REPUBLICA MEX 
Secretaria de Estado y del Despacho de Guerra y Marina 
DEPARTAMENTO DEL CUERPO MEDICO 
REG-LAME ÍÑTTO 
CARA EL 
Servicio de Sanidad en Caipala 
MEXICO 
IMPRENTA Y LITOGRAFIA DE GABRIEL HUERTA 
Calle de Chiconautla Núm. 3. 
1901 REPUBLICA MEXICANA 
Secretaria de Estado y del Despacho de Guerra y Marina 
DEPARTAMENTO DEL CUERPO MEDICO 
REO-LAME ÍSTTO 
PARA EL 
Servicio de Sanidad ei Campaña 
MEXICO 
IMPRENTA Y LITOGRAFIA DE GABRIEL HUERTA. 
Calle de Chiconautla Núm 3. 
1901. ¿«retaria de Estado j del Despacho de Guerra j Marina,—Departamento del Cuerpo Medico. 
El Presidente de la República ha tenido á bien disponer qne de conformidad 
con lo prevenido en la Ley Orgánica del Ejército Nacional que debe regir 
desde esta fecha, se observe el siguiente: 
REG-LAME^STTO 
PARA El. 
SERVICIO DE SANIDAD EN CAMPAÑA. 
TITULO I. 
Organización y composición del servicio y atribuciones 
de su personal. 
CAPITULO I. 
Organización del servicio y su objeto- 
Art. 1 El servicio sanitario de una fuerza en campaña, 
está bajo la autoridad directa del General en Jefe que man- 
da dicha fuerza. 
Art. 2. La dirección técnica y responsabilidad de este 
servicio, están confiadas al Cuerpo Médico Militar, el que 
para desempeñarlo contará con el personal que designan los 
artícujos 138 y 227 de la Ley Orgánica General del Ejér- 
cito, fecha 1 de Noviembre de 1900. 
En caso de insuficiencia de este personal, quedan auto- 
rizados los Generales en Jefe, para contratar el elemento 
civil que consideren indispensable y aún dar carácter mili- 
tar al personal contratado por el tiempo que duren en el 
servicio, fijándoles la retribución correspondiente, sujetán- (lose en todo á lo que dispone la Ley Orgánica del Ejérci- 
to respecto del reclutamiento de Jefes y Oficiales del Cuer- 
po Médico y dando cuenta á la Superioridad para la apro 
bación respectiva. 
Art. :3. A este personal quedará agregado el de los cuer- 
pos que componen la unidad que se encuentra en campaña. 
Art 4. Estos médicos están encargados de dar en todas 
circunstancias, los primeros socorros á los enfermos y heri- 
dos de sus respectivos cuerpos. 
Art f>. El personal de la ambulancia divisionaria tiene 
por objeto: 
I. Recoger duranteMas marchas á los soldados (pie estén 
incapaces de hacer á pié la jornada. 
li. Cuando permanezcan durante algún tiempo en una 
misma localidad, asistir á los enfermos (pie á corto, plazo 
puedan ponerse en estado de volver á sus cuerpos. 
III. En caso de un encuentro con el enemigo, recibir y, 
si necesario fuere, recoger del primer puesto de socorros 
los heridos que hubiere, hacerles las curaciones necesarias, 
practicar las operaciones urgentes de cirugía y verificar su 
transporte á los hospitales de campaña. 
IV. E sta ambulancia debe estar siempre lista para se- 
guir los movimientos de la fuerza á (pie pertenece. 
Art. 6. Los hospitales de campaña siguen á corta dis- 
tancia al cuartel general y están destinados principalmente 
al tratamiento de los heridos (pie se les remitan por las am- 
bulancias, y en caso de que así se ordene, establecerse [ja- 
ra las atenciones de enfermos, principalmente si se desa- 
rrolla una epidemia, en cuyo caso se fraccionará su perso- 
nal para formar un servicio enteramente aislado del resto. 
Art. 7. Todos los establecimientos del servicio de sani- 
dad en campaña, enarbolan para hacer conocer su situación, 
una banderola blanca ó amarilla, que podrá cambiarse por 
la de la Cruz Roja cuando nuestro país haya dado su ad- 
hesión á la Convención de Ginebra; durante la noche indi- 
ca su lugar por medio de una linterna con vidrios rojos ó 
transparentes, llevando la Cruz Roja en caso de pertenecer 
á la Convención. 
4 5 
CAPITULO II. 
Del material sanitario y Tren de transportes. 
Art. 8. Los Médicos de los cuerpos llevarán consigo el 
material sanitario que designa el Reglamento del servicio 
de sanidad en tiempo de paz. 
Art 9. Las ambulancias divisionarias estarán dotadas 
del material sanitario y carros de transporte, tanto de ad- 
ministración como para la conducción de heridos y enfer- 
mos que designa el artículo 227 de la Ley Orgánica. 
Art. 10. Igualmente los hospitales de campaña, llevarán 
la dotación de carruajes que previene dicho artículo y que 
están destinados al material de curación, al del hospital, 
al de administración y al transporte de heridos y enfermos. 
Art. 11. Estos trenes estarán bajo las inmediatas órde- 
nes de un oficial de ambulancia, quien en todo caso se su- 
jetará á las instrucciones que reciba del jefe de la sección 
á que pertenezca y éste á su vez, las recibirá del jefe del 
servicio. 
CAPITULO III. 
Del jefe del servicio, sus atribuciones y deberes. 
Art. 12. El jefe del servicio seguirá siempre ni cuartel 
general en todos sus movimientos, para podei informar al 
General en Jefe, de todas las necesidades relativas á su ser- 
vicio y consultarle aquellas que estime oportunas para me- 
jorarlo; recibirá ademas, órdenes directas del cuartel gene- 
ral ó del Jefe de Estado Mayor, si por este conducto se le 
comunicaren. 
Art 13. Cuando la división ú otra unidad táctica á que 
pertenezca, reciba órden deponerse en movimiento, tendrá 
especial cuidado de que tanto los médicos de los cuerpos 
como la sección de ambulancia y hospital de campaña, es- 
tén provistos del material sanitario de que ya se lia habla- 
do y de los medios de transporte, á cuyo efecto pedirá á di- 
chos médicos así como al jefe déla ambulancia y del hos- 
pital, un estado que exprese dicho material, revisándolo 
si lo juzga necesario. 
Art. 14. Si como consecuencia de lo dispuesto en el ar- 
tículo anterior, notare algunas faltas en dicho material, lo 6 
pondrá en conocimiento del General en Jefe, desde luego, 
para que se subsane, ya sea pidiéndolo a los depósitos que 
estén más inmediatos ó á la decretaría de Guerra, si así se 
ordenare. 
Art. 15. Ordenará á los médicos de los cuerpos que si 
durante la marcha se les presentan algunos enfermos ó can- 
sados, si después de prestarles los auxilios necesarios no 
pueden continuarla, los manden á la sección de ambulancia 
para que sean conducidos en los carruajes, y si para conti- 
nuarla basta solo alijerarlos del equipo, que en ese caso 
los manden colocar en los transportes del batallón. 
Art. Ib. Procurará averiguar si en el punto adonde va 
á rendirse la jornada existe alguna enfermedad epidémica, 
ó si tiene malas condiciones higiénicas que puedan perjudi- 
car á la tropa; en cuyo caso lo participará al General en 
Jefe, haciéndole notarlos peligros que hubiere y propo 
niéndole las medidas convenientes para disminuirlos. 
Art 17. Se informará de la clase de alimentos y bebi- 
das de que se hace uso en la localidad á (pie se dirigen y 
si encontrare que algunos pueden ser nocivos, lo participa- 
rá igualmente al cuartel general. 
Art. 1H. 1 na vez rendida la jornada y después de que 
tanto los médicos de los cuerpos como los de la sección de 
ambulancia hayan atendido á los enfermos recojidos duran- 
te la marcha, exigirá que dichos médicos le presenten el 
parte por escrito de las novedades ocurridas, designando 
quiénes de estos enfermos pueden continuar la marcha y 
cuáles, por la importancia de la lesión que hayan adquiri- 
do, sea necesario dejar (Modelos núms. I y 1 bis.) 
Art 19. Hará un resumen general de estos partes y con 
él se presentará al General en Jefe, á fin de (pie éste de- 
termine si se remiten al hospital de campaña, entregan 
al civil establecido en el lugar, ó autoridad que haya en 
éste, con los requisitos que se ciea necesario. (Modelo 
núm. 2.) 
Art. *20. Cuando la fuerza tenga (pie detenerse en deter- 
minado lugar, prévio el permiso respectivo del cuartel ge- 
neral haciendo uso de la sección de ambulancia, estable- 
cerá una enfermería á la cual serán remitidos para su asis- 
tencia, por los médicos de los cuerpos, los enfermos (pie se 
les presentaren. 7 
Art. 21. Para esta asistencia cuidará que se utilicen 
los recursos que proporcione la localidad, para no disminuir 
el material que lleva consigo, el que en todo caso debe re- 
servarse; más si esto no fuere posible, usará de él, dando 
parte al cuartel general de lo que se consumiere, para (pie 
desde luego se procure su reposición. (Modelo núm. 3.) 
Art. 22. El cuartel general determinará la manera de 
cubrir los gastos, tanto de medicinas como de alimentación 
([lie demanda esta asistencia. 
Art. 23 Si durante este estacionamiento se desarrolla- 
re alguna enfermedad contagiosa y hubiere peligro de que 
se propagare al resto de la fuerza, sin perjuicio de tomar 
las medidas convenientes para combatirla, dará parte des- 
de luego al cuartel general, consultándole si creé convenien- 
te que segregando una parte del hospital de campaña, en 
caso de no haber otro en las inmediacio íes, puede estable- 
cerse un servicio propio para el aislamiento y curación de 
los enfermos, con el objeto de impedir que se propague el 
mal, pues debe tenerse muy presente que en caso de gue- 
rra, todo el efectivo debe estar útil vara el servicio. 
Art, 24. Si se espera que próximamente haya un com- 
bate, después de haber recibido las órdenes (pie tenga á 
bien darle el General en Jefe, debe recom er personalmen- 
te y acompañado de los médicos que dengue, los sitios y 
lugares propios para las instalaciones de los puestos de so 
corros y de la ambulancia, dando cuenta al cuartel general, 
para que este determine en donde deben hacerse esas ins- 
talaciones. 
En la elección de estos lugares debe procurar que que- 
den desenfilados de los fuegos del enemigo; (pie cuenten 
con agua potable; ó si posible es. que tengan alguna cons- 
trucción que sirva de abrigo y que tenga fácil comunica- 
ción entre sí y con el hospital de campaña. 
Designados estos lugares, los dará á conocer á todo el 
personal que está á sus órdenes yá los camilleros (pie ten- 
gan que funcionar. 
Art. 25. Durante el combate, su lugar es al lado del 
cuartel general, al que acompañará constantemente para 
recibir sus órdenes, conservando comunicación frecuente, 
por medio de ayudantes, con el personal de los puestos de 
socorro, para transmitirles oportunamente las órdenes que 8 
haya recibido del cuartel general ó bien las que él crea 
convenientes darles para el mejor servicio. 
Art- 26. Tendrá especial cuidado de que los heridos 
ligeramente vayan por su pié al puesto de ambulancia y 
procurará estar al tanto del curso del combate, para tomar 
las disposiciones relativas al transporte, del puesto de am- 
bulancia al hospital de campaña, en caso de necesidad, ha- 
ciendo uso de los carruajes que sean indispensables. 
Art. 27. Después del combate da cuenta al General en 
Jefe, del número aproximativo de enfermos y heridos re- 
cogidos, y en caso de que haya lugar á levantar el campo, 
ordenará á los médicos que deben concurrir á esta opera- 
ción, que cuiden de la identificación de los cadáveres ya 
sea por medio de placas de identidad, si las llevan consigo, 
ya por las marcas de la ropa ó por el testimonio de dos de 
sus compañeros, proponiendo los lugares en que deban in- 
humarse y las medidas higiénicas necesarias para este acto. 
(Modelo núm. 4 )y artículo 189. 
CAPITULO IV 
los médicos de lo3 cuerpos. 
Alt. 2<S. Los médicos de los cuerpos están bajo las ór- 
denes directas de los jefes de ellos, y en lo relativo al ser- 
\ icio técnico, del jefe del servicio sanitario. 
Art. 29. En caso de que el cuerpo á que pertenezcan 
emprenda una marcha, revisarán el material sanitario que 
tienen á su cargo, formarán un estado de él y lo remitirán 
al jefe del servicio, á fin de que si notare alguna deficien- 
cia pueda procederse á reponerla. (Modelo núrn. 5.) 
Art. Í10. l urante la marcha, observarán lo prevenido en 
el reglamento de sanidad en tiempo de paz, con excepción 
únicamente de que no serán asistidos por ellos los enfermos 
sino que se limitarán á prestarles los primeros auxilios, re- 
mitiéndolos, en caso de que no puedan continuarla marcha 
ni aim aligerados del equipo, á la sección de ambulancia, 
para que ésta los transporte en sus carruajes, conforme es- 
tá prevenido. 
Art. 31. Al rendir la jornada pasarán revista á su cuer- 
po, y de los enfermos que se presentaren, designarán quie- 9 
nos pueden continuar en él y aquellos que hay que remitir 
á la sección de ambulancia. (Modelo núm. 1.) 
Art. 32. Estas remisiones se harán por medio de un par- 
te por escrito, en el que conste el nombre de los remitidos, 
la compañía ó escuadrón á que pertenezcan y si es posible, 
el diagnóstico de la lesión; quedando entendidos de que es- 
te parte no los exime de rendir á los jefes de sus cuerpos el 
que corresponde, (Modelo núm. 1) 
Art. 33. Si j ermanecieren sus cuerpos en alguna locali- 
dad, aprovecharán el tiempo en dar instrucciones á los ca 
milleros que debe dar cada compañía, sobre el uso de la ca- 
milla, levantan iento de heridos y colocación de apósitos. 
Los enfermos que se le presentaren y que no puedan ser 
asistidos en sus cuadras, los remitirán á la enfermería esta- 
blecida por la sección de ambulancia, con el parte respecti- 
vo, conforme á lo dispuesto en el artículo 321 del Kegla- 
mento para el servicio de sanidad en tiempo de paz. 
Si se presentare alguna enfermedad contagiosa cuya pro- 
pagación sea de temerse, dará parte inmediatamente al jefe 
del servicio de sanidad, indicando sí es posible cuál ha sido 
el origen del mal. 
Art, 34 Durante el combate, los médicos de los cuerpos 
formarán los puestos de socorro que designe el jefe del ser- 
vicio sanitario, según las órdenes que al efecto haya recibi- 
po del General en Jefe; pedirán los camilleros que deban 
dar las compañías y proveyéndolos de las camillas y mate- 
rial de curación que deben llevar consigo, les designarán 
los puntos en donde deban situarse para efectuar el levan- 
tamiento de los heridos. 
CAPITULO V. 
la sección de ambulancia- 
Art. 35. Esta sección irá al mando del jefe que haya 
designado la Secretaría de Guerra al constituirla; pero si 
dicha Secretaría no hubiese hecho esta desgnación, el jefe 
del servicio sanitario propondrá al cuartel general, médi- 
co para que desempeñe este mando, sujetándose á lo prescri- 
to en el artículo 559 de la Ordenanza General del Ejército. 
Art. 36. Este jefe al recibir la orden de movilización, 
Servicio 2. 10 
formará un estado de los elementos con que cuenta, tanto 
en carruajes, carros de trasporte, furgones de farmacia, etc., 
el cual presentará al jefe del servicio sanitario, para que en 
caso de falta de algunos objetos, p;:eda pedir su reposi- 
ción. (Modelo núm. 6.) 
Art. 37. Todo el personal de esta sección está á las ór- 
denes de este jefe y bajo su autoridad, desempeñando las 
funciones siguientes: el farmacéutico tiene á su cargo el 
furgón de farmacia y todo el material de curación; lleva 
cuenta exacta de él é informa constantemente al jefe, de to- 
do lo que se consume y necedta reponerse. (Modelo núm. 
10 del Reglamento en tiempo de paz ) 
El administrador se encarga de la gestión administrativa 
de la ainbu ancia. 
El Oficial de ambulancia, de la conservación y entreteni- 
miento de los carruajes y otros objetos de transporte para en- 
fermos, así como del material hospitalario. 
Art 38. Durante las marchas, esta sección se colocará 
con la impedimenta en el lugar destinado por el reglamento 
para el servicio de campaña. 
Art. 39. En las marchas, recibirán los enfermos ó cansa- 
dos que les sean remitidos por los médicos dé los cuerpos, 
con el objeto de que sean conducidos en los carruajes. 
Art.. 40. Los médicos de la ambulancia marchan al lado 
de estos carruajes) á fin de prestar socorros inmediatos en 
caso de necesidad y vigilan que los soldados que han repa- 
rado sus fuerzas vuelvan á sus cuerpos, dejando disponibles 
los lugares para nuevos accidentes. 
Art. 41. Al rendir la jornada, el jefe de la sección hace 
conocer á los médicos de los cuerpos, el lugar en donde es- 
tá situada, para que allí remitan los enfermos que tengan, 
y después de haber pasado la visita de éstos y de los que 
hayan recogido durante la marcha, clasificará cuáles de és- 
tos pueden continuar al día siguiente y quienes, por la im- 
portancia de la lesión que presenten, es necesario dejar en 
la localidad. (Modelo núm. 1.) 
Hecha esta clasificación, formulará un parte por escrito 
al Jefe del servicio sanitario, quien á su vez lo transmitirá 
al General en Jefe para los electos del artículo 19. 
Art- 42. El jefe de esta sección cuidará de que los enfer- 
mos recogidos durante las marchas sean alimentados por los 11 
ranchos de sus respectivos cuerpos, y si por cualquiera cir- 
cunstancia esto no pudiere hacerse, dará parte de ello al je- 
fe del servicio sanitario, para que éste recabe del cuartel 
general las disposiciones que estime convenientes para pro- 
porcionar alimentación á los enfermos. 
Art. 43. Al estacionarse las fuerzas en una localidad 
por algún tiempo, establecerá, conforme á las instrucciones 
que al efecto reciba del jete del servicio sanitario, la enfer- 
mería en la cual deben asistirse los enfermos que vayan pro- 
porcionando los cuerpos. 
Art- 44- Para la situación de esta enfermería, se escoje 
de preferencia un lugar próximo á una estación de camino 
de fierro ó unida á ella por un camino fácil y que tenga lo- 
cales bastos, bien ventilados y provistos de agua, ó por lo me- 
nos que esté muy próxima. 
Art. 45. Para la instalación y funcionamiento de esta 
enfermería, procurará adquirir todo lo necesario délos re- 
cursos que proporcione la localidad, con el fin de conservar 
intactos los que lleve consigo para seguir á las fuerzas. 
Art. 46 Encargará de la gestión de esta enfermería, 
bajo su dirección, al administrador, y de la preparación de 
las medicinas al farmacéutico, con sujeción á lo prescrito 
«obre este particular en el reglamento del servicio de sani- 
dad en tiempo de paz; y al fin de cada mes rendirá al jefe 
del servicio sanitario los documentos respectivos, sin per- 
juicio de darle parte diariamente de las novedades que ocu- 
rrieren. 
Art. 47 Si durante la existencia de esta enfermería se 
presentare alguna enfermedad epidémica ó contagiosa, dará 
parte en el acto al jefe del servicio sanitario, para que éste 
obre conforme á lo prevenido en el artícelo *23. 
Art. 48. Al recibir nueva orden de marcha se disuelve 
la enfermería, con el objeto de que la sección, con todos sus 
elementos, pueda seguir al cuartel general; más antes exami- 
nará á los enfermos que existieron en ella y formara una re- 
lación de aquellos que pudieren incorporarse á sus cuerpos, 
de los que pueden hacerlo en los carruajes de ambulancia 
por lo poco importante de su lesión y de los que necesitan 
quedarse en la localidad; esta relación la entregará al jefe 
del servicio sanitario para que éste recabe del cuartel gene- 
rallas órdenes conducentes á los enfermos no transportables 12 
Art. 49. Sí durante estas marchas ó estaciones se hu- 
biere consumido algo el material de su dotación, lo comu- 
nicará al jefe del servicio sanitario, para que éste recabe de 
quien corresponda su reposición. 
Art. 50 Durante el combate la sección de ambulancia 
auxilia al personal médico de los cuerpos en los primeros 
socorros á los heridos y los pone en estado de ser transpor* 
tados al hospital de campaña, cuidando de que este trans- 
porte se verifique de tal manera, que en caso de necesidad 
se encuentre en estado de recibir nuevos heridos, ó de que, 
en caso de avance de la fuerza, poderla seguir en su movi- 
miento. 
CAPITULO VI. 
los hospitales de campaña. 
Art. 51. El personal y material de un hospital de cam- 
paña, está bajo la dirección y mando de un médico desig- 
nado por la Secretaría de Guerra ó por el General en Jefe 
del servicio sanitario de quien dependerán estos hospitales. 
Art. 5*2. Los hospitales de campaña constituyen el ter- 
cer escalón del servicio san tario, y están á disposición de 
los Generales en Jefe y sirven de intermedio entre la sec- 
ción de ambulancia y los hospitales de evacuación ó del in- 
terior. 
Art. 53. En caso de epidemia, á propuesta del jefe del 
servicio sanitario, puede el cuartel general ordenar que se 
establezcan, hospitales, con todo ó parte de su personal, con 
el objeto de atender á los enfermos, víctimas de esta epide- 
mia. , 
Estos hospitales deben evitar, tanto como sea posible, re- 
currir á su material ó provisiones, con el objeto de que pue- 
dan reservarlas para poder seguir á las fuerzas á que per- 
tenecen. 
Art. 51. En caso de órden de marcha, los hospitales de 
que habla el artículo anterior entregan sus enfermos, pre- 
vio permiso respectivo del General en Jefe, á las autorida- 
des civiles, y solo en caso de absoluta necesidad pueden de- 
jar una parte de su personal con el material estrictamente 
necesario. (Modelo núm. 7.) 
Art. 55. Durante las marchas, los hospitales de campa- 
ña se sitúan en el lugar que designe el cuartel general; pe- ro si se preveo un combate próximo, se coloca ¿i retaguar- 
dia del tren de combate. 
Alt 50. Durante una batalla, los hospitales de campa- 
da forman el tercer escalón del servicio sanitario, y para 
desempeñarlo se colocan en un lugar que no diste mucho 
del que ocupe la sección de ambulancia, que esté unido 
con ésta por un camino enteramente accesible y que cuen- 
te con locales convenientes para dar un buen abrigo á los 
heridos. 
Al t. 57. Estos hospitales reciben constantemente de la 
sección de ambulancia los heridos que ésta les remite y les 
imparte los auxilios que exige su estado. 
Art. 58. El material de que dispone, sirve para reponer 
lo que consumen la sección de ambulancia y los médicos de 
los cuerpos, y tomando nota de lo que proporcionan, da 
parte al jefe del servicio sanitario para que éste pida la re- 
posic'ón, á fin de que siempre cuente con el material que 
tiene asignado. 
13 TITULO II. 
servicio de sanidad en el campo de batalla. 
CAPITULO I. 
Organización del servicio. 
Art 59. El servicio en el campo de batalla comprende: 
I El servicio de la línea de combate. 
II. El de los puestos de socorro. 
III. El del puesto de la sección de ambulancia. 
IV. El de los hospitales de campaña. 
Generalmente cada división cuenta con dos puestos de 
socorro: uno para cada brigada, un puesto de ambulancia 
y un hospital de campaña. 
Art- 60. Al darse la orden para la formación de comba- 
te, por la división, el personal médico que se manda reunir 
se reparte corno sigue: 
í. A la altura de las reservas los camilleros que dan los 
cuerpos, á los que se agregará un enfermero por cada gru- 
po que lleve una camilla, mandados éstos por un aspirante 
ó médico, que vigilará la manera de hacer el servicio. 
II. En los puestos de socorro los médicos de los cuerpos, 
los que para desempeñar su servicio, pedirán á la sección 
de ambulancia los enfermeros y camilleros que sean nece- 
sarios, según la importancia del combate. 15 
III. En el puesto de ambulancia, el resto del personal 
de la sección. 
Art. 61. Esta distribución puede modificarse, á juicio del 
jefe del servicio, con aprobación del cuartel general, y si 
la disposición del terreno lo permite, pueden reunirse en 
un mismo lugar los puestos de socorro y el de la ambu- 
lancia. 
En caso de que la línea de combate sea muy extensa, 
puede dividirse bisección de ambulancia en dos, en rela- 
c ón con los puestos de socorro. 
Art. 62 El jefe del servicio ordena á los médicos de los 
cuerpos cuáles son los lugares designados para puestos de 
socorro y el momento en que deben llevar á ellos el mate- 
rial, como camillas, objetos de curación, medicamentos, etc. 
CAPITULO II. 
servicio en la línea de combate. 
Art. (53- Al iniciarse el combate, los soldados camilleros 
(pie deben estar reunidos ya en el puesto de socorro, des- 
provistos de su fusil y mochila y no conservando más que 
su marrazo y ánfora, se dividen en grupos de tres á los que 
se agrega un enfermero por cada uno de ellos, que es por- 
tador del saco de ambulancia, y cada grupo debe estar pro- 
visto de una camilla. 
Organizados así, marchan bajo el mando inmediato del 
médico ó aspirante que se haya nombrado y se colocan á 
retaguardia de sus respectivos cuerpos, siguiendo el movi- 
miento de ellos para levantar con prontitud los heridos. 
Art. (14, En los regimientos, los camilleros solo seguirán 
el movimiento de sus cuerpos hasta tomar posiciones; pero 
nunca en los de carga ó avance rápido sobre el enemigo. 
Art. 65. Una vez roto el fuego, los camilleros, bajo la 
dirección de un médico ó aspirante, recorrerán la zona com- 
prendida entre las reservas de batallón y las reservas de re- 
gimiento para recoger los heridos que se vayan presentan- 
do y transladarlos al puesto de socorro, impartiéndoles an- 
tes los auxilios que de pionto puedan necesitar. Se explo- 
rará la zona comprendida entre las reservas de batallón y 
la línea de fuego, tan luego como las circunstancias de com- 
bate lo permitan. 
Art. 66. Los enfermos que estén en estado de marchar 16 
por su pié, se les reúne en pequeñas porciones y bajo las 
órdenes de una de las clases que también esté herida lige- 
ramente se les dirige por los camilleros Inicia el puesto de 
socorro, á cuyo efecto sh les indica por ellos su situación. 
Si alguno de estos heridos necesita de sostén para marchar, 
se desprende del grupo un camillero para acompañarlo. 
Art. (i7. Si al ejercer sus funciones encuentran algún 
herido de gravedad, le darán á beber del agua que lleven 
en sus ánforas y darán aviso inmediatamente al médico ó 
aspirante que los manda, para que él designe el auxilio que 
tiene que prestársele ó se lo preste por sí mismo. Si entre 
estos heridos hay alguno de suma gravedad que no pueda 
ser llevado inmediatamente al puesto de socorro, cuidarán 
de ponerlo en un lugar abrigado mientras puede hacerse 
su transporte. 
Art. 68. Al recojer á los heridos cuidarán también de 
recoger sus armas y efectos, que colocarán en las mismas 
camillas en que son conducidos, ó serán llevados por los 
mismos heridos si pueden marchar á pié. 
Art. 69. Al ser antregados los heridos en el puesto de 
socorro, los camilleros cambiarán la camilla y reponiendo 
el material que hayan consumido, volverán al campo mien- 
tras haya heridos que levantar. 
Art. 70 El médico ó aspirante encargado de este servi- 
cio, vigilará que se haga con toda regularidad, haciendo uso 
de toda su energía para que en ningún caso deje de pres- 
tarse á ningún herido los auxilios que necesite. 
Art. 71. Dicho médico no practicará en ningún caso 
operación alguna, sino que se limitará á dar los primeros 
socorros, como la contensión de la hemorragia é inmovili- 
zación de un miembro fracturado, y disponiendo en el acto 
su translación al puesto de socorro para que allí se le atien- 
da debidamente. 
Art, 72. En caso de (pie los camilleros encuentren algún 
herido con síncope, lo dejarán en el puesto que lo encuen- 
tren hasta que vuelva en sí, pues deben tener presente que 
en ese estado es muy peligroso incorporarlos. 
Art. 73, El médico, por su parte, vigilará (pie los que 
se presenten con una herida sumamente leve, vuelvan á la 
línea de combate después de haberles aplicado la curación 
respectiva. 17 
Art. 74. Si á consecuencia del movimiento de avance de 
la línea de combate ésta queda muy distante del puesto de 
socorro, el médico de dicha linea lo avisará al jefe del pues- 
to, para que del personal que dispone y si es necesario pi- 
diendo los músicos del batallón, forme grupos de camille- 
ros que vayan al encuentro de los de la linea y allí reciban 
á los heridos para conducirlos. 
Art. 75. El médico que mande la línea de combate pe- 
dirá al del puesto de socorro los elementos que necesite á 
medida que vaya consumiendo su dotación. 
CAPITULO III. 
puesto de socorros. 
Art, 7<?. El más antiguo de los médicos de los cuerpos 
funciona como jefe de estos puestos, vigila que los cami- 
neros (jue traen los heridos de la línea de combate vuelvan 
inmediatamente á él, cambiando sus camillas y aprovecha 
su vuelta para enviar al médico de la línea las provisiones 
que pida. 
Art, 77. El objeto principal de los puestos de socorro es 
prestar auxilio á los heridos, haciéndoles las curaciones 
provisionales que necesiten para ponerlos en estado de 
transportarlos al puesto de ambulancia. 
Art. 78. La distancia de estos puestos de la linea de com- 
bate debe ser de 1,000 á 1,500 metros y deben estar situa- 
dos de manera que tengan fácil comunicaei< n, tanto con la 
línea de combate como con el puesto d<* ambulancia. 
Para colocarlos, se buscará, como se ha dicho en otra 
parte, lugares que tengan agua, paja para el descanso de 
los heridos y ofrezcan abrigos, tales como construcciones, 
depresiones de terreno (hondonadas) y arboledas que ase- 
guren su protección contra el fuego directo y contra los ra- 
yos solares. 
Art. 7b. Los heridos, desde el momento que son entre- 
gados por el camillero, se examinan por los médicos, co- 
menzando por los más graves, y sin retardo se les aplica 
las curaciones que necesiten. 
Por regla general, los médicos no deben practicar en es- 
te puesto sino operaciones de urgencia, tales como la con- 
Servicio 3. 18 
tensión de hemorragias, ya sea por medios hemostáticos y 
aun por la ligadura de la arteria herida, si es absolutamen- 
te indispensable reducción de asas intestinales ó de fractu- 
ras y contensiones de ellas para evitar accidentes en el mo- 
mento del transporte y finalmente, la amputación de un 
miembro, si llega en un estado tal que sea necesario acabar 
de separarlo, 
Los médicos también revisan las curaciones (pie vienen 
hechas del campo, y en caso de estar mal colocadas ó que 
produzcan dolor, las quitan para poner nuevas; auxilian á 
los heridos atacados de síncope y administran cordiales á 
los enfermos que vienen muy agotados. 
Art. yo Una vez hechas las curaciones, ordenan vuelvan 
á la línea de combate á los heridos que lo leve de su lesión 
no les impida continuar en él. 
Art. 81. Los demás heridos son divididos en tres cate- 
gorías: 
1 15 Los (pie pueden marchar, á los que se reúne en des- 
tacamento y son conducidos por un sargento herido, al pues- 
to de ambulancia. 
2 Los que deben ser transportados, á los que se les co- 
loca en los carruajes (pie al efecto se hayan pedido al pues- 
to de ambulancia, ó si faltan éstos, de carruajes de requisi- 
ción ó de los mismos del ejército, convenientemente dispues- 
tos. 
3 Aquellos cuyo transporte inmediato sería peligroso 
por lo grave de sus heridas, á quienes se les deja en el pues- 
to, atendiéndolos debidamente, y su transporte se hace á úl- 
tima hora. 
Art. 82. Las armas, previamente descargadas, y los ob 
jetos de equipo y vestuario de los heridos, se transportan 
en los mismos carruajes para ser entregados en los puestos 
de ambulancia. 
Art. 83 Cuando el enemigo se retira combatiendo, el 
puesto, si lo ordena el jefe de la división ó el del servicio sa- 
nitario sigue el movimiento de avance, situándose en el lu- 
gar que se le designe, el cual debe estar en comunicación fá- 
cil con las tropas de combate y con el puesto de ambulancia. 
En este caso deja'á los heridos bajo el cuidado del perso- 
nal bastante, el que los entrega al puesto de ambulancia que 
á su vez habrá avanzado á ocupar el que tenía el de socorro. 19 
Art. 84. En caso de retirada precipitada, el jefe del pues- 
to envía á los heridos atacados de menos gravedad violen- 
tamente hacia el puesto de ambulancia, manda enarbolar 
la banderola blanca ó de la neutralidad de la Convención y 
deja en el terreno á los graves, designando el médico y en- 
fermeros que deben quedar con ellos. Este médico se cons- 
tituye prisionero con sus heridos, y en caso de estar adheri- 
dos á la Convención de Ginebra, confía los heridos al ene- 
migo y marcha con su personal á reunirse con la división á 
que pertenece. 
Art. 85. Tei minado el combate, los camilleros recorren 
de nuevo el terreno para buscar los enfermos que no hayan 
sido recogidos, y después de curarlos y remitirlos al puesto 
de ambulancia, recoge todo su material, ordenando se les co 
loque en el carro que al efecto tenga destinado y vuelve al 
campo con los camilleros para recoger los muertos v proce- 
der á su inhumación, según las instrucciones que al efecto 
reciba del jefe del servicio, en acatamiento á lo dispuesto en 
el Artículo, 188. 
ürt. 8b. Una vez terminadas estas fatigas, los camilleros 
recogen sus armas y se incorporan á sus respectivos cuerpos. 
Otro tanto hacen los músicos si han auxiliado al servicio. Los 
médicos, con el personal que hayan recibido de la sección 
de ambulancia, se dirigen al puesto en que ésta se halla es- 
tablecida, para ayudar á la atención de los heridos; sin per- 
juicio de presentarse antes á sus respectivos cuerpos, con el 
fin de informarse délas novedades sanitarias de cada uno de 
ellos y proponer á sus jefes lo que fuere del caso. 
CAPITULO IV. 
Del puesto de ambulancia. 
Art. 87. El puesto de ambulancia es el centro de socorro 
para los heridos. 
Art. 88. La distancia á que debe colocarse deberá ser á 
lo más, de dos á tres mil metros del puesto de socorro, con 
el que debe de estar en fácil comunicación. 
El lugar en que se coloque debe estar, á retaguardiade 
la reserva, cerca de la línea principal de retirada- pero de 
tal manera que no impida ésta ni los movimiento de la ar- 
tillería y que sus carruajes no obstruyan la vía. 20 
Para la elección de este sitio no debe olvidarse que se 
necesitan lugares cubiertos, al abrigo del luego del enemigo 
y provistos abundantemente de agua: en consecuencia, de- 
be preferirse haciendas, rancherías, iglesias y estaciones pró 
ximas de camino de fierro 
Art. 89. Designado ya este puesto é iniciado el combate, 
el jefe del puesto ordena cuál es el personal que debe ir á 
auxiliar al puesto de socorro, cuáles son los carruajes que 
deben mandarse á él para el transporte de los heridos; or- 
dena así mismo la descarga de los medicamentos, material 
de curación y del necesario para el descanso de los heridos, 
como catres, jergones, cobertores, etc., que se dispondrán 
de manera (pie puedan utilizarse desde el momento (pie lle- 
guen dichos heridos. Dispondrá (pie el administrador, con 
el personal necesario, prepare los alimentos y bebidas que 
sean necesarias para reconfortar á los heridos antes de su 
evacuación. 
Art. 90. A medida que vayan llegando los heridos del 
puesto de socorro, serán recibidos por el comisario, quien 
llevará un registro en el (pie anotará su nombre, el cuerpo 
y arma á que pertenezca y el armamento y equipo con que 
hayan sido conducidos. 
Art 91 Una vez que se hayan recibido los heridos, el 
médico del puesto ordena (pie vuelvan los carruajes y ca- 
millas al de socorro, llevando consigo los medicamentos y 
objetos de curación que se hubieren pedido, acompañados 
de un enfermero para cada uno de ellos, que será el vigi- 
lante de la conducción. 
Art. 92. Colocados los heridos en su sitio de descanso» 
se procederá por los médicos á hacer 11 clasificación de sus 
lesiones, á cuyo efecto el jefe del puesto los divide en tres 
grupos, id 1 ? destinado á hacer la curación de las heridas 
leves, extraer los proyectiles, practicar suturas y separar á 
los moribundos. El 2 9 atender álos enfermos graves, ó re- 
ducir las fracturas, á colocar los aparatos necesarios para su 
contensión y, en suma, ponerlos en estado de que su trans- 
porte sea menos penoso; y el 3 á practicar las amputacio- 
nes y otras operaciones delicadas, teniendo presente que no 
deben practicar resecciones, principalmente las articulares y 
y otras que deben reservarse para el hospital de campaña 
Art. 93. Cada uno de estos grupos, á medida que vaya 21 
curando sus heridos, les fijará en un lugar visible una tarje- 
ta en que conste el nombre, el cuerpo y arma á que perte- 
nece, la clase de lesión que tenga, tratamiento que hay i re- 
cibido y el medio de transporte (pie debe emplearse al ser 
conducido al hospital de campaña. (Modelo núm. S.) 
Art. 94. Terminadas las curaciones se procede á dar ali- 
mento á los heridos, el cual, como se ha dicho, debe estar 
preparado con la debida anticipación. 
Art. 95. Mientras los heridos toman sus alimentos, el 
comisario, sirviéndose de los datos que contiene la tarjeta 
que á cada uno de ellos, se le ha puesto, forma una relación 
por duplicado de ellos que servirá para remitirse al hospi- 
tal de campaña junto con dichos heridos. (Modelo núm. 9) 
Art. 96. Hedía que sea esta relación, el jefe del puesto 
dispondrá que se verifique el transporte, haciendo uso de 
los carruajes (pie tenga á su disposición, formando un con- 
voy que colocará á las órdenes de un oficial de ambulancia 
ó de un facultativo si lo cree necesario. 
Art. 97. Este oficial, al llegar al hospital de campaña, 
entregará los heridos con la relación que id efecto debe lle- 
var por duplicado, dejando una en poder del jefe del hospi- 
tal y recogiendo el recibo en la otra. 
Si durante el trayecto que haya recorrido hubiese muerto 
alguno de los heridos, se anotará en dicha relación para la 
debida constancia. 
Art. 98. El jefe del puesto debe tener presente que estos 
transportes deben hacerse á medida que vayan estando cu 
rados los heridos con el objeto de estar siempre dispuesto 
á seguir los movimientos de avance de la división. 
Art. 99. Cuando á consecuencia del avance de la divi- 
sión, porque el enemigo se retire combatiendo ó en su per- 
secución, el puesto de socorro tenga que avanzar también, 
el de ambulancia pasará á ocupar el que tenía el prime- 
ro. En este caso, el jefe dispone que queden en el puesto el 
personal indispensable para acelerar la evacuación de los 
heridos que hasta ese momento se hayan recibido y termi- 
nada que sea ésta, dicho personal emprenderá su marcha 
para incorporarse á su sección. 
Art. 100. En caso de retirada, procederá de la misma 
manera que el puesto de socorro, enviando hácia el liospi 
tal de campaña los heridos que puedan marchar por sí ó 22 
puedan transportarse sin grandes dificultades, dejando en 
el puesto á los notoriamente graves, cuyo transporte sea pe- 
ligroso, al cuidado del personal estrictamente necesario pa- 
ra que lo atienda Este personal, lo mismo que el del pues- 
to de socorro al ocupar el puesto el enemigo, se constituirá 
prisionero ó pedirá permiso para retirarse, si ya nuestro país 
forma parte délos adheridos á la Convención de Ginebra 
Al t. 101. S i el resultado del combate librado ha sido fa- 
vorable á nuestras fuerzas y el campo tiene que levantarse 
por ellas, el jefe del puesto sin descuidar la atención de los 
heridos, designa una parte de su personal (pie vaya á auxi- 
liar al del puesto, de socorro para recoger á los heridos, 
identificar á los muertos, hacer su inhumación, después de 
lo cual volverán á su puesto. 
Al t. 102. El jefe de este puesto debe estar en constante 
comunicación con el servicio sanitario, por medio de un ofi- 
cial con quien mandará el parte de todas las novedades que 
vayan ocurriendo, pedirá las instrucciones que crea necesa- 
rias y recibirá las que les trasmita dicho jefe. 
Art. 103. Si mientras está funcionando este puesto, al- 
guno de los heridos llevados á el, llegase muerto, ó falleció 
re durante su peimanencia, ordenando la identificación res- 
pectiva por los medios de que ya se ha hablado, dispondrá 
su inhumación, levantando una acta (pie acompañará al par- 
te de que después se hablará. 
Art. 104. Cuando estuviere concluido ya todo el servicio, 
el jefe de este puesto, con los datos que al efecto reciba del 
comisario, el administrador y el farmacéutico vías actas de 
los que se hayan inhumado, formulará por escrito el parte 
de las novedades ocurridas, de los objetos consumidos, el 
cual dirigirá al jefe del servicio sanitario. (Modelo núm. 10). 
En cuanto á las armas y equipo de los heridos que haya 
recibido, ordenará se forme una relación de ellos, con expre- 
sión de su procedencia y en vista de ellas dispondrá que se 
entreguen á los cuerpos á que pertenecen, recogiendo el re- 
cibo correspondiente. (Modelo núm. 11). 23 
CAPITULO V. 
Hospitales de campaña. 
Art. 105. Estos hospitales están destinados á prestar au- 
xilios más eficaces á los heridos que vicie-ido del campo de 
batalla les sean remitidos por la sección de ambulancia, pa- 
ra lo cual deben situarse en lugares que estén en fácil co- 
municación con ella, á una distancia que no exceda de 10 á 
Y¿ kilómetros y que tenga locales apropósito para el abrigo 
de los heridos, debiendo preferirse una estación de camino 
de herró si sé encuentra en estas condiciones; á falla de lo- 
cal, hace uso del material que lleva pira establecerlo. 
Art. 100. Elegido el local, el jefe que lo manda ordena 
el establecimiento de la cocina y la preparación de los al i 
mentos para que éstos se encuentren listos á la llegada de los 
heridos; este establecicimiento se hace ya sea en un lugar 
apropiado, si lo hay, ó al aire libre en el contrario. 
Art. 107. Ordena asimismo el jefe, que con el material 
que lleva consigo se dispongan las camas ó lechos en que de- 
ben descansar los heridos. En suma, debe obrar de modo que 
al llegar éstos, encuentren las mayores comodidades posi- 
bles. 
Art. 108. Conmo cada remesa debe venir con una relación 
del puesto de ambulancia, ordenará que con arreglo á ella 
se reciba á los heridos y apareciendo exacta, firmará el du- 
plicado de conformidad conservando el principal, anotando 
en uno y en otro las diferencias, así como los que hayan lle- 
gado muertos, de cuya inhumación se encargará, ordenando 
se haga la identificación y que se levante el acta respectiva. 
Art. 109. Una vez instalados los heridos, ordena á los 
médicos que procedan á examinarlos, revisen las curaciones 
que traen del campo para ver si necesitan reponerlas, prac- 
tiquen las operaciones que sean necesarias y se les adminis- 
tren las medicinas que necesiten, para lo cual el farmacéu- 
tico debe estar prevenido por medio del material á su cargo. 
Art. 110. Estos heridos se conservan en los liosiitales de 
campaña, dándoseles toda clase de asistencia mientras se or- 
dena por el General en Jefe, comunicada por conducto del 
jefe del servicio sanitario, que se proceda á su evacuación 
hácia los hospitales del interior. Art. líl. En caso d¿ retir ida precipitada del ejército, se 
retirarán á su vez, cuidan lo de dirigirse liácia puntos que no 
estén expuestos á ser el centro de resistencia al enemigo, lle- 
vando consigo á todos sus heridos y material, no dejando si- 
no aquello que no sea fácilmente transportable para que no 
queden abandonados los heridos, el cual obrará como se ha 
dicho respecto de los puestos de socorro y ambulancia. 
Art. 112. Al ordenarse la evacuación de estos heridos por 
el cuartel general y comunicada por el jefe del servicio sa- 
nitario, los jefes de estos hospitales dispondrán que se haga 
la clasificación de dichos heridos, expresando los que pue- 
den marchar á pie, cuáles en carruaje y quiénes, por su es- 
tado de gravedad, no deben moverse. I lecha esta clasificación 
procederán á preparar la relación de los individuos que de- 
ben ser evacuados, en la que se anotará los nombres, el ar- 
ma, cuerpo y compañía á que pertenecen, herida que han 
recibido y la clase de arma que la produjo, así como la re- 
gión del cuerpo en que esté situada, auxilios que ha necesi- 
tado, y las operaciones que han tenido que practicarse; con 
el objeto de que dicha relación esté lista para el momento en 
que se organice el convoy, entregarla al jefe que deba con- 
ducirla (Modelo núm. 9). 
24 TITULO III. 
las sociedades de socorro. 
Art( 113. Las sociedades de socorro á los heridos y enfer- 
mos del ejército, que sometan sus estatutos á la aprobación 
de !a Secretaría de Guerra y que se comprometan en todas 
circunstancias á obedecer las instrucciones que reciban de 
la autorida militar, serán las únicas que se admitan á pres- 
tar sus servicios sobre el teatro de la guerra. La naturaleza 
y límite de la acción de estas sociedades se determinará por 
el General en Jefe de la fuerza en campaña. 
Art. 114. La Sec-etaría de Guerra da á conocer al cuar- 
tel general qué sociedades han llenado las condiciones del 
artículo anterior, cuáles son sus recursos en personal, mate- 
rial y provisiones y el delegado que se haya nombrado pa- 
ra ponerse en relación con el cuartel general. Este designa- 
rá el lugar en donde deban situarse sus dep'sitos á los cua- 
les puede recurrir el ejército. 
Art. 115. Durante las permanencias prolongadas de las 
fuerzas en alguna localidad, pueden utilizarse estas socieda- 
des para suplir ó auxiliar á las ambulancias y hospitales es- 
peciales de campaña que se establezcan para el tratamiento 
de enfermos contagiosos; igualmente puede confiárseles, en 
ch so de marcha, á los enfermos que estén incapaces de se- 
guir el movimiento de avance. 
Art. 116. La autoridad militar puede encargar de la vi- 
Servicio 4. 26 
gilancia médica y política de todo establecimiento creado 
por sociedades de socorro, á un médico militar. En estos es- 
tablecimientos deben sujetarse, en lo que concierne á la ad- 
ministración, altas, defunciones, equipo y armamento de los 
enfermos, á las prescripciones vigentes para los hospitales 
militares, 
Art. 117. Durante las marchas, el personal y material de 
las sociedades de socorro no debe confundirse con el del 
ejército, y el material seguirá, en tanto como sea posible, un 
camino diverso. 
Los días y horas de su partida, así como el punto en don- 
de deban rendir la jornada, les será indicado por la autori- 
dad militar. 
Art. LIS. Cuando se prevea una acción de importancia, 
el General en Jefe indica á estas sociedades los puntos en 
que puedan situarse y prepararse para recibir los heridos 
(pie se les manden. 
Art. 119. Después del combate, si la autoridad militar lo 
permite, excepcionalmente puede autorizarse á las socieda- 
des de socorro, dirigirse al lugar de la lucha, para concurrir 
(ton los servicios sanitarios militares al levantamiento y so- 
corro de los heridos é inhumación de los cadáveres. 
Art. 120. Cuando después de una batalla el ejército tie- 
ne que avanzar, los enfermos y heridos recogidos por los 
puestos de ambulancia y hospitales de campaña, pueden 
confiarse á la sociedad de socorro, nombrándose por el Ge- 
neral en Jefe un personal médico que vigile se cumpla con 
las prescripciones reglamentarias. 
Art, 121. Principalmente en el servicio de las evacuacio- 
nes, prestarán su mayor concurso estas sociedades, propor- 
cionando á las ambulancias, carruajes bien dispuestos, 
para el transporte de heridos, susíituyendo una parte de la 
escolta sanitai ia de los convoyes y preparando en las esta- 
ciones de evacuaciones y en las intermedias de camino de 
fierro y de llegada, alimentos y socorros médicos para los 
heridos y enfermos. 
El personal de estas sociedades que acompañan al mili- 
tar en las evacuaciones, debe estar al tanto del papel que 
tiene que llenar y sujetarse, para la distribución de alimen- 
tos, á las prescripciones del médico militar que mande el 
convoy. Solo en caso de absoluta necesidad, reconocida por el 
cuartel geneneral, se autorizará á estas sociedades á orga 
nizar por su cuenta trenes sanitarios y convoyes de evacua- 
ción. 
Alt. 12*2. Estas sociedades deben comprometerse á no 
retirar su personal mientras que el cuartel general juzgue 
necesaria su presencia. 
Art. 123. Cuando en alguna localidad encuentren hos- 
pitales civiles establecidos y se destinen en todo ó parte 
al tratamiento de heridos ó enfermos militares, puede nom- 
brarse un oficial (pie vigile se cumpla con la disciplina y 
observe los reglamentos militares sanitarios. 
Art. 124. Las casas particulares no pueden recibir enfer- 
mos ó heridos sino con la autorización expresa del cuartel 
general, y obtenida ésta, se les confiará de preferencia á los 
heridos que ya noestén aptos para volver al servicio y ¡os 
convalecientes cuyo restablecimiento completo sea muy di- 
latado. 
Alt, 125. Cuando comités de socorro ofrezcan donativos 
para enfermos y heridos, en dinero, ropa, alimentos, medi- 
cinas, objetos de curación, aparatos decirujía, etc., el cuar- 
tel general puede aceptarlos, y en ese caso nombrará quien 
los reciba, expidiendo el documento respectivo y quedando 
obligado á dar cuenta del empleo de esos donativos. 
27 TITULO IV- 
Servicio sanitario en el ataque y defensa de plazas; 
CAPITULO I. 
Servicio sanitario en la defensa de plazas- 
Alt. 126. En las plazas fuertes, en los fuertes aislados, 
amenazados ó asediados, el servicio sanitario se rige por las 
disposiciones de este reglamento, con las especiales que 
adelante se expresan. 
Art. 127. Cada plaza fuerte ó fuerte aislado debe te- 
ner las formaciones sanitarias estables y temporales (pie 
sean necesarias, según el número de enfermos ó heridos que 
se calcule deba haber. Por lo tanto, en cada fuerte se esta- 
blecerán enfermerías destinadas al cuidado de enfermos y 
heridos de rápida curación y dentro de las plazas los hospi- 
tales militares que se necesiten para llenar cualquier servi- 
cio, podiendo ser auxiliados éstos por los hospitales civiles 
que existan en la población ó los que se instalen por inicia- 
tiva particular ó por las sociedades de beneficencia. Debe 
haber, á la vez, secciones de ambulancia en relación con la 
fuerza que defiende el punto, dispuestas á desempeñar sus 
funciones en el momento en que, con motivo de alguna sa- 
lida, se libre una acción en la proximidad de la plaza, 
Art. 128. Es jefe de éste servicio el designado por la Se- 
cretaría de Guerra, por el jefe de la plaza ó fuerte y en ca- 29 
so de que no se haya hecho designación especial, dirige el 
servicio el médico más antiguo 
Este servicio comprende el de las tropas que forman la 
guarnición, el de los hospitales establecidos en la plaza y el 
de las lormaeiones sanitarias que se instalen. Para el efec- 
to tiene este jefe las atribuciones y deberes siguientes: 
I. Forma parte de la comisión de defensa. 
II. Propone al jefe de la plaza lo que estime convenien- 
te para proveer de víveres, líquidos, combustible y medici- 
nas para (pie funcione bien el servicio sanitario en caso de si 
tio y ataque. 
II [. Consulta cuáles son los lugares en que deben situar- 
se las enfermerías de fuerte y los hospitales temporales y 
auxiliares. 
IV. Dicta, con anuencia del jefe de la plaza ó fuerte, las 
providoncias conducentes para que el servicio sanitario 
quede organizado y esté listo para funcionar en caso de 
ataque ó de sitio. 
V. Inicia al comandante en jefe de la plaza lo necesario 
para que la higiene no decaiga por la acumulación de tro- 
pas, enfermos ó los mismos habitantes de la plaza 
VI. Cuando se pone la plaza en estado de defensa, con- 
sulta lo conveniente para asegurar la provisión y víveres 
del servicio de sanidad. 
VII. Instalado definitivamente el servicio, dará á cada 
uno su calocación, preparando desde luego los puestos de 
socorro en los fuertes. 
VIII. Propone la salida, de estos fuertes, de todos aque- 
llos hombres que no estén en aptitud de prestar servicio 
activo. 
IX. Organiza los medios de evacuar los enfermos y he- 
ridos hácia los hospitales de la plaza. 
X. En caso de asedio de la plaza, el jefe del servicio en- 
tra á formar parte del consejo de defensa con solo voz con- 
sultiva y de la comisión de vigilancia de aprovisionamientos. 
XI. Cuida de que se conserve la higiene de la población 
civil por medio de las autoridades civiles, si las hay, ó 
constituyendo un servicio especial en caso contrario. 
XII. Cuida también de la higiene de los cuarteles para 
evitar los peligros que puedan producirse por el hacina- 
miento en ellos. 30 
XIII. Vigila el servinio de la línea atacada, procurando 
por todos los medios, que los socorros á los heridos sean 
eficaces y que su transporte sea rápido y seguro. 
XIV. Sostiene con sus consejos, sus palabras y su ejem- 
plo el espíritu de sus subordinados y el de sus enfermos, 
tratando siempre de levantar su ánimo. No debe decir la 
verdad entera y absoluta sino al jefe de la plaza ó del punto. 
XV. En caso de rendición, cuida de que las formaciones 
sanitarias no abandonen los enfermos y heridos (pie tienen á 
su cargo, sino (pie se constituyan prisioneras ó de (pie se 
cumpla estrictamente con las disposiciones de la Convención 
de Ginebra, si el país ha dado ya su adhesión á ella. 
Art. 120. En las enfermerías de los fuertes, el servicio 
funciona conforme al reglamento establecido para toda cla- 
se de enfermerías en el servicio sanitario en tiempo de paz 
Iniciado el ataque de la plaza, funcionan como puestos 
de socorro y si es necesario se envían á ellos, en caso de 
insuficiencia de personal, el que se encuentra en las seccio- 
nes de ambulancia y hospitales. 
Art. 130 Los hospitales reciben los heridos curados en 
los puestos de socorro, aunque una sección de ambulancia 
debe estar siempre lista para funcionar, sobre todo cuando 
con motivo de una defensa activa se verifique una salida de 
las fuerzas. Estos hospitales funcionarán como en tiempo 
de paz 
En caso de insuficiencia de personal para estos hospita- 
les, puede aprovecharse el de las secciones de ambulancia 
si no se necesitan en otra liarte, y si aun así no fuere bas- 
tante, puede ocurrirse al personal civil, 
CAPITULO II. 
Servicio sanitario en el ataque de las plazas. 
Art. 131. Durante las operaciones preliminares, el servi- 
cio sanitario <le las tropas que asedian ó atacan una plaza 
defendida, se ejecuta conforme á las prescripciones del tí- 
tulo segundo, 
Art. 132. Durante el período de asedio, una vez que la 
zona de ocupación ha sido determinada y divida en secto- 
res para la distribución de las tropas, el servicio de sanidad 
se organiza en la forma siguiente: 
Las fuerzas de primera línea, instalan sus puestos de so- corro buscando las condiciones de terreno y abrigo necesa- 
rios para su seguridad. 
Mientra no se decida un asalto, estos puestos pueden 
funcionar como enfermerías. 
A la distancia respectiva, se establecen las secciones de 
ambulancia, las que funcionan como ya se lia dicho en el 
título segundo. 
A la distancia también respectiva se establecen los hos- 
pitales de campaña, que son los destinados á la asistencia 
de enfermos y heridos graves y asistencia especial de en- 
fermos contagiosos, encargándose igualmente del servicio 
de evacuación hacia los hospitales destinados al efecto ó 
á las enfermerías de tránsito. 
Art. ldd. Decidido un asalto, cada jefe de columna lleva 
un médico con el personal de camilleros necesario para el 
pronto levantamiento de los heridos y su conducción Ini- 
cia los puestos de socorro. 
Art. Id4 M durante el asedio ni en los asaltos, ningu- 
na formación sanitaria enarbola sus banderolas sino que se 
hace conocer su sitio por notificación expresa al personal, 
y su dirección se indica por estacas ó jalones que los cami- 
lleros vigilan se conserven siempre en su sitio. 
31 TITULO V- 
servicio de evacuación. 
CAPITULO I. 
Generalidades. 
Art. 135. Cuando el General en Jefe lo determine, los 
enfermos y heridos de los establecimientos de una fuerza 
en campaña, con excepción de los rpie están en peligro de 
muerte ó atacados de enfermedades contagiosas, son eva- 
cuados tan luego como es posible liácia establecimientos 
hospitalarios del interior. 
Estas evacuaciones se hacen por camino de fierro, por ca- 
rruajes ó embarcaciones, siguiendo las vías de comunicación 
designadas de antemano por la Secretaría de Guerra y en 
caso necesario por el General en .Teje de las fuerzas en cam- 
paña. 
Art, 136. Cuando se preveé que debe haber un gran nú- 
mero de heridos, el General en Jefe lo comunica á la Secre- 
taría de Guerra, la que manda organizar medios de transpor- 
te extraordinarios para este servicio. 
Art. 137. En tanto como sea posible debe agruparse á los 
heridos y enfermos atacados de afecciones de la misma na- 
turaleza, para repartirlos en los hospitales mejor apropiados 
para su tratamiento. 33 
Los enfermos se embarcan por categorías, evitando mez- 
clar aquellos que tienen que evacuarse á gran distancia, con 
los que deben quedarse cerca por la poca importancia de su 
lesión. 
Art. 138. Las secciones de ambulancia y hospitales de 
campaña reciben órdenes del General en Jefe por conducto 
del Jefe del servicio sanitario,acerca de los puntos en que los 
eniermosy heridos deben reunirse para efectuar su evacm ion. 
Art 139. El jefe del servicio sanitario nombra el perso- 
nal que debe acompañar al convoy, el que irá al mando de 
un médico que llevará consigo los documentos de que habla 
el artículo 112. 
Este médico determina cual es la cantidad y naturaleza 
de víveres, líquidos, medicamentos y objetos de curación que 
deben llevarse para el tratamiento de los enfermos durante 
la marcha» 
Art. 140. Las curaciones no deben renovarse sino cuan- 
do hay necesidad y esto solo por orden expresa del médico 
jefe del convoy. 
Para evitar curaciones inútiles y peligrosas, los médicos 
que han asistido á los enfermos, antes de la evacuación, de- 
ben anotar en la hoja que contiene la relación de los evacúa 
dos, datos precisos sobre el número de días que deben durar 
estas curaciones, así como les aparatos que hayan colocado, 
para que esto sirva de norma al jefe del convoy para sus 
resoluciones. 
CAPITULO II. 
Evacuaciones por camino dé fierro. 
Art. 141. Cuando las evacuaciones deban hacerse por tina 
vía férrea, la Secretaría de Guerra da aviso á la compañía 
respectiva para que prepare los transportes bastantes en re- 
lación con el número de enfermos y heridos. 
Art. 142. Este transporte se verifica por coches de pa- 
sajeros y furgones enganchados en los trenes ordinarios ó 
por trenes sanitarios improvisados especialmente. 
Art. 143. En los trenes de pasajeros, los coches de prime- 
ra y segunda clase se reservan para los oficiales y pacientes, 
cuyo estado reclame mayor cuidado, pero que pueden ir sen- 
Servicio 5. 34 
tados, y los coches de tercera para la clase de tropa atacada 
de enfermedades ó heridos leves. 
Los furgones de carga se destinan especialmente á los en- 
fermos y heridos que no pueden ser transportados más que 
acostados. Para este caso, se tendrá cuidado de proveer es- 
tos furgones de paja, de manera de formar una capa que pue- 
da servir para el reposo de los pacientes, ó de jergones lle- 
nos de la misma substancia, que puedan utilizarse como col- 
chones. Estos carros deben colocarse en la parte media del 
tren, en donde los movimientos y choques son menos sen- 
sibles. 
Art. 144. Los utensilios, víveres, medicamentos y obje- 
tos de curación que sean necesarios, los proporcionará el es- 
tablecimiento de donde proceden los evacuados, regiesando 
con los que no hayan sido utilizados el personal encargado 
de la evacuación 
Art. 145 Los trenes sanitarios improvisados, se proveen 
del material necesario, que se toma de los depósitos estable- 
cidos, y queda á cargo del oficial de administración que for- 
ma parte del personal que debe acompañar al convoy. 
Todo tren de evacuación debe de ir acompañado de un mé 
dico, un oficial de administrrción y el personal de enferme- 
ros necesario en relación con el número de enfermos trans- 
portados 
Art. 14fi. El conductor del tren, como jefe técnico del ra- 
mo, queda responsable de su marcha, pero el médico tiene 
el mando en jefe de la expedición y por lo mismo puede ha- 
cer detener el tren, siempre que el estado de los enfermos ó 
heridos que conduzca lo exija y por idénticos motivos pue- 
de retardar su marcha. 
Art. 147. Ilurante el viaje, el médico ordena que los en- 
fermeros que debe llevar cada carruaje, le informen que en- 
fermos y heridos reclaman su presencia. 
En los puntos de parada, el médico visita por sí estos ca- 
rruajes, proporciona á los heridos y enfermos los auxilios que 
necesitan y cuida de que el oficial de administración ó en- 
fermero mayor, ministren á los pacientes el alimento indis- 
pensable. 
Art. 148. Cuando á causa de fuerza mayor, tenga que 
pasar la noche el tren en una estación, se le coloca en una 
vía de escape, en la que permanece hasta el momento en (pie 35 
pueda continuar su camino. El médico, en ese caso, designa 
cuáles de los enfermos pueden bajar de los carruajes para 
pasar la noche en la sala de espera ó en locales dispuestos 
especialmente á este efecto. 
Art. 149. Desde el momento que un tren de evacuación 
se pone en marcha, debe darse aviso telegráfico á las esta 
ciones intermedias, de sus horas de salida y de llegada, así 
como la del tiempo que dilaten en ellas, para que las comi- 
siones de estación que deben ser nombradas préviamente 
por el Ministerio de Guerra, se encuentren dispuestas para 
proporcionar á su llegada los auxilios (pie necesiten, á cu- 
yo efecto el médico le indicará cuáles sean éstos 
Art 150. Estas comisiones se compone de un oficial de 
administración designado por la Secretaría de Guerra, el que 
se asociará al jefe de estación, para el caso que el convoy 
tenga que detenerse en ella, y en ese caso, según el aviso 
que se reciba, dicho oficial preparará alimentos, medicinas 
y alojamiento que se le indiquen por el jefe del convoy. 
Art. 151 Al llegar á su final destino, el jefe del convoy 
hará entrega de los enfermos y heridos que haya conducido, 
sirviéndose de la relación que al efecto lleva preparada, de- 
jando un ejernplai en poder del jefe del hospital que recibe, 
y recogiendo la firma de este jefe en el principal y triplica 
do, para entregar el primero, al jefe del servicio sanitario 
como prueba de haber cumplido con su misión y reservan- 
do el último para sí, para su resguardo 
Art 152. Terminada la entrega, regresará este jefe á su 
punto de partida, junto con el personal (pie haya llevado 
consigo, el material sanitario que no haya utilizado y el del 
puesto que se le haya ordenado recoger. 
CAPITULO III. 
Transporte por los caminos ordinarios. 
Vías carreteras. 
Art. 153. Para este transporte, pueden utilizarse carrua- 
jes de requisición, los que proporcionen las sociedades de so 
coro ó de beneficencia, y si fuere necesario, los carruajes de 
ambulancia, así como los de equipajes adoptados al efecto. 
Los carruajes suspendidos ó de muelles, asi como los que 36 
estén provistos de camillas, se reservan para los enfermos 
y heridos graves, así como para los oficiales. El resto de ca- 
rruajes sirve para los que pueden caminar sentados, los cua- 
les sin embargo, van bien provistos de paja ó sacate para 
el reposo de los enfermos en caso necesario. 
Art. 154. El médico jefe del convoy, el día de la salida y 
diariamente antes de emprender la marcha, cuida de que se 
preparen las medicinas que deben repartirse en el día, á fin 
de que no se suspenda el tratamiento de los enfermos gra- 
ves; vigila asimismo que se hagan las curaciones necesarias 
y se dé el alimento correspondiente á los enfermos. 
Art. 155. El mismo jefe se informa, si la jornada que va 
emprender, es por parajes escasos de víveres, y en ese caso, 
antes de la salida, ordena al oficial de administración que 
lleva consigo, haga las provisiones necesarias para que nada 
falte á los enfermos. 
Art 15b En la marcha del convoy, el jefe de él, ejerce- 
rá por medio del personal á sus órdenes, una esmerada vi- 
gilancia para atender á los enfermos en sus quejas, minis- 
trarles los auxilios que necesiten y ordenar los descansos (pie 
demanden la gravedad de su estado. 
Art. 157. Diariamente nombrará el jefe del convoy, un 
empleado de sanidad aposentador que, acompañado de un 
oficial de administración se adelanten para pedir la boleta 
de alojamiento respectiva, y cuiden de que el local que se 
les designe, reúna las condiciones necesarias para la conve- 
niente colocación de los enfermos y á la vez manden prepa- 
rar los alimentos y objetos de curación que sea indispensa- 
ble tener listos á la llegada de aquellos. 
Art. 158. Ea orden del día, debe mencionar los lugares 
en donde debe hacerse alto, para el reposo de los enfermos; 
y de aquellos en los cuales debe darse el alimento 
Art. 159. Una vez llegado á su destino, el jefe hace la en- 
trega de sus enfermos, de la misma manera que se ha de- 
terminado para los conducidos por caminos de fierro 
Art. 160. Los carruajes (pie han servido para el trans- 
porte de estos enfermos, deben desinfectarse antes de em- 
prender su marcha de regreso. 
Art. 161. El regreso se verifica por el personal que acom- 
paña al convoy, en las mismas condiciones prevenidas en el 
capítulo anterior. 37 
CAPITULO IV. 
Transporte por vías fluviales ó maritimas. 
Art. 162. Este transporte se verifica en lanchas, tratán1 
dose de las vías fluviales, en lanchas remolcadas ó en bar- 
cas de vapor en las marítimas. 
i\rt. 163. Este transporte se emplea para los enfermos y 
heridos que no pueden caminar sino acostados y rodeados 
de los auxilios que encontrarían en un hospital. 
Art. 164. Lo demás de este servicio, se rige por las dis- 
posiciones relativas al transporte por vías carreteras ó fé- 
rreas. 
CAPITULO V. 
Hospitales de evacuación. 
Al t. 165 Estos hospitales son temporales y solo se esta- 
blecen en tiempo de guerra, con el objeto de recibir los en- 
fermos ó heridos que les sean enviados por el ejército de 
operaciones. 
Al t. 166. Para su establecimiento, se elegirán de prefe- 
rencia, lugares ó plazas que estén ligadas con el centro de 
las operaciones, por medio de una vía férrea, fluvial ó carre 
tera que permita el fácil tránsito de los medios de trans- 
porte. 
Art. 167. Entre estas plazas, debeu preferirse aquellas que 
tengan elementos propios de vida, de manera que en ningún 
caso, se dificulte la asistencia de enfermos y heridos. 
Art. 168. Si entre ellas, hubiere alguna en que encuentre 
establecido un hospital militar, éste será el designado como 
de evacuación. 
Si no lo hubiere militar, pero sí civil, á él podrá hacerse 
1 a evacuación, prévio arreglo con las autoridades locales pa- 
ra los gastos que demande la asistencia de los enfermos. 
Art. 169. Pueden utilizarse también como hospitales de 
evacuación, los que establezca la sociedad de socorro ó de 
beneficencia, que se sujeten á las prevenciones dadas por el 
Gobierno. 
Art, 170. En estos hospitales, se establecerán depósitos de 
medicinas y material de sanidad, con el objeto de que siem- 
pre pueda reponerse fácilmente todo lo que se consuma en 
la línea de operaciones. 38 
Art. 171. Estos mismos hospitales, estarán en f/icí 1 comu- 
nicación con el centro, á fin de queá su vez. pueda reponér- 
seles, tanto los elementos que ellos consuman, como los (pie 
envíen á la línea de operaciones, en reposición de lo gastado 
Art, 172, El personal científico de estos hospitales ya sea 
civil ó militar, está obligado á recibir los enfermos que se le 
remitan de la línea de operaciones; á formar la relación con 
que se hagan e>tas remisiones; y á rendir, tanto al cuartel 
general como á la Secretai ía de Guerra, una noticia en la 
cual conste el resultado obtenido por la asistencia de enter. 
mos y heridos, expresando en ella quiénes de éstos han falle- 
cido, cuáles han quedado útiles para todo servicio y capaces 
de incorporarse nuevamente á los cuerpos á que pertenecen, 
y quiénes, ya sea por su lesión por los accidentes que se lia 
yan presentado, Vi operación que haya sido necesario practi- 
car, han quedado inútiles para el servicio, cuidando de (pie 
en caso de enfermedad, se haga notar la causa probable de 
ella, la marcha que ha seguido, y su terminación; y cuando 
se trate de heridas, por qué arma han sido producidas; en qué 
lugar del cuerpo están situadas; en qué estado de salud se 
recibieron; qué intervención se ha necesitado; si lia sido in- 
dispensable operación, cuál ha sido ésta, y finalmente, el re- 
sultado que hayan tenido los hei idos, expresando si han (pie- 
dado útiles ó inútiles para el servicio, y si ésta inutilidad es 
temporal ó difinitiva. (Modelo núm. 12). 
Respecto de los que terminada su curación, queden inúti- 
les se esperará la resolución de la Secretaría de Guerra, la 
cual determinará lo que proceda. TITULO VI. 
Disposiciones generales sobre la manera de funcionar 
el servicio médico en campaña- 
CAPITULO I. 
Carácter de la asistencia médica- 
Art. 173. Los enfermos y heridos, no se asisten en las 
formaciones sanitarias de las tropas sino transitoriamente, 
en consecuencia, solo permanecen en ellas el tiempo indis 
pensable para volver á su puesto, si la enfermedad ó trau- 
matismo ha sido leve, ó para ser evacuados á las formacio- 
nes sanitarias de retaguardia, si el tratamiento debe ser 
largo. 
Art. 174- En una fuerza en marcha, los enfermos del día, 
que no son dados de alta, pasan á la ambulancia; si ésta á 
su vez, tiene que moverse, los pasa á los hospitales impro- 
visados en el camino, ó á los civiles de la localidad, ó á los 
hospitales de evacuación si así se ordena. 
Art 175. En el momento del combate el puesto de soco- 
rro, además de prestar los primeros auxilios á los heridos, 
tiene por misión la de remitirlos al puesto de ambulancia; 
ésta á su vez les presenta una asistencia mayor y más com- 
pleta, los clasifica para remitirlos á los hospitales de cam- 
paña, que los cuidan hasta que estén en estado de ser re- 
mitidos á los hospitales de evacuación ó á otros que se 
hallen situados lejos de la línea de operaciones. Alt. I7(J. Tienen derecho de ser asistidos en las ib ron- 
dones sanitarias: los enfermos y heridos de las fuerzas de 
mar y tierra, los asimili los, los prisioneros de guerra y los 
desertores del enemigo. 
Art. 177 Las personas que no tengan ese carácter, sólo 
podrán ser asistidas si lo ordena el general en jefe. 
Art. 178. Todo enfermo ó herido que reciba asistencia, 
deberá ser inscrito en el libro (pie debe llevar e! comisario, 
conforme al modelo designado por el Reglamento del Ser- 
vicio de 8anidad en tiempo de paz, el cual deberá llevar 
una columna para anotar en ella cuando pasa de una for- 
mación á otra. 
Art. 179. Las visitas médicas se pasan á las horas que 
designen los jefes del servicio, sujetándose para ellas á las 
prescripciones establecidas para el tiempo de paz. 
Al t 180 El servicio farmacéutico se hace en los batallo- 
nes y regimientos por los médicos de los cuerpos: en las 
ambulancias y hospitales de campaña, por los farmacéuti- 
cos que llevan consigo. Unos y otros deben llevar cuenta 
de lo que consumen y rendirla periódicamente pidiendo la 
reposición de lo que falte 
Art. 181. El servicio administrativo, se ejecuta como en 
tiempo de paz, salvo las disposiciones especiales que con 
motivo de las condiciones en que se encuentren las fuerzas, 
dicten los Generales en Jefe. 
Art, 182. Los oficiales de administración, deben llevar, 
un registro en que consten los valores y objetos de la per- 
tenencia de los individuos que reciban asistencia y (pie les 
sean entregados para su guarda; al salir éstos, les serán de- 
vueltos dichos valores y objetos, mediante el recibo corres- 
pondiente, y en caso de fallecimiento, se remitirán al cuar- 
tel general para (pie por conducto de éste lleguen al Mi- 
nisterio de la Guerra, quien los conservará á disposición 
de las personas que justifiquen derecho á ellos. 
Art. 183. Diariamente los jefes de cada formación, en- 
vían al jefe del sevicio sanitario, el estado de novedades 
ocurridas el día anterior y ésta á su vez las trasmite al 
cuartel general. 
40 41 
CAPITULO II. 
De las defunciones é inhumaciones. 
Art. 184. En cada formación sanitaria, debe llevarse por 
el oficial comisario, bajo la vigilancia del administrador, un 
registro de los individuos muertos por enfermedad ó heri- 
das, con especificación de su identidad y de las causas (pie 
hayan producido la muerte. En este registro se anotará si 
el difunto dejó testamento, papeles y valores en poder de 
la administración. 
Art 185. Hecho el registro se dará el aviso al jefe del cuer- 
po á (pie pertenecía el tinado y á la oficina del Registro Civil 
si la hay, para que se proceda á la inhumacióu, según lo 
previene el artículo 222 del Reglamento del servicio sani- 
tario en tiempo de paz. 
Art. 18fi. A falta de oficina del Registro Civil, se levan- 
tará una acta que deberá ser suscrita por el administrador, 
comisario y el jefe de la formación. Esta acta se remitirá al 
cuartel general para que por su conducto llegue al juez del 
Registro Civil á que pertenece el punto en (pie ha ocurrido 
el fallecimiento, y el m smo cuartel general designará el 
lugar en donde deba hacerse la inhumación. 
Art. 187. De todo fallecimiento, siguiendo la escala ge- 
rárquica, se dará parte al cuartel general, en donde se lle- 
vará un registro que contenga el nombre y filiación de los 
fallecidos, con el objeto de dar noticia á las personas y au- 
toridades (pie se interesen por ellos. 
Igualmente se dará parte de todo fallecimiento al Minis 
terio de la Guerra para que en el Departamento Médico se 
lleve también el registro general de los muertos en cam- 
paña. 
Art 188. Cuando á consecuencia del levantamiento de 
un campo ha lugar á proceder á la inhumación de muchos 
cadáveres, corresponde á los médicos militares comprobar 
la realidad de la muerte y firmar las actas que forme i los 
oficiales encargados de levantará dicho campo, justificán 
(lose, corno se ha dicho en otro lugar, la identidad de los 
muertos con la placa respectiva, marcas de la ropa ó depo 
sición de testigos. Esta se remitirá también al cuartel ge- 
neral para que la haga inscribir en el Registro Civil de la 
Servicio 6. 42 
localidad correspondiente, remitiéndole igualmente relación 
de los inhumados. (Modelo núm. 13.) 
Art. 189. Para la elección del terreno en que debe ve- 
rificarse la inhumación deben tomarse en encuenta las pre- 
venciones siguientes: 
1 -p Que este lugar esté lejano de las habitaciones, 
sembrados ó sitios que puedan elegirse para la instalación 
de un hospital, 
i2 S3 Que este terreno sea seco, lejos de toda corriente de 
agua para evitar su contaminación, é igualmente de todo 
camino muy frecuentado. 
3 í3 Las fosas deben ser profundas, por lo menos de dos 
metros abajo del nivel del suelo, colocándose al fondo de 
ellas (roncos y ramas que faciliten su desagüe, depositando 
después los cadáveres por filas superpuestas perpendicu- 
larmente unas á las otras y separadas por pequeña capa de 
tierra* 
4 ? Los cadáveres de la clase de tropa, sólo llevarán su 
ropa interior, pues la de paño retarda más tiempo la des- 
composición; los cadáveres de oficiales se entierran en fo- 
sas separadas. Unas y otras se cubren primero con una ca- 
pa de cal, carbón y cenizas, para que los gases (pie produz- 
ca la descomposición sean absorvidos y después con la tie- 
rra extraída de las fosas, formando túmulos, los que de 
alguna manera se marcarán, con el objeto de (pie pueda 
reconocerse su sitio en caso de necesidad. 
5 ? Cuando se trate de la inhumación de un jefe de ca- 
tegoría, se dará partea1 cuart l general para que este dis- 
ponga lo concerniente respecto de ella. 
fi J3 Si por ser muchos los cadáveres recogidos se dificulta 
su inhumación y el cuartel general dispone que se proceda 
á la cremación de ellos, ésta debe ejecutarse en fosas de la 
misma profundidad que las anteriores, con un lecho de pa- 
ja, zacate ú otra materia combustible, regado con alqui- 
trán y empapado con petróleo, recubriendo después las ce- 
nizas con la tierra extraída. 
CAPITULO IIr, 
Art- 190. La inhumación de los cadáveres de los anima- 
les se ejecuta conforme á los mismo principios especificados 
De la inhumación de los animales. 43 
en el capítulo anterior; pero es preferible sujetarlos á la 
cremación, la cual se efectúa de la misma manera que tra- 
tándose de los cadáveres humanos. 
En las plazas sitiadas ó en los lugares en donde sea muy 
escasa la carne para la alimentación de la tropa, puede uti- 
lizarse la carne de estos animales, ordenando á los veteri 
narios que la reconozcan previamente y vigilen que antes 
de entregarla para su consumo se llenen las indicaciones 
que en lo general están prescritas para permitir el consumo 
de las otras carnes. 
CAPITULO IV. 
Art, 191. En tiempo de guerra los militares y asimilados 
que formen parte de una expedición militar ó se encuen- 
tren en plaza sitiada, gozan del privilegio de hacer testa- 
mento privado, conforme á las prescripciones del Código 
Civil, cuyos artículos dicen á la letra lo siguiente, 
Testamentos- 
CAPITULO V. 
Del testamento militar. 
“Art. 3548. Los militares y los empleados civiles del eje'r* 
cito, luego que entren en campaña, podrán testar en la for- 
ma privada, sujetándose á las formalidades prescritas para 
esta clase de testamentos. 
“ Alt. 3549. Si el militar ó empleado civil hace su dispo- 
sición en el momento de entrar en acción de guerra ó es- 
tando herido, sobre el campo de batalla, bastará que decla- 
re su voluntad ante dos testigos idóneos, ó que ante los mis- 
mos presente el pliego cerrado que contenga su disposición 
escrita ó firmada, ó por lo menos firmada de su puño y le- 
tra. 
‘'Art, 3550. Si el testamento es cerrado, los testigos fir- 
marán en la cubierta, haciéndolo el testador si pudiere. 
“Art. 3551 Lo dispuesto en los artículos anteriores se 
observará en su caso respecto de los prisioneros. 
“Alt. 355*2. Los testamentos otorgados por escrito confor- 
me á este capítulo, deberán ser entregados, luego que mue- 
ra el testador, por aquel en euyo poder hubieren quedado, 
al jefe inmediato del difunto, quien los remitirá al Ministe- 44 
río de la Guerra y este á la autoridad judicial competente 
para los efectos legales. 
“Art 3553. Si el testamento hubiere sido otorgado de pa- 
labra, los testigos instruirán de él desde luego al jefe inme- 
diato del testador, el cual dará parte en el acto al Ministe- 
rio de la Guerra y éste á la autoridad judicial competente, 
á fin de queT citando á los testigos se proceda conforme á 
derecho- 
“Art. 3554. Las disposiciones contenidas en los artículos 
3540 y siguientes se observarán también en el testamento 
militar 
Disposiciones transitorias 
Art. 1 ° El presente Reglamento comenzará á regir des- 
de la fecha de su publicación. 
Art. 2 ° Quedan derogadas todas las disposiciones que 
en todo ó parte se opongan á lo mandado en el presente 
Reglamento 
Libertad y Constitución México. Julio 1 ° de 1001. 
B Reyes. Artículo 18.—Modelo núm. 1. 
X&epvi’blica Mexicana 
EJÉRCITO NACIONAL. 
División de. 
CUEHPO MEDICO MILITAD 
Servicio Sanitario 
RELACION de los enfermos y heridos asistidos durante la 
jornada que verificó el Cuerpo, de (tal panto) ó ... . (tal 
oteo) el día. ... de de 190, con expresión de aquellos que 
se remitieron á la Sección de Ambulancia. 
NOMBRE CLASE LESION NOTA 
José Pérez Sargento Io Insolado Pasó á la Sección 
de A mbulancia. 
Antonio Carrillo. Cabo Cansado Hizo el camino 
| en carruaje y al 
| rendir la jornada 
j se incorporó. 
Agustín Mares.... Soldado. Reumatismo Se mandó á la 
Sección de Ambu- 
lancia. 
Juan Hernández Id. Neumonía Lo mismo que el 
anterior. 
Fecha 
El Médico Cirujano. 
Al Jete del Servicio Sanitario... * Artículo 18.—Modelo núm 1 (bis) 
IRepiiCtolica, Mexicana 
EJERCITO NACIONAL. 
División de 
CUERPO MELICO MILITAR 
Sección de Ambulancia. 
RELACION de los enfermos y heridos asistidos por esta 
Sección durante la marcha que se verificó de (tal punto) 
á (tal otro) el día... .ele de 190.... con expresión de 
aquellos que por su estado no pueden continuarla. 
Nombres Cuerpo Clase j Lesión N ota 
José Perez. 1er. Bata- Sargto 1-° Insolado. Restablecido 
llón. volvió á su cuer- 
po. 
Antonio Ca- *¿? Begi~ Cabo Cansado. Id, id. 
iri 1 lo. ¡ miento. 
Agustín Ma 8er. Bata- Soldado Reumatismo. Por su estado 
res* llón. , no puede conti- 
nuar la marcha. 
Juan Hernán- 2 ? Regi- Id. Neumonía Lo mismo que 
dez. miento. » j el anterior. 
Fecha 
El Médico Cirujano 
Al Jefe del Servicio Sagitario. Artículo 19.—Modelo nú ni. 2. 
ZERepui/blica ZMIesrica-na. 
EJERCITO NACIONAL. 
División de. 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Jefe del Servicio Sanitario 
RE LA OJON de las novedades ocurridas durante la marcha 
que verificó la División el día de .de 190. . .. con ex- 
presión de los en ferinos y heridos recogidos y aquellos que no pue- 
den continuar la marcha. 
Nombre Cuerpo Clase Lesión ; Observaciones 
José Perez. 1er. Bata Sargto 1 P Insolado. Volvió ásu cuer 
Uón. po. 
Antonio Ca 2 -° Regi- Cabo Cansado Id. id. 
rrillo. miento. 
Agustín Ma- 3er. Bata- toldado Reumatismo Queda en la 
res. Ilón. Sección de am- 
bulancia. 
Juan Hernán- 2Regi- Soldado Fractura de No puede con- 
dez. miento. la pierna. tinuar la mar- 
cha. 
I 
I 
Fecha 
El Jefe del Servicio Sanitario 
.Al General en Jefa. Artículo 21.—Modelo núm. 3. 
ZESepia/blioa, IMIe2cica.iia, 
EJERCITO NACIONAL. 
División de 
CUEEPO MEDICO MILITAD 
Jefe del Servicio Sanitario 
FOT [CIA de las medicinas y material sanitario con sumido 
durante la permanencia, de la División en (üd punto) cu- 
ya reposición es necesaria. 
Substancias ¡ Cantidades 
Algodón absorvente. 2 kilos 500 gramos. 
Acido fénico. • i 1 „ 250 „ 
Id bórico. 3 ,, 420 ,, 
Salicilato de sosa. 1 „ 300 „ 
Yoduro de potasio. 0 „ 500 „ 
Clorhidrato de morfina. 0 „ 004 „ 
Extracto de opio. 0 „ 002 „ 
Ft cha 
El Jefe del Servicio Sanitario 
Al General en Jefe. Artículo 27.—Modele ní m. 4. 
TSep'O.'blica, ZMiescicaxia. 
EJERCITO NACIONAL. 
División de. 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Jefe del Servicio Sanitario 
HELA CION de los heridos recogidos durante la batalla li- 
brada el día de de 190.... en (tal 'puntó) con 
expresión de las lesiones que recibieron, armas que las produje 
ron y lugar á donde -se remitieron. 
Nombre Cuerpo Clase Lesión Arma Observaciones 
Pedro Pon- 1er. Bata- Sargen- Herida brazo de fileno Pasó al Hos- 
ce. üón. to 2-c derecho. j pi tal de cam- 
paña. 
JuanLópez 2 -° Bata- Cabo ; Herida con defuegó Id. 
llón. : fractura de la 
pierna. 
José Luis. 1er. Bata Soldado. Herida en se- de fuego Quedó en la 
llon. dal en el mus- Sacción de 
*°- ambulancia 
Procopio 1er. Regi- Id. Herida super- Fragmento Quedó en su 
Marín. miento. fieial del cue- de cuerpo. 
lio. granada. 
Fecha 
El Jefe del Servicio Sanitario 
Al General en Jefe. Artículo 20.—Modelo-nú-m. 5. 
ZRepia.’tolioa, 2vIe:K:Ica,n.a, 
EJERCITO NACIONAL. 
División de 
CUEEPO MEDICO MILITAS 
Medico del 
NOTICIA dd material sanitario que falta á dicho cuerpo pa 
va su provisión reglamentaria. 
Substancias j Cantidades 
Acido fénico. Kilos gramos. 
Acido bórico. 
Antipirina. 
Atropiua. 
Cloridrato de morfina. 
Algodón absorvente. 
Baudruche. 
Mackintoch. Metro 
Catgut. Metro 
Férulas. Frasco ' 
Fecha 
El Medico Cirujano 
Al Jefe del Servicio Sanitario. Artículo 36. — Modelo núm 6 
IRep'ú.'blIce- ZMIescicaina 
EJERCITO NACIONAL. 
División de 
CUEEPO MEDICO MILITAE 
Sección de Ambulancia. 
RELACION dd material que tiene la expresada Sección, al 
emprender su marcha, con expresión délo que falta para su com- 
pleto. 
Material Tiene Faitan 
Carruajes de ambulancia 3 2 
Carros de transporte 1 1 
Furgón de farmacia etc. 
Fecha 
El Ji-fede la Secciónde Ambulancia 
Al Jefe del Servicio Sanitario Articulo 54.— Mcdelo núin. 7. 
IKepuTolicsi Mexicana 
EJÉRCITO NACIONAL. 
División de. 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Hospital de Campaña 
NOTICIA de losenftrmos y heridos entregados á las autorida- 
des civiles de (tal punto) al emprender la marcha el perso- 
nal de este Hospital según orden superior 
Nombres Cuerpos Clases LESIONES 
José Pérez 1er Rgto. Subteniente Enterocolitis 
Luis Gómez 1er. Bton. Sargento lo. Pleuresía. 
Juan López 2o. id. Soldado Artritis 
Carlos Kuiz 1er. id. Id. Herida firma de 
fuego pierna 
F> cha 
El Tte. Corl. Médico Cirujano 
Al General en Jefe. Ariiculo 93. 
MODELO N? 8. 
———— t a 
Jfomhre 
Batallan o Regimiento. 
Clase 
les ion,lugar ai que estay amia que la 
produjo 
Aíedios de transporte. 
Tratamiento recibido 
Fecha 
Firma Artículo 95.—Modele núm. 9. 
Ik/Cexicana 
EJERCITO NACIONAL. 
División de 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Sección de Ambulancia. 
NOTICIA de los heridos y enfermos que pasan de esta Sec- 
ción al liospital de campaña. 
Nombre Cuerpo i Clase L¿nay tedios de trans- j Tratamiento Artículo 101.—Modelo núm. 10. 
IRepia/blicst 
KJÉ1MJITO NACIONAL. 
División de. . .. 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Sección de Ambulancia 
N O TICIA de los heridos y enfermos asistidos en esta Sección 
durante la jornada del día 
Nombre Cuerpo Clase LESION DESTINO 
' 
NOTICIA del consumo de ropa, viveras y demás útiles, ha- 
bido en esta Sección durante la jornada del día 
Sábanas 
Yendas 
Jergones 
etc. . 
etc 
NOTICIA del material de curación y medicinas consumi- 
das en esta Sección durante la jornada del día 
Nombre de las medicinas. Cantidades 
Material de curación Id. 
Cada noticia una hoja separada.—Fecha y firma. 
Al Jefe del Servicio. Artículo 104.—Modelo núin 11 
ZRep'ó.'blica, Mexicana 
EJERCITO NACIONAL, 
Divisiem de. 
CUERPO MEDICO MILITAR 
Sección de Ambulancia 
RKLACION de lar, prenda* de vestuario y equipo y arma 
mentos recogidos A los heridos que *e recibieron en esta Sección 
para sil asistencia y que se remiten á sus retpectivos cuerpos. 
Vestuario Equipo Armamento 
Fecha y fi rma 
Al Jefe del Servicio Sanitario. . . . ESTADO que manifiesta la asistencia de enfermos y heridos durante su permanencia en este 
Hospital. 
Cuerpo Clase Nombre Les'on 1* Región Intervención Resultado 
ler. Bton. Soldado N. N. Herido De fuego Brazo Ligadura—ampu (.'uro-inútil por ano- 
ta ción etc. putacióu etc. 
4® Bton. Cabo N. N. Pleurecia Torasentesio Inútil por adheren- 
con derrame cia de la pleura. 
Artículo 172.—Modelo núm. 12 
División de 
REPUBLICA MEXICANA 
CUERPO MEDICO MILITAR 
EJERCITO NACIONAL Artículo 188.—Modelo uúm. 13. 
OESepia/blica. Mexicana 
EJERCITO NACIONAL. 
División de. .. 
CUERPO MELICO MILITAR 
RELACION de los cadáveres levantados del campo después 
de la jornada del día á cuya inhumación se procedió con- 
forme á lo dispuesto en el Articulo 188 del Reglamento del Ser- 
vicio de Sanidad en campaña. 
CUERPO, 
CLASE. 
NOMBRE