenvuelven irritacio- nes é inflamaciones del tubo digestivo: algunos pescados y moluscos provocan Exantemas. Los ejercicios mal combina- dos de las fuerzas producen la inflamación de los músculos: los del canto y gritos inflaman la Laringe. El calórico au- menta la acción vital congestionando las partes sometidas á su acción, el frió intenso y constante sobre la piel, determina del mismo modo que el calor la inflamación reorgánica segui- da de la mortificación de la parte: el frió pasagero y alterna- do da lugar como llevamos dicho, á inflamaciones de las membranas mucosas, serosas, sinoviales y afecciones artríticas y Reumatismales. Los venenos ponzoñosos y los virus de di- ferentes naturalezas, determinan inflamaciones específicas, te- niendo alguno de ellos una acción electiva sobre ciertos apa- ratos orgánicos, El pus reabsorvido á la masa de los líquidos, provoca flegmácias mas ó menos graves que tienden á la gangrena y destrucción del organismo. Los primeros fenómenos que se observan en las partes afectas de inflamación, son aumento del volumen y del calor por la acumulación de la Sangre, obliteración de los capila- res y ecsageracion de la sensibilidad, consecuencia precisa de la distensión de los tejidos y compresión de las ramificacio- nes nerviosas, así como la trasudación vascular del suero ó vehículo de la sangre en las mallas del tegido celular, que da lugar á la modificación llamada Linfa Plástica la que deter- mina y produce tegidos de nueva formación, así como el re- blandecimiento de algunos, cuando peisiste la inflamación ápesar de los medios terapéuticos empleados para su resolu- ción. Cualquiera que sea el sitio en donde se localize la infla- mación, los fenómenos son siempre los mismos, los que ofre- cen algunas diferencias dependientes de la estructura orgá- nica de las partes. El dolor considerado como uno de estos fe- nómenos varia desde la mas ligera exaltación nerviosa hasta — 163 — los mas grandes sufrimientos: siendo siempre relativos al gra- do de sensibilidad orgánica de los tegidos en donde se sitúan. En las inflamaciones de las membranas serosas, el dolor es muy agudo al paso que es obtuso y gravativo en las mucosas. En las partes en donde está poco desenvuelta la sensibilidad orgánica animal, como son los tendones y ligamentos, en sus inflamaciones se exalta la sensibilidad hasta el estremo de pronunciarse los dolores mas atroces. El calor se desarrolla constantemente en las partes afectadas de inflamación, siendo su temperatura mas ó menos elevada según su intensidad y gradación: pudiéndose apreciar con la aplicación de la mano: unas veces es halituoso, otras seco, acre y mordicante. Este fenómeno se puede considerar como esencial y caracte- rístico de todas las inflamaciones, tanto internas como ester- nas. La rubicundez es otro de los que acompañan á estos es- tados morbosos, siendo tanto mas visible cuanto mas vascular sea la parte inflamada: él difiere en cada órgano: el color en- cendido de la Erisipela, no es el del Fegmon: el de la Escar- lata no es el de la Estomatitis: disminuyendo en todos los ca- sos á la presión de la parte, por desaparecer por este medio la inyección vascular que lo sostenía: siendo este uno de los sín- tomas que persisten después de terminada la inflamación por alguno de los medios conocidos. El fenómeno de la tumefac- ción es mas aparente en las partes esteriores: ella es debida á la exudación Sero-fibrinosa estravasada en la circunferencia del lugar inflamado, la que mas adelante deberá suministrar nuevos productos morbosos (Pus), á esta modificación de la parte, acompañan pulsaciones isócronas que las mas de las ve- ces son dolorosas lo que podríamos llamar fiebre local,cuando la simpatía hacia el centro circulatorio no ha sido capaz de desarrollar el estado febril sintomático. Las Secreciones sufren trastornos considerables en las partes influenciadas por la inflamación; en las membranas mucosas, se suspenden unas veces en su principio, mientras que otras se aumentan hasta establecer flujos mucosos y pu- riformes que pueden dar lugar al desarrollo de falsas mem- branas por la coagulación de la linfa Plástica, ó á nuevos acci- dentes morbosos que se podrán referir á la ulceración y des- trucción de los tegidos inflamados. Considerada la inflamación bajo el aspecto de las simpa- tías reflexas, puede dar lugar á desórdenes generales de la eco- nomía, desarrollando estados mórbidos particulares que dicen relación con la lesión local que los provoca, y con el tempe- _ 164 — ramento, idiosincracia y época de la vida de los individuos, como también por la modificación que esperimenta la sangre bajo la influencia de la inflamación local, la que determina el exceso de fibrina que se advierte en las emisiones de san- gre, apreciable por medio de la costra inflamatoria en la su- perficie del coagulo fibrinoso, por donde podremos graduar la cantidad de plasticidad que adquiérela sangre por la intensi- dad de la inflamación. Las terminaciones de los estados flo- gísticos son tan variadas cuanto son los tegidos que puede invadir, en donde se puede producir desórdenes materiales, desde la hiperemia ó congestión local, hasta el reblandeci- miento y endurecimiento de la parte sujeta á la influencia de la inflamación: ellas se verifican por procedimientos diferen- tes, según la constitución individual y naturaleza de la fleg- mácia. Estos procederes de la naturaleza para desembarazarse y equilibrar las fuerzas vitales, localizadas y aumentadas en un lugar de la economía del hombre, son La Delitescencia 6 desaparición repentina de los fenómenos que constituían la inflamación, la que algunas veces aparece en otra parte, ve- rificándose lo que hemos llamado Metástasis ó cambio de lu- gar de los fenómenos morbosos locales. La Resolución se pro- duce gradualmente, desapareciendo los síntomas primitivos y consecutivos, cuyo trabajo lo verifica la naturaleza por la absor- ción de los líquidos derramados, volviendo la parte á entrar bajo el dominio del estado normal compatible con la Salud. La supuración es las mas veces la terminación de la inflama- ción: siendo mas frecuente que suceda en las partes en donde exsistan tegidos muy vasculares como la piel,membranas mu- cosas, serosas y parenquimas, que en las que falta esta dispo- sición orgánica, como en los músculos, huesos y ligamentos, dependiendo en gran parte de la mayar ó menor agudeza del trabajo patológico que desenvuelve el Pus, el que puede ser blanco, opaco, amarillo cremoso y consistente, sin ningún olor, hasta que se pone en contacto con el aire, por lo que ad- quiere un olor particular putrefacto. La induración puede caracterizarse por la dureza que presentan los tegidos después de pasados los fenómenos con- comitantes de la inflamación", la que es debida á la exudación de la linfa Plástica, que no ha podido ser absorvida, en me- dio de la cual ecsisten formados tegidos fibro-plásticos á quien debe la induración sus caracteres físicos. Otra de las termina- ciones frecuentes de la inflamación, es pasar al estado de cro- nicismo. Las flegmácias crónicas son muy comunes sobre las — 165 — membranas mucosas y serosas, sobre la piel, órganos pareñ- quimatosos y sistema glandular, ellas siempre tienen tenden- cia á la larga á producir degeneraciones de tegidos y á la ul- celacion de las partes en donde se localizan. El estado de cro- nicidad, no se caracteriza, no solamente por la prolongación de los fenómenos flogísticos, sino que también se da á cono- cer por la diminución de los síntomas generales que acompa- ñan á las inflamaciones agudas: así como á la desaparición de las perturbaciones Dinámicas que rectifica este modo de ter- minación de las inflamaciones. Estas inflamaciones son sus- ceptibles de mas ó menos duración, según la constitución in- dividual é Idiosincrasia especial, en el estado de simplicidad pueden permanecer por algún tiempo sin influir sobre el con- junto de la economía del hombre, no así cuando se liga á las Diátesis morbosas, pues entonces se prolongan á un tiempo in- definido, produciendo un estado Anémico que concluye con la ecsistencia del hombre. Por el modo de presentarse ías in- flamaciones, podiemos clasificarlas para el complemento de su Diagnóstico diferencial: ellas serán Erythematósas cuando tengan los caracteres de rubicundez, hinchazón sin dolor apre- ciable y sin fenómenos generales. Papulosas ó Granulosas parecidas á la rugosidades de la piel curtida: pudiendo afectar las formas de Vegiguillas, Ampollas y Flictenas, cuando el Epidermis se eleva por acumulo de serosidad. Pustulosa,cuan- do estas mismas contienen Pus: y tuberculosa cuando tiene los caracteres de pequeños tumores endurecidos que poco ó nada tienden á la supuración, resolución ó gangrena: pudien- do variar en sus actos vitales y terminaciones según las cau- sas que la hayan provocado: una causa traumática da lugar á fenómenos locales inflamatorios que difieren de los que se presentan en la espontánea producida por una causa interna. Las causas especiales determinan variedades en cuanto á los caracteres físicos de las inflamaciones que ellas provocan. Las Reumatis?nales, desenvuelven dolor, rubicundez á mane- ra de Exantema, hinchazón y calor, pero jamás estas inflama- ciones terminan por supuración,aumentando tan solo la fibri- na de la sangre, la que unas veces es causa,y otras efectos de su manifestación, teniendo un carácter de movilidad que no se observa en las otras; desapareciendo con rapidez sin dejar señales de su ecsistencia. Las inflamaciones Escrofulosas tie* nen por carácter particular, poco calor y dolor con mas ten- dencia á la induración que á la supuración, pero cuando esto se verifica es con mucha lentitud y las ulceraciones que se pro- — 166 — ducen duran un tiempo indefinido, siendo su principal tipo la cronicidad. Las Sifilíticas, aparentan un color encendido, oscuro, supurándose después de algún tiempo, dando lugar á ulceraciones induradas, circunscritas y corrosivas muy difí- ciles de cicatrizar. Las Diftéricas, ocupan con mas preferencia las membranas mucosas, en cuyas inflamaciones se despren- de el Epithelium, así como en la piel la Epidermis: dando lu- gar á la producción de exudaciones fibrinosas: las Difteritis ja- más supuran ni gangrenan, ni pasan al estado de cronicidad: pero tienen una gran tendencia á la formación de falsas mem- branas en los lugares donde se establece como en las Larin- gitis Diftéricas, Croup fyc. Las inflamaciones Catarrales, atacan las membranas mu- cosas y tegido celular subyacente: ellas provocan escreciones mucosas mas ó menos abundantes, siendo susceptibles de ul- ceraciones y de flujos muco-serosos: teniendo su asiento en las membranas Gastro-Pulmonal y Genito-Urinaria. Las Car- buncosas, tienen un carácter particular que las hace diferir de las demás inflamaciones: ellas tienden siempre á producir la gangrena y á destruir las partes blandas en donde se loca- lizan, como se observa en los individuos afectados del Car- bunco y Pústula maligna. Lo mismo podríamos decir respec- to á las inflamaciones específicas que acompañan á las fiebres exentemáticas puesto que cada uno tiene caracteres flogísticos particulares por la que se distinguen unas de otras. Gangrenas. Entenderemos por gangrena la muerte parcial de algún órgano ó tegido, ó mejor dicho la extinción de las propiedades vitales de alguna parte del organismo del hombre. La gangre- na tiene diferentes denominaciones según las partes, y como se presenta, llamaremos Esphacelo al último grado de la gan- grena en el que las partes afectas se desprenden putrefactas: Necrosis cuando invade algún hueso ó Cartílago: Scirro cuan- do las partes blandas endurecidas é insensibles se someten bajo la inflamación de las leyes físico-químicas, por las que esperimentan cambios en su estructura en cuanto á su color, calor y consistencia: ella puede atacar todos los órganos y te- gidos, por lo que nos debe merecer un estudio particular para poder apreciar bien los fenómenos que pueden darla á cono- cer. La gangrena pueden producirla diferentes causas ya lo- — 167 — cales, ya generales. Entre las locales, enumeraremos las infla- maciones que provocan estrangulación en los tegidos, los agentes químicos, mecánicos y deletéreos que privan á las partes organizadas de los elementos indispensables para su nutrición molecular: tales como la acción del fuego, y la del frió enérgico cuando produce la congelación: las contusiones capaces de reducir los tegidos ó papillas: la compresión de los vasos é interrupción accidental de la circulación. La absorción é inoculación de materias sépticas en la economía. Entre las generales tendremos la alteración de la sangre, por causas desconocidas por Miasmas infecciosos, por agentes Tóxicos, por alguna Diátesis especial adquirida, por una mala ali- mentación ó por el abuso de algunos agentes terapéuticos. En otras ocaciones la causa de la gangrena se escapa á nuestras indagaciones, pudiéndose atribuir entonces á la Diátesis gan- grenosa de lo que nos presenta un ejemplo, la Gangrena Se- nil. Las gangrenas pueden presentar algunas variedades en cuanto á la forma y lugar que ocupan: unas pueden atacar á las moléculas orgánicas, las que destruye formando ulceracio- nes superficiales de estensiones variables: por lo que se ha lla- mado Gangrena Molecular: cuando invade los huesos Caries y Necrosis, pudiendo ser Seca ó Húmeda según toma estos caracteres físicos distintivos. Entre estas variedades de la gan- grena, ecsisten algunas que merecen toda la atención del Pa- tólogo por la forma particular que afecta: como son la Pode- dumbre de Hospital, las Seniles propias de la Senectud, y la del Pulmón. La Podedumbre de los Hospitales se da á co- nocer por vegiguillas sanguíneas que dejan tras sí ulceracio- nes negras ó lívidas, en cuyas superficies se desenvuelven bo- tones carnosos fungosos de mal carácter, que pasan rápida- mente á la mortificación. La gangrena Senil de las estremi- dades, se hace notable por los dolores agudos y profundos que preceden á su aparición, los que cesan tan luego como se pre- senta la mancha negra ó cárdena en cuya circunsferencia se advierte una areola erisipelatosa y rubicunda que dice sepa- rar los tegidos afectos de los que aun gozan de vitalidad. La gangrena del cerebro ó reblandecimiento muy frecuente en la Senectud, desenvuelve un cierto orden de síntomas que se re- fieren á perturbaciones de la sensibilidad y movilidad, y á la Parálisis de medio lado del cuerpo (Hemipléxia), y á otros trastornos cerebrales que advierten el estado de desorganiza- ción en que se encuentra el órgano mas importante de la orga- — 168 — nizacion del hombre. La anatomía Patológica patentiza en es- tos casos reblandecimientos grises de la sustancia cerebral, sin ningún olor apreciable. La gangrena del Pulmón se da á conocer por el olor fétido que se advierte en el aire espirado, y en los materiales espectorados que son negros y de un olor fétido particular, cuyos caracteres conserva en todos los casos en que puede presentarse. Pudiéndose afirmar que los sínto- mas y carecieres propios de la gangrena, pueden variar según los tegidos y órganos que invade, pues cada uno los presenta de diferentes modos, aunque siempre con los caracteres físicos que les son tan genéricos: ella presenta periodos regulares cu- yo curso y duración es relativo ala edad, constitución, estado atmosférico y causas que la hayan determinado. Hemorragias. LECCIÓN XXXIII. Señores.—Llamaremos hemorragia, á la salida de la san- gre fuera de los vasos que la contienen. Las hemorragias pue- den ser producidas por causas internas y esternas: las internas llamadas Spontáneas, son consecuencias unas veces de la Plé- tora, otras de la absorción de agentes Sépticos Miasmas y Eflu- vios: otras por falta de tonicidad en la estructura de las pare- des vasculares.' Las Traumáticas ó esternas son Jas ocasio- nadas por agentes físicos, capaces de dividir los tegidos. Las hemorragias pueden ser Esenciales, constituyendo lo que se ha llamado hemorragias activas: siendo las pasivas las Sépti- cas ú Orgánicas: por lo que podremos distinguirlas. En Esen- ciales Plethóricas, Sépticas, Orgánicas y Traumáticas. Las esenciales se pronuncian ya por la alteración de la sangre, ya por el estado de los vasos que la contienen, ya por las crisis, ya por la supresión de flujos ó ya por alguna modificación diná- mica que no podamos apreciar. Las Plethóricas son el resul- tado de los escesos de sangre en cuanto á su cantidad y cua- lidad por aumento de glóbulos rojos y de fibrina. Las Sépticas se observan en las enfermedades contagiosas, en ciertos enve- nenamientos, en las fiebres y Diátesis hemorrágicas, en las absorciones miasmáticas y en todas las afecciones que pue- den determinar el reblandecimiento y fluidificacion de la fibrina. Las orgánicas son el resultado de la transforma- ción de los tegidos y ulceración de las paredes vasculares: los cánceres tubérculos y Aneurismas, nos dan ejemplos de este — 169 — modo de producción de esta clase de hemorragias. Las Trau- máticas como hemos dicho son consecuencias precisas de so- luciones de continuidad de las partes blandas vasculares. Las hemorragias pueden ser de origen arterial ó venoso y de los vasos capilares de las partes en donde se distribuyen: ellas pueden ser esenciales pletóricas ó Activas presentándose en todas las edades de la vida; en la juventud bajo la forma de Epistasis: en la Adulta de Hemotisis y Hematemesis: en la Consistente de Hemorroides fluentes:en la Senectud de Apo- plejía sanguínea ó serosa; anunciánflose por medio de Pródro- mos, cuyo conjunto se ha llamado Molimen hemorragicum: tales son la Turgencia de los vasos venosos, laxitud general, pulso lleno y vibrátil^ escalofríos, ansiedad y dolor en la parte donde se va á establecer la hemorragia; estos fenómenos se suelen presentar por grados ó todos repentinamente. Las Sép- ticas llamadas hemorragias pasivas son el resultado de la falta de tonicidad orgánica, ellas son consecuencias de la diminu- ción de la fibrina y plasticidad de la sangre, por cuya razón se escapa al través de las paredes de los vasos; siendo su prin- cipal sitio las membranas mucosas Nasal, Bronquica, Gástri- ca, Vesical, tegido celular, sub-mucoso, sub-cutáneo é inter- muscular. Las orgánicas dependen de la lesión de la estruc- tura de las partes á consecuencia de alteraciones orgánicas in- flamatorias cancerosas, escrofulosas y aneurismáticas, ya por rotura de los vasos, ya por el desarrollo de tejidos fungosos de nueva formación ó ya por obstáculos en el órgano central de la circulación. Las traumáticas reconocen por causas las con- tusiones heridas internas y esternas, las que son mas ó menos graves según la estension y volumen de los vasos divididos y el órgano ú órganos comprendidos en la lesión de continui- dad. Las hemorragias en general cualquiera que hayan sido las causas productoras, siendo muy repetidas y frecuentes, agotan las fuerzas de la vida, produciendo cambios en la com- posición elemental de la sangre; así vemos que en los indivi- duos sujetos á su influencia,se decoloran los tegidos, la cara pa- lidece, las fuerzas musculares desaparecen, provocando la Dis- nea y ansiedad al menor ejercicio, las palpitaciones cardiacas se pronuncian oyéndose en los gruesos troncos arteriales los ruidos de Soplo y de Doble corriente, como se observa en las Clorosis y Anemias. Hidropesías. Los derrames de serosidad en las cavidades Serosas Si- 22 — 170 — noviales y tejido celular intermusculary sub-cntáneo, consti- tuyen esta clase de enfermedades. Lasque hasta nuestros dias conocemos, son las Ascitis, Anazarca ó Leucofiegmácia, Hi- dartrosis, Hidrocéfalo, Hidrotorax, Hidropericárdias é Hi- dropesía de los Ovarios: ellas pueden ser generales ó parcia- les; reconociendo por causa algún obstáculo á la circulación la supresión de la traspiración, las flegmácias crónicas de las membranas serosas ó alteración de la sangre en ciertos estados morbosos. Las hidropesías pueden ser Esenciales, Inflamato- rias, Humorales y Mecánicas. Las esenciales no se pueden re- ferir á ninguna de las causas que conocemos capaces de de- terminarlas, ellbs aparecen bajo la forma de infiltraciones y ede- mas en las estremidades, desapareciendo por sí sola sin nín- guna clase de medicación. Las Inflamatorias tienen todas por carácter particular ser siempre locales, desenvolviéndose en los lugares en donde existen membranas serosas: el mecanis- mo de su formación es debido á la falta de equilibrio entre la ecsalacion y absorción, á cuya función están destinadas esta clase de membranas: el Hidrócele, tiene su asiento en la tú- nica vaginal del testículo prolongación del Peritoneo, el Hi- drotorax en la Pleura, el Hidrocéfalo en la Aracnoides, la As- citis en el Peritoneo, el Hidro-Pericardias en el Pericardio. Las inflamaciones de las membranas serosas no siempre son la causa inmediata de las hidropesías, pues muchas veces se desenvuelven á consecuencia de las altera iones de la san- gre: estas hidropesías llamadas Pasivas, son el resultado de la diminución de los glóbulos rojos y aumento de los glóbulos blancos, la Leucofiegmácia, Anazarca, Hidrohemia ó Infiltra- ción, de Serosidad, en el el tegido celular sub-cutáneo, nos dan un ejemplo de esta clase de padecimientos. Las cau- sas de estas hidropesías, son todas aquellas que pueden dis- minuir la Albúmina de la sangre, tales son los alimentos de mala calidad, la privación de la luz Solar, las habitaciones hú- medas, la mala elaboración de los alimentos en las gástro en- teritis crónicas, las lesiones orgánicas particulares, la Sífilis ter- ciaria, las pérdidas de sangre en las hemorragias, la Albumi- nurria ó enfermedad de Bright: estas enfermedades son rara- mente febriles á no ser que se compliquen con lesiones orgá- nicas que puedan provocar la fiebre, lo que generalmente afecta el tipo remitente continuo. Las hidropesías mecánicas son producidas por un obstá- culo á la circulación venosa: ellas se desenvuelven de dos ma- neras, ó á consecuencia de la Plétora venosa, en la que disten- — 171 — didos los vasos dejan escapar al través de sus paredes la Se- rosidad, infiltrándose en las mallas del tegido celular ó por tu- mores desarrollados en las inmediaciones de las yenas que puedan comprimirlas por obstáculo de la sangre en el corazón derecho, ó por estrechez de sus orificios y congestiones pasivas del hígado, Mesenterio y Pulmones. Los efectos de las hidrope- sías son el derrame en mas ó menos cantidad de la serosidad en el tegido celular, en las cavidades cubiertas por membra- nas serosas y en las articulaciones: la serosidad derramada presenta diferencias según que la colección sea producto de la inflamación ó compresión mecánica. En las hidropesías que hemos llamado esenciales el líquido derramado no presenta cualidades físicas apreciables, siendo claro límpido y transpa- rente, en las inflamatorias es opaca semi-transparente conte- niendo coágulos Albuminosos y Fibrinosos, en las Mecánicas el líquido es amarillo transparente, opaco ó rosado. Las hidro- pesías tienen una marcha lenta cuya duración no puede de- terminarse: ellas concluyen con las causas que la produjeron y sostuvieron. Flujos. Los flujos son las ecsalaciones mas ó menos abundantes de los líquidos segregados por las glándulas: siendo de dos clases, unos propiamente glandulares normales caracterizados por la exageración de la función, como en la Spermatorrea ó secreción mas abundante del Semen, la Polycholia ó secre- ción mayor de Bilis, la Galactorrea ó de Leche. La Epífora ó de las lágrimas, la Ephidrósis ó del Sudor, la Nefrítica ó de orina, otros constituidos por una secreción anormal mucosa ó puriforme: siendo estos flujos la Broncorrea, Catarro de la ve- jiga,oflalmia catarral Uretritisy Diarreas muco-serosas. Losflu- jos mucosos constituyen los estados patológicos llamados ca- tarrales los que son provocados y sostenidos por la irritación é inflamación de las membranas mucosas y de las glándulas siendo menos comunes estos, que los otros por fijarse mas en ellos el elemento inflamatorio á causa de la mayor vitalidad orgánica de las membranas mucosas y la poca que goza el sis- tema glandular. Los flujos morbosos de cualquier naturaleza que sean, empobrecen la sangre, cuya prolongación determina con mucha frecuencia, la Anemia, Marasmo y la Astenia ge- neral capaz de conducir los enfermos á la consunción y muerte. — 172 — Pneumatóses. Las retenciones de Gases en diferentes partes de la eco- nomía se llaman Pneumatóses, Fatulencias ó enfermedades ventosas: así como en las membranas mucosas y en la piel en el estado normal se exhala cierta cantidad de Gases compati- bles con la vida; en el estado patológico se modifican y per- vierten dando lugar á esta clase de enfermedades. La piel y las membranas mucosas de continuo exhalan cierta cantidad de Gases diferentes en su naturaleza, tales son el Ázoe y Acido Carbónico, cuyas proporciones varian según la temperatura y alimentación: habiéndose probado que en las temperaturas elevadas se exhalaba de la piel mayor cantidad de ácido carbónico que no en las bajas: exhalándose menos cuando el individuo se hallaba bajo la influencia de una ali- mentación bastante animal en la que solo se verificaba la del Ázoe: siendo mucho mas la del carbónico cuando era poco ó ninguna esta clase de alimentación: estas exhalaciones gaseosas varian en cantidad y cualidad según la edad, sexo y constitu- tucion: aumentándose progresivamente desde la infancia hasta la edad adulta, en la que disminuye hasta el término de la vida: las constituciones fuertes lo producen en mas cantidad que las débiles, los hombres mas que las mugeres, las que au- mentan mas la exhalación del carbono mientras el embarazo y periodos menstruales. La cantidad de Gases en las vias digestivas aumentan á proporción que se usan sustancias hidrogenadas, los que reu- nidos á los que se exhalan de la mucosa intestinal y á la can- tidad de aire atmosférico que se introduce en el tubo diges- tivo da lugar al desarrollo de los Gases Carbónico é Hidrógeno sulfurado de que están compuestos los Gases intestinales que se dan á conocer con los nombres de Timpanitis y Meteorismo. Las bellas observaciones de los Fisiólogos, han demos- trado ecsistir en la sangre principios gaseosos, en cuya com- posición entra el oxígeno, hidrógeno y ácido carbónico: los que circulan eii los vasos que la contienen, escapándose por los exhalantes de las membranas mucosas y cutáneas. La acumu- lación de los Gases es unas veces el resultado del trastorno de estructura orgánica, otras de fermentaciones de las sustan- cias sólidas ó líquidas alimenticias, otras suceden á la turba- ción funcional ó á la influencia de la inervación cuyas modi- ficaciones se manifiestan por medio de las afecciones hipo- — 173 — condriacas histéricas, en donde con mas frecuencia encontra- mos las Pneumatóses: ellas pueden ser esenciales consecuen- cia de trastornos funcionales, como las Estomacales, intesti- nales, y sintomáticas producidas por causas materiales estra- ñas ó inherentes al organismo, las que nombraremos Pneuma- tóses, Traumáticas, Mecánicas, Inflamatorias, Séptica Fer- mentosas y Dinámicas. Las Traumáticas son formadas por la penetración del aire al través de los tegidos por medio de las soluciones de con- tinuidad: tales el Enfisema, Neummotarax y Timpanitis, Pe- ritoneal por herida de algún intestino. Las inflamatorias son determinadas por las flegmácias de las mucosas, como el Me- teorismo á consecuencia de las fiebres Atáxicas y Adinámi- cas de las Peritonitis puerperales ó no puerperales de las En- teritis y Entero Colitis agudas ó crónicas. Las Sépticas se pre- sentan á consecuencia de las intoxicaciones Miasmáticas y Virulentas de la sangre capaces de producir una descompo- sición entre sus elementos, como se observa en las afecciones carbuncosas malignas, y en los en fisemas que determinan las picaduras de los insectos venenosos y reptiles ponzoñosos. Las Mecánicas las producen los obstáculos á la circulación ó á al- guna colección de Gases desenvueltos en algún lugar del cuerpo: el enfisema del tegido celular de las recien paridas, la Timpanitis por invaginación intestinal y el enfisema pulmo- nal en las afecciones tuberculosas nos comprobarán la proba- bilidad de la existencia de esta clase de Pneumatóses. Las fermentosas son ocasionadas bien por la fermentación de cier- tos alimentos descompuestos en sus principios: tales como las Carnes oliscosas ó bien por el Fisómetra á consecuencia de restos del feto ó placenta en la cavidad del útero. Las Pneu- matóses Dinámicas se observan en las afecciones nerviosas histéricas hipocondriacas y monomaniáticas, siendo resultado unas veces de la descomposición de la sangre y otras de per- versiones de las fuerzas vitales cuyo mecanismo de producion desconocemos como todos los fenómenos dependientes de los actos intrínsecos de la vida. Los fenómenos que le son carac- terísticos á las Pneumatóses los referiremos á locales y gene- rales, los locales son dependientes de las modificaciones que esperimentan los órganos y tegidos por la presencia de los Ga- ses. Si se retienen y acumulan en las cavidades, se distien- den y tumefacen cuanto le son posibles á los tegidos que las forman: el vientre Meteorizado adquiere el volumen de una hidropesía Ascitis: el útero distendido por los Gases aparenta — 174 — la Preñez: el enfisema del tegido celular sub-cutáneo simula la Anazarca. Los Generales no están aun bien determinados, por no ofrecer todo lo que debiera tenerse en cuenta para su generalización: pero ellos dependen de hechos particulares per- tenecientes á las causas de la enfermedad que las provoca y del lugar anatómico en donde se presentan: la reacción or- gánica que se le opone es bastante variable, ella pertenece mas bien á la enfermedad de donde dependen, que no al acu- mulo de Gases que la constituye: así es que la fiebre no acom- paña á las Pneumatóses, sino cuando resultan de enfermeda- des carbuncosas y gangrenosas á pesar de acompañarles el do- lor general, el que depende de la distensión local producida por el acumulo de Gases en la parteen donde se presenta. Enfermedades Orgánicas. LECCIÓN XXXIV. Señores:—Llamaremos enfermedades orgánicas, aque- llas que producen cambios en la estructura de los órganos: ellas son el resultado de una modificación vital de los tegidos á consecuencia de la inflamación ó sub-inflamacion que obrando sobre la molécula orgánica es capaz de aumentar su volumen por esceso de nutrición Hipertrofia: ó disminuirlo por defecto Atrophia: ó alterarlo en su estructura sin aumento ni diminución Scirrosis, Hepatizacion, Reblandecimiento. Las lesiones orgánicas pueden ser por alteraciones de nutrición de forma y posición; de estructura análogas ó sin tener esta con- dición: ellas comprenden la Hipertrofia, Atrofia, el Reblan- decimiento, la ulceración y la Gangrena. La Hipertrofia es una ecsageracion del movimiento mo- lecular nutritivo, por el cual se desarrolla un aumento de la materia orgánica constitutiva, sin alteración de su estructura íntima: dependiendo esto por la aglomeración de las molé- culas nutritivas que se depositan entre las mallas del tegido organizado, produciéndose aumento del volumen natural del órgano y de su iuerza vital. Todas las partes de la economía son susceptibles de hipertrofiarse, haciéndolo cada una á su manera según la estructura orgánica que posean: su causa es siempre un aumento de vitalidad que llama la molécula nu- tritiva á la parte inflamada, entreniéndola hasta identificarse con el tejido, siendo pues la sangre la que lleva los materiales que han de servir para el esceso de nutrición que constituye — 175 — la Hipertrofia: los órganos que gozan de los tegidos celular y fibrilar son los que están mas espuestos á esta clase de lesio- nes; como el corazón los músculos, la piel, las glándulas y las estremidades de los huesos largos, no dejando de observarse también en las membranas mucosas y cartílagos. La Atrophia está caracterizada por una falta de la ener- gía vital que preside la nutrición molecular de los tegidos or- gánicos: siendo lo contrario de la hipertrofia: constituyéndose por la desproporción de las moléculas que sostenían su forma y volumen, por lo que los órganos atrofiados se hallan redu- cidos á una especie de trama celulo vascular, que impide al órgano el ejercicio de su función orgánica. La Atrofia puede ser general y estendida en todos los órganos y tegidos como en la consunción ó Marasmo: pudiendo ser local ó parcial limi- tada á una parte del cuerpo, como en las parálisis de las estremi- dades. La debilidad de las fuerzas nutritivas se observa en las fiebres hécticas por reabsorción purulenta ó por la debilidad lo- cal, por defecto de la acción nerviosa como sucede en las Pará- lisis. Los resultados de la Atrofia son la diminución del volu- men de los órganos, y dureza de los tegidos; así es que en las Atrofias del hígado Bazo Riñones y Pulmones, se hallan duros y resistentes, habiendo perdido algo de su estructura material: la diminución del peso en estas circunstancias es debida ala desaparición de Jas moléculas constituyentes de la parte afec- ta de la Atrofia: Ja transformación grasosa es otro de los re- sultados de esta lesión, pues la mayor parte de los órganos atrofiados, están cubiertos de una capa de Adipocira conte- niendo en su debilitada estructura gran porción de glóbulos grasosos. El corazón Atrofiado se halla siempre cubierto de esta sustancia, y sus fibras infiltradas con una gran cantidad de grosura hasta el término de confundirse su organización muscular con la nuevamente formada por la Adipocira. Induración. El aumento de consistencia de los tegidos constituyen la induración: es otra de las alteraciones orgánicas; ella se ma- nifiesta en los tegidos membranosos parenquimatosos y celu- lares mas generalmente que en los otros: apareciendo com- pactos duros y resistentes sin estar alterado el tegido afecto: el Scleroma ó endurecimiento del tegido celular de los recien nacidos, así como el endurecimiento de los músculos en la Sclerosis cerebral comprueban la ecsistencia de este modo de — 176 — lesión orgánica. La causa inmediata de la Induración, es la infiltración de una materia sero-albuminosa en algún modo vascular: pudiéndose apreciar mas' cuando es superficial que no cuando profunda: manifestándose algunas veces sin nin- gún fenómeno de reacción dinámica, y otras presenta una ma- yor sensibilidad, no tan solo en los órganos y tegidos afectos sino también en las partes inmediatas, en consecuencia de la comprensión que ejerce la induración en los órganos circun- yacentes: cualquiera que sean los tegidos comprometidos en la Induración, siempre es el resultado de flegmácias crónicas & sub-agudas quien sostiene esta lesión orgánica, fuera de algu- nas escepciones en que se produce la induración en tegidos no vasculares en donde no se pueden desenvolver los fenóme- nos inflamatorios, la induración de la sustancia cerebral y glandular nos dan un ejemplo de no necesitarse el estado flo- gístico para que pueda pioduciise la induración. Reblandecimiento. El Reblandecimiento se caracteriza por la diminución de la consistencia órgano-natural de los tegidos. Todas las par- tes sólidas están sujetas á la transformación blanda; pero se observa con mas frecuencia en el cerebro, bazo y huesos: ór- ganos de bastante importancia, para que no podamos inte- resarnos en el estudio de esta alteración de estructura mate- rial. El Reblandecimiento de los órganos y tegidos se puede referir á muchas causas. Las inflamaciones crónicas latentes: ciertos líquidos fisiológicos segregados la acción de algunos agentes químicos, la gangrena y Esfácelo, son los que pue- den dar lugar á los reblandecimientos: él es susceptible de pa- decerse en todas las edades de la vida, pero mas principal- mente en la infancia y en la Senectud. Las inflamaciones y ciertos estados de la sangre en algunas enfermedades, dan lu- gar á esta desorganización: las fiebres de mal carácter produ- cen con frecuencia el reblandecimiento del Bazo, la altera- ción de la sangre en los escorbúticos, determinan el de la piel y encías: en la Raquitis el de los huesos llamado Osteoma- laxia. Los líquidos fisiológicos segregados pueden por sí pro- ducir esta metamorfosis orgánica, el jugo gástrico é intestinal ha sido suficiente muchas veces para reblandecer la misma membrana que lo elaboraron; observaciones muy dignas de fé han comprobado la facilidad de verificarse el reblandeci- miento sin necesidad de la inflamación local: los reblandecí- — 177 — mientes hallados en el estómago é intestinos de sujetos falle- cidos por enfermedades Dinámicas testifican mas ser produci- das por digestiones de las mismas membranas después de la muerte, y mientras ecsistia funcionando la vida orgánica mo- lecular. La Cornea trasparente es susceptible de reblandecerse en algunos puntos de su estension sin que le haya precedido algún estado finústico otras en su consecuencia. Las diferen- tes gradaciones y aspecto que adquieren los reblandecimien- tos, han hecho que podamos distinguir tres modos de manifes- tarse. Pueden conservar los tegidos la apariencia normal, ce- diendo tan solamente á la presión del dedo. El tegido reblan- decido puede afectar la forma pulposa ó semi-líquida, como sucede en Jos del cerebro y membranas mucosas. Los tegidos comprometidos en la desorganización pueden perder su con- sistencia destruyéndose totalmente desapareciendo, dejando en el lugar que ocupaba el órgano reblandecido, una cavidad: tal sucede algunas veces en los reblandecimientos parciales del encéfalo y en los del estómago. La estension de los re- blandecimientos son muy variables, dependiendo esto de la causa que lo ha motivado, y de la resistencia mayor ó menor de los tegidos: siendo generalmente los vasculares los que es- tán mas espuestos á la destrucción: á ellos acompañan sín- tomas que están en relación con el órgano afecto: las hemi- pléxias y contracturas musculares acompañan siempre á los reblandecimientos cerebrales: en los huesos ecsiste imposibi- lidad de moverse con diformidad de la parte: en el corazón es la muerte: el del estómago é intestino se da á conocer por vó- mitos y deyecciones de materiales pultáceos. Bástanos lo es- puesto sobre este modo de desorganización para que podamos valorizarlo en alguna circunstancia en que se nos presente. Ulceración. La Ulceración es una perturbación de la nutrición orgá- nica molecular con tendencia á la abertura, en consecuencia de la destrucción progresiva de los tegidos: siendo en la rea- lidad una mortificación de la molécula orgánica, á la que se ha llamado Solución de continuidad por causa interna ó es- terna. La ulceración se presenta con bastante frecuencia bien en toda clase de heridas cuando no se han reunido bien las partes divididas, bien á consecuencia de las inflamaciones ca- paces de alterar profundamente los tegidos, ó bien por efecto de la perturbación de la vitalidad cuando se halla bajo la in- — 178 — fluencia Dicrásica humoral. El Escrofulísmo, Hcrpetismo, Siphilismo y Cancerismo, pueden dar lugar á ulceraciones es- pontáneas pudiendo tener su asiento en la piel, membranas mucosas y glándulas siendo mas ó menos superficiales ó pro- fundas según los tegidos que invade y la estension que pue- dan adquirir: cuando se presenta en los sub-cutáneos y sub- mucosos forman trayectos fistulosos y sinuosos, como se ob- servan en la margen del Ano, en los abcesos sintomáticos é infiltraciones urinarias. Las ulceraciones se observan con ca- racteres especiales: cuando dependen de las Diátesis especí- ficas, tienen cada una un aspecto físico particular por donde podremos conocerlas y distinguirlas, cuyas ulceraciones tie- nen poca tendencia á la cicatrización por estar sostenida por la causa especial, no sucediendo así cuando son simples y lo- cales á consecuencia de agentes físicos, pues las vemos desa- parecer tan pronto como se ha repuesto la molécula orgánica destruida. La membrana mucosa se ulcera frecuentemente ya por la inflamación crónica, ya por la aguda, produciéndose también en ella ulceraciones específicas como se observan en la retro-boca Amígdala faringe y uretra en las sífilis secunda- ria y terciaria. Las ulceraciones gástricas é intestinales son del mismo modo resultados de flogosis agudas ó crónicas, tan raras como afección primitiva, son demasiado comunes en la Gastritis crónica y Enteritis folicular que acompaña á las fie- bres Atáxo Adinámicas ó tiphoideas. La de los intestinos gruesos tiene su asiento en los folículos mucosos, siendo al- gunas veces tan profundas que perforan todas las membranas de que están, organizadas; tal acontece en las Disenterias pú- tridas en las que se deponen restos de membranas que han sido llamadas Caruneulas. La mucosa de las vias respiratorias, es susceptible de ulceraciones en las diferentes partes de su estension. En la porción que tapiza las fosas nasales, se desenvuelven ulcera- ciones de carácter Sifilítico, Escrofuloso y Catarroso, así co- mo se producen también en la Faringe, Laringe y Traquear- teria dependientes de estas Diátesis que sostienen la flogosis crónica que la ha determinado. La mucosa vesical, uretral y de los uréteres, suelen padecer ulceraciones desarrolladas en consecuencia de inflamaciones espontáneas ó específicas, que no ceden á los tratamientos especiales si la lesión orgánica ha obrado sobre lo general de la economía bastante á producir de- sórdenes de gravedad y peligro: no siendo la piel y membranas mucosas las únicas que pueden ulcerarse,pues las serosas sue- — 179 — len también presentar el fenómeno de la ulceración: las Pleuritis agudas ó crónicas las determinan, el Empiema es el resultado de esta clase de desorganización: la membrana interna del co- razón y grandes vasos se ulceran en consecuencia de la En- docarditis y sub-arteritis, las que siempre dependen de altera- ciones de tejidos, producidos por vicios humorales ó por in- crustaciones calcáreas en el espesor de las paredes arteriales, no estando esceptuados de esta alteración orgánica los Paren- quimas y huesos, cuyas ulceraciones afectan diversas formas según la naturaleza y actividad de la causa que las ha moti- vado. La cicatrización de las úlceras simples, se verifica con mucha facilidad por medio de la reproducción de las molécu- las orgánicas destruidas ó desaparecidas, la que se manifiesta por el desarrollo del tejido celulo-vascular, llamado botones carnosos, á quien debe la cicatriz su formación: no sucedien- do así cuando las ulceraciones son dependientes de Diátesis especiales, pues entonces se prolonga la reposición de las mo- léculas hasta tanto no se haya neutralizado por los agentes terapéuticos, el elemento morboso á quien debe su origen la ulceración. Producciones y transformaciones or- gánicas accidentales. LECCIÓN XXXV. Señores:—El conocimiento de las producciones y trans- formaciones orgánicas, es tan necesario al Patólogo como lo han sido los demás ramos que comprende la Patología Gene- ral: estas producciones mas ó menos accidentales, las referi- remos á las alteraciones de los líquidos, de los sólidos y á la aparición de ciertos seres vivientes en la economía del hom- bre, desarrollados en el interior de las cavidades y órganos, ó en el esterior de sus cubiertas. Las degeneraciones orgánicas pueden desarrollarse en todas las partes de la organización, siendo mas frecuentes en las partes que gozan de la vascula- ridad, constituyendo ya producciones accidentales, ya trans- formaciones análogas á alguno -de los tegidos normales ó ya licuaciones de la estructura orgánica material en la que no se encuentra vestigio do organización. Los líquidos orgánicos pueden ser modificados ó alterados en su cantidad y cualidad: en su cantidad constituye lo que hemos llamado estados Plet- horicos y turgencia de los vasos; en su cualidad adquiere —180 — aumento de sus elementos y adición de otros que les son estraños, que hacen variar su composición. Estos estados que pueden presentar los líquidos ó humores, se manifiestan por desórdenes en la estructura de los sólidos, los que alteran y trastornan sus formas, adquiriendo otras nuevas, entre estas mencionaremos los líquidos purulentos délos que ya nos he- mos ocupado; deberemos ahora hacerlo respecto á los Tu- bérculos Scirros, Cánceres, Melanosis, Concresiones Calcá- reas, así como de los líquidos escedentes morbosos análogos ó no á alguno de los que componen la organización, los que son bastante comunes, siendo los mejores caracterizados el Tu- bérculo, Scirro, Cáncer, Melanosis y Sirrosis. Los desórdenes de Ja estructura y forma de los órganos, probablemente deben principiar por algún estado de fluidez central, cuyo núcleo reblandecido en los primeros momentos de su formación adquiere después el estado de endurecimiento y alteraciones que deberán serles característicos según la na- turaleza del tegido que vaya á ser degenerado en fuerza del aumento de las propiedades vitales ó en fuerza de algún ele- mento morboso combinado con los líquidos que haya sido ca- paz de localizarse en el órgano, bastante para hacer transfor- mar su organización material: ellos persisten por mas ó me- nos tiempo en el estado de embrión hasta presentar los carac- teres que han de diferenciar entre sí la clase de desorganiza- ción. El origen y causa de las desorganizaciones no son tan desconocidas, como lo fueron las de las enfermedades en cuan- to á su naturaleza: pero se puede admitir como causa la dis- posición orgánica hereditaria y como productos de la irritación é inflamación de las partes cuando en la sangre ecsisten ciertos m principios capaces de transformar la molécula orgánica nutri- tiva en producciones accidentales del tegido. Degeneración tuberculosa. Constituyen los tubérculos ciertos endurecimientos glan- dulares indolentes desarrollados bien en las glándulas pulmo- nales, bien en las Mesentericas ó bien en las periféricas: ellos ecsisten bajo la forma de pequeños cuerpos aislados, princi- piando por el estado gelatinoso, y concluyendo por el endu- recido, de color gris trasparente, siendo este el primer carácter distintivo de los tubérculos aislados que cuando son muy pe- — 181 — queños constituyen los tubérculos miliares ó diseminados: ellos son susceptibles de engrosarse, aumentando de volumen, po- niéndose opacos amarillentos; estos cambios de color y consis- tencia, suceden cuando tienden al reblandecimiento. La mate- ria tuberculosa liguefacta produce un Pus homogéneo que puede ser evacuado ó absorvido al torrente de la circulación: el foco purulento puede inflamarse, obliterando la falsa mem- brana-que lo encierra, la que adquiere una estructura fibro- mucosa, capaz de absorver la parte líquida, volviendo áalqui- rir su dureza primitiva, la que se transforma en una sustan- cia caseiforme ó cretácea. Los tubérculos pueden desenvolver- se en todas las partes del cuerpo, haciéndolo mas generalmente en loe órganos pulmonales, entre las mallas del tegido celular, en las superficies libres de las membranas mucosas, en los ganglios linfáticos, en el Encéfalo y Médula espinal: siendo siempre consecuencias de flegmácias crónicas, en las que es- ten comprometidos el sistema capilar de la parte en donde pueden desarrollarse. Degeneración cancerosa. La degeneración cancerosa puede afectar la forma Ence- faloidea ó Cerebriforme, y la Scirrosa es una producción mor- bosa bastante común, así como la degeneración fungosa y el Fungus hematodes, por donde algunas veces principia la afec- ción que nos ocupa. En el principio del desarrollo del Cáncer, ecsiste en el lugar donde se establecen pequeñas masas ó cuer- pos lobulados de tamaños variados, formando circunvolucio- nes muy análogas á las del cerebro, de donde ha tomado el nombre: estos lóbulos son mas ó menos blandos, endurecién- dose á medida que los tumores aumentan, cuyo nutrimento lleva el gran número de vasos capilares normales, á mas las anormales que se desarrollan ramificándose en la masa can- cerosa, hasta que se produce la ulceración, cuyos caracteres testifican su naturaleza. La ulceración dá lugar á la forma- ción de una materia pultácea en alguna manera corrosiva que destruyendo las paredes de los vasos produce hemorragias que comprometen la vida del enfermo. El cáncer puede desarro- llarse en todos los órganos, pero se observa con mas frecuen- cia, en las Mamas, Testículos, Útero, Pulmones, Estómago, Periostio, Glándulas y en los demás órganos en donde ecsista mayor cantidad de tegido celulo-adiposo. __1,qo__ Degeneración Scirrosa. Esta degeneración, es menos común que las precedentes habiendo sido confundida con la cancerosa: ella ecsiste bajo la forma de cuerpos aislados: en su primitiva formación es muy difícil diferenciarla del tubérculo y del cáncer propiamente di- cho: los caracteres que la distinguen deben tomarse de la du- reza que adquieren, la que varia desde la consistencia carti- laginosa hasta la ligamentosa, crepitando cuando se les divi- de con el escarpel: su color es blanco, gris opaco, formando cuerpos de figuras irregulares, estando divididos en su interior por células fibrosas ó gredosas que afectan radios que parten délas pequeñas masas endurecidas, las que pueden referirse á vasos linfáticos de nueva formación que nutren el todo del tumor Scirroso. La degeneración Scirrosa es susceptible de reblandecerse afectando las formas Gelatiniforme, Pultácea y Meliforme: ha- biendo sido observado en todos los órganos parenquimatosos y grandulares bajo la influencia de ciertas Diátesis generales morbosas. Degeneración melanósica. La Melanosis, es una alteración de estructura caracteri- zada por un color particular negro, el que puede aparecer en las superficies de las membranas mucosas y demás partes del cuerpo, pudiendo decirse que esta especie de desorganización es esclusiva de los lugares donde ecsisten Plexus venosos: ella se presenta bajo el aspecto de manchas aisladas en las super- ficies de las membranas, ó en pequeñas masas mas ó menos lobulares é irregulares envueltas en tegido celular en los que ecsiste desarrollo de vasos venosos, varicosos que seguramente producen la materia negra que tanto caracteriza ía Melanosis, la que no tiene algún olor, desprendiéndose de sus intersticios un líquido negruzco corrosivo que irrita é inflama las partes por donde se pone en contacto. La composición Química de la Melanosis, es muy aná- loga al coagulo de la sangre, en la que se halla fibrina, mate- ria colorante carbonada, cloruro de Sodio y de Potasa, Phos- fato de Cal y áccido de hierro negro. La degeneración Mela- nósica se reblandece mucho tiempo después de haberse pre- sentado, tomando entonces la forma de papillas, limitándose '—183 — solamente á la parte afecta sin estenderse á los tegidos inme- diatos, ni provocar otros desórdenes en lo general de la cons- titución individual, observándose solamente un estado de. Ane- mia muy análogo á los que padecen alteraciones escorbúticas en la sangre. La Melanosis, es seguramente el resultado de un esceso de Carbono en la sangre, á quien debe los caracteres que les son propios. Scirrosis. Las Scirrosis ó degeneración amarilla, ecsisten bajo la for- ma de masas pequeñas compactas, análogas al tegido de las cápsulas supra-renales: ellas varian de volumen ecsistiendo algunas veces en cantidades innumerables, teniendo las mas gruesas las formas escamosas. Este tegido es susceptible de reblandecerse bajo la forma de Putrilago, afectando el co- lor verde ú oscuro: él se presenta con mucha frecuencia en el hígado, Ríñones, Próstata, Ovarios y Epidídimo. Combinación de los tegidos degene- rados. Los tegidos morbosos combinan sus formas elementales, cuya reunión es un obstáculo para que puedan ser conocidas y apreciadas en su naturaleza, dificultades que muchas veces presenta el estudio de la Anatomia Patológica. La combina- ción de estos tegidos se verifica unas veces por justa posición de partes, y otras por penetración mutua de una sustancia con la otra. Las combinaciones mas ordinarias son la de los tegi- dos fibrosos, con los caitilaginosos. La osificación cretácea en los tubérculos con los tegidos ligamentosos. La del Scirro con el Cáncer Encefalóides y Melanósico, muy frecuente en las Glándulas. Las Scirrosis con transformación calcárea en el hí- gado Bazo. Pudiendo ecsistir todos los tegidos mórbidos á la vez en una masa degenerada, en donde pueden observarse to- das las producciones anormales que aisladamente se encuen- tran y que son susceptibles todos los tegidos elementales de la organización. Neuróses Las Neuróses son unas enfermedades caracterizadas por perturbaciones de la inteligencia, del sentimiento y del moví- — 184—' miento, siendo su verdadero carácter la de no presentar lesio- nes anatómicas. Las Neuróses son enfermedades, cuya natu- raleza íntima nos es desconocida: ellas pueden tener por si- tio la mayor parte de los tegidos y de los órganos que están provistos de ramificaciones nerviosas, pertenecientes al sis- tema ganglionar y cerebro-espinal, [ludiendo establecerse in- dependiente de las lesiones orgánicas en Encéfalo, órganos de los sentidos, de la Digestión, Respiración, Circulación y ór- ganos genitales: las que podremos dividir según la naturaleza de la afección: en Comatosas, Convulsivas ó Espasmódicas, Dolorosas, Vesánicas y nerviosas del aparato digestivo. Según la Clasificación que hemos admitido, Mr. Pinel, dividió esta clase de enfermedades en Neuróses de los Sentidos Cerebrales, de Locomoción, de Nutrición, Respiración, Circulación y Ge- nital á laque nos remitimos para su mejor inteligencia. Las Mentales comprendan un conjunto de enfermedades caracte- rizadas por la-perversión de las facultades y actos intelectua- les y morales, los que no podremos referir á ninguna altera- ción de la estructura orgánica del Encéfalo, tales son la Ma- nia, Alucinaciones, Delirio simple ó Errótico, Hipocondría y Nostalgia, las que han sido nombradas por el mismo, bajo la denominación de Vesanias. Las Neuróses dolorosas compren- den todas tas Neuralgias. Las del movimiento, comprenden las Parálisis. Las Convulsivas, la perversión, exageración de las fuerzas musculares. Las Espasmódicas afectan los órganos de la vida vegetativa, pudiendo obrar del mismo modo sobre la acción orgánica del corazón, y sobre los órganos Bronco- pulmonales. . Las causas de las Neuróses son demasiado oscuras para que podamos determinarlas, pero creemos que el tempera- mento nervioso, la edad de la pubertad y crítica en las muge- res, así como en el hombre la heredad y el abuso de la sensi- bilidad pueden contarse como causas predisponentes para el desarrollo de estos padecimientos. Las determinantes podrán ser las impresiones Morales repentinas, depresivas ó alegres. Estas dos órdenes de causas, pueden obrar de una manera tal que modificando los centros nerviosos Cerebral y Ganglionar, pueden dar lugar á la producción de todas las enfermedades colocadas por los Nosologistas en la clase de las Neuróses: ellas no dejan lesiones apreciables de estructura en los órga- nos sensoriales que han sido impresionados, cuando alguna de ellas ha ocasionado la muerte. Creemos que la electricidad animal aumentada y detenida en las cavidades cerebrales, en — 185 — Tuerza de la impresión sea la que desenvuelva todos los fenómenos que presentan las enfermedades nerviosas, de don- de hacemos depender la oscuridad en que se halla la ciencia respecto á estas afecciones. Entozoarios ó cuerpos estraños ani- males. LECCIÓN XXXVI. Señores:—Los cuerpos estraños animales deberemos re- ferirlos á los diferentes Vermes que se pueden encontrar en el organismo viviendo á sus espensas: unos se desarrollan en los intestinos, al paso que los otros se producen en la superficie de la piel, cavidades y en los parenquimas; ellos nacen, se for- man y habitan en nuestra organización la que tienen por ele- mento para su ecsistencia, no pudiendo vivir en algún otro ni fuera de los lugares donde se desenvolvieron. Tales son los in- testinos, tegido celular sub-cutáneo, intersticios musculares, y espesor de los órganos; reinando la mayor oscuridad respecto á su origen, así como las diferentes variedades que presentan en sus formas; los que conocemos la tienen unos á manera de vijiguillas llamados Vexiculares; otros Aplastados, anchos y Cilindricos. Los Vexiculares ecsisten en vejiguillas mas ó me- nos voluminosas, que pueden contener uno ó muchos Vermes, cuyos cuerpos son deprimidos, pequeños y redondos, están provistos de dos ó cuatro fosetas adornadas de ganchitos en- corbados: estos Vermes se desarrollan siempre entre el tegido de los órganos en Kistes ó vejiguillas particulares llenas de un líquido trasparente que se han llamado Hidátides, habien- do sido observadas en el hígado, cerebro, páncreas y Riño- nes. Las aplanadas, comprenden las Tenias ó Solitarias, Ar- mada y Desarmada. La Solitaria es un Vermes largo y an- cho, formado al parecer por una sucesión de articulaciones unidas entre sí, que varian en longitud, siendo algunas veces tan considerable que llegan á tener hasta treinta y cuarenta varas. Esta clase de Tenia está provista de una cabeza muy pequeña tuberculosa, que se levanta en la estremidad anterior de lo que forma el cuello de la Lombriz, en cuyo tubérculo se encuentran cuatro aberturas, las que son continuación de los vasos por donde pasa el alimentosos que se estienden á todas las articulaciones: siendo esta organización la que le es pecu- 24 — 186 — liar á esta clase de animales que viven á espensas de nuestros líquidos. Tenia armada. Este Vermes, conocido con el nombre de Tenia Cucurbi- tina, es muy común al hombre, la que varia en su organiza- ción según el tiempo que esté establecida en los intestinos, y según el alimento que la haya nutrido: así se observa que las articulaciones que la forman son poco cuadradas en las que son jóvenes, al paso que son perfectas cuadradas en las anti- guas y Paralegramos en las muy envegecidas. El tubérculo que forma la cabeza de la Lombriz, se encuentran dos apén- dices á manera de Garfios, los que constituyen su carácter dis- tintivo que la diferencia de la Tenia desarmada. Tenia desarmada. Ha sido llamada Lata, por parecerse á una cinta de hi- ladillo en cuanto á su forma y color blanco, cuyas cualidades la caracterizan: siendo su estructura y superficies ásperas y membranosas: sus articulaciones no están tan pronunciadas como la Cucurbitina, las que se manifiestan por líneas trans- versales que afectan la figura cuadrada, sus partes laterales son desiguales á manera de ondas:su cabeza es muy diminu- ta notándose en ella cuatro papilas de las que parten los va- sos que la nutren: su cuello está cubierto de filamentos blan- cos: terminando su cuerpo en la cola que está como cortada en línea recta. Tricocephalus cilindricos. Su forma tiene la de una línea en espiral, no pasando su grueso de media línea en diámetro: su superficie esterior pre- senta pequeñas líneas transversales como anillos: su longitud es de dos á cuatro pulgadas: su cabeza en forma espiral termi- na en un ganchito, de cuya estremidad sale un tubito chupa- dor: su cola termina en otro ganchito obtuso. Este Verme ha- llado en los intestinos humanos, tienen sexos diferentes que se dan á conocer por la figura de la cola, el macho la tiene vuelta hacia arriba en forma espiral, la hembra hacia abajo, aplastada v obtusa: ella ocupa por lo general los intestinos gruesos y sobre todo el ciego. Ascárides vermiculares. Es una Lombriz redonda y muy delgada en sus estremi- — 187 — dades, de cinco líneas de longitud á una pulgada, de una vi- vacidad admirable en sus movimientos: la superficie de su cuerpo es rugosa: teniendo la cabeza en la estremidad mas gruesa. Esta Lombriz, reside en las circumvaluciones del in- testino grueso, no ecsistiendo una sola sino muchas á manera de pelotones. Ascárides lombricóides. Es de cuerpo redondo, del grueso de una pluma de es- cribir, de seis á diez pulgadas de longitud, de color blanco ro- sado, con una línea amarilla trasparente en toda su longitud: su superficie es rugosa y llena de anillos: con la simple vista se descubren en la estremidad que forma su cabeza, tres emi- nencias esféricas que terminan en una punta muy aguda, en cuya depresión ó centro, ecsiste el chupador de esta Lombriz: ella vive en los intestinos delgados. Dragoncillo ó Alaria de guinea. Es cilindrica filiforme de un grueso igual en toda su es- tension, la que puede ser desde diez pulgadas hasta seis y siete varas, de color blanco: su asiento mas común es en el tegido celular sub-cutáneo é intersticios musculares, presentándose con mucha generalidad en la circunferencia de los Maleólos, Escroto y Cuello, por medio de un tumorcillo flegmonoso, el que después de supurado dá salida auna pequeña porción de esta Lombriz. Strongilo gigante. Es un Vermes cilindrico de cinco pulgadas á una vara de longitud: una de sus estremidades es redonda y aplanada en la que ecsisten seis pequeñas papilas: su otra estremidad es ob- tusa: su color es blanco y su grueso el de una pluma común, cuya superficie es rugosa y anular. Esta Lombriz ecsiste mas bien en los Riñones de los animales vacunos, que en los del hombre, sin embargo se le ha encontrado alguna que otra vez de menos longitud. El origen de las Lombrices del hombre, ha sido siempre el objeto de discuciones contra vertidas entre Médicos y Na- turalistas: conviniendo por último que se producen primitiva- mente por la descomposición de las mucosidades intestinales en individuos que están sujetos á una mala alimentación par- — 188 — ticularmente de las sustancias no Azoadas: multiplicándose después entre las de la misma especie, por medio de hueve- cilios que son fecundados sin previa copulación. Aunque no tenemos síntomas verdaderamente patogno- mónicos de la ecsistencia de las Lombrices en el cuerpo hu- mano, sino la espulsion de algunos, sin embargo diremos los que mas generalmente se observan en las afecciones vermi- nosas. La cara se pone pálida abotagada: los ojos empañados y las pupilas dilatadas: prurito continuo en las fosas nasales: Cefalalgias: Zumbido de oidos: Salivación abundante; aliento fétido: apetito depravado y aumentado: vientre meteorizado: dolores cólicos hacia la región umbilical: diarrea ó estreñi- miento: rechinamiento de dientes mientras el sueño, prurito insoportable en et ano: enflaquecimiento: Dispepsias: movi- mientos convulsivos particularmente en los niños. Tales son los síntomas que acompañan á las afecciones verminosas, los que no todos se presentan á la vez, pues cada variedad de Lombriz que hemos determinado tiene los suyos particulares por donde podremos Diasnosticarlas. Terapéutica considerada en general. Esta parte de la Patología puede considerarse como el objeto principal de la Medicina: necesitando para llenarlo de la adquisición de todos los ramos accesorios, tales como la Química, Física, Botánica &c. &c, pues cada una de ellas le suministran las nociones necesarias para establecer con per- fección sus dogmas y principios, los que todos contribuyen á un objeto final, cual es la curación ó alivio de las enfermeda- des. El estudio de la terapéutica comprende: La fuerza medi- catriz de la naturaleza, Las Indicaciones y Contraindicaciones. Los medios Dietéticos aplicados á las enfermedades. Medios Quirúrgicos y Farmacéuticos, Acciones de los agentes medi- cinales ó Medicaciones. Tal es en resumen las partes que abraza el estudio de la Terapéutica, de tanta necesidad al que va á ejercer la verdadera medicina, como innecesario al de condiciones opuestas. En el tratamiento de las enfermedades deberemos considerar su clase ó naturaleza, los medios que conocemos para establecerlo, y el por que lo verificamos, no ecsistiendo mas que dos medios de tratamiento, el Curativo ó Paliativo: el primero lo esplicaremos á las enfermedades de posible curación: el segundo á aquellas cuya curación no es imposible obtener como sucede en las enfermedades crónicas. — 189 — Los medios que poseemos para establecer los diferentes tratamientos los deducimos de los materiales que nos presta la Higiene, la Materia médica y Procedimiemtos Quirúrgicos: los primeros nos suministran datos ya como preservativos, ya como curativos y paliativos: los segundos nos proporcionan los medios de conocer los agentes medicinales cuya acción mo- dificadora es capaz de influir en volver á los órganos el ejer- cicio regular de sus funciones que constituye la Salud: los terceros nos sirven para las curaciones esternas, ya por medio de los instrumentos convenientemente aplicados ó con solo la aplicación manual, con cuyos medios conseguiremos el objeto Terapéutico. Las razones del tratamiento, deberemos fundarlo en las indicaciones, puesto que la indicación debe ser el re- sultado de la apreciación de los síntomas que nos suministre el trastorno funcional que constituya la enfermedad que tra- temos de combatir, cuyas indicaciones podremos referirlas á la Indicación, Empírica, Racional. Perturbadora y Sintomá- tica: cada una de ellas tiene un esclusivo y relativo objeto se- gún sea la naturaleza de la enfermedad aguda ó crónica, cau- sas, asiento, tipo y especificidad que tenga puesto: que cada uno de estos motivos harán variar las indicaciones y respec- tivos tratamientos. El tratamiento racional, es aquel cuya efi- cacia y modo de obrar tiene comprobada y sancionada la es- periencia en afecciones bien conocidas y científicamente de- terminadas, de aquí ha tomado el epíteto de indicación racio- nal: tal es las Sales de Quinina en las fiebres intermitentes, las preparaciones Yódicas en las afecciones escrofulosas. El Empírico es aquel tratamiento que ha enseñado la esperien- cia rutinera, ser útil en enfermedades que tienen alguna se- mejanza entre sí, siendo mas propio del profano á la ciencia que no del que debe conocerla por principios, puesto que pa- ra practicarlo no se necesita apreciar ni la naturaleza de la enfermedad, tan necesario para combatirla, ni el modo de obrar de los agentes terapéuticos, siendo pues esta clase de medicaciones mas propio del charlatanismo que de la verda- dera medicina. La medicación perturbadora ó abortiva, es aquella que indicada en la oportunidad, produce cambios in- determinados en los diferentes aparatos orgánicos, con el ob- jeto de modificarlos en sus acciones patológicas, sacándose esta clase de medicaciones de los agentes Terapéuticos, cuya propiedad es la de estimular los tegidos orgánicos en contra- rio al modo del ser morboso. La estimulación que se produce en una superficie inflamada que la hace desaparecer, nos dará — 190 — una idea de este modo de tratamiento. La indicación sinto- mática es la que se ocupa de combatir los síntomas que pue- da presentar la enfermedad sin hacer caso del Diagnóstico que ella ecsije para su tratamiento particular; los narcóticos indicados en todos los dolores de cualquier naturaleza que sean, nos presentan un ejemplo déla medicación sintomática, muchas circunstantias ya individuales ó ya generales modi- fican los diferentes tratamientos é indicaciones, por lo que de- beremos deducir la elección de los agentes formacológicos que podamos emplear en las variadas enfermedades de que es susceptible la organización del hombre. Sinonimia de las enfermedades. LECCIÓN XXXVII. Señores:—Se ha llamado Sinonimia en las ciencias al arte de reunir y comparar todos los nombres de los objetos que puedan componerlas: siendo para nosotros el estudio de los diversos nombres con que son conocidas las enferme- dades consignadas por los autores que han escrito ya de las afecciones generales, ya de las particulares, pudiéndose decir que la Sinonimia aplicada á la Medicina, debe con- siderarse como un ramo artificial agregado á la Patología General, sin utilidad alguna, pero no sin necesidad: bajo este concepto el estudio de diversas nomenclaturas debe ser de bastante interés para el que se dedique á la medicina, pues con su ausilio podrá disipar las dudas que se les ofrezcan cuando quieran hacer la historia de una enfermedad, ó pene- trarse de sus pormenores para mejor comprenderla. Afecciones Febriles. Calentura Inflamatoria.—Sinonimia.—Sinocal no Pútrida de Galeno.—Aguda Sinocal Sanguínea de Hoffman.—Conti- nua no Pútrida de Boerhare.—Inflamatoria simple de Hux- ham.—Inflamatoria Sinocal de Sthal.—Inflamatoria de Stoll. —Sinocal de Saurages y Callen.—Angioténica de Pinel. Calentura Biliosa.—Sinonimia Biliosa de Hipócrates, St- haal *ye//e.-Sinocal Biliosa de Galeno.—Sinoco Causón de los Grágw.-Fiebre Pútrida flogística de Tmo/.-Colérica de Hoff- man.—Synocanon Pútrido de Grant.—Inflamatoria biliosa de — 191 — Si olí.—Ardiente de Boerhare.—Gástrica de Pinel.—Gástro duodeno hepatitis de Broussais. Calentura Mucosa.—Sinonimia.—Mesentérica de Bag- lirio.—Pituitosa de Stoll.—Glutinosa Gástrica de Sarcone.— Enfermedad Mucosa de Roederer.—Adenomeningea de PU nel.—Gástro enteritis de Brussais. Calentura Maligna y Pútrida.—Sinonimia.—Tiphus de Hipócrates. — Sinocal Pútrida de Sauvages, Cuiten, Galeno y Foresto.—Pestilencial maligna de Fracastorio y Sydenham —Pútrida de Stoll y Quarin. — Continente Pútrida de Selle.— Continua Pútrida de Boerhave.—Atáxo Adinámica de PineL —Gástro entero encefalitis de Broussais. Tiphoidea de Cho- mely Luis.—Enteritis Foliculosa de Andral, Bouillaud Cru- veilhier y Forget.—Enteromesentérica de Petit y Serres-— Dothinenteritis de Bretonneau.—Exantema interno de Ler- minier. Fiebre Amarilla. Enfermedad Real de Hipócrates. Sinonimia Tiphus Icterodes de Sauvages.—Continua pú- trida Icterodes Carolinense de Macbride.—Elodes Icterodes de Vogel.—Maligna biliosa de la América de Moultrie.—Si- nocal Icterodes de Currie.—Fiebre Marinera de Labat.—Ma.- ligna amarilla de las Indias Occidentales de Makittric.-Ca.u- son Tropical endémico de Monseley.—Biliosa tifoidea amari- lla de 7?¿í.sA.-Pestilencial amarilla maligna de Chisholm-Ca- lentura Gástro adinámica de Pinel.—Tiphus miasmático atác- sico pútrido amarillo de Bally.—Vómito prieto y negro de los Españoles.—Mal de Siam de los Historiadores de las Anti- llas.—Calentura ó Fiebre amarilla de los Médicos Europeos. —Sinoco Americano del Doctor Castro.—Gástro enteritis Mias- mática de Broussais. Calentura héctica.—Sinonimia.-Fiebre Tábida ó Len- ta.—Consuntiva ó Colicuativa. Calentura sudatoria.:—Sinonimia.—Hidronosis de Fo- resto y Senerto.—Sudor Francés.—Efémera Británica de Bri- taniccio.—Sudor Miliar Anglicano. Calentura intermitente.—Sinonimia.—Fiebre Palu- diana ó Palúdea.—Miasmática de las Lagunas y Rios.—Oto- ñales.—Terciana Cuartana &c. &c. Viruelas.—Sinonimia.—Viruela de Boerhave.—Calen- — 192 — tura Variolosa de Hoffman.—Erupción Variolosa.—Discreta ó Confluente. Varicella.—Sinonimia.-Viruelas locas.~Bastardas.-Vi- ruelilla.—Viruelas volantes.—Pequeña viruela de las Fran- cesas. Sarampión.—Sinonimia.-Calentura Morbillosa de Hoff- man.—Rubéola de Sauvages y Cullen.—Rougeola de los Franceses. Escarlatina.—Sinonimia.—Sarampión Confluente de Morton.—Fiebre roja de los Franceses.—Colorado y Escarla- tina de los Españoles. Erisipela.—Sinonimia.-Calentura erisipelatosa de Hoff- man y Vogel.—Erisipela de Sauvages, Cullen y Linneo.-Hn- fermedad roja biliosa de Stoll. Zona.—Sinonimia.—Zoster de Plinio.—Herpes de Scri- bonio.—Zona Ígnea de Hoffman.—Herpes Zoster y Erisipela Zoster de Sauvages.—Erisipela Fictenoydes de Cullen.—Eri- sipela Pustulosa de los Dermatólogos. Miliar.—Sinonimia.—Fiebre Miliar de Cullen Linneo y Vogel.—Purpurada roja y alta Miliar de Hoffman.—Miliar de los Franceses. Urticaria.—Sinonimia.—Fiebre Ortigosa de Vogel.-Es- carlatina Ortigosa de Sauvages.—Uredo de Linneo.—Porce- lana de los Franceses. Hidroa.—Sinonimia.—Sudamina.-Papula sudoris.-Sar- pullido.— Sarpullo. Pemphigus.—Sinonimia.—Moría de Linneo.—Fiebre ve- gigosa de Vogel y Macbride. Herpes.—Sinonimia.—Empeines. Tina.—Sinonimia.— Pórrigo.—Favus. Sarna.—Sinonimia.—Psora.—Enfermedad Scabiosa. Pústula maligna.—Sinonimia.—Carbunclo.—Anthrax. —Fuego Pérsico.—Pápula maligna. Oftalmía.—Sinonimia.—Conjuntivitis.—Oftalmitis. Catarro nasal.—Sinonimia.-Coriza.-Gravedo.-Hucsion. Inflamación del oído.—Sinonimia.—Otitis.—Dolor de oidos.—Otalgia. Inflamación de la garganta. Angina.—Sinonimia.-Angina con tumor de Boerhave.— Tonsilar y Faríngea maligna de Sauvages y Cullen.—Garro- tillo de los Españoles.—Angina Guttural. — 193 — Inflamación de la laringe y trachea.—Sinonimia.— Angina Traqueal de Sauvages y Cidlen.—Cinanche Laríngea de Eller.—Angina interna de Tulpia.—Cinanche Stridula de Walborn.—Crowp Stridulosa de Home.—Angina poliposa de Michaelis.—Cinanche Traqueal húmedo de Ruiseh.—Croup mucoso de Lentin y otros.—Caqueluche. Inflamación de los bronquios.—Sinonimia.—Bronqui- tis.—Asma húmeda.-Angina de Pecho.-Pleuritis húmedo de Stoll.—Catarro Pulmonal de Sydenham -SoerÁare.-Bronquial de Hoffman.—Bronquitis Capilar. Inflamación del estomago,—Sinonimia.-Gastritis.-Do- lor de estómago.—Gastralgia. Inflamación de los- intestinos delgados,—Sinonimia. —Enteritis de Sauvages, Vogelty Sagar.—Inflamación intes- tinal mesentérica de Boerhave y Hoffman. Inflamación de los intestinos gruesos.—Sinonimia.— Dificultad de los Intestinos de Hipócrates.—Disenteria de to- dos los Médicos.—Colitis de Broussais. Inflamación de la vejiga.—Sinonimia.-Cistitis.-Catarro vegical de Lientaud y Chopart.-Afección vexical de Hoffman. Inflamación de la vagina.—Sinonimia.—Leucorrea.—* Flores blancas.—Flujo de la muger de Galeno.—Reumatismo del útero de Bailloii.-Menstrno blanco de Serento.-Menona.- gia blanca de GW/e^.-Blenorrea de la vagina-Catarro uterino. Inflamación de la uretra.—Sinonimia.—Gonorrea ve- nérea.—Sifilítica.—^Purgación, Flujo uretral.—Catarro de la Uretra.—Uretritis. Ulceración epitelial de la boca.—Sinonimia.—Aftas de Boerhare Sauvages Cullen y Sagar.—Fiebre Aftosa de Vogel.—Muguet ó Florecilla en los niños. Inflamación de las membranas del cerebro.—Sinoni- mia.---Frenesí de Sauvages y Cullen.---Meningitis de los autores. Inflamación de las partes laterales internas del pe- cho.—Sinonimia.—Dolor de costado.—Pleuresía-Pleuritis.— Fiebre Pleurítica de Sauvages y Cullen. Dolores en las partes laterales esternas del pecho. —Sinonimia.—Reumatismo de las paredes del pecho.—Neu- ralgia Intercostal.—Pleurodinia. Inflamación del corazón y su envoltura.—Sinonimia. —En el corazón.—Carditis.—En el Pericardio Pericarditis. Inflamación del peritoneo.—Sinonimia.—Peritonitis— Calentura Puerperal. 25 — 194 — Inflamación del tegido celular.—Sinonimia.—Fleg- mon.— Forúnculo.—Clavo. Inflamación e hinchazón de las PARÓTiDAs.-Sinonimia. Paperas.-Parotitis.-Scrófula.-Cinanche Parotidea de Sauvages y Cullen.-Angma. Maxilar de Vogel.-Angina. esterna de Russell. Inflamación del cerebro.—Sinonimia.—Cefalitis.—Ce- rebritis.—Encefalitis.—Sphacelismo de Linneo. Inflamación de los pulmones.— Sinonimia.—Pulmonía. —Perineumonía de Cullen.—Fiebre Perineumonía de Hoff- man y Macbride. Inflamación del hígado.—Sinonimia.—Hepatitis.—Do- lor del hígado Hepatalgia. Inflamación de los ríñones.—Sinonimia-Nefritis.—Fie- bre Nefrítica de Hoffman.—Dolor de los Riñones Cólico re- nal.—Concresiones en los Riñones Nefritis Calculosa. Inflamación del útero.—Sinonimia.—Metritis.-Uteritis. -Hysterytis de Linneo Vogel y Cullen.-Fiebre Uterina de Hoff- man.-Do\or del Útero Uteralgia.-Neuralgia Uterina.-Endure- cimiento del Útero Scirro.-Con ulceración, Cáncer de la Matriz. Inflamación de los músculos y aponeuroses.—Sinoni- mia.—Reumatismo Muscular.---Fibroso.—Articular.—Myo- sitis de Sagar.—Dolor en los lomos Lumbago.—Artritis reu- mática de Sauvages.—Podraga de Hoffman y Linneo. Inflamación del diafragma.—Sinonimia.-Parafreneus de Sauvages y Linneo.—Parafrenitis de Boerhare y Vogel. Hemorragias ó flujos de sangre por las narices.—Si- nonimia.—Epistasis.—Hemorragia Nasal. Por la boca, de sangre roja.-—Sinonimia.—Hemptoe de Boerhare.—Flujo de sangre de los Pulmones de Hoffman. —De sangre Negra.—Vómito ensangrentado.—Hematemesis. Por el ano.—Sinonimia.—Flujo hemorroidal de Hoff- man.—Proctorragia.—Sangre de Espalda. Por la orina.—Sinonimia.—Hemorragia de las vias Uri- narias.—Hematuria. Por la vagina.—Sinonimia.---Metrorragia.—Flujo Pe- riódico.—Hemorragia Uterina.—Vaginal. Detención del flujo periódico.—Sinonimia.—Amenor- rea.—Dimenorrea. Dificultad de percibir los sonidos.—Sinonimia.—Du- reza del oido.—Hypocophosis de Hoffman.—Oido falso Para- cusys, Zumbido de oido Syrigmo de Sauvages y Sager.—Su- surro de Vogel.—Paracusis imaginaria de Cullen.—Sordera completa Cophosis.—Dysecea. — 195 — Dificultad de la visión.—Sinonimia.-Suffusion de Sau- vages.—Diplopia visión doble.-Vision de dia Hemeralopia.— Ambliopia crepuscular de Sauvages.—Dysodia tenebrosa de Cullen.—Vision de noche Nictalopia Ambliopia meridiana de Plater.—Dysodia luminosa de Cullen.—Ceguedad completa Amaurosis Incompleta Ambliopia. Perdida de sentimiento y movimiento.—Sinonimia— Apoplejía.—Congestión Cerebral. Aumento de movimientos y contracciones.—Sinonimiá.- Epilépsia.—Enfermedad Sagrada de Hipócrates.—Enferme- dad Mayor de Celso.—Enfermedad Hercúlea de Aristóteles. —Enfermedad Lunar de Areteo.---Enfermedad Caduca de Auleriano.—Mal de Corazón.—Alferecía.—Gota coral.—Té- tano.—Pasmo. Trastornos de la inteligencia.—Sinonimia.---Hipo- condría.—Hipocondrosis de Sauvages, Vogel, Cullen.---Mal hipocondriaco de Hoffman y Junker.---Melancolía.—Delirio melancólico de Hoffman.—Mania Delirio Maniático de Boer- hare.—Monomanía de los autores.—Demencia.—Amencia de Vogel, Sauvagesy Cullen.---Morosis de Linneo.—Idiotismo. Demencia de Vogel.—Cretinismo de Fodere.—Somnanbulis- mo.—Hypnobatasis de Fog-e/.-Noctambulacion de Junker.— Oneyrodynia activa de Cullen.—Pesadilla ó Esfialtes de Sa- gar y Cidlen.—Incubo de Junker.—Oneyrodynia agravante de Sauvages. — Rabia, Hidrofobia ó Enfermedad Lísica. Exaltación de la sensibilidad-Dolor.—Sinonimia.— Neuralgia.—Neuritis.—Dolor de Estómago-Gastralgia.—Gas- trodinia.-Sensacion de ardor quemante en el estómago.-Car- dialgia.—Pirosis. Contracción del estómago.—Vómito espasmódico.—Có- lico Nervioso.—Sinonimia Cólico Flatulento y Espasmódico de Sauvages y GW/erc.-Saturnismo Raquialgiade Sauvages y Sagar. de Poitou, de los Pintores.—Cólico del Miserere.—Es- pasmódico Iliaco de Hoffman y Boerhare—'Pasión Iliaca. Diminución y aumento de la sensibilidad y de los mo- vimientos musculares.—Sinonimia.—Parálisis.—Aire Perlá- tico.—Corea ó Baile de San Vito. Voz convulsiva.---Sinonimia.—Cynantropya.—Lican- tropya.—Parálisis de la Lengua.—Aphonia voz apagada. Parálisis del esófago.—Disfagia.- Espasmo del Esó- fago.—Palpitaciones del corazón.—Sinonimia.—Nerviosa ó Espasmódica de Cullen.—Histérica de Sidenham, Síncope ó Lipotomia. — 196 — Anafrodisia 6 agenesia de vogel.—Dispermatísmo.-Dis- permacia.—Eyaculacion imposible.—Deseos insaciables déla Venus.—Sinonimia.—Satyriasis Erección continua del Pene. —Priapismo.—Furor Uterino.—Sinonimia.—Metromania de Astruc—Ninfomanía.—Melancolía Uterina de Nister.—His- terismo.— Sinonimia.—Afección histérica de Vogel.—Syden- ham.— Mal histérico de Junker. Enfermedades de algunos sistemas orgánicos. Siphilis.—Sinonimia.—Luc Venérea,—Mal Venéreo.-Gá- lico.—Napolitano. Escorbuto.—Sinonimia.—Stomacace. Granos análogos a las moras.—Frambuesa ó Jaws.— Tumores en el Cuello.—Escrófulas.—Strumas.—Tumores frios. Reblandecimiento de los HUESos.-Raquitis. Osteomalaxia. Elefanciasis de los Griegos ó Lepra tuberculosa. Elefanciasis de los Árabes ó Enfermedad glandular de las Barbadas. Tubérculos pulmonales. —Sinonimia.—Tisis tuberculo- sa de Portal y Sauvages.—Enfermedad Pulmonal de Celso. Tumefacción del abdomen y consunción. — Sinonimia.— Tabes mesentérica.—Atrophia infantil.—Escrófula Mesenté- rica.—Contabescencia pueril.—Enfermedad Tábida. Gangrena.—Mortificación.—Esfácelo.—Esfacelismo. Aneurisma del corazón.—Hipertrofia. Hidropesía general.— Sinonimia.— Leucofiegmácia.— Anazarca.—Hidropesía celular. Aumento de volumen de la cabeza.—Sinonimia.—Hi- drocéfalo.—Hidropesía del Cerebro. Tumor en algún punto de las vertebras.—Hidrorra- quis.—Spina Bífida.—Hernia espinal.—Hidropesía del Raquis. —Hidrócele.—Colección de Serosidad en el Escroto.—Hidro- pesía de Pecho.—Hidrotorax.—Del'Pericardio.—Hidroperi- carditis.—Del Abdomen.—Ascitis. Topografía Médica. LECCIÓN XXXVIII. Señores:—La Topografía Médica, es aquella parte de la Patología que se ocupa de describrir precisamente las localida- — 197 — des y sus variaciones, diferenciándolas en cuanto á su natu- raleza para aplicarlas después al estudio de las causas de las enfermedades, así como al de la Higiene y Terapéutica. Des- de los tiempos mas remotos, se reconoció la importancia de los conocimientos Topográficos: siendo Hipócrates el primero que .estableciendo reglas terminantes sobreesté particular han llegado hasta nuestros dias, sin que nadie se haya atrevido á contradecirlas: antes por el contrario, los médicos de los siglos posteriores, admiraron sus observaciones, siguiendo el camino que les trazó sobre este particular en su tratado del Aire, de los Lugares y Aguas, dándoles la importancia que merecia ya bajo el concepto Etiológico, ya bajo el Higiénico tan necesa- rias para llegar á conseguir el objeto principal del médico cual es la conservación y curación de las enfermedades: siendo in- dudable que los conocimientos geográficos y geológicos tienen una íntima conexión con el estudio práctico de la medicina, como muy bien se deja comprender si atendemos que la ma- yor parte de las enfermedades dependen de causas locales que reunidas á las condiciones atmosféricas también locales, son las que determinan los padecimientos propios á las localida- des en donde se desarrollan bajo unos mismos é idénticos ca- racteres: puesto que una multitud de afectos morbosos se de- senvuelven por la influencia de aquellas causas, las que por su frecuencia y repeticiones, nos parecerá haber podido per- tenecer á otra localidad diferente á la en que se observan y se han observado. Cada pais del Globo padece de enfermedades que les son peculiares, cuyas causas determinantes descono- cidas, se encuentran sin duda en todas bajo una dependencia local, ya atmosférica, ya topográfica, puesto que allí es perma- nente; al paso que estas mismas enfermedades trasladadas ac- cidentalmente á otras regiones, se estinguen por si mismas ó se transforman variando de naturaleza. Precindiremos de es- tas consideraciones generales para ocuparnos de las particu- lares que se dirijirán al modo mas seguro para poder estable- cer las Topografías Médicas, cuyo estudio es de alta impor- tancia al médico cuando trate de ejercer la profesión en cual- quier pais ó localidad: este estudio pues, le abrirá un vasto campo para sus observaciones Clínicas para sus indicaciones Terapéuticas, así como para cuando le sea necesario hacer la historia de las enfermedades que son peculiares y comunes á la localidad en que se halla funcionando, en cuya historiadebeu comprenderse todos los fenómenos relativos á la ecsistencia física y moral de los habitantes, de la comarca y de los demás — 198 — objetos naturales que debe abrazar toda topografía médica, terminantemente redactada. Cuando el médico se dedica á este trabajo, es necesario que valorize científicamente la constitución particular del ter- reno, principiando por formar una idea csacta de su configu- ración, como también de las modificaciones accidentales que haya podido sufrir en los tiempos remotos, indicando la ri- queza y cantidad de sus producciones, así como determinan- do la elevación y figura de las montañas, su composición y si- tuación, y si sus pendientes influyen en la fertilidad de los va- lles, no olvidando si ecsisten rios, riachuelos ó lagunas, su ori- gen, estension y los manantiales que lo surten ó forman: si las aguas son saladas, dulces ó minerales, así como debe ave- riguar sus propiedades curativas, y las sustancias que concur- ren á la formación de los terrenos si son primitivos, secunda- rios ó terciarios, si las capas sos calcáreas, silíceas, arcillosas, gredosas ó de origen volcánico: debiendo el Médico Topógrafo determinar los metales y su naturaleza física: caracterizará los vegetales de propiedades médicas conocidas, y clasificará los otros por el método Botánico que le sea mas conveniente. Pa- sará después á los animales determinado sus diferentes espe- cies, si son terrestres, acuáticos ó anfibios: así como los volá- tiles si son carnívoros ó granívoros: penetrara si es posible en las escavaciones ó subterráneos naturales ó artificiales, con el objeto de examinarlos, determinando lo que en ellos encuen- tra de particular. Todo este cuadro trazado deberá tenerse co- mo un corto bosquejo que servirá de guia para poder estable- cer la topografía de un lugar ó de un pais; el que aplicaremos á la medicina para que saquemos de él todos los pormenores para la formación de lo que se ha llamado Topografía Mé- dica, aplicable al ejercicio de la medicina. El primer cuidado del médico tan luego como llega á ejercer su profesión en un lugar que le es desconocido, y don- de piensa establecerse, es el de ocuparse del estudio de la po- sición topográfica en que se encuentra. Este estudio debe pre- cederle á las demás que le puedan interesar en lo relativo ásu profesión, pues en él está basado el buen ó mal écsito de su práctica; debiendo recordar que la medicina así como sus ra- mos auxiliares la Física, Química, Botánica é Historia Natu- ral le servirán para todo lo que diga relación con sus investi- gaciones. Si fuere terreno montañoso, deberá conocer su altu- ra, forma y posición: descendiendo á los valles, valuará la in- fluencia de las alturas sobre ellos; si ecsisten bosques, calcu- — 199 — lará su estension, teniendo en cuenta su situación, la natura- leza de los árboles que los forman, su espesor y su mayor ó menor antigüedad: procurando conocer la dirección de los vientos y cuales son los que en razón de la posición de los bosques debieran reinar de un modo constante: determinará la dirección de los rios, asegurándose de la naturaleza de sus aguas y de la rapidez de su corriente: averiguando si ecsiste en sus márgenes algún manantial mineral y á que clase de aguas puede pertenecer: analizando todo loque sea capaz de ser sometido á este medio de indagación. Después de estas averiguaciones, pasará á indagar los fenómenos meteorológi- cos, así como se informará de la constitución atmosférica ha- bitual, de sus variaciones y modos de ser en las estaciones, apreciando el estado Higrométrico, Termométrico y Baromé- trico del aire. Pero no basta que el médico tenga conocimiento de estos antecedentes como objeto de sus observaciones, pues es necesario que también se instruya de los cambios que ha su- frido aquella localidad en los huracanes, respecto á los rios y derrumbes de algunos terrenos, así como de la desaparición de lagunas y aparición de otras de nueva formación: siendo indispensable que el médico esté penetrado de todas estas circunstancias para que pueda apreciar después las diferen- cias que observe en el modo de ser físico y moral del conjunto de los habitantes de la comarca ó población, lo que influye en la producción de las enfermedades, cuyas causas se en- cuentran en la localidad, y también en el modo de vivir de estos mismos individuos. Prevenido con estos antecedentes preliminares con las demás observaciones que haya tenido que hacer, no le falta mas para el objeto que se propone que es la de averiguar las enfermedades que son mas comunes y constantes en las es- taciones del año: procurando conocer las que reinen con mas frecuencia, y aun puede hasta cierto límite preveerlas y pre- caberlas estableciendo algunas precauciones higiénicas res- pecto á dar salida á las aguas estancadas, limpiar las márge- nes de las lagunas, y enterramiento de animales muertos en las inmediaciones: cuyas causas alterando el aire atmosférico puede dar lugar á enfermedades graves, independiente de las propias estacionales y dependiente de la constitución física de sus habitantes. De este modo el estudio de las localidades apli- cado á la medicina, es necesario no solo al médico cuando va á ejercer su profesión sino también cuando quiera estudiarla bajo el punto de vista descriptivo en todo lo que concierna á — 200 — las enfermedades y al tratamiento mas adoptable á su natura- leza y al temperamento propio de los habitantes que van á someterse bajo sus conocimientos médicos. Así es que las en- fermedades en las poblaciones espuestas á todos los vientos y que no tienen montañas que las circundan, reciben y conservan la mayor influencia de los rayos del Sol: encontrará el médico que sus habitantes están dotados del temperamento sanguíneo que son fuertes y robustos, debiendo conocer que sus enfer- medades inflamatorias serán agudas y rápidas en su curso: siendo estas las que predominen respecto á las otras poblacio- nes, cuya temperatura sea friay húmeda, é interrumpidas las corrientes del aire por bosques y montañas, pues estos habi- tantes serán de constitución débil y linfáticos, llevando sus enfermedades el sello de su temperamento: de modo que en el estudio topográfico tendrá el médico dos observaciones que hacer, la primera es que ecsisten enfermedades que pertene- cen de una manera especial á cada localidad que se producen y sostienen bajo la influencia de causas locales: en este caso, no le basta al médico curar la enfermedad, es necesario que destruya las causas que la provocaron, debiendo dirigir su principal atención sobre este particular. La segunda observa- ción, es que las enfermedades generales adquieren en las lo- calidades una fisonomía particular que el médico debe apre- ciar, con el objeto de variar las indicaciones de una manera conveniente para adoptarla á las variedades patológicas que se le presentan: debiéudose establecer, que la curación de las enfermedades está ligada del modo mas íntimo á los conoci- mientos topográficos: esta verdad tiene tal grado de certidum- bre que basta muchas veces cambiar ciertas disposiciones ta- les como desmontar algún terreno, secar lagunas, abrir desa- gües para destruir todas las influencias patológicas capaces de producir enfermedades en una localidad ó población. RESUMEN DE LAS LECCIONES DE PATOLOGÍA GENERAL QUE CONTIENE ESTE VOLUMEN. Lección 1.a—Página 5.—-La Patología comprende el es- tudio de las enfermedades,—Sus causas,—Síntomas,— Diag- nóstico,—Pronóstico,—La Nosografía,—Nosología—y Topo- grafía médica. Ella ecsige haber adquirido los conocimientos Anatómicos y Fisiológicos, sin los cuales no podrían compren- derse con perfección sus Dogmas y Principios. El mejor modo como podremos definir lo que sea enfer- medad, será esplicando en que consiste por las modificaciones Orgánicas que desenvuelve y constituye. La enfermedad ha sido definida según los sistemas médicos y teorías inventadas para esplicarla.—La nuestra reúne las condiciones que debe tener toda Definición Filosófica. Lección 2.a—Página 9.—La Etiología considerada co- mo una de las partes de la Patología se ocupa del estudio de las causas de las enfermedades.—Las referiremos á los Predis- ponentes Generales é Individuales, Ocasionales, Especiales y ^Determinantes.—Las Predisponentes Generales, ejercen su in- fluencia por medio de los Climas, Localidades y Estaciones. Lección 3.a—Página 13.-Las causas predisponentes indi- viduales morbosas, obran por el intermedio de las diferentes constituciones y temperamentos,-Heredad,-Edad,-Sécso,-Ac- titud,-Hábito,-AI i mentación ,-Vestidos-y Afecciones Morales. Lección 4.a—Página 18.—Las causas determinantes im- presionan inmediatamente la economía provocando enferme- dades de diferentes naturalezas,—Se han llamado Comunes, Especiales y Específicas.—Cada una tiene su modo particular de obrar sobre la organización.---Las impresiones generales modificando los órganos determinan la Constitución Médica: ella es el resultado de las causas predisponentes generales de- sarrolladas en una localidad, por lo tanto difiere de la consti- tución atmosférica. 26 — 202 — Lección 5.a—Página 23.—Las enfermedades pueden re- sistir en las diferentes localidades bajo los aspectos de Endé- micos, Epidémicos y Esporádicos, presentando caracteres de contagiosas, Infecciosas y Específicas.—Su modo de transmi- sión y aparición constituye estas diversas presentaciones que son debidas bien á causas generales,bien á particulares, las que son determinadas por los diferentes agentes morbosos. La mo- dificación orgánica de los sólidos y líquidos por medio de las impresiones morbosas, constituye lo (pie se llama Diátesis, ec- sistiendo tantas, cuantas son los elementos mórbidos que co- nocemos: pudiendo ser adquiridas mientras la vida ó innatas dependientes de las disposiciones morbosas de los padres, ó transmitidas por la lactancia. Lección 6.a—Página 29.—Para dividir y conocer las en- fermedades, es necesario clasificarlas y describirlas por algu- no de los métodos admitidos: la de Mr. Pinel nos ha parecido lamas adoptable al objeto de nuestro estudio, por reunir me- jores medios de indagaciones Patológicas, muy necesarias pa- ra la formación de un Profesor del arte de curar. El estudio de las enfermedades según su naturaleza, en Clases, Orde- nes y Especies, es de la mayor importancia para la compren- sión metódica de la Nosología. Lección 7.a, 8.a y 9.a —Página 37,49 y 44.—La descrip- ción de las enfermedades por medio de los caracteres que ge- neralmente presentan, constituye la Nosografía.—Su estudio nos abrirá un campo de observación en donde podremos co- nocer y estudiar los síntomas mas comunes de las calenturas, Flegmácias, Hemorragias, Neuróses y Lesiones orgánicas. Lección 11.—Página 51.—La alteración ó trastorno del principio Vital, puede dar lugar á desórdenes,en la estructura orgánica y vice-versa, los que se manifiestan por medio del grito de los órganos [Síntomas.] A todo este conjunto de he- chos, se han referidos los llamados Elementos Morbosos, con- siderándolos establecidos ya en la fuerza ó ya en la organiza- ción, de aquí es que podremos admitir tantos elementos mor- bosos como naturalezas pueden presentar las enfermedades re- lativamente ya al aparato orgánico en donde se establece, ya á las modificaciones que pueda determinar. El estudio de las causas íntimas de las enfermedades, se ha llamado Patogenia, aunque oculta á nuestras investigacio- nes, las referiremos á las modificaciones de los solidos, líqui- dos y sistema nervioso. Las Teorías Médicas, están controver- tidas en este particular, á pesar de los ingeniosos trabajos de — 203 — los Sres. Andral y Gabarret, sobre las alteraciones de la san- gre en las enfermedades. Por naturaleza de una enfermedad, entenderemos la mo- dificación orgánica que la constituye, dependiente de la alte- ración de los líquidos, trastorno de los sólidos ó perturbación de la fuerza nerviosa que preside las acciones Vitales: los ca- racteres físicos, nos serán bastante en la mayoría de los casos para conocerla y denominarla. PRODROMos.-Aunque poco apreciables como Síntomas en losindividuos,lo son en gran manera para el Médico,pues ellos siempre suponen el principio de algún padecimiento, el que se desenvuelve según el grado de vitalidad. El estado llamado de Incubación en las enfermedades, podremos referirlo á los Pró- dromos y á lo que llamo Hipócrates Spontáneas laxitudes. Los trastornos en las funciones, determinan los Síntomas, cuyos fenómenos se desenvuelven bajo la influencia de las reacciones orgánicas, las que son apreciables á todos los que las observan: lo contrario del Signo que solo le es característico al Médico: tanto el Síntoma como el Signo le es de necesidad para establecer el Diagnóstico délas enfermedades. Lección 12.—Pagina 59.—Los diversos estadios que re- conocen las enfermedades y en las que se suceden los fenó- menos morbosos, será lo que se ha llamado Curso de una en- fermedad: en el que comprenderemos los Tipos, la Duración, Periodos, Accesos, Paróximos y Exacerbaciones. En la mar- cha y duración de las enfermedades, comprenderemos los Pródromos y los Estadios llamados Invasión, Aumento, Esta- do, Declinación y Terminación. La mayor parte de las enfer- medades, terminan por fenómenos Críticos ó reacciones orgá- nicas en dias indeterminados por alguna secreción mucosa, sanguínea, serosa ó metástasis. Lección 13.-Página 67.-EI cambio de una enfermedad en otra de la misma naturaleza, constituye la metástasis, la que no deberemos confundir con la Delitescencia. Las llamadas Crisis imperfectas son efectos Metastásicos, así como las revulsiones terapéuticas cuando queremos artificialmente imitar á la na- turaleza en este modo determinación de las enfermedades. Las complicaciones de las enfermedades, las modifican en- tre sí, entreteniendo su marcha para la curación, ó agravando los estadios que recorren: la perversión de los fenómenos mor- bosos pueden trastornar el Diagnóstico en las enfermedades complicadas en las que no podremos verificar con exactitud el Pronóstico ni las indicaciones. — 204 — Las enfermedades pueden terminar en la Salud por el intermedio de la convalecencia: recidivar apareciendo de nue- vo con todos sus caracteres, después de haber obtenido Salud perfecta por algunos dias; ó recaer por no haber terminado perfectamente por los medios críticos conocidos. Las impresio- nes atmosféricas, los desórdenes en los ingestas y las afeccio- nes morales contribuyen en gran manera para las Recidivas: las falsas crisis para las Recaídas. La cesación de las funciones, es el término de la vida ó muerte: ella siempre es resultado de trastornos orgánicos ó de la fuerza Vital en consecuencia de enfermedades agudas, cró- nicas ó lesiones de continuidad, manifestándose por señales que le preceden ó por fenómenos cadavéricos que la rectifican. Lección 14.—Página 73.—La distinción de las enferme- dades entre sí, constituye el Diagnóstico: para verificarlo ne- cesitamos de reunir los síntomas que caracterizan la enferme- dad, comparándola con otra ya conocida y denominada: para lo cual nos valemos de diferentes medios llamados del Diag- nóstico, así como de otros que los referiremos,—A las cuali- dades que debe tener el médico observador,--^Al ecsámen y modo de interrogarle al enfermo,—Así como á los demás me- dios que nos suniiuistre,-La Percusion,-Auscultacion,-Men- suracion &c. &c. Lección 15f—Página 84.—^La Auscultación de corazón y de los grandes vasos, es de la mayor importancia para el Diag- nóstico y Pronóstico de sus enfermedades, ya Orgánicas, ya Dinámicas. Sus diversos ruidos manifiestan el estado en que se encuentra el centro del aparato circulatorio. La Spirometria y Dinamoscópia, son dos medios inge- niosos, introducidos nuevamente en el arte del Diagnóstico: el primero para apreciar la cantidad de aire atmosférico que entra y sale de los órganos Pulmonales, en sus funciones; el segundo para valorizar el estado de las fuerzas Vitales en las enfermedades, tanto uno como otro merecen ser estudiados; Lección 16.—Página 91,—La Sintomatología y Semió- tica comprende el estudio de los Síntomas y Signos de las en- fermedades, los que deduciremos del trastorno de las funcio- nes de los aparatos de Relación y de los orgánicos: así como de la perversión de los actos intelectuales y morales. Lección 17.---Página 100.---El aparato Respiratorio y Circulatorio, presenta en sus afecciones ya agudas ó crónicas, Síntomas que le son peculiares al trastorno de las funciones que ejercen: entre los que colocaremos las pulsaciones morbo- — 205 — sas y los estados Cantitativos y Cualitativos de la sangre, co- nocidos bajo el nombre de Plethoras. Lección 18.—Página 105.---Las Secreciones exagera- das de las membranas mucosas y aparatos glandulares, son consecuencias de estados morbosos particulares que constitu- yen Síntomas y Signos que nos servirán ya para su Diagnós- tico, ya para su Pronóstico. Lección 19.—Página 109.---Las Exhalaciones, son pro- ductos de ciertos estados Patológicos de las membranas sero- sas y mucosas, debidos á la exaltación de su vitalidad ó á pro- ductos de superficies nuevas que la provocan. El aparato Genital es susceptible de trastornos func ionales que se dan á conocer por Síntomas que les son característicos, pertenecien- do unos á la perversión Orgánica y otros á la Dinámica. Lección 20.—Página 113.—El juicio que forma el mé- dico anticipadamente acerca de la terminación de la enferme- dad, constituye el Pronóstico. Es la parte mas difícil de la práctica médica, por lo que deberemos ser muy reservados al emitirlo: deduciéndose de los Síntomas y Signos que suminis- tran los aparatos orgánicos comprometidos en el padecimiento, así como del estado de las pulsaciones arteriales. El conoci- miento del modo de ser de las pulsaciones morbosas, es de gran utilidad al médico para la práctica. Lección 21.—Página 117.—Las palpitaciones del cora- zón nos suministran Signos bastantes para poder apreciar sus lesiones Orgánicas y Dinámicas. Las dificultades de respirar nos la suministran del mismo modo para el Diagnóstico y Pro- nóstico de sus padecimientos, ya Orgánicos, ya Sintomáticos. Lección 22.—Página 121.---Las modificaciones de la respiración, podemos referirlas á muchos actos fisiólogo-pato- lógicos: Tales como Bostezo,—Hipo,-Estornudo,-Tos—y Es- pectoracion: cada uno de ellos nos suministran Signos impor- tantes para el Pronóstico de las enfermedades. Lección 23.-Página 125-Los diversos estados que presen- tan las enfermedades, modifican las acciones orgánicas del es- tómago,dando lugar á desórdenes Fisiológicos,los que converti- dos en Signos y Síntomas, nos serán suficientes para formar el juicio Pronóstico de los actos morbosos del aparato digestivo. Lección 24.—Página 129.---La perversión de los actos fisiológicos del tubo intestinal, determinan Signos Pronós- ticos relativamente á sus enfermedades y á las de otros apara- ios con quienes tenga mas estrecha simpatía. Lección 25.—Página 133.—Las Deposiciones Escremen- — 206 — ticias, y así como del modo de verificarse deduciremos Signos bastantes para el Pronóstico. Lección 26.—Página. 135.---Las impresiones que reci- ben los centros nerviosos en los diferentes estados Patológicos de los aparates orgánicos, particularmente en el de los senti- dos, nos suministran Signos Pronósticos en las enfermedades agudas y crónicas. Lección 27.—Página 138.—La perversión de las facul- tades intelectuales, nos suministran Signos evidentes en las enfermedades por donde podremos conocer su Exaltación ó Diminución relativamente á su buena ó mala terminación. El Sueño y Ensueño morbosos se diferencia del fisiológico en el modo de ser de uno y otro: se desenvuelven en algunas en- fermedades como Síntomas, y en otras como Signos que re- velan gran peligro en la terminación en donde se presentan. La Exaltación de la sensibilidad, constituye el dolor, el que será mas ó menos intenso según el aparato orgánico en que se establezca, de donde toma su denominación: pudién- donos servir como Síntoma y como Signo, ya para el Diag- nóstico, ya para el Pronóstico de las enfermedades. Lección 28.—Página 143.—Del estado délas fuerzas Vi- tales, podremos deducir Signos de bastante interés para el Pronóstico, pudiendo determinarse según el grado en que las concibamos de aumento ó diminución. Las gradaciones Diná- micas, están subordinadas á las acciones orgánicas de los apa- ratos cerebro-espinal, cardiaco-vascular y respiratorio: sus mo- dificaciones desenvuelven Síntomas y Signos que los referi- remos á ciertos estados morbosos, tales como Convulsiones, Parálisis &c. &c. Lección 29.—Página 147.—Las actitudes, color Hábito esterior del cuerpo, así como del volumen anormal y olores que afectan las enfermedades, nos servirán para deducir con- secuencias Semyóticas. La cara del hombre enfermo debe me- recer toda la atención del médico, puesto que ella puede re- velar los padecimientos físicos y morales, así como el último fin de sus dias. El buen estado de las estremidades en cuanto á su color, calor é hinchazón no deberemos despreciarlo en nuestras investigaciones: ellas nos dicen alguna cosa para el objeto de la Semyologia. Lección 30.—Página 154.—Los Signos Pronósticos que presentan las enfermedades según los estableció Hipócrates en sus Aforismos merecen ser estudiados para sus aplicacio- nes en la práctica de la medicina. El modo como los redactó, — 207 — nos comprueba su espíritu observador, el cual deberemos imi- tar si hemos de ejercer la profesión dignamente. Lección 31.-Página 157.-Las diferentes impresiones mor- bosas modificando la economía provocan las enfermedades de diferentes naturalezas,tales como las fiebres de todos los tipos, Inflamaciones Hemorragias, Afectos Gangrenosos,Hidropesías, Flujos, Lesiones Orgánicas y Transformaciones de Tegidos. Lección 32.—Página 168.—Las Hemorragias podrán ser espontáneas, aqtivas, pasivas y traumáticas, cada una de ellas presenta caracteres que las diferencian según las causas que las hayan producido y las enfermedades en donde aparezcan. Las Hidropesías ó Colecciones de Serosidad en las Cavi- dades 6 en las mallas del tegido celular, tienen diversos nom- bres según la parte que ocupa: pudiendo ser de naturaleza in- flamatoria, Esencial, Humoral y Mecánica. Los Flujos ó Secreciones y Exhalaciones de los líquidos orgánicos, constituyen ya síntomas ó ya enfermedades de los órganos encargados de ejercer estas funciones, conservando la denominación con que fueron diagnosticados según el lugar donde se establezcan. Pneumatóses.---Los Gases intestinales, son producidos unos por la sustancia alimenticias, y otros por las super- ficies mucosa intestinal: siendo formados por los Gases Car- bónico, Hidrógeno Sulfurado y Ázoe: ellos pueden ser Trau- máticas, Mecánicas, Inflamatorias, Sépticas, Fermentosas ó Dinámicas: independientes de los que se desarrollan en el tubo digestivo y provocadas por otras causas. Lección 34.—Página 175.—El cambio en la estructura de los órganos en consecuencia de las modificaciones Vitales, constituye las enfermedades orgánicas que resultan de au- mento de nutrición, de diminución, de volumen, de endure- cimiento, de reblandecimiento y ulceración. Lección 35.—Página 179.—Las transformaciones orgá- nicas pueden considerarse unas veces como producciones ac- cidentales, debidas alas alteraciones de los líquidos y sólidos bajo la influencia de desórdenes de la molécula orgánica que hace variar las formas de los órganos adquiriendo otras nue- vas: y otras al desarrollo de seres vivientes que crecen, nutren y ecsisten á espensas de los líquidos. El origen y causas de las .transformaciones nos son y nos serán desconocidas, como lo fueron la naturaleza íntima de las enfermedades, ápesar de haberlas querido referir á las Diátesis y disposiciones orgáni- cas hereditarias. — 208 — Neuróses.—Las modificaciones Dinámicas pertenecien- tes á los centros nerviosos, se pronuncian por desórdenes de la inteligencia y de la sensibibidad, sin lesión anatómica aprecia- ble:sus causas aunque atribuidasá la Electricidad anímalo at- mosférica son demasiado oscuras para poder determinarlas, pues siempre las cubrirá el denso velo con el que la naturaleza nos oculta sus mas grandes misterios. Las afecciones nervio- sas son el oprobio de nuestros pretendidos progresos médicos. Lección 36.—Página 185.---Los Entozoarios ó cuerpos estraños animales, los constituyen los diversos Vermes ó Gu- sanos de formas variadas que se desarrollan en los órganos y tegidos del hombre, ecsistiendo de su propia sustancia, han sido nombrados ya por su organización y figura, ya por el lu- gar de la economía en donde se les ha encontrado. Las cau- sus de su producción y desenvolvimiento está aun bajo las sombras de las Hipótesis. Terapéutica.—El objeto del médico es el de curar ó ali- viar las enfermedades que son susceptibles, estos dos modos de aplicación: siendo la Terapéutica la que se ocupa de su es- tudio, necesita para su perfección de las ciencias auxiliares, las que le suministrará nociones bastantes para establecerlos diferentes tratamientos, que deberán fundarse en las indica- ciones, y en la naturaleza de las medicaciones oportunamente aplicadas y satisfechas. Lección 37.—Página 190.—La Sinonimia de las enfer- medades, es de necesidad al médico para conocerlas por las denominaciones con que han sido y son determinadas: aun- que de poca utilidad le es necesario sin embargo para cuando quiera hacer la Historia de alguna enfermedad, tomándola desde su origen por el nombre del primero que obtuvo por el que la describió. Lección 38.—Página 196.---La Topografía médica, se ocupa de la descripción de las localidades relativamente al ejercicio de la Medicina: para llenar este objeto es necesario estudiar minuciosamente todo lo que ecsista en la localidad, desde la naturaleza del terreno, aguas, manantiales, plantíos, bosques y montañas, hasta la constitución física de sus habi- tantes y estados atmosféricos en las diversas estaciones del año. Persuadidos y penetrados de estos conocimientos, nos será fácil averiguar las causas de las enfermedades mas comu- nes en aquella localidad, y los mejores medios para curarlas y precaverlas. La mejor Topografía Médica, será la que abra- ze todas estas particularidades. ÍNDICE De las Materias de las Lecciones de Patología, Pág. Consideraciones generales sobre la Patología General....... 1.a Definición de lo que sea Enfermedad..................... 6 De la Etiología su Definición y División.................. 8 Causas Predisponentes Individuales..................... 12 Causas Determinantes................................. 18 Constitución Médica................................... 21 Epidemia, Endemia, Contagio, Infección, Especificidad..... 23 Diátesis..............................................27 División de las enfermedades............................ 29 Flegmácias, Cutáneas, Gangrenosas, Serosas.............. 31 Flegmácias del tegido Celular, Parenquimas, Muscular, Fi- broso y Sinovial, Hemorragias.........................32 Neuróses de los Sentidos, Cerebrales, Locomoción, Voz.... 33 Neuróses de las Funciones Nutritivas, Respiración, Circula- ción, Generación, Orgánicas Generales, del Corazón y Va- sos ................................................ 34 Lesiones Orgánicas del Sistema Linfático, del tegido Celular, del Cerebro, del Pulmón, del Hígado, Vias Urinarias...... 35 Lesiones Orgánicas del Útero, Conducto alimenticio, Noso- grafía ............................................. 36 Flegmácias, sus Caracteres.............................. 38 Flegmácias de las membranas mucosas.................. 40 Flegmácias de las membranas Serosas y tegido Celular. ... 42 Flegmácias de los tegidos Muscular, Fibroso, Sinovial..... 43 Hemorragias, Neuróses................................ 44 Neuróses de las funciones Cerebrales, de Ja Locomoción, Voz___..................._....................... 45 Neuróses de las funciones Nutritivas.................... 46 Lesiones orgánicas ó transformaciones de Estructura...... 47 Lesiones orgánicas del Corazón y Grandes Vasos.......... 48 Lesiones orgánicas del Sistema Linfático, Hidropesías..... 49 Lesiones orgánicas del tegido Celular, Hígado, Vias Urina- rias.................................•............. 50 Lesiones orgánicas del Útero, Conducto alimenticio, Elemen- tos Morbosos....................................... 51 Pathogenia.......................................... 55 Naturaleza de las Enfermedades........................ 56 Curso de las Enfermedades............................. 59 27 — 210 — Marcha y duraciom de las Enfermedades................. 60 Fenómenos Críticos................................... 02 Metástasis ó terminación de las Enfermedades en otras..... 66 Complicación de las Enfermedades.'...................68 Terminación de Jas Enfermedades en la Salud y Convale- cencia ............................................. 70 Recaídas y Recidivas de las Enfermedades............... 71 Terminación de las Enfermedades por la Muerte........... 72 Diagnóstico.......................................... 73 Ecsámen del Enfermo y modo de Interrogarla...........75 Diversos modos que tenemos para la formación del Diag- nóstico............................................ 76 Presión y Palpación................................... 77 Tacto................................................ 78 Sucusion Hipocrálica, Mensuracion...................... 99 Percusión............................................ 80 Auscultación.......................................... 81 Respiración Pueril, Bronquial, Cavernosa, Anfórica, Bronco- fónia, Egofónia Pectoriloquia......................... 82 Retintín metálico, Ruido de Frote ó Roce................ 83 Estertores Bronquiales, Cavernosos, Traqueal, Laríngeo, Auscultación de los Grandes Vasos y del Corazón....... 84 Ruidos Normales, Anormales del Corazón................ 85 Ruidos Normales y Anormales de las Arterias............86 Ruido Placentario, Diferentes Speculum................. 87 Sondas y Estiletes, Microscopio........................ 88 Química y Reactivos, Spirometria, Dinamoscopia......... 89 Scmyología y Sintomatología, Ecsámen de los Signos y Sín- tomas que suministran los diverso* aparatos orgánicos, Funciones de relación................................ 91 Volumen del Cuerpo, Consistencia muscular.............. 92 Color de la Piel, Exantemas, Locomoción................ 93 Perversión de las Fuerzas, Calambres...................94 Convulsiones, Rigidez, Sub-sultos tendinosos, Carfología, Voz y Palabra, Sensaciones......................... 95 Afecciones Morales, Actos Intelectuales, Delirio..........96 Letargo, Coma, Caro, Soñolencia, Síntomas que se refieren á las Funciones de Relación............................ 97 Apetito, Estados de la Lengua, Deglución................ 98 Vómito, Defecación................................... 99 Respiración, Espiración.............................. 100 Hipo, Tos, Espectoracion, Esputos, Espuicion............ 101 Esputos Sanguinolentos, Oscuros....................... 102 Circulación y Pulsaciones Morbosas.................... 103 Pléthora, Verdadera, Falsa, Hiperemia................. 104 Pulso Fisiológico y Patológico, Secreciones................ 105 Exalaciones.......................................... 109 — 211 — Exalacion Mucosa, Serosa............................. 110 Exalacion Purulenta, Funciones Genitales.............. 111 Impotencia, Satyriasis, Anafodrisia, Priapismo, Ninfomanía. 112 Signos Pronósticos.................................... 113 Signos deducidos de las pulsaciones Arteriales............ 114 Pulso frecuente, Irregular, Lleno, Pequeño, Lento, Vibrátil, Fuerte, Duro....................................... 115 Conocimiento del modo de ser de las Pulsaciones, Pulso Fre- cuente, \ ivo y Lento, Duro y Blando, Grande y Pequeño, Fuerte y Débil, Regular é Irregular, Intermitente........ 116 Signos deducidos de las Palpitaciones del Corazón.......... 117 Signos deducidos de la Respiración, Rara, Viva, Grande, >u- blime........................................... 118 Respiración Pequeña, Fácil. Difícil, Dificultad de Respirar, Disnea, Oítophnea, Entrecortada, Intermitente.......... 119 Respiración Sibilante, Anhelosa, Llorosa, Espiración Fria, Caliente, Fétida..................................... 120 Signos deducidos de las modificaciones de la Respiración, Bos- tezos, Estornudos, Hipo.............................. 121 Tos, Húmeda, Seca, Ferina, Gástrica, Hepática........... 122 Espectoracion, Espuicion, esputos....................... 123 Esputos Purulentos, Sanguinolentos, Oscuros ............. 124 Desgano ó Fastidio de los alimentos, Anorexia, Desgano, Bu- limia, Malaxia...................................... 125 Sed, Polidipsia, Adipsia, Dientes y Encias................ 126 Estados Patológicos de la Lengua....................... 127 Temblor de la Lengua Aphtas.......................... 128 Salivación y Deglución................................ 129 Náuseas, Materias del Vómito.......................... 130 Borborigmos.......................................... ^Si- Deposiciones Escrementicias.......................... 132 Sensaciones.......................................• 135 Signos deducidos del estado de las afecciones intelectuales y de las Pasiones................................... 138 Signos deducidos del Sueño y Ensueños.................. 140 Signos deducidos del estado de las fuerzas Vitales..... ... 143 Signos deducidos del Hábito esterior, Actitudes, Volumen y Color de la Piel...................•.........•,........ l46 Obesidad, Enfisema, Meteorismo........................ 147 Color de la Piel, Pálida, Aplomada, Azulosa, Roja, Amarilla. 148 Petequias, Púrpura, Melena............................ 149 Temperatura del Cuerpo, Algor, Horror, Rigor............ 150 Olores y Sudores..................................... 151 Signos deducidos de la Cara............................. 153 Aforismos de Hipócrates, relativos á los signos de las Enfer- medades.......................................... 15o Enfermedades Generales............................... 157 — 212 — Fiebres.............................................. 159 Inflamaciones........................................ 1(51 Gangrenas........................................... 166 Hemorragias ......................................... 168 Hidropesías.......................................... 169 Flujos............................................... 171 Pneumatóses......................................... 172 Enfermedades Orgánicas............................... 174 Induración............................................ 175 Reblandecimiento..................................... 176 Ulceración............................................ 177 Producciones y transformaciones orgánicas accidentales.. .... 179 Degeneración tuberculosa.............................. 180 Degeneración Cancerosa................................ 181 Degeneración Scirrosa, Melanósica.................... 182 Scirrosis, Combínaciou de los tegidos degenerados......... 183 Neuróses............................................. 184 Entozoarios ó cuerpos estraños animales................. 185 Tenias, Tricocephalus, Ascáride?........................ 186 Ascárides Lombricóides, Filaría Stróngilo................ 187 Terapéutica.......................................... 188 Sinonimia de las Enfermedades.......................... 190 Afecciones febriles, Fiebre Amarilla..................... 191 Inflamación de la Garganta............................. 192 Inflamación de la liaringe, Bronquios, Intestinos, Vagina, Uretra, Corazón y sus envolturas....................... 193 Inflamación del tejido celular, Pulmonía, Hígado, Riñones, Músculos, Diafragma, Hemorragias, Sordera............. 194 Dificultad de la visión, Pérdida del Sentimiento, Trastornos de la Inteligencia, Aumento y diminución de la Sensibili- dad................................................ 195 Enfermedades de algunos Síntomas orgánicos, Síphilis, Es- Escorbuto, Elefanciacis, Tubérculos, Gangrena, Hidrope- sías, Topografía Médica.............................. 196 PE DE BRIU.TA.S. Pajinas, Líneas. Dice. Léase. 6......18......Curso y..............ya ]a 7......17......detención...........detension 7......28......lecsion...............lesión 8......39......costumbros............costumbres H......H......impugne..............inpunes H......41......iufluenclas............influencias 13......16......en la Sifilismo.........en el Sifilismo 13......22......patolégicas............fisiológicas 13......27......ímpetuos.............impetigos 14......32......emfermedades.........enfermedades J5......22......eseso................exeso 15......25......dos estados...........tres estados 27...... 8......de las Indias..........de los Indios 34......14......en la Sífilis...........con la Sífilis 46......38......Ilee.................íleo 48......18......mesintéricos..........mesentéricos 48. .... .25......cerratura.............contractura 48......29......Flefancia.............Elefancía 48......30......de las Trabas.........de los Árabes 48......31......encoloracion.........con coloración 50......14......hidrotoras.............hidrotorax 54......33......Ternarias............Temarías 56......32......queramos.............qu i eramos 65......15......catorce...............quince 65......28......seis..................siete 65......29......quince................diez y siete 82......43......voz las...............voz á las 87......16......Resido...............Ruido 102......17......afectan carácter........afectan este carácter 106......31......Albuminaria..........Albuminuria 111...... 6......En el Pais............En el Pus 115......30......permane..............permanece 122...... 2......se presente............presenta 125......15......acompañas Nauneas.. .acompañan Nauceas 131......40......por inflamación.......por inflación 132......15......Abdóman.............Abdomen 134......34..... Polydipsia............Diabetes 135......17......amarilla..............amarillo 35......accesos...............abcesos — 214 — 144......43..... .voltigecudo...........voltigeando 145......22......Laringe..............Faringe 146..... .Í3......Laringe..............Faringe 156......36......acceso................abceso 157......27......felvicitante............febricitante 158...... 8......Color.................Calor 160......10......á la que..............á lo que 172...... 2......Fatulencias...........Flatulencias 177..... .34......mortificación..........destrucción 180......25......no son tan............nos son tan 181...... 5......liguefacta............liquefacta 182......36......acido.................oxido 183......20......conocidas y apreciadas..conocidos y apreciados J84......7......en Encéfalo...........del Encéfalo 187......4......circumvaluciones......circumvoluciones 190...... 7......circunstantes.........circunstancias 188......19......Diasnosticarias........Diagnosticarlas 203......21......Reconocen............Recorren 'W^WW* y .. ■*fe>- :<%&*& ^ V**^ **■? :.*&:•'• :^fÜ0¡ * * \A