o-0 X /r4r\ EPITOME DE LOS ELEMENTOS DE HIGIENE, ó DE LA INFLUENCIA DE LAS COSAS FÍSICAS I MORALES SOBRE EL HOMBRE, i DÉ LOS MEDIOS DE CONSERVAR LA SALUD. ESTRACTADOS DE ESTE VAN TOURTELLE, TRADUCIDOS AL CASTFLLANO, I AÑADIDOS CON OTRAS OBSERVACIONES NUEVAS. POR JOSÉ FÉLIX MERIZALDE Médico mayor de ejercito, catedrático uc ciltuoa, i miembro de la junta de gobierno de la Universidad central de 8o¿útá. BOGOTÁ; (*(/ ^Cf: IMPRENTA DE PEDRO CUüátfSfp , J525. ^-»*^ ****!' St-fot *7¿ Valetuda sustenta tur notitiá soi corporis et observatíone quae res aut prodésse soleant aut obesse, et continentia in victu omni, atque culto corporis tuendi causa, et pre- termittendis voluptatibus, etc^^Cicero de Oficis, wz z *o- Tl3Ze. 1828 { i-. r ¡ 111 Id. so ÍNDICE. PAJ. Introducción a la obra, 5a Sección ia De la oídla, de la sanidad, i delat fuerzas vivificantes, del desenvolvimiento i dirección de estas fuerzas, en las diferentes edades, sexos, diversas constituciones. CAPITULO \. De la vida de la sanidad, i déla» fuerzas vivificantes en /enera' CAPITULO II. Análisis de las funciones humanas, comunes a los animales i á los vejetales CAPITULO IU. Del principio vital ÓI CAPITULO IV. De la vida considerada en las dife- rentes edades. . * CAPITULO V. Del sexo. *>* CAPITULO VI. De las constitucionesi £* CAPITULO VII. De la duración de la vida. 55 CAPITULO VIH. Historia natural del liombre en los diferentes climas. Sección V* Del hombre considerado con las relacio- nes que tiene con las fuerzas que le rodean i de a- quellaa q ue se apHcan á la superficie de su cuerpo* C APITULO l* De las influencias siderales. '«• CAPITULO II. Del aire atmosférico. Q* S i°. De/ aire considerado tísicamente.. Id. 8 a°. Del aire considerado chimicamenté. io3 § 3*. De la electricidad admosferica, 109 CAPITULO M. De los vientos "» CAPITULO IIII. De la luz. >»5 CAPITULO V. De las estaciones. I2° CA Pl TU LO VI. De las aguas i de las localidades. » a» CAPITULO VIL De las tosas que se aplican a la superficie del cuerpo. ,5^ Sección 3a. De las sustancias alimenticias, de las bebidas, de los condimentos, i de la preparación de los alimentos. *j?9 <, APITULO I. De la dijestion de los alimentos. Id. APITULO U, De ¿as sustancias alimenticias. 17$ * t 88 PAJ. (• lee Aubert lee habituales lee teneratura, lee tanguineos, lee niseras, lee tierra fría, Ice que en las de lee tierra templada, anheras, lee coclarea, lee óaccesente, lee tres, lee 3. « , lee una cuarta, Ice incrisialisablr, lee - disipé, Ice enmolicado, lee q»;<*, lee alimentarias, lee vejítales, lee respeto, Ice preparado, lee el harina, lee eelro, lee departamento, lee caninos. enfermedades. síntomas. Huidos. £1 salmón. codearía. ? a ia. obra. atenuados. delicuesente*. hidrómetros exalaciones. sucede en coo. acuosos. varises. las. hidrómetro. Alibert. habituales. temperatura. sanguíneos. nivoras. tierra templada, que i-n Jas de tierra tria. anteras. codearía. i accesente. dos. a.« una 6 dos pul- gadas. incristalisable, disipó. envallicado. que. alimenticias. vejetales. respecto. preparaciones, la harina. á otro. provincia. lVH PAJ. 364 367 «78 Id. »79 380 a83 Id. Id. 389 a 95 397 3oa 307 3o8 Í3 Id. 3x5 Id. 316 3.7 3i8 Id. 3ao Id. Id. Id. Id. 3a 1 3a3 Id. 3-4 329 334 Id. 335 Id. Id. 336 34o 34. 34a Id. LIN. 39 dice núes uos, lee dice progali, lee diré la, lee dice organizada, lee dice respeto, lee , Hice l.-ig.ma, '. lee vá dice hipocóndricos, lee 35 dice purguen, Iré id. dice danos, lee 7. ° gordura, Iré biano ...Quien, lee *7 Ib 33 l6 *9 8 i5 4 l6 I 3o dice dice dice diré dice dice dice á que, Fn, siguena, facilidad, 13 dice pat orales* 39 dice el ciego, 33 36 36 i3 i4 21 38 aa 36 a7 36 7 3o 38 *4 16 a4 10 dice incestos, dice anivalvos, dice marrasmos, dice El primero, dice para, dice del, dice evitando, dice arrechinado, dice alterativas, dice sufriudo, dice prestará, dice he, dice . ndijena dice uues, dice DI, dice hurapeulicas, lee dice srd i seguedad lee produce, dice gras, lee dice i nsa I n dables, lee dice empetreu- lee mal ¡cas, dice rascosas, dice 6. ° , dice la, lee lee lee lee lee lee iré lee lee lee lee lee lee lee lee lee lee lee lee lee lee Ice 37 dice iquido, a8 .dice al, 40 dice en uno, lee lee lee lee lee lee nos. prodigali. los. organizado. respecto. alguua. hipocondrios. purgues. dañas. 7. D La gordura. biau.> quien. a quienes. En. • sigüeña. prontitud. pectorales. el ciego es. insectos. univalvos. marasmos, Lo primero. Para. de la. evitan. rechinado. alternativas. sufriendo. prestaría. ha. indijena no es. Del. terapéuticas. sed seguedad afec- ciones, grasa. insalubres. crapireumalicas. caseosas. «¡°. liquido. el. en un año. \IIf PAJ. LI1S 343 '7 344 4 346 U 349 i4 351 4 Id. 16 354 6 Id. a7 356 4 358 4 ]á. ?3 359 3 36o 35 361 »9 Id. a7 367 34 383 35 399 35 4*7 3 44o a7 44i 1 <4» a 443 6 ¿44 36 44» 1 45? 1 460 i4 ^63 4i 466 3 Id. i5 467 33 468 33 475 40 481 ia dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice dice lo fondo, cuando, enrancian, briagarse, que, tan, derlo, tenmulancia, esta, guarapo, llama. aquiera, con el, conducen, deferie^ncia, eu, puedece, cuidará, sección 6. rt , lo, los, diferentes, Moxa, á, madausa, sección 7. rt siemprec, Hinjeishouz, embudo y ere : he lee el fondo. lee Cuando. lee enrancian. lee enbriagarse lee que se. lee ta. lee derlos. lee temulencia. lee este. lee guarapo. lee dice. lee adquiera. lee con este. lee cargan. lee diferencia. lee en. lee pueden. lee procurara. lee sección 5.* lee la. * lee de los. lee deferentes. lee Mora. lee é. lee mudansa. lee sección 6. rt lee siempre. lee Injenhousz he embudo: yíre lee Vic. lee Albert. lee 3.° lee comunicar. Ice ninfomanía. Vie£ Akbert, Í99» . comnmear, mufomamia, NOTA: Se hallaran en el resto de la obra equivocadas las palabras cuantidad, i cantidad lo que el lector cor- rejira, para no óumentar fe deerratas, que si son muchas, es por que las ausencias del autor han sido suplidas por muchos correctores. A LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE BOGOTÁ. # ., La Universidad central de Bogotá á que per- tenezco, me impone el deber.de ser útil á mis ;*> conciudadanos de la manera que me sea posible;'"' i cediendo á este deber tan conformé con mi inclinación i mis deseos, antes que a un senti- miento presuntuoso de mis escasas fuerzas, es que me atrevo a dar al Público el Estrado de los Elementos de Higiene, que tengo el honor de presentarle. El cuerpo encargado de procurar el, bien jeneral por la propagación de las luces, el que auxiliado del dulce i vivificante calor de la libertad vá á fomentar el jermen de las cien--: , cías, el respetable cuerpo de la Universidad me permitirá -consagrarle mi pequeño trabajo; su nombre lo honrará, i habrá tenido el placer de manifestarle la alta consideración i profundo respeto que le profesa, JOSÉ FÉLIX MERIZALDE, **&*-\ » AVISO. Dos motivos mui poderosos me han obligado i aire* verme á dar la traducción i estracto de los Elementos de Higiene del célebre profesor Tourlclte -. el primero ha sido proporcionar á los alumnos de medicina muchos ejemplares en idioma castellano de esta obra, señalada por el plan de estudios para dar las lecciones de Higiene en hs uni- versidades de Colombia, en donde ha i ramimos ejent- Elares de ella en el idioma francos; i el seguido, para acer familiar la lectura de una obra, que teniendo por objeto el conocimiento de las cosas útiles i dañosas al hombre, no puede hacérsele á este mayor beneficio, qu« presentarle un tratado que le enseña los medios de con- servar su salud. La celeridad con que debia hacerse esta impresión, la necesidad de un pequeño tratado de Higiene para los estudiantes i la gran suma de dinero, i mucho tiempo que se emplearía en imprimir toda la traducción de los Elementos de Higiene de Mr. Tourtel/e, me han impelido á dar un estracto de ellos. Como es el primer ensayo que prac tico, tanto en traducir obras, como en formar estrados de eJJas, no es estrano que á cada momento se le en- cuentren a esta mil defectos, que habría evitado, si las Circunstancias me hubieran permitido darle dos 6 tres cor- recciones, sujetándola después á la censura de mis compro- fesores. Nada de esto ha podido hacerse por mis multi- plicadas ocupaciones, i por la necesidad que tenían mis discípulos de tener impresas las lecciones de Higiene que Jes estoy dando. . •' l Para auxiliar á las; personas que ignoran los términos técn.cos de la medicina, he puesto algunas notas para aplicarlos usando de las palabras mas vulgares. Igual- mente he colocado, entre paréntesis, las noticias que he podido adquirir sobre las materias de que se ocupa Tour- telle, según las observaciones hechas en Colombia Si al concluirse esta impresión hubiertí obtenido otras, las co locare en un apéndice, ó se pondrán al principio de la Medicina Domestica de Colombia que he ofrecido dar ¡ cuyo volumen debe mirarse como el segundo tomo de esta obra que es la introducción de aquella. ANNÉX //¿jcrte¿i€. w EPITOME De los Elementos de Higiene, ó de la injlueneia de las cosas físicas i morales sobre el hombre, i de las medios de conservar la salud, INTRODUCCIÓN. El hombre está rodeado de peligros: su débil existencia' se halla sin cesar amenazada de mil azotes destructores ; su organisacion está'sujeta á esperimenlar en cada instante alteraciones que la esponen á una multitud de males. Sus primeras miras debieron ser dirijidas naturalmente acia los medios de «preservarse i remediarse: de aquí el oríjen de la medicina, que es tan antiguo como el muidlo: ios primeros habitantes de él no estuvieron sujetos a tantas enfermedades, i las que habia no serian tan graves como- las presentes. La naturaleza estaba entonces en lodo su vigor, i oponía una reacción fuerte contra los ajenies mor- tíferos. A nuestros primeros padres no los abrumaban la multitud de causas deletéreas que han apareeido con las revoluciones del globo i h depravación de las cos- tumbres. . • Los antiguos habitantes de la tierra vivieron largo tiempo logrando de la sanidad del cuerpo i del espíritu. En los siglos felices que se han llamado la edad de oro vivían los hombres en la inocencia, sometidos á las leyes de la naturaleza i bajo un cielo apacible i clemente. La tierra aun vírjen producía sus frutos sin cultura, i la ir- regularidad de las estaciones, oríjen fecundo de enferme- dades era desconocida «rire los hombres. Entonces na 6 había mas que una estación; la primavera era perpetua i los dias constantemente ¡guales á las noches. Los fenó- menos jf'olójicos i la historia comprueban que entonces existían el paralelismo del eje del ecuador i del plan de la eclíptica. Los primeros" indican que los países que en aquella época eran muy fríos, ahora son mui calientes. Los segundos prueban que las rejiones del norte tuvieron una dulce-temperatura. La Tartaria era un pais templado» se- glín Justino.- iÁ Islandia estaba cubierta de florestas i en el dia el escesívo frío no permite que se críen sino arbus- tos desmedrados. Otras tradiciones manifiestan que el sol se alejaba muí poco del ecuador i que tenia un equinoccio perpetuo* Platón dijo, que cada vez que en un año se -renovaban los astros, dormían en el oriente i se levantaban en el occi- dente; es decir que el oriente ha venido á ser el occidente i el poniente el levante. Finalmente está bien demos- trado, que la oblicuidad de la eclíptica disminuye insensi- blemente, i que la inclinación del eje terrestre vendrá á ser cada siglo menor de lo que es. Las observaciones astronómicas demuestran que el paralelismo del eje de la tierra tc«i el del plan de la órbita terrestre se restablecerá algún dia, i que los que vivan entonces gozarán de un equinoccio i de una primavera perpetuos como Jos primeros habitantes del globo. Admitiendo las obser- vaciones de Louville este paralelismo vendrá á verificarse dentro de i4o,ooo años. Las revoluciones que ha sufrido el globo por las erup- ciones volcánicas i las lluvias; fenómenos indubitables, han formado un nuevo mundo sobre el antiguo. Según Lalande la inclinación del eje terrestre es causada por la atracción que ejercen sobre el globo los diferentes pía-, netas. Des.le que hai esta desigualdad é irregularidad de es- taciones el hombre ha venido á ser presa de uña multitud de niales inevitables i desconocidos para él, i que cada dia adquieren nuevas fuerzas para acometerle: ciertos meteoros han cambiado la constitución de los anos i las 7 enfeaneAdes crónicas han eslendido su imperio á mecida qué vi frió i la humedad han aumentado. Después del temblor sucedido en Jamaica, el año de 1792, la naturaleza es menos bella en esta isla, el cielo menos puro, i el suelo menos fértil. * Al temblor de tierra sucedido en Lisboa el año de 1755, se debe atribuir la frecuencia de tempestades, la esterilidad de la tierra i el desorden de las estaciones, de que toda la Kuropa se queja después, de tan funesta época. El lerrefnoto, este azote destruqtor, es tan antiguo como el mundo. En la obscu- ridad de ios siglos hallamos monumentos no menos ciertos que la tradición: u Se navega," decia Séneca, " sobre le ciudades que nuestros antepasados habían conocido, i de las 11 que la historia ha trasmitido á nuestro siglo la memo- " ría y el, conocimiento. ¿Cuantas oirás hai que han 41 sido sumerjidas por el efecto de los temblores de "tierra? ¿ Cuantos pueblos nocían sido sepultados bajo la 41 tierra?" En efecto, en todas partes se encuentran se- ñales multiplicadas del desorden y confusión que ha dejado este terrible meteoro. El vasto archipiélago de las Indias, de las Filipinas, de las islas Marianas, délas Molucas i de las Antillas del nuevo mundo, deben su oríjen á los violentos temblores de tierra. Las^rupciones del mar, producidas por violentos temblores de tierra, han separado la Francia de la In- glaterra. La España estaba en otro tiempo contigua á la África. Las costas occidentales de la America septentrional estaban unidas á la Asia. Los americanos tienen una gran conexión en el jenio i los usos con loa" tártaros asiáticos, i los habitantes de Kamtschatka cuyas -tierras estarían unidas. Finalmente puede ser que algún dia el Istmo de Panamá desaparezca i la América se divida en dos continentes. Las erupciones volcánicas i los temblores de tierra han levantado unas montañas i destruido otras; han separado continentes, han desaparecido lagos i mares ; han sepul- tado ciudades i naciones enteras; i estas convulsiones * Otro tanto se ha observado en Caracas, presentándose otras variaciones en diversos lugares. 8 hoifibles de la naturaleza han venido á ser eri% nupslros dias mas comunes que en oíros tiempos. De aquí la irregularidad de las estaciones, que se aumenta sensible- mente, i que, á la larga, producirán una degradación notable en los minerales y.en los seres organizados. Entre las causas morales que han abreviado la vida del hombre, debe enumerarre la civilísacion, que quitándole su primera rudeza, le hace conseguir esta ventaja, esponiéndolo á una multitud de males que no conocian los primeros habi- tadores de la tierra, i que son estraños aun á los salvajes que solo se rijen por los impulsos de la naturaleza. &l hombre en sociedad en algún modo relaja los vínculos de su existencia ; la sociedad aumentando el circulo de sus ne- cesidades, dá mas enerjia á sus pasiones, criando las que le son desconocidas en el estado de la naturaleza, que ha venido á ser para él una juenle fecunda é inagotable de calamidades. . A la verdad, el hombre nací5 para la sociedad, i su debi- lidad individual i sus necesidades le hicieron abandonar la vida errante i vagabunda, i le obligaron á asociarse á sus semejantes para protejer su existencia, asegurar los pla- ceres i estender sus facultades. Aun en los países ma* áridos i ♦espantosos, existe el »estado social. No obs- tante, las sociedades de veinte á treinta millones de indi- viduos, i las ciudades de cuatrocientos á quinientos mil hombres, son según Raynal, monstruosidades en el or- den natural; el aire está en ellas infestado, las aguas corrom- pidas i la tierra aniquilida 'a grandes distancias. La vida es necesariamente mas'corta, las dulzuras de la abundan- cia menos sensibles, i los horrores de la pobreza llegan al estremo. Ellas son el foco de las enfermedades epidémicas i nerviosas, i el asilo del crimen i de la inmoralidad. Las pasiones i los vicios que resultan del amontonamiento de los hombros producen la degradación física i moral, i no solo perjudican á la salud individual, sino á la felicidad social. Las primeras reuniones de los hombres fueron cortas ellos pasaron sus felices días en la ignorancia i simplici-s ■9 » 'xlad. "Tío nos debemos admirar petes, que, por su robustei {legaran á una edad avanzada, escentos de la mayor parlé ide las enfermedades que nos aflijen. Ellos no conocían «¡no las -necesidades naturales, las que satisfacían sin remor- dimientos ; alimento?, vestidos, una cabana i una mujer en la edad adulta, eran el cumulo de todas sus necesidades. Pero á proporción que las asociaciones humanas se han estendido» demasiado, han producido las'necesidades facti- cias que sin cesar nos atormentan, i hacen infelices. Desd* entonces, en lugar de los alimentos simples que prolongaban su deliciosa existencia ; el hombre há colmado su mesa de los venenos de la Cocina de Apicio, í de las producciones de todos los países. Una esposa virtuosa i sensible no basta para satisfacéis sus deseos', el establece un serrallo, i bien ¡pronto disgustado dé él, corre él proporcionarse otros pla- ceres crimínales. En fin, estragado en todo muere en «dad tierna, colmada d#*enfermedadeo, i devorado de remordimientos, vomitando imprecaciones contra la natá- leza inocente, á quien él ha ultraíáíío.:}-'5 Si el hombre arregla sus necesidades Según le dicta la naturaleza, Este obrar tan prudente le consigue Robustez, i salud por recompensa. i* . Si á estas causas destructoras se agrega, la mala educa- ción de los hijos, él libertinaje de los padres, que tras- miten á su posteridad', sus vicios i su enervación, i la epidemia del lujo que deprava la máquina humana i pre- para el jermen dé una multitud de enfermedades, no nos sorprenderemos al ver nuestras sobervías ciudades, po- bladas de seres imperfectos, que naciendo débiles, viven Viajo el yugo del dolor, y perecen antes del término ordi- nario. A nuestros pobres hijos lesMegamos La miseria i desgracia por herencia : Lamentamos su suerte fatigados De nuestra amarga i débil existencia: Por eliffe nuestras lágrimas vertimos» 1 su trísie nacer nos atormenta; B • *4 to Líl -'cjr.a del recirn nacido, está circundada ¿e los ffcÜ'cr >s<5, daña' á la madre í al hijo; el abandono de este ülliiüfó á ' nodrísas mercenarias, perjudica á ambos. El, amor paternal i la piedad filial cien en desprecio, de lo qdljSf se siguen funestas, é incalculables con- secuencias. Los filósofos han*declamado en todo tiempo contra esta infracción de lá íei na letal, que no solamente rompe i relaja los vínculos de las familias^ sino que causa **la despoblación. Los males íisicos á los cuales está. espuestó el upe privadlo del seno de su madre, no son menores para,la madrastra, que sacrifica al placer de al- «unos instantes, los deberes ■Sagrados dé la maternidad, preparándose una larga serie de tormentos i de dolores. A pesar .del grito de la humanidad, aun se conserva en t cueátros paises, la costumbre des poner á los niños fuer- temente amarrados en sos cunas 6 hamacas, comprimiendo ius delicados miembros con fajas muí apretadas. Estfc costumbre ocasiona muchos males, i entre ellos la. mul- titud de hombres contrahechos. • ' Es mui peligroso in.nicner largo tiempo en cuartos nnui calientes los niños, cubiertos de mucha' ropa, impidiéndoles # igualmente entregarse á los ejercicios i movimientos pro- pios de su edad, pues per ternejales medios,puedan valctu- din:¡ios ¡ pusilánimes el resto de sa vida- Es perjudicial >. en esta edad, el uso de alimentos'a^imaies-, i de-&¿ui¡l:; í«r^'^ mentadas; en «la aurora de la vid.»,.es cuando cou-vu-rac particularmente la'dieta pitagórica. El libertin^ju^roJuM- muchas eriféfcnedades, á que dá ligar-la ea.ü>-¡K|^Ípn .qae" causa el uso de los placeres. Los..> padresr Ir.ismilen a sus hijos, el .jermen 4e, la multitud de males que. acompa- san sin cesar, su vida lánguida i miserable, prlts es impo- sible que padres débiles, no enjendren hijos c.-fíV.nos ü vak-iidinarios; «imts razonaba conseguir un poderos arrendamiento de un terrena estéril, que esperar una je.-K neráciou faerte i robusta, de padres articulados p-ir lo^ ■ eosesos, i por las enferma ib de.-¡. ¿No ves esos espécrp; '.Wins de oro Que caminan con leí»»©.i ;1 paso, I que arrastran los res¿c* va- i tantea De un cuerpo consumido i desgastado? Su prematura ancianidad presenta, *^ Sin llegar de su edad á los treinta años, __# Sobre una frente palid», en Jas rugas *j| * Que el deleite i molicie anticiparon. L* irtsjo blanda del placer h'i sido, ^ ""Quien sus sepulcros tus'es ha calíá'uo, HJ^ 1 al q'^e es <-! bienhecho;- del universo Le vuelven, sfi -verdugo i ?'*. tirano. ^ Par.i convencer W.m:ites'que cms-rí^el i:t¡.), s>i,;;.i *o; ,-. siderár solo, h mn».«-.oíon en la^ual námién: el rico !.«-■• . dolente su. cuerpo» i espiriui; «Tos peligroso, humos •■;:■•* . con'-a- • que no repita, sino el ar.e execrado .le í.us «Iones; que no .sale sino en coste; «pie, no ««* «*' de alimentos suculenio. i de- bebuTis csp^luos^, las mr.s enantes,; que se entrega so mirauneojo a lodo piuei-j de, deleite*;'que condena sus riquesas á ser o^advs, i qu • pon,elüas nace su existencia .incipida i .pefcía: finalmente que ha sosü^d». u.-w mallituT de «Iteres* iaslicio», a ,os verdaderos ¿fees. Agregad á lodaPcslas causas el. co- mercio, que■ «laltipUcaao los primeros, snos ha .traído Ut emermedades de otro* d«n^, tales- cornj). h pesóla vjraeíí, el gálico, ele. í^ lo 2 «ero humano, en otros tiempos gozaba de una vida fehV ^ Utasla¿ga,.particularmenteen los bellos climas del Asia i déla, Í;uropar-Í' yo agrego, i en la América, que ha trido devastada no solo por el? cuchillo de sus qonquistadore^sino por las muchas enfermedades que han contraído sus habitantes, desde que se kan alejado de las costumbres i usos de sus antepasados.' En ella se verifica fielmente lo qae dice el ce- lebre Tourtelle, que el mayor número de los males i enfer- medades que nos asaltan por todas partes, no dependen esencialmente de nuestra organización, sino que son nu- estra propia obra, porque nosotros hemos quebrantado las sanias le)es de la naturaleza, que no. ha creado seres en- fctvnos. Nosotros mismos hemos vuelto nuestra' e^sten- cia desgraciada haciendo su duración abreviada. Nonacce- fiimits \itum brevem, sed per luáxim fecimus\ nec inopes ejus, sed pmdigi sumus: s'icuiamplix opes ubi, ad malurn domínumper- xenrrunt, momento dissipantur, ad quamvis modicete si bono cus- t^di tradilas sunt; usu crescunt. Séneca de brevitate vitex cap. i. ° Resulta pues de loque se acaba de esponer, que la multitud iéc estos males, de los cuales unos son inevitables, i los otros "sonohra del hombre, vhncen el objeto de. una ciencia des- tinada'á aclarar" su naturaleza, i á escoiejsplos medios. propios de conservar su sanidad, i preservarla de enfer- medades : f4a cffencia, ó mas bien esta parte déla medi- cina es lasque ha sido llamada por los griegos Hygiene* La L'ygieiie consiste en el conocimiento de las coSas útiles y dañosas ahhombre; ella tiene por objeto la conserva- non de b sanidad,. Las cosas que pueden llamarse ine~ Mi.u.les, san lis que los.antiguos llamaron no naturales, que- según ellos son seis: el aire, los alimentos i bebidas; §\ mo- Miuiento i el reposo¿ el suefio i la vijilia ;.las escrecio^ nes, i las cosas que deben ser retenidas;! finalmente las. pasiones. Se PÍlivicrirá esta obra en siete secciones : la i.* tratará de. la vida, de la sanidad en jeneral* Tde las fuer-r zas que anim^jS al hombre, el desenvolvimiento de estas, su dirección i efectos en las diferentes edades, sexos, i', diversas cousli tac mijes : la 2." considerará ai hombre en sus relaciones con los cuerpos que le rodean, i aquellos que se aplican á la superficie de su Cuerpo, externa et apit- ^«.jf/a-.la 3.* comprenderá ¡os aumentas, las bebidas i c.«*u • ■»? dónenlo», de que el hace uso, ¿ i están' cubiertos con la n.enbrana o Jifa,.Alarmada 'pleura. Vulgarmente se llaman UbianoS, asaduras'ó vafes: el corazón está colocado en medio de e/los. ,. >'■ ■ • t (e ) Esta es Ufia tierra animal ó tierra de ios huesos que for- ma la base de todos el/es ; que se obtiene quemando los de los animales, pulverisandolos i lavándolos; de esta tierra se sacad fosfo. ro, que es un cuerpo combustible i sólido, sin color, trasparente, i de un olor como de ajos. El nómf/re carbonate es el jencríco de ¡as .sa ■> les neutras, que resultan de ¡a conv i nación del acida* carbónico con cualquiera base: se llama carbonante de cal, el marmgl, pie- dra calcárea, tísa, ¿ierra i-enea, etc. cuya cdnbinasion se halla en toda la superficie del giooo. , • (i) Se llama jckitlna una sustancia anipiiil cuya consisten- cia es varía; que no tiene color, sabor, ni olor i que se saca de los huesos, de las mere brunas, i de los órganos blancos ,por medio de una coccwn prolongada v. g. la que se e.v.irae del cocimiento isl caclio de venado i de las patas de baca. La albúmina es la que se seca de los ve ¡el ¿fe; i de los cnime/h-s ; i es un fluido que se disuelve en el agua i forma con ¿ella.vu liquido muí pegajoso i limpio, el mal se «oaguld por medio del cufof, ó ,r ¡¿undule espirita de vtng, ó aguardiente de vba. Fina/mente, la albúmina es la que forma laclara de huebo.. ,..-■''■ (o) 1/js cartílagos son unaszutos cuerpos blancos, du;-os i cur.tí- i5 ira el glilcn (u) sino en las sustancias las más- animali- zadas, cómo en la sangre, y en los órganos musculares. •Todas las partes gozan de sensibilidad (b )en Tazón de la fibra nerviosa que se estiende i se divide al infinito, y en la cual está esencialmente inherente la facultad de sentir. Gozan'igualmente de la fuerza tónica, que es una de las ra- • mifíeaciones de la sensibilidad. Solo los órgano», mus- cálares son irritables. Se distinguen tres suertes de par- íes ^jlidas á saber: nerviosas que son sensibles ; mus- culares qué, son', irritables; i el óCgano .celular (c )ó V- - '■' eos, V* e. connotes que se hallan en las-estremidades de las costillas de to-los las ¿mímales.; Las membranas, son los nombres jenéri- cós de los diversos ¿irgarías delgados yac se representan en el aur- pojériaeso+e de telas puñdas, blanca*, amarillas, ó rosadas va- riables eñ \su estructura, i en sus propitda&es vitales. Están destina- das á alsorver, exalar ¡ separar ciertos fluidos iá cubrir ciertos ór- «antÜEkfr.tlasjñide, en membranas mucosas, serosas i fibrosas. ° Cu)' El ahd-u es una- ma*cria.pegajosa, elástica de un co- lor 'gris, dé un olor análogo, aí déla esperma i existe principal- mente í» la harina de trigo, de donde se estrae por medio del agua pora, hacer lo que se llama engrifo: su presencia es muí necesaria para la fábrica del buen pan,' i difiere de las sus- lancvis vejcUilcs, por el ázoe epie contiene. (¿ ) ¿« sencibilidad se define en jeneral, la propiedad, ó me- dio por el cual el animal trine conciencia, de la impresión que un -méroo estrtidfero .hace sobre el. Biciíat la divide en sensi- bilidad 'orgánica i animal: la i. ^ es la que recibe las impre- siones d% cae nosotros no feriemos conciencia, i ella preside á toda'! fas funciones organicéis de los vejetales'i animales; i la ellos se ae:¡\-t:n en ¡a íuia^íí,.'™ 0c,.*wv..^ —•—w->------- ví.'.-fo, ■ oído etc. i his init rieres como la' sed, hambre etc. en las enfermedades el dalur^i sus numerosas modificacionest son oir.-.'S tantas attcraixoxes dst la sensibilidad animal. í, c ) hl tejido ceJtdaK ipie es jd mas común de tq,dos los U;'(hs orgilnieüs, tí una ' reunión dé" seldillas de dife- rente magnitud rué parecen comunicarse todas entre si. La unión de toda 'el i-\;'do celular se llama. sistema celulhr. 'i/% t6 Wjido mucoso que gosa únicamente de la t™™ lof ca, ( i ) i cuya sensibilidad es oscura. La fuerza orgánica de pende de la diversa convínacion de estos tres poderes animales. En virtud de ella es, que cada órgano ejerce las acciones que le son propias .....,,» Los nervios son los instrumentos de la sensibilidad ^ e; Diez pares nacen del cerebro, i treinta déla medula oblon- gada. (f ) Entre estos se cuentan las ramificaciones de!einter- eostal ó gran sinpalico, que.hace el principal papel én la eco- nomía animal, por las ínumerables comunicaciones que tie- ne con los otros. Los órganos, (g) unos tienen sensibilidad patente qne es exítable en todo tiempo en el estado natural; i otros la tienen latente i para manifestarla, exijen ciertos es- tados, y la acción de estímulos específicos. Asi Upiemh|í»na dura matér (h ) que parecía antes insensible manifiesta ( d ) Esta fuerza se manifiesta por una especie de estreme- cimiento casi imperceptible en los órganos. ^ (e ) No he querido alterar en nada hs principios ficiolth- gicos del autor, á pesar de que los mas son contrarios a laficio- logia fnoderna, por no aumentar las notas, que serian nece-^ sarias para objetarlos fí& Léase la ficiologia de DumaS, de Ri- cherand, i Majendte. •(/) La médala espinal es una continuación de la medula ohhngada, que desciende por la cabidad del espinazo, hasta la primera iértebra, ( ó *tuido ) de los lomos. Por médula obhn- gada se entiende, riña elevación casi esférica, contenida en la parte media inferior de la calavera, que continúa con el cerebro por cuatro prolongaciones muí considerables, llamadas piernas de la médula oblongada. ( g ) Llamase órgano, una parte del animal a vejetál desti- nada á ejercer alguna función. Asi el ojo es el órgchto de la función de la vista, i el pistilo i estambre, son hi órganos de la fructificación en la planta. ( h ) Esta es una membrana, ó tela fibrosa que en- vuelve reí oerehro, i la parle interna del cráneo. *í eerlo, tocándola con «na brasa de (ierro; £1 tártaro emético, afecta vivamente el estómago, i no produce impresión sen- tible sobre el ojo. La sensibilidad de las partes blandas aumenta en ra- zón de su tensión, como en las partes inflamadas. Por el contrario, es mas viva en las duras, á proporción qué disminuye la fuerza coesiva que une sus moléculas. La sensibilidad en jeneral, está en razón directa del numero de las fibras nerviosas, i en razón inversa de la cuantidad^ ¡ densidad de las capas del tejido celular que las envuelven Cada órgano tiene un sentimiento que le es propio; i todos los movimientos que se ejecutan. en la economía animal lo mismo que los musculares, i tónicos, son el producto de la sensibilidad puesta en acción. La contracción de los músculos ó carnes, es el produc- to del sentimiento propio de estos órganos, el cual en el estado natural no es bastante fuerte para exitar el pla- cer, ó'el dolor. La irritabilidad sobrevive algún tiempo á la vida jeneral, i los músculos están en este caso. La fibra muscular contiene el gluten, i parece ser el principio de la irritabilidad. En Mrtud de ella es que el músculo se alarga i se acorta en el animal,Vivo, y ett el muerto, cuando se le aplique un estimulo. Las esperiencias sobre la sensibilidad, han dado los resultados siguientes, i ° La fibra muscular es mas mo- vible en los animales de sangre Tria cuyos músculos son pálidos,'que en los de sangre caliente, en quienes son rojos, pero el vigor de las contracciones es mas fuerte en estos últimos: 2.« El grado de irritabilidad de un músculo no se determina precisamente por el número den sus «ervio*, pero esta fuerza es mas activa á proporción que ellos están mas desnudos: 3. ° El contacto del aire, cier^ to grado de calor, es una condición esencial para la du- ración de las contracciones: 4. ° La irritabilidad está en. razón de la ajilidad, i de la ferocidad natural del animal. S.° Ella parece crecer pocos momentos antes de espirar el animal. 6. ° Finalmente los animales que mueren por una causa que destruye de repente la irritabilidad, como por una conmoción eléctrica, por el veneno de la nb« C ig rau se pudren mis pronto, que los qut conservan » irnta* tabüidad después de la muerte. . La fuerza tónica, es una fuerza viva que obra estirando WS partes. Existiendo en el tejido celular varía según las dife- rentes circunstancias, i diversos estados de los órganos : ella es absolutamente dependiente de la vida: ciertas pa- aiones 4a aumentan, i otras la debilitan: las enfermedades ia alteran de diverso modo. . Todas 4as porciones del tejido celular, sean mternas ó externas, comunican entre si, por medio de este tejido se divide el cuerpo en dos mitades trasversales, cuyo, moda de existir es diferente. Esta división la conoció Hipócra- tes (aforismo 18, sección 4-.w ) La otra divicion del cuerpo en dos mitades laterales, «stá formada por el tejido celular: estas mitades son simé- tricas, i apoyadas una con otra al eje del cuerpo, de tal mo- do, que las partes de un mismo lado comunican mas en- tre si, que con las del lado opuesto, como el hígado con el hombro i pierna derecha, i el vaso* con el hombroS la pi- erna izquierda. Esta misma división se nota en las pai- tes internas de la cabeza i el bajo vientre. Finalmente el órgano celular varia en las diferentes rejiones del cu- erpo. Es muí apretado en ciertas partes i mui flojo en otras. Esta ultima suerte de tejidos sirve de receptáculo ^ á la gordura ó cebo, i contiene la jelatina en la primera edad. Los órganos celulares i membranosos forman él sistema jeneral de las fuerzas anímalos, Estas fuerzas tienen un punto central acia el cual se dirigen i del cual se reflec- tan ; este centro es el epigastrio que comprende el diafrag- ma, el estómago, i los intestinos ( a ) , (a) El estomago, es el órgano principal de la dijestion ;el es un saco de figura de un zurrón, situado debajo del diafragr- ma que ocupa elepigastrio i e/ lado, derecho de él. Se compone de muchas túnicas estensibles i muy unidas. Está destinado ¿ recibir los alimentos por su boca superior, llamada cardias i a expelerlos por su boca inferior, llamada piloro. Cuando están ya fluidos se convierten en chimo. Se llaman intestinos b tripas la unión de parta <¡ue componen el canal alimentario, Se disi* ®9 Estas visceras tienen acción i reacción sobre todas las partes i les oponen un esfuerzo mutuo que contribuye á la armonía délas funciones. Mas de todos los órganos epigás- tricos ninguno hay mas activo que el diafragma, que es el órgano que tiene la mayor influencia i cuya esfera vital reflecta mas á lo lejos i con mas enerjia. El epigastrio es uno de los primeros centros de sen- sibilidad ; él forma con el corazón i el cerebro el triun- virato de la vida humana* Es en este triple foco que la sensibilidad reúne sus fuerzas activas; vivifican i animan la máquina el cerebro por su influencia nerviosa; el co- razón por la circulación i el epigastrio por su oposición de acción i contraposición de los otros órganos. De este comercio recíproco i durable, pende la vida jeneral que cesa de repente, desde el momento que él es interrumpido. El estado de cada órgano es el resultado de la equi- líbracion de las acciones que parlen de estos di- ferentes focos en donde están retenidas. Estas acciones se lanzan del centro á la circunferencia, i viceversa : ellas difunden por todas partes los jugos nutricios, llevando íuera los humores excrementicias (como el sudor) que va¡n á la piel;, que es el órgano secretorio mas universal Para entender esto debe tenerse presente que en cada. parte del cuerpo viviente hai un movimiento excéntrico :* otro concéntrico: el primero es un movimiento deex¿ pansion que dirijiéndose del centro á la circunferencia, dilata é incha; él domina en la primera edad de la vida para el desenvolvimiento de las parles: i el segundo es un movimiento de condensación que se hace en sentido contrario, i vuelve á traer los humores de la circunfe- rencia al centro. Esta dirección comienza en la edad den en seis intestinos, tres delgados i tres gruesos : los- delgar- dos son el duodeno, el yeyuno i el íleon Los gruesos son al colon, el ciego i el recto ó cagalera, cuyo fin se lla- ma ano o cieso. Se entiende por región-epigástrica, la parte su- perior del bajovientre b barriga, que se estiende desde lo que se llama boca del estomago b ternilla mucronata, luista dos dedos trasnversos sobre el ombligo. Se divide* en tres partes, una m&~ dia, llamada epigastrio i dos laterales llamadas hipocondrios. 20 viril, i hace rápidos progresos a medida que el hombre se aleja del solsticio de la vida, hasta el estremo de U vejez. La muerte es su último término. Por medio de estos dos movimientos conbinados en jus- tas proporciones, se mantiene la armonía de las funcio- nes, i los'órganos transpiran iabsuerven. t^ua11?0 ellos están justamente repartidos entre el centro i la cir- cunferencia, i reina una armonía perfecta en los princi- pales focos de la vitalidad, i que cada órgano ejecuta li- bremente las acciones que les son propias, resulta la sa^- nidad, que es el estado del cuerpo viviente, en el que las Jun- ciones propias á cada individua se ejercen con constancta i placer, i con un sentimiento de bienestar, ien el Orden mas cernemente ó la edad i al sexo, CAPITULO íl. Zinañsü de las funciones humanas, comunes á los animales i h los veje tales. La sensibilidad es el #elemento de la vida, la fibra nerviosa es la que compone esencialmente el animal; los otros no son sino en cierto modo secundarios. ^ Si pudieran estos quitarse i dejar únicamente los nervios, el animal, gozando de la facultad de sentir existiría, pues de esta depende únicamente la vitalidad. Todas las funciones del cuerpo viviente son depen- dientes de la sensibilidad; ellas son el objeto de la fi- ciologia; i como esta se halla estrechamente unida á la hygiene, trataremos con brevedad de las principales co- mo son la dijestion, la circulación de la sangre, las se- creciones i excreciones, i la respiración; después espon- dremos la analojía que existe entre» estas funciones i las de los vejetáles. i. ° La dijestion. Ella consiste en la conversión de lo alimentos en quilo; (a) esto supone diversas preparaeio- (o) Esta palabra quila en griego. siginifica toda especie de lieor ó jugo extraído de las plantas, i de los animales. Del que haHamoi, na es otra eosa% que un humor blanco formado ar nesv La primera se hace en la hoca por medio de los dientes i saliva que son los principales ajenies. Los pri- meros Jos trituran perfectamente i la saliva, penetrandolos, les imprime los primeros caracteres de la animalisacion (b) Los alimentos asi preparados los recibe, el estómago, que viene á ser entonces el centro á donde se dirijen las fuer- zas necesarias para la dijestion; aquí es donde se dispo- nen á ceder al poder asimilante de cada órgano viviente; aqui donde se mezclan con los jugos gástricos (c), quie- nes les disuelven i penetran intimamente, concurriendo el estómago con su acción orgánica. Mediante el principio vital, cuya acción está repartida, la desplega sobre la mate- ria, la organisa i la dispone á recibir el sentimiento i Ja vida. Los alimentos en el duodeno reciben la acción de la bit lis, i del jugo pancreático. ( d) Aqui reciben un nuevo gra- do de vitalidad, i se convierten en quilo: lo que no puede asimilarse se precipita por la bilis, i se conbína aqui^ i for- ina los excrementos, á quienes ella da el color por medio de los alimentos dijeridos, que estU compuest» ¿¿ una parte cero • ,sa, i de otra fibrosa . < (¿) De esta privan ú los alimentos los fumadores de tabaco, particularmente, los que lo usan después de comer, si acostum- bran escupir. (¡e) Este es un jugo semejante a la saliva que es separad» por las arterias gástricas (á) Este es otro jugo muy semejante ¿i la saliva de qmtm difiere porque es muy agria,. Lo separa, i lo derrama en el in- testina duodeno una entraña de la figura de la lengua de un perro que estii situada en el lado ixquierdo del vientre junt* al bazo, i se llama páncreas, ó cuajo, del que se si&en para eortar la leche. 'di del movimiento peristáltico (a) exitado por la hito, son ai^ rolados fuera del cuerpo por el ano. El quite es absorvido por las venas lácteas, por donde «l atraviesa como también por las glándulas mesaraicas; de aqui es llevado sucesivamente al canal torácico, á la vena subclavia isquierda (b) en la cual se mezcla por primera vez á la sangre, después al corazón, i finalmente en lo pulmones, en donde se convierten en este ultimo humor. El quilo lo mismo que los otro» humoreé, esperimenia sin-cesar, ya en las vias de la circulación, ya« en los dife- rentes órganos, el trabajo de la' facultad dijestiva: ellos vienen á ser otros tantos estómagos, en donde los flui- dos soc alterados i cambiados por la doble acción de las fuerzas químicas, i orgánicas que se contraponen sin ce- sar, de manera que ta última se ejerce • con mas ventaja. 2° La circulación de la sangre El quilo convertido en sangre lleva á cada órgano la materia sobre la cual deba ejercer su aceion ; una parte la asimila pira si i la otra adquiere cualidades que le hacen á propósito para los uses particulares en donde es arrojada como inútil, ó dañosa, fuera del cuerpo, par las vias propias á cada humor excrementi- cio. La sangre sufre sin sesár un movimiento intestino, 6 (a) Los intestinos d tripas tienen durante la vida,, i aun después de ella, dos movimientos; el uno del estomago acia el ano, llamado peristáltico; i el otro, del ano hasla el estomago* llamado antiperistaltica. Por medio de estos dos movimientos ios intestinos se mueven como una lómbris que se arrastra» (¿) Llámanse venas lácteas, unos conductos que nacen en ¡o> interior de los intestinos i van á parar al uiesenterío, Ó en tresijo, á unos cuerpos duros de una figura de abas, llamadas glándulas mesar&ycas. De estas salen otras venas lácteas, que Van á terminar en el cantil torácico. Este es un conducta que tiene principio en el vientre, detras de- la arteria llamada aorta, entre la primera i tercera vertebra de los lomos. Vena subclavia, es la vena que se estiende transvevsalmente poren-r cima de la primer costilla junto al hueso llamado clavicula^ ríavija, ó puente, del cual loma el nombre* quienes les despojan de las materias heterojéneas, dándole á las otras el grado de elaboración necesaria al ejercicio de ciertas funciones. Unas i otras se hacen por la sen- sibilidad propia, é inherente á cada parte; pues las. se- creciones, i excreciones no se ejecutan sino por la acción misma del órgano secretorio, que no filtra tal humor con preferencia- á otros, porque es el solo que afecta su pro- pio gusto. Ecsitada la sensibilidad en el órgano viene á hacerse un centro de acciones al rededor de él, por las cuales el órgano es atraído, i escoje dos que le agradan. * La nutrición se hace del mismo modo; ella es una verdadera secreción; asi es que cada órgano atrae acia si las partículas alimenticias de que tiene necesidad. Asi la nutrición se hace por una acción de la parte á que se aplican los jugos nutricios. La secreción de la orina es una de las mas abundan- tes, la que se hace sin interrupción. Asi es que los ríñones no descansan como otros órganos, pero tienen sus exa~ (a) Corazón es un órgano cónico, ó de figura de un panesito de asnear, hueco, i musculoso, encerrado en el pericardio (¡que es una bolsa de figura Je vejiga llena de un liquidó) i «-. tuado entre los dos pulmones en la parte media del pecho, un poco inclinado.á la izquierda. El es él principal ajenie de la circulación de la sangre. Tiene cuatro cavidades, dos llamadas ventrículos, i dos aurículas, d alas; entre estas ^k- vidades no hui comunicación directa. a4 cerbacionej. Por las arterias emuljentes (a) reciben una gran cantidad de sersoídad muy cargada de sustancias estranas, i excrementicias, cuyas cualidades dañosas se enervan con el influjo acuoso que los sirve de vehículo: de aqui las muchas enfermedades, que resultan de la re- tención i reflujo de la orina (b). (a) Antes de decir lo que son arterias emuljentes^ es pre* eiso para la intelijencia de las otras notas, hacer una esputa- ción de las arterias i venas. Se llama arteria, un canal ó vasa que nace del corazón, que pulsa (esto es que se ensancha i an- gosta, ) y que comienza en su principio muy ancho, i se va angostando, á proporción que se aleja del corazón, Las venas son unos canales cuyo principio es angosto, i cuyo fin que es en el corazón, es muí ancho. Estas no pulsan, i la sangre que vuel- ven de las partes del cuerpo es negra, siendo asi que la de las arterias es roja. La aorta es la principal arteria del cuerpo^ Nace del ventrículo izquierdo del corazón: se divide en un ramo ascendente que lleva sangre a la cabeza, i otro ramo des- cendente que es el que lleva sangre a las partes inferiores: sé llama pectoral la parte que esta en elpecho; i abdominal la que está en el bajo vientre. La pulmonar nace del ventrículo dere- cho, i tiene de particular que lleva sangre negra. Las venas prin- «pales son las dos venas cavas, que ambas terminan inmcdiav lamente en la aurícula derecha del corazón. La primera se llama descendente, ó torasica, i la segunda ascendente ó abdominaL Entendido esto se comprenderá que las arterias emuljentes ó> renales, son las arterias que van á los ríñones, las que son las mas voluminosas i cortas de las que nacen de la aorta abdominal. Las venas renales se abren en ¿a vena caba ab- dominal. (b) La orina es un humor escrementicio separado, ó se- e*etado por los ríñones i trasmitido á la vejiga por los ure- tires. ^ Estos son dos canales del* grueso de una pluma de •seribir, aue sale uno de cada riñon, i terminan en el fonda de la vejiga, en donde están derramando gota á gota la orina, la que sale después por la uretra, ó miembro virib Esta tiene por principios constituyentes, el agua, la jelatino, la albumúta^ el moco animal, el accido úrico, el accido ben- 2$ La cutís es una vía jeneral para excretar los jugos excrementicios. Est,os fluyen por ella. siempre que domi- na la fiíerza ecséntricaS En éste caso la transpiración i él sudor viniendo de todos los puntos de la superficie, for- man abundantes evacuaciones.» Cuando prevalece la fuer- za consénirica, la piel ó no.excreta, ó lo hace débilmen- te ; pero atrae, i absuerve los fluidos aeriformes repar- ' tid'os en la atmósfera, los que aprovechan si sus gacez no son deletéreos, ó dañosos para el individuo. La secreción del semen tiene por objeto la propagación de la especie. Este huiüar es excrementicio, i recremew ticío (d). Su mecanismo para separarse es semejante al de las otras secreciones: el órgano destinado á escretarlo se prepara, se hincha i se pone en estado de erección, i entonces viene á ser un centro de acción, en donde se acumulan i fijan las fuerzas tónicas. • 4.. ° La respiración es una función dependiente de la sen- sibilidad. Su objeto es mantener al calor animal i darle á la sangre cuartnades vítales. Comienza al q¿\cer cuando 'el feto existe en el útero, tiene una vida común con la madre comunicada por una circulación particular. Cuando el vé la luz, su sangre circula por partes que no había circulado, i su sensibilidad se aumenta. Ella se despierta en el epigastrio, en donde antes había estado reducida a un movimiento tónito; el respira, i desde entonces el circulo de su vida se estíende i engrandece: El diafragma es el principal órgano de la respiración. $oico,\ el muríate de amoniaco, el muríate de sosa, de amoniaco Jos fosfates de sosa, de amoniaco, de magnesia, de cal; i los sulfates de potasa, i de sosa, i una materia aceitosa qué le da el color.* Adelante te esplicarán las enfermedades^ de la orina. ^ (d) Humores excrementicios son los incapaces de nutrir el cuerpo, i están destinados á ser evacuados juera de él, co- mo las materias fecales, ó las hecess el sudor, i la orina. //>.< reerementicios son los que después de haber sido separados de la sangre, sirven para diferentes lwoj, como el semen, la sa+- tíva, la bilis etc. • Las contracciones i relajaciones sucesivas de este órgano ponen en movimiento los ajentes destinados á aumentar, i disminuir alternativamente la capacidad del pecho *para la entrada i salida, del aire en esta cavidad. El diafragma es el roas activó de todos* los órganos, de quien es el antagonista externo. *Lo dicho lo comprueba, el cambio que ' sufre la respiración cuando el está .atacado de asma, ó que ajilan al cuerpo grandes pasiones. • * Desde que el infante vé la luz, queda sometido á las mas poderosas causas de irritacy^n, á que su sensibilidad no estaba acostumbrada. El órgano cutáneo, los sentidos * la membrana pituitaria se esponen á la acción de la luz, del gaz eléctrico, i del aire atmosférico: la irritación produ- cida por estas causas, irradia acia el diafragma; el movi- miento comienza en este lugar, el pecho aumenta de capacidad, el aire cae por su propio peso á los pulmo- nes que están dilatados, i desde entonces se establece er orden succesivo de inspiración, i expirarón que concluye con la vid#. He aqui en compendio el Cuadro de las , principales funciones del hombre; vamos á tratar de las concesiones que tienen con los vejetales. La analojia entre los seres vejetales i animales, fué conocida de los antiguos, i muchos como Empédocles, Ana- xagoras, Demócrito, Zenón, Pítagoras i Platón colocaron las plantas en el rango de los animales. *Los modernos han lle- vado hasta la evidencia esta verdad. La organisacion exterior de unos i otros, nos presenta epidermis, i p*íel, que se llama en las plantas corteza: ambos tienen pelos i glándulas, v Los huesos del vejetal los constituye su madera; tienen fi- bras, gozan de todos los tejidos de membranas, vasos, i flui- dos como los animales; sus raices ^on el estómago; sus tra- queas ios pulmones; estambres^ pistilos, tes órganos de la jeneracion. Todas estas partes ofrecen la semejanza mas completa en las dos grandes familias. Unos i otros se asemejan en sus funciones. El movimiento continuo de osilacion de la raíz al tronco, i las ramas i de estos á la raiz, forman* circulación de los vejetales. Los jugos quG chupan las plantan se componen de las distintas sustancias, diseminadas en el océano atmosférico, de donde sacan la mayor parte de su nutrimento. Van ílelmont, 27 Hales í otros, prueban que unas pocas onzas de tierra, bas- tan para hacer vivir los mas grandes arboles. Hipócrates había conocido este doble movimiento de los fluidos vejetajes. Léase el libro de la naturaleza del niño, en su sección tercera. Los vejetales respiran, pues inspiran fluidos aeriformes, i expiran otros Cómodos animales, después de haberlos cam- biado ó alterado. Culhdo la vejetacion está en plena acti- vidad, i que el vejetal se halla espuésto á la luz solar, ex- pira gran cantidad de oxijeno ^Cuando hace algunos no- tantes que el sol na pasado d^A meridiano, i cuando está privado de los rayos del astro benefactor de la naturaleza, exalan los vejetales acido carbónico. Hai ciertas plantas, flores,, i frutos de olor suave, como las rosas, la vara de .Tesé ó tuberosa etc. que de dia i •noche exalan gacez mefíticos, bien diferentes ¿e su aroma que nada tienen de perjudicial. El calor animal que casi es igual en latitudes opuestas, es lo mismo que el calor vejetal. Adamson ha probado que cada vejetal tiene el grado de calor necesario para su desenvolvimiento; i que permanece el mismo en las diferentes temperaturas: en el infierno gen que la planta duerme, i que dniere pocos ali- mentos, produce un grande calor que le garantiza del pe- ligro de perecer. Los vejetales tienen como los animales, órganos que ab- sorven el nutrimento, i otrds que lo elaboran para con- vertirlo en su propia sustancia. Ambos crecen en todas di- mensiones, adquieren consistencia, i pasan por grada- ciones hasta la ultima, que es la muerte. ♦ Los vejetales excretan fuera los jugos que¿ la facutad di- jesliva no ha podido asimilar. .Unas excreciones son en forma sólida, como la del pir», fresno etc.; i otras que son las mas, son de fluidos perspirables acuosos que se gxalan en forma- de vapor. Estas excreciones varian según el estado de la atmósfera. 9 % Se observa la misma analojia entre los vejetales, i los animales en cuanto á su reproducción, la que se hace de tres modos, á saber : por botones, por renuevos, i por granos. Trembley habiendo examinado el insetto llamado pólipo, en razón del gran numero de palas que lie ya en la ü8 cabeza, descubrió que el no tenia ningún sexo, i que se re- Eroducia lo mismo que los vejetales brotan sus botones, con t diferencia, que los polipitos se separan del pólipo enjendra- dor, cuando se hallan en estado de madurez. Después de este naturalista, se han descubierto otros insectos, tales como algunos gusanos, la ortiga que tiene la boca en medio del cuerpo, i la estrellas de mar? animales que tienen algunas propiedades .del pólipo. El modo mas jeneral de reproducción entre vejetales i animales se hace por sencillas, i este modo exije la con- currencia de los dos sexos. l£n les vejetales que por la mayor parte son hermafroditas sus (lores sirven de lecho nupcial; aqui es donde el polvo de las anteras (i ).se derrama so- i>re los estigmas i fecunda i vivifica el embrión. Los ór- ganos sexuales se encuentran en toda clase de vejetaleS| El granó vejetal fecundado como el huevo, dá nacimien- to á un nuevo ser. Por las nfanos de la naturaleza se prepara un nutrimento delicado, para mantener el frnto de la vejetacion. Xos cotiledones, ú ojas vejetales semejan- tes á la placenta ( ó par ) de los animales, están destinados á este objeto. Cuando el jermen está un poco desenvuel- to, los pecho* vejetales se marchitan i está prifher leche dk lugar á un nutrimento mas consistente; finalmente la planta pasa como el vejetal, por los estados de blandura, desarrollo, sequedad, i rijidez ; ella corre sucesivamente las tres edades de la vida de los animales, juventud, virili- dad, i vejez. La mucosidad caracteriza la naturaleza ve- jeta^ i animal en su principie», notándose en ambos el mismo orden de movimientos--, la fuerza esentríca, domi- na cuando están creciendo, esta disminuye por grados, i es remplazada por la fuerza concéntrica, cuyos progresos están en razón del fuego vital, i llega por fin la sequedad de stis órganos, que ya no les permite desenvolver sus fa- cultades vitales. B En cútnto á la facultad loco motriz ( se dice ) hai una débil analojia entre vejetales i animales, i esta es la que establece entre ellos lina diferencia esencial. Tal ob- jeción queda disuella, si se considera que la facultad loco (O Ln povie Superior de lo flor, * « motriz no es esencialmente inherente á los animales. La multitud de animales que viven en los abismos del mar pe- gados á sus rocas, i en su fondo, esÜn privados de esta fa- cultad. Las conchas anatiferas, los pólipos, las madrepo- ras etc. todos estos animales permanecen fijos én el espa- cio ie lugar en que les ha colocado su pacifico destino. Es * tos-seres, por su simplicidad de organización, se parecen á los vejetales, en cuya última cadena están colocados; son real- mente animales porque tienen conciencia de exislirr pues manifiestan deseos de que se aproxime la presa que les debe alimentar, i tienen temor de los objetos qué les pueden dañar. Los vejetales tienen alguna facultad de moverse. Es- to se ejerce por' el principio de irritabilidad. Este mo- -vimiento se ejecuta de un modo, nada equívoco en la ma- 'yor parte desús órganos, pirticularmeote en los de la re- producción. Asi es qne las raices se dírijen á distinto lu- gar desde el momento que encuentran obstáculo para bus- car el suelo que les conviene. Los ¿roncos manifiestan igual movimieuto. Muchas plantas que se crian dentro de puertas cerradas, se dirijan á las endijas á buscar la luz. Las ramas, las flores, i las ojas, manifiestan por medio de sus cápsulas articulares, movimientos sensibles con que se les vé dirijirse por la mañana al oriente, al medfb dia al sud, por la tarde, i por la noche al lado del norte. Las plantas que tienen estas propiedades, son el jirasol, el gualda, el lúpulo, las malvas, las espigas de trigo. Otras hai que por la no-he manifiestan un ver- dadero sueño. ( Léase la anatomía, i fisu^gía de los veje- tales de Mirbél, cuya inscripción dice, Senemer tratado de ana- tomía ). Hai planta* cuyos movimientos se manifiestan cuan- do ¿e les toca. ( En el camino de Guaduas, i en otr.is partes de Colombia, se halla la sensitiva que se frunce al tocarla. ) La dionea mucipula tiene entre sus ojas una es- pecie de miel, en la que se pegan las moscas que. al caer las atraviesa con sus püas. También se noftin en Idl flores movimientps espontáneos. Se abren i cierran á ciertas horas durante el dia, en términos que Lineo queria formar un reíos botánico de las que se abrian i cerraban á determinadas ho- ras. Igualmente se nota movimiento en la* partes destinadas á la reproducción que se aproximan sensiblemente, para que • las anteras lancen sensiblemente, el polvo* fecundante* so- bre los estigmas i pistilos. También son lansados los fru- tos de algunos vejegfes por las parles que los contie- nen. Este fenóroeno^se observa en la balsamina, en la acedera, i en las-plantas de la familia de las tetradinámicas. . Todas estas fuerzas de que se ha hablado se ejercen por una fuerza análoga á la que produce los movimien- tos musculares en los animales i puede llamarse irritabi- lidad v^etal. Resulta de las experiencia^ que se han he- cho sobre esta última i. ° que ella es sensible en las flores que ¿stán prontas á abrirse ó recientemente abier- tas : 2. ° que la irritabilidad vejetal está en razón de sil blandura i que disminuye á proporción que van secándose; X ° que ella- se manifiesta por la acción de los estímulos* í. ° que sus fibras se contraen i relajan como los mus** culos i que estas contracciones i relajaciones siguen la ra- zón de la trritabilidad i de la acción'estimulante; 5.° que una constitución cálida i seca favorece su irritabilidad; 6. ° que las partes irritables se contraen aunque estén di- vidas; 7. ° que son mas irritables por la mañana, que por la tarde; 8. ° que las plantas son menos irritables que los animales ; 9. ° en fin, que jeneralmente son mas sen- sibles los órganos sexsuales. Parece, pues,, que hai algunas re- laciones entre la irritabilidad vejetal i animal. A los ojos vulgares parecen las plantas enteramente desprovistas de sensibilidad, porque no se les notan signos de placer í de dolor i porque la anatomia no ha descubierto nervios en ellas. Pero si seAtiende á que la sensibilidad de los ani- males de que henK hablado en la pajina i5, se limita á sier- tos movimientos de contracción i dilatación, parece * que no seria inconsecuencia reusar el mismo sentimiento á las plantas que dan las mismas señales de sensibilidad, que los animales ya citados. Por tanto pueden considerar- se las plantas como animales de un orden infejior que pueden»compararse á los que se llaman animales hibernan- tes ; en efecto, ellos se despojan de sus adornos durante el invierno i durante esta estación parece efue están en una suerte de*sueño igual al en que están sumerjidos los Lirones, i todos aquellos animales que durante la es- tación fría, viven durmiendo sin lomar alimento alguno. • 3i Puede decirse con un autor i que los vejetales tienen el sentimiento de su existencia actual , i que los anima- les reúnen á esta sensación el recuerdo de lo pasado ; pe- ro que le pertenece solo al hombre el recurir á, estos dos sentimientos de lo futuro. La naturaleza, dice el mismo es una grande escala cuyos intervalos los ocupan los seres sensibles, que está limitada por uno de sus estremos por el ser supremo , i por el otro , por los elementos de la materia. r C APILULO III. , Del principió vital La sensibilidad de la cual depende la vida de los ani- males, no es únicamente el resultado de la organiza- ción ; pues que ademas de esto, ella depende~de un prin- cipio que obra sobre la materia organizada á la cual el comunica todas las cualidades vitales, de que su organi- zación le hace susceptible* Mas cual sea la naturaleza de este principio aun se ignora , i no se pueden formar de él sino conjeturas, no conociéndosele sino por sus efectos. Varias han sido las opiniones de los antiguos filósofos. Todas sus* sectas, eceptuando * solo la de los peripa- téticos,- han mirado*la vida, como dependiente de un principio material. La materia no organizada no puede adquirir la organización , i pasar' del estado de inercia al de la vida , sin ^que ella esté penetrada de una sus- tancia , que contenga en si misma facultades vitales ; i desde que una vez esta sustancia le ha modificado en términos de hacerla capaz de penetrarse intimamente, no cesa de desenvolver su enerjia , hasta que del todo no se haya consumido el pábulo necesario á su actividad. Esta sustancia es probablemente él fuego , como ya lo habían penscüo la mayor parte de los anliguos^filósofos, en tre ellos Hipócrates. Lo que hai de verdadero es que sin la acción del fuego , no pueden desenvolverse los jer menes. Sobre la parte de la tierra en que el sol reparte su calor i luz, es la única, en que se hallan repartido 32 el sentimiento i la vida. Sin el calor de este astro benéfico, la materia-está muerta, i'en el estado de inercia i de inac- Esla opinión se comprueba por los sigientes hechos: i.° La formación del embrión no parece ser, sino una cristalización animal, que tiene alguna conecsion con la de las sales, la que se hace por evaporación. Ademas, el ca- lórico es absolutamente necesario en la fecundación de los jérmenes, para fijar en sus jugos el' oxijeno que de be concretarlos. La incubación de los huevos á los 3a grados del termómetro de Reaumur, demuestra la ne cesidad del calórico ; 2. ° El huevo embarnisado i sometido á la incubación no empolla, porque se impide en él la evaporación , que es tan necasaria para la cristalización ; i asi es que quitado el varnis se logra la incuvasion;^ 3. ° se observa en jeneral, que la vida es mas activa ' i mas oorta , en los países en donde abunda e) calórico , lo mis- mo que en los lugares i en la atmósfera en qne se contiene gran cantidad de gaz oxijeno. Cualquiera que sea la naturaleza, de este gas vital que la anima, parece que las facultades de que el goza, no pue- den reducirse al a*to, sino cuando él está unido á los cuer- pos que ha organizado ; el no puede desenvolver en los minerales i otras sustancias, inorgánicas, sino las propiedades jenerales de la materia, i de ningi^i modo la*f cualidades vitales. El principio de vida comienza á desenvolver-su virtud animante en los vejetales, que son seres organizados ; en ellos la vitalidad se reduce á la irritabilidad, probablemente á una sensibilidad latente, por medio de la cual se ejercen las fun- ciones, que le son propias, del mismo modo, que en los ani- males. La sensibilidad es débil en la ostra que ocupa el ultimo grado de la escala animal* Desde este marisco, hasla el mo- no, i el elefante que gozan del sentido del tacto, se va au- mentando gradualmente, hasta llegar á su último grado t3e per feccion en el hombre, que poseyendo por su forma exterior i su* intelíjencia todas las ventajas, i complemento de la ani- malidad, es sobre el globo el último anillo de la cadena inmensa i casi infinida que abraza lodos los seres, sjendo 33 el único que puede comprender sus renrciontf. Es, pues, cierto, que circula en todas las partes de la materia un fuego vital, que produce, conserva i renueva todo lo que existe; el penetra todos los cuerpos, i desen- vuelve su acción con mas ó menos enerjia ; es un elemen- to ^p\e á la vez, es destructor i creador i que no aban- dona jamas una sustancia, sino hasta que ella cesa*de su- ministrarle el alimento necesario á su actividad. El principio vital puede existir en dos estados diferen- tes, en el de desenvolvimiento i en el estado latente: el queda algunas veces en este último largo tiempo, i sin manifes- tar su existencia sino impidiendo la descomposición del euerpo én que queda oculto. Los granos i algunos huevos se conservan algunos anos, sin sufrir la menor alteración. Así el gaz vital es un principio conservador, que resiste pode- rosamente á la corupcion, á la disolución, i á la acción deletérea del frió ; i en efecto el animal axfixiado no se pudre, mientras existe; el jugo gástrico no disuelve las paredes del estómago é intestinos, porque él imprime su actividad á los elementos que componen estos órganos; fi- nalmente, se opone á los esfuerzos mortales del frío, pues mientras él obra sobre los cuerpos, la acción del yelo es impotente. Hai causas activas de destrucción á las cuales el prin- cipio vital no opone sino una débil resistencia, bajo cuya acción sucumbe por lo ordinario; tales son las fuertes conmociones, ciertos miasmas, i algunos venenos; proba- blemente estos ajentes deletéreos obran desuniendo el flui- do vital, i la sustancia medular de los nervios, á la cual el está especialmente adherido, destruyendo enteramente la fuerza de coecion que los une ; porque cuando estos ajen- tes han dado la muerte, no se ha hallado ni lesión, ni alteración, en alguna parte del cuerpo. Esto se comprue- ba por los que han muerto de rayo, i emponzoñados con arsénico, solimán i opio. Finalmente que el gas vital es el principio del instinto'de los animales, por medio del cual obran sin ninguna de- liberación, independientemente de toda esperiencia i del modo mas conveniente á su conservación i bienestar. De estas diferentes convinaciones del jugo vital con los di- 34 versos órganos, es que dependen en cada especie lis simpatías i antipatías que ellos esperimentan los unos hacia los otros; de este dependen las astucias que ellos emplean, para bus- car sus prezas, i evitar los peligros que les amenazan ; de «ste, en fin' el discernímienio, que ellos tienen en escojer los alimentos i remedios que les convienen. Es en razón de este instinto determinado, por la acción del principio vital sobre los órganos sensibles-, que el reciennacido se chupa los dedos, sin que su madre le haya puesto el pecho. Por el mismo es que la abeja apenas nace prepara miel i cera Todos los animales están provistos de un instinto partía cular, manifiesto desde su nacimiento, i %jue no es efecto de la experiencia- El hombre en el estado de pura naa turaleza tiene su instinto, i en el estado social le pierde mui pronto, cuando el primero lo ejerce i le perfecciona sin Cesar. CAPITULO lVj \J)e ia vida considerada en las diferentes edades El feto estaba sumerjído en las aguas del amnios, (a) cuando el vivía en el seno de su madre. Al nacer pasa á un medió* en que es afectado por el aire i por la luz. Estos fluidos por su acción sobre la piel i los otros órganos de los sentidos externo* determinan simpáticamente la con- tracción del diafragma, de los músculos de la respiración i de los que obedecen á la voluntad ; desde entonces se esta - blece con la respiración que no cesa hasta la muerte, un nuevo orden en lasvias de la circulación; comprimidas las viseras abdominales rehacen entre si alternativamente i los excrementos son arrojados por la primera vez de los in- testinos, i las orinas de la vejiga. J* Solo el hombre nace con los ojos abiertos, pero sin diri- jirlos á ningún objeto : la comea (a ) está arrugada i el in- (a) Una dé\las telas que forman" la placenta ó par. (a) Esta es una de las membranas que forma la parte trasparente del ojo. La pupila es lo que se llama niña del ojo. 35 fante nada pueda distinguir en los*» primeros dias; no obs- tante su pupila es sensible á las impresiones de la luz, pues se dilata i se contrae : sus otros sentidos pasan mucho tiem- po sin dar al niño sensaciones justas i completas; i asi es que hasta los cuarenta dias comienza á llorar manando lá- grimas i comiensa á ver i entender : su peso ordinario es de seis á siete libras; su crecimiento en el vientre muí pro- dijioso. Su cabeza es mas voluminosa con relación á las otras partes : la piel del reciennacido es roja. La forma de sus miembros está imperfecta: todas sus partes están hin- chadas, i sus pechitos contienen leche que puede esprimirse con les dedos: la mollera le palpita, i se siente el mo- vimiento de las arterias de la cabeza, aplicándole la mano : las aguas e* que está nadando dejan en su piel una manteca que se despega al lavarlo. Es costumbre en los paises fríos lavar los recién nacidos en agua fria, lo que es muí per- judicial en los climas calientes. La primera -leche de la madre se llama calostros, i sir- ve para purgar el infante haciéndole arrojar un escremento negro i viscoso, llamado pez ó meconio. Por la boca arroja una Babaza lo mismo que la del amnios, la que es arroja- da del estómago i esófago. Los infantes en su primera edad no necesitan sino de una pequeña cantidad de alimento repetida con frecuencia, i se aumentará á proporción que va creciendo. Su sueño es largo é interrumpido por llan- tos. La aparision de los primeros dientes es á los siete meses i se completa la primera dentición á la edad de dos ó tres años. Los dientes llamados de leche, son veinte; ocho incisivos, cuatro cónicos i ocho molares los que caen i se remplasan á los siete años, agregán- dose cuatro molares en cada quijada que salen después i completan veinte i ocho. A los doce ó quince meses comíensan á tartamudear. ( En América por lo común es á los diez meses, siem- pre que no hayan sufrido enfermepades i no se les haya quitado el pecho. ) En todas lenguas i en todos los pueblos comíensan á pronunciar, baba, mama, papa : pa- labras las mas fáciles de pronunciarse, pues poca acción necesitan de los órganos de la locución. Se observa que 36 los ¡hfantes que hablan mui tarde, no hablan después con tanta facilidad como los otros, i que aquellos que hablan á buen tiempo, aprenden á 1er á los tres anos. El corazón de los infantes pulsa con mas frecuenc.a «pie el de los adultos. Asi se observa que el pulso de un infante i el de un hombre pequeño, pulsa mas veses que el de un adulto i el de un hombre de alta estatura. El cuerpo humano es raro en su crecimiento , pues en los primeros meses mientras está en el útero crese mu- cho , i luego va creciendo lentamente hasta la puverUd ; desde ella crece con mas precipitación hasta que llega á una altura de donde no pasa. En la infancia las partes solidas son muy blandas i las liquidas mui aquosas, i entonces se secreta mucho moco porque tienen una acción relaíiva los sistemas jjandu- duloso i mucoso. De aqui pende la constilucion'fcucosa ue esta edad i las enfermedades propias de'ella. En esta época las fuerzas se dirijen particularmente del centro á la cir- cunferencia, pasando con la mayor rapides de dentro á faera 1 de fuera á dentro, El infante sufre de parte de los agent* s exteriores muchas impresiones, por lo que ejecuta muchos movimientos, pues que su sensibilidad i movilidad son mui grandes. Es de advertirse que estas impresiones ni son profundas, ni duraderas, pi los mo- vimientos tienen nada de constancia, ni de reflexión. A medida que corre la vida, el cuerpo se habitúa á las ¡nr presiones, i este hábito entorpece el sentimiento: la fi- bra nerviosa cubriéndose de láminas celulares mas espesas i mas conpactas, adquiere mas fuerza, pero pierde al mis- mo tiempo su sensibilidad en la misma proporción. El estómago en la infancia, tiene una vida superabuu- dante i sin ser irritado, sufre por instantes el sentimien- to de la hambre. En esta época, el estómago trabaja no solo para el sostenimiento del cuerpo . sino para su cre- cimiento. Entonses se dirijen las fnerzas acia la cabe- za, no obstante que hai poca actividad para el ejercicio de las funciones intelectuales. . Por esto se esplica porque a los niños que se les cambia la acción del estómago di- rijiendola á la cabeza por hacerlos estudiar en la edad tier- na» quedan enfermos i valetudinarios en el resto de su vida. 37 Los niños están snjeto! á convnlsiones i a afecciones espasmodicas, por lo gran movilidad de sus fibras; asi es que su sensibilidad se exita en ellos por la mas lijera can- sa, i se apicigua por los medios mas dulces; por loque- no tienen fuertes pasiones. Hasta la edad de tres años la vida esta muy vacilante A los* dos ó tres años siguientes se afirma, i de los seis a los siete anos el infante está mas segnro de vivir que antes. A la infancia sucede la puvertad: esta es la primavera de la vida i la edad de los placeres. Ella hace desapare- cer la languides de la edad primera i disminuye la laxi- tud de los.sólidos i la aquosidad de los fluidos. Enton- ces es cuando la vida no solo trabaja en la conservación t crecimiento, sino en la propagación , para lo que se aumenta la acción vital, lo que se anuncia por signos nada equívocos. Los primeros, intomas de la puvertad son, una especie . de entorpecimiento en las infles i uua especie de conmo- ción desconocida en las partes «exuales; en ellos apare- cen pequeñas elevaciones, que son el jermen de donde de- ben salir los pelos que han de cubrir estas partes: la voz se pone ronca durante algún tiempo, después del cual se hace mas fuerte i mas grave. Este cambio se nota en los muchachos, pero no en las niñas, cuya voz es natural- mente mas dulce. El crecimiento de los pechos i la aparición de las reglas son los signos de juventud en las niñas, i la emisión del semen i aparición de la barba en los jóvenes. No obs- tante hai entre los americanos hombres sin barbas i muje- res sin menstruos. El sentimiento del amor i los deseos mas ó menos vivos que arrastran á los individuos de ambos sexos á reproducirse, son un signo sierto de la puvertad. En todos los paises del mundo las mujeres llegan a w juventud con mas prontitud que los hombres. El clima i las costumbres de los habitantes produce cambios. Entre los pueblos instruidos/aparece mas pronto, que en los ignoran- tes i barbaros. La educación la acelera ó retarda. I asi es que en los paises en.donde reina la inocencia i la sim- plicidad, las mujeres son puveras á los 15 años i los jóvenes 38 á los 16. En las grandes ciudades en donde naturalmente existe la relajación de costumbres, se hacen púberas las mujeres á los 12 años i á los muchachos á los i£. En los climas calidos de Asia, África i América no es raro que haya mujeres que puedan casarse á los 9 i á los 10 años. i * Durante la puvertad i los primeros aíy>s que succeden ; el cuerpo acaba de crecer. Hai jóvenes que no crecen sino hasta los i£ 6 i5 años mas no es raro que suceda á los 22 ó 23. En esta edad se desenvuelven los órganos sexuales, i salen del sueño en que habían estado sumerji- dos durante la infancia: entonces domina la acción de los pulmones i de los vasos ; se enjendra mas sangre en que abunda la parte roja i el gluten produciendo la constitu- ción sanguinea. Esta revolución suele curar las enferme- dades pituitosas i espasmodicas de la primera edad; no obstante se han visto en esta época emiplejias mortales i en- fermedades nerviosas como la epilepcia ( vulgo gota-coral )• - a En esta época el celebro adquiere una nueva vida y la moral se perfecíona; i entonces la imajinacion hace entrar - en acción los órganos jeneradores eludiendo ella las efusiones morales análogas á la naturaleza de sus fun- ciones : asi es que las funciones de esta edad se dirijen á el amor i entonces son mas notables las conexiones físicas i morales. La acción que en las otras edades se había dirijido hacia la piel, suele en esta tomar su dirección hacia las parles superiores. Suele concentrarse en el pecho, ha- ciéndose alli un poco de irritación que produce inflama'. dones, esputos de sangre i algunas veces la tisis pulmonar. Estas enfermedades suelea aparecer ordinarimente entre los 18 i 35 años. Luego que el hombre tiene 22 ó 23 años, sus miem- bros se redondean i llegando á los 3o años, su cuerpo ad- quiere perfección por las proporciones de la forma. El de la mujer logra esto con mas prontitud. Para que el cuerpo del hombre sea bien hecho, debe ser cuadrado; su» músculos deben estar señalados con dureza i los rasgos de su cara muí bien pronunciados. En las mujeres sus miem- bros son mas redondos, las formas mas delicadas i sus 39 colores mas finos. La fuerza i la majestad son lahe-¡ rencia del hombre. Las gracias i la amable belleza, son la dote de las mujeres. Todo anuncia que el uno i el otro son los señores de la tierra; hasta eulo exterior manifiesta el hombre su superio- ridad. El es derecho, elevado i su aptitud es la de man- dar. Su cabeza mira al cielo i presenta una cara augusta en que lleva señalada su dignidad. En su fisonomía esta pintada lá imajen de su alma; su presencia majestuosa, i su paso arrogante i grave, anuncia su nobleza i su rango: el no toca la tierra, sino por sus estremidades las mas dis- tantes ; el no la vé, sino á lo lejos, manifestando que la desdeña. En la edad viril, el cuerpo toma su robustes i aumenta de volumen; la acción del cerebro se hace mas fuerte, i este foco de la sensibilidad adquiere toda la enerpa de que él es susceptible para el ejercicio de las facultades mentales. El órgano externo cada vez peirde mas su blandura i desde entonces el hombre se hace menos sen- sible á las impreciones exteriores. Esta es la época de la vida la mas. dispuesta á la reflexión. En ella brilla el jenio ; en ella el alma, es capaz de las mas vivas emo- ciones i de los vuelos mas sublimes hacia la gloria. En esta época, las fuerzas se dirijen de afuera hacia los órga- nos epigástricos ; el domiuio de la fuerza concéntrica, fa- vorecida por las pasiones de esta edad, hacen nacer la ambición ; de aqui la constitución biliosa ó atrabiliaria que es propia á la edad viril i que disponte á las en- fermedades de la bilis i de los órganos destinados á secretarla. Apenas el cuerpo ha' llegado al solsticio de , la vida, cuando comiensa á decaer. El menoscabo se ha- incensible- Los sólidos se endurecen poco á poco ha- ciéndose rijidos; la piel se seca i se arruga los cabellos sen ponen blancos, los dientes caen, las cara se desfigura i el cuerpo se encorba. Estos efectos se hacen notables á los 45, ó 5o años; ellos se aumentan por grados fas- ta los 60 i desde entonces la vejez hace progreso$ rápi- dos hasta los 70, en cuya época comiensa ordinariamente la decrepitud, a quien pone término la muerte á los 80. 90. ó 100. años. 4o Como los sólidos son en las mujeres ordinariamente mas blandos se endurecen mas lentamente : por esto es que ellas tienen una vejez mas larga que los hombres. Las que pasan de la edad critica suelen vivir mas largo tiem- fo que los hombres. Su juventud es mas corta i mas rulante, pero su vejez es mas larga i mas penosa. La edad del menoscabo es la época del principio de la muer- te : los órganos debilitados han perdido su resorte i actividad: todo comiensa a osificarse, todo se hunde i todos los humores se desconponen ; el sistema venoso pre- domina i las venas tienen mucha mas sangre que en las otras edades. La ríjídes de Ja piel se opone á la excre- ción del humor perspirable que es retenido en el iuterior í este humor naturalmente acre entre los viejos, se hace mas -acre por su retención, i es llevado á las glándulas mucosas de los pulmones i de las narises: de esto resultan catarros difíciles de curar, i cemo la alrabilis se conbi- na con la ^ pituita nace comunmente una constitución mixta atrabiliosa pituitosa, que es mui común éntrelos viejos. En la óliima edad casi no hai sensibilidad ; apenas se ejerse en el cerebro para pensar lo mismo que en los ór- fanos exteriores para las sensaciones que se escítan con íficultad, porque la fibra está mui dura i el moco qne la cubre casi esta seco. El principio sensitivo pafese qne solo existe en los órganos d.e la circulación, de la dijes- tion i de las secreciones, las qne se ejercen con dificultad. La rijides «s la que hace que en la vejez, los •sentidos es- ten obtusos, las funciones lentas i penosas, las enfermeda- • des embarasosas i las crisis difíciles,. En esta época de la vida desaparecen el imperio de las pasiones i el alma está privada de sus goces; está degradación lenta que conduce al hombre, á la tumba, es un efecto necsario de la vida, la que como el sol, después de haber tenido su eujora, su medio dia i su ocaso, se apaga eu fin, pero en apariencia, para renacer én otro emisferio. 4» CAPITULO. Y. DEL SEXO. Algunos filósofos enemigos natos de las gracias i de la belleza ,austeros i salvajes por temperamento han asegurado que el sexo no era sino el producto del desenvolvimiento imperfecto del jénero humano. Asi acusando ~n?~e que purgan las mujeres después u.d ¡inri/). 46 fisonomía animada, un color rojo i bermejo, los cabellos son t por lo ordinario ruvios blondos ó castaños, los que se rejeneran con facilidad ; los mienbros son pulidos, ajiles; las venas blancas i de un diámetro mediocre; su pulso es grande, vivo i arreglado; el hábito de su cuerpo es calido i blando al tacto, i sus carnes firmes í compactas. Los de este temperamento tienen un apelíto í una sed escasos. Están espuestos á inflamaciones i emorrajias, transpiran mucho i sus orinas son de un color i de una consistencia laudables; sus escrementos son pajizos i en bue- na consistencia. Los sanguíneos duermen profundamente pero menos que los pituitosos i tienen ordinariamente sueños agradables. ( El sanguíneo es bueno, franco, valiente, vivo, dulce i amable ; su memoria es feliz, i su imajinacion viva i bri- llante. Es mui inclinado á los placeres; le gusta la mesa las mujeres i el lujo ; pero tiene mas gustos que pa- siones. Es mui sensible, se encoleriza i se calma de un mismo modo. El es aturdido, lijero, inconstante i espi- ritual; pero raras veces adquiere erudición. Concibe con facilidad, pero es incapaz de entregarse á profundas me- ditaciones ; i asi es que las ciencias abstractas i todo lo que exije un gran trabajo; ni le agrada ni fija su atención no obstante él cultiva con esfuerzo la poesía, la pintura, la música, i todas las artes agradables que exíjen vivaci- dad de la imajinacion. El temperamento bilioso es aquel en el cual domina la bilis, i el que llamaban los antiguos temperamento cá- lido i seco. Los que tienen este temperamento, no tienen por lo ordinario talla alta, pero son fuertes nerviosos i bien musculados ; sus huesos son grue- sos, sus carnes firmes i compactas. El hábito del cuer- po es delgado i magro ; la piel árida, seca i poco perspi- rable,,con un calor acremordlcante, particularmente en las manos; su léz i sus ojos son pálidos í amarillos. Casi to- dos sus cabellos i pelos son crespos i negros i caen á buen tiempo. Todas sus funciones, particularmente las de la di- jestion, se hacen con rapidez. Por lo común tienen apeti- to voraz i son muí sedientos, su pulso es pronto, elástico, seco, i sus venas son mui anchas. Llegan con prontitud 47 al término de su crecimiento, i envejecen á buen tiempo Están sujetos á vómitos de materias biliosas; sus escremen- tos son mui amarillos, la cera de los oidos es mui abun- dante, i las orinas naranjadas, rojas, acres, i copiosas. Las evacuaciones uterinas en las mujeres de este temperamento son amarillas ó cetrinas. Los biliosos son mui inclinados á los placeres del amor: aman apasionadamente i con furor. El bilioso es mui fuer- te, i conserva largo tiempo su furor, el lleva sus pasiones al exceso, i ellas son el efecto de su gran sensibilidad ; es mui celoso, constante, firme, inecsorable, mui colérico é inclinado á la venganza. No solamente tiene mucha imajinacion, sino también un juicio sólido i reflexivo ; el tiene mas injenio que espíritu, i es mui propio para las ciencias abstractas. Pero tantas cualidades preciosas están mezcladas casi siempre con la dureza ; escabesudoi comun- ment e misántropo. Duerme poco i con un sueño lijero; el vela la mayor parte de la vida. Este temperamento se convierte en el atrabilario á la edad de cuarenta ó cincuenta años. El temperamento atrabiliario melancólico, que el es tem- peramento seco i frío de los antiguos es aquel en el cual do- mina una bilis de un amarillo obscuro i negro que le cam- bia el color á todo el cuerpo i principalmente á la cara. Se puede considerar como el maximun del temperamento bilioso ; la atrabilis me parece no ser otra cosa que la misma bilis occilada eu un alto grado. Los melancólicos tienen ordinariamente los cabellos mui negros ú obscuros, escepto los ingleses que por su clima frío i húmedo i otras causas locales, hace que su consti- tución sea pituitoso-atraviliaria por lo que tiene los ojos azules, los cabellos blondos i la cara mui encendida ; ademas tienen los melancólicos los cachetes chupados; el cuerpo delgado i magro, la piel seca, fria, dura, áspera, amari- lla morena ó negra; su pulso es frecuente, seco, elástico, pequeño, undido i comunmente desigual i sus venas es- trechas i rara ves tienen sed. Crecen lentamente i enve- jecen á buen tiempo. Duermen poco i su sueño es ajilado por sueños terribles. Las funciones del vientre son irre- gulares ; las orinas abundantes i claras, un poco encendidas 48 Están suidos á vómitos de materias negras, á almorranas 1 escupen mui poco. Su vientre está frecuentemente cons- tipado, duro, i sus escrementos son negros. Los sudoreá que en ellos se manifiestan son mas bien por espreslon por lo cual no son útiles. El melancólico goza de una gran sensibilidad, por lo cual tiene una imajinacion viva i ecsaltada. El mas pe- queño revéz, el mas lijero dolor, le arrojan en el aba- timiento i desesperación ; su alma se alimenta de quime- ras que le turban i le hacen desgraoiado por temor del por- venir. Esta constitución es de los grandes hombres, de los héroes, de los ambiciosos i de los grandes malvados. Las emprezas que parecen superiores á las fuerzas huma- nas, las conquistas, los crímenes atroces, las sectas, las facciones, las revoluciones de los imperios, han sido fre- cuentemente obra de los melancólicos. El carácter de los melancólicos es sombrío, meditabundo difieil, inquieto, desconfiado, i pesaroso. Es implacable en el odio i en la venganza. Por sus pasiones fogosas arrastra todo lo que se le resiste ; "no obstante el tiene corazón bueno i sensible. Algunos tienen un temor des- medido de la muerte; otros la buscan ó se la dan. El melancólico es mui exijente i su sensibilidad sé convierte comunmente en íuror cuando .«e le falta. Casi todos son bue- nos amigos, pero amantes recelosos guiados á la desesperación. Cada edad tiene su constitución propia que depende en- tre otras causas del dominio de la acción de uno ó mu- chos c*rganos. La constitución pituitosa perlence especi- almente á la infancia.: ella es dolida al esceso de la ac- ción relativa de los sistemas, celular, ^landulcso I linfalico. Todas las partes son de una blandura esgrima en la In- fancia: el tejido celular está en un grado de espansion mas grande en las edades siguientes ; el está penetrado de una cantidad considerable de humor mucoso J.ijeramenle rosado. A esta estension del órgano celular se deben la plétora (a) i las conjesliones tan familiares tules infantes. ( Urna pecho. a) Se dice plétora ía ivpernlundi.r.iia de sangre en el sis* i sanguir.ro ó en ina de ¿«.j ycitu-, nri.o la tuLtiay el 49 Los vasos linfáticos pertenecen á este tejido. Éstan jene- ncralmente mas desenvueltos en los vasos lácteos (a) de primer orden ; su diámetro disminuye considerablemente en la vejes. Las glándulas gozan de una acción mas grande en las primeras edades : ellas secretan mas gran cantidad de moco i están constantemente repletas por lo que son mui Voluminosas. Ellas disminuyen á proporción que la edad hace progresos. Otras desaparecen mui pronto como el thymo: otras se obliteran por grados i se desecad* del todo en la vejes; tales son las glándulas del mecenierio. (b) El predominio de los sistemas de que hemos' hablado existe en los primeros años de la vida: el disminuye insensible- mente á medida que el hombre se aleja del nacimiento. Asi las enfermedades de la infancia, son comunmente mucosas i existen en estos órganos. Los niños que tienen una cabeza mui voluminosa, i los que asi la conservan reúnen las cualidades que caracte- risan la infancia i padecen enfermedades pituitosas i es- pasmódicas ; ( como convulsiones, histérico, epilepcia vulgo gotacoral) ellos tienen un apetito voras í no pue- den tolerar el hambre. Los que tienen cabeza pequeña son ordinariamente magros i resisten á la ambre i á las eva- cuaciones de sangre, pero están mui espuestos á enferme- dades inflamatorias. ( a ) Asi se ¡laman unos vasos blancos transparentes situadas en las tripas i entrecijo, los que sirven para la circulación del quilo* ( b ) Se llaman glándulas un gran numero de órganos de un teji- do blando como fungoso i de una forma semejante á una acei- tuna . las que son diferentes en su naturaleza i sus funciones fe llama glándula tfiymo la que estii situada en la parte supe- rior del pecho, detras del esternón que es de una figura oblonga i de color moreno la que solo se encuentra en la infancia. ¿>e llama mecenierio los finco repliegues del peritoneo {que es una tela que cubre todas las entrañas del vientre') que mantie- nen las diversas porciones de las tripas en su respectisa si- tuación, dejándole á cada una una movilidad mas ó menos gande. El nombre vulgar es el del entrecijo. G 5o Las fuerzas orgánicas en ia infancia se dirijen no so- lamente del centro á la circunferencia, sino hacia la ca- beza. Esto era necesario para la salida de los dientes, para el ejercicio i desenvolvimiento de los sentidos que existen la mayor parte en la cabeza: era también necesa- rio para que en la membrana pituitaria se secretase mas cantidad de mocos i pituita. Por esta vía los infantes se purean i evitan los males que les son consiguientes k su edad. Iguales jugos se secretan en el estómago i los intestw nos cuyo tejido' está en esta edad mui blando. De esta identidad de funciones se establece entre la cabeza i el bajo vientre una simpatía notada principalmente en los in- fantes i asi es que las enfermedades de la cabeza se co- munican al vientre i viceversa. Las cansas que favorecen la constitución pituitosa son el abuso de alimentos fríos i húmedos, de los arinosos particularmente de los que no se han fermentado ( como las masamorras de arina) de las sustancias grasas, flato- lentas i difíciles de dijerir; el uso inmoderado de pesca- dos, de lacticinios ; el abuso de las bebidas acuosas ; la vida ociosa i ara gana, i la que está escenta de cuida- dos é inquietudes ; la inercia del alma, las pasiones tris- tes i sostenidas; el uso habitual de vinos pesados i gro- ecros, ( lo mismo que el de la chicha mal preparada ; ) el hábito de bañarse después de comer; el sueño mui prolongado; el ivierno, la mansión en paises frios i hu-i medos, en lugares situadas cerca de pantanos, estanques, quebradas ó ríos, los que están espuestos á las nieves á las lluvias i al norte. (De aqui quisa provendrá el que casi todos los habitantes de las orillas del Magda! *na son bi i isos, pituitosos, indolentes, poco trabajadores i contentos con muí poco para conservar su existencia. Con razón pues ha- bía dicho el Critican que la pereza habia situado su trono en la America. ) Estas mismas causas sostenidas en un cierto grado i durante algún tiempo deciden de las escró- fulas i raquitis, las que son ei producto de la constitución de la infancia llevada al exceso. Los viejos parecen de una constitución pituitosa ; pero no lo son como dice Galeno, si::o cu apariencia, con res 5» pecto i las escreciones que tienen lugar entre ellos por la naris i por el pecho, pues su constitución es fria i seca. Las escreciones cerosas de los viejos son el producto de la desecación de la piel i de la dirección de las fuerzas hacia el interior: estas causas hacen que los humores pitui- tosos i perspirables se dirijan á las glándulas mucosas de la naris i á los pulmones, por cuyas vías se arrojan. La pituita por el contrario en la infancia es el efecto del dominio de la acción del s'istéma^ celular, linfático i glan- duloso que hablando con propiedad no son mas que uno, i de la espansion de las fuerzas. La pituita en los in- fantes es consistente, dulce, musilajinosa i aesesente ; en la edad abanzada es tenue, la que mezclada con los otros humores la impregna de la acrimonia de que está afecto todo el sistema senil. Esta pituita la llamaba Galeno sa- lada, la que es comunmente reforsada por la atrabilis; i raro viejo goza de una constitución mista que es el re- sultado de esta mezcla. La constitución pituitosa soste- nida hasta ciertos límites es mas favorable á la duración de la vida. El endurecimiento de los órganos i la di- rección de las fuerzas acia el interior que aparece en la succesion de las edades, hace progresos menos rápidos en esta constitución. Por esto dijo Galeno que los que son naturalmente húmedos viven mas largo tiempo. A la edad pituitosa ue la infancia sucede la constitu- ción sanguínea de la pubertad. La pubertad que comien- za este segundo periodo de la vida á los i4 años disminu- ye por grados la moliere i la lacxitud de los sólidos; las fuerzas se ejercen entonces con mas actividad sobre los sistemas pulmonar i arterial i la constitución viena á ser sanguínea. Este cambio es el producto del desenvolvimiento de la accionen los órganos sexuales; desde que ellos des- piertan se establece un centro de sensibilidad que antes no existía, el que dirije sus irradiaciones á todo el siste- ma determinando un nuevo estado en lo físico i moral del hombre. La influencia de los testículos en los ma- chos es tan jeneral i tan poderosa que ademas de la jiro- duccion de la barba i de los pelos muda la voz, adquirien- do cada parte un nuevo vigor, lossólidos mas dureza, los flu*i- dos mis densidad i en fin unaecsuberancia de. vida que,esla se- te Salada por la impaciencia del placer que obliga al hom- bre á buscar el comercio de las mujeres. La pubertad no produce cambios tan notables en la mujer como en el hombre ; no obstante la primera sufre mas vivamente los deseos venéreos que el pudor le hace disimular. f La influencia de los órganos de la jeneracion es espe- cialmente mas notable sobre el sistema arterial en la edad de la pubertad. Entonces adquiere un estado de plétora i de orgasmo que no tenia antes, siendo asi que en la edad abanzada este se nota particularmente en las venas. Los pulmones se deben mirar no solo como el centro del sistema arterial sino como la principal oficina en don- de la naturaleza trabaja en la sanguifícacion; aqui es donde la sangre conducida por las venas se convierte en sangre arterial : pero en la época de la puber- tad el sistema pulmonar completa su desenvolvimiento i aumenta su acción. Por esto es que entonces se forma mas sangre que antes. La respiración se ejerce con mas estension i eñerjia: el hídrojeno (a) i el carbono se escapan (a) El hídrojeno es un gas inflamable que en griego sig- nifica enjendrador de agua, se obtiene descomponiendo él agua por el fierro i el accido sulfúrico. Cuando se quema da una llama azul; su combustión en la proporción de dos paites en volumen junto á una de gas occijeno forma la agua; con- vinado con el azote constituye el ammaniaco. Es uno de los prin- cipios constituyentes de los vejetales i de los animales. El carbono es un'principio combustible que existe en la tierra en grandes masas; es uno de los principios constituyentes de los seres organizados, de donde se le estrae en forma de carbón para los usos déla soeiedad. Es incipido é inodoro i quemándolo ab- suerve nutro tantos de su peso de occijeno para convertirse en a- cido carbónico. El diamante se mira como el carbono mas puro. El occijeno significa en griego enjendrador de accidos. Este existe por lo común combinado con el calórico en la forma de gas, esta caracterisado por la propiedad de hacer quemar los cu- erpos combustibles ; i es uno de los mas violentos exitantes de las fuerzas vital i muscular, i de la jerminacion. 53 de la sangre pulmonar en mas grande cuantidad, hacen dominar relativamente el azote que por consiguiente aumenta la proporción del gluten de quien es el principio esencial; el ocsijeno admosférico absorbido en mas grande cuantidad por la sangre occida con mayor ventaja el fierro que contie- ne i aumenta la parte roja. Por esta teoría se esplica porque los jóvenes padecen enfermedades inflamatorias i es- putos de sangre. El temperamento sanguíneo es el pro- ducto de alimentos mui nutritivos, particularmente del uso de las carnes; influyen también los ejercicios moderados; la supresión de algunas evacuaciones periódicas, i la preñes en las mujeres; la alegría, el vivir en temperamentos tem- plados i en estaciones análogas á la primavera. En esta constitución se goza mas salud i una vida mas feliz ; pero está espuesta á sufrir inflamaciones i emorrajias principal- mente en los tiempos fríos i secos, que es cuando se man- tiene el mercurio largo tiempo elevado en el barómetro, i que soplan vientos de norte ó este. La virilidad ó la edad media sigue á la juventud. En esta época há adquirido el cuerpo un cierto grado de con- sistencia i de densidad ; la piel tiene menos actividad i las fuerzas comíensan á dirijirse al epigastrio: i entonces enjendra mas cantidad de bilis, porque domina el sistema venoso de la vena porta. Galeno dijo, que los que tienen venas estrechas i poca sangre no pueden soportar largas abstinencias: por el contrario los que tienen venas anchas i mucha sangre las soportan mejor La constitución biliosa es el producto la de edad viril: no obstante pueden producirla en otras edades ciertas cau- sas como el habitar en paises cálidos i secos, grandes tra- bajos de cuerpo i espíritu, pasiones fuertes, abuso de lico- res. El nutrimento animal, el hábito de tomar sustancias asucaradas particularmente la miel, la demasiada sobrie- dad i abstinencia, las trasnochadas, la supresión de algu- nas evacuaciones habituales ; finalmente el uso inmodera- do de tierras absorventes ( como la magnecia, los ojos de cangrejo ) de sales alcalinas ( como la sal de Inglaterra) del mercurio, de los antimoniales i la mordedura de la cu- lebra cascabel, la vivora i el áspid. En esta edad la a- bundancia de jugos biliosos se forma porque el fierro con- 54 tenido en la sangre estando entonces mas occidado loma el color amarillo i el azote. El temperamento atrabiliario perteneee á Ia edad media i á la vejez. En jeneral los viejos son secos i frios i su constitución como hemos dicho es una mésela de la pitui- tosa i de la atrabiliaria. Hai dos atrabilis Ja una natural la que Galeno ha definido después de Hipócrates, diciendo que es la escoria de fe sangre muí espesa i semejante á la supia de vino: la morbosa es tenue i parece accida á los que la vomitan ó la huelen; ella hace efervescencia con la tierra. La verdadera atrabilis dice este autor es aque- lla que es accida ; ella es Ja mas peligrosa i sus efectos son terribles. Por esto se infiere que la atrabilis se dife- rencia del jugo "melancólico por su mas grande occije- nacion que la hace pasar al estado de accido. Las mismas causas que producen la constitución biliosa producen la atrabiliaria siempre que sean mas intensas i mas durade- ras ; pero las que mas la producen son ; las pesadumbres, las sosobras, las inquietudes, i el esceso en los placeres del amor i de la mesa. Las personas blancas i gordas dice Galeno no están su- jetas á la melancolía. Mas lo están las que son rubias, amarillas, negras, delgadas, belludas, que tienen venas largas, que duermen poco, que tienen trabajos fuertes i penosos: sí sufren inquietudes, si se le han suprimido al- gunas evacuaciones como la de las almoranas i si usan de alimentos que se convierten en jugos melancólicos como las carnes de cabra, de buei, de toro, de asno, de camello i de perro. La carne de liebre i principalmente la de jabalí i la de caracol enjendran jugos melancólicos, si se hace uso mui frecuente de ellas. Otro tanto hacen las carnes de animales terrestres que se han salado, i la de los ani- males acuáticos como la de atún, la de delfín; las coles, las lentejas, el pan de salvado ( vulgo semita, ) i el de granos alterados; los vinos groceros i negros, los quesos viejos producen el humor melancólico. Ninguna cosa contribuye mas á enjendarlo que la estación, la edad i el pais en que se habita. Galeno (libro 3.° de locis afectis ). Las enfer- dades que dependen de esta constitución no dependen dq 55 las biliosas sino por.una tendencia mas grande i mas rá-< pida á la putrefacción i á la gangrena. De todo lo dicho se concluye que el cuerpo del hombre presenta tres sistemas de los cuales cada uno tiene una acción dominante en las diferentes épocas de la vida. El sistema celular oblando particularmente en la infancia establece la constitución pituitosa. El sistema arterial que tiene su centro en las pulmones obra en la segunda edad que comiensa en la época de la pubertad: en fin, el sis - tema venoso cuyo centro está en el bajo vientre aumen- la acción en las edades subsecuentes i produce la consti- tución biliosa i melancólica. Esta succesion de edades i de constituciones es efecto necesario de las diferentes de- terminaciones de las fuerzas orgánicas que acompañan los diferentes periodos de la vida. CAPITULO VIL De la duración de la vida. Todos los seres organizados después de haber corrido los tres periodos de crecimiento, consistencia, i de menos- cabo dejan exsalar de sus cuerpos aniquilados el fuego que les animaba. La muerte es, pues, una verdadera fun- ción de la vida que consume el alimento necesario para su mantenimiento. Cada especie de viviente tiene un tér- mino designado por la naturaleza mas alia del cual deja de existir: en el conocimiento de. los medios que pueden prolongar este término evitando la mui pronta consuma- ción de la llama vital, es en lo que consiste la medicjna conservadora. Dirijamos una rápida mirada sobre la du- ración de las diferentes clases del mundo organizado, comensando por las plantas antes de llegar á aquel último periodo en el cual el alma humana se escapa de los es- torbos de h materia i va á, reunirse á su aulor. Lo que yo diré pondrá al lector en estado de apreciar las cir- cunstancias las mas importantes que influyen sobre la pro- longación ó diminución del término de su vida. Las diferentes especies de plantas que los botánicos han descubierto son cuarenta mil, las que pueden ser divididas en 56 jeaeral en tres clases principales á saber las annuales de un año k seis meses, porque ellas nacen la mayor parte en la primavera i mueren en el otoño; las vísannuales que mueren cerca de los dos años; finalmente los vivaces que viven desde cuatro hasta mil años. Las plantas suculentas i acuosas cuyos órganos son mui delicados no viven sino un año ó dos alomas; aquellas que son mas robustas i cuyos jugos mas consistentes duran mu- chísimo mas; finalmente las plantas inodoras é mcipidas viven jeneralmente menos que las aromáticas i sabrosas. Los arbustos i arboles de pequeña especie suelen vivir hasta 6o i hasta ioo años; como la uva de la parra i el romero. Los árboles que viven mas son los mas Gran- des i los mas fuertes, como el roble, el haya, el °tílo/ el bahobal cuyo tronco adquiere a5 á 3o pies de anchura es uno de los nestores del reino vejetal. Adanson halló hacia la mitad de este siglo nombres de navegantes de los siglos 15 i 16 sobre los que no tenían sino seis pies de espesura ¡ cuyas incisiones no tenían mucha estension. Hai cedros i robles que han vivido mas de mil años. lodos los árboles que crecen con celeridad como el pmo tienen madera menos fuerte i duran menos: el roble crece con lentitud, tiene madera dura i vive mucho. Los vejetales de pequeña especie viven menos que los grandes i de un cierto grueso. Por tanto los que tienen madera mas dura no son los que viven mas : el ciprés i otros no duran tanto como el tilo cuya madera es blan- da En jeneral, aquellos que dan frutos blandos i sucu- lentos duran menos que los que los dan malos. Entre estos últimos duran mas los que dan nueces como el no- gal. 5>e observa también que ios arboles domésticos vi- ven menos, que los salvajes; igual ventaja de vivir mas tienen los que dan frutos agrios, que los que los dan dulces'. . La cultura el riego i el abono frecuente hacen crecer i fructificar mucho los árboles; pero estos medios abrevian rida f'el "rtar las ramas á los vejetales aumenta su íos 'los reS0^ i 'T* *' *cdedor de ,os "boles vie- jos, ios rejobenece i les hace mas frondosos i verdes De que cTos,evrn J"1"' »b" los -i^ies resulta qt par que estos vivan largo trempo es preciso i.o que su creci • 57 miento sea lento a.° que se propaguen con lentitud i tar- danza, 3. ° que sus maderas no sean eesesivamente sólidas i que sus jugos sean consisientes, 4« ° que ellos no sean mui grandes pero que tengan una cierta eslension, 5. ° que estén situados en aire libre, 6. ° que no se remueva con frecuencia la "tierra que está al rededor i que los rie- gos i abonos no sean mui frecuentes. Todas las condi- ciones contrarias abrevian la vida del vejetal. Pasemos al reino animal que eontiene una infinidad de especies. Desde el insecto efímero cuya existencia es de un dia, i que á las 21 horas de su edad se halla como un septuagenario, en la mitad de una numerosa posteridad, hasta el elefante-que vive 200 años que multitud de ani- males en forma, en magnitud, organización, j de duración tan diferente! Como el objeto es tan vasto, me limitaré á ciertas particularidades que podrán servir para esplicar de donde depende la vida. La ciase mas imperfecta de los animales i la mas ve- cina á la familia de los vejetales, es la de los gusanos. Ellos por su delicadísima construcción son fáciles de destruirse; pero se reproducen como las plantas i tienen la facultad de reproducir, exibiendo las partes que les faltan; nada de cierto puede decirse sobre la duración de su vida. En está clase hai algunos indestructibles; como los gusanos se- mejantes á les hijos i los hibriones. Fontana hizo secar á sol mui ardiente muchos de estos animales i después de seis meses revivieron metiéndolos en agua tibia. Los insectos cuya organización es menos imperfecta no se reproducen de un modo prodijioso^ pero viven largo t¡em«- po por medio de sus multiplicadas, metamorfosis. Ei i0360-^ to vive muchos años bajo la forma de larva, de gusano 1 des- pués pasa al estado deehrysalida, pasa después al de mariposa, propaga su especie i muere mui pronto. Los anfibios viven mucho, lo que sin duda penderá de la intima unión del principio vital á la sustancia medular ner- viosa. Hai ejemplos increíbles de la tenacidad de la vida en estos animales. Se han visto tortugas vivir algún tiem- po sin la cabeza i ranas saltando después de haberles arranca- do el corazón. Entre los anfibios 4a tortuga i el caimán son los que mas viven. La tortuga perezosa i flemática crece H 58 con tanta lentitud que a lo* veinte años apenas se nota en su cuerpo algunas pulgadas de diferencia; ella vire mas de 100 anos. El calman vive un gran número de ¡ños i crece hasta la muerte. Los pescado» legan á una crande vejez. La lamprea vive 6o anos; el solo i el carpa i5o. el caimán crece pronto i vive poco; la muer- te natural es mas rara entre los pescados, porque se deboran entre si viniendo á ser el mas débil presa del mas fuerte Esta continua destrucción era necesaria para evitar la putre- facción i sus efectos dañosos. La águila grande i la oc cifraga viven mucho, pues hai observaciones de haber durado hasla cien años. Lo mismo el gabilan, el alcen, el gallinaso i el cisne. El loro domestico vive mas de fio inos i el pabo real 20. El gallo que es la mas lasciva de la aves vive poco. Las especies pequeñas viven menos esceptuando la mirla que suele vivir 20 años. En- tre los cuadrúpedos el elefante es el que vive mas pues crese hasta los 3o años i vive dos siglos* El león se pre- sume que vive mucho pues se han hallado algunos sin dientes. El oso. vive poco; i el camello ha vivido de 5o a 100 años el caballo i el asno no llegan á los treinta años ; mas las muías viven mas. Los venados no viven sino de 35 á ¿o años. El toro solo llega á los i5 óji« años. La mayor parte de los cuadrúpedos mas pequeñas como la cabra la liebre etc. aleansan de.8 á 10 anos est oepto el perro i el marrano que viven i5 i aun 20 años. Las observaciones nos conducen a los resultados siguien- tes. . i..° La duración de la vida eslá en razón directa del tiempo que el animal está en el ceno materno ó en el huevo. El elefante es el animal que vive mas porque eslá tres años en el ulero; el perro, el toro,- etc. están menos meses i viven menos tiempo. 2.0 La duración de la vida está en razón directa de la lentitud del crecimiento i en la inversa de la lentitud con que se propaga. El caballo, el toro, el asno, son púberos á los tres ó cuatro años: la obeja puedo ser ma- dre á los des años i se ha dicho viven ípoco. • Sy 3* ° Las bestias que tienen cuernos jeneralmente viven á* poco. ¿. ° Los animales de carne negra duran mas que los de carne blanca. 5. ° Los pacíficos i tímidos viven menos que los valien- tes é iracibles. 6. ° Los animales que están cubiertos como los pájaros viven mas. Lo mismo sucede con el elefante i el cocodrilo que tienen piel dura i los pescados que tienen escamas. 7. ° La especie de movimiento que ejercen los anima- tes parece tiene influencia sobre su vida: la carrera les es poco favorable, la natación i el vuelo son ventajosas para su duración. 8.° La tenacidad de la vida está en razón de la simplici- dad de la organización; los zoófitos( ó animales plantas) que son todos estómago #on casi indestructibles. g. ° Los animales de sangre fría tienen mas tenacidad que los de sangre caliente. En general los animales acua* ticos, viven mas que los que respiran. 10. Los animales que poseen la facultad de reproducir nuevos órganos, viven mas que los otros: los zoófitos i lodos los animales sin cartílagos dan frecuentes exemplos. El cambio de escamas en íds' pescados, caimanes etc. i el de plumas en los pájaros les procuran igual ventaja. Mien- tras mas perfecto es este renuevo,, es tanto mas larga la vida. Lo dicho en los números 1. ° i 2. ° tiene pocas escep- ciones, i en jeneral es aplicable á todo animal, incluso el hombre. Como este vive solo nueve meses en el ceno materno i crecFhasta los veinli i uno o veinte ¡tres anos, asi no vive mas que la mitad de la vida del elefante. El término ordinario de la vida humana, es á los ochenta ó cien años. Sin remontar á la vida de nuestros padres que era de muchos siglos, tenemos exemplos que mani- fiestan puede pasar el nombre á vida mas larga queja wr- dinaría ; ¡ asi en el siglo pasado se han visto viejos de ciento veinte años, ciento cincuenta, i ciento ochenta i cinco. Por lo que nuestra corta vida no la debemos á la decrepitud déla naturaleza, sino á la depravación de nu- estras constumbres. 6o • En todos los climas puede el hombre llegará uiu larga vida La única diferencia que hai es que en unos § pailes hai mas viejos que en otros i que en aquellos en que la mortandad es mas considerable, se encuentran individuos que viven más que en otros en donde es me- nor. Ella no es mas grande por exemplo en los climas mas cálidos del oriente; de hai viene que la población es escesiva i no obstante no se hallan tantos viejos, como en muchos lugares del Norte en donde la mortalidad es prodijiosa. . En los lugares mas elevados es donde se hallan mas viejos, pero no por esto se puede decir, que mientras mas elevado es un lugar tanto mas dispone á la longevidad, pues la observación está en contra. Las montañas de Zuisa, cuentan menos viejos que las de Escocia. La especie humana vive masf en los paises frios, qne en los cálidos : mas hai un término medio para el frío como para el cálido. Lo que contribuye mas á la longe- vidad, es la igualdad i la dulsura de la temperatura Los paises cuya admosfera sufre grandes Variaciones no prometen» larga vida á sus habitantes que raras veces llegan á viejos. El eeseso en humedad i sequedad daña k la vida. El aire mas favorable es el que tiene en disolución una lijerá cantidad de agua : las islas han sido siempre la mansión de ía vejes. El suelo también influye sobre la duración de la vida la que es menos en el terreno causo. La Noruega, Dinamarca, Suecia, Inglaterra, Francia i la Suisa, son los paises de Europa en donde se vive mas. La Abicinia, Suriman, i la mayor fiarte de las cos- tas de América son lugares en donde la vida es mas corta. Mayor es el número de los casados que délos celibatários que han vivido largo tiempo. Las mujeres viven mucho mas que Jos hombres, no obstante que estos últimas¿si envejecen, llegan á una edad mas abansada que las pri- meras. La mansión en campiñas i ciudades pequeñas es mas á propósito para la lonjevidad que en las grandes ciuda- des, laS que por el contrario son perjudiciales. Bajo todas las latitudes se vive mas ó menos según que ül hombre ha sido mas ó menos fiel á las leyes de la natu- 6i raleza. En un mismo país se han visto vivir largo tiempo á los que tenían una vida frugal i sobria ; i las jenera- ciones siguientes han vivido menos, á proporción que se han entregado á lá ociosidad, al lujo i al desarreglo. Se termina este capitulo por una éspocicion corta de ariatme- tica política. Es probable qué la tierra está poblada con cerca de mil millones de hombres i se establece que pasan treinta i tres años para una jeneracion i que mueren en este espacio de tiempo un mismo numero i por consiguiente el de muertos es* Cada año el de . . .3o,ooo.ooo; Cada dia el de.....82,008, Cada hora el de.....3,£oo; Cada minuto el de . . . . . 60; Cada segundo - .......1. Por otra parte sé ha visto que el numero de los muer-» tos es al de los nacidos como diez son á doce ; nacen; Cada año......36,ooo,ooo; Cada día........98,000; Cada hora .....:.. 4-ioo0> Cada minuto.........72; Cada segundo.........1 -12 1. - 72 De todos los habitantes del pais una cuarta parte per • manece en las ciudades i las otras tres en Jas campiñas La cuantidad de habitantes de una ciudad se renueva poco mas ó menos cada treinta años ; por consiguiente en uu siglo el jénero humano se renueva tres veces mas un ter- eio. De mil infantes criados por las propias madres mueren á lo menos trecientos; pero de mil confiados á nodrizas ó amas mueren quinientos. La viruela mata ocho personas de diez que hayan sido atacadas, muriendo mas niñas, que niños. A la edad de siete años se puede esperar vivir mas gran número de años. A la edad de cuarenta años hai tam- bién esperanza de poder vivir mas. A los ochenta se pue- de esperar vivir tres años; á los noventa hai igual proba- 1 6? bilidad;i después de-noventa i tres, puede vivirse hasta noventa i seis. Tomada la total?Lvl de muertos en un país se halla, que el número de hombres muertos es al de las mujeres, co- mo v«iíiie i •siete,-son á veinticinco. La o.-) •i-rvjcion do nuestra que la mayor mortandad se nota acia el fui de jbril i al principio de mayo, i des- pués en los meses de setiembre i octubre; i la menos mor- tandad en los meses de diciembre i enero. El primer dia i el primer mes del nacimiento están se- ñalados con mayor número de muertos; de 2,735. niñas que han perecido en tierna edad, Í992. han muerto en el primer dia i 164, en el primer mes. El núnero de muertos es al de nacidos, como de die*í á doce ó trece, de modo que los nacidos son mas que los muertos. ..Las mujeres casadas son á todo el sexo del pais como uno es á tres, i los casados son á los niños como tres á cinco. Los muchachos que pasan de trece años son á los ha- bitantes de un pais como cuatro á treinta i tres, i las mu- chachas de igual edad son á los mismos habitantes como cinco á veinticinco. En marzo i abril hai mayor número de nacimientos. El número de muchachos que nacen es al de mucha- chas como veintiuno á veinte; pero como en la infancia mueren mas de los primeros que de las segundas, acia la edad nubil su número es casi igual. El número de los mellisos es al de los infantes como uno es á sesenta i cinco ó setenta. El número dé infantes es al de familias en todo un pais como diez son á sesenta i seis; de modo que hai para sesenta i seis familias diez niños nacidos en el año. El número de vivientes es regularmente al de nacidos en el año como veintiséis ó veintisiete ó Veintiocho, son k uno. El número de casados es k el de habitantes de un pais como ciento sesenta i cinco, á mil. Actualmente el núme- ro de matrimonios debe estar considerablemente disminui- do con respecto á la guerra i á los funestos efectos del 63 lujo i del libertinaje. ( Probablemente sucederá esto en Colombia pero particularmente en su capital, en donde se nota que entre la jente de alto rango son infinitos los celíbatarios. En los pueblos con motivo de la guerra han aumentado el numero de matrimonios fres los jóvenes por escap .r de la milicia se h^H casado en una edad mui tierna. En la provincia de Antioquia apenas era conoci- do el celibato.) En todo pais comparado un matrimonio con otro no pueden dar sino cuatro niños; en la» ciudades hai treinta i cinco niños para cada diez matrimonios. ( En los pai- ses templados de Colombia cada 'matrimonio sutle con- tar mas de cuatro niños. En Cundinamarca las provincias mas fecundas son, la de Antioquja i la del Socorro.) Los hombres en estado de llevar las armas son la cuarta parte de habitantes de un pais. El número de viudas es ordinariamente al de viudos co- mo tres son á uno; el de viudas que se vuelven á casar es al de viudos que contraen nuevas nupcias, como cua- tro son á cinco. El número de viudos en un pais ■ es al de todos los habitantes, como cinco á cincuenta i uno; i el de viudas al de los mismos como uno es á quince. Los viudos i las viudas son á los casados de un pais como tres á siete. El número'de viudos es al de casados como uno á diez i el de viudas como tres á siete. CAPITULO VIH. > Historia natural del hombre en los diferentes climas. El hombre es cosmopolita pues puede vivir i perpe- tuarse en todo clima i bajo latitudes opuestas. Los ani- males no son lo mismo, pues en los diferentes climas su- fren una notable degeneración. La gran sensiblidad de la especie humana parece ser la causa de la resistencia que opone contra la acción de las causas ofensivas que pre- sentan los diferentes climas. No obstante el hombre su- fre las enfermedades propias á los indijenas. La esperienr ¡j 64 enseña que los habitantes de países cálidos se aclimatan con mas facilidad i están menos espuestos á las enferme- dades de los paises frios, que los de Jos habitantes de estos cuando pasan a Jos climas calientes. El clima por su tem- peratura i sus producciones influye en el hombre sobre sus fucultades,físicas i mentales; el gobierno i la relijion mo- difican su existencia, de suerte que su carácter sus cons- tumbres etc. su fisonomía, su color, dependen especialmente del lugar que habita. El hombre í los animales están sometidos al influjo del cielo i de la tierra. Del alimento recibe él hombre un in- flujo mas activo que del aire i del cielo, pues el alimento obra sobre su forma interior i el air^áobre su órgano exterior. Las mismas causas que modifican al hombre en otros climas modifican también á los animales. El lobo en la zona templada puede ser animal mui feros, pero no le será tanto como el león de zona tórrida, ni como el oso blanco de la zona glacial. Puede decirse también que en cada es- pecie en particular el clima obra sobre las costumbres í estas son relativas á el. El animal que ha sido indoma- ble en la A fríe ai, no lo es en la América, en donde el cli- ma mas dulce le hace menos feros. Lo que se ha dicho del reino animal puede decirse del reino vejetal. Cada planta nocesíta de cierto grado de temperatura, asi es que los climas calidos dan orijen á plantas cuyas cualida-1 des son exesívas í los paises templados producen las hier- vas, legumbres i frutos mas dulces, mas sanos i mas agra- dables. Para convencerse que los seres organizados tienen re- laciones directas con los climas es preciso dar una rápi- da ojeada sobre los principales lugares del globo comen- sando por el Norte. El Spitzberg es el pais mas seter.trional de los conoci- dos, es muí frió i en el eslió el sol eslá mas de 4o dias sobre su orlsonfe. Este pais es habitado por los osos blan- cos de pies palmados que tienen una fuerza considerable i por zorros inises. Su suelo no produce ni arboles ni arbustos ¡ jamas ha. habitado el hombre. La nueva Zem- bla es el^pais mas miserable del universa cuya multitud de montañas están casi cubiertas por la nieve. Los Sa- moyedos van á está isla á la mitad del mes de mayo á 65 sns, pescas i cacerías, únicas produciones de ella. LaGroelandia no procure nh.pun artol sino hacía el suóS en donde solo rrecen algunosqué dan mui malos frutos co- mo el grecellero etc. 'ElLiquen iilandico i ses especies crecen en esta i.^a de la America r» ptenlrional en grande abundancia i nutren en poco tiempo k s pocos ruadiOpedos que allí se hallan, pues los pescados apenas se cnnorcn sino la Ballena, Aréncesete. ' Ningún reptil ven» noso Se h.l'a ert esta isla del Norte por su frío estraordlnario qne hace helar* los licores mas fuertes.- Desde junio hasta principio de agos- to el sol está sobre el o.rizonte de los Groelandeses, quienes tienen que sufrir sus ecsesivos ardores. Desde octubre hasta enero lo ven solo tres horas. El crepúsculo i la aurora bo- real suplen las ausencias del sol. Los Groelandeses I Jos Es- quinales no difieren en nada. Son pequeños pues apenas tienen cuatro pies. Su cabeza es muí grande, su cara aplas- tada, su naris roma, sus labios gruesos i el color de su piel aceitunado. Las mujeres apenas pueden distinguirse délos hombres sino en la pequeñes de sus pies i manes i en la lonjitud de sus pechos. Ellas apenas paren cuatro hijos i vi- ven largo tiempo, siendo asi que los hombres, tan solo viven 5o años. Los hombres i las mujeres de la Groelandia son infatigables en el trabajo de la casería i de la pesqueriá de la que sacan sus alimentos pudiendo soportar la ambre con una firmesa increíble. La agua i el aseíte de pescado for- man su bebida. Estas dos naciones no conocen n|ngun po* der i viven en% igualdad. No teniendo idea de Dios no les es conocido algún culto ; no reciben educación alguna i la «nica autoridad que suele reconocerse entre ellos es la que el padre ejerce sobre su familia, entre quienes hai una grande anión. La poligamia i el repudio son tolerados. Puede decirse que estos pueblos apenas conocen como único mal el escorbuto á cuya enfermedad ha opuesto Ja naturaleza Ja colearía i otras hiervas antiescorbúticas que tienen el do- minio para curarla. La Babia de Hudson' la mas considerable de las de Ja América septentrional no presenta á los ojos dei viajero sin ti tierras incultas i estériles, tecas escalfadas que se elevan hasta las nubes i bailes cubiertos de nieve?. Los habitarte? de este desgraciado pais en nada difieren' de los GrcelarM^ 66 ses. Su organización Jse desenvuelve" débilmente por la causa del exesivo frío que retarda los progresos de la vida vejetal i animal. La mar de esta bahía ha recibido en com- pensación loque se le había negado á la tierra i asi es que ella tiene una fuerza prodijiosa para animar las ¿numerables Ballenas, Arenques i otros pescados que con la multitud de paj'aros acuáticos obscurecen la superficie del occeano Glacial. Lalslandia experimenta constantemente fríos exesivos i fre- cuentes temblores de tierra, los que producen muchos vol- canes que impiden su población: sus habitantes por la esca- ces de frutos se alimentan con pescados i carnes podridas-, i solo beben agua i suero, Por la distancii del continente no se crian bestias feroces, nianiroales de caza i solóse encuen- tran una prodijiosa cuantidad de carneros. Al Norte de esta isla se ve el sol desde el mes de Junio hasla el fin de Agosto i se carece de su luz desde él fin de noviembre hasta el fin de Enero. Durante está larga noche los islandeses go^ zan de la claridad de las auroras boreales. El clima de la Islandia es mui sano i sus habitantes desde jóvenes se acos- tumbran á una vida dura i laboriosa. Los infantes no ma- man mas que ocho dias i pasados estos se les arroja en el suelo i á su lado se les coloca un tetero lleno de leche, del cual se acostumbran á mamar. A los nueve meses comen . de todo, i nunca se les faja pues á los quince dias les hacen usar vestido. Los islandeses son mui poltrones i jamas se les obligará á hacer un tiro de fusil. La embriagues es su vicio dominante, i asi es que venden cuanto pqseen por com- prar aguardiente que es el alma de sus diversiones. En la Laponia se encuentran hombres semejantes á los Groelandeses en el orden físico imoral: los infantes al na- cer se les acostumbra á bañar en agua fria. Generalmente hablando se puede decir, que todos los pueblos del Noria son semejantes en el interior; i que con corta diferencia sus inclinaciones i costumbres son las mismas. Todos es- tos pueblos raras veces-abandonan el lugar que los vié nacer, siendo ineptos para tomar las armas é infatigables para la roza ¡ pesqueria. Para observar á los Lapones es necesario buscarlos en sus cuevas subterráneas ó en casas formadas de cortesas de arboles ó de espinas de pescado. En ian tristes habitaciones encienden grandes hogueras para *n pasar una noche de muchos meses. En el estío llenen que valerse del humo de sus candeladas para alejar la mulli- tud de moscos que los mortifican. Son raras sus enfer- medades pero están sujetos á cegar por la impresión del humo i de la brillantes de la nieve. Sus mujeres son po- co fecundas i sus vidas son mui cortas. No es raro que en paises de igual latitud las mujeres tengan hasta Sobi- jos. En estos pueblos setemplrionales hai la rara costum- bre de ofrecer las propias mujeresálos estranjeros lisonjeán- dose de que se las acepten. En muchos pueblos de la Si- veria i de la Tartaria sus habitamos son mui feos como casi todos los del Norte cuando por el contrario en las naciones vecinas como en la China en donde las mujeres son muí bellas los hombres son mui zelosos. Los pueblos que ha- bitan la estremidad de la zona templada tienen casi to- dos los cabellos blondos, los ojos azules, la culis blanca í laestatura alta. Ellos son mui fuertes, guerreros, é inquietos. Tienen una inclinación natural á expatriarse. Son entera- mente diferentes de los pueblos situados bajo elcirculo polar. La nación Tártara lomada en jeneral ocupa las inmen- sas rejiones del Asia. Sus habitantes son muí feos; tie- nen color de aceituna, poca barba, piernas muí mal con- formadas ; i aunque su estatura es mediocre, son robustos i fuertes. Los calmucos son los mas disformes de esta nación i tienen la bella cualidad de ser mui hospitalarios. Sus caras son tan anchas que tto un ojo á otro hai cua- tro ó seis dedos de distancia ; su naris es tan aplas- tada que apenas se les notan dos aujeros; tienen las ro- dillas vueltas hacía fuera i los pies hacia dentro. Acercándose aloriente de la Tartaria independíenle, se halla en los semblantes algún poco de dulsnra. Los Glanos que forman el pueblo mas antiguo en su descubrimiento i en su civilisacion de los que hahitan el eslremo oriental del con- tinente del Asia tienen poca barba i su cara es muí atesada. Estos i losLaponescs forman una misma rasa menos robusta que la de los Europeos: sus ojos son oblongos, cuencu- dos, pestanadores i su prunela morona ó negra. Lásce- las están colocadas á mucha distmeía de ellos i sus mi- radas son perspicaces. Su cabeza es grande, su cuello corto su* cabellos negros; su naris es aplastada » gruesa, kl bi<"í * una mujer no es bella sino cuan lo mi pi« Íued« in't''U-ii'^' en el calsado de un niño de 8 años, 'ioníMi el mismo uso que los tártaros i holentolea de aplas- tar I i :nris de los recien nacidos i asi es que una mujer no puede casarse sin que tenga la naris mui achatada. Entre todos estos pueblos son indiferentes las ideas que se tienen dala fcellesa. i los much ichosse les abren las n irices para ponerles anillos. L')s silvajes del Brasjlagregín á estos usos el deauje- rear el l.ib:o inferior para poner una piedra berde ó uq ci- lindro de marfil/' '.'• - L/)« hihitantes de la isla de Corsa son semejantes a |os chinos. L >s Ciamehses, los del Pegu, de Arañan i Lapa solo difieren de los" chinos en que su color es menos obs-, curo. Las enojas largas son mui estimadas entre eslos pueblos que pira conseguido usan de arbitrios cslraordiaarioa. Los Ciamenses hacen eslimar la belleza en los dientes nes gros los que adquieren este color por un varnls que re- nuevan todos los años. Los habitantes del Jaba difieren paco de los pueblos ya Helios. Remontando acia el Norte en las islas Manilas I Filipinas se hallan variedad de rasas de homT ores por la granmez |.j que han ocasionado sus alianzas. Lo» pueblos de la nueva Guinea son verdaderos negros como loa de la \frici, aunque están separados de ella por 2200. leguas, Las mujeres de estos pueblos tienen unos pechos que les llegan hasta el on-iblLjofel vientre muí grande; las piernas í losbraso* muí delgados. Los habitantes de la nueva Holanda son se- mejantes á I05 holenlotes i tienen de particular, que sus par- pados están casi cerrados para defenderse de las moscas que les molestan. Son los pueblos mas miserables i sus costumbres, los han reducido á la condición de los• brutos' pues vi-en casi desnudos.i reunidos de |5 k 3o: no tie- nen ras is 1 se nutren de pequeños pescados. Los Mog-des, Mames i Clárales son semejantes a -f,, T°S •*in d reíflo de Dec™ ¡ e» la costa de Malavar ~¿ÍS l.os+.,nuchac^ á'los <üez años i las muchachas á ios 8-, ■ ? ^a<» tienen hijos, i á3jan de tenerlos á los 3o año* U% » 69 «nujeres del Mogol se pintan la piel con colore!para que les tú - va de adorno. Los habitantes del Bengala líenenla tez masamarllla qne los Mogoles i sus mugeresson las mas lascivas de las indias ; la venta de escla\os i eunur.os forma su comercio. Los Co- romnrdflos i IValaLares yrn mui negros i los del Calicut tie- nen el color aseilunado i sen monógamos, i si sus mujeres son mui nobles pueden ser polígamas. Entre los Caliculienses son ajiles no obstante que muchas de sus familias tienen las pier- nas tan gruesas como el cuerpo de un hombre i la piel dura, m¡\ era, i verrugosa. Los habitantes de Ceilan no son tan negros como los MaLbares i en esta isla se» encuentran los sal- vajes Mimados Bedas que son de un blanco pálido, sus <■; bellos sperfeccion de la música. Los Ejipcios difieren de los Árabes i Turcos por sus costumbres. Todas las ^reamas del Norte tienen establecimientos en que los via- jeros encuentran mujeres deslinadasmnicainente para sus pía- ceres. Estos asilos de la incontinencia son dotados por los ricos. Los Egipcios son de un color aceitunado. Los Persas son vanos, aduladores, hipócritas. Tienen un carácter velicoso i á pesar de su vida disoluta gozan de buena salud i llegan á una elad mui abansada: Los habitantes de Ghilan i de Masandran que vi ven en un terreno bajo i pla- no padecen fiebres intermitentes, sordera, vértigos, enp- iiicemas i casi toda su vida sufren males de ojos, i aun la anlsma catarata. Ellos están sujetos á almorranas, á fiebres biliosas i ectericia enfermedad, endémica de la Persia. En el Pegü i en otros lugares fasjaticos se hace grande uso de la infibulacíon. La continencia del sexo se asegura por medio de un anillo i los maridos guardan una llave de la serra- dura puesta á sus mujeres. Los italianos practican ía in- fibulacíon de un modo menos cruel. Los Bonsosse infibulan para dar un exemplo de continencia á los pueblos: algu- nos indianos* los imitan para participar de la gloria de sus sacerdotes. La circunsicion es un acto de relijíon en casi todos estos paises como en los de los judíos. Ha tomado su orijen en el Ecuador i entre los treinta grados de lalilud septentrional en cuya basta rejion hai irlas pue- blos circuncisos que en el resto de la tierra habitada. En Etiopia, en la India ; pero particularmente en Egipto se les cortan las ninfas á las mujeres, operación supersticiosa i cruel que comunmente les dá la muerte. En la isla Formosa,la mujer que pare anles délos 35 años (época fija-, da por sus sacerdotes ) es conducida por uno de ellos al tcuylo donde arrojándola á sus pies la hace malparir. Se nota gran diferencia en los pueblos del antiguo conti- nente desde el grado 20 hasta el 35 de latitud de Norte. Los habitantes de paises templados como las provincias sopten- 7«' trámales del Mogol-, Armenia, Georjia etc. sbn los hombres mas bellos i mas bien proporcionados de la tierra ; pero tienen el defecto los de Cachemira de ser borrachos i li- bertinos. En la Georjia los nobles tienen la infame pro- fesión de verdugos. La impudicicia de sus hijas es el titu- lo mas famoso de sus familias. Los Mingrelianoscren en sueños i tienen la barbara caridad de matar á sus padres cuando están en el extremo de las enfermedades. Las mu- jeres que enviudan quedando embarasadas matan al hijo luego que nace. Prevalidas de su aira majestuoso, de sus encantos admirables procuran inspirar deseos para satis- facer á los que las solicitan. Si un marido sorprende k su mujer en adulterio en venganza hace que el cortejo com- pre un marrano ¡ se lo coman juntos. Tienen muchas mu- jeres i concubinas i pueden vender i cambiar sus hijos. Los Turcos es un pueblo muí mezclado: jeneralmenfce son robustos i bien proporcionados ; las mujeres griegas aventajan á las turcas en belleza i vivacidad por lo que go- san de mas libertad. Los Griegos Napolitanos, Sicilianos, Españoles etc. difiere/* entre si muí poco porque casi están bajo el mismo paralelo, son mas prietos que los franceses ingleses i otros pueblos menos meridionales. La África contiene naciones numerosas de diferente orijen i de cualidades esteriores desemejantes. Entre estos pueblos i los de Asíase hallan los Egipcios i los Cirios de cuyos luga- res han salido la mayor parte de las opiniones que ha-abra- sado casi toda la Europa, como también las ideas relijiosas que han influido tan poderosamente sobre nuestra%ioral, nuestras leyes i nuestro estado social. Elclimadel Ejiptoesmui calido. El termómetro déBeaumur desde fines de julio hasta principios de septiembre en loslu- gares mas templados se mantiene á los 24.0 z5 óso!;re O. La acción solar i la poca elevación del terreno sobre ci mar pro- ducen el gran calor que obliga á los egipcios á estar casi siempre sudando. Los excesivos palores í las estancacio- nes de tres meses podrían persuadir que el V.giplo es un Íiais mal sano; no obstante se vé que losEg'pcios viven argo tiempo. Volnei en su viaje á Siria i M Egipto a- tribuye este fenómeno á la sequedad ):aV' ni de! ñire i 72 establecida por la vecindad del Africa'i de la Arabia la* que aspiran sin cesar la humedad, por la libertad de la» corrientes del viento; no obstante el aire hacia la cosía es mas seco que remontando á tierra ; i asi es que en A- lejandria i Rozeto á las a£ horas de esponer el fierro al aire se cubre de moho. En Egipto abunda la sal alkali i todas las piedras son rojas. La vejetacion tiene una ac- tividad increíble ; el desarollo de las plantas se hace con ana prodijiosa rapides; pero dejeneran las estranjeras con mucha prontitud. Los animales son mui fecundos i las mujeres que son mui lascivas paren por lo regular jeme» los. El Nilo que atravieza al Egipto de Sur á Norte fea cundisa este pais por el limo que deja anualmente. El Egipto es semejante á los otros lugares circundados por grandes rios que están sujetos á inundación como el Gan- jes, el Indo etc. i desde el fin de junio hasla el fin de setiembre comiensan i acaban las inundaciones de este rio que cuando se eleva hasla 24 pies el año es fértil i cuando sobrepasa ; esta altura hai escaces de víveres. Cuando no se eleva mas que á 16 pies están los Egipcios libres de impuestos porque todos sus lugares no han sido. fertílísados por el Nilo. La causa de las inundaciones perio-^O dicas de este rio es la acumulación de vapore* del Mediter- ll raneo, que convenidos en nuves son conducidas por los regulares i constantes vientos que corren de Norte á Sur\J los que las llevan sobre las montañas de la luna i á las fll inmediaciones de la linea i á la Avicinia, en donde ellas, í se resuelven en lluvias abundantes. Se puede dividir la 1 población del Egipto en 4 clases principales de habitantes 1.* la de los Árabes que por ser mui considerables se 1 divide en 2 clases, de Árabes agrícolas i de Ara ves Bédi-J| nos pueblo errante i ladrón. Dependiendo estos pueblos^ de la Arabia conservan su fisonomía orijinal; son altos > musculosos i robustos ; su piel está casi negra por el sol Y" i su fisonomía no es chocante / 2. rt la de los Coptas que des- cienden de los antiguos Egipcios cuyas figuras son seme- jantes á las de los mulatos; porque les antiguos egipciossegun Herodoto tenían la piel negra í los cabellos crespos se- mejantes á los africanos. Por el comercio de eslos con i^s Remanes ilos Griegos perdieron eL color de sus ante- pisados conservando su fisonomía; 3.* la de los Turcos co* nocidos bajo el nombre de Griegos, Partos,. Masajetas, Scy- tas modernos', 4." la de los Mamelucos*originarios del Asia. Estos como los Otomanos no se perpetúan largo tiempo, pues su familia no existe á la 2.a jeneracion i sus hijos perecen á la i.« i a.« edad. Los Otomanos para perpetuarse, se casan con mugeres estranjeras á las que desde- ñan los Mamelucos. Los Egipcios sufren males de ojos tan comunes que entre ioo personas se encuentran 20 ciegos 10 tuertos i otros 20 con ojos encarnados, purulentos ó llenos de manchas; i asi es que todos llevan bendas porque estañen el principio ó en el fin de la Optbalmia, Esta afección.en- démica es mas común en el pueblo. La causa parece ser la cualidad irritante del aire de este pais. -Ademas la vi- ruela que es tratada muí mal i el poco uso de la inocu- lación, son causa de la ceguera de muchos. En el Cairo el gálico es una enfermedad mui común i se cura por el mercurio i por los vejetales sudoríficos que son mui eficaces. En la Siria i en Damas es mas peligroso el mal venéreo por- que siendo el hivierno mas rigoroso se disminuyela trans- piración, que es la que hace en el Cairo perder la acti-" vidad al virus venéreo. En el Egipto se sufre una enfer- que consiste en una erupción de botones rojosj picantes que aparecen en todo el cuerpo en julio i agosto, debida á la mala cualidad de las aguas del Nilo que se corrompen hacia el fin de marzo i de las cuales hacen uso sus habi- tantes. Esta erupción es saludable pues se mira como u- na depuración. Otra enfermedad mui común en el Cairo es la hinchason en los testes que degenera en una enorme hidrocele; los Griegos i los Cophtas son atacados particu- larmente de ella. Su causa parece ser el uso inmodera- do del aceite 1 de los baños calientes. ^En la "primavera del Egipto, que es el estio de nuestros climas, peinan las fiebres biliosas remitentes, que suelen ser epidémicas. Se curan con la quina dada en las remisiones, en la dosis de 2, ó 3 onsas, con los accidos, con los alimentos vejetales i coa la abstinencia de carnes, rJescados i particularmente de huevos, que son un veneno en este pais. La sangría es easi siempre dañosa como en todos ios países cálidos en donde J . 74. el temperamento i las enfermedades son de un carácter La peste no es orijinaría de Ejipto. Su verdadero foco está en Constanlinopla donde permanece por la ciega neglijen- cia de los Turcos; i de este lugar se propaga al Egipto, en donde hace grandes estragos por cuatro ó cinco anos. Reina en Constanlinopla en el estio porque es cálido i hú- medo i cesa en el hivierno, porque el frió es mui rigu- roso. Al contrario sucede en el Egipto. El hivierno fo- menta la peste, porque es húmedo; i el estio la destruye, por- qué es cálido i seco. El fanatismo i la barbarie del go- híerno ha impedido hasta aqui tomar precauciones contra este, asóte destructor, cuyo jermen podría haberse aniquila- do ya. La Siria es un pais compuesto de una cadena de mon- tañas de las cuales la mas elevada es la del Líbano. Lo bajo del Jordán es un lugar Heno de volcanes que produ- cen temblores, aunque ya han cesado sus erupciones. Las corrientes viluminosas del lago Asfaltiles, las piedras pomex que' están hacia sus orillas i el baño caliente de Tabaria, '«prueban que >hai un fuego que no se ha apagado. Da este lago salen torvellinos de humo i diariamente se abren grie- Casi todo el medio dia del Asia está cubierto de nuvesv/ que obscurecen el cielo i que cuando se bajan cubren mu-fr chas leguas de tierra. Este terrible asóte trae consigo en-^ fermedades pestilenciales que destruyen el pais. Las lan- gostas aparecen después de un hivierno mui benigno i vie- nen de los desiertos de la Arabia. Sus habitantes se preca-¿ ven de ellas por torrentes de humo, pero lo ¿mico que las destruye, son los vientos de sur i sud que les arrojan so- bre el Mediteraneo i un pajaro llamado Samarmar que les hace una eterna guerra. La Siria liemí dos climas, el uno mui cálido que es el de las llanuras t interiores; i el otro templado que es eí de las montañas. Los Sirios tienen tres clases principales' de castas: i.w la' posteridad del pueblo conquistado por los Griegos del bajo imperio; 2.p la de los Árabe» conquis- f tadores; 3. v la del puebjp que domina hoi, á saber la de los Turcos Otomanos. Todas las castas se naturalisan bien •-•w¡ 75 en la Siria, sin que se note mas alteración que la que pro- duce el clima. Los Sirios tienen en jeneral una estatura mediana i pa- decen una enfermedad particular llamada grano de Alep. Las otras enfermedades son la disenteria, la fiebre biliosa continua, remitente, é intermitente; la viruela suele ser mor- tal. En estas enfermedades rara vez es útil la sangría ; los vomitivos i los purgantes dulces i accidos, como los tamarin- dos, crémor tártaro son de un uso frecuente i ventajoso. En la Berbería los Monticulas son blancos i los que ha- bitan las costas i llanuras son morenos. De esto se infie- re que las alturas producen el mismo efecto que muchos grados de latitud. Desde el mar Rojo hasta el Occeano se encuentran especies de Mauros tan negros que se les ten- dría por tales. Los Mauros ocupan el norte del rio Se- negal i los negros el inedia dia. En el Cabo Verde se ha 3 Han los negros de color de cobre- Los negros del Senegal que habitan las orillas del Gamvia son mui negros, bellos i bien hechos : sus mujeres son lo mismo i quieren mucho á los blancos. Los ne- gros de la Isla Goréa estiman mucho el aguardiente i se envor- rachan con el. Venden sus hijos, sus padres i hasta sus mismas personas para proporcionarse este licor: gra.- ban en sus cuerpos las. figuras de flores i animales de su pais, por medio de un pedernal cortante. En el Indostan Cierra-Leona i otros paises h¿f igual uso. Los negros de Guinea ápesarv-de ser sanos casi están de- crépitos á los 4<>* años* Lo que abrevia su vida es el uso prematuro de las mujeres. Los negros tienen una figura que les es propia i que representa aquel estado de contracción qus toma la cara cuando es herida por una viva luz i una fuerte reverbera- ción del calor: en estas circunstancias las cejas se arrugan, los carrillos se elevan, el parpado se cierra i^ la boca produ- ce lo que decimos, estar con tanta jeta : los negros tienen los ojos redondos, la naris aplastada, los labios grueso» i tienen lana, en lugar de cabellos; su cráneo es mas espeso que el de los blancos, sus huesos son mas sólidos i sus carnes mas densas; su ombligo esmui^rueso i se multiplican prodijiosa- ,6 menle; casi su espíritu es poco sucepllble de una gran cul- tura. Las nebros no se encuentran sino en paues cscesiva- mente cálidos; forman la>i2.« parte de la especie hu- mana i su número es al de hombres blancos i pardos, como i, á 23. Los negritos recien nacidos casi son enteramente blancos, pues solo seles percibe hacíala estremidad de las uñas un filete negro i al escroto i estremidad de la glande una pequeña mancha negra. Los 8 primeros dias permanecen blancos i pasada esta época comiensau á ennegrecer. La naturaleza observa el orden siguiente en la mésela- de las 4 jencracíones: i.° de un negro i una blanca nace el mulato, con cabellos largos, 2.° del mulato i de la blanca nace el cuarterón atezado, que también tiene cabellos largos ; 3. ° del cuarterón i una blanca, sale cloctabon menos ateza- do que el i. ° ; 4. ° del octabon i una blanca sale k luz un niño perfectamente blanco* Es preciso hacer cuatro filiaciones en sentido inverso para ennegrecerá los blancos, i.° de un blanco i una negra sale el mulato de cabellos largos; 2, ° del mulato i la negra viene el cuarterón, que es negro en las 3 cuartas partes; 3. ° de un cuarterón i una negra proviene el octa- bon que es negro á las 7 octavas partes; finalmente del octabon i de la negra nace el verdadero negro de cabe- llos crespos, 'Los Alvinos ó negros blancos no son ni una raza, ni una especie de hombres, pues el color blanco de leche que tie- l\ nenes debido á causas accidentales que han derogado mo- m menianeamente la leí jeneral. Los Alvinos los mantienen losjsbbcranosde la África i de las Indias con gran magnifi- cencia i se les miran como animales raros i sagrados* Estos negros en cuanto á sus facultades morales r degradación se pueden comparar á los numerosos cretins de Valles. Estos últimos son sordo: mudos, idiotas, tienen unos cotos que les llegan hasta la centura; son incapaces de pensar i no sin* tiendo mas que las necesidades físicas, se entregan brutalmen- te á losj laceres délos sentidos. En Valles se miran k estos como á sanlof'i anjeles'tutelares i la familia que no los tiene se eré castigada de la divinidad. Atendida su inocencia í 77 debilidad se les complace en todo. La piel de estos hom- bres es amoratada, i jamas se ha podido remediar su estado físico ni moral. Tal es el caso de los descoloridos cuya estupides es igual á la de los Cretins ; i aunque hablan al- gunas palabras ven i oyen mui poco, pues por la estructura de sus ojos huyen de la luz como los Buhos. Ellos son mui débiles ; su talla jamas pasa de 4 pies S pulgadas; su color es de cera blanca sin tener ningún vestijio de encimado ó de rojo; se les observan algunas veces manchiti* »mirillas: no tienen barba ni pelos; sus cabellos son lanudos i rizadas en la África; largos i que arrastran hasta el suelo en la Asia ; sus ojos tienen la figura de los de la perdis. Estos seres des- graciados terminan su triste carrera á los 3o años. Habi- tan principalmente en el centro de la África a la estremidad de la Asia meridional en las islas del mar del Sur, i en el Darien en la America meridional. Se debe observar que la diminución de oído de los Alvi- nos es efecto de su blancura, pues que se nota que los per- ros mui; blancos como los Gatos de Angola del mismo color, tienen una diminución en el oido. Los naturalistas del Nor- te observarán que el oido disminuye en los animales de sus climas durante el tiempo de los grandes fríos, en el cual son ellos mas blancos. Es necesario no confundir los Alvinos con los negros que vienen á ser blancos por causas accidentales. Los negros padecen una especie de ectericia blanca, de la cual les quedan algunas señales de un negro amarillo en la rais de las uñas: su cuerpo seinchai aparecen manchas lívidas sobre su piel; el iris se tuerce i se vuelve nebuloso. Se curan comiendo serpientes i culebras, si el mal no es inveterado j entonces su cutis vuelve á ser negra i sino mueren álos3oanos. Desde el cabo Negro hasta el cabo de Buhas poco se sabe de los pueblos que habitan en lo interior de la Áfri- ca. Lo ímlco que podremos decir es que los Cafres son menos negros i que forman naciones casi todas crueles i barbaras. Los pueblos de Natal que hacen parte de la Cafreria per* manecen reunidos en pequeñas ciudades gobernadas por el mas viejo. Son afables i hospitalarios. Se ocupan en la agricultura ¡ en mantenerbacas i cabras» >Se aumentan de 78 pan carnes i leche agria, que es su bebida ordinaria. Tienen los cabellos crespos i son morenos. Los Hotentotes son bien hechos i bien proporcionados i tienen color de aseituna. En lo demás son como los ne- gros. Estos pueblos son robustos, industriosos i extraordi- nariamente ajiles particularmente en el manejo de las armas, pues con sus asagayas ó medias lansas impiden el golpe de las flechas i de las piedras. Aunque son peresosos i borra- chos, no obstante tienen costumbres puras i dulces. Los Ho- tentotes vecinos de los Cafres viven como salvajes. Los Madécasses á pesar que no tienen idea de la Divinidad son hospitalarios humanos i de buena fé. Las mujeres son mas pequeñas que los hombres, hos Hotentotes son por lo común pastores i casadores; comunmente están en guerra. Antiguamente tenían la costumbre de cortarse una falange «f de los dedos de la mano cada vez que se les moría algún pa- * riente. Este uso se ha establecido en el Paraguai, en la California i entre los Guaranis. Los Hotentotes miran la acción de pensar i de refleccionar como el azote de la vida;; . que de Hotentotes no hai entre nosotros 1 Estos puebles son muí perezosos i las mujeres hacen lo que debían hacer los hombres quienes casi todo el dia lo pasan en la amaca. Sise les quiere comprar su cama la venden por la mañana, sin pensar que tienen necesidad de ella por la tarde. , %■ Recorriendo los diferentes lugares déla América hallamos^/ en las partes mas septentrionales, pueblos semejantes á los deL \ Norte de la Europa i de la Asia. Los salvajes que habitan ffi las tierras del estrecho de Davís son de un color aceitunado*;**1 mui pequeños i mui robustos, tienen las piernas cortas i , V gruesas i viven hasta cerca de ioo años. Son mui seme- jjm jantes en todo á los Lapones i se halla en dicho estrecho una Tft especie de hombres blancos semejantes á los Finnoís. En 4 la bahia de Hudson hai hombres semejantes á los salvajes de Yago. En fin en el Canadá i toda la tierra firme son sus habitantes absolutamente semejantes á los Tártaros. Los Iroqueses i Hurones salvajes de la América septen- trional en el interior del Canadá, tienen la horrenda costum- bre de matar á sus padres cuando están muí débiles para seguirlos en la casa ó en las espediciones militares, por el te- mor de que mueran de hambre ó en las hogueras de sus 79 enemigos, pues ellos creen hacer un acto de piedad filial obedeciendo los preceptos de los autores de sus dias, quienes les piden la muerte cómo una gracia, i ellos piensan que no les pueden dar un sepulcro mas honorífico, que el de sus propias entrañas. Estos pueblos que viven en sociedad son de un color aceitunado, de mui buena estatura i son polí- gamos i crueles. , Los salvajes de la Florida del Misisipi i de las otras par- tes de la América septentrional, tienen un color de aceituna . que tira á rojo debido en gran parle alachóte con que ellos se frotan; viven casi desnudos; son muí guapos, pero mui fero- ces ; i asi es que ¡inmolan al sol sus prisioneros, á los que des- pués devoran. Los Natches salvajes de la Luisíana son grandes i corpu- lentos: tienen una naris mui larga i la barba arqueada. Cuando muere una mujer noble que se eré ser descendien- te del sol se ahorcan á 12 niñitos i á i4 adultos que seentier- ran con ella i se les pone en su sepulcro utensilios de cosina, armas de guerra i un tren de tocador. La Luisíana es un pais mui húmedo i pantanoso i asi es que sus habitante% están espuestos á fiebres malignas, remi- tentes é intermitentes, que no cesan sino hasta Noviembre en que soplan vientos del Norte. El Tétanos es mui frecuente, particularmente en los recien nacidos, lo mismo que todas las enfermedades ocasionadas por las lombrices de toda especie á las que están ^ sujetas las personas de toda edad. El gáli- co aparece en ciertos periodos i hace estragos entre blancos, indios i negros: son también^mui frecuentes la Hemoptisis i Tisis pulmonar. La California, península mui vasta dejla América septen- trional, presenta un clima jeneralmente calido i seco al es- ceso : su terreno es mui estéril por ser montuoso i arenoso. El árbol mas útil de los que se crian es el de la pitaya (cuyo arbusto se halla en la provincia del Socorro en el deparla- mento de Boyaca i en la de Bogotá ) con la diferen- cia de que su fruto es mas pequeño. Estos frutos son el principal nutrimento de los habitantes de este pais, les que son mui bien hechos ' robustos pero jeneralmente incons* tanles pusilamínes, peresosos, estupidos é insensibles. Son mas morenos que los Mejicanos á pesar que viven cerno 8o artos baio la Zona Tórrida: este color mas obscuro quisa se debe * ios ingredientes con que se untan el cuerno. Loa Caribes son insulares de las antillas de Sudoeste cs^an concentrados en la Dominica i en San Vicente. Estos pneblos como los Omaguas tienen la cabeza aplastada de un modo disforme, porque se dice que sus padres al nacer los hiioa les hacen ana fuerte compresión para que se semejen i la Lona Urna -. estos indios se tiñen con el achote i aceite i asi es que so color es de Cangrejo cosido. Se eré que el objeto con que se tiñen es para libertarse de los piquetes de los in- cóelos de que abunda este país. Los Caribes tienen el pelo negro i liso i roas corto; tienen poca barba i poco bello. Tienen los ojos negros, salidos i su mirar es feros: viven desnados i si se cubren las partes genitales es para evitarse el daño que sufrirían al atrabesar los bosques. Los Cari- bes son mni hediondos ó asquerosos i tienen un espíritu mui limitado. Estos hombres solo viven con sus mujeres las que cuando paren abandonan la cama, la que ocupa el marido para cuidar del recien nacido i-asi es que permanecen un mes entero acostados i sin comer los diez primeros dias. Al fin del mes los padres i amigos vienen k visitar al preten- dido enfermo, a quien sangran de todas las partes de su cuerpo, sin que el se atreva á quejarse. En Béarn hai la misma costumbre con la diferencia que lejos de martirizar al marido se le cuida con alimento» restaurantes. Esta cos- tumbre se ha lomado de España donde reinaba en tiempo de Estrabon. Los Caribes viven mucho tiempo, adoran á la luna, están siempre en guerra para que la usan de flechas emponsoñadas con el jugo del mansanillo. Lo interior de la América meridional esta habitado de mul- titud de naciones salvajes, crueles, vengativas que están en- tre si siempre en guerra i casi todas son antropófagos. Los Brasiiiecses son los mas barbaros i en su talla se ase- mejan á los Europeos, de quienes solo difieren en que son mas robustos i menos sujetos á enfermedades. También se tiñen i tienen la naris muí chata i sus padres cuidan de aplas- társela al nacer. Solo los dias festivos no andan desnudos hombres i mujeres. Los Brasiliensessonmui afectos ala carne humana, se comen la de sus prisioneros respetando solo los cuerpos de los muertos i de los moribundos: son mui hos- t 8i pitalariosi aunque polígamos detesta» el adulterio i pueden di* vorciarse: viven de la pesca i dé Ja caza: cultivan las pata- tas, la yuca ó casave, de lo que forman el pan que es el ali- mento mas universal de los Americanos meridio- nales. Los Brasillenses son errantes i bagabundos i no conocen mas patria que en la que subsisten. El amor á la patria que conserva á cada nación su carácter, sus usos i sus gustases un sentimiento facticio que nace en la sociedad i que es desconocido en el estado de la naturaleza. De esto resulta que la vida moral del salvaje, es enteramente opuesta á la del hombre civilisado. Los Peruanos son de un color de cobre, como los habitan- tes del itsmo de Panamá principalmente aquellos que habi- tan las orillas del mar i las tierras bajas: los que habitan en las altas son tan blancos como los Europeos; los ha- bitantes de tierra firme situados cerca de las Amasonas i en el continente de la Guayana son prietos i de color rojiso. La causa principal de esta variación depende de la diferente temperatura en que ellos habitan, que varia desde el gran calor de la Zona Tórrida, hasta el de la Zona mas fria. De aqui • la diferencia que hai entre los habitantes del alto i bajo Perú. Las enfermedades de los del alto Pero son la asma, las inflamaciones de pecho i los reumatismos. Estas son peligrosas i mortales para los que padecen gálico i beben licores fuertes. Los habitantes del bajo Perú están sujetos á fiebres biliosas remitentes é intermitentes, las que son mui contajiosas. La viruela causa en este, país muchos es- tragos. El Perú (país memorable para Colombia ) está conti- nuamente sufriendo temblores. Este azate tan terrible es el efecto de la multitud de bolcanes que le rodean (lo mismo que á Quito yáPopayan.) Enlaparte alta del Fertí hai variaciones de temperatura muchas veces hasta en unahora, en que se esperimentan ks temperaturas de diferentes Zonas, las mas opuestas. Asi es que los que bajan á los valles sienten un frío tan exesivo, que ni el fuego, ni los vestidos pueden calmarlo. En estos lugares se notan las cuatro esta- ciones, sin que ninguna sea molesta, pues siempre hai una deli- ciosa temperatura. La mas notable de ellas es el hivierno. K 8a TAI pasar el ejercito auxiliar de Colombia al Perú bajo dis- tinta linea Mifrio todo el, accidentes tan terribles, que los oficiales veyan tendida? las compañías con una especie de deli- quio, que vulgarmente se llama chajuá. Los soldados aun des- pués de recobrarse quedaban con los sentidos evetados, pues su cerebro sufría mucho. Los habitantes del Paraguai que toma este nombre del no que lo baña, tienen una talla ventajosa, i color de aseituna. Eitansujetos á'una especie de lepra, el carate será sin duda lo» que les cubre todo el cuerpo, i forma en el escamas como las del pescado ; esta enfermedad no les altera la salud. El clima de Chile es el mas agradable de los temperamen- tos templados de este emisferio; este país esta situado bajo un cielo siempre sereno. Su suelo es mui fértil, el color de sus habitantes se asemeja algo á los del Perú. En jeneral en todo el continente de la América meridional los pueblos son de un amarillo rojiso. Los habitantes de Chile sdh de una bella talla ; sus miembros son gruesos; su cara poco agradable i sin barba, los ojos pequeños, las orejas largas, los cabellos negros, i gruesos como serdas. (Esto debe enten- derse de los indios que no han sufrido méselas en sus castas, pues los otros ha hitantes, son por lo común semejantes á los Españoles i á los ingleses Americanos i Europeos.) Hacia las tierras Magallanicas, se dice se han hallado unos salvajes cuya estatura es de nueve á dies pies que se lla- man Patagones. Si existen son en corto numero, pues el resto de habitantes son de salvajes de una talla mediocre que se parecen á los otros Americanos. (Hamaque Tourtelle dice, qfUe casi todos los Americanos están en un estado salvaje esceptuando los de Méjico i el Perú en que (según él) se ha adelantado la civilisacion, no convendré con él, pues sin duda no tuvo á la mano las obras quo**nanifiestan la civilisacion que hai en todo el con- tinente de Colon, particularmente de ochenta años á esta fecha. La antigua Nueva Granada cuenta mui pocos pue- blos salvajes, de aquellos que no se sometieron á los Españoles, Aun entre estos hai muchos que tienen comercio con varias naciones i que solo conservan su idioma, relijion i algunos usos, conformándose en mucho con los- de los Americanos civilisados. En los pueblos en que hai menos civilisacion. 83 puede decirse, que sus habitantes no son tan barbaros en su idioma, relijion i costumbres, como muchos pueblos del cen- tro de la Europa. Una prueba de ello es, que todos los Americanos hablan la lengua castellana, i en mui poco difieren del lenguaje de las ciudades i villas en donde se dan k entender mutuamente los hombres de letras, con los de las aldeas. En estas se hallan muchos que saben leer i es - cribir ; que manejan las armas con destresa siendo valientes en los combates, i constantes en la agricultura, artes i manu- facturas las que igualan á las de Europa, i si no les exeden, es porque no hai una protección para su adelantamiento. Re- servo para el apendise continuar esta materia, que suspendo por tratar de las tierras del continente austral.) En las islas del mar Pacifico, se han visto hombres arma- dos de picas, cuyo color era moreno i sus miembros bien proporcionados, los que son líjerisimos en la carrera. En las islas del Principe de Gales se hallan insulares semejantes á estos, pero su color es de bronce, i tienen barba i cabellos ne- gros. En otras islas mas alia del Ecuador, bal infinitos hombres cuya cabeza es lanuda, pero no como los habitantes de Guinea, pues son menos negros, i sus labios i narises son mui distintas. Seenpolvan la barba i la cabeza con polvos blancos. Entre estos hai otros que tienen poca barba, co- lor aseitunado, i cabellos negros i largos, i que no están des- nudos, como los precedentes, lo que prueba que su clima es menos calido, Los Isleños de Otaili tienen una talla mas ventajosa que los Europeos. Son bellos i mui ajiles. #Sus cabellos son negros, castaños i blondos. Sus mujeres son mui hermosas i dispensan en publico sus favores. Son poco civillsados i dan á los estranjeros en premio sus hijas! mujeres. Llegan á una extrema vejes, sin molestia i con Integridad de sus sentidos. Se alimentan casi solo de vejetales i pescado; beben solo agua ; i sienten una aversión al vino, licores, tabaco i especería. Son de un carácter biabo, sincero, í no son crueles, ni vengativos, pero son ladrones. Su ma- trimonio es un convenio entre e! hombre i la mujer, i se circusidan solo porlimpicsa. «. Los habitantes Hu»':'ine se asemejan á los de Otaili de 84 quienes solos distan 3oleguas. Tienen de particular, que las mujeres son mas bellas, que comen carnes, i que hablan un mismo idiomi, lo que sucede en todas las islas del mar del Sur hasta la nueva Zelanda. Los habi!.".:íes de la isla Bella Nación son semejantes á los de Otaili. Lo mismo sucede con los de la costa orien- tal déla nueva Olanda, á la que se hadado el nombre de tierra del Espiriíu Santo porque sus habitantes son de tres colores; los unos negros, los otros blancos, cuyos cabellos i barba son bermejos; i los otros mulatos. Estos hombres viven desnudos i se nutren de pescado. En las tierras de la bahia de la nueva Zelanda se encuen- tran hombres de voz ronca, talla gruesa, color amarillo moreno^ pelos negros, bestidos hasta la mitad del cuerpo. Los habitantes de la Nueva Irlanda tienen estatura muí grande, miembros mui carnosos i fuertes. Son vigorosos i su color en jeneral es moreno. Las mujeres solo se dis- tinguen de ellos en una vo? mui dulce! Los Zelandeses tienen cabellos i barba negra, los dientes blancos i regulares; son robustos i viven mucho tiempo; su principal alimento es «1 pescado. Hai una gran semejansa entre los habitantes de este pais i los de las islas del mar del Sur, con respecto á los usos i la lengua; lo que prueba que tienen un mismo orijen. Es o I clima que se deben en gran parte las cualidades físicas i morales de los pueblos. Se nota en jeneral que en los paises calidos los hombres son mas pequeños, mas secos, mas vivos, mas alf gres i mas espirituales, pero menos vigo- rosos i menos laboriosos; ellos se envejesen mas pronto que en los climas fríos. La belleza en gran parte depende de la temperatura de! clima. El frió cerrando el tejido exte- rior en el secso del Norte, quita á la piel la blandura i suavidad que son indicios de la sensibilidad: una admos- fera quemante causando abundantes sudores, deseca i arru- ga la piel, enerva la constitución i marchita la belleza en su jei men. En las Zonas templadas es en donde se hallan los hombres i las mujeres mas encantadoras. Mientras mas se aprocsima uno al Ecuador i á los polo?, la naturaleza es 85 menos prodiga en estos favores; aqui es donde se encuen- tran seres informes, feos i enteramente degradados; esta degradación fatal se estiende hasta los vejelales. Los arbo- les comunmente dejeneran i hasta sus flores perecen antes de abrirse. El carácter de los pueblos tiene las mas grandes conecciones con los paises que ellos habitan. El Caribe que nace i vive en los bosques, no tendrá I» urbanidad i a- ticismo del Francés; el \fricano enervado por los ecsesi- vos calores que le endurecen habilualmente, no puede tener la fuerza i el vigor de las naciones del Norte. El calor del» dimano es sola la causa de la inercia é ináoiencia de sus habitantes; la fertilidad del suelo contribuye á esto mucho. En efecto, el salvaje del Norte es mas activo que el Africa- no i el Caribe; porque para estos la naturaleza lo ha he- cho todo. La ignorancia i la estupides siguen el mismo rum- bo: en África i en América, cuales son los pueblos cuyas facultades del alma están menos desenvueltas. Son sin duda las de los habitantes de aquellas florestas cuyos arbo- les sin cultura proveen á todas las necesidades. La prospe- ridad suele entorpecer el espiritu de una nación, lo mismo que el sufrimiento le aclara i le emhrutece cuando llega á ser escesivo. Las pasiones i el jenio dependen del clima : el amor en los paises calidos es un delirio, una fiebre queman- te, un grito de la naturaleza: en los climas templados, una pasión dulce, una afección reflecsiva i comunmente, un producto de la educación ; finalmente en los paises fríos no es una pasión, sino el sentimiento tranquilo de una necesidad poco urjente. El jenio parece haber fijado su imperio enlos países- tem- plados. Ellos han sido la cuna de -laí ciencias* i de las arles necesarias para la civilisacion i prosperidadfle las naciones. Si hemos de juzgar por los Negros i los Lapones, la Zona Tórrida i las dos glaciales son el azple de la intelijencia humana i el sepulcro déla naturaleza. La influencia del clima es tal que puede cambiar cule- ramente las costumbres délos pueblos. Una colonia toma insensiblemente la constitución física, el rejimen i el carácter del nuevo pais en donde ella ha sido tram plantada^. Los Holandeses activos i laboriosos en Luropi.. s'»'i cu Batabia inertes i voluptuosos. . a 86 Un rio, una montaña, basta para establecer una diferena cia mui notable enlre los pueblos vecinos; el habitante de Turínnoeslomismo que el de los Alpes; los Atenienses diferirían de los Tebanos, aunque ellos no estuvieran sepa- rados por el rio Asopo. El clima también varia, ó poruña grande revolución del globo ó por otras causas secundarias. Los Scitas del tiempo de Hipócrates eran inhábiles para la jeneracion : estos mismosxon los nombres de Alanos Ván- dalos i Herulos han ¡nnundado la Europa. La Italia tie- ♦ ne en el dia una admosfera cargada de ccsalaciones mortí- feras de las lagunas pon tinas i de las erupciones volcáni- cas; en la actualidad no se sufren los hibiernos rigorosos de que habla Titoliblo ; i habiéndose en su suelo formado los héroes de la libertad, vemos que ahora son los Italianos esclavos de todas las naciones. (La America ha sufrido vicisitudes físicas i morales i Bogotá tiene en el día un cli- ma menos frió que en el siglo pasado. Antes del terremo- to de 17 de Junio del año de 26 su temperatura se cambio en calida : hace años que no hai hibiernos tan rigurosos. Pasando el Tachira se ve que no son los mismos los habitan- tes de la antigua Nueva Granada i los de Venezuela.- Lo mismo debe decirse de los que habitan las tierras situadas al otro lado del Juanambu.) El gobie/no i la relijion tienen nn poder sobre el carác- ter i costumbres de los pueblos. Es propio de los gobier- nos despóticos el enervar en el hombre el movimiento de las Íásiones i debilitar su resorte. Asi la consunción es la en- ermedad que conduce á su fin eslos estados. Los pueblos sometidos ¿1 un poder arbitrario no tienen ni la firmeza de alma ni la valentía de aquel/os*que no obedecen sino á la leí. Bajo el despotismo, el hoftibrees indiferente al honor, á la posteridad i por consiguiente á los esfuerzos heroicos que determina la virtud; él no ama la estimación, por la estimación misma sino por las ventajas que están ligadas tal poder; él mérito i la providad les son muebks inútiles. No sucede lo mismo en una nación libre, en la que el amor de la gloria estimula continuamente porque ella es el precio de las grandes acciones i de las virtudes patrióticas. El poder arbitrario es un± jermen de calamidades c:iyo desenvolvimiento conduce á la miseria i ú la devastación : el esclavo privada de actividad i cnerjia, es. naturalmente vicioso H i ignorante; su alma está tocada de una gangrena mortal qué corrompe las facultades; las manos serviles no sabrán fertilizar los campos, ni espíritus embrutecidos podran adquirir talentos. Un pueblo esclavo es servil, pérfido, delator i cruel; egoísta al ecseso, jamas dirije sus miradas al interés jeneral. Un pueblo libre, es valiente, franco i humano. El honra la agricultura aria i perfecciona las artes. Ocupado sin cesar de la felicidad de su pais, su jenio cria, sus brazos multiplican, estienden las ra- mas fecundas de la industria, i descubren las fuentes de Jii pros- peridadtpública. Se observa jeneralmente que cuando las leyes sociales no contrarían á la naturaleza i que no están en oposición con el clima, los pueblos que viven bajo un cielo apacible i alegre, tienen instituciones benignas i sus anales no están mancha- dos de estos grandes crímenes que son la deshonra de la humanidad. Bajo la linea, i bajo los polos, los hombres son deprabados. Los habitantes de las ardorosas llanuras dé la Zona Tórrida i de los yelos polares, atormentados por los fuegos del sol, ó consternados por su ausencia, tienen sin cesar los ojos vueltos á una naturaleza muerta é inani- mada i viven dotados de*m carácter sombrio i misántropo, i están gobernados casi siempre, por leyes, sanguinarias en me- dio de una moral corrompida. Su dios es malvado i cruel i para honrarle, procuran asemejárseles Sucede lo mismo • en los pueblos cuyos paises están sujetos á inundaciones, á uracanes i á temblores de tierra. Si se consulta la historia del Ejipto, de Méjico i del Japón, se hallan pueblos feroses i crueles, un gobierno violento i despótico i un culto bárbaro i destructor. Las degradaciones físicas i las costumbres horribles que se encuentran en la mayor parte de los pueblos, nacen de la necesidad en que ellos se hallan de desfigurarse para cono- cerse i de las falsas ideas que tienen de la belleza; puede también ser el efecto del culto que han adoptado. LTno de los inconvenientes del calor negro, imajen de la muerte, es el de confundir los objetos. Por esto es que Jos negros se cincelan la cara i el pecho, dibujándose variasfigu- ras para no equivocarse entre sí, ni confundirse con las otras tribus vagabundas i dispersas. El uso que tienen los habitantes de paises calidos de barnisarse el cuerpo, tiene 88 por objeto disminuir la transpiración que es mui abundante én estos climas. En ellos sirve este barnis de vestido i de defensa contra las picaduras de los insectos i reptiles que abundan en estos paises. Los Americanos dan la preferen- cia á materias rojas mesclandolas con los barnises, segura- mente porque este color les agrada con preferencia, ó por- que este color sera mas á proposito para alejar los insectos por la esperiencia que han adquirido de esta ventaja. En cuanto alas mutilaciones queseejercen en diversos pue- blos parece verosímil que tienen su orijen en la opinión casi jeneral, que la naturaleza al organizar al hombre lo ha hecho imperfecto pues apenas lo ha vosquejado. SECCIÓN II. Del hombre considerado con las relaciones que tiene con las fuerzas que le redean i de aquellas que se aplican h la superficie de su cuerpo. CAPITULO I. De las influencias siderales. El influjo de los planetas sobre nuestro globo se había puesto en duda. Las fábulas groseras7que habían sobrecar- gado esta materia habían vuelto ridicula la opinión de los antiguos filósofos que' admitian esta influencia; pero una exacta observación ha descubierto que los vejetales i anima- les sufren realmente modificaciones i alteraciones mas ó menos sensibles, según los diversos grados de acción que ejercen el sol i los planetas (particularmente la Luna) sobre nuestra atmosfera. El retorno de muchas enfermedades coincide con las diversas fases de estos astros. Por el calórico i la luz obran los planetas sobre la atmos- fera i sobre los cuerpos que en ella están. El magnetismo i electrísacion e$ reciproco entre (os planetas i se ejerse sobre los cuerpos que existen en la atmosfera. Kepler hace del sol un foco magnético cuya fuerza detiene í dirije las esferas planetarias. Atendida la multitud de fenómenos magnecti- cos que presenta el globo terráqueo puede considerarse «9 este como un imán de una grande estension que magnetiza sin cesar al sol i que es magnetizado i electrizado por él. Que esto sucede con la tierra, lo demuestran las oscilaciones diarias de las agujas magnetizadas, sus variaciones mestrua- les, i particularmente el singular aumento de la fuerza magnética que observó el dr. Knigth durante el hivierno. La tierra deoe recibir semejante impresión de los otras pla- netas en razón déla distancia, de -u masa, de su vivo mo-: vimienlo i de la luz: El flujo i reflujo del Occeano da prue- bas de la electrización hecha por el Sol i particularmente por la Lun'a, pues que la elevación de las aguas sobre ella representa Una trompa marina. Del mismo modo se eleva el agua contenida en un vaso puesto en la debida distancia de una maquina eléctrica i comunicando con ella por me- dio de un hilo atado al conductor principal. La Luna con respecto á la tierra puede tenerse, como una armadura de ¡man solar. Hai grande diferencia entre el efecto que producen el Sol i la Luna cuando obran juntos i en la misma direc- ción electrizando i magnetizando nuestro planeta, como en las sysygias i la de su acCion separada i dividida por direc- ciones diferentes, como en las cuadraturas. L¿ Si se observa continuamente el estado del cielo se obser- varan algunas variaciones en los 4 puntos cardinales, .tanto al salir, como al ocultarse el sol, como al medio dia i á la noche. Iguales efectos se observan en los dos solsticios i en los dos equinoccios. En los accesos de las enfermedades se nota, que sus remisiones i exacerbaciones corresponden á los cuatro pun- tos cardinales; asi es que poco antes de entrarse el sol or- , dinariamente redoblan las fiebres, cuyas remisiones son sen- sibles antes de salir este astro. La Luna tiene un grande influjo sobre los tres runos de la naturaleza. El termómetro nos demuestra que ella obre sensiblemente por su calórico. Se sabe que '.i luz altera los tintes i que el mayor crecimiento délas las plan- tas se hace por la noche ; finalmente hai muchos vejeta- les que no florecen sino bajo los rayos de este a tro í clases innumerables de animales que arreglan sus si?¡ores, sus cacerías i viajes, por las diferentes fiscos de eslc plár neta. L 9° La Luna influye sobre la tierra por su gravita- ción. Siendo la atracción universal una leí jeneral i el princi- pio de la mayor parte de los fenómenos de la naturaleza; i siendo esta mutua entre todos los astros, es preciso con- fesar también, que está combinada con la fuerza tanjencíal, i que de la atracción del Sol i de la Luna «sobre las a- guas del Occeano, dependen el flujo i reflujo i los demás fenómenos. La acciop del Sol sobre las mareas es menor que la de la Luna; asi es que estas son mas considerables en los novilunios i plenilunios i principalmente en los equinoc- cios. La causa que produce las mareas produce también sus efectos en la atmosfera, porque siendo el aire un fluido que rodea toda la tierra, debe estar sujeto como todos los de- más cuerpos, k las* leyes jenerales de la gravitación. Co- mo el es elástico, deben producir en él mareas aereas mas notables que las del Occeano i asi serán mayores ó me- nores, según la mayor ó menor distancia en que esté la Luna de la tierra ; i asi es que el barómetro manifiesta mas ó menos pesades del aire, según que la Luna esta en Perigeo ó en Apojeo. Parece pues inferirse de aquí, que la igualdad de los vientos puede pender de las mare- as aereas. Supuesto pues que unas i otras mareas dependen de la atracción del Sol i de la Luna, no es estraño que sean mas considerables que estas últimas, porque el aire siendo 85o veces menos pesado que el agua, su resorte es incompara- blemente mas grande que la fuerza activa de los dos astros, debe producir en el aire una dilatación exesiva, que está ' en razón de la diminución de su gravitación hacia la tier- ra. La movilidad del aire mas grande que la del agua concurre también á aumentar las mareas atmosféricas- El resultado de las observaciones hechas después de mas de un siglo demuestra, que las revoluciones periódicas de la Luna, vuelven á traer otra vez el cursa de los anos correspondientes al periodo Lunar, que es el de iq años en que se observan poco mas ó menos, los mismos me- teoros, las mismas estaciones i una temperatura ordina- riamente semejante. 91 La Luna tiene una influencia notable sobre el periodis- mo de las enfermedades, como sobre sus crisis, si hemos de crer á las observaciones de Hipócrates, Mead, i Ga- leno. En la obra de Bertolon sobre la la electricidad del cuerpo humano, se vé, que en las Lunas nuevas i en Lu- nas llenas hai mas influjo de este astro sobre las enfer- medades. La esperiencia diaria manifiesta que las enfer- medades periódicas arreglan de algún modo su curso á las faces lunares. Se ha observado que sí se presentan signos de cocción en la Luna nueva ó en la llena, la crisis viene k verificarse en el siguiente punto lunar. Las observaciones citadas sobre el influjo del Sol i la Luna, parece que tienen lugar para probar que los otro* astros gosan del mismo. Asi es que las conjunciones i oposiciones de Saturno con otros planetas influyen sobre los vientos i estos sobre los seres existentes en la tierra : lo mismo se puede decir de Júpiter, Venus, etc. También es cierto que en los equinoccios se vuelven epidémicas ó se aumentan les síntomas de las enfermedades agudas que se presentan en ellos. Estos miasmas hacia las solsticios disminuyen ó desaparecen. Parece que el aspecto de Saturno i de Júpiter, de Sa- turno i de Marte, son precusores de las mas terribles en- fermedades, tales como las del ano de 1127. después de la conjunción de Saturno i Júpiter. Bocacé i Guy de Chau- lieu refieren á igual causa la fiebre pestilencial de 1348. Marcelo Ficin atribuyó ala conjunción de Saturno i Marte la enfermedad que desoló al mundo en 1478: Gaspar Bertolino después de la conjunción de Saturno i Marte predijo en un discurso el año de 1628. la espantosa epi- demia que se manifestó poco después. La predicción de Paulo de Sorbact se verifico en Viena con la enfermedad que la desoló. Finalmente Daniel Senerto predijo la de- sinteria epidémica de 1624.. i 1637. que aconteció des- pués de la posición de estos mismos planetas. De lo di- cho se infiere cuan injustamente ha ridiculisado la filo- sofía moderna, que las exalaciones siderales comunican cuali- dades dañosas á los vejetales i animales i que ellas pro- duscan estas enfermedades populares cuya causí se ígno 92 ra i que se atribuye por el valgo á la colera de un Dios irritada contra sus criaturas. CAPITULO 1L. Del aire atmosférico. Entre las cosas llamadas no naturales el aire obtiene el el primer rango. El es del todo necesario para la vida i Con sus cualidades útiles sostiene la salud, i con las dañosas produce !a> enfermedades. El aire vital ó gas oxijeno i el ai-e atmosférico sirven para la respiración i combustión. De la justa proporción entre este gas vi- tal i el gas azoie, pende el que sea respirable. Los ga- ces tales como el gas azote, carbónico etc. son mefíticos: los animales que lo aspiran pronto están asfixiados i los cuerpos que están encendidos, como una vela, se apagan en* tre ellos. El aire atmosférico es un fluido elástico, diáfano ino- doro, incipido., pesado, eléctrico capas de enrarecerse i con- densarse el cual circula, en todo el globo terrestre i es necosario para la vida de los animales que tienen pulmo-' nes i es indispensable para la combustión. Consideraremos el aire bajo tres puntos de vista, á sa- ber bajo su influjo físico, químico i eléctrico. §. i. ° Del aire considerado físicamente- El aire es un fluido elástico, cuya propiedad la debe al calórico, i cuya fuerza repulsiva es mas grande que la atracción que ejercen sus moléculas entre si. A pesar de í>u fluídes no penetra todos los cuerpos : pues las substan- cias vitri:iu¡b!".-.s son impenetrables por el aire i hai cuer- pos en los cuales se insinúan el agua, el alcool (a) etc. i no puedep ser penetrados por el aire. Aunque el aire es incipido tiene alguna causticidad. Las carnes de los animales muertos se contraen por el aire ', las llagas se hacen dolorosas por su contacto ; el feto se }iace sensible á su influencia. Finalmente el impide la cicatrización de las heridas á los vejetales I animales. («) lisphit* di vino ( vulgo ) aguardiente de Erpaña. $3 El aire es inodoro i no obstante es el vehículo de los olores i de los miasmas que se escapan de los cuerpos; el es un vasto receptáculo en donde se hacen infinitas descomposiciones i combinaciones de los productos de los. cuerpos atenuando» i volatilisados: el en fin es una mezcla de las exalaciones minerales, de los miasmas vejetales i a- nimales que sufren constantemente la acción del gas eléc- trico, del calórico i de la luz. La pesantes del aire la demuestran, los efectos de las bombas, las variaciones del Barómetro i el peso en la ba- lanza, del cual resulta que un pie cubico del aire pesa 7g5, granos. En fin está demostrado que su presión sobre un hombre de mediana estatura equivale á la de un peso de 22,400 libras. Unos físicos aprecian su gravedad con relación á la del agua como de 1: á 1000, i otros cooib de 1: á85o. La altura de la atmosfera aun no esta determinada, por lo cual no esponemos las observaciones barométricas i solo dire- mos, que las variaciones que ellas demuestran sobre la pe- santes del aire con relación á la economía animal son diur- nas i regulares. Asi es que el mercurio comiensa á subir á la entrada de la noche i continua subiendo hasta medía noche; desde entonces baja hasta aproximarse el dia; des-> pues el vuelve á subir hasta el medio dia para bajar en seguida hasta la tarde, notándose en estas variaciones, in- tervalos de reposo. Las grandes variaciones del termóme- tro se notan en loa mismos instantes que las del Baróme- tro i coinciden cotí las del pecho. Brían Robinson de Dublin ha observado que el pulso era lento desde por la mañana hasta el medio dia en que era ya mas frecuente. Que dos horas después bajaba hasta ias 8 de la noche, en que volvía á levantar; que el sueño producia remisión i que volvía á subir hasta después de dos horas de media noche, en 41 cual tiempo estaba en su ma« alto grado de eleva- ción i frecuencia, para bajar de nuevo hasla las 7 u 8 de la mañana. Es en los meses de diciembre enero febrero i marzo que el barómetro sufre las mas grandes, variaciones. Bajo el ecuador apenas se nota i hacia los polos son mui notables. El aire por su gravedad representa un gran papel e» la naturalesa i es por esta que se opone á la evaporación i Ja dilatación. Muchos líquidos sin la presión de la at- * 94 mosfera pasarían k ser gazes, entre ellos están los éteres. Sí se pone bajo el recipiente de la maquina neupmati- ca una redomita llena de éter sulfúrico i cubierta con una piel fina i rompiéndose esta, después de haber- se procurado el vacio, el éter se convierte en vapores que llenan todo el recipiente. Este liquido se convier- te en gaz en un terreno que tenga £oo toesas sobre el nivel del mar, siendo asi que la presión ordinaria ne - cesita para convertirse en gas un calor de 33.° A la presión del aire se debe la permanencia de los flui- dos en los vasos de los animales i asi es que cuando se disminuye considerablemente, como en las altas montañas se sufren hemorrajias particularmente la hermoptisis (a). 1- gual fenómeno se observa en todas* las especies de ani- males colocados bajo el recipiente de la maquina neup- matica, los que perecen mui pronto, si tienen dos ventrí- culos en su corazón, i los monoventriculares, (e) pueden vivir mas, pues necesitan menos calor para existir. El hombre puede vivir en un aire mui raro. Los vejetales k una ele- vación de 6oo, toesas aun conservan la vida; asi es que Cuenca i Quito son rejiones mui fértiles i habitables te- niendo esta altura, A a3oo, toesas sobre el nivel del mar, no puede haber vejetacion. No obstante el calculo de Casini que asegura que nin- gún animal puede vivir á la altura de *4>i6, toesas, se han visto Españoles vivir en lo mas elevado de una montaña del Perír de 2q35, toesas.*lgual fenómeno m ha notado en los tiempos antiguos con los observadores que vinieron á medir.el moute Pichincha que tiene 2471, toesas i media de altura sobre el nivel del mar. (En este monte han sostenido las tropas Colombianas una famosa batalla á pesar de estar á a5, toesas i media sobre el punto fijado por Casini). Los* observadores de esta altura» han visto volar Buitres que se sostenían á 200, toesas sobre la cima de este monte. No obstante, es preciso convenir en que muchos de los que ^uben á estas alturas sufren vertigosT nauseas etc. i que la asma hermoptisis i otras afecciones de pechos son mas comunes i frecuentes ; i por consiguiente el aire que (a) Esputo desangre. ( introducido en una nariz y topando lo otra se conducirá el aire a los pulmones soplando fue ten.m-e a el cañuto. I09 den conocerse, si no estudiando la histeria natural de los diferentes lugares. También las causan las ecsalaciones pestilenciales de los cuerpos adheridos á la superficie d« aquellos terrenos que comienzan á trabajarse, después de haber permanecido largo tiempo sin cultivarse*. Se han visto en América i en Europa perecer muchos indiviuuos en los desmontes de las tierras. No obstante, la cultura de ellas hace mas sano el aire que. respiramos. La tierra que habitamos en el dia es saludable, porque hafeido des- montada. Nnestros antepasados por sus continuos sudo- res i trabajos han hecho habitable el globo en que existi- mos, quitando los espesos bosques i los pantanos inmun- dos que infectaban la atmosfera, llevando los miasmas des- tructores que atacan todas las fuentes de la vida. Después del descubrimiento de la América se han Vislo cambiar sus temperaturas. Los temblores de tierra han causado por sus eesalacio^- nes abundantes epidemias destructoras. El autor 6ita la 3ue sucedió en el año de 1765 la que desbastó una parte e Lisboa i se estendio á las otras tres partes del mundo. (La materia que ecsalan las tierras conmovidas por el tem- blor ha sido mui abundante después de tantos temblores como hemos sufrido i han producido (en los años de 1826 i 27) iguales enfermedades, á las que se observaron en 8i4) De las observaciones sitadas por el autor se infiere que los meteoros producen en la tierra alteraciones i cambios útiles ó perjudiciales, causando epidemias i epizolias análo- gas á su naturaleza. (Nada he podido inquirir sobre las observaciones meteorológicas que se hayan hecho en Colombia) §. 3.« * De la electricidad atmosférica El gaz eléctrico está umversalmente repartido en la na- turaleza. Todos los cuerpos contienen una cantidad pro- porcionada á su naturaleza ; el queda en un estado de iner- cia que le impide manifestar su presencia, hasta que por una causa cualquiera re destruye su equilibrio. Asi si se IXO acumula sobre un cuerpo una cuantidad ri'perabundante de este fluido, (que es lo que constituye h electricidad fiositiva ó en mas); ó si se le quita una porción de aque- ta que coptiene naturalmente *(q»ecs loque se llama la electricidad negativa ó en menos), entonces la virtud eléc- trica se manifiesta por una multitud de efectos diferentes; tales son entre otros, la atracción i repüicíon de los cuerpos lijeros, la conmoción, las chispas electrizas, etc. Los cultos presentan con respecto á la electricidad tres estados diferentes; primero los ux.os son eléctricos por frota- miento ; tales son, las reciñas, el asufre, etc. los que se llaman ideo-electricos; segundo los otros son an-electricos (*) ó conductores; es decir que no reciben nada de elec- tricidad por frotamiento, sino por comunicaciones; talejf^ son el agua, particularmente en estado de vapor, las sus- tancias metálicas etc.; tercero en fin los piró-clectricos, es decir, Jos que se hacen eléctricos por . el calor, como la turmalina, el topacio del Brasil, el de Siveria eic. Aqui tan solamente debemos tratar de la abundancia Erodijiosa del gas eléctrico que está repartido en el glo- o i en la atmosfera. Se debe mirar al primero como á un conductor no aislado i la atmosfera, como un cuer- po ideo-eleclrico. Ellos son llevados continuamente el uno i el otro, por un movimiento mui rápido; ambos tienen diversos movimientos en direcciones contrarias; la tierra es el frotador del aparato eléctrico dé la naturaleza; i la atmos- fera el euerpo ídeo-eleclrico; las nuves son cuerpos aislados que comunican con el aire i que continuamente están arrastrados hacia el por un1 movimiento mui rápido, de esta alternativa completa de calor i frío, cuyas causas unidas producen la electricidad natural. Una multitud de esperimentos que pueden verse en la física, manifiestan de. un modo mui sensible, que la atmos- fera contiene babilualmente inmensas cuantidades de materia eléctrica, de quien ella es un vasto receptáculo. La electricidad de la atmosfera produce sobre los vejo- talea i sobre los animales efectos diferentes cuando es positiva, que cuando es negativa.EÁh es positiva, cuando el aire ( ) HÍ9ot no admite esta división. III seco alrabiesa libremente por los rayossolsres. Asi es que se encuentra por lo regular en les lugares elevados, en los que reinan vientos de norte í este, en el aire mui en rarecido i principalmente en el mui oxgenado. Los esperimentos demuestran que los gazeis mefíticos no son de ningún modo favorables á la electrisidad. La atmosfera tiene electricidad negativa en los lugares profundos ¡ mefitisados, en los tiempos nebulosos i hume- dos i cuando reinan ó soplan vientos al sur ú oesté]Jfir nalmente cuando las nubes electrísadas negativamente atraviesan por algún terreno; ellas entonces empapan i absuerven la electrisidad de la tierra i del aire i por consiguiente la de nuestros cuerpos Los animales durante su vida están constantemente electrisados por las fuerzas de la vida. • Así es que los huesos, los nervio; etc. son ídeo-lectricos i los segundos gosan de la propiedad conductris, como la del vidrio, que es k un tiempo ideo-leclrico i an-eletrico. La sangre, la gor- dura, los músculos etc. son an-electrícos. Los .animales sufren sensiblemente la influencia de la doble electricidad atmosférica. Los efectos de la electricidad positiva son acelerar la circulación de los líquidos en los tubos capilares, aumen- tar el movimiento de la sangre en los vasos de un 5. ° á un 6. ° ; favorecer las secreciones, particularmente la tras- piración, comunicar á los cuerpos ajílidad i vivacidad i acelerar el descubrimiento de los jermenes vejetales i animales. La electricidad negativa hace los efectos con- trario^ i asi es que disminuyendo la vitalidad, deja los órganos en estado de languides i de inercia. Cuando el aire está electrisado positivamente los animales ejercen su» funciones con facilidad i placer; sucede lo contrario cuando reina en la atmosfera la electricidad negativa. Los fenómenos dichos los esperlmenlan los vejetales, como'«se comprueba con las esperiencias de Bertholon i Dormoi etc. Los resultados principales de las esperiencias eléctricas hechas en los animales son los siguientes: i.° una chis- pa eléctrica sacada de los músculos i de los nervios oca- siona movimientos involuntarios mui violentos. La irrita- bilidad del corazón resonoce en la chispa eléctrica «J mas poderoso irritante: 2. ° un globo hecho de nervios I 12 humanos puesto en lugar del de vidrio de la maquina eléctrica, da signos sensibles de la electricidad positiva, 3. o |» electricidad es tanto mas fuerte en los cuerpo» vivientes, cuanto que estos tienen una vida mas activa. I.os esperimentos de la botella de Leyden con maniacos 6 febricitantes lo comprueban: 4-° la* violentas conmo- dones eléctricas disminuyen la sensibilidad i la »mlal»- lidad, las que matan si se llevan á un sumo grado: 5. existen animales eléctricos que son unas botellas le L«¡- den dotadas de vida. La Anguila de Cayena, el Tem- blador del Senegal, el Torpedo del Orinoco, dan conmo- ciones eléctricas cuando se les toca. Estos animales tienen una desús superficies electrisada positivamente i la otra ne- gativamente: 6. ° el baño eléctrico, la eletricidad comuni- cada por impresión del fuelle i por chispas son los me- dios mas eficaces qne deben emplearse en la curacioa de las enfermedades que son susceptibles de curarse por la electricidad. Las conmociones no están escentas de pe* ligro. La naturaleza del fluido eléctrico es desconocida. El quema, produce luz, detonación i es sensible al tacto i al olor. El fluido galvánico uo parece ser sino el gas eléctrico modificado. De los esperimentos practicadrs por los fích- eos parece qne hai una grande analojia entre el finido galvánico de que están penetrados los cuerpos vivien- tes i el fluido eléctrico. CAPITULO 3. o De los vientos. La atmosfera es un vasto occeano que tiene nueve mil leguas de circuito en la superficie de la tierra i una al- tura considerable que no se puede terminar. Su equilibrio está sin cesar turbado por la acción con- tinua de una multitud de causas. El viento es una ajitacion sensible del aire qne trans- porta una cierta cantidad de este fluido, de un lugar á otro, con una velocidad i una dirección determinada. La velocidad del viento es algunas veces mui considerable. El puede correr cerca de nueve leguas i media por hora ; n3 no obstante en las grandes tempestades se le ha visto cor- rer hasta quince leguas en el mismo espacio de tiempo. La fuerza del viento se mide por su velocidad; la prime- ra es bastante para trasportar los navios en plena mar teniendo entonces una velocidad de dos toesas por segundo! Se distinguen los vientos en jenerales ó constantes en periódicos i en variables. Los primeros son aquellos que soplan constantemente en la misma parte de la atmosfe- ra: tales son los vientos alicios, esto es los que reinan éntrelos trópicos, que corren perpetuamente deí Este al Oeste, en donde ninguna causa local les puede hacer va- riar sino solamente por las diferentes declinaciones del Sol que causan cambios periódicos. Estos Comienzan i acaban en épocas fijas i determinadas; se les llama en- tonces aniversarios. Se pueden agregar á estos los vientos diarios que reman en los paises calidos i templados en los grandes calores (como en Cartajena i Santamarta.) Los vientos variables son aquellos que soplan tanto de un lado como de otro i que no observan ninguna re- gularidad con respecto á los lugares, á los tiempos, á la dirección, a las velocidades i á la duración Se observa en la atmosfera como en los mares dos gran- des movimientos jenerales ; primero el que corre de orien- te á occidente ó el viento jeneral de Este; segundo otros dos corrientes cont.nuos de cada uno de los polos hacia el Ecuador en la parte inferior de la atmosfera, tanto que en su parte superior estas corrientes producen las opuestas que se dirijen de los trópicos á losólos. Xa coírSe ce oriente á occidente reconoce por causas; la da- ción del globo de occidente á ¿dente; i'las de loa EÍ Uerra *"**"' ***<**** ¿d ^vlnñenlo anual Las causas principales de los vientos son; primero el ondX de«rtodCe T" d 3Í,e; "*"**, el &<> SE lo ™ h Mm« í '* erCer°' d aCenso de Sazc* i vapores b, JlrV e/a5 CUarí0' ^esion de las nuves; q f¡„ o la aparición de meteoros Ígneos Talps chas enfermedades. Las estaciones mas regulares las pro- ducen cuando atacan temperamentos análogos á su natura- leza. Asi es que la diversidad de estaciones, no es daño- sa por si misma, i si el hombre no#se separara por sttf réjimen i sus costumbres del orden natural, no se enferma» ria, sino qua hallaría medios de conservación en la varié-* dad de estaciones. Guiado el hombre por la naturaleza. puede luchar contra la inclemencia de los tiempos i la ti-j rania de los elementos. El año es regularmente constituido i saludable, cuando la primavera es calida i templad* por lluvias moderadas, el eslío calido i seco, el otoño frió i seco i el invierno frío i húmedo: pero es preciso que estas cualidades sean mo- deradas. Entonces se observa que las enfermedades son raras, que los frutos son abundantes i de buena cualidad i las carnes de los animales son más sabrosas. Las flo- res aromáticas dan en la destilación mas aseite volátil, que en otros años. El hómhre i los animales son como las plantas que ve-r 123 jetan i crecen en un terreno caliente, i que perecen en un terreno húmedo; i á la inversa. Asi los hombres se hallan mejor, unos en estio i en invierno, i en los paises calidos mas que en los fríos; cuando por el contrario hai otros que no gozan salud en el invierno, ni en los luga- res fríos. Esto esta comprobado con el aforismo segundo de la sección 3." de Hipócrates. En jeneral los de temperamento pituitoso les va mejor durante la primavera i el estio; i los de temperamento bilioso i atrabiliario, en el invierno. En confirmackm de esto, véase el aforismo 18 sección 3. ** La primavera faborece la producción de la sangre en nuestro cuerpo, pues entonces la acción del sistema arte- rial crece i la fuerza exentrica tiene masenerjia, lo mismo que la de los pulmones. La vejetacíon exala en esta estación grande cantidad de gaz oxigeno, el que se desprende con mucha abundancia en los pulmones. Por el aire adraosferico está entonces la sangre mas concr¿cible i occidado en el mas alto grado el fierro que ella contiene. De aqui resulta, que entonces debe abundar en parte roja i en gluten. En está estacíótTse disipan las enfermedades pituitosas del invierno i sobre- vienen las enfermedades que dependen de la diátesis sanguínea; El estío produce la bilis. La masa de les fluidos tiende continuamente i convertirse en este humor. En el estio la azotísacion se fortifica i hace progresos considerables; primero porque entonces el aire atmosférico esta mas oxi- genado ; segundo porque se escapan de la sangre pulmo- nar mucho hidrojeno i carbono; tercero porque las fuer- zas animales tienen mas actividad i se dirijen sin cesar bacía afuera; cuarto porque la acción del sistema venoso se hace nías fuerte por el calor, con lo que se ecsita el sentimiento propio de los órganos secretorios de la bilis, los que separan mas cantidad de este humor: asi es que el eslío es la estación de las enfermedades biliosas. La naturaleza marcha constantemente de la constitución sanguínea á la biliosa; asi es que las fiebres que comien- zan inflamatorias, adquieren insensiblemente el carácter bilioso.-La tercera constitución epidémica de Hipócrates era l24 inflámalorla en su principio i se jusgo por hemorrajias de L naris en los jóvenes, i de la matris en las mujeres. Esta constitución cambio, i lomo después el carácter bilioso, i para completar la crisis, á las hemorrajias sobrevenían vómitos i flujos de vientre biliosos. Las hemorrajias correspondían al jénero inflamatorio i los flujos biliosos eran necesarios al ciracter bilioso. Las observaciones de Sidenham nos han dejado en la historia de una fiebre que reinó en los años de 1669,70, 71 172 demos- tró la sucesión de las constituciones deque se ha hablado. El otoño produce la atrabilis, que no es otra cosa que una bilis mas caustica por el progreso de la ocigenacion i quisa por el fluido eléctrico. La desinteria que nace ie este humor es mortal según Hipócrates aforismo 24 sección 4. n La atrabilis no solo* es principio de muchas enferme- dades graves, largas i de difícil curación, sino que algunas veses causan la muerte en poco tiempo y casi siempre tur- ban la? acciones del cerebro. Entre estas enfermedades pueden enumerarse el insonio, la tristesa, el delirio y mu- chas veses, la fiebre cuartana. Común iriente la constitución pituitosa se une en el oto- ño á la diátesis atrabiliaria, prinéipalmente cuando los ca- lores del eslió han sido continuos i escesivos i cuando el otoño que sigue es frío i húmedo. Esta constitución pro- duce enfermedades ordinariamente mortales, particularmen- te |>ara los viejos i los que salen de la edad media. Entre estas enfermedades se encuentra la hemitriteos iepiala. Las enfermedades del otoño, son largas i difíciles por las razones que espone Hipócrates en el aforismo 4» ° sección 3." en donde dice. " En las estaciones en donde, en un mismo dia hai frió i calor, se deben aguardar enfermeda- des del otoño, es decir enfermedades largas, i difíciles de jusgarse, como son las que son propias á esta estación" La constitución pituitosa afecta regularmente en el in- vierno que es frió i húmedo. Ella es el producto del do- minio relativo de la acción de los sistemas glandular, celu- loso i linfático. En esta estación las. fuersas i los hu- mores se dirijen de fuera á dentro; se retiene el humor perspirabíe ; las fluidos están mas acusos; el cuerpo, pier- de su electricidad'; todo esto ocasiona la debilidad, i reía- 125» jacion de los solidos. Se come i se duerme mas, durante el invierno, i la animalisacion no se hace perfectamente. La sangre contiene mas materia mucosa i menos parte roja y gluten, volviéndose muí pituitosa: por esto es que las enfermedades que tienen por causa material este humor reinan ordinariamente en el inbierno i en las estaciones anómalas que se le parecen. De lo dicho se sigue,.que en los años regulares la constitu- ción pituitosa domina en invierno, la sanguínea en laprimave- ra, la biliosa en estio, i la atrabiliaria óatrabilario pituitosa en estio. Mas es de advertirse que cada una de estas es- taciones afecta ciertos órganos con preferencia á las otro»s asi es que el invierno dirije su impresión sobre la cabeza; la primavera sobre el pecho, i el estio i el otoño sobre el bajo vientre. §• 2-° Comtituciones irregulares. Las estaciones irregulares, son aquellas que no están con- formes con el curso ordinario establecido por la naturaleza. Si el invierno, dice Hipócrates, (libro del aire, agua i lúa gares) es seco i soplan vientos de Norte, i la primavera es lluviosa i austral, sobrevienen necesariamente en estio fiebres, desinterías i optalmias. En el 18 de julio cuando el calor es templado por los vientos etecianos, i por las lluvias, causan las enfermedades del invierno; no'siendo asi, si la ultima parte del estio es mui caliente como ha sido la primera. En esta estación atacaran las enfermedades dichas arriba á las personas de un temperamento pituitoso. Escapan solo de estas enfer- medades los viejos que son de una constitución seca i fría. "Si el invierno es austral, lluvioso i tranquilo í la pri- mavera seca i boreal, las mujeres cuyo parto debía veri- ficarse en la primavera están espuestas á abortos; Has que paren en este tiempo, dan hijos enfermos i valetudinarios, quienes mueren muí pronto, ó permanecen toda su vida en un estado de languides. Las otras personas padecen de- 126 «¡pierias i oftalmías (*) secas i los viejos padecen catarros mortales" .... * 41 Si el estio es lluvioso i austral, i le sigue un otoño se- mejante, el invierno sera mas sano. Los que pasan de cu- arenta anos, i los pituitosos, estaran espuestos k fiebres ar- dientes, i los biliosos a pleuresías, (dolor de costado) i á perineumonías (inflamación de los pujmones ó pulmonía.)" 11 Si el estio es seco, i boreal i el otoño húmedo i austral, reinaran en invierno males de cabeza, apoplejías, ronque- ras, romadisos, toses i tisis." . "Si el otoño es seco, boreal i no hai lluvias, ni al fin del estio, ni al principio del otoño, esta estación sera saina dable á los pituitosos, i á todos aquellos que son naturalmente húmedos i particularmente á las mujeres. Sera por el con- trario muí dañoso k los biliosos, á quienes ella diseca de- masiado; k estos les causara optalmias secas, fiebres agudas i afecciones melancólicas.*" Los dos solsticios son mui peligrosos, particularmente el del estio: los dos equlnocios lo son asi, i principalmente el de otoño; se debe atender al fin del estio i al del otoño; porque estos dos son críticos para los enfermos, quienes mueren ó se curan en estos dias, ó sino, sus enfermedades cambian de naturaleza i de carácter. CAPITULO VI. De las aguas j. de las localidades. La sanidad no depende menos de las aguas de que hacemos uso i de los lugares que habitamos, que de los alimentos de que nos nutrimos. En un pais mal sano las mejore» sustancias nutritivas no nos preservan de las enfermedades. Por el contrario, usando de alimentos me- nos buenos podemos vivir sanos, con tal que el pais goze de salubridad i que tenga buenas aguas. El conocí* miento de las aguas i de (os lugares es de grande, uti- lidad. Hipócrates manda especialmente á los médicos qne reconoscan la constitución de las estaciones, los vientos (*) Inflamaciones de los ojos. I37 propios k cada pais, las cualidades de latí aguas i de la naturaleza del terreno: este es el único medio propio para descubrir la naturaleza de las» enfermedades endémicas i el medio de evitarlas i remediarlas. Para lograr esto, nos ha dejado este grande hombre, reglas seguras é in- variables. Las ideas consignadas del aire, de las* aguas i de los lugares, son otras tantas observaciones muí ver- daderas, que servirán en todos los tiempos i en todos los pueblos. Según Hipócrates, toda ciudad que es meridional es insalubre, porque esláespuesta á vientos calidos i hume- dos, que le vienen del Sudeste i Sudoeste. En esta ciu- dad las aguas tienen sales en disolución i corren por la superficie de la tierra. Las ciudades que están bien colocadas, sea con respecto a los vientos, sea con respecto al sol, i que tienen bue- nas aguas, no sufren las enfermedades que dependen de las precedentes; estas las sufren las ciudades que tienen aguas pantanosas ó lagos (como los pueblos de Fontibon i Bogotá) i que no están bien espuestas á los vientos i al sol. En cuanto á las ciudades cuya posición es contraria á la que se acaba de hablar i que están al abrigo de vientos calidos i 'le soplan vientos de Nordueste i Nor- deste tienen aguas insípidas i mas frías: los hombres en ellas son grandes i secos, tienen el vientre duro i cer- rado i el vientre superior blando i húmedo; .ellos son mas biliosos que pituitosos, i tienen la cabeza sana i dura, es decir, bien organizada por fo que las funciones de la vida animal se ejercen con mayor regularidad i conveniencia. También debe atribuirse, k que las sutu- ras del cráneo están mas apretadas; i por esto presen- tan, una graft fuerza de resistencia contraías causas ofen- sivas esternas. No obstante la mayor parte de sus habi- tantes están sujetos á las rupturas de vasos. % "Las ciudades que están colocadas en el lugar en don- de soplan los vientos entre el Nordeste i el Sudeste, i en aquellas qoe están espuestas al contrario, es decía que están situadas al Nordeste i Sudoeste, ved aqui lo que se observa en ellas. Las qu# miran al levante, son mas 128 sanas que las que están al norte i que aquellas qué es- tán espueslas á los vientos calidos. Primero, porque el calor i el frió son mas moderados, i las aguas que re- ciben al» salir el sol son duras i limpias, agradables al gusto i muí sanas, porque están purificadas por los prime- ros rayos del sol i reciben el aire de la mañana. Los hombres tienen la piel mui bella i florida, á "menos que no se la altere alguna enfermedad: la voz clara i sonora i tienen mas iutelljencia que los del norie i son mas vi- lientes. Todas sus producciones son mejores i puede de- cirse, que una ciudad con semejante situación gozarfc de una primavera perpetua, con respecto á la suave tem- peratura del aire que no es ni mui calido, ni mui frió; las enfermedades son raras, poco graves i casi de la mis- ma naturaleza que las que reinan en las ciudades es- pueslas á los vientos calidos; las mujeres sou fecundas i paren con facilidad." Las ciudades que miran al occidente, que están á cu- bierto de los vientos de levante i que no reciben sino los vientos cálidos i. los del Norte necesariamente han de ser enfermas, porque no son claras las aguas i el aire que siente la primera impresión de la mañana, se mésela con ellas, corrompe toda su fuerza i el sol no puede verlas sino cuando ya está muí alto. En el éslio durante toda la mañana corren vientos fríos; cae roció i el sol que- ma i diseca á los hombres lo restante del dia. Por esta razón ni tienen fuerza ni color, i están su- jetos á todas las enfermedades referidas. Tienen bronca i áspera la voz, por lo grueso é impuro del aire que no puede purgarse con los vientos secos del norte, porque no son de larga duración i los que duran, son mui húmedos i lloviosos. Los vientos del ocaso son mui se-, mejantes á los dtl otoño i la situación de estas ciudades les da un temple semejante al de esta estación, por razón de la inconstancia del dia, pues la mañana i la tarde son de una constitución enteramente opuesta. Las aguas de las balsas i lagunas i jeneralmente las aguas estancadas, deben ser necesariamente calientes en estio, gruesas de mal olor, porque no corriendo i reci- biendo siempre nuevas aguas «de lluvia i quemándose ne- 129 «sanamente por el sol, es preciso que sean de un co- lor blanco amarillo, malas i biliosas. En el inbierno están frías, eladas i turbadas, tanto por las nieves, como por las lluvias i asi serán mui groseras i pituitosas. Los que las beben tendrán SIempre el vaso míi grande, lleno de obs rueciones; duro i calido el vientre, los hombros claviculas i cara, muí descarnadas, por lo que se deshacen las carnes i se descargan en el vaso i asi serán mui magros i delgados, muí comedores i bebedores; tendrán las cabida- des tan secas i tan calidas que necesitan purgantes fu- ertes, i la enfermedad permanecerá verano é invierno. Habrá también muchas hidropecias todas mortales '" En el estio, reinarán las desinterias, flujos de vientre i cuarta- nas muí largas; durando mucho tiempo estas enfermedades producen en semejantes naturalezas, Ja hidropecia incura- ble. Los jóvenes están sujetos en el invierno á las pulmo- nías, i frenesí; los viejos á las calenturas ardientes, que son efecto de la cesesiva astricción de vientre; i las mujeres padecen tumores; están cargadas de una pituita blanca conciben i paren con dificultad i los niños son muí grue- sos e hinchados estenuandose después, i permaneciendo siempre enfermisos: las evacuaciones que siguen al parto son de mala cualidad. Los muchachos padecen hernias i los hombres hinchasones (de unas llamadas varieces) í ulceras en Jas piernas, de suerte que con estos modos de complecioncs es imposible que sirvan mucho y que no envejescan antes de tiempo. Amas de esto, eren muchas veses las mujeres que están embarasadas i cuando lleea el ter- mino regular del parto se desvanese la elevación i llenu- ra del vientre, siendo todo efecto del agua acumulada en el ulero. Jusgo pues, que todas estas son mui dañosas. Las desinterias i otras enfermedades que se padecer en el estío, las producen los miasmas que ÍC esalan de estas aguas los que son el producto de la dcscomporicion de las sustancias animales i Vejetales, puestas en putrefacion. En mbierno el frío se opone á ella, pero entonces se exala <-ran cantidad de humores acuosos, que hacen húmeda la °ad- mosfera, causando en los hombres débiles las cmfermeda- des pituitosas. En jeneral los habitantes de las paises pantanosos i bu- •i 3o medos viven mui poco; ?a pequeñes de su talla, el ccm lor de su piel i la debililidad de Jos animales domésticos todo anuncia eu este pais la reunión de males i de en- fermedades. Asi es que las <*i ¡demias i las epizootias (*) rei- nan en estos lugares. Es muí importante secar í cultivar los terrenos pantano- sos, no solamente para impedir la alteración del aire i sus temibles efectos sobre los hombres i los animales, sino para estender i multiplicar nuestros recursos i produciones; con esto se une el ínteres de la riquesa territorial á la con- servación de los hombres, que es uno de los objetos mas dlgrfos en que deben ocuparse los que están encargados en la ciudad de la prosperidad publica. Otra de las ven- tajas que produce el secar los pantanos' es el abono que puede sacarse para fertilisar las tierras, pues el fango se utilísa i las aguas que estaban estancadas, circulando por los campos los hacen útiles á lá agricultura. La isla de Jamaica, Pensilvania, los llanos de Casanare, los de San Martin, las poblaciones que están á orillas del Mag- dalena etc. cada dia se están haciendo mas sanas, hai en ellas menos enfermedades, i sus habitantes viven nías largo tiempo, desde que se han secado sus sanjas i s,e han desmontado sus terrenos. Pues al mismo tiempo se ha Jo-» (*) Laz epizootias, son las enfermedades contajiosas de los ga- nados, las que se evitan separando las bestias apestadas del resto de los ¿cuidos. Cuando la enfermedad no es por contajio, sino por el estado de la atmosfera, se preserva el ganado de se- guir enfermándose por los medios siguientes; i. ° dándoles á beber la agua mas pura que sea posible, por dos veces al dia en tiempo de verano, si hai buenos pastos i bastantes aguas* En invierno se les dará a las ocho de la mañana, al medio dia i á las cinco de la tarde; 2. Q no se dejarán beber aguas «s- tancadas, ni las que pasan por pantanos, porque estas contienen el miasma que los enferma. Esta precaución se toma con los animales debites i flacos, lánguidos i enfermos, á los que no se les dejará pastar en lugares húmedos i se les tendrá en los esta- blos hasta que salga el Sol; 3. ° lavarlos i limpiarlos diaria- mente; 4. ° dar/es cada dia un poco de sal; 5 ° sangrar á los que estén gordos. En otro lugar hablaré del contajio. i3i grado arruinar la multitud de insectos que invaden impu- nemente las producíones de la naturaleza, como las ormi- gas, los mosquitos, los chinches etc. Las aguas mas insalubres, después de las que'acabamos de hablar son las que vienen de las rocas, porque son duras; las que vienen también d<: los lugares en donde hai aguas calientes, i en donde nocen el hierro, cobre, plata ó oro, asufre, vitriolo, betún ó í.itro, porqae todas estas mate- rias son producidas por la violencia del calor, i es im- posible que los aguas que vienen de estos lugares, sean buenas, sino duras i calidas, que pasen i se espelan con facilidad pof la orina i no impidan al vientre sus fun- ciones. (Esta doctrina de Hipócrates la comprueban las frecuentes desinterias i males de estomago que jse padecen en la villa de Leiva, por que casi todas sus aguas pasan por mine* rales de plomo.) Las mejores aguas son aquellas "que vienen de los lu- gares elevados i colinas, que no contienen sino tierra, i pueden llevar un poco de vino. Están calientes en ínvier- i trias en eslió, señal de que sos manantiales están profun- dos. El que las aguas echándoles un poco de vino pue- dan tomar el color de este, i comunicarles su sabor, indí- • ca que ellas son mui ligeras, sin olor, sin color i sin sa- bor. Las que ocasionan un peso en el estomago i tienen color i sabor, necesitan mesclarse con mas vino para que este les comunique sus cualidades. Mientras mas espirituoso es eí vino, necesita menos cantidad para la mésela. Este licor puus, nos sirve para averiguar la naturaleza de las aguas. Deben alabarse las aguas que vienen del Norte i el Nordeste por que nesesariamente son las mas sanas I lije- ras i de mejor gusto. Jeneralmente son mui malas" para b Aer todas las que están sucias, acres i duras ; sin embar • go se encuentran muchos temperamentos, i ciertas enferme- dades en quienes producen buenos efectos. Pero debe te- % nerse presente que las que están al oriente son las mas es- relentes: después las que están al septentrión, pero que se acerquen mas hacia el Nordeste; i también son buenas las que están hacia el Nordueste i el Sudueste. En el ultimo lu- l32 gar se colocan las que tienen su orijen acia el medio dia porque sou duras crudas, i contienen sal en disolución. No obstante son menos peligrosas en los paises frios, que en los calidos. En cuanto ásu uso, dice Hipócrates ved lo que \ o pienso. "Los mui robustos i sanos pueden beber de todas las que se Jes presenten. Pero Jos que padecen alguna enfermedad pueden buscar las mas sanas, i se aliviarán siguiendo las re • glas que voi á dar. Los que tienen el vicnlre duro, estre- ñido i dispuesto á inflamarse, deben usar délas aguas mas claras, suaves í lijeras, pero los que le tienen blando, hú- medo i pituitoso, deben buscarlas mas duras,'crudas (esto es las que causan pesantes en el estomago) i un poco sa- lobres, porque estas consumirán toda esta pituita i humedad." "Todas las aguas que penetran, i cuesen bien nuestros alimentos, ablandan igualmente el vientre, i le comunican sus virtudes; pero las que son crudas i duras, no pueden dejar de estreñir i resecar. La impericia hace que se en- gañen la mayor parte de los hombres, sobre las aguas salo- bres, creyéndolas mui propias para mover el vientre, aun- que mui contrarias para este efecto, pues son crudas i no sirven para cocer los alimentos, i asi estriñen i comprimen mas que ablandan i mueven. Eslo en cuanto á las aguas de fucú!--." "Las aguas de lluvias son muí lijeras, mui dulces i iim- £ias; porque el sol atrae las partes lijeras i sutiles del agua. ■as aguas de nieve i hielo, todas son mui malas, pues no pudiendo recobrar jamas su primera cualidad perdida, i privadas de lo mas sutil i lijero, solo conservan lo mas pe- sado, espeso i turbado. Su uso ocasiona enfermedades de los sistemas glanduloso i linfático." La^agua es un fluido diafano, sincolor, sin olor, Incipido, el cual ha sido destinado por la naturaleza para servir á las necesidades de los hombres i de los animales. Có- mo es un gran disolvente, disuelve el airo, las sales ete. por 0 esto es que jamas se halla pura, sino mesclada con cuer- pos estraños. Sabemos por la quimica, que el agua no es un elemen- to i que esta compuesta de 86 partes de oxigeno I i4 de i33 • hídrojeno (a) Ella es uno de los mas grandes ajentes que alteran.'sin cesar la superficie de nuestro planeta. Su acción, sus corrientes i sus movimientos, han cambiado poco a poco la naturaleza de los minerales, i han creado en Jgun modo un nuevo mundo sobre el antiguo. Hai raras aguas que no contengan sulfate (2) b car- bonate de cal; otros tienen en disolución acido carbóni- co, alumbre, fierro; sustancias vejetales i animales alte- radas por la putrefacción. Casi todas las aguas contienen aire vital. Resulta de las esperiencias químicas, que la nieve re- cojida en gran cantidad, í evanorada en vasos de vidro no deja algún residuo. Hassenfrat ha demostrado que la nie- ve tiene una verdadera influencia sobre la vejetacion: i.° porque preserva de la muerte á las plantas i gérmenes con- (ó) El hidrojeno es lo que llamamos aire inflamable i por la etimolajia de este nombre sabemos que significa hidrojeno, enjen- drador de agua. El hidrojeno separado de los cuerpos con quie- nes esta en convinacion está en un estado de gaz eminentemente inflamable. A la fuerza de el se debe los efectos de las maquinas de vapor. El es uno de los principios constitutivos ds los vejí fu- les i de los animales. (2) El sulfate es el nombre genérico de las combinaciones del acido sulfúrico {de asufré) en cualquier base salificable. Los sulfates tienen por carácter convertirse en sulfuros por medio de el carbón encendido. Los que son solubles dan un presipitado blanco, granujoso cen las sales solubles de barite. Este presipitado es msoluble en el agua i en los ácidos. El acido carbónico se llama también aire fijo i acido mefítico. El esta compuesto de carbono i oxigeno. Es un gaz mas pesado que el aire. Pone ro- ja h tintura de tornasol, apaga las velas i asfixia á los animales: Se disuelve en el agua á la cual da un sabor agriesito mui agrada- ble. Este gaz sale déla voca de las vasijas en que están fermen- tando Ucorps. I asi se consigue metiendo una limeta llena de a- gua en una mucura de chicha que este hirviendo, i se observará que esta agua se pone agria. Este acido asi disuelto en la agua es refrescante, mueve bis orinas i es contra la putrefacción. Hai otros modos de conseguirlo como se dita en el segundo tomo. La base de las aguas mi¡i"ralcspicidulas, las forma el acido carbónico. •i34 fiados á la tierra, manteniéndolos á la temperatura del hielo disuelto: -■ ° porque ella forma el oxigeno i la hu- medad necesaria para su desenvolvimiento i nutrición. Pues según Vngenboutz, mientras el oxigeno es mas abun- dante, la jerminacion se hace con mas rapides. Las aguas de nieve i de hielo resientcmenle fundidos son jeneralmente poco saludables: ya se ha dicho que los que hacen uso de ellas están espuestos á enfermedades del sistema glandu- loso ; por esto están mui espuestos á ellas los habitantes de Jos Pirineos, los Alpe?, la Suisa, el Tirol etc. Estas a- guas están cargadas de sustancias eterojeneas que les co- munican sus cualidades dañosas. Después de las obser- vaciones de Pallas i de otros físicos, las enfermedades de las glándulas, i particularmente los cotos endémicos (a) vienen, no del uso de las aguas de nieve derretida, sino de las que contienen grandes cuantidades de sulfate i car- bonate de cal. Puede ser que estas enfermedades depen- dan mas esencialmente del aire de ciertos cantones carga- do de vapores i de nieblas, i renovados con alguna frecuen- cia por vientos saludables. Se ve en efecto en algunos valles al pie de los altos Alpes, habitantes pálidos i de es- taturas poco desenvueltas, en tanto que en Jos valles su- f periores, ó las llanuras que hai entre estas montañas se ven hombres bien hechos i mui robustos, no obstante que unos i otros beben casi todes aguas de nieves derretidas. (Esta observación 6e confirma en los lugares que existen desde sania Rosa hasta Cucuta. Entre estos se halla un pueblo llamado Llanoensiso, i otro que esta mas elevado, cuyo nombre es el de Malaga. Los habitantes de estos dos lu- gares casi todos tienen enormes cotos, i presentan es- taturas mui pequeñas i cuerpos mui mal conformados, sien- do la mayor parte de ellos casi estúpidos. Los perros i otros animales domésticos también tienen coto. Como hice un viaje muí presipitado con S. E. el Vicepresidente de la República no pude llevar los reactivos necesarios para analisar estas agua?. Pienso luego que mis discípulos em- prendan esle trabajo, concluir una memoria sobre cotos que tengo comensada. ¡ Ojala que los químicos estranjeros (o) Coto endémico es el que es pealar á un pueblo, á un pais. i3!í que viajan por Colombia me auxilien con sus trabajos. Las aguas de nieve contienen una pequeña cantidad de muríate de cal, i de a^.ido nitroso. Las de lluvia contie- nen estas mismas sustancia-, pero en mas abundancia. Bo- herave ha hallado simiente de alojas (a) ílubiatiles, de musgos de animalillos. La agua de lluvia contiene oxigeno en disolución i asi es probable que influye sobre la vejetacíon i sobre la germi- nación, en razón del oxigeno que ella tiene en disolución* Las aguas de fuente mas puras están alteradas por ma- terias eterojeneas en pequeña cuantidad: se encuentra en ellas carbonate i sulfate de cal, algunas veces muriale de cal i de sosa, raras veces carbonate de magnecia i de fier- ro, i sulfate de magnecia i de fierro. Las aguas de lluvia contienen las mismas sustancias, pero particularmente gran cantidad de carbonate de cal, i al- gunas veces sales nitrosas. Ellas son menos limpias i me- nos lijeras que las otras i no sou mui a proposito para cocer las legumbres, ni para lavar las ropas pues no di- suelven el jabón. El u*o de ellas recientemente cojidas causan por lo regular cólicos de estomago i de entrañas i diarreas. • Las aguas podridas de los pantanos exalan sin cesar amoniaco i gaz hidrojeno azotisado: á este ultimo parece deberse el principio de fiebres remitentes é intermitentes i de las dlsinlerias biliosas pútridas que reinan casi siem- pre en los países pantanosos ó cubiertos de aguas estan- cadas. Las aguas de los rios corrérnosos son las mas sa- ludables, pues selo contienen carbonate de cal i algunis veces poco sulfate calcáreo i raras veces muríate de .-osa ó carbonate de potasa. La buena ó nula cualidad de las aguas depende principal- mente de la naturaleza del terreno por donde corren. Las que vienen por un suelo calcáreo, acarrean, grandes can- tidades de carbonate de cal, i son las que dan lug r á las concresiones i petrificaciones i estalacticas. (b) Estas a¿i:as i (ti) Ierlu (¡ne se cria en el fondo del mar. (//) Piedras formadas en lo alio de las cuevas en forma b estaturas, columnas ele, i3C las que tienen sulfate calcáreo son pesadas» de un sabor fas- tidioso terroso i crudo; con dificultad hierven, no disuel- ven el jabón, sino lo cuajan, i enduresen las legumbres en lugar de cocerlas. Estas son las aguas minerales llama- das duras i crudas, porque hacen sentir en el estomago una pesantes mui incomoda. Las aguas de lluvias recojidas en tiempos que no sean borrascosos, i se hallen lejos de las habitaciones de los hombres, i de los animales, i recibidas en vacijas de tier- ra ó de piedra arenisca, ó en cisternas hedías de estas ma- terias, ó de otras insolubles, son las mejores i las mas pu- ras de todas, porque ellas han sido purificadas por una es- pecie de destilación natural. Las aguas que corren por ter- renos arenosos ó cascajosos i que están á un aire libre son buenas: mas no lo son lasque paflm por donde hai gre-r da, yeso ó marmol: también deben despreciarse las que salen de las cavidades subterráneas en donde hai minas, vetumenes, etc. • Es mui peligroso servirse para las cañerías de tubos de cobre ó de plomo, por que estos metales comunican cua- lidades venenosas al agua; nada de esto sucede formando las cañerías de piedras duras, de fierro, de madera ó de caños de tierra cocida, (como los que trabajan en nuestros tejares.) También es mui peligroso guardar la agua en vacijas de cobre ó plomo; lo misino que el vino, lico» res accidos i dulces de almíbar de frutas acidas. Podríamos citar muchos ejemplos, de jeníes envenenadas por esle medio I solo referiré, que dos Señoras se han visto casi á la muerte por haber lomado chocolate, que había estado guardado por una hora en una olleía de cobre. Omito referir iguales ejemplares de jentes enve- nenadas por haber bebido chicha i lomado alimentos particularmente mui grasosos qne se hablan guardado en harijas de cobre. Seria mui útil que no se hiciese uso domestico de ninguna b¿¡cija de cobre i de plomo, ¡ que en los hospitales, casas de caridad, i cuarteles no se les cocinase en fondos i ollas de cobre aunque estén estañadas.) Nada contribuye mas á la conservación de la salud de uia población que ti uso de buenas agu;ts, i nada es t37 mas capaz de alterar la sanidad, q^ue aquellas que posen malas cualidades. Los Romanos no evitaban ni gastos, ni penas para procurarse aguas sanas. Asi- es que cuan- do Un pais no las tenía las hacian venir de lejos por medio de conductos qpe construían á grandes gastos. (Es de desearse que el gobierno colombiano se ocupe de este objeto tan interesante, principalmente en a- quellos pueblos en que por falla de aguas buenas, hacen usar desde la infancia como bebida ordinaria la • chicha, el guarapo, el aguardiente i otros lico- res fermentados, los que perjudican de dos modos} primero, por su cualidad enebriante; i segundo por la cualidad del agua en que se trabajan, la que les comu- nica sus cualidades dañosas. No diré .nada de los per- juicios que ocasionan en el orden moral, me basta solo decir, que sino se ponen diques al escesivo uso de las bebidas fermentadas, nuestra despoblación se aumentará cada dia mas, i los pocos habitantes que ocupan nuestras tier- ras, serán otras tantas bestias en sus constumbres. Conclu- iré diciendo, que es un dolor que los pueblos de Fonti- bon, Engativa iFunza, beban aguas tan malas, pudiemlo tener de las de esta ciudad, á mui poca costa. La mejor agua para beber es la mas lijera : lo que se conoce por el areómetro, instrumento que sirve para co- nocer el peso respectivo de los liquidos. Cuando no pue- de hacerse uso de esle instrumento se conoce la lijere- sa del agua, por que no causa pesantes en el estomago. Ademas debe ser la agua clara, limpia, sin color, sin olor, sin sabor i agradable al gusto; debe calentarse i enfriarse prontamente; las legunbres deben cocerse i a- blandarse con mucha facilidad i el jabón debe disolverse con prontitud, pues si se cuaja, como dicen nuestras (aban- deras, (es señal de que el agua es mui mala.) Se conoce que una agua es buena cuando á las ori- llas del rio ó quebrada no crecen juncos, ni otras plan- tas acuáticas; cuando sale de su orijéh clara i limpia i que corre por lugares arenosos ó cascajosos, 'sin que en ellos se observe lama ó sedimento. Su salubridad la confirma, la buena salud de los que la beben, i la fuerza i vigor de los anímales i plantas del país, Asi es que 138 cuando se ve que los habitantes de un cantón tienen sus ojos i dientes sanos, i que no padecen enfermedades de la piel, (como sarna, herpes, etc.) se jusga que be- ben buenas aguas. Estas siempre participan de las cua- lidades del aire, pues jamas es mal sano en los paises en que hai buenas aguas. * Las aguas de los posos i todas las que son duras i cru- das, no producen cólicos, si después de haberlas hecho herbir, se les pone al aire en vasijas grandes i con mu- " cha boca, á lo menos por a4 horas. Asi preparadas les queda una virtud ligeramente purgante, la que se le quita filtrándolas pos areua. Para esto se toma un to- nel, mucura ü olla desfondada (vulgo desculada) i se le coloca encima otra aujereada i mas larga i menos ancha. Esta olla se llena de arena mucho mas de la mitad, i la que esta abajo, hasta la mitad. Esta ultima se colo- ca sobre una olía vacia. Se echa la agua . en la primera i viene á caer en la tercera, de la que se saca para guardarla, (a) Cuando no se puede conseguir hacer esta operación se mésela á la agua un poco de vino, vinagre ó aguardiente de el que se llama de España, ó del que se destila en nuestros lugares. Se pondrá mas pura la agua, si antes de hacer esta mésela, se pone d hervir, La destilación es el medio mas seguro para desem- barasarse el agua, de las materias eslrañas, pues conella se consigue quitarla á el agua del mar i hacerla potable. La naturaleza ha repartido los animales con tanta pro- fusión, en ti aire, la tierra, los mares i rios. Los cuerpos animados, los licores accidos, los líquidos están todos lle- nos de insectos, de que no esta libre la agua mas pura Estos insectos i sus huevos dañan las aguas que se con- servan en los toneles en los barcos. Al principio sé pone espesa susia i de mal gusto i olor, el que se aumenta á proporción que hace progresos la fermenta- ción. Sesando egta, los cuerpos eslranos se precipitan al fondo de los toneles, i la agua vuelve a ser dulce i clara, lo que sucede ordinariamente a las a4 horas. Para preservar la agua de la corrupción es preciso (a) En Cuchita filtran sus malas aguas, por unas piedras mui porosas de que fiasen Moyas, i39 limpiarlos toneles" ó vasijas con arena, i frotarlos con carbón molido. Después á cada tonel regular se le e- chande seis á ocho libras de polvo de carbón,i la can- tidad suficiente de accido sulfúrico, para darle á la agua un agrio agradable; se menea el carbón de cuando en cuando, para que se mésele con la agua. Cuando se quiera beber se cuela por una tela fina, en que se ha- ya roseado Un poco de carbón. Cuando se quiere quitarle la corrupción á la agua, se va echando poco á poco en el tonel polvo de carbón, has- ta que no se perciba mal color en la agua; se cuela des- pués por una tela para ver si pasa clara, i si no lo esta, se le echa mas carbón hasta que se le quite lo tur vio. Si hai acido sulfúrico, se le echa al tonel antes de echar, el carbón. Si la agua se destina á cocer alimentos, se puede substituir el espirita de sal. en lugar del accido sulfúrico. De cinco á seis minutos pueden gastarse en estas ope- raciones. r El carbón que se ha de usar no ha de contener ningunas se- msas, m tampoco sustancias grasas, i ha de haber estado al a- bngodclos vapores inflamables. El carbón puede volver á servir para el mismo uso, poniéndolo al fuego en vasi- jas serradas i volviéndolo á moler. La agua fresca, humedese, desaltera ¡ refresca; dato- no al estomago, el que lo comunica á todo el sistema; ayuda la digestión, prepara un vechiculo necesario á los hu- mores, disuélvelas materias excrementicias ¡ sale con ellas Íuera del cuerpo. Los bebedores de agua comen mucho, ordinariamente dijíeren bien, i llegan á una gran vejez, esentos de aquellas enfermedades, á las cuales están suje- tos Jos otros hombres. El uso de esta bebida que la naturalesa ha destinado á las necesidades i á todas las constituciones, posé la mayor parte de las virtudes medi- cinales, según, los grados de temperatura que se le han fiado, por lo cual ha merecido el nombre de remedio universal, por que casi en todas las enfermedades se le emplea utilmente, i contribuie junto con la dieta conveniente á curar muchas; ella forma la base de las bebidas medicinales, de las unturas, de los cori .'ieolos i -lemas preparaciones de botica. 14o Sucede con la agua lo que con las demás cosas, que ty se usa de ella sobriamente no daña; i perjudica si se abusa de ella. Asi Hipócrates ha dicho, que el abuso de la agua produse hidropesía. El dolor de costado (pleuresía) i la pulmo- nía (perineumonía) se producen, cuando estando el cuerpo ca- loroso, se toma agua fría. Esta es una de las prinoipales causas de las enfermedades que hasen destrosos en los ejércitos, en los campos i entre los artesanos. Estas se cvitariaifri se tomará la precaución de refrescarse un poco descansando del trabajo para poder beber. La agua fría dice Hipócrates no conviene en la tus é inflamación del pecho; ni en la calentura, cuando el enfermo tiene los pies fríos. Es mui utíl en las afecciones biliosas, en los grandes dolores de cabeza i en los espasmos. Es muí per- judicial á la digestión, beber agua á poco rato de haber comido. También es mui dañoso hacer uso habitual de agua tibia, i de infusiones theiformes, pues ponen en iner- sia los órganos digestivos, disuelven i arrastran el moco que tapisa interiormente el estomago i las tripas, cuyos nervios ponen al descubierto, exitandose su sensibilidad por los alimentos i bebidas, De esto resultan las malas digestiones, las vinagreras, los ardores do estomago, las fatigas; i sostenida la irritacion.de los nervios, causan cKÍermcdad^es de todo jénero, que resisten los mejores re- medios. "El Asia (continua Hipócrates) se distingue de la Europa, especialmente por la naturaleza de los hombres i las plan- las: todas las cosas que nacen en la Asia son mas gran- des i hermosas que en Europa : su clima es mas templa- do, mas benignas i cultas las costumbres de los hombres, . por* el buen temple de sus estaciones: esta situada al medio día del oriente i distante i-gualmentc del frió gran- de i dri calor: se sabe qne ninguna cosa contribuye mas a la bondad, i aumento de las cosas que nacen en un pais, nue e". buen temple del aire, i en el que no domina en estremo cualidad alguna. JSo se crea que el Asia es igualmente templada por todas partes. "La'parte. de Asia que esta situada entre el frío i el calor (de esta es de la que se trata) es la mas abundante de toda especie de frutos; esta cubierta de arboles, goza de i4t un aire cxelente, i esta regada suficientemente por las lluvias; tiene también aguas de fuentes. No está quemada por el calor, ni seca per falta de aguas, ni tampoco escabrosa por el frió, sino moderadamente cálidu por los vientos del medio dia, húmedos i frescos, por las fuentes, lluvias i nieves, de modo que todos sus frutos son perfectamente buenos, Unto los que produce naturalmente la tierra, como los que plantean i cultivan los hombres para sus alimentos, haciendo que de agrestes se vuelvan suaves i domésticos, trasplantándolos para su comodidad. Es buena para los ganados; están bien alimentados, son fecundos, i se crian con facib/lad. Los hombres están bien constituidos Son grandes i hermosos; en cuanto á «u talla i voz, seles encu- entra mui poca diferencia, de modo que se puede asegurar, que se aproxima mas este clima que otro alguno á la constitu- ción mas natural i favorable al hombre;pero también es impo ■ sible que la fuerza, el animo, vigor i paciencia en los trabajos acompañen á estas constituciones, como ni tampoco un amor constante por la^pisma especie a otra diferente; están siem- pre arrastradas por los vicios viniendo, de aquí tanta diversidad de monstruos, principalmente en las bestias. Sucede lo mismo en Livia i el Ejipto. La Asia es la primer patria del hombre, i la cuna de las ciencias i de las artes. Los pueblos mas antiguos, son los de los continentes; las penínsulas son de una época inter- media, i los mas modernos de todos, son los insulares. La Asia siendo la mas elevada de los continentes por sus emi- nencias, convejas i piramidales, ha sido la primera que se ha avandonauo á causa de las aguas que cubrían otras veces él glovo entero: ella ha sido la primera que han habitado los nombres. Sus colonias han vivificado después el centro de la África; i en fin su población ha debido estenderse progresivamente á la Europa, mucho tiempo después á la América i en tiempos mas modernos á las tierras australes. Esta doctrina de Hipócrates se funda en que una tem- peratura suave é igual, produce necesariamente la indolen- cia í la pereza. ftsia indolencia jamas hace liga con el jenio, ni la pereza con la invención. Es necesario un ciclo variable, para variar las ideas, i darles aquella vida que hace salir á la luz los descubrimientos. Los Asiáticos 142 enervados por la temperatura constante de las estaciones, se debilitan aun mas por la ociosidad que trae consigo la a- bundancía, i asi es que ellos pierden, con las fuerzas del cuerno, el valor del alma i la fuerza del espíritu. No miran nada fuera de lo que han visto establecido, i conser- van sus antiguas costumbres i sus primitivos usos; ellos soportan un yugo de fierro sin murmuración, como si ellos ' contemplasen el mas bello cielo, con. indiferencia. . No su- cede esto en los paises escabrosos, en donde el hombre tiene que; luchar contra un suelo estéril, é ingrato; aqui es donde la industria nace de la necesidad. Lo mismo se observa entre los animales, entre los que s% ve que los que tienen abundante nutrimento son estupidos, i peresosos; ob- servándose lo contrario en otros, como el lovo i el zorro que fivende rapiña, ios que son valientes i de mucha intelíjencía; la necesidad les hace oponer la astucia a las precauciones. Si la industria se debe á cierta conformación de órganos, tanto en el hombre, como en los animales, los obstáculos son los que la desenvuelven. 0 Los asiáticos cuya sensibilidad esta exitada sin sesar, tie- nen una imajinacion extremadamente viva i exaltada; mas ellos no conocen regla alguna; las espresiones mas desme- didas les parecen débiles para esplicar sus sentimientos; Las pinturas i esculturas de sus artífices, lo mismo que las alegorias i figuras exajeradas de sus poetas, manifi- estan el desarreglo de su imajinacion, la que los hace superar á los unos i á los otros, los límites del sen- tido común, sin el cual nada puede pensars^ ni decirse que no sea monstruoso. La producion de monstruos deben atribuirse al clima, pues la nesesidad urgente del placer en los animales que se reúnen por la escases de aguas en los solos lugares en que las hai, no las deja elejir á los de su especie para su propagación. "Los que habitan á la derecha del oriente de eslió hasta la laguna Mcolis(estos son los limites de la Europa i de la Asia) se diferencian entre si mas que los que acaba- mos de decir, por las frecuentes mutaciones de los tiem- pos, i la naturaleza del pais; porqueaqui es diferente, lo mis- mo que la de los hombres, según que las estaciones están suje- tas a cambios; 1 en cua'qu-cra parte que sean mas i'43 frecuentes i sensibles, el pais sera mas desigual i salvaje; se hallarán montañas, selvas, praderas i llanos; i serán en todas partes mas iguales los paises en donde son poco sensibles. En cuanto á los hombres, sucede lo mismo si se considera con cuidado; en unos su naturaleza es la mis- ma que la #de Jas montañas, de las selvas i de los lugares áridos; en otros es semejante á las de las tierras lijeras i húmedas; en estos es la misma que la de los paises en donde hai praderas i lagunas; en aquellos se reconoce la naturaleza de las llanuras i lugares descampados i secos, por. que las variedades de las estaciones que mudan la natura- leza de las cosas, son muchas i grandes, i siendo tan di- versas entre si, no son menos los efectos que las producen. No hablare de las naciones en que se encuentra poca dife- rencia; diré solo de las diferencias mas sensibles, sea por naturaleza ó de costumbre i empesare por los pueblos lla- mados Macrosefalos. Se llaman asi á estos pueblos, porque sus habitantes tie- nen la cabaza mui larga, de modo, que no se encuentra pueblo alguno en donde las jenles tenga la cabeza como ellos: la costumbre fue causa de esta particularidad en los principios, i la naturaleza ha conspirado después con la cos- tumbre. Creyan eslos pueblos que los que tienen mas larga la cabeza, son los mas valientes; por esta razón lue- go que nacia un niño, i mientras que» aun estaba su ca- beza tierna, la apretaban con las manos, i alargándola cuan- to era posible, con vendas i otros instrumentos, la faja- ban de modo, que no podia crecer sino á lo largo. Pu- do tanto la costumbre que se hiso poco á poco la r.a na- turaleza tan fuerte con el tiempo, que no nubo ya nece- sidad del socorro de la costumbre, .vi como la semilla (ó semen) viene" de todas las partes del cuerpo^ i participa igualmente de la sanidad i enfermedades, de modo que de calvos se enjendran calvos, de ojos garios vienen ojos garzos, de viscos vienen viscos i asi de las demás conju- raciones del cuerpo ¿Porque no habrán de venir niños de cabeza larga, de padres de la misma configuración .' Verdad es que en el dia no nacen con ella, habiendo de- jado por neglijencia su primera costumbre, i que trabaja «44 poco k poco la naturaleza para tomar su primera forma. Tal as mi parecer. Hablare de los que habitan lo largo del Faso, (b) Esle pais es senagoso, caliente i húmedo i cubierto: llueve fuer- temente en todos tiempos; sus habitantes viven en las lagunas, en donde fabrican sus casas de madera i cañas; rara ves van á las ciudades i mercados, pero corren acá i alia en pequeñas barcas, hechas de troncos de arbo- les, i de los que se sirven para los canales que tienen en grande numero. Beben aguas calientes estancadas, cor- rompidas por el sol i aumentadas con las lluvias* Aun el mismo Faso es el mas estancado de los rios, por que su corriente es la mas lenta i tranquila. Las frutas que comen son imperfectas, sin jugo ni sustancia, no permi- tiéndoles crecer, nd madurar, la humedad escesiva, que vuelve mui espeso i grosero el aire de este clima. El conjunto de estas cosas hace que los habitantes de Faso sean por su figura mui diferentes de los demás hombres: son escesivamente mui grandes i corpulentos, sin que se les descubran venas, ni tendones; pálidos i amarillos como los que están ictéricos, de una vos grueza i áspera, á cau- sa de lo grosero i húmedo del airé, i mui torpes i pere- sosos para el trabajo. Las mutaciones no son sensibles, por el frío, ni por el calor: todos los vientos son del medio dia, á escepcion de uno particular que se llama, Cenchon, mui violento algunas veces i siempre mui in- comodo por el calor. El del norte casi no llega á ellos, i si llega es tan lánguida i débilmente, que casi no se sien- te. Esto es lo mas notable sobre la naturaleza de los ha- bitantes del Asia i Europa. Las causas de que los de la Asia sean mas timidos, afe- minados, débiles i de costumbres mas suaves que los Eu- ropeos, debe atribuirse especialmente á las estaciones que jamas pasan de un frío grande' á un grande calor, per- maneciendo siempre iguales, por lo que sus espíritus no es- perimentan grandes movimientos, ni les cuerpos mutacio- nes mui violentas, cosas que escitan las pasiones, los hacen vivos i animosos, no pudiendo suceder esto á Jq§ que i^bjRio celebre del Asia, llamado hoi Riona b Faz . '4* habitan un clima en donde reina la igualdad. Estas mu- taciones exitan mas el alma, que ninguna otra cosa, sin dejar un instante solo de quietud. Amas de todas estas ra- zones, que m% parecen mni verosimiles, hai también las de la costumbre. En Europa, cerca de la laguna Meotís, hai una nación Scithia diferente de todas las demás, llamada los Sauro- matas; (a) las mujeres montan a caballo usan del arco, i despiden sus zaetas mientras son doncellas, i no pueden casarse, ni cohabitar con sus maridos, sin haber muerto tres de sus enemigos i haber hecho el sacri- ficio ordenado por su lei. La que se casa está ya dispen- sada de mentar & caballo, i de ir á la guerra, á menos de no hallarse precisado el pais á tomar las armas por una grande necesidad. Solo tienen ¿1 pecho isqujerdo, por- que cuando niñas (e) tienen sus madres un cuidado gran* de en quemarles el derecho con un instrumento hecho para este fin, de modo que no pudiendo crecer este pecho, tada la fuerza i vigor vá á la espalda i brazo derecho. Los demás Scithas son semejantes entre si i en nada se parecen á los otros pueblos. Sucede lo mismo á los Egipcios, á escepcion de que estos están mui debilita- dos por el grande calor i los Schitas comprimidos por el frío exesivo. Lo que se llama desierto de la Scithia es una vasta llanura del todo descubierta, abundante de praderas, regadas de muchas fuentes i arroyos: tie- ne también grandes ríos en los que se descargan por ca- nales las aguas de los llanos. Este es el país de los Schitas, llamados Nómades por- que no tienen casa alguna, i habitan en carros de cuatro ruedas los mas pequeños, i de seis los restantes, pero todos cubiertos, hechos i formados á modo de ca- sas que tienen tres altos, i les defienden de la violen- cia de los vientos, nieves i lluvias. Estos carros son lle- (a) Hipócrates hablaba sin duda de los lugares que hoi sé lla- man la Polonia, la Rusia de Europa, i la Tartaria. La Scithia es leparte septentrional del Asia llamada hoi, la Tartaria grande* (n) Aquí está reducida la famosa historia de las Arnasonai, i*6 vados por dos ó tres pares de bueyes mochos i causa del exesivo rigor del frío: viven las mujeres en estos carros i van los hombres á caballo siguiendo sus ganados: permanecen en un mismo ugar mientras tienen pasto sufi- ciente, i marchan cuaudo ya lo han consumido : ellos comen carnes cocidas, beben leche de yegua, de la que hacen tam- bién queso, que llaman hippace. No se encuentra otro país menos fecundo i en donde haya menos animales i mas pequeños: está situado entre los montes Rífeos i bajo la osa, en donde corren los vientos boreales perpetuos. El sol no te acerca hasta el fin del solsticio del estio i en- tonces calienta poco tiempo: los vientos cálidos llegan rara vez á ellos i con poca fuerza; pero los que vienen de la osa siempre son fríos i condensados por las nie- ves, hielos i lluvias, i corriendo continuamente haeen in- habitables estas montañas: viven siempre en lugares hú- medos i en un aire grocero i nebuloso.' Es perpetuo el invierno, no durando el estio sino mui pocos dias i aun estos con poca actividad:' sus llanos están rasos, i descubiertos sis defensa de montañas i enteramente espuestos al norte. Los animales que allí nacen son mui pequeños i como proporcionados á meterse debajo de tierra» á causa del grande frío i de lo descubierto de la tierra en la cual no en- cuentran abrigo alguno. Las estaciones no esperimentan variación grande i sensible : son sieihpre mui iguales ó poco inconstantes, por cuya razón se parecen todos sus habitantes: sea en invierno ó verano, siempre usan del mismo alimento ó vestido ; respiran un aire espeso i hu- ' medo ; no beben sino aguas de nieve i hielo ; no tienen fuerza ni acitividad, siendo imposible que la haya en el cuerpo^ i en el animo; en un clima que no está sujeto á variaciones considerables. El conjunto de estas cosas hacen que sean gordos i carnosos ; que tengan fio-' jas i húmedas sus articulaciones ; i que los vientres supe- riores é inferiores estén siempre llenos de humores, espe- cialmente el vientre inferior, no siendo imposible que se receque en un, clima de semejante naturaleza, i en hombres de semejante temperamento. Esta masa de carne i gordura de que están cargados, los hace* a .todos tan semejantes, que un hombre casi no se di:1'; - i<7 gue de otro, ni una mujer de otra ; viene esto también «n parte de la igualdad de las estaciones qué* no producen alteración, ni variación alguna en la semilla, á no ser por alguna enfermedad ó accidente muí raro i violento. La mayor parte de los Schitas según refiere Hipócrates se cauterísan las espaldas, los brasos, las articulaciones de las manos, el pecho, las piernas i los lomos, para con- sumir las serocidades superabundantes del cuerpo. Por esto se vé que la cauterización es un remedio antiguo,i que no se puede mirar como un descubrimiento de la medicina moderna. Los Eschitas estaban sujetos según Hipócrates, á una im- potencia para la jerenacion. Estos se creyan cambiados en mujeres por la voluntad de los dioses; i se les llamaban afeminados, porque usaban de los mismos vestidos i ofi- cios que las mujeres. El pueblo superticíoso creyendo que este mal les venia de los dioses, los veneraban. Hipó- crates pensaba que dependía de las muchas sangrías que se daban de las venas de detras de las orejas para curarse de las fluxiones en ías junturas, cuya incomodidad atri- buya él á que andaban siempre á caballo. ( Esta opi- nión sobre la causa de la impotencia la repite en su li- bro de jeneracion i en el de lugares en el hombre. Vesa- Uoen el libro 5. cap. 7, o hace una descripciAi del orijen progreso i terminación délas venas deque habla Hipócrates.) Todos los otros Europeos son mui diferentes entre ellos, ya por su estatura, i ya por su semblante, á causa de las grandes mudansas de estaciones, que son mui frecuentes entre ellos por loque tienen grandes inviernos, estios inso- portables, grandes lluvias i mui grandes securas i grandes vien- tos que producen mutaciones considerables ; i estas causan esta diferencia en la jenerjeion por la gran variedad de su semilla, que no siempre es la misma en el hombre, siendo diversa en el invierno, que en el ve- rano, i diversa durante la secura, que durante las nieves Esta es la razón por la cual pienso, que los Asiáticos se parecen entre si ñas, que los Europeos. En los pai- ses sujetes i frecuentes mutaciones estacionales, sobrevie- ne mayor alteración en la semilla que en los que tienen casi siempre igualas las estaciones. De aqui la diferencia de lis tonstumbres, la rusticidad, ferocidad i audacia, e- 148 fectos «de los primeros temperamentos, porque las frecuen» les alteraciones de los espíritus enjendran la ferocidad i la audacia, i destruyen la benignidad i mansedum- bre. Asi jusgo que los Europeos son mas animosos que los Asiáticos, porque la igualdad de estaciones enjendra la pereza, i su variación ejercita el cuerpo i el espirítu i los inclina al trabajo ; de Ja decidía nace la ociosidad i pereza, i el valor se alimenta con la acción i ejerci- cio, Por esta razón los Europeos son mas guerreros que los Asiáticos, El gobierno tiene mucha parte en esto. Íiorque los Europeos no están sometidos á reyes como os Asiáticos; pues donde mandan reyes los pueblos sou viles i cobardes; ellos son esclavos en cuanto al pensa- miento i no se esponen voluntarios á Jos peligros poro- tros, Los Europeos son libres ; i asi es que se esponen valientemente á los peligros por su propia voluntad; ellos tienen toda la gloria de las victorias porque consiguen i re- cojen solos sus frutos* Veis aqui como la cobardía i la valentía son en gran parte los efectos del gobierno. ( En tiempo de Hipócrates había pocos reyes en la Eu- ropa occidental. El Dr. Serrano traductor de las obras del celebré Guillermo Rowley suprimió el testo de Hi- pócrates, en^que demuestra que tos gobiernos tienen una verdadera influencia, sobre el carácter i constumbres de los pueblos, pues este temía que en las obras de medicina, se difundiesen en la América las ideas de la libertad i el odio k los gobiernos absolutos. La doc- • trica que acabábamos oe esponer ha servido de bace k los principios que el inmortal Montesquieu á desemvuelto en su obra, «obre el espíritu de las leyes. Los progre- sos que en este siglo se han hecho en' esta materia, se le dt;ben k la medicina por medio de su fundador.) Se pue- de comparar la acción del gobierno sobre los pueblos, á los efectos que produce la cultura sobre los arboles. Si estos no dan loa mismos frutos aunque de la misma es- pecie i viviendo en el mismo terrxno i bíjo el mismo cielo; esta diferencia depende enfPamente de la cultura. Esto mismo sucede con respecto al gobierno i á Jas naciones ; él obra sobre ellas los mismos efectos que U mano del colimador produce sobre los vejetales. i49 Ésta es la razón por la cual ciertos pueblos han deje* nerado tanto de su antiguo esplendor, mientras que otros después de haber reconquistado la libertad que ellos habian perdido bajo los reyes, han venido á darse un gobierno que les asegura, la seguridad i felicidad. Hai en Europa naciones "diferentes por el talle, la figura, i las cualidades del alma; pero las causas de es- tas diferencias vienen de las razones que ya hé dado mas arriba i yo voi hacerlas entender mas claramente. To- dos aquellos que habitan un pais montañoso rudo i seco, están sujetos k cambios considerables; ellos son por con- siguiente mas grandes, mas activos i mas valerosos. I es- tas suertes de temperamentos, no pueden dejar de ser du- ros i feroces. Las montañeses, respiran un aire mui puro, oxijenado i eléctrico; ellos tienen por consiguiente la sangre ca- liente, mucha fuerza i vigor. Pero lo que contribuye mas pa- ra haeerlos ajiles i fuertes, es el habito de los trabajos i tos cambios frecuentes i duros de la temperatura, que tienen lugar en las diferentes estaciones del año, i á los cuales sus cuerpos se habitúan desde lo mas tierno de su juventud; de suerte que ellos soporj/n sin incomodi- . dad el choque de los vientos contrarios, el rechaso de la acción de fuera hacia dentro i su reíleccion del centro . á la circunferencia; i estas diversas determinaciones se crusan comunmente i se precipitan. Estas causas forti- ican poderosamente los cuerpos, i favorecen su crecimiento mientras mas activos son los órganos mas se desenvuel- ven, i adquieren mas vigor ; no es pues de admirar, que en semejantes paises sean los hombres mas grandes i vigo- rosos, pillos son valerosos porque ellos tienen el sentl- mientolle sus fuerzas. Ellos son duros i feroces, porque los trabajos penosos i duros, á los cuales ellos se han visto forsados á entregarse para subsistir en un suelo in- grato i árido, los alejan del comercio de los hombres políticos i civílisados; ellos pues no han tenido el cui- dado de cultivar las siencias i las bellas artes, que dulci- fican i temperan las constumbres salvajes i la dureza na- tural del hombre. iSo La observación prueba que en jeneral la indolencia i la servidumbre habitan en los paises llanos i que las mon- tañas son la verdadera patria de la enerjia i de la liber- tad. La mayor parte de los pueblos antiguos i moder- nos que han desplegado una grande actividad, eran mon- ticulas. Los Asirios cuyas conquistas se eslendian desde el Indo hasta el Mediterráneo; los Caldeos, los Persas de Ciro, ios Maredonios, todos hahitavan en los montes. En los tiempos medernos, los pueblos mas, enerjicos libres ó difisiies^e someterse, son los Suisos, los Escoseses los Mi- guelcles, los habitantes deCebennes. ( En Colombia los An- daquíes, los del Darien i otra multitud de pueblos que aun no se han sometido al gobierno antiguo, ni al de la Rea ' publica. Los Pastusos han dado ejemplo de su estraordi- naria enerjia parí resistirá las armas de los «independien- tes. No obstante algunas causas morales pueden dar algu- na influensia á los nabitantes de las llanuras i volverlos conquistadores. Esta verdad la testifica Colombia con los brabos militares de los llanos de Apure i Casanare. De los tiempos antiguos se pueden citar los Árabes i los Tarta- ros, cuyos brazos invencibles han llevado á lo lejos, el fue- go de la guerra repartiendo, no la libertad é igualdad como los Colombianos, sino la esclavitud, el terror i la deso- • lacion. )Aquellos que viven en paises bajos, ahogados i' llenos de praderas, • mas sujetos á los vientos calidos i á. los fríos, í ^que solo tienen aguas callentes, son . gruesos carnosos, mas negros que blancos, tienen pelo negro, me- nos fiema que colera, menos fuerza i animo. que los prh meros, á menos que la costumbre no les de las cualidades .de que carecen por naturaleza. Si en estos paises se en- cuentran ríos grandes en donde las aguas estancadas i de lluvia puedan descargarse, son muí fuertes i de buen sem- blante; pero sino tienen rio i se hallan precisados á beber aguas estancadas i fétidas, necesariamente han de tener el vientre i el vaso mal dispuestos. Los habitantes de este pais tienen una constitucipn tal, que las fuerzas i los movimientos son dirijidos casi sin ce- sar al órgano esterier por la acción de los vientos calidos que allí reinan, i las aguas calientes de que hacen uso. Los que habitan un pais elevado, descubierto, espuesto i5i á los vientos, en donde hai abundancia de águás, son gran- des i casi todos semejantes, pero tienen menos valor i mas mansedumbre.' La razón porque ellos son grandes i derechos', es porque las fuerzas i la acción están Igualmente repartidas i en las Íroporciones aonvenientes en todas las partes del sistema. •a dulsura de su carácter se debe á la igualdad i á la cle- mencia de las estaciones; i también porque la fertilidad de su paíf no exije un trabajo penoso i .v>nt ^iio para culti- var la tierra i Sostener la vida. Los ^uubios que no espe- rimentan una sucesión rápida en sus temperaturas, no su- fren frecuentes i violentas conmociones en el epigastrio i cerebro que son las que disponen á las pasiones fuertes i violentas. Se ha observado que estos pueblos son de los que' han tenido las costumbres mas dulces, i los que han mostrado mas humanidad, (Aesla especial influencia física sobre lo moral debe atribuirse el carácter dulce apasible i humano de los habitantes de las provincias del centro de la antigua Nueva Granada i particularmente la de los de ' la ciudad de Sanlafé de Bogotá, quienes en los dias de la revolución del 20 de julio de 1810 i en los funes- tos días de anarquía en que se han visto eqvueltos sus mo-. radores, han comprobado esta observación hecha desde el tiempo del divino Hipócrates.) Los que habitan en paises descampados, rrifcgros i secos, i que esperimentan grandes mutaciones tienen el cuerpo duro, robusto, son mas amarillos que negros i son arru- gantes, eolericos, pertinaces i caprichudos. ( La época en que escribo no me permite citar ejemplos, que el lector pon- drá. Lo único que diré con el autor es, que los que viven en. los lugares cuya temperatura no es mui escesiva i mui varia, tienen el color amarillo. En la especie hu- mana este color es el intermedi^P^itre el negro i el blanco que es el propio de los paises mui calidos. En donde se esperimentan variaciones estacionales muí frecuentes i diversas, se encuentranJiombres de uua figura mui diferente, i que en nada se parecen en complexión. i constumbres. Hipócrates habla aqui de un pueblo que habjtauna grande esien.M'on de país, cuyo suelo, estaciones, aguas i pruducciones i5s alimenticias,) no son las mismas en todos los puntos. Los efectos que producen estas causas desemejantes so- bre una grande -nación deben ser bien diferentes relati- vamente á las localidades del pais cu que se habita. (El ejemplo lo tenemos en Colombia en los tres depare tamentos de que se compone la República. ) Esto depende primero de que Jos temperamentos no son los mismos; segundo de las produciones del suelo i de las águls de que hacen uso. Se «ota casi siempre que las formas las constumbres de los hombres son análogas á la natura- leza del pais qne ellos habitan. En todos los lugares en don- de la tierra es grueza, blanda, i agua noza, las aguas están tam- poco profundas, que, aparecen calientes en el estio, i frías en el invierno, i las estaciones mui templadas, los hom- bres son mui carnosos, pesados, sin fuerza ni vigor, co- munmente mui malignos, solo piensan en dormir; son Ja misma desidia i pereza, i no tienen habilidad, ni des- tresa para las artes. Las personas de quien habla aqui Hipócrates son inú- tiles para las artes, por el defecto de una tensión cons- tante en el epigastrio que es absolutamente nesesaria para los trabajos del -espíritu. Y por que el cerebro estando en- papado en una gran cuantidad de serosidades, está sin fue* go i sin resorte. En los paises desnudos , abiertos i ásperos i en los que se sienten los rigores del invierno, i los ardores del estio se hallarán hombres decarnados i belludos, vigorosos, ro- bustos, vijilanles, laboriosos, arrogantes, tenaces, mas fero- ses que mansos, propios para las arles i como nacidos para la guerra. En una palabra, todo producto participa de las cualida- des de la tierra que lejtoroduce. Después de esta es- plicacion de las diferencíenlas, grandes qne se hallan en- tre los hombres por su figura i temperamento, se podran sacar las consecuencias esactas para llegar con seguridad al conocimiento de todts aquellas de qne yo no he hablado. Se vé en la constitución de los pueblos de que se aca- ba de hablar "los efectos de la fuerza i de la rijides de la fibra, que no. permiten k los humores muersos i piluito- 153 sos acumularse en sus intenidos, en las cavidades del cuerpo i las arlicuaciones ó coyunturas. La rejion epi- gástrica recibe i vuelve á enviar libremente el esfuerzo de la acción de las diferentes partes i el cerebro goza de una grande enerjia. De aqui viene que los habitantes de estos paises son aptos para los trabajos del cuerpo i del espíritu, i que como sufren los rigores del invierno i los ardores del estio son mui fuertes i vi- gorosos ; ellos tienen valor, aptitud para las artes i todas las cualidades necesarias para formar losguereros, (a) Esta doctri- na la debe tener presente el gobierno i los jefes militares para los reclutas que deben servir en el ejercito permanente.) Resulta de todo lo que se ha dicho, que las cualidades físi- cas i morales de que se compone elcaractér i el espíritu de las naciones, están en una estrecha dependencia de los lugares que ellas habitan, del aire qué respiran, de las es- taciones que esperimentan, de los alimentos i de las aguas de que hacen uso, del culto i del gobierno bajo los cuales ellas viven: es á la influencia mas órnenos grande de estas causas, que deben atribuirse las diferencias tan sensibles que se encuentran, no tan solamente entre los pue- blos, sino aun entré los individuos de las mismas sociedades. Leído con atención este capitulo, que es tomado casi todo del libro de Hipócrates del aire, aguas i lugares, cualesquiera comparando los lugares de que el habla, con los que habita el que lea, podra conjeturar la sanidad, el clima, la naturaleza de sus aguas, de sus alimentos, de sus costumbres, de sus enfermedades etc. Guiado por es- tos conocimientos podra aplicar los preceptos dados en es- ta obra, para conservar la salud, alargar la vida i evitar las enfermedades. CAPILULO 7.0 De las cosas que se aplican á la superficie del cuerpo. Los vestidos, las friegas, los baños, las lociones, son las cosas que principalmente se aplican á la superficie del (a) Pero debe atenderse con el celebre Aubert, que para conocer al hombre, es preciso buscarle en el jilma, i no en ios órganos materiales de su masa corporal, T • 154 cuerpo i es de lo que se tratará en este capitulo. Los vestidas son de una necesidad indispensable á el habitante de paises sujetos k grandes cambios en la tem- peratura de la admosfen, asi como también al hombre civilisado. Los rigores del frío i las ásperas variaciones del aire que conmueven á cada instante los fundamentos de la vida, i la depravación de las costumbres, conse- cuencia ¡ue vita ble de una civilisacion adelantada,* mandan imperiosumeiite .su uso a los unos i á los otros. No es lo mismo para los pueblos que respiran continuamente un aire calido i abrasador; los vestidos serian para estos in- cómodos i superfluos: son aun mas mutiles en aquellos pueblos que no han sido corrompidos aun por los pla- ceres facticios'i que viven en la simplicidad i en la ino- sencia. Los vestidos deben ser análogos k las edades, al pais i á las estaciones ; ellos deben ser cómodos i no causar alguna molestia. Los vestidas cálidos i pesados no convienen á los jo- venes en quienes las fuerzas orgánicas se dirijen á las partes superiores i esteriores; ellos causarían mucha tras- piración, que es dañosa en esta edad, i llevarían mucha nutrieron hacia la circunferencia, lo que impediría el desen- volvimiento de los órganos produciendo conjestiones en la cabeza, fluxiones labituales etc. Es conveniente que á los jóvenes, particularmente á los niños, se les pongan vestidos de jenerosinui delgados de algodón, para habituar- los á las alternativas de calor i frío i familiarlsarloscon las intemperies de las estaciones : este es el medio de ha- cerlos sanos i robustos. En la edad abanzada en que se ha cambiado el órgano esterior, como se ha dicho en los capítulos anteriores, es preciso vestirlos con jeneros mas calientes, como el paño las telas de seda, los que favorecen . la traspiración cuyo desarrollo ocasiónala ma- yor parte de las enfermedades de esta edad. Los vestidos deben ser análogos á las estaciones, lije- ros en el estio i cálidos en el invierno. Es preciso cam- biarlos con las mas grandes precauciones si quieren evi- tarse, muchas enfermedades. Por consiguiente los vestidos que nos han servido para invierno deben mudarse pasados al- i55 gunos dias que haya entrado el verano i lo mismo con los de este tiempo, cuando entra el invierno. Seria mui ventajoso para evitar los malos efectos que produce en al- gunos paises el transito repentino de la estación calu- rosa k la fría, procurar el que desde niños se acostúm- brenlos hombres á familiarisarse con las intemperies. Pa- ra esto seria útil no usar de vestidos mas calientes, en un tiempo, que en otro; habituándose del calor al frío, pro- . curando hacer este ensayo, luchando ó corriendo antes de irse k nadar á un rio i al salir del, volver á correr á luchar, á bailar. Los Romanos haciendo poner en prac- tica estos medios, lograron tener el pueblo mas robusto i valiente que hemos conocido. ' Galeno aconsejaba esto mismo que lo comprobaba con el símil del asero, el cual au: menta su dureza calentándolo i poniéndolo en agua fría muchas veces. El modo con que están tejidos los vestidos i los co- lores con que están teñidos producen diferentes efectos en el cuerpo. Los vestidos de lana i seda son calientes i retienen el calórico del tiempo. Los de pelos i de seda retienen i concentran en algún modo la electricidad ani- mal en el cuerpo, é interceptan el fluido eléctrico de la at- mosfera. Los de lana establecen una libre circulación de este fluido entre el cuerpo i la atmosfera. Los pri- meros vestidos los leben usar las personas de las consti- tuciones húmedas, de que hemos hablado antes/ Las per- sonas de costilucion seca deben vestirse de lana de al- godón, como de las telas llamadas ruanes, maones, holandas etc. El único inconveniente que tienen los vestidos de lana es que los miasmas contajiosos se adieren mas fuertemente á ellos, porque el sudor del cuerpo se empapa con mas facilidad en ellos, se corrompe con prontitud i. se exala cuando el tiempo está caliente i viene hacer* su impre- sión sobre la piel, fijándose en ella i produciendo ó her- pes ó la sarna, etc. Ademas 'la humedad penetra con mas prontitud en los vestidos de lana i producen una com- presión mui fuerte, suprimen la traspiración particular- mente cuando la estación es mui fría, ocasionando males 156 graves, como dolores de costado, reumatismos, calenturas efe. Es mui peligroso dejar secar la ropa al calor de el Sol ó del fuego, particularmente cuando el tinte de que eslá teñido es de mala naturaleza.- la piel se impregna de las sustancias colorantes qae abandona la tela, las cuales mezcla- das con la materia de la traspiración son absorbidas por los vasos inhalantes del tejido del cutis, refofsandb las causas de las enfermedades que se han dicho antes. Se ha ob- servado por Tourtelle i por otros, que soldados que estaban atacados de enfermedades ocasionadas por la supresión de la traspiración sufrían sintómas mas graves i la pru- trefaccion se desenvolvía con mas celeridad, cuando sus vestidos dejaban sobre la piel el color azul de las fulas i mantas azules .(a) No sucedería asi, cuando los vestidos ape- nas se habían mojado sin haber habido tiempo de desteñirse ( El gobierno debe fijar la atención en este objeto. Los comandantes de los cuerpos i los comisarios de ejercito tienen obligación de víjilar en los vestuarios, ya sea cuando los reciben los primeros i cuando los compran los segundos. La economía i la humanidad éxiijen que los ciudadanos llamados á la defensa de la patria estén bien vestidos i que sus uniformes se hallen teñidos de modo, que las sustancias que les han dado el color pue- dan resistir al jabón i á Jos otros ajenies capaces de des- colorisar i de quitar el colorido de los vestidos. En el caso contrario, no solamente son perjudiciales á la sa- lud del soldado sus vestuarios, sino que son de una corta duración, porque luego que se esponen á la lluvia se pu- dren i se caen á pedasos. Los vestidos lijeros de lino, de algodón son escelentes conductores del calórico, pues le dejan pasar libremente del cuerpo al aire libre i no se oponen al paso del frío de la atmo^ra^ á la superficie del cuerpo. En los pai- ses cálidos durante el estio deben usarse, pero el color •de ellos- debe variar según las estaciones i los climas. La esperíencia enseña que las materias descoloridas se calientan menos que las que tienen colores mui subidos, particularmente aquellas obscuras ó teñidas de negro. Por (a) En el hospital de santa Librada lo he observado. 157 consiguiente los vestidos descoloridos son mas análogos á la estación calida i á los paises meridionales ; los de color obscuro i negro deben usarse en el invierno i en los lugares habitualmente fríos. Las personas robustas* i sanguíneas que pueden soportar el calor i el frió, pueden vestirse como quieran ; pero las personas delicadas que se accidentan de cualquier cambio en la temperatu- ra, deben usar de vestidos lijeros i poco calien- tes. Para que la salud no se altere se debe procurar que los vestidos estén limpios.i desembarasados; ellos no de ben apretar, ni incomodar, pues si se usan ajustados, im- piden el movimiento progresivo de los humores i suelen ocasionar graves accidentes como baguidos, apoplejías, opresiones, tos, esputo de sangre i otras afecciones mor- tales, que comunmente son el efecto de la compresión producida por las ligas, las evillas, corbatines mui'ajus- tados, pero particularmente por los corsés ó fustillos que usan las mujeres i algunos hombres afeminados, que los hacen de varillas de barba de ballena, de cuerno i de tablas. La mayor parte de los accidentes que sufren ac- tualmente hs mujeres penden de esta moda tan perni- siosa. Los médicos i los filósofos han escrito contra este uso tan perjudicial, con el cual las mujeres mui gordas quieren presentar un talle mui fino, lo que es imposible conseguir, pues el coreé no hace otra cosa que elevar sus carnes cerca de la garganta i hacer que la sangre se di- rija hacia la cabeza, pues circula difícilmente por el pe • cho. Asi es que da agonía oirías respirar i compadece la molestia con que se sientan, caminan i bailan. Sí se hubiera de proponer modelo para vestirse sitaría á los Kuacaros. Un vestido simple i ancho, de bello lienso i sin adorno i una limpiesa casi superticiosa, distinguen de las otras sectas relijíosas, esta clase de hombres apacibles i humanos. Lo que acabo de decir de los vestidos, debe aplicarse también al calsado. Los zapatos muí estrechos impiden cJ andar, causan callos los que son mui dolorosos i no dejan hacer uso de los- dedos. Los que usan talones en (os zapatos ó en las botas, caminan sobre la punta del ií>8 pie: eslo impide los movimientos de las articulaciones; los mienbros están en una posición forsada, de lo que resulta que la marcha es sin gracia i sin noblesa. Gra- cias á que en el présetele siglo desapareció esta moda. €1 uso de las fiegas ( sea con' bayetas ó con sepilió ) es un medio curativo mui eficas en algunas circunstan- cias. Los antiguos hacían un uso frecuente de ellas i con buen suceso. Galeno las recomienda como un especi- fico en las enfermedades crónicas que dependen de la relajación é inercia de los sólidos. No se deben dar las friegas, sino después de dc3 ó tres horas de haber tomado alimento. Como ellas aumentan las fuerzas hacia afuera i dan celeridad al movimiento de la sangre de las venas i después á Ja de Jas arterias, vs preciso que no se hagan con mucha fuerza, ni por mu- cho tiempo, porque causan calentura. Como aumentan el movimiento i dan movilidad á los humores estancados son mui útiles en los tumores indolentes que haya en cual- quier parte del cuerpo. Su efecto no se limita á la parte en que se aplica la friega, exita una traspiración jeneral, dirije las fuerzas de dentro afuera i ejerce la esfera de su actividad en to- do el cuerpo. Por eslo Celso las recomienda en las en- fermedades en que esta fija la acción en lo interior, co- mo en la melancolía, la hipocondría, el histérico etc. ( Yo las aconsejo á todas las personas que no puedan ha- cer ejercicio, particularmente en tiempo de invierno, k las que padescan continuos romadisos, dolores reumáticos, có- licos i frialdad de pies.)* El uso de las friegas exijc algunas precauciones: pri- mero deben abstenerse de ellas las personas mui gordas (particularmente las que padecen muchos calo-es i las que tienen el cuello corlo, la rara i ojos mui encendidos ; ) segundo no se deben practicar sobre el estomago i el vientre cuando en las primeras vias hai humores Cor- rompidos causados por alguna indijestion, lo que se co- noce por el mal gusto de la boca, su mal aliento, por estar la lengua blanca ó amarilla, por el desgano de co- mer i á veces por los revolvimientos de estomago i an- cias á vomitar, acompañadas de eructos i regüeldos de i59 mal olor. Bastan algunas de estas señales, para conocer que el estomago é intestinos tienen materias que tien- den á la corrupción.) Los antiguos usaban mucho de las unturas con aseite antes de entrar al .baño, con el objeto de disminuir la evaporación. Las tropas usaban de este mismo remedio para impedir la acción del frío ¡conservar en sus mien- bros la flexibidad, particularmente cuarfdo emprendían la .campaña en estaciones rigurosas. Xenofonle hizo untar de aseite a sus soldados, que se ívan emparamando en una retirada. Titollvio refiere, que Annival usó del mis- mo recurso con sus soldados que estaban imposibili- tados de manejar las armas en una persecución al enemigo que habían hecho andando por entre la agua. (En estos casos es mui útil hacer candeladas cerca de las tiendas i distribuir á la armada aseite ó manteca pa- ra ujatar sus miembros. Colombia en el dia contaría un ejercito numeroso de veteranos mui aguerridos i no estaría despoblada i llena de huérfanos i viudas, si nuestro ejercito hubiera marchado con médicos ü otros que hubieran cono- cido siquiera la hijiene del soldado. Entonces se habrían acam- pado en los lugares mas cómoda para su salud i ventajosos respecto del enemigo, i no. habrían sucedido casos iguales al de la campaña de Maracaibo, en que se colocó el ejercito en una hoyada de los llanos de la Guajira, la que se inundó con un aguasero que cayó por la noche, te- niendo los batallones que formarse en cuadros i á acirse con una mano los soldados,apoyandose de su fusil con la otra, para que no se los arrebatasen las aguas que les llegaban hista Jos hombros. Los pueblos menos industrio- sos como los de los lugares Septentrionales de la Europa i de la América, se untan de aseite la cara, las manos i los pies, no solamente para libertarse de la picadura de los muchos insectos sino también para h>cerse me- nos sensibles al frió, asi es que cami.itn sobre la nieve por largo tiempo i sin molestia. De este medio podría- mos usar en el ejercito cuando tenga que atravesar por los paramos, teniendo el cuidado de que los solda- dos se laven con agua, en que disuelvan jabdVi Juego que hayan llegado á un pueblo en donde puedan prooor- 16o cionar este recurso.) El uso de untarse con aseite ó man- teca está autorizado con la esperiencia de los antiguos, con quienes no convenimos que sirvieran para impedir la evaporación pues antes la aumentan i lo único de que les servia á los atletas la untura del aseite ó de pomada antes del combate, era para poner los miem- bros lisos i flexibles. Se distinguen' cuatro especies de baños con respectos su temperatura : los baños calientes, los baños tibios, los baños frescos i los baños fríos,. El baño caliente es aquel cuya temperatura mui elevada ocasiona á los que se meten en él un sentimiento de calor mui conside- rable. Ocasiona sudores mui abundantes, particularmente en la frente; et hace sufrir ajilaciones, congojas, va- hídos, i determina impetuosamente la sangre al cerebro, la cara se pone encendida i los ojos colorados i sen-< tellantes ; las arterias del cuello pulsan fuertemente; en una palabra este baño determina la acción i la sangre hacia la cabeza, i algunas veces produce la aploplejia i la muerte: por esta razón se ha abandonado su uso. El baño tibio es aquel que hace sentir un calor, suave i templado é igual al de la orina ó de la leche recien or- deñada. El baño fresco es aquel que casi está á la tem- ratura de la atmosfera durante el estio. En fin el baño frío está al grado del yelo. Los baños limpian la piel de la inmundicia que deja la traspiración i el sudor; las lociones qne producen igual efecto; las unas i las otras favorecen estas escrecio- nes. El baño tibio relaja los sólidos atrae la acción hacia afuera i hace los humores mas fluidos; porque la a»ua es absorvida por los vasos, inhalantes i se mezcla á la san- gre i á los humores que ella diluye. Por consiguiente es útil en todos los casos en donde la fibra está rijida pero particularmente en aquellos en que la acción está fija en el epigastrio. Asi es úlil á las personas qtte tie- nen la fibra seca i vibrátil, á los viejos á los melan- cólicos ji i los hipocondriacos. También es útil el baño tibio en las fatigas exesivas del cuerpo i del espíritu i en las fuertes pasiones. i6i Se deben tomar las siguientes precauciones para bañar- se en agua tivia. i.© no conviene tomar el baño des- pués de la comida, a. & no debe tener sino el grado de calor de la orina ó de la leche recien ordeñada. 3. ° es dañoso cuando hai saburra en las primeras vías, ( vea- n, se la pajina i5o ) lo mismo que cuando hai una vicera debili ¿. ° también se debe abstener de él en los casos de de- bilidad i estenuacion. 5.° podrá ser peligroso en la he- morragia de las narices,ámenos que ella no sea moderada. Puede usarse el baño inmediatamente después de co- mer, cuando los órganos de la dijestion están en un esta- do de espasmo violento ( a ) El baño en esta circunstancia lleva sobre la piel una impresión, produciendo una rela- jación que reflectándose sobre los órganos dljestivos des- truye su espasmo. Los bañes fríos i frescos tienen la propiedad de hacer refluir la acción i los humores de fuera adentro, i cuan- do el cuerpo es suceptible de un grado conveniente de reacción, entonces estos baños favorecen i restablecen la li- bre circulación de fuera adentro i de dentro á fuera; son mui eficaces para disminuir la movilidad i exseciva sensi- bilidad del sistema. El mejor modo de tomar el baño frió consiste en In- troducir el cuerpo en el agua fría por uno, dos ó tres mi- nutos en los primeros dias; después se prolonga por gra- dos la ¡nmercion los dias siguientes, hasta medio cuarto de hora ó hasta lo mas un cuarto de hora entera. El uso de este baño puede evitar en la infancia las enfer- medades que dependen de la constitución pituitosa llevada al estremo, como las escrófulas i las raquitis. 'Les con- viene mucho á las personas que tienen el sistema nervio- so mui movible i se ha obtenido con ellos sucesos los mas felices, en las afecciones nerviosas que dependen de esta causa. Se ha visto curadas muchas mugeres de una iriía- bilidad tan estrema, que el menor ruido las hacia sufrir Convulsiones i privaciones. Tres ó cuatro meses de va- nos seguidos se necesitan para lograr éste efecto. ( a ) Se llama espasmo toda contracción involuntaria de los músculos ú árganos musculares. U lfj2 Los pueblos del norte, desde tiempo inmemorial han tenido la constumbre de bañar á los infantes desde su nacimiento. Los Sparciatas los*hañaban en el Eurotas. Los Germanos en el Rhin; los Scythas, los Bretones, los habitantes del Asia, los Lapones, los Peruanos i todos los habitantes de la America en sus ríos, Los baños frios convienen mejor á los habitantes del norte, que á los de paises calidos; á estos últimos le son mas útiles los baños tibios* La grande inclinación que tienen por los baños frios los pueblos septentrionales i por los baños tibios'los habitantes de los paises calientes apoyan este consejo* La naturaleza ha sujerido al hom« bre i á los animales, el deseo de las cosas necesarias pa- ra su conservación i la aversión por aquellas que le son dañosas: la medicina como todas las otras siencias, no es sino el resultado de las reflecciones sobre los cono- cin'cntos que ha hecho adquirir el instirto* El es siempre el jue descubre; la relleccion i el rasonamiento vienen en seguida, i el metodista no hace sino distribuir los resulta- dos en el orden que le es mas conveniente, para que el espirito pueda recojerlas i retenerlas con facilidad. En cuanto á los baños fríos, es mas saludable tomar: los en un rio, en una .quebrada, i en una agua corriente en que las olas hagan sufrir al cuerpo sacudimientos úti- les i que quiten todas las inmundicias de la piel, que no en un baño ó en una agua inmóvil. Es mas útil aun bañarse nadando, lo qne aumenta los buenos efectos del baño Los baños frios i frescos exijen las mismas precaucio- nes, que los baños tibios. No se debe bañar nadie cuan- do la acción i el calor de su cuerpo están aumentadas, lo mismo que cuando hai debilidad estreñía ó estenuacion. No se entrará pues en estos baños, cuando el cuer- po esta mui caliente i sudando: es necesario en este caso aguardar á que el cuerpo se haya refrescado; de otro mo- do se corre riesgo de contraer enfermedades graves, oca- siemadas por el rechaso subitáneo de los movimientos i de los humores. ( La practipa de 16 años en los hospitales me han comprobado esta verdad, pues raros han sido los enfermos de calenturas, de dolores de costado, de apople- jías, de suspensión de reglas en las mujeres i de reuma» i63 tismos, que no hayan sido ocasionadas por esta causa. Las lavanderas de esta ciudad, es la enfermedad de reu- matismo la que las lleva al"hospital i ellas han hecho nu- la la observación de Tourtelle, que asegura que el reu- matismo es mas frecuente en los hombres que en las muje- res. ) Estos baños por la misma razón dañan en las erupciones de la piel, eomo la sarna, empeines, man- chas de la piel etc. Las lociones obran en parte los efectos de los baños: lim- pian la piel, favorecen la transpiración i fortifican el sistema, cuando son frios, ó lo relajan i ablandan, cuan- do se usa de la agua tibia. Los baños i las lociones convienen en todas las edades, en todos los paises, para mantener la Ihnpiesa, pues no solamente se concerva con ellos la salud, sino que la piel mantiene su actividad i finura. Ella es uno de los principales órganos excretorios, por cuyo medio la natu- raleza arroja fuera del cuerpo, una grande cantidad de humores escrementicios, bajo laÉjorma de vapores ó de sudores, los que retenidos por el efecto de actividad ó por obstrucción de la piel, causan graves enfermedades, como calenturas agudas, sarna, empeines, piojos, frambe- cia( enfermedad que en esta ciudad «vulgarmente se llama espundia, la que suele comensar por el carcañal i por las puntas de los dedos. Los autores que últimamente han tratado del lasarino i de la lepra, convienen en que á pro- Íiorcion que la policía procura que los habitantes de los ugares conserven limpiesa en su cuerpo, en sus vestidos i en su cama, estas terribles enfermedades desaparecen, i no se propagan, como por desgracia se observa particu- larmente en esta ciudad, en donde la jente pobre per- manece siempre sucia, no obstante la abundancia de aguas de que goza la población.) Siendo la piel el sitio del sentido mas universal, que es el tacto, el cual establece el mayor numero de relacio- nes entre el hombre i bs cosas que le rodean; i siendo también como hemos dicho antes, uno de los mas pode- rosos antagonistas del epigastrio, se calcula por esto la utilidad de los baños. Ademas, puede asegurarse que la hipocondría, la melancolía, el cmbaraso del sistema ab- 164 dominal i las fiebres gástricas, que son tan comunes en nuestros dias, tienen su orijen de la omisión de los me- dios que empleaban los antiguos para conservar la fuerza tónica i la flexibilidad de la piel. Estos medios consisten principalmente, en los baños, en las lociones, en las fric- ciones, i en las unciones. Por lo que acabo de decir se .ve, la importancia de tener cuidado de la piel, desde la mas tierna infancia para conservar la salud i evitar Icé muchos males que acarrean necesariamente la negli- gencia de este precepto. Es preciso mudar la cama con frecuencia, lavarse todos los dias con agua, darse friegas en la pie), i tomar baños de cuando en cuando. No so- lamente se debe mantener lá limpiesa en la cama i en los vestidos, sino también en las habitaciones; debe huir- se como de la p íte, de las personas i casas sucias; ellas son en efecto los Verdaderos focos del contajio. ( Convie- ne por tanto que en las alcobas ó dormitorios se guarde mucha limpiesa, temcndWel cuidado de que las ventanas sean grandes para la rejP^rion del aire; que no duer- man muchas personas en una piesa angosta; i que se pro- cure que las basenillas se guarden en distinta piesa del dormitorio, luego que se haya hecho uso de ellas, para recibir las orinas ó %scrementos.¡ ojalá que se acostum- brase el cuerpo hacer las deposiciones necesarias, antes de acostarse i después de levantarse, para que nunca hubie- ra en las alcobas, vasos llenos de materiales tan perjudi- ciales i Ja salud! Solamente los enfermos i los viejos, debían hacer estas evacuaciones en los dormitorios, de los cuales deben sacarse cuanto antes, los vasos que las contienen. ) Algunos, médicos han propuesto reemplasar las ropa < de lela por las vestiduras de lana, creyéndolas mas salu- dables. Como este objeto es de un ínteres jeneral, se presentan las reílecciones siguientes para decidir la cuestión. i*° La lana puesta sobre la piel, la irrita i la exífa mas que los tejidos del algodón i de otra materia; de- esto resulla, que aumenta la sensibilidad, atrae mas fuer- zas i mas grande cuantidad de humores i por consiguiente feumenta la transpiración. 2 > 9 La lana aisla el calórico de los cuerpos sobre 165 que se aplica, i la teta de algodón, cáñamo, ó lino, lo de jan pasar libremente. De esto se sigue, que la lana man- tiene mas calor en la piel que las otras telas; lo que hace que la primera favoresca mas la transpiración i la otra el sudor. No obstante el inconveniente que tiene la lana és, que los vapores en que ella se empapa exalades por el calor, se corrompen i llevan su impresión viciosa sobre la piel. Se ha observado que las enfermedades cu> taneas son menos frecuentes i menos comunes desde, que se usan camisas de lino i algodón, en lugar de las de lana. 3. ° En fin la lana atrae i retiene mas fuertemente que otra tela, la humedad i los miasmas mortíferos. De esto se deduce, que los jeneros de algodón i de lino son preferibles k los de lana, particularmente en la juven- tud. En los casos en que es preferible el vestido de lana es nesesario lavarlo con mucha frecuencia. Los vestidos de lana son útiles á los que han pasado de 4o años, por que en esta época la piel esta débil i se trans- pira mui poco. Los pituitosos, los caqueticos, ( a ) i los que tienen la fibra laxa i débil, deben usar vestido de lana, pues por lo regular tienen- poco calor i pocas fuerzas, Se les debe aconsejar á los que tienen vida sedentaria i particularmente á los hombres de gabinete. Los vestidos de lana producen buenos efectos en los que padecen reu- mas, romadísos, dolores reumáticos, i asma. Los hipo- condriacos, las mujeres histéricas, los convalecientes, en una palabra, les conviene á todos los que son mui sensibles á las variaciones de la admosfera, á los viajeros, á los que por su oficio tienen que pasar continuamente del frío al calor á los que tienen el vientre suelto o laxo, pues se han curado diarreas inveteradas por este medio. * El uso de la lana es perjudicial á los tanquineos biliosos, á los gordos á los que transpiran mucho, á los que están afectados de enfermedades eutaneas, de piojos, de chinches etc. i á los que tienen^plísposicion á estas enfermedades. Los cosméticos ó drogas que bajo el nombre de papelillo ( a ) Se. llaman caqueticos los que tienen cambiado el vo- lumen i color del cuerpo por tirisia, eseorbuto, • hidropesía etc. 166 se usan para hermosear la piel de la cara, pecho etc. también serán el objeto de este capitulo. El deseo de agradar tan natural á las mujeres, ha hecho buscar en todos los tiempos i en todas los paises del mundo, los medios de realsar el brillo de la hermosura, de perpetuar su dura- ción ó de restablecer su menoscabo. El antimonio e? el mas antiguo afeite de que se ha hecho uso. En otros tiempos las mujeres en el oriente se untaban la cir- cunferencia del ojo con el afeite de antimonio; en el dia las mujeres Sirias, Babilónicas i Árabes, hacen uso de él, con el objeto de que sus ojos parescan negros grandes i undidos: la molibdena (a) pulverizada la usan las berberiscas para untarse los pelos, parpados i ojos. Las griegas i las romanas recibieron este uso de las asía - ticas; mas para estender el imperio de la belleza, i restablacer los colores amortizados, ellas imajinaron dos nuevos afeites que han pasado hasta nosotros^ á saber el blanco i el rojo. La mayor parte de las naciones de la Asia, de la África i de la Américi, cono hemos dicho antes, han acos- tumbrado teñirse con diversos colores, según las ideas que ellas se han formado de la belleza. La costumbre de teñirse en Europa i particularmente en Francia con el color blanco i rojo, tuvo orijen de las italianas que vinieron de la corte de Catarina de Mediéis por quien iulrodujeron esta moda: hacia el siglo 17 comenzó á usarse el color rojo en las mujeres nobles en las cómica* i en las prostitutas. En la América des- pués de la conquista no se usaba sino entre los indios salvajes. Desde que los españoles comensaron á introdu- cir las modas francesas en la antigua Nueva Granada, que puede calcularse fue en el año de 179,4. comensaron algunas cómicas i mujeres nobles á usar del papelillo (b). Esta moda la usan ahorajgiui pocas mujeres. Los cosméticos Wmo los óxidos metálicos, de plomo, (a) Este metal se ve bajo la figura de granitos de color de plata. (b) Se atribuye su usa en Santafé á la celebre cómica Nicolasa. 167 de mercurio, de vismutho, de talco, de alumbre etc. for- man la base de estas drogas con que se untan las mu- jeres la cara, la garganta i pecho; ellos no solo son incapaces de reparar Jas injurias del tiempo i de quitar las arrugas de la vejez, sino que producen un efecto todo contrario: bajo las capas de) afeite las perfecciones se ponen disformes, la piel se vuelve lascia i el color se mar- chita. Cuantas mujeres hai que por agradar mas, pierden á fuerza de afeites hasta la ventaja de complacer á los jóvenes. Las gracias fujitivas de la juventud huyen con prontitud. Un aseo elegante, sin presunción, una noble simplicidad, sin estudio, pueden por si solas hacer la bellaza mas seductora ó templar la fealdad. Se puede repetir á las mujereslo que dice Jancours: "las gracias simples i natura- les, el sonrrosado del pudor, el jenio festivo i la dulzura, veis aqui el afeite mas seductor de la juventud; en cuanto $ la vejez, no hai ningún afeite que pueda enbellecerla, sino el espíritu i los conocimientos.^ Los verdaderos afeites son las lociones acuosas para la limpiesa ; i las unciones que pueden emplearse para desen- grasar i suavisar la piel pueden reducirse á las sustancias emulsivas, al aceite fresco, al esperma de ballena, á la manteca de cacao, al jabón, á la pasta de almendras i á otras de este jénero: ningún oxide metálico debe untarse en la piel, porque los oxides desecan el cutis, empañan la brillantez del color i dan lugar á una multitud ¡numerable de accidentes. La esperiencia ha probado que el uso que las mujeres hacen de varias drogas para te- ñirse la cara, les causa enfermedades en los ojos i les hace salir granos en la frente i carrillos; les causan flucciones, males de cabeza i de dientes, cuyo esmalte se destruye; calentando la boca i la garganta, infectan i cor- rompen la saliva; en fin, penetrando poco i poco en la sustancia de los pulmones la corroen, i producen enfer- medades de pecho mui graves i tanto mas difíciles de curarse, cuanto que raras veces se le dice al médico la verdadera causa. No es menos peligroso untarse el cabello con occides 6 disoluciones metálicas con el objeto de teñirlos ó encu- brir las canas ¡ otros defectos del pelo. Estas sustancias i68 activas por poco uso qne se haga de ellas, no tardan con el tiempo en llevar su acción sobre el cerebro, cuyas funciones turban. Se ha visto muchas veces sobrevenir la frenítis ó inflamaccion del cerebro de resulta de haberse untado ios cabellos con la disolución de plata en el acido nítrico mesclado con bastante cantidad de agua. El au- tor vio un ataque de apoplejía que sobrevino en un hombre de 6o años, que queriendo ocultar su edad k las bellas á quienes el quería agradar, se untó las canas con una composición que tenia por base, el estracto de Sa- turno. (Yo he sido testigo de algunos accedentes causa- dos por haberse untado la cabeza con algunas composi- ciones que traen los estranjeros con el objeto de teñir > 1 pelo i de hacerlo salir á los calvos. El aceite de Macasar tan ¿elebrado para quitar la calva, ha hecho gastar mucho dinero á personas de uno i otro sexo, en quienes ha producido tacto efecto, que no han tenido necesi- dad de comprar peines. La multitud de. pomadas con que las mujeres se enrizan el pelo les han causado mu- chas veces accidentes nerviosos, los que se han hecho mui frecuentes, aunque ya se van desterrando con el uso de las pelucas e$tranjeras. Con estas debía tenerse la pre- caución de ponerlas en el aparato que sirve para desinfeccionar las ropas i habitaciones de les apestados, de que hablaré en el a. ° tomo de esta obra. La razón que tengo para dar este consejo es porque no hai ningún inconveniente que faltándoles pelo á los fabricantes de pelucas, echen ma- no del de los que han muerto de enfermdades conta- jiosas. Como ignoro las preparaciones que sufre el pelo para fabricar las pelucas i hacerlas tan fáciles para enri- sarse i para permanecer tan largo tiempo de este modo, es que aconsejo una medida que quita todo temor de ad- quirir una enfermedad. Finalmente no hai mejor pomada para componer el pelo, que el aseite de almendras fresco.) Es mui saludable peinarse frecuentemente cuando se usa de pomadas i de polvos; esta mésela forma con el sudor i el humor perspirable una cola, que interceptando la tras- piración, ocasiona flucciones catarrales, enfermedades de ojos, de garganta, de oídos etc. i favorece la producción de piojos. Se dice que los marineros están estenios de i6g ellos porque llevan camisas azules teñidas con añil; si esto es cierto, seria mui ventajoso hacer que los soldados usaran de ellas en campaña ; habría otra ventaja mas, que era la disminución de gastos que ocasiona el lavar con frecuencia la camisa. SECCIÓN 3.» De las sustancias alimenticias, de I9s bebidas, de los condi- mentos i de la preparación de los alimentos. CAPITULO i. o De la dijestion de los alimentos. En cada instante de la vida el cue&po sufre perdidas; los humores se inclinan fuertemente á la alkalecencia cuando ellos no son renovados i las fuerzas abandonan el epigastrio, desde que el estomago i los intestinos no son mas exitados por la masa alimentaria. Para oviar el aniquilamiento i la putrefacción que resultarían de una mui larga abstinencia, era preciso que los animales toma- sen alimentos i bebidas i que fuesen exitados por el senii- timiento de la necesidad i el placer de satisfacerlas. La hambre i la sed son las dos sensaciones que la naturaleza nos ha dado para nuestra conservación. Cuando no se puede satisfacer la sensación de la sed, sobreviene la muer- te, la que es precedida de una fiebre pútrida. La hambre que no ha podido satisfacerse produce los mismos efec- tos que la sed no satisfecha; todos los humores del cuer- po, como la orina, sudor etc. se ponen mui fétidos, en los que no tienen con que satisfacer la hambre; estos al fin perecen después de haber sufrido un delirio ¡furioso insomnio i hemorrajias de sangre por todas las partes del cuerpo. En los cadáveres de los que mueren de hambre se encuentra el estomago corroido, la vejiga de la hiél mui inchada, poca sangre en las venas i una putrefac cion casi jeneral. Se distiguen 3 grades de astinencia. la i.rt es relativa á el habito, como quando no se come á la hora :kos- X i7o fnmbrada. la a." que se acompaña del daño de las funciones, pero que puede restablecerse tomando alimento con circunspccíon: la 3.a en fin es aquella abstinencia que ha sido llevada á tal punto, que la corrupción de los humores que ha ocasionado, no puede ser correjida sino por ios socorros del arte administrados con prontitud. Hipócrates ha descrito el i.u grado de abstinencia en estos términos: al instante se percibe temblor i aniqui- lamiento del animo; los ojos están pálidos, la orina sale espesa i caliente, la boca esta amarga, las entrañas pa- recen que están pendientes de un ilo; hai vahídos i suma impaciencia i trislesa. Todos estos síntomas á los cuales se pueden agregar las nauseas, ceden en el momento que se toma alimento; pero si el ayuno persiste largo tiempo, la hambre dejenera en un furor, que hace que las madres de- voren á sus propios hijos; inmediatamente se percibe una sensación en el estomago, tragadero i boca, igual ala que se sentiría si se estuvieran quemando estas partes. Se sien- ten retortijones mui fuertes. El aliento se pone muí hediondo, i las orinas al salir causan ardores insoportables. Finalmente, se siente un aniquilamiento casi mortal. Tales son las principales señales del 2.0 grado de abstinencia, la que puede remediarse dando alimentos líquidos, como el caldo, la leche, las panetelas, cuyas substancias se da- rán poco á poco i después alimentos mas consistentes. Fi- nalmente el 3. u grado de abstinencia pintado antes, por el delirio, hemorajias ect., es mortal. No obstante ha po- dido remediarse este ultimo estado, dando alimentos ¡de los que se oponen á la putrefacion, administrados en términos que se vayan restableciendo las fuerzas mui poco apoco. ^ Los cuadrúpedos carnívoros son los que resisten mu- cno mas la hambre. Las aves granivoras mueren de ham- bre á las 48 ó 68 horas. Los entomófagos ó los que se alimentan con insectos, resisten mas tiempo; los que so- portan menos la hambre, son los frujivoros, que son los que se mantienen de frutos, semillas i vejetales. Solo el carnívoro conserva hasta sus últimos instantes la facultad de dijerir. Los picivoros ó que comen peces nesecitan comer á menudo, por lo cual tienen unas gargantas mui largas, en las cuales guardan gran cantidad de alimentos para sus I7I futuras necesidades. Las aves de presa, como el águila pueden soportar largo tiempo el ayuno. £1 hombre puede aguantar sin comer hasta siete dias, en cuya época aparece la muerte. Hai ejemplos de hom- bres i mas frecuentemente de mujeres que han vivido meses enteros i años, sin tomar alimentos. La mayor parte de estos casos no merecen crédito, i con respecto á los que son verdaderos, pertenecen á personas hipocondriacas histéricas, maniacas, ó aletargadas, entre las cuales, del mismo modo que en los animales dormilones, como el oso i la marmota, no se hacen sino mui pocas perdidas i una alteración mui lenta de los humores. La primera cocción de los alimentos se hace en la boca en donde los dividen los dientes, mesclandose con la sa- liva que se separa al mascar en mas grande cantidad. La saliva es esenc ialisima para la dljestion, i la integri- dad de esta función pende de mascar bien. Los que mascan poco, i los que escupen mucho dijieren mal por lo ordinario i están sujetos á frecuentes indijestiones. La masticación produce mas cantidad de moléculas nutritivas, conserva los dientes; en una palabra, su utilidad es incom- parable, i son infinitos los males que resultan de no mascar bien. De lo dicho resulta que la fealdad i hediondes de los dientes en muchas personas, depende de no limpiárselos con frecuencia, por lo que se cubren de un tártaro espeso, fétido, que altera la saliva, gasta las encías, ocasiona fluc- ciones, dolores, inflamaciones, abcesos, enfin la perdida de los dientes, lo que priva al estomago del socorro de la masticación, tan útil á la dijestion, i en particular á los que tienen estomago débil. Los alimentos recibidos en el estomago sufren una según* da cocción, obrando como tónicos, antes de su elaboración; ellos pierden su primera impresión sobre esta vicera i es- ta se repite simpáticamente sobre todas las partes del sistema. Esto se prueba con que las fuerzas del cuerpo se reaniman luego que los alimentos son recibidos en el estomago. Entonces el pecho se levanta, la respiración se pone mas grande, el calor se aumenta, enfin todas las parles del cuerpo están dispuestas á ejercer libremente to- 172 das sus funciones. Con rason pues se ha mirado la di 1 jestion como un esfuerso de todo el cuerpo que despierta los órganos del movimiento i del sentimiento. La dijestíon de los alimentos en las primeras vías no solamente tiene jior objeto eslraer de ellos los jugos nu- tritivos que deben ser conservados en la sustancia del ani- mal, sino también tiene la grande utilidad de restable- cer la libre circulación de las fuerzas que permaneciendo fijas largo tiempo en algunas partes, dejenerarian en es- pasmo, i producirían mui pronto desordenes en las fun- ciones. De lo dicho resulta un corolario de higiene muí importante, i es, que la dijestíon de los alimentos debe ser arreglada al vigor i á la delicadesa de la constitu- ción del que los toma, como á la naturaleza de los tra- bajos á los cuales el se entrega. En efecto, la esperien- cia demuestra que los alimentos de fácil dijestíon no convienen á los hombres robustos que trabajan mucho; quienes deben hacer uso de sustancias alimenticias las mas compactas, i las mas pesadas. Las personas de constitu- ción fuerte i robusta dijieren mejor los alimentos viscosos i tenaces, mas bien que la leche i otras sustancias mas solubles. Las personas de organlsacion delicada deben co- mer alimentos blandos i fáciles de dijerir, pues de lo con- trario su dijeslion será mui laboriosa. Debemos poner mucha atención en las dos cualidades que po?een los ali- mentos que son, la tónica i la nutritiva. El alimento que contiene mucha materia nutritiva bajo un pequeño volu- men, nutre sin fortificar; i el alimento mui pesado pe- ro poco nutritivo fatigará los órganos dijestivos i dejará al cuerpo en un estado de languides, por falla de repa- ración conveniente. Para convencernos que la dijeslion no es solamente una operación química, comparamos esta función á un acceso de calentura intermitente: en efecto ella tiene tres perio- dos distintos. Cuando los alimentos se introducen en el estomago, las fuerzas de la maquina se reaniman casi al instante i la sensación agradable que esperimenta el esto- mago se reparte en todas las partes del cuerpo. En el 3.0 tiempo, cuando comiensa la cocción se siente un es-. calofrió lijero, lo que indica que las occilaciones i bu- .73 mores se dirijen hacía el estomago. En fin en el tercer tiempo cuando la cocción está en su plena actividad, el epigastrio reflecta insensiblemente sus propias fuerzas á cada uno de los miembros: entonces se hace una con- versión de movimientos de dentro afuera; la piel se es- tiende, el pulso se levanta, i el calor se reparte igual- mente. Es esta fuerza orgánica, i la cualidad antipú- trida de los jugos gástricos que contrabalansan i moderan el movimiento de fermentación, por medio del cual los alimentos que por su naturaleza son mui fermentables, se convierten en una suerte de masamorra casi amarilla, lla- mada químo. Sin ellas los alimentos.se podririan i lejos de servir para la nutrición, vendrían á ser unos vene- nos mortales. El quimo pasa poco á poco del estomago al duodeno, en donde recibe una nueva elavoracion. Aquí es atacado por la bilis, que fluye en el tiempo de la dijeslion. Este liquido disuelve las moléculas aseitosas, recinosas i recinoso- estractivas que habían escapado á la acción de los jugos gástricos; parte de la bilis entra en la composición del quilo, i el resto se emplea en otros usos, cuales son, unirse á las materiasparenquimatosas, fibrosas i terrosas que ella separa del quilo, favoreciendo asi la defecación. La bilis es un precipitante de la parte escrementicia del qui- mo, sirviendo al mismo tiempo de un estimulante que escita el movimiento de las tripas para la espulsion de las materias fecales ó escrementos, á quienes ella da el color. El jugo pancreático que es una especie de saliva separada por una entraña situada en el vientre, se mésela con el quimo en el duodeno. Este jugo esta destinado para tem- plar la grande acrimonia de la la bilis. El quilo separado de la masa alimentarla es chupado por los vasos lácleos que están en la parte interior de las tripas, particularmente en el yeyunio. Cada pequeño pe- lito de la tela interior de las tripas es una pequeña ampo- Hita en la que se ven uno ó muchos aujeros, i en la que se abren una arteria pequeña, i una vena, llamadas me- saraícas, como también un pequeño ramo del vaso lác- teo. En esta ampolla es donde el quilo es chupado i mes > ciado con el humor que trasuda de la arterh, para des- i74 pues ser absorbido por la vena láctea, i en menor can- tidad por la vena raesaraica. La porción que es absor- vida por las venillas mesaraicas va por un caminó mui corto á meselarse á la sangre de la vena porta; i (a otra parte que chupan las venas lácteas se vuelve á las glán- dulas del mesenterio, en donde se liquida por el humor que ella secreta i lo vuelven á chupar otras venas lác- teas mas gruesas, pero menos numerosas, llamadas venas lácteas de segundo orden para distinguirlas de las primeras: las de segundo orden conducen el quilo de la cisterna lumbar al canal torácico, en donde el se mésela á la linfa residua de la nutrición ,que vuelve de todas las par- tes del cuerpo, i de aqui á la vena subclavia isquierda, de donde es introducido por el océano de la sangre en la vena cava, la aurícula i ventrículo derecho del cora- zón i al fin en los pulmones, en donde el se convierte en sangre. - • Ll quilo visto en los vasos lácteos, es un fluido ho- mojeneo, lechoso, fuente primitiva de la sangre i de los otros humores, i el producto de las fuerzas orgánicas i de la fermentación animal que los alimentos sufren con los jugos dijestivos á cuya mésela se imprime el caracler de la animalidad. Estas operaciones de que acabamos de hablar se continúan en todos los órganos, i asi es que se hace la absorción hasta en los intestinos gruesos. En estos la masa de los alimentos corre lentamente i des- pués de la absorción, el residuo que queda de ellos, se re- tiene en el ciego i en el principio del colon, i después de haber atrabezado las muchas vueltas de esta tripa van á acopiarse en el intestino recto, en donde permanecen hasta que su cuantidad, i la irritación que de ella resulta, nos advierte de la necesidad de deponerlos, (a) (a) Llamase bilis una materia animal particular, liquida, amarga amarilla ó berde, jabonosa, cuya secreción se hace en el hígado. La que se derrama inmediatamente en el duodeno se llama bilis hepática. La olía llamada cístico sale de la vejiga de la hiél de donde se derrama al tiempo de la dijestíon en el intestino duodeno. Ja bilis contiene sosa, fosfate ,suljate imuriate de sosa, un poco de fosfate de cal i de oxide de hierro; una materia ascitosa amarga; i75 CAPITULO 2. o De las sustancias alimenticias Se llaman alimentos todas las materias pue pueden asi- milarse á nuestras partes i convertirse en nuestra propia sus- tancia. Esta facultad asimilatris supone en ellos una cierta al- terabilidad, ó fermentabilidad, mas ó menos fácil, según que ellos se alejan mas órnenos déla naturaleza animal. Asi no hai realmente sustancias nutritivas sino las que están sujetas al movimiento espontaneo que decide en sus partes la agua ayudada del calor. Humedad i calor eran según los an- tiguos las dos condiciones esenciales á el alimento. Toda sustancia que no gosa de estas propriedades cambia el estado del cuerpo i es un medicamento ó un veneno, el que no difiere sino relativamente; el carácter esencial del alimento es de ser cambiado i de no causar alguna al- teración en la economia animal, cuando el es justamente pro- porcionado á las fuerzas i á las necesidades. Los antiguos habitantes de la tierra no conocían sino los alimentos simples i sin condimentos, i este nutrimento les proporcionaba las mas grandes ventajas. La simpli- cidad de los alimentos i la templanza son en efecto, dos fuentes fecundas de sanidad i de vida, sin las cuales no puede esperarse la conservación ni de la una, ni de la otra. Basta dice Plutarco, tener el gusto del verdadero placer para ser sobrio. La intemperancia arruina la salud i cuan- do ella es destruida ya no se percibe el placer. Se podría probar con una multitud de hechos que la mayor parte de una sustancia animal análoga á la fibrina; en fin una sustancia de un sabor dulce llamada picromel. Su cuantidad i sus cualidades pueden alterarse i causar muchas enfermedades, tales remo cálculos ó piedras. Mi disipulo el dr. Antonio Mendoza á- sociadu al dr. García Rolara estrajo 48 cálculos biliarios del hí- gado del cadáver de la señora Teresa Damingues. Todos eran de la magnitud de una almendra de durasno, i uno de ellos que se halló en el ducto colédoco era de la magnitud de un huevo de palo- ma. Véanse las notas de las pajinas 18, ao, 21, 22, a3, 2^, 4o,? uara la wtelijencia del fin de este capitulo. 176 los hombres perecen antes de tiempo arrastrando una vida pesada, por haberse entregado habitualmente i con esceso a los placeres de la mesa. Por el contrarío, aquellos que se han contentado ron una cuantidad de alimentos simples i proporcionados á las necesidades del cuerpo, son los que han gosado de la mejor salud i vivido mas largo tiempo. Podríamos citar i Hipócrates, á Augusto, á Nerón i otros infinitos; pero uno de los ejemplos mas admirables es el del celebre Cornaro, quien en la edad de a5 años fue ataca- do de males de estomago, de dolores de costado i de la go- la. A los 4o años su salud se halló mui deteriorada, á pesar de los socorros de los médicos; abandonó todos los medicamentos i se impuso un réjimen sobrio i simple. El efecto de este jénero de vida fue tal que sus enfermeda- des desaparecieron, para darle lugar á la sanidad mas bri- llante, con la cual vivió mas de 100 años. El réjimen in- fluye no solamente en lofisico, sino sobre lo moral. El sa- bor de que gosan las carnes de los animales varia según la especie de alimentos de que ellos se nutren, i asi la carne de conejo sabe á bersa durante el otoño i la de los tordos á semilla de enebro. Un nutrimento poco con- veniente por bueno que sea por otra parle, abrevia la vida i retarda el desenvolvimiento del cuerpo. El réjimen influye sobre las costumbres de los pueblos i sobre ia suerte de los imperios. Los pueblos de Yndos- tan que son los mas sobrios 1 ios mas templados pues no viven sino de frutas i de legumbres, son los mas apacibles i humanos: sus anales no están manchados con los críme- nes que señala la afrenta de lawiayor parte de otras na- ciones. Ellos tienen un horror á la sangre, que se eslíen- de hasla respetarla de los anímale?. Los Baniancs no co- men carnes: ellos temen matar el mas pequeño insecto: ar- rojan arros i abas en la agua para mantener los pescados, i echan granos sobre la tierra para nutrir las aves. Cuando ellos encuentran casadores ó pescadores, les suplican de- sistan de su empresa, i sí ellos se vuelven sordos á sus suplicas, les ofrecen dinero por el fucil i las redes; cuando ellos lo reusan, turban la agua para espantar los pesca- dos i gritan con todas sus fuerzas, para hacer huir la casa*¡ las aves, No sucede lo mismo en las naciones car- w _ n eÜM con feroces i crueles. Es entre ellas que se repite frecuentemente el espectáculo de esos grandes cri- «nenet qae ultrajan é irritan la naturaleza. Es cierto, dice X J. Rouseau (Emilio lib. a. ° ) que los grandes come- dores de viandas son en jeneral mas crueles i mas fero- ces que los otros hombres: este observación es de todos los lugares i de todos loa tiempos: la barbarie ingles* es conocida. Los Gauros ó Guebros son los mas apar- febles de todos los hombres. Todos los salvajes son crue- les i sus costumbres no los inclinan á serlo: esta crueldad viene de sus alimentos; ellos van á la guerra como á 1 •% casa i tratan á los hombres como á los osos. Los granv fles malvados se endurecen en el asesinato bebiendo la ttngre. Homero presenta los Ciclopes comedores de car. fies de hombres malvados i de los Loto fagos un pueblo Un amable, que tan pronto cerno habia ensayado iu cq» mercio, olvido hasta su pais por vivir con ellos. finalmente sise dirije la vista á aquellos reinos cuya grande- d i cuya caida ha admirado á todo el universo, se vera que es ala templanza iá la frugalidad á quien ellos sen deudores fle se fuerza i de su gloria, debiendo atribuir su ruina a le intemperancia. Mientras que los Griegos i los Romano^ vfvieron sobriamente, ellos fueron Jos señores de los otros pueblo*; pero cuando el lujo les presenté en los funestos despo- jos dé las naciones vencidas alimentas nuevas i condimentas Minadas, dejeneraron bien pronto, sirviendo ello» mismos de ffqfcos á tos pueblos barbaros, pero sobrios i templados, (Si los extranjero* logran introducir el lujo de su pais entre noso* tros, no tardaran en dominarnos). El carácter apacible de los habitantes de los pueblos Ac la antigua Nueva Granada, comprueba que los al¿» mentos tienen un influjo mui poderoso sobre las cons* Cumbres. La mayor parte de estos pueblos se alimen» tan de fe jétales i pescados, porque k la jente pobre t le es muí costoso el uso de las carnes. En loa clhpc a Moa los alímeotos mas usados son la turma ó p*'^ U arracacha ó apio, las masamorras de pan ferme ai]tt flp ( vulgo lebadura ) de mais sin ponerse i (¡erman ¿^ * qflyjdp a fermento, ( que es lo que se llame f>¿stt \ tk fúth *l «toj, los nabos, alberjas, abas, cof ^ ¿¿ »7» labnsa, leche, gachos, pan de mais, ó de trigo, i chonos» late. Las bebidas mas comunes sop la*chicha i el aguar- diente en ios pueblos grandes, pues son difíciles de hallarse tn Ls poblaciones pequeñas ; i en las aldeas mas retiradas de estas, mui pocos conocen estos licores que en el díase van haciendo mui frecuentes particularmente en esta ciudad. En lis climas templados los alimentos son el mais, el plátano la }uc¿, la u\aai-, el pescado, la miel, la panela ó papelón el chocolate . (a) La bebida de guarapo que se prepa- ra con agua i panela, i el aguar líenle de que se i tace mas uso que en las tierras frías. No sucede así c/u los llaneros de Casanare, tu donde el alimento de casi tjdos sus habitantes es la carne que toman en mas can- tidad que la yuca i el pan de casabe. Por esta razón los llanos han manifestado un carácter cruel i belicoso, mui distinto de! de los pueblos del interior de Cundina- marca, cuyos soldados han sido mas humanos en la guer- ra, siendo mui pacíficos i obedientes en la paz; unos i otros han manifeslado constancia i sufrimiento en loa trabajos, pasando sus enfermedades, con un silencio he- ioícc, pues cu los hospitales apenas se oye el eco dd dolor. Por lo dicho se infiere que estos pueblos sou i.ijS sanos, mas humanos i que viven mas largo tiem- pn. Entre los ejemplos de longevidad, citaré tres, Vrsu*» la Homero naturaj de la parroquia de Fusagasuga eu- )o país es templado tiene en el dia i3i anos gosan- d>) de la integridad de sus potencias i manteniéndose co» ti trabajo del huso. Es viuda i conoce su quinta jeneracioir. Margarita Mojaca murió en Tibacuy pue- blo cercano á Fusagasuga de edad de n4« años. El Dr, Xlmenes havíendo enviudado en la villa del Socorro se orde» no i dice misa cu la edad de iij años. La tierra es el fondo innagotable i común del que el hombre i ios animales sacan su susistencia. Todo lo que tiene vida en la naturaleza, dic» Buffonpvive de lo que vt-jetú, i los vejetales viven de todo lo que ha vivido i vi-jetado. La destrucion es necesaria k la (ju\ Los indios desde Cucuta hasta Maracaiio usau de la m&ití&cu de una fruta llamada ajbaric¿> i de ceroso* Su le- ída es vino e&traído de palmas, w *79 vida, i no es sino destruyendo que los anunales pueden nutrirse i propagarse. El reino orgánico, en el cual circula la vida I que comprende los vejetales i los animales forman todas ¡36 materias alimenticias ; el reino innorganico mincr.il no ofrece sino condimentos, pero de #ningún modo uní sustancia suceptible de animalizacion." La historia i h razón demuestran que el primer réjimen del hombre, fué el de Pítagoras i es indubitable que el gusto i ei olfato eran las guias en la elección de los alimentos. Estos dos sentidos se han dado al hombre i á ios .-irí- males, como dos salvaguardias destinadas á preservarles del uso de hs sustancias dañosas. La experiencia hizo eonocer después cuales eran los vejetales que reparaban con ventaja las fuerzas. Este réjimen no pudo d.¡;jre- mucho tiempo ; á medida que ías sociedades se hicie- ron _ mis numerosas, los vejetales no bastaban para nutrir al hombre ; por otra parte, los animales vinie- ron á hacer incómodos por su exesiva propagación i fué preciso cnpapar la mano en su sangre, i hacer uso de su carne. * P-utarco reflexionando porque Pítagoras se abstenía de comer la carne, dice, que se espanta de que Jo3 hom- bres se alimenten de los cadáveres délos animales atra- bezando el corazón de un ser sensible, ,,'é indefenso, i mirando con ¡inpivides sus eridas, su sangre i sus •arnés palpitantes. Las pieles desolladas se arrancaban Las carnes sobre el fuego se quejaban Los hombres Jas comieron aturdidos I en su interior oyeron sus jémidos. „ Enfin dice. \ osotros hombres crueles, i quien os ha íorm- do á derramar sangre, ? ved que multitud de bienes o* rodean i cuanlos frutos os produce la lierra. ¡ Q,ue rlquesas no os d«*n les campos i las viñas ! que de animales os ofreen su leche para alimentaros i sus bnxs para vestiros. ? One mas queréis de ellos, i q otros i rro comáis pues de estos animales carniceros k quienes voso» tros imitáis. Vosotros no tencis hambre sino de bestias tnoceO» tes i apacibles que k nadie dañan, que se arriman á vosotros», que os sirven, i k quienes devoráis por precio de sus servicio* O asesino contra la naturaleza !si te ostinas en soste» ner que ella te ha formado, para devorar á tus seratv jai:tes, seres de carne i hueso, sensibles i vivientes como i u sofoca, pues el horror que ella te inspira por comi- das tan espantosas: mata los animales tu mismo sin errami» votas, sin cuchillos; despedasalos con tus uñas como hav reu los leones i los osos; morded ese buei i hacedle pe* dasos; encajad vuestras garras en su piel ; comed ese con- deríllo vivo, devorad sus carnes calientes i bebed su afana con su sangre : tu tiemblas, tu no te atreves á sentir palpitar bajo tus dientes una carne viviente.! Hombre compasivo, tu comiensas por matar un animal i despuea tu le comes, como para hacerle morir dos veces. No es esto solo, la carne muerta aun te repugna: tus entrañas no pueden soportarla: es preciso transformarla por el fuego, el ervirla, asarla, sasonarla cor drogas que la disfrasan; necesitáis salchicheros, cocineros, pasteleros, i jentes para quitaros el horror déla matanza, que os inspiran los cuerpos muea- ios, i saborearos con aquello que apenas podríais mirar. Por injeníosa que sea esta diatriba, mas elocuente qué verdadera, Plutarco i todos los filósofos pitagóricos no han podido con todos sos raso»amiento* triunfar.dxl t6i insisto que lleba al hombre en todos los países del mundo á usar do las carnes de los animales, i la dieta de Pítagoras no está indicada por la naturaleza. El hombre está destinado por ella á vivir de sustancias vejetales i animales. El apetito que tiene el hombre por estas sustancias es una prueba de lo dicho ; i ademas la estructura de los órganos dijestívos i las inco- modidades reales que resultan del uso esclusívo de veje<~ tales ó carnes. El estómago del hombre, membranoso-muscular, sus dientes caninos i el intestino ciego, pequeño i corto, com> prueban que el hombre tiene una conformación mixta, pues que tiene diantes caninos i molares como los fitivo- ros i sus intestinos son semejantes á los de ellos.* Ademas de esto, el uso único de alimentos de un solo jénero produce bien pronto el disgusto i dá lugar á diversas incomodidades. El réjimen vejetal no jepara suficiente» mente; los que lo «san viven acompañados de debilidad particularmente en las primeras vías en las que sienten uV tulcncias, retorcijones i diarreas. Este réjimen es muj ütil en los casos de plétora sanguínea i biliosa, como tan> bien en las disposiciones á la pruirefaccion. La natura* leza dándole al hombre pocos colmillos tuvo la inten- sión de indicarle que no debia hacer uso de muchas carnes ; i en efecto, á mas de que la dieta animal le ha- ce cruel i feroz, ella aumenta considerablemente la can- tidad de la sangre i de bilis i dispone continuamente á las enfermedades inflamatorias, biliosas i pútridas. Los alimentos se dijíeren mas ó menos bien en razón de su salubridad, de la enerjia del jugo gástrico i dej sentimiento propio del estómago. En el hombre i eq los animales de estómago membranoso muscular, les ali- mentos de la una i de la otra clase los disuelve perpe- tuamente el jugo gástrico, cuyo pode/ disolvente vana en muchas circunstancias. Los alimentos son mas ó menos solubles en razón de ser blandos ó compactos. Los que son mas densos i mas compactos se dijiercn con mas di- ficultad ; pero una vez áijeridos ellos nutren con ventaja. Hipócrates les habia dado el nombre de .¡límenlos lijeros á tos que 32 disolvían con facilidad ) i de pesarlos álos otras. I&2 Un alónenlo es Hjero decía él, cuando tomado con un poco de esceso él no causa ni plenitud, ni retorcijones, ni vientos, sino que se dijicre sin ocasionar incomodidad des. Se conoce que un alimento es pesado cuando to- mándole moderadamente i en pequeña cuantidad pro- duce un sentimiento de plenitud, de pesank-s i de fatigas* A proporción que el alimento se aproxima, al carác- ter de los humores animales es mas soluble, déjamenos escrementos, cuando la cocción se obra de una manera conveniente. Los alimentos que tienen el carácter con- trario, que son densos i compactos, i que se oponen en gran parte á la acción de las fuerzas dljcstivas, forman mucho* escrementos. Asi el mejor cocinero es aquel que en h preparación de los alimentos, ablanda su tejido en taha términos, que toda la materia nutritiva sea disuelta por ros jugos gástricos. Cuando el sentimiento propio del estómago está dis- minuido, como en los casos de debilidad i relajación hai inapetencia i comunmente rauceas, i aunque se tómenlos alimentos en pequeña cuantidad se detienen en el estómago, fermentan i contraen cualidades viciosas. Sucede lo mismo con las sustancias á -las que este órgano tiene aversión, las que se arrojan por vomito, i de no obran como verdaderos venenos. Cuando el ju- go gástrico obra con mucha actividad, los alimentos pau- san con prontitud á los intestinos con el carácter decru>- deza; i de esto resultan cólicos violentes, evacuaciones i otros graves accidentes. No es posible dar la razón de las antipatías nacio- nales por ciertas viandas á las cuales otros pueblos dan la preferencia: la mayor parte de ellas, sino todas, están í fundadas sobre preocopaciones propias á diferentes nació»- i nesi Los persas tienen asco al pescado llamado Esturión i los rusos á los cltagrejos. Los irlandeses tienen aver- cion á las anguilas. En los departamentos de Francia no se comen las límasas ó especies de caracoles sin concha, los que Les gustan mucho a los alemanes, quienes tienen horror á las ranas que tanto les gurtan á los franceses. Casi todos los hombres tienen una repugnancia por la carne da ca*- bailo i la leche de burra. La carne del perro á quien *85 unta aversión tenemos, sirve de alimento á muchos pue*- blos i particularmente á los habitantes de las isla* dei ufar Pacifico. Los negros lo prefieren en tales términos que para ellos un perro asado es el manjar mas esquí* sito. Los indios chacóes comen una especie de lagartog llamados camaliones. La mayor parte de los habitantes de nuestros climas templados comen las iguanas cuyas car- nes son mui semejantes á las de gallina, i jbs cuales horrorizan á los habitantes de las tierras frías. En los llanos de Casanare comen algunos de sus habitantes las serpientes llamadas guio, k quienes cortan la eabeza i ia cola para hacer uso de ellas, atribuyéndoles la virtud anti-galica. En Tocaima i en las orillas del Rio Mag- dalena hacen uso de la carne de caimán, como un ver» -dadero remedio contra el lasarino. Un benemérito oficial que está atacado de este terrible mal, la ha comido, i me aseguró que tenia un gusto delicado, i que habia lo- grado con ella la disminución de algunos síntomas. Yo conosco personas que comen ratones, loros, micos, i unos gusanos que se crian en las raices de las pahuas, los cuales fritos dan mucha cuantidad de manteca. Cpnosco ingleses que engordan los gatos i se los comen. £1 vulgo aplica la carne de estos como medicamento pro- pio para curar la asma, lo mismo que la carne defoso que la venden en los Chacóes como propia para curar el gálico. Finalmente en nuestros pueblos se hace uso de veje- tales i de animales que acomodan á unos i repugnan á otros co- mo las clusas, gusanos blancos que se crian dentro de la tierra. El estómago es la vicera del cuerpo humano sobre la" cual el hábito tiene el mas grande poder: es por lo que" los alimentos que agradan al gusto i k los que uno está acostumbrado, asi como lo ha dicho Hipócra- tes (aforismo 38 secion -e.« ) aunque ellos sean malos por si mismos, son preferibles para la salud á los alimentos menos agradables i i los cuales no estamos habituados, aunque sean mui buenos en si. „ Los alimentos que bsojean mas el paladar, i que se comen con mas pV cej i se mezclan mas intimamente con la saliva recih> endoias el estómago con mas placer i disolvúmdoce per- feaajn^íe poj? los jugoa gañices, si dios poseen ai- i84 cuna mala, cualidad, la sensación agradable que eli-1 tan al comerlos, compensa i corrije lo que ellos po* flrian tener de dañoso, en tanto que los mejores alló- menlos, i los mas fáciles de dijerir, pero que sori re^ pugnantes, vuelven ineficas la acción del estómago, i ¿é ios jugos díjestivos. Nosotros no percibimos sensacio- nes agradables tomando alimentos sino en razón de cien» tas disposiciones del cuerpo, i estas sensaciones agrada- bles señalan una afinidad entre el alimento i el es2 tado actual del cuerpo. Se vé por lo común personas delicadas dijerir alimentos duros i compactos que ellaá comen por antojo ó con gana, i hallarse incomodada^ CÓn los alimentos mas delicados i mas suculentos á loe Oíales no tienen repugnancia. La esperiencia diaria enseña que las personas acos* Cimbradas á usar de alimentos indijestos i dañosos, nó sjenten ningún perjuicio, i que ellas corren riesgo de enfermarse tomando alimentos sanos i saludables* Mfc (brídales estaba tan aconiumbrado al veneno, que yá Oo le hacía daño. Muchas personas toman gran cantidad de opio, (co* mo los turcos ) en tanto que cinco á seis granos, hartan dará hacer morir á los que no están acostumbrado* ror la misma razón, si muchos dias de seguida se toma un purgante v. g. la maná, la impresión de disguato que e3la hace sobre el estomago, se debilita i viene -t- «er un alimento i no una purga. De lo dicho resuft la un corolario interesante para la física del hombre i es, que el estómago no obra mecánicamente, sino vital- mente: en mecánica la romana, la balanza, las cuñas etc. no conocen el poder del hábito. Lo que se didi de la influencia de este sobre el estómago, se estiendjc á todos los otros órganos, como lo prueba la obsec* f ación. Se sabe que el olor déla asafetida, que nosotros na podemos sufrir, hacia las delicias de los antiguos, i aun se estima mucho entre los Persas, á quienes les pare» da el limón mui desagradable. Se ve que las tnujty fea caponen su gajrganti i pecho al aire frió sin enfe» m«rsé¿ */o porque e&jfi habituadas & elk» El hoíft» ri85 bre roas robusto que espusiese su pecho al aire frió no tardaría en arromadisarse ó sufrir otra enfermedad peor que esta. Todas es'tas verdades las conocia de tal modo, el padre de la medicina, que el aconseja en la mayor parte de sus <■ escritos, de poner atención en el tratamiento de las enfermedades, al habito i al réjimen ordinario de las. personas. " Hai menos males que te- »er, dice él, ( aforismo 5o sección a.rt ) dedas cosas á las cuales está uno habituado largo tiempo, i que podrían pa- sar por malas en en si mismas, que de las cosáfe á que no estamos habituados, á pesar de que sean mejores. Conviene pues variar de tiempo en tiempo su réjimen i de acostumbrarse á todo. ( Esta doctrina la confir- mo con mí propia esperiencia, pues desde pequeño me acostumbre á levantarme desnudo á cualquiera hora de la noche i á caminar con los pies descalsos i ja- mas he sufrido enfermedad alguna. También he acos- tumbrado en los bailes tomar agua fria estando sudan- do i volver en el acto á bailar, sin sufrir ningún ac- cidente. El consejo de variar de réjimen es tan útil que lo hé esperimentado por lo que he vislo en otros i en mi mismo, pues las causas de las enfermedades no obran del mismo modo en las personas que siguen un réjimen inalterable, que en las* que lo varían en un orden gradual i prudente. Estas presentan una resistencia^ á las causas morbíferas, que con tanta fre- cuencia dañan aquellos. Este precepto lo deben tener pre- sente los padres de familia, i los directores de casas de educación.) Erasistrato que seguía esta doctrina de Hipócrates agrega, que el médico que desprecia estos principios corre muchos peligros de cometer las mas grandes faltas i de matar á sus enfermos, como le su-. cedió á Ario el peripatético. Este filosofo no tomaba la agua fria (a) porque luego que la bebia le daba hipo. Un dia que tenia calentura, los médicos no obs- tante esta observación opinaron que debia beber agua (a) Esta me quita á mi la tos, favoreciéndome la e\r,><-. toracion. * t Z 186 fría; la tomó i pereció en el acto. ( Yo conosco fami- lias á quienes el ruibarvo dado como purgante les pro- duce el efecto de un veneno. Otras á quienes el alean-< for les perjudica bajo cualquiera forma que se les dé para las enfermedades en que eslá indicado. Otras á quie- nes el jarabe de culantrillo i el de cinco raises les contie- ne la mestruacion, cuando se Jes ha dado con el obje- to de promovdHa. Finalmente hé observado que el vi-* nagre en algunas mujeres promueve las reglas i que la jalapa* dada en pequeñas dosis para purgar ha ocasionado á iuumerables enfermos, cólicos violentos i disenterias de muí mal carácter. Iguajes fenómenos produce el mercurio dulce ó calomel aunque se den en pequeña cantidad. Concluyo diciendo, que tanto este medicamento como la jalapa, escamonea i sen, obran de un modo mui violento en el estómago é intestinos de la mayor parte de los habitantes de la antigua Nueva Granada, cuyas túnicas intestinales son mui irritables. Aun en los cstranjeros hé observado que producen á veces este efecto. Comprendo entre estos, á los europeos, peruanos, chile- ños, i porteños, en quienes hé hecho mis observaciones. CAPILLO 3. o (a) De los alimentos vejetales * Esta cíese de alimentos comprende i.° los frutos, 2. ° las yerbas potajeras, 3. ° los granos, £• ° los vejetales farinosos que no son gramineos 5. ° en fin las noeses. (a) Desde este capitulo, por evitar á cada paso el usar del paréntesis para indicar mis observaciones, i las doctri- nas que tome de otros autores, advierto que con frecuencia me separo del texto de Tourtelle. Los yerros botánicos pen- den de que apenas hé encontrado quien me comunique una ú otra luz en esta ciencia de que solo he podido hacer un estudio privado; pues desde que murió el Sr. Mutis á quien conocí, cuando estudiaba yo la lengua latina, no há habido quien enseñe botánica. Mi amigo Matiz 'me há ayudado bas- tante. Del Dr. Sespedcs que há dado sus lecciones, de bo- tánica, nada he podido adquirir. j8y ARTICULO i. De los frutos Fruto es la sustancia reproductiva del árbol ó de la plan- ta; asi la mansana es el fruto del mansano, i la fresa {fe el fruto de la planta de este nombre. El nombre de fruto se estiende á todo grano, esté ó no contenido en alguna ca- psula ó vainilla. La hijiene solo trata de los frutos de que se nutra el hombre Los frutos se dividen en cuanto á su sabor, i. ° en íru^os ácidos a.° en frutos dulces, 3.° en fin, en frutos astringentes ó acerbos. §; ».° De los frutos ácidos Los frutos particularmente los de estio son jeneralmente refrescantes; apaciguan la sed, i por su lijero estimulo exitan la secreción de la %aliba i del jugo gástrico. Poseyendo en sumo grado la virtud asimilativa, son útilísimos en las enfermedades - inflamatorias i biliosas. Por su cualidad sedativa disminuyen sensiblemente la acción del sistema vascular ó calorífico, causando este efecto desde que son recibidos en el estomago. A esta virtud se debe la dimi- nución del calor animal pues obrando los frutos sinpalica - mente sobre todo el sistema, disminuyelos actos respiratorios, i por consiguiente pasa menos calórico en la sangre pul- monar. Son pues útiles estos frutos en las enfermedades en que esta aumentada la acción de los vasos, i en las afec- ciones nerviosas que penden de esceso de fuerzas ó de tono. El esceso en el uso de los frutos puede ser perjudicial, cuando son muí recientes, pues producen la dispepcia 6 la diarea i .otras enfermedades análogas. Pueden causar el retorno de la fiebres i desinlcrias por la debilidad que ocasionan. Los ácidos descomponen la bilis i la hacen salir por a- bajo. En virtud del acido que contienen iaj frutas toma- i88 s mejores son los pequeños i cuya carne es rosada ; tienen cierta cuantidad de materia azucarada. Son mas refrescantes que nutritivos. No los deben comer sino las personas fuertes i robustas, los de temperamento bilioso quienes jeneralmente los dijieren bien. Las personas débiles no deben usarlos porque les causan vinagreras, cólicos, ventocidades i algunas veces disenteria. Se pue- den precaver estos efectos i ayudar la dijestion del melón sa- sonandolo con asucar, ó con sal i pimienta, bebiendo encima un poco de buen vino. El melón disminuye la !93 traspiración pero aumenta las orinas no solamente en razón de la mucha agua que él tiene, sinofiambien porque posee la cualidad diurética, pues ecsita el sentimiento propio de los órganos urinarios, cuya acción aumenta. Goza de la virtud lacsante en mui alto grado, la que po- seen todos los frutos déla familia de las cucurbitaseas. Esta fruta ha curado la sarna, las afecciones de los ríñones i la vejiga* i algunas veces la tisis. Su pulpa cruda se aplica en las quemaduras i contuciones ; i cocida es una buena cataplasma emoliente. El melón estando verde i pequeño se puede comer en ensalada dejándolo algún tiempo en vinagre. Las pepitas sirven para hacer or- chatas i se colocan en el número de las cuatro semillas frías de que habla la Farmacopea. Contienen musilago i un aseite fijo, el que se saca por espresion i es muí anodi- no. A los caballos les gusta mucho la corteza ó cascara. 7.0 Lo? dátiles, tienen una gran cuantidad de azúcar i son mui nutritivos, pues en el Egipto, la Siria, la Per- sia i Turquía no viven sino de dátiles. En el pueblo de Soatá hai en abundancia los dátiles i los confitan con azúcar, lo que les dá un gusto mui agradable. En la provincia del Socorro i Mariquita también los hai. Tienen una virtud lijeramente aslrinjente por lo que Hi- pócrates los recomendaba en la diarrea. Por esto no deben darse los cocimientos de dátiles que el vulgo a- plica en esta ciudad á las recien paridas- 8. ° Los higos son fruto déla higuera, árbol lechoso, ori- jinarío del Asia, mui cultivado en el medio dia de la Francia en la Europa meridional i ocsidenlal, y en la America. No soportan los frios rigurosos. Las espe- cies principales son, el blanco, el largo, el redondo, el anjelico, i el morado. Las flores de higo están contenidas en el mismo fruto. Los higos son mui dulcificantes i mui nutritivos: ellos contienen mucha azúcar i algo de mucilago. Los Atle- tas hacian mucho uso de ellos. Hipócrates en razón de su cualidad dulcificante lijeramente lacsante, los recomien- da^en la constipación i en las afecciones del pecho i de los ríñones. También son útiles en cataplasmas. Se comen* Aa >94 frescos ó secos, conservados con azúcar, que es del mo- do con que se usan entre nosotros. Por rareza se pue- den conseguir madurar en nuestras huertas de tierra fria i asi los maduros vienen de tierras calientes. En el gran verano que precedió al terremoto del año de 26 se logró una abundante cosecha en los climas fríos i templados. Debe advertirse á las que preparan el dulce de higos que no los cuesan con hicrbamora, porque adquiere una cuali- dad venenosa. 9 ° Las fresas son frutas bien conocidas en esta ciudad en la que se comen casi todo el año. Las fresas con- tienen acido citrico i el acido malico casi en igual cantidad ; ellas son mui tiernas, mui solubles, refrescan- tes i diuréticas. Schultz, Hoffann i otros autores refieren que se han curado muchos locos é hipocondriacos comiendo por muchas semanas diariamente, 20 libras de fresas. Aunque Linneo asegura que el uso de las fresas ha- ce desaparecer los tumores duros que tienen los que padecen gota en las estremidades, la esperiencia no ha acreditado esta verdad, i es necesario nuevos ensayos, i no atenernos á lo que han dicho estos celebres hombres. Las fresas se comen ordinariamente con azúcar i agua, con leche, i con vino. Con' este licor las deben tomar los que padecen indijestiones. Molidas las fresas i mez- cladas con agua azúcar i caldo de limón forman una bebida mui refrescante que puede tomarse en todas las inflamaciones para disminuir el calor i el ímpetu de la circulación de la sangre. La orina de los que usan las fresas adquiere el olor de ellas. Las fresas de los jar- dines son mas sabrosas, pero son mas saludables las de los bosques. En Bogotá casi todo el año se comen las fresas i se dan en mucha abundancia en los pue-¡ blos de Fontíbon, i Engativá, de donde traen lasque se llaman frutas de chile las que tienen las mismas virtudes.' Como las culebras les agrada mucho el olor de las fresas andan entre ellas i dejan sus babas mez- cladas con esta fruta, la que debe labarse antes de co- merla. Poniendo á fermentar esta fruta i destilándola como el aguardiente, da un licor muí fuerte, llamado vino de fresas. Es necesario que la fermentación no se *95 prolongue mucho porque entonces lo que resulta es vi- nagre. Se recomienda también la agua destilada de fre- sas para labarse la cara con objeto de embelleserla. La rais de la fresa se usa como medicamento, no obs- tante que para muchas enfermedades en que se han elojiado sus virtudes de nada han servido. Mis obser- vaciones confirman á las de Richard. El cocimiento de estas raises contiene el tannin ¡ acido gálico. Ha soli- do ser útil en las evacuaciones i emorrajias pasivas. 10'Las sangüesas ó sarsamora, tienen olor i sabor mui agradable. Sus cualidades casi son lo mismo que las de las fresas. En la Rusia i en la Polonia se prepara un hidromiel mui esquisito que se parece al vino de Portu- gal. Con azúcar i agua i esta fruta se hace una bebida refrescante que provoca las orinas. Echada esta fruta en vinagre, se hace con él, el jarave de vinagre, que es mui útil en las inflamaciones de la garganta i de los intesti- nos. Las sangüesas se comen crudas, confitadas en com- potas ó en conservas. Puestas á fermentar dan un vino esquisito, de que se saca alchool. n. La granada fruto de un árbol orijinarío de las costas septentrionales de la África í del Asia. Los Romanos la introdujeron en la Italia en la época de las guerras de Cartago, i de aqui se difundió en la Europa meridional i occidental, i de ella probablemente á la America, en donde ignoro si las había antes de la conquista. Las gra- nadas mas esquisilas son Jas de lbague, Jirón i Socorro. De lbague vi una granada que seria de la magnitud de la cabeza de un hombre. En las huertas de tierra fria se da el granado i no hace mas que florear, i algunas veces produce unas granadilas de la magnitud de un pe- queño durasno. El sabor de la granada es dulce i vinoso. Su pulpa es mui nutritiva. Su jugo mesclado con agua i azúcar es mui refrescante i utíl á las irritaciones del canal intestinal. Sus flores, i su corteza son mui astrinjentes, porque contienen mucho tannin i acido gálico, que son los que dan el principio astrinjente. Se usan eslerior- mente en polvo i cocimiento, el que es mui útil al fin de las evacuaciones í desinterias, cuando han desaparecí lo los síntomas de irritación. En la India usan este cocimiento i<)6 rontra la lombris solitaria. Yo no he observado sus buenos efectos, sino en las desinterias, hemorrajias i ulceras. Los curtidores pueden usar de ella para curtir cueros, i creo que fija los tintes, lo que es utíl para los tintoreros. Hai tres especies; dulces, agridulces i agrias. 12 Las meras que Tourtelle llama de zorro, son indijenas de la America en donde se dan en abundancia. Son mui dulces cuando eslau maduras, i mui acidas cuando cstañ verdes. Se comen crudas i mescladas con.azúcar. De ellas se prepara una conserva llamada espejyelo, i el dulce lla- mado de moras. Molidas i mescladas con caldo de limón i azúcar dan una bebida mui refrescante. Con su sumo se prepara el arrope de moras, útil en las enfermedades de la boca, particularmente en el escorbuto. i3 La grosella b uva espina es un fruto mui dulce i acido, mui nutritivo i refrescante. Cuando esta verde sirve de condimento en lugar del vinagre. Se componen de acido malico i cítrico, de albúmina vejetal, de materia colorante i azúcar. Con este fruto se prepara tisana ó jarave, el qufj obra como dulcificante i calmante en las inflamacio- nes i en las fiebres biliosas. Los ingleses hacen vino de estos frutos cuando están maduros, echándolos en agua caliente i luego que esta sin sabor alguno, los sacan i mcsclan el licor con azúcar, dejándolo embotellado hasta que m: cambia en vino. i/í. Lasízvíii de la parra, fruto de un árbol bien conocido,oriji nario del Asia, de donde pasó á la Grecia i de esta á la Italia. Se cree que los fenicios la colocaron en sus colonias al rededor de Marsella. En la America se halla desde antes de la conquista, porque el señor Matiz ha hallado varias especies entre las montañas de Mitso, entre ellas, la uva moscatel. Tourtelle dice, que crece naturalmente en la Lui- síana i en el Canadá en donde se multiplica por si misma. De ella se saca el vino cuyo uso es tan antiguo como el mundo, porque en todos los pueblos se ha ofrecido al Ser eterno, el pan i el vino como sacrificio. Las viñas se cultivan én todos los paises calidos ¡ tem- plados de la Europa i, producen bastante en donde los estíos no son cortos i en donde las lluvias no son mui* frecuentes como entre, los 3o i 5i grados de latitud norte. «97 tvhiS alia de estos términos es infructuosa la cultura. En Francia también se cultiva la viña en casi todas sus pro- vincias. En Colombia solamente en algunas huertas de tier- ra templada i aun en las de tierra fria, se plantan algunas uvas de la parra i suelen darse esquisitas. Yo las he comido de una huerta de la villa de Zipaquira i de Guaduas en donde se dan con abundancia i son las uvas mui grandes i mui dulces. Las llanuras no son á proposito para plantar las uvas i son preferibles los terrenos quebrados, los que proporcio- nan al trabajador mas comodidad, pues le «vitan el inclinar mucho su cuerpo para manejar la asada. Las laderas^de las montañas rápidas deben escojerse para plantear viñas pues que estos lugares producen mejores frutos. La Repú- blica de Chile es de los lugares de la America, el que produce abundantes i esquisitos vinos. Las uvas poseen en el mas alto grado todas las cuali- dades de los frutos dulces i azucarados^ ellas contienen mucha azúcar, acido tartaroso i acido cítrico en diferen- tes proporciones. La gran cantidad de azúcar i la pre- sencia del acido tartaroso, dan al vino que se estrae de este fruto delicioso, la superioridad de que aquel goza sobre los otros vinos. Ellos se componen de agua, de alchool, cuya cuantidad varia de 9 á 26 partes sobre 100, según las especies i las cualidades; de mucilago i de una ma- teria vejeto animal; de un principio colorante azul, que pasa á rojo cuando se mésela con los ácidos; (este prin- cipio no existe sino en los vinos tintos;) de acido acéti- co; de tartrate acido de potassa; de tartrate de cal; de hidroclorate de sosa; de sulfate de potasa; de un átomo de tannin etc. En jeneral los vinos contienen tanto mas ah-hool, cuanto que se recojen de los paises mas me- ridionales. Como las uvas fermentan con tanta facilidad es pru- dente no comerlas en gran cuantidad, cuando el estomago esta débil: sus películas se dijieren con dificultad i ha habido personas á quienes se les ha hallado granos de uvas ente- ros. Las pepitas son muí astrinjentes i el mosto muí fer- mentable. Se llama mosto el jugo que se estrae per espresion de las uvas frescas i bien maduras. El es un i98 liquido espeso, un poco turbio, de un sabor dulce i muí azucarado. Es mui nutritivo, pero es peligroso beberlo por la fermentación que ocasiona en las primeras vías, causando muchas turbaciones en la maquina, particular- mente cólicos violentos. Las uvas se comen secas, frescas i confitadas. Se les prepara haciéndolas secar al horno, después de haberlas empapado en una lejía alcalina. Las pasas mas eslimadas son las que vienen de la Siria, de las islas de la Grecia de ios lugares meridionales de la Europa i de Chile. Las mas sabrosas i las mas fáciles de conservar son las uvas de Corinfo (pasas menores) i las de Damas que son mui gran- des i mui nutritivas; mas las de Corinto son mas Iacsantes. La medicina las emplea como dulcificantes i bequicas ó pectorales. 15 Las ciruelas son unos frutos con nueces que los pro i duce un árbol llamado sírvelo orijinario de la Europa meridional de que existen muchas variedades, las que di- fieren por su forma, color, sabor, volumen i época de su madurez. Las principales son, i.° la ciruela de Damas negra, 2. ° la ciruela de Nuestro Señor, 3. ° la de santa Catarina la que es blanca; %. ° la ciruela amarilla; 5, ° la de Bruñóles; 6.° la de la reina Claudia, cuyo color; es verde; 7. ° la de Mirabel que es pequeña i amarilla. Las ciruelas en jeneral tienen mucha analojía con los albaricoques con relación á sus efectos sobre la economía animal. Las que son mas acuosas fermentan con mas facilidad en el estomago; las que son dulces i están bien secas son mui Iacsantes. La desecación despoja los frutos de la agua i del aire que ellos contienen: ella concentra la materia azucarada i los hace mas dulces i mas nutritivos. Las ciruelas son mui fermentables. Entre los frutos dulces (de que no trata el autor) se deben colocar la chirimoya, el anón, la guanábana, el mamón, el nispero, los cuales pertenecen al jénero annona. 16 La Chirimoya es una fruta de un árbol cuya altura es algo mas elevada que la del durasno, i se da en todas las tierras templadas. Las mas esquisitas son las de Ten- sa i Tíribita en donde las hai de 6 á 8 libras. Su pulpa es muí blanca i sus pepas son unas de un color negro *99 i otras de color de cacao. Su sabor es mui dulce i en mi concepto tienen mucho principio zacarino i bastante mu- cilago. Se comen crudas i en elados. Son mui refres- cantes i mui fáciles de dijerir. Cada año dan dos co- sechas. En esta ciudad raro es el mes en que no las traen al mercado á donde ¡as conducen de lugares mui distantes i en donde el verano i el inbierno no aparecen sino en diferentes meses. Los españoles las tienen como una especie de pera, á quien se parece bastante. 17 La guanábana es un fruto que difiere del anterior en que su corteza esta erizada de tubérculos mui grandes, siendo su carne mas dura, su gusto agridulce i su mag- nitud 2 ó 3 veces mayor que la de la chirimoya, pues se han visto guanábanas del peso de 10 á 12 libras. Se co- me del mismo modo que la chirimoya. Su dulce es muí esquisito. En las tierras calientes el sumo de la gua- nábana sirve para curar las calenturas i aun las hidropesías. 18 El anón difiere de las precedentes en el color de su corteza que es de un amarillo oscuro. 19 El caimito es un fruto de un árbol 'bastante grande cuya magnitud no ecsede á la de una naranja pequeña. Hai dos especies, unos grandes i verdes; otros pequeños i morados. Su pulpa es de un color morado, i su jugo es algo lechoso. Su sabor es el de los higos. Pertenece al jénero crisofilum. En Antioquia, en Mariquita i en Gua- duas los comen crudos i solo se dan en los paises templados. 20 El súpote es fruto de un árbol mui alto. Su figura es algo semejante á la de un trompo. Su corteza esterior es mui lisa i .tomentosa i su color de ocre. Es orijina- río de los paises templados. Su pulpa es de un color naranjado mui subido; es mui fibrosa i esta adherida fuertemente á 3 ó 6 drupas ó cuescos que contienen una almendra mui blanca, xsu sabor es bastante dulce i pro- duce en la lengua la impresión que las mansanas areno- sas. Este fruto se come crudo i tiñe los lavios de un color amarillo. Solo los niños lo comen con gran frecuencia, pues se le tiene horror porque casi siempre contiene su pulpa muchos gusanitos de un color blanco. Pertenece al jénero Maticia, planta dedicada por el varón de Humbolt 200 al señor Francisco Javier Matiz, sostituto de la cátedra de botánica de la universidad de Bogóla. 21 El Mamei fruto de un árbol semejante al precedente. Su magnitud igual á la de los cocos; su corteza tiene color como el de ocre tostado; su pulpa es mui ten«z i de un olor mui esquisito, estando mui adherida á dos ó tres drupas (vulgo pepas.) Es orijinarío de tierra templada. Se come crudo ¡ en conserva. Cuando esta verde tie- ne un sabor mui astringente. No lo deben comer las personas de estómagos débiles, pues no lo pueden dijerir. 22 El Mango es fruto de tierra templada i lo produce un árbol de la magnitud de un mansano. Su figura es algo semejante á la de una pequeña cura. Su corteza esterior es mui lisa i delgada i de un color naranjado que es el que tiene su pulpa que es algo dulce, babosa i filamen- tosa. No tiene mas que una drupa. Pertenece al jénero risqfora. a3 El Plátano (a) este es un fruto de un árbol orijinario de tierra templada, bien conocido entre nosotros. Hai las si- guientes especies; el arton cuya lonjitud suele eslendersehas- ta dos cuartas i su diámetro suele llegar bastados pulgadas. Su pulpa es bastante consistente. Se come rara ves crudo i esto solo por las personas que tienen estómagos mui fuertes, pues el modo con que se prepara en nuestras mesas es cocido, asado i°frito. Esta especie de plátano suele ser algunas veces de una carne mui dura, lo que lo hace mas propio para hacer coli, que es una especie de ajiaco que se prepara con él i con sus otras especies cuando están verdes, pues entonces están mui lechosos i tienen un gusto mui aservo. El dominico es mas pequeño, mas blando, de un color blanco i otras veces amarillo i tiene un sabor mui agra- dable i se usa crudo en nuestras mesas. Tanto de este como del anterior se hacen plátanos pasos. La tercera especie es el guineo que es mas pequeño pero mas grue- so que el dominico. Su pulpa es mucho mas blanda que (a) En la provincia de Antioquia hai un plátano de co- lor morado. En litirivi en esta misma provincia se halla una especie de plátano cuío savor es aun mismo tiempo el del arton, el de dominico i guineo. 201 la de este i su gusto mas esquisito. De estas especies hai dos variedades que forman unos platanilos que no alcanzan á tener dos pulgadas de largo, i son los de pulpa mas blan- da i de gusto mas dulce. Hai otra variedad en la pro- vincia del Socorro donde lo llaman plátano paridor porque sale su flor, pitón ó vellota ppr entre el bástago ó tronco del árbol, el que aparece inchado causando un grande ruido para brotar hacia afuera, cuyo sonido oido á Jo le- jos parece igual á los quejidos de una mujer de parto*. El plátano es el pan de todos los habitantes de tierras calien- tes en donde se come en abundancia i preparan de él varios platos mui agradables. La constumbre en estas tierras hace que sea un alimento de muí fácil dijestion. Esto no sucede en los climas frios en donde se come en mui corta cantidad i ecsediendose de ella se indijesta i por lo común suele arrojarse sin haber sufrido ningún cambio en las vías dijestivas. El plátano guineo i do- minico se come en mas abundancia, pero hai estómagos á quienes causa un ardor intolerable acompañado de eruc- tos i dolores de estomago. Por esta razón solo deben . usarlo las personas robustas, pues á las débiles les ocasio- nan cólicos, diarreas i aun disenterias. El plátano perte- nece al jénero Musa de los sabios, (a) En el valle de Cau- ca hacen una arepa de plátano que lleban á los viajes largos, en que se conserva sin alterarse. Las Guamas, son el fruto (legumbre) de un árbol mui gran- de i mui frondoso, orijinarío de los paises templados. Su corteza (balbulá) es mui dura i en su parte interior que está compuesta de falsas celdillas, están contenidas un numero mayor ó menor de semillas, cuyo epispermo es carnoso i semejante en su estructura com el algodón cardado. Esta sola parte es la que: se come de este fruto, cuyo sabor es mui dulce. Se conocen varias especies; las grandes se llaman machetonas i sus semillas son mui grandes, de un color negro i en su figura se asemejan á las habas i quiza se podran aplicar en las cataplasmas resolutivas. La otra^ especie se llama bejuca. Las de mico son mas pe- queñas, de color de ocre i esleriormente se notan en ellas las falsas celdillas en que están contenidas sus cimientes, (a) El arto0(paradiciac(i) L) el guineo (musa sanientium.) B b 202 Hai otras cuadradas i corta* sai semejantes a las ma- chetona». Ivas de Maso son de las machetonas i dice el señor Matiz que son retorcidas i cubiertas de un pelo tomentoso de color amarillo. Las de la provincia de Antioquia son lo mismo, pues su pelo es de color de oro. Es- ta íruta en mí concepto es poco nutritiva por que no contiene bastante principio zacarino. Pertenece al jénero mimoza. El pepino es una fruta (baya) que la produce un bejuco trepador c.ijinario de tierras frias i templadas. En Bogotá se conocen dos especies'unos grandes i otros pequeños. Ambas especies presentan en su esterior rayas de color morado en unos i amarillo en otros* En la provincia de Antioquia se conocen mas especies, bajo las denominaciones de durunsogas i pepinos durunso- gas. La pulpa de esta fruta es algo tenaz i resiste mucho ala acción de la dijestion. En la gran cuantidad de a- gua que contiene el pepino se halla un principio azuca- rado mui débil i cuando esta verde un musilago mui acre, como el de todas las solanáceas, lo que hace muí peligroso su uso en este estado. Es poco nutritivo i no , conviene á los flemáticos i á los de estomago mui dé- bil á quienes ocasiona cólicos, diarreas etc. Granadilla, este fruto (capsula) lo produce un bejuco trepador; orijinarío de los paises frios í de los templa- dos, en los cuales es donde se da con abundancia. Las traen á esta ciudad en los meses de abril i mayo, septiembre, oc- tubre i noviembre. Su figura es redonda (cordata) i de color amarillo unas, i verde otras, llenas de pintas como peca$. Dentro de una capsula están contenidas una multitud de simientes á las que esta adherida una especie de baba ó de moco mui dulce cubierto con el tegmento. La grana- dilla se come cruda, i en elados. Las personas que pa- decen enfermedades del estomago no la deben comer. Comiéndolas en mucha cantidad se aglomeran sus semillas en los intestinos í causan estreñimientos mui rebeldes, cólicos i la disenteria mecánica de que habla el profesor García en su memoria. Sus especies son la badea, la cu- tupa la curaba española, í la curubita qne llaman de in- dio' Fuera de estas hai otra multitud de £pec¡e» 1 me limito solo hablar de las dos, ultimas. La española tiene Ü- 203 gura elíptica; su color es blanco, amarillo ó verde claro. Dentro de su capsula están contenidas una multitud de semillas cubiertas con la parte carnosa de este fruto que tiene un color amarillo encendido. Su sabor és agridulce. Se comen crudas í mescladas con vino, azúcar, i canela. Los que padescan de vinagreras 1 de cólicos no las deben comer, pues ellas causan estas' enfermedades. Las quru- bas de indio son bastante análogas á las españolas, de quienes difieren * por el color que es berde, siendo sus simientes mui pequeñas i la carne de color trasparente. (Pertenecen al jénero pasionaria). Ciruela común. (Spondias L.) Este fruto es mui dulce i se usa en las calenturas inflamatorias. En los meses de ju- nio i julio se hallan mas en los mercados. En los cli- mas calidos se encuentran en abundancia, i los agriculto- res deben cuidar de que su corteza no sea erída mui profuudamente, pues si. esto sucede al momento se seca. Ciruelas de castilla (prunus L) frutas originarias de la Europa meridional que se cultivan en nuestros jardines. Su sabor es dulce, se dijíeren bien, i su cosecha es abun- dante. Su color es morado obscuro ó claro i su magj nitud suele ser igual á la de una grande aseituna. Los locos i los hipocondriacos las podrían comer en gran cantidad, para ver sí logran las famosas curaciones que refieren autores respetables, en los acometidos de tan terribles enfermedades. Huchuva (fisalis Peruviana L.) Es el froto de una planta vivas iodijena de la familia de las Solanáceas, tienen un gusto dulce mesclado con uno semejante á todas las de esta familia natural. Quitándoles la envoltura esterior (Epicarpio) se cosinan en agua i después se les conserva con dulce, canela i otros ingredientes; esta preparación es útil á los que padecen lombrices. Estos frutos se comen crudos; pero deben usarse con moderación i prin- cipalmente las personas débiles, las que no pueden di- ferirlas, i les causan flatos, cólicos etc. Higos (Cactus X») Estos frutos son producidos por plantas que habitan encima de las tapias. Son dulces sin ningún signo de acides. Hai varías especies. El Melocacto que habita en las peñas de la parte de América mas caliente. El 20¿f pitajaya que habí ia en Carla jena entre matorrales mar i ti* mos. El atagono. El nobilis etc. Esle ultimo habita cu Méjico i es el que se cultiva en nuestras tapias de sola- res, los que son de un tamaño enorme, en la hacienda llamada Estansuela. En las tierras calientes se dan en mas abundancia que en las tierras frías; aunque los de aquellas no le esceden á los de estas en dulsara. To da la fruta, pero principalmente la envoltura esterior, (pericarpio) contiene mucha materia mucosa i eslá eri- sada de espinas. En las diversas especies de este jencro se cria la Cochinilla, cuyo comercio es poco ó nada lu- crativo entre nosotros. Guayavila anselma (campomanecia) que pertenece á la poliandria) Su magnitud es la de un limón. I laidos es- pecies una dulce i otra agria. Las hai en la villa del So- corro en donde las comen en abundancia. La poma rosa fruto de un árbol. de la magnitud de un roble. Su color es variegado entre amarillo i verde- Su magnitud la de un pequeño limón: interiormente tiene una almendra triangular movible. Su sabor i olor es el de la rosa convinada con azúcar. La hai en Jirón, Cu- cuta, i villa de Leiva, en donde la llevan las seño- ras por su fragancia, igual á la de la esencia de rosa. El zeñor Matiz no lá conoce, ni yo he podido conseguir una flor para averiguar su clase.i jénero. La Cura ó aguacate Lurus per sea X(a)esuna fruta cuyo árbol es mui grande que solo da fruto en tierra templada, en donde conosco dos especies; unas llamadas pescuesonas mui gran- des que suelen tener hasta tres libras, i otras pequeñas llenas de muchas fibras ó hebras cuyo sabor es el del anís, por lo que se llaman curas de anis. Es fruta que se da des veces al año, i tiene un sabor agradable i algunas son tan aseltosas que saben á mantequilla, ó manteca de le- che. Se comen crudas ó en ensalada con sal, aseite i sebolla cruda. Esta fruta la deben comer los de estomas go fuerte, pues á los qne lo tienen débil les ocasiona va- rios acidentes, particularmente cólicos i diarreas. De ellas se saca aseite igual al de olivas. El señor Mitiz dice que los que la tienen como persc&,hansnfn (lo la equivocación en creer que trese de sus nectarios son anheras. 2o5 §• 3. o De los frutos astringentes. Se llaman frutos astringentes aquellos que tienen la pro- piedad de aproximar i apretar el tejido de los sólidos, de condensarlos i aumentar su fuerza de cohecíon. Todos las sustancias vejetales tienen un sabor áspero i astringen- te: la mayor parte contienen acido gálico. Los principales frutos de sabor áspero, son el menbri- 11o, Iffs arrayanes, los mortiños, las pavas; las uvas cama- ronas, las uvas de anís, las esmeraldas, las guayabas, las ascítunas, las peras i el marañon. Los Membrillos son un árbol que se trajo de Creta á Italia, i se cultiva en el dia en toda la Europa i la A- merica. Su carne es mui olorosa i un poco acida; son muí astrinjentes. Raras veces se comen crudos porque son ¡ndijestos. Con su pulpa se hace una conserva lla- mada de membrillo que en algunas partes se llama codo- ñate. Esta se aplica para la disenteria en todos sus tiem- pos con perjuicio de los enfermos, pues solo debe usarse en el ultimo periodo que es cuando han desaparecido los dolores i la sangre. Del membrillo se hace vino, otros licores i un jarave que se ere utíl para correür la pituita. Sus semillas son mui musilaginosas i propias para hacer orchatas. Los Nísperos son frutos que crecen en la Europa i Ame- rica templada. Solo cuando están viejos tienen un sabor dulce i un gusto vinoso. No deben comerse pues como son tan astrinjentes causan enfermedades. Estos se llaman morímos i creo que pertenecen al jénero mespilus. El arándano dice Tourtelle que es un pequeño arbusto que crece en toda la Europa. Nosotros entendemos por arándano ó uva cámamna una mata como de una tercia que se cria en montes fragosas debajo de los arboles. Su tirulo del mismo nombre es silvestre, de color negro: tiene una coronita ó copete í unos granitos mui pequeños; su gusto es dulce i suave i su ollejo tan delicado que no se percibe en la boca. Los falsificadores de vino se sirven de la baya 206 de este árbol para dar color rojo k los vinos blancos los que se ponen astrinjentes. También se puede hacer un jarave de este fruto astrinjente. Richard tratando de este fruto dice que su uso es mui antiguo i lo comprueba con eslc verso de Virjilio. Alba ligustro cadunl vacinia nigra leguntur. Sí el autor habla con referencia k la palabra ligustro trata de la alheña, árbol que se suele criar entre zarzas i cambroneras. Es mui semejante al Olivo. Sus flores son pequeñas, blancas i olorosas, pero tan delicadas que si las cortan se marchitan luego. Sus frutos son unos gra- no, gruesos como los del Sahuco, verdes al principio i ne- gros en su madurez llenos de un- sumo rojo desapacible por lo amargo. Me inclino tanto mas á creer que habla de la alheña porque dice que este fruto contiene un principio colorante rojo que se emplea para teñir. Igual- mente dice que sus ramas sirven en muchos lugares del Norte para curtir cueros. Esta misma propiedad tiene la alheña pues que antiguamente las mujeres se teñían el ca- bello i las uñas por gala; i se usaba asi mismo teñir las crines i colas de los caballos como también las lan- zas de los caballeros. No puede hablar del jacinto cuya flor por lo rtgular es de color azul, í cuia planta no tiene las propiedades del arándano i de la alheña. Por las cualidades que se han descrito del arándano me hacen creer que es lo que llamamos nosotros uvas camaronas siendo del mismo jénero que las uvas de anis lia magnitud de las uvas camaronas es igual á una ave- llana i su color es un morado mui obscuro i por den- tro de un morado claro. Son mui dulces i tienen el gusto astrinjente cuando están verdes. Esta fruta causa estrlñimiéntos, disenterias i calenturas inflamatorias. Se les ha dado el nombre de oamoronasporque se parecen en lo negro á los ojos del camarón. La uva de anís es mas pequeña, de un sabor dulce mui fastidioso, que sabe á anís. Esta fruta da los mismos acidentes i comiendo muchas se producen borracheras i bahidos. La uva eamarona da un color negro á las orinas i á las heses. La policía debia prohivir el que este frulo se vendiese. 207 Los tintoreros i curtidores deben usar del árbol de uvos para sus tintas i curtiembres. Las peras son frutos del peral cuia figura es seme- jante á la de una calabera pequeña. Hai mas de ciento cincuenta variedades. La cultura es la que hace dul- ces los frutos del peral. Las especies cultivadas tie- nen casi las mismas cualidades que las mansanas dul- ces. No obstante son mas Iacsantes por que son mas acuosas i azucaradas i pasan por consiguiente con mu- cha mas facilidad á la fermentación acida en las pri- meras via9, Se comen crudas, secas, cocidas, confita- das en azúcar i cocidas en aguardiente ó en vmo. £u los paises en donde no hai vinas se saca del sumo de las peras un licor llamado pera. Siendo reciente es muí a- gradable al gusto. Se parece al vino blanco. También se puede sacar de las peras aguardiente i vinagre. Solo rw hallan en Quito i en Chile en donde se encuentran todas las frutas de Europa. Las pobos son fruto silvestre que se encuentra en los bos- ques de la provincia de Antioquia. Son mui •astrinjentes i en las estaciones cálidas i húmedas comidas aun en pe- queña cantidad ocasionan la disenteria. Las esmeraldas (melastomal*.) fruto del tamaño de la pimienta; tiene un sabor bastante astringente por lo que produce las mismas enfermedades que las prece- dentes. La planta que produce, estos frutos es un peque- ño arbusto que se encuentra en las cercanías de Bogotá. Las ojas de este arbusto tostadas i en infusión podrían usarse en las diarreas crónicas. Las guayabas de que existen muchas especies; pero de las principales son las agrias, las dulces, las de leche, i las de anselma. Tienen todas un gusto astrinjente i de ellas se hacen conservas exquisitissimas llamadas vocadillos prin- cipalmente en el lugar llamado puente de Veles, Se pre* paran también en agua melada hervida. En varias partes de Colombia, las mugeres preñadas hacen principalmente nio.de las agrias para las agrieras (piroxis) Sus'frutos contienen dentro gusanos blancos i son mui indijestos, si se co men crudos. Sus pepas causan disenterias. Las olivas ó aseilunas son frutos de nuez que los pro-* 208 duce el olivo, que según el autor crece naturalmente en la Europa meridional í en el Asia oriental. En la America también nace este árbol que es bastante grande i se le cultiva en las huertas, tanto en tierra fria como en tierra templada. En la villa de Leiba es mui abundante su plantío 1 su cosecha, aunque las aseitunas no son tan grandes como las de Europa, en donde se les coge en el mes de octubre sin estar maduras. Se les echa en lejía para despojarlas de su principio amargo; se les sasona después i se envían en botijuelas. Las aseitunas son astrinjentes í de ellas se saca el aseite que llamamos aseite de* comer del cual hai uno verde i otro amarillo que es el mejor i el que resiste al yelo. El aseite de Florencia que es amarillo es el mejor pues no se yela i difícilmente se pone rancio. Las aseitunas son de di- fícil dijestion í las personas débiles í delicadas no las deben comer. Yo he visto gravísimas enfermedades cau - sadas por el uso de las aseitunas, las que obran co- mo un veneno cuando están rancias. Los ramos del olivo son «signos de concordia, de amistad í de paz, asi como las de el laurel son el emblema de la gloria. Los arrayanes son frutos de un árbol que se dá en los climas fríos. Su magnitud es igual á la de los mortiños i su color es encarnado. Su gusto es algo dulce pero mui astrinjente í se dijieren qpn gran dificultad. El marañan es una fruta de figura casi silindrica, a- marilla í el agua que contiene es sumamente astrinjente: esta formado de fibras í de una corteza mui delgada. La semilla está hacia fuera, tiene figura de riñon 1 pende de la parte inferior del fruto; su color es gris; tiene un aseite que lebanta empollas, pero quitado este por medio del fuego su almendra es mui buena para comer. • ARTICULO a o. De tas plantas patojeras. Las plantas potajeras, llamadas orlalisassondulces i casi in- sípidas; contienen una peqneña cuantidad de musilago por lo u 2og que son poco nutritivas* Las que tienen un Sabor anuí vivo se emplean mas como condimentos que como alimentos. Ca- si todas tienen tejido muí tierno i son muí solubles, pero mui accesentes i contie'nen mucho acido carbónico; [por esto producen comunmente vinagreras i ventocedades, Estos efectos son tanto mas sensibles cuanto que ellas están mas abansadas en su vida" vejetal; por esto es ne- cesario despojarlas del acido carbónico cociéndolas i an gregandoles condimentos. El cohombro es una legumbre que tiene la cascara ver' de i su figura es larga i torcida siendo su sabor se- mejante al del pepino: sus variedades son el blanco el amarillo i el de frutos grandes. El cohombrillo su fruto es menor i mui amargo. Si se toca la planta aunque sea ligeramente saltan los que están maduros. El uzo de este debe proscribirse pues es muí perjudicial aunque se use con vinagre i sal. El cohombro debe usarse cuando esté mui maduro que es cuando es nutrivo. Este fruto es acuoso, agrio i refrescante. No se debe comer sino en poca cantidad principalmente cuando el estomago es débil i peresoso; en cuyo caso se deben agregar aIgu-> nos condimentos: de lo contrario puede causar vinagreras, cólicos, i evacuaciones. Se come crudo ó cocido; sus semillas sirven para hacer orchatas i hacen parlé de las cuatro semillas frías. El cohombrillo es un purgante vio- lento é igual á la 'coloquinlida. El melocotón es fruto de una planta anual i contiene mu- cha mas materia que las plantas precedentes; se convierte en una sustancia arenoza cuando está bien ma- duro i en algunos paises se mésela una parte de esta arina con dos de la de trigo i se hace un pan muí nu- tritivo. La semilla es una de las cuatro semillas frías, i da un aceite mui bueno. La uyama (cucurvita berrucozd) es un fruto de una planta cucurbitacea de que existen varias especies entre ellas hai una tan grande que su peso alcanza á cuatro arro- bas. El color de este fruto interiormente es amarillo i presenta una cavidad llena de fibras entre las cuales están las semillas, de las que se hace orchata. Esta plan- ta solo se produce en tierras templadas en las que sou 210 * tan abundantes que el pueblo infelis se mantiene de ellas i también sirven de alimento á los marranos. Se come cocida formando de ella ensalada i poteea. Esta planta es bastante nutritiva i no causa los efectos de las cucurbitáceas, sino en un grado mínimo. El vulgo la cree tan nutri- tiva que jusga qne hace engordar fas pantorrillas. Calabasas én Bogotá, (victorias, en las (provincias del Cauca) son los frutos de una cucurbitacea annual. Su pulpa es mui acuosa poco nutritiva. No se come cruda por 3ue es insípida, pero se hacen ensaladas con ella después e cocida. Se hace hervir en miel i después se le més- ela leche, i viene á ser un manjar esquisito. Hipócrates dice el lib. II de dieta (a) cucurvita frigefacit, et humeetat et álbum movet, i la esperiencia diaria confirma esta aser- ción. Su uso habitual no es saludable; ellas causan retor- tijones, diarreas i aun vómitos. También se come con ají. Achicoria, planta annual potajera, orijinaria de la Europa i cultivada én nuestros jardines. En ensalada es buena para las enfermedades del hígado, i también se podria cultivar utilmente para la nutrición de las bes- tias de lana. Su semilla es emulsiva i una de las cuatro semillas frías. En Bogotá se conoce cou eJ nombre de escarolas. Las aselgas blancas A rojas (Beta alva, i beta vulgaris de L ) plantas annuales comestibles. No se hace uso sino de sus ojas que son mui dulcificantes pero que con- tienen poco moco: son los lados de las ojas de la acelga blanca los que se llaman cardos. Es de advertir que lo quu Lineo llama aselgas i el cual nombre hemos adoptado nosotros, no son sino las remolachas que como sabemos hai la blanca i la roja. De esta ultima se comen tam- bién las raises que son mui nutritivas. Marggraff ha sa- cado de esta, azúcar en bastante cantidad. Ellas se con- servan en vinagre i sal; reducidas á pulpa fermentan, i vienen á ser acidas i agradables al gusto. La lechuga planta comestible annual ofrece un gran nu- mero de variedades, i hace tiempo que se cultiva en (a) La cálao asa refresca, humedece, i mueve ti vientre 211 nuestros jardines, i su oríjen es desconocido. Las lechugas tienen el primer lugar entre las plantas comestibles. Ellas ton exelentes crudas í cocidas, refrescan, humedecen i relajan. Contienen poco moco i son poco nutritivas. Son mui tiernas i solubles, pero flatulentas. Su uso se- gún Lansonio de Geoffroy ha curado los hipocondria- cos. Se cree que ella tiene la virtud de procurar el sueño; pero ellas no producen este efecto, sino moderando el mo- vimiento de la sangre i el calor, i'no por un principio narcótico que no contiene. Se dice que el uso de las lechugas producía la esteri* lidad en ambos sexos. Es presumible que ellas moderen el fuego del amor; pero es falso que le destruyan ente- ramente. Asi ellas contienen k los temperamentos ardien- tes, í se usa en todos los casos en que se tiene por fin repri- mir los deseos venéreos. Su semilla es emuísiva, i una de las cuatro semillas frías menores. La verdolaga planta potagera que crece en todas las cuatro partes del mundo, es suculenta i refrescante. En Bo- gotá 6e come en ensalada ó guiso. Se recomienda para el escorbuto. He observado que produce muí bue- nos efectos en las enfermedades de los riñones. Tam- bién es mui utíl el sumo de esta planta mesclado con vinagre rosado, en los males del hígado aplicándola este- riormente. La acedera (*) planta que vive un año i vuelve i re- toña, es orijínaria de los bosques i se cultiva en lo s jardines; ella contiene la sal de acedera (sor oxalate de potasa}^ Hai muchas variedades que todas contienen la misma sal. La acedera es poco nutritiva i se usa mas como condimento que como alimento, por lo que se més- ela con otras plantas potajeras á quienes comunica * su sabor. Ella ecsita el apetito i ayuda á la dijestion. Es mui útil preparar con ella los caldos refrescantes que se mandan en las lijeras inflamaciones de los órganos dijesti - vos i en las calenturas biliosas. También se prescribe su cocimiento para facilitar la acción de los medica- mentos purgantes. Esta yerva es mui utíl en el escor- (*) Se llana chuleo. i 212 bulo. Yo he aplicado su sumo mcsclado con el arrope de moras en el escorbuto sintomático i en el esencial con mui buen suceso. Los Groelandeses lo mesclan con la coclarea en los caldos de avena ó de cebada para curar el escorbuto. De igual método he hecho uso, mesclando el sumo de. berros, el de siempreviva con iguales parles de jarave de limones, arrope de moras i unas gotas de espíritu de sal marina, para untar las encias de los es- corbúticos i de los que padecen aftas cuya enfermedad se llama en los niños vulgarmente suin ó sun, . La col (vulgo tallos) es una planta de la familia de las cruciferas que presenta un gran numero de espe- cies i de variedades. Platón, Pítagoras i Catón han es- crito mucho de esta planta mirada con mucha veneración en la antigüedad. Es la menos acre i mas nutritiva de las de su familia • Su dulzura i su gusto azucarado la hacen mirar como un ecselente alimento. La agua en que se cuese la col ecsala un olor de almiscle. De las esperiencias químicas resulta que ella i las de su familia, contienen ázoe i fosforo. La Coliflor i el Broculi son de todas las especies de coles las mas tiernas, las me- nos flatulentas i las mas fáciles de dijerir. La col de Saboyá, ó la que llamamos [crespa, es mui azucarada i muí tierna particularmente en sus ojas superiores i mas centrales. El repollo es el que contiene la materia nu- tritiva en gran cuantidad. Las coles (*) son en jeneral mui flatulentas, en razón de la gran cuantidad de acido carbónico que tienen en combinación. Las celes mientras mas pequeñas, son me- nos ventosas. YA repollo, como tarda mucho en crecer, adquiere un tejido mas firme i mas compacto; es por esta razón que es mas flatulento i mas accesente que laá otras. Hai dos especies de repollos, uno blanco i otro rojo; este' ultimo es mas tierno i mas azucarado. Las personas que padecen cólicos, venlocedades, histérico, hi- pocondría, i debilidad de estomago, no deben comer las coles, particularmente la coliflor, que según mis obser- (*) Los naturales de Jbnia las veneraban como dioses i ju- raban por ellas. 2l3 vaciones, raras personas las pueden dijerir bien, i a las mas fes ha ocasionado violentas indigestiones i cólicos. En los paises del norte, i en los departamentos del alto i bajo Rin se hace una preparación, conocida entre los franceses bajo el nombre de ckoucroutt. Esta preparación consiste en nacer sufrir á las coles la fermentación acsida. Para hacer esto, se hacen menudos pedasos las coles, las que se echan en un tonel, echando en cada capa, ó tendada de coks, polvo de nebrina, ó fruta de hénebro. i de sal. Para cada a5 coles enteras se necesita libra i me- dia de sal i dos libras de nebrina. Cuando ya está lleno el tonel se cubre con un lienso i algunas tablas sobre las cuales se colocan grandes pesos, para que la fer- mentación no pueda levantarlas. Las coles dejan salir una gran cuantidad de agua por encima, entre las ori- llas del tonel i las tablas. Se puede agregar un poco de agua tibia con sal i pimienta en grano, cuando lascóles '. comíensan á secarse, (a) En esta preparación toda la sustancia de la col no se agria, queda una cierta cuantidad de materia azucarada que hace nutritiva la,planta. Preparada de este modo, es una de las sustancias mas alimenticias, mas propia para evitar el escorbuto: es utíl hacer esta composición en los barcos para preservar á los marineros de esta en- fermedad, i distribuírsela con frecuencia, particularmente en los viajes mas dilatados. Las coles entre nosotros, hacen el principal alimento particularmente entre la jente pobre, que las comen con la masamorra, i las llaman tallos. . Él repollo lo comen las personas de alguna comodidad cociéndolo en el pu- chero ú olla (a) ó guisándolo. Un repollo basta para el puchero de una sola familia. La coliflor se come cocida (a) Mi discípulo el dr. Segundo "Villar enviaba un repollo á Cartajena en la forma de una carta doble, i con echarlo en agua caliente se ponía lo mismo que si se eojierá de la huerta. (a) El puchero se hace cociendo carnes de res, de cordero, de marrano i de gallina, gdrbansos, arros, sal, cebolla i algunos otros condimentos, como el achote. Luego que todo 2l4 i mesclada con vinagre, aceite i sal, lo que constituye una ensalada mui índijesta. También se usa en torrejas "i de otros modos que forman platos mui esquisitos, de que no debe hacerse uso, sino en muí poca cantidad, si se quieren evitar los males que ocasionan las coles. Concluiré diciendo que el sumo del repollo es uno de los mejores medicamentos para las enfermedades del pecho como la pkurecia i la pulmonía. Hace 16 años que a- plico este sumo mesclado con iguales partes de jarave de altea i aceite de almendras en las enfermedades dichas, con tan felis suceso, que algunas veces he sacado á la vida, enfermos que tenían todos los signos de muerte. El hospital de San Juan de Dios, es un testigo elocuente de esta aserción, i el señor Simón Burgos á el sumo da repollo debe su vida. El verro es una planta vivas, acuática, que se emplea mas como condimento que como alimento; es acre, un po- co amargo, i aromático, contiene poca materia nutri- tiva, i es uno de los antiescorbúticos mas poderosos. E| verro de agua, se couie con las aver domesticas asadas formando un condimento mui agradable que escita el apetito: también se hace ensalada, ó se guisa con otra» Írerbas, Su uso dietético es mui análogo al de la mostaza. El lamado capuchina, verro de indias, pajarito grande (tropeahtm mínus) goza de las mismas propiedades. El autor dice que se cria naturalmente en la America meridional de donde ha sido llevado á los jardines de Europa. En Bogotá hai dos especies, el mayor i el menor, i se da en los gran- des bailados, de donde sale á enrredarse en los arboles k quienes matisa con sus flores coloradas que tienen un esto se ha cocinado en el agua, se echa á cocer ¡o que llaman et recado que son las turmas ó papas, la yuca, la uyama, las batatas, el plátano, el repollo, el rábano, el durasno, i la man- sana. La carne > de marrano se usa bajo la forma de chorizo i de jamón. Solo la clase infelis del pueblo no las usa en su Puchero, el que tampoco lleva gallina, ni durasnos, ni mansa- nas. Esta esplícacíon la he echo para desmentir al viajero mr. Moliens, francés- que ha querido desacreditarnos haciendo una pintura ridicula de nuestras mesas i de nuestras casas. 2l5 cuerno que se presenta en el calis de ellas, en medio de *us ojas que parecen otros tantos broqueles. Su flor puede comerse en ensalada junto con otras yerbas, i lo mismo toda la. planta cuyas semillas machacadas con vinagre tienen las mismas virtudes qu-la mostasa, pues avivan ef* apetito, i son diuréticas i antiescorbútica?. El perejil es una planta potajera, que se da dos veces al año. Tiene un sabor .acre i un olor particular. El uso del perejil es mui antiguo. Su rais se cuenta entre las cinco aperitivas. Sus ojas hacen diuréticos los caldos. Su decocion promueve el sudor. Su semilla sirve para destruir los piojos: ella es una de las cuatro semillas cá- lidas menores. El uso del perejil daña á los que pade- cen epilepsia (vulgo gotacoral) Da dolores de «cabeza a los que hajga uso ecsecivo de él. Los corderos que lo comen treMcuatro veces, sada dies dias, se preservan de la morriña, enfermedad conlajiosá del ganado lanar. El navo es una planta que se da das veces al año. En Bogotá se conocen las especies blanca, morada i colorada. Los navos son poco nutritivos; se les tiene como diu- réticos, se comen crudos, cocidos i asados -bajo la seniza. Se deben buscar los mas tiernos, los^que tengan pocas ojas i rais larga. Cortados en pequeños pedazos i echa- dos en aguasal se hace un alimento semejante al choucroutt. ^ Para tener navos en todos tiempos, se hace lo siguiente. ' Se echan las semillas de" navo en agua por a4 horas, después se ponen en un saco i se les amarra fuertemen- te i se espone al Sol, por otras a£ horas. Se siembran entonces en una tierra espuesta al Sol, i se les cubre con cajetas ó artezas que vengan iguales § las que con- tengan la tierra i la semilla: á los tres dias hai navos bue- nos para comer en la .ensalada. En tiempo de invierno se tivia el agua; se calientan las cajetas, se riega la tier-j ra con agua caliente i se colocan las cajetas en una bo- dega ó cueva. El ravano es una planta potajera annual que contiene poca materia nutritiva. En su corteza se halla la acrimo- nia de que goza esta rais. Es mui flatulenta i poco nu- tritiva. Goza de la virtud diurética, ó de mover las orinas, 2l6 La chirivia: es una planta vivas que contiene mucha azúcar i poca fécula. Es muí nutritiva, poco flatulcnta ¡ fácil de dijerir, porque en razón de su aroma ecsita suavemente el sentimiento propio del estomago. Se co- me cocida en agua, en leche i en caldos. A Tiverío le gustaba tanto que la ecsijia á los alemanes por tributo annual. Boerhave la mira como poderoso vulnera- rio, i la recomienda como especifico en el esputo de sanare. El apio ó arracacha: es una rais que se cultiva en las huertas de tierra fria, i caliente, en donde es mas abun- dante su cosecha. Contiene bastante gluten i fécula. Se saca de ella almidón, el que sirve para comerlo en ma- samorra i para darle dureza á las telas de que se fa- brican flores i otras manufacturas. También se empa- pan en el agua en que se haya cocido abftidon las ro- pas de uso, quienes reciben la dureza quv le dan las gomas. Hai dos especies de arracachas, unas amarillas i otras blancas. Las mejores son las que cocidas son bastante arenosas, i que no contienen el corazón leñoso, cuya parte es mui indijesta. La arracacha se come, co- cida, frita i asada. De ella se preparan varios alimentos. A los enfermos no se les debe dar la arracacha frita, por' que es mui indijesta. De la. arracacha molida i puesta á fermentar con agua i panela ó miel se hace chicha i ' masato. De este no deben comer las personas de esto- mago irritable á quienes les causa ardor en esta entraña (cardialjia) En la provincia de Antioquia usan de los co- gollos cocidos en la masamorra de ceniza. En esta ciudad se usa de ellos como medicamentos cociéndolos i dando su agua á los niños que tienen evacuaciones, é indijes- tiones (vulgo empacho) También se da esta agua con buen suceso á las recien paridas para, provocarles la purga (loquios) en cuyo caso fríen también los cogollos de la arracacha en manteca ó en aceite i se untan al vientre. Las arracachas mas esquisitas son las del pueblo de Pasca i las de Bosa. El esparrago es una planta vivas que se cria en los lu- gares arenosos, no mui calientes de la Europa. Sus co- gollos estando tiernos, se comen después de haberlos he- cho hervir en agua. Son lijeramente azucarados i nutrí- 217 ti vos; comunican á la orina un olor desagradable, i es- triñen el vientre. Sus raises se cuentan en el número de las aperitivas menores. El uso escesivo de los es* parragos produce el espulo de sangre; i según algunos autores acelera el retorno de los acsesos de la gota. La alcachofa es una planta vivas de la familia de los cardos, que crece en Aravia, en Europa i en America meridional, en donde hai muchas variedades. Lo único que es alimenticio, es el receptáculo de la flor, cuya acri- monia se le quita hirviéndolo en agua; entonces su teji- do queda tierno, de una dijestion fácil, un poco azucara- do i musüajinoso, í por consiguiente, nutritivo. El uso habitual de la alcachofa causa desvelos. Se pueden con- servar los receptáculos secándolos después de haberlos co- cido en agua caliente. La alcachofa la pueden comer los Combalecientes. La zanaoria es una planta que se da dos veces al ano la que se ha perfecionado por la cultura. Las distintas variedades de esta planta, tienen las mismas cualidades medicínales i aliméntales. No se hace uso mas que de su rais ¡es mui dulce" i nutritiva en razón, de el azúcar que contiene. Es un alimento mui lijero, no flatulento i mui sano, particularmente la que tiene color de naranja. Es dulcifícame, pectoral i diurética. Reducida á pulpa quita el dolor, i cicatrisa las rajaduras de los pesones dé- las recien parida». El («) Quer describe tn España seis especies de cebollas á saber, la blanca, la roja, la redonda, larga, sativa i silvestre. Deben preferirse las blancas. - Vauquelin da como principios constitutivos de la cevolla: i.° un aceite blanco, acre, vo- látil que tiene en disolución áéifre h que la hace fétida. a.° una materia vejeta animal '¿análoga al gluten que se concreta por el calor ; 3.° una gran cuantidad de musilago semejante á - la goma arábiga; 4-° acido fosfórico tan libre que esta eonvinado á la cal, acido acético i un poco de cífrate calcáreo ; 5.° en fin contiene la fibra veje til. El ajo contiene asufrt alhuiiina, materia' azucarada i un poso de fécula . t 219 Los hongos, zetas (vulgo paragüitas ó pedos de bruja) estos son unas plantas cuya familia tiene muchos jeneros, es- pecies i variedades. Ellos crecen en la superficie de la tierra i sobre las sustancias animales i vejetales que se descomponen. Los hongos son vejetales de naturaleza a- nimal, que aunque son nutritivos i agradables al gusto,' unos incomodan, otros dan la muerte i todos se difieren con dificultad. No obstante la sensualidad ha hecho que los hombres se esponfln á comerlos, i los antiguos han sido tan glotones como los modernos. Nerón .les llama- el guiso de los dioses, porque Claudio, á quien el sucedió emponsoñado por los hongos, fue colocado después de su muerte en el rango de los dioses. En Cundinainarca jamas se han comido; no obstante los estranjeros quie- ren introducir su uso. Yo aconsejo que nadie los coma, pues la mayor parte de ellos son venenosos, i hai algunos cuyo olor según varios •autores, causa la epi- lepsia (vulgo gotacorat) i la locura. Por si acaso alguno se envenenare con ellos, voi á ma- nifestar sus malos efectos que son lentos, pues su acción se dea senyuelve á las doce ó veinticuatro horas después de ha- berlos comido. Esta se manifiesta por vómitos i evacua- ciones, por orinas ensangrentadas,"por aventamientos mui grandes, por ardor de estomagó, dolor de tripas, sed ar- diente, congojas, agonías ¡nesplicables; postración de fuer-. zas, sudores frios, temblor, í gangrena. Todas estas se- ñales las hacen variar la sensibilidad del sujeto, la can- tidad de hongo, i otras muchas circunstancias. Para remediar al emponsoñado por los• hongos es nece- sario cuanto antes hce.lé imitar i evacuar mucho^ ha- ciéndole tomar al mismo tiempo gran cuantidad de coci- miento de rais de malbisco, ne malbas, de semilla de li- nas* ó de la rama, aseite, leche, caldo gordo', manteca derretida, ó cuando no haya nada de esto, hacer beber mucha agua tivia, .i echar ayudas de la misma. Tam- bién es muí útil con estas mismas aguas dar baños i lomentaciones emolientes; despms de haber evacuado bas- tante se tornaran en un vidrio de agua 16 gotas de éter Miltunco. El vomitorio que puede emplearse antes de lo nar el eter; se reduce á i5 granos de ipepacuana ó raisilla ai- 220 sueltos en una jicara de agua tivia. Después por pur- gante se pueda dar una onsa de sal de glover. Cada me- dia hora se dará una cucharada de la composición siguien- te. Se mésela una onsa de aseite palma-cristi ó higuerilla con onsa i media de jarave de chicoria. En las ayudas puede echarse cada ves media onsa de sal de Inglaterra. (Véase la obra de Orfila titulada, Socorros a los envenena- dos i asfisclados i la Toxjeolojia.) Cuando se han calmado ya todos los accidentes, se le puede dW al enfermo, peque- ñas cantidades de vino, i de alimentos suculentos, dados en pequeña cantidad. La criadilla de tierra: es de la familia de los Hongos por lo que no trato de ella. En el apéndice de esta obra trataTé .de oíros alimentos, si logro el qne los señores que profesan la botánica me ausilien; pues hasta ahora nada me han comunicado, i he tenido que trabajar precipi- tadamente este articulo, comunicando mis dudas á los señores Maiis i Hernández actual discípulo mió, i cursante de Bo- t mica en la clase del dr. Cespedez, quien después de re- pelidas suplicas mías, i ofrecimientos de su parte, no se ha dignado comunicarme nada, de lo mucho con que el podría liaber enriquecido una obra tan útil á la humanidad ARTICULO 3. o De los granos Hai dos especies de granos ó semillas: las Gramíneas i las Leguminosas. §.°«.° De las Gramíneas. Las Gramíneas, son mui nutritivas, en razón de la fécula u almidón i de la materna azucarada que ellas contienen. Sus ojas sirven de nutrimento al ganado; i tos mas pe- queños de sus granos á los Aves: la mayor parte sirven comunmente de alimentos al hombre, en casi todos los lugares del globo. Todas son saludables escepto la sisañu 6¡oyó. •Por su grande utilidad, ó por la ruc^i,),,! (¡..L- .tienen 22Í los hombres, e:> que la naturaleza, ha mnltiplicado casi á lo infinito estas plantas en todos los climas habitables, i que sus semillas se hin formado de manera que puedan ser transportadas por los vientos á lo lejos. Estos veje- tales cosmopolitas, crecen en doade quiera que hai tier- • ra. Sus troncos i sus ojas son mui tiecsii>k¿ .iob'.indose con facilidad, i volviendo á adquirir su primera situación, después de haber sido pisadas: la lluvia la mas suave, les hace reverdecer, cuando se secan por el ardor del 30I. La fécula es una sustancia nutritiva repartida con abun- dancia en el reino vejetal; la mas grande cuantidad de esta materia preciosa, recide en los granos, i particular- mente en los de las gramineas: allí se ha depositado para servir á la nutrición i al desenvolvimiento del jermen de la planta El hombre ha reconocido por una especie de su instinto en los granos délas gramineas, un aumento análogo asa naturaleza, i que merecía la preferencia sobre una infi- nidad de otras. Es probable, que al principio se comían estos granos sin ningún» preparación fuera de la de los dientes que los molían; la saliva que los diluya, i el ca- lor del estomago que les dá una nueva preparación. Por la misma razón se ensayó el modo de multiplicar es- tas plantas por la cultura, de separar la harina de los granos;! en fin de darles las preparaciones que les hacen •mas agradables al gusto, i de una dijestion mas fácil. Imitando los procedimientos naturales, los molineros se valieron del uso de los dientes para sus maquinas; la lengua i la sálíba dieron la idea del amasijo, i el «esto- mago el del horno. Al principio i por muchos siglos se cocía el pan vajo la ceniza, como se puede compro- bar en los tiempos de Abra han. Antes de inventado el mo- do de separar la harina del salvado ó afrecho se usaba de una especie de masamorra mesclando la harina con agua. Finalmente debe decirse que el uso de las gramíneas i su cultura remonta á los siglos mas remotos, i esta de- mostrado, que han hecho la base del nutrimento de las naciones cultas í barbaras. „ La cebada es un planta que se da dos veces al ano en la America. Se conocen cuatro e.«peru?s.. La harina 222 de la cebada que es dulce, es un nutrimento mui- antiguo. Hacen de ella pan algunos habitantes de los Alpes i del Norte. En Cundlnamarca como son tan abundantes los trigos, solo se hace uso de la cebada como medicamento i como alimento para las bestias. El pan de cebada tiene el defecto de endurecerse mui pronto: lo que podra servir de señal para conocer la harina de trigo mesclada con la de cebada. Todas las gramineas pasan con mucha facilidad, á la fermentación vinosa. Esta propiedad se halla en un grado su- blime en la cebada por lo cual se prefiere esta para ha- cer la cerveza, que no es otra cosa que una decocción de arina de cebada, rebentada ó jerminada, i puesta á cecar para después ponerla á fermentar, por medio de un fermento; i á la cual se le agrega un poco de lúpulo ó hombrecillo. La cebada es refrescante ó accecente: su uso es mui útil k los biliosos ó atrabiliarios; como también en todos a- quellos casos en donde el sistema humoral tiende fuerte- mente á lá alcalecencia. Ella es mui nutritiva,. goza de la virtud anticeplica, lo que le hace mui útil para preca- verse i curarse el escorbuto. Por esta razón los ingleses proveen sus barcos de cebada, en las largas navegacio- nes, particularmente en las del Norte. Se hace uso de la cebada después de haberla despo- jado de su cascara, ó concha. Se llama cebada mondada* la que esta sin'ella; i cebada perlada á la que se le ha- ce sufrir cierta preparación que la pone semejante al mijo. Los antiguos prescribian la cebada en forma liquida, como alimento en las enfermedades agudas; le daban el nom- bre de tisana de la cual hacían tres especies. La i.* era una decocción de una parte de cebada mondada, en 10 ó 15 partes de agua: la hacían cocer hasta que la cebada se disolvía perfectamente i no formaba sino una masa. Esta se llama tisana entera, ó colada. Esta la colaban para separar el grano i servirse de ella en las enfermedades agudas. La 3. w especíese llamaba tizana colada. Hipócrates tiene á esta tisana como el mejor i mas suave de los alimentos. Los médicos latinos i araves. ha- cen la tercera especie de tizana cociendo la cebada sin 22$ colarla ; esta se reputa como bebida i no como alimento. Kn et dia se hace uso de lá segunda tizana que los mo- dernos llaman crema de cebada. La cebada que se mésela con el trigo en la proporción de una tercera parte de la mitad hace un pan de cuali- dad inferior. Este no lo deben usar sino los que tengan estomago fuerte i que se ejersilen en ir.ibajos mui peno- sos. Según Plinio los gladiadores atenienses, que se nu- trían con cebadarse llamaban llordiati. ía) La avena planta cereal annual, presenüPBos especies la blanca i#la «egra. El grano de n\ena tiene poca harina, i la que *ella dá, no tiene ni sabor azucarado, ni es tan accecente come los otros granos. La harina de avena sir- ve de nutrimento á muchas naciones ' septentrionales de Europa. Tiene las mismas señales que ia cebada i com- viene en las mismas circunstancias. Los antiguos Jerma- nos, los Escoceses, los habitantes del Norte, de Inglaterra i los Suisos pruevan, alimentándose con'ella, que no es tan in- salubre como lo había dicho Galeno. El pan de avena es negro, amargo i de" difícil dijestion. . El maís, trigo de Turquía, ó de España, de la India, cara de los peruanos, es una planta visannual orijinariadela América, (a) La composición oproximativa de la harina de sebada es la siguiente: reciña amarilla, una parte, estracto gomoso ' azucarado 9 gluten 3 almidón 3a, hordina 5S. Según Ihenard esta ultima se coloca entre los principios dudosos 1 es el que daña á la bondad de esta harina, pues sino seria muí nutritiva. El dr. Céspedes nos dirá si aqui hai la sebada cua- drilonga la que llaman arras en Alemania. La ladilla de España, i la trigada que según el abate Buldot es la mejor i mas fácil para trabajarse, teniendo la ventaja de producirse en iodo terreno, de multiplicarse mucho i de reproducirse aunque el grano este muí viejo. Semejante noticia sena un grande descubrimiento para la agricultura. La avena con- tiene 5q partes de fécula, 43o de albúmina, 35o de goma 835 de azúcar i de principio amargo a de aceite graso, 1 un poco de manteca fibrosa. Journet dice, que la cascara contiene un principio oloroso semejante al de la bainilla que stne para aromatisar los licores, el chocolate etc. 224 > llevada á principios del siglo 16 á toda la Europa. Su semilla da una harina mui nutritiva i agradable al gusto; que mesclada, con proporciones convenientes de harina ib- trigo, se prepara un pan Jijero. Ella contiene, mucha fé- cula, i es mui nutritiva. Se conocen las especies siguien- tes: el amarillo, el rojo, el asul, el morado, el blanco i el jaspeado. En tierra caliente se eleva casi á la altura de cuatro varas i su caña suele ser tan gruesa como la caña de azúcar i por lo común dá tres ó cuatro masorcas, ó jojotos. En Ufcra fria, el mas alto dá la lonjítud de tres varas, i cuando mas tres masorcas. Su vejetacíon en tierra calida, es tan pronta que á los tres dias de sem- brado está el tallo fuera de tierra, í antes de los cinco meses se coje la cosecha Las especies de mais de que hemos hablado tienen varios nombres, como los de, tibame, yucatan, amarillo, mais arros etc. Como el mais es el a~ límento mas universal entre los americanos, se preparan con el varios alimentos. Asi es que mesclandolo con cua- jada de leche, mantequilla i sal, forman un pan mui delicado i lijero que tiene un gusto esquisito, que llaman almojavanas. Estas no todos los estómagos las pueden dije-4 rir. Conviaando laarina de mais con huevos, mantequilla ia- zucar se forman las arepitas, de las que hai muchas varieda- des, i otra multitud de pastas, de que abundan nuestras mesas. Se prepara también del mais antes de haber llegado .á\ su estado perfecto de madures (que es cuando los granos de la masorca eslan mui blandos, i llenos de un licor lechoso muí dulce) lo que se llaman vollos ó ayacos de masorca. Para hacerlos muelen perfectamente los granos de la masorca i le agregan luego leche, mantequilla i algunas veces queso i la suficiente azúcar ó sal. Esta masa se echa en las ojas de la masorca, i se ponen á cocer por largo tiempo. Para comerlos los calientan en parrillas ó los fríen en manteca, ó mantequilla, usándolos regularmente con el chocolate. De la misma masorca sue- len hacer masamorras. Esta clase de alimento es el que mas usa la jente pobre i se prepara con el mais amarillo, con el arros, ó blanco, que es el que mas vale en nues- tros mercados, del cual la .jente de comodidad pre para la masamorra tostando ó moliendo solamente el mai> 1 225 i haciendo un a harina muí fina, la que se pone á cocer con agua, sal i el condimento de sevolla, ajos i un poco de color: se le mésela turma ó papat repollo, alverjas í carne fresca ó salada. Esta especie de cernida hace parte de la sena que se usa- en nuestros puebfos. La jente de estomago delicado, no le mésela las carnes i granos de que he hablado. En la provincia de Antioquia se le hace sufrir al mais una lijera maceracion para pilarlo Iue»o i cocerlo, con azúcar i leche, ó con agua ¡ sal, agregán- dole un poco de flor de seníza mui pura. Digan lo que se quiera de esta masamorra, en mi concepto es un alimento muí sano i nutritivo, pues los antioqueños son jentes mni sanas, robustas, vigorosas, fecundas i libres del terrible mal del coto, cuya enfermedad la quita en mi sentir el uso de la seniza. Digo lo mismo de la ma- samorra de los pueblos de Cundínamarca, pues es el ali- mento que usan esclusivamenie los habilanles del campo, quienes conservan una salud inalterable i dan ejemplos de lonjevidad. El modo con que se prepara su masamor- ra es, moliendo lijeramente el mais i poniéndolo a maserar en agua hasta que adquiere un olor ingrato. En tierra ca- lida á las 2.{ horas esta en disposición de hacerse la masamorra con él; pero en tierra fria tarda 4 ó 6 días, para formarse lo que se llama piste. Eu Popayan man- tienen el mais en maseraclon por 8 ó 12 dias, para que se cdwvierta en pitte. Después lo lavan mucho hasta quitarle el mal olor, i forman con el, un pan que se lla- ma tortilla. En la provincia de Antioquia hacen el pan pilando el mais sin ponerlo en maseracion, i lo mismo se hace en el Orinoco. Es de advertirse que en Popayan le agregan seniza ala masamorra, pero en menos canti- dad. Tarfkien se prepara con el mais los ¿o/los (ayacos) i ¿amales. Ca mosa de unos ¡ otros se forma con el harina del mais, manteca, sebolla, ajos i otros condinu nlos, como el asafran, agregándole á los primeros carne »ie marra- no i á los segundos, cariflk de pichón, de gallina ó de pollo, arros, garbanzos i chorizos. Los bollos son mui indijestos i asi es que los que los comen, están por tres ó cuatro horas erutando un gaz, cuyo olor es el de la gran cantidad de cebolla que entra en su composición. l;.s,\.o l] c 226 quisi se evítaria echándoles menos* cebolla i dejando esta por 24. horas en agua caliente, para quitarle su acrimo- nia. El tamal es menos indijesto; pero tanto este como el bollo np lo deben comer las personas que pa- decen cólicos, diarreas, disenterias, histérico, hipocondría i gota. Este tratado se haría mui difuso si en el espu- siera los diversos alimentos que se preparan con el mais, pero tengase ¡por regla jeneral, que todos ellos necesitan estómagos muí fuertes para dijerirlos, i que solo los so- portan bien, los agricultores i los que tienen una vida activa i laboriosa. También debe advertirse que de las alimentos preparados con el mais, son mejores aquellos en que este grano «ha sufrido bástanle maseracion i fer- mentación, con lo cual se despoja de esta película ó pe-. Hejito que lo cubre, como ?e vé en lo que se llama mute cuyo alimento también es mui indijesto del modo que se prepara en Bogotá, (e) El mais yucatan sirve de medicamento en los llanos en donde curan con el la tiricia. El medo con que se siembra el mais es abriendo un cujero de la profundidad de una cuarta, i echando en él dos ó tres granos, i cubriendo la fosa con Ja tierra sin apretarla. La distancia que se guarda de un foso á otro' es de media vara a tres cuartas, ó de una cuarta cuan- do se siembra (como en Barinas) para alimentar ios ga- nados í bestias: pues entonces solo • se le deja aechar espiga, i se llama malojo. En Opon territorio que esta delante de la ciudad de Veles se dá el mais á los 4o dias de sembrado. Creo que hai otras tierras calidas, particu- larmente en los llanos, en que cojen cuatro cosechas anuales. Es de desearse que los químicos que viven en esta du- dan nos den el análisis químico del mais i deábtras plan- Las colombianas de que hacemos uso en nuestras mesas. El licor llamado chicha se prepara con el mais i es casi el alimento de la jente pobre. Hablare de la chicha en el tratado de las bebidas. % (e) En Antioquia hacen vi acocho i una especié de \ olio del mais, el que diera un año sin dañarse. 227 El airoj (*) es orijinarío de la India, de la NIgrycia, de las islas Filipinas i de la América. Se le cultiva hoi en todo el oriente, en la Carolina, en la Jeorjia, Ja- maica, Italia i España. En Colombia se le cultiva en la mayor parte de las tierras calientes, i ojala 6t culti- vara en todas ellas, pues todos sus terrenos lo producen mui bueno. El arros de Levante i el de España son ro- jos, i el de la Carolina i Colombia es blanco ¡ sus gra- nos son mui grandes. Una multitud de naciones lo usan como un alimento jeneral. El es un poco azucarado, asce- cente i fermentable. Es muí nutritivo, fácil de dijerir», i no es astrinjente, pues si cura la diarrea i disentería, es en razón de su musilago. Con el arros se hacen muchas* preparaciones alimenticias que son mui agradables al gusto i saludables. En nuestras mesas se usa diariamente bajo las composiciones llamadas sopí de arros, arros aguado, arros seco, ó á la valenciana, torticas i bollos de arios ó ma- samorras llamadas en Yene?uela atol. De, esta ultima preparación se usa en la enfermedades agudas, agregan: dolé azúcar, ó sal. Uno de los postres mas usados entre nosotros es el arros de leche, ó la masamorra de arros á la que se le agrega canela, núes moscada i algunas ve-> res yemas de huevo. Se puede preparar pan, mesclando la harina de arros, con la de 'trigo. El ciudadano Bernard presento á la academia de Be- ziers, una memoria, el 8 de noviembre de 1786 en que trata de prebar que el uso ecsecivo del arros, lleva su acción esencialmente sobre los nervios .i debilita la vista en tales términos que al fin causa la ceguera. También cita el ejemplo de un negociante de Bcziers, á quien se le inchaba la cara luego que comía arros. Manee, después de escrita esta memoria observó en si mismo los síntomas del dicho negociante i los evitó en adelante haciendo tos- tar el arros antes de prepararlo para su mesa. Ponicn- ("*) El arros está formado de 96 partes de feciJa, de una de azúcar, 15o de aseite graso i de 20 de alvumina Bru- canot ha es traído del arros de la Carolina, agua, fécula, pa venchima, materia vejeta animal, azucac incrisialisab.'e, materia gomosa, análoga a la del almidón, aseite i fofale de cal. 228 a dose agua fria en la cara se le disipé la inchazon. T)e lo dicho parece que el arros contiene alguní con venenosa, pues que las inchasones de algunas partes del cuer- po las causan los venenos.(a) No obstante el arros es ino- cente: el abuso de esta sustancia lo mismo que el de to- dos los musilagos, puede producir semejantes fenómenos simpáticos. Tissot, Porta i Boerhaave, comprueban esU verdad, pues según el i.° un enfermo sufría estornu- dos, mientras la manna que habia tomado penmnecia en el estomago. Iguales efectos sentia según el 3. ° una jo- ven cuando tomaba un poquito de vino de España, i según el 3.° algunos sufrían inchason en la cara, cuando toma- ban frutas de la mejor cualidad. De esto se infiere que en ciertos individuos, el sentimiento gástrico eslá afec- tado de un modo particular, por ciertas sustancias. A mi me sucede que si' tomo una dragma de arros seco al tiempo de señar, me causa índijestion violentísima, i có- licos mui fuertes, cuando por el contrario en cualesquiera otra ora del 'dia, el arros es para mí una comida mui fácil de dijerir. Es probable por tanto que el uso esce- fvivo ó mui continuado del arros, debilita el cslomag.i i no solamente causa los accidentes que se han dicho, sino indijesliones, diarreas, i aventamientos. Por tanto deben abstenerse de comerlo las personas á quienes cau- se estos acidentes. En los soldados que van al hospital suele causar estos males á pesar que es la comida ó rancho que se les da en su cuartel. Una de las comidas que se prepara con el arcos, azúcar i agua puestos en fer- mentación, es el guarrús. Esla composición solo la pue- ¡ien soportar estómagos mui fuertes, particularmente si no ha acavado de hacerse la fermentación, pues he visto infi- nidad de personas acometidas de cólicos, coleta morías vinagrera*, i aecidenles histéricos, orijinaaos de haber co- mido guarrús* Las que padecen estos accidentes no deben comerlo firincipalmejile ñor la tarde, que es li hora en que se, acostumbra en esta ciudad, pues apenas ha habí* do tiempo para hacerse la dijestion-. (a) En la provincia del Socorro, cuando se comlcnzi á for- mar el grano del arros, dan fríos i calenturas á los que hahihu arca de Ja sementera, sin que el terreno sea p.'.,/:Ln¡,s-s'). 229 En la India por medio de la fermentación, sacan un licor vinoso del arros que lo9 emborracha mas que el vino mas violento. En estos países una decocción lijera de arros es el vehiculo de todos los m dicamentos. En- tre nosotros,' el agua de arros es mui útil en las enfer- medades de los riñones, útero i vejiga i en las diarreas i disenterias^ En algunas tierras calientes, se hace el guarrús con mais. E\-centeno es una planta cerial, annual que se cria es- pontáneamente en la Síveria. Hai cuatro especies, el ce- rial, el velloso, el oriental i el cretense. En Europa lo siembran en otoño i en la primavera, i de aquí resultan las variedades de centeno de hibierno i centeno de estío. Las hojas del centeno, son mas largas, mas verdes i un poco belludas; las cañas ó pajas son mas débiles, i mas elevadas; li espiga es mas cuadrada mas belluda i mejor formada i tiene cuatro hileras de semillas en los terrenos fértiles. En los años ordinarios dá 20 granos cada es- plea. Laliarina del centeno es dulce, un poco negra, 1 contiene poco gluten; es mui fácil de agriarse en los estó- magos de los que no están acostumbrados á él, producien- do evacuaciones. El pan de centeno hace el principal alimento de los habitantes del Norte 1 de las montanas, quienes lo usan en forma de galletas. El color del pan es moreno i pesado; su ¿nsto es agradable; es muí nutri- tivo; ¡ un poco refrescante. Mesclando el harina de trigo i de centeno se obtiene un pan mas sustancial 1 nutritivo. También se. usa de su harina para cataplasmas resolutivas La fuerza I vigor de que gosan los habitantes ¿el Norte les permite i les hace necesario su uso. De la harina de este grano fermentada con agua se saca aguardiente. Hasta ahora no se han comprobado 'la virtud de acelerar el par- to que algunos le han atribuido. Vauquehn dice: que tiene las sustancias siguientes- i.» dos materias colorantes* la una amarilla i soluble en el alchool, 1 a otra morada é msoluble: 2.' una materia aseitosi dulce 1 mm n- húndante: 3.° un acido que se crees el fosfórico:*. amoniaco libre: 5. o una sustancia véjelo animal fac. de podrirse i por consiguiente, no se le ha hahado ^S«-> 2^0 el, ni almidón, ni azúcar, ni musilago, ni albunima, ma- terias de que esta compuesta su harina en el estado ordinario. El centeno padece la enfermedad llamada Tíson, la que cambia su forma, su composición, i lo vuelve venenoso. Sus espigas se cubren de una corteza morada i sus gra- nos toman la figura de cachitos ó espuelas de gallo. Se notan también cavidades que parecen formada! por insectos. Los granos del trigo que tienen esta enfermedad se rompen como una almendra seca. Su harina tiene un olor desagra- dable i un sabor acre, semejante al del trigo podrido. %Esfa harina contiene un acido que se precipita en el agua de cal; á el se debe la cualidad irritante séptica, la que le comunica al pan mesclado con esta harina, la cua- lidad venenosa. Estas son las señales de la enfermedad que produce el |pan que tiene mésela de centeno con la enfermedad con- tajíosa del tizón. El enfermo comiensa k sentir en los pies una especie de ormigamiento; en seguid^ sufre vi- rvos dolores de estomago i ganas de vomitar. Sus pies i manos se entiezan. Se perciben dolores mui agudos ■en ellos con una sensación de calor que parece que le queman sus estremidades. Enseguida se ponen tan aton- tados como los borrachos, quitándoseles la vista ó viendo los objetos dobles: sus potencias «se trastornan, i aumen- tándose la embriagues, el cuerpo forma un arco, pegan- do casi la corona con los talones de los pies; echan por la boca una espuma sanguinolenta, amarilla ó verde; la lengua se les hace pedasos por la violencia de las convul- siones, inchandose á veces tanto que quita la vos. Sí la cuantidad de centeno atisonado se ha comido en abun- dancia i por largo tiempo,»se apodera de los miembros una especie de gangrena seca, llamada ustilajinosa, i que es tal, que después de haber sido estas partes afectadas de dolor i de estupor, se secan sin incharse i pierden des- pués el sentimiento i el movimiento, desprendiéndose del cuerpo sin echar sangre. Se han visto enfermos vivir en este terrible estado. Cuando ha sido epidémica esta en- fermedad, ha acometido á mas hombres que á mujeres. Luego que se manifiesten estos síntoma?, si el enfermo 231 no ha vomitado se le dará para provocar el vómílo, bastante agua con azúcar, con miel ó con panela, i se le echaran ayudas de lo mismo. Mas sí á pesar de haber vomitado i evacuado el enfermo está como apoplé- tico, se le dará una sangría del braso ó unas ventosas sajadas en el cogote. En seguida se le darán vinagradas las que no deben usarse si el enfermo no ha vomitado i evacuado bastante. En este caso se aplican las ventosas ó sanguijuelas al vientre, i se le da á beber agua de mal- ha, de rais de malvisco ó de linasa. Si se observa des- pués de haber vomitado el enfermo, que tiene convulsio- nes ó delirio, se le dará cada dos horas una onsa de jarave de amapolas blancas. • El trigo es planta cereal annual de que hai las especies siguientes; el español, el pelón ó chamorro que no tiene ras- pa; el barbilla que tiene la espiga mui larga; el pocho de espiga corta, i que tiene cuatro carreras de granos mas que los otros. Estas son las especies que ha observado «n agricultor amigo mío, las que convienen con las que es- plica Bosquilion en las notas que pone á Otilen. En los buenos terrenos tales como el de Soacha, Tasco la carga da treinta cargas, i en los que no son mui buenos dan dies cargas, por una de sembradura. El triga se siembra en enero, febrero ó marzo i se coje en setiembre. En unas partes se siembra mui tupido i en otras no. A ve- ces es preciso dcservarlo, quitando hasta la avena que le perjudica. Cada clima, cada provincia tiene sus especies particula- res de trigo,- i se prefieren aquellas que se han aclimatado mejor. El buen canpecíno ó cultivador cambia las semi- llas de un lugar para sembrarlas en otros. Y asi se ve que las semillas de un pais frió, producen mejor en un pais templado. El trigo sirve de alimento á la mayor parte de las naciones civilizadas, sufre Jas temperaturas estremas de calor i frió i asi crece también en los pai- res del Norte, como en los del Ejipto. No se conoce por tanto el pais de donde es oeijinario. Algunos le dan por patria á la Sicilix, otros á un tugar de la Tartárea Moscovita. Sea cual fuere la patria del trigo debemos confesar que es ei don mas precioso con que ¿1 Criador 332 ha ausiliado á los hombres, quienes lo ven fecundisarse prodijiosamente por la conservación de su especie- Su arina despojada del salvado ó afrecho sirve para una multitud de preparaciones alimenticias. De ella puede sacarse a - guardiente i almidón. Se emplea mesclada con levadnra para hacer el pan, ecsitando la fermentación para poner- lo á cocer, luego que esta en la disposición que llaman nuestras panaderas, liúdo. En esta ciudad se sacan de la harina de trigo las siguientes: i.c la flor de harina de la que se forma el pan llamado torta, á la cual se le agre- ga fuera del fermento sal, levadura, la agua, la leche, la man- teca ó la mantequilla, i huevos. Es'a especie de* pan es la menos sana por los agregados de que hemos hablado los que le quitan la cualidad que tendría la torta sin ellos, de poderse dijerir perfectamente (a) De la segunda hari- na, llamada de pan de á dos que es menos fina, forman con el fermento agua i sal, el pan de este nombre. Que es muí saludable siempre que esté bien cocido lo que se conoce por su poco peso (*) De la tercera harina que es un poco mas morena se forma el pan llamado mogollo el que tiene un sabor mas agradable que el pan de á dos siendo su corteza mas grueza* Es una observación mui constante que en estos paises las personas que co* raen el mogollo lo dijieren mejor; sin duda contribuirá el que se masca mas, i por consiguiente se mésela con mayor cantidad de saliva, ¡ el no tener condimento. A este pan suelen agregarle algunas panaderas la flor de hari- na, pero el nunca lleva mas en su composición que sal ¡ agua: 4«° el pan de salvado que lo forma este, i que se (a) El pan bueno se ablanda en la humedad, se seca en un lugar calido, se conserva cierto tiempo sin enmohecerse, se esponja echado en cualquier liquido, i se muele con facilidad en la boca. El pan caliente, según Lineo ablanda los dientes i las muelas, i les hace que se meneen; pues observó que pues- to marfil i cuerno en pan caliente, se ablanda como la cera. (*) El pan mui blando vulgo masa cotudo, el mal coci- cido es demasiado acido, el qre tiene poca sal, el enmolicado i el que llega ¿i criar gusanos son nauccabundos, indijestos i 233 llama tnogollitas á las que sele agrega un poco de la masa del pan de á dos. La jente infelis i particularmente los indios hacen uso de este pan, porque les dan cuatro pa- nes regulares por un cuartillo. La antigua constumbre en hacer uso de él, los duros trabajos en que se ejerci- tan estos desgraciados i la buena dentadura que conser- van hasta la vejez, sin duda contribuyen mucho para que puedan dijerir un aumento tan grosero, tan poco nutriti- vo, i tan á proposito para causar enfermedades. El uso del pan amasado con solo el fermento, agua t sal hacia que nuestros antepasados viviesen tan largo tiem- do, i esentos de muchísimas enfermedades que sufren los habitantes de esta ciudad, i de que están libres los habi- tantes de los demás pueblos; pues en ellos las panaderas logran las mejores harinas, las que elavpran, sin los infi- nitos condimentos (a) que el lujo i la intemperancia ha in- troducido para mesclar con el alimento mas sano, i el mas universal que el autor de la naturaleza ha concedido á los hombres para su diario sustento. Apenas sale uno de esta ciudad, a uno de los pueblos que la rodean, cu- ando ya encuentra el verdadero pan, el que á lo esquisito de su gusto une la ventaja de reparar el cuerpo sin alterar la salud. La villa de Zipaquí- ra es uno de los lugares en que se come el pan mas esquisito, mas blanco, mas grande i mas varnto. En este lugar no se agrega sino leche en algunas casas, i en o- tras suelen amasarlo por especial encargo al estilo con que se amasa en esta ciudad i entonces se nota su dife- rencia i se palpan las ventajas que proporciona el ama- sarlo sin condimentos. Las pocas enfermedades que pa- septicos La arepa sino esta bien tostada es mui indijesta. Lo mismo digo de la arepa de mais, de que tdnio uso se hace en Ocaña, Antioquia, Popayan i Venezuela i en nuestras tierras calientes, (a.) Se usan de los condimentos para que dure mas el pan sin endurecerse. Se me asegura que en Quito, el pan ama sado por la mañana, está ya por la noche mui duro. Las aguas en mi concepto influyen en que salga bueno el pan. F f 2S4 decen sus habitantes, quienes con relación k lo estenso de su población no dan el numero de enfermos que le cor- respondía á esta villa, en la que he ejercido largo tiem- po la medicina. La sanidad de este lugar puede atribuirse á muchas causas; pero particularmente á el aire que se respira, el cual está cargado de la multitud de ecsalacio- nes vejetales que en gran numero existen dentro del lugar i en sus alrededores. El buen pan, las carnes esquísitas, i las muchas ingumbres i granos de que hacen uso sus mo- radores, contribuye mucho a su sanidad, pues los pobres por lo bnrnio i abundante de los víveres se los proporcio- nan siempre muí buenos, no faltándole á ninguno el condimento de la sal, que tanto contribuye á correiír las malas cualidades que suelen adquirir los alimentos. Final- mente el ejercicio en la agricultura, en que se ocupan casi todos los déla población, tiene un poderoso influjo en su salud. Este cuadro debe mirarse por el reverso en esta ciudad en donde por el gran consumo de víveres que hai en ella, i por lo subido de sus precios, se vende en los mercados, lo que quisa se botaría en los pueblos. In- finitas veces hemos sido testigos de esta verdad, los profesores de medicina que hemos recetado á nuestros en- fermos acometidos de terribles enfermedades por las pe- simas cualidades de los víveres i particularmente del pan preparado con harinas podridas mescladas con bal/ico (jé- nero Holcus) ó con trigos dañados por el tizón ó polvi- llo. La policía hace ya muchos años que vive descui- dada de uno de sus primeros objetos cual es: el de pro- tejer por medio de leyes sabias la salud de los ciudadanos. ¡Que numero tan considerable de ellos, no introducirá den- tro de su cuerpo el jermen de una terrible enfermedad, en el vocade de pan con que satisface la imperiosa nece-< si dad del hambre! Esto no parecerá esajeracion sise conside- ra, que no hai un impedimento para que las personas que padecen gálico, lasarino, lepra, tisis, herpes i otras muchas enfermedades, no sean las que tengan el oficio de panade- ras. Tampoco lo hai para que jentes asquerosas, las que por el mugre* de sus cuerpos, itjel de sus vestidos sean las que introduscan sus brasos í manos en la masa, en que va á prepararse la esquisita torta ó el mas delicado vis- 235 cocho. Tampoco lo hai para que en lat artezas mas su- cias, en los juncos mas inmundos i en los liensos mas , mugrosos se coloque el pan, mojado quisa, con el agua de un poso, con la de un caño ó con la de una vertiente, cuyas aguas tienen malas cualidades. He aqui un objeto digno de la considerasion de los jefes de policia. Yo me acuerdo que siendo estudiante de latinidad, se ordenó por un bando que todas las panaderas marcasen con un sello .de su apellido, el pan que elavorasen, pues de este modo los*jefes de policia podían hacer indagaciones sobre las Sersonas que trabajaban en el pan, para tomar las medi- as correspondientes en los casos en que se verificasen las cosas dichas arriba. El trigo fuera de la fécula i ma- teria azucarada que contiene su harina posee la sustancia vejeto animal conocida bajo el nombre de sustancia gluti- nosa : como ella tiene la misma naturaleza i propiedades que el gluten ó parte fibrosa de la sangre i de los mus-i culos, se ha colocado el trigo por algunos Fisiolojistas, como el primer eslabón del reino animal. El modo de obtener este gluten, es lavando el harina repetidas veces en agua caliente, la que disuelve la fécula i materia azucarada, dejando precipitar el gluten, el que no puede disolverse, quedando en forma de un pergamino muí fino. Este gluten sirve para pegar las basijas ó platos, de vidrio, ó de losa. El gluten ó sustancia glutinosa tiene el ca- rácter de las sustancias las mes animalizadas; ella es na- turalmente concrecible, elástica,"dúctil, i tiene como he dicho la forma fibrosa ó membranosa; su sabor es incomodo, i su olor es el del semen humano; se quema del modo que las sustancias animales; dá en la destilación una gran cuanti- dad de gaz azote, i de amoniaco; se disuelve en parte en el alchool, i pasa rápidamente á una putrefacción comple- ta, sin esperimentar antes, ni la fermentaciou vinosa, ni otra alguna; por el contacto del acido nilríco ó agua fuerte se pone amarilla, desprendiéndose del gas azote se con- vierte en acido ocsalico. La sustancia glutinosa se asimila mejor que las otras sustancia» de que se compone, i por consiguiente su abundancia nace de la buena cualidad de la harina. Para averiguar si tiene esta sustancia, nues- tras panaderas mojan el harina con agua, ó con saliva, i a36 estirando la masa entre los dedos observan, si se alarga mucho, i si se vuelve á cortar; pues entonces dicen que el harina es mui buena. Según Mr. Davy las harinas mas meridionales tienen mas sustancia glutinosa. El trigo contiene de 68 á 74 partes de gluten por 100 partes de almi- dón i deio á 12 de estracto gomoso azucarado. La sustan- cia glutinosa difiere de la fécula, ó sustancia amilácea ó almi - don en que ella es pulverulenta, secajblanca, insípida, conbus- tible, en que da acido piro-mucoso en la destilación, en que es soluble en el agua caliente, i forma con ella, esa es- pecie de masamorra con que se prepara la ropa para aplanchar: finalmente en que la fécula ó almidón se, cambia en los ácidos malico i ocsalíco por medio del acido nítrico, que pasa espontáneamente á la fermentación acida. La fécula ó almidón existe en todas las materias blancas de los vejetales que pueden despedasarse i particularmen- te en las raices tuverosas ó semejantes á las turmas ó papas i en las semillas délas gramineas; el gluten difiere del principio mucoso en que este ultimo es glutinoso, vis- coso i desabrido; en que queda lo mismo que la fécula, mucho acido pirmnucoso en la destilación, i es soluble en el agua fria i caliente, é insoluble en el alcohol, dando gran cuan- tidad de accido carbónico por la combustión. Finalmen-r te, difiere del azúcar en que esta ultima, tiene un sabor picante i agradable, que es mui soluble, cristalísable i que tiene la propiedad de pasar á la fermentación vinosa i de convertirse en alchool. Todas estas sustancias de que he- mos hablado están compuestas de carbono, de hidrojeno, i de occijeno ; no difieren entre si, sino por las diversas proporciones de estos principios i del gluten, i por la pre- sencia del ázoe que se contiene en este ultimo en gran- de cuantidad. Esta demostrado que el gluten del trigo es el que le hace esperimentar un modo particular de fer- mentación, del cual resulta un pan superior á aquel que se hace con los otros granos; porque si á la harina de ellos se le agrega la de trigo, se obtiene un pan mas levanta- do, mas lijero i mas pastoso. En una palabra, mas agra- dable i saludable que el de harina que no se ha mesclado con la de trigo. De todo esto se deduce, que el trigo es de todas las gramineas el que forma para el hombre el nutrimento mas conveniente í mas canforme 4 su 237 naturaleza. Solo el reúne todas las propiedades de todas las sustancias alimentarias vejetales i animales, por los di- ferentes principios que el encíera. Asi el es el alimentó el mas precioso, el mas saludable, el que conviene á todas las edades i á todas las constituciones, i al mismo tiempo el que contiene mas materia nutritiva i el que da pocos escrementos, como lo había dicho Hipócrates en el libro de dieta. Con cuanta injusticia pues, atribuyen al pan- qué usan los niños, todas sus enfermedades, i particular- mente las lombrices i lo que llaman empacho ú opilacio- nes. Estas que deben atribuirse mas bien ál uso ecsesivo de las.carnes, particularmente si no tienen el número su- ficiente de dientes, i al uso de lasTmuchas frutas verdes i ál pan mal cocido ó de malos trigos. Al cristiano que observa las buenas cualidades del pan le asalta la sublime reflexión de la Justicia con que el Salvador^ le escojio pa- ra alimentar k los hombres, i morar entre ellos, confundi- do bajo las especies del pan Eucaristico. El trigo es un objeto que merece la mas grande considera- ción bajo su respeto económico, i bajo el de la sanidad. La esperiencia ha hecho reconocer los preceptos siguientes: i.° El grano de trigo puro i de buena cualidad es preferible aunque mas costoso al mal grano; el pan que él dá, es menos craso i de una mejor cualidad: 2. ° el trigo nuevo no es mui sano principalmente cuando el año ha sido húmedo: conviene atender para trabajarlo que haya pasado por lo menos el inbierno. Por otra parte sirve de econo- mía este precepto, pues el trigo nuevo no dá tanta harina como el viejo. 3.° Cuando las piedras de molino cor-' ren con mucha lijereza, ó están mui pegadas, el salvado se pone menudo como el harina i pasa con ella en el cedaso. De esto resulta una ventaja, pero no dá un pan mui nutritivo; por otra parte el pan que contiene salvado queda húmedo i se enmohese mui pronto: 4- ° se puede por medio de la molienda económica, sacar ocho produc- tos distintos del trigo, pues se obtiene de 100 á> 80 libras por quintal: 5. ° cuando el salvado es mui grueso i que se le ha dejado mucha harina es preciso remojarlo en agua por una noche i colar esta agua por un lienzo, antes de emplearle «para hacer pan: 6.° cuando el grano no está bien molido, quedan en la harina pedasos enteros, i cau- a38 san gran perdida: 7. ° el harina no es mejor cuando se usa de ella después de un mes de hecha: 8. ° es preciso no mantener el harina cerca de algún lugar donde se exalen malos olores. Es necesario que los sacos de la harina, ó los costales se pongan sobre tablas i no sobre la tierra. También es útil cambiar de tiempo en tiempo los costales, esponiendo á el aire la parte de ellos que estaba arrimada ¿ la pared: 9. ° cuando el harina es de buen grano í pura, i5 libras admiten 7 ú 8 libras de agua: 10. ° la levadura vieja da un gusto agrio al pan: 11. ° cuando no se amasa con frecuencia el pan, es pre- siso mantener la levadura mui caliente para conservarle su fuerza, i refrescarle todos Jos dias, es decir, agregarle un poco de harina i agua: 12. ° para introducir íá le- vadura se deben emplear mas de la mitad de el harina de que se va hacer el pan: t3. ° todas las aguas pota- bles son buenas para hacer el pan; no obstante m> se debe derramar la agua en la arteza, sino al través de un paño. Es necesario que el agua este tivia, pero jamas hirviendo, aunque sea en invierno. Cuando se quiere hacer el pan con agua fria, como en estio es necesario amasarlo mas: pues de este modo sale mejor: 14. ° se debe amasar toda la masa hasta que ella no se pegue en las manos. Mientras mas se hubiere amasado mejor saldrá el pan. El amasijo es de mucha utilidad: por este me- dio se une la harina, el aire i el agua, unión absoluta- mente necesaria para la uniformidad i la prontitud de la fermentación: i5. ° cuando se ha hecho la masa, i que se le pone á fermentar debajo de cubiertas se debe tener mucho cuidado que ellas sean propias para esto, sin esta precaución el pan contrae un mal olor, i no levanta bastan* te: 16. ° las maderas viejas que se han quemado son peligrosas para calentar el horno: ellas dan al pan una mala cualidad: 17, ° cuándo la masa se ha levantado bastante, se debe poner en el horno sin tardanza, de otro modo ella fermenta demasiado i se pone agria. Se cuidará que que el horno esté, ni demasiado caliente, ni demasiado frió i que el calor esté esparcido igualmente por todas partes: 18. ° los panes mui grandes se cuesen mal: 19. ° se debe dejar traspirar é infriar el pan antes de comerlo, 23g 1 na solo á fin que no dañe, sino también para que dure mas: ao. ° el pan moreno tiene el vientre libre, pero no nulre bien: el pan blanco i* de harina fina i bien se- parado de! salvado* nulre mucho i produce pocos escre- nfentos. El que se hace con levadura, se dijiere mui fácilmente: el pan ázimo (i) es mas difícil de dijerir pero nutre mas: 21. ° el pan del mismo dia, bien cocido ó cocido dos veces, 'que no está caliente, es mejor qué el £an viejo, no obstante que este fortifica el estomago. .a harina vieja dá mal pan. El mejor pan es el que no es pesado, blanco, con ojos, hecho de buena harina de trigo solo ó mesclado con un poco de buena leba dura i cocido. El que reúne todas estas cualidades se dijiere fá- cilmente i es mui nutritivo. Conviene .comerlo fresco i que no esté caliente, de otro modo se dijiere con dificul- tad, i ocasiona ventocedades. Es á la felis invención de hacer fermentar la masa antes de cocerla, que se debe la perfección del pan. El pan fermentado difiere mucho del que se hace sin levadura, porque no solamente es menos compacto, me- nos pesado, i de un sabor mas agradable, sino también que et se empapa mas fácilmente i no forma una cola pegajosa i viscosa como el ultimo, lo que es de una ven- taja infinita para la dijestion. Se hacen con el harina de trigo diversas preparacio- allmenticias, tales como los fideos, los macarrones, las ce- molas, los buñuelos etc. Pero en jeneral todas estas pas- tas, las masamorras, en una palabra todos los alimentos» que se preparan de las plantas no fermentadas, de las ramineas, no se dijieren mui bien por los estómagos ebiles; ellos producen fácilmente vinagreras, cólicos, vientos i la diarrea. Esta clase de alimentos no conviene sino á los hombres fuertes i robustos, que tienen necesi- (1) Callen observo en Escosia, que tanto los labradores como los menestrales i niños comen pan ázimo, i viven robustos? escepto los de estomago delicado. Plenk ha notado lo contraria en Alemania, en donde la papilla de harina de trigo con le- che, produce en los niños la opilación, la '¿nchazon del \ien\rt,, las evacuaciones 1 la muertf. 2^0 dad de un alimento propio para ejercer de un modo enerjico las fuerzas dijestivas, como lo hemos diqho antes. Tales eran los antiguos romanos que hacian uso ha- bitualmente de las papillas, ó masamorras: tales son entre nosotros las jentes del campo i muchos artesanos, que como he dicho tienen por principal alimento la masa- morra. En esta ciudad se hace uso de la masamorra que llaman de levadura, que es del pan antes de ponerlo á cocer. Los niños i los viejos no deben comer masaa morra, sino de pan ó mais muí fermentado, i de nin- guna manera de las harinas sean cuales fueren que no hayan recibido fermentación. Del uso de semejantes ma- samorras resultan las vinagreras las lombrises, las os- trucciones del mesenterio, la hidropecía, los cólicos, los t vientos, las evacuaciones, las convulsiones, la raquitis, las escrófulas, los cotos, los empachos ó opilaciones, i una multitud de enfermedades no menos peligrosas. . Nosotros nos quejaremos como se quejaba Zimmermán en Londres de que las mujeres en jeneral, i el pueblo no cree que semejantes masamorras son un veneno para los niños de los que morían según su calculo 8,000 cada año. Tampoco se precave de darles el trigo tostado i las masorcas de mais, i los bollos ó ayacos que de ellas se forman, ios que en mi concepto matan una multitud de niños de los, que habitan en los campos. Lo mismo digo del cuchuco que es una especie de sopa formada del trigo cocido con agua, sal, coles i carne. Este alímen- ' ^ to lo mismo que el mulé solo lo deben comer las per- sonas robustas entregadas á trabajos mui fuertes i á ejer- cicios mui violentos. . Lo sabroso de estos alimentos ha hecho que se introduscan en las mesas de los habitantes ile esta ciudad entregados á ocupaciones ccdentarias i á hacer ejercicio cada ocho dias caminando cuando mas un cuarto de legua. Semejantes jentes cuando salen á pasear al campo, hacen uso de estas comidas, sin que les ocasionen indijestiGnes. Esto comprueba lo que he di- cho que para comer semejantes alimentos se necesita mucho ejercicio á pie ó á caballo. Como el trigo hace en el dia el principal nutrímen- 2b]t to del hombre es mui ecencíal conocer los medios mas propios para conservarlo. Los dos mas grandes obsta- culos que se oponen, son los insectos que lo carcomen i la fermentación que lo altera. El insecto que lo roe se llama mariposa de Tn*. trigos, i se parece mucho á las polillas. La hembra pone de 8o á i3o huevos i pasados ocho dias salen pequeñas orugas que se colocan entre los glóbulos del grano, i despedazan la corteza para introducirse en élf después forman un capullo que per- manece cerrado hasta que la mariposa salida de la ninfa lo despedaza para salirse fuera- De 28 á 29 días es el termino bastante para propagarse una jeneracion que se multiplica prodijiosamente. Estos insectos mueren in- troduciendo el trigo en el horno después que en él se haya cocido paB, pues que soporta el trigo 82 grados de calor, sin sufrir alteración. También se podra poner el trigo antes de sembrarse en un poco de agua de lejia (a) i todos los granos que sobre-naden se votan, Se preserva al trigo de gorgojo, de dos modos 1. ° esponiendolo al vapor del asufre; pero tiene el inconve- niente de darle mal olor: a. ° pasar frecuentemente el grano de trigo por la saranda ó arnero de alambre con lo que se logra que el trigo gorgojeado i el gorgojo pa- san por entre los alambres i se reciben en un saco de cuero. Se puede mesclar el trigo con el mijo ó mais pa- jarito, porque el gorgojo ataca primero á este. Se repite entoncesda operación que se ha dicho antes. Cuando el trigo comiensa á fermentarse se debe con- servar su grano para evitar la jerminacion poniéndolo en un lugar seco i fresco. También puede meterse á un horno del que hayan sacado pan, i dejarlo en él, has- ta que se enfrie, pues se ha observado que después per- manece intacto i sin alteración. Preparado asi el trigo se coloca en los graneros de conservación, los que pue- den contener mil pies cúbicos de trigo. Estos graneros consisten en formar una grande caja de trece pies en cua- dro, i seis de alto, colocados en un almacén grande; á (a) A cada 20 libras de cal, se les puede echar 160 libras. de seniza. Véase el catesismo de agricultura par Akercmns 242 cuatro pulgadas del primer fondo se hace otra de dos ordenes de tablas colocadas en términos que se cruseh en ángulos rectos. Estas se. cubren con una tela bien fuerte tejida de clines de caballo, como la de los ceda- zos: en la parte superior de esta caja se le pone una buena tapa, para impedir la entrada de los ratones i o- tros animales; se le hacen algunos aujeros que se abren i se sierran, cuando se quiere. En esta caja se deben poner dos ventiladores por donde se introdusca el aire 1 por medio de un portaviento que le condusca por un aujero hecho en el fondo de la caja. Se ha simplificado esta maquina abriéndole muchos aujeros en la parte del cajón que mira al Norte. Hai autores que aconsejan que el • granero debe tener aberturas al oriente i al Norte i respiraderos ó cerceras hacia arriba. Es presíso durante los 6 primeros meses, rebullir el trigo de i5 en i5 días, i en los 18 meses siguientes cada mes : pues pasado mas tiempo es de temerse que se caliente. Entonces se hace montoneras tan grandes que pueda aguantarlas el piso ó suelo de la caja. En seguida se pone sobre cada mon- tón, una capa de cal viva en polvo, de cuatro pulgadas de grueso; después se humedece la cal con regaderas, i for- ma el trigo con la cal una costra. Los granos de la superficie jerminan i echan un tallo de pie i medio de alto que el inbierno hace morir. Por este medio es que se logró conservar hasta el año de 1,707 en la ciu- dad de Jylez grandes cantidades de trigo que «1 duque de Espernon había hecho guardar cerca del año de 1570. La costra que se había formado era tan fuerte que se caminaba por ella sin romperse. Nosotros no tenemos necesidad de estos graneros para conservar los trigos, ya porque se conservan en las mon- toneras, puestas en la mitad de los campos por muchos años sin sufrir daño alguno; ya porque cuando esta tri- llado se guarda en cuartos, cuyo suelo es mui seco, i cuyas paredes son de vajareque i los techos de paja, en cuyos graneros se conserva por un año sin dañarse; i ya finalmente porque se consume de un año para otro la cosecha que se coje, i rara vez suele guardarse por dos ó tres años, en cuyo caso solo se trilla el trigo que 243 debe ir á los molinos. Las montoneras suelen tener de alto de quince á veinte pies i de ancho en (a base del cono que forman de doce á catorce pies. No obstante esto hemos hablado de los graneros para que los usen en las tierras calientes, i en las plazas de armas en donde hai una necesidad en los sitios de conservar los trigos para el mantenimiento de los sitiados. También se hace con el objeto de que si se vuelve á esperlmentar laperdida de la cosecha de trigos por muchos años como sucedió en Saniaféel año dé 1701 hasta7og; lapolicia tenga este recurso. El que quiera ver la lamina que manifiesta la estructura délos graneros, léase el curso de agricultura redactado por Ro- zier en ek tomo 5.° paj. 167 de la edición, hecha en París, impresa el año de 1790. En el mismo tomo se pueden ver las enfermedades á que esta sujeto el trigo i la figura de la mariposa que lo daña. No obstante hablaremos lijeramente de este asunto. El trigo padece una enfermedad llamada tizón i se le comunica por con- tajio: esta enfermedad consiste en que á medida que se forma el grano se convierte su harina en un polvo ne- gro de] un olor fétido, el que se comunica al pan: un gra- no de trigo ennegrecido con este polvo produce después granos de trigo careados; mas pierde su cualidad con- tajiosa envejeciéndose. Cuando es resiente i se halla cierta cantidad en el pan, le comunica á el cualidades veneno- sas, de las que resultan convulsiones, dolores de cabeza, de vientre, evacuaciones etc. El polvo negro que carac- terísa el tison, está compuesto de unos animalitos que se multiplican mucho i dan un acido llamado nielico. Es- tos anímales según Deuhamel i Tillet cuyas memorias estrada Rozier, cuando van á introducirse en el trigo tienen la figura de una polilla con unas grandes barbas, i después entre^el trigo se convierte en una especie de anímalito mui semejante á las chisas, el que tiene ocho páticas, dos orejas i en la cola dos ravitos mui peque- ños. Su cabeza es mui redonda i tiene un pico obluzo. Los huevesitos que se hallan enlre el trigo de eslos ani- males son raiados. Estos insectos arrazan también el mais, la cebada i las otras gramíneas. Esta enfermedad del trigo se llama entre nosotros polvillo, i luego que la *44 \ padece el trigo echan los ganados á que se lo coma. También hai otra especie de polvillo de color amarillo que adhiere á las ojas i algunas veces á la caña del tri- go, el cual depende del defecto de traspiración ocasionada por espesarse la savia. E»ta enfermedad se esperimenla cuando los tiempos son frios i húmedos. El medio de preservar los trigos de estas enfemedades hasla cierto puuto, consiste en labarlos en agua en que se haya puesto en infusión seniza i cal. El cuernecillo ataca algunas veses al trigo, poro la en- fermedad que mas se observa en este grano, és lo que se llama por los franceses coulure que se conoce, cuando en lugar de hallar Jas espigas Jienas de buenos granos en toda su lonjítud, se halla su estremidad sin ellos o si se encuentran son uuos granitos sin harina. Esta enfermedad es el efecto de la falta de fecundación, de las grandes lluvias que le caen al trigo cuando esta en flor, de los re- lámpagos, i del yelo. El trigo se halla mesclado muchas veces, con la sízaña ó joyo, planta graminea annual, i que da al pan cuali- dades mui dañosas principalmente si se come cuando eslá caliente. Estar planta produce una espiga blanca i delgada con seis ó mas granos que salen alternativamente de la chica en forma de espiguillas, con una semilla menor que la del trigo encerrada en una cascara ó con- cha negra, que se termina casi siempre, en cierta bar billa o rraspa puntiaguda' Las ojas del joyo son mas angostas, mas largas i mui espesas. Las personas envenenadas con el joyo sufren una bor- rachera acompañada de sumbido de oidos, de pesantes de la cabeza i dolor de la frente; dificultad para hablar i para tragar; su respiración es difícil, el estomago lo tie- nen mui adolorido i perciben continuas ganas de vomi- tar. A estos síntomas sigue la modorra, ü adormeci- miento. La vinagrada, la limonada i el agua de flores de naranjo, llamada agua de azar, cen miel i vinagre son los mejores medicamentos contra esta enfermedad. Del uso del pan en el cual se encuentra el joyo re- sultan epidemias i muertes subitáneas. Su cualidad ens- a45 briante se la comunica á la cervesa i á el aguardiente que se saque de el. Los labradores deben tener mucho cuidado de estírpar esta planta por que los animales comiendo de ella han sufrido muchas epizootias. Por tanto siendo esta planta animal se debe arrancar cuando los trigo-, están en yerva. Esta operación se debe repetir cuando están en espiga; pues se conoce fácilmente por las señales que he indica- do. Para esto se pueden escojer muchos muchachos que la arranquen i que reduciéndola á manojos ü aces la pon- gan a quemar fuera del campo. Debe proscribirse el pésimo uso de los campesinos, di dar á les vestías la sizaña que separan cuando arnean el trigo, pues que ella les causa accidentes mui fuertes. Diré por conclusión, que la policía debe velar mucho sobre el particular, para que no sufran los pueblos los efectos de la zbaña, que es el emblema de la discordia. Es mui útil para proporcionarse buen pan, i para e- vítar los accidentes que dependen de las malas cua- lidades del trigo, saber los caracteres buenos que este debe tener. Estos son el que el trigo sea seco, duro, pecado, bien nutrido, redondo i oval; debe tener su endedura poco profunda; liso, brillante en su superficie, algo amarillo en su interior, que suene al moverle i ceda al introducir la mano en el costal en que se halle. El modo mas fácil de conocer los trigos es el de com - parar su pesantes especifica. Asi es que. un alma. 6 poliU de trigo comparado con otro sera mejor aquel trigo que pese mas. La harina de trigo debe tener para ser bue na, un color alimonado, debe estar seca, no debe estar mui molida i debe ser pesada, ha de pegirse en los dedos i comprimida debe formar como una pelota que se des- haga luego que se abra la mano; pero entre tedo6 los medios el mejor es el de amasar una pequeña cuan- tidad i ver si hace correa, lo que es la mejor señal d: que la harina es escelente. Concluyo el tratado del tri go recomendando el uso del pan, como el mejor ali- mento que comenso á usarse en la Grecia (a) siendo despu«? (a) Moisés dice que los Ejipcios de tal modo obligaron a los Ir- itielitas á huir, qu\ no les duton lugar de echar la kbadnra en 2,0 conocido en Rc.ru en el año de 58íx Mucho tiempo después los grandes comentaron á preferir el pan á su olica. La bondad del pan depende de la igual distri- bución de los principios, de la harina i de su ecsacta combinación; i asi el varia segnu la especie de la hari- na, el grado de la levadura i la cocción mayor ó me- nor que sufre.' De esto pende h diversidad de panes aun en una misma ciudad. El uso ímmoderado de este ali- mento por bueno que sea es perjudicial á la salud. Del pan se forma la sopa ó panada, la que se hace en caldo lijero de carne de baca ó de pollo.v La sopa la deben comer los combalccientes i los debilitados. La panetela, papa b polcada se puede preparar con víscocho ó pan cocido con leche i agua ó caldo si se quiere hacer de sal. Este alimento es útil para los niños. El pan tostado bien cocido en agua parece servir para las ca- lenturas inflamatorias, en las que no se debe dar mas alimento qu2 la panetela hecha de pan, agua i azúcar. Se le agregará un poco de vino tinto en las calen- turas futridas. §• ».° De las legumbres, (a) Llaimnse legumbres los frutos de las plantas amaripo- sadas, con cuyo nombre se conoce también la baina con el fruto dentro: la planta toda sirve de pasto al ga- nado, i el fruto al hombre i á, varios animales. Cuando las semillas de estas plantas están amarillas i secas, se las puede moler resultando una harina semejante á la de las gramineas, bien que es mas suave i untuosa al la masa. La miga de pan seco contiene azúcar i fécula tostada i gluten convinado con ellas, acido carbónico, magnecia é hy- dioclhorate de cal Edmon Davy dice: que cuando el hari- na, no entra e:i fermentación, i da mal pan, se mejora c- chaftd'j/c carbonate de magnecia. (a) Parque se cojen con las manos. 247 tacto i algo mas dulce. Sí se machaca en agua la pone mas lechosa que las gramineas, i sí se las esprime es- tando mas calientes, dan una materia aceitosa: por medio de la jerminacion se desarrolla en ellas una gran can- tidad de azúcar por lo que sirven para hacer vino- estas i las gramineas se parecen con particularidad, por la gran cantidad de fécula que conlí-nen. Todas las legumbres son mui nutritivas; pero no son. tan solu- bles como las gramineas, por razón dal aseite que en- cierran. Durante la dijestion se desprende de ellas una gran cantidad de acido carbónico que se arroja por lo eructos, por lo que se les ha mirado, í con razón como flatulentas i á veces como productoras de los cólicos. Todas las legumbres dice Hipócrates, son flatulentas, ya sean crudas, ya cocidas, fritas, maceradas ó verdes, (lib. de dieta en las enfermedades agudas). Son por lo jeneral un buen alimento para los fuertes i robustos; mas los débiles i delicados no deben usarlas como también los que tienen una vida osiosa i cedentaria, á quienes son mui perju- dicíales, i particularmente si padecen cólico, histérico, • ó hipocondría. Las legumbres se comen, ó frescas ó secas; mas las primeras son mas tiernas i fáciles de dijerir, i menos flatulentas que las segundas; bien que estas son mas nutritivas aunque menos solubles que las primeras i con- tienen mayor cantidad de acido carbónico. Los garbanzos se crian en Europa, en Ciria i en Ame- rica tanto en las tierras frias como en las templadas. En la hacienda del Tintal que esta á dos leguas al occidente de Bogotá, los he visto mas grandes que los de las tierras calientes. Hai tres especies, rufo, ruoente i negro, cuya diferencia consiste en las flores, pues por el color de ellos se conoce en que el uno es de un amarillo caído, i el otro de un amarillo encendido. En el Eslió s: halla en sus ojas un liquido viscoso del cual ha sacado Dejex el acido ocsalico en estado de pureza- A este sin duda debe alrl huirse la virtud Lithuntriúca ó contra la piedra que se le ha atribuido desde H¡¡,pocatres, aunque hai autores que le atribuyen ser lá causa de esta enfermed.J. El uso de los garbanzos es tan antiguo como el Ejlpto, a48 pues Ptinio habla de ellos* Galeno lo tiene como mui nu- tritivo i Plenck lo mismo, quien dice que tostados pueden ¡mplir por el café. En los teatros de Roma se vendía de este'modo. En las mesas de España sucede lo mismo que en las de America que no hai buenplato si no lleva gar- vanzo. P. rajia, Gonorrea.) El guisante, arveja, chícharo, arvejon es jmenos nutritivo i menos ventoso que el haba. En el año se cojen dos cosechas i se comen en nuestras mesas cuando estao bien maduros. Su savor es mui azucarado i mucila- jinoso. Se comen guisadas ó cocidas en el ajiaco ó mas- amorra. Las personas de estomago delicado no las de- ben comer, tampoco se deben usar cuando después de t «ocidas están tiesas, ó como se dice vulgarmente rrejadas. Las arvejas pueden servir para cataplasmas emolientes en lugar *de las malvas. La hava (a) es una legumbre originaria del Ljipto. Aqui conocemos la dos variedades, la hava mayor, cuya mata i fruta que es muí gran- de, i la menor, que es al contrario. Las havas se usan verdes ó maduras, cocidas ó guisadas, Cuando están secas se comen tostadas. • Para todo esto es mejor quitarle su cortesa particularmente cuando se usan secas. No las deben comer las personas de estomago devil. Hipocatres las miraba, como ventosas i resirinjentes, por esta razón los que padecen dolores de vientre, los que lo tienen estreñido i los que sufren dolores de cabeza no las deben comer. Su harina esta en el numero de- (a) El garbanso i la hava según (Einhoff contienen materia volátil, almidón, materia vejeta animal, alvumina azúcar, mu* n'lago; materia feculenta fibroza i película; materia estra» tivá, ■Aulle en el mlchool i sales. *249 tas 4 barinas resolutivas que son la de cevada, orovio, yerva Sicilaon, altramuz ó chocho, i la de hava. La agua de sus flores no es comestica, ni la de sus tegumentos diurética. Los sacerdotes Ejípcios no comen las havas por que las repulan por impuras. Pithagoras las aborrecía por que ellas servían para los sufrajios públicos. Las arvejas i las havas son el alimento mas común de todos nuestros pueblos. Las lentejas nacen espontáneamente en la Europa me- ridional i en la America. Esta legumbre la veneraron los patriarcas de los judíos, i Esau vendió por ellas su primogenitura á Jacob. Están compuestas de dos sustan- cias, la esterior que es cortical es mui astrinjente i nuire poco ; la interior es medular ó pulposa, i es mui nutri- tiva i mejor que la primera. En jeneral las lentejas son mui difíciles de dijerirse, i irruí ventosas, i asi solo las deben comer las personas robustas. Galeno decia que producían la atrabilis i el mal de San Lázaro, que era indemico en el Ejipto. Sirven para cataplasmas emo- lientes, i se dan mejor en los "terrenos arenosos. Las judias ó fréjoles son originarias €fe la India, i se hallan muchas especies en la America meridional, i par- ticularmente en la provincia de Antioquia. Ellos con- tienen gran cantidad de harina, la que #s mui nutritiva. Cuando están bien cocidos se dijieren bien i son menos ventosos que Jas otras legumbres. También se puede ha- cer de ellos un buen pan, i prepararse una buena sus- tancia. Cuando se quieren conservar los fréjoles para comerlos en el tiempo en que no los hai, se les quita su brizna ó especie de cuernecito que tienen en la mitad, i se les hecha por muchas ocasiones en agua ir- bíendo para hacerles ablandar sacandalos después para ponerlos en agua fria, poniéndolos á secar á la som- bra en barbacoas de mimbres ó chusques delgados, i i guardándolos después en paquetes de papeles. H h • 2^0 ARTICULO 4o- De los vejetales arinosos no gramíneos. Los principales de estos vejetales de que se hace uso para el nutrimento son los siguientes. i. ° El fruto del pan, llamado por los indios rima. Esté crece en las islas Filipinas, en las de Jaam i Te- nían (*). Este árbol es amarillo, ¡ se le come cuando el ha llegado á su completo crecimiento, i entonces tiene un sa\or* semejante al de la alcachofa cocida. El no produce la disenteria, pues los habitantes del pais en donde él crece son mui robustos, i gozan de buena salud. * 2.0 La batata, camote, patacas, macucas, es una rais de las mas cscelentes para el alimento pues es nutritiva, dulce i arenosa. De ella se hace pan, almidón i aguar- diente. Se da en tierra caliente í crece en las cuatro partes del mundjp. Los peruanos la llaman apichu. Se come cocida, azada en el rescoldo. Mesclada con azúcar i vino es muy sabrosa ¡ no se pega al paladar. Con ella se preparan entre nosotros muchos dulces. 3.c El cassave tapioka, especie de pan que se hace de las raices de un árbol llamado maniot. Todos los pue- blos de la America, cultivan en las tierras calientes este árbol i suelen preferirlo al mais. En la Florida i en Madagascar se comen las ojas cocidas en aceite. Su rais es carnosa tuberosa, blanca, i suele pasar su peso de 3o libras, i esta llena de un jugo lechoso, estre- mamente acre, que es debido á un principio volátil unido intimamente á la reciña, como el de toda la familia de los Euforbios o matacandiles. Este jugo lechoso es un veneno mui corrosivo. Para quitárselo i sacar de esta rais un buen pan se pela después de labarlo mui bien, se hace pedazos, se machacan mucho i se meten en sacos de junco, i poniéndolo en la prensa se éspríme (*) En la provincia de Antioquia me aseguran que hai este árbol el que se ha sembrado en las haciendas de la Mesa. 2in el jugo acre. La "pasta que ha quedado se lava después en agua, i es lo que se llama harina de cassave, de la cual se hacen galletas delgadas que se azan en parrillas, ladrillos ó piedras. Con la cocción se acava de disipar el principio venenoso. La agua en que se ha lavado la harina d~e cassave deja en el fondo de las vasijas un polvo blanco, el cual es un aldfidon mui puro. Recojido este, se hace secar i es lo que se llama tapioka, que es una fécula mui blanca i mui dulce. Esta se emplea romo el sagú mesclandola con leche ó caldo. También se prepara con el cassave el langon, que consiste en desatar un poco de cassave en agua fria, i después hecharlo en agua írviendo, teniendo el cuidado de menearlo hasta que forme una especie de masamorra. Este es el ali- menta de los negros, quienes le echan azúcar cuando están enfermos. La rais de achira (canna indica) se cultiva en las huer- tas de tierra caliente i fria. En las provincias de \ntio- quia i Neiva sacan un almidón muí semejante al sagú, al que sostituye como alimento en la disenteria el pro- fesor García, en la memoria antes citada. La jente pobre puede hacer en sus estancias grandes plantíos de achira para sacar un almidón que les proporciona un alimento mui saludable, i con el cual hecho masamorras^ pueden destetar á los niños, haciendo uso de ellas las personas qne tengan calenturas, evacuaciones, disente- rías, i otras enfermedades en que se prescribe la dieta tenue. Estas • masamorras se pueden preparar en leche, en agua, ó en caldo, agregándoles azúcar ó sal. A esta ventaja se agrega la de fomentar un ramo de industria nacional, i la de evitar los males que ocasiona el sago ó sagou que traen los estranjeros falsificado algunas ve- ces con harina de havas, de cevada, ó de trigo. Se pon- deran mucho los viscochuelos i mantecadas que se bacen en Neiva i en Antioquia del almidón de la achira. La tetona (alstromeria de muchas llores) es planta que conoció el celebre Mutis, quien dice habita en America meridional. La hai en los alrededores de esta capital, particularmente cu las orillas de las chamba.* ó fosos dé la Alameda, en que se encuentran varias especies. Suü iSt raíses tuberosas son algo ovales í semejantes á las for- mas 6 papas. En Méjico hacen almidón de que prepa- ran masamorras las que son mui nutritivas i prestan un nuevo alimento á loa pobres. En la provincia de An- tioquia se llaman cortapícos los frutos, los que se comen pues tienen un savor dulc£ Las raices las llaman papas simarronas i forman de ellas almidón para viscochuelos mui esquisitos. Del resto que queda después de sacada la fécula ó almidón hacen arepas, las que preparan con huevos. La mafafa (amm, L.) se halla en las provincias de Neiva i Antioquia. Es una rais tuberosa que contiene mucha fécula, i se siembra lo mismo que la arracacha ó apio. Se come cocida en la olla ó puchero, ó mes- clada con leche después de cocidas. Hai una de savor muí picante que no se usa i se llama rasca. derá. La manzana de tierra, (solanum tuberosum) turma 6 papa, es una planta vivas orijinaria de la America meridio-< nal (a) de donde se llevo á la Europa al principio del sígN díezisiete, siendo este el mas rico presente que el Nuevo Mundo á hecho al antiguo. La adquisición di- ta turma ó papa no ha costado ni crímenes, ni lagrimas •á la humanidad, como los otros dones que la Europa ha llevado de las indias. Entre la multitud de plantas que cnbrcn la superficie seca i húmeda del globo no hai, dice Parmantier, planta mas digna de nuestros cuidados, después del trigo, del arroz, del centeno i de la ce- vada. En America puede decirse que la turma es pre- ferente á estas otras producciones vejetales, porque en los climas frios es el regalo del rico i el diario sus- tento del pobre ; i en las tierras calientes es uu plato que forma el lujo de la mesa de los potentados. La turma esta tan naturalisada en Europa, que asegura <■' autor citado, que ere pertenece á todo el universo. I-a turma contiene la fécula de igual naturaleza que Jai (a) De la Kmerica septentrional se llevo á Europa por W alter Raleig, que tomo posesión de la Virginia bajo el reinado de h-:bcl. 253 gramíneas. Cada libra de turma da tres onzas de fécula ó almidón de un savor mui agradable, de la cual puede hacerse masamorra en leche ó en caldo. Como nada he podido saber de nuestros botánicos a- cerca de la nomenclatura de la turma acomodare las observaciones de Parmantier á la de nuestros agricultores ó campesinos. Nosotros conocemos dos clases de tur- mas, las de año que se siembran en enero, febrero, ó marzo, i se coje su cosecha á los seis meses. Las criollas se siembran en los mismos meses i dan una co- secha á los cuatro meses. En mayo se vuelve á sem- brar i se da la otra cosecha llamada mitaca. Once va- riedades se cuentan en Europa ; la grande blanca i man- chada de colorada, llamada manzana de tierra de bacas ó de Hoovard, que la llevo á Inglaterra ; la larga de co- lor encarnado, cuya forma es la ^ un riñon; la blanca larga ó Irlandeza; la morada, que tiene algunas pintas amarillas i se da mas temprano; la encarnada o cuerno de baca; la blanca redonda, aplastadas ó de New York; la encarnada larga, orijinaria de la isla Larga; la pellejo de reholla, cuya variedad se cultiva en Inglaterra ; la larga arrogante hacia fuera i hacia adentro; la redonda arro- gante ; la blanca pequeña ó chinesca. Nosotros conocemos quince variedades. La turma de año, la macachona larga de lista blanca i negra; la morada, colorada, i la rosada. De la criolla Ja rosada; la colorada llamada pasca; Ja negra, 1 la amarilla ; la pepina larga por su se- mejanza con el pepino ; la larga colorada i blanca llamada baldesa; la amarilla ; la caica, cuyo color es pardo, tiene dos variedades Jarga i redonda ; Ja guarapeña, blanca i morada; la colejiala lista blanca i colorada, nombre ahi- sivo á la beca encarnada de los colejíales hartólos, i á la blanca de los tomistas, finalmente, la turma de huerta que >e da sin sembrarla en todo el año, i es blanca i re- donda. Esta variedad jamas se encuentra en el mismo ;itio en que esta la mata de turma, sino á mucha dic- lancia. í.a turma que produce mas pronto es la que tiene el color blanco, pues Jss coloradas tardan mas. L"no á¿ lo> medios que Ini para que !s cw^'h^ ;ea si as pruína 254 es el de mantener la semilla de la criolla en un lugar calido i húmedo antes de sembrarla, i de meter sola- mente los jermenes ó tallos en la tierra á poca profun- didad. Lo contrario debe hacerse con la turma de año, pues debe colocarse en un lugar seco i fresco para re- tardar su fermentación, la que se verifica al año en lá turma que lleva este nombre. Las turmas no pueden resistir las intemperies de los tiempos, i asi es que la eesesiva lluvia, el frío, el calor, etc. tienen una influencia mui poderosa de abreviar ó retardar Ja cosecha. L^na de Jas cosas que debe el agri- cultor procurar es al deservar ó apolcar los surcos en „ donde está sembrada la turma. La turma está sujeta como todos los otros vejetales á sus enfermedades. Ella disminuye su producción cuando en un mismo terreno se^iembra por muchos años una mis- ma semilla. Tambieft^una misma especie se vuelve mas fibrosa que harinosa, i suele contraer un gusto acre, picante i amargo; finalmente, algunas veces se altera tanto la semilla que no echa flores ni fructifica, pues solo produce unas raices cabelludas i fibrosas. Esto se remedia cambiando de semilla i no sembrando aquellas que se ha conocido están cansadas. Otra enfermedad de la tur- ma es la llamada en (ranees fresolie, que tiene por carácter el color verde-amarilla del tallo presentándose sus ojas comori- sadas, i teniendo cerca del tallo unas pintas amarillas de una testurá mui irregular. Chansey dice: que la turma sembrada en terrenos quebrados está menos espuesta á esta enfermedad que la que se ha planteado en las lla- nuras; i que las coloradas largas i redondas están mas sujetas á esle mal que las blancas. Cuando comienza á observarse esta enfermedad se debe arrancar los tallos en que se manifieste. El tizón le acomete también á la turma. En sus ojas se notan al principio unas gotas de agua. En este lugar los rayos muí ardientes- del sol forman mui pronto manchas que marchitan i destruyen la planta. Se presentan en las turmas unos tumores esquirrosos en forma de granos negros, cuya sustancia es distinta de la de la turma. La semilla que tiene esta enfermedad no se debe sembrar. Finalmente, Jos ^g»":- 255 cultores deben cambiar cada año de semilla sembrando las de otro terreno distante del suyo, i prefiriendo las semillas de las llanuras para sembrarlas en las tierras quebradas. Los animales que atacan á la turma son la oruga, el topo, el ratón campesino, los caracoles, las chisas, el saltón, el muque, que es un gusano verde, i una cuca- racha de esle mismo color. El único medio para cor- tar en parte estos males consiste en apolcar mui tem- prano los surcos de la turma cuando esta comiense á penas á tener yervas á sus lados i procurar que la se- gunda desíerva se haga también antes que floren las turmas. Debe también cuidarse de no sembrar un mis- mo terreno muchas veces, pues se ha observado en Co- lombia que puestas dos sementeras de turma mui inme- diata la una a la otra, i que una de ellas esté plante- ada en terreno nuevo, el muque no destruye la de este i arruina la de el otro. Aun no se ha decidido si para sembrar la turma, sea mejor la grande que la chica, que es de la que mas se usa entre nosotros. Tampoco se ha resuelto si se deba echar en cada aujero tres turmas, (como se hace aqui) ó sí una turma grande se divide en siete partes, porqne cada una contiene un renuevo ü ojito. Seria mejor una turma para cada aujero i dividir la. turma grande en tantas partes, cuantas puedan contener cada una cuatro renuevos. Las turmas largas admiten mas divisiones que las redondas, i nunca deben cortarse circularmente para que den forma redonda. Esta economia es laudable, porque las turmas cortadas dan tantas, cuantas darían si sembrase la turma entera. También se siembran las cortezas v (vulgo ollejos) i producen lo mismo que la turma; pero se ha de tener cuidado que al limpiar la turma no se corte el ojito. Se pueden cortar estos solos á cinco ó seis lineas de distancia de la sustancia blanca de la tur- ma, i plantarlos en buen terreno mui unidos i darán fruto aunque en menos cantidad. Las bayas, frutos ó mamones de la turma, contienen mj.s semillas, de las cuales saco Chancey, 3o2, de un mamón de regular magnitud. Para sacarlas se colocan 256 los mamones en un montón en lugar templado en donde sufren una lijera fermentación que disminuye su viscosi- dad, i les da un savor vinoso mui agradable. Se apa- churran luego con las manos ¡ se echan en poca agua, i luego se pasan por un balai 6 lamis con lo que se logra separar la pulpa de las pepitas, las que se secan al aire libre, i tienen una figura pequeña i oblonga. Para sembrarlas se hacen unas regueras ó sanjítas de tres pulgadas de profundidad hechas en tierra bien pre- parada. Con un poto de ella se mesclan las pepitas, las que se hechan en las sanjítas cubriéndolas bien i dejando entre reguera i reguera un pie de distancia. Si se han hecho las sanjítas en tabla de mantillo ó lo que llamamos aimasigos, se transplantan las matas á ocho ó nueve pulgadas de distancia, cuando ellas tienen al- gunas pulgadas de elevación en sus tallos. Si se han sembrado en sulco, ó surco entonces se procura que haya de ocho ó nueve pulgadas de intermedio en cada píe. Las ventajas de sembrar las semillas son muchas, pues por este medio se propagan de un pais ó otro; se mejoran las semillas cansadas; se aumentan sus varie- dades ; se evita su degeneración ; se les aclimatan, i se logran turmas mas esquisitas. La turma da por principios constituyentes i.° una sustancia pulverulenta blanca, semejante al almidón que se saca de las semillas; 2. ° una materia fibrosa lijera i amarilla, mui parecida á Ja que se saca de las raices potageras; 3. ° en fin, un jugo mucilaginoso mui abundante, que se compara al de las plantas jabonosas como la borraja. La- distinta proporción de estos prin- cipios hace variar su aspecto farinoso i su gusto. Cuando hai escases de turma i se quiere conservar; por mas tiempo, pueden usarse los siguientes nidios; i.° se colocan en lugar seco i fresco, formando capas de turma cubiertas con bastante paja; 2. ° esto mismo puede hacerse colocándolas en barriles, poniendo en cada capa, ó tendada de turma la rama seca da esta planta ; * 3. ° se hace un oyó en lugar seco de la mag- ullad que sea suficiente para la turma que se ba de guardar, la que se coloca entre paja, del mismo modo 2Í>7 íjae se ha dicho arriba. Para entrar a esta cueva se hace encima una entrada con declive. Al hacer la cueva se procurará que sea menos profunda del lado por donde se ha de sacar la turma para el consumo. Se ten- drá cuidado de serrar i tapar mucho el lugar de la entrada; 4«° .en fin, se les da un hervor en agua, se pelan, se hacen re vanadas, i se colocan por ?4 horas en un horno de panaderos, a quien se le haya dado el calor que recibe para cocer pan, |, Estando ya tostadas se guardan para el uso. (*) Las ojas de la turma sirven para pasto de los ganados i bestias, las que se man- tienen en varios lugares de Europa, con la turma cru- da ó cocida, en cuyo caso se les da en menos cantidad. La oja también es buen alimento para el hombre, asán- dola en el rescoldo ó cociéndola en vapor de agua ca- liente, tapando mucho la vasija. Este fuego solo basta para quitarle el principio narcótico i venenoso que contiene, tanto la oja come la turma, el que se co- noce per la destilación, en la que da un licor espirituoso acre i que enborracha. En el diccionario de agricultura de Rosier se halla el modo de hacer la harina de la turma, la que no contiene gluten, pero puede hacerse con ella el pan, que sale mejor mesclando la harina de turma con la de trigo. La turma es pues un alimento mui soluble, lijero, de una fácil dijestion, i es poco ascesente, i no causa sino rara vez los accidentes que causan los otros alimentos harinosos. La multitud de americanos que de ella se nutren comprueban, que es un nutrimento mui sano, como lo testifican en Europa Lemery, Tissot, Engel, Ellis, Magellan i Humbolt, (a) Nosotros las (*) Los peruanos i mejicanos las yelan i secan al sol, para guardarlas, (a) Es probable, dice este sabio, que la patata (turma) no es indijena del Perú, ni se halla silvestre en la parte de las cordilleras situadas bajo los trópicos. Su cultivo parece fue adelantado poca á poco, desde los montes de Chile acia el Norte, por el Perú i reino de Quito, hasta las cumbres de Bogotá, Seria muj útil llevar á Europa, continua Humboldt, 258 usamos en nuestro diario sustento, fritan, asadas, coci- das i en ajiaco, cuyo plato se hace limpiando la turma i después de bien lavada, poniéndola á cocer en agua. Se echa entera ó rebanada con los condimentos de sal, cebolla, ajo i manteca, i se le agregan las carnes que se quieran, i también avas, arverjas, i otras legumbres. También se usan cocidas en leche, agregándoles huevos i queso: finalmente, los cocineros preparan una multitud de platos mui esquisi"-, cuya descripción saldría muí difusa. Lo único que debe advertírsele i los que las preparan en las cocinas es, que cuiden de que las ha- rijas en que se cuesen -estén mui cerradas para que no se escape por el vapor, su parte mas nutritiva i se altere su sabor. Esta misma regla deben guardar en la preparación de los demás alimentos. Las turmas aza- das en el rescoldo en parrillas i en el vapor de agua ca- liente, son mas nutritivas i se dijieren mejor. Debe pre- ferirse como mas sana la turma criolla á la de año. No aconsejo el uso que se hace en el departamento de Boyacá de la turma medio podrida ó alterada, llamada futes, pues debe ocasionar las enfermedades que produ- cen los vejetales alterados, i solo el habito de comer los futes los pueden hacer nn alimento sano. También debo advertir que las turmas heladas pueden servir de ali- mento en Jos casos de penuria de granos; pues entonces se echaran en agua tivia por largo tiempo i después pueden prepararse como alimentos. La turma, según Tarmantier, es un verdadero remedio aperitivo í anti- escorbútico por lo cual el aconseja que se mésele en los alimentos de los marineros para preservarlos i curarlos las semillas de las papas que se cultivan en Quito i Santafe, en donde dice las- vio de trese pulgadas de diámetro. Yo las he visto de diesiseis. Las turmas de Bogotá, según el, con- tienen menos agua, son muí harinosas, lijeramente azucaradas i de un sabor sobremanera agradable. Esta nota la consagro a ia memoria de este sabio á quien tuve la dicha de conocer i á quien hoi las conversaciones científicas que tuvo en Ztpa- quira con mi maestro Vicente Jil de Tejada. 25g del escorbuto. Finalmente, los comisarios nombrados por la facultad de medicina de París habiendo sido con- sultados sobre el uso de las turmas, terminaron su respuestas diciendo. Una de las principales propiedades de las turmas i la que las hace mas recomendables es la de me/orar la leche de loe animales i aumentar su cuantidad. Los. mismos efectos producen en las nodrisas ó amas pobres i mal alimentadas i á esta causa debe atribuirse el cambio favorable que ha sobrevenido en susjjaiños. Basta conocer los hijos de las campecinas i particularmente los de las indias, pa- ra convencerse de ser ciertas las observaciones de los comisarios. La planta de la turma es de la mas digna atención de parte de los médicos, á quienes podra pro- ver de medios preservativos i curativos. Concluyo este articulo que me ha salido demasiado largo i sin la perfección que yo me proponía, por no haber cumplido su palabra el que me quedó de ausi- liar con sus observaciones botánicas. Antes de termi- narlo diré, que ojala que en Colombia se apareciese otro Chancey, uno de los mas zelosos apostóles de esta pro = duccion, vejetal el cual en Europa presto sus campos, sus semillas, i los instrumentos de beneficiar la tierra, para que los pobres tuvieran en abundancia este alimento tan sano para el hombre, i tan útil pera el manteni- miento del ganado vacuno, para los caballos, para los marranos, para las aves, i para las peces, quienes pue- dan nutrirse con el. La America, la Irlanda ¡ la Ale- inania, testifican que los pueblos i los ejércitos que se nutren con la turma, son mui robustos, í están esentos de oirás enfermedades que aflijen á otras poblaciones, según el testimonio de Parmantier, Hirtzel i Muslel. (*) La cotufa ó patata (Heleantus tuberosus, L.) es uua planta vivas por sus raices, i orijinaria del Brasil. Es (*) Vauquelin ha estraido de la turma paren quima, poca materia estractiva, fécula i agua. Del jugo de la turma des- natada, saco albumma colorada, citrate de cal, esparrnjina, reciña amarga aromática i cristalina, fosfate de potasa i de cal, citrate de potasa i acido cítrico libre; finalmente una materia azotísada a la que no se ha dado nombre. 260 mui semejante k la turmí, pues .et colorada acia futra i blanca acia dentro. Sus tallos tienen la altura de 8 ó 10 pies, i sus flores son amarillas i apatecen en el mes de setiembre. Su gusto es semejante al de la alcachofa. Toda la planta es buen nutrimento para lai bestias : multiplica mucho, resiste al frío, i e» casi indestructible^ Hai una especie llevada del Perú Á la Europa lla- mada solgronde, (Heleanthus anemus) Esta tiene los mis- mos usos que la anterior, %su semilla, que es una almendra blanca, se usa como el café, haciendo de ella masamorras para los niños, i sirviendo de nutrimento á las aves. Las cenisas dan una gran cuantidad de nitro* Esta planta es mui bella para adornar los jardines, i se conoce en ellos con el nombre de Tomozol, £1 sagou ó sagü es una especie de pasta vejetal he* cha del almidón que se saca de la medula de algunas especies de palmas farinosas (cyca circinalis, sagus £w rinifera, phenix farinifera) que crece en las islas Mo- lucas i Australes, i desde Borneo hasta Cían. Los in- dios preparan el sagou corlando lonjitudinalmente el tironeo dé estos arboles, raspando i lavando en agua fria esta raspadura pulposa, la que hacen salir pi- sándola por una criya, de donde sale en figura de gra- nos, los que hacen cecar luego,al Sol i después al ca- lor de un fuego moderado, pé este modo sacan de un solo árbol hasta aoo kilo gramos* (a) de sagú. El que nos viene de la India es algo semejante á la cebada mondada; estos granos se hacen herbir en agua 6 en leche i se forma una especie de masamorra incípida i i un poco trasparente, que da un alimento sano i agra- dable. El sagú aumenta mucho su volumen en térmi- nos que una ó dos cucharaditas de él, forman una tata regular dé masamorra. El sagú que nos trayan anti- guamente venia en grano, pero ahora lo traen bajo la forma de nna harina mui blanca i mui fina. ^ Se usa jeneralmente para alimento de las personas derileí i es- tenuadas, i particularmente para los tísicos. Conviene (a) Equivale al peso de dos libras^ dos onsas; d»se ador* mes i quinse granos. ¿6í también en la disenteria, en la loz esencial i convulsiva, No se debe dar cuando la fiebre lenta 6 etica es mui considerable» cuando la toz es viva i cuando el esto- mago hace mala dijestion. En estos casos no se usara (Orno alimento en la tisis pulmonar i en la atrofia 6 cstenuacion. Tampoco se les debe dar k las personas que tienen el estomago devil ó que padecen de vinagreras, * ni mucho menos al fin de la disenteria benigna en la Sota i en el cólico nefritrico causado per la piedra. Jgunas veces para correjir el sabor de este alimento, se le aromatisa con agua de azar ó de canela agregán- dole azúcar. El único medio por donde en mi concep- to puede distinguirse el buen sagú del que esta mescla- do con harina de habas ó de trigo, consiste en poner á herbir el peso de una dragma de sagú en dose onsas de agua, i li no da una masamorra menos espesa que la clara de huevo i trasparente como ella, es señal de que esta falsificado.' El almidón sacado de la rais de achira presenta iguales fenómenos. Por lo mui barato que se vende el sagú en el comercio, se anun- cia que no nos viene de la India. El salep es una rais seca de una especie del satirión que crece en Persia i en Turquía. Esta rais (orchis mas? tula) viene en forma de harina de Levante por la vía de Mar celia. Si hai de el orchis en nuestros paises, se puede sacar el salepy raspando primero la rais i haciéndola co- cer en agua por media hora i poniendo á secar el re- siduo, el cual se pulverisará después. £1 salep tiene las mismas virtudes que el sagú aunque es un poco astrinjente. No se debe dar como alimento en los casos dichos arriba hablando del sagú. El liquen comprende bajo su nombre una multitud de plantas cuyas especies casi todas son pequeñas, paracitas Vivases, i de una consistencia membranosa, i de color gris. El sr. Matis dice se hallan algunas especies en Colombia, pero que él no ha hallado el liquen de Irlan- dia. Del salep se alimenta ese pueblo pues los islandeses lo reducen á polvo del que hacen pan, cuando hai esca- ces de trigo. Yo lo he administrado en decocción con mui buen efecto en toces revcldes, i en los principios da *(>2 as tisis. Tourtelle duda de bj» propiedades medicinales, tanto en estas enferincdades como en el escorbuto hi- dropecía, é hedatides. del u!v->-o. Pero el sr. Orfila'dicc que el ha dado una Jibia de jalea de liquen mesclada con leche i dividida en 3 (ornas en s| horas i ha lo- grado curaciones de tozes rcvehles i de principios de tisis, A la corta dos.s de este remedio atribuye, el que no haga efecto. ARTICL/LO 5. o De las nueses Se llaman nueses las semillas que están cubiertas de una cascara leñosa mas ó meuos dura, dentro de la cual se contiene una cierta cuantidad de principio mu- coso, i aceite fijo ó manteca. Esta se obtiene espri- miendo la núes ó poniéndola al fuego. El aseite sacado de las nueses por espreslon es preferible absolutamente al que se saca por el fuego, quien altera los principios de los aceite.?. Las nueces no se dijieren bien pues permanecen largo tiempo, en el estomago, i producen indijestiones, i otras enfermedades. Todos los pueblos conocidos hacen uso de los aceiles fijos vejetales i ani- males lo que prueba que son necesarios al sistema ani- mal. Los aceites son unos cuerpos grazos, untuosos, flui- dos, ínsolubles en el agua i combustibles. Se distinguen en aceites grazos ó fijos i en esenciales ó volátiles. Los principios que los constituyen son el hidrojeno i el car- bono: este ultimo forma casi las tres cuartas partes en los aceites fijos i el hidrojeno abunda mas en los volá- tiles. El hidrojeno i el carbono están combinados en el. principio mucoso, en los aceiles fijos i con el aroma c:¡ ios volátiles. Todos los aceites en jeneral tienen las mismas propiedades i la misma acción sobre el cuerpo. Tanto las nueces como los aceites, deben buscarse los que no eslen rancios pues son mui dañosos. Los de temperamento pituitoso i los de estomago débil i reJajado i los rae padecen agrieras ó vinagreras no deben comer a63 nuesü, ni aceites, ni mucha manteca, la que no es sino un aceite condensado- ras almendras (a) son el fruto del almendro, árbol orlji narlo de la Siria i de la Aravia que desde el tiempo de Catón se trajo de la Grecia á Italia. Se cultiva en los paises meridionales i occidentales de Ja Europa. En la provincia de Mariquita hai el almendrón, cuya núes es mui grande i de un gusto mas esquisito que las al- mendras de Europa. Las especies principales de esta» son las dulces i las amargas. Las primeras dan la mitad de su peso de aceite, i Jas segundas dan una cuarta parte. Las almendras dulces son dulcificantes i nulrífi- vas, pero dañan el estomagot Hipócrates dice: Jas al- mendras son calidas, pero nutren mucho (lib. 2. «^ de dieta.) Con las almendras dulces *i azúcar se hacen muchas pasta», Jales como el quezo de almendra, las almendras a garapiñadas, i la orchata. Para lodas estas pre- paraciones se deben buscar las almendras mas cecas 1 las que no estén rancias i gorgojcadas, porque estas cualidades aumentan mas el daño que hacen todas las preparaciones de la almendra. Se debe tener cuidado de limpiarlas del pellejito amarillo c¡ve las cubre, el cual contiene un polvo acre i reeinoso que ocasiona en a garganta lo que se «ama carraspera. Este es uno de los defectos que tienen las almendras agarapinadas las que las cubren con azúcar sin limpiarlas. # Las almendras amargas tienen diferentes cualidades 1 su uso ecsesivo es perjudicial, pues causa vorrachera. tstas son un veneno para muchos animales como ios ""I,™00* ' m"chas aves. Tanto el aceite de almendras dulces como el de las amargas puede usarse interiormente, pues el amargo de «i,//,/"* "lmendras dulces después de las observaciones de Jfoultaj contienen agua, película, aceite fijo, albúmina, azúcar liquida, goma, parte fibrosa i un poco de acido acético. Las amargas, según Vogel contienen, película, aceite -razo, materia Z27jiZUCar' g°ma' fibrü yejClül> °CCÍte alatli pesado, i aculo maro -cyanico. 264 estas reside en la parte estractiva la que no se meseta con el aceite durante la esprecion. Las) apéllanos son frutos del árbol avellano el que te produce en toda la Europa, prefiriéndose las avellanas cultivadas á las silvestres. Las avellanas son harinosas aceitosas i dulcificantes, i se puede hacer pan de ellas. Dan la mitad de su peso de aceite que es mejor que el de almendras i te enrancia difícilmente. Ellas tienen un pellejito que causa los mismos efectos que el de las al- mendras. Las nueses (a) propiamente dichas son los frutos del nogal que es un grande árbol orijinarío de la Persia i trasplantado á la Europa desde tiempo inmemorial. En América i particularmente en todos los montes de Colombia es abundantísimo el nogal, como que de él se hacen los camapees, mesas, escaparates etc. La nuei da por espresion mucha cantidad de aceite que se emplea en Europa para cocinar i para oíros usos. Quer en el tom. 5.° de la Flora española, trae 10 especies de nogales^ En la península la núes es mas sabroza i aceitoza, i por consiguiente mas nutritiva que las del Norte que no tie- nen estas cualidades. En Europa las comen crudas, acón- filadas, i preparan de ellas una ratafia que pasa por mni estomacal. Ignoro si en Colombia hacen uso de la núes del nogal, lo único que sé es, que habiendo ido á uno de los montes de la Mesa, un amigo á casar con un padre capuchino, viendo este un nogal lleno de nueses hizo bajar algunas i le insto al sujeto, de quien hablo que comiera con él, diciendole que era uno de los frutos mas esquisitos que se comían en Valencia. Movido de este razonamiento las comió junto con el capuchino i su cria do, habiéndoles gustado mucho. A las dos horas de haber- las comido, les causaron á todos tres violentos vómitos i eva- cuaciones precedidos estos síntomas, de bahidos mui fuertes. Es mui peligroso comerlas aun en Europa, pues allí pro* fa) Única nux prodestj nocet altera, tercia mors est* Una núes nos aprovecha, otra nos daña i la tercera nos da la muerte. 265 duren enfermedades del pecho i garganta'. No conviene sentarse bajo la sombra de los nogales cuando están car- gados de flores, pues estos ecsalan un aroma narcótico. La castaña es una fruta del castaño, árbol mul'gran- de.que crece en los lugares montañosos, calidos i tem- plados. Hai muchas variedades de este fruto. En Amé- rica hai una especie de castaña en la Virjlnia llamada rhin kapino ó castaña enano de la virjinia, cuya altura es de 6 á 8 pies, i da 5 ó 6 nueces que maduran en el mes de setiembre; i son mas dulces, i de mejor "gustó, que las castañas de Europa. Parmentier, no conviene con Tourték en que pueda hacerse pan de la harina de cas- tañas. Estas se dijieren con facilidad, principalmente cuando se tuestan ó se cuesen en agua; no obstante la castaña es mui ventosa aunque mui nutritiva. Xenofonte refiere qué los griegos usaban de la castaña en lugar de pan. En Italia i en la Francia meridional, se encuentran en sus montañas viejos de edad de 8o á íoo años mui robustos que han vivido comiendo las castañas,' i gósan- , do de una constante salad. Las castañas frescas son mas ventosas que las secas, por lo cual conviene tostarla, antes dé comerlas. La única provincia en que tenrt noticia que se da el árbol del castaño es en la provin- cia de Antioquia, en la que sus habitantes tienen esíe alimento de que pueden hacer uso. El* harina de casta- ña mesrlada con la de cebada i vinagre • es mui útil, en las durezas que se forman en los 'pechos, ocasionadas por los grumos que forma en ellos Ja teche.' Las gallinas pabos i otras aves, engordadas con Jas castañas, tieneu una carne mui firme i gustosa. En los caballos hai una especie de enfermedad llama- da costeña que es un cuero blando esponjoso i sin pe!< que se halla en sus manos, particularmente dehaio £\ la articularon de la rodilla, la que se encuentra en las patas debajo de la articulación del garrete. A proporefe- que los caballos se envejecerá! ponen mas duras. Cuá^ forme* 11™? ^^^ * d^C C°Har' ** len,°r ^ ^ " r'Jri^" T* nue?,.ae'í? lBdia '■s, pues su aceite i manteca cstá.dividido i combinada con la fécula, lo qu2 Impide su rancídes. A pesar de eslo es pitriso confesar que hai estómagos que no le pueden dijerir i que por el mismo echo no deben ufcir- lo. El chocolate que debe preferirse es el del bueno ó de sanidad, evitando el de 'harina las personas de i'^tomagosv delicados. El- chocolate con canela, clavo, pimienta," vainilla, nocs moscada etc. causa graves daños, principalmente' á los de temperamento sanguíneo i á los 273 que viten acometidos de enfermedades! inflamatorias. Aunque Hufeland aconseja- que á los niños no se les dé chocolate, este precepto entre nosotros no es practicable; ya porque es al alimento mas fácil para prepararse; ya porque es mui varato; i ya finalmente porque la étpe- riencia ha acreditado á los americanos, que para los ni- ños después de la leche, es el alimento que mas los nu- tre i fortifica i el que sus estómagos pueden dijerir fá- cilmente. No obstante es preciso convenir con el autor citado, que á los jóvenes no se les debe dar en abun- dancia, si se quiere que estos no se entreguen anticipa- damente á los placeres del amor. Para manifestar las ventajas del chocolate, i los perjui- cios que ocasionan los aromas con que se mésela, sé presentan los elegantes versos de Geofroy vertidos del i- díoma latinó al castellano, (a) (a) Como manjar nos nutre el chocolate, i abunda en pingüe asufre, que de quilo produce un manantial, cuando la entraña lo ha ya bien preparado 1 dijendo. Hace abundar la sangre i á los nervios con Mura suave humedecer benigno. Da robustez á jóvenes i ancianos, fuerza á ¿os achacosos i enfermisos, i aun también de Venus á los héroes sabe volverles el vigor perdido' Dos jeneros se dan dé chocolate oue son en realidad 1 uso distintos: d primero variado exala aroma, el seguado es sin él, simple i sencido. este sustenta, pero aquel irrita. ¡ Oh tu, que quieres ver restituido el vigor vacilante ó quebrantado de enfermedades te lialLs ú oprimido del peso del traba\o! SI témplate un manjar que al recreo una el- alivio guárdate de aromática bebida a ti tu vientre no esta robustecido L 1 ?74 Fuera del uso del cacao para hacer- el chocolate, sirve también en, Europa para cubrirlo como las almen- dras agarraplñadas con azúcar, para lo cual mantienen los granos en agua por algún tiempo, para quitarles el amargo. Del cacao se saca la manteca ó aceite concreto que lleva el nombre de manteca de cacao. Para sacarla se tues- ta i muele en la piedra mui bien el cacao, i se echa luego en una vasija de agua hirviendo, la que ae deja á un fuego moderado, hasta que se consuma casi toda la agua. Entonces se le echa otra nneva agua, hasta llenar la vasija, i á poco tiempo se vera en la superficie de ella nadando la manteca. A proporción que ella se en- fria si no esta bien blanca, se vuelve á echar en agua caliente para purificarla de las partes estrañas que contenga. La manteca de cacao es mui utíl como medicamento para las toses reveldes, la asma é inflamaciones de pecho, para lo que se mésela con azúcar cande ó con carame- los untados con ella. Puede tomarse en gran cantidad contra todos los venenos. Ademas del uso interno tiene los siguien'es: i.° es, la pomada mejor de que Jas mu- jeres pueden usar para el pelo, pues tiene la .ventaja «sobre el aceite de almendras sacado aún fuego, que docilita mu- cho mas el pelo, i se disipa pronto sin dejar vestijios en la cabeza: 3. ° si se. quiere restablecer el uso de los antiguos griegos i romanos de untarse el cuerpo con a- ceite, ninguna cosa es mejor que esta manteca, la que aumenta la fuerza i la flexibilidad de los tova- si de un joven las fuerzas te abandonan sino sientes correr siempre con bria ¿a sangre, i penetrar de tus pulmones hasta las mas pequeños interstisios. Ni por ser aun mas grato el cJiocolaíe mesclado con aromas ha podido á la vicera dar vigor injente, el es su propio jugo 'nutritivo esa láctea haisamica materia que una innata dulzura brinda a! quito. 175 culos, sin dejar el olor que el aceite de olivas, i hace per- manecer el cutis seco. Los viejos debían renovar esta costumbre antigua, autorizada por una larga espe rienda, laque los fortificaría: 3.° en las voticas se pre- fiere como base mejor para los bálsamos apopléticos, por- que no tiene el olor de los otros aceites que ocasionan otros accidentes: 4-° es exelente para untar las armas é instrumentos de fierro, para precaver el que puedan enmhoccrse: 5.° es mui útil para untarse en las almor- ranas, i se hace mas eficaz, si se mésela con polvo fino de plomo quemado, ó azúcar de saturno i un poco de láudano. También hace buenos efectos en los dolores de reumatismo í de la gota untando las partes afectas: 6. ° en fin sirve de base para hacer el emplastro maravi- lloso contra ulceras i sarna, de que hablare en la medi- cina domestica. Concluyo este tratado (que ha sido difuso porque he creidq ser mui utíl hablar con estencion de las produe clones americanas), con la descripción de una enfermedad que le dá al cacao de la nueva Gran ida, ahora Cun- dinamarca, de la que ningún autor ha hablado. Antes de esto aconsejo á los que quieran que el chocolate no se gojÉBje, ni se llene de moho, que lo muelan con poca acucar, i le agreguen la que faite cuando lo vayan á preparar para beberlo. La nueva enfermedad del cacao consiste en una man- cha que se manifiesta en las masorcas por un circulo morado limitado al esterior, el que se estiende después. al interior i ataca al grano. Esta mancha hace que • los pericarpios se adhieran de tal modo que es difícil la separación, por lo que se pierde la masorca. Mi discípulo Pedro María Reyes dice, que en Cucuta ha visto esta enfermedad que ha causado tales estragos que haciendas que colectaban ochenta cargas de cacao ape- nas han cojido stis cargas, (a) Es de desearse que nuestros comerciantes introdascan (a) El jeneral Pablo Morillo atribuyendo este mal al iri- $0 sembrado en las cercanías, lo mando quitar i se ere que uv siguió propagándose el contajio, 27G á Europa el cacao de Cundinamarca, •particularmente el del Magdalena que es esquisito i del cual han hecho al- gunas esportaclones los franceses, porque entonces estoa i los españoles que prefieren el de las costas de Caracas, hallarán cacao de iguales calidades, i puede ser que en los paises de Alemania i el Norte consuman el que* hai en Cundinamarca bastante amargo i semejante al d« las islas francesas, que es el que prefieren en Alemania i el Norte. En Muso antigua ciudad del departamento de Boyacá se halla el cacao mas esquisito, cuyas masorcas son mui grandes i sus almendras tienen la magnitud do- ble de los cacaos conocidos. Contiene tanto aceite, que se separa casi naturalmente al molerlo. Las plantaciones de este cacao comíensan á adelantarse. Ojala que en la provincia de Neiva que ha perdido tantas plantaciones de cacao con el terremoto del 16 de noviembre de 18*7, se hagan plantíos de esta semilla. El mejor cacao de esta provincia es el de Cunday. , . Al remitir este artículo á la prensa he sabido por el eclesi- ástico dr. Alejo Jirón que habitó en las montañas de Cunday en (Neiva) cuando entro Morillo, que hai en ellas un árbol mui elevado que en su tronco forma una especie de olla (a) de voca reducida, en la que esta colocada una tapa qudflfc le- vanta con violencia, cuando las nueses que crciiiene están maduras. Entonces los micos meten las manos i las sacan. Este emigrado dlrijido por la regla de co- mer lo que comían estos animales, comió las noeces que dice son esquisitas. También es digno de que vea la luz publica lo que el vio en dicha montaña, en donde encon- tró una piedra de gran lonjítud apoyada en otras cuatro en 9 forma de los pies de una mesa, de cuyos estremos salían otras dos piedras que formaban un arco cubierto de bejucos que estaban llenos de flores. Al rededor de esta piedra circulaba un rio de aguas cristalinas. Este quiza seria alguno de aquellos sitios celebres que tenían los antiguos pobladores del pais en que escribo, que contiene precio- pida des dignas de describirse por los naturalistas. (a) Se hace uso, de ellas para el servicio domestico¡. 277 CAPITULO 4.° De los alimentos del reino animal ^ Tales son los alimentos que satisfacían el apetito de los primeros hombres quienes se contentoban con lo que acabamos de describir en el cap. airtecedente,(a) i con la leche de que hablaremos adelante. Ellos «oíos formaban su diario sustento, antes que una naturaleza corrompida , les hubiese hecho dirljir su mano sauguinaria á las entrañas de los animales, para repararse con sus partes i beber hasta su sangre. Dejamos este punto para que • lo discutan los observadores, quienes saben que hai pue- blos civilizados i salvajes, que no se alimentan sino de vejetales. Entre tanto describiremos los alimentos que te sacan del reino animal. Los animales de que se hace uso comunmente como ali- mento se dividen en cuadrúpedos, en volátiles i en pes- cados. Todos ellos forman en jeneral tres suertes de (a) Esta traducción de los versos de Ovidio comprueba lo que dice Tourtelle. Servían de pan á los primeros hombres las verdes yervos que en la tierra hallaban que sin cuidado alguno, ni fatiga, generosa ella misma tes brindaba: i ya cojian de sobre el fértil Césped, que producía abundante fresca grama, o hacían banquetes' de las tiernas hojas que brotaban en lo alto de las ramas. Nace después la rustica bellota. i la juzgan un bien después de hallada, teniendo tan magnificas riquezas solo en la dura encina compendiadas. Céres fue la primera que á las hombres mejores alimentos enseñará i en manjares mas útiles i gratos ' convirtió las bellotas de que usaban. 278 sustancias-, distintas por sus propiedades, que ,011 h ge- latina, la alvumina i ti gluten; toda» están caratlcri/. 1- das por la presencia del ázoe; mas difieren entre si, por las diferentes proporciones en que se halla este prin- cipio. El gluten se halla en mas cantidad, en unas que en otras, i la gclitina.se encuentra siempre en piquen cantidad. La gelatina se estrae por medio de la agua hirbiendo, con la cual forma cuando se enfria, una especie de jalea vejetal, la que es insoluble en el alchool, estando mes- clada en los huesos con gran cantidad de fosfate i car- bonate de cal: ella es uno de los principios constituyen- tes de los órganos blancos, esto es de los que no son irritables. Esta sustancia cuando esta bien combinada con el oxijeno, toma la apariencia membranosa i pasa á la acides antes de podrirse. La albúmina se diferencia en razón de la facilidad que tiene de concretarse por el calórico, los ácidos i la occides. Ella se disuelve por los álcalis. Se halla mas condensada ú oxijenada en todos los tejidos blancos v. g. en los tendones. En fin el glu- ten es insoluble en el agua á todas temperaturas, diso- !-i.)Ie en los ácidos i organizada en la carne muscular. Siempte está bajo la forma concreta, haciendo parte de la sangre, en donde se halla como carne liquida deposi- tándose en los músculos, que son los órganos que secre- tan esta sustancia. Todas tres sustancias dan el amo- niaco, tanto por la putrefacción, como por la destilación. ¡lechándoles agua fuerte dejan escapar el gaz azote i gaz acido prucico pasando á su antiguo estado vejetal, de quien difieren por la presencia del ázoe i algunas veces del fosforo que esta unido al hidrojeno, al carbo- 1.0 i al oxijeno. Nuevamente se ha descubierto en ellas el accido zoonico cuyo olor es semejante á la carne inui frita. Ademas de esta sustancia se halla entre los intersticios de las carnes una agua roja i blanca que forma la es- puma cuando se les di el primer hervor, presentándose después bajo la forma de aceite nadando sobre el caldo, que es lo que vulgarmeute se llama gordo, i al que se Je debe el olor i sabor agradable que tienen los caldos. f-sla misma sustancia aumentándole el calor forma una 279 espesie de caramelo mui dulce que vulgarmente se llama galetina. Este hace semejante la carne á los estrados ja- bonosos í á la materia azucarada de los vejetales. Los músculos ó carnes contienen en su sustancia hu- mores concretos, ilíquidos. Los humores son: i.° una agua roja i blancac 2. ° gelatina: 3. ° un aceite de la naturaleza de la graza. La primera es semejante á la linfa de la sangre. La gelatina de la carne es la que hace que los caldos preparados con la carne de los ani- males jóvenes dejen esa especie de gelatina que se ase- meja á la que da el caldo de patas. Los ojos aceitosos que se ven en la superficie de una tasa de caldo, de- muestra la manteca que tiene la carne. Las carnes de los animales como son un gran alimento contenido en pequeña mole, nutren mas que los vejetales i bajo este respeto parecen análogos á la naturaleza del hombre. No obstante el uso ecsesivo de carnes, sin mésela de vejetales aumentando la cantidad de sangre, aumenta la tendencia á la putrefacción del sistema hu- moral principalmente cuando las fuerzas vitales no tie- nen bastante enerjia para oponerse al poder séptico de las carnes. Por lo tanto debe siempre el hombre mes- ciar en sus comidas mas vejetales que animales, evitan- do el uso ecsesivo de ellos, i mucho mas, si éstan cru- dos ó poco cocidos, pues estes lo hacen feros, orgullo- so é indócil. ARTICULO i.° De la leche La ¡eche es el primer alimento del hombre i de la mayor parte de los animales; conviene en la primera edad de la vida en la que debe preferirse la de la ma- dre. Es una orchata animal que se forma de tres par- tes distintas á saber, de suero, de qu^o i de manteca 6 t mantequilla. El suero es el vehiedro ae las otras dos sustancias i contiene lo que se llama azúcar de leche. El fosfate calcáreo lo posee en mas cantidad que ei^, Ioí olios humores, por lo que ?r la primera ed^ 1 de h 280 •vida lo hai en mayor cantidad para el desemvolv i miento de los huesos. El suero es una verdadera albúmina, i el queso un aceite fijo concreto. Las proporciones en que están, el queso i la manteca en la leche de baca i de cabras son casi las mismas, no obstante la de cabra contiene mas queso que la de bacas, í la de estas mas manteca que la de aquellas, i una duodécima parte mas de azúcar de leche con corla dife- rencia : las propiedades de ambas son las mismas, aun- que algunos sostienen que la de cabra estriñe. Cullen dice que los niños han arrojado un queso mui tenaz cuando han comido esta leche. La leche de obeja tie- ne una cuarta parte mas de queso, el duplo de mante- quilla i una tercera parte menos de azúcar que las dos anteriores. La de obeja contiene una tercera parte mas que la de baca i no da mantequilla. La leche de ye- gua es mas parecida á la de burra, á la que nada la cuaja ó corta. lierzelio ha sacado de la leche desnatada, laguna materia caseosa con algo de manteca, azúcar de leche, hidroc- lhorate de potasa, fosfate de potasa, acido láctico, acé- tale de potasa i un átomo de láclate de fierro. Jonh en 1808 ha sacado lo mismo, sin determinar las propor- ciones de Berzelio que he omitido, i .dice que contiene una sustancia aromática que no se condensa, una ma- teria mucosa i algo de fosfate alcalino* La nata contie- ne mantequilla, queso, suero, azúcar de leche i las sale*. Gay Lussac ha conservado la leche ppr muchos meses, calentándola todos los dias un poco, i ha conseguido im- pedir su coagulación, logrando al fin el que se pudra. Deschamps de Lyon mesclando dos partes de leche i una de vinagre ha obtenido un coagulo que secándolo sirve como el pergamino para escribir, pero tiene el defecto que en tiempo seco no puede usarse sin romperlo. La leche ha hecho i hace el principal alimento de na- ciones enteras particularmente de las que habitan en la¡» montañas i aldeisj#Los hombres alimentados con ella son gordos, peresosos i estúpidos, ó al menos graves, pen- sativos i sombríos. La alegría, el aire festivo, i la añudad reina entre los hombres que se alimentan con vino 281 que es el contraste mas admirable. No se debe pues cstrañar que las personas que están en una dieta láctea ó comiendo solo leche, esperimentan efectos histéricos é hipocondriacos, ó que manifiestan un carácter mui som- brío. Ninguno de estos efectos se nota cuando la leche se toma en pequeñas cuantidades por los que la a- costumbran. La leche es al alimento mas á proposito para el niño que acaba de nacer, i es la que le conviene, por la fa- cilidad .con que la dijiere. Ninguna otra persona puede reemplasar la leche que da la madre al hijo: el mejor nutrimento para el niño es aquel con el que él ha co- mensado á existir. A esta la naturaleza le ha dado gra- dualmente la preparación la mas conveniente, para el desenvolvimiento de los órganos de su infante. El niño no ha de destetarse antes de los siete meses en cuya época en jeneral no debe mamar mas, pues á lo sumo debe durar con el pecho dose ó quinse meses. La ob- servación acredita que los niños no deben mamar sino nueve meses. En los cuatro primeros meses no se les debe dar otro alimento. Pasado este tiempo, se les darán poco á poco otros alimentos hasta el tiempo del destete. Yo estoi porque no se les dé carnes, ni aun la de pollo, sino masamorras de pan, de viscocho i otros alimentos de los que son fáciles de dijerir i nutritivos. Algunas jentes pobres destetan sus hijos con chicha i pan. A es- to debe atribuirse la mortandad de los muchachos, sus largas i continuas enfermedades, las grandes barrigas que adquieren, i el poco vigor de una vida que por lo regu- lar es muí corta. Entre nosotros no debe temerse la rachitís,(a) á la que dice Tourtelle dispone el dar el pecho mas de un año. Felismente en Cundinamarca es des- conocido esie mal, del que en esta ciudad no he visto sino dos enfermos que murieron en la edad de la puber- tad, siendo la causa el gálico trasmitido á ellos por sus padres. Lo único que he observado en los niños que ma- man pasados dos años, es que adquieren mal coíot i viven (a) Si no se toman medidas para evitar la propagación del gálico, la rachitis sera tan frecuente como aquel. M m 2 §2 algunos de ellos acometidos de indíjestiones i diarrear, que cesan al quitarles el pecho. La leche buena se conoce según Galeno, en que tiene. un sabor dulce i un olor agradable, siendo su color blan- co é igual i su espesura media. Ademas tomando una gota de ella debe guardar su figura globulosa' sin cor- rerse. La leche mui acuosa ó mui espesa i la que tie- ne un sabor salado ó amargo, es mala. Empapando un trapo blanco en leche, i quedando después de seco de distinto color del que da la leche, anuncia que ella es mala. Sucede muchas veces que los niños dijieren muí mal la leche, ocasionándoles vinagreras, cólicos, evacuaciones, convulsiones, tisis, obstrucciones en el mesenterio etc. Esto pende, primero de la leche misma, en cuyo caso se debe hacer que la ama tome buenos alimentos i que no use muchas carnes, ni mucha chicha, la que se le permitirá si esta acostumbrada á ella; pero debe tomarla á horas de comer i cenar, procurando que este bien cocida i que no se halle agria. Si eslo ne basta, se muda de ama, Penden en segundo lugar las enfermedades dichas, de la debilidad de los órganos dijestivos, la qué se conoce porque en la evacuación sale la leche cuaja- da. También Jas ocasiona el exeslvo uso de las masa- morras i otras sustancias vejetales. Esto se remedia con los tónicos, ó con pequeñas dosis de ruibarbo en polvo ó en tintura. De ningún modo deben usar las tierras absorventes como la magnecia, ojos de cangrejo etc. que ya están proscritas por los autores, i por nuestra diaria esperiencia. La leche de los animales puede hasta cierto punto su*< plir por la de la madre, la que se dará al niño, siem- pre que la de ella no la pueda dijerir, ó que la madre tenga un impedimento para darle de mamar. Los casos dichos son raros. No obstante si la madre se vé en la dura necesidad de confiar su hijo á una ama, seria me- jor mantenerlo mas bien con la leche de los animales/ que no con Ja de una mercenaria, que ha renunciado el sagrado titulo de madre, por prodigarle á un hijo ajeno, su leche i caricias malcrnales, que injustamente roba ai 283 fruto de su vientre. Ademas que ella vende el sustento que la naturaleza le concedió para su propio hijo i sue- le estar llena de pasiones abominables i de una conducta desarreglada. Finalmente es probable que la que aban- dona á un hijo, no cuidara del ajeno, á quien, comuni- cará con el licor de sus pechos sus enfermedades, sus in- clinaciones i vicios, con lo que el niño llevará una vida miserable, si es que no muere en manos de la vil mer- cenaria que lo criaba. No debe perderse de vista que las nodríses aunque estén embarasadas no lo avisan por no perder su salario. Como la .leche es un alimento pre- parado por la naturaleza i casi medio dijerido, no solo es saludable, sino que conviene á todos. Esto se observa en los que tienen sus órganos débiles para la dijestion i los qne están acometidos de tisis § marasmo. Estos enfermos con el uso de la leche i ejercicio proporciona- do á sus fuerzas, suelen curarse ó evitar los rápidos progresos de sus males. Los casos en que aun en estas enfermedades no debe tomarse la leche, son los que se- ñala el siguiente aforismo de Hipócrates. "Es malo dice, dar la leche á los que sufren dolores de cabeza, á los calenturientos, á los que padecen sed i á ¡os que tienen inflamados los hipocóndricos (vasios) i sufren murmullos en ellos. También es mala en las fiebres agudas i en los que han sufrido abundantes evacuaciones de sangre. Conviene dar la leche á los éticos, cuyas calenturas no son mui vigorosas, i en las que son mui dilatadas i de poca intensidad, siempre que no haya ninguno de los signos anteriores, i que los enfermos no estén demasia- do estenuados." En los casos dichos en este aforismo no se da la leche porque vienen acompañados 6 producen la saburra gas^ trica ó intestinal, la que altera la leche, i aumenta el foco de irritación i de corrucion, con lo que se agrava la enfermedad, i por esto dice Hipócrates (afor. 10 Sec. a. rt ) Mientras mas purguen los cuerpos impuros, mas los daños etc. Según el, los, estenuados no deben comer la leche porque su estomago no tiene la enerjia necesaria para dijerirla, lo que les ocasiona cólicos, vinagreras i evacuaciones, cuyos males les apresuran la muerte. La calentura con^ a84 ira indica la leche, porque no pudiendo dijerirse se con- vierte en un estimulo morboso. Para que la leche aproveche se ha de mamar ó to- marse recien ordeñada. Si estos dos medios son impo- sibles se calienta al grado de la leche recien ordeñada. Son preferibles los dos primeros modos, pues si se callen- ta la leche ó se cuese pierde su aroma, se hace menos restaurante, porque la coesion le impide el que se cuaje pronto en el estomago; i se ha observado que á los que les causa estriñimíento la leche, se hace mas obstina- do, si la comen cocida.. Influyendo poderosamente los alimentos en el color sabor i olor de la leche de los animales, la que parti- cipa de las cualidades de los pastos, pues si comen to- millo sabe á tomillo, si se alimentan de ajos, adquiere el sabor de ellos. Es indispensable que para que cure la le- che las enfermedades, i sirva de un medio para preca- verlas, se procure dar á los animales aquellas yervas que sean útiles para curar los enfermos á quienes se les man- da la dieta á leche. La falta de esta precaución hace que la leche no haga los buenos efectos que haría toma- da esta medida. fis una preocupación creer, que porque la leche sea un alimento tan sano, de sola ella pueda hacerse uso para alimento, lo que perjudica particularmente á los hombres á quienes ella sola no basta para reparar sus fuerzas, las que se agotarían con solo el uso de la leche. También perjudica á los que les causa cólicos ó evacúa- siones por la indijestion que ella les produce. Es mui üiil para evitar estos males, aguar la leche, tomar al- gunas pequeñas dosis de ruibarvo, i algunos tónicos. Si con estos medios no se corrije la indijestion que causa la leche debe abandonarse. Debe igualmente desterrarse de entre nosotros la preo» cupacion en que se está que la leche no se cuaja en el estomago, i que para evitarlo debe uno abstenerse de no comer cosas agrias antes ó después de. haberse ali- mentado con leche. Este alimento se cuaja luego que cae al estomago, lo que es mui esencial para la dijestion. Basta abrir el estomago de cualquier animal que haya 285 tomado leche para convencerse de esla verdad. Los que tomen leche con azúcar se les cuaja con mas facilidad, lo que la hace mas dijestible. Luego que la leche coa- jada sale del estomago i pasa al duodeno se mésela con ios otros liquidos i se convierte en chilo, saliendo una parte sin alterarse por los escrementos. I^a manteca 6 mantequilla, tiene las mismas cualidades que los otros aceites fijos: ella es mui nutritiva pero no la dijieren los estómagos débiles á quienes perjudica l® mis- ino que los aceites. El uso exesivo de estos i de la mantequilla relaja las primeras vias i haciéndolas perder su tono produce las hernias ó quebraduras. Lo mismo digo de la manteca de marrano. La mantequilla vieja se enrrancíá, i usándola causa muchos males, por lo que no debe comerse en abundancia. Según Chevreul se com- pone la mantequilla de estearina elaina, de acido butí- rico 6 principio oloroso, i de un principio colorante. El aire en tiempo de estio altera la mantequilla de la que puede hacerse exelente jabón. La crema ó nata de la leche no es otra cosa que la mantequilla mesclada con cierta cuantidad de queso. Se dijiere mejor que la man- tequilla, pero se agria en los estómagos que abundan en ácidos, lo que puede ocasionar acídenles mui terribles. ». El queso de la leche es su parte mas nutritiva i posee casi todas las cualidades del gluten. El queso en el estado que llamamos coajada contiene según Gay, Lussac i Thenard, carbono, oxijeno, hidrojeno i azote. El que- so salado se compone según Prvust, de caseate, de amo niaco, de oxido caseoso i un poco de goma. El queso hecho con leche desnatada, es muí nutritivo, pero di- ficil para dijerirse, por lo que solo lo comerán las per- sonas mui robustas, pues según Hipócrates, es alimento fuerte, caliente i nutritivo {de dieta lib. a. ° ) El queso he- cho Con la leche sin desnatar, es menos nutritivo pero de fácil dijestion. El que se hace de sjlo nata se di- jiere bien, pero nutre poco. El queso se come fresco, i cuando ya está algo po- drido, en cuyo caso es mas acre i estimulante según la * mayor ó menor putrefacción. Cuando esta es muí con- #86 fitierable tiene j*rmeneá depositados por algunos insectos, los que se multiplican al infinito. El único modo de destruirlos es limpiar fuertemente el queso con una csco- villi de cerda fuerte, i rasparlo con un cuchillo en las grietas ó canalitos que tenga. Hecho esto se unta con aceite el que mata ios insectos. Según el proloquio, casáis iüe lionas quem dat avwa manus (a) no se debe comer él queso', sino en poca cantidad, pues de este modo ayuda la dijeslion, favoreciendo la dlsolusion de los alimentos. El queso mui viejo hace esto con mas eficacia. Los que están cargados de cuajo hacen agriar los alimentos. El queso de leche de cabra ú obeja se dijiere mejor que el de bacas cuya leche no se ha de cocer para fabricarlo. El suero es la parle menos nutritiva de la leche; su azúcar parece ser la base de los ácidos láctico, sacholac- tico i acetoso. Tiene en disolusion algunas sales con la que esta mesclada un poco de mantequilla i queso, cuyas malcrías se separan al colar el suero i quedan pegadas al paño, i es lo que llamamos requesón. Este se usa cu nuestras mesas mesclado con miel ó azúcar. También se hite can él una pasta llamada torta de requesón. Las composiciones que se hagan con esto deben usarlas las personas de buenos estómagos. Los Tártaros i Kahnucos, desde tiempos inmemoria- les sacan de la leche de yegua uo vino i aguar- diente fuerte, que preparan ajilando la leche lo que Ja hace pasar á la fermentación vinosa, i le dan el nom- bre de arki. Concluiré el tratado de la leche manifestando el uso medicamentoso de la mantequilla, queso i suero. La man~ tcquilla aplicada esteriormente á los tumores inflamatorios, disminuye su dolor, los ablanda i acelera la supuración. El queso puesto esteriormente repercute la inflamación flegmonosa i la erisipelatosa; calma el calor i el dolor c impide la supuración; disminuye el exesivo calor del pecho eo las fiebres i modera la sed cuando no bai a- cidos en las primeras vías. En las inflamaciones de las (a) Sera bueno el queso, que da una mano avara» 287 vi« urinarias apasigua el calor i el dolor. Es muí nt?f en el escorbuto, gálico, enfermedades de la piel i en las soporosas. He visto sus admirables efectos en el reu- matismo é ¡tiricia. ARTICULO 2.0 De los cuadrúpedos. La mayor ó menor facilidad con que se dijieren laa carnes i vejetales, pende de su mayor ó menor solubi- lidad en el jugo gástrico; pues la dijestion de los ali- mentos en el estomago es una verdadera dísolusion de sus partes en dicho jugo á quien ayuda la influencia vital, que desde todas partes se dirije á esta entraña, para imprimir á las sustancias alimenticias el primer se- llo de la animalidad. La facultad disolvente de este jugo, varia en cada animal i en cada individuo de !■» especie, en rason de su constitución, estación i alimenta de que usa. La solubilidad de los alimentos está en razón inversa de la solides i tenacidad de su tejido, i los grados de tenacidad varían en las especies de animales- por las si- guientes causas: i." el clima tiene gran influencia so- bre las carnes de los animales, i así es que en los cu- mas calidos, son mas compactas i mas alcalesentes, siendo sus huesos mas densos i pesados que los de otros países. De aquí resulta, que en iguales circustancias, las carnes son mas pesadas, de dificil dijestion i fáciles de podrirse. Eu los paises frios i húmedos del Norteólas carnes son blandas i pituitosas, i por consiguiente inuijestas i poco saludables. La estación del año influye temporalmente en las carnes. 2. ° El nutrimento. En jeneral la carne de los carní- voros es mas densa i alcalesente que la de los fitivoros por enya razón el hombre prefiere la de estos. Los a- uimales que se alimentan con paito seco, tienen carnes mas secas, que la de los que se alimentan cotí \»iva fresca. Xc El extui-io i el rrpo.o son dos ramas poderosas 288 que contribuyen, á hacer las carnes mas 6 menos blan- das ó duras i mas ó menos alcalesentes ó mucosas. Así entre el puerco espin i el marrano hai una grande di- ferencia, aunque son de una misma especie. Del ejer- cicio habitual de los animales resulta una nutrición pre- cipitada, una rijides antisipada, i una vejes precos. Asi se observa que el animal que comiensa á trabajar muí joven, tiene carne mui dora i se queda pequeño suce- diendo, lo contrario en los que trabajan pasado el tiempo de su crecimiento. Las partes de los animales mas ejercitadas son mas densas: los volátiles tienen por esto las alas mas densas, i se observa que cuando ae les cortan sus alones, no son tan rijidos. En jeneral puede decirse que los animales monteses, los que pasen en los campos, i que están espuestes i las alter- nativas de frió i calor, tienen carnes mas compactas i solidas que las de los animales domésticos. En fin la alcalesencia de las carnes esta en razón directa del ejer- cicio, i la mucosidad en razón inversa. La osiosidad i el reposo hacen las carnes mas blandas tiernas, grasas, i solubles pero menos sabrosas i menos olorosas: son menos alcalesentes i su musilago varia en razón de los alimentos que se dan á esta suerte de animales. 4-, ° La edad. Mientras mas jóvenes están los ani- males, sus carnes son mas blandas i musilaginosas, i son mas solubles que las de los viejos. Sin embargo hai estómagos que dijieren con dificultad la de los animales tiernos son los que padecen de ácidos: estos mis- mos eslomagos dijieren con facilidad los alimentos que se inclinan á la alcalesencia. 5.° El sexo* Las carnes de los animales no se dife- rencian en los sexos sino hasta que han llegado á una edad avansada. En jeneral la carne de las hembras con- serva la constitución de la infancia, pues en las diferentes eporas de su vida, se nota que es mas mucosa i blanda que la dé los machos. Por eslo debe establecerse casi jeneralmente que la carne de las embras es mas tier- na i soluble. 6. c La castración. Los maclíos castrados no son ni sfcg tan fuertes, ni tan robustos como los otros. Asi es que ellos tienen carnes tan musilajinosas en su edad avan- sada como en lá infancia; de aquí resulta la gran dife- rencia entre el buey i el toro. Los animales castrados tienen mucha gordura en todo el cuerpo, i sus carnes son mas tiernas i mas solubles que las de los animales no castrados. 7. ° gordura i el enflaquecimiento. Los animales flacos tienen sus fibras secas i los tejidos que ellas forman son duros i coríaseos. Las carnes de los animales gordos están separadas por un tejido celular claro i por la gordura, lo que las hace muy solubles; no ostante esto suelen no dijerirse aquellas Carnes cuya gordura "está muy conglomerada. 8.0 La putrefacion. La solubilidad de'las viandas es tanto mas considerable, cuanto que ellas han sido mas ó menos alteradas por el movimiento intestino que dis- minuye i destruye la coherencia de las partes: por esto la carne del animal recien matado, no es tan soluble, como la del que ha tiempo que ha muerto. Pero sí la ^putrefacción ha llegado á cierto punto, la vianda es dañosa. Hai estómagos tan delicados que no soportan la carne cuando tiene el mas mínimo grado dé putre- facion. Oíros que aunque esta sea considerable la di- jieren bien, por la virtud anticeptica del jugo gástrico. Pero á pesar de esto al fin Jos habituados á comer car- nes podridas, se ven atacados de enfermedades pútridas. 9. ® Las diferentes partes de un mismo animal no son igualmente tiernas i solubles. Las de un tejido ce- lular tierno, como los intestinos, lengua i pulmones etc. son muí solubles: las de tejido cerrado í compacto como las membranas ligamentos (vulgo rilas) son tenaces i po- ca solubles. La sangre es el humor, después de la le- che, de que se hace uso como alimento, i en mi con- cepto es muí indijesto, pues según Hipócrates i Galeno coagulándose tan prontamente la cocción endurece este coagulo, ¡ lo hace de difícil dijestion, como se puede comprobar con los qué comen morsillas. Este alimento se prepara Con sangre de marrano ó* de cordero, pues- ta á cocer en tripas de animales, agregándoles el con- N n ago di mentó de sal, ajos sebolla arros, poleo, cominos i pe- rejil. A pesar de estos agregados es alimento mui indijesto no obstante que se me ha asegurado que e- chandole unos canutícos de arracacha menudamente cor* tados, se dijiere con gran facilidad. Esto comprueba las virtudes que esta planta tiene, como lo he dicho anteriormente. Lss observaciones de Santorio i Gorter no han dado resultados iguales con relación á los alimentos que au- mentan ó disminuyen la perapiracion, pues la variedad de las fuerzas de la vida, las pasiones, la admosfera etc. hacen difícil el examen de la perspirabilidad de los ali- mentos, lio obstante según Santorio los alimentos aní- males son mas perspirables que los vejetales, i las carnes de los animales que tienen mas gluten hacen trans- pirar mas. Hay dos especies de cuadrúpedos; unos están en estado de domesticidad, i otros son poco susceptibles de domes- ticarse, i viven en los campos i florestas en perfecta li- bertad, huyendo de los hombres. Loa consideraremos a ambos bajo la relación que tienen por los alimentos que usan. §• '-0 De los cuadrúpedos domésticos Los animales domésticos son aquellos de quienes el hombre se ha hecho dueño para sus necesidades do- mesticas. Las carnes de estos son mui distintas de las de las bestias monteses, cuyo réjimen es mui diferente. Este influye en que las carnes de los animales domes- ticos sean mui gordas, blancas i tiernas, pues sus humo- res no tienen aquella acrimonia de la de los monteses que se ejercitan mucho, i que no viven en la ociosidad, ni con alimentos, abundantes i muy nutritivos* i El buey parece orijinarío de los climas templados de Europa, bu carne es mui nutrititva, pues Hipócrates había observado que mientras mas sanguíneo es un ani- mal su carne abunda de materia nutritiva. Según él 29" mismo esta carne estriñe el vientre. La carne de toro es mas densa i mas difícil de dijerirse,.i según Píenle la de los toros lidiados i muertos luego, no lo es tanto pero se pudre con facilidad, lo que se evita echándola en adovo. La carne de novillo de dos años i castrado es mui nutritiva. La de ternero de dos meses es re- pugnante, mui bavosa i da poca nutrición. La carne de baca es mucho mas soluble, pero debe preferirse la del buey que no sea mui viejo, cuya grasa esta mejor mesclada, i cuyo sabor es mas notable. Con estas car- nes se preparan caldos, que para que sean saludables no deben de estar cargados ni de mucho jugo, ni de mu- cha grasa. Por esta razón es mui mala la costumbre de poner á cocer las carnes un dia antes. La carne de buey se come, cosida asada ó guisada. En Irslanda, In- glaterra i otras partes se sala la carne i se pone al humo para el uso de la marina. Entre nosotros solo se hace salar i se llama secina ó tazajo. Esta preparación según Geoffroy en su poema, solo la pueden dijerir los labra- dores, trabajadores i soldados. Militis hec dure, hec validi sint pabula ventris, El buey prepara infinitas venta jas al hombre pues fue- ra del alimento que le proporcionan las partes de este animal, el es el sosten i el móvil de la agricultura, i por consiguiente la principal riqueza de los estados. Tá- cito dice que los Germanos los veneraban tanto que da- ban bueyes por dote i sus hijas. Los Atenienses que so servían de ellos para la agricultura i para tirar sus carros, estuvieron largo tiempo sin inmolarlos en sus sacrificios. a El carnero castrado, es orijinarío de la Asia. Según Huilón este animal debe su existencia á la protección del hombre. El ha dejenerado, pues la naturaleza parece que no lo crio tan débil como ahora lo observamos. El carnero nutre al hombre i lo viste. Fuera de estos dones le da su sebo para el alumbrado, sirviendo su piel, sus huesos i hasta su estiércol. La carne del carne -? ro castrado es menos densa que la de buey 4i es ma. 302 transpirare. Su carne se dijiere mejor, i es mas sabro- sa cuando ha llegado á cinco años de edad, mas alia de la cual es indijesta porque esta muy densa. Los carneros que pasen en lugares secos i elevados, i en donde a- • hundan yerbas olorosas, forman muí buena carne. En las llanuras i lugares húmedos, á menos que no sean arenosos ó inmediatos al mar, dan mal alimento-. La sal (a) dada á estos animales con moderación les aviv.i el apetito, i les es muí saludable, es útil antes de al- gunos dias de matarlos mantenerlos con algunos granos i legumbres las que dan gusto esquisito á su carne. La carne de carnero padre ó marrueco es lenas, dura, de sabor ingrato i de difícil dijestion. La de oveja es in- cipida, indijesta i visíosa. La del corderíllo es de mas fácil dijestion. Este es el simbolo de la dulsura, asi como el carnero es la de una imitación estupida i servil. Se ha querido simbolizar en este animal á los ameri- canos. La oveja fue la primera señal de las monedas, asi es que la palabra pecunia (plata) viene de pecus. 3 La cabra es la embra del macho cabrio que es o- rqinario del Levante. Sus carnes son mas duras i me- nos solubles que las de la obeja i carnero. Hipócrates sostiene con razón qu¿ la de cabrito es buco alimento. La leche de cabra es útil en las evacuaciones coliqua- fivas que acompañan á las enfermedades consuntivas, ñor las plantas astrinjentes, que come este animal. De su le- che se hacen esquisitos quesos. Para aumentar su leche se buscarán sitios en donde se hallen buenos pastos, '•.otno el dítamo i la cinco en rama. Se les dará dos 7eces al dia de beber i de cuando en cuando sal, ó agua sal. El salvado, el mais i la turma aumenta mucho le le- che de la cabra. 4. El serdo ó puerco es (b) un cuadrúpedo domestico que (a) A esta se debe lo esquisito de las carnes de Zipaquirm% (lApEl dr. Agustín Gutierres vio en Francia et marrano aritmético, cuyo color es negro i esta muy flaco. El dueño €cl le ordena que haga las operaciones aritméticas que le cen en la arena ¿os espectadores. Apenas se las escriben; con la trompa hace los números con que saca la cuenta que sele pide. 2g3 proviene del javali ó puerco montes, cuyo animal abunda mucho en las montañas. El puerco es el berraco cas- trado. Este animal es orijinarío del antiguo continente de donde se le trajo por los "españoles á la América en donde solo se hallaban los javanés, los que domesticados en los paises dejeneran mui pronto. No sucede esto con el puerco ó marrano que habita en todo clima, i el mas líjero grado de temperatura cambia su color. Este en paises frios i calientes es el negro, blanco i asffrañado, observándose puercos que tienen dos ó tres colores de estos. El puerco engorda con mas facilidad i en poco tiempo, en lo que se diferencia de los otros cuadrúpedos que alimentan al hombre. Otra singularidad relativa á este animal, es que su grasa ó manteca difiere de la de los otros cuadrúpedos, no solamente por su consis- tencia i cualidades sino porque no existe en determina- das partes, como en el perro, caballo, cordero etc. pues que forma como en los cetaseos una capa espeza entre la carne i la piel. Cullen decía en sus lecciones que el puerco estaba so- lo destinado por la Providencia para alimentar al hom- bre el que hace uso de todas sus partes. Los ejipcios, judíos, araves, maometanos, tártaros i otros pueblos no hacen uso del puerco cuya carne aunque disminuye la transpiración, es un alimen»o fuerte i nutritivo, que no deben comerlo las personas de estomago débil i los ha- bitantes de paises calidos. El puerquesito contiene poca grasa [i mucha materia galeosa, lo que lo hace de di- fícil dijestíon. El mismo defecto tienen los cerdos cria- dos en pantanos y nutridos con alimentos groseros, y con inmundicias y basuras principalmente, si habitan en'tcstablos o corralei angostos y cenagosos. No sucede asi con los marranos que se nos traen de las tierras ca- lientes pues se crian con granos particularmente con mais, bellotas, cuescos etc. i se les hace vivir en cor- rales mui bien dirijidos, i mui estensos. Esto hace mui notable el gusto de la carne del marrano de jente po- en donde fas bestias engordan en los campos mejor que en las aballerizas. ag4 bre i de tierra fria, i el de tierra caliente, en donde el mais con que se seba es muí abundaute i lo mismo la multitud de noeses de que el se sustenta. Hipócrates sostiene que el puerco es alimento mui conveniente á las personas fuertes i robustas, i á los grandes trabajadores. Galeno dice que la carne del maraño no solo es de gusto mas esquisito que las otras carnes sino que es mas saluda- ble. Asegura que es mui semejante á la carne humana, i refiere «Ja historieta de algunos sujetos á quienes seles dio a comer en lugar de la de cerdo i no la distinguieron. Dice que los Atletas qne se ejercitaban en los juegos olímpicos, i los jóvenes, que se esforzaban en las palestras, nunca estaban mas fuertes i briosos que cuando se mantenían con carne de cerdo, i que con tal que comiesen solo un dia de la carne de otro animal, no estaban aptos para entrar á la lid: finalmente que si se abstenían de ella se disminuyan sus fuerzas i se enflaquecían. Hípo- pocrates dice que la carne mejor es la de los marranos que no son mui viejos ni mui magros, ni mui gordos. La de estos produce enfermedades cutáneas i aerimonia en los sujetos de vida sedentaria. En América se hace uu consumo mui grande de la manteca de marrano pues es la que sirve para guisar todas las comidas del rico "i del pobre, ti que cuando mas caro compra en tierra fria una libra de manteca es en dos reales i me- dio, teniendo la ventaja de comprarla por cuartillos i contenida en un intestino ó tripa de cordero. Al poco uso del aseite que hacemos los Americanos se deberán quisa las pocas hernias ó quebraduras que tanto padecen los europeos, que todo lo guisan con aseite. Podían eu- sayar el uso de la manteca para ver si se libertan de este terrible mal. La variedad de gustos que presenta cada parte del marrano causa admiración. Tilo Quincio como dice Li- rio i Plutarco convidado á cenar á una casa, admi- rando la abundancia i profusión de la cena que se le habla dado, reprendió al amo, quien riéndose le res ■ pondió' que todos los platos eran de cerdo i que solo diferían en los condimentos. Si Tito Qaineio viniera á la mesa de un colombiano reprendería á Moliens por / - 2g5 la falsa historia que ha dado en Francia, de las mesas de Colombia. Aqui veria que en tierra caliente, con solo los platos preparados con el mais, la yuca i el plátano, hai para veinte ó treinta veces una mesa sin que uu plato se paresca á otro. 1 tanto en tierra fria como en tierra caliente se pasmaría si se reunía el a- limento vejetal á el animal, pues solo del marrano vería los guisos, los estofados, las torrejas, las salchichas, las longanisas, las morsillas, los jamones, los chorisos de sal los de de dulce llamados de Jenova, los Chicharro- nes que se disuelven en la boca como el viscochuelo, etc* Su admiración llegaría al estremo cuando se cubriera Im mesa cofl las abundantes i esquisitaa frutas, i los de- licadísimos dulces que sirven de diario sustento al colom- biano. . . . Quien puede dar un convite de esta natura- leza á cien personas gastando en el cuatrocientos ó qui- nientos pesos, si sirve muchos licores estranjeros, que no nos son desconocidos desde el antiguo gobierno en el cual el vino del Rbin, el de Madera, lacrima iristi, mos- catel etc. deleitaban nuestro paladar, sin entorpecer nues- tros sentidos. A los judíos en la Palestina se les prohibía comer el puerco, el que se acostumbraron á comer entre los ejíp- cios que no Jo usaban. JJosquillon opina*que seria por- que la lepra era endémica en la Palestina, ¡ la poca transpiración que produce esta carne disponía mas á esta enfermedad. Yo he observado que en cierto lugar de este departamento que se mantienen muchos marranos que se alimentan en los pantanos i beben aguas de ellos, sus habitantes padecen mas del lasarino. Tam- bién he notado que muchos de los que matan marra- nos se ven atacados de la lepra. Concluyo diciendo que las carnes de marrano aumadas i saladas no las deben comer sino personas mui robustas pues raro es el que cuando come jamón en pequeña cantidad no sienta gran sed, erutos, ardor de estomago i otros síntomas que anuncian la indijestion. No es pues de imitarse la constumbre de los estranjeros que quieren introducir en, nuestras mesas el jamón mui salado el que lo ireau después de muchos días de cocido i cuando ya se le u< la putrefacción, 2$h §. a. o De ¡os cuadrúpedos móntese/, Los cuadrúpedos salvajes son los que pasan una vida libre i mui ejercitada, que reusan todo comercio con el hombre i prefieren el estado de independencia á la a- bundancia que este les ofrece. El gran ejercicio á que están sujetos para buscar su sustento i su vida inquieta i sujeta á todas las intemperies, endurecen sus carnes i hacen sus humores mas acres ¡ mas irritantes. Estos animales casi no tienen gordura pero su carne es mas gustosa, aunque mas dura, i se dijiere mejor. Se hace uso de ella algunos dias después de muertos estos ani- males, lo que la hace mas soluble, pero es preciso que no se coma cuando la putrefacción se hace notable, pues causaria enfermedades mortales. En jeneral, según Hi- pócrates las carnes de los animales monteses es mas nu- tritiva i lijera que la de los domésticos, pues son mai abundantes en gluten, i por esto se llaman viandas ne- gras, para distinguirlas de las blancas, como la de cor- derito pollo etc. que abundan de jelatina. Las prime- ras se pudren con mas facilidad i las segundas hacen menos sangre, i son menos irritantes. i El javalí cuadrúpedo montes, cepa de los marranos. Su carne según Hipócrates es de fácil dijestion i mui nutritiva. Cuando este animal esta en el ardor amoro- so, es preciso quitarle los testículos luego que haya sido matado, pues de lo contrario sus carnes toman un sabor ingrato que no permite comerlas, lo mismo que si se rom- pe la bejiga de la orina al abrirlo. Esta carne es la que mas tarda c¿i corromperse, i la del lechonsillo es mas soluble que la de el marrano. Los romanos tenían lujo en poner los javalies rellenos de pájaros i guarnecí' dos de caracoles, ostras etc. A veces ponían la mitad cosida i la otra asada en fuentes de plata i oro. La cabeza del javalí es la parle mas esquisita cocida en vi- no i especies i cubierta con cortadas de naranja, gra- nada i apio. El javali era animal qne sacrificaban á 297 Diana i que es el símbolo de la intrepidez f de un gran valor, con el que acomete á los perros que lo persiguen arrojándose en medio de ellos para despedasarles. Es 'a imajen de un vencedor cruel, i soberbio al talar las vinas ¡ sembrados, pues todo lo lleva á fuego i sangre. Este animal entre nosotros sude acometer reunido con muchos á que dirije uno, que hace las veces de capitán. a El cabritillo montes, cuadrúpedo rumiante de las mon- tañas cuya carne es mui delicada, pero alcalesente por su mucho gluten. Los de color moreno dan mejor car- ne que los encarnados. Las cabritillas son esquisitas cuan- do tienen 18 meses. La cualidad déla carne del cabri- tillo montes pende del lugar que habita, i asi la mejor es de las que habitan colinas, i paises montañosos; pues aqui tienen buen aire, alimento apropiado i soledad. Se- gún Buffon la carne de cabritillo que se ha cojido cor- riendo es incipida lo mismo que la de los que se crian en establos. . , 3 El ciervo ó venado, cuadrúpedo raraíante, habita en los bosques, í su carne es dura i de difícil dijestion, como lo habia notado Hipócrates i Galeno. Ella exala un olor desagradable. La de cierva i la de cervato, que es el que tiene los primeros cuernos, son tiernas, sabrosas i nu- tritivas. En Europa se comen fritos los cuernos cuando están tiernos i saben á hongos. El ciervo es la imajen de un hombre que se deja engañar de los discursos de los aduladores, porque es sensible á los acentos de la flauta. 4 La liebre es un cuadrúpedo salvaje, cuya carne es negra, densa i de gusto esquisito, particularmente la del lebrato ó lebratillo. Hipócrates dice que estriñe el vien- tre i aumenta las orinas. Aunque los antiguos preferían esta carne, temian su uso porque decían enjendraba sangre melancólica. El sitio en que habita la liebre in- fluye sobre este animal como sóbrelos denlas. Por esto las liebres de paises frios son blancas cuyo color toman cuando envejesen, i las que habitan paises elevados son mas grandes i su carne debe preferirse á las de los lla- nos i lugares pantanosos, que tienen carne mala i nau- seabunda. Son raras en el oriente i ^e bailan poco en ■^8 fa América meridional. Los orientales no la buscan co- mo los europeos, pues la lei de los judíos i maometonos, les prohive alimentarse de liebres. Para que estas se d¡- jieran mejor deben correrlas mucho, i Plenk aconseja que las que se matan con escopeta, se cuide de sacarles tos perdigones, pues se ha visto el cólico de los pintores producido por esta causa. 6 El eriio animal terrestre i pequeño. Su carne es astrinjente i poco nutritiva, siendo de difícil dijestion: en las indias es blanca i mui sana. 7 El conejo cuadrúpedo orijinarío de los climas calidos. La coneja lo mismo que la liebre hembra tiene dos mi- trises, i por eso admite el macho después del parto. La carne de conejo, es blanca i casi incipida, i mas grasa que la de liebre, porque permanece mucbo tiem- po en cuevas. El conejo castrado engorda mas i tiene carne mas sabroza. Debe preferirse la de los conejos mas jóvenes, pues la carne de los viejos es seca. La de los conejos salvajes es mas delicada que la de lo» domésticos. 8 La zorra es un cuadrúpedo montes, carnívoro i ori- jinarío de los paises calidos. Los sarmatas i alguno! franceses aldeanos comen la carne de este animal que lo matan en otoño porque entonces está gordo por las muchas uvas que come. Galeno i Buffon aprueban sa uso que es tan antiguo como Hipócrates, quien dijo que la carne de zorra «s húmeda i diurética. Fuera de estos animales de que habla Tourtelle, que se usan como alimento, espondremos otros de que se a- limentan algunas naciones. Los Asiáticos i Africanos co- men el camello nuevo. Plenk dice que la carne de ca- ballo de que usan los Tártaros, se debe comer cocién- dola hasta que no dé espuma por ensima, de cuyo modo su gusto es mas llevadero. Los Italianos tienen por esquísita la carne de pollino, i no usan la del as-> no viejo. Los habitantes de los Alpes comen la mar- mota, que dá carne semejante al cerdo. Los Noruegos r Rusos llenen por esquísita la carne del oso nuevo. Los Italianos Suisos i Alemanes comen el tejón, cuya carne es mas csquisila que la del cerdo. IMeuk asegura que la carne de árdita p '■ticuJUrmccle b negra, es ma> *99 esquísita que la gallina, i mui saludable. En la isla Martinica se comen las dos especies de ratones. ' Los Suisos i Olandeses comen la carne de gato. ARTICULO 3. o De les aves La carne de las aves es en jeneral lijera i de fácil di- jestion, ella repara con facilidad i prontitud; mas es menos nutritiva que la de los cuadrúpedos domésticos. De ellos ha querido hablar Hipócrates en el aforismo 18 Sec. a. * que comiensa. De aquellas cosas que nutren al punto i con celeridad etc. . . . Según él la carne de las aves es mas seca i contiene menos humedad que la de los otros animales, porque sus excreciones son po- cas. Es cierto también que las aves son las que entre todos los animales comen alimentos más secos, i be- ben menos. A pesar de estas propiedades de las aves, el hombre se las cambia, i las vuelve gordas i suculentas por me- dio del réjimen i castración. Las aves que viven libres en los campos, por las mismas razones alegadas en el tratado de los cuadrúpedos, son mui secas i tenaces, i estas propiedades se aumentan de un modo mas sensi- ble que en los otros animales, al entrar en mas edad. Así sucede también con las partes del cuerpo, pues las alas de las aves que vuelan, son ma& duras i tenacea^ que las de las que se les cortan las alas, i las piernas** de las que andan son mas duras, que las de las que vuelan. Las carnes de las aves que se alimentan con granos i de bayas, son mejores que las de las que se nutren con insectos i pescados. Causan a co i horror, las carnea de las aves que sacan su alimento de cadáveres, ó de lugares inmundos. Las aves que viven en la agua no dan un alimento tan sano como las terrestres. En Ícneral debe procurarse no usar de las aves en la pri- mavera, época de sus amores, i en la que vuelven de sus * 3oo emigraciones. Las que ae crian en los corrales son pre - feribles á las campestres. §• > ° De las aves que se alimentan de las gramineas La alauda ó alondra. Alauda es una ave pequeña de color pardo, collar negro i canto agradable. Es men- sajera de la primavera, habita en los campos sembrados de granos i se eleva al aire vertícalmente emigrando en noviembre. Dijierese con facilidad, i es un exelcnte aumento. El ganso (anser L.) Es animal acuático de pie palma- do que vive de yerva i granos i hace poco ejercicio. los gansos salvajes viajan en tropas en dos lineas que forman un ángulo. Los que viven en lugares pan- tanosos son mas gordos que los que habitan en lugares secos. Su carne es alcalesente i de fácil dijestion, pero no conviene á la jente de gavinete i á la que tiene vida cedentaria. Debe buscarse el ganso que no sea muy joven, ni mui viejo, porque el primero tiene carne viscosa, i el segundo la tiene dura. Con su hígado i quien se hace aumentar de volumen por medios atroces, se hacen platos i pastas esquisítas inventadas por una cruel sensualidad, que ha proporcionado este alimento que no es nada saludable para el estomago. El Gilgero (carduelis L.) Es un pajarito pequeño i hermoso, de plumas de varios colores que habita entre los cardos i de cuyas semillas se alimenta. Su carne es de fácil dijestion i da buen quilo, lo mismo que la del peehi. el becafigo ó ficedula. El palomo (columba) es una ave salvaje ó domestica, que es el símbolo del amor conyugal. Del palomo hai las siguientes especies; el arjenlado, asafranado, azul, bayo, botafogo, filacoton, gavino tostado, gavino overo, mongin, pelo de canes, pelo de ratón, royo, tetado i xalandrino. De estas especies se hallan muchos cncs^fc ciudad. La carne de esta ave se coloca en el prinicw ¿ango de las viandas negras, i por supuesto conlicnc 3o i mucho gluten. La carne de los palomos domésticos se dijiere mejor que la de los monteses que es mas ca- lida i seca. Los pichones se prefieren á las palomas por ser mas tiernos i nutritivos. Los de la Luisíana son esquisitos. En Colombia los palomos monteses son mui gordos i de un sabor mui agradabjj^ La codornis (coturnix) es ave semejante á la perdis aunque mas pequeña i de color pardo con pintas obs- curas. Es ave de paso, cuya carne es delicada i mui nu- tritiva. Cuando la codornis es tierna tiene un sabor es- quisito, pero se dijiere difícilmente por su mucha gordura. El hortelano (hortulanus) es ave pequeña de plumas par- das, variadas con algunas pintas i plumillas negras, i el pico corto, debajo del cual tiene una mancha ne- gra que se estiende por todo el cuello de el macho, pues la hembra no la tiene. Este pajarillo se engorda con leche i harina i tiene una carne suculenta i esquísita, que es mui restaurante. La polla silvestre (gallina corilorum) es una ave casi seme- jante á la ganga, pues tiene la magnitud de una perdis, sien- do sus alas cuello i cuerpo de un dorado mui hermoso; las piernas corlas í peludas el pico ancho i mas pequeño que el de la paloma: vive entre los pinares i avella- nares. Su carne blanquea después de cocida, es tierna, soluble i no menos sana que la perdis. Los romanos estimaron mucho esta ave que Luis XIV quiso infruc- tuosamente multiplicarla como los faisanes. El Gallo (gallus gallinaceus) es ave domestica orijinarío de la India, i símbolo de Ja vijilancía. Se le sacrificaba á Esculapio, cuando se curaba alguna enfermedad. Tie- ne carne blanca como la de las pollas i gallinas, con mucha jelatina i poco gluten. Es la menos alcalesente é irritante de las carnes, por lo que se dan sus caldos á los enfermos i convalecientes, pero debe evitarse la de gallo que está entre gallinas, i preferirse la de los po- llos que es mas soluble i fácil de dijerir. Pierde esta cualidad cuando tienen un año. Antes de los doce ó quince meses apenas se nota diferencia en su sexo (a) (a) En Colombia se distinguen antes de este tiempo por la cresta, 3f32 E¡ c.ípon i la polla de leche engordan pronto, s.i car- ne -,l mantiene tierna mucho tiempo, se dijiei * con fa- cilidad nutre mucho í tiene gusto esquisito. La carne de gallo viejo es seca i tenas, aunque Plenk dice que co- ciéndolo mucho, hace un caldo nutritivo i jalcoso. La numida de Linjtt, gallina pintada ó africana es tan nutri- tiva como la gallina domestica, pero es mas sabrosa, sí se deja manir al aire libre; lo mismo decimos del pavo, del que debe escojerse la pechuga: la de el pavón ó Í»avo real es menos soluble, i salo por lujo la ponian os Romanos eu sus mesas, i ya no se usa en Europa. La castración de las pollas es tan antigua como el Deu- teronomío, i se dejo de practicar en Roma por una leí, la que se eludió castrando los pollos. Los huevos (b) de las gallinas tienen una sustancia nutritiva destinada al desarrollo i nutrición del jermen, por lo que son muí nutritivos. Si se toma crudo el hue- vo, lo primero que hace la clara en el estomago es coagularse, i después disolverse en* el jugo gástrico. Hai personas que no pueden dijerir la clara de huevo, oca- sionándoles si la toman, una desazón i anciedad ines- plicables; pero lo común es dijerirla con facilidad; si . e le endúrese friyendola ó cociéndola es indijesta, pues is alcalesente i se pudre con facilidad como lo mani- fiestan los eructos i ventosidades fétidas, i nidorosas que arrojan los que comen huevos duros. La yema es una instancia emulsi-va, mui soluble i restaurante. La cascara de huevo contiene, según Vauquelín, car- bonate de cal, carbonate de magnecia, fosfate de cal, oxide de fierro, asufre i materia animal que sirve de gluten. La membrana ó tela que cubre la cascara, se compone de sustancia albuminosa soluble en el alchool i un átomo, de asufre. La clara de huevo según John contiene mucha agua i albúmina, un poco de jelatína, la barba i el canto. Estos signos aparecen mas tarde en los gallos de riña, que llaman finos ó de calidad. (b) En el museo se halla un hueve sito que se hallo en Zi - panuira dentiv de un luiepo de gallina, *** 3o3 de sosa, de sulfate de sosa, de fosfate de cal i quisa del oxide de fierro. La yema según el mismo chimico con- tiene agua, un aceite dulce amarillo, Jelatina, gran cuan- tidad de sustancia albuminosa modificada, asufre, acido libre que puede ser el fosfórico, i un poco de materia morena encarnada. Los huevos son mui nutritivos, se dijieren corijffacili- dad, i convienen a los débiles i delicados á los valetu- dinarios i convalecientes. Hipócrates (lib. d. vict. ra. in acuf) dice que el huevo contiene algo de vigoroso, algo de nutritivo i algo de Inflante. Es vigoroso, porque es el jermen del animal; nutritivo porque es la leche del pollo; inflante porque de una pequeña mole, se estiende á una muí grande. El huevo no combieoe en las fiebres, pero particularmente en las biliosas. Los huevos frescos son los mejores i mas sanos; asi se llaman los recien puestos, i los que conservan lo que se llama leche, que es aquella especie de licor medio blanco, que se ve cuando se abre un huevo. No- sotros los comemos tivios, que ea cocidos en agua hasta que apenas cumíense á coagularse la clara. Duros cuan- do se endúrese la yema i clara, de cuyo modo mui po- cos los dijieren. Rebudios en una casuela o sartén pues- ta al fuego con manteca, tomates, ajos, sebolla miga de pan, revanadas de turma i algunas veces lonjitas de tosino. Asi preparados se llaman pericos. Dejando es- tos en forma mas solida i de figura del sartén ó casue- la se llaman tortilla. Fritos en manteca, de modo que la yema conserve su figura, i la clara forme al rededor de ellas un circulo, se llaman huevos fritos, los que son múi indijestos cuando se frie tanto la clara que toma un color moreno. Batida la yema en buen caldo i cocida la clara en él, se llama caldo de huevos. Los huevos preparados del modo dicho antes, forman con el chocolate, pan i queso el almuerso de muchos habi- tantes de Colombia. Soy de parecer que solo los es- tómagos mui vigorosos coman los huevos duros. Los pericos, tortilla, huevos fritos i caldo de hueros los co- merán los que tengan regulares dijestionts. Las perso- nas debiies tomaran los huevos rericn pue?íu; i tibin-, ou4 El huevo entre nosotros entra como condimento en casi todos los platos que sirven en nuestras mesas, i son la base de infinitos postres, dulces pastas etc. En medicina sirve para combinar las trementinas, i aceites recinosos, como el de canime, que tantas utilidades pres- ta enejas hidropesías, purgaciones i llagas, en cuyos casos Me mésela la yema con el aseite. La abutarda (otis) que se ve en Europa solo en in- vierno, es alimento que solo pueden comer las personas robustas después de cocerla mucho. El gorrión (passser) es una ave semejante á la anterior la que se usa muy poco á pesar de ser muy gordo cuan- do tiene poco tiempo. Es una preocupación creer que causa la epilepsia. La perdis (perdix) es una ave que come vejetales i or- migas. Tiene de lonjítud dies pulgadas i su pico, pier- nas i pies son mui colorados. El cuerpo lo tiene man- chado de rojo, negro i blanco, i se le vé en el pecho un faja circular de color negro. Hai perdis blanca que tiene pies i piernas cenisientas i cubiertas con plumitas. Su color es cenisiento claro, la cola blanca i las alas negras, con manchas blancas. La perdis patiblanca se diferencia de la común en que tiene piernas pico i pies de un blanco que tira á verde. La perdis pardilla es de color mas obscuro I menos manchado que la común respecto á la cual es mas pequeña. La carne de la per- dis es muí sustanciosa, sana i agradable. Areteo la re- comendaba en el lazarino, é Hipócrates en las evacuaciones. El faisán (faisanus) es crijinario de la Colchida irie Phaso del que toma su nombre: su cainc es esquísita i se dijiere con facilidad. El tordo (turdus) ave que se mantiene de bayas é insectos i qne tiene pintas blancas sobre su cuer- po. Es muí nutritivo i fácil de dijerir principalmente á principios de invierno: El tordo músico de Lineo es al que le da la preferencia Marcial entre las aves, lo mismo que á la liebre entre los cuadrúpedos. La mirla (mcruhi) animal mni conocido entre nosotros j que canta cen rueve diferencias de voces, imitando á 3o5 la voz humana. Pone dos veces al afío, i es la primera que cria. Sus emigraciones las hace en otoño i vuelve en la primavera. Lá mirla alimentada en las casas tie- ne carne sabrosa pero solo se tiene en ellas para oir su canto. No he oido que se use entre nosotros. El gallo silvestre (urogallus) se cria en los pinares en los paises del Norte. Los glotones estiman su carne pero es dura, seca é indijesta. §. a.» De las aves que viven de insectos. Los efectos que produce él ejercicio en algunas par- tes de los animales son bien notables en las aves de esta clase; pues la chocha, el chochin que tienen los músculos del pecho mui ejercitados con el vuelo, tienen en esta parle carne dura i poco soluble; no sucede asi en sus piernas que como poco ejercitadas son tiernas i solubles. Eí chirlo (pluvialis) tiene mas carne de fácil dijes- tion. La chocha ó chacha pendiz (scolopax) ave de paso, algo menor que la perdiz, parda con pintas, lanadas, par- das, i negras. Su carne es mui sabrosa pero indijesta, La gallina ciega (gallinago) ave pequeña de color casi negra, que vive en los pantanos. Su carne es mas sa- brosa, i se dijiere mejor que la de la chocha. El estormino (sturmus) pajaro mui parecido at tordo, de quien se diferencia en no ser tan negro, i tener algunas plumas blanquesinas en el pecho. Habita en los pantanos, i solo la comen los glotones, pero siempre es amarga. El francolín de agua (rallus) ave poro mayor que la perdiz, de alas cortas i su cuerpo pintado como la ga- llina indiana, i á veces con plumas verdes i asules. Su i.arí¡e es exquisita ¡ de fácil dijestion. El andaio, pispitillo ó. aguzanieve (tringa) es un pa- jaro de ¿ic!e pulgadas de largo, cuyo color es ceni- P p 3o6 ciento i negro: tiene en las alas una faja transversa de color blanco i la cola la rga, i en continuo movi- miento. Habita cerca de los pantanos, i su carne es esquísita. El chorlito (scolopax totunus) (*) ave de paso, de color verdoso con puntas doradas por encima, i blancas por debajo, el pico largo i recto como el de la chocha, algo mas pequeño que ella, i las patas largas. Habita los lugares ceriales donde hai lagunas i pantanos, i canta como si gritara cuando vuela. Los hai variados de colores, siendo su carne de fácil dijestion, pero no se reputa como buen alimento. §. 3. o De las aves ictiófagas. El pato (anas) bravo es mas agradable, i se dijiere con mas facilidad que el manso. Hai muchas varie- dades de este ave aquatiea palmada, de que están cu- biertas nuestras lagunas i ríos. Las principales son el salvaje i el domestico. El primero se mantiene de todo jénero de inmundisias, hace mucho ejercicio i es mui alcalesente. Los patos jóvenes se disuelven con mas difi- cultad que los viejos. La zarceta (querquedulá) ave poco mayor que una pa- loma de color oscuro. Anda siempre a Jas orillas del mar i lagunas. Su carne es mui esquísita i de fácil dijeslion, siendo mas estimada las zarcetas americanas, particularmente las de la Louisiana. Las alas de la zarceta ó zerceta son verdes i largas; el cuerpo man- chado de pardo, negro i verde. La fúlica (fúlica) es una ave, especie de la gallina de agua, tiene el pico grueso i oblicuo hasla la punta; las alas í la cola corta; el cuerpo verdoso, fusco por en- (*) No convengo con Tourtelle, que sea vendías, pur* por la dcscricion que de él doi se conoce que es el srolo pax, mu' semejante da la choiha. 3o7 cima, i ceniciento por debajo; las plumas inferiores de la cola negras, i los dedos guarnesídos de membranas largas í endidas. La carne es buen alimento, i es mui apreciada la de la gallina de agua de México. • La golondrina de mu> (sterna) tiene carne mui tierna; pero poco agradable. Se prefiere la de la pequeña^ El cisne (cignus) ave especie de añade del tamaño del ganso, que tiene la pitaña blanca, la carne negra, el pico amarillo, el cuello largo i mui hermoso, los pies negros i cerrados como añade ó pato. Anda siem- pre en el agua. Su carne se usa poco por indijesta, que no lo es tanto siendo joven el cisne. Ademas de (as aves referidas hai otras que pueden comerse, como la de la garza real i el alcaraván, el cuchillo, la oropéndola i la golondrina de la Xhina, la avestruz, la síguena, etc. Las mas de ellas son al* calesentes, tiernas i de fácil dijestion; pero por su olor fuerte i de pescado no les gustan á muchos. Las golondrinas de China recojen de la orilla del mar una materia galeoso aromática, de la que fabrican sus nidos, los que ponen los chinos en remojo, los limpian de las inmundicias, i los cuesen con tosino i gallina, i^ lo ce- lebran como alimento mui nutritivo. En España llevo los nidos la real compañía de Philipinas, i los que allí los comieron, aseguran son escelentes, ARTICULO 4© De los pescados. La mayor parte de los pescados son tiernos i de fácil dijestion, i sin embargo nutren poco, i reparan poco las fuerzas como ya lo había notado Hippocrates; pero son mas nutritivos que las sustancias vejetales, i mucho menos que los cuadrúpedos i las aves: los pescados se pudren con facilidad como sucede á las carnes, i dan amoniaco en la destilación. El ázoe esta unido débil- mente á los otros principios lo mismo que en los aní- males de sangre fria; por esto se separa con facilidad 3o8 esla es la razón por que se pudren con tanta faci- lidad. El uso de los pescados parece que ayuda á la secre- •on prolifica del semen ; pues vemos que nacen muchos mas niños en Joj pneblos marítimos que en ninguna otra parte, pudíendo poner por ejemplo el Japón i á la China, en donde es ia población numerosísima, i cuyo alimento principal es el pescado: también se fia obser- vado que ios pueblos i tiófagos están mui espuestos i padecer Ja Jepra, la sarna i otros varios males catancos que se observan en los liabitantes de las orillas del Magdalena, en donde es tan frecuente, el carate, el herpes, las ulceras, etc.; por cuya razón deberán pro- hibirse los pescados á los que padescan estas enferme- dades, ó tengan disposición á padecerlas. Los Ejípcíos notaron que en los paises húmedos, cuales eran los de la parte baja del Ejípto, se debia la elefantiasis ó mal lazarino al uso de los pescados, por cuya razón los mi- raban con horror. El pescado es un alimento poco pcrspirable, que con- centra i conserva por mucho tiempo la acción en el esplgástrio; i hai sujetos que ínterin permanece en su estomago, esperimentan una eflontsencia cutánea, acom- pañada de comezón i á veces de calentura, cuyos acci- dentes solo son momentáneos, disipándose por lo común luego que se ha hecho la dijestion, i al instante, con tal que 6e vomiten. Los pescados cartilaginosos son tiernos i solubles, tie- nen mucha" gelatina, son mui nutritivos, i aun mas qne aquellos cuyo tejido es firme i seco. Los pescados mantecosos nutren también mucho, pero se dijieren con dificultad por razón del aceite que contienen, tales son la anguila, el salmón i el arenque. Los pescadores dé este ultimo engordan comiendo solo arenques, sin espe- rimentar menoscabo en sus fuerzas por solo un deter- minado tiempo. Los pescados gordos i viscosos viven por lo regular en aguas estancadas i cenagosas, entre el cieno o\e los rios i estanques i se dijieren con mas dificultad que otro cualquiera, i son un alimento mui inferior al de 3og 4os que se crian en aguas claras i corrientes. Los pes- cados de mar cuando frescos i los de aguas claras i corrientes, son un alimento lijero i mui nutritivo, lo aue ya dijo Hipócrates (en el lib. 2. de dieta) i mas si se íes cuese. pues fritos ó asados no son tan saludables, i en todos casos conviene añadirles algún condimento, por razón de tener todos la carne fria é insípida. Los pes- cados deben comerse inmediatamente que se pescan, pues entonces tienen mejor gusto i son mas provechosos. Con cuanta justicia pues declamo yo contra el uso del pescado ponche salado que se nos trae del rio Magdalena, i que suele venderse en nuestros mercados, el que tiene cuatro i quisa seis años de guardado en los almacenes, pues en el día se consumé mui poco en la cuaresma, por estar reducidos los dias de abstinencia á mui pocos. Si el uso de este pescado no hace mas estragos de los que esperimentamos los médicos, se debe a la corta cantidad en que se come, i á las sustancias vejetales con que se le mésela. Casi no he hablado con persona que use el ponche que al menos no me diga, que le causa mucha sed, que lo mantiene sin dijerir hasta siete horas, como lo anuncian los eructos, etc. Las fiebres biliosas, las diarreas, las desenterias i enfermedades erup- tivas que aparecen en la cuaresma, no se esperimenta- rian, si los jefes de policia no permitieran mas pescado en los mercados que el que constase se habia cojido en el año en que se vende. A pesar de esto la sal eon que se prepara, siempre se convertirá á poco tiempo en sal de naturaleza amoniacal. §. a. o De los pescados de ríos i quebradas. El alosa, trisa. Sábalo en Carlajena, Robalo en Cu- cuta (Clupea alosa). Este pescado es de color de plata, i tiene algunas manchas negras, aun los blancos. En Cucuta su lonjítud es de pie i medio, su latitud de ocho dedos. Remonta los rios en la primavera para poner 3io sus huevos, i entonces es que debe comerse. Su carne save á la de marrano. Es alimento de fácil dljeítion. El brema, sargo, dorada i doradilla en Cucuta. Este es pescado de agua dulce. Es mui húmedo i tiene dos cuartas de lonjítud. Su escarní parece colorada í ¡m carne es blanda í de fácil dijeslion, aunque Tourtelle dice lo contrario. El bondalure, vieja en Cucuta. Vive en hs ríos i en los estanques. Tiene sus aletas hundidas acia atrás; es asul, i el vientre lo tiene plateado; en la espalda tiene rayas negras, i una aleta que comiensa desde la ca- beza hasta la cola que es aorquillada. Se hace mucho uso de él. El sollo (guavina) es pescado largo de lonjítud de doce dedos. Sus colmillos son tan agudos que despe- dasan las atarrayas, i es mui voras. Es buen alimento, i Jos glotones ansian con preferencia su hígado. Sus huevos en Cucuta no exltan los vómitos i evacuaciones, que dice Tourtelle. La percha (volador) se cria en los rios de curso, lento i sosegado. Es mui lijero i tendrá doce dedos de lon- litud. Anda solitario. Su carne es gustosa,' i de fácil dijestion. Es verde en la espalda, dorado á los lados, i con fajas negras. Sus nadadores son de un encarnado muy bello. El salmón es pescado de mar que sale á los rios, el que no conocemos. Cuvier trae siete especies. En el Rhín se hallan muchos i de peso de 6o libras. Su carne es colorada i se aumenta su color al cocerla. Su cabeza es mui gorda, pero de dillcil dijestion. Este pescado lo deben comer los fuertes i robustos. §»• De los pescados que viven en el cieno Apodes. La .m güila pescado que parece una culebra, cuyas es- camas no se perciben, pues es muí liso, carnívoro i voras como que se alimenta de pescsillos é insectos. •3u Es el único pescado de agua dulce que pasa al mar. El savor de la anguila es esquisito i mui pocos pesca- dores lo comen, por que le tienen asco. Es alimento útil para ayudar á la dijestion de los otros alimentos. El congrio que es una especie suele tener un quintal de peso. Lamprea es pescado de lonjitud de díes dedos de piel, Ií.m) j de color asulado. La de mar es mal ali- mento, i la de rio, que es la que conocemos, es de fácil dijeslion i mui gorda. El ronquete pescado del Zulla de lonjitud de cuatro á cinco dedos. Su color plateado; dos bandas loujiludi- nales asuladas. Tiene cuatro nadadores^ dos patorales; uno en Ja nuca i otro ep la cola. En cada pectoral i en el de^ la nuca tiene una espina con que ofende i • causa una roncha como la que hace la abispa. El ron- quete i capitanejo tienen la misma figura, pero la mag- nitud del segundo es de doce dedos. El rampuche es lo mismo, pero sale fuera de la agua, i tiene los apén- dices vermiculares de la boca mui grandes. El sapo es pescado mui largo, mui liso, mui grueso, i su piel esta jaspeada. Tiene dos nadadores pectorales, uno en la espalda i otro en la cola. Suele tener el peso de cincuenta libras, i se come. El bayo es semejante al capitanejo, pero no tiene las armas ofensivas de este. Su savor es desabrido, i solo puede guardarse tres dias, pasados los cuales no se puede comer. El ciego pescado liso cilindrico, de lonjitud de siete dedos, i tiene los nadadores como los precedentes. Sus ojos son difíciles de observarse. Se hace mucho uso de él. La mariana, pescado de la lonjitud de dos pies, cuyo robu* es de amarillo plateado. Tiene dos nadadores pectorales, dos ventrales i uno en la cola. Tiene de particular en el plano inferior dos pesones, que des filan leche cuando se sacan de la agua, Se cree que rs pescado vivipero. No lo comen. El Machcton, pescado delgado i plano, cuja piel es muí lia, i su estatura' la de un hombre. Su color es 3l2 gris, i sus nadadores pectorales son dos mui pequcni- tos, el de la espalda se estiende hasta en la cola cu que tiene su nadador muí ancho. Es pescado mui cus- toso, pero de mucha espina. \ El pánpano tiene la lonjitud de pie i medio, i seis nadadores, lo mismo que la sardina. Su color es pla- teado. Su sabor es mui esquisito, i en nada semejan- te al de los demás. ^ La sardina (guapucha en Bogotá) es un pescado peque-> ño de lonjitud de cuatro dedos transversos en Cucu- ta, i de dos en Bogotá. Se come frita i con vinagre i cebolla. También se mésela con huevos formando lo que se llama tortilla. Tourtelle dice que no difiere de las anchobas. El thon ó tonina se halla á la salida del Magdalena. Su peso es de cien libras i la parte mas esquísita es su pecho. Este pez tiene Ja' propiedad de arrojar á la orilla con su Irompa á los que se están ahogando. ,La raya es pescado carlilajinoso de que hai muchas especies en los rios de Colombia. Su carne es de di- fícil dijeslion i no se usa entre los colombianos. Su hí- gado es mui estimado en lo interior de Francia. El bocachica es un pescado de lonjitud de un pie i cuatro dedos transversos. Su escama es tan blanca como la perla. Su sabor mui agradable. Sus nadadores son seis- Su alimento lo extrac con la trompa de el lodo. La sardineta es semejante al precedente en la escama, aunque es mas pequeña. En lo demás se parece al bo- cachica. Su uso es mui común. La corcobada, pescado semejante al pámpano, pero tie- ne en la cabeza una gran escotadura de donde recibe el nombre. Su escama es mui menuda. Su gusto es agradable. El panche del Zulia tiene la lonjitud de medio pie, i su piel esta compuesta de anillos ásperos carlilajinosos i semicirculares. Su figura es la de un cono corlado por su mitad. Sus nadadores son seis. Se pesca debajo de las piedras, i se cerne mucho. El cómeme pez semejante al panche, pero tiene en las agallas unas barbas corniculares, que se parecen al vigo- 3i3 te ó mostacho de los militares. Su uso és bastante coman. La Pila pez de magftitud de medía vara, cuya piel es semejante á la del panche. Se come mucho porque se coje con gran facilidad. El manatí se encuentra en varios ríos de America particularmente en Apure en donde los indios lo pescan persiguiéndolo en sus barquillas, hasta 4}ue saca la cabe- za, á cuyo tiempo le introducen en ella el arpón que está amarrado en soga muí «larga. Luego que el pez se ve pasado con el arpón nada precipitadamente i ellos le dan soga hasta que se cansa, i entonces lo traen á la orilla del rio, i dejan 'que se haga agua el barco i se lo introducen por debajo, i al caer en él, lo sacan k tierra montándose los indios sobre el manatí. Estos barcos se llaman cayucos. El manatí suele pesar 200 libras. Su carne i su grasa es análoga á la del becer- ro, i sirve en lugar de la manteca. Su piel es muí gruesa i sirve como la del buey para hacer rejos. He omitidu muchos pescados de los que habla Tour- telle, porque no he podido hacer investigaciones si se usan entre nosotros, i solo he hallado noticias de loe conocidos en los rios del Zulia, Magdalena í llanos de Casanare. Yo creo que los naturalistas harán nuevas observaciones en los rios i mares de Colombia í aumen- tarán el catalago de los pobladores de las aguas. Co- mo yo no he viajado, no puedo hablar sino por no- ticias de los pescados, Pues solo conosco el pescado ca- pitán í las guapuchas que se pescan ea el rio Funsa, Es sabido ya que el tiene la particularidad de repre- sentar en los huesos de su cabeza las insignias de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, como clavos,, co- lumna, escalas martillo ^tc. las que están perfecta me r te- representadas. ^ Este pescado se usa fresco, i se come cocido, frito, i con vinagre i otros condimentos, pero uo es tan sano como se quiere pues á muchos se lis indijesta. 3i4 ARTICULO 5.« De los anfibios Llamanse anfibios á los animales que viven alternati- vamente en tierra i en agua, cuyas cualidades alimen- ticias son casi las mismas que las de los pescados: la mayor parte del tiempo viven en lugares pantanosos, ha- ciendo poco ejercicio, i entre todos solo dos se usan como alimento que son la tortuga i la rana. La tortuga (testudo) animal oviparo cuya carne es blan- ca, con especialidad la de mar, pues hai también ia tortuga de agua dulce i de tierra. La tortuga juanena de los brasilenses i turtaruga de los portugueses es la roas esquísita entre las marinas, pues su carne i huevos son exelcntes. Se dice que una sola da aoo libras de carne blanca, i se parece á los cuadrúpedos jóvenes, pero da en la destilación menor cantidad jje admoniaco i es poco perspirable, pero de difícil dijestion. Los cal- dos de esta tortuga son dulcificantes i restaurantes, i convienen en la thisis. Barreré asegura que libra á los negros de la enfermedad llamada pian gálico ó bubas. En Portugal i Cabo-verde los leprosos ¡ escorbúticos se nutren con tortuga para curarse. Las tortugas tie- nen tres ventrículos en el corazón. La rana (rana) animal oviparo de un solo ventrí- culo al corazón. Muchas especies de ranas se conocen pero las principales son la de tierra ó morada la de árbol ó verde i la acuática que es la mas común. Son carnívoras, i se nutren de insectos i reptiles. Se bus* can mas las de agua, i su carne difiere poco de la de tortuga, pero tiene menos gelatina i su carne es mas animalisada, i por esto es mas perspirable; dljierese con facilidad i es medianamente nutritiva. Es refrescante i bumetante i sus caldos sirven para los mismos usos qne los de la tortuga. . Al xonc% éste ar¿icuU> de loa anfibias, recuerdo lo que hcüeho en eajaV obra sobre la Tortuga-i H rai- man que lo ej&mcn. páVa el gálico i lazarino. 3i5 ARTICULO 6.© De los insectos En esta numerosa clase solo hai alguna que otra es- pecie que*, se usa como alimento, tales son el cangrejo de mar i de rio, la langosta i el salicote, los cuales son de la familia de los crustaseos. Ambos cangrejos dan poco amoniaco i por consiguiente es la carne me- nos animalisada, menos uutritiva pero mui fácil de di- jerirse. Suelen padecer cólicos, erucciones cutáneas, i accesos de gota, algunas personas con comer pequeña cantidad de cangrejos. Es pues preocupación creer que el cangrejo es mui nutritivo, ARTICULO 7. o De los téstaseos ^ Los testáceos son unos gusanos cuyo cuerpo es blando, sin articulación sensible, i encerrado en una concha 6olida formada de carbonate de cal. Su corazón tiene un ventrículo i una aurícula. La ostra (ostrca) es un testaseo vívalvo que se dijie- re con facilidad estando crudo i fresco: es la ostra mui nutritiva, exíta el apetito; es poco perspirable relaja el vientre i se tiene como afrodisiaca. La almeja i el morisco se comen igualmente, í la carne de estos vival- vos es apretada i es mas difícil de dijerir que la ostra, i produce efiorecencias en la cutis. Los de estomago débil no deben comerla, pues se esponen a las enfermedades dichas que s->n precedidas de vó- mitos i á veces de convulsiones. El datilo 6 soten, el navallon, el ververecho virueto ó bregnigan; el marolo 0 corazón; pechina ó veneza; la golondrina zamoriña ó ancoriña el mlguillon ó pholas de Lineo, son todos in- sectos anivalyos de que no habla Tourtelle, paro que según Bosquíllon puede eplicarseles la doctrina anterior. oib El caracol (cochlea) es un testasco univalvo androgoliu p hermafirodita que se alimenta de bejetales. Todos los caracoles son mui viscosos, i aunque se sasoaen mucho dan un alimento grosero i pesado, pues su carne esta poco anímalísada. El caracol era el alimento predilecto de los Romanos. Al caracol pueded agregarse otros vi- valvos que omitió Tourtelle como la patela ó topa, ma- risco que vive pegado á las rocas i se alimenta de la espuma del mar. Cornide asegura que ella sirvió de único alimento, á muchos viajeros á quienes la casualidad ó un naufrajio hísp arribar á islas en que no hallaron otro alimento. La oreja marina, que debe cocerse poco la bocina, el múrice, de que sacaban los Tirios el precioso licor con que teñían las ropas i se llamaba purpura; el ombligo marino, ojo marino, haba marina, las neritas ó caramujos da Lineo, las sepias ó gibias, los calamacos i pulpos, son otros tantos vivalvos de que se saca un alimento duro, vil é indijesto de que solo en casos de desgracia puede usarse, procurando sasonar .con vinagre sebollas i otros condimentos si se toman por lujo, mas en el primer caso se tomarán fritos q cocidos con aceite manteca ó con grasa de cual- quiera núes. Con los caracoles pueden hacerse caldos pectorales, i refrescantes, con los cuales según Cullen se ha logrado una gordura pasmosa en los casos de marrasmos, este- riuaciones i atrofias sin exulseraciones internas. CAPITULO 5.9 De la preparación de los alimentos La preparación de los alimentos consiste principalmen- te en la aplicación del calor, i en la mésela de otras varias sustancias» El cocer los alimentos aunque sean los vejetales es su- mamente utíl, pues de este modo se disuelven con gran ficjjidaa en el jugo gástrico; esto tiene lugar aun res- pecto de aquellos que se coagulan por medio del calor S.7 como los huevos. El calor ademas, separa i evapora las partes volátiles no nutritivas de los vejetales, las cua- les son dañosas en algunas plantas; desaloja de ellas el aire, i debilita la fuerza de cohecíon que tienen sus par- tes, haciéndolas mas solubles i menos flatulentas El calor se aplica a los alimentos ó por la via húme- da cociéndolos en agua ó á la estufa, ó asándolos, fri- yendolos i haciéndolos estofados. Cociendo la carne en agua caliente ablanda su tejido i la hace de mas fá- cil dijestion. Igualmente las partes ternillosas, membra- nosas etc. de los animales se ablandan cuanto se quie- ra i se les estrae la jelatina. Las partes carnosas espuestas á la decocción sufren mutaciones que varían, según el grado de calor que se les aplica: cocidas moderadamente se p%nen mui tiernas, sin perder cuasi nada de sus cualidades nutritivas, pero si se les cuese macho, la agua estrae todas sus partes solubles, i er residuo es poco soluble, i nutre mui po- co. Por eslo la carne sacada de una olla que ha da- do buen caldo, es dura i poco nutritiva, pues, la parte mas sustanciosa se la ha llevado el caldo*. ' La mutación que induce la carne al cocerse varia se- gún se cuese ó al aire libre ó en vasija bien tapada, porque en esta openas hay evaporación, i se logra que en poco tiempo se ponga mui tierna, sin perder sus cualidades sabrosas i nutritivas. Debe atenderse á la poca ó mucha agua en que se cuese la vianda; pues si se cuese en poca i á fuego lento, se pone mui tierna, pierde pocas partes solubles, conserva su sabor queda mui nutritiva i esta decocción se llama estofado; pero si se cuese en mucha agua i con lentitud, la agua estrae mucha parte nutritiva, i que- da solo una carne dura i muy indijesta. La via seca consiste en aplicar calor á las carnes sia usar de la agua: esto se puede hacer ó en vasijas cer- radas ó al aire libre. El primero consiste en formar empanadas para meter en ellas la carne al horno, con lo que se evita la evaporación, no se disipa el jugo de la carne, i esta ablandándose se pone mas sabrosa: el segundo consiste en asarla ¡ freiría, medio que según Ji8 Petit Radel c¿ el mas simple para disponer el musilabo animal al desenvolvimiento que deben hacer las fuerzas dijestivas: el atrae hacia fuera el principio azucarado de las carnes i forma esa costra que tiene el gusto de un verdadero caramelo: la carne se puede asar ó echán- dola sobre brasas por cuyo medio se endurece su su- perficie esterna, que impide la evaporación de ios jugos ó poniéndola en parrilla ó a/.ilor á la acción del fuen go, procurando avivar este para que se forme la cos- tra esterior que impide la evaporación de los jugos pues de lo contrario se pone dura i difícil de dijerir, para evitar la evaporación se le unta manteca, lo que impide que se seque su superficie. Los llaneros de Casanare usan únicamente la carne asada, la que po-* nen al fuego sin»quitarle el cuero. La parte de la rez que asan es la carne que esta en la rejion de los lo- mos, que llaman raya, la que tiene un savor esquisito. Eslos hombres posen dos preceptos sublimes del Hijie* ne, cuales son usar li parte menos ejercitada del animal, i usar de la via ceca poniéndola en las brasas. A ellos deben la salud i vigor fttletíco de que gosan estos cele- bres é inmortales guerreros. La jente de los campos usa mucho de la carne asada, en las tierras frías en que la comen fresca i eu las calientes salada. A esto sin duda deben atribuirse las enfermedades cutáneas de la jente calentana i al uso de los pescados, anfibios Ma- netos i gusanos. La carne se fríe haciéndola pedasi- tos i echándola en una casuela ó sartén con aseite ó manteca á uu fuego moderado, porque sino se pone rechinada. Las fritadas no son buenas para la salud, pues suelen ocasionar con frecuencia agrios i acedías. También se echan salsas á los alimentos ó para hacerlos mas nutritivos ó mas agradables al paladar. La base de las salsas es la manteca ó el aceite ó jugos de carne mesclados con varios condimentos, como ce- bolla, ajos, perejil, tomates, achote ect. En la elección de estos condimentos, en su preparación i en fin en los arbitrios que ha proporcionado la química particu- brun:qte ca la Francia, es qne consiste el arte de cq- 3i9 sioa que ha llegado en dicha nación á su ultimo grado de adelantamiento; pero que ha venido a ser tan funes- to á los hombres, que con razón puede repetirse ahora lo qne dijeron los antiguos filósofos que la boca hama- tado mas jente que la espada. Esta sentencia la sufre hoi Colombia por el' funesto presente 'que nos han traído los estranjeros en el lujo de las mesas, que nos han hecho olvidar nuestra antigua frugalidad. A la falta de ella atribnyense los males que eran desconocidos entre nosotros i que no se sabe á que atribuirse. Las que- jas que sobre esto están consignadas en la obra del inmortal Bucham, las repeliria yo en esta obra para e- cbarles en cara á los colombianos, lo que el médico ingles les echaba á sus compatriotas. Los 'mios léanlas en la obra de este filantrópico autor, que anda en ma- nos de todos. Uno de Us principales cuidados que se deben tener es la clase de basijas en que se preparan los alimentos si se quiere conservar la salud i evitar un envenenamien- to; seria de desearse por el bien de la humanidad que una lei mandase que se proscribiese el uso de ollas pailas, olletas etc. de las que se fabrican para las cosi- nas con los metales cobre, plomo ó estaño. A pesar de lo que se ha dicho antes sobre los perjuicios que han ocasionado semejantes vasijas, se repite que el ver- dete del cobre no se evita completamente estañando- las, porque el estaño contiene siempre algún arsénico, i lo segundo porque el estañado se gasta con facilidad i queda el cobre al descubierto. El estaño debe desterrarse para hacer vasijas pues con- tiene el arsénico que es el veneno mas violento, i el plomo porque se oxida á cualquier temperatura i al ai- re libre, i su oxide mesclado con los alimentos causa el cólico de los pintores. Basta el vapor del plomo para cau- sar esta enfermedad, a la que viven espuestos los que trabajan «r lengum ct nigrum L.) exótico. Es el fruto de una planta de la India de la que hai varias especies, i es el condimento de pobres i ricos, pues ayuda la fP dijestion i corije los agrios, usándolo con moderación, pues es muí íritante. Aumenta la orina mata las Jom- brises i es afrodisiaco. En algunos jardines de Bogotá se encuentra una especie de pimienta, que tratada como esta tendría iguales propiedades. La noes moscada (mirística officinalis)n¿ii'cna Es una fruta gorda como una núes, que viene de las ¡íí.is orientales i se halla en los llanos de Casanare (*W.Esta vestida de una cubierta particular llamada macis^nacías ó flor de la noes moscada. Su olor es aromático, .i su sabor algo acre, pero suave i es uno de los condimentos menos irritante i mas suave. La olova sale de este árbol i es exelente remedio para la sarna llamada arador. Los antiguos romanos usaban también de la asafe- tida como condimento, i los sirineos i griegos la llama- ban alimento de los dioses, i en el dia los Europeos la llaman estiércol del diablo por el felor insoportable (*) En Mariquita, rio Magdalena, i en el Peni, 324 que tiene, que en la Asia no lo tiene. Según Pelletier consta de aseite volátil fétido, reciña particu- lar, una goma semejante á la arábiga i otra á la goma bassora i matate acido de cal. Entre nosotros solo se usa como el mejor remedio contra los males de nervios, i > como antipútrido aplicado este- riormente. El vinagre (acetum)e£otico es e! producto de laoxijenaclon (a) del vino. Es tanto mejor cuan'.o mas bueno el vi- no. A si es que el que se hace entre nosotros de chicha, de pina, de fresa, de mortiños etc. es de in- ferior calidad. El vinagre es uno de los condimentos mas uSados en las ensaladas i en los manjares. El vi- nagre es refrescante i antipútrido. La carne se conser- va en este acido sin dejar de ser de fácil dijestion i con el mismo grado de nutrición que antes. Es Con- veliente sobre todo á Jos sanguineos, á los biliosos i á los plectoricos. Es nocivo al contrario, i los viejos, á las personas débiles, á los atormentados por la toz, á las mujeres histéricas. El vinagre como todos los áci- dos vejetales aumenta el apetito, ayuda la dijestion; pa- rece impedir mas bien que favorecer la acecencia de los vejetales. Es de notar que los ácidos vejetales tomados con exeso concluyen por enervar el estomago hasta de- jadlo en un estado de debilidad, por lo que debe im- pedírsele su uso á las personas' que tienen este órgano débil. Es uno de los medicamentos que dice Bucham q ie ha observado cura el mal de rabia (hidrofobia) i que dado á las besJfcs con salvado las cura perfecta- mente. Sirve al fin Be los reumatismos mesclado con al- gunos sudoríficos como el sasafras, palo de china etc. Los envenenados con el opio deben tomarlo como el (i) Espuestos al aire las líquidos de que se hace vinagre á una temperatura de quince a treinta grados, una parte del car- bono se une al oxijeno del aire. De aqui resulta el acido 'irrbonico de quien se desprenden una multitud de filamentos que se ajitan en el licor, i acaban por reunirse en una sus- tancia membranoso. DI akhool entonces se descompone i 325 mayor contraveneno, pero es preciso antes haber hecho vomitar el opio por la hypecacuana ü otro vomitivo, pues sin esto dice Orfila que se aumenta la cualidad vene- nosa del opio. En la asfixia es el mejor medicamento, aplicado en la naris, en la cara i dado interiormente con agua ó en ayudas ó en fricciones. Yo he curado en dos horas una esciaba de treinta años de edad, iá sus dos hijas, una de edad de dos años i la, otra de siete las que habian sido asfixiadas con el humo del carbón i tenían ya los síntomas mortales. Las espuse al aire libre, les aplique vinagre esquisito, tanto en fricciones como en las narises ¡ echado á la voca con agua por un pistero, echándoles de cuando en cuando puñadas de vi- nagre arrojados con fuerza en la cara. Este precioso remedio las dejo perfectamente sanas, pues no les que- daron los achaques á que quedan* sujetos los asfixia- dos. Según algunos médicos calma los vómitos é hipos nerviosos i los. accesos de la locura. Es el mejor me- dicamento para las calenturas pútridas, el • escorbuto i las viruelas que llaman con alfombrilla. Los boticarios que preparan el ojimiel, el jarave acetoso, el vinagre ro- sado etc. hacen un robo al público, haciendo estos medi- camentos con el vinagre de chicha, pina etc. i burlan las intenciones de los médicos, quienes ven dilatarse las en- fermedades, ó triunfar ellas de los pacientes por la débil acción de unos medicamentos que preparados según el arte restituirían la salud. El método de hacer el vinagre es el siguiente ; se ponen en un lugar bien» caliente, dos cubas 0 barriles de ma- 0 aera, poniendo en su interior á poca distancia del fondo un enrrejado de madera que se cubre con ojas de la vid ó nba de la parra que estén verdes. Uno de los barriles se llena de vino, i el otro solo hasta la mitad. A las a4 horas se acaba de llenar el segundo barril con el vino del primero, i de 24 á a4 horas se muda de una á'otra, cuya operación se hará por i5 ó por 20 dias en los cuates ya esta formado el vi- nagre. Para purificarlo se ponen á hervir a5 cuartillos de vimgre i se echa en ellos un vaso de leche. Con ♦st* mésela se forma un presipitado (vulgo aciento) que se Íu6 separa con facilidad. Hecho .ya un varril de buen ví-, nagre, se coloca en sitio caliente, i cuando se le echa vino se convierte en un vinagre tan bueno como el antecedente. El vinagre blanco se prepara con vino blanco ó con vino negro fermentado con orujo de uvas blancas. Pasando el vinagre rojo muchas veces por car- bón pulverisado se pone tan claro como el agua, i se hace mas utíl para otros usos. Mesclando iguales par- tes de yelo i sal común con vinagre toma este toda la fuerza de que es susceptible. La ¡/arte de líquido que se hiela de resultas de esla operación es agua pura, que se debe quitar i ei resto es vinagre concentrado. Adviér- tase que se dele clarificar con clara de huebo el vina- gre que se ha pasuíio par carbui,, .-i queda mui turbio. Entre uno de los usos á que esla destinado el vinagre es á al conservación- de las carnes; pero ninguna cosa conserva mejor las sustancias animales que dejarlas ma- cerar en leche cuajada en la que no solo conservan sus cualidades, sinp que adquieren mejor dispocicion para coserse i digerirse. E'le método es mui útil, mui sa- ludable, particularmente en las tierras calientes en don- de las carnes son mui escasas, pues no todos los dias se matan las rezes i corderos. Finalmente otro uso del vinagre es el conservar los frutos en él, los que se llaman curtidos. • . El agras (omphasíurn) exótico es el jugo de las uvas de agras* verdes. En Europa no se fermenta, pero en la pro- vincia de Antioquia se usa fermentado. Difiere poco del vinagre, pero es mas astrinjente, i es menos te- mible su exeso que el del vinagre. Los limones (cítrus medica L.) indijenns son los frutos de que se hablo en la pajina 188, i aqui solo diré, que usados como condimento difieren poco del vinagre. Su jugo es mui refrescante i temperante, porque el vinagre no gosa de estas cualidades, en un grado eminente, pues contiene cierta cantidad de alcbool, que la fermenta- ción no ha convenido en acido.- También se usa de la naranja agria (citrus aurantium) Las tetradinaniias, en ¿:uya clase tenemos, los verros (cizymbrium mastur- tium L.) el rábano (raphanus satibus L.) etc. Estas plan? 3^.7. tas estimulan el canal alimentarlo, ayudan de este mo- do á la dijestion, sosteniendo las fuerzas de los órganos i haciendo que los alimentos se disuelvan en los jugos gástricos. Estas sustancias aumentan la sécresion del humor perspirable i de las orinan son antiescorbúticas i su uso moderado es muí útil en las viandas, so- bre, todo con las que son mui animalisadas. Las liliaseas. Las plantas de esta familia se apro- ximan & las precedentes, por su acrimonia i otras pro- piedades. Las mas de ellas como la sebolla contienen cierta cantidad de materia nutritiva. Del mismo modo que las thetradinamias favorecen las orinas, transpiración i sudor. Lalilea (lilea,subulata 11.) indi je na es una planta acuática cuya oja esmui parecida á la sebolla, i cuyo olor es seme- jante al culantro, por cuya semejansa debe introdusirse como condimento, por los havitantes de Bogotá en don- de se halla esta planta. Los estudiantes de botánica la han comido con gusto ^sin sentir la mas leve incomo- didad. El ají (capsicum L.)ind\je.na de la familia natural de las so- lanáceas, es el fruto de un pequeño arbusto, que crece con mas profusión en los climas templados. Este fruto es mui picante cuando se tocan las semillas, pues se ve que en la estremidad inferior ó .punta á donde llegan estas son bastante desabridos. Hai varias especies de ají? el rocote grande de figura de naranja i su color ó encarnado mui subido, ó el de las naranjas chinas ó mui verde; el mísyicucho mui largo ¡ de iguales co- lores; el yumbacho ea mui pequciío i verde. En Bogo- tá se llama ají chiquito i en Antioquia ají pique, i tie- ne un picante exesivo, *í su color es -\erde. El colo- rado conocido en esta ciudad con el nombre de aji de Quito de donde antiguamente se traia seco para ven- derlo en el comercio i entraba como condimento en el chupe de que hable anterior mente. El piquinacho; el de los yambos que es de tres co- lores, colorado, amarillo i verde. De todas estas es- pecies , el yambucho ó aji pique es el-mas activo, pues aun después de cocido hiere Its lavios i lengrta como eí 328 caustico mas terrible. Todos se preparan de un modo. Se les saca las semillas, se dejan, desangrar en agua, se cuesen hasta que se les quite del todo el'principio pi- cante, si se quiere hacer curtido se les deja algún tiempo para usarlo á la meza echando una cucharadíta de la la agua i vinagre en que se conserva en las tazas ó sal- ceras. Entonces se une con las semillas del alcaparro ( casia segetum L. ) con los guacamuyos con la calabasa tierna cosida en rebanadas con la cebolla, con el ajo en cabezas, i con el cogollo de la caña braba que es una especie de la familia natural de las gramineas. To- das estas plantas ya cosidas, se ponen á curtir en agua- sal solamente, ó en agua, vinagre i aseite entre las jen- tes de comodidad, quienes como he 'dicho echan en poca cantidad este caldo entre los comidas, comiendo solamente la sebolla, ajos, calabasa ele» cuando el aji conserva su picante, i usando de este cuando se le ha privado de esta cualidad que es cuando se llama aji curtido: Las frutas de la motua (agave) las ibias (exalis) las chuguas (tropcolum) i los hfgos (ficus ) se les agre- gan varias veces. La jente pobre solo maja el aji i lo pone en agua con sal, sebolla cortada i perejil i es la única sataa que acostumbra en su mesa para mesclarla con el ajiaco, masamorra (a) ó el cuchuco. A la gran cantidad de aji que le echan á esla comida se debe en parte el que los trabajadores la puedan dijerir. No hay lugar en Colombia en cuyas mesas no se sirva el aji de alguno de los modos dichos. El ay es un condimento agradable á la vista, al olfato i al gusto. Su uso moderado es ulil para aquellas personas que no padecen de inflamaciones, irritaciones, afec- ciones nerviosas i otros achaques que anuncian la gran irrilavilidad del sistema. Los flemáticos i los que su- fren debilidad en la dijestion deben preferir este con- dimento del pais á cualquiera otro. Yo conosco un médico de una edad avansada que vive mui sano i vi- goroso que usa mucho del aji sin cocer, del qae to- . ma gran cantidad, particularmente á la hora de la sc- (a; AtolU en lengua mej¿cima 3*§ na* El aji mé ha producido exeíentes efectos usado esteriormente con manteca i ajos, i untando con esta mésela los miembros paralíticos. .También ha causado buenos efectos aplicado su cocimiento én ayudas, en las apoplejías; Los químicos del museo de Bogotá nos darán sus análisis* las que abrirán un camino para las aplicaciones hurapeuticas. Hai personas "qué lo comen al cojerlo de la mata, i algunas de ellas han sufrido cardialjias i vehementes dolores de estomago. En Cu- cuta hai un aji rocote mui grande i müi poco picante. Es un dolor ver que nuestras jentes pdr no- velería gasten un peso por un pequeño frasco de cuth tido eslranjero, que es inferior en un todo al que se prepara en el pais, el que colocado en los tarrones estranjeros i con un sello de los de patente tendría un gran consumo; i la industria popular arruinada, se rea- nimaría i El achote (bixá brellaná) de lá familia natural ¿6 las liliaseas, es el fruto de un árbol de regular es- tatura. Las semillas de este fruto que son las que sé usan son pequeñas, amarillas subidas. Para prepararlas se muelen i se les agrega un poco de masa de mais para usar de esta pasta qUe se vende en los merca- dos, i se echa un p»co de ella en los alimentos. Se conocen dos especies, la ■ una tiene ciertas puai algo gruesas pero quebradisas, i la otra cuyo fruto es lam- piño. Hablando del cacao dije, que los antiguos ame- ricanos lo usaban mesclado con achote. Ahora digo que entre ellos tenia esta planta otros usos, por lo que ellos lo coltibaban con esmero para adornar sus jardines que ponían al frente de sus habitaciones. De su corteza hacían cuerdas i colocaban las ojas de es- ta planta entre sus faúses para complacerse con su sabor/ 1 teñírselas de amarillo, Sus granos los estregaban en- tre las manos que tenían empapadas con aceite de ca- fapa i esto les servia para untarse el cuerpo, con lo que lograban embellecerse i garantirse de los ardores del Sol i de las picaduras^de los moscos» El aceite de ca- & 9 33o rapa (a) lo sacaban los indios de un árbol conocido en la Güayana cuyas almendras lo producen, pues los eu- ropeos* usan su tronco para mástiles de navio. vVildenow coloca et carapa ó persoonia en la oc- fandria monoginia dándole por caracteres: un cáliz di- vidido en cuatro partes; cuatro petalos, un nectario ci- lindrico con ocho dientes, llevando las anteras i cap- sula dicha mas elevadas* El dr. Céspedes nos dirá muchas cosas de estas plantas americanas en la obra que es que va á publicar- EI achole es una de las producciones colombianas que podian hacer el. comercio de nuestros habitantes; pues es una de las sustancias que en Europa usan para los tintes de las ropas, principalmente para el que lla- man los franceses tinte pequeño. Causa admiración que actualmente se usa el medio que los caribes usaban para teñirse, pues se ha visto que es el mejor, después de lo que ha dicho el P. Labat en su viaje ala America. Este consistía en refregar entre la» manos el achote mesclado con agua, cuyo uso no lo adoptan en las fa- bricas europeas porque se consume mucho achote, pues en la operación se pierde infinito. Por esto usan del siguiente método los autores del diccionario de agri- cultura aplicado á las artes, impreap en París el año de 19. Se hace disolver el achote solo con gualda i rubia, ó roya en una caldera de senizas graveladas disuel- tas en suficiente cantidad de agua por una hora: des- pués se echan iguales libras de senizas i de acheté solo ó mesclado con las oirás yerbas dichas, i se ha- cen herbir por un cuarto de hora; en seguida se em- papan las telas que quieran teñirse, habiéndolas mojado (a) He visto este aceite que trajo de Guayanz el sr. Ma- chado, tiene la consistencia de manteca, i se saca lo mismo que la de cacao poniendo a hervir las noeses del carapa. En Bogotá se curo con la untura de este aceite, un infante de edad de cuatro años, que tenía hidropesía causada por la re- tención de orina, orijinado, de una piedra en la vejiga, la que arrojó comuna sola untura del aceite, ion él dice el ir. Machado se curan en Guayana mucho: males. 33il antes, i se dejan en el caldero hasta que hayan to- mado el color. Después se laban i se secan. De lo dicho se infiere la necesidad que hai de que el gobier- no tome un interés por dar esportacion á este vejetal i fomentar asi la industria colombiana. No he hallado el análisis químico de esla planta, quiza analizada ya por los individuos de nuestro museo. El asafran (vulgo color) Escoveáia de la flora pe- ruana í la bugnera grandiflora de Mutis es la rais de una pequeña planta de la familia natural de las riñan- teas según R. Brown. El color de esta rais es de un amarillo subido mui semejante á la precedente. Ambas se preparan de un mismo modo i se sirven de ellas para dar «¡olor á algunos manjares, i comunicarles un sabor imperceptible. El poleo (m:ntha pulegium) es una planta de la familia natural de las labiadas, que tiene un olor mui grato, el que se siente á una gran distancia, pnes bas- ta pisarlo para saber donde existe. En la provincia de Tunja es mui abundante, en términos que es uno de los pastos de los corderos a cuya carne se le comunica un gusto mui esqaisito. El poleo es un condimento que • hace agradables todos los manjares' en cuya composi- ción entra. Aplicado á la naris, cura los romadisos i es exelente en forma de cataplasma aplicado en las enfermedades' de los órganos de la orina,. No se ha de cocer la yerba, sino ponerla á rescoldár envuelta en ojas. Yo he-visto curar con ella á los niños que que- dan acostumbrados á orinarse durante e¡ sueño. El orégano (uriganum.) Es otro de los condimentos mas usados particalarmente en la composición de las distintas preparaciones que lineen con la carne (h; mar- rano. No deben usarlo las personas de estómagos muí irritables, sino los de estomago dcbil. El azúcar es una substancia que se halla repartida en el reino vejetal. Aunque el autor, no habla del tiem- po de su descubrimiento, parece que los chinos la cono- cieron dos mil años antes que los europeos. Los anti- guos Ejlpcios, Fenicios, Griego,-, i Latinos, no la cono- cieron. Al fin del siglo trece . t; transportó á !a Arabia, 33a de donde pasó a Nubiá, Ejipio i Etiopia; A fine» del siglo i4*se llevó á Siria, Chipre, i Sicilia. En el año mil cuatrocientos veinte se transportó de Sicilia á las islas de Madera i Caparías. Los Portugueces la lleva- ron á san Tomas en mil quinientos veinte. Después del descubrimiento de la América, se llevó á santo Domingo. Los habitantes del Canadá eslraen la azúcar del acer en cuyo jirbol hacen incisiones. Las indjanas la sacan, de la caña Mambú cuya asucar se llama tabaxir en A- mérica se saca de la caña de azúcar* (Sacarun á yfficinarum.) La azúcar parece ser la base de todas las sustancias nutritivas, muchos pueblos se alimentan esclusivamente con ella. Entre nosotros se usa como condimento, i con ella se preparan multitud de dulces. La azúcar entra en muchas preparaciones farmacéuticas, i 100 par- tes de ella se componen dp 74. GC oxijeno, 18 de parbono i 8 de hidrojeno. Esta sustancia fermenta con mucha facilidad, i es la única que puede convertirse en alchool; ayuda no-. tablcmenle á la dijeslion, i facilita la solución de los medie xmentos con quienes se mésela-. Las frutas que • se confitan con ella pierden su aroma i no fermentan aunque sean muy acidas; mas como en este caso nq pierden todo su acido suelen ir á fermentar al es-. tomago. El arle de refinar de que se hablará, al fin de es- ta obra, consiste en la estraccion de las partes muco- sas, musilajicosas i del aceite empireuma tico que con- . tiene el azúcar bruta. Se demuestra por la análisis» que la¿ cualidades balsámicas, i benéficas, del azúcar consisten principalmente en su sal, su aceite, i su sus. tancia mustiajinosa: por consiguiente mientras mas se cuesa la azúcar i ?e purifique se le quitaa estas cuali- dades, ■ se necesita mucha cantidad de azúcar para en? dulzar el agua. El azúcar conviene particularmente á los ancianos, \ es falso que ella enardesca. Es perjudicial á las consti- tuciones biliosas^ á los asmáticos i a los infantes á, qule,- ¡333; bes favorece la jeneracion de las lombríses, pues les debilita las primeras vías. En América los negros ha- cen en los injenios de azúcar mucho uso de ella, i sus dientes permanecen sin ennegreser»e i sin cariarse, ma-« les que algunos atribuyen al uso inmoderado de la azúcar. El azúcar es incisiva, aperitiva, tónica i estimulante; En algunos de nuestros pueblos usan la azúcar para curar las heridas i las llagas, cuya practica acostumbran los turcos, con solo la diferencia, que ellos las Iahan an- tes con vino, i nosotros con aguardiente. La miel que nosotros llamamos de abejas no difiere esencialmente de la azúcar. Es mui nutritiva i relaja el vientre; ella ha servido de único alimento á muchos anacoretas. Los antiguos la empleaban como condimen - to; pero desde que se descubrió la azúcar tiene menos uso. La miel para que sea buena debe ser nueva, pesada, dulce, blanca, de un olor agradable, i cojida en la primavera; pero la miel vieja tiene un amargo des- agradable. Las virtudes de la miel penden de las plan- tas, de que se nutren las avejas; por lo que las que se alimentan de plantas aromáticas, dan miel de exelentes propiedades. Entre nosotros se conoce una especie de miel que se desecha por sus cualidades venenosas, tie- ne mucho uso como medicamento, i con ella se forma el ojimiel. Los viejos i los pituitosos, deben hacer uso de ella, i no deben usarla los biliosos. Se me ha referido: que habiéndose comido nn hombre la miel que con- tenia una colmena en el monte, murió antes de las a£ horas con los accidentes que produce la embriagues. Es de notarse que él tenia muchos conocimientos de las cualidades de las mieles.. La sal común (sel marinum) ó muríate de sosa es su- mamente abundante en el reino mineral, i se la saca ó del agua del mar, ó de la de ciertas fuentes saladas. En Colombia se halla mineralisada, como en otras partes de Europa, tales como Polonia i Cardona. En la villa de ZipSquira hai una exelente mina de sal gemina, en la que se encuentran pedasos de sal tan transparentes como el cristal. En esta misma nina se 334 halla sai glouber, yeso i asufre. De ella se sacan dia- riamente muchas arrobas para disolverlas en agua í ponerla á cocer luego en ollas de barro llamadas casos. Esta sai es la que se usa en casi todos los pueblos de la antigua Nueva Granada. No obstante la jente po- bre usa de la que se estrae de la mina por ser mas barata, i tienen la precaución de esponerla al fuego para que se exalen sus partes eterogeneas. La sal que al cocerse se derrama en lo esterior del casco se llama chigua. La que forma figuras mui bellas, tan blancas como el alabastro, las cuales se colocan en las mesas como un adorno, en mi concepto esta es la mejor sal. En el pueblo de Enemocon se trabaja otra salina del mismo modo que en Zipaquira, con la diferencia que en él hai fuente de agua salada i sal míneralisada. Se conocen también las salinas de Tausa, Sesquile, Chita, san Martin í otros pueblos. La de Chita solo puede trabajarse en el verano. Actualmente vá á ponerse en planta en Zipaquira el uso de los calderos que aconsejó el sabio Humbolt cuando visitó esla villa. La sal es el condimento mas usado i mas necesario. Parece que esta destinada con preferencia á los demás condimentos para el uso del hombre. Todas las nacio- nes la usan para sasonar sus comidas, i asi es que los indios salbajes de los llanos de Casanare salen á la sa- lina de Chita á buscar la sal. Ella exita la acción del estomago; pone sabrosos á los alimentos, ccaüyuba á su solución en el jugo gástrico i aumenta la secreción de la orina: el abuso de la sal produce sed i seguedad, produce afecciones cutáneas, i predispone á el escorbuto. Las carnes de los cuadrú- pedos i pescados salados son duras, sí cuesen con dificul- tad se dijieren con trabajo, i su continuo uso produce en la sangre una acrimonia muría tica. La sal es an- ticeplica; pero es necesario que sea en gran cantidad, para que precava las carnes de li putrefacción; pues siendo en pequeño dosis la accelera. La gras ó manteca de los animales contiene una cierta cantidad de jelatina, i comunmente jugo de la carne, en lo que difiere de los aceiles fijos quienes 335 ademas del hidrojeno, i carbono que son los principios constituyentes de la manteca, tienen combinado con ellos el principio mucoso. La manteca i los aseites, gosan de las mismas propiedades, pero la manteca de los a- nímales es mas nutritiva. El uso de la manteca de mar- rano es .el condimento universal de que mas uso hacen los pueblos de Colombia. La gordana ó manteca del bney ó baca, la acostumbran los que no pueden pro- porcionarse la de marrano. El aceite de comer ó de aceitunas lo usan en Europa, en casi todas las pre- paraciones, alimenticias. Nosotros lo usamos en peque- ña cantidad, en las ensaladas, en los pescados adobados i en las migas. En jeneral, tanto los aceites, como las grasas que son viejas, son insaludables i de un gusto desagradable, si han sufrido largo tiempo la acción del fuego se vuelven empecrcumaticas, esto es, adquie- re un olor vivo i penetrante, i un sabor acre i caus- tico. Los aseites no convienen á los viliosos, ni á los de fibra seca i rijida, nf á los que padecen afecciones de pecho ó tienen disposición á la tos. La manteca ó mantequilla i la crema ó nata de la le- che. La mantequilla es la parte grasosa i aseitosa de la leche, cuyas moléculas están interpuestas entre las partes caseosas i serosas de este fluido á quien le dan el color blanco, se le separa de la crema valiéndola largo tiempo. La crema es una mésela de queso i de mantequilla, que siendo específicamente mas lijera que las otras parles de la leche se separa espontáneamente por la quietud i se reúne en la superficie de donde se quita para obtener la mantequilla. Para que la mantequilla sea buena debe ¿er reciente amarillenta, agradable al gusto i nada salada; pues la muí salada i añeja suele estar rancia lo que llamamos oxijenada: se le quira lo rancio ¿1 la manteca i á los aceites lavándolos repetidas veces con agua ó alchool, cuyas sustancias tienen la propiedad de quitarles el ácido. La dijestíon turbada i los eructos nidorosos i queman- tes son los efectos que produce el aceite i mantequi- lla rancia. En cuamto á la crema, ella es un condimen- to suave i agradable. Para que ella sea buena es pre- 336 eiso que sea reciente, blanca de cierta consistencia dut«* ce i agradable al gusto. Las virtudes medicinales de la mantequilla son las mismas que las de los otros a-1 eeites. Se usa frecuentemente entre nosotros para ma- tar Jas niguas, el arador, i para curar algunas sarnas, aun en las vestías. Otro uso es el de servir con, la cal i la estopa para reunir los caños de los aqueductos. La crema cura las ampollas (vulgo fuegos i otras lijaras 6fi rupciones de los labios* CAPITULO &* í)e las bebidas fermentadas La bebida mas natural al hombre, dice Radel, es'lá agua, la que halla en todos los paises que habita4 que saíe de las entrañas de la tierra, tanto para él co- mo para los demás anímales, • La naturaleza le repro< doce continuamente, siendo la admosfera el gran lavo* ratorio en donde se hace la admirable operación del oxh jeno é hidrojeno, No contentos los habitantes de la tigra con este liquido trasparente que calma la inpcfiosa necesidad de la sed, han ocurrido á las bebidas fer- mentadas, bajo el nombre de vino (a) i que gozan de la propiedad de emborrachar, por razón del alchool que contienen, que es el producto de la fermentación vino- sa. La casualidad hizo que al que se le confió el impe- rio del universo hubiese hallado en el sumo de la vid un jugo que fermentado viniese á ser sus delicias i sustento. Las bebidas fermentadas, son el vino la servesa, la*cidrá, la chicha, el vino de peras, el hidro- miel vinoso, el aguardiente, el pulque, el alchool ó es- píritu de vino, el guarapo, el %¡no de trigo, el sara ó ladi que se saca del coco, el sebanscou de los Etiopes, el vino de asufaifas de los Ejipcios, i el de pina de la (a) Los historiadores miran á Noé como el primero que luso el vino en Llyria, Saturno en Creta; Baco en la India; Osiris en Ejipfo¿ i el reí Géryon en %spaña% 337 América. El vino de la vid se prefiere con razón á las- otras bebidas, i se diferencia de ellas, como el pan de trigo del de cualquiera otra semilla. La única sustancia capaz dz convertirse en alchool es el azúcar, por lo que puede hacerse vino de las sus- tancias que la contengan, para lo cual se necesita que esté dilatada en cierta cuantidad de agua i mezclada con otra materia vejetal ó animal cualquiera, como son la parte estractiva, la fécula, una sal. Casi todas las sustancias vejetales i animales contraen la fermentación vinosa, pues el azúcar se halla repartida en las mas. Toda fruta dulce desmenusada fermenta, si se encuen- tra en un sitio cuya temperatura se halle al grado quince del termómetro de Reaumur, Las «emulas de las gramíneas germinadas tardan en fermentar bajo este grado. La leche se convierte en vino con que se emborrachan los Tártaros. En la fermentación vinosa se notan: i.° que se exi- ta en la masa un movimiento que crece por grados, aumentándose también a proporción el volumen del líquido; 2. ° que este se enturbia i aumenta de tem- peratura, pasando algunas veces de 18 grados: 3.° la» partes solidas se elevan quedando ensima del liquido: 4«° despréndese gran cantidad de carbónico, mescla- do con agua, que es el que forma la espuma, apaga las luces i sofoca á los que le respiran. Estos feno-, menos cesan en parte cuando el liquido deja de ser, dulce i se vuelve espirituoso é inebriante. El jugo di.* la vid se compone de gran cuantidad de agua, azucar, poca materia mui soluble i fermentante por la adición del oxijeno; de materia colorante que existe en la película ó pellejo; de aseite oloroso que existe en la película i pepitas; de tannin i tartrate acido de potasa etc. (crémor tártaro) Puestos estos principios en contacto oprimiendo la uva, fbraofunos contra 0- tros: el fermento se produce por la absorción de un Í>oco de oxijeno: el obra contra la materia azucarada, a fermentación sigue, se desprende el acido carbó- nico, el alchool queda formado en este liquido, en T t 338 donde se atrae la materia colorante de las peficuki. Cuando la fermentación está casi terminada se saca el líquido que forma el vino, el que se coloca en toneles. en los que se acaba la fermentación i se deposita el tremor tártaro. Se clarifica luego el vino con clara de huevo ó jelatina qne coagula el tannin; se deja re- posar i se coloca en botellas. El vino de las uvas ne- gras llega al máximum de su fermentación al quinto día en el que se observan los fenómenos de elevarse la espuma, desprenderse el acido carbónico etc. Al séptimo dia es que se introduce un hombre para ha-* ccr reanimar la fermentación que está disminuida. A los dies ó trece dias se coloca en los toneles en donde queda fermentando por muchos meses, i en ellos ts que deposita el tártaro. Los vinos de esta uva contie- nen mucha agua, varia cantidad de alchool (a) musilago i materia vejeto-animal, un átomo de tannin, principio colorante azul, que pasa á rojo por su unión conloa ácidos; acido acético i* tartrate acido de potasa que forman el color verde; en fin costa de tartrate de cal, hidroclorale de sosa, sulfate de potasa etc. poca azúcar, i un aceite, que se ha escapado- áT la análisis de al- gunos químicos. El azúcar consta, según el Newton de la química el desgraciado Lavoisier (á quien una orda de malvado» . del tribunal revolucionario, hicieron perecer en el pa-* tibulo, para espiar el crimen de haber sido virtuoso, i de haber criado en cierto modo la química) de ocho partes de hidrojeno, sesenta i cuatro de oxijeno i vein- tiocho de carbono, las que se hallan equilibradas de- jándolo de estar por medio de la fermentación vinosa. Los vinos de los diferentes paises varían, no sola- mente según las estaciones i localidades, si no también por la azúcar que contienen de donde dependen las (a) El alcoholes la azúcar privada de cierto cantidad de carbono i tonvinada con mayor cantidad de hidrojeno. El alcohol pasándose por vn tubo de persia- na enrojesido se descompone en a¿v.a gaz hidrojeno r an- do carbónico. 33$ proporciones de alchool, í particularmente por el gus- to que le da cada mésela i qué se le atribuye al aceite^ que es el que le da lo que los frenceses llaman fragancia. El orijen de las bebidas fermentadas es desconocida pero no hai pueblo que no haya tenido alguna para emborracharse. Los Moxes que son los mas barbaros de la América hacen su bebida de raises podridas puestas en infusión. Otros salvajes de América hacen con el mais, según Tourtelle el licor llamado chicha que es espirituoso i no de sabor desagradable como di- ce este autor, pues su gusto es mui grato cuando no esta mui fuerte, i es tan apreciado de los estranjeros, que olvidan el vino, la cidra i el rom, por tomarse una copa de buena chicha. De ella se hablara adelante. El vino es una bebida tan agradable como prove- chosa cuando es bueno i se bebe con moderación. El regosija el corazón, pero cuantos le han bebido no han llegado jamas á una edad aVansada, Cuanto mas joven es uno, tanto menos vino debe beber. En jeneral, dice Hufeland, es menester no ver en este liquido mas que una sal de la vida, i reservarle para los dias fes- tivos, para aquellos en que queremos hacer circular la alegría al rededor de una mesa que reúne varios a- migos. Las cualidades por donde se conoce el buen vino las pongo en los siguientes versos vertidos de la lengua latina en que los escribió la escuela de Salerno Si buenos vinos deseas Cinco cosas busca en ellos: Que sean fuertes i fragante??, Frios, antiguos i mui bellos Cuando se bebe vino con eeseso ó se toma falsificado í»s un verdadero veneno. Según las constituciones asi son los efectos que produce el vino á los que le beben, No faltan personas que beben mucho vino i con con- tinuación sin causarles ningún achaque, pero debe adver- tirse que los grandes bebedores viven por lo común muí Mo poco i llenos de males. El vino mezclado con ag.ni 1 tomado con moderación, es útil á aquellos á.quienes se resiste de algún modo esta bebida. Si bebido el vino en poca cantidad produce un olor vinoso en el aliento, regüeldos agrios i algún dolor de cabeza: i si bebido en mayor cantidad de la aconstum- brada ocasiona atolondramiento, nauccas i ciabriaguez, i mas si esta, es ó triste ó lloroza, 6 alvorotadora, colérica ó furiosa podemos asegurar que el que sufra estos efectos del vino, debe abstenerse de él i de lo contrario pere* cera á la edad de 5o años, poco mas ó menos. Los efectos del vino bebido con esceso son irritar los nervios, endurecer los ¿olidos, afectar las viceras abr domínales, alterar el enebro i perturbar las funciones mentales. La enfermedad mas común de lps grandes bebedores es la hidropesía, la temulencia, i una especie de erietema, vulgo peladera, en los brazos i piernas, enfer- medad que se observa en esta ciqdad en los grandes bebedores de chicha i aguardiente. El primer efecto del vino i de cualquier otro licor usado inmoderadamente es esitar una grande irritación de entraña?, produciendo espasmos violentos i concentran- do en ella* fas fuerzas; de modo que el sistema cutáneo j los músculos sujetos al imperio de la voluntad casi pierden del todo su acción. Obsérvese los síntomas de un borracho i se verá que solo se deben al ei,fu^edAuis cutánea^ 3*2 pomo la que se llama en esta ciudad peladera. Desecan Ja fibra á la que comunican una exesira rijidei, acar- rean antes de tiempo la vejez, ocasionan la tos, la asma i diversos efectos del pulmón. Pero lo que hai de mas sensible, es que los licores espirituosos embotan los sen- tidos en tanto grado asi física como intelectualmente, que llega una época en que los grandes bebedores de vino i de aguardiente con especialidad se vuelven insen- sibles á todos los estimulantes materiales i espirituales. De lo que resulta que cuando estos infelices caen enfermos ee acierta rara vez á curarlos, porque habituado su cuer- po al mas fuerte de los estimulantes, no es ya capaz de recibir la impresión de ningun otro. Sucede lo mismo bajo el aspecto moral: ninguna cosa admirable, grande, noble i honrosa obra sobre el alma del borracho; ni Siinguna le conmueve sino es el vino i aguardiente. No conosco nada que embrutesca i desfigure tanto como el continuo abuso de las bebidas fuertes. Podemos corre- jirnos de los demás defectos, pero nunca de este, que pierde al hombre sin remedio ninguno, porque destruye en el hasta la menor chispa de sensibilidad. Estas consi- deraciones deberían en mi concepto, fijar la atención A los majistradas, e inducirlos á restrinjir el uso de las bebidaj fermentadas, que se estiende mas i mas entre la jente del pue- blo, en vez de fomentarle permitiendo la multiplicación de las tabernas hasta lo infinito, (e) LA EMBRIAGUEZ DEBE ACARREAR LA RUINA DE UN ESTADO cuando ella se hace jeneral, porque destruye tul amor del trabajo, la virtud, la kumanidnd, templanza, i el instinto moral, prendas sin las cuales no puede conservarse la sociedad. La historia oos insSruye que la época en que las naciones salvajes conocieron el aguaidiente por la primera vrz,"es también aquella en que comenzaron a vivir menos tiempo á perder su vigor i que este ADVERSO PRESANTE CONTRIBUYO MAS QUE LA ARTILLERÍA A SUJETARLOS AL YUGO DE LOS EUROPEOS. Cuidado no sea que entre los colombianos se repila esta eesena dolorosa, (O Puede asegwarse que en Colombia se consumen cu i < mes.los ticarez, que ahora din «ños no se consumían en un*, 343 pues ya se encanta al pueblo con las drenas traidaa en los barriles i limetas. Dios quiera que esjos licores dulces i agradables se traigan con solo el objeto de li- sonjear el paladar.....pues llegados al estómago pierden esta cubierta azucarada que encubría su calidad REAL i su fuego natural no obra por ello, mas que con mayor fuerza. Ademas que por poco aguardiente que uno beba diariamente, este poco no deja de obrar; i lo peor es, que no para allí nunca, sino que aumenta cada dia la porción. Cuando un hombre ha contraído se- mejante costumbre, no es menester abandonarla de una veZ; aunque haciendo por dejarla poco á poco se corre en el riesgo de recaer en el defecto que se trata de corre- ¡ír. Creo poder aconsejar en semejante caso un méto- do que se ha empleado con acierto ya, i que consiste en hacer caer todos los dias, cinco, ocho, ó^diez gotas da lacre en lo fondo del vaso de que se hace uso comun- mente; por cuyo medio se beben cada dia, cinco, ocho ó diez gotas de aguardiente menos, i se llega ínsensible- blente al momento en que, estando lleno de lacre el vaso no deja ya lugar para el licor. No solo es dañoso el vino dfcdo con exeso, sino cuando esta falsificado, particularmente con litarjírío, con el que logran los comerciantes ponerlo dulce, cuando se pica ó agria, lo que sin alterar el color del vino impide que continúe la fermentación acetosa. Esta falsificación produce el terrible cóiíco llamado de los pintores. Para reconocer esla falsificación, se mezclan partes ¡guales de potasa ó de cal i de azufre, cuya mezcla se pone en un crisol ó cualquiera vasija de barro, haciendo que se funda con prontitud, para evitar la disipación i combustión del azufre. Para que este se funda no es menester mucho calor. Luego que dicha mezcla está enteramente fundida, se les vacia sobre una piedra un- tada dp antemano con aceite, el hígado de azufre ó sulfú- relo alcalino se concreta tomando un color pardusco. Para conservarlo en forma sólida, se le hace pedacítos todavía callente i sin perdida de tiempo se mete entre una bo- lilla bien seca, tapándola mucho, para que no se derrita 6 disuelva. Para probar el vino <"n que se sospecha litar- 344 jírio, se disuelve en poca agua un poquito de sulfúrelo/ oe cuya disolución se echan unas cuantas gotas en un poco de vino qne se haya tomado en un vaso bien limpio, cuando el vino tiene alguna preparación de plomo in- raediatamenle se pone amarillo, i en seguida toma un color pardo, se enturbia i forma un precipitado negrusco; mas no, sino esta falsificado con el plomo. De este mis- mo modo se puede ensiyar cualquiera ''tras sustancias alteradas con plomo, como la manteca la que mescla- da en el sulfúrelo, primero se pone amarilla, después negrusca i luego toma un color de cieno. Algunos mesclan alumbre al vino para darle color o impedir el que se tuerza. El color que le da £-*»a- íumbre, es transitorio i solo se logra el que se agrie mas pronto, i cause al que lo toma estreñimiento dolor de vientre obstruclones, de las que viene el marasmo. Este fraude r£e descubre echando k un poco de vino disolución de* intrate de mercurio en cuyo caso si hai alguna preparación de alumbre resulta sulfate de mercurio, ó nitrate de alumina. Para Igual fin nos po- demos valer de los álcalis, de la cal etc. pues estas sus- tancias descomponen, el alumbre. Los vinos son tintos, ó blancos, ó de ojo de gallo, 6 dorados. Los blancos son flojos i sueltos, estimulan i emborrachan menos i aumentan, según Hipócrates, la copia de orina, por lo que convienen á los sanguíneo^, biliosos i literatos, i también á los gordos. Su excesivo uso daña la tfijestion i exita lá gota al que la padece. Los vinos tintos se dijieren con menos facilidad i con- tienen mas azúcar i tártaro que los blancos, pero son mas nutritivos. Los fuertes, los robustos i los que sudan mucho deben beberlos. Los vinos claretes, ó de ojo de gallo ó (vina fulvá)¿e Hippocrales, son saludables convienen á los débiles i á los que hacen poco ejercicio. El abaso da dolor de cabeza I ataca los nenpos. Los vinos de Creta Mal- vasia i Hhin son de este jénero^. Por la consistencia de los vinos se distinguen en f-1sos sueltos i de consistencia media. Los primeros tienen mucha azúcar i tártaro, i son mui nutritivos i §4$ tónicos; como son difíciles de dijerir, sóío los beberán loa, robustos i trabajadores. Los segundos son mas fáciles dé dijerir i convienen á la jente de gabinete. Los terceros que ocupan lugar medio son los que sé u an á pasto; Por el sabor sé distingue el vino en dulce, el que contiene gran cantidad de azúcar i de alcohol, i se llamaí jeneroso. Para lograr este vino basta que el mosto ten- ga bastante azúcar, i se haga fermentar. En los paises calientes en que las uvas son mui dulces, tales Como las moscateles, basta para darle mas fuerza al Vino jeneroso, que de ellas se saca, ¡ que salga dulce,; poner las uvas al sol antes de esprimirias. En otros paí- ses ponen al fuego el mosto hasta que queda de consis*- iencíá de jarate, i los Vinos que de él sacan ilamán vinos Cocidos, á los que los antiguos echaban aromas, i quizá* por la mirra que les agregaban se llamarían miriu[nos Con tal que él Calor que reciba el mosto no pase del de la agua birbiendo" no altera el mosto i da buen vino moscatel, el que se vende aqui en el comercio á cinco ó> seis reales limeta es el vino preparado en las boticas, ¡ too el verdadero moscatel. Los vinos jenerosos son mui nutritivos i fortificantes, mantienen al vientre libré, son amigos de los pulmones, convienen á los flacos i á los que tienen tos. Deteniendo la fermentación se hace vino dulce pero. queda siempre turvío, es muí laxante i flatolento, exitaj la sed, i nO conviene á los que tienen obstrucciones, nx á los biliosos, ni mucho menos a los qué padecen cólicos*) dolores de muelas i frios i calenturas. Hai también vinos ácidos, lo que depende de que nó se ha hecho bien la fermentación, lo que hace que se forme cierta cantidad de vinagre. Los vinos ácidos nutren poco, producen flatos, 'Irritan el canal intestinal ocasionando evacuaciones, ó cólicos. Los* vinos llamadas verdes son lOs que se hacen de uvas sin madurar, como las de los años fríos i Iluviososj Este Vino es áspero i de mala calidad, lo mismo que el que resulta del mosto fermentado con lentitud. Este vino verde se mejora agregándole al mosto la azúcar que le falta, U u 346 Los vinos picantes son aquellos, que ti alcohol llenen unido un principio un poco acre I amargo, "que afecta loa labios i lengua. Estos vinos emborrachan mucho i sou ¿añosos, á los jóvenes, i los biliosos i viejos, siendo otiles a los pituitosos, pues desecan i estriñen i ocasionan sue* iíos tristes. El aroma también diferencia á los vinos: son Buenos los que tienen un olor agradable semejante * la frambuesa. Los viejos i Jas personas débiles deben osarlos pues reparan las fuerzas i ayudan la dijestion, pero emborrachan con prontitud i estimulan mucho, por lo que se usaran con moderación. Los que tie- nen un olor desagradable 6 por alteración ó porque se les ha echado cualquier sustancia olorosa, por ejemplo el asufre que le hachan á los vinos de Alemania, son mui perjudiciales, pues desecan mucho, dan sed, i son enemigos del estomago i de los nervios. Los que no tienen aroma son flojos, indijestos i restauran lenta- mente las fuerzas. Los vinos varían también según el tiempo que tienen* Se llama vino nuevo el que tiene cuatro mese», pero este aun retiene las cualidades del mosto, por lo que es muy nutritivo, pero poco espirituoso. I)ij¡érese con dificultad, i desprende en las primeras vias gran cantidad de acido carbónico, produciendo avehtamientos ansias, congojas, cólicos i colera-morbus. Cuando tiene mas de cuatro meses se llama vino de año, i puede to- marse con mas seguridad, pero mejor es beberlo al año. Los vinos añejos, son mas jenerosos, mas tónicos, pero menos nutritivos que los presedentes: restauran pronto las fuerzas, pero emborrachan é irritan, por lo que se bebe- rán en poca cantidad, i aun aguados Los mejores vinos son los que tienen tres ó cuatro años, pasado este tiem- se enrancian pierden su fuerza i cualidades ó se enmo- hecen. Yo he bebido viuo que tenia ao anos i con- servaba todas sus cualidades, en términos que muchos de los queL-tomamos una copita sentimos gran calor i algún trastorno en las potencias. Otro defecto de estos vinel jegun Tourtelle, es el ponerse amargos ó agrios. El terreno influye poderosamente co las cnajídadr» 347i de los vinos. Los antiguos i modernos han mirado siem- pre al de Chipre como uno de los mas deliciosos. El antiquísimo vino de Compañía, hoi llamada (Tierra de Labor) provincia del reino de Ñapóles, es uno de los que hasta el dia goza gran reputación, como los de Cecuba Falerno. Los vinos de Setinas, de Gaurano, de Sorrento etc., eran mui buscados desde el tiempo de PHnio. Los vinos de monte Pauslllppo eran mui recomendados por los médicos de aquellos tiempos. En la Grecia se estimaban los de Thaso, de Cos, de Lesbos, de Chío de Icaro etc. En el Asia los de Palestina i monte Lí- bano. La escritura santa nos habla de las viñas de So- rec, de Sabama, de Jazer, de Abel; Ezequiel habla del vino de Chelbon. Los autores profanos hablan del de Gaza, de Saron, de Ascalon etc. Finalmente el vino Máreotico que se llebaba de Alejandría á Ejipto, hacia las delicias de Antonio i de Cleopatra. El vino de Candía (vinum creticum) ha sido ce>< lebrado por los Griegos i merecen este elojio, el mos- ,atel i el malvasia. El vino de Lango ó de Stanchio ( vinum chium) es dulce, agradable i fragante. El de Chio estimado de los Romanos es bueno; el de Metelin es comparable al néctar. Para mejor describir loa vinos he creído conve- niente hablar de los que son mas esquisitos en cada parte del mundo, i de este modo dar á conocer muchos de los que no habla Tourtelle en su obra. Comensaré por la Europa, descubriendo primero los vinos de Francia, pues si la primera es una de las partes del mundo la mas fértil en viñas, la segunda, por su posislon, i por la naturaleza de su suelo es sin contradicción jene- ralmente mui fecunda en este jénero de producción, pues sus vinos son buscados por los comerciantes, tanto poc su gusto, como porsu aroma i especie Francia posee ac- tualmente un millón setesientos treinta i cinco mil hec- táreas (a) de viñas que producen en el año común (o) Hectárea es una medida en el nuevo sistema de Fran- cia que equivale udosfar,egus i media de tierra sr°itn k ..« w treinta i un millones de hectolitros (a ) de vinos, de loa cuales los que en adelante se califiquen de jugosos, soq mejores que los del mismo jénero recojidos en otros estados. En Champaña los vinos blancos de los terrenos de Sillery Ay, D zv, Mime etc. son buscados por su espuma espirituosa í agradable gusto. Los de Verzy, .Verzenay, B^'e etc. so a rojos. En Borgdña los vinos son roj s. d. un color sobresaliente, de un gusto delicado, «de un aroma mui suave i muí espirituosos, tónicos, nu- tritivos, i que no se suben á la cabeza. Se miran como esquisitos elRomanneé-Contí, el Chambertin, el Vougeot, pl Volnay, Beaune, el Morey, etc. En Bordelais los vino rojos se distinguen por su aro- ma sobresaliente i agradable, por su mucha fuerza sin que se suban á la cabeza, tales son los de Medoc, Lafitte, Pouillac, etc. Los de segunda clase son los de sin Julián, Pauillac, IVXerignac etc. En estos paises se hacen dos especies de vinos, los unos secos, poco espirituosos, i que dan él olor de piedra de fusil; tales sonde Bfanquefort en el lugar llamado de los Graves; los otros jugosos, aromáticos i de una fuerza aromática mui agradable, los que se recojen de Pontac, Beaume, Langon etc. En Périgord los vinos rojos de Terrassa, Farkes, Camprea), son secos, finos, lijeros, espirituosos i de un aroma agradable. El Delfinado produce vinos de la naturaleza de los de Bordelais, pero de mucho mas cuerpo i mas espiri- tuosos, como son los de Tain, Etoile etc. En el Lyonnais los vinos rojos difieren poco de los del Delfinado. El Languedoc produce muchos vinos dulces rojos, mui espirituosa-a i de mucho cuerpo, entre los que se «ii.üüguen como mas finos i mas agradables los de Chuz- Madrid ó yugada i media con poca diferencia de Castilla la vieja. (n) Hectolitro, es medida de cien litros que equivalen en ¿t- Ruidos á ¡¡rj a¿umbrcs i rncdiu^ 349 clan, Tavel, Lirae, el moscatel de S. Lorenzo, S. José, los moscateles de Frontiñon, de Lunel i de Tavel. De eslos se debe beber mui poco porque se suben á laca- beza í los de estomago debí' i temperamento pituitoso, son los que deben tomarlos. Todos estos vinos los tomaran los viejos, rouvalecienles i achacosos. En el condado de Avignon i el principado de Drange tiene reculación el de S. Patricio, el de la viña de Nerthe, i !..>s moscateles, de Beaumes. La Provenza da vinos rojos, i espumosos, éntrelos Suese estiman el de Lagaude, S\Lorenzo, S. Pablo, el de -assís, Ciólar, Barbantana, Roquevaire etc. Estos vinos son mui fuertes i deben tomarse aguados para no em- briagasse. Bearn posee las exelentes viñas de Juranson í de Gan, cuyos vinos rojos tienen vello color, delicado aroma, siendo de mucho cuerpo i espirituosos. Estos se conservan mucho tiempo. El Boussillon ó departamento de los Pirineos-Orien- tales produce vinos rojos, de mucho cuerpo i mui espi- rituosos. Los de Collioure i Cosperon son estimados por su virtad tónica, i tienen analojía con los de Alicante i Rota. Entre Uis vinos blancos el moscatel de Ríve- saltes es el mejor. Los vinos rojos de esta pronvincia Íirven para dar fuerza i cuerpo á los de otros paises, por o que deben tomarse en poca cantidad ó aguados. Ademas de los vinos dichos hai en Francia otros muí buenos, como ios de Chenas, Fleury, Than, Furkeim, A.'sace, Colmar, Forez etc. En España contienen sus provincia mucha viñas que producen vinos de una reputación bien merecida. Los vinos jugosos que se sacan son muí estimados, per» no .tienen comparación con los de Francia. Los vinos comunes sen por lo ordinario mui colorados, groseros 1 poco agradables. Los mejores vinos que no son de licor Son el Paret>r i el de Xeres. En segundo lugar se co- locan los vinos secos de las cercanías de Córdova en Ca- taluña; los de Tierra del Campo, de Miranda, de Ebro, de P:o.xa, de Castilla la "Vieja, i Castilla la Nueva, de V al-de-Peñas, déla Moncha, de S. Lucar, de Extremadura . de Vin-roz en el reino de Y. í;-i.c¡a, ■* t' OJO Enlre los vinos de licor se eitíman el Timo de Alicante en Valencia; el Tintilla de Rota de Andalucía; el Peroxímen, Malvasia, Muscato de Málaga, Veliz Málaga en Granada; el Paxarete de Xeres; el Rancio de Peralta i Tudela en Navarra; la Tintilla de Zaloga i de Carlon en Andalucía, i la Malvasia de Polenzia en la isla Mayorca. t En Portugal los únicos vinos que tienen reputación son los llamados de Factoreria que son los que se recojen en las provincias de Entre-Dnuro i Mínho en cuyo lugar llevan el nombre de vinos d' Porto, Kntre los vinos blan- cos se esliman mucho el vino seco i el moscatel de Se» tuval. L('s vinos blancos de Lamalonga son mui buenos; Los viñedos de Italia son celebrados por los exe- lentes Vinos de licor que de ellos se recojen. El La- crima Christi del monte Vesubio cercano al mar es el primero entre ellos; los vinos moscateles i griegos de lí misma m >ntaña son exeleutes, lo mismo que los blancos í rojos del lago Averno del reino de Ñapóles; el mos- catel de Siracusa, en Sicilia; la Malvasia de las islas de Lipari; los vinos de Albano, en el estado Romano; Jos de Monte-Pulcino, S. Estevan, en Toscana; el vino 'Altesse en Chambery, en Savoyá. Enlre los vinos jugo- sos rojos i blancos se cuentan el de S. Albano, S. Juan de la Puerta, S. Martin de Puerta en Savoya; el Vi- centin i Frioul de Lombardia; el Taormina, el Mazara i Termini de Sicilia. Enlaparte meridional de Alemania hai muchos vi- nos blancos secos, que contienen un acido fino i delicado que desagrada por lo penetrante al que lo bebe por la primera vez. Los mejores son los llamados del Rhin que se recojen en Deidesheim, Rudesheim, gran ducado de Berg. Los de segundo rango son los de Braunemberg, Moselle, Nierenstein Narden etc. La Rusia «n sus provincias meridionales logra una gran ventaja para la cultura de las viñas, i tiene en el gobierno de Don los vinos blancos de Rasdorof i los rojos de Zimslanslc. En el imperio Austríaco se tiene el exelcnte vino de Ungria llamado de Tokai que se saca en el monte 351 M«e*-Ma!e que mira al medio día; Este solo •irvepara las testas coronadas. Las ciudades de Tazal, JUad, Tallya, Tolstua Kerestor, Marzamin tienen vinos que acercan al Tokai. Son He cuatro especies:. 1.°, la esencia que se hace de los racimos secos al ca- lor del sol, este es el mas suave ¡ del que beben los magnates-. a.° , vino de primer cuerpo ó crecimiento: 3.° de segundo. 4-°» e' ccmun ó ordinario. El vino de Tokai es cordial, estomacal, diaforético, nervino i mui nutritivo. Se usan después de otros vinos, como un cxelenle cordial. Para hacer vino semejante al de To- kai se benefician uvas mni dulces: se guardan hasta que se maduren completamente, lo que se verifica después de un mes de cojidas. El mosto que se saca de ellas se evapora algo por medio del fuego, i luego se fermen- tan con lentitud. Esto puede practicarse con cualquiera de las uvas que se dan en la Hungría. En la Turquía de Europa i \sia se estrae en Cat- ear de Moldavia un vino verde cuyo color se pone mas intenso á proporción que el vino se envejece. Este es uno de los buenos vinos de licor. Fuera de esto hai los de Piatra i los de las islas de Chipre Scio, Candía, Santorln etc. En Asia, Chiraz, Iesed dan vinos de todas especies; Los del Istmo Caucaclano, en China, son de inferior cualidad. En África, los viñedos del Cabo de Buena Esperanza; son los que dan buenos vinos. En la parte septemtrio- nal se buscan los de los terrenos de Constansa. En algunos cantones de Abyssinia se dan vinos regulares. En las isuis del océano Atlántico, se estiman los vi- nos de madera, de Tenerife, de Gomera i de Palma. En América los vñedos de Paso-del Norte en Nuevo Méjico; de P^ras en nueva Biscaya; de S. Luis de la Paz, de Zelay?, m Mechonean, i los de muchos cantones de la California producen mui buenos vinos Algunas viñas del golfo de Méjico producen buenas uvas que solo -e recojen para comer. Eu la América me- 0*2 íífíional/las providcias dé la Plata i de Chile (a) tienen viñedos muí estensos, de l0t que se recojen vinos de to- das especies que se conducen en esportacioneS mui con- siderables á las partes vecinas i hasta Buen osa i res. Los vinos de Copiapo (villa distante de Coquimbo cien le- guas del Norte dé su provincia) son los mejores ñe Chile, pero se cosechan en corta cantidad. Los de la Concepción son buenos i abundantes. Los vinos del valle de Elgui en la provincia de Coquimbo son abun- dantes é iguales en sus clases á los que se recojen en Francia, España, é Italia. Estos se introducen á las re- públicas del Perú i Colombia. En la provincia de San* tiago se cosechan para solo su consumo, pero son in- feriores á los precedentes. En Colombia solo las uvas se coi en para comerlas* *Todo vino hace espuma si se le ha contenido la segunda fermentación, como sucede en los vinos blan- cos de Champaña i Artois que levantan la tapa, llenan el vaso de espuma i tienen un sabor lijeramente picante por razón de la gran cantidad de acido carbónico que contienen. Luego que se les destapa pierden estas cua- lidades. Estos vinos no deben' usarse a todo pasto sino rara vez. Los latinos llaman, ¡ora, posea vinum secundarium al vino que resulta de echarle agua á la casta después de que se trasiega el vino. Este se llama revino del que dura cuando mas cuatro meses, contiene poco alcohol i dá cólicos é indijestiones ala jente pobre que es la que lo toma. * Las cualidades buenas ó malas del vino penden también del vidrio de las botellas en que se guarda, coya materia puede estar mal compuesta. i.°-Muchas espe- cies de vi'drio no son bien duras por falta de la fus»on (a) En el Perú hai esquisitos vinos, pero los mejorei con ios de Moquegua, ó Torata, citio celebre por la lata- Ha que perdió el General Alvarada, Entuaiia hai *' como son el vino, la cerbeza, el guarapo i la chicha que es de la qué se saca en Colombia, agre- gándole algunas veces anís. También hai en la villa de la Mesa una fabrica francesa de rom. El aguar- diente se compone de agua, alchool 1 un poco de a-. fceite, el que le quita la* transparencia en el acto mis- mo de la destilación, i el que le pone amarillo con el tiempo* i por eso los aguardientes añejos tienen di- cho color, el que á vecfes loma el color de los barría íes en que se Coloca. El alchool ó espíritu de vino se saca destilando el aguardiente: cuando esta puro pesa mui poco, como que el espacio que'ocupa una onsa de agua destilada Se llena con seis dragmas i dos escrúpulos de alchool4: es blanco, transparente, muy volátil i mui combustible: su olor es vivo i agradable i su sabor acre i esti- mulante: toma el estado gazeoso á los 64 grados de calor; se inflama con tal que se le aplique fuego, sea la que se quiera su temperatura, resultando de su combustión mucha agua i acido carbónico, pero poco humo: la llama que hace es blanca en el centro 1 a- zul en la circunferencia. El principio que mas abunda en el alchool es el hidrojeno, que es el que forma tanta agua como la que queda después de la combustión. El aguardiente i el alchodl son la base de todos los licores coaócidos, qae.no son mas que estas dos sus- tancias, aromatizadas i endulzadas. Sabiendo pues que nuestro aguardiente destilado vai'i:. veces da ti a!-< chool, ó espíritu de, vino, ó aguardiente de «va ó de .V v 354 España, es preciso que se dediquen en nuestros poe> blos a sacarlo, para de este modo fomentar nuestra industria arruinada por la introducción de licores es- tranjeros, que casi todos vienen adulterados. Si en Eu-i ropa que es la cuna de los vinos se adulteran para ven-i derlo alli mismo ¿ que no harán los comerciantes que los conducen a Colombia? Asi es que los vinos tin- tos los de madera traen en cada limeta apenas cuatro ó seis onsas de buen vino. Lo mismo digo de los vi- nos secos, i puede decirse que los esquisitos vinos de Europa no son los que se venden en el comercio, pues solo, son Iejitimos aquellos que se compran en las mis- mas fábricas, cuyo precio comparado con el que se vende aqui, prueba que se nos engaña, pues calcula- dos los gastos resultaría que los comerciantes trayan vinos i aguardientes para arruinarse, pues se venden á precios mui cómodos, i si no • ¿ quien no se admirará que una botella de medoc se venda por seis reales í lo mismo una de moscatel ? Repito que el que aqui se vende á ese precio es un licor facticio tan malo que produce diariamente muchos males, como asmas, dolo- res de cabeza, calenturas ele. Las autoridades debían velar sobre la falsificación de los licores, pues estoi ob- servando que el abuso de los buenas i el uso de los malos, causa males desconocidos entre nosotros, i asi no nos admiremos de la gota, disenteria, hidropesía en los jóvenes, parálisis, temulancia, peladera fatuidad i otra multitud de enfermedades que aparecían en* nuestras poblaciones casi como los cometas en el cíelo. Por el mas funesto de todos los abusos dice Tour- telle, se ha introducido el aguardiente entre el número de los condimentos, i asi es que las frutas se conservan en este licor, i los estranjeros traen las que hai en nuestras buerlas para vendérnoslas á precios exorbi- tantes, con los que compramos los muchos males que lian ocasionado eslos presentes del lujo' que nos han venido desde que se abrió el comercio por Jamaica. En Méjico se saca destilando el pulque, un aguar- diente que emborracha mucho, i se llama mejical ó a- guardicr.te de maguey. 355 La cerveza (serevisía) es una bebida vinosa que se hace con la cebada, ü otra gramínea, agua i hom- bresillo ó lúpulo fa) En el Norte i otros paises en donde el vino se halla con dificultad, se usa con fre- cuencia. Hai no obstante lugares en que se bebe mas por ociosidad, que por necesidad. Para hacerla se ponen las semillas dichas en estado de malt, lo que se consigue del modo siguiente: primeramente se hume- dece la cebada, ó cualquiera otra semilla hasta que se hincha, i en este estado se pone al Sol ó en un lugar templado para que eche tallo. Luego que se advierte que ha salido ya el tallito, se contiene la germinación tostando la cebada lijeramente, cuya operación se prac- tica haciéndola decender por un canal inclinado i lije- ramente caliente; hecho esto se muele la ccbaqa ó se- milla de que se haya usado i á la harina es á" lo que se llama malt. El azúcar de dicha harina se estrae por medio del agua, se pone á evaporar el liquido hasta cierto punto, cociéndole en calderas, después se le aña- de una planta amarga para dar mejor sabor á la cer- veza i para que se conserve mejor; por último se pone el liquido en toneles, i se le deja que fermente, i se le trasiega luego que se cubre de espuma,', pues en este caso ya se ha concluido la fermentación vinosa. La yerba de que mas se usa es del lúpulo u hombreadlo, cuya planta comunica á la cerveza su principal fuerza i sabor: llamase cepa del Norte porque en dichos paises se le ponen barbacoas para que enrede como la vid, No debe usarse del ajenjo porque la cerveza que lo contiene es amarga i emborracha mucho. Se prefiere la cebada á cualquiera otra semilla para hacer cerbeza, por que es la que jermina mejor i la que da mayor canlidadr de azúcar. La cerveza es tanto (a) Se atribuye á los Ejipvios la invención de ¡a cervem i de este pais paso á los restantes del mundo. * Al prin- cipio se llamó bebida pelusíana nombre, tomad» J-: In ciudad de Pelusa que esta á las orillas de la embocadura de! ISilu De aqui paso á los Caulas, á Flandes, á Inglaterra f' a España en tiempo de Poübio. 356 mas fuerte enluto mayor sea la cantidad de azúcar di- suelta en agua, i cuanto mejor se haya hecho la fer- mentación. La infuáíon del malt se aviva echándole espuma de otra cerveza que esta fermentando. Aunque la cerveza tiene la fermentación tumultuosa i visible, i la lenta é insensible como el vino, jamas llega á tener la perfección del vino, respecto del cual tiene mas fé- cula, lo que la hace mas nutritiva, pero aguanta me- nos i se agria con mas facilidad en el estomago sino ha fermentado lo bastante. La cerveza suple el agua en las tierras en que esta no es buena, pues es bebida mui saludable i nu- tritiva, pero menos espirituosa que el vino. Las per- sonas que tienen mal estomago, estreñido babitualraente el vientre, ó estenuado i falto de jugos el cuerpo de- ben usarle con moderación i buscarla bien preparada, í fabricada con bastante lúpulo i cebada, pues esta a- limenta, i el primero fortifica el estomago i fomenta la dijestion. También es necesario que este bien termen- tada i que se guarde en botellas bien tapadas, parae- vitar el'que se disipe el gaz acido carbónico que se forma en ella, por el cual tiene la virtud antipútrida, que la hace tan útil en el escorbuto i en las fiebres biliosas con tendencia á la putrefacción. La buena cer- veza es clara, de un color amarillo, cubierta de una espuma blanca i lijera. Cuando la cerveza estatuíbia, esneza, agria, ó corrompida no debe tomarse. No debe ser nimui nueva ni mui añeja. A pesar de tener estas cualidades hai personas á quienes les produce coicos, Sentamientos i mala dijestion. Cuando es muy nueva j se bebe con abundancia suele producir gonorrea ne- niena (blenorragia) la que se cura con aguardiente y otro licor. También ocasiona fetencion de orina. La embriagues de la cerveza es terrible. Según Kowley la cerveza disminuye los ataques de la gota orinados. por el vino cuyo uso debe omitirse. • La cerveza se purifica con el agua de hisopo* sal de tártaro, ó cpn la noes de agalla i la potasa, pe. ro lo mejor para purificarla es la clara de huevo.. w Jifero de Londres según el autor citado, es la «iypí«. S57 q#e sustenta los artesanos i trabajadores, principalmente ios que trabajan en el peso del carbón, del hierro ele, Londres i el rio Tamesis son testigos de esta verdad, En Inglaterra hai varias especies de cerveza hecha de cebada, trigo, centeno, mais i espruce la que es an- ticeptica, diurética i antiescorbútica. A pesar de esto no la deben usar las personas de estomago débil i sensible. La cerveza jeneroza de Brunsvik se prepara con cebada, es espesa como jarave, es suave, espirituosa i tan durable, que se lleva á los paises calidos i vuelve sin dañarse. El malt según el celebre i desgraciado capitán Cook en su viaje al rededor del mundo es preservativo del es- corbuto i cura este mal. El Abate Rosier dice que de- bía promulgarse una lei en que se mandase que todo capitán de buque debía embarcar la cantidad de malt Suficiente para la tripulación i pasajeros. El gremio de los cerveseros es uno de loa mas antiguos establecimientos de Paris que se erijieron en cuerpo de Veeduría, Sus estatutos fueron aprobados en 1268 por Es levan Boileau. Después por Santiago Estoi- ville. Se pusieron nuevos estatutos en los reinados da Luis XII, Luis XIH, Luís XIV i Luis XV. En estos estatutos se manda que nadie pueda ser cervesero sin cinco años de enseñanza tres del aprendisaje con e| maestro. Los jurados tienen obligación de visitar i re- iistrar los ingredientes que entran en la cerveza i de cuidar que en el lugar en que se fabrica no haya ani- males que tengan sucias hs piesas de la fábrica. Igual-r mente deben rejislrar si las vasijas están marcadas kCOU ¿l sello del cervecero. Finalmente deben cuidar de ptra multitud de cosas establecidas para evitar los da- ños qHe pueda la cerveza ocasionar & los que la beban, Seria de desearse qne en Colombia, que se ha hecho ya tan común el uso de la chicha; se estableciesen igua- les estatutos para evitar los males que ocasionan las ¡ríeselas que £e le echan á este licor, como se dirá adelante. • f 1 hutía?;, iabe!(da universal en Colombia, Su, 558 uso es mui antiguo, i con el mismo nombre la designan todos los historiadores del nuevo mundo. Raros son los pueblos de la antigua Nueva Granada que no ha- Fm uso de esta bebida, la que suplen con el guarupo. uede decirse que para los indios i trabajadores es su principal alimento. El modo con que se prepara es el siguiente. Se toman cinco almudes ó palitos (a) de mais a- marillo arenoso que no sea yucatan, i se muelen lijera- mente en una piedra que los Mejicanos llaman mellad. Molido el mais se pciie en remojo ó maseracion en una vasija de barro con la agua suficiente para cubrir el- volumen del mais ya quebrado. Diariamente se revuelve, i en los ocho primeros dias se remoja con aguamiel. Después de quiuce dias de estar en mace- racion se muele hasta que queda en una masa mui fina, llamada masato, el que se envuelve en ojas de pa- yaca (b) (kemferia L.) formando bollos, los que se ponen á cocer en una gran olla de barro de boca reducida, que contenga una tercera parte de agua que este mui caliente. En esta temperatura se debe mantener me- diante el fuego por 17 horas teniendo el cuidado de renovar la agua caliente, cuando se va evaporando. De- be tenerse cuidado de que jamas falte ni pase de una tercera parte de«gua, pues en el primer caso se pega el masato, i en el segundo se disuelve. Pasadas las 17 horas se renueva" la agua, si ya esta evaporada, i se deja á un fuego suave, que se llama manso, hasla com- ' pletar las 24 horas. Entonces se quita la leña, se deja enfriar per tres horas el masato, se saca i se soba mu- (a) Esta medida equivale á la duodécima parte de una fanega, (b) La payaca ó vijao es una oja mui \graude de la talia de cuyo árbol sacan los indios bravos el palo para hacer las zaetas cuyas puntas envenenan con el curare * se valen de la rais de este árbol, como especifico contra este veneno según dice Lineo, hablanilo del jenero Kemferia u que pertenece el vijao. 359 cho en una arteza, hasta que queda igual al barro qaa se usa para fabricar casas. Estando de esta suerte sele mésela miel hasla que agulera la masa un gasto lije- ramente dulce. Asi preparado el masato se coleca en una vasija ó mucura, .se tapa mui bien i se cubre la mucura con bastante helécho, i se deja en un lugar calido por tres dias, en cuyo tiempo la masa adquiere un sabor fuerte. Entonces se pasa repelidas veces el masato por un balaí, para separar las películas del maisf que se llama aunchc. De esie masato se toma la can- tidad que contenga un rogacbe (a) i se echa con totu- ma (b) i media de miel en una mucura (c), la que so llena de agua, dejando un corto espacio .vacio para que pueda hacerce la fermentación. Nueve mucuras de chicha se preparan con el masato que dan cinco pa- liios de mais i con una carga de miel que ha de ser espesa i bermeja. Las mucuras se colocan en una barbacoa de madera cubiertas con mucho eleeho en un sitio abrigado. A los seis dias de fermentación estala chicha en les climas frios para tomarse, i entonces tiene un gusto mui agradable, un color naranjado i una consistencia de orchata ó emulsión. Antes de este tiempo tiene el gusto de los vinos dulces i su sabor tan grato hace que se tome mucha cantidad, la que produce en algunos vinagreras, cólicos, diarreas indijes- tioues ele. Dura sin alterarse hasla quince dias, pero en este intervalo loma un sabor muí fucile i embria- ga con mas (acuidad. Cuando se quiere que la chicha tuerte adquiera un sabor mas grato, se refina, cuja o- (a) Ro gaché es una olla de boca grande que tiene ur,a oreja en uno de sus lados i en el otro un cuello corto en forma de embudo, (b) Una totuna^ de miel es lo cite contiene un rogaclut, que son 35 libras comunes i 4.6 Hitas i media medicas. (c) La mucura es ur.a vasija redonda que termina en un mello ui.,ijsto i ion!:t i.e i vatru \oiijas de 1 bicha. Cada v<>- tija de ogmi lu,. ° se asienta el bagaso ó pulpa de la mansana en Una horma como, la que sirve para hacer quesos, en un cuadrado de cuatro pies i seis pulgadas de espe- sor, procurando que quede bien oprimida por todos cuatro lados con una regla de madera. Se esliende sobre esta primera hilada tres ó cuatro puñados de paja lar«a, cuyas estremidades saldrán por lo menos cuatro pulgadas en contorno. Se siguen haciendo nue- vas hiladas de mansana majada del modo dicho hasta que tenga cuatro pies de alto. Es presiso que la mosa de la mansana esté colocada á plomo por todas par- tes, i la ultima hilada se cubrirá bien con paja. Co- locada asi la masa se pone dentro de una prensa i se aprieta esta por varias oessiones hasta que salga todo el caldo, el que se recibe en una cuba, de donde se saca para echarlo en botellas por medio de un em- budo mui grande en que este colocado un gran ceda- so de tela hecha con crines de caballo, en el que que- dan depositadas las reliquias de la masa que se hayan escapado con el jugo. Cuando la cidra ha fermentado bien es una be- bida sana i nutritiva, pero es dañosa cuando esta re- ríen hecha pues no ha depositado las heces. Produce el cólico vejetal i otros niales que son comunes en los paises vn que re n?a ecn freruci.ria. Su abuso causa m¡a embriaguez nía* larga i peligrosa que la del vino, 36S Huxhan cree que los marinos que la loman se preser- va del escorbuto. El vino de peras (piraseum) se prepara del mismo modo que el de cidra, tiene las mismas cualidades pero es mas espirituoso. CAPITULO 8.° Del cafe i del the El enfr toma su nombre de la palabra Arave Ka- houch que significa lo que da apetito. Pertenece á la pentandria monogynia i es de la familia de las rubiáceas i los botánicos conocen dles i ocho especies á saber: el indijeno de la isla de Borbon: el monosperma de santo Domingo: dos especies naturales de Guayana: cua- tro de las islas del mar del Sur, i las olías dics las han hallado en las cordilleras de los Andes los autores de la Nueva Flora Peruana. L.aoro las que tenemos en Colombia en donde hai muchas plantaciones de cafe particularmcnle en Cucuta i \cnezucla. ^ El cafe es el fruto (baya) de una especie dejasmm, orijinarío de Moka en donde crece naturalmente, lo mismo que en el resto de la Arabia. Los orientóles nos han transmitido el uso del café, i en la Afnca i Per- sia • estuvo en uso antes que los Araves usasen es- ta bebida. En el siglo i5 de la tu-ra rhn liana Ge- maleddin mulfi de Aden le aconsejó á los Derois usasen del cafe para que su espíritu pudiese hacer oración por la noche con mas despego. Lo* literatos para es- tudiar, los viajeros para andar por la noche, i en ,iin todos los habitanles de Aden hicieron común el uso del cafe, el que se hiso jeúeral en lodos les lugares sujetos á la lei de Mahoma. Los Holandeses introduje: ron el 'plantío del cafe en Europa i de Amslerdam ja 1714 se trajo á los jardines de l'aris. Los españo- les sin duda fueron los que pusieron las primeras plan- taciones en América en donde crece naturalmente, 1 se hicieron en 1718 las primeras siembras en la isla de 36f) Borbon. En la Persia fue dondí se establecieron lu* gares piíblicos como entre nosotros para tomar café, pues en ellos han hallado un asilo honesto las jentes ociosas, i un lugar de descanso los hombres ocupados. Los políticos oyen las noticias i los poetas suelen re- citar sus versos en estas casas publicas, que han dado ocasión para que los gobiernos las hayan prohibido por haberse convertido estos lugares en seminarios de cedisiones. Asi es que en Turquía se prohibieron, man- dando Amurat III i Mahomet IV, i en Inglaterra en tiempo de Carlos II. A pesar de esto el cafe vino á hacerse un objeto de fantasía ó de Jujo i se repartió su uso en todos los paises i entre todas las clases de jentes. Desde la revolución se ha hecho el nso del cafe mui común en Venezuela, particular- mente entre los hombres. En la Nueva Granada es mui raro su uso i se prefiere el chocolate, tomándo- se el cafe en el caso de indijestiones. Es preciso confesar que el cafe de la Arabia es el mejor de los conocidos, i sus principales plantacio- nes están en el reino de Yemen, en los cantones de Aden i de Moka. Los árabes acostumbran echar piedras en. las fosas que abren para sembrarlo, i tienen el cui- dado de dirijir á ellas las corrientes de las aguas. Ti- enen tres cosechas, la principal en mayo: ponen bajo los arboles mantas en que caiga el cafe que está maduro: lo trasportan, luego lo ponen á secar en esteras, i hacen abrir sus bayas por medio de un cilindro por donde lo pasan. Cuando los granos están se- parados i sin cascara, se les ajila en grandes harne- ros para acabarlo de limpiar i se le seca de nuevo. De este modo tan simple cultivan i preparan los ara- bes el cafe de Moka, que es el mejor que s. pro- duce en los dos continentes. La inferioridad del de América se atribuye á que per la codicia de ios co- merciantes, se procura en una sola vez recojer toda la cosecha, i se le seca mal para lograr uu grano mas grueso i mas pesad», de suerte que el gana en vo- lumen, lo que pierde en calidad. Su sabor no es tan esquisito, su sabia no esta perfectamente elarora- 3) 383 neroso es útil en todos casos. Aquellas personas 3 quienes cause agrieras esta bebida mesclaran el agua con un poco de aguardiente. La cidra,, la chicha i otras bebidas de que he hablado se usarán según la constumbre de los individuos i de los pueblos. 19.n El liso de los elados al fin de las grandes comidas es útil, pues evita los efectos de la fermen^ tacion, hace pasar las sustancias aeriformes á nuevos compuestos, i da tono á las fibras que por su gran tensión se hallan en un estado de inersia. Al dar estas reglas yo no pretendo condenar nin- gunas variaciones en el réjimen i algunos lijeros ecse- sos que Jas diferentes situaciones de la vida social o- bligan cometer á los hombres. La triste uniformidad no conviene sino á las personas débiles,enfermas i valetudinarias. Las que gosan de una buena salud deben usar de un réjimen variado: algunos desordenes son necesarios para reanimar los resortes de la maquina i para afirmar sus movimientos. Dadas ya las reglas dietéticas jenerales, resta hablar de las condisiones relativas á las fuerzas dijes- tívas necesarias para una buena dijestíon, i para la conservación de la salud. Independientemente de la esperiencia particular de cada individuo, las señales que anuncian una buena constitución, (véase la paji- na 44 i las siguientes) indican por lo regular la fuerza i vigor de los órganos dijeslivos. No olvidemos que una buena constitución se mantiene por una vida so- bria, regular i ejercitada. El hombre que tiene una buena constitución dijiere bien i no tiene molestia alguna, causada por los alimentos i bebidas de que hace uso. Las señales que anuncian' una buena dijestion no puedeu saberse sino á posteriori, pues una multitud de causas pueden cambiar los órganos de la dijestíon. ÍNo obstante se conoce que ellos están aptos para la cocción de los alimentos, cuando hai apetito, cuando no se desean cosas irregulares, ni hai aversión á la comida. La ausencia de estas dos señales, i el no haber cólicos, ni retortijones, junto con una fácil 3¿4 respiración, hace presumir que el estomago se hallS en estado de dijerir bien. Los signos que anuncian que se dijiere bien lo que se ha comido son, no sentir peso en la rejion epigástrica, no arrojar flatos, no tener hipo ni difi- cultad en respirar; en fin cuando se siente calor sua- ve en la piel, un pulso lijeramente elevado, un dulce placer repartido en todos los órganos; i cuando los escrementos son blandos, unidos, lijeramente amarillos, poco hediondos, arrojados d la hora acostumbrada, i en la cuantidad que corresponda á los alimentos que se han tomado. (Hipócrates.) §. «.o Del réjimen de las personas rabustas. El réjimen debe ser análogo á la constitución i k las fuerzas del estomago. El hombre robusto i vigo- roso debe tomar alimentos consistentes i tenaces que ejerciten fuertemente los órganos de la dijestion, para exitar i sostener el sistema. Debe variar su réji- ■ ^ men i seguir el concejo de Celso. "Es preciso que el 9 hombre sano i de buena constitución, esté viviendo tanto en la ciudad como en el campo, que unas ve- ses navegue i otras se entregue á la casa, pero que siempre se ejercite, pues el trabajo fortifica el cuerpo. Se bañara ya en agua tibia, ya en agua fria; unas veses se ungirá ¡ otras no. No se abstendrá de los alimentos que se sirven á Ja meza, ni de los que usa el pueblo. Unas veces comerá mas de lo acostumbrado i otras no. liara mas bien dos comidas diarias que nna sola, porque asi se dijiere mejor. (Libi.° Cap. i.°) §• *-° Del réjimen de las personas enfermas i delicadas. Estas personas deben usar un réjimen restaurante 385 i análogo a la debilidad de los órganos dijesllvos, que aumente indirectamente la enerjia del principio vital, que dé estabilidad a sus fuerzas, i que por consiguiente imprima una actividad habitual i conveniente al ejer-< cirio de sus funciones. El alimento mas utíl para esta clase de personas es el sustancioso i líjero, tomado en corta cantidad i muchas veses al dia. La leche i el buen pan siempre que no haya algo que lo contraindique, es su mejor ali- mento. Las sustancias vejetales particularmente las que son flatulentas, ao les convienen. Para esto se tendrá presente !o dicho antes, hablando del pan i la leche. Los antiguos habitantes del oriente cuando sus reyts estaban decrépitos, los hacían acostarse con jo- venes bellas, i por esto, fue que David se acostó con la Sunautiitis, Bijo este supuesto una lijera ecsitasion de los deseos venéreos es útil á los débiles I á los vie- jos, pero se cuidara de que no se satisfaga, pues lo primero activa las fuerzas del principio vital, i lo segun- do las agota. Las personas débiles i enfermas deben abstenerse de las sustancias grasas i viscos s i de las que se ha dicho en <>Ma obra son indijcstas. Harán ejercicio proporción do a sus fuerzas. Para restabíecerlas i mantener constantemente su equilibrio, se usara de la frecuente alternativa de baños tibios i frios; por el ejercicio a caballo i en coche; por las friegas con bayetas saumadas con succino ó incienso, i por el uso de la quina i los amargos tomados en diferentes intervalos. Las personas delicadas, dice Celso, entre las que cuenta a casi todos los habitantes de las ciuda- des, i las jentes de letras, deben, si dijieren bien,le- vantarse temprano, i permanecer mas tiempo en lacama las que dijieren mal, quienes no harán ningún jénero de ejercicio antes del desayuno. Siempre que tengan eructos queno estén acompañados de dolor de estomago tomaran un vaso de agua fria i permanecerán en reposo. E-¡ vitaran el sol del medio dia, el frió de la mañana i la tarde, i los vapores de los lagos. Al despertar se permanecerá en la cama i en seguida sino es tiern- V .3S6 po de invierno, se juagara la boca Con agua fría. F.n esta . estación si es necesario trabajar por la noche se hará después de hecha la dijestion. En los trabajos del dia se procurará descansar algún tanto, (a) El e- jerclcio precederá al tiempo de comer, i lo hará mas corto el que dijiere bien i trabaja poro. La lectura en alta voz, el juego de pelota 6 raquele les son muí provechosos. El paseo se liara por sitios quebra- dos á menos que baya mucha debilidad, i se procurará hacer pOr el camino mas recto, pues perjudica por el que tiene muchas vueltas. Cuando haya un' audor líjero ó un cansancio sin fatiga cesara el ejercicio. En los alimentos i bebidas guardaran las reglas del réji- men en jeneral. §. 3. o Del réjimen en hs diversos climas i estaciones. El réjimen debe variar según los paises i esta- ciones. El nutrimento animal conviene en los lugares situados al Norte i en las estaciones frías. El uso de los vejetales conviene á* los habitantes de paises calidos i en las estaciones calientes. En los climas i tiempos templados se observara un réjimen misto, usándose de viandas, legumbres i frutos: está variedad de réjimen lo indica la naturaleza por los diversos apetitos que exila en los hombres según la temperatura, climas i estaciones. En las estaciones frías i húmedas como en el in- vierno, se comerán sustancias calidas i secas, como el marrano, la carne salada, las fritadas i los condimen- tos exitantes. Los que toman vino lo beberán sin més- ela de agua. Comiéndose mas en el invierno es pre- ciso que en esta estación se enjendre la plétora i en la primavera que sigue, por sus calores, se enjendran las enfermedades catarrales é inflamatorias. Estas en- fermedades se evitan en los pletoricos, si ellos se su- (a) Las méditasiones. no pasarán de dos heras. 387; jetan a una cuaresma al fin del invierno i al princi- pio de la primavera. Esta institución prescrita como un acto de relijion por la Iglesia Romana, es mui útil según Tourtelle bajo «nuchos aspectos. La primavera es una estación calida i húmeda,' i favorece la producción de sangre en los animales. Para conservar un justo equilibrio en el sistema i e- vitar las enfermedades del ecseso de sangre, se dis-< ininuira el alimento animal, i se aumentara el veje- tal, se beberá menos vino i los plectoricos no toma- ran condimentos fuertes. El réjimen indicado arriba para evitar las enfer-* medadcs inflamatorias, lo usaran.los sanguíneos, ha- ciendo poco ejercicio, no pasando de temperatura cabda a la fria, i no quitándose tan pronto tos ves- tidos de invierno. La estación calida i seca como el estio exije un alimento líjero i de fácil dijestíon, tomado por lo regular del reino vejeta)» Las carnes de animales jóvenes, las viandas blancas i las frutas se usaran con frecuencia. El vioq»se tomará con mo- deración i mesclado con agua fresca. En esta estación se abstendrán de los alimentos que he puesto en la clase de los duros i compactos, i no se harán ejerci- cios violentos. Los baños i helados son útiles en este tiempo. No se abusara en comer frutas, las que se buscarán en sason. Los convalecientes de diseoteriar i calenturas intermitentes, no las usaran porque de- bilitan por su virtud atónica i sedativa. La jente sana no usara las frutas por la misma razón en los lugares pantanosos. En las estaciones anómalas notadas de cambios intempestivos de la admosfera se usará de un réjimen tónico i fortificante, particularmente si domina el frío i sequedad. Por tanto se usarán muchas viandas i vi- so puro. La primera anomalía del invierno es cuando es seco, frío i con viento norte. Entonces se usarán alimentos da'ces, humectantes i tomados de los ve- jetales; se beberá (¡no aguado; se usarán vestidos que resistan al frío; se Wa ejercicio moderado; se evitara 388 el sueño demasiado largo i la bebida fría cuando eslá el cuerpo caloroso. La dieta que se observara en la estación llu- viosa en que haya viento sud, es la suculenta i tó- nica; por tanto se usara de condimentos, se beberá mas vino, se tomará cafe, se hará mucho ejercicio \ .se. nara us.° ^e tas ^egas, * de los vestidos calidos é idio-electricos, i se tomaran purgantes sí hai se- ñales de saburra en las primeras vías. §. 4.° Del réjimen de las constituciones i edades. El réjimen vejetal conviene jeneralmente á los sanguíneos i biliosos, que usarán con moderación las viandas. No obstante los sanguineos estando bien cons- tituidos deben variar incesantemente de réjimen. Los pletoricos tomarán alimentos poco nutritivos i bebidas refrescantes. Su ejercicio sera moderado i arreglado á las estaciones. Se abstendrán del cafe, i los lico- res los tomarán aguados, prefiriendo el uso de las cervezas. Las frutas, yervas potajeras i el condimento de vinagre i caldo de limón les convienen mucho. El mismo método usarán los biliosos prefiriendo la agua para su bebida, por su virtud antiespasmodica. Su ejercicio sera moderado i su sueño prolongado. Los melancólicos evitarán el uso de alimentos groseros i viscosos, i de las sustancias que he descrito como flatulentas. El buen pan, Jas viandas blancas, tomo el cordero i pollo; las yerbas potajeras i los frutos, los vinos lijeros i la cerveza, son los alimentos i bebidas que les convienen. Las cremas de arros i sebada les aprovechan, porque provocan el sueño. Las viandas negras, las carnes saladas, la leche i queso les perjudican. A este réjimen agregaran lijeros ejercicios -I aire libre, i en admosfera templada i húmeda, e- vitan<'o la disipación i ociosidad eesesiva. El réjimen que conviene á los sanguineos i ni- vosos no conviene á los pituitosos, cuyo nutrimento 389 consistirá en viandas abundantes en gluten, como la carne de buei, cordero etc. Usaran de los condimentos, de Jos vinos viejos i Jijeros, del cafe i licores fuer- tes tomados con moderación. Su ejercicio sera fre- cuente i en aire seco i calido, pues este temperamento es hijo de la ociosidad, i el trabajo lo hace desapa- recer. Por esto Jos pituitosos dormirán poco, i los a- dultos de este temperamento vivirán el tiempo posible en paises montañosos espuestos al Norte ó al Este. Los que tengan la constitución pituitosa— atrabiliaria i atrabiliario-' pituitosa, usarán del réjimen misto; i prevalecerá la dieta animal á la vejetal, según el hu- mor que domine. El réjimen de las diferentes edades tendrá por base el de las constituciones i estaciones que les son análogas para lo que se consultaran los capítulos que tratan de estas materias. No obstante aunque alia se ha dicho que Jos niños son pituitosos, usaran de pocas viandas, i tomarán raises i legumbres, i debia pro- hibírseles el uso de los licores hasta los dies i ocho a- ños. Los jóvenes deben huir de la ociosidad i no per- manecer mucho en la cama que nunca la usaran mui blanda. Las compañías sospechosas, las obras licen- ciosas, los placeres del amor los evitaran lo mismo que lodo aquello que pueda depravar las costumbres i apagar el fuego de la vida. Ninguna cosa hai mas abandonada en el dia que las buenas costumbres, en las» que debe velarse, ya en razón de la utilidad pu- bl ¡ca i prosperidad de la nación, i ya en razón de la salud que es el beneficio mas precioso de la natu- raleza. En cuaolo al réjimen que debe rejír en las otras edades, basta observar las reglas jenerales dadas hasta aqui, atendiendo al clima, temperamento etc. Res- ta pues dar algunos preceptos para dulcificar el ultimo periodo de la existencia, qUe es la fria vejez. Se po- dría remontar á la primera época de ella en el tiem- po en que comiensa la edad de la consistencia. La vejez, ó infierno de las mujeres, aparece mas temprano en la ü-ujer, aunque en ella sigue con pasos lentos, Scj0 Se pueden distinguir dos periodos en la vejez: la vejez fresca que comiensa entre los cuarenta i cinco i cincuenta años, i la vejez decrepita que se manifiesta claramente á Jos setenta años; En la primera se evitaran los licores fuertes los con- dimentos estimulantes, el ejercicio violento i lo que pueda exitar pasiones vivas. Se comerá menos, i los alimentos serán los lijeros, tiernos i de poco gluten, como el buen pan i ios vejetales muí nutritivos. El vino llamado leche de los viejos les conviene mucho, Eero no sera mui añejo i se tomara con moderación. os baños tivíos se han recomendado desde la mas remota antigüedad, como lo comprueba Néstor en Homero. A proporción que se abanza en la vejez se ten- drá una vida sobria i temperante. Se montara á ca- ballo i se andará en coche, usándose de las camisolas de lana i las friegas. Solo por graves causas se cxí- \ taran grandes evacuaciones, i asi la sangria, el pur- gante i sudorífico, se usarán con cautela. La vejez decrepita debe ser considerada como una enfermedad cuya crisis es la muerte. A pesar de ^1 todas las precauciones, una dulce i apacible muerte*'. viene bien pronto a librar al hombre de una carga'JH pesada, terminando con ella sus males i miseria. Nan|| obstante debe seguirse el método anterior en cuanto al réjimen, i á el debe agregarse el disminuir la can* ■< tidad de alimentos aumentando el número de veces que se tome, i escojiendo el mas fortificante. Los , baños ya no se usarán. El amor de la vida tan natural al hombre le ' ha hecho imajinar distintos métodos para prolongarla mas alia del termino fijado por el autor de la natu- raleza. En esto se han ocupado muchos orgullosos inventando tinturas i elixires para dilatar quisa hasta la consumación de los siglos, la vida de sus proce- litos. La muerte prétoaiura de estos ridiculos charla- tanes, es la única critica que ridiculiza sus ¡nvencía-, nes. El hombre nació mortal, i el único medio co- nocido que. tiene para prolongar su existencia, es la ■3$! sobriedad i la templanza, cualquiera otro debe ser min rádo con el mas alto desprecio. §. 5. o Del réjimen del sexo. Las mujeres, se ha dicho antes, tienen una cons^ tilucion muí análoga á la de la Infancia. Para evitar las afecciones nerviosas á las que están espueslas por su constitución, el réjimen de las mujeres con corta diferencia sera como el de Jos niños, i por consiguiente ellas no usarán los condimentos fuertes, el cafe, li- cores etc. Sus alimentos serán de fácil dijestion, i se limitarán á las viandas blancas i á los vejetales. Se sujetarán á reglas dietéticas relativas á su temperamento, edad, clima, ect. De las otras precauciones que deben tomar se hablará mas adelante, CAPITULO i. * De la educación de los niños. En la infancia es la época en que^ se echan los fundamentos de una buena educación. Podría mirarse este periodo dice Hufeland como la continuación de la jeneracion. El niño no viene mas que medio for- mado al mundo. En los primeros años de su existencia se perfeccionan los órganos de su sensibilidad, i tie- nen su progreso la respiración i movimiento volunta- rio, los dientes, huesos etc. Las demás partes toman su correspondiente forma i conteslura. Los males que hacen infelis la existencia del hombre en fo futuro, penden unosdfe vicios de los padres, i otros que son los mas, de lw vicios de la educación. Por las dichas causas dejenera el niño prontamente, quedando débil i enfermiso para toda su vida, si no mucre en el prin- cipio de ella. La naturaleza ha confiado a las mujeres los primeros cuidados en la educación del hombre, cuidados que son respecto de la madre una obligación 392 sagrada, de la que no puede eximirse sin harerse cri- minal, pues de la infracción de esta lei depende con especialidad la suerte infelis ó desgraciada de los niños. Si Tourtelle se quejaba» que en jeneral la educación europea no tendia sino a degradar al hombre tanto en lo físico como en lo moral, ¿ que hubiera dicho de la educación americana? Si la de los hombres ha estado entre nosotros mui descuidada, es preciso confesar, que la de las mujeres ha estado en el ultimo abandono. De ellas penden las costumbres, Jas pasiones, los gustos, los placeres i la felicidad de los hombres. Educar a los hombres, dice Roseau, í cuidar de ellos cuando son jóvenes; aconsejarles, consolarles i hacer la vida dulce i agradable cuando son grandes, son los deberes délas mujeres. Como «pues se quiere que ellas llenen un tan sublime destino, sin darles una educación, i tal que « umplan con perfección un encargo de tanta I importancia. La felicidad de una República pende de la educación que hayan recibido las mujeres, por lo 3 que se ha espucsto antes. Toca pues al gobierno pro- tejer los establecimientos públicos destinados a este objeto. ' Desde la época de la concepción comienzan los deberes maternales. Desde el instante en que una I mujer se sospecha embarazada, debe para conservarse \ a si misma i no esponer el fruto de la concepción, moderar sus deseos i pasiones, hacer un ejercicio con- forme á sus fuerzas i ponerse á un réjimen que cor- responda á su estado, edad, constitución etc. Esto puede reducirse á los siguientes preceptos: i.° vivir en un aire puro i templado i que no sea húmedo, ni eité cargado de exalacíones fétidas: a.° comer sobriamente i alimentos de fácil dijestion, evitando los mui duros i salados: 3. ° beber poco vino i casi siftnpre aguado, absteniéndose de licores i tomando rara^es cafe, pues su uso inmoderado ha causado abortos: 4«° pasearse á pie moderadamente i evitar en lo posible andar á caballo, en coche i bailar largo tiempo: 5. ° no tras- nochar i dormir mas que cuando no estaban emba- rasadas: para conservar la tranquilidad de su espíritu 393 fíales de estar vivo. El objeto cen <¡ue se dan los jarates es para purgar con el primero, lo que lo hace la naturaleza con Jos calos'ros; ó para impedir con el segundo, el mal de siete dias, que evitarán no esponiendo al niño a la acción de las ojusas que lo producen. Pero el argumento mas po- deroso para combatir esta preocupacíoh, es que las indias i la jente pobre no usa de estos medios i su¿ hijos conservan robustes i salud superior á la que dia- ti ulan los niños de la jente de comodidad que viven en Ux; lugares en que hai boticas. En el raso ni que no evacué el meconio el recién nacido,se le dará aguamiel mas bien que esas drogas repugnantes, i esos brebajes que recetan lo* insensatos charlatanes que quieren mandara la naturaleza «'.tetándola leyes. A ninguno de los siete hijos que tengo les he dado esas drogas que aumentan la ganancia en las boticas i sin cesar lo he aconsejado á otros que siguen igual constumbre. Tan bien /ebe tenerse cuidado con las amas que les »¡.m a los niños para que duerman i no las molesten, los j ira ves de amapola blanca, de meconio etc. Eslo.s n:c.., f.uc¿ 'ev.'.ozzzs la. t-n:!,.; co. pro¿u;c dolor. La u«» % jt; su llanto 'suele ser alguna otra cosa que le incomoda, • Se ha introducido la costumbre de ¿ar papillas ó mazmorras de harina, á*h» niños. Este alimentólos ínsita a tomar mas canti4^pe la que necesitan, de lo que resulta el que engordan demasiado, que se crae ser señal de buena salud, i tales niños están espues- tos a padecer afecciones espasmodicas í convulsivas i catarros sofocantes. Esta es una de las principales cau- sas porque mueren tantos hijos de la jente pobre, que los deja en sus diosas entregados a personas que los alimentan con masamorra i con chicha. No es pues la causa de nuestra despoblación la f.lta de poblado- res, sino la miseria de los actuales, que llenen que abandonar sus hijos por ir a buscar un miserable sus- tento que dé a los pechos de la ínfelis madre una corta cantidad de leche. Tampoco es estraño entre nosotros ver a las infelises mujeres bajar a las cinco de la tarde de un motite con un gran Icrcio de leña en sus espaldas, i en sus brazos a su dasgraciado hijo, que ha sufrido la h unbre i el frío de los paramos, mientras que su ínfelis madre derrivaba los arboles. Para evitar estos peligros, i quisa por angloma- nia se da a los niños en ¡upar de papillas, carne, vino, cerveza ó chicha, pues dicen que son fortificantes.. Este es un error, pues el alimento de los niños debe ser elavorado i unido a su naturaleza por otro cuer- po viviente. Ademas que siendo el niño en estreñí* irritable i sensible, de mido que un estimulante que ape- na* obraría sobre un hombre ya hecho, produce en et la fiebre, ó espasmos i convulsiones. Lo mis- .no debe decirse dei uso del cafe i especias(a). (a) Por estos versos se ve lo ineficaz de¡' café para /os itíiios. • Presentad el café, licor amargo, Une á bt azúcar meloso siempre unido Disipa prontamente ¿os vapores De ¡a comida, i del ardiente vino (Jan ..■/ café -e logra ver serenos « ' L. .: ./;■ ./ givr. évnvite !'.s sent/Joa* 39& Pasados los seis meses primeros se lt dará al niho alimento de mas sustancia, comenzando por darle dat veses al dia un poco de sana hecha con caldo de» la olla. Se le comensara aflpr carne cuando se le des- teté i que tenga ya sus dientes. Aqui debo advertir que es una observación constante que los niños que están acostumbrados á comer temprano mucha carne son robustos, pero al mismo tiempo apasionados, vio- lentos i brutales. Con semejante jenio es imposible que un hombre pueda formar su felicidad, ni pueda hacer la de las personas qué viven con el. No obs- tante h les puede dar carne a los niños débiles i que no han mamado la leche de su madre, í que por otra parte están atormentados de vinagreras. En ton cea la carne es un medicamento real que el medico debe prescribir. En el caso en que la madre por alguna enfermedad 6 otra causa no pueda dar de mamar al niño i qu* tampoco pueda ponérsele ama, nos vemos en la triste situación de darb de mamar artificialmente. Aunque este método es algo contrario a la salud i duración del niño se pueden disminuir sus peligros con las si- guientes precauciones: i." es menester en lo posible que la madre dé de mamar al niño por quince dias. Para suplir la leche maternal se escojera con prefe- rencia la leche de cabra ó de burra, que se dará eo Vuelve amable , chánsero, divertido, 'Al pensador geómetra, i alegra Al filósofo tétrico i esquivo. Un ministro de Estado muchas veces Con el café de Moka enardecido 'Felices planes de gobierno forma: El ayuda al astrónomo tranqum }A alzar su vista á la luciente esfera, Id hallar pronto la estrella que ha perdía'o. Al novelista á. veces las intrigas Revela de las cortes: lo que han dicho En secreto los reyes, i si luego Se hará la paz, la guerra, el armisticio. 395) el momento de ordeñarse, sino se puede conseguir el que el niño mame al animal. Si estos dos medios son impracticables, se recurrirá a nna mixtura de leche de vacas i agua en partes iguales, la que tomara tibia, para lo que se calentara la agua que se há de mesclar con la leche, la que nunca se pondrá a la candela porque se agria. Es preciso proporcionar el que si- quiera una vez al dia tome el ruño leche recien ordeñada. Siguiendo este método es necesario antes de los primeros seis meses, dar al niño sopa, masamorras, aagu ó almidón de cualquiera, cosido con mitad de leche i mitad de agua, ó con caldo líjero en que se haya quitado la grasa i con yemas de huevo desleídas. Laes- períencia me ha hecho ver que no es bueno dar en esta edad la turma 6 papas, pues aunque he dicho antes no es nociva, es de difícil dijestion para un estomaga tan delicado todavía, porque contiene mucha mocosidad. 2.n Desde lá tercera semana, un poco mas tem- prano en el verano, i mas tarde en el invierno, harán tomar el aire al niño todos los dias i se continuara asi en adelante, cualquiera que sea la temperatura. Las razones que a esto inducen se han dicho antes hablando del aire i de la luz, i ellas han demostrado que son uno i otro quisa mas indispensables para la conservación de la vida, que la bebida i comida. 3.* Lavaran diariamente al niño con agua fria de pies a cabeza (a) esepto las primeras semanas que lo harán con agua tibia desde el momento en que nace. Se cuidara que la agua sea sacada inmediatamente de la fuente, t^ues esta es mas fortificante, que la que, esta espuesta al aire por mucho tiempo. Se cuidara de enjugar al niño luego que salga del baño, que sera mui corto, el que nunca se le dará recien sacado de la cama, ni cuando esté sudando. 4*" Dos veces a la semana se labara al niño en agua^ tibia, esto es, con el calor de la leche recien ordeñada. Este estilo es tan primoroso i les conviene (a) Se comenzará labando al niño las manos, luego ¡os pies, husta que al fin se labará todo su cuerpo. /f06 'antn a los niños que reúne compUumenk' las condi* rioncs para conservar la salud. En el verano se usara de la agua calentada a los rayos del sol. 5.rt JNo deben tener muí abrigados a los niños, pan lo que se procurará que su habitación no esté muí caliente, i que nojea muí estrecha, ni poco ventilada. La cama de los niños debe de ser de una cosa dura, pues ella da vigor a los órganos, sucediendo lo contrario con Ja blanda,Ta que teniendo los ríñones en un gran calor los dispone a adquirir con el tiempo enfermedades de cálculos í les forma una complexión débil i delicada. Ho por esto debe temerse que los niños no duerman, pues como dice Footaíne, todo es cama para ellos, i entre nomiros es proloquio, para el sueño no hai cama dura. Debe procurarse no echar al niño de espaldas, pues en esta posición el circulo de los humores ae detiene en la cabeza, pecho i vientre. También es útil para que resistan a las vicisitudes de la admosfera el que gasten los mismos vestidos i cama en veíann que en invierno, pero si esto es mui rigoroso se lc« abrigara mas. Es rosa mui útil acostarlos sin fajas, ni mantillas, sino envueltos en sus pañales, los que se. mudaran ruando estén sucios, pues de la limpieza pende la sanidad del niño. 6. ° Los vestidos deben tener amplitud, no embarazar ninguno "de los movimientos, ni estar hechos de tela mui caliente. Serán de algodón en el verano, i de una telilla de lana en el invierno. Deben desterrarse los ajustadores, las fajas, los corbatines i todo cuanto pueda oprimirles. Tendrá la cabeza cubieaV desde el primero al segundo mes, i a proporción que va creciendo el pelo, se le va acostumbrando a que este lo mas de dia sin el gorro ó cofia, de modo que al año tenga la cabeza descubierta. 7. ° Se les mudara la camisa todos los dias, los vestidos todas las semanas 1 las sabanas cada quince dias. En su cuarto se evitaran los malos olores, no se tendrá su ropa susia, ni se secara en él la ropa blanca. El desaseo hace débiles i achacosos a los niños i es la causa mas frecuente que los conduce al sepulcro. 4 ot1 8.° El ejercicio que conviene a los niños es el que se les proporciona en sus amacas ó cunas, i en los brasos d« las que los crian. El primero produce la renovación frecuente del aire, las sacudidas suaves que llevan una acción igual en todas sus víceras, lo que Íproporciona ¡mores ones saludables, i como dice Sese,, es proporciona una sensación suave, continua ¡uniforme; les provoca el sueño, i le* cambia su si luacion inquieta en una situación de inercia i <'e indiferencia. El ejercicio en los brazos de la madreó la nodrisa es mui útil, pero se procurara cambiar de braso para que no se acostumbren á un solo lado, i procurando tener el niño de modo que quede su espalda recostada sobre el pecho de la que Jo lleva.' Toda olra postura les hace contraer, enfermedades ó deformidades. g. ° No se pondrá a andar á los niños antes del noveno ó décimo mes, en cuya época ya tienen fuer- xa en las piernas. El mejor modu de enseñar á andar á un niño es llevándolo de la mano. El uso de los andadores debe desterrarse enteramente, ¡ no se le impedirá al niño gatear, pues este ejercicio no solo les fortifica, sino que les enseña á que usen de los brazos i piernas, tanto que a los seis ü ocho meses ya andan solos. El segundo periodo de la vida del niño se estiende desde la edad de dos años, hasta la de doce ó catorce. Este reclama las siguientes reglas. • i:<* Las reglas dadas con relación al baño, lim- pieza, vestido, aire; etc. son las mismas que en el curco del anterior periodo. 9.rt No será mui rijido, n¡ esmerado el réjimen. Lo que hai de mejor és, dar á los niños un alimento mesclado de carne i vejetales, i habituarlos á alimen- tarse con todo, cuidando por otro lado de no darles de comer mucho de una vez, ni con mucha frecuen- cia. Es bellísima cosa darles á los niños cuatro comidas diarias i á una misma hora. En orden á su bebida, la mejor es la agua fresca, i solo se] les dará vino, cerveza, ó chicha en los paises en que no haya buenas aguas. _ 3.a El movimiento es'un punto esencial, de >|a r4eá educación física. Se les hará p«ar 3 los niños la mayor parle del dia en juegos que les sean útiles. El correr, saltar, etc. es cosa que les inspira la na- turaleza, por lo que convendrá sacarlos al campo, para que lo bagan en aire puro. Debe evitarse el que este ejercicio sea ecsesivo, pues les consume las fuerzas i puede acarrearles graves enfermedades. {.«• No hai necesidad de ejercitar mucKo las Ct- cultades intelectivas. No se debe pensar en ello mien- tras que la naturaleza ocupada en dar progreso á los órganos, necesita de todo su vigor para conseguirlo, lo cual dura hasta Jos siete años, hasta cuya época no deberían ir los niños á la escuela. La aplicación prematura al estudio enerva igualmente las facultades del alma i del cuerpo, i á veces hace que se le abor- resca enteramente. Sin embargo la diversidad jenial i mayor ó menor viveza intelectual, establecen aquí grandes modificaciones. Si el niño manifiesta con tiempo felices disposiciones para el estudio se le mo- derará su zelo, en vez de exitarlo como se acostum- bra, porque una madures precos es una enfermedad casi siempre, ó cuando menos, un estado contrario k la naturaleza, que es preciso mas bien refrenar que fomentar, á no ser que uno quiera formar mas bien de su hijo un prodijio de erudición, que un hombre de sana sa- » Jud capas de vivir muchos años. Por el contrario, po- demos aplicar mas temprano al estudio á un niño en quien la materia sobrepuja al espíritu i se forma mui despacio el pensamiento, porque serán entonces los ejercicios intelectuales el mejor medio de dar pro- greso á esta preciosa facultad. Puesto ya el niño a estudiar, conviene que al principio estudie dos horas, i esta tarea se ira aumentando, hasta estudiar cuatro ó cinco horas distribuidas en el dia i noche, pasan- do lo restante en ejercicio i diversiones, pero se cui- dará de que no tenga mucho apego á ellas. En Ja educación que se da á los niños sucede comunmente, lo que ha dicho Fcnelon, que por una parte se les fastidia i por otra se les proporcionan todos los placeres; siendo asi que los ejercicios del cuerpo ¿ $03 del alma deben mutuamente ayudarse,' sin que ten- gan horas determinadas, sino cuando hai disposiciones para ellos. Los primeros estudios deben tener por objetólas cosas que se presentan d los sentidos, i que fijando la atención, hacen nacer ideas i ejercitan la memoria. La historia natural, la música, la geografía, la arit- mética, i la fisica esperímenlal, deben ocupar á" los niños de diez ó doce años; pasados estos seguirán la cronolojia, la historia, las lenguas i la literatura; en fin después d^ haber seguido la graduación de las ideas i de la edad, se acabará por las ciencias abs- tractas, como las matemáticas, la gramática jeneral, la lejislacion etc. Este es el plan de estudios qua parece mas conforme á la naturaleza. La glotonería es uno de los mayores azotes de la niñes, i es el manantial de muchas enfermedades, por lo que es necesario poner limites á un apetito desordenado, i distribuir los alimentos con una sabia economía. Comunmente los padres son los autores de los males de sus hijos, cediendo con facilidad é induljencia al deseo desordenado que tienen de estar comiendo cada instante. Es mui necesario que los padres i los maestros procuren alejar del corazón de los niños, los tormén* ios secretos que los devoran, producidos muchas ver- ees por las preferencias que observan con sus her* manos ó condiscípulos. La embidia causa en ellos estos males. Entonces es preciso disminuir las cari- cias á los otros i usarlas de un modo igual. El niño es naturalmente tímido, i asi es preciso evitar los malos efectos que produce el miedo, cuya pasión deja malos resultados durante toda la vida.* De- ben pues evitar los padres entregar sus hijos á los criados quienes los entretienen con cuentos absurdos i melancólicos, i se valen muchas veces de objetos que figuran diablos i otros espectros para hacerlos callar cuando lloran. De esto resu'ta que la imajinacion de los niáos exaltada les presenta imajenes espantosas, i se les bace ian habitual el miedo, que no quieren 4°4 permanecer solos por la noche en piezas que estea sin luz, i al menor ruido se espantan, de lo que les vienen convulsiones, palpitacim.cs i muchas veces muer- tes repentinas, Yo he vislo morir una oííij de rínca años, del susto que le causó un viejo con quien se ame- drentaban en ésta ciudad á los niños, la que fue a- tacada de una epilepsia, que le quitó la vida i loa tres días. Es tai la influencia de estas causas sobre el es- píritu de los niños, que les destruye la enerjia de sm alma i los hace débiles i pusilánimes por toda su vida. '**■ Debe prohívírse á los niños la comunicación coi toda clase de jentes. El carácter de ellos depende de las primeras impresiones que reciben en su tierna edad, en Ja que su cerebro está como una blanda cera que admite todas Jas formas que se le da, i las retiene hasta la vejez. Asi es que los • niños sou taciturnos, tristes, alegres, etc. segun las personas de su compañía. Nada es pues mas necesario que pro- curarles el trato 1 comunicación con personas alegres é instruidas que sepan mesclar lo útil con lo agra- dable, para que el jermen %e la instrucción jerniine temprano en su alma. Hai ademas un punto esencial de esta época eu - el que ha-fde comensar á impedirse el que tenga un progreso temprano, la propensión que lleva los sexos el uno hacia el otro. Como este mal es una de las causas que contribuyen mas á abreviar la vida, es una obligación mia el estenderme sobre los medios que deben emplearse para preservar de él á la ju- ventud. E.toi persuadido que la polución voluntaria .se ha hecha un vicio mas común que lo que se pien- sa. Esta es la verdadera llaga que tiene aüijido a nuestro siglo, no siendo la polución voluntaria mas 3ue una resulta saya. Esta dolencia puede existir esde la edad de siete ú ocho años, aun antes que el gusto de los usos'solitarios se haya formado. Parapre- t caveria es necesario dirijir desde la niñes todo el con- junto de la erutación. Los mejoras niedips que pueden eponersc á este a/.ote de la juventud, son los siguientes que no se des- graciarán nunca en manos del que sepa dirijir bien su aso: i.° conviene evitar desde los principios to- do alimento mui exitante i sustancioso: el uso tem- prano de dar a los niños carne, vino i cafe es la rais de la propensión á la polución; también es per- judicial darles por la noche i antes de acostarse hue- vos i alimentos flatulentns: 2. ° se lavará diariamente a los niños con agua fria, se te» .dejará jugar al aire libre, i en los primeros años se les dejará con ro- ones i en caso de ponerles calsones, serán de telas Janeas mui delgadas i que no sean de lana, pues el mucho abrigo en las partes jenitales contribuye mucho á su temprano progreso: 3.° los acostaran en colchones de lana mui delgados, después que hayan jugado mucho, para que vayan cansa.los á" la cama, de donde los levantarán luego que dispierten, pues es mui perjudicial dej'ríos bajo las cobijas en el inter- medio entre el sueño-*! ia vijilia: 4- ° les harán ha- cer algún ejercicio todos los dias á fin de destruir «na parte de las fuerzas, en beneficio de los órganos del movimiento. Es un mal anexo á la educación sedentaria de los pupilajes i conventos en que no se acuerdan mas que breves instantes al recreos 5.* no se ejersitarán mui temprano los afectos, ni eí pensamiento, porque cuanto mas se perfeccionan lo» órganos de estas dos facultades, mas pronto contrae el niño el gusto de los gozos solitarios: 6.° se e- v¡taran escrupulosamente los discursos, Jas lecturas, la> pinturas i acciones que puedan poner en movimiento las ideas consernientes á las relaciones de ambos sexo*, ó á^ lo menos dirijir, la atención de los muchachos hacia sus partes naturales. Vis uecesario apartar de ellas su imajinacion, por todos las medios posible», pero no por el decantado método que se quiere intro- ducir entre nosotros, que consiste, en hacerlos conocer la superior importancia de semejantes parus, espigán- doles los usos i que están destinadas i conversando delante de los muchachos cosas, que solo agradan á U$ lamen con los antiguos, que no debe hablarse de la unión de los sexos á los jóvenes antes que hayan lle- gado á la edad de los diesinueve años. No es me- nester darles á conocer un acto para el que ellos aun carecen de órganos, porque semejantes nociones esti- mularían la aparición de dichos órganos anles del tiempo prescrito por la naturaleza. Se cuidará igual- mente de alejar de ellos las composiciones teatrales, novelas i poesias que tratan de materias exocticas, por lo que no conviene A muchos niños enseñarles temprano la mitolojía: 7. ° se velará escrupulosa- mente que las criadas, ¡cuantas personas estén aliada de los niños, no hagan nacer en ellos la semilla de esta propensión. Muchos muchachos b han adquirido porque las criadas para dormirlos ó aplacarlos cuando lloraban, no conocían mejor medio que el de jugar con sus partes naturales.- Por esto no conviene que los niños duerman juntos. Finalmente cuando esta ad- versa propensión se declara á pesar de estas precau- ciones, se debe examinar por los maestros i padres si depende de alguna enfermedad, pue¿ puede serla resulta, por ejemplo, de las lombrises, de las escrófulas, del estreñimiento de vientre, de un réjimen muí calido ó de una vida sedentaria. En este caso el «dedico disminuyendo la exitabitidad del sistema nervioso, cu- rará al niño. Es necesario en jeneral habituar los niños á una vida dura i activa, que es una prenda de lonjevidad,' pues los que llegan á ella han sido por lo regular ma- rineros, soldados ó jornaleros. Por tanto es preciso habituar á los niños á sufrir algunas privaciones, ha- ciéndoles soportar h hambre, la sed i los ejercicios que los fatiguen. El que lo tuvo todo en la juventud con abundancia, no tiene ya nada que apetecer; le falta el gran móvil de conservar i avivar la fuerza vital, que es la esperanza i espectacion de una mayor dicha en lo venidero. Tales son ¿n jeneral los preceptos consárnientes á la educación de los niños, siendo los únicos que dicta la naturalen i que comprueba la esperiencia, \ * m tos solos que la medicina i sana filosofia Kan dictado en todo tiempo, de cuya observancia podemos esperar que se rejenere la especie humana i que llegue a haber hombres fuertes ¡ vigorosos. Mas por desgracia solo los que han Cultivado los estudios se han ya libertado de las preocupaciones i errrores que hai sobre este punto, pues todos los demás son esclavos de dichos vicias i aun de la costumbre misma. SECCIÓN 4.rt Del movimiento, del reposo, del sueño, i de la vijilia. CAPITULO i, © Del movimiento i del reposo. El hombre dice Petit-Radel, no nació para estar en una continua inmovilidad, como la lapa, el alción i otros zoófitos, que permanecen fijos sobre la roca donde la naturaleza les hizo nacer. Asi es que nada es mas útil a la salud, que el ejercicio, por cuya razón los antiguos hicieron de la gimnástica la base de la educación nacional. Los primeros habitantes de la Grecia persuadidos que la alma adquiere enerjia a proporción que el cuerpo toma vigor, formaron el có- digo de sus costumbres, derivándole de las necesidades del hombre físico. La primera jeneracion les dio ad- ietas, i la segunda grandes hombres. Los romanos siguiendo a los griegos, establecieron en el campo de Marte un gymnacio en donde venían a tomar la fuerza i la sanidad. Mientras que este pueblo ignoró el lujo i la poltronería (a) fué sano, vigoroso, é invencibles (a) El lujo i la poltronería son los hijos censen* tidos de la opulencia, i los autores de la ociosidad i del tedio, el peor de todos nuestros enemigos. El único trabajo de muchos hombres i de muchas mujeres es variar las actitudes de la indolencia; sus noches difieren de los días eolo por la diferencia que hai de una cama á un sufa; ^o8 Julio Cesar ron semejantes ejercicios fue el gucirtrn mas intrépido i el hombre mas robusto, a pesar de su débil i delicada constitución. Esto sin duda hacia decir a Federico el grande, que cuando consideraba la parte fisica del hombre, creya que la naturaleza lo había formado para el estado de postillón, mas que para el de sabio. Para llenar perfectamenie los deseos de la na— turaleza, debe el hombre mantener un cierto equilibrio entre sus facultades físicas i morales. Es imposible que se establesca este, cuando no hacemos sino pensar, cuando permanecemos sentados siempre. Celso na dicho. (Lib. i.°) "La inacción debilita el cuerpo, i ellos olvidan i son olvidados. Cuando ellos pagan «/ tri- buto á la naturaleza, no debía decirse que han muerto sino que han * dejado de respirar. No debemos espantar- nos de esta apatía que se transmite de edad en edad, de padres á hijos, unida á la depravación de costumbres a la cual debe atribuirse la dejeneracion sensible de la especie humaba. En nuestro siglo no solo se encuentran menos viejos, sino que los hombres son menos fuertes i robustos. Yo he comparado los huesos de los antiguos sepulcros con los que se han hallado en los modernos, i puedo decir que parecen huesos de adultos. Esta obser- vación se habí» Jietho en 1689 en el diario de la car* tuja de Grenóble. Igual se hiso con los huesamentas de los antiguos borguíñones muertos en el campo de batalla de Morat. Estas observaciones i la historia comprueban C que el lujo i la molicie enervando los cuerpos i corrompiendo las costumbres han traído la decadencia i caida de los] imperios: estas dos causas han producido las revoluciones 1 la dejeneracion de la especie humana. Augurando pues á nuestra jeneracion futura contra nuestros vicios, i «s— tableciendo desde la infancia los fundamentos de una buena onsútucion, formaremos ciudadanos fuerUs i robustos, » entonces florecerá i prosperara la República. Entonte*** formando el corazón i el espíritu, se dará una dirección uiilT s riguieraa la misma costumbre, i asi es que los primeros »* jactaban de ser los grandes bailadores. Los judíos abusaron del baile dansando delante del becerro da oro; i los griegos convirtieron la escudii del baile, en escuela de vicio i malas costumbres. Los sacerdotes de la lei nueva, para cada festividad (a) inventaron canto i baile con que dar gracias a Dios, i si eremos á ScaÜjero, los obispos se llamaron présales porque presidian el baile. Platón llamaba baile orquestieo al que estaba caracterizado por gracias tiernas un jeito moderado, una actitud del cuerpo majestuosa i pasos mesurados. Este baile se parecería al minué. El pa- lestri:o según él, consislia en movimientos vivos, rá- pidos i undulantes. A este baile creo nue pertenece el minué afundangado, el fandanguitlo, baile ingles\ etc. que rara vez s<- usan ya enlre nosotros. Este baila servia para fortificar los miembros. Los griegos ad- mitían un tercer baile, que consistía en dar brincos i hacer vueltas peligrosas. La contradanza ¡ el bal- se que toma su orijen del bailé de los festines, crea se asemejan al baile cibistico. Los bailes usados entre nosotros son mui útiles a la salud, con tal que no se abuse de ellos, particularmente del balse,en el que sue- len algunos dar una hora de vueltas. Convendría que en nuestros bailes se procurase buscar piesas espacio- sas en que se renovase el aire, i en donde no se permitiera fumar, pues fuera del daño que hace el hu- mo i la respiración, los vestidos se impregnan del olor al tabaco. Convendría igualmente que entre la con tradanza i balse, que es lo único que se baila, se interpolase el minué i el bolero,ea el que él canto hace mas agradable la diversión,lo mismo que el minué (fandango- do,baile ingles, punto i otros bailes que en cada provincia varían, fuera de las ventajas que trae á la salud esta variación de bailes, en ellos se luce el cuerpo, *1 (a) La Ágapa b comida de los cristianos en la ig-',-« era una de ellas. En el concilio de Carta g* ¡t ulotio a 3o,7, por el abuso que se, hizo de ella, 4t3 vestido, el buen oido músico, i la dealresa de Ion bailadores, quitando el fastidio que ecacíona ver bailar toda una noche balse i contradansa, no obstante que la primera tiene la ventaja de bajar las escápulas (vblgo paletas) i traerlas hacia atrás, lo que da mas estension i juego al pecho. E) baile es para las mujeres, lo que el ejercicio dea caballo para los hombres. El es el mejor pre- servativo para l.s malos colores i otras enfermeda- des de la juwntu ';, ocasionadas por «I encierro perpetuo en que viven la» mujeres sin hacer ejercicio alguno. Felismente se van ya desterrando de en're nosotros eaos bailes, romo la jurga, la conga, i oíros semejantes á las danzas llamadas entre tos griegos i romanos, las damas lasiyas, las del himen i las nupciales, que obliga- ron al senado romano i á Domiciano, que no era muí celoso de las buenas costumbres, á desterrar í» los maestros i a los dansaderes. ¡ Ojala desaparescan de entre nosotros algunas figuras de contradanza que o- fenden el pudor de las mujeres, lo mismo que tai canciones eróticas. A estas, á las conversaciones de igual naturaleza, k la lectura de novelas i libros obsenos, k las pinturas lacivas con que ya se adornan las casa», atribuye Pinel los raros males de convulsiones que se sufren en Francia i que tanto se han estendido eu Colombia. En esta ciudad deben agregarse á estas causas, la vida sedentaria, la falta de baños i el nin- gún ejercicio, que tanto contribuye a la propagación del coto, i á Ja elevación preternatural de la barriga. Concluyo aconsejando a los que bailan, lo que de- cía uu padre de la iglesia a Juli.nn, baila no come la impúdica Herodisa que degolló al flautista, sino come David delante de la arca. Las siguientes reglas nos guiaran en todo ejercicio. i.w El ejercicio sera pro- porcionado a lo que se come: a." el mejor ejercicio es el que complace mas i cansa menos, i el que conviene al temperamento, edad i estación: 3." las fuer-as serán la medida del fjereicío, «l que cesara luego que condensa «I sudor i el cansancio: 4»" des- pués d-.'l^ereie'o =e cambeara d* ,retido, no se to— '*»4 mará btltida fria, r.i ;c espondra al aire frió, i se f ir— manecera un rato en quielud. CAPITULO a. o De los trabajos corporales. Et hombre no vació para la ociosidad: la natoraleía en beneficio de él lo dedicó al trabajo. La vida activa r< el mas poderoso antemural de la virtud i la ejfdc de la sanidad. *j indispensable el que el hombre se entregue ai trabajo i al descanso i que se fatigue al niimio tiempo. Los habitantes de los campos todo el dia están ocupados en ejercicios penosos i fatigantes gosando de salud, mientras que el que vive en la ciu- dad, vive enervad.-» en el seno de los placeres. La gota es a la ciudad, dice la Fontaine, lo que la telaraña a los campos. El trabajo hijo de la necesidad, es el pa- dre de.la salud i de la fe'icidad. Los campecinos, en medio de sus fatigas i penas, gosan de la sanidad, de la paz i la inocencia. Aunque los trabajos sostienen i conservan la salud" es preciso que ellos sean proporcionados al estado de fuerzas; por que cuan ío son exeslvos arruinan la salud, i hacen envejecer antes de tiempo. Se pueden distin- guir tres suertes de trabajos. i.° los penosos que po- nen en acción todo el cueipo. 2.0 los que exijen una vida sedentaria i en los que solo se ejercitan algunos miembros. 3.° en fin los trabajos del espíritu. De estes últimos se hab'ara cuando se trate de la influ- encia de lo físico sobre lo moral. Los trabajos fuertes solo los ejercerán los hambres fuertes i robustos. Es- tos no se ejercerán con exe^o, ni largo tiempo si se quiere vivir con salud. Los que los ejercen al aire libre como los agricultores, leñateros, están espuestos al cambio continuo de calor i frío, i por consiguiente a las enfermedades catarrales é inflamatorias, i a las disenterias, reuraatismoPetc. Lo único qué puede a- consejarse es, que los trabajadores para debilitar la acción de estas cauws usen de un réjimen análogo 4'*» a la estación í temperamento, como se ha aconsejado eri el tratado del réjimen. Los que se ocupan en cargar cosas pesadas están es- puestos al vomito de sangre por romperse los vasos del pulmón, a las hernias etc. Lo que puede aconie- jarseles es que no carguen mas de lo que puedan so- portar cómodamente i no traer el peso que debían con- ducir dos ó tres hombres. El pueblo de Chía se ha despoblado desde que los indios han cargado cajones que no podia conducir una bestia, w Los juba jos que exijen mucho consumo de faenas como el Jm carpintero, herrero, exijen que el menestral no traSije mucho liempo de seguido, i que descan- se de cuando en ruando. Los trabajos sedentarios como el de sastre, zapatero etc. son no meno3 per- judiciales a la salud, que contrarios al voto de la na- turaleza. La mayor parte de los que ejercen trabajos sedentarios se habitúan desde la infancia a ellos i se hacen inútiles para la agricultura i la guerra, pues solo tienen vigorosos los miembros con que trabajan. Estos hombres suelen ser jorovados, cascorbos i jieneu un aire débil, llevando en sus miembros la señal de su trabajo. Por esto Rouseau en su Emilio dice, que si el fuera soberano baria que los trabajos de la cos- tura solo se permitieran á los cojos i á otros hombres que están reducidos á trabajar sentados, como las mujeres, que por un orden inverso suelen trabajar en los campos en los trabajos mas penosos que debe e- jercer el hombre. El sexo debe entregarse á las ocu- paciones sedentarias, á las que parece estar especial- mente destinado. Las mujeres tienen mas fondo de alegría, hablan mas, i su parla continuada es un ejer- cicio proporcionado á su estado; tienen menos necesidad de alimentos, no se aniquilan por profundas reflexio- nes, i como hacen alto en los mas pequeños aconte— cimientos de «la sociedad, estos le son bastantes para evitar sus pasiones i mantener la circulación de las fuer/a> (a). (a) En los tiempoi antiguos nadie se avergonzaba del 4l* Sería útil á los que tienen trabajos cedettanos que se ocupasen por algún tiempo en trabajos ton activos. Las afecciones histéricas i melancolías se ob- servan con mas frecuencia en los paites manufacture^ ros, i en las jentes del pueblo. Otra causa contra- ría k la salud de los obreros, es la de que se reúnen muchos en lugares angostos i poco aereados; seria conveniente que se reuniese menos numero i que las oficinas tuviesen buenas ventilaciones. Como los sas- tres sapateros etc. están obligados en su trabajo k do* blar el cuerpo hacia delante, se ha obsewado que .su dijestion i sus pulmones padecen mucbo^Coroo que i Stoll observó que las grandes inflamaciones de ellos se observan en estos obr< ros, como yo he tenido oca- siones de observarlo. La costumbre frecuente de estos artesanos, es salir de sus talleres k las tiendas a beber i jugar, cuando para cambiar de situación debian salir al campo á mudar de aire siquiera por un cuarto de hora, estando esta ciudad rodeada de trabajo de lus manos, £ las mujeres no tenían como un titula de nobleza i de grandeza á la ociosidad i la estupida inacción. La mayor parte de las madamas sen amigas de lo que se llama buena sociedad, que consiste en recibir i pagar visitas de ceremonia, ahogándose con el humo del cigarro. Las antiguas no conocían el histérico, convulsiones i otros males que deben tenerlas señoritas de buen tono, pues una niña por bella que sea, cesa de ser amable si le faltan estos males. Las mujeres después de las atenciones domesticas deben ocuparse en trabajar en el telar, bast'dor i tambor, como lo hacían las anti- guas reinas Helena, Penelope, Calipso i otras de que ha- bla Homero, La mujer fuerte de Salomón manejaba el lino, la lana i et huso. De esto se hallam ejemplos en Tlie- oorito, Terencio, Virjilio i Horacio. En tiempo de Au- gusto subsistían estas costumbres, pues el gmstaba vestidos hechos por su mujer, sus hermanas i sus hijas. Estas obras, como que necesitan pocas fuerzas, deben dejarse pora las mujeres que en algunas de nuestras provincias comen del uso i del telar, sin tener convulsiones. w los hermosos paseos de san Victorino, Focha, san Diego i Agua nHeva. Entonces no veríamos morir tanto joven en el hospital de san Juan de Dios, 6 andar por las calles sin poder ejercer su oficio á los 3o anos, por no cambiar de aire, por él exeso en el uso de la chicha, aji i aguardiente, pues los alimentos de que hace uso nuestro pueblo, son en jeneral de fácil (üjestiom De los qiif ir b^jan al fuego están espurios k él ¡ á los miasm s fle'eiereos, los destiladores, los fundidores -i que ia.'e'«n t.mblnres, rtumUismos, asma i consnncb n. Los indio-, eficaces para evitar estos n*"»,*,s «c' • i.c Kl qr r espi- rar el polvo de la harina, están espuestas á asmas. Conviene pues primer'», que los hornos estén en piezas es que no vengan grandes corrientes de aire: a. ° que no salgan de ellas hasta que se refresquen,' ni tomen bebidas frías: 3.° que se pongan en la ca- ra las que están ¿1 sernidor, un pañuelo de tela ¡gyal á lá déla manga del s-midor, para impedir la entrada de la harina a los pulmones: 4. ° o nunca he visto padecer á los que fahrican la chichi. A los aintoreros se les evitaran los males que ]<í:í c.cjsionsn las exalariones de los tintes, ron tal ^pie procuren no arriuar mucho la cara, cerca de las v/iijiá tn que tnb.-.jan. Los que trabajan en las caleras, para evitar la a:ma, el temblor i tisis que les acomete, procuraran no esponerse al aire ¡mvediaiamente después de estar ^l c:Ufr, procurando no permanerer l-rgo tiempo, sin recibir aire nueve, con la precaución va dicha. Igua- la precauciones tomarán los que trabajan en la* pre- paración del yezo i la sal, quienes mueren mui tarnprana ee '^is i asma. Lo¿ tai-i 'z\ o* i escultor??, respiran £'!"', '■uando e; raso lo exije, pero se pondrán botines ó .•»ipai-g->t«\<. or«.erando tener un capote de alguna tela encauchaU, qne les cubra desde la nuca hasta la cintura. Los estufistas que tienen baños públicos, están espuestos á la as'icria, i para evitar este mal saldrán de h estufi luego que sientan*opretion al pecho: i ú están acometidos de mal tan terribfe, usarán de ío« medios ya -aconsejados. Los cantores, los que tocan instrumentos de viento i los escribanos, sufren h hemoptisis, por la ruptura de Ioj v*sos del pulmón. En el momento deben aban'»- uar su prof-s¡on "> ser al fin victinta de elia. CAPITULO. 3.3 I ir' sueño i la si/i! la. La vijilia comiste e i el ejercicio le '.<->; seritn".«¿ i de los movimientos libres. El sueño, aquella ¡nier rupcion momentánea en la comunicación d«* los senti- dos, con l«s objetos esteriores, puede definirse, el si- lencio de to« organ.n. gar á diferentes males. Las excreciones exesivas, son efecto de una de- terminación visiosamente aumentada de las fuerzas hacia los órgano-, pero frecuentemente son el produc- to de una materia morbi6ea. La sangre (que según Bordeu es una carne liquida) es un humor anima) necesario á la vida, producido por la elavoracion del quilo, que adquiere sus cuali- dades vivificantes en el acto de la respiración, que pe-i cetra en todos los órganos por medio de la circula- ñon. i que distribuye los principios nutritivos á todos fcS los tejidos orgánicos.* La sangre es el conductor del calor anim.il í la fuente fecunda de las secreciones i exalaci.nes. Su color en las venas es de un rojo ne- gro, I tie rolcr de purpura en las arterias, (a) es .viscosa i su temperatura varia entre los aq, i 3a gra- dos del, termómetro de Reamur, siendo su pesantes especifica de i,i>53£á 1,12 ; dejándola en quietud se separará en dos partes, que son el suero i el coagulo. Por medio de la agua se divide en fibrina i en ma- teria colorante, la que esta compuesta de albúmina, gelatina, f«>sf*io de fierro con exeso de oxido, de ¿osa 1 algunas sustancias salinas. (Véanse las notas de las pajunas i£ i i5). La saliva es un humor secretado por las glán- dulas salivres que con ios alimentos les hace sufrir un grado de elaboración que les prepara para la di- I'estion estomacal. La saliva esta compuesta de al- mmina, de muríate de sosa, i de los fosfatos de sosa, de cal i de amoníaco. «El salivar con frecuen- cia daña la dijestion i la hace dificil i penosa; la animalisacion i asimilación se hacen mal; los aumen- tos mal dijeridos no reparan las fuerzas: de aqui las indijesliincs, cólicos, r.acochimia, caquexia, etc. El moro de las naricez ¡ el de los bronquios Be componen de gelatina, agua, sosa, i fosfatas de cal i de sosa. Los otros humores que tapisan las tripas, la vejiga etc. parecen ser de la misma na- turaleza. Eslos fluí ios mucosos abundan en las per- sonas pituitosas que los arrojan ron frecuencia por la hora i naris, por lo que es preciso favorecer en ellas estas exenciones. No obstante deben usar uu réjimen seco i tónico, en que entre el vino, el ejer- cicio etc." Suele aconsejarse el uso del tabaco, pero tiene sus inconvenientes i peligros. Yo m« esliendo en esta materia que tan de paso toca Tourtelle, ya porque el tabaco es una planta americana, ¡ya porque. quisiera que entre nosotros se estableciera la vljilan- (a) Debe eceptuarse ¡a que circula por las arterias i venas pulmonares, '4*9 cía antigua para que los niños no lo fumaran, í se dejase este virio para aquella edad en que la reflec- cion puede influir en no usar del tabaco, que en mi concepto es una de las causas de tantas enferme- dades, particularmente de nervios que se esperimen- lan de veinte años á esta parte, en que no solamente no hai persona que no fume, sino que casi no hai hora del dia en que el cigarro no se tenga eu la boca. El tabaco nicocciana, fue llevado á l'í.Mna por el hermítiño español, Román Pane, cien .uios antes que lo diese a conocer en Francia, Juan Nicot, pues á Inglaterra lo hal>h llevado ánleriormenle <*l almi- rante ingles Francisco Drak, conquistador de Virjinia. La palabra tabaco pertenece á la lengua de iiaití ó de santn Domingo. Esta planta se llama yelt en Mé- jico, sayri en el Perú, i petum b petim en el Brasil i Florida. Nada prueba mejor la estravagancia de las cosas humanas qne la historia del tabaco. Una yerva igno- rada «del inun lo entero, ¡ soto conocida de algunos salvajes de la America, luego que se llevo á Europa en el -momento cambió las costumbres i hábitos de e.Nta parle del globo; ella crío un nuevo placer, ua menester de primer.i necesidad para un gran numero de sus habitantes. Los gobiernos hábiles en aumentar s:is recursos, han fundado sobre este frajil vejetal una de sus rentas mas productivas, i el universo se halla tributario de una yerba acre, susia i hediundi. Por un cálculo aproximativo se dice que en Francia alcansa íi ciento veint** millones el comercio del taó. co, del cual saca el gobierno mas de treinta millones de de- rechos, usando del tabaco apenas una cuarta parte de la población. En Europa el artesano gasta casi una quinta parte de su jornal en esta superfluidad. En- tre nosotros el que menos gasta es un cuartillo, en lábaros o cigarros, ¡ bis productos deberían ser in- mensos para nuestro Erario (a) pues quiza no hai una (a) No me ha sido posible, saberlos, aunque he lachs dilijencias. 43 o cuarta parte de la población que no lo fume, siendo mui pocos los que usan el polvo, los, mas por imitar á los europeos, entre quienes el uso del tabaco es un signo de distinguida educación ó de gran caudal. La naturaleza para propagar el tabaco ha hecho que sus semillas sean mui numerosas, en términos que cada mata según el cálculo de Linneo contiene 4o,3ao granos que son los que se siembran. El modo con que se hace el plantío en Virjinia í Matyland (a) país natal del tabaco es el siguiente. En Ja primavera se hacen los «dmasigos, en tierra bien abonada procu- rando librar el tabaco del frió, pues esta planta exije nn terreno caliente, fértil i que contenga. bastante arena. En los terrenos virjenes i húmedos se observa que crece con mucho vigor. El tiempo para tras- plantarlo és cuando ya está formada la cuarta hoja i comiensa la quinta á desembolverse. Se aprovechan para esta operación de la primera lluvia, i la verifi- can en terreno en forma de surcos preparados con el asadon. Los plantíos bechos en lugar situado al medio dia, ó en faldas de terrenos en que no soplan vientos de Norte ó Nordeste, son los que dan mejor tabaco. Al mes de trasplantado el tabaco tiene la ah tura de uu pie ó pie i medio. Si adquiere con su- ma celeridad esta altura, se descogolla para que las hojas se impregnen mejor de los jugos. Para esto quitan todas las hojas cercanas á la tierra, i solo les dejan á las matas diez 6 doce hojas. Tienen cuidado de escardar el terreno i de arrancar los renuevos 6 hijos del tabaco que salen áA tronco ó del pie. A los tres meses de la trasplantación tienen cinco pies 6 mas de altura. Entonces se vuelven á descogollar. A poco tiempo las hojas que tienen un verde claro i amarillento, adquieren un verde mui subido con (a) En junio, julio i agosto el calor de Virjinia es ordinariamente de 3o grados del termómetro de Reamur. Esta provincia está entre los 36 i ^o grados de latitud septentrional. En su parte occidental cerca de las minia-. ñas de Alléghanys se da el mejor tabaco, '431 algunas pintas amarillas sobre los pcsones i comien- zan i arrugarse, poniéndose mas ásperas al tacto, por cuyos signos se conoce que el tabaco esta maduro. Se cortan las plantas algunos dedos distantes de la tierra á proporción que ellas maduran dejándolas vuel- tas al sol todo el dia, lo que hace que se vayan mar- chitando. P<>r la noche se hacen pilas ó montones. Si aun conservan humedad, se les pone al dia siguiente al sol, i después se les coloca en ramadas ó techados construidos de modo que dentre el aire i no la llu- via. En seguida se cuelgan separadamente i se les deja secar por cinco semanas. Si el tiempo es mui frío las serán á la candela. El tabaco de Maryland que sirve para la pipa ó churumbela se seca de este modo por lo que se pone mui amarillo i tiene mas valor. Se saca el tabaco de las ramadas en tiempo húmedo, pues en el seco se volvería polvo. Se colocan las ho- jas en zarzos formando con ellas montones, dejándolas de este modo una ó dos semanas, según su cualidad i según la estación. Se cuida de rejistrarlas con fre- cuencia para cambiar las ojas en aquellos lugares en que se nota mas el calor, para impedir una combustión, ó que se pudra el tabaco por la mucha fermentación. Los negros adquieren tal practica en esta manipulación, que les hasta poner una mano sobre un montón de tal).-co para distinguir el grado de calor que le con- viene. En Cundinamarca se hace el plantío en todas las provincias, pero las factorías de Ambalema i Jirón, son las que dan cosechas mas «abundantes, i tabaco mui esquisito. El de Jirón i Guataqui es muí esti- mado entre nosotros. Se ine ha asegurado que mr. D, Esw euar ha llevado á Francia el de Guaduas, i que ha sido mui estimado. He visto los plantíos de tabaco de Jirón i Cucuta. (a) En estos lugares cuan- do tiene la magnitud de dos pulgadas, se trasplanta (a) En junio i julio observe que en Jirón subió el termómetro de Rcamur, por la mañana hasta 8o grados i á las 6 de la tarde ¿83. En diciembre subirá mu~¡ 4^2 en hikr.i? distando una mala de otra una vara. Loi cultivadores tienen el diario trabajo de quitarle ai tabaco un gusano del color de la hoja, i de lonjitud de media pulgada. IL^te Insecto roe la hoja I seca Ja planta. Se observa trmblen quitar los retoños i cortar la planta cuando liene la altura de do» varas i media, que es cuando está en sazón. Entonces se recojen las ojas i se ensartan en un cordel por su pesiólo i se colocan en los alares de las casas en que no les da el sol. Después de bien seco el tabaco, se deja una noche al sereno, 6 se rosea con ambir (a) i guarapo, hasta que este bien mojado/ luego se abre, se estienden las hojas unas sobre otras i se ponen bajo una prensa que tenga mucho peso. Se deja en las pilas por ocbo ó mas dias, según las observaciones de los manipuladores, i cuando se saca de ellas, se pesa libra por libra. Hecho esto, las ojas se colocan con igualdad i después se les da una figura cilindri- ca para formar tangos ó manojos (e) que se envuelben cho mas, supuesto á que sus habitautss dicen no pueden soportar el calor, (a) El ambir 6 amir es el estracto del tabaco cuya» ojas se ponen á cocer en agua hasta que toman una con-' sistencia mayor que la de la miel. En las cercanías de Merída i en la proviincia de Borinas, usan del rliimoó i moó que es una convinacion del ambir con el iirab, que guardan en cajas como las de polvo, sacando el chimó mr una cuchariia ó fon el di do para untarse entre los dientes, quienes conservan mucho tiempo esta asquerosa preparación. El urab según los señores Rivero i Boussin- gault, contiene acido carbónico, sosa, agua i materias estrañás. Entre los atractivos con qne sin duda se hace recomendable el sexo en Merída i Barinas, debe contarse el de tener una dentadura negra i susia, (e) En Caracas le dan la figura de salchichones del-* gados i forman manojos del peso de dos arrobas. Este tabaco se llama cura negra. El cura seca se compe^ 433 con una cinta de vijao que se aprieta mucho. Hechos los tangos se colocan en almacenes para curarlos durante un tiempo indeterminado. Los obreros que se ocupan en trabajar el tabaco están ordinariamente estenuados, amarillos i padecen asma, cólicos, vómitos, estornudos, sefalico, esputo de sangre, temblores i borracheras. Ramazini aconseja «á estos usen del mismo instrumento que aconseja para los molineros i que se laven con frecuencia la cara con agua, i la boca con vinagre, que beban oxicrato, orchata, agua de malvas i demás bebidas emolientes. Finalmente les aconseja el vomitorio, para que arrojea el tabaco qae toman. Las ojas del tabaco latifolia, contienen i. ° mu- cha albúmina: a, ° una, materia roja poco conocida: 3. ° un principio acre volátil, sin color i muí soluble con el alchool al que debe su cualidad venenosa: 4* ° una reciña verde: 5. ° una parte leñosa: 6.° acido acético, matate, acido de cal 6 oxalale i fosfato de cal, nitrate, 6 hídrocblorate de potasa, hidrochlorate de amoniaco, i oxido de fierro i de cilice. (Vauquelin) Yo no pretendo condenar absolutamente el uso del tabaco (t) que puede ser útil á los pituitosos i en ne de longaniza mes grueza i su color es blanquecino; Siendo el cura seca mui útil para los tintes, se esporta mucho para Holanda. Casi todo el cura negra se con- sume en Venezuela, en Jirón, Popayan i Llanos de Casa- nare: se hacen longanizas mui delgadas da tabaco i con ellas fabrican en Popayan figuras humanas i de animales hechos con suma perfección. El tabaco de la Gfita es el mas apreciado de todo el de Vcmzuela. Su color es mui nefro, sus ojas son muí anchas, i su duración es mucha, pues no lo ataca u> polilla. Las mismas cuali- dades tiene el tabaco de Jtron llamado de primera, por ier de la primera cosecha. (t) Amur.it emperador de los turcos, el gran duque d- ¡Moscovia i el rei de Persia, prohivieron á sus basados el tabaco bajo la peno de vida ó de cor/arles las nar; pone mas bjero, i parece aumentar las fuerzas, (a) La piel no solo es un órgano exalante i una verdadera < riv.t; sino que es una maquina absorven- te que tiene en su superficie una multitud de bon- bas aspirante- que absuerven lo que rodea al cuerpo, ya sea et jumen de la vida, ya el de la destruc- ción. Importa pues mucho habitar i tratar con per- (a) El humor 'de la transpiración se forma según Ihenard, de acida acético, materia animal, hHro-clhorate de sosa i quisa de potasa, i de un átomo de fotfate terroso i de oxido de fierro. Bercelio admite _ solo agua, ai id > láctico, lactatc de sosa unido á una materia ¿r? '• >'. < hidro-clhorais de sosa i de potasa. ,'HÜ sonas sanas, i no es Indiferente acompañarse a dormir con. las sanas 6 enfermas i mucho menos ca- tarse con ellas. Los miasmas que se exalao de sus cuerpos contribuyen ó á arruinar 6 á sostener la raíud de los que los reciben. La transpiración es más abundante por el dia que por la noche i al acabarse la dijestion, pues en- tonces Ja piel* se pone roja, le que prueba que entra en acción. Alfa i una relación mui grande entre la orina i la transpiración pues cuando esta sedismlnuyr aquella se aumenta i viceversa, d menos que no haya.obstáculos que lo impidan. Las afecciones del alma tienen también una influencia sobre la materia perspirable, pues las agradables determinan Jas fuer zas del centro á la circunferencia, i las desagradables hacen dominar la fuerza concéntrica* La transpira- ción varia en muchas circunstancias. El ejercicio, el calor i la electricidad la aumentan; el mismo efecto produce el aire i agua fria en los que tienen un sis- tema capaz de una fuerte reacción. La vida ceden-r taria, el aire húmedo i las variaciones de la admos- lera se oponen mucho á la transpiración. Los alimen- tos hacen variar mucho esta execrecion, i asi es que todos los alimentos que he dicho que son de dificil dijestion, la retardan ó disminuyen, como por ejem- piola carne da puerco, los melones, el pescado, par- ticularmente lo anguila. Por el contrario, el buen pan, el pollo i las aliasias aumentan el humor pers- pirable de un modo sensible. Finalmente el país en que se habita contribuye mucho para esta función. Si en los diversos lugares de Europa varia mucho, en América debe ser mas notable su variación por las diversas temperaturas que se hallan, no solo en cada provincia, sino en cada lugar. Los grandes sudadores tienen sus cuerpos débiles i lánguidos. La supresión de la traspiración [causa males graves, particularmente en los órganos destina- dos á separar humor mucoso. Las mismos efect«s i aun mas graves produce la supresión de los sudores periódicos, críticos ó habituales. El quitarse el sudor w iklos pies ha ocasionado en esta ciudad a muchas perso- nas hidropesías i pulmonías que les han quitado la vida en poco tiempo. Los remedios propios para la transpiración supri- mida consisten en el uso de friegas, baños tibios, bayetas calentadas lijeramente, i bebidas diaforéticas (aj i sudoríficas. En el tiempo que amenaza la can lentura^ son útiles estas bebidas, pero cuando ya está declarada la aumenta, El ejercicio moderado es un medio mui propio, para favorecer lá transpiración, en el cual se usaran las reglas puestas en la pajina. \\ j% El semen del hombre es según Pítagoras " la es- puma de nuestra mejor sangre, según Platón el der- rame dulce de la medula espinal, lamas dulce i de* licad^y>artc del cerebro según Alcmeon, i una sus-. tancfwsacada de todo nuestro cuerpo, según el dic- tamen de Demócrito é Hipócrates* Epieuro dijo, que es un elixir, un estracto ó* compendio de nuestra alma i de nuestro cuerpo. Aristóteles dice que es el escremento del ultimo alimento, i Tertuliano le mira cpmo un efecto de nuestros deseos amorosos i un flujo de nuestra ardiente lascivia. Este humor se secreta en los testiculos, i en todas las partes de nuestro cuer- po según Hipócrates. Al escrctarse se ven en el dos partes, una espesa i pegajosa, i la otra viscosa, blan- ca i mas fluida. Exala un olor particular. Visto con el microscopio se notan en él unos animalitos de cabeza redonda i cola aguda, que se mueven con celeridad, los cuales existen en la puvertad, i según Carré i Birherand, no los hai en los que tienen ga» lico, i asi es que si el hombre ó la mujer tienen esta enfermedad no procrean. La secreción del licor seminal comiensa en la edad de la puvertad, i cuando el cuerpo deja de cre- cer. Antes de esta época las jenitales del uno i otro sexo están en una especie, de sueño, del que salen cuando las demás partes del cuerpo están casi perfec- • (a) Diaforético se llama el remedio que favorece la traspiración insensible. n 3 w lamente -desenvuclias. Entonces secretan el licor pro"-. lificoe» les testes, i por los canales diferentes lo llevan á perfeccionar en las vejiguiilas seminales. Una parte de el. vuelve á la masa de la sangre i la otra se ex- pele en el aclo venéreo. Es cosa sabida que la mayor parte de las des- gracias que sufre él hombre, se las debe al vino i al amor, cuyos arrebatos los reprimen con dificultad los hombres mas moderados. El sabio Salomón perdió el entendimiento por el exeso de los placeres con las con- cubinas. Este exeso tiene un influjo superior sobre todas tas causas que abrevian la vida, pues disminu- ye la misma fuerza vitat, aniquila lentamente la soli- des i elasticidad de las fibras i los órganos, acelera el consumo interior, retarda la restauración, i nos jteone á inficionarnos con uno de los" mas horrendos ^Kigoi que es el virus venéreo, peligro contra el que no nos precaveremos mipntras que mantengamos un trato ilicito con las mujeres. Esta infección no solo abre- via nuestra existencia, sino que la llena de amargura i nos la hace gravosa, llevando muchas veces en la perdida de las tarices i campanilla Jas señales de la prostitución. En el cerebro i jenítales se consume la parte mas notable i noble de la fuerza vital, empleada en la creación espiritual i fisica que están intimamente liga- das. El abuso pues de los «.laceres amatorios acarrea en primer lugar la debilitación del pensamiento. Es cosa cierta que cuanto mas se ejerce el pensamiento tanta menos actitud hai para la jeneracion/ i por el contrario, cuanto mas se ejercen los órganos jenerati- vos, cuanta mayor profusión hai del humor seminal, tanto mas pierde el alma de su vigor, penetración, memoria i juicio. En algunos hombres lacivos dice Galiano, que se ha encontrado el cerebro redu- cido a lo mas al grandor de un puño. Desde que el hombre se abandona a los placeres del amor pierde su robustes, i cambia la, fisonomía* Su cabeza des- nuda de cabellos, sus ojos tristes, undidos i escasoí de vista, sus mejillas caídas, su nariz seca, su frento 44* árida i callosa, su oido torpe, su boca pestilente, su cuerpo estenuado por una calentura lenta que lo con- sume, su sed insaciable, su escaso sueño, sus dolores célicos, su esterilidad, sus flujos escesivos de vientre i de orina i finalmente su reumatismo, gota i el asque- roso gálico, son los frutos que el va á depositar al sepulcro de Venus cubierto de yerbas frías- (a) AI pie de el se confiesa que á los goces que hemos tenido con las mujeres se han remplazado el arrepentimiento i el dolor. Condolámonos de la suerte actual de los hombros^ entre quienes se propagó este veneno desconocido de. nues- tros antepasados, i que no es orijinario de la América, co- rrió lo comprueban los autores del diccionario de cien- cias meiieas impreso en Francia i Clavijero en la di- sert. o,.* tom. 2.0 traducido por el sr. J. J. Mora. !Que tristes reflexiones no hace el filosofo al ver los pro- gresos de tan horrenda dolencia! Que son los otros venenos, aun los mas formidables, en comparación al que inficiona las fuentes de la vida, esparse la amargura sobre los mas deleitosos goces del amor, corrompe la semilla del ¡ene-, ro humano, i lleva asi su deplorable acción hasta sobre las futuras jencraciones; que introduciéndose en lo interior de las familias, destruye la felicidad doméstica, enjendra la aversión entre los esposos, enajena á los hijos de sus padres, i rompe los mas sagrados vínculos de la socie- dad. Este mtil es de aquellos venenos lentos, que no siem- pre se manifiesta con síntomas esteriores, pues se puede estar inficionado de él i comunicarle a otros sin conocerse' Cuando este terrible mal lia llegado al colmo de la intención ¡ que rstiagos no hace en el cuerpo humano! cúbrese, de espan- tosas ulceras la piel, se corroen los huesos, caen partes enteras tocadas de muerte, mina poco á poco la compfe • xión 1 la deteriora h menudo en tirito grado que si no í onducc á la sepultura, hace perder el cielo del paladar olas narices; de modo que el hombre después de haber s¿A. maltratado cruelmente, se ve obligado en adelante á pasear i ostentar su oprobio en todas partes. Su intidoto es t* ::ierci(.rio, de modo que para curarnos tenerm: ..-". luchar 44* De ninguno de estos males se yeya atacado el hombre mientras que no seguía mas que los impul- sos de la naturaleza, que no tocaba á su mujer sino hasta después de haber sentido por diferentes reces los incitativos de la concupiscncia, i que su rfczon do- minaba á su pasión. Entonces era fuerte, robusto i no había esperimentado jamas las fatales consecuencias de las enfermedades secretas i criminales. Pero desde que hace alarde de tener varias mujeres,, que no se con- tenta . con los impulsos de la naturaleza, sino que se exita asi mismo, coa la lectura de libros obcenos, de conversaciones in^pudicas, con la recreación de la- minas deshonestas, i con. los remedios que por cortos instantes exitan el apetito sensual; se hace imposible que , el lujurioso no se vea atacado de los males de que he ha- blado. La perdida del entendimiento es una de las razones mas fuertes que ha tenido la Iglesia latina para no permitir á sus sacerdotes el goce de las mujeres, i san Pablo que prefiere siempre la con- tinencia al matrimonio, sabia bien que males causa el contra otro veneno, que para muchos ha sido inefkas, después m de haber perdido con él, el cabello i la dentadura. En una palabra, el mal venéreo reúne cu anto un ve- neno puede tener de espantoso,' repugnante, tenaz ihorri- blc. ¡I nos chanscamos con respecto áél\ ¡I hai hom- bres que llevan al lecho nupcial una enfermedad que con tanta dificultad se cura en el sexo! ¡ Yh este mal se le da el titulo de enfermedad galana1. ¡Ino se piensa en contener entre nosotros esta peste crónica que desde el año de diez ha hecho progresóos ton rápidos en Colom- bia! ó> me. parte el corazón cuando veo que los fia- hitantes del campo tan sanos en otros tiempos, se están viendo ya atacados del gálico, cuando aguardavamos que entre los agrícolas setybservára la semilla de una casta vigorosa i sana. Tamben me conduelo al ver que per- sonas las mas virtuoms- « irreprensibles en sus r?*1"m~ ores llevan en si esta infección sin saberlo, ni haberla contraído por su conducta, pues esta dolencia penetra inst- en el asilo de la inocencia. 445 amor, que en su acción i consecuencias no podía ja- mas ser moderado. /Cuantas pasiones no trap con- sigo! ¡Que no hace sufrir %. los que se abando- nan á los celos, i á cuántos no les ha costado -al vida como á Lepido! La salud, el me'rito i h repu- tación sirven de pretesto para formar este vicio, que una vez apoderado del corazón, trasforma el.amor en rabia, el respeto en desprecio i la tranquilidad en desconfiansa. Se entiende por abuso de los placeres del amor el gozar de ellos antes de estar jenteramente forma- dos es decir, antes de los 18 años para las mujeres i antes de los ao para los hombres, en gozas de e- Uos coa mucha frecuencia i sin moderación, en ir- ritar de continuo la facultad prollfica con la* variedad de los objetos, i el uso de licores aromáticos i ar- dientes; últimamente en entregarse á Jos goces después de sumas fatigas, durante la dijestion 6 para espre- sarlo de una ves fuera del matrimonio, porque nada hai mas que este, como se dirá ¿n adelante, que sea capaz de santificar este instinto, es decir^Jmpedirle que sea perjudicial i hacerle provechoso. Til uso del matrimonio no es un acto criminal ni peligroso i la acción no es impúdica según San Jerónimo, i San Agustín; el exeso solo es el que es prohibido. El abstenerse en cierto modo de las mujeres es una de las tres cosas que nos dá fuerzas i hace felís .nuestra vida; porque si nos levantamos de la meza con ape- tito, si amamos el trabajo i sino derramamos nues- tro semen, estoi bien persuadido, dice \5enette, de que nuestra salud se hallara completa i esenta de cuantos males la alteran jeneralmente. Cuanto acaba de decirse, se aplica mas especial- mente al onanismo ó placeres solitarios, los que siendo contra la naturaleza'aumentan más los esfuerzos para conseguirlos. La naturaleza no castiga ninguna acción con tan terrible castigo (a) como las que le ofenden (a) La Escritura sagrada pronuncia este anatema por boca del Espíritu Santo. "Maldito el que derrama su semen sobre la tierra" 446 directamente. Es horrendo el sello que grava en el que la ultraja de esta manera, es una marchita rosa, ün árbol desecado en su vigor, un cadáver am- bulante. Este afrentoso vicio ahoga todo principio vital) i solo deja inercia mortal, palidez, decadencia corporal, i abatimiento intelectual. Los desgraciados que se entregan al onanismo, se Vuelven de un jenio tectrico i melancólico, hablan poco i parece lo hacen con pesar. Los niños que tienen talento se vuelteu hombres comunes ó mentecatos. El alma pierde el gusto de los pensamientos honrosos i grandes, i la imajinacion esta enteramente depravada. Hasta la vista de una mujer para enjendrar deseos en estos desdichados, i el arrepentimiento i la vergüenza que ellos espe- rimentan, la persuasión en que están de no poderse curar ya del mal que los roe, acaba de hacer su esta- do mas cruel de lo que puede concebirse* Estando siem- pre irresolutos tienen un tedio continuo á lá vida que los conduce con frecuencia al suicidio, crimen i que nadie esta mas espuesto que los que se entregan á los placeres solitarios. Ademas eslan sin cesar a- tormentáis de flatos, su piel esta cubierta de sarpu- llidos i. ulceras; se pone seco i consumido su cuerpo, i sobrevienen finalmente la epilepsia, calentura etica, frecuentes desmayos i una muerte temprana. Hai otro onanismo que podría llamarse moral que estenua mucho: el que se entrega á el no se aparta físicamente de los preceptos de la castidad. Comé- tese este pecado siempre que nos alimentamos i aca- loramos la imajinacion con imajenes voluptuosas ^ i lacivas, lo que suele acabar en una verdadera dolencia mental i domina del todo el alma. En este caso la vida es una fiebre continua, que debilita tanto mas, cuanto se esperimentan mas deseos al ver los objetos favoritos siendo' imposible satlsfacerlqs. Bste estado se observa en los viejos licenciosos, que redu- cidos por ultimo á renunciar los placeres reales, tiran con perjuicio suyo á resarcirse de ello con este de- leite intelectual. Se ha observado entre los reJijiosoí sujetos ál celibato, en quienes puede encubrirse el 447 oíjanlsmo moral con la capa de fervor i contem- plación: No es raro entre las. mujeres solteras cuya ima- jinacion se ha corrompido con la lectura de novelas i otra™ obras semejantes que se aprovechan del len- guaje de moda para ocultar los desordenes de su a- nirao, bajo el nombre de4 sensibilidad i que con'todas las esterioridades del recato i austeridad, se entregan frecuentemente a los mayores exesos en su interior. Tourtelle dice, que es raro que la continencia sea . dañosa á la salud. En efecto hubo un tiempo, re- flexiona Hufeland. en que los jermanos no pensaban en el trato con las msjeres sino á los veinticualro 6 veinticinco años. Sin embargo no conocian ningunos de los inconvenientes i males que se atribuyen en nuestros días á la continencia, i tan lejos de sufrir con ello adquirían un vigor estraordinario, i que dejaba llenos de asombro á los mismos romanos. En el dia los jóvenes disipan anticipadamente las fuerzas queja naturaleza destinaba en ellos 8. la producción de nuevos seres. La consecuencia de este, habito fatal es, que los mas se hallan agotados á la^ edad en que nuestros mayores comensaban á hacer uso de la facultad prolifica, i S. una edad temprana están inha- bilitados para sentir el aguijón de uno de los esti- mulantes mas acomodados para Henar de embelezo la vida. La continencia, sin la que el hombre no puede tener moralidad ni jenial distintivo, esta ridi- culizada, é infamada como un pedantismo. fuera de moda. Cualquiera adoleccnte puede cojer cuando le agrada una flor, que deberia ser el premio reservado á la constancia, actividad i á una noble perseverancia en triunfar délos obstáculos^ deberá ser según Alibert una lei. Sobre estas consideraciones forma Hufeland una de las reglas cuya observancia es 4e la mayor im- portancia. Quien quiera conservar su salud ivivir mucho tiempo debe abstenerse de toda trato con las mujeres hasta el matrimonio. i.c Un trato ilícito conduce mas fácilmente á 44» los excsos con el atractivo de la mudanza i novedad: a.-o fomenta los- gozos adelantados; siendo asi que uno no se puede entregar á los gustos del matrimo- nio,' sino cuando está bien dispuesto para el|os, tanto fisica como moralmente: 3.° nos esponc á cfkitracr algunos' males venéreos, pues toda precaución ca inútil^ i cuando no es contra la jeneracion: 4«° hace * perder el gusto del matrimonio, pues roba las facul- tades indispensables para contraer este vinculo. Voy a dar unos preceptos seguros para que los hombres robustos observen la continencia hasta la epoca.de su matrimonio: i.'w vivir con templanza i evitar el comer, con esceso las sustancias que se han puesto antes como mui nutritivas,' i como esti- mulantes: a." hacer todos los dias algún ejercicio bajo las reglas dictadas anteriormente El ayuno i ocupación es* el mejor talismán contra las tentacio- nes del'demonio de la carne: 3.n ocupar nuestro espíritu en objetos graves i ashtraclos que aparten toda idea de sensualidad: 4.a evitar cuanto enardece la imajinacion i pone alerta las potencias, como los coloquios licenciosos, lecturas eróticas (o) imajenes voluptuosas*, frecuentación de las mujeres de fácil trato, los bailes que se asemejan á los lacivos de los grie- gos' etc. 5; fl representarse ¡nsesantemehte en el animo los peligros i consecuencias- de la licencia: 6;rt la idea de lo que debemos á la mujer ouc ha de par- ticipar de nuestra suerte algún dia, puya'regla tiene mucho influjo sobre las almas de buena índole:.7.rt evitar con cuidado el primer desliz, pues no hai inclinación que se convierta en costumbre tan fácil- mente como esta. El pudor tiroides i una va ja idea (o) No hai mas 'que muchos libros para exaltar la imajinaciut* dice Hufeland, cuyos autora' llevaron esta mira, ó la única de afianzar el despacho de su1 obra, sin pensar en el irreparable daña, aue causalfan a la ino- censia i á la moral. Los que introducen, i los que ven- den estos dbrOs son los autores déla iu.-uralidud i per- versión de costumbres en los pueblos» 449 de lo justo 6 injusto, hacen resistir á las mayores seducciones, al hombre que no ha tenido trato inti- mo con . mujeres. Añádese á esto que' el primer gozo di 'oríjen á la necesidad, i dá progreso al jer- men todavía dormido del instinto prolifico: 8.rt i ul- tima regla consignada por Horacio. Muchas cosas llevó é hizo el niño, sudó, padeció frío i se abs- tuvo de la venus i e\ vino. ¡Dichoso el que sabe dirijir bien sus facultades pues este al dar la vida á otros seres, gosará de las delicias de himeneo i vera renacer en hijos sanos i robustos, la salud i vigor oue_ él había sabido economizar. Como se ha dicho antes que el matrimonio es el solo medio de poner freno á la concupicencia, hablaré de el. Por matrimonio entiendo la unión indisoluble i sagrada de personas de sexo di- ferente para ayudarse recíprocamente, procrear hijos i crearlos. Una unión fundada para Un importantes objetos, es una de las mas imperiosas obligaciones del hombre en sociedad 6 fuera de ella, es un punto esencial de su educación i la base principal de la felicidad pública é individual. Es necesaria para la perfección moral del hombre, por que el eniase de su ser é intereses con los de otro individuo, le hace triunfar del egoísmo que es el mas acérrimo enemigo de la virtud. En el casado los dulces afectos de la ternura conyugal i paternal encienden su cora- zón i arrojan de él la fria indiferencia que halla, un franco abrigo en el del célibe que es egoísta, (a) independiente, voluble i esclavo de sus pasiones, entregado á si mismo no toma empeño por los demás hombres ni por su patria, i las falsas ideas que le han impedido casarse, toman todavía un nuevo grado de fuerza en el estado de separación en medio del cual (a) El egoísta, dice Alibert, es un ser esencialmente antisocial, es un esclavo que da vueltas sin cesar al re- dedor de su propia organización i que no reconoce otra lei que la que sus necesidades le imponen: vive en cierto modo en la esclavitud de sus mas groceros apetitos, I 3 / 45o vive. ¿Donde hai ™.t,i mas propia para enjtndrar el gusit de ¿as mov aciones,- susitar los disturbios populares ¡fomen- tar las revoluciones que el insesante. aumento del nume- ro de los célibes? Bacon dice, únicamente el padre de familia que ha dado rehenes al Eslade merece el ti- tulo de ciudadano i de buen patricio. El casado no solamente hace Ja felicidad presente sino la de las futuras jencraciones, porque solo el matrimonio da al Estado ciudadanos honrados, capaces de portarse bien, i habituados ¿esde la niñes, no menos al orden que 1 la observancia de cuantas obligaciones impone la sociedad. El Estado que es una madrastra únicamente, no puede suplir una educación que una sabia i pro- vida naturaleza quizo hacer dimanar de la ternura de los padres. Es una verdad ¡nconmsa, que cuantos mas hijos ilejiíimos (a)cuenta un estado, tantas mas semillas de corrupción encierra, dentro <'e el i tantos mas elementos de revolucione? por conscrucueia, ¡O vosotros grandes de la tierra si queréis fruur la felicidad jeneral i particular de vuestros subditos; fomentad, honrad i prolejed los matrimonios, ved en ellos unos grandes planteles de buenos ciudadanos, contemplad cada fa- milia que vive en ia unión i paz como una 1 pjwnda de la felicidad común i de la tranquilidad decios gobiernos. Pero si queréis dar la ultima mano á esla grande obra, dedicad vuestra mayor atención al ré- jimen de las escuelas públicas, pues únicamente la e- ducacion hace bueno ó malo al hombre. Que el matrimonio influye sobre la felicidad física del hombre se comprueba. i.° El matrimonio es el único medio que tenemos á nuestra disposi- ción para regularizar ti instinto que atrae los seres el uno al otro i para darle un fin. Nos preserva de dos (a) Los lijos de un comercio ílejitimo .son el oprobio de sus padres, i en el fstrecho circulo en que los han constituido los autores de su existencia, no se oye jama* i el dulce nombre de padre é hijo, que tan dulce emaoion produce en el alma, & k males estrenuamente perjudiciales, el abuso i abstinen- cia de los placeres. Tourtelle dice que la entine ocia por la acrimonia que adquiere el semen ha condu- cido al sepulcro á muchos de temperamento ardiente, cita á Enrique VIII, quien habiendo esperlmentado violentos ardores por las mujeres, hiso perder el ca- tolicismo á la Inglaterra. Sin embargo la lei jeneral de la armonia dicta que el hombre use de todas sus facultades; es menester que todas ellas tengan su progreso i se ejerciten suficientemente. El coito mo- derado exita, i el'demasiado debilita según Hipócra- tes: 2.0 el matrimonio modera i regulariza el gozo. Esta uniformidad que le repugna al licensioso, es Jo que cabalmente hai de mas saludable é indispensable Sara la salud. Es una mesa simple i frugal al lado e otra opípara i llena de manjares esquisitos, i solo la primera es capas de infundir el habito de la tem- £ lanza, que esla que coniuce á larga vida, pues cuantos an llegado á ella han sido casados: 3. ° el matrimo- nio proporciona los mas puros i sencillos de todos los placeres, pues mantiene el alma en el estado me« dio, cuales son los placeres domésticos, que moderan la viva impresión de las sozobras i esperanzas. Úl- timamente un buen'matrimonio'proporciona anticipa- damente las delicias celestiales que Dios reserva á sus elejidos, dándonos hijos sanos i bien educados, cuya vista parece nos rejuvenece. Cuando sornas viejos, segunda vez necesitamos, de padres qu6 nos levanten/ nos proporcionen alimentos i nos los lleven á la boca, ¡ó sabiduría de la Providencia ! entonces hallarnos eíros padres en nuestros hijos, quienes se gosan en de- volvernos una parte de k)j beneficios que recibieron de nosotros. De este precioso i tierno recurso se- príva volunticlámenle el célibe (e) qrre-paree:' árbol de- secado en medio del-desierto, querecibe los bepefi - cíos de manos interesadas i no de aquellos seré» á (e) Xo se habla aqui del celibato que abrazan !us persona* que' juran so!emAm:*nta morir á las pi^.oneSy 6 de cst'nguirlas por luí ayunos, cilicios i rmscracieacK > 45a quienes el instinto i naturaleza los unid con v nculoa qtifc inspiran el comunicarlos. En todas las edades no se pueden gozar las dul-t sufas del matrimonio,' pnes los niños son mui débi- les i los viejos mui lánguidos; el medie enlre estas dos edades es el que conviene á la diosa Venus, que solo pide como Marte jóvenes llenos de foego, de salud i de brío. Platón fijo la edad de 3o años para el matrimonio de los hombres i en Lacedemo- nía se fijó el de a5 años. Las leyes de España autorizan á las mujeres i casarse á los 12 años, i á los varones á los i£. En algunos lugares de la América meridional se declara la puvertad i los 10 6 doce años. La temperatura del clima, la cantidad i calidad de los alimentos, el desarrollo de las fa- cultades morales, la naturaleza de cada temperamen- to, la complexión de cada raza humana, i finalmen- te las leyes i relíjion hacen variar las épocas en que se divide la edad de los hombres. De lo qae he leído sobre el tiempo en que |está el hombre apto para la jeneracion, resulta que la edad mas tempra- na es la de 10 años, i la mas tardía de 16 á 18. Siendo mui raros los que llegan á Ja pubertad á los 9 ó io años, los jurisconsultos han determinado los 14 para los hombres i 12 para las mujeres, los po- líticos' que consideran la duración de un estado flo- reciente, saben que esto pende de la salud i robus- tes de ios. pueblos que les pertenecen. La edad de 14 años según ellos es edad mui débil para poder dar al Estado hombres robustos i dé injenio.(a) Lo mejor es seguir sobre este particular Ja opi- nión común, esto es creer al hombre^ per- fecto á Jos 24 años i á la mujer á los 20 años. El hombre que llega á dicha edad debe casarse si es dé un temperamento ardiente i .húmedo, bilioso i me- lancólico, de pequeña estatura, de gran cabeza, de (a) El padre del celebre Móntame que vivia en el siglo 16 se. caso virjen á los 33 auos} después de ser mi-, litar. 453 ojos vivos, naris grande, boca endida, mejillas encar- nadas i barba redonda, Lo mismo debe decirse de la mujer da 20 años que á imitación de aquella fá- bula de que habla San Jerónimo, no puede vivir sin goatr de los placeres del amor, i sin seguir los con- sejos que la iglesia da # los casados.- Para sufrir el yugo del matrimonio se necesitan personas que por su edad sean fuertes i vigorosas. Es muí perjudicial casar una joven con un viejo i una mujer de edad avansada con un joven robusto, i tanto peor si no se consultan las voluntades. Seria útil que solo se casaran las personas bien conformadas i esentas de todas enfermedades, particularmente gá- lico, tisis i lasaríno, i las que esperimentasen amor mutuo. La alianza con las familias estranjeras se mira ya como una lei de la naturaleza. La casta de los judíos es mui débil, por que no se les permite casar con estranjeras. Por el contrario las familias de los soberanos de Europa, son regularmente muí bellas i fuertes porque se casan con familias de distinto país. En las granSes ciudades se espcrimeuu lo que ya sucede en Bogotá, que fijándose en ellas jentes de distintos paises, resulta una j.-neracion de personas espirituales, de una bella figura i de una talla ma- jestuosa. Los viejos deben renunciar á los placeres del amor, ó usarlos caras veres. Muchas veces los^ vie- jos han acelerado el término de sus días, queriendo señirse el arrayan reservado a Ja juventud i sacr¡6car. El estio i la primera parle del otoño, son las menos propias para los placeres del amor, en cuyos tiempos rara ves debe usarse de. la venus. El gran calor de los meses julio, agosto i setiembre, disipa enlre nosotros los espíritus i las fuerzas; por esto Cel- so dice, qué si podemos nos abstengamos en esta es- tación de los placeres. En invierno toda la natura- leza esta en calma, i las plantas no se disponen á la reproducion, por lo que no conviene mucho el uso del matrimonio. La primavera inspira vigor i toda Ja naturaleza por su verdor i sus flores no respira sino 454 reproducción, i por tanto nos exita á los placeres del amor. Este es el alma universal del mundo que der- rama en todos los seres la fecundidad i la vida. Hipócratesv i Boherave después de él aconseja que se use del matrimonio por la mañana. Por regla jeneral se usará cuárndo el estomaga no este mui lleno ni mui vacio. En las veinticuatro horai del dia hai dos mui aparentes, cinco horas después de comer i cinco después de cenar. Si se falta á esta regla mas vale que sea cuando el estomago esta lleno, pues este defecto es mas fácil de enmen- darse.. Aunque parece que después de comer i beber mucho nos hallamos al parecer aptos para el placer, eslo es por lo pronto pues luego sigue la debilidad. Esto lo compara Venette á aquellos arboles á cuyas rai- ces se echa cal, que aunque dan mas pronto el fruto no duran después mucho. Debemos pues des- pués del deleite evitar cuanto pueda exitarnos. Con respecto á las mujeres puede decirse, que en todo tiempo menos en el de sus reglas deben prestar el debito. Lps débiles, los convalecientes, i los enfermos del pecho deben ser parcos en los placeres i re- primir los movimiontos de la carne, pues para ellos el escollo de los placeres del amor es muí peligroso, pues dice Venette que vio morir de repente á mucb' • que usaron del matrimonio estando sin restablecer- de una enfermedad. Yo he presenciado dos muertes mui prontas por la misma causa, finalmente las per- sonas robustas, dice Celso, no deben entregarse al placer con mucho ardor, ni abstenerse con escrú- pulo, (a) Los placeres usados con moderación dan ac- (a) jVb hagas al joven prematuramente Unir del matrimonio con los lazos, Pues solo prole sin vigor i débil Enfendrara su cuerpo delicado. Huya de los placeres de Himeneo Sino abreviar sus dias quiere el anciano i que su antorcha, en ves del nupcial ¡echo 455 tividad i lijereza al cuerpo en lugar quejes exesos lo debilitan i enervan. El haber hallado en .Tourtelle el t ejemplo de Montaigne citado en la nota, i del cual deduce la dejeneracion en que ha caído la nación francesa del siglo 16 al presente, me ha hecho, separándome de él, hacerme mui estenso en esta materia, pues la creo mui útil para evitarle á mi patria mas males de los que ya sufJe. • Hufeland, Venette i dos autores anó- nimos son los que han guiado mi pluma. Cuando la matrls ha adquirido su ultimo grado de crecimiento vuelve á ser un nuevo centró de sen- sibilidad que tiene una gran correspondencia con el epigastrio i sobre todo el sistema. En este tiempo aparece el (lujo menstrual que según Rícherand es el pro- ducto de una verdadera secreción que se hace en las arterias capilares del útero, del mismo modo que en la membrana pituitaria, en la membrana bron- quial etc. Venette la atribuye á una fermentación que produce el semen de la joven sobre toda la masa de la sangre. Esta evacuación periódica aparece ordi- naria mente una vez al mes, durando hasta ti 6 7 dias, estableciéndose en* la pubertad i cesando entre los 45 i 5o años, mas» ó menos tarde 6 temprano. Las brasilenses tío tienejy, flujo mestrual i conciben lo mismo que la mujer de Corjias, de quien habla Hipócrates,- Asi como el descnbolvimiento de los órganos sexuales produce en el hombre una revolu- sion que hace dominar el sistema arterial i pulmonar, asi también la matris con las reglas adquiere nueva vida, aumentando el tono i tensión de todo el siste- ma. Cuando este flujo no aparece se ocasiona la chlorosis 6 enfermedad pálida de las virjenes, por lo que las madres deben advertir á las hijas el modo Jm senda- alumbre del sepulcro helado, A vosotros adultos os conviene Seguir de Venus la bandera osados, i á sus dulces combates i á sus lides Espottcr vuestros pechos sin reparo. 456 con que aparece para que no suceda lo que ha snce, dido muchas yeces, que á la aparición de la uñare se han asustado las niñas i han ocurrido al baño trio i otros medios para quitársela. El único medio de «vitar la clorosis, es procu- rar que las jóvenes hagan ejercicio, que no estén encerradas i se les permitan las entretenciones de su edad. Es pues preciso que se eviten los consejos im- prudentes de la edad fria que tienden á impedir los jaegos estrepitosos á que inclina la naturaleza á la juventud, á Ja que muchas veces se entrega á la tristeza en la primavera de la vida destinada á los juegos, á la risa i á los placeres inocentes. Si a la época de los doce, años en loa climas calidos, i d« los trese ó catorce en los frios, no aparecen las re- glas, no hai mas medicamento que hacer, sino para cambiar el estado de inacción en que caen Jas jo- venes, hacerles hacer ejercicio en el campo tanto á pie como á caballo, procurarles recreaciones honestas i un alimento sano i tónico. • Estos simples socorros promueven las reglas i restituyen la salud. Los emenagogos ó medicamen- tos que promueven la menstruación, desconsiertan la naturaleza i agravan los enfermo?. La sangre de las reglas es, como dice Hipócra- tes, igual á la de una víctima i nada tiene de vene-. nosa. Algunas ocasiones tiene mal olor «porque sue- len arrojarse con ella algunas impurezas de la sangre, ó tener desaseo la persona que padece este mal. La cantidad de la sangre . menstrual no debe pasar de diesiocho á veinte onsas. Esta cantidad no es siempre igual en todas las mujeres. La salud, enfer- medades, temperamento, clima, modo de vivir, cos- tumbres estación, i otras muchas cosas transtornan esta clase de evacuaciones. Por mis repetidas obsen vaciones he hallado que las mujeres muí gordas son casi siempre escasas, siendo asi que las delgadas tie- nen abundantes reglas. i 9i SECCIÓN 7.« De la influencia reciproca de lo físico sobre lo moral, i dé lo moral sobre lo físico, • El alma tiene una gran influencia sobre el cuerpo del hombre. Las diversas afecciones que el esperimenta producen cambios en el sistema, útiles ó dañosos, cau-< san 6 concentración ó espansion de fuerzas, 6 favorecen la circulación ó la impiden. Estas mismas afecciones son las que determinan la voluntad; de eilas el sentimiento que nos atrae á los objetos que obran sobre nuestros sen- tidos ó que nos separa de ellos, según que su impre- sión es agradable ó penosa. Por esto es que lo moral tiene una estrecha depeudeucii de lo físico, porque todas nues^ tras ideas i afecciones nos vienen de los sentidos, i deben su orijen á Ls vibraciones de las cuerdas m-rviosai, que propagándose al cerebro producen el placer i el dolor. Las sensaciones son absolutamente necesarias á la vida fisica i á la moral; ellas nos enscñjn a conocer los ob- jetos que están fuera de nosotros, i que pueden contribuir 6 perjudicar á nuestra conservación. El feto participa de las sensaciones de su madre, i desde que nace comienza á sentir las suyai. En sus primeros dias solo percibe el tacto i la acción del jugo gástrico, después á proporción que la vida hace progresos, comienzan á obrar los otros sentidos, i asi es que se hace sensible a las impresiones de la luz. Poro á poco el principio sensitivo desplega su enerjia i el cerebro adquiere la facultad de retener las sensaciones que se le tr .mutilen: la alma compara ideas, premedita en sus relaciones, i forma juicios. En esla época comienza lá vida moni, el hombre tiene conciencia de su existencia, i de las cosas que le rodean, el sienle inclinación acia los objetos que la esperieucia le ha enseñado le son agra- dables, i repugnancia á los que ella Je ha indicado le perjudican. Las facultades mentales se ejercitan por un ente real, una emanación de la Divinidad que no desciende á lo pro- fundo del sepulcro, sino que cuche a su autor. .No hai por- soQ^dicc Sctc que no baya sentido dentro de si mismo. J 3 4b8 9os paderes opuestos que hacen esfuerzo por reducirle | que el uno no cede, sino hasta que haya obrado una causa esterna que lo venza. El hombre doble de Buffon e< de quien habla el apostbl san Pablo cuando dice. Veo otra lei en mis miembros que repugna á la lei de mi entendimiento. Este principio contiene virtualmente desde su onjen toda j las ideas posibles. El tiene necesidad, mientras se halla encadenado á la materia, del socorro de los sentidos para ponerlas en acto i percibirlas. Cuando ha recobrado tu pureza i libertad separándose de la materia, produce irealsa por si solo las ideas por el acto único de su voluntad. Es evidente que en nuestra pasajera vida no podemos ad- quirir ideas, i comunicarlas con el sistema de los sereí físicos é intelectuales, sino por medio de los sentidos. Míen- Iras mas perfección tienen estos mas se aumenta i se estiende la esfera de nuestros conocimientos. Por tanto ¡conviene ejercitarlos i aplicarlos á los objetos de un modo jconveniente. Sensaciones son las afecciones de los cuerpos, cau- sadas por las impresiones de los objetos esteriorrs sobre los sentidos estemos. Sentimiento es la Impresión exitada en el alma por las sensaciones. *Por tanto loda sensación seguida de sentimiento produce necesa#¡amente el plaeer ¿> el dolor. Todo lo que obra dulcemente en los sentidos kace nacer el placer, i todas las causas «pie los conmue- {ven violentamente ocasionan el dolor. El placer i el dolor ■on los efectos de las sensaciones i pertenecen al senti- miento. Estos dos productos de la Sensibilidad, solo difie- ren por el grado de intensidad i asi es que un gran placer está mui vecino del dolor. Se llama placer toda sensación que da motivo al sentimiento agradable, que desea rete- nerse i conservarse, i dolor es aquel penoso sentimiento que se procura alejar. El efecto moral der placer, es determinar en el a mi nn sentimiento lisonjero que hace desear su continua- ción. Por el contrario es el efecto moral del dolor, qte es un sentimiento molesto que está acompañado del deieo de separar la causa. El efecto fisico del placer, dice f*ce, es producir en el órgano una erección,, «na dilatación i una entumesenciá, como si se quisiera absorver e incor- <59 porar esta sensación. Por el contrario el de el dolor que hace contraer i cerrar lá parte que padece, como si pre- sentándole una menor superficie -quisiese retirarse de la sensación desagradable que esperimenta, ó soportarla eu el menor número de punios posibles. El dolor tiene una utilidad, que es la de señalar el peligro que amenasaála existencia En lis sensaciones placenteras parece como que la sensibilidad qu;ere difundirse por todos los órganos, i estendsrpor ellos oscilaciones i corrientes de humores. Por el contrario el dolor parece como que se concentra en» sus focos i arrastra los nmrimientos ' humores. Es« lindo pues la sensación acompañada de una verdadera ac- ción del principie sensitivo es falsa la doctrina de los me- cánicos que sostienen que las sensaciones son puramente pasivas respecto de los órganos, pues do habria sensación si el principio sensitivo estuviese en inacción. Asi el placer i el dolor son acciones del principio conservador, que tiende sin cesar i mantener i prolongar la vida de los seres auimados. El sentimiento de la existencia es el punto central al cual se aproxíimn toda» las sensaciones tanto al prin- cipio como af fio déla, vida. Nuestras primeras costum- bres no son en el fondo sino los primeros hábitos del sentimiento, es decir, determinaciones de acción pro- ducidas por el deseo de gozar lo que es agradable, i de separar lo que nos causa sensaciones mo'estas. A pro- porción que nos abinzamos en la carrera de la vida, nacen otras necesidades que emanan de la sociedad, i que tie > neu por objeto el goce de ls cosis que nos atraen i la aversión acia aquellas que pare:e se oponen á nuestra felicidad. De aqui resultan (J^ acciones, hábitos i cos- tumbres, que según son útiles ó dañosas al bien jeneral é individual, se reputan como virtudes, vicios ó crímenes. El hombre que quiera perfeccionar su ser, i gozar de felicidad debe contraer tres jeneros de hábitos: i.° los que tienden á conservar el resorte de los sentidos: a.& aquellos que putden adelantar i esteodei* los pro- gresos del entendimiento: ?».° sujetar en fio, en tiempo oportuno su alma al amor al orden, Hacer que los sen" 46o 6dos, el entendimiento i voluntad, adqnieran estos di- chosos hábitos, es el resumen de la moral, i la lase sobre que descansa esta parle de la educación. CAPITULO II. Be los sentidos estemos. Los sentidos son los primeros maestros i las primeras guias del hombre; ellos ligan su alma á todos los obje- tos sensibles, los modifican hasta hacerles conocer las cualidades esternas de los cuerpos para tener idea de ellas, i son otros tantos centinelas que velan en la seguridad i conservación del cuerpo. Todos los órganos de los sentidos tienen una et* tructura capaz de ponerlos en contacto con los seres fisicos sobre quienes deben ejercitarse, favoreciendo siempre la percepción del modo mas ventajoso. Esta estructura varia en cada uno de ellos según la sensación que debe trans- mitir ai cerebro, asi el oido transimle á el alma el so- nido ; la vista imprime el sentimiento de la luz, colores é imajenes etc. En fin el tacto es el sentido * universal, que nos bare juzgar del calor, del frío, i de la dureza. Á este sentido pertenece el placer del amor, esta sensación viva, este deleite indecible, que transporta el alma en un corto instante a las mas perfectas delicias. Los sentidos estemos*sü dividen: i.° en los que reciben inmediata. mente impresionesde los objetos: a.° en los qne le re- ciben mediatamente. Los primeros sentidos son el tacto, gusto i olfato que están llenos de papilas nérveas eu* jbiertas de epidermis. Los segundos son los ojos i oídos; reciben las impresiones p4r medio de membranas lisas i pulidas |§. i.o Del tactoi El tacto es el sentido mas jeneral i mas simple, su dominio es muí estenso i todo animal hasta el pólipo disfruia de él. Toda la superficie del cuerpo esterior tt 461 el órgano de este sentido que recibe la.impresión délos objetos estemos, la transmite al cerebro i le da la idea de los objetos táctiles. A este sentido debemos las pri- meras nociones délas distancias i movimientos.. Por este sentido es quemaquinahnente evitamos ciertos objetos i deseamos otros p n nue.tri c mservacioo. El tacto es un contacto de superficie, i asi la de 1 >s cuerpos frios con- trae las fibras de la piel i produce a s>-ns> i n del frió, el calórico dilatándolas d¿ la sensación i.el calor. La impresión sui ve causa el deleite i Ja fuerte el dolor. El hombre es el mas sensible á las impresiones tac-1 tiles, i asi es que el goza de este sentido en un grado superior á los demás anímale-;, por lo fino de su piel i la abundancia de ios nervios que la cubren. Buffon dice que es el sentido mas iiniiedi >to del alma, avisándole de su unión con el cuerpo, i es el que corrije los errores de los otros sentidos. Aunque las ideas que por el se ad- quieren sean confusas i se graven en la memoria con di- ficultad, pero se le puede dar un gran grado de per- fección. Es en las mjpos, particularmente en la estre- midad ;¿,ie en nimbas plantas; está mui adberente á sus bases, nada lo altera tiene una acción sedativa, i calma les espasmos, convulsiones1!, i es antipútrido. Los olores los mas suaves no son inocentes, pues las materias que exflan de jan. escapar un aire mefítico, i con- tienen un principio deletéreo. Ansiedades, convulsiones, dolor de cabeza, desvanecimientos i aun^ la muerte, son los efectos de ias cxilaciones olorosas. Fuller, é Hingcs- houz citan ejemplos de jóvenes que han muerto asfixiadas 4*4 por los olores. Todo el mundo conoce, los efectos qu« produce en algunos el almiscle i asafran» £1 ámbar i el castóreo exalan un principio \ iroso. Los olores ethereos como el que exala la yerbabuena, anis, ruda, ect. ejercen una acción pronta en los ner- vios. Al podrirse ciertos frut-s exalan un olor ethereo por lo que gozan de la virtud a le>píism)dica i carmi- nativa. El ai mi acido, se halla r si unido i las sus- tancias aromáticas i se encuentra en los frutos ácidos. .Todas estas sustancias despejan los sentidos i son amigas del hombre. Todos los olores que por su acrimonia irri- tan los ojos i los hacen lagrimar son alcalinos volátiles i amoniacales. Las cruciferas, i los ajos i cebollas, pertenecen á esta clase. Estas sustancias son exitantes, i se aplican como remedio en ciertos casos. Tales son las cinco clases de olores que ofrece la naturaleza i el arte. §. 3.° Del gusto. El gusto tiene su principal sitio en la lengua i pala- dar, cuyas partes tienen las papilas nérveas mas salientes. Difiere el taclo del gusto por sus impresiones, en que en el primero se ejercen de un modo mecánico i eo el se- gundo químicamente. La acción de las sustancias sápidas no difiere esencialmente de la causticidad, sino solo en el grado de enerjia; porque las materias las mas causticas, son aquellas cuyo sabor e> mas fuerte, i lasque no tienen causticidad son del todo incipidas. El sabor, que no es otra cosa que el efecto de la atracción de las sustancias sabrosas, que se ha ejercido en el órgano del gusto, que puede considerarse como un sentido químico según las combinaciones que sufren con el dichas sustancias. Loa sabores primitivos son seis: educido, el Wulce, el amargo, el agridulce, el austero i el picante. El sentido del gusto está sujeto a muchos errores: el • estado de la saliva viciada en la enfermedad i la cualidad del aire hacen variar su fuerza, es mas obtuso, por la 465 mañana al levantarse; el mucho frió 6 mucho calor de las sustancias sabrosas disminuyen su enerjia. Hai cuerpos que aolos no tienen sabor, i lo adquieren combinados con otros. Este es el sentido á quien la naturaleza ha concedido mas placeres. Por su dulzura es fácil de abusar de sus impresiones. El hombre que es esclavo de sus sentidos agota la copa del placer i Ja trasformaen dolor. Bien pronto á fuerza de gozar no halla otros medios para deleitar su paladar que los estímulos mas violentos, como el ají, mostaza etc., el acelera el término de sus dias devorando los venenos lentos de la mesa de Apicio. El que quiera conservar.el sentido del gusto, debe gozar poco, no esce- derse i contentarse con los alimentos mas simples i que han sido poco sasonados. , §. 4.° Del oido. El oido tiene por objeto los sonidos: el es un sentido precioso que nos pone en relación con el mundo moral, porque está esencialmente ligado á la palabra. Por me- dio de él aprende el hombre á imitar los sonidos, por cuyo ausilio puede comunicarse con sus semejantes.! es- tender su existencia moral. Este sentido es el fundamento de todas las instituciones sociales, su privación es el mas grande obstáculo á que los animales puedan estender la esfera de sus conocimientos. El sentido del oido está situado en la parte interior de la oreja, i es una verdadera maquina acouslica. La oreja está compuesta de tres cavidades, la primera es la visite que es una especie de embudo. La segunda está en la mitad i se llama caja. La tercera que es mas interiorase llama laberinto. Al fondo del meato auditivo se halla el tímpano ó tambor, en la caja hai tres huesesitos llamados martillo, yunque i estribo. La cavidad interior se llama laberinto i presenta el vestíbulo, tres canales semicirculares i el caracol. Todas estas partes son duras i tapísadas por gl nervio auditivo, que tiene una parte blanda i otra dura. <«5 El sonido consiste en la vibración ¿a las molécula del cuerpo sonoro. El aire, vehículo del sonido, va recojido por la concha ó embudo yerc: el tímpano i le comuuica las vibraciones que ha recibido ¿ti cuerpo sanoro. Por dos vias se comunican al laberinto, la una es la fénestra re- donda que corresponde al tramo del caracol. I.a otra >ia 'está en los huesesillos. Los nervios q-ie tapisan el caracul por su parte inferior llevan las vibraciones al conduelo auditivo, i los que cubren.Ja parte superior, i los lá- ñales semicirculares conducen las impresiones aconstírai, ó que pertenecen-al oido, al tronco principal, ¡ por él hasta ti sitio del alma. Las fibras nerviosas que lapisan la base de Ja pirámide del caracol son á propósito para Jos sonidos "graves, i las del vértice pava los tonos agudos e'lc. • De Jas observaciones de Vieg-dc Ázir, resulta que los canales semicirculares sen absolutamente esenciales al oído, pues que los tienen todos los animales que perciben los sonidos. El caracol es prepio del hombre I de los cua- drúpedos, Jas aves no lo tienen á pesar de su delicado oido. Los sonidos jeneralmente se llaman tonos que se 'dividen en graves i agudos: esta especie de tonos son relativos los unos de les otros, pues el tono que se tiene como grave es agudo comparado á otro mas grave. Lo mismo son Jos tonos agudos que son graves con respecto á otros mas agudos; Lo que hareeJ sonido grave ó agudo es el mayor número de vibraciones queda el cuerpo sonoro en determinado tiempo. Mientras mayor es el número de vibrariones, elsonidoesmas agudo i mientras menos vibraciones el sonido es mas grave. El'sonido que puede percibir el oido humano mas grave es el que da un cuerpo que hace 3ov ibraciones en un segundo. El mas agudo es <-l qne en eJ misino ti< mpo da siete inij, ¡ ?*ccientas veinte vibraciones. Mas alia de los dos tér- minos dichos no se percibe sonido alguno. *" No se cuentan sino siete sonidos primitivos en ur.a octava, que es el intervalo enlre des cuerdas, de las cuales la una hace dos veces mas vibraciones que la otra en el miínio tiempo. La quintar es la proporción que hai de 3 á o ruarla esla de 4 á 3 tercia mayor de 5 á /». tercia menor • de 6 á 5, >esta mayor de íi á 3. i -tsiu menor de 8 a 5. Etiu que se-ha dicho tic las cuerdas se aplica i todo? 4b7 los sonidoJ I es el fuudamcnto de la müsici que tiene tanta; iníluencia sobre ej hombre. Los antiguos ponían en los códigos que daban á las naciones los preceptos de la músi- ca: hacían uso de ella en los templos, en lo; festines £ en los combates. Pero este arte qae en su principio no tuvo otro objeto que celebrar los dioses i los héroes i dul- cificar las costumbres, dejeneró bien pronto, i sus autores lo profanaron haciéndolo servir para los mas vergonzosos desórdenes. a Xa música ejerce un gr*an po-ler sobre la cconomíü animal, i tiraniza en algún modo los corazones sensibles. Ella inspira valor á los soldados, ella hace risueña la fren-* te de la austera sabiduría, encinta los corazones tiernos í espresa las quejas, i suspiros de los amantes. La conso-* nancia de sonidos bien proporcionados exita el gozo i ale- gría. Las disonancias no preparadas i reiteradas, pintan la sorpresa el furor i desesperación^ El modo cromático, que procede por muchos semitonos, espresa el dolor i lat tris tesa. Los diferentes movimientos de aires contribuyen mucho á conmoyer la alma i acalmarla. Una medida vivav i animada inspira la alegría. Es precipitada ? produce el despecho i la cólefa. Es grave? eleva los sentimientos. La lenta dispone á la molicie i descanso. En fin es lánguida i* pinta la aflicción, exila la piedad, i lleva al corazón el jermen de la melancolía í tristeza. Los médicos desde la antigüedad se han servido de la música para calmar los dolores. Se le mandó a Üllses para curar la herida causada por un javalí. Como la mú- sica produce una impresión agradable en el alma, la cual favorece la espansion de las fuerzas i su díverjencia ha- cia ia cutis, es mui útil en Jos casos de-.irritación, de es* pasmo i de dolor en que ha producido buenoj, efectos. Alcbert dupie de Baviera hijo de Federico^ se aliviaba de ia gota por medio de la música suave i sostenida. Uu italiano según Gesner se curó de la ;c ática por la música de danza. Mi amigo el dr. Trujilio logró volver por dos. ocasiones de un lelargoí delirio mudo en que lo tenia-una /i¿bre nervios» de que falleció. Fué tal el cambio que se notó en la fiebre, que concebimos la esperanza de q ie se salvariaj este buen amigo, buen ciudadano i ba,n esposo;: <68 al oír el concierto, do cara tomó un aspecto sereno, cesa- ron las convulsiones i conoció á los circunstantes. La música de danza disminuye la fatiga que causa el ejercicio. Lorry sostiene que los movimientos pueden continuarse largo tiempo cuando son ayudados por la ritma. Es constante que muchos jóvenes que se fatigan al menor ejercicio, pasan las noches enteras bailando i sin cansarse. El mariscal de Sajonia ha observado que las tropas en mar- cha se fatigan menos cuando van á son del tambor que cuando marchan en silencio. " Es sobre las pasiones i afecciones nerviosas que la mú- sica ejerce una grande acción, por lo que se le divide en incitativa i calmante. Su influencia moral ha tiempo que se conoce. Cuando Uliscs se curaba de su herida, él i Aga- menón habían confiado sus esposas á los músicos Phettio i Demedoro para mantener su castidad, tocando 'os instru- mentos al modo dórico. Cuando Aquiles entraba en furor Chiron le apaciguaba con ia guitarra. David curó á Saúl con su arpa de una melancolía nerviosa, Areteo la reco- mienda en la melancolía relijiosa. La música calma i exita las pasiones. Un músico dice Platón ( repb. lib, 199 ) enseña cítales sones son ca- paces de eesitar la audacia 1 la modestia, la bajeza del alma i la magnanimidad. El ejemplo de Alejandro confirma esto, pues Timoteo cambiando de tonos, lo exítaba .unas veces al furor mas violento i otras lo calmaba. Enrique el bueno reí de Dinamarca fue transportado por un músico de la tristesa á la alegría mas viva, i luego á un furor tal que rompió una puerta para proporcionarse armas con las que mató á cuatro personas. Un músico logró calmar al tigre de Amurat IV en tales términos que consiguió que este asesino lo perdonase i lo mismo á sus enemigos. En el dia nuestra música no es tan melodiosa, ni tan patética como la antigua, que tenia cuatro modos prin- cipales muí patéticos; el dórico, que estaba destinado á los canlos graves i relijiosos,el fngyo que exitaba el furor i la colera*, el lidio que espresaba las quejas i pesares; en fin el eblico que disponía al amor i al placer. Aunque la música moderna no tenga la misma influencia sobre la moral qae tenia ia antigua tila produce, buenos efectos sobjc Us enfer^ 469 medadei, como lo prueban las observaciones Todos saben que la música cura una especie» de me- lancolía que reina en Ñapóles i que se le atribuya á una araña llamada tarántula, sobre lo que puede consultarse á Baglivi. Tourtelle refiere que en Besanson calmó el deli- rio de un organista que tenia fiebre biliosa á quien sus amigos le tocaron un concierto. Dodare refiere que solo la música i las sangrias del pie curaron á un gran compo- sitor de música que tenia calentura continua con el delirio i oíros sinlomas nerviosos. Sauvajes refiere que un hombre oyendo tocar un tambor se aliviaba de un dolor de cabeza 2ue le causaba una calentura intermitente. Finalmente 'omme calmaba el histérico á una señora con tocarle el violin. De estos hechos resulta que la música obra sobre el sistema nervioso cuyas enfermedades cura. Debería pre-i ferirse este remedio á las drogas repugnantes que se apli- can en el histérico, é hipocondría. La música hacia parte de la educación entre los antiguos. Ella perfecciona el oido, conserva i establece la calma al espíritu, quita el splin, que para los seres pensadores es un mal igual al doler. Ella es un talento agradable i una fuente de placeres, por esto i por que tas bellas artes dulcifican las costumbres, es mui útil que en nuestras escuelas se ensene la música de quien dice Iriarte. ¡Encantadora ciencia, don del cielo; Recreo de la humana fantasía De los males consuelo, Del alma fiel* intérprete! permite Que tu hermana la dulce poesía Investigar tus leyes solicite. Hai una relación intima entre el órgano del oido i el de la palabra-, las lenguas en su principio no han sido smo una imitación de los diversos sonidos de la naturaleza, i no se pueden aprender, sin oírlas hablar. La sordera de nacimiento priva deluso de la palabra^ En los países fríos, áridos i salvajes en donde se oyen los vientos impetuosos; ó donde circulan por entre los valles i peñascos, 6 final- mente, en los sitios enqu§e.l ftpj derrite Jas, nieves iseperr tyo cibcn uracanes terribles como en el paramo de Cachiri, el oido adquiere un habito á los sonidos fuertes. I'or «I contrario en los lugares en que se vive bajo un cielo apaci- ble, en qtie soplan vientos regulares i constantes, se acos- tumbra el oido á los sonidos suaves i apacibles. - Es evidente que la laxitud de la membrana del tímpano hace difícil la afluencia de los rayos acouslicos eu el cara- col. También es cierto que el calor ddata los cuerpos i el frió los contrae. De esto resulta que eo los paises lrios el tímpano está mas tensj, i en Jos olidos mis laxo, por con- siguiente se oye mas en Jos paises del norte que en los del mediodía. En estos paisf s si hai poca delicadeza de oído, la voz es mas entera i iiaá llena lo que no sucede en los pjí.» »«lel norte Las len^ms están en relación con el oído, que us mo- dificado por el aire i el clima. Asi es que tas 1 enmi > mas armoniosas están en los plises en que el aire no es mui r.-.m, en que el tímpano ni está mui laxo ni mui tenso, i en. donde el órgano vocal reúne la f»ciudad i la fuerza propia para formar sonidos suaves, sinescluir los duros q>i» sirve» para formar un contraste capaz de piular los objetos de' fdacer i de terror. En los paises de clima suave se hab 11» as lenguas suaves i que tienen la ventaja de oírse h gran distancia por muchos oyentes. Los griegos i romanos te- ñían una lengua sonora i armoniosa, elta ¡o esti!>¿ erizada como la mayor parle de las modernas, de silabas nasales i roncas, orijinarias del JNorle. Sus oradores i cus jenerales se hacían oír á lo lejos de sus ejércitos. En Lilia, en Ks • p-ni ¡ en Américi se perciben mas á lo lejos las %occ> en los teatros. El oido tiene una gran influencia sobre Jas ficul- tades intelectuales, tas que quedan en un estrecho cúvulo en el sordo de nacimiento. Los dulces atractivos de la lr- nura maternal, i los sentimientos de la piedad filial no lle- gan al corazón del infante sordo mudo, en quien ios >•)"$. suplen por el oído; por el contrario, ti niño qu<- i ye j habla desde la cuna se hace sensible á las caricias d- su madre i de su nodris, conservando por e'.las la adhesión mas tierna é inviolable que no se observa'en los animales. De lo poco que se ha dicho acerca del sentido, del *7« oido se deduce que es una gran ventaja tene^ este sentido sen- sible i fino; pues se ha observado que los que asi lo tienen ejercen mejor tus facultades intelectuales. Es pues mui intrusante mantener en toda su integridad este sentido, i no esporerlo á los grandes ruidos que les alteran i destruyen. Yo cstrsño que el autor no observ: que los habitantes, de los campos por esta razón tienen tan fino el oido, pues he obseí vado que se oyen unos á otros á grandes distancias, pues su oido no está alterado por los grandes ruidos de los ciudades. Se dice que en Oartajena hablan mui resio mis habitantes sin duda por que el ruido de las berlinas i i carretas dañi los oídos. £. 5.° De la vista. La vista tiene su sitio en el ojo el que á la vez viene á ser un instrumento de óptica i un órgano de sensación. De todos los órganos es aquel que da al alma percepciones mas prontas, mas variadas, i mas estensas las ideas de lo bello i los mas ricos tesoros ala imajinacion. Los ojos están situados en las órbitas, cubiertos de los parpados en cuya estremidad están las pestañas que sirven para moderjr la acción de los rayos de luz é impedir caigan al ojo los cuerpos que se mueven en el aire-, cada ojo lo mueven lies músculos, i está compuesto de tres mem- branas, tres cabidades i tres especies de humores,, Las membranas se llaman cornea, córvida, i retina, i los humores vitreo, cristalino i acuoso. Estos tres humores no tienen la misma densidad, pues el acuoso es casi como el agua, el cristalino es mas denso, i el vitreo es mas densa que el acuoso i meros que el crisüiliiio. La luz viene de los cuerpos lu- minosos al ojo en línea recta, pero sus rayos se encorban i reflectan según la densidad de los humores del ojo en que sufren tres refacciones. La retina es, según Tourtelle, el principal órgano de la visión. Las ¡majenes de los objetos se pintan en líaea recta al ravez. Nosotros veníoslos objetos distintamente cuando la retina recibe precisamente, en el punto de :u reunión los Í7* rajos de luz que alias envían. Los myepes no ven mas ob- jetos que los que están cerca de los ojos i los présbitas, que son la mayor parle de los viejos, no ven distintamente si- no los objetos lejanos. Se remedia el presbitismo por medio de anteojos de vidrios convexos, i la miopia con los con- cabos. Se curan los ojos de los niños que están vueltos i las cienes, i para esto se pone la cuna, amara, o cama ha- cia donde entra la luz en términos que le dé de lleno en ia cara al niño. Si no se remedia con esto se pone en el ojo que no está vuelto un tafetán negro, pues entonces el ojo débil sedírije hacia los objetos i hace un ejercicio que lo fortifica. Este medio es útil cuando Ja desigualdad de los ojos no es mui grande. El órgano de la vista debe ser tanto mas perfecciona- do, cuanto que es mui suceptible de engañarnos-, et ejer- cicio de este sentido contribuye mucho á su escelencia; El hombre salvaje que tiene una necesidad de ver los ob- jetos lejanos fortifica su vista Por esto es que antes se ha dicho que la jente de los campos ve mas que la de las ciu- dades. Los que habitan en ellas deben acostumbrar diaria- mente salir á los campos inmediatos para lograr usa buena vista: esto lo practicaran con los niños desde una edad tierna. El sentido de la vista tiene una conexión mas intima* con el cerebro que los otros sentidos; pues el nervio óptico es una prolongación inmediata de la sustancia medular. Asi es que la lesión del cerebro afecta este sentido. Las grandes ciudades de Europa están pobladas de jóvenes ciegos, por que la sensibilidad de su cerebro ha sido alte- rada por el uso prematuro de los placeres del amor. Agre- gúese á esto que en ellos las luce* multiplicadas, los rever- beros, etc., coa que se adornan las casas i los teatros, fati- gan la vista sin quitarla. Congratulémonos nosotros con que el número de nues- tros ciegos es cortísimo, i los mas son ciegos de nacimiento ó por optalmias. El uso frecuente que tienen los bogotanos de salir al campo, i que el lujo no ha introducido las ilumina- ciones de la Europa, conserva en ellos el mas precioso i necesario dfe los sentidos. /Ojalá que nuestra educación sea tal que el Dios ciego no nos anticipe sus placeres para ponernos iguales & este hijo de Venus! 473 CAPITULO 3.' De la palabr&i El hombre comunica sus pensamientos por medio de la palabra. Las bestias están privadas de este resorte que tanto contribuye á los progresos del espíritu humano. Este principio admirable de Ja comunicación de las ideas hace circular ia sabia que da oríjen, crecimiento i fruto a las artes i á las ciencias. El órgano de la voz está colocado en el fondo de la garganta, i se compone de la Jarinje, glotis i epíglotis que se puede levantar i bajar para abrir i cerrar el canal que for- ma la máquina que forma el órgano de la voz. El aire que; arrojan los pulmones en el tiempo de la espiración, está obli- gado á embocarla abertura, estrecha de la glotis, i del cho-t que de este aire contra los labios de ella, depende en jene-( ral la formación de* la voz. La palabra se forma como la voz en la larinje: ella no es otra cosa que la voz diversamente modificada por los: órganos de la boca i nariz. La lengua es sin contradicción el órgano que mas concura á la aiticulacion, por que ella forma no solamente las letras guturales, sino las dentales i suaves guturales. La campanilla es también necesaria paras hablar bien; los que la han perdido ó la tienen dañada,; tienen una voz chillona, desagradable i nasal, lo mismo que los que tienen las narices mui abiertas. Los ceños frontales son Jos que modifican la voz i la hacen sonora; pues estas rabidades son á la voz lo que la caja de un violin á las cuerdas. Cuando los niños comienzan á hablar imitan las con- sonantes labiales, por que casi pende su formación de los órganos esteriores; ellos adquieren poco á poco la facultad de articular las linguales, luego las nasales, i al fin apren- den á articular las guturales. Los tonos son al canto lo que las letras á la palabra, no siendo su formación la misma. Ellos no esperimentan, ninguna modificación ni en la boca, ni en la nariz, como los elementos de la palabra; ellos se forman en la glotis, í resuenan en la boca i nariz. L 3 474 Lis lenguas tienen una verdadera influencia sóbrela fisonomía, porque los órganos de la palabra, se forman por el lenguaje i para él. La frecuencia de vocales i diptongos, los sonidos guturales i los diversos silvidos de los dialectos del Norte, dan á la garganta, á la lengua, á los músculos de la boca, del cuello i de los carrillos, un movimiento i unas habitudes que influyen necesariamente sobre la forma esterior de estas parles. Yo casi distingo un ingles de un francés por la conformación de sus labios. • La tartamudez i falsete en la voz, son defectos que no se pueden remediar sino se comiensa á correjirlos á buen tiempo. El primero de estos vicios consiste en la dificultado imposibilidad de pronunciar ciertas silabas ó cier- tas palabras lo que previene de una mala conformación de los órganos de la palabra ó de unanal hábito contraído en la tierna edad, come el que contraen algunos cartajencros i anlio- queños que pronuncian la // como y, diciendo cogoyo, cu lugar de cogollo, repoyo en lugar de repollo etc. Roscau sostiene que los tartamudos, vulgo eciosos, lo son por mala educación. Para correjir esto se usará del canlo i la dec'a- inicion, que hizo correjir este defecto á Démostenos. El falsete de la voz no «s siempre un vicio del órga- no de la voz, sino de la desigualad de fuerzas en los oídos como lo prueban Jas esperiencias de Vandermonde. Para correjir este vicio en los niños se ejercitará con mas fre- cuencia el oído mas débil, sin fatigarle mucho. Oyendo casi solo por el débil, se fortificará conservando el otro su grado de fuerza. Para esto se hará cantar al niíío con alguna frecuencia para asegurarse si ambos oídos tienen un mismo grado de sensibilidad. CAPITULO I V. De las "pasiones h de la influtncia de lo moral sobie lofts'uo. Estudiar los sentimientos morales dice Alibcrt, C3 estudiar al hombre en los mas preciosos í mas nobles atributos de su ser. Ninguna ciencia pues hai mas digna del espíritu humano que la que trata de indagar el orijen de. sus pasiones. Ellas no son como dice Tourtelle, si- 475 guien do á Pope, las modificaciones del amor propio. Tam- poco son producidas por un impulso puramente físico, como han querido los materialistas, pues todo ser que tiene sen- tidos arregla i dispone sus ideas, i ellos serían inútiles, si obraran ciegamente por los ajentes materiales. El mundo se presentaría á los ojos del filósofo, sin espresíon i sin vida, si él lo considerara como el reailtado de una causa material. Desde entonces perdería su interés i su mayor embelezo. Sí pendiera de la atracción, todo estaría rc¿ ducido á una inmovilidad estéril i fria. Se percibe que existen en todo .ser viviente cuatro inclinaciones innatas que se pueden reputar como leyes primordiales de la economía animal. En las diferentes situaciones de la vida, todo lo que esperimentamos, lo que pensamos i cuanto ejecutamos se refiere á estas cuatro impulsiones primitivas de las cuales salen como de su fuente natural, todos los fenómenos del sistema sensible. La primera de estas inclinaciones interiores, que es irresistible, es-aquella por la cual el animal resiste contra las causas de destrucción, i hace frente á los peligros que le amcnazin. Es una potencia siempre activa, por la cual el ser viviente se apropia i se aplica todas las sustancias necesarias al mantenimiento i duración de su existencia. Esta la llama Alibert instinto de conservación. Las necesidades por las rúales obedecen á esta potencia los animales, son en cierta manera coactivas. A estos seres les prohibe la naturaleza. todo deseo artificial. Las pasiones que pertenecen al instinto de conserva- ción, son el egoísmo, la avaricia, el orgullo,- la vanidad, la fatuidad, la modestia, el valor, el miedo, la prudencia, la pereza, el fastidio, la intemperancia. i La segunda inclinación de que nadie puede librarse, es el instinto de imitación con cuyo ausilio, el ser viviente va creciendo, fortifica sus facultades nativas, i perfecciona en cierto modo la obra de la naturaleza. Este instinto es uno de los mas sólidos fundamentos de la vida social, i á él se refiere la emulación, la envidia, la ambición. Hai otra tercer inclinación que nos determina á buscar .1 nuestros semejantes, corresponderlos por una mutua sim- patía, comunicar con sus pensamientos por la palabra, 47G por gritos, i por otras señales siempre comprensibles, i poner por decirlo asi en común nuestras acciones, nuestros esfuerzos, nuestras penas i satisfacciones; esta inclusa cien se llama instinto de relación. De este nacen la benevolencia, la amistad, la estimación, el respeto, la consideración, el des- precio, la mofa, la compasión, la admiración, el entusiasmo, la gratitud, la ingratitud, el resentimiento, la venganza, la justicia, el amor de la gloria, el de la guerra, el de la polrúi. La cuarta lei es la de el instinto de reproducción que nos estimula á la propagación de la especie. Su enerjico impulso ha hecho nacer la mas noble i la mas jenerosa de las pasiones humanas. Por esla fuerza ineslínguible á la que nada iguala en su movilidad i su perseverancia, ea por la que se renueva i se perpetúa lodo en el universo, que eslá encantado por su presencia. De ella emanan el amor conyugal, el ¡amor paternal, el material i el filial' TourtcJL reduce el último análisis délas pasiones, al amor i al odio. El placer es una cosa momentánea i se le juzga por su intensidad, la duración caUblece la felicidad. El primer grado de placer es la alegría. Si esta sensa- ción es mas viva forma el gozo. Si pasa á un grado su- blime constituye el deleite. El espacio que hai entre este i el dolor es casi insensible, de modo que estas dos sen- saciones se tocan en cierto modo. Mientras mayor placer siente el alma, mas teme que te le prive de él, este es el orijen del temor, que existe acompañado de la esperanza, porque estas dos afecciones tienen por único orijen la probabilidad del bien i el mal. Al temur Jo reemplaza la tristeza cuando se acaba la espe- ranza. Cuando el hombre no vé en lo futuro sino una serie de desgracias interminables, cambia su tristeza en desesperación i su existencia le es odiosa. La superioridad del hombre sobre las demás criaturas consiste en el priritejio que «1 tiene de cstender al infinito sus necesidades, hermosear su vida i aumentar asi sus goces. El hombre es el único confidente de los secretos de la naturaleza; pues el bruto jamas sintió la curiosidad que ofrece el designio de las obras de la creación. La curio- sidad es el primer atributo del sistema sensible, la primera facultad de nuestro entendimiento, la que sin cesar i.os 477 impele á averiguar lo que ignoramos. Esta facultau es muí sencilla en su acción, i en sus efectos, precediendo siempre á la atención. Los niños son naturalmente cu- riosos: pero su movilidad natural les impide que se fijen. La curiosidad presupone en cierto modo las ventajas del objeto acia el cual se dirije. Plutarco insiste mucho en el abuso que se hace de la curiosidad, pasión tan próxima á la malignidad i a la envidia. El hombre se espone muchas veces á la muerte misma por satisfacer su curiosidad. Cuando esta pasión no se usa en detrimento propio, es sin dnda el presente mas precioso que el Criador ha hecho á la especie humana. Cuando el aJma goza, ella produce una espansion, una intumesencía en las fibras; ella dilata el epigastrio, lleva las fuerzas ilos humores á la circunferencia. Cuando ella padece, condensa la cutis, cierra el epigastrio, i concen- tra su acción. Las pasiones producen los mismos efectos que un calor suave, i un frío penetrante i vivo, asi es que la transpiración se suprime en la tristeza, i se aumenta en el placer. Es imposible que el hombre viva sin pasiones, i solo el abuso de ellas es criminal. Las pasiones estremadas son peligrosas, i llevadas aun sublime grado de violencia, suelen quitar la vida en el mismo instante en que se es- perimentan. Las pasiones agradables, llevadas al csceso no están escentas de peligro. La estrema alegria puede producir un espasmo, que interceptando toda irradiación vital, yera de muerte con Ja celeridad del rayo. Diagoras espiró de alegria al ver llegar á sus tres hijos vencedores en los juegos olímpicos. Sófocles, PoJicrates, Denys, i el Papa León X. perecieron en el esceso de la alegria. Es de notarse que la mayor parte de las muertes violentas producidas por las pasiones han acontecido en la vejez. Estas mismas pasiones dan menos que temer en la juventud. Cuando la tristeza, el temor i las inquietudes, per- manecen largo tiempo, se forman obstrucciones en las vice- ras i particularmente en el sistema de la vena porta. De aqui resultan calenturas agudas, gota, melancolía etc. Estas 4t8 afecciones se desenvuelven con mas enerjia siempre que haya habido errores en el réjimen. Debemos tener en gran consideración el repentino transito de una afección á otra. Cuando se hace este transito gradualmente no están pe- ligroso ; pero si se ejecuta como por sorpresa, suele causar un espasmo mortal. Después de la batalla, que perdió el ejército romano cerca del lago de Trasimena perecieron dos mujeres de repente por haber pasado del dolor mas vivo, (creyendo muertos sus hijos,) á la suma alegría, cuando los vieron vivos. Cuando se quiere curar una persona de una pasión, es preciso evitarle los cambios re- pentinos. El gozo no es pues eJ remedio del dolor, ni el amor del odio. Para calmar las pasiones fuertes ei preciso partirlas: partiéndolas se les debilita, i debilitándola se estinguen. Las afecciones suaves i apacibles como la alegria, el gozo moderado, la esperanza i la amistad arrojan irradiaciones vitales en todos los órganos i determinan la corriente de oscilaciones vitales á todos los órganos dirijiendo los hu- mores acia la circunferencia; ellas aceleran la circulación por un movimiento suave é igual: el pulsóse pone lleno i blando: la cara loma un color sonrozado, los ojos adquiereu vivacidad, i todas las acciones anuncian el estado feliz de el alma. La alegria escesiva acelera la circu- lación por fuertes sacudimientos, lo mismo que el temor; se siente acia el epigastrio una opresión que anuncia el espasmo del diafragma; la cara se pone pálida, i tiem- blan los brazos i piernas, sobrevienen desfallecimientos i á veces la muerte. La insíez'j, el disgusto lento, la melancolía moral, hacen percibir en el epigastrio una opresión dolorosa, que se designa por este dicho vulgar, opresión de corazón. Parece como que las fuerzas abandonan el cutis, i que todo el cuerpo se halla abatido: el pulso es pequeño, concentrado, i á veces lento, ó frecuente i desigual: las secreciones i escreciones íe disminuyen, particularmente la transpira- ción, las facciones de la cara se desfiguran, i manifiestan el estado penoso de la alma i por poco que dure, sigue luego la hipocondría, la fiebre nerviosa i oíros males que penden del desareglo de las pasiones. El médico Fernclia 479 pereció del pesar repentino de haber perdido su esposa. Clemente VIL murió del disgusto que le ocasionó una carta que le envió la universidad de Paris. Hacine murió á poco tiempo de haber caído déla gracia de Luís XIV. La cólera es una pasión fuerte que resulta déla unión del odio i sed de venganza. La enemistad difiera por on grado menor de violencia; ella es una colera debilitada, un prolongado deseo de venganza. Aquella turba el espí- ritu i cambia de un modo horrible las facciones de la cara: precipita la circulación, dirije la sangre acia la cara, que pone encendida é inflamada. Otras veces el espasmo es tan jeneral i tan violen toque el rostro se pone pálido, la boca se vé espumosa i Jos ojos centellantes. El pulso es grande, fuerte i frecuente-, otras veces pequeño, con- centrado i siempre desigual; los miembros tiemblan, la respiración se halla mortificada é interrumpida por fre- cuentes suspiros. Por eslos sinlomas se manifiesta que la colera es mui peligrosa. Ella lleva su acción sobre el sistema hepático, i produce comunmente la tiricia. Causa algunas veces hemorrajias mortales, ruptura de cicatrices, inflamaciones, epilepsia, convulsiones i enfermedades ner- viosas no menos graves. En el acceso de colera han perecido muchos, entre ellos Valentíniano, que echando en cara su ingratitud á los diputados de Bohemia entró en tal furor que perdió al instante la palabra i la vida. El reí Wenceslao le atacó una apoplejía por haberse enco- lerizado contra uno que no le habla avisado las turbaciones que exiló Ziscon cu Praga. Yo vi morir á ua señor (jortaire en un movimiento de colera. La colera es una pasión que puede evitarse por una buena educación i una sana moral. No obstante que ella ha producido efectos tan terribles, ha curado algunos pa- ralíticos. En el concepto de Hipócrates, puede ser útil á los pituitosos á quienes no perjudica. Tanto esta pasión, como Ijs otras pasiones fuertes les serán útiles, con tal que no sean inmoderadas, pues favorecen Ja circulación que es tan lenta en los pituitosos, en quienes puede dudarse haya pasiones fuertes pues no son mui sensibles. El pudor i el temor producen una opresión en el epi- gastrio; la respiraciones difícil é interrumpida por suspiros, 48o el corazón palpita, todos los humores se dirijen al in- terior, el rostro se pone pálido, el cuerpo tiembla, el pulso es frecuente, pequeño, concentrado é irregular. El espasmo es tan considerable que ocupa el sistema venoso en términos que no sale sangre cuando se abre la vena. Por estas pasiones se suprimen todas las evacuaciones, escepto las del vientre que por lo regular se amientan i casi siempre producen diarrea. Ellas han producido la pará- lisis, la epilepsia, la demencia i otros males nerviosos. Finalmente disponen á recibir los miasmas contajiosos. El pavor i el miedo han causado la muerte repentina. Marcelo Donato, i Zacuto, refieren que murió un niño de repente por haber visto dos vultos negros á la madru- gada, i otro fué atacado de epilepsia, por haber oís* el tiro de un cañón, cuando se bañaba en el mar. Marco Aurelio Severíno, refiere que una monja arrojó sangre por todos los poros del cuerpo i quedó muerta cuando se vio rodeada por soldados que tenían sus espadas desnudas. No debemos confundir el terror con el miedo. El primero obra disminuyendo las fuerzas vitales, i el otro aumentándolas, i produciendo los movimientos mas fuertes i violentos. Mudos, paralíticos, epilépticos, i febricitantes se han curado con el terror. En esta ciudad he visto curarse varias personas por el terror de los sucesos de la revolución i los temblores. No han faltado quienes hayan hecho un crimen del amor, esforzandose á arrancarlo del corazón délos hombres en quienes reina por ia opinión. Esta doctrina ha ten- dido á destruir la especie humana. Para su propagación dijo Dios creced i multiplicaos. El amor es propio de la juventud. El instante en que el comienza á desenvolverse, es en el que aparecen los signos dichos en la pajina 37. Esta pasión, que los poetas han divinizado, es el principio i el alma del mundo físico: su imperio es el de la naturaleza; todos los seres anima- dos están sometidos á sus leyes: el es la fuente fecunda de felicidades, i de males los mas crueles. Del amor ha dicho madama Stael (1). La eternidad solo puede compren- (1) Cocina T. 20. 48i derse por el amor: el confunde todas las nociones del tiempo; borra fas ideas de principio i de fin: creemos que el objeto que amamos le hemos amado siempre; ¡tan difícil se nos hace haber' podido vivir sin él! El amor feliz no solamente embellece la vida i reparte la serenidad sobre su orizonle, -sino que martiene la salud i multiplica la existencia, curando mnclns enfermedades para las cuales todo otro socorro es inútil. La solaespe- ranza de poseer el objeto amado ha hecho este prodijio. El amor desgraciado llena la vida de amargura i de duelos, i da orijen á males terribles como ia melancolía, el his- térico, catalepsis mufomania etc. El amor se compone de muchas pasiones diferentes, el deseo, la espera»», «l placer, los celos, i muchas veces la desesperación, son el numeroso séquito que le acom- paña. Los diferentes efectos que produce sobre la eco- nomía animal, i su mayor ó menor grado penden de las pasiones que le acompañan, ó se le contraponen. El amor que no es escesivo es bajo la relación física útil á la ju- ventud, porque Jas rápidas succesiones de espasmo i atonía que determina acia el diafragma, favorecen la circulación de las fuerzas tónicas, i mantienen la armonia de las funciones i por consiguiente la salud. En jeneral el amor feliz produce la espansion de las fuerzas, aumenta ia enerjia vital i hace el pulso fuerte i frecuente. Cuando está acompañado del temor i los celos, produce una opresión en el epigastrio i difunde por todos los órganos una sensación dolorosa poniendo el pulso desigual. Por este síntoma conoció Hipócrates el amor de Perdicas por Philasf i Era- sistrato la pasión que había concebido Antioco por su suegra Stratonica. El amor violento i el que está próximo á satisfacerse aumenta las fuerzas i el calor: pone la cara encendida, é inflamada, los ojos brillantes, la respiración lijeramente interrumpida, el corazón palpitante i los miembros tem- blorosos; mas luego que se ha satisfecho se cae en un gran desfallecimiento i tedio volviendo á poco rato á res- tablecerse el orden natural. <- El amor violento raras veces eede á I03 impulsos de la razón, ocupado sin cesar en el obíeto de sus d^eov 1 J>1 ? 43a de el temor de perderle. El da orijen á los fenómenos que producen las fuertes contensiones del espíritu unidas al terror. El amor violento ha causado la muerte. Conocida es la aventura de aquel joven, que arrojándose á los pies de madama Gaussin, espiró oe amor, de placer, i de furor. Una señorita del Siena llamada la Venus, murió de re- pente viendo partir á su amante. El amor hizo Unta impresión en un joven que estaba en la mesa con una viuda amable, que le hizo salir de la frente un torrente im- petuoso de sangre. La amistad, esta venturosa pasión, esti fundada sobre la simpatía i sobre la necesidad innata que tenemos de par- ticipar nuestras sensaciones penosas ó agradable?. La amis- tad es una de las mas nobUa. facultades de nuestra alma; es á un tiempo una de las mas puras, i mas OeUtiosas dis- posiciones de nuestro sistema sensible; es acaso la única pasión cuyo esceso no es vituperable. Es finalmente una de las afecciones mas naturales á la especie humana. Por Ja amistad debemos poner todo en común, la felicidad, el infortunio, i todas las alternativas de la vida. Los griegos le habían consagrado templos, i la noble i hermosa lejis- lacion de Licurgo tenia por base la amistad. Esta noble pasión reunió el batallón sagrado de los Tebanos, que no era mui numeroso, cuando sucumbió con tanta gloria á la falanje macedonia. A madama Stael se le escapó un error cuando dijo: que la amistad no era una pasión. El perro es el modelo, el verdadero prototipo de ia amistad. Puede decirse que la Providencia, previendo que habíamos de ser abandonados por nuestros semejantes, quizo que el hombre hallase un amigo á toda prueba entre los animales que Je rodean. El perro es un a™«°» no solo cuando el hombre está sumido en Ja calamidad, sino aun después de la muerte. Varias observamos por ¿l«unos dias, que un perro venia sin cesar al banquillo cu que había sido fusilado su amo. La amistad ha Reñido sus mártires. En el sitio de la Capilla un español murió abrazado del cadáver de su amigo. Horacio' no sobreviva* ¿ir.o nueve dias á la pérdida de Meconas. Del mismo modo ^.119 el amor es el resorte del mundo físico, la ambición es el principio del mundo moral. »us 483 hai una gran diferencia entre estas dos pasiones, pues el amor tiene por objeto los goces físicos i la ambición aspira á una felicidad de preocupación. El primero se debi- lita por el goce i la segunda se alimenta: los deseos del ambicioso se irritan con ventaja á medida que se satis- facen, i el se dirlje mas allá del placer que goza, i esto es lo que le impide gozar. La ambición vive eo el cora- zón del hombre i se modifica según las circunstancias en que el se halla, i las afecciones qu¿ le acompañan. El alma del" ambicioso, siempre fija en los futuros acontecimientos, fluctúa sin cesar entre el temor i la esperanza, i hace sufrir al cuerpo no solo Jos efectos de la pasión domi- nante, sino los de las pasiones fuertes largo tiempo sos- tenidas. Cuando la a.ml>Lcion es escesiva, i que los sucesos no corresponrteo á su espectacion, los temores i la envidia acarrean frecuentemente una fatal desesperación, ó minan i consumen lentamente el cuerpo. De las afecciones .que acompañan á la ambición, nin- guna es mas funesta que la envidia: varias veces ha dado la muerte en el instante mismo en que el ambicioso se encontraba con el objeto de su pasión. Tissot refiérela historia de un majistrado de Suecia, que murió á los pies de su feliz competidor, en el momento que el se apro- ximaba á felicitarlo por haber recaído en el una elección popular. Esta pasión que está compuesta del deseo, del dolor, i del odio, causa en los infantes, obstrucciones, calenturas lentas, convulsiones, por lo que se ha dicho en la pajina 4o3, i por tanto se practicará con los niños lo que allí se ba dicho. A la ambición puede reducirse el amor desenfrenado de las riquezas i ia pasión del juego. Cuandj se usan de medios oblicuos é ilejitimos, ó cuando dejenera en ava- ricia es un crimen el amor á las riquezas. La avaricia es la pasión en que cabe mas personalidad. Ella está vi- lipendiada por todos los Igembres; se funda en el amor escesivo de nuestra vida, i avasalla los últimos años de ella dándole un fin tan triste como miserable. El avaro recela ser pobre, i por esto se afana en buscar medios para la vejez; el resultado de sus cuidados es fatigarse mu- m tic, i.o gozar nada i dejar sus riquezas i otros, para que se aprovechen, de ellas, La avaricia e¿ la pasión de las jentes ¿. ■ adas/de ios viejos í mal amos. La avaricia es el jermen de-todas las malas inclinaciones del hombre. Es tan áicida i tan absoluta como la ambición. El avaro es como Tántalo en medie de las aguas. Por mas tesoros que hacine, Uniavia la. tierra noes bastante para susne- " cesidades, jamas se halla rico i quis era empobrecerla. í^ara. curar esta incomprensible locura, convendría presentar al avaro todos los los dias el rn.Jiv de las probabilidades déla vida humana. ¡Avaros ostentosos de todos los rangos, avaros jerd-dos de todas clases, dejad de enterrar este oro qu¿ es aun menos perecedero > que vosotros !! Abrid vues- tras puertas á la iudijencia. EA hoo^liro benéfico es el ver- dadero sabio; todos de aman mienir¿. vive i lodos le lloran después de su muerte. La pasión d< I juego, se deriva de la sed de las ri- quezas i de la ociosidad. Ella esta/i dañosa á la sociedad, como perjudicial á la salud: ella la priva de la primera porción del trabajo, de la industria, i de los talentos que cada individuóle debe, i ella da lugar á todos ios males que dependen de la vida sedentaria, de la contención escesiva del espíritu, de las trasnochadas, i de las pasiones que* le son inseparables. Por lo regular corrompe el co- razón, hasta el punto de cometer injusticias. La ambición no es mala cuando se contiene en sus justos límites, pues la naturaleza nos-dicta engrandecernos i multiplicarnos. Esta pasión dirljida acia un buen fin, merece los mas grandes elojiosj ella ha criado los sabios, los artistas, i los héroes, cuyos esfuerzos animados por la esperanza de la gloria ilustran el país que les vío'naccr. El deseo de sobrevivir, haciendo bien á Jos honbres, es la cm^-lcion mas noble i'mas laudable, i después de ella lo es la- í. .ibicioa, de la gloria literaria. Estas dos pasiones ensancf-n la alma, i le hacen atreverse á las i.:as grandes tosas, como las'mas difíciles»i mas útiles á los hombres. iVadie podría creer que hubiera amor á la guerra. Los pueblos'no se amenazan ni vienen á las armas hasta qn< se han "iclaúe las leyes de relación. El mundo es «ma presa rué se disputan los conquistadores; los pueblos e.^án 485 casi siempre ocupados^ en deliberar sobre su dcfenza* La guerra da vuelta al mundo, i si su llama se apaga en algunos puntos es para encenderse en otros. Sin duda pues, lo que inspira tanto atractivo á la guerra es el favor distinguido que parecen gozar algunos hombres á quienes la fortuna no abandona jamas. El que se ha hecho grande por. el poder de las armas no quiere ya igual i se ajita incesantemente, porque nada se oponga á sus^ vastos de- signios. Su impaciente alma juega con los peligros, como con los ebsiáculo*. Asi que el hombre se vé fuerte todo lo quiere invadir, i quiere que todo lo que no posee Je pertenesca. Nada le importa, nJ rio», ni montañas, ni desiertos, ni cuanto separa los diferentes climas, todo lo quiere invadir. Es pues cierto que hai en todos los hom- bres un* irresistible inclinación á destruirse. M. Maestre dice, que la mano destructora del hombre no economiza nada de lo que vive: mata para alimentarse, mata para vestirse, mata para adornarse, para atacar, para instruirse, para divertirse, i hasla para matar. Reí soberbio que de todo tiene necesidad i nada le resiste. A estas ener- jlcas palabras se puede añadir, que la guerra es tan an- tigua como el mundo, i por consiguiente el amor queá ella se tiene. El amor á la gloria, es aquella necesidad que tenemos de correspondemos í simpatizar con todos los seres que se hallan separados de nosotros; aspiramos á vivir hasta en la memoria de los hombres que nos suceden, i queremos^ hallar en ello: amigos, confidentes admiradores. El hom- bre en esta miserable tierra, es un alomo que se está mo- viendo sin cesar para parecer grande, i trata de que lo vean i consideran da. lejos : de aquí viene que persiguefon tanto ar- dor ácsta fama maravillosa, que es el resultado de un asenli- mle-itn unánime de los contemporáneos i déla posteridad. Enlre loe placeres que siente el alma no hai ninguno que se pueda comparar al de la gloria. Este goce hu- mano es el único que está siempre vivo en todas las eda- des, hafti la vejez se baila abierto á sus dulzuras; el enfermo en sus últimos^instantes se enternece, i se muestra (obvia sensible á Jes aclamaciones universales-. Qureispues hacerm* morir á fuerza de gloria, decia el filósofo de Ferney 486 á los que le coronaban en la representación de Irene Si se pudiera concebir la dicha que esperimentó el Libertador cuando en el año de 19 en la capital de Santafé ae U pues _ délos bienes mas apetecible;» de nuestra vida, es una ad- miración prolongada que nos consuela de la muerte i de la nada de nuestro polvo. Vauveuargues dice, que des- pués de haber producido el mérito de nuestros mejores dias cubre con un velo honroso Jas pérdidas de la edad avanzada. El hombre se sobrevive, i Ja gloria que no se adquiere sino con la virtud, subsiste dopucs de eJía. La gloria es un precio que so pone á, lodo Jo que hai de mas honroso en las conquistas de la razón, cu lt>» descu- brimientos del iojenio, en los trabajos heroicos de la vir- tud. La. verdadera gloria es la que se adquiere á espensas de los'propios desvelos, la que no se ha usurpado, i se halla conforme con nuestra conciencia, i nos sigue al través de los obstáculos, i muchas veces se vé sancionada por grandes infortunios. Concluyamos que el amor de la gloria es una de las inclinaciones mas naturales de nuestro ser. Sin ella el trabajo no seria mas que una carga pe- sada que llevaría en pos de sí el fastidio i el disgusto. Anhelar la gloria es pues reconocer en cierto modo, nuestro destino futuro, es profundizar el secreto de nues- « tro porvenir, es presentir nuestra inmortalidad. La misma fuerza quenosreune porefecto de analojía,de organización, de costumbres, de carácter, esta misma fuerza nos hace tener tanto apego al suelo que nos vio nacer, á la tierra en • que por la primera vez hemos respirado Ja vida, i donde se nos han pasado nuestros primeros años. He aqui porque el amor á la tierra natal, es necesario al jénero humano. Es ventajoso que los habitantes de cada comarca en donde Dios ha hecho brillar el mismo sol, reúnan su fuerza, su poder i su enerjia» para resistir á ribalidades, antipatías, i pretensiones particulares. No hai villa que no conserve cierta admiración por sus establecimientos, por sus edificios, por sus produccio- nes, JSo hai pueblo por miserable q 10 fea que no halla 487 un orgulloso placer en alabar la ventajosa posición de sus tierras, la fertilidad de sus campos, i la belleza i abun- dancia de sus sembrados. La naturaleza ha necesitado esta ilusión para retener á cada hombre en sus hogares. Los habitantes de las inmensas tierras que baña^ el Magdalena i Orinoco, no cambian sus miserables cabanas, situadas en un clima ardienle, enfermiso i lleno de infini- tas plagas, por las bellas ciudades de Venezuela i Cundi- namarca en que se gozan de lodaslas comodidades de la vida. Ellos se han llegado á imajinar como la&jSamojitas, i Lapones, que son el objeto especial de una predilección del Ser supremo. Allí pasan todas las edades de la vida como si se hallasen rodeados de todos los goces de la pri- mavera. Ninguno de ellos Ka querido habitar nuestros poeblos, cuando la guerra los ha conducido á ellos. Los soldados peruanos que se han licenciado han volado á habitar con sus dioses lares á pesar délas inmensas tierras que tienen que andar. Los Esquimales comprueban que los pueblos mas desgraciados en apariencia son los que se muestran mas apegados al suelo de la patria. La afición que se siente al suelo natal es indepen- diente de la propiedad. Todos los dias se vé al colombiano fuera de su pal ría atormentado del deseo de volver á verla 4 En el ceno de f>¿ placeres i de la abundancia en que se han visto muchos jóvenes colombianos, en Paris, Londres i ciudades del N irle America; han csperiuientodo un vacío que nada lo podía llenar; i esta inquietud que se ha con- vertido en una atecrion d lorosa, los ha brecho volver al campo t'e su< padres, á descansar á ia sombra de la casa en que estuvo «1 cuna, aplicar su latiente corazón al ceno maternal, á abraz r á l< s compañeros de su infancia, que es á lo que se reducen sm vitos si ser Omnipotente á quien invocan desde ri ceno de la c:»ulencía i del lujo de las ciu.íades europea-. El amor á U libertad,'el ardor juvenil, nos arrastran i llevan lejos del suelo que nos vio nacer, i nos quemamos en ti fogoso deseo .de dejarle. Pero cuando hemos pro- digado nuestra existencia fuera de él, en paises estran- jeros, volvemos á pedir i la naturaleza los primeros bienes, los primeros amigos que nos dio el cielo) i nos apreso- í*8 . ramos á pasar los mares, i a atravesar los Alpes para volver ú las tierras que habíamos dejado. Parece qne hai en el aire de la patria, un sabor delicioso que no.se gusta jamas en una tierra estraña. Los médicos conocen una enfermedad horrorosa lla- mada Nostoljia, que es el resultado de los tormentos que se padecen cuando uno se halla lejos de su patria: esta es la enfermedad de los desterrados; es la de los guerreros á quienes las circunstancias llevan lejos de sus hogares i de sus queridos parientes. En esta enfermedad si las comu- nicaciones se interrumpen el ancia se aumenta- Los habi- tantes de los campos están mas espuestos i estas emociones que losr de las ciudades. El paisano echa siempre, át menos su azada, su arado, la somi\>r& 4<>l árbol que '» sirvió de cuna i la dura barbacoa en que descansaba, de las tareas del dia, acompañado de su fiel esposa i de sus inocentes hijos. Los desterrados i guerreros aunque vivan en un pais esmaltado de flores, i en una admosfera en que se respire una perfumada ambrosia, podrán repetir con una'gran emoción estas palabras encantadoras de una ciudad llaeai' ¿no" renunciaré yo todos los bienes de la tierra por la de Bogotá ? El amor conyugal es un amor apacible, tranquilo i razo- nable, una afección encantadora cuya influencia se pro-< longa en un rizueno porvenir. Tiene por compañeros la amistad, el desprendimiento, la estimación, i la renuncia de si mismo, con otras mil virtudes conservadoras. Una suerte igual es digna de envidia, i es lo único que puede entretener los ocios del sabio, i sembrar de floresta car< rera del hombre de bien. El amor maternal es el sentimiento mas tierno de lar naturaleza animida, el movimiento mas dulce i mas jene- roso que puede emanar deí instinto de reproducción. No> sin razón se ha dicho que el amor maternal es una in- clinación primitiva, fundamental en la economía animal; Ningún ser en lá tierra puede sustraerse á esta inclina- ción á la cual se ha confiado la vida por la naturaleza, i asi es que todos Jos animales cuidan con tanto esmeró i afección el fruto de su reunión. El amor maternal comunica un valor sobrenatural, i este «valor dura mientras la madre tiene necesidad de defen- der á sus hijos. En el amor de una madre todo es espon- taneo, nada es reflexivo; Refiere Alibert, que celebrándose en Paris el himeneo de un üusire conquistador, se incen- dió el magnifico palacio en que se hizo la función, i en medio de las escenas de horror i desesperación, se veva N 3 • ¿9° el valor sublime de una multitud de señoras pálidas con los cabellos desenmarañados lanzándose en medio de las llamas, disputando á sus hijas el horrible incendio. Toda es exeso en el amor maternal, pero por mas penosas qae sean sus fatigas, son casi siempre muí dulces al corazón que las recibe. Si algunas mujeres de Otaiti ahogan a sus hijos asi que salen á luz, i las de los Mojos cuando paren jemelos ahogan el uno,. ejemplos que alegan algunos filósofos para negar el instinto maternal, eslo debe atribuirse alas supersticiones que han adoptado. Los infanticidios que se ven entre nosotros son el efecto de uu completo delirio, i porque Ja naturaJeza ha sucumbido á la lei del honor. Al amor maternal debe t\ mua¿o mi duración, i el esla pasión mas atractiva, la mas natural, la mas amena en emociones, que no conoce ni las indiferencias ni los caprichos, i no cesa hasta la muerte. El amor cambia, la amistad se altera, la ambición cede; pero en el instinto maternal hai cierta cosa que no perece. El hijo que es- pira en su aurora conserva siempre su culto en el corazón de la'que le concibió, i no quiere que la consuelen. Ma- dama Cotih dice, que aquella mitad del mundo á quien la naturaleza dice ser madre, debió ser formada toda de amor. El amor paternal, es á un tiempo el sentimiento mas digno de un corazón jeneroso, i el goce* mas dulce del hombre sensible. Nos consuela en la desgracia de la vejez i nos descubre una especie de inmortalidad en esta tierra que vamos á dejar. Un padre cree revivir en sus hijos i mas bien vé en ellos a los continuadores de su existencia que á sus herederos. Importa mucho que el amor pa'er- nal sea un sentimiento durable. L'n padre debe asistir á sus hijos hasta su última hora. De este sentimiento paternal se deriba una especie de autoridad que tiene por funda- mento i por objeto la felicidad de aquellos que le cuan sometidos. El poder paternal es el primero que el hom- bre recibe de la naturaleza, i por el se conservan las costumbres de la -familia. La casa paterna según José Droz, es un templo en que se conserva el fuego nece- sario á la vida moral, aun cuando no está atizado por manos • Í91 mui puras. Reprimir las malas inclinaciones, desarraigar los vicios, velar las acciones, rectificar las palabras, de- purar los deíeos, dirijir los esfuerzos, ennoblecer las opi- niones, arreglar los hábitos, estas son las funciones de un corazón paternal i en el orden social nada hace tan agradable la vida como semejantes solicitudes. Si el padre tiene mil satisfacciones cuanto mas afi- cionado está á sus hijos! que de disgustos no sufre cuando ja se halla solo con la anciana compañera ea aquellos mismos sitios que sirvieron para criarlos! Uu padre que ee queda sin su posteridad es como un árbol que se vá secando en sus raices desde que el rayo ha quemado sus ramas. ... El amor filial, es la afección que mas virtud necesita (ara sostenerse largo tiempo en la carrera de la vida. ,os lejisladores han contado tan poco con el instinto de |a naturaleza para su conservación que han tenido que formar un precepto fundado en el del decálogo: honrarás á tus padres] Desgraciado el hijo qué pierda la gracia de sus'padres. Cuando en una casa hai un hijo ingrato la maldición entra en ella por todas las puertas. Asi es que en todos Los gobiernos cultos se han establecido penas tan graves para los parricidas. Por una lei de la China se dehia arrasar el sitio en que hubiese nacido el hijo bárbaro que inmolase á su padre: Lo que comunmente hace inclinar á los hambres á separarse de sus padres, desde que no los necesitan, es la corrupción de las costumbres, la depravación del carácter, i los vicios de toda clase. No parece sino que el amor filial se ha debilitado desde que se le ha preconizado tanto como una virtud. Obsérvese sin embargo á los hom- bres en su carácter primitivo, i se hallará en ellos^el amor filial en su enerjia la mas activa. En las montañas de la alta Escocia son los padres queridos i respetados tiernas mente. Los hijos que sirven en la guerra, ó en las casas opulentas, van reservando parte de sus gajes, para socorrer con esta economía á un padre óá una madre. Un mi- litar que ha cometido una bajeza, ó una cobardía, no se atreve á volverá estar delante délos autores de su vida: i »:u tiene mas arbitrio que alejarse; i para un montañezde 4$a Escosía, no es vivir el estar lejos de sui padres i de su patrio. Por desgracia somos ingratos, mientra» jóvenes, i cuando las pasiones nos arrastran) tardando mucho en echar- nos en cara nuestra injusticia para con nuestros virtuosos padres á quienes hemos casi siempre acusado de tiranía ó de una inflexible severidad. Entonces quisiéramos volver á empezar la vida y-.r? reparorlo todo, nuestra alma se halla oprimida por Jos mas tristes i dolorosos recuerdos. Si algún hijos tuviese la tentación de ser ingrato, que piense ei: aquel tiempo en que su niaJre lo cuidaba, le tenia eo su regasd para dormirle, Je movía para distraerle, i aliviarle los dolores de la. ínL:.ncij, en que Je enjugaba las- lagrimas, escuchaba todos sus quejlfloo, Ia acariciaba' sin cesar" para darle, por decirlo asi el aliento i la vida: i en que no trataba de tomar fuerzas, en fin, sino para consagrarlas á mi bien. El amor filial r.o se ensena: es una afección de nues- tro Instinto, que nace con nosotros, hace parte de nuestra naturaleza, i corre por decirlo asi por nuestras velas. En un país donde las costumbres son puras, el placer, el dolor, la esperanza, el temor, la libertad, la inocencia, todo se refiere á este feliz sentimiento. El amor filial es ademas upa especie de relijion, que encuentre el premio de los sacri- sta cios que se impone en este gozo inefable que halla su ahna i es la mas dulce recompensa de nuestras virtudes. El egoísmo puede compararse á un ejército en der- rota, batido á un tiempo por la fuerza de las armas, i el rigor de Jas estaciones. En tal situación, el soldado no obedece mas que al Impulso de sus deseos, i no conoce jefe, ni ciscipiína, i se entrega á los desordenes de /a insubordinación. El encismo es el vicio de los celibatos, de los viejos, de los enfermos i convalecientes. El egoísmo está á la rabe.^ de ; uestras pasiones personales, i es un vicio o Julio sino se contiene en sus justos límites. LI egoísmo gana i ccaompe á los hombres en masa. Por el fué que entre los romanos succedió á la dulce pasión por la patria, una i,;inferencia por los asuntos público*. A es¡a ¿¿"isla ¿ccadcncia de las sociedades. La muerte del tzzlrM r: > etfi'.a c\ m-;prv setfi/r'vÍM'o i el nv.'rdo se > tiene sus raises en el Pí-^m'Io i la maldad del hombre. Es el resultado de esta vi...: abgria, que sentimos á la vista de Ia3 desgracia» • Sol que pueden aflijir á nuestros semejantes. Un filósofo ha dicho que ella era la espada de la mujer: efectivamente es el arma de los débiles contra los fuertes, el recurso de los pequeños contra los grandes. Los cojos, raquíticos, jo- robados, los niños i los inferiores en potencia fisica, tienen esle vicio. IV.d: s» los hombres tienen una* ten- dencia acia u^a muVdicenria bufo; ¡i, que el talento sazona i hace mas ó menos picante. El pueblo no se alivia de sus penas, ni se «enga de los que le gobiernan sino por me lio de chansas malignas. La mofa viene á 6er el suplicio de l¿s relaciones sociales. Por medio déla co- media se ba reducido á un arte la mofa. Asi pues ella tiene un objeto moral i serio en Jas producciones có- micas, las que satisfacen lss nectsnkide». imperiosas d» nuestra naturaleza, que nos inclina á divertirnos* á es- pensas* de otro, sin ofender la delicadeza individual. La compasión es una afección simpática que se dirije con mas ó menos enerjia acia todos los individuos que padecen ó son desgraciados. No es el efecto de una re- flexión que hacemos de nosotros mismos; pues esta facul- tad sublime consiste mas bien en la innata necesidad que tenemos de simpatizar con .las desgracias de nuestros se- mejantes i de hacerlos participar del bienestar que goza- mos.. Asi el hombrees compasivo por instinto i no por razón: la compasión se apodera inopinadamente de su alma. En el seno de las sociedades cultas es sobre todo donde se comunica esta pasión con mas fuerza i presteza. Los dolores fisicos la exítaa menos que los morales: i es mas activa en los jóvenes destinados i sostenerla, que en los viejos que están cerca de apartarse de ella. Las mujeres, son especialmente accesibles á este dulce senti- miento, porque la suerte de la existencia individua', parece estarles mas particularmente confiada. Hai siempre una especie de justicia en lá repartición que se hace ce la compasión, cuya impresión es tanto mas enérjica, cuanto que el individuo que la exita es mas ó menos reco- mendable, por sus virtudes i su moralidad. JEsta impresión se espresa muchas veces por lágrimas exiladas, mas bien, por el dolor moral, que por el físico. La compasión es suceptible de decaimiento i ai- 5o3 tcraclon, pero es preciso confesar que es nno de los gran- des beneficios de la Providencia el hacernos simpatítar con todos los seres á quienes la desgracia abate. Dios ha querido que la debilidad interesase al poder, i ha dado al llanto el prlvilejio de enternecer al aira? i desarmar la ferocidad. La gratitud han dicho los sordo-ni.los que es la memoria del corazón. Para Ids ingrat s es la memoria el mayor suplicio- Cuando este se memento rs profundo i sincero, se manifiesta mas bien por acciones que por vanas palabras. Algunas veces es un sentimiento universal que esperimentan simultanéameule tod«s los miembros de una nación. Si Ja graiítiil no estuviese muchas veces mezclada en c* l-"1-"-* civilizado con el orgullo i la vanidad seria sin dudu el mas dulce de nuestros impulsos naturales. La ingratitud no es una pasión, es por lo común un estado negativo del alma, una apatía nerviosa, una enfermedad del corazón ó una constitución defectuosa de nuestro sistema sensible. Los ingratos no merecen perdón, porque multiplicándose sobre la tierra han hecho la jene- rosidad tan rara. Somos ingratos por avaricia, por am- bición; i hasta el amor, esta primera dicha de la vida, ¿no hace romper algunas veces los pactos mas sagrados? Es preciso que la ingratitud sea un crimen, puesto que no se atreve á preguntar á su alma el que se halla man- chado, sin probar un amargo disgusto, í que á cada instante está espiando su injusticia por los remordimientos mas agudos; la vergüenza le sale al rostro siempre que ia ocasión le pone delante de su bienhechor, huye de su presencia, i en fin no puede gozar s'n turbación ios be- neficios con que Je ha colmado. El código de nuestra lejislacion, no pone penas al ingrato; pero un tribunal se halla en su propio corazón donde salen sus remordimien- tos á acusarle. Hai también uu castigo cruel é inevita- ble para su orgullo; la memoria de su. bienhechor. Aunque el oche, como otras pasiones, afecta desagra- dablemente el corazón del hombre, él lo alimenta na- turalmente en su alma, lo mismo que el resentimiento i la venganza. Estas sensaciones morales velan en cierto oo4 modo sobre la duración de su especie, i son dignas de aprobación cuando son fundadas i justas. El amor i el odio tienen un mismo orijen, i cada uno tiene au des- tino. El uno tiende á conservarnos, el otro a defendernos. Cuando la vista Cel malvado no nos inspira indignación, cuando podemos ver degollar á "nuestros semejantes, pa- rientes i amigos, sin lanzarnos sobre los asesinos, cuando por una estúpida indiferencia abandonamos nuestra propia defensa, sin odiar i rechasar al que nos ofende, entoncei se conoce que nuestra constitución moral se halla alte- rada. Se infiere de esto que el odio es uno de los «de- mentes de ella. Confesemos, pues, que Jas paflones ren- corosas parecen reservadas particularmente á la especie humana, i asi la historia nos reptcseni» i«« primeros eiect*« del odio en un asesino que tiuó sus manos con la sangre de su hermano. El ooi- es deloroso, se exala por dis- cursos, é imprecaciones, i nos domina como un destino fatal que no podemos evitar. • El odio toma el nombre de resentimiento cuando se conserva sordamente en el fondo del alma á resultas de una injuria recibida, ó de una desgracia causada por el que ha venido á ser el objeto de nuestra aversión: tiene por objeto nuestra coacervación. La pasión del odio es penosa i sorda, pues concibe sus negras prryectos para no ejecutarlos hasta que se ba asegurado de su resultado. La venganza es una pasión enteramente musculosa, que está precedida de la colera, que acrecienta por ins- tantes la suma de las fuc¡ zas; físicas. En el salvaje, que la mira como un sentimiento lejilimo, re vé que sus venas se inflan, sus brazos se endurecen, su rostro se inflama, sus ojos centellean, i su ama parece que lanza fuego delante de su adversario. La venganza es una retribución leptrma, " i si las leyes se reservan ejercerla en el ceno de tas so- ciedades, es para que sea maseqwtalivamentc administrada. Es una pasión sometida á lodo el poder de la imitación, i asi se vé que en las conspiraciones i tumultos populares electrisa á los hombres en masa: el vestido ensangrentado de una victima basta, muchas veces, para sublevar ia multitud i llevarla á todos los escwns. La venganza « '/..<: So5 un sentimiento contajíoso i el que mejor obedece *\ impulso de la elocuencia i de la palabra. Entre los Grie- gos iban poetas con los ejércitos para resilar odas ó poemas líricos que enardeciesen los corazones í escitasen ti indignación. Entre nosotros se han usado las cancioi.es guerreras. La venganza tiene su deleite i sus goces i se le ha comparado al sentimiento de la se3, para esplicar sin duda lo imperiosa que es esta necesidad i cuan dulce el satisfacerla. La magnanimidad que nos aconseja el evanjelio, con la que nos vencemos á nosotros mismos, nos dicta, que es glorioso deponer el odio, el resenti- miento i la venganz i, á los pies de otrp tribunal, que el nuestro, i si á Ja justicia corresponde castigar, ai hombre le toca perdonar. ¡>e han visto ya cuales son ios* peligros que resultan del abuso de las pasiones: mas no es tan fácil evitarlo*. Una sabia educación es el solo dique que puede oponer- • seles, i comunmente ella no es suficiente. Es preciso d.-sde temprano contenerlas en sus justos límites, porque deján- dolas hacer algunos progresos, se convierten en crueles tiranos, que destruyen la sarad i despedazan sin miseri- cordia á sus victimas. No está en nuestro poder el impedir los escesos re- pentinos de alegria i de tristeza. Pero si nos acostum- bramos á ver con alguna indiferencia los acontecimientos de la vida, se puede lograr el que seamos menos sensi- bles á los que son estraordínarios, é inesperados; es el medio mas seguro de disminuir esta gran vivacidad, con la cual nos dejamos llevar del primer movimiento de las pasiones. ^ Las personas que han nacido con un temperamento inclinado al deleite, evitarán el uso de alimentos sucu- lentos i estimulantes i de el vino i los licores; pues sin teres i Baco seenfria Venus. Conviene observar los pre- ceptos dados desde la pajina 4<>4, basta la pajina ¿o;, ob- servando estrictamente lo que se ha dicho tratando del uso de la Venus, no olvidándose nnuca de evitar la ocio- sidad, pues preguntado Teofraslo que era el amor, res- pondió "que era una enfermedad de la a/ma ociosa. El tra- bajo w el antidoto de esta pasión^ ha di' hj con justicia A' So6 el filósofo de Genova; i en efecto, cuando los brazos ie ejercitan la imajinacion está en calma, i cuando el cuerpo está cansado, el corazón no se calienta. Por esto se ha aconsejado la caza para separar el amor, pues á Diana se ha hecho su enemiga, cuya alegoría es mui juila. JNo pudiéndose evitar con facilidad las pasiones tristes i ren- corosas, se evitarán los peligros á que ellas nos esponen por un réjimen suave i diluente; i como la dijestion n-j puede hacerse en estas circunstancias de un modo conve- niente, por el espasmo de que está afectado el epigastrio, es necesario comer poco, i hacer mucho ejercicio, pro- curando distraerse por sociedades agradables, espectáculos, lecturas útiles, i por los viajes^ que tienen la triple ven- laja de lograr el ejercicio, cambiarde aire, ; AUtr*** «l espíritu. Estas tres causas son tan poderosas, que producen cambios mui ventajosos. La pasión del juego es dificil de reprimir, cuando se ha contraído un hábito en ella; trae consigo la alte- ración de la salud, i la pérdida de la fortuna. Solo se puede jugar para procurarle^! espíritu un recreo honesto, del que usan infinitas personas con utilidad. Para los jugadores de' profesión et único remedio que hai es la huida total del juego, medicina que raro se la aplica. ¡Ojalá se estableciese entre nosotros la lei que pone tutores i curadores á los que juegan por profesión! El pavor i el temor son pasiones que no está en nuestra mano el destruir su jermen. Conviene, pues, poner en práctica con los niños los preceptos dados en las pa- jinas 4°3 i 4<>4. Todo lo que puede aconsejarse para aguerrimos i disminuir la disposición al pavor i temor, es el que sacudamos el yugo de Jas preocupaciones, i refle- xionemos con madurez sobre los objetos de nuestros temores, procurando siempre examinar aquellos que nos parecen t straordinarios. La ambición de las riquezas i de los honores causa muchos cuidados é inquietudes para que un hombre sentato se entregue á sus escesos; las esperanzas lisonjeras, i co- munmente vanas, con que esta pasión nos entretiene, no valen mas, (aun cuando ellas se realisen) que las pecas i peligros á que nos esponen. Sus frutos no podrán en- 5°7 trar en compensación, con la bajeza é infamia con que se cubren comunmente sus sectarios. .El hombre sabio en el ceno de la abundancia i en el auje de los honores, se ocupa menos en elevaise hasta la cumbre, i acopiar mas, que en goz^r ¡ repartir su feli- cidad. El hace consistir su dicha en la beneficencia í en la serenidad de una alma pura, siendo el solo digno de gustar largo tiempo sus dulzuras. F-lz aquel que se persuade, que todo esceso en las pasiones '.s un vicio, i en los placeres una enfermedad. Gozar de las premi- nencias i de los atractivos de la vila, sin buscarlos con mucha pena, es arreg/ur según la razón los movimientos de la naturaleza, sacrifiear los favores ti* la fortuna, i los honores a i»» ¿cHilas de la libertad, i vivir en et ceno de su familia, i de la amistad. Veis aqui en que consiste la felicidad en la tierra. Ha largo tiempo que se ha sucltado la cuestión; si ts mas ventajoso al hombre el ser sensible ó indiferente. La indiferencia hace incapaz al hombre de gustar las dulzuras de la ternura i de la amistad: ella paraliza el corazón, i cierra la entrada i todas las pasiones. La sensibilidad, por el contrario, hace esperlmeotar vivamente todas las afecciones, ella descubre á el alma las mas dulces impresiones, i nos hace tomar parle en los males de nues- tros semejantes. El hombre insensible no conoce los placeres, i su helado corazón se halla indiferente á los deleites del amor; sin sentimiento i sin deseo, es casi un autómata. Por el contrario el hombre cuya alma está electrizada por el sentimiento, halla su felicidad en todo Jo que le rodea, el se ínteres* en la suerte de sus seme- jantes, la humanidad para «J es un lazo sagrado jí qae delicias no halla en dividir con el infortunio i la amistad sus bienes i sus placeres? El hombre sensible conoce 1. vida i la goza deliciosamente, en tanto que aquel áqeie se le ha negado este sentimiento ha nacido bajo uo astro fatal. Este último no conoce, pues, los puros goces del alma, su corazón eslá armado con un triple metal, d«s- cansa lejos de las mas dulces impresiones; i el junas sa- crifica ni ilos placeres, ni i las gracias, i su vida co es mas que un largo sueño. 5o8 CAPITULO V. Jk los trabajos del espíritu i del réjimen de las jentes de letras. Los estudios son a el alma, lo.que los ejercicios i los trabajos son al cuerpo: ellos sou útiles cuando son moderados: ellos producen los mismos efectos.que las pasiones,! sostienen la libre circulación de las fuerzas. El place> que acom- paña el ejercicio del pensamiento i del sentimiento, se reparte en cierto modo sobre todos los órganos, » no contribuye menos b. sosien/r el justo equilibrio de acción en los dife- rentes locos de la sensibilidad, i la armón i de las funciones de las cuales resulta la salud. Tfr> c» r«r« v»r honibres, que habituados á dir una parle de tiempo al estudio, se ven pronto aféctalos de enfermedades graves, cuando interrum- pen los trabajos á qu« estaban habituados. Los ejercicios del espíritu contenidos < n sus justos limites, no abrevian • os días, como lo han asegurado algunos detractores de las ciencias. Se han visto muchos sabios llegar á una vida aban- zada. Homero, Parmenides, Hipócrates, liatón, Píta- goras, Plutarco, murieron mui viejos"; Solón, Thales i Piuco vivieron fien anos, Zenon vivió noventa i ocho años, i Demócrito ciento cuatro, Cornaro en Venida i Fonte- neile en París aumentaron el número de los centenarios. Galileo, Boyle, Newton, Kohérabe, I en nuestros días VoUaire i lluffon etc. etc. han vivido cerca de un siglo. No parecería juslt creer, que los médicos que dictan ál»s olro'fjtes medios de prolongar su vida i conservar su sa- nidadvocupascn un rango distinguido entre los hombres que han llegado á una ciad abanzada? Mjs la esperíencia «Umi'estra lo contrario. A elfos debou particular!»*"": apli- carse estas palabras. Se consumen sirviendo a otros, * m ' mueren curando á bs demás. j,k„-a. Los trabajos escesiva del espíritu son mu. dañosos, i destroven mui pronto la constitución mas fuerle. Su- fren J^ malos efecto, de la vida sedentaria, por su fuerte aplicación al estudio padecen cnfermedides nerviosas, raras veces corales. Ls preciso el descanso .-£ al e.piritu como al cuerpo, pues el hombre no h*> criado para una continua coutens.on, ni pzra una pe.te 5og tua acción, pues se destruye por la una ¡ por la otra. La aplicación continua i constante produce su funesta acción particularmente sobre el cerebro. Se han visto jemos, su- blimes eclipsarse, i delirar mui pronto por na haber tido sobrios en el estudio. Tissot refiere, que contrajeron la epilepsia unos niños de gran tilcrto, porque sus impru- dentes maestros 'os forzaron á esiudios inmoderados. Wansvienten i Hoffinan refieren semejantes casos. Pe- trarca pagó caro su escesivo estudio. Pascal vela á sus pies sin cesar un brasero de fuego i Jurieu atribuyaos cólicos á dos caballeros que peleaban en sus entrañas. ÍSo puede dudarse que las afecciones nerviosas, que son tan frecuentes m nuestros dias, dependen en gran parle de esta especie de furor que casi todos nuestros jóvenes han te- nido por la lectura de los romances, que no solamente cor- rompen el corazón i le disponen á las pasiones mas horro- rosas, sino que precipitan al sistema nervioso en una movilidad estrema de la cual resulta el desorden é irregularidad eo los movimientos, fuente de una infinidad de males. Nunca recordará nuestra posteridad el 25 de setiembre de 828 sin horrorísarse, i sin condolerse de una loca i presun- tuosa juventud que pudo íncrir en los campos del honor. La rejion epigástrica concurre poderosamente á los trabajo? del alma i particularmente el diafragma, el estomago i la gran corbadura del colon. El mecanismo de las operaciones inte'ecluales está en la mas grande depen- dencia de la acción del epigastrio. Estos órgauos son en cierto modo los exitadores del cerebro; son los que lo electrísan i le hacen saltar el pensamiento, mas si sucons- ianle«accion favorece la elevjcion del jenio, ella es muí perjudicial ¿ h sa ni Jad i abrevia Ja duración de la'vtoa. Cu indo yo cn-isiJer», dice Robert, un hombre ocupado fuertemente «'c un objeto, me parece que el se ha vuelto insensible. N da esterior puede cambiar su alma : si se Je habja no responde, sise le toca no siente, el no vé sino l»s objetos que están delante de sus ojos. Los órganos ce Ins diversos sentidos parece que están privados de acción. A que atribuir eferio* tan singulares f ¿No es porque la scrion está dividida en el centro frénico i el cerebro, cbieo parque todo el efuetzo se dirige á lo interio; de 5io donde nace una nueva determinación en la circulación de tos humores que se dirijen mas acia el vientre, i dan lugar a la melancolía cuando el trabajo es largo i se repite con frecuencia? Dé este cambio de acción resulta una multitud de males que aparecen en la edad viril porque es en esta edad que las fuerzas toman una direc- ción contraria i se dirijen al interior. Los jóvenes estas menos espuestos, á estos peligros orijinados de los esta- dios escesivos prrque la ¿c< ion se dirije mas al órgano esterior, i el epiga. trio uo e¿tá tan dispuesto i retenerla. Sin embargo está' edad no eslá libre de funestas con- secuencias, particularmente si >e estudia mucho de noche. El sonambulismo que reü< re U..kn «U un estudiante de medicina, la cata'epsis qne le dó á otro según t'er nelio, i la observación de Wcffer de un estudiante que forzado á estudiar contrajo una locura que le hizo matar a muchos, i al que lo custodiaba, «omprueban esta verdad. Las fiebres nerviosas, la melancolía con materia, la jaqueca, la sordera, la ceguera, la ..poplejía, la parálisis, i particularmente la imbecilidad, son el triste patrimonio de los literatos i de los jenios que mas han ilustrado su siglo*. Ellos son castigados dice Tissot por la parte que han pecado. Estando continuamente conmovido el cerebro al fin pierde esta facultad i se hace incapaz de la erección necesaria, i pierde la imajinacion i memoria. Es pues inui peligroso entregarse inmoderadamente al estudio. Las jentes de letras para conservar su salud deben consolar su espíritu con las recreaciones capaces de divertirlos, i de hacerles olvidar las ocupaciones dej ga- binete, les es preciso hacer ojerrído ai aire libre, propor- cionándolo á- sus fuerzas, i usar de un réjimen análogo á la naturaleza de sus trabajos. Se les acón eja con razón las recreacíone?, los especiáru'os, la música, la sociedad, i sobre todo el traio frecuente con personas alegres i )0- de menos pre viales que tienen por lo común una espece de ment ció, que les aleja de la infelicidad; en una palabra les es utíl todo aquello que pueda procurar al espíritu fatigad* distracciones agradables i producir fuerzas. Los paseos a pié, á caballo, los juegos que ponen en acción todos toa Sis miembros i particularmente la cultura de la tierra, les son de grande utilidad; el cultivo de las huertas i jar- dines, tienen no solo la ventaja de poner en acción todos los miembros, sino que lleva al cuerpo el aroma suave i vivificante de les plantas. Los viajes i paseos por agua son un escelentc medio de evitar i disipar las obstruc- ciones del vientre, de diluir la bilis, de, restablecer la perspiracion, i en jeneral de favorecer todas las escre- siones. Los literatos que puedan hacer semejante ejercicio no lo deben despreciar. Los antiguos estaban conven- cidos de su utilidad, i asi vemos que el Emperador Augusto que era letrado í. sujeto á Jas modestias de esla profe- sión, prefería el ejercicio per agua, á todo otro. La n»u«faMt pavura los tnismi s beneficios. El réjimen de las jemes de letras debe ser análogo alas fuerzas, i no deben abstenerse de alguna especie de alimentos sanos, pero si deben tomar:os moderadamente. Evitarán los que hemos di ho en esta obra sqp de difí- cil dijeslion, pues no convienen á la mayor parte de Jos letrados en quienes, -estando con entrada ia aoion vital en el epigastrio, dt-jenera con lacílidad en un espasmo vivo, por pocos alineólos Iiníijesos que usen; los que son fuertes i tienen buen, dijestion exije Ja prudencia que se abstengan las mas ve es de ello?. No conviene á 1 s liieratos el esc'usivo uso de la agua por bebida Ordinaria; un poco de vino jeneroso, puro ó mezclado con agu* les conviene también Aunque se nos cite á Demo tenes, l.oke, Haller etc, que no bebieron vino, se pueden tambier. nombrar otros muchos que lo bebieron sin perju'ci". La yida abstemia, solo conviene á I s quo han roniraído este hilito á buin tiempo. Siendo el vino el m jor tónico i cordial conviene á los literatos que necesitan icparar sus fuerzas i alegrar su cs-.íntu. El ayuda á la dijestion, i es mejor que las gotas amargas i otras drogas que preparan los boticarios para su mejor lucio. Lo que se ha dicho del vino debe decirse del» café tinado moderadamente i bajo los preceptos dados ya para usar esta bebida. Fonlenelle, Voltaire; i otros ¿ande* hombres, hacían su delicia en tomarlo, i llegaron á una ' 5l2 *dad abanzada. Hai particularmente üerios letrados que lo necesitan esclusivamente. El consejo mas impo^ante para Jas jentes de letras, es el de no entregarse al tra- bajo inmediatamente después de comer, por las razones dadas anteriormente; en este caso el estudio es penoso é infructuoso i la dijestion se turba. Es proloquio común después de comer ni un sobre escrito leer. Para trabajar con utilidad i conservar la salud, se estudiará una hora después de toda comida. No pueden señalarse las horas mas convenientes al estudio, ellas penden de las dispo- siciones en que uno se halla, i de los hábitos que se han contraído. La regla que debe seguirse en este punto, r< entregraseal trabajo, cuando se halla apto i huir de el cuando no se concibe con facilidad. Hai personas que trabajan mejor después de mediodía i por la noche: no obstante el trabajo de por la mañana es mas provechoso, i como han dicho les poetas, la aurora es amiga de las musas. _ Las jentes de letras, establecerán su cuarto de estu- dio ó museo en la parte mas elevada de la casa, procu- rando que sea grande, claro, aereado, i si es posible, es- puesto al este, i situado mas bien en el campo que en la ciudad. El buen aire, ha dicho Hipócrates, da espíritu, i el aire denso lo hace torpe. Debe procurarse que sea templado i que no sea ni mui calido ni mui frió. Los literatos deben entregarse raras veces á los pla- ceres del amor, pues debilitan la enerjia del cerebro, tan necesaria para la producción del pensamiento. Minerva frecuenta raras veces los jardines de IdaÜa. Ellos deben dormir á lo menos siete ú ocho horas por dia i no pnolongar sus vijilias; • pues será difiríl «tor- ,mir después, lo que ocasionará la turbación de las fun- ciones, aumentando los males del amor escesivo de las letras. • e^\ f \—\&\ ^Am X^V i—*k\ y x^j v\r.f y NLM041399214