SSTDDIO DEL CLORAL í SO HIDRATO TÉSIS Tfim ü Ciaran EN MEDICINA, CIEUJIA Y OBSTETRICIA ®e J watt 'OBauieí Alumno de la Escuela de Medicina de esta Capital y Socio fundador de la Sociedad Filoiátrica MEXICO 1MP. DE INCLANj SAN JOSE EL REAL NUM. 1G 1872 A MIS QUERIDOS PADRES Y HERMANOS AL SR. CANONIGO DR. §§S* §¡0S¿ W&* §¡|Ctf<l AL SR. PROFESOR en medicina y cirujía I). SEBASTIAN LABASTXBA AL SR. DIRECTOR Y PROFESORES de la A LA MEMORIA de mi respetable maestro Bo ME i. BE TOLMMM A LA UpiCoíafoki* ESTUDIO DEL HISTORIA doral descubierto en 1832 por Liebigy es- triado Por Dumas y Estaedeler no habia recibido ninguna aplicación, era un produc- to de laboratorio que se preparaba raras veces y con dificultad. El año de 1869, Liebreicht, lo descompuso por medio de un álcali en cloro- formo y formiatos alcalinos, de aquí vino la idea de que era anestésico, comenzó á esperimentarlo y lo presentó como sucedáneo del cloroformo: desde esta fecha las esperiencias se han multiplicado, las opiniones sobre su trasformaeion en la economía animal son muy distintas. Demarquay, después de 4 varios esperimentos, dice: “Que el doral es un ve- neno que produce una anestesia mortal, que su hidra- to es anestésico é hipnótico;” esto lo apoyan Bouchut, Landrin, Personne y otros muchos que seria muy lar- go enumerar. En el año de 1870 el Sr. profesor en medicina D. A. Andrade, presentó en esta capital una Memoria sobre este cuerpo, dándolo á conocer para que se es- perimentara: aquí también ha llamado la atención; el profesor de medicina legal D. Luis Hidalgo Car- pió, ha hecho esperiencias muy minuciosas para in- vestigar su acción y descomposición en la sangre. QUIMICA El doral es un líquido de una movilidad muy grande, de un olor picante especial, produciendo so- bre la mucosa pituitaria una sensación de quema- dura, su densidad á + 15° es igual á 1.525, á la presión ordinaria hierve á 95°; se combina á el agua, el alcohol con una elevación de temperatura consi- derable, es miscible en el éter, disuelve el bromo el iodo, y en caliente disuelve en proporción muy notable el fósforo, el azufre y el alcanfor; no puede permanecer con todas sus propiedades por mucho tiempo conservado en un tubo cerrado á la lámpara; ■ á adonde su hidratacion es imposible, se trasforma en su tnodificacion sólida, y entonces es insoluble ■ 5 en agua y toma el nombre de Meta-cloral. Esta mo- dificación se produce rápidamente cuando se abando- na en un vaso con ácido sulfúrico concentrado, vuelve á su estado líquido bajo la influencia del calor, á 180°. Se produce este cuerpo cuando se hace obrar cloro sobre alcohol concentrado sobre azúcar ó almi_ don; cuando se hace pasar el cloro sobre alcohol se forma doral aldeida ácido tricloracético y otros va- rios cuerpos complexos; cuando se trata esta mezcla por el ácido sulfúrico, el doral se separa en gran parte, hay un despredimiento de ácido clorhídrico con elevación de temperatura algunas veces muy considerable, al mismo tiempo otros gases acompa- ñan á dicho ácido; si se eleva la temperatura 140° se desprende etlier sulfúrico en pequeña cantidad; si se eleva mas la temperatura se produce hidrógeno bicarbonado, acompañado de gases de un olor em- pyreumático, y el ácido toma un color negro por el depósito de carbón, manteniendo la temperatura á 200 ó 500°; se desprende ácido sulfúrico carbónico y óxido de carbono., el ácido queda limpio, el doral contiene todavía ácido clorhídrico, del que se des- embaraza por la creta, quedando siempre una pe- queña cantidad de ácido, su forma es C4C1502H. Si se ponen algunas gotas de agua en contacto con este líquido, hay combinación con elevación considera- ble de temperatura y pocos momentos después se forma una masa blanca cristalina. Si se pone en un frasco bien seco y en un aire húmedo, se forman fi- nos cristales, que se agrupan y cruzan en distintos 6 Sentidos, este es el hidrato de cloral cuya composi- ción es C4HC1502 + 2 HO de estas formas del cloral solo se usa el hidrato, del que me voy á ocupar. El cloral hidratado C4HClr,02 + H202 contiene 64.55 de cloro por 100. Cuando está puro es completamente blanco y cris- talizado, en largas agujas prismáticas entrelazadas y apretadas unas contra otras, y poco flexibles ó formando por el modo de su preparación placas de un blanco cristalino cuadrangulares, delgadas, lisas de un lado y escabrosas del otro, como gra- sosas al tacto, en cuya sustancia apenas se pue- den distinguir algunas formas cristalinas. Su olor á la temperatura ordinaria es fuerte y picante recor- dando algo el del cloroformo y el cloruro de cal; mas semejante con el olor de los pepinitos ó meloncitos de maceta, su sabor un poco dulce al principio, después se vuelve algo amargo y poco acre, y se pa- rece también al de los pepinitos. Espuesto al aire libre por mucho tiempo se volatiliza completamente á la manera del alcanfor; pero si la atmósfera está saturada de humedad, se resuelve en un líquido, al- vácio seco, se concreta en una masa, y al aire libre también seco, puede cristalizar con mas seguridad. Funde entre 4- 46° y + 50° constituyendo un líqui- do incoloro, estremadamente limpio y muy refrigen* te y hierve á + 95°, prensado entre papel de filtro no deja mancha alguna. El hidrato de cloral es completamente soluble en 7 pequeña cantidad de agua, también lo es en alcohol el éter, el cloroformo, el sulfuro de carbono, la ben- zina y las grasas. La solución acuosa casi no tiene olor; su acción sobre el papel reactivo, es acida, pe* ro ninguna tiene con el nitrato de plata. Se opone largamente á la fermentación alcóholi* ca: para probarlo se dispone en dos vasos una solu- cion de azúcar, á la que se agrega levadura de cer- veza; se disuelve en uno hidrato de doral, en la proporción de 1 por 100 de líquido: la fermentación se verifica diez y siete dias después de la primera. Tratada en frió por unas gotas de una solución acuo- sa de potasa o sosa, por la lechada de cal ó por un carbonato alcalino, ni cambia de color ni se des- prende algún gas; pero se produce el cloroformo en la proporción de 72,2 por 100, que se separa por pequeñas gotitas que van al fondo del líquido un formiato que se disuelve y un poco de cloruro alca- lino que depende de la destrucción de una parte del cloroformo, La solución aún concentrada del doral, puesta á la ebullición con el óxido rojo de Mercurio, no sufre cambio alguno. Tampoco se descompone mezclándolo á el ácido sulfúrico concentrado frió ó hirviendo. El hidrato de doral cuando se baya en mezcla con las materias orgánicas de los alimentos ordina- rios, no les comunica olor ni color especial; pero si se disuelven en agua y se someten á la destilación, recibiendo el producto sobre ácido sulfúrico concen- trado, se destila el doral que, mezclándolos á los va* 8 pores de agua, es absorbido por el dicho ácido. Re- cogiendo el producto de la destilación y volviendo á destilar en otro aparato, se recoge un producto que consiste en una agua clara de un color dudoso de cloral y de un sabor algo amargo. Poniendo á eva- porar este producto sobre ácido sulfúrico debajo de una campana, se obtiene un residuo cristalizado en agujas entrelazadas muy brillantes que desprenden el olor propio del cloral, que se volatilizan lenta- mente y que en un aire húmedo entran en delique- sencia. ACCION FISIOLOGICA. Administrado interiormente el hidrato de cloral de los 15 á 45 minutos, sobreviene una escitacion que nada tiene de semejanza con la que produce el cloroformo; ésta es seguida de un sueño profundo, no congestiona el encéfalo ni entorpece sus funcio- nes; no produce la constipación que origina el opio y sus alcaloides; este sueño se prolonga durante cua- tro ó cinco horas, y al despertar se observa un li- gero entorpecimiento del cerebro, que muy pronto se disipa, quedando íntegras sus funciones; durante el sueño las pupilas se contraen, las estremidades se enfrian y la cara toma un color amoratado, los ca- pilares parece que se contraen, rechazando la san- gre de la periferia al centro, el pulso aumenta de 9 frecuencia, puede subir hasta 100 ó 120 pulsaciones por minuto; disminuye cuando cesa el sueño, la piel se seca en las estremidades donde ha bajado la tem- peratura, ésta parece muy baja al tacto, en el ter- mómetro solo se marca por una diminución en milésimos de grado, las funciones digestivas no sufren ninguna alteración, solo cuando se emplee sola esta sustancia, en cuyo caso produce alguna inflamación de la mucosa gástrica con ligeras ulce- raciones; pero empleado disuelto en bastante agua, ó con otro cuerpo para que mitigue su acción local> solo produce una inyección de los vasos de la mu- cosa; el apetito no se pierde como sucede con el opio, la congestión que causa en el encéfalo es seme- jante á la que se produce normalmente en el sueño desapareciendo muy pronto, sin dejar ninguna al- teración funcional. • Muchos autores europeos creen que el hidrato de doral se descompone en cloroformo y formiatos, produciendo el hipnotismo y la anestesia: en cuanto al hipnotismo está probado y no hay la menor duda, en cuanto á la anestesia Liebreicht, Bardeleben, Dumas, Bouchuet, Byasson, Follet y otros muchos autores, apoyan esto, para lo cual presentan muchas esperiencias y aun algunas observaciones de opera- ciones practicadas en individuos que se han dormi- do con este agente. Bouchut y Desprez citan una amputación del mus- lo en un individuo que padecia osteosarcoma, el de un niño á quien sacaron la mayor parte de las mué-' 10 las sin que hubiera sentido dolor: esta opinión está contrariada por las esperiencias que se han hecho en esta capital por nuestros prácticos los Sres. D, Luis Muñoz, Jiménez D. Miguel y D. Lauro, Hidal- go Carpió, Liceaga D. Eduardo, D. José G. Loba- to, y D. A. Andrade. Dichos señores ven el doral hidratado como un agente hipnótico, pero no como anestésico. En la Memoria publicada en la “Gaceta Medica” por el Sr. Hidalgo Carpió, dice así: “El doral no obra ciertamente en la economía como el cloroformo, á pesar de que algunos autores como Personne, Bricheteau y otros, hayan preten- dido producir la anestesia con el doral; porque si en el mas alto grado del sueño que éste produce se pierde la sensibilidad y todo movimiento no es mas sino porque el animal en quien se ha ministrado una fuerte dosis se encuentra en eminente peligro de muerte ó próximo á morir, cuyo efecto no seria permitido buscar para practicar una operación do- lorosa, fuera de esto los animales conservan la sen- sibilidad táctil, algunas veces hasta exagerada, y corresponden á las impresiones dolorosas con mo- vimientos reflejos bien determinados: despiertan de su sueño, se quejan y procuran huir; cosas muy diferentes de las que pasan en la anestesia, la cual, cuando es completa, sin necesidad de que sea peli- grosa ó mortal, priva al individuo de toda sensibi- lidad y movimiento, ó si se advierte alguno reflejo, éste es corto y muy pasagero.” 11 Se ve claramente que no tiene la propiedad el hi- drato de cloral de producir la anestesia, en cuanto a la descomposición en la economía animal en clo- roformo y formiatos; para comprobar si era cierto esto que apoyan varios autores europeos y que está en contradicción con las esperiencias de mi respeta- ble maestro el Sr. D. Luis Hidalgo Carpió, hice en unión de mi apreciable compañero y amigo D. Mu- cío Maycote, que con el celo y entusiasmo que le es característico siempre que se trata de algunas espe- riencias, me ayudó en las siguientes: 1.a A las tres de la tarde del dia 50 de Noviem- bre, dicho señor y yo inyectamos bajo de la piel á un perro chico una dracma de hidrato de cloral disuelto en agua destilada: á los 15 minutos el ani- mal tuvo náuseas; examinamos su respiración y no habia olor de cloroformo ni ácido fórmico. Mis apreciables amigos el Sr. profesor farmacéutico D. Juan Revueltas y mi compañero el Sr. D. Manuel Reyes que estaban en ese momento, examinaron la respiración de dicho animal y no encontraron olor alguno de cloroformo, poco después sobrevino la muerte y procedimos á sacar el cerebro, hígado y sangre; tampoco se notó olor de cloroformo ni de hidrato de cloral. Después de reducidos á papilla muy delgada estos órganos, agregamos una corta cantidad de agua destilada y pusimos la mezcla en el aparato que sirve para la investigación del cloroformo, tal como se haya descrito en la Memoria 12 del Sr. Hidalgo Carpió. El cual está formado de un matraz de boca ancha, al que se adapta un tapón atravesado por dos tubos de cristal doblados en án- gulo recto, uno penetra hasta el fondo del matráz y el otro solamente hasta donde termina el tapón; és- te comunica con un tubo de porcelana que descan- sa en una parrilla de fierro,, á donde se calienta hasta quedar rojo, termina en un tubo de despren- dimiento que se pone en comunicación con una probeta ó recipiente que contenga una solución de nitrato de plata. Puesta la papilla en el matraz, pusimos éste en un baño de María, y cuando estuvimos satisfechos de que no se escapaba ningún gas, comenzamos á pasar una corriente de aire que llevara, al tubo de porcelana los vapores y gases que hubiere formado; para esto pusimos un fuelle chico en comunicación con el tubo que sumergía hasta el fondo del matraz que contenia la mezcla; tan pronto como pasaron los vapores, la solución de nitrato de plata se puso opalina, formándose al cabo de algunos minutos pre- cipitado blanco, pero no cuajado, era pulverulento, el gas que se desprendía no daba olor de ácido clor- hídrico ni el de cloro, era un poco picante, pare- cido al del ácido carbónico, el precipitado lo recogí en una probeta; lo dividí en dos porciones, una la traté por amoniaco y se disolvió, la otra por ácido nítrico y desapareció con efervescencia, lo que con- firma que era carbonato de plata. 2.a A las cuatro de la tarde del dia l.° de Di- 13 ciembre repetí otras dos esperiencias en compañía del Sr. Maycote; esta vez siguiendo el consejo que en la lección sobre este cuerpo nos dio el Sr. Hidalgo Carpió, acidulamos la solución de nitrato de plata y pusimos en comunicación el matráz que contenia esta solución con otro que estaba en una mezcla re- frigerante, con el fin de condensarlos vapores que se escaparan de la solución. Inyectamos bajo de la piel, una y media dracma de hidrato de doral, á un perro chico, después de haber examinado la respiración del animal; y convencidos de que no había olor de clo- roformo tomamos el cerebro y sangre; tampoco per- cibimos olor alguno de cloroformo ni doral; hicimos una papilla muy delgada y la pusimos en el matr áz que estaba en el baño de María. Luego que comen- zaron á pasar vapores por el tubo de escape del ma- traz que estaba en la mezcla refrigerante, comen- zamos á percibir el olor de flores que refiere el Sr. Hidalgo Carpió en su Memoria: este olor era muy marcado y se percibía con bastante facilidad; la so- lución de nitrato quedó enteramente limpia. Hasta poco después de media hora que quedamos satisfe- chos de dicho olor, el que también percibió mi apre- ciable compañero D. Agustín García Figueroa, que llegó cuando comenzaba el desprendimiento de este cuerpo que llamó mucho nuestra atención. Ya con- vencidos de este olor, quitamos el matráz de la mez- cla refrigerante y procedimos á la contraprueba, para la cual puso el Sr. Maycote dos gotas de cloro- formo en el matráz á donde estaba la papilla; lue- 14 go que hicimos pasar la corriente de aire, comenzó á enturbiarse la solución y á formarse en el tubo que sumergía en ésta el precipitado blanco cuajado característico del cloruro de plata, que tratado por el ácido nítrico, no desapareció y se disolvió con el amoniaco, analizando lo que habíamos recogido en el matraz recipiente, encontramos que tenia muy marcado el olor de las flores y que sabia casi á lo mismo que olia; era de un gusto agradable: esto lo comprobamos mi compañero García Figueroa y yo, probando el líquido que contenia dicho cuerpo, y quedamos conformes con lo que dice el Sr. Hidalgo Carpió. Después el Sr. Maycote y yo repetimos otra espe- riencia con un conejo, que desde en la tarde le ha- bíamos inyectado bajo la piel una dracma de hidra- to de doral, y á las'seis y media de la tarde estaba muriendo. En esta vez usamos otro aparato que quedamos satisfechos de que estaba bien limpio; no pusimos el matraz de recipiente por no tener otro y no ocupar los que ya nos habían servido, si- guiendo en esto el consejo del Sr. Hidalgo Carpió de no usar los mismos aparatos para que no haya algún trastorno en la operación que se va á hacer; pusimos en el matraz primero, el cerebro, sangre del conejo é hígado y pulmón del perro que antes habíamos matado, pues en la operación pasada solo tomamos el cerebro y sangre: hicimos una papilla con todos estos órganos y no hubo olor de clorofor- moi La solución de nitrato de plata quedó limpia; 15 hasta que hicimos la contraprueba se formó enton- ces el cloruro de plata, volvimos a percibir el olor de flores y siguió escapándose de la solución de ni- trato de plata ese gas que me parece no tiene cloro puesto que no lo deja en el nitrato de plata, ó si lo tiene está con él íntimamente mezclado, que ni aun en el tubo de porcelana que está á una elevada tem- peratura se descompone. Concluyo de esto que el hidrato de doral no pro- duce cloroformo: las esperiencias hechas aquí nos lo confirman, pues vemos que no hay la menor cantidad de él ni en la sangre, cerebro, ni en los gases de la respiración. Se podrá objetar á estas esperiencias, que cuando se opera con algunos cuerpos en peque- ña cantidad, no se obtienen sus reacciones caracte" rísticas, y podía ser que por haber operado en anima- les pequeños no se haya demostrado el cloroformo; pero según Personne hay un 70 por 100 de clorofor- mo en el hidrato de doral; de consiguiente, en una dracma de hidrato de doral hay por lo menos 5 gramos de cloroformo, lo que es bastante para que pueda olerse, y descomponerse en el tubo de porce- lana, y precipitar el nitrato de plata, pues con una gota de cloroformo hemos obtenido el precipitado, y admitiendo que por la precipitación en pequeño no hubo cloroformo. Yoy á referir una esperiencia hecha en un animal grande y con mayor cantidad de doral hidratado que hizo el Sr. Hidalgo Carpió, dice así: “Tomé cierto dia una cabra del peso de catorce 16 y medio kilogramos, y á las nueve menos cinco mi- nutos de la mañana le inyecté en el tejido celular subcutáneo del dorso, 50 gramos de dicha sustancia disueltos en 165 gramos de agua. A poco tiempo co- menzó á dormirse el animal, pero de manera que cuando apenas habian pasado diez y ocho minutos del principio de la esperimentacion, estaba ya en la anestesia mas completa, abolida la sensibilidad ge- neral y la de las conjuntivas, las pupilas contraídas, meteorizado el vientre y respirando cada vez mas lentamente. La cabra, al fin, murió dos horas des- pués de la inyección del doral. *‘Pasadas siete horas de la muerte, se estrajo el cerebro y se le agregó la abundante cantidad de san- gre que dieron los senos de la dura-matery todo lo cual se redujo á papilla y se sometió al aparato mas sensible que hay para reconocer la presencia del clo- roformo en el cerebro en caso de envenenamiento por este compuesto. Dejando entonces funcionar por mucho tiempo á dicho aparato, no se llegó á descu- brir el menor vestigio de cloroformo. En seguida se agregó á la papilla una solución concentrada de po- tasa cáustica, y volviendo á hacer funcionar el apa- rato tampoco apareció el cloroformo. “Se tomó luego el hígado de la misma cabra, se redujo á papilla, mezclándole toda la sangre que pu- do recogerse de la vena cava abdominal, y se sujetó á los mismos procedimientos que se emplearon res- pecto del cerebro; pero tampoco pudo descubrirse el menor vestigio de cloroformo. 17 “En todo el curso de estos esperimentos químicos, tonto al principio como después de haber agregado la solución de potasa cáustica, se veian desprender, al través de la solución de nitrato de plata contenida en la probeta con que termina el aparato, vapores que no se volvían mas densos por la aproximación de una varilla de vidrio mojada en amoniaco, y que daban un olor ligeramente picante, aunque agrada- ble como de llores.” (Gaceta Médica de México, t. V, p. 838.) Las esperiencias en que se fundan la mayor parte de los autores europeos son las de Personne: “A sangre de buey fresca se ha unido una solu- ción de hidrato de cloral puro (la solución es á un décimo) se mantuvo la mezcla á la temperatura de 40% no hubo la menor señal de olor de cloroformo, solo hubo el olor de sangre. “A un perro se administró por vía estomacal tres gramos de cloral, se obtuvo el efecto á los diez minutos, antes de la anestesia completa se han dado otros tres gramos, durante la anestesia ninguno de los asistentes ha percibido el olor del cloroformo en los gases de la respiración del animal, fue sacrifi- cado después de la completa anestesia; la sangre estraida de la vena jugular, no da olor sino de la sangre del animal; según esto se puede creer que no ha habido cloroformo. Sin embargo, si se toma un líquido animal alcalino presentando cierta identidad con la sangre; si á la clara de huevo dividida en 18 una pequeña cantidad de agua se une hidrato de doral el líquido á la temperatura de 40°, da muy claramente el olor del cloroformo. Persuadido por esta esperiencia que lo mismo debe verificarse en la sangre, pero el olor de ésta encubre á la del clo- roformo en natura. Para esto la sangre de buey adicionada de doral ha sido sometida en un vaso destilatorio á una temperatura de cerca de 100° en un baño de agua hirviendo, condensando con cui- dado los productos volatilizados; de esta manera yo be podido obtener una pequeña cantidad de cloro- formo, ganando la parte inferior del líquido con- densado y claramente caracterizado por su olor*, se objetará á esto que la temperatura á la cual se operó, es diferente de la de un animal que cercana de 40'J no dará cloroformo en tanto que puede pro- ducirse á la de 100° (A fin de quitar esta duda, he operado por el pro- cedimiento usado para la investigación del clorofor- mo, tratando de esta manera la sangre adicionada de hidrato de doral, y en la que no se obtuvo olor de cloroformo, se lia obtenido una gran cantidad de cloruro de plata. La sangre de perro, en que no se obtuvo el olor de cloroformo, ha formado cloruro de plata, pero en débil cantidad. Sin embargo, puede objetarse que el cloruro de plata obtenido en estas circunstancias, proviene dei de los vapores que se- rian dados por el hidrato de doral existente en la sangre. «Esta objeción ha sido resuelta de la manera si- 19 guíente: se ha sometido á la esperiencia un litro de agua destilada encerrando un gramo de hidrato de doral, durante 15 minutos no hubo cloroformo hasta que se introdujo una pequeña cantidad de carbonato de sosa, se formó una cantidad conside- rable de nitrato de plata, lo que demuestra la pre- sencia de cloroformo en la sangre, el álcali ha tras- formado el doral en cloroformo como lo hace el álcali normal de la sangre. Las sustancias conteni- das en el estómago de los animales no han dado cloroformo si el líquido no ha sido alcalino. La orina no ha dado cloroformo ni ántes ni después de la adición del álcali. No encierra ni doral ni cloro_ formo. «Bouchut ha presentado una Memoria anunciando que el hidrato de doral produce cloroformo en la economía, se funda en que la orina contiene cloro- formo; pero el procedimiento que emplea no presen- ta suficientes garantías, reposa sobre este hecho que el cloroformo reduce el licor cupro-potásico, y como ha obtenido esta reducción con la orina de animales á los que se ha suministrado doral, concluye que hay reducción en cloroformo. En efecto, el licor cupro-potásico es un buen reactivo; pero hay cuer- pos capaces de operar esta reducción y en particular el ácido úrico producto normal de la orina. Yo he demostrado hace largo tiempo, que el ácido úrico se desdobla en presencia de los álcalis en amoniaco, ácido oxálico y fórmico, cuerpos eminentemente reductores. Para rectificar esto he hecho espe- 20 riendas: á un perro se le dio cloroformo en hinha- laciones, se sometió la sangre al aparato para inves- tigar esta sustancia y hubo abundante precipitado de nitrato de plata, se puso la orina, y después de algún tiempo de ebullición no liubo indicio de clo- roformo, se puso con licor cupro-potásico y lo re- dujo después de algunos instantes de ebullición. La misma esperiencia se hizo con la orina de un animal que había tomado doral, en el aparato no hubo cloroformo, con el licor cupro-potásico hubo reducciou de éste. Esta ausencia del doral y cloro- formo en la orina se esplica de la manera siguiente: Si se considera la propiedad del hidrato de doral de descomponerse en cloroformo, pero éste á su vez es trasformado por los mismos álcalis que lo trasforman en cloruro de sodio y formiato de sosa el cual puede ser eliminado por la orina y reducir el licor cupro- potásico, esto se comprueba si en un tubo de espe- riencia se pone doral y una pequeña cantidad de álcali, se produce cloroformo puro, si se pone mas álcali se forma cloruro de sodio y formiato de sosa. Concluyo de esta esperiencia que el hidrato de do- ral no atraviesa la economía sin descomponerse; pero que al llegar á la sangre se trasforma en clo- roformo y ácido fórmico, el cual es convertido des- pués en cloruro de sodio y formiato de sosa que son los productos de su eliminación. Personne.” * * Diario de Farmacia y Química de Paris, tom. XI pág, 5. 21 Como se vé estas esperiencias no tienen valor al- guno; pues sabemos que las reacciones que produce un cuerpo fuera de la economía, no son las que se producen en el interior de ésta, dichas reacciones nos son desconocidas, y solo se conoce el modo de obrar de algunos cuerpos por sus efectos, así es que no puede decirse que habiendo puesto sangre y do- ral con un álcali y obteniendo cloroformo, lo mismo debe verificarse en la economía animal; pues como antes he dicho, no conocemos las reacciones que se verifican en ella, con muchos cuerpos, y solo cono- cemos sus efectos por sus resultados. En la esperieneia que hizo con la sangre de perro puesta en el aparato para demostrar el cloroformo, dice que la solución de nitrato de plata dio precipi- tado muy débil. Creo que aquí le pasólo que á mí en la primera esperieneia, que se formó carbonato de plata; no tiene valor porque Personne no dice qué clase de precipitado fué, ni lo rectificó por los reac- tivos; y repito, me parece, que no fué cloruro de plata porque éste aunque el ácido clorhídrico que lo produce en la solución de nitrato de plata esté en muy pequeña cantidad, es abundante y cuajado, pues hemos visto en nuestras esperiencias que basta una gota de cloroformo para producir un precipita- do muy marcado y abundante en una solución con- centrada de nitrato de plata, siendo esta última co- mo dos onzas por lo menos. Para terminar la acción fisiológica de esta sustan- 22 cia, espongo el resumen de la Memoria de mi maes- tro el Sr. Hidalgo Carpió. “1.a El hidrato de cloral en dosis convenientes produce un sueño profundo; pero si la dosis es esce- siva puede determinar una anestesia mortal: de con- siguiente, el cloral es un veneno. “2.a No obra como anestésico en el sentido que se da á esta palabra al hablar de los cuerpos que gozan de esta propiedad. “5.a El cloral no se transforma en el estómago ni en la sangre en cloroformo, y de consiguiente, no porque goce el cloral en los aparatos de química de la propiedad de transformarse, en presencia de los alcalinos, en cloroformo y formiatos por lo que pro- duce el hipnotismo, sino por una propiedad espe- cial. “4.a Tampoco se acumula el cloral en el cerebro, el hígado ó la sangre. “5.a No se elimina por la orina ni como cloral ni como cloroformo, lo cual se ve también apoyado por las esperiencias de Personne. “6.a Al penetrar en la sangre sufre el cloral una transformación desconocida, y bajo esta forma es como circula por todos los órganos y viene á obrar sobre el cerebro» “7.a Dicha transformación desconocida revela la existencia de dos compuestos clorados; uno que goza de ciertas propiedades químicas negativas, que no corresponde a alguno de los cuerpos clorados que 23 hasta hoy se han estudiado por la química, y otro que puede considerarse como un cloruro de for- mila. “8.a Probablemente alguno de estos nuevos puestos clorados es el que, obrando sobre el cerebro de un modo especial, produce el hipnotismo. “9.a En caso de envenenamiento por el doral, es posible demostrar su presencia en el estómago y tal Vez en los intestinos, tanto por un medio directo pa- ra obtenerlo cristalizado, como por un medio indi- recto que produzca cloroformo; el cual es fácil reco- nocer aun en poca cantidad y enmedio de las mate* rias orgánicas, valiéndose de un aparato semejante al que he descrito. “10.a Es probable que el bi-carbonato de sosa sea el antídoto propio del envenamiento por el do- ral; pero es necesario propinarlo con ciertas precau* dones: es también probable que en caso de dicho envenenamiento no deben emplearse los vomitivos, y que seria mejor usar de la bomba aspirante in- glesa. TERAPEUTICA. Vista la acción fisiológica del hidrato de doral, se ha hecho su aplicación en las afecciones que man el sueño, sea como paliativo, sea como curati- vo: entre estas afecciones son colocadas en primera línea las nevrosis. Voy á referir las observaciones 24 que son mas notables entre las que he recogido, pa- ra después establecer las indicaciones y dosis en que se puede administrar esta sustancia y las ventajas que tenga sobre los otros hipnóticos. OBSERVACIONES. 1.a D. Juan Gómez, de Huamantla, Estado de Tlaxcala, carpintero, de 58 años de edad, constitu- ción fuerte, temperamento sanguíneo. Hace 6 años que padece jaquecas, habia usado multitud de medicinas sin obtener ningún alivio, y siendo las jaquecas muy repetidas y hasta dos ó tres accesos habia algunas veces en un solo dia: se anun- ciaba el acceso por un malestar general; el indivi- duo comenzaba á ver, (como.él.dice,) manchas se- mejantes á las que se ven cuando se mira por al- gún tiempo la luz fuerte del sol; tenia náuseas y vómitos de materias alimenticias, y después de al- gunas horas de esto aparecía la cefalalgia muy in- tensa; el dolor era muy agudo en un ojo y á veces en los dos; dolor que se ecsaservaba por un movi- miento fuerte, por la tos, el estornudo y aun á ve- ces por el ruido que se hace al andar. Duraban los accesos hasta cuatro y seis horas, habiendo por lo menos dos al dia, y siendo atacado por esta enfer- medad cada ocho ó doce dias. Cuando lo vi, usé para combatir esta afección, de casi todos los antiespasmódicos no obstante que 25 ya los habia usado el enfermo antes, no habiendo logrado ni aun disminuir la intensidad del acceso, me decidí é emplear el opio, el cual me dio el mis- mo resultado que los medios anteriores, y además produjo en el individuo la constipación, y con ésta se ecsaservó mas su mal; entonces ocurrí á el hi- drato de doral, en vista de los resultados que ha- bia obtenido el Sr. D. Luis Muñoz, á quien consul- té si seria conveniente emplear dicha sustancia: ésta la usé en la dosis de 1 gramo en 2 on- zas de una solución gomosa, según el consejo que me dio dicho señor. Tomó la solución á las nueve de la mañana, hora en que tenia el primer acceso; se durmió á poco hasta la una de la tarde que lo despertaron para que tomara alimento, pues desde la víspera no habia tomado ninguno. Cuando des- cimiento cerebral y pesadez de cuerpo, esto se di- sipó después de algunas horas que salió á la ca- lle; al dia siguiente tomó un vomi-purgante, pues amaneció con un estado saburral muy exagerado, quedando bien en su estado general después de que este medio hizo su efecto. A los nueve dias tuvo otro acceso; tomó la dosis indicada de doral, y so- lo durmió una hora, despertando con el dolor, aun- que menos intenso: como le advertí que era una sustancia algo peligrosa la que se le habia ordena- do, no la repitió hasta que me vieron y le puse do- ble dosis, y durmió entonces desde las once de la noche hasta el dia siguiente como á las seis, des- 26 portando con mucha sed,, sin la cefalalgia, aturdido, como él se espresa, como si hubiera estado junto d un lugar adonde repicaran campanas muy sonoras; esto desapareció quedando solo la sequedad de la garganta y boca., asco para los alimentos y náu- seas; parecía que había una gastritis ligera; se le modificó la fórmula de su bebida, pues se suponía que habiendo puesto 2 gramos de doral hidratado en 2 onzas de solución gomosa, este no era un vehí- culo suficiente, por lo que produjo una inflamación de la mucosa gástrica, y se puso la misma dosis en 4 onzas de la solución: esta es la fórmula que usa hasta la presente; y bastando una sola dosis para disminuir su enfermedad, pues tan pronto co- mo aparece el acceso, toma su bebida, y después de que despierta está muy mejorado y ya no hay en ese mismo dia mas accesos, hasta los doce ó quince dias, por lo que creo que dentro de algunos meses habrán desaparecido del todo. 2.a La Srita N.,de edad de 18 años, de tempera- mento nervioso, constitución débil, el dia 5 de Oc- tubre recibió una quemadura en el pecho y abdo- men con almíbar hirviendo; era en unas partes de segundo grado y en otras de tercero: en la noche ha- bía una inflamación en el lugar de la quemadura y en la mamila izquierda; calor quemante de la piel» pulso fuerte y frecuente, subió hasta 120 pul- saciones por minuto; por parte de las vías digesti- vas había náuseas, sed muy intensa, boca seca, re- pugnancia para los alimentos. Por parte del siste- 27 ma nervioso, una ecsitacion considerable, la enfer- ma estaba inquieta, ninguna posición le acomoda- ba, eso ocasionaba que se moviera mucho y los ar- dores y dolor fueran mas intensos; se le puso lini- mento de cal á la quemadura, borraja con jarabe de azahar; á las nueve de la noche le dieron una píldora de opio que mandó el Sr. Penichet; la en- ferma siguió inquieta, habiendo delirio y mayor elevación de temperatura de la piel; al dia siguien- te que la vi estaba en el mismo estado. A instan- cias de la enferma y de acuerdo con el médico de cabecera, prescribí el hidrato de doral, 1 escrú- pulo disuelto en 2 onzas de jarabe de goma para dos tomas: se le dio la primera á las diez de la ma- ñana; poco después se durmió sin delirio ni agita- ción; á las dos de la tarde que despertó, se le ad- ministró la otra dosis, después de pasada media hora del sueño; cuando los ardores volvieron á ec- sitarla y ponerla en el estado en que estaba antes de dormir, siguió el sueño y la calma del sistema nervioso: á las cuatro de la tarde que la vi estaba durmiendo, la temperatura de la piel, mas baja,, ya no era quemante y el pulso, aunque frecuente, no era tan lleno y fuerte como en la noche del dia del accidente; comencé á curarla, y solo desperta- ba y se quejaba cuando se le tocaba el dermis en los puntos en que estaba descubierto, volviendo á su sueño poco después, aunque no con la misma intensidad que antes de que despertara: á las cin- co y media despertó, ya no con dolor, solo había 28 ardor que podía soportar y la dejaba estar quieta: tenia deseo de tomar algún alimento, algo de bebi- da: se le dio té con muy poca leche, y por bebida agua de linaza con goma. A las siete de la noche volvieron los dolores y comenzó el estado de ecsitacion: se le repitió su be- bida con hidrato de doral, y durmió hasta las on- ce de la noche, despertando con la misma calma del sistema nervioso que la vez anterior, solo con una ligera cefalalgia frontal y dolor en una pierna, que probablemente era debido á la posición que ha- bía tenido esta última durante el sueño, pues es- taba en una fleccion exagerada; duró sin dolor has- ta las siete de la mañana del dia 5 que la curé: volvieron los ardores y dolor, aunque no tan inten- sos como los anteriores: se le dió mas doral á las diez, y durmió obteniéndose el mismo éxito que en las anteriores aplicaciones de esta sustancia. Des- pués de este snefio siguieron los ardores, pero solo al momento déla curación, y poco después calmán- dose de manera que la enferma los soportaba: así seguí la marcha de la enfermedad hasta el dia 8 que cesó la calentura, quedando entonces bastante abatida: se estuvieron sosteniendo las fuerzas por el régimen tónico analéptico, hasta que terminó la afección el dia 17 que ya no fué preciso curarla, entrando en convalescencia. 5.a El niño Mariano Sánchez, de edad de 14 me- ses, constitución débil, temperamento linfático, se le puso un vejigatorio en el abdomen para combatir 29 una entero-colitis deque adolecía: durante el tiempo que tuvo el vejigatorio estuvo muy ecsitado y lloran- do; para aplicar la curación conveniente, me pare- ció oportuno dormirlo para hacer la maniobra con mas facilidad, y creyendo en la propiedad anestési- ca del hidrato de doral sin los inconvenientes del cloroformo, le prescribí ocho granos de dicho cuer- po en una onza de agua gomosa, para dársela en tres tomas hasta producir el sueño; á la segunda se obtuvo éste: esta se le dio una media hora después déla primera, y como á los veinte minutos comen- zó á dormir: lo dejé que masizara su sueño, y cuan- do lo vi profundamente dormido comencé á levan- tar la ámpula; solo había uno que otro movimiento reflejo. Al aplicar la tela de salud con digestivo, des- pertó muy asustado dando muchos gritos hasta que concluí la curación; volvió á dormir dando algunos sollozos durante su sueño: al dia siguiente no se le aplicó el hidrato y pasó muy mala noche con los dolores de la curación,, pues hacia muchos esfuer- zos para quitársela: á la tercera curación volví á darle su posion gomosa con doral, y después de la curación se durmió y estuvo tranquilo sin sollozar como el primer dia: se le siguió administrando esta posion, y se logró que durmiera bastante tranquilo y durante el dia no estuviera tan molesto: parece muy probable que el sueño amortiguaba los dolo- res lo suficiente para que soportara su enfermedad, sin que se pueda creer por esto que había aneste- sia* puesto que tocándole el cáustico se manifestaba 30 la sensibilidad. Debo advertir que no obstante la entero-colitis, no se ecsacervó por la aplicación de la medicina: esto me animó para seguir aplicando esta sustancia siempre que se me presentara la opor- tunidad de hacerlo, y tomar su estudio para este incompleto trabajo. 4.a Marcelino Rodríguez, de México, de 54 años de edad, constitución fuerte, temperamento sanguí- neo. El 5 de Setiembre que lo vi por la primera vez, lo encontré con delirio y convulsiones, d consecuen- cia del alcoholismo: llevaba varios dias de no comer y estar en este estado de delirio, con intervalos muy cortos de descanso; ya le habian dado bastante opio sin lograr el sueño: le prescribí jarabe de Follet una cucharada, no hubo sueño; al dia siguiente do- ble dosis, igual resultado; el dia 7 cucharada de es- te jarabe cada media hora hasta obtener el efecto: d las cinco cucharadas durmió, duró el sueño como siete horas, despertó sin delirio ni convulsiones, so- lo habia temblor en los miembros y boca; se le ha seguido administrando el hidrato de doral, y has- ta la presente está muy aliviado.—‘Agustín Punce de León. El Sr. D. Luis Muñoz ha usado esta sustancia con muy buen éxito en la tos ferina (Coqueluche) pues su contestación cuando le pedí su opinión fué: “En el año pasado en la epidemia que hubo de tos ferina, en mis enfermos no usé otra cosa que el hi- drato de doral, y tuve muy buenos resultados.” El Sr. D.A. Andrade dice, que ha obtenido bue- 31 nos resultados en algunas nevralgias, y que aplicán- dolo al tifo con el fin de combatir el insomnio, no solo obtuvo este efecto, sino que notó que también hacia bajar la temperatura del cuerpo. Ultimamente Bouchardat recomienda esta prepa- ración como contraveneno de los tetánicos: cita va- rias esperiencias en animales que ha envenenado, unos con estricnina, y les ha dado hidrato de doral para contrariar el efecto de la primera, y á otros los ha envenenado con doral y administrado des- pués estricnina. Lambert ha hecho aplicaciones en las mugeres, en el trabajo del parto, y en las que tienen dolores durante el embarazo, que provocan el insomnio ó el aborto. Aquí no se ha esperimentado en estos casos ni en el anterior: creo que mas tarde se irá aplicando y conodendo sus ventajas, pues hace co su precio hacia que no tuviera mucho uso. Otros prácticos notables de esta capital han em- pleado esta sustancia con buen resultado en el al- coholismo, la enagenacion mental, tétanos y el de-~ lirio en varias enfermedades. Por no cansar con observaciones, no refiero las que he recogido de va- rios médicos. INDICACIONES.—1.a Está indicado el hidrato de Coral en el insomnio, cualquiera que sea su causa. - v 2.a En la nevralgia por ecsitacion ó atonía del 32 sistema nervioso; en esta última, asociado con eí régimen tónico analéptico. 3. a En algunas afecciones especiales del sistema nervioso, como jaquecas, tos ferina, corea, etc. 4. a Por su propiedad álgida podrá aplicarse en las fiebres y afecciones en que haya elevación de la temperatura. 3.a En las enfermedades en que tenga influencia para su duración y mayor ó menor gravedad, la ecsitabilidad del sistema nervioso. Las ventajas que tiene con respecto á el opio y sus alcaloides, son: l.° no congestiona el cerebro; 2.° no produce la constipación; 3.° no determina la elevación de temperatura ni la comezón que pro- duce éste.. Para su administración, creo debe cuidarse no- haya gastritis, enteritis, úlceras ó reblandecimien- to de la mucosa gastro-intestinal, pues aunque se dé en una solución que mitigue su acción, me pa- rece que por su propiedad irritante debe ecsaservar estas afecciones. “La dosis en que debe administrarse á los ni- ños de pecho* no puede pasar de 8 granos.—L. Muñoz.” En los niños hasta la edad de 7 años, puede dar- se basta 20 granos* dando poco á poco la solución basta producir el sueño, y obtenido éste no admi- nistrar mas cantidad, pues de esta manera se ob- tendrá mejor el efecto y no se pondrá en peligro al enfermo. 33 En los adultos puede darse hasta una y media dracma; pero sera' conveniente ir subiendo la dosis hasta obtener el efecto. Hay algunos enfermos á quienes se les han dado dosis considerables de jarabe de Follet, y no se ha conseguido dormirlos; pero creo que este jarabe se descompone cuando se deja al aire. En un enfer- mo que le prescribí dicho jarabe, no tomó toda la cantidad y el resto se quedó en un vaso; al siguien- te dia no tenia ni el olor ni el sabor: me parece- mas conveniente usar el hidrato de doral disuelto en agua gomosa ó albuminosa, porque de esta ma- nera se prepara la solución al momento que se quie- ra, y el farmacéutico al prepararla vé si el doral está bueno, lo que no sucede con las preparaciones que vienen de Europa, que sea por mala fé ó por descuido de los que las preparan, pueden sufrir al- guna alteración: hay un doral preparado por Per- sonne y Dumas, que tiene alcohol, y otro de un far- macéutico aleman que contiene ácido clorhídrico: estos diversos compuestos puede conocerlos el far- macéutico cuando use el hidrato de doral cristali- zado, y no podrá encontrarlos en el jarabe y otras preparaciones en que lo expenden. El mejor hidrato de doral es el que prepara Fo- ilet.—(Diario de farmacia. París, tomo XI.) 34 Al emprender este incompleto trabajo, no tengo la presunción de hacer una cosa nueva ni que sea útil á la ciencia; solo cumplo con el deber que im- pone la ley de Estudios: suplico á mis lectores di- simulen las muchas faltas que hay en él, y ojalá Sea del agrado de los señores que forman mi ju- rado. {^fiante/ .