ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA DE MÉXICO. CONTRIBUCION AL ESTUDIO DE LA MATERIA MEDICA NACIONAL. PSORALEA PENTAPHYLLA Y SU ALCALOIDE PRUEBA ESCRITA jjoVm«v,j iV \< > ck~ M »» W Cv*a\<««A<) J( \«» 1)»j \ X' Qc vV«> f<¿iv>vu«K' *U( ■ ;U, 1—1- 23 con agua fría durante 48 horas y separar la fécula por los medios acostumbrados, pues de otro modo no se distinguen con precisión los detalles de estructura. “En la sección transversal se ven desde luego dos capas bien separadas y fáciles de distinguir, la capa cortical y la correspondiente al meditulio; aquélla más obscura, ésta mucho más clara. “Adentro de la epidermis, se notan varias series, más de cinco, de celdillas tangenciales, dispuestas con cierta irregularidad, con la pared más pequeña en direcciones diversas, formando con la pared más lar- ga un ángulo más ó menos abierto. Las líneas obscu- ras que limitan cada hilera de elementos, no siguen la curvatura general de las capas, sino que á veces se interrumpen, envían una ramificación hacia adentro ó la circunferencia. Una capa obscura separa la por- ción cortical del meditulio; éste, que en la sección transversal se muestra generalmente de una longitud triple ó cuádruple de la que mide la corteza, está for- mada por un parenquima fundamental de elementos alargados en el sentido del radio, de paredes claras, cudriláteros y más comunmente de forma irregular como si hubieran sufrido una fuerte tracción en diver- sos sentidos. Las paredes comunes á dos celdillas son sinuosas y de distinto espesor. En medio de este pa- renquima se perciben difícilmente los rayos medulares que comienzan un poco adelante del centro geométri- co de la raíz y desaparecen en la primera capa de ele- mentos corticales, están constituidos por celdillas alar- gadas en el sentido del radio, cuadriláteras, de pare- des claras, comunmente en dos hileras paraleras. 24 Hacia la porción más externa del cilindro central se notan grupos de vasos de distinto calibre, de paredes gruesas, rodeadas por una auréola amarilla. Un gru- po de estos mismos vasos se ve en la médula. Las cel- dillas del parenquima fundamental contienen granos de almidón.”—(A. L. Herrera. J Según el mismo Profesor Herrera es característica la disposición de los vasos rodeados de la auréola ama- rilla, pues en los numerosos cortes de raíz de diver- sas plantas que ha hecho, nunca la ha encontrado; por consiguiente, los caracteres ya indicados, pero espe- cialmente este, pueden servir para reconocer é identi- ficar la raíz de la verdadera Psoralea pentaphylla, L.; pues ya he dicho que con el nombre de ConUayerba, se usan otras muchas plantas que indudablemente tienen propiedades diferentes y por lo mismo darán resultados distintos de los buscados, trayendo por lo menos una falsa interpretación, la confusión ó duda de la acción terapéutica y el desprecio de la Psoralea, acarreando algunas veces hasta el descrédito del mé- dico que ha usado la droga. EN RESUMEN: 1* La Contrayerba blanca, aromática ó de México (que mejor debiera llamarse de Querétaro) es la Pso- ralea pentaphylla, L., familia de las Leguminosas, sub- familia de las Papilionáceas, tribu de las Galegeas. La parte activa y empleada de la planta es la raíz, fácilmente reconocible por su olor, aspecto y de- más caracteres macroscópicos y sobre todo microscó- picos. 25 1 1 1 ANÁLISIS QUÍMICA DE LA RAÍZ. 1 1. Análisis mineral.—Por la desecación del polvo de la raíz en un vidrio de reloj tarado y colocado en una estufa calentada á 110° c. durante una hora, al cabo de la cual ya no variaba de peso, se valorizó la can- tidad de agua higrométrica, resultando ser de 10 p. g; durante la operación, lo único notable fué la exagera- ción del olor propio y característico. En seguida, 20g,00 de polvo seco fueron incinera- dos, obteniendo una ceniza muy blanca que se pesó inmediatamente para evitar la absorción higroscópica, dando un peso de 0gr-57, que corresponde á 3.75 p. g Estas cenizas fueron analizadas por vía seca y hú- meda, siguiendo el procedimiento de Fresenius, dedu- ciendo del primer método la existencia de metales al- calinos y al cal i no-terrosos y encontrando por el se- gundo, los siguientes principios, bases: potasa, sosa, cal y ñerro al máximo; ácidos: carbónico, sulfúrico, clorhídico y fosfórico. 1 Véase Tesis de M. Lozano y Castro.—1880. 26 De manera que la análisis mineral del polvo de la raíz, demostró que esta contiene por 100: Agua higroscópica 10.000 Cenizas 3.750 Total de substancias minerales. 13.750 2. Análisis orgánica.—Siguiendo el procedimiento de Dragendorff (que consiste en agotar la planta por una serie de disolventes metódicamente empleados) se hizo esta análisis; los disolventes fueron por orden sucesivo la rigolina, el éter sulfúrico, el alcohol abso- luto, el agua destilada, el agua alcalinizada y el agua acidulada; los tres primeros se mantuvieron en con- tacto con el polvo de la raíz en aparato de desaloja- miento durante ocho días, transcurridos las cuales y después de varios lavados con el mismo vehículo has- ta que unas gotas evaporadas en un vidrio de reloj demostraban el perfecto agotamiento, se pasaba el disolvente inmediato; los tres últimos sólo estuvieron en contacto con la raíz ya agotada por les tres prime- ros durante 24 horas, para evitar las fermentaciones á que daría lugar su mayor permanencia; obtuviéron- se así seis líquidos con caracteres especiales que se redujeron á extractos de la manera más apropiada, para evitar alterar su composición y que designaremos con las letras A. TI, C, I), E y F, y los extractos con las a, á, c y e. A. Líquido transparente, incoloro, de olor fuerte- mente aromático, sabor resinoso, ligeramente amarg'o y aromático, dejando percibir la sensación de frío que produce la esencia de menta, reacción ácida. 27 a. El extracto de color blanco amarillento, olor aromático, sabor ardiente y amargo y dejando la mis- ma sensación de frío, de reacción ácida, pulverulento, mezclado de gotitas aceitosas. Este extracto fué tratado por alcohol absoluto que disolvió una substancia sólida, transparente, amari- llenta, impregnada de aceite esencial; puesta en un tubo de ensaye y calentada se separó un aceite que man- chaba el papel desapareciendo por el calor; la substan- cia que quedó en el tubo, ardía con flama fuliginosa y era precipitada por el agua: era una resina; el resto del extracto estaba formado por un cuerpo sólido que dejaba una mancha persistente en el papel y que fun- día á 60° e.: era grasa. Así pues, el extracto petrólico estaba formado por grasa sólida, fusible á 60° e., re- sina y aceite esencial; haciendo los cálculos convenien- tes, están contenidos en las siguientes proporciones para 100 de raíz seca. (i 1‘íiBu fusible n 60° e 0.120 liesina y aceite esencial 1.380 Total de substancias disueltas por la rigolina. 1.500 H. Líquido transparente, amarillo de oro por trans- parencia, amarillo rojizo por reflexión, sabor amargo, ardiente, aromático y picante, olor aromático, reacción ácida. h. Extracto de consistencia sólida, fácilmente fusi- ble entre los dedos y adhiriéndose á ellos; color ama- rillo rojizo y transparente en capa delgada, rojo mo- reno y opaco en capa gruesa; olor aromático;* sabor semejante al de la solución, muy picante; reacción 28 acida; tratado por agua se obtuvo una solución aro- mática y ácida que por evaporación dejó cristalizar un principio de reacción ácida que redujo el nitrato de plata y el licor de Fehling; no precipitó por el clo- ruro de calcio, ni por el agua de cal, ni dió precipita- do negro con las persales de fierro: ácido orgánico cristalizable; la parte insoluble en el agua se trató por la benzina, que disolvió una grasa idéntica á la disuelta por el éter de petróleo; la parte insoluble en la benzina, fué disuelta por el alcohol obsoluto y tra- tada por el carbón animal que decoloró la solución, que tratada por el agua precipitó una resina ácida de aspecto cistalino por evaporación de la solución al- cohólica, pulverulenta por precipitación por agua, amarrillenta, amarga y aromática, soluble en alcohol absoluto, alcohol de 85°, cloroformo y éter, insoluble en la benzina y en el éter de petróleo; se disuelve en la potasa y sosa causticas; el ácido sulfúrico la colora en café; los ácidos nítrico y clorhídrico la ennegrecen. Se buscaron con empeño alcaloides sin encontrarlos, de manera que la solución etérea contenía para 100 de raíz: Principio ácido cristalizable 0.400 Grasa (semejante á la ya obtenida) 0.500 Resina acida (igual á la obtenida antes) y Materia colorante amarilla 2.400 Total de substancias disueltas en el éter sulfúrico. 3.300 C. El líquido presentaba los caracteres siguientes: color amarillo claro por transparencia y amarillo ro- jizo por reflexión; olor aromático, sabor amargo, pi- cante y aromático, reacción acida. 29 c. El extracto que dejó este líquido era blando, un- tuoso al tacto y adherente á los dedos, transparente, de color rojo naranjado en capas delgadas y más obs- curo en masa; olor aromático, sabor primero ácido, después amargo produciendo especie de piquetitos, y por último, un ligero adormecimiento en la parte de la lengua que lo tuvo en contacto; si estando la len- gua en este estado, se pone sobre ella otro poco de extracto, no se siente la acidez y sabe muy dulce (es- te sabor es característico v debido al alcaloide); reac- ción ácida, arde con facilidad dando humos blancos de olor parecido al del cuerno quemado, dejando como residuo un carbón ligero y abundante; abandonado á la temperatura ambiente cristalizó la capa superficial. Tratado por ngua, esta tomó una coloración amari- llenta, olor aromático, sabor amargo y reacción neu- tra; en esta solución se buscaron tan i no y demás áci- dos orgánicos, materias pécticas (que aunque insolu- bles en el alcohol pudieran haber pasado) glucosa y alcaloides; á este fin, una parte fué tratada por per- cloruro de fierro, el nitrato de plata y el cloruro de bario sin reacción, deduciéndose de allí la ausencia de ácidos orgánicos; otra parte se trató por acetato básico de plomo que tampoco precipitó; así es que tampoco había substancias pépticas; en vista de esto, se trató otra parte de la solución directamente por el licor de Fehling que no se redujo en frío, pero que á la ebu- llición dió un abundante precipitado de oxídulo de cobre, demostrando la presencia de la glucosa; por úl- timo, el resto de la solución acuosa tratada por el ta- nino, ácido pícrico. bicloruro de platino y otros reac- 30 tivos de alcaloides, dando con la mayor parte precipi- dos característicos; así es que el agua disolvió del extracto alcohólico un alcaloide mezclado de glucosa, estando la parte insoluble formada por la resina ácida de que hemos hablado y á la que el extracto debió su reacción; por consiguiente, el extracto alcohólico de la raíz contiene para 100 de raíz: Alcaloide y glucosa 0.250 Resina 1.460 Total de substancias disueltas en alcohol absoluto. 10.710 I). Inmediatamente que el polvo agotado ya por los tres anteriores disolventes se puso en contacto con el agua destilada, se inclió considerablemente y tomó una consistencia gelatiniforme indicando la presencia de gran cantidad de goma; después de 24 horas de contacto, se filtró obteniéndose una solución amari- llenta, ligeramente opalina, viscosa, inodora, de sabor algo dulce y de reacción muy ligeramente ácida. Se trató la solución por el alcohol absoluto obteniéndose un precipitado pulverulento perfectamente soluble en el agua, transparente, ligeramente amarillo, inodoro, insípido, insoluble en el alcohol débil; da con el ácido nítrico una especie de jalea y adquiere un olor aromá- tico agradable, es soluble en la sosa y en la potasa cáusticas, con el ácido sulfúrico no cambia de aspecto, con el clorhídrico se ablanday toma una coloración café, con el acetato básico de plomo da un precipitado blan- co y coposo abundante; era pues goma. El líquido al- cohólico que pasó el filtro al separar la goma, era en- teramente transparente, incoloro, inodoro, de sabor 31 muy dulce y reacción neutra; se trató por acetato bá- sico de plomo para precipitar las materias gomosas y en el licor filtrado y sin plomo se buscó la glucosa ó el principio azucarado revelado por el sabor; el licor de Fehling fué reducido en frío, lo que indicó la pre- sencia de la glucosa. La investigación que se hizo en esta misma solución de otros principios, sólo indicó la presencia de ácido clorhídrico que está indudablemen- te al estado de cloruro, pues la reacción del líquido es neutra; así es que el agua disolvió en 100 de polvo. Goma 6.896 Glucosa 1.440 Acido clorhídrico (huellas) Total de substancias disueltas en agua 8.336 E. Una parte del polvo seco, después del anterior tratamiento, se sometió durante 24 horas á la acción disolvente del agua alcalinizada por la sosa, dando después de filtrado un líquido moreno que se concen- tró, evaporando hasta la sequedad para obtener el ex- tracto. e. Este era un polvo gris que examinado al micros- copía se veía estar compuesto de cristales mezclados de masas globulosas que parecían de almidón. Tratado este residuo primero por agua destilada y luego por agua acidulada por ácido clorhídrico, dejó insoluble una substancia blanca amarillenta que ca- lentada en presencia del agua, se inchó y formó en- grudo que tomó la coloración azul con el yodo, débido á la formación de yoduro de almidón. De la parte di- suelta en el agua destilada y en el agua acidulada se 32 evaporó una poca hasta sequedad y para ver si con- tenía substancia orgánica se colocó el residuo en un tubo de ensaye, sometiéndolo á la acción del calor, de- duciéndose su ausencia por la falta de residuo carbo- noso y la no producción de olor especial; el resto del líquido sometido á la análisis mineral reveló la pre- sencia de los ácidos ya mencionados en la análisis de las cenizas. Dedúcese de lo expuesto que el agua alcalinizada por la sosa, desagregó una parte del almidón que con- tiene la raíz en gran cantidad y disolvió los ácidos que se reunieron á la sosa para formar sales solubles. F. La misma parte de polvo anterior agotada y muy reducida de volumen, sufrió por fin la acción disol- vente del último vehículo mencionado por Dragen- dorff: el agua acidulada por el ácido clorhídrico, tra- tamiento que sólo demostró la presencia de otra pe- queña cantidad de almidón y las bases minerales que se unieron al ácido clorhídrico haciéndose solubles. Hasta aquí siguiendo el mismo método de Dragen- dorff quedaba sólo por determinar la cantidad de al- midón, celulosa y leñosa que pudiera contener la raíz para lo que hubo que hacer una análisis especial de estas substancias, utilizándose con ese objeto la parte del polvo agotado por los cuatro primeros disol- ventes, pero que no había sufrido la acción del agua alcal inizada y acidulada para no perder nada del al- midón que, aunque en pequeña cantidad, siempre se desagrega y disuelve en los ácidos y bases. 3. Análisis especiales. — Almidón. — Una parte del polvo supradicho se pulverizó perfectamente y se for- 33 mó con agua destilada una parte que se malaxó entre los dedos y lavó con un chorrito de agua; las aguas del lavado se recibieron en un tamiz de seda, se filtra- ron y dejaron el almidón en el filtro, que pesado des- pués de bien seco dió para 100 de polvo seco un peso de 26.500. Este almidón tenía los caracteres siguientes: blanco amarrdiento, suave al tacto, inodoro, insípido, se bi- chaba con el agua caliente formando engrudo que con el yodo toma una coloración azul intensa. Albúmina vegetal.—El filtrado obtenido en la ope- ración anterior, sirvió para buscar y dosificar la albú- mina vegetal, para lo que se concretó hasta que se for- mó en la superficie una película amarillenta y trans- lúcida; se dejó enfriar y entonces se depositaron unos copos blancos y opacos que indicaron su presencia; se filtró y se pesó el residuo dejado en el filtro, obtenién- dose para 100 de polvo 1.600. Celulosa y leñosa.—El residuo que dejaron los lava- dos del polvo para obtener almidón y que no pasó al travez del tamiz de seda, que no podía estar consti- tuido más que por celulosa, leñosa y sales, fué trata* do sucesivamente por agua acidulada y alcalinizada para separar las sales; se secó y pesó obteniéndose para 100 de polvo 28.750. 4. Composición química.—Resumiendo los datos su- ministrados por las anteriores análisis mineral, orgá- nica y especiales, puede decirse que han demostrado que 100 partes de raíz de Contrayerba blanca, aromá- tica ó de México (Psoralea pentaphylla, L.), contienen: 34 Agua 10.000 Substancias minerales 1 3.750 Resina acida, aceite esencial y materia colorante. 3.980 Grasa sólida fusible á 60° 1.880 Principio ácido cristalizable 0.400 Alcaloide especial: Psoralina y glucosa 9.250 Goma 6.89G Glucosa 1.440 Almidón 26.500 Albúmina vegetal 1.600 Celulosa y leñosa 28.750 Pérdida 5.554 Total 100.000 1 Compuestas de las bases potasa, sosa,'cal y fierro al máximo, uni- das con los ácidos carbónico, sulfúrico, clorhídrico y fosfórico. 5. Estadio especial del alcaloide.—Extracción.—Sien- do el alcaloide la parte activa de la planta, á su ex- tracción debía dirigirse la atención, v en efecto el Profesor Lozano le ha consagrado asiduos trabajos, puede decirse, desde que emprendió su estudio sobre la planta, no siendo coronados de éxito completo sino hasta el año de 1892 en que consiguió obtenerlo, des- pués de infinitas labores, en el grado de pureza que se exige actualmente en todo principio inmediato; es de- cir, lo ha obtenido cristalizado y con propiedades cons- tantes; al escribir su tesis inaugural, se expresa así al tratar de la extracción del alcaloide: “Traté 500gr-00 de polvo de la raíz por 250gr,00 de cal apagada, con la cual formé una lechada y la mez- clé al polvo; dejó en contacto esta mezcla tres días, después la traté por 1000gr00 de agua acidulada por el ácido clorhídrico en la proporción de 100 para 1, 35 después de tres días filtré y lavé lo mezcla con más agua acidulada hasta agotarla completamente. “Concentré el filtrado y traté por alcohol á 85°, el cual me dio un precipitado de goma y cal; filtré de nuevo y el filtrado lo volví á concentrar á 13. M. has- ta la consistencia de extracto blando. “Lo volví á tratar por el alcohol absoluto y dejó de nuevo un residuo de goma y cal. “La parte disuelta y filtrada la avaporé á B. M. otra vez hasta la consistencia de extracto y la traté por agua destilada que dejó un residuo insoluble que era de resina. “La solución que me dió el agua la filtré y la volví á evaporar hasta la consistencia de extracto blando y así por seis tratamientos alternados con el agua des- tilada y el alcohol absoluto, llegué á hacer desapare- cer por completo la goma, la cal y la resina. “El último tratamiento por el alcohol absoluto, me dió una solución muy transparente y la traté por 15gr00 de carbón animal lavado y hasta después de ocho días que la solución quedó incolora la filtré, la- vé bien el carbón y evaporé la solución á B. M. hasta la sequedad. “El residuo lo pasé inmediatamente y su peso fué de 4t>'r (X). “J)e esta manera obtuve el clorhidrato del alcaloi- de. “Para obtener el alcaloide aislado y puro, lo que hice fué tratar el polvo de la raíz por la mitad de su peso de cal; y después en lugar de tratar la mezcla por el ácido clorhídrico, la agoté por el alcohol á 85°, 36 siguiendo después el tratamiento que indiqué para la preparación del clorhidrato. “La manera de aislar el alcaloide de su clorhidrato, tal vez sea, tratando el clorhidrato por el ácido táni- co que precipita el alcaloide al estado de tanato, des- componiendo el precipitado por el óxido de plomo, desecando la masa y tratándola por alcohol á 85° que se apodera del alcaloide. No lo verifiqué porque se me agotó la raíz.” De esta manera obtuvo un alcaloide algo impuro y amorfo; después por una serie de manipulaciones la- boriosas y delicadas ha llegado á obtenerlo completa- mente puro y cristalizado, y aunque el mismo Profe- sor Lozano dice 1 que, en general, se puede obtener por cualquiera de los métodos de extracción de alcaloides, se vale para ello conmunmente de cualquiera de los dos siguientes: “Se agota la raíz reducida á polvo por el alcohol á 85° acidulado á por el ácido clorhídrico; se destila la solución en un alambique y el residuo se acaba de evaporar hasta sequedad en una cápsula á baño de María. Se agota el extracto por el agua á la ebulli- ción y la solución filtrada en caliente se alcaliniza por el amoníaco; se deja depositar el precipitado, se decan- ta y recoge sobre un filtro, se seca y se trata por el éter; se agrega carbón animal á la solución etérea, se filtra y por evaporación espontánea se depositan cris- tales de psoralina pura. “Se puede obtener también, tratando el polvo por 4 Véase “Datos para la Materia Médica Mexicana.”—Primera parte, píigs. 41 y 42. 37 una lechada de cal: se seca la masa formada, se pul- veriza y se agota por el alcohol á 85°, se destila la so- lución alcohólica y se acaba de evaporar á sequedad en baño de María y el extracto se agota por el éter." Indudablemente la psoralina existe en la raíz com- binada con el ácido orgánico particular y por eso ne- cesitamos destruir esa combinación, lo que se verifica ya usando un ácido (el clorhídrico de preferencia por dar una sal más soluble) que desaloje al orgánico, ya empleando una base (la cal más usada por ser poco soluble) que desaloje á la psoralina; ya destruida la sal, tenemos que disolver el alcaloide y para ello usa- mos el alcohol mejor que cualquier otro vehículo, porque puede considerarse como su disolvente por excelencia; pero como tenemos que emplear gran can- tidad de disolvente y es molesto operar sobre grandes cantidades, hay que reducir su volumen. El alcohol nos ha disuelto además del clorhidrato del alcoloide. la resina, glucosa y la materia colorante; para sepa- rar la resina tratamos el extracto alcohólico por el agua que nos disuelve todo lo demás; en esa solución tratamos por el amoníaco que combinándose al ácido clorhídrico, deja á la psoralina en libertad y que por su poca solubilidad en ese vehículo se precipita acom- pañada de la materia colorante, de que la privamos por el carbón animal, disolviéndola entonces en éter, tanto por la mayor volatilidad de este disolvente, cuanto porque disolviendo menor cantidad de alcaloide que el alcohol, aunque se obtenga más rápidamente la cristalización, los cristales son más puros. En el segundo procedimiento, se trata directamen- 38 te el extracto alcohólico por el éter, porque allí la pso- ralina está en libertad y ya sólo se necesita un disol- vente para hacerla cristalizar. Propiedades.—La psoralina se presenta bajo la for- ma de largas agujas prismáticas como de 0m005 de longitud, pero cuyas facetas sólo se perciben con ayu- da del microscopio; transparentes, incoloras, de sabor especial, primero ligeramente ácido y después amar- go, dejando una especie de adormecimiento en la par- te de la lengua que la tuvo en contacto; olor caracte- rístico y semejante al de la raíz. El agua hirviendo disuelve 1 por 2500; á 45° disuelve ] por 4000, y de fría (16° c.) se necesitan 10000 cent. cub. para disol- ver 1 gramo; es casi insoluble en labenzinay la rigo- lina muy soluble en el alcohol absoluto, el alcohol á 80°, disuelve en frío ToV75 es m&s soluble en caliente; es también soluble en el éter sulfúrico, en el acético, el cloroformo, la glicerina, el bálsamo de Canadá, las grasas animales y sobre todo las vegetales; entre es- tas el aceite de ajonjolí purificado, disuelve 1 por 100. Su solubilidad en el agua puede aumentarse por la adición de una pequeña cantidad de alcohol; es decir, se disuelve en el alcohol diluido marcando desde 15°. Cuando se calienta en un tubo de ensaye, funde pri- mero y después se volatiliza sin descomposición, su- blimándose en pequeños cristales que se depositan en la parte fría del tubo. Una solución saturada de alcohol á 80° puesta en un tubo de 0m20 de longitud y en la flama amarillo- naranjada dada por el bicromato de potasio, desvía el plano de la luz polarizada « D = + 0.6. 39 Es un cuerpo azoado, pues aunque no se conoce su fórmula elemental, se puede afirmar que contiene ázoe por las siguientes reacciones: mezclado con cal sodada y sometido á la acción del calor, dá vapores que po- nen azul la tintura roja de tornasol y que dan abun- dantes humos blancos al aproximar el ácido clorhí- drico; forma azul de Prusia cuando es tratado por el sodio ó el potasio y una sal de fierro (reacción de Lassaigne). Además satura bien los ácidos y forma sales cristalizabas, algunas de ellas insolubles en el agua; pero la mayor parte solubles, sobre todo el clorhidrato; es pues un alcaloide. Es un alcaloide reductor, reduce el licor de Fehling, el nitrato de plata y el permanganato de potasio. Ensaye.—La potasa y la sosa producen en las solu- ciones acuosas de psoralina ó de sus sales, un ligero precipitado que se disuelve en un exceso de reactivo, volviendo á precipitarse después de varios días. El amoníaco produce la misma reacción, nada más que toma una coloración amarillo-rojiza. El ácido pícrico, en soluciones concentradas da un precipitado amarillo y cristalino después de tres días. El ácido tánico da inmediatamente, aun en las solu- ciones muy diluidas, un precipitado blanco. El bicloruro de platino da también precipitado. La solución de yodo yodurada (reactivo de Walser) da en las soluciones concentradas un precipitado abun- dante de color amarillo-rojizo obscuro, soluble en un exceso de reactivo. El yoduro doble de mercurio y de potasio (reactivo de Mayer) da un precipitado mediato amarillo claro. 40 El yoduro doble de cadmio y potasio (reactivo de Mariné) da un precipitado que se disuelve en un exce- so de reactivo. Con el azúcar y ácido sulfúrico no da coloración especial. Con el ácido sulfúrico concentrado, poniéndolo so- bre el alcaloide mezclado previamente con una peque- ña cantidad de cal apagada y moviendo con un agita- dor, toma inmediatamente una coloración violada, que pasa rápidamente al verde esmeralda, se va obs- cureciendo poco á poco hasta tomar una coloración azul de Prusia que va desapareciendo hasta conver- tirse en un color plomizo persistente. Con el ácido nítrico toma una coloración verde claro y agregando agua de cloro y amoníaco, coloración rojo-amarillenta. Con el agua de cloro da un precipitado blanco que se disuelve en el amoníaco con una coloración amari- llo-rojiza. Tales son las principales propiedades y reacciones que presenta el nuevo alcaloide, al que debe sus pro- piedades la Psoralea pentaphylla, L. y al que corres- ponde para recordar su origen el nombre de psor aliña. De entre estas reacciones son características y pueden servir para distinguirlo de los demás alcaloides, las diversas coloraciones que toma con los ácidos sulfúrico y nítrico y con el agua de cloro y el amoníaco. El pre- cipitado que da con el agua de cloro podría confun- dirse con el que da la estricnina; pero al tratar por el amoníaco, si bien es cierto que las dos se disuelven, 41 la solución de estricnina queda incolora y la de pso- ralina toma una coloración amarillo-rojiza. El clorhidrato tiene reacciones semejantes á las del alcaloide. SE PUEDE CONCLUIR DE ESTA ANALISIS: l9 Entre los principios inmediatos constituyentes de la raíz, el verdaderamente importante, es un alca- loide especial, cristalino, descubierto por el Profesor Mariano Lozano y Castro, que le denominó Psoralina. 29 Este alcaloide tiene propiedades físicas y quími- cas especiales que lo distinguen de los demás, siendo notables y características entre las físicas, la forma de sus cristales su sabor y olor, su poca solubilidad en el agua y la desviación que imprime á la luz polari- zada; y entre las químicas, la acción que sobre él ejer- cen los ácidos sulfúrico y nítrico y el agua de cloro y amoníaco. 42 I V ACCIÓN FISIOLÓGICA DE LA PSORALINA. Desde el año de 1889 en que el Profesor M. Lozano hizo la análisis de la raíz de la Psoralea pentaphylla, estudio que le sirvió para su tesis inaugural, inició el estudio de la acción fisiológica del alcaloide que en ella encontró, inyectando dos palomas respectivamen- te con 0gr>25 y 0gr50 del clorhidrato; notó fenómenos nerviosos vagos, como torpeza, cansancio y abatimien- to en la primera; basca y descenso de la temperatura en la segunda; de esto, deduce que la psoralina no es tóxica 1 en la paloma á la dosis de 0gr*50 y que produ- ce abatimiento de la temperatura. Este trabajo, el único científico hecho hasta enton- ces y la aplicación vulgar de la raíz, hicieron que el jefe de la Sección 3* del Instituto Médico Nacional, Dr. Manuel Toussaint, presentara como lectura de turno en ese Establecimiento el l9 de Mayo de 1892, un bien acabado trabajo sobre la acción antitérmica 1 Adviértase que el alcaloide empleado por el Profesor Lozano, estaba todavía muy impuro y á esto indudablemente fué debido el que no murieran las palo- mas, pues adelántese verá que estas dosis son más que suficientes para matarlas. 43 de la psoralina, trabajo que extractaré al hablar de la calorificación. Pareciéndome muy apropiado para prueba escrita de examen profesional un capitulo completo de Tera- péutica Nacional, y viendo éste muy avanzado, inten- té concluirlo. No puedo vanagloriarme de haber sa- tisfecho mi deseo; pero, incompleto como está aún, no me pesa haber invertido en su prosecución tiempo y trabajo que demuestran tanto mi buena voluntad pa- ra el estudio de nuestra Medicina Nacional, cuanto el deseo de hacer salir de la rutina las tesis inaugurales; pues á no dudarlo, el estudio de nuestra flora ofrece vasto campo donde resolver el consabido problema de todo candidato próximo á obtener el honroso titu- lo de médico; se presta ampliamente á contestar la atormentadora pregunta que se hace todo aquel que acaba de sustentar su último examen ¿sobre qué escri- biré? De desear sería que los que se encuentran en tales circunstancias, prefirieran los estudios de esta clase á cualesquiera otros para cumplir la prescripción legal. ¡Ojalá y mi voz fuera escuchada, que eso entra- ñaría un gran adelanto para la patria! Me ocuparé en este capítulo de dos asuntos: l9 Poder antiséptico de la psoralina. 29 Acción fisiológica de la psoralina. l9—PODER ANTISÉPTICO DE LA PSORALINA. El estudio fisiológico de toda nueva substancia, da- dos los actuales conocimientos, debe empezar por el de su poder antiséptico, y desgraciadamente en este punto, mi estudio es bastante incompleto, no obstante 44 que tratándose de este alcaloide es de capital impor- tancia, pues por su conocimiento quedaría definitiva- mente resuelta una de sus más amplias y útiles apli- caciones: como an ti palúdico; pero se me disculpará en vista de dos razones: el tiempo muy largo que deman- da un completo estudio bacteriológico y de que no pu- de disponer, y la falta, hasta ahora, de medios apro- piados para el cultivo artificial del hematozoario de Laveran. Empecé por cultivar, en unión del Sr. Yergara Lope, el bacilo piógeno amarillo dorado, tomando pus de un enfermo de la sala de Cirugía menor del Hospital de San Andrés, que padecía de una osteítis de la tibia; el pus se sembró en una placa de gelatina para hacer la separación de los diversos microorga- nismos; inútil me parece entrar en los detalles de esta operación, sólo diré que no se omitió ningún detalle técnico y que como resultado de nuestra minuciosa manipulación, logramos obtener bien desarrolladas colonias del staphylococcus py ogenes aureus y del alhus\ más otras que no es del caso referir; una vez aislado perfectamente el estafilococo, dispusimos tres series de globitos de Pasteur con caldo peptonizado; en la primera serie, sembramos el estafilococo adicionando al caldo desde una hasta ocho gotas de una solución al 1 por 1000 de psoralina en una mezcla de 15 partes de glicerina neutra y 5 de alcohol absoluto; en la se- gunda serie fué reemplazada la solución de psoralina por una de sulfato de quinina en idénticas condicio- nes, es decir, al 1 por 1000 y en el mismo vehículo; por último, la tercera serie sólo tenía en lugar de alca- 45 loicles el vehículo que para su disolución habíamos em- pleado, pues que del poder antiséptico de aquellos ha- bía que restar el de este líquido, mezcla de dos alcoho- les antisépticos. Esta siembra se hizo el 18 de Junio; fueron colocados los 24 frascos en la estufa y diaria- mente hacíamos nuestra visita para ver si se infecta- ban; el día 20, todos los frasquitos que contenían ve- hículo y quinina estaban infectados, conservándose en perfecto estado los de psoralina. La ilusión que nos causó nuestro primer ensayo, nos hizo suponer que la insignificante cantidad de 0gr0005 de psoralina era más que suficiente para evi- tar durante más de 48 horas el desarrollo del estafilo- coco y debido á esto, el mismo día 20 sembramos el bacilo en caldo que contenía de una á diez gotas de una solución diez veces menos concentrada que la an- terior, causándonos gran satisfacción que á los cuatro días se encontraran perfectamente limpios los fras- quitos, que juntos con los anteriores habían permane- cido en la estufa; pero al siguiente día, 25 de Junio, notamos dos irregularidades: estaban infectados dos frasquitos, el que tenía ocho gotas de la solución pri- mitiva y el que tenía siete de la diluida, lo que nos llamó la atención, haciéndonos desconfiar de los resul- tados, y figurándonos que la siembra no había estado bien hecha, repetimos el experimento sembrando un esputo tuberculoso en 10 frascos á los que se agrega- ron de una á diez gotas de solución de psoralina, en- contrándolos todos infectados al día siguiente, lo que nos convenció tanto de que nuestra primera operación no estuvo bien hecha, cuanto de que la psoralina á la 46 dosis de 0gr,0005 no era capaz de evitar el desarrollo de los numerosos microbios de una caverna pulmo- nar. Aparentemente, resultaron inútiles nuestras prime- ras pruebas; pero, reflexionando un poco, vemos que no fué así, pues nos demostraron si no el poder anti- séptico de la psoralina, sí la falta de él, tanto en el vehículo como en la quinina (á esas dosis), dos hechos de gran trascendencia para nuestros ulteriores es- tudios. Otro hecho también notable, fué que si es cier- to que los frascos en que se sembró el esputo, se in- fectaron todos, también lo fué que la desconfianza de las operaciones anteriores nos hizo colocar en los ter- ceros frascos, no una mínima cantidad de bacilo como en los primeros y segundos, sino una gran cantidad de esputo; de manera que siendo aquí como en el or- ganismo y como en todo medio de cultivo en general, de gran importancia la cantidad, queda siempre la duda de si la psoralina ejerció ó no influencia sobre el microbio, porque si la siembra estuvo mal hecha ¿por qué se infectaron los frascos que contenían quinina y los que contenían vehículo? ¿Cupo la casualidad de que sólo en dos frascos con psoralina se pusieran gér- menes, y que fuera precisamente en los que contenían mayor cantidad de esta substancia? No es de creerse; pero como antes decimos, estos resultados sólo nos de- jan la duda, pues el de la 3* experiencia nos impide tener seguridad. Esta incertidumbre unida al mucho tiempo emplea- do en esas experiencias, me decidieron á valerme de medios rápidos que me permitieran medir, aunque 47 fuera sólo aproximadamente, el poder bactericida de la psoralina, cuya existencia me fué demostrada con toda claridad por la siguiente experiencia: coloqué en dos tubos de ensaye cantidades iguales de caldo hecho con carne desfibrinada y desgordada; ambos tubos quedaron exactamente en las mismas condiciones: al aire libre y á la temperatura ambiente, habiendo la única diferencia de que uno tenía psoralina y el otro no; desde el tercer día empezó á enturbiarse el que no tenía psoralina, depositándose en el fondo del tubo un residuo pulverulento; el 59 día, se formó en la pared del tubo un hongo y empezó á desarrollarse el mal olor, y en los días siguientes aumentó el enturbiamien- to, el mal olor y el depósito pulverulento; los hongos se desarrollaron en gran cantidad en la superficie del líquido; entretanto, el tubo que tenía psoralina, no su- frió ninguna de estas alteraciones. Al cabo de tres meses, el líquido sin psoralina estaba corrupto y lo ti- ré, mientras el que tenía psoralina, se conservaba en perfecto estado; no me volví á ocupar de él y acciden- talmente vi mi tubo á los siete meses: el líquido se había evaporado enteramente, pero no había mal olor ni hongos. Empecé mis nuevas investigaciones, usando como líquido fermentescible, la orina: coloqué en doce tubos de ensaye un cent, cub.de orina colorida con azul de me- tilena que se decolora bajo la influencia de la fermen- tación; dejé uno sin psoralina y en los otros puse 1, 2, 3, 4, e5, 6, 7, 8, 9, 10 y 20 gts. de una solución de pso- ralina al 1 por 100; á las 24 horas, se habían decolo- rado, es decir, habían fermentado el testigo y los que 48 tenían 1 y 2 gotas; á las 48 horas, se habían decolora- do completamente hasta el (pie tenía 6 gotas, parcial- mente hasta el que tenía 10 y no se decoloró el que te- nía 20; luego 0gr01 de psoralina es capaz de impedir durante 48 horas la fermentación de un cent. cub. de orina, empezando á minorarlo desde la dosis de 0gr 0003. Demostrado que la fermentación pútrida puede ser detenida por la psoralina, busqué si la láctica lo sería, para lo que en otros nuevos doce tubos, coloqué 1 cent, cub. de leche, 5 de agua destilada y ó gotas de tintura de tornasol; como antes, dejé uno sin psoralina y en los otros puse 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 20 gts. de la misma solución de psoralina; á las 24 horas estaban completamente decolorados el 0, 1, 2, 3 y 4; los demás tenían el color ligeramente azul por transparencia y rojo ligero por reflexión; se colocó en cada tubo un pa- pel azul de tornasol y notándose cierta diferencia en la intensidad de las coloraciones rojas que tomaba, se agregaron á cada tubo otras 5 gotas de tintura de tor- nasol pudiendo entonces apreciarse en el 0, rojo fran- co; en los 1 y 2, rojo vinoso; en los 3 y 4, azul rojizo y del 5 en adelante, más y más azul, hasta el 20 que quedó enteramente alcalino. Noté además en esta ex- periencia que la fermentación butírica decolora el tor- nasol, pues mis tubos en lugar de ponerse más y más rojos bajo la influencia del ácido butírico agregado al láctico, como era de suponerse, se fueron decolorando más y más hasta quedar completamente incoloros y transparentes en el mismo día, menos el que contenía 20 gts. que enrojeció al siguiente y se decoloró al quin- to día. Creo que de aquí puede deducirse que 0gr001 49 de psoralina empieza á detener la acción del fermento láctico, llegando 0gr01 á impedir durante 72 horas la fermentación de 1 cent. cub. de leche; que la fermen- tación butírica empieza á amenguarse con 0gr02 de psoralina, y que se impide con 0gl 01 durante 4 días la producida por 1 cent. cub. de leche agria. Investigada la acción sobre las fermentaciones pú- trida, láctica y butírica, quedaban aún por investigar dos de las más importantes: la alcohólica y la acética, y aunque sobre la acética era ya bien notable la acción de la psoralina por el hecho bien comprobado de que el vino de psoralina preparado de mucho tiempo atrás no se descomponía, faltaba ver la más pequeña canti- dad susceptible de obrar sobre el micoderma acetr, pe- ro la falta de un reactivo que me indicara la existen- cia de pequeñas cantidades de ácido acético, sobre todo en un vino rojo (que son los que más fácilmente se acetifican), ó de alcohol, me impidieron por el momen- to ocuparme de estas dos fermentaciones. Pero, aunque sin tener hechas las investigaciones acerca del valor de la psoralina sobre los micoderma mni y aceti, podía decir que conocía su efecto sobre los fermentos organizados, puesto que había visto su acción sobre los fermentos láctico, butírico y pútrido; faltaba reconocer si ejercía alguna sobre los fermentos solubles, los infusorios y sobre las bacterias patóge- nas. Para los primeros, elegí por tipo la formación de la esencia de mostaza que, como se sabe, es producida por la mirosina sobre el mironato de potasa, bastan- do para desarrollarla, mojar la harina de mostaza; pa- 50 ra disponer mi experiencia, coloqué en doce tubos de ensaye 1 gramo de harina de mostaza, 10 cent. cub. de agua destilada y 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 20 gotas de una solución de psoralina al 0.5 por 100; agi- té fuertemente é inmediatamente se hizo bien notable en todos ellos, menos en el que tenía 20 gotas, el olor característico; como en este último, á pesar de no ser tan marcado el olor, se percibía sin embargo bien, hi- ce otra prueba colocando en un tubo 1 gramo de ha- rina, 8 cent. cub. de solución de psoralina y 8 cent, cub. de agua; agité fuertemente la mezcla y no hubo el menor olor; pero se filé desarrollando poco á poco. Seguí haciendo pruebas variando las cantidades de psoralina y de mostaza llegando á obtener un retardo en la producción de la esencia, que se forma instantá- neamente, con 0gr*20 de mostaza y 20 gts. de solución de psoralina ó sea con 0gr005 y casi impedirla con 0gr10 de mostaza y con 100 gotas de solución ó sea 0gr025 de psoralina. Se ve pues la notable diferencia que existe entre la acción que la psoralina ejerce sobre los fermentos organizados y los llamados solubles, dife- rencia que era fácil sospechar a priori, puesto que sa- bemos que los fermentos organizados son seres vivos que se desarrollan á expensas de ciertas materias or- gánicas que descomponen en otras más sencillas, mien- tras que los solubles son substancias desprovistas de vida y que se destruyen al transformar otras, y todos los agentes antisépticos atacan la vida de los gérme- nes, pero no evitan (exceptuando los que pueden obrar químicamente), sino muy incompletamente, las accio- nes químicas. 51 Llegaban á este punto mis estudios, cuando ocurrió- seme, por el alcance práctico que esto tendría, si la psoralina sería capaz de conservar el pulque; á este efecto, hice dos series de experimentos: en las prime- ras me limité á colocar pulque con psoralina en di- versos tubos, variando las proporciones de uno y otra, llegando á convencerme de que aunque una cantidad relativamente pequeña de psoralina (0sr05) conser- vaba 10 cent. cub. de pulque sin descomposición du- rante más de ocho días, el sabor pronunciado de este alcaloide, aunque sin ser desagradable, modificaba ó enmascaraba el del pulque, razón poderosa para no emplearlo en su conservación. La otra serie de expe- riencias vino á resolver las dos importantes incógni- tas de las fermentaciones alcohólica y acética; en efecto, herví un poco de pulque, para matar todo germen filtrándolo en seguida; el líquido á pesar de haber sido filtrado varias veces, quedó algo turbio; es decir, con- tenía aún algunos cadáveres de microorganismos; este líquido á no dudarlo, era un excelente medio de cul- tivo para el nicoderma vini; coloqué en dos tubos de ensaye 20 cent. cub. de este líquido que casi llenaron los tubos para evitar la influencia del aire, en ambos coloqué una gota de pulque no hervido v en uno de ellos 2 cent. cub. de solución de psoralina al 0.5 por 100, tapándolos con un capuchón de caucho; en otros dos, puse 10 cent. cub. de líquido con su gota de pul- que y en uno, 1 cent. cub. de la misma solución de psoralina, tapándolos también con su capuchón de caucho; en estos quise ver si influía la existencia de una pequeña cantidad de aire; por último, en otros dos 52 coloqué también 10 cent. cub. de líquido, con su gota de pulque y en uno de ellos un cent. cub. de solución de psoralina, dejándolos destapados; desde el día siguien- te, el ligero enturbiamiento que tenía el líquido, empezó á aumentar en los tres tubos que no tenían psoralina y á disminuir en los que tenían; al tercer día, los que no tenían psoralina estaban enteramente blancos y los que la contenían enteramente diáfanos con un depósi- to pulverulento en el fondo; en los días siguientes, los que contenían alcaloide no presentaron nada notable y en los otros se fué formando poco á poco un disco sólido y coposo en la superficie del líquido, que desde el segundo día había tomado tanto el olor como el sa- bor del pulque y que por estas fechas estaba notable- mente agrio; continué la observación y á los ocho días empezaron á enturbiarse los que contenían psoralina y estaban tapados, no sucediendo igual cosa con el destapado sino á los diez días; busqué entonces al mi- croscopio lo que producía el enturbiamiento y me en- contré con un cultivo purísimo de micoderma vini y digo purísimo porque estaba exclusivamente formado por este fermento sin mezcla de ninguno otro; exami- né también el depósito abundantísimo que se había formado en los tubos que no tenían psoralina y encontré micoderma vini, micoderma aceti y unos bas- toneaos cortos, gruesos, transparentes, móviles que parecían ser los que los autores designan como cau- santes de la enfermedad de los vinos torcidos; tuve en observación cinco días más les tubos con psorali- na y no se llegaron á agriar. Deduzco de esto, que 0?r 0f>5 de psoralina detienen durante ocho á diez días, 53 según las condiciones, la fermentación alcohólica y durante más de siete días la acética. En cuanto á las experiencias con infusorios, difíciles de llevar á buen término, por más que hemos tenido el mayor empeño en conseguirlo, el Sr Vergara y yo, pues que entrañarían por lo menos la sospecha de la indudable utilidad de esta substancia en una de sus más importantes aplicaciones terapéuticas, como es el paludismo (sobre cuyo agente, no se tiene ninguna prueba directa de su acción, por no conocerse hasta ahora medio alguno de cultivarlo), y poder deducir por analogía con la quinina el efecto más ó menos im- portante que sobre ellos pudiera ejercer, sólo hemos conseguido lo siguiente: empezamos por provocar el desarrollo de infusorios, dejando corromper agua á la que agregamos algunos pedazos de hojas verdes; con algún trabajo logramos nuestro objeto; quisimos ver si se desarrollaban mejor en caldo, sin conseguirlo; en fin, después de varias tentativas de cultivo sin re- sultado, nos decidimos á ver directamente la acción que sobre ellos ejercía la psoralina agregada al agua misma en que vivían: los infusorios no murieron in- mediatamente, pero á las tres horas habían dejado de existir. Desgraciadamente como no vimos su muerte producirse luego, creimos que la experiencia no nos había dado resultado y tiramos el líquido testigo, no teniendo ya con que comparar; de manera que nues- tra experiencia, á pesar del trabajo que nos dió, resul- tó estéril; por consiguiente, sólo queda el recurso de experimentar, como con la quinina, en los enfermos, v aunque tengo algunos hechos que me inducen á creer 54 en su benéfica acción, ni son en número competente, ni en ellos me he puesto á salvo es tóxica. 29 El equivalente tóxico de la psoralina es 0**153 ó un poco menor; luego para un individuo de 60 kilos, la dosis máxima es 9gr00 ó un poco menos. 39 Se debe temer el envenenamiento solamente cuando su administración haya producido tendencia á la adinamia, ó cuando la respiración y el pulso se ha- gan muy lentos, ó cuando el corazón deje de contraer- se con energía y la respiración se haga muy superficial. Puede, sin embargo, emplearse sin inconveniente aun- que el enfermo esté adinámico, si se observa que las primeras dosis no tienden á exagerar ese estado. Circulación.—Las experiencias hechas por el Dr. Toussaint me habían hecho pensar que la psoralina era un vaso-dilatador que abatía la tensión sanguínea y facilitaba el trabajo del corazón obrando sobre los vaso-motores; ahora he tenido oportunidad de con- vencerme de una manera directa de la verdad de mi suposición. Empecé experimentando en mí mismo y el siguien- te cuadro resume la marcha de la experiencia: 65 CUADKO N? 1. 1 HORAS. Cantidad de ps< raliua. Número de los trazo-*. Número de pulsaciones. Gramos. 11.00 a. m 0.10 2, 6 y 10 normales 69 11.20 a. m 3,7 v 11 67 12.00 0.10 12.20 p. m. . 4, 8 y 12 60 1.00 „ , 0.10 1.20 ' " 5, 9 y 13 66 2.00 „ „ 0.10 72 3.00 ,, ,, 78 4.00 ,, 78 5.00 ,, ,, 0.02 78 6.00 ,, ,, 0.02 78 7.00 „ 0.02 66 8.00 '' „ 0.02 69 9.00 0.02 69 10.00 ., , 70 11.00 „ 0.02 66 12.00 0.02 65 1.00 a. m 0.02 66 (Véase la fotografía número IV.) En cada una de las cifras 0gr10, tomé la psoralina disuelta en alcohol á 85° y por la vía gástrica; en las ci- fras 0gr 02, bajo la forma pilular. Saqué á las 11 a. m. los trazos normales de la respiración, la tensión sanguínea y el pulso (fotografía IV, númros 2, 6 y 10) antes de tomar la psoralina, y en seguida se fueron tomando los demás según lo indica el cuadro. Estos trazos fue- ron tomados con el esfigmógrafo de transmisión de Marey, el neumógrafo del mismo autor y el pletismó- grafo de Franck, unido con un manómetro metálico inscriptor de Marey (véase la fotografía mim. III). La inspección del cuadro nos demuestra que la fre- 66 cuencia disminuye primero, aumenta en seguida para volver á disminuir después, pero estas variaciones no son tan notables; las que si llaman la atención y pue- den verse en los trazos (véase fotografía IV, números 2, 3, 4 y 5) son la falta de energía progresiva de la línea de ascenso, aumento en la oblicuidad de esa misma línea y conversión del dicrotrismo en policro- tismo; todo lo cual nos indica ó menor energía en las contracciones cardiacas, ó una dilatación de la arteria, ó en fin, ambas cosas. Si ahora examinamos los tra- zos del pletismógrafo (véase fotografía IV, números 6, 7, 8 y 9) veremos que las modificaciones de la varia- ción de volumen de la mano y el puño, coinciden con las del pulso; la presión constante, que no está indi- cada en los trazos, disminuyó de 10 centímetro de mercurio á 6, y la variable de 1 centímetros á 3 milí- metros, lo que quiere decir que la energía del corazón fué la que disminuyó; pero las experiencias del Sr. Toussaint, que dice que la psoralina obra aumentan- do el desperdicio de calor, me hacían pensar en la exis- tencia de una vaso-dilatación; que ésta fuera no sólo compensada, sino que en el trazo viéramos indicación contraria, bien pudiera suceder, como creo que suce- dió, pues al estudiar la acción sobre la respiración en el conejo, vi y no sólo yo, sino también los Sres. Ver- gara Lope y Lozano, que era notable la dilatación producida en los vasos de la oreja; pero no pude tener una prueba palpable, sino hasta que se hizo la autop- sia citada ya del conejo, en el que se encontraron el hígado, el vaso, los riñones, el estómago y el intesti- no congestionados y aumentados de volumen, lo que 67 demostró con toda claridad la existencia de una vaso - dilatación generalizada que se une á la falta de energía del músculo cardiaco. El resultado de estas experien- cias me llamó sobre manera la atención, pues la que yo creía inofensiva psoralina, 1 podría producir la muerte debilitando el corazón; de manera que para cerciorarme de la acción sobre este músculo me valí de la rana; dispusimos la experiencia de la manera siguiente: á una rana se le extirpó el cerebro y se le descubrió el corazón; pasada una hora, para que los efectos del trau- matismo y de la falta de ese órgano no se hicieran no- tar, se tomó un trazo del corazón, sacado con la pinza cardiaca de Marey y con el objeto de que no hubiera ningún desarreglo y las condiciones fueran siempre las mismas, se le colocó en la cavidad toraco-abdomi- nal una aguja unida por un tubo de caucho con un inyector de pera graduado; en estas condiciones se sacó el segundo trazo que es idéntico al primero. Se le inyectaron 0gr 02 de psoralina en cuatro inyecciones cada una de 0gr005 y se fueron tomando trazos cada o minutos, menos el primero, que fué tomado inme- diatamente después de la primera inyección (véase la fotografía número Y). La primera ojeada hace ver grandes diferencias en los trazos: en ellos se encuen- tra alterada la forma, la frecuencia y el ritmo. En cuanto á la forma, en el trazo normal se nota en la lí- nea de ascenso, casi en su principio, muy ligeramente la contracción auricular que hace la línea oblicua li- 1 Estas experiencias fueron hechas antes de buscar el equivalente tóxico y pre- cisamente fueron las que me llevaron á buscarlo; pero me ha parecido conve- niente sacrificar el orden de las experiencia®, al que es deb.do seguir en la expo- sición. 68 geramente y ocupa como la mitad de ella; viene en seguida la contracción ventricular que hace la línea casi vertical y la termina bruscamente en punta: la altura del ángulo que forma, mide 0m009; sigue la línea de descenso que, como á las dos terceras partes, presenta la contracción del bulbo aórtico, que modifi- ca poco la inclinación general de la línea, cuya obli- cuidad es mayor que la de la de ascenso, terminando el trazo un descanso general del órgano de muy corta duración, representado por una curva, abierta un poco más de 90°. En los trazos anormales, la contracción auricular va haciéndose menos sostenida, en lugar de una línea recta, da una curva, y menos enérgica, has- ta llegar á desaparecer poco antes de sucumbir el ani- mal; la contracción ventricular se va retardando un poco: en el trazo normal, apenas se nota el momento de esta contracción, el ventrículo sorprende á la au- rícula en el principio del summum de su contracción, mientras que en los demás, se encuentra entre ambas contracciones una meseta horizontal y aun ligeramen- te inclinada, que indica el retardo de la contracción auricular; esta contracción es menos enérgica notable- mente que en el trazo normal, pero esta falta de energía es reemplazada por un aumento de ella en el conjunto de toda la sístole, pues en lugar de terminar la línea de ascenso por un vértice agudo, lo está por una cur- va cuya rama descendente va acercándose más y más á la horizontal, hasta llegar á serlo enteramente en los últimos trazos; lo que indica que el ventrículo se contrae con menor energía, pero dura más tiempo contraído; debido á esto, la línea de ascenso que mide 69 la suma de las energías auricular y ventricular dismi- nuye de tamaño y aumenta de duración. La línea de descenso se hace más oblicua y en ella se ve sufrir al bulbo aórtico las mismas modificaciones que á la au- rícula, es decir, su contracción es menos enérgica, menos durable y acaba por desaparecer. Por último, el descenso total, se va prolongando más y más, re- presentado en una línea horizontal que separa la lí- nea de descenso de la de ascenso siguiente, haciéndo- se en el cuarto trazo de longitud variable, pero regu- larizándose después, aunque haciéndose más y más larga, hasta ser continua, lo que indica la tendencia del corazón á detenerse en díastole, como sucedió. En cuanto á la frecuencia, se ve que va disminu- yendo aunque de una manera irregular, de 38 pulsa- ciones que había en el estado normal, siguieron sien- do 34, 19, 23, 28, 30, 28, 25, 18, 14, 12 y menos. La regularidad también se alteró aunque mucho menos que la forma y la frecuencia. El examen de los trazos muestra bien estas particularidades, que sería muy cansado describir, y creo que lo que he dicho bas- ta para formarse una idea de la acción que la subs- tancia ejerce sobre el músculo cardíaco. Repetimos la experiencia en varias ramas con resul- tado idéntico y en una sacamos el trazo continuo que nos demostró que las pequeñas dosis no tienen in- fluencia sobre el corazón, mientras que las fuertes dieron resultados semejantes á los arriba descritos, siendo de notar únicamente, ya en la parte final del trazo, esto es, próximo á sucumbir el animal, una irre- gularidad en el número de las contracciones, que fue- 70 ron primero de tres en tres, luego de dos en dos y después de una en una, separándose cada vez más, hasta detenerse el corazón. I)e todo esto, creo que se puede deducir: l9 La psoralina á pequeña dosis (0gr005 á 0gr,25) produce una dilatación vascular, generalizada, lo que disminuye el trabajo del corazón sin tener influencia directa sobre él. 29 Aumentando la dosis (lgr,50), aumenta la dila- tación y disminuye la tensión sanguínea y la energía del corazón. 39 Con dosis mayores aún, se pronuncian estos fe- nómenos, pudiendo, si la dosis es excesiva (9gr00), de- tener al corazón en diástole. 49 Parece que esta acción la ejerce por intermedio del sistema nervioso. 59 A priori puede deducirse de las perturbaciones observadas en la función circulatoria, que deben ser igualmente alteradas tanto la respiración pulmonar como la respiración de los tejidos ó sea la nutrición general. Respiración.—Más que sobre la circulación, influ- yen las dosis sobre la respiración. En efecto, tres series de experiencias hechas con es- te objeto, me obligan á expresarme así, las efectuadas en perros y conejos empleando fuertes dosis y las que en mí mismo ejecuté usando las moderadas; hablaré primero de éstas. Tomé con el neumógrafo de Marey mi trazo normal, en seguida ingerí 0grT0 de psoralina y á los 20 minutos tomé un nuevo trazo; tomé otros 0glT0 de psoralina y también á los 20 minutos saqué 71 el tercer trazo; mediaron iguales condiciones para to- mar el cuarto; con estas dosis, los efectos deducidos de la lectura de los trazos (véase la fotografía IV, nú- meros 10, 11, 12 y 13) fueron les siguientes: En el trazo normal (véase fotografía IV, núm. 10) encontramos 191 respiraciones por minuto; la línea de descenso que nos representa la inspiración es recta y la mitad menor que la de ascenso que es curva y se une á la otra bruscamente formando un ángulo; la altura del trazo es de 0m008. La forma del segundo tra- zo (véase fotografía citada núm. 11) que tiene 221 res- piraciones por minuto, difiere totalmente de la nor- mal; pero si se ve con atención, se encuentra que lo que más notablemente ha variado es la longitud de la inspiración, representada por una línea recta menos oblicua que en el trazo normal; esto que indicaría que la inspiración es menos dilatada, está compensado por la longitud de la línea que es de 0In016 (en lugar de 0m010 que tiene la normal) y en realidad es más rá- pida, pues en el normal tiene una duración de 25 vi- braciones dobles del cronógrafo, mientras en el segun- do sólo dura 22. Considerando ahora la expiración, se ve que en su principio tiene una meseta casi hori- zontal, de que carece en el trazo nomal; es decir, em- pieza con mucha lentitud y hasta después de un mo- mento recupera su energía que sobrepasa á la que tiene normalmente; está representada por una línea recta y no curva; es poco oblicua, aunque tiene una longi- tud igual á la normal, y tiene otra meseta en su fin; por último, tiene menor duración que la normal. Este trazónos indica, pues, que el pulmón almacena mayor 72 cantidad de aire tanto en una revolución respirato- ria, como en la unidad de tiempo, expulsando casi la misma en cada revolución respiratoria, aunque mayor en la unidad de tiempo. Estos mismos fenómenos, más marcados, encontra- mos en los otros trazos; pero en ellos ya ha aumenta- do también la expiración, y para hacer menos cansada la descripción, pongo bajo la forma de cuadro los ca- racteres de los cuatro trazos haciéndolos más fácil- mente comparables: 73 Número del trazo. 1 Ritmo. 2 Altura (energía). Longitud de la inspiración. Longitud de la expiración. Relación de las longitudes. Duración de la inspiración. Duración de la expiración. Relación de las duraciones. 10 (normal)... 19.25 m 0.008 (1.000) m 0.010(1.0) m 0.020 (1.00) l:2.000=io 25 V. D.3 36 Y. D. 1:1.44=-J-| 11 (0*r10psor.) 22.25 0.013 (1.625) 0.016(1.6) 0.020 (1.00) 1:1.250=l| 22 Y. D. 33 Y. D. 1:1.50=10 12 (0gr20psor.) 23.50 0.015 (1.875) 1.017(1.7) 0.023 (1.15) 1:1.353=if 20 Y.D. 34 Y. D. -i o II 13 (0gr30p8or.) 21.50 0.017 (2.125) 0.018(1.8) 0.028 (1.40) 1:1.560=io 18 Y.D. 34 Y. D. l:1.89=i| 1 Véase fotografía núm. IV. 2 Número de respiraciones en un minuto. 3 Id vibraciones dobles por segundo. CUADRO N? 2. 74 Esta aceleración y exceso de energía de la respira- ción pulmonar, indica una actividad mayor de la res- piración celular, ó sea de las combustiones orgánicas; por consiguiente, supongo que la psoralina á dosis moderadas acelera la respiración y aumenta su ener- gía, tendiendo á disminuir la relación de la duración de la inspiración con la expiración é introduciendo en el pulmón mayor cantidad de oxígeno. Para hacer la experiencia con grandes cantidades hice uso de perros y conejos, y resumo en el siguiente cuadro la marcha de una experiencia: CUADRO N? 3. CONEJO DE 4 KILOGRAMOS DE PESO. HORAS. Temperaturas. Cantidad de psoralina. Número del trazo. h. m. 12. 5 p. m 12 6 39°.8 gramos. ....1 y 1'. ...0.05.... ...0.05.... 12.18 „ „ 12 22 , 39°.6 .. . 2. 12.28 ...0.05.... 12 32 39°. 1 12 40 , „ ...0.05.... 12.45 38°.9 12.50 „ ...0.05.... 12 55 38°.7 1 00 ...0.05.... co cq 1.10 1 15 38°. 5 1 25 ....5. 1 28 , 38°.5 1.30 „ ....6. 75 Desgraciadamente esta observación fué perdida, pues llamándonos mucho la atención las notabilísi- mas modificaciones de los trazos 3, 3', 4, 5 y 6 com- prendimos que el tambor conjugado de Marey, que fué el usado y que estaba al corriente al principio de la experiencia, se había desarreglado, y en efecto, así fué, pues la membrana de uno de los tambores se ha- bía roto. De manera que de aquí no podemos sacar ninguna conclusión, pues si mucho, vemos que la respiración se va haciendo menos frecuente. Repetimos la experiencia después de compuesto el aparato y el siguiente cuadro da cuenta de su mar- cha: CUADRO N? 4. CONEJO DE 3 KILOGRAMOS DE PESO. HORAS. Temperaturas. Cantidad de psoralina. Número del trazo. Observaciones. | h. m. gramos. 12.15 p. m... ..39°.7.. ..0.05... 1, V y 1" Temperaturas y tra- 12.30 ., ..39°.2.. ..0.05... 2 12.37 „ „ ... 2' 12.42 „ „... 9" 12.45 .. „... ,.39°.0.. ..0.05... 12.54 ., ... 3 loo ;; ..38°.6.. ..0.05... 4 Depresión. 1.6,, , ... 4' T)p,pi’fisinn 1.15 „ ..38°.9.. ..0.05... Depresión. 1.25 ,, ,,... ..38°.7.. 4" 1.30 „ ,. ... 5 4.35 ,, ,,... ..38°-9.. 4.50 ., ,,... 6, 6' y 6" 5.00 ” ”... ..39°. 6.. 76 Los trazos 1 y V son normales y aunque difieren un poco, depende de la colocación del tambor, pues se sacó el núm. 1 y viendo que estaba poco enérgico, se colocó el aparato en mejor posición sacando el V; des- de este momento no cambiaron ya las condiciones; el el núm. 1", se tomó inmediatamente después de pues- ta la primera inyección. En estos trazos se nota desde el núm. 2 menor fre- cuencia; los 2, 2' y 6 tienen además más extensión; el animal hacía más profundas sus respiraciones; lo más notable en los demás es la irregularidad; pero no me detendré á axaminar con minuciosidad los detalles de estos trazos por la consideración de que el conejo vo- luntariamente y sin estar bajo la influencia de ningu- na substancia, modifica notablemente su respiración de un momento á otro y que hubiéramos debido para quitar la influencia de la voluntad, narcotizarlo em- briagándolo con alcohol; de manera que hicimos otras experiencias empleando perros, de las que sólo citaré una que fué enteramente satisfactoria y concluyente: se hizo con un perro pequeño de 5 kilogramos de peso al que se inyectaron 0gr 05 de clorhidrato de morfina y cuando estuvo dormido, se le colocó sobre el epi- gastrio el tambor de Paul Bert para ver las variacio- nes que sufrían los movimientos del esternón y el tam- bor doble de Marev en los flancos; como á pesar déla morfina, siempre se quejaba, cada grito está represen- tado por una longitud exagerada del trazo dado por el tambor de P. Bert, á pesar de lo que se hacen bien notables las diferencias, prescindiendo por su- puesto de las respiraciones modificadas por el grito. 77 El siguiente cuadro resume la marcha de la expe- riencia: CUADRO N? 5. PERRO DE 5 KILÓGRAMOS DE PESO. HORAS. Temperaturas. Cantidad de psoralina. Número de los trazos. h. m. 11.40 n.. ni gramos. ..ly l'.1 11.45 ,, . 37°.7 ...0.05.... 11.55 ..2 y 2'. 12.00 37°. 1 ...0.05.... 12. 7 p. ni ..3 y 3'. 12.15 , 36°.6 ...0.05.... 12.25 ..4 y 4'. 12.30 , 36°.0 12.35 ,, ,, ...0.10.... 12.40 „ , ..5 y 5'. 12.45 35°.7 1 Véase la fotografía número VI. Los números marcados con ' corres- ponden al tambor doble de Marey y los otros al de P. Bert. Examinemos ahora los caracteres de los trazos (véa- se la fotografía núm. VI), considerando primero los obtenidos con el tambor de Paul Bert: en el normal, encontramos la inspiración representada por una lí- nea recta, ligeramente oblicua, que bruscamente em- pieza y bruscamente acaba; es decir, esta línea que es la de descenso, está separada por dos ángulos de la de ascenso que representa la expiración; ésta princi- pia por un pequeño gancho que es continuado por una línea horizontal bastante prolongada y !a verdadera línea de ascenso está representada por una recta obli- 78 cua casi igual en longitud á la linea de ascenso, igual- mente inclinada aunque en sentido contrario, termi- nándose el trazo por una meseta horizontal. En el trazo 2 notamos desde luego que tienden á desapare- cer los vértices, menos el que une la línea de descen- so con la de ascenso siguiente; se nota también que se pronuncia más el gancho inicial de la inspiración, y si la elevación general del trazo es la misma, no lo es la de cada una de sus partes: la línea de descenso em- pieza á hacerse curva, deja de unirse á la otra por ángulos y se inclina un poco más; la de ascenso se ha- ce en dos tiempos, como en el trazo normal, pero son más pronunciados, es decir, el gancho inicial sube más y la verdadera línea de ascenso es menos larga; además la meseta horizontal es reemplazada por una curva. En los trazos 3 y 4, difíciles de leer, pues durante casi todos ellos, estuvo gritando el animal, se hacen más pronunciados estos fenómenos y lo único notable es la mayor abertura del ángulo formado por la unión de las líneas de ascenso y descenso. En el trazo 5, se marcan más aún estos fenómenos y lo que llama la atención, es la irregularidad. Veamos ahora lo que se observa en los obtenidos con el tambor conjugado de Marey: El normal (1') no presenta ninguna línea horizontal; esto es, los flan- cos no dejan de moverse durante la respiración. Com- parando con éste, los demás (2', 3', 4' y 5') notamos: l9 mayor amplitud, lo que trae como consecuencia menor frecuencia (cosa que se observa también en los 2, 3, 4 y 5), de 23 respiraciones en los normales, si- guiendo sucesivamente 21, 20, 16 y 14; 29 menor 79 energía: siendo la altura del normal 0.m007, los otros tienen 0.ra006, 0.m006, 0.In005 y 0.m0045; 3? menor longitud de la línea de descenso cuyas dimensiones son 0.m0085, G.m0080, 0.m0065, 0m0065 y 0.m0070; 49 mayor longitud de la de ascenso que de 0.m015 sube á 0.m016, 0.ra018, 0.m023 y 0.m026; 59 constrancia en la duración de la inspiración que es de 13 vibraciones dobles del cronógrafo que produce 16 por segundo; 69 mayor duración de la expiración, de 26 V. D. sube á 31, 37, 47 y 55; 79 cierta irregularidad poco notable en el 2'; 89 y último, variación de la forma debido en su mayor parte á modificaciones de la expiración, pues la línea de la inspiración sólo varía en tamaño, con- servando su forma y duración: apreciaciones que se harán más perceptibles en el siguiente cuadro com- parativo: 80 Número del trazo. 1 Ritmo. *2 Altura (energía). Longitud de la inspiración. Longitud de la expiración. Relación de las longitudes. Duración de la inspiración. Duración de la expiración. 3 Relación de las duraciones. 1' (normal) 23—1.000. m 0.007-1.000. m 0.0085-1.000. 0.015-1.000. 1:1.765=i§-1.000. 13 V. D.3 26 V. D.—1.000. 1:2.000=48-1.000. 2' (OgrOó psoralina). 21-0.913. 0.006—0.857. 0.0080-0.941. 0.016-1.067. 1:2.000=48 -0.900. 13 V. D. 31 V. D.—1.192. 1:2.385=48—0.833. 3' (0?rl0 psoralina). 20-0.869. 0.006-0.857. 0.0065—0.765. 0.018-1.200. 1:2.738=J?—0.667. 13 V. D. 37 V. D.—1.423. 1:2.846=48—0.714. 4' (0grl5 psoralina). 16-0.696. 0.005-0.714. 0.0065-0.765. 0.023-1.533. 1:3.538=48 —0.514. 13 V. D. 47 V. D.—1.808. 1:3.615=48-0.555. 5' (0«r25psoralina). 14—0.609. 0.0045-0.643. 0.0070-0.823. 0.026-1.733. 1:3.714=J?—0.486. 13 Y. D. 55 V. D.-2.115. 1:4.231=48-0.476. 1 Véase la fotografía núm. VI. 2 Número de respiraciones en un minuto. 3 16 vibraciones dobles por segundo. PERRO DE 5 KILOGRAMOS DE PESO. CUADRO N? 6. 81 Si ahora hacemos una comparación entre este cua- dro y el núm. 2, veremos que son enteramente con- trarios; en efecto, en aquél como en éste, se altera el ritmo, pero en sentido contrario: aumenta poco en el primero y disminuye mucho en el segundo; igual cosa pasa con la energía: aumenta notablemente en el primero y disminuye bastante en el segundo; lo que quiere decir, que la necesidad de aire es más frecuen- te en el primero y menos en el segundo, y la cantidad de aire introducida durante una revolución respirato- ria aumenta en aquél y disminuye en éste. En el pri- mero, la inspiración va haciéndose de menor duración y de mayor longitud, lo que indica que en la unidad de tiempo entra más aire al pulmón; en el segundo al contrario, su duración es constante, pero su longitud disminuye, lo que quiere decir que disminuye la can- tidad de aire que en la unidad de tiempo penetra al pulmón. La expiración sufre variaciones idénticas en ambos cuadros en cuanto á la lonitud que aumenta, pero no en cuanto á la duración que disminuye lige- ramente en el primero, aumentando notablemente en el segundo; en éste es pues visible que hay exceso de aire expirado, porque aumenta tanto la duración como la longitud de la línea de ascenso, y un cálculo aproxi- mado de los volúmenes hecho con los datos sumi- nistrados en el cuadro anterior, demuestra que tam- bién en esa experiencia fué mayor la cantidad de aire expirado. Ahora, la lectura de los trazos resumidos en el úl- timo cuadro, nos prueba que, bajo la influencia de las grandes dosis, se produce menor número de respira- 82 ciones, siendo éstas menos enérgicas y disminuyendo en cada una de ellas las relaciones de la longitud y de la duración de la inspiración con la expiración; todo lo cual puede expresarse en pocas palabras diciendo que hay menos necesidad de respirar. Para terminar lo que se refiere á la respiración, re- sumiré todo lo dicho en las siguientes proposiciones: Ia Las pequeñas dosis (0gr005 á 0gr05) no tienen grande influencia sobre la respiración. 2a Una dosis moderada (0gr10 á lgr00) produce la exageración de la inspiración y la aceleración de las respiraciones. 3a La grandes dosis (más de lgr'50), obran al con- trario, disminuyendo la energía de la inspiración, aumentando la de la expiración y disminuyendo su frecuencia. 4a Las pequeñas dosis repetidas, obran al principio excitando la respiración y después deprimiéndola. Calorificación.—Esta parte del estudio fisiológico de la psoralina es el más importante sin duda, puesto que de ella depende su aplicación, y así aunque de- searía solamente indicar los resultados á que se ha llegado, se me permitirá entrar en algunos detalles, pues creo que su conocimiento influye demasiado en el porvenir de la nueva substancia, por traer el con- vencimiento de su utilidad; advirtiendo que en este artículo no haré más que reproducir el excelente es- tudio del Dr. M. Toussaint1 sobre la acción antitér- mica de la substancia que nos ocupa, agregando algu- nas observaciones que me parecen deducirse de mis experiencias. 1 Véase “El Estudio” T. IV, n? 11, pág. 462. 83 “El estudio de la influencia que una substancia tiene sobre la temperatura orgánica, es un estudio compli- cado, pues que siendo dicha temperatura el resultado de varios factores, hay que ver la acción que ejerce so- bre cada uno de ellos y sobre todos en conjunto. “Como es sabido, los animales de sangre caliente tienen la particularidad de mantener en su organismo una temperatura constante cualesquieran que sean las variaciones de la temperatura ambiente. Cuando el aire exterior esté frió, el animal tendrá que producir mayor cantidad de calor ó que conservar el que pro- duce para no enfriarse, y lo contrario sucederá cuan- do esté el aire en líente, es decir, que el animal tiene que regularizar y de hecho regulariza el calor de su cuerpo, según las variaciones atmosféricas. Entre el calor que se produce en los tejidos y el que se pierde por la superficie, queda como resultante la tempera- tura del organismo; los medios de que éste dispone para regularizarla, tienen que ser de dos clases, unos que obren sobre la pérdida del calor y otros que obren sobre la producción de él. “Las pérdidas de calor en el hombre y en la mayor parte de los animales se verifican por la piel, por los pulmones, por las secreciones y por las excreciones. 15 n el primero las pérdidas en 24 horas expresadas en calorías por 100, son: “Piel 1 87.50 Pulmones 10.70 Secreta y excreta 1.80 100.00 1 No hay que confundir estas cantidades con las pérdidas absolutas en 24 horas que son en calorías: Piel 2,187.00 Pulmones 266 00 Secreta y excreta 47.00 84 “Es decir, que casi toda la pérdida se hace por la superficie cutánea y la superficie pulmonar. En la piel los dos factores principales del enfriamiento son la irradiación y la evaporación cutáneas; en los pul- mones, la calefacción del aire inspirado y la evapora- ción pulmonar. “Además de las variaciones puramente de orden físico sobre las que el organismo sólo tiene alcance de un modo indirecto, el agente principal con que este cuenta para regularizar dichas pérdidas, es el sistema vascular nervioso de esas superficies. Desde las me- morables experiencias de Cl. Bernard 1 acerca de la sección del simpático cervical en el conejo y los tras- tornos térmicos consecutivos de la oreja correspon- diente, quedó definitivamente probada la influencia del sistema nervioso sobre la pérdida del calor por intermedio de la dilatación ó estrechamiento de los vasos; Tseheschichin 2 demostró posteriormente que la sección de la médula alargada abajo de la protube- rancia daba lugar á una elevación muy considerable de la temperatura, y de sus experiencias dedujo que en el cerebro debía existir un centro moderador de la distribución del calor. Pocos años después Heiden- liain 3 comunicó en los archivos de Pflueger los resul- tados de una serie de trabajos verificados por dos de sus discípulos, Bruck y Guenter, acerca del mismo asunto. Según él, la elevación de la temperatura se observa con más seguridad después de la punción del cerebro que de la sección de la médula y cada nueva 1 Cl. Bernard. Rech. sur le grand sympath. 1886. 2 Tseheschichin. Arch. für Anatomieund Physiologle. 1886. 3 Pflueger’s Archiy. 1870, III Bd. punción determina un nuevo ascenso. Heidenhain no creyó que los fenómenos térmicos observados debie- ran explicarse, como lo había hecho Tscheschichin, por supresión ó parálisis de un centro moderador, sino más bien como la consecuencia de excitaciones de cen- tros productores ó termogenéticos. Schreiber 1 en 1874 obtuvo, operando en conejos, los mismos resultados que Bruck y Guenter. Wood, 2 que pudo notar en los perros los mismos trastornos, volvió á emitir la idea de los centros moderadores. Ch. Richet3 y casi al mismo tiempo Ott, 4 demostraron que en el cerebro del conejo existe cerca del cuerpo opto-estriado un lugar cuya función trae consigo un ascenso de la tempera- tura. Aronsohn y Sachs, 5 Girard 6 y otros observado- res han llegado á resultados iguales, y la existencia de centros térmicos reguladores en el cerebro es un hecho generalmente aceptado. “Es curioso que entre tantos experimentadores tan pocos se hayan ocupado en determinar por medio de la calorimetría el mecanismo de la elevación de tem- peratura consecutiva á las irritaciones cerebrales. Ott, que es uno de estos últimos, deduce de sus experien- cias calorimétricas, que no es posible deducir si se trata de una diminución en la pérdida ó de un au- mento en la producción del calor. Sólo en un reciente é interesante trabajo de Gottlieb 7 en los archivos de Farmacología de Xaunyn, se encuentra la siguiente 85 1 Schreiber Pflueger’s Archiv. 1874, Vlil Bd. 2 H. C. Wood, On fever, Phyl. 1880. 3 Ch. Richet Comptes rendu-1, 1884-1885, Arch. de Physiologie 1885. 4 Isaac Ott. Journal of nervous and mental diseases 1884, vol.Xi. 5 Aronsohn und Sachs Pflueger’s, Archiv. 1885, XXXVII Bd. 6 H. Girard Archives de Physiologie, 1886-1888, XXVIII Bd. 7 H. Gottlieb, Archiv. fuer experimentelle Pathologie und Pharmakologie,1891. 86 frase: “Bajo el punto de vista calorimétrico, la eleva- ción de temperatura consecutiva á la función cerebral se presenta como un trastorno de la regulación del calor, en que la pérdida se encuentra considerable- mente disminuida, pero la producción también poste- riormente se baila aumentada.” “Así pues, en el estado actual de la Fisiología, no se puede decir cuáles son los límites del aparato regu- lador de las pérdidas térmicas. “Por lo que hace á la producción se había creído que era invariable, hasta que Liebermeister 1 demos- tró que cuando se substraen algunos grados de calor al cuerpo humano sumergiéndolo en agua fría, la tem- peratura central no baja, sino que en algunos casos puede aun elevarse. Este autor hizo ver por sus estu- dios calorimétricos que la cantidad de calor que pier- de el organismo por la inmersión en agua fría es enor- me y que para compensarla la producción tiene que ser también considerable; existiendo, en consecuencia, un aparato regulador de esa producción. Los trabajos antes citados de Aronsohn y Sachs, Grottlieb, etc., nos enseñan que este aparato tiene tan estrecha relación con el de la pérdida, que su exploración aislada es por ahora casi imposible. “Si la investigación del funcionamiento de los dos principales factores del calor animal considerados se- paradamente es casi impracticable, esto no impide averiguar la acción que los medicamentos tienen so- bre cada uno de ellos. En efecto, la misma calorime- tría nos ofrece un medio seguro para determinar las 1 Liebermeister.—Deutsche Klinik, 1859, Ni 40. 87 cantidades de calor perdidas y si se tiene cuidado de orientarse respecto á la producción por medio de la temperatura rectal, se puede sacar por diferencia en- tre los resultados del animal sano y del intoxicado el efecto de la substancia. Las experiencias citadas más adelante hacen esto más comprensible. Este mé- todo de experimentación, que es del que Gottlieb 1 se ha servido recientemente para estudiar la acción de la antipirina, de la quinina y otras substancias, presenta suficiente exactitud para las apreciaciones relativas al asunto en cuestión; sin embargo, podría completarse por la determinación de la urea y del ácido carbónico producidos por el animal en observa- ción. El poco tiempo con que relativamente he contado y la escasez de la substancia que no me ha permitido hacer las experiencias tan numerosas como hubiera deseado, me privan por ahora de esos datos; por for- tuna no son absolutamente indispensables. “El calorímetro de que me he servido es el com- pensador de d’Arsonval con las modificaciones reque- ridas para el caso (Véase la fotografía VII). “Los dos cilindros Ay B tienen el espacio limita- do por su doble pared en comunicación por medio de un tubo C, respectivamente con cada una de las ra- mas de un manómetro diferencial de petróleo D, que- dando cada uno de ellos en las condiciones de un ter- mómetro de aire. El tubo F tiene un termómetro para estimar la temperatura del aire que sale del calorí- metro y está en comunicación con un aparato de as- piración H, estando intermedio entre ambos un con- 1 Gottlieb. R. Calorimetrlsche Untersuchungen über Chinin und Antipyrin, Arch. f. exp. Path. n. Pharm, 1891, XXVIIL Bd. 88 tador de gas K. Un termómetro I, que se encuentra entre las ramas del manómetro, indica las variacio- nes de la temperatura ambiente durante el curso de la experiencia. La graduación del manómetro por ca- lorías se ha hecho de la manera que sigue: Un cubo de metal que contiene un kilogramo de agua caliente á 45 ó 50 grados es introducido en el calorímetro; la columna manométrica marca desde luego una diferen- cia de nivel que aparece más ó menos pronto, según la diferencia que hay entre la temperatura del cubo V la ambiente. Se espera hasta que la columna del ma- nómetro quede estacionaria y desde este momento se cuenta el tiempo que dilata en bajar un grado la tem- peratura del agua del cubo, lo que se aprecia por me- dio de un pequeño termómetro que se sumerge en el líquido. Se hace después el cálculo conforme á la pe- queña caloría, es decir, al gramo-grado y se obtiene la relación entre ésta y las divisiones de la escala ma- nométrica. Después de varias observaciones encontra- mos que una gran caloría sostiene una columna de 65 milímetros durante 10 minutos, lo que da, haciendo el cálculo antes dicho, 153.8 pequeñas calorías por ca- da 10 milímetros durante el mismo tiempo. ‘‘Antes de proceder á las experiencias calorimétricas quise, como era natural, ver si la substancia modifi- caba la temperatura normal; para esto fué aplicada la psoralina por las vías gástrica, hipodérmica é intra- venosa á varios animales; el resultado fué poco sensi- ble; la temperatura no varía ó baja sólo algunos déci- mos de grado. El mecanismo de este descenso parece ser por diminución de las combustiones orgánicas como lo demuestra la siguiente observación: 89 FECHA. HORAS. Manómetro. Calorías por hora. Temperatura en el recto. OBSERVACIONES. — Abril 29 10.40' 39.°1 10.44' Se pone en el calorímetro. Se le hacen ingerir 0.gr10 de sulfato de psoralina. Se le pone en el calorímetro. )> 5) ‘ )J 11.25' 11.30' 105 rail. 9691.8 39.°0 12.18' 38.°5 J) 5> 12.35' 12.40' 95 mil. 8769. 38.°7 )> 5? Se suspende la experiencia. Se pone en el calorímetro. 3.30' 38.°7 )J >5 )> 5) 4.00 4.05' 105 mil. 9691.8 30.°0 j, j, ...... Temperatura al principiar la experiencia 19°c. (ambiente). „ „ concluir „ „ 22°c. „ PERRO CHICO DE 3600 GRAMOS I)E PESO. CUAD.RO N? 7. 90 “Se ve que el descenso ha sido O.oO de grado y que con él coincide una diminución del calor perdido equivalente á 922.8 calorías, lo que sólo es explicable por una producción menor. Liebermeister 1 ha insis- tido sobre la dificultad que hay para romper ese equi- librio y estrecha relación que hay entre el aparato que preside á la producción y el que dirige la pér- dida. Si la primera disminuye, la segunda tiende á seguirle, á menos que la causa del trastorno sea su- mamente enérgica, y si por el contrario aumenta, tam- bién á la otra se le ve aumentar con notable tenacidad. Esto último es lo que sucede en la fiebre, y de ahí es que dicho autor la haya definido con la siguiente fra- se: “un trastorno general en el que el equilibrio tér- mico ha sido trasladado á un punto más alto.” “Aun cuando las aplicaciones que se han hecho de la psoralina en el hombre se refieren especialmente á las intermitentes, la circunstancia de que en los ani- males más usados para la experimentación no sean conocidos trastornos producidos por el plaudismo, ha- cía necesario valerse de otro medio para estudiar su acción sobre la calentura. La punción del cerebro co- mo lo lian propuesto Aronshon y Sachs se ofrecía como un recurso, y como por otra parte hay alguno 2 que dice no haber obtenido los mismos resultados, había que cerciorarse de la eficacia del método. Por ser es- to una cuestión de actualidad, y por tener importan- cia capital para la Fisiología, séame permitido entrar en algunos detalles á este respecto. 1 Liebermeister, Handbuch d. Pathologie und Therapie des Fiebers. 2 Mosso U. Archivo f. exp. Pathologie n. Farmakologie, 1890, XXVI Bd. 91 “El procedimiento operatorio es en sí bastante sen- cillo, consiste en hacer una trepanación en el ángulo formado por las suturas sagital y fronto—parietal y puncionar por él con una varilla de 3 milímetros de diámetro, llegando hasta la base del cráneo. A ese nivel se irrita seguramente la cabeza del núcleo cau- dado, y probablemente se le interesa en parte. Es inútil casi advertir que la operación debe practicarse con todos los cuidados de la antisepsis. Al cabo de una hora ó dos se ve ascender la temperatura, eleván- dose un grado, grado y medio y aún más. Los expe- rimentadores han operado principalmente en el cone- jo (Aronsohn y Sachs, Gottlieb). Mosso, 1 que ha ex- perimentado en el perro, ha obtenido resultados muy variables, si bien es de notarse que los traumatismos producidos por dicho autor han sido considerables. Nosotros hemos hecho nuestras observaciones, tanto en conejos como en perros, y hemos podido compro- bar la elevación de temperatura en los segundos, si bien no con la seguridad que en los primeros. Las si- guientes observaciones dan una idea de las variacio- nes térmicas de los animales en nuestros experimen- tos: 1 Mosso loe. cit. 92 CUADRO N? 8. PERRO DE 7500 GRAMOS DE PESO. FECHA. HOHAS. Temperatura en el recto. OBSERVACIONES. Febrero 17 11.00 39.°1 99 99 11.45' Trepanación y punción. 12.57' 38.°0 3.45' 40.° 1 4.45' 40.°5 5.45' 40.° 1 99 99 * 6.44' 40.°2 CUADRO N? 9. CONEJO DE 3000 GRAMOS DE PESO. FECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSERVACIOKES. Febrero 16 5) 5) 55 5? 55 55 n 55 55 55 5) 55 55 5 5 5 5 5 5 55 55 9.00 9.45' 11.05' 11.30' 12.05' 12.30' 2.40' 3.15' 4.00 5.00 38.°5 37. 38. 39. 39. 40. 39.°8 39.°6 39.°5 Trepanación y punción. 93 CUADRO N? 10. PERRO DE 7500 GRAMOS DE PESO. FECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSERVACXONJBS. Febrero 18 5) 95 5? )í J5 5? 5> 5) n n n 11.00 11.04' 12.15' 1.15' 4.35' 5.20' 6.10' 38. °2 37.° 37.°5 40.° 40.° 39. °9 Trepanación y punción. “Se nota que después de la operación hay un des- censo, alguna veces imperceptible, y que la tempera- tura se eleva después gradualmente, manteniéndose con oscilaciones en un grado alto. Debo advertir que la trepanación practicada sobre la misma sutura coro- nal, es la que ha producido con más seguridad la fie- bre artificial, y que las elevaciones nunca han sido tan grandes como en las experiencias de Grottlieb. “Una vez convencido de que efectivamente existe en el cerebro del conejo un lugar en la cercanía del Nucleus cursorius de Nothnagel, 1 cuya irritación da lugar á una hipertermia, hice la aplicación de la pso- ralina á los animales puestos en esas condiciones. Re- pito que las cantidades pequeñísimas con que gradual- mente iba yo contando, no me permitieron forzar la dosis cuando era necesario. He aquí una observación que muestra la acción de la substancia: 1 Uno de los conejos presentó después de la operación, durante algunos momen- tos, rápidos movimientos de proyección en la pata del mismo lado. 94 CUADRO N? 11. CONEJO DE 2000 GRAMOS DE PESO. PECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSERVACIOITES. Marzo 5 ... 10.00 39.° Se le practica la trepanación y punción cere- bral. 77 77 ••• 10.30' 38.°2 5? 7? ••• 10.40' 38.°6 77 75 •* * 11.00 39.°6 77 77 ••• 11.30' 12.00 40.°2 40.°5 Un centímetro cúbico de agua caliente saturada 77 77 **• de psoralina se inyecta en la vena de la oreja. 77 7 12.25' 40.° 7 7 7 7 12.30' Nueva inyección. 7 7 7 7 *' • 12.40' 39.°8 7? 7? 12.45' Nueva inyección. j) r> ••• 1.00 39.°6 n ••• 3.28' 40.°2 “Puede observarse que por las inyecciones repeti- das se abatió la temperatura casi un grado, si bien las dosis fueron muy pequeñas; pero dichas inyecciones tuvieron que hacerse con solución lo más caliente que los animales pudieron tolerarlas, y utilizando la vía venosa, pues la notable insolubilidad de la psoralina hace que su absorción por el tejido celular sea nula. Véase una experiencia en que el efecto antitérmico no se manifestó por este motivo: 95 CUADRO N? 12. CONEJO DE 2500 GRAMOS DE PESO. FECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSERVACIONES. Abril 6 9.30' 38.°9 >> 5) 9.35' Se le trepana y punciona el cerebro. )) ,, • ••-• 10.05' 38.°2 Al acabar la operación. 10.40' 38.°5 11.03' 38.°9 11.30' 39.°2 12.05' 39.°6 12.30' 40.° 1.00 40.°2 5) 5? •••••• 1.10' Inyección hip. de 0.gr04 de psoralina. 4.15' 41.°4 5.07' 41.° 6.00 41.° ?? )J 7.00 41.°8 “Un recurso que se puede aprovechar también para elevar la temperatura de los animales y estudiar la acción de los antipiréticos, es la inyección de algunas toxinas, recurso que tiene sobre la punción cerebral la ventaja de produdir una fiebre real. Zuntz hizo ver que si se inyecta á un conejo una maceración de heno ñltrada y esterilizada, se le produce con seguri- dad una calentura que en algunos casos es demasiado intensa. Queriendo utilizar el medio tuve ocasión de observar un hecho que me parece del mayor interés, es que además del heno hay otras plantas que aban- donadas á la maceración hasta que se formen abun- dantes bacterias, filtrada después y esterilizado el lí- quido de filtración se tiene en él un poderoso pirético. 96 Por el examen microscópico de la maceración se ve que el bacillus subtilis está en minoría. El interés que encuentro en este hecho, es que contribuye á afirmar la idea de que las bacterias son patogéneas ó no, se- gún el suelo donde se desarrollan, ó según que tengan más ó menos elementos, de donde forman sus toxinas. Sería interesante cultivar en otros líquidos las bacte- rias que se desarrollan en esas maceraciones y exami- nar sus propidades. Volviendo á nuestras experiencias con la psoralina, diré que la maceración de que me he servido ha sido hecha con el heno del país y filtrada después en el fil- tro de porcelana. Este líquido ha sido inyectado bajo la piel ó en las venas; después ha sido administrada la psoralina. Las dos observaciones siguientes dan idea de la marcha de los fenómenos: CUADRO N? 13. CONEJO DE 1460 GRAMOS DE PESO. Elevación de la temperatura por toxinas Descenso por la psoralina. FECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSERVACIONES. Abril 23 7 3«' 30° 2 7.48/ 2 c c. de maceración de heno inyectados en la vena. n n 8.30' 40° 6 n n * 9.30' 40°. 8 H 1' 10 00 41°.2 10.15' 10 20' 41° >» M 11.00 41°.2 11 05' Se hace ingerir 0.gr04 de psoralina. 11.30' 40° 8 12.04' 40°. 5 12.30' 40°. 6 7» 11 1.00 40°. 8 3.30' 40°.8 4 00 41°. 11 1! 4.30' 41°. 97 CUADRO N? 14. CONEJO DE 1750 GRAMOS DE PESO. FECHA. HORAS. Temperatura en el recto. OBSEBVACIOITES. Abril 27 8.30' 39°.6 8.45' 1p inypptan pd ln vpnn Hp la nrpja * t* o ceración de heno filtrada en porcelana. 9 10' 39° 8 7» 7» 9.28' 40°. 7 7 7 7 9.50' 40°. ,, ,, 10.23' 40°. 3 10 40' 40°. 3 7 7 7 7 11.30' 40°. 8 12.10' la vena. 12.25' 40°. 2 77 77 •••••• 12.35' 39°.9 2.15' 40°. 1 7 7 7 7 3.25' 40°. 1 4.20' 40°. 4 7 7 7 7 5.00 40°. 6 5.30' 40°. 6 7 7 7 7 6.00 40°. 4 “Los descensos como puede verse, no son exagera- dos, pero son bien apreciables; es seguro que con can- tidades mayores hubieran sido más marcados. Tene- mos, por consiguiente, derecho para afirmar que la psoralina produce sus efectos antipiréticos en las fie- bres ocasionadas por toxinas. “Restaba sólo determinar sobre cuál de los factores del calor animal obraba en este último caso la psora- lina. Para ello puse en práctica las experiencias calo- rimétricas, de las que, para abreviar, sólo citaré la que consta en la siguiente observación: 98 PECHA. HORAS. Manómetro. Calorías. Temperatura en el recto. OBSERVACIONES. Abril 27 7.40' 7.45' 8.20' 9.10' 10.24' 11.15' 11.20' 11.50' 2.10' 2.20' 3.20' 3.22' 4.05' 4.15' 8.10' 37°.2 Se le pone en el calorímetro. 0gr.04 de maceración de heno (filtrada en porcelana) bajo la piel. Se le pone en el calorímetro. Se suspende la experiencia. Se le hacen ingerir 0sr04 de psoralina. Se le pone en el calorímetro. 37°.6 37°.5 39°. 75 mil 3459 1 39°.l 38°.6 105 mil 6944 2 39°.2 71 mil 2767 3 Temperatura al principio de la experiencia 16° (ambiente). „ „ fin „ „ 22°5 PERRO CHICO DE 2500 ORAMOS DE PESO. CUADRO N? 15. 1 6561 calorías por hora. 2 6921 „ „ „ 2 9691 99 “Por ella se ve que la columna del manómetro su- bió por la administración de psoralina de 75 á 105 milímetros, lo que quiere decir que el conejo perdía en esos momentos 8538 calorías más de lo que antes por hora. No obstante eso, el aumento en la produc- ción ocasionado por las toxinas era tan grande que la temperatura rectal solamente bajó 5 décimos de grado. “Para terminar formularé en algunas proposiciones lo que creo se desprende de las experiencias ante- riores. “I9 La psoralina no abate la temperatura normal usada en dosis pequeñas. “29 Abate la hipertermia ocasionada por la pun- ción cerebral. “39 Hace bajar la temperatura en la fiebre produ- cida por toxinas. “49 Obra principalmente aumentando la pérdida de calor. “Si se me preguntara en qué grupo farmacológico debiera colocarse, diría que en el grupo de la antipi- rina.” Hasta aquí el bien acabado trabajo del Dr. Tous- saint, que no podría encomiar lo suficiente, pues todo elogio en su favor, no haría sino opacar su verdadero mérito, y por esto mismo, siento infinito no estar de acuerdo con él en todos sus puntos, pues me parece que la primera conclusión no debe existir y que se necesitan explicaciones acerca de la absorción por la vía hipodérmica y respecto del grupo farmacológico en que debe colocarse la substancia; pero antes de fundar mi opinión, creo conveniente citar otras obser- 100 vaciones del mismo Sr. Toussaint, en que se demues- tra la idea que en su trabajo asienta, de que aumen- tando la dosis los efectos serían más marcados. Estas observaciones, tomadas del estudio del Sr. Govantes, sobre la acción terapéutica de la psoralina, 1 son las siguientes: I “A un conejo se le toma la temperatura en el recto, se ve que tiene 38°.8. Se le eleva en seguida artificial- mente (por irritación de los centros cerebrales) la temperatura, llegando á observarse en él hasta 40°.5. Se le hace entonces una inyección en la vena de la oreja, de un centímetro cúbico de solución acuosa sa- turada de clorhidrato de psoralina, y se nota á los 5 minutos que la temperatura ha bajado 5 décimos de grado. Se le siguen haciendo nuevas inyecciones, cada 5 minutos una, lográndose hacer bajar la temperatura hasta 38°.6, es decir, 2 décimos abajo de la normal en el conejo en observación. Suspendiendo las inyeccio- nes, se ve la temperatura volver á elevarse. II “En un conejo de 2 kilogramos de peso y cuya tem- peratura en el recto es 38°.5, se le eleva ésta artificial- mente (irritación de los centros cerebrales) hasta 40°.2. Después de repetidas inyecciones de clorhidrato de psoralina, la temperatura baja hasta 38°.4. Se sus- penden las inyecciones y la temperatura vuelve á ele- varse, bajando otra vez que se le hacen de nuevo. 1 Véase “El Estudio” T. IV, núm, 9, pág. 332. 101 III “A un conejo que á causa de la extirpación del ri- ñón, se había elevado su temperatura de 38°.4 á 39°.8 se le practica una inyección venosa de 1 centímetro cúbico de solución acuosa saturada de clorhidrato de psoralina; la temperatura baja 4 décimos. Se le siguen haciendo nuevas inyecciones durante el resto del día. La temperatura baja hasta 38°.5. Al día siguiente, 39°.6. La temperatura no volvió á elevarse más allá de 38°.6. El animal se conserva bien.” Dije que la primera conclusión en mi concepto no debía existir; en efecto, ignoro por qué el Sr. Tous- saint la asentó, pues en la experiencia que pone de ejemplo bajó la temperatura medio grado y este aba- timiento dependió de menor producción de calor (véa- se el cuadro núm. 7); puede ser que en otras experien- cias le haya parecido convencerse de la falta de efecto de la psoralina sobre la temperatura normal y creo que puede explicarse esto por la poca solubilidad de la psoralina, como él mismo lo dice, pues generalmente empleaba en sus experiencias agua saturada de subs- tancia é inyectaba unos cuantos centímetros cúbicos; que se recuerde 1 que el agua hirviendo (es decir á 93°c.) disuelve solamente 1 por 2500, es decir, que ca- da centímetro cúbico contiene 0gr0004, y como no era posible usar el agua á esa temperatura, sino cuando más á 40°, todavía inyectara cantidades menores, pues á 45° el agua disuelve 1 por 4000 ó sea en cada centímetro cúbico 0gr00025; á pesar de estas cantidades 1 Véase pág. 38. 102 que no sólo son pequeñas, sino infinitesimales, obtuvo el descenso de algunos décimos de grado, tanto en las temperaturas normales como en las patológicas, lo que prueba, como antes he dicho, que la psoralina obra á muy pequeñas dosis; que sus efectos son tal vez más marcados en las temperaturas patológicas que en las normales, es perfectamente admisible, pues que con dosis semejantes se abaten siempre las anor- males y no siempre las fisiológicas; pero que abate también éstas, y en mi concepto, también siempre (si se emplea dosis suficiente aunque pequeña), es ente- ramente evidente; en efecto, todos los animales que yo usé en mis experiencias estaban sanos y por lo mis- mo tenían temperaturas normales y véanse todas mis observaciones: no hay una en que la temperatura no haya bajado y mucho; en la pág. 63 cito una expe- riencia que me sirvió para valuar el equivalente tóxi- co y en ella puede verse que con de psoralina para 665 grs. de conejo bajó la temperatura en me- nos de una hora más de 3o; en la pág. 74, el cua- dro núm. 3 resume la marcha de otra experiencia he- cha con el objeto de averiguar la acción de la psora- lina sobre la respiración y en él consta que 0gr-30 de psoralina para 4 kilogramos de conejo abatieron 1°.3 la temperatura normal en hora y 20 minutos; el cua- dro núm. 4 demuestra que 0gr25 de psoralina para 3 kilogramos de conejo, abatieron Io la temperatura en hora 10 minutos; en la pág. 77 se ve otro cuadro (núm. 5) en el que se ve que 0gr20 de psoralina para 5 kilo- gramos de perro bajaron en hora y 5 minutos 2o la temperatura normal; cuando he experimentado en mí 103 mismo he estado sano y siempre ha bajado mi tempe- ratura y con muy pequeñas dosis, pues con úna in- yección hipodérmica que contenía medio centigramo de psoralina bajó la temperatura, en una hora, grado y medio (esta experiencia, hecha con el objeto de ver las ventajas é inconvenientes de las inyecciones hipo- dérmicas, fué presenciada por el Sr. E. Armendáriz, que tuvo la bondad de ponerme la inyección, y por el Sr. M. Lozano; el vehículo en que se disolvió la psorali- na fué una mezcla de alcohol y glicerina); para expe- rimentar otros vehículos para la inyección, me puse una con aceite esterilizado de 0gl 01 de psoralina y con ella (el Sr. Lozano presenció la experiencia) mi tem- peratura bajó en 40 minutos Io.7; por iilimo, cuan- do experimenté en mí para ver los efectos sobre la respiración y circulación, experiencia resumida en el cuadro núm. 1, tuve cuidado de tomarme también la temperatura de hora en hora y entonces también bajó mucho, como lo demuestra la fotografía núm. VIII que representa los trazos de la temperatura normal tomada de hora en hora según Viault (1), la observa- da directamente en mí también al estado normal y de hora en hora (2), y la observada bajo la influencia de la psoralina (3), y que no se objete que en estas expe- riencias ha influido el vehículo disolvente, pues ha sido alcohol, glicerina ó una mezcla de ambos que, si acaso, elevarían la temperatura. De manera que en mi concepto y respetando mucho la autorizada opinión del Dr. Toussaint, creo que no debe existir esa con- clusión y que debe reemplazarse por ésta: 1* La pso- 104 ralina abate aun á pequeñas dosis la temperatura normal. Respecto de la conclusión, no puedo menos que encomiar la precisión con que está redactada, pues dice “obra principalmente aumentando el desperdicio de calor;” efectivamente esta es su acción: produce una di- latación vascular generalizada y según las dosis una excitación de la circulación y de la respiración ó una depresión; lo que nos indica que á pequeñas dosis hay tal vez mayor producción de calor, sino que el des- perdicio es tan grande que no sólo compensa este exce- so de producción, sino que lo sobrepasa haciendo aba- tir la temperatura, como se ve con toda claridad en los experimentos del mismo Dr. Toussaint, y con do- sis moderadas la producción de calor disminuye, como lo demuestran tanto las experiencias calorimétricas como la acción sobre la respiración y circulación; de manera que sin modificar la conclusión que el Dr. Toussaint asienta, yo agregaría otra concebida en estos términos: 5* Además aumenta la producción de calor á pequeñas dosis y la minora con dosis mayores. Dice el Sr. Toussaint que la absorción por la vía hipodérmica es nula y pone un ejemplo (véase el cua- dro núm. 12); pero haré á esta experiencia la misma observación de que inyectó una cantidad extremada- mente pequeña (pues aunque dice que inyectó 0.04, los puso en suspensión en el agua, es decir, sin disol- ver, porque esa cantidad necesita para disolverse 160 centímetros cúbicos de agua á 45° y 400 centímetros cúbicos de agua á 16°), y que por lo mismo, aunque haya producido sus efectos, fueron muy rápidos é im- 105 posibles de apreciar hasta las cuatro horas, y como yo antes (véase la página 57), he dicho todo lo contrario y he estudiado con detalle las ventajas de esta vía sobre las demás, parece haber contradicción entre nosotros; pero esta contradicción no es más que apa- rente, como trataré de demostrarlo. Sabemos que la primera condición para la absorción por cualquier vía es que la substancia sea líquida, gaseosa ó esté disuel- ta en un líquido, pues aunque algunas experiencias inducen á creer que cuerpos sólidos é insolubles como el carbón, el vermellón, etc., finamente pulverizados, atraviezan algunas membranas como el estómago, la placenta, etc., esto es tan raro, que muchos autores no lo admiten; de manera que nada notable es que la psoralina no se absorba si no se le disuelve; pero si es absorbida por la mucosa gastro-intestinal ¿por qué no lo había de ser por el tejido conectivo, que es una membrana osmótica más rápida que cualquier epite- lio? Comprendo que el Dr. Toussaint se haya expre- sado como lo hizo, pues no quiso en sus experiencias emplear otro disolvente que el agua, con el objeto de no enmascarar los resultados con los efectos de nin- guna otra substancia, y confieso que más de una vez me detuvo en mis experiencias el mismo temor; pero estudiando con detención me pude convencer de que los disolventes que empleé no eran un verdadero obs- táculo, pues si su pequeña cantidad obraba, era en sentido contrario de la psoralina; esto era un inconve- niente porque no era fácil medir el efecto del disol- vente para valorizar justamente el de la psoralina; pero no fué un obstáculo, pues en todas mis experien- 106 cias se ve claramente el efecto de la substancia en es- tudio; por lo demás, preocupándome siempre el que quizá por falta de vehículo apropiado se dejara de emplear substancia tan preciosa para la terapéutica, busqué y he llegado á encontrar disolventes inactivos como la vaselina liquida y los aceites; de manera que tenemos ya allanado el camino y sobre todo para la Clínica, porque tenemos disolventes apropiados para cada via: el alcohol diluido, el vino, la glicerina, y otros para la gástrica: la vaselina liquida y los aceites para la hipodérmica, y aunque todos, principalmente en caso urgente, podían ser empleados en ambas vías, los que he señalado para la gástrica tendrían en la hipodérmica el inconveniente de producir dolor, y los otros para la gástrica la repugnancia general á inge- rir grasas medicinales. En resumen, creo haber explicado la razón que tu- vo el Sr. Toussaint para decir que la psoralina era inabsorbible por la vía hipodérmica, disipando una aparente contradicción que parecía existir entre él y yo, y haciendo que queden en pie las ventajas que á tan interesante vía di en su respectivo lugar. En cuanto al grupo farmacológico en que la psora- lina debe colocarse, las grandes semejanzas que pre- senta en su manera de obrar con la quinina y ciertas diferencias que ofrece la antipirina, me hacen pensar que era más conveniente asemejarla á aquélla que á ésta; en efecto, la antipirina tiene una acción hemos- tática tan marcada como la ergotina; es decir, es un vaso constrictor, enérgico, y la psoralina al contrario es un vaso-dilatador. La acción sobre la respiración y la circulación es casi idéntica á la de la quinina, difiriendo algo de la de la antipirina. La acción sobre la temperatura nos ofrece otros puntos de contacto: la quinina casi siempre abate la temperatura normal; la antipirina produce casi siempre una ligera eleva- ción; la psoralina, me ha producido, hasta ahora, siem- pre abatimiento. La quinina y la psoralina producen debilidad, tendencia al sueño; la antipirina produce excitabilidad é insomnio, etc. Sería cansado seguir la comparación, pero el estu- dio minucioso de la acción de las tres substancias, aunque prueba que son distintas las tres, me hace creer que la psoralina más se asemeja á la quinina que á la antipirina, sin llegar, sin embargo, á separar- se por completo de ésta, con la que también tiene mu- chos puntos de contacto. Para concluir, repetiré las conclusiones modifica- das á que da lugar el estudio de la acción de la subs- tancia sobre la calorificación: 1* La psoralina abate, aun á pequeñas dosis, la temperatura normal. 2* Abate la hipertermia ocasionada por la punción cerebral. 3?- Hace bajar la temperatura en la fiebre produ- cida por toxinas. 4* Obra principalmente aumentando la pérdida de calor. Aumenta la producción de calor á pequeñas do- sis y la minora á dosis mayores. Nutrición.—Del estudio hecho sobre la circulación, la respiración y la calorificación se deduce, a priori, 107 108 que la psoralina tiene influencia sobre la nutrición; pero necesitábamos que esas tres funciones fueran modificadas para poder asentar esta proposición; en efecto, si sólo atendemos á la acción hipotérmica, sa- bemos que puede depender, ó de un desperdicio ma- yor de calor ó de menor producción, ó de ambas cosas á la vez; pero si recordamos su acción sobre las otras funciones que excita á pequeñas dosis y deprime con mayores, y además recordamos también las experien- cias calorimétricas del Dr. Toussaint, deduciremos fácilmente que obra de la tercera manera; esto es, au- mentando el desperdicio y minorando la producción, ó sea que obra directamente sobre la nutrición; ¿qué influencia ejerza en la intimidad de los tejidos que liace que habiendo el mismo combustible, se queme me- nos rápidamente y por lo mismo dé en el mismo tiem- po menos productos de combustión: ácido carbónico y probablemente materias urinarias, sudorales, etc? Problema es este de difícil resolución; ignoramos y el estado actual de la ciencia no nos permite saber el cómo y el por qué de las acciones celulares; pero po- demos asegurar que la psoralina obra sobre los ele- mentos primordiales de los tejidos minorando en cierto modo su denutrición, y esto nos explica la ac- ción sobre las otras funciones; en efecto, habiendo me- nos combustiones hay menor producción de ácido car- bónico y siendo este gas el excitante fisiológico de la respiración y circulación, se comprende que estando contenido en menor proporción en la sangre, ésta ejer- za su influencia sobre el bulbo para moderar su fre- cuencia, y se comprende igualmente que todo esto 109 tenga por resultado final, el abatimiento de la tempe- ratura . Puede también inferirse de aquí que si minora la producción de uno de los materiales de combustión el ácido carbónico, debe minorar la de los demás y en diversas proporciones, según las modificaciones que sufran los distintos tejidos. Estos resultados á que se llega por la reflexión, han sido verificados experimen- talmente en mí mismo, aunque sólo en parte por la análisis de la orina, que demuestra una diminución en el volumen, en la cantidad de materias fijas, sobre todo de la urea, y ligeramente de los fosfatos, como lo demuestra el siguiente cuadro comparativo en el que las cifras correspondientes á la orina normal son la media de 12 análisis practicadas en los 12 días ante- riores al uso de la psoralina; las segundas, son la me- dia de las análisis de dos días, durante los cuales to- mé psoralina, y por último, las terceras representan las obtenidas en la análisis hecha en la orina de las 24 horas siguientes al uso de la psoralina; en esta se ve que las cifras no son tan bajas como con el uso de la psoralina, pero tampoco llegan á la cifra normal. 110 Caracteres. Orina normal. Orina modificada por la psoralina. Orina de las 24 horas siguientes & su uso. Volumen 1735 cent. cub. en 24 horas. 1200 cent. cub. en 24 h. 1:0.691 1320 cent. cub. en 24 h. 1:0.761 Color Aspecto Claro Ligeramente turbio.... Consistencia Fluida Fluida Sedimento Reacción Densidad á 15°c 1018 1021 1022 Olor Normal Cant. de mat. fijas.... 88sr-239 en 24 horas 66sr 015 en 24 horas 1:0.748 71gr104 en 24 horas 1:0.806 44sr1015„ 31sri592 ,, ,, 1:0 716 33gr-995 ,, ,, ,, 1-0 771 ,, „ fosfatos 17gr'97 ,, ,, ,, 16*r-733 „ „ „ 1:0.948 16*r-283 „ „ „ 1:0.906 CUADRO N? 16. 111 Se ve que la cantidad de orina disminuyó un 30 p. g, la cantidad de materias fijas un 2o p. g, la urea un 28 p. S, y los fosfatos un 5 p. g; luego se impone la conclusión, que sin conocer estos datos hablamos asentado: La psoralina minora la denutrición. Aparato digestivo.—Aunque vulgarmente se usa la raiz como emética, hasta ahora no se ha comprobado esta acción, y tal vez la raiz usada como tal no sea la de Psor alea, sino la de alguna de las otras contrayer- bas, pues la psoralina no parece influenciar grande- mente el estómago, porque en los numerosísimos ca- sos en que se ha empleado no se ha notado intoleran- cia, ni ninguna otra perturbación, por más que se haya sostenido la medicación por algún tiempo; en los ani- males aun con dosis muy fuertes no se ha notado ni durante la vida, ni en la autopsia, el más ligero des- arreglo. Sin embargo, en algunos raros casos, en que se han usado en los enfermos dosis exageradas de otras pre- paraciones de psoralea (100gr00 de polvo, 150gr00 de extracto fluido, etc.), han producido vómitos y dia- rrea; pero presumo que estos resultados son debidos á una acción enteramente mecánica, pues con el alca- loide aun á la dosis de 3gr00 no se han producido nunca ni en los enfermos ni en los animales, si se exceptúa el caso de la paloma inyectada por el Sr. Lo- zano con 0gr,50 de alcaloide impuro; 1 pero aun en este 1 Si no se murió la paloma á pesar de esa dosis para ella emorme, fué debido á que el Sr. Lozano no babía logrado aún preparar el alcaloide puro y entonces es- taba mezclado con una gran cantidad de cal. 112 caso, los vómitos pueden explicarse por acción mecá- nica, pues esa cantidad en la paloma equivale á unos 35gr00 en el hombre; además, estos efectos se produ- cen menos difícilmente empleando el extracto fluido y con facilidad relativa, haciendo uso del polvo; debiendo tener en cuenta que una gran cantidad de extracto fluido y más de polvo son repugnantes y tienen que obrar sobre la moral del enfermo. Feliz- mente, creo que habiendo llegado el Sr. Lozano á pre- parar con tanta pureza la psoralina, nadie en lo suce- sivo habrá que recete polvo, tintura, extracto fluido, etc., de psoralea, puesto que con el alcaloide, que tie- ne exactamente la misma acción que la raíz de donde se extrae, se tienen tantas ventajas de que carecen las otras preparaciones. En conclusión: La psoralina no tiene acción sobre el aparato diges- tivo. Sistema nervioso.—Parece que la acción que ejerce sobre los demás aparatos, es por intermedio del sis- tema nervioso, en su lugar he dado las razones; pero no se ha observado hasta ahora ningún trastorno se- rio como los producidos por sus congéneres y conoci- dos con el nombre de embriaguez quíniea, embriaguez antipirínica; no ha habido sordera ni perturbaciones en ninguno de los órganos de los sentidos; no se han observado tampoco exantemas, perturbaciones sensi- tivas ni motrices, ni por último, ningún desarreglo de las facultades superiores ú otro, atribuible a! sistema nervioso. Con dosis fuertes (lgl’-50 que tomé en 48 horas), sentí un gran abatimiento, apatía, languidez como 113 cansancio, algo de somnolencia y sequedad de la boca, de las manos y en general de todo el cuerpo; noté fe- nómenos semejantes en los animales, principalmente en un perro que tuvimos que dejar en el sol temiendo que muriera por enfriamiento, y en el conejito que me sirvió para buscar el equivalente tóxico, en que era de llamar la atención que como conejo, y conejo pe- queño, tenía vivísimos movimientos antes de la expe- riencia, y después no sólo no se movía espontánea- mente, sino que conservaba la posición que se le daba por molesta que fuera y que no abandonaba sino por una excitación (una palmada ú otro ruido); pero esto ha sido con dosis muy fuertes, casi tóxicas. Con dosis pequeñas (Or005 en inyección hipodér- mica) he notado en mí una sudación notable sin ser abundante, efecto producido también en algunos en- fermos, á lo que es debido, sin duda, la aplicación vul- gar de la raíz como sudorífica; en un solo caso, estos sudores han sido profusos y alarmantes; en el enfer- mo ya citado de la sala del Sr. Orvañanos; pero como entonces dije, no creo que se deban atribuir á la pso- ralina, sino más bien á un estado particular del en- formo. De manera que creo que su falta de acción sobre el sistema nervioso y sobre el tubo digestivo, unido á su acción rápida y eficaz, harán el triunfo de esta subs- tancia, que, á no dudarlo, es uno délos mejores, sino el mejor de los medicamentos antitérmicos; pues su empleo á dosis útil no presenta el más pequeño incon- veniente, por más que se sostenga largo tiempo su uso. Y así, dirémos para terminar esta parte: 114 I9 La psoralina á pequeñas dosis no tiene acción sobre el sistema nervioso. 29 A dosis fuerte produce abatimiento general, que va aumentando con la dosis hasta ser una verdadera adinamia con las tóxicas. 3? Produce algunas veces, con dosis pequeñas, su- dación abundante. En resumen, dedúcese de todo este estudio fisioló- gico, que es verdaderamente importante la acción que la psoralina ejerce sobre la calorificación, y que es principalmente hacia este punto á donde deben diri- girse las aplicaciones de esta substancia, sin desdeñar los efectos que produce en la circulación, respiración y nutrición, y que es preciosa su inactividad sobre los aparatos digestivo y nervioso. 115 Y ESTUDIO TERAPÉUTICO. Tocia elucubración debe tener un objeto; todo estu- dio teórico debe tener un fin práctico, y toda investi- gación fisiológica debe tener una aplicación terapéu- tica. Antes predominaban principios contrarios y la rutina y el empirismo reinaban en lo absoluto en los dominios de la Terapéutica, pero ¡con qué poca fortu- na! ¡veintidós siglos de observaciones empíricas no lograron hacer progresar esta ciencia, lo que cin- cuenta años de estudios fisiológicos! y por eso, en la actualidad, no hay médico ilustrado que no compren- da la trascendental importancia de este precepto ma- gistral: “Toda intervención terapéutica, debe ser deter- minada por una necesidad morbosa y ser ejecutada con ayuda de medios fisiológicamente conocidos” (Man- quat). Esto no quiere decir que desechemos las con- quistas que el empirismo ha arrancado á la ciencia; pero sí nos obliga á pasar por el crisol de la experi- mentación toda nueva substancia que pretenda entrar en el gremio de los medicamentos; nos obliga también á buscar en ella, no las propiedades fantásticas con 116 que de ordinario la adorna la ignorancia, so pretexto de mal interpretadas observaciones, sino las aplicacio- nes dimanadas de la experimentación. Pero al tratar de una substancia aislada, al escribir un artículo de Materia Médica para dar á conocer sus indicaciones, no podemos ampliar la terapéutica pato- génica, porque es tan complejo el problema que sin cesar se presenta al médico y tan reducida la terapéu- tica específica, que con cada enfermo nuevo que se le presenta, tiene que llenar distinta indicación; por lo que necesita conocer las propiedades de muchas subs- tancias para elegir entre ellas las más apropiadas para combatir el mal en el caso que tiene al frente. Parecería, pues, que nuestra labor estaba terminada, habiendo dado á conocer la acción -fisiológica de la psoralina; pero no nos parece inútil ampliar este estu- dio, dando una ojeada sobre las aplicaciones prácticas que de allí se deducen, haciendo así más palpable la utilidad de la nueva substancia. Este es el objeto de este capítulo, que he dividido en tres partes: l* Indicaciones ó casos en los que, según sus pro- piedades fisiológicas, es suceptible de ser empleada la psoralina. 2a Farmacología ó modo de administrarla (dosis y preparaciones). 3a Observaciones terapéuticas, ó casos clínicos que comprueban la acción de la substancia. Ia—INDICACIONES. El estudio fiisiológico nos ha hecho ver que la psora- lina ejerce acción sobre los aparatos circulatorio, respi- 117 ratorio, termo-regulador y de la nutrición; así, las enfermedades en que puede aplicarse deberán estar radicadas en estos aparatos ó interesarlos de alguna manera; pero no en todas y cada una de ellas deberá emplearse, pues ella produce un efecto determinado y estas pueden tener manifestaciones diversas y aun contrarias; de manera que debemos preguntarnos, en vista del efecto que produce en estos aparatos, ¿qué manifestaciones morbosas podemos atacar con ella? Para contestar la pregunta, examinemos sucesiva- mente los aparatos suceptibles de modificar su funcio- namiento por la acción de la substancia. A.—Sobre el aparato circulatorio produce una vaso- dilatación generalizada, disminuye la tensión arterial y puede minorar la energía cardíaca; en consecuencia, se puede emplear en los siguientes estados morbosos: Aortitis, aneurismas de la aorta, ateroma.—En todos estos casos puede ser útil el uso de la psoralina por- que dilatando los vasos, favorece la acción del cora- zón, la nutrición de las paredes arteriales, la absor- ción de exudados; regulariza la circulación por el aumento de las circulaciones locales y disminuye la tensión sanguínea, lo que minora la presión soportada por las paredes de las arterias. Hipertensión arterial.—Es habitualmente el resulta- do del espasmo de las arteriolas. Este espasmo reco- noce por causa, sea una influencia nerviosa, sea una modificación en la calidad de la sangre. En el primer caso, los vaso-dilatadores, y entre ellos la psoralina que obra por intermedio del sistema nervioso, están perfectamente indicados; en el segundo caso, creo que 118 la psoralina también lo está, pues además de ser un vaso-dilatador, es decir, además de combatir el sinto- nía, puede en algunos casos amenguar la causa; en efecto, las modificaciones sanguíneas que producen la hipertensión son generalmente tóxicas y dependen ya de una eliminación defectuosa de las toxinas norma- les, ya de la absorción de substancias tóxicas, y la psoralina haciendo menos activa la nutrición, puede amenguar la producción de esos venenos, y muy pro- bablemente neutralizarlos. Inflamación de las serosas.—Todos los medicamen- tos que abaten la presión sanguínea, favorecen la ab- sorción de los exudados; de ahí el empleo de estos cuerpos en las inflamaciones, sobre todo crónicas, de las serosas y particularmente en las articulares. En estos casos la psoralina puede también obrar contra el elemento fiebre y como antiséptico. Palpitaciones.—La hiperquinesia cardíaca tiene va- rias causas bien conocidas y por lo mismo deberemos tratar de combatir la causa para evitar el efecto; pero en el momento del acceso en que generalmente no se puede ó es inútil atacar la causa (gusanos intestina- les, liso de café ó té, irregularidades menstruales, clo- rosis, etc.), como se sabe puede haber un exceso de tensión arterial y de la energía cardíaca ó al contrario, diminución; en el primer caso, puede recurrirse á la psoralina, que dilatando los vasos abatirá la tensión y obrando sobre el corazón disminuirá su energía. lesiones orgánicas del corazón.—En estos casos, no creo que la psoralina presente utilidad más que para sustituir al yoduro cuando no pueda tolerarse, pero 119 deberá usarse con prudencia, pues puede debilitar la energía del corazón. B.—En cuanto al aparato respiratorio, puede ser útil en las siguientes enfermedades: Coriza, traqueiüs, bronquitis.—Por las razones que ya dimos. Enfisema, Asma.—Se puede usar en estas enferme- dades, sobre todo si hay lesión cardíaca, como vaso- dilatador y además como facilitador de la respiración, pues amplía el campo de la hematosis y como anti- séptico pulmonar. Neumonía.—En la neumonía la psoralina puede ser verdaderamente útil, pues abate la temperatura, faci- lita la expectoración y el trabajo del corazón y sobre todo al eliminarse por el pulmón hace la antisepcia pulmonar. Tuberculosis.—La fiebrecita de los tísicos, creo que no puede ser tratada con más acierto que empleando la psoralina; en efecto, esa liebre infecciosa que es la desesperación del terapeutista, debe ser atacada, pues no por ser poco intensa deja de molestar y debilitar demasiado y no se puede emplear contra ella ningu- no de los procedimientos usados contra la fiebre en general, si no es el de los antitérmicos propiamente dichos; en otros términos, el recurso único que se tie- ne para evitar ó moderar la calentura vespertina de los tísicos, es atacar el síntoma haciendo obrar los an- titérmicos sobre el centro regulador de la calorifica- ción, y tenemos necesidad de conformarnos con llenar la terapéutica sintomática: porque l9, no conocemos hasta ahora un antiséptico que destruya el bacilo de 120 Koch; 2?, porque aunque esta fiebre sea producida más que por el bacilo mismo, por alguna toxina que secreta, tampoco conocemos ninguna substancia quí- mica que la neutralice; 3?, porque aunque no conocien- do esta substancia, pudiéramos, aunque fuera en parte, evitar sus perjudiciales efectos expulsándola del or- ganismo por los evacuantes, un tísico no debe ser ex- poliado ni debilitado de ninguna manera, antes bien lo debemos tonificar, y 4? porque la fiebre tan poco elevada, no debe, y menos en un individuo débil, ser combatida por la refrigeración, medicación que no es fácil de realizar convenientemente tratándose de un enfermo en que una complicación á fvigore puede pre- sentarse con facilidad y ser de trascendentales conse- cuencias; quedan pues como únicos recursos los anti- piréticos y los tónicos, y en cuanto á estos últimos, aunque tenemos la más estricta obligación de tonifi- car y fuertemente á los tísicos, ¡qué pobre recurso! ¡á despecho de la terapéutica y de todos los tónicos y neurasténicos, la fiebrecita consume al tuberculoso y pronto el Koimna bacillus da cuenta de su desgraciado prisionero! En cuanto á los primeros ¿qué medica- mentos se usan? cuando se usan, y ¿por qué dejan de usarse? La quinóla, la antipirina, bajo todas sus formas, mezclas y combinaciones, y el resultado es que después de unos cuantos días de su uso, el enfermo rehúsa evi- tarse su calentura, porque los beneficios que recibe del medicamento no son compensables con los perjui- cios y molestias que le ocasionan, y en verdad, además de la sordera de la quinina y de las erupciones y he- moptisis de la antipirina, de los fenómenos nerviosos 121 molestísimos que ambas producen, etc., al cabo de poco tiempo, el estómago se resiente y viene un sín- toma alarmante en todo tuberculoso, la diarrea; no hay que olvidar, en efecto, el sabio aforismo de Peter “hay que cuidar el estómago de los tísicos;” se recu- rre entonces á la vía hipodérmica y á poco el enfer- mo vuelve á rehusarse y por idénticas razones, lle- gando al fin y al cabo, á no tratar ya la fiebreeita vespertina que consume cada día más y más al pa- ciente y que el médico, mejor que nadie, comprende la necesidad de evitar y ¿no es en este caso un recurso supremo el empleo de la psoralina? Evidentemente, pues ella no produce sordera, ni erupciones, ni he- moptisis, ni dispnea, ni fenómenos nerviosos, ni sobre todo, tiene acción sobre el estómago; ahora para qui- tarle el único inconveniente, si lo es, no la usemos en estos enfermos por la vía hipodérmica que aunque no produce ni con mucho el dolor excesivo que la quini- na y la antipirina, algunos enfermos se resisten, y realmente no es muy agradable la perspectiva de dar- se uno ó dos piquetes diarios durante toda la vida; usemos aquí el vino de psoralina; es decir, unamos al eficaz é inofensivo antipirético, el tónico, y así habre- mos cumplido nuestro deber, obteniendo la aproba- bión del enfermo y teniendo satisfecha la indicación terapéutica y tranquila la conciencia. C.—Respecto del aparato de la nutrición, la psora- lina podría ser útil en las distrofias constitucionales, tales como la diabetes, la poliuria, etc., bien que esta aplicación la deducimos únicamente de la acción de la substancia sobre la nutrición, sin conocer sus efec- 122 tos sobre el riñón que en estas enfermedades son muy de tenerse en cuenta. Podría servir también en las enfermedades dependentes de una diminución de la nutrición, como gota, reumatismo, en el que puede em- plearse en los ataques agudos, también como antipi- rético y en los crónicos como vaso-dilatador. 1).—Otras aplicaciones.—Vulgarmente se ha em- pleado la Contrayerba como emenagoga en las irregu- laridades menstruales, parece que con éxito; lo mismo que como antineurálgica, sobre todo en los cólicos ute- rinos, principalmente los que acompañan una mens- truación difícil y doloroso. E.—Fiebre.—Pero todas estas aplicaciones que aun- que enteramente teóricas, no son disparatadas, pues que tienen el apoyo de la fisiología, no son sin duda alguna tan importantes como las que se deducen de la acción tan notable que la psoralina ejerce sobre la calorificación, la acción más marcada que ejerce en el organismo, acción comprobada fiísiológica y clínica- mente y de tanta trascendencia, que, como en otro lu- gar digo, me hace considerar la substancia como el antipirético ideal; por lo que permítaseme estudiar con algún detalle el síntoma fiebre: El desarreglo de la regularización calorífica en el cuerpo humano, produciendo la hipertermia y consti- tuyendo así uno de los síntomas de gran número de enfermedades, ha sido en todos tiempos objeto de gran interés para los terapeutas que han tratado de com- batirlo por cuanto medio han tenido á su alcance; compréndese fácilmente el por qué de este gran inte- rés, pues la fiebre ó hipertermia, considerada antigua- 123 mente como una verdadera entidad morbosa y vista actualmente como un síntoma ó, sise quiere, como un sindromo clínico que acompaña á infinidad de enfer- medades, revela perturbaciones notables de la calori- ficación, nutrición, circulación é inervación; perturba- ciones más ó menos graves según su intensidad, pero constantes, aunque variables con cada febricitante y difíciles de estudiar clínicamente, si no es las de la ca- lorificación desde que el termómetro puesto en manos del clínico hizo imperecedero el nombre de Wunder- licli, que fué el que describió con todo detalle los ca- racteres termométricos de las fiebres; no, pues, como más importante, sino como más fácilmente aprecia- ble, como un elemento netamente proporcional, como una verdadera resultante, es útilísima la indicación termométrica. Pero si nos preguntarnos el por qué de este desorden de la calorificación y recordamos que la constancia de la temperatura animal en los animales de sangre caliente es una resultante de dos factores: producción y desperdicio de calor, y que experimen- talmente está demostrado que el estado de fiebre es determinado tanto por una falta en el desperdicio como por un exceso en la producción que á su vez depende de mayor rapidez en las combustiones orgánicas, es decir, de una actividad exagerada y perjudicial de las reacciones celulares, llegaremos á convencernos que el síntoma fiebre indica claramente un desarreglo de la nutrición, que en muchos casos es de verdadera im- portancia, pues que determina metamorfosis durables en la vida íntima de la celdilla, cambia su vitalidad orgánica, le da un modo de ser nuevo, como lo puedo 124 hacer el plomo por ejemplo, y si antes se creía en esa importancia y el acuerdo completo reinaba entre los médicos que se creían en la obligación de abatir la temperatura de los febricitantes, hoy, nuevos experi- mentos y nuevas teorías nos obligan á preguntarnos, ¿se debe combatir la fiebre? Antes de los actuales descubrimientos de la bac- teriología las proposiciones de Liebermeister en el Con- greso de Wiesbanden en 1881, tuvieron eco por todas partes y fueron aceptadas sin resistencia; esas propo- siciones eran: “l* El aumento de la temperatura del cuerpo hu- mano constituye en el curso de las enfermedades fe- briles un peligro frecuente. “2* El deber del práctico es combatir estas exage- raciones de temperatura por los medios apropiados.” Pero hoy que, aunque sin saber aún lo que es la fiebre, nuevas concepciones tienden á explicar su gé- nesis, voces autorizadas han pretendido anular por la experiencia y la crítica estas fórmulas magistrales, con- virtiéndose en adversarios de los antipiréticos y pro- testando contra la invasión terapéutica de todos esos nuevos medicamentos con que el arte nos ha brindado desde los fecundos descubrimientos de Bertlmlot; de manera que cuando Naunyn, después de experimen- tar en conejos, observó en el hombre altas tempera- turas sin el menor peligro y otros muchos clínicos y experimentadores después de él confirmaron sus ob- servaciones, vino la reacción haciéndose cruda guerra á la antipiresis; así, tenemos que examinar el pro y el 125 contra de la cuestión para resolvernos por una opi- nión ú otra. Dicen los que no admiten que deba combatirse la fiebre: conejos hechos artificialmente febricitantes vi- ven perfectamente con una temperatura media de 41°.5, soportan lo mismo 42° y 43°, no mueren sino cuando el calor llega á 44° ó 45°. En el hombre infi- nidad de hechos clínicos demuestran que en las enfer- medades infecciosas la mortalidad está lejos de corres- ponder á la elevación de temperatura: temperaturas de 41° y 42° son soportadas durante algunos dias sin el menor peligro y en el tifo se ven sobrevenir fenó- menos muy graves y hasta la muerte con temperatu- ras relativamente poco elevadas. Por otra parte, en la neumonía de los viejos y de los caquécticos, la evolución morbosa se efectúa sin temperaturas elevadas en condiciones que hacen el pronóstico desfavorable. Pero los adversarios del método antipirético no se han limitado solamente á afirmar que las altas tempe- raturas no ofrecen por sí mismas ningún peligro sino que han ido más lejos; han pretendido que estas tem- peraturas, eran una reacción útil, hasta indispensable, contra el microbio invasor; en efecto, se ven algunos, tales como el bacilo de la pústula maligna disminuir su potencia nociva bajo el efecto de la acción prolon- gada de temperaturas elevadas (42°), lo que según Metschnikoff se explica por la mayor actividad que la elevación térmica produce en los fagocitos. Para Unverrich, el método antipirético desencade- na contra el organismo una serie de ataques, amen- 126 guando sus fuerzas de resistencia, pero sin ejercer ninguna acción sobre la duración de los procesos mor- bosos. Frantzel afirma, que los desastres de la antipiresis en la neumonía, son escandalosos: altera el curso de easos favorables y precipita el desenlace de los fu- nestos. Ernst señala las recidivas frecuentes en el tifo ab- dominal mantenido artificialmente á temperaturas cercanas á la normal. Prueba la presencia de signos graves de la infección generalizada después del des- censo de la temperatura. Kohlschutter ha observado además, que las tempe- raturas rebajadas artificialmente, no contienen de nin- gún modo las pérdidas de peso, y parece hasta indu- cido á creer que estas pérdidas son más considerables en la fiebre yugulada artificialmente, que en el estado febril que evoluciona naturalmente. Por último, otros autores, entre ellos Jaksch, sos- tienen que en bastantes casos, á pesar del descenso de temperatura, el enfermo no encuentra menos penosos todos los efectos del estado febril. Hay en toda esta serie de hechos cierta confusión y en algunos casos muchas hipótesis; de manera que debemos empezar por combatir las inexactitudes y reducir á su justo valor los argumentos lanzados con- tra la antipiresis. Que los conejos soporten una temperatura de 43° sin inconveniente, no es del todo exacto, pues en ellos se muestran fenómenos nerviosos y otros que si no son tan aparentes como en el hombre, depende de que 127 el animal no los puede expresar, pero existen y ser pueden demostrar; además, suponiendo que no los hubiera, la temperatura de 43° en el conejo equivale á 41° en el hombre; puesto que la normal del conejo es 39°. Se dice que los conejos no mueren sino cuando la temperatura llega á 44° ó 45°; también en el hombre 42° demuestran, cuando se resisten, una gravedad su- prema; ahora, ¿qué la muerte es el único factor á que debemos atender para declarar inocentes las altas temperaturas que no la produzcan? Evidentemente no; de manera que esta primera objeción es más apa- rente que real y no la debemos tener en cuenta. Que el hombre soporta sin inconveniente durante muchos días temperaturas de 41° y 42°, es enteramente falso, á no ser, como acabamos de decir, que por único in- conveniente se tenga la muerte; pero haciendo á un lado las manifestaciones de toda enfermedad febril no relacionada con la fiebre ¡cuántos inconvenientes exis- ten del todo inherentes á ella, sobre todo llegando á esas altas cifras! ¿qué son si no, el delirio, la penosa sensación de fatiga, las convulsiones (que en los niños reemplazan al delirio), la sequedad de la lengua y la necesidad constante de bebidas, las modificaciones de la orina y demás secreciones, las lesiones degenerativas de muchas visceras, la emaciación superior á la pro- ducida por la dieta absoluta, las alteraciones de la sangre, la diminución de la energía del corazón, etc., etc? De manera que esta segunda proposición de Naunyn, parece que tampoco debe tomarse muy á lo serio, pues según se desprende, no considera como in- conveniente más que la muerte, lo que no es de ad- 128 mitirse. Agrega que en el tifo se ven fenómenos muy graves con temperaturas bajas, lo que nada prueba ni en favor ni en contra de la antipiresis; porque el tifo es una enfermedad grave por si misma, y si es cierto que en algunos casos la elevación suma de la temperatura puede ser un peligro más, la hipertermia no es el tifo. En cuanto á las neumonías de los viejos y de los caquécticos que son de pronóstico muy gra- ve á pesar de las bajas temperaturas con que evolu- cionan, lo único que prueba es que la enfermedad se lia desarrollado en un organismo debilitado y por con- siguiente poco capaz de reaccionar, haciendo por esto mismo desfavorable el pronóstico. En resumen, cree- mos que las objeciones de este autor son especiosas y en nuestro humilde concepto, no son bastantes para declararse adversario de la antipiresis. Si consideramos las objeciones más posteriores que los bacteriólogos asientan, creyendo que la fiebre es útil por aumentar la energía del organismo en pre- sencia de los microbios, son más importantes, porque demostrado está que temperaturas soportables por el hombre, son capaces de aminorar ó destruir la viru- lencia de algunos agentes infecciosos; el del chancro simple, por ejemplo, vive mal á 38°, no se reproduce á 39° y muere á 40°; lo mismo el del carbón y en esto cabalmente está fundado cierto modo de tra- tamiento déla pústula maligna que consiste en provo- car una erisipela, pues según Emmerich y Pawloros- ky el antagonismo que existe entre el estafilococo y la bacteridia depende de que ésta muere á causa de la hipertermia producida por el primero; igual cosa se 129 deduce de las experiencias de Pastear que ha logrado que las aves, que por su elevada temperatura son re- fractarias al carbón, lo contraigan enfriándolas. Pero si algunos microbios disminuyen su potencia nociva bajo el efecto prolongado de las altas temperaturas, otros muchos y entre ellos los que más nos interesan, soportan perfectamente durante días y días tempera- turas más altas aún que las que el hombre puede re- sistir, y no sólo, sino que en estas condiciones se repro- ducen con más facilidad, pues las temperaturas más favorables para el desarrollo rápido de los cultivos artificiales son de 39° á 42°, esto por una parte; por otra, es bien sabido que la mayor parte de los infini- tamente pequeños son más dañosos por las toxinas que fabrican que por sí mismos y contra éstas no parece probada la acción de temperaturas soportables, puesto que existen en líquidos esterilizados, es decir, lleva- dos á más de 100°. Objétase con más fundamento aún que, según Metsch- nikoff, el aumento de la temperatura exacerba la fa- gocitosis de los leucocitos, y por consiguiente comba- tir estas elevaciones caloríficas que hacen el papel de estimulantes, sería deprimir al fagocito y atacar de esta manera la fuerza de resistencia del organismo; el fagocito perdería su poder de digerir v el microbio daría cuenta más fácilmente de su débil adversario. Objeción de peso es esta realmente, pues la más se- ductora teoría de la infección hasta hoy conocida y debida al genio del inmortal Bouchard le sirve de apoyo; pero, la misma teoría nos va á dar el medio de combatirla. En efecto, en las condiciones normales, 130 la entrada á la sangre está impedida á los numerosos microbios que existen en las cavidades respiratoria y digestiva; pero que se produzca una descamación epi- telial ó que por la acción del frío, del traumatismo íí otra, se impida el fagocitismo normal y la puerta queda abierta, los microbios penetran á la sangre y viene una primera lucha en la que el organismo no tiene más armas que el fagocitismo; si los leucocitos y los macrófagos son vencidos, la infección está cons- tituida: el vegetal pulula y sobre todo secreta; al pu- lular, exagera la diapédesis y por consiguiente el fa- gocitismo; al secretar, crea el estado bactericida; dos factores con que él misino pone, si el enfermo ha de curar, los cimientos de su tumba y que se completan uno al otro; en los primeros momentos, sólo habrá fa- gocitismo que durará tanto menos, cuanto mayor sea la cantidad de toxinas secretadas y por consiguiente de vegetal secretante; pero una vez la secreción absor- bida, vendrá la segunda fase: las celdillas han cam- biado su nutrición y elaboran la materia de un modo nuevo, modificando por esto los humores: el estado bactericida está constituido, la enfermedad no tiene más que decrecer. De manera que en los primeros momentos, cuando no hay fiebre aún, el fagocitismo es muy importante; en efecto, hay ciertos microbios que pueden sin efracción atravesar las mucosas, pero no van más allá del tejido submucoso “desde que su presencia es demostrada, aún en los intersticios de las celdillas epiteliales, son incluidos en las celdillas lin- fáticas.” En seguida, cuando ya el microbio ha pene- trado en la sangre, cuando empieza á desarrollarse y 131 á reproducirse, cuando ya sus secreciones han provo- cado la pirexia, el fagocitismo efectivamente se exa- cerba; pero por regla general, á pesar de su actividad exagerada por la ñebre, es impotente debido á que la bacteria secreta, al mismo tiempo que la piretógena, otra toxina que impide la diapédesis y por lo mismo el fagocitismo. En consecuencia, si es cierto que la elevación de temperatura favorece ó activa la citofa- gia, el tiempo que dura exagerada es muy poco con- siderable, porque al mismo tiempo que la hipertermia se ha producido, la vaso-constricción, es decir, una ac- ción fisiológica contrarresta los efectos de la acción físi- ca y úsense ó no los antipiréticos, el microbio producirá tanto la toxina que produce la fiebre, como la que im- pide la diapédesis; secretará substancias que obrarán tanto excitando los centros caloríficos, como depri- miendo los vaso-motores; en otros términos: no por- que se combata la fiebre, el fagocitismo disminuye, sino que el microbio y no la substancia antipirética, es el que se encarga de impedirlo, y tenemos la prue- ba práctica en la manera de obrar de algunos antisép- ticos tales como el yodoformo, la quinina y otros que paralizan los glóbulos blancos y por tanto impiden la citofagia; son sin embargo excelentes antisépticos y antitérmicos; de manera que la objeción aparentemen- te tan importante, ha quedado desvanecida fundán- dose en las mismas ideas más ó menos hipotéticas de Metschnikoff y de la teoría bacteriana de la infección. En cuanto á las objeciones de Unverricht, la pri- mera queda contestada con lo antes dicho; por lo que á la segunda respecta diremos que una cosa es la fie- 132 bre y otra la enfermedad que la produce, ¿qué de raro tiene que no disminuya la duración de la enfermedad bajo la influencia de los antipiréticos? Estos atacan al síntoma, no á la enfermedad; con ellos quitamos ó evitamos fenómenos molestos, penosos, perjudiciales y graves algunas veces, pero no tratamos de curar la enfermedad, á menos que esté constituida exclusiva- mente por la hipertermia, lo que ni en el impaludis- mo pasa, puesto que en él un simple antipirético (la antipirina) hace que el enfermo no tenga calentura, pero no desaparecen de su sangre los hematozoarios. No conocemos los hechos en que Franktzel funda sus aserciones; pero sí creemos que no puede haber tenido término de comparación. En primer lugar, ¿por qué combatía la hipertermia en las casos favora- bles? Si había fiebre alta, probablemente el caso no era favorable y si realmente lo era, quizá no debía tratarse la fiebre. Dice que precipita el desenlace de los casos funestos; pero, ¿es realmente el antitérmico el que ha acelerado la marcha de la enfermedad? ¿po- día antes de emplearlo saber con exactitud su dura- ción? y lo que es más, ¿podía en el mismo enfermo y en idénticas condiciones comparar la marcha de la enfermedad usando el antitérmico y dejando de em- plearlo? Lo mismo debe decirse respecto de los tifosos de Ernst. Considerando las observaciones de Kohlschutter que son ciertas en muchos casos, no creemos que sean he- chos en contra de la antipiresis, y él mismo nos da la razón, dice: “las curvas que representan las pérdidas 133 de peso diarias y las ascensiones termométricas, es- tán lejos de corresponderse;” luego nada quiere decir que estas diminuciones de peso no desaparezcan por la yugulación artificial de la fiebre y aún hay más: en el impaludismo, el Sr. J. Terrés ha observado, y yo he tenido oportunidad de rectificarlo, que el enfer- mo aumenta de peso cuando se empeora y bajo la in- fluencia de la quinina disminuye de peso mejorándose; son hechos inexplicables pero evidentes, y por lo mis- mo, como antes decíamos, nada prueban en contra de la antipiresis. La opinión de Jaksch no es sostenible, i>ues basta considerar que algunos de los fenómenos producidos exclusivamente por la fiebre, como el delirio, por ejem- plo, son excesivamente penosos, y no es de creerse que un enfermo desconozca el beneficio que se le hace evi- tándole el perder el conocimiento, el tormento de te- ner horrorosas alucinaciones y el excesivo trabajo á su cerebro agotado. Yernos, pues, que todas las razones que cronológica- mente se han alegado en contra de la antipiresis, son todas falaces y ninguna es satisfactoria, y en nuestro humilde concepto, no hay motivo bastante para decir terminantemente y de una manera absoluta como se ha hecho: no se debe combatir la fiebre porque es una reacción útil que el organismo provoca contra sus ad- versarios. Es una reacción evidentemente, pero que no se debe considerar como útil, porque ese exceso de materiales de desperdicio, esa actividad exagerada de muchos órganos, son el esfuerzo supremo que la eco- nomía hace en vísperas de ser vencida, son el grito de 134 alarma que el organismo desesperado lanza, son la demanda de auxilio que pide al terapeuta para que le ayude á combatir. Si tal es nuestra opinión, veamos en qué se funda estudiando hasta donde nos sea posible las verdaderas indicaciones que el sindromo fiebre exige de la Tera- péutica racional. En primer lugar, ¿sabemos lo que es la fiebre? No evidentemente, pues aunque muchas teorías existen para explicar su naturaleza, no pasan de teorías; de- mostramos en el febricitante trastornos de varios apa- ratos, medimos con el termómetro su intensidad, las experiencias calorimétricas nos muestran que al mis- mo tiempo que hay mayor producción de calor hay relativamente menos pérdidas, la análisis química nos revela el aumento de los materiales de desperdicio, etc.; pero el mecanismo íntimo de este trastorno gene- ral nos es por completo desconocido. En la actualidad se dice, y parece demostrado, que los microorganis- mos son la causa esencial del fenómeno, ya por sí, ya por las toxinas que producen; pero si tratamos de ex- plicarnos cómo estos pequeños seres ó sus productos determinan ese estado morboso, llegamos á las mismas concepciones que antes del descubrimiento de los in- finitamente pequeños; es decir, á las dos teorías fun- damentales con sus numerosas variantes: la excitación de centros medulares caloríficos ó mejor reguladores de las combustiones orgánicas y la alteración de la sangre; de estas dos teorías, aunque la segunda parece enteramente desechada, no debemos considerarla así; pues muy probablemente, si la alteración de la sangre 135 no es todo, por lo menos toma una gran parte, y si aceptamos que las bacterias por sus toxinas son las productoras del estado febril, necesario es que con- vengamos en que estas toxinas modifican las celdillas en su manera íntima de funcionar, y por consiguien- te, los humores son correlativamente modificados; de manera que, sin admitir como los fundadores de la teoría que la sangre es la primera alterada perdiendo una substancia moderadora de las combustiones, se puede admitir que realmente queda modificada, y creemos que las teorías no se excluyen, sino al contra- rio se completan; puesto que aunque la fiebre puede no ser de origen microbiano como la producida por la punción cerebral, la originada por la inyección asép- tica de extracto de bazo, la determinada por algunas fracturas de la columna cervical, etc., en la inmensa mayoría de los casos, sobre todo clínicamente, lo es y admitiendo la teoría de Bouchard, el papel principal en la producción de la fiebre corresponde á las toxi- nas: éstas producen tres series de hechos: lesiones de los tejidos, alteraciones de los humores y perturba- ciones funcionales de los aparatos; entre estas lesio- nes de los tejidos,que son la causa de la alteración délos humores y de las perturbaciones funcionales de los apa- ratos, hay unas que el microscopio nos ha hecho ver materialmente como la diapédesis, y hay otras que sólo se nos revelan por sus efectos como las que sufren las celdillas nerviosas; además, no sólo podemos en la Clínica medir sus efectos, sino que la experimentación nos permite reproducirlas artificialmente; en efecto, en 1889 Roussy ha extraído del agua de lavado del 136 micoderma cerevi&ice, cuatro substancias de las que una, la piretogenina (substancia blanca, granuloma, homo- génea, débilmente volátil, muy soluble en el agua é insoluble en el alcohol) produce rápidamente en el perro un acceso de fiebre intensa; antes que él, Cha- rrin en 1888 demostraba la acción de estas substan- cias sobre el riñón y desde entonces, infinidad de autores han logrado producir multitud de lesiones anatomopatológicas, como inflamaciones, atrofias, hi- pertrofias, degeneraciones, etc., por la introducción al organismo de materias secretadas por las bacterias. Así pues, tenemos adquiridos sobre la etiología y patogenia de la fiebre algunos hechos indudables que son: l9 Exageración de las combustiones orgánicas. 29 Mayor desperdicio de calor que en el estado nor- mal, pero menor con relación á la intensidad de las combustiones. 39 Intervención del sistema nervioso. 49 Necesidad de la excitación de este sistema por una substancia piretógena generalmente de origen bacteriano. 59 Alteración de los tejidos como consecuencia de las lesiones celulares producidas por la misma subs- tancia, y 69 Alteración de los humores, sobre todo de la san- gre, tanto por las lesiones de los elementos anatómi- cos como por las secreciones microbianas. La causa primera es, pues, la materia piretógena, la toxina secretada por el microbio; de manera que si no conocemos la manera íntima de producirse la fiebre, 137 sí sabemos por qué se produce y los desarreglos que son su consecuencia, y para la Terapéutica importa poco sabiendo el por qué ignorar el cómo. Ahora bien, suponemos conocido lo que es la fiebre y su etiología ¿debemos combatirla? Hemos demostrado que la fiebre produce perturba- ciones más ó menos graves según su intensidad, pero constantes aunque variables con cada febricitante; por otra parte, nadie niega que la hipertermia indica un estado morboso, y como la Terapéutica tiene por ob- jeto volver el organismo al estado normal, la respues- ta se impone, por lo menos teóricamente; pero como dice Peter: no hay enfermedades sino enfermos, y el arte de adaptar los medios á las enfermedades y á los enfermos es el arte supremo del médico; de manera que contestar categóricamente sí ó no, es indudable- mente incurrir en error; por consiguiente, más bien debemos hacernos esta otra pregunta, ¿cuándo debe- mos combatir la fiebre? La contestación para ser fundada, nos llevaría á es- tudiar todas las enfermedades entre cuyos síntomas se encuentra la elevación de temperatura; es decir, tendríamos que recorrer una buena parte de la Pato- logía, lo que nos llevaría demasiado lejos haciéndonos salir del cuadro que nos hemos trazado; pero creemos que existen indicaciones generales aplicables, si no siempre, sí en la mayoría de las veces, y dejando á un lado las particularidades, sólo nos ocuparemos de los casos en que, en genera!, creemos que se debe abatir la temperatura de los febricitantes. La hipertermia es un síntoma que casi nunca viene 138 aislado y veces hay en que, como el dolor, domina la escena y se impone á la observación del clínico: hay entonces que combatirla; esto pasa cuando la tempe- ratura es de más de 40°; porque aunque no curemos la enfermedad que la produce; aunque no minoremos su duración; aunque, en fin, sólo produzcamos un ali- vio transitorio al enfermo, debemos evitarle el agota- miento consiguiente y la serie de perturbaciones, al- gunas veces muy graves, sobre todo de origen ner- vioso, producidas por una elevación extrema; pues debemos tener en cuenta que con esta medicación, puede decirse que tonificamos su organismo, puesto que agotándose menos, podrá menos difícilmente lu- char contra la enfermedad y soportar los rigores de la convalecencia; además, así evitamos también el agotamiento ó por lo menos el cansancio de algunos órganos importantes como el corazón, el cerebro y el pulmón; es pues evidente que le hacemos un marcado bien; ahora, si juntamente con los antipiréticos (usa- dos con moderación y aunque no se lleve la tempera- tura á la normal) empleamos los verdaderos tónicos, los antisépticos y las antitoxinas ó antilisinas y ali- mentamos convenientemente á nuestro enfermo, ha- brémos llenado tanto la indicación sintomática como la patogénica. Pero la suma elevación, no es la única que debe tratarse; si tenemos un enfermo débil, caquéctico, con- valeciente, en una palabra agotado, estamos también en la obligación de combatir la fiebre aunque no sea muy alta, porque es claro que su organismo resistirá menos y en él los efectos de una hipertermia no muy 139 elevada, serán los mismos que los producidos en un individuo robusto y bien constituido por una más in- tensa; además, debemos recordar que esas personas reaccionan menos enérgicamente que los fuertes y que por consiguiente aunque su temperatura es moderada, es porque el agotamiento de su organismo no permite que se eleve debidamente. Otra indicación que tienen los antipiréticos aunque la fiebre no sea excesiva, es cuando se prolonga de- masiado, como por ejemplo en la tuberculosis, en los abscesos de hígado, en ciertas supuraciones huesosas ú otras, etc., tanto porque por regla general estos en- fermos están muy agotados, como porque su fiebrecita constante los pone en un estado de abatimiento exce- sivo que los expone á otras muchas consecuencias. De manera que, resumiendo nuestros conceptos, diremos: l9 Teóricamente siempre se debería combatir la fiebre, lo que, si se quiere, puede hacerse usando un antipirético inofensivo como la psoralina. 29 La fiebre se debe combatir siempre que pase de 40°. 39 Se debe abatir la temperatura cuando, sin ser muy alta, se presente en individuos debilitados, y 49 Debemos atacar la hipertermia cuando, aunque sin ser muy alta, sea prolongada. Es sobre todo en el primer caso donde la indicación se impone; pues un febricitante con temperatura muy alta se quema violentísimamente, no bastándole ni sus materiales de reserva, ni sus escasos ingesta á sufra- gar los gastos de tan enérgicas combustiones y tenien- 140 do por esto necesidad, tanto de obligará sus órganos á un trabajo exagerado, como utilizar como combustible su propio organismo; si además se piensa, por más que se haya dicho lo contrario, que una elevación de más de 42° puede tener gravísimos resultados y aun la muer- te por la desnaturalización de los tejidos y por consi- guiente el imposible funcionamiento de órganos indis- pensables á la vida, como el corazón y el cerebro, se llegará á comprender la grandísima importancia de los antipiréticos y por qué desde la más remota anti- güedad se ha tenido el afán más constante para en- contrarlos. En efecto, uno de los grupos de la Materia Médica que más ha enriquecido la Química moderna, es cier- tamente el de las substancias antipiréticas ó antitér- micas: á principios de este siglo puede decirse que no se tenía más que la quinina descubierta en 1820 por Pelletier y Caventou, que sustituyó y con grandes ventajas á toda la serie de preparaciones y substan- cias mal conocidas, cuya acción sobre la temperatura podía considerarse como un incidente secundario que necesitaba ser buscado y que casi quedaba oculto por los otros efectos, como el acónito, los antimoniosos, la digital, por ejemplo, usados como tales por los con- traestimulistas Rasori, Brera, etc., al principio de este siglo; no mucho después se trató de buscar succedá- neos á la quinina, encontrándose la quinidina, la cin- conina, la cinconidina, la quinoleina ó quinetum, alca- loides todos de las quinas; hubo aún quien creyera dotato de propiedades antifebriles al rojo cincona, ma- teria colorante de las mismas cortezas; pero sobre to- 141 do, se dió importancia, no sin cierta razón, á la quino- vina, principio amargo cristalizable encontrado no sólo en la corteza de quina sino en algunas otras cortezas conocidas con el nombre de falsas quinas; 1 este prin- cipio se colocó al frente de una serie de congéneres químicos, es decir, principios amargos, creyendo que la analogía química traería la analogía terapéutica; pero apenas Germán See, 50 años después, en una co- municación memorable á la Academia de Medicina de París, dió carta de naturaleza á un nuevo antitér- mico, el ácido salicílico sus derivados y compuestos el scdol. la salicina y los salicilatos, cuando la Química sintética, dando un gigantesco paso, hace surgir toda una serie de derivados de la quinolina, del benzol y sus homólogos: la antipirina (C4 H12 Az2 O) que es el di- mitioxipirazol descubierto por Knorr é introducida en 1884 por Filehen; la antifebrina (C8 H9 Az O) ó fenil- acetanilida descubierta por Gerard en 1835, pero estu- diada por Lepine hasta 1886, derivada de la anilina, en la que un átomo de hidrógeno es reemplazado por el radical del ácido acético; la exalgina (C9 H11 Az O) descubierta en 1874 por Hoffmann y estudiada en 1886 por Calm y Hepp, que es la metilacetanilida, es decir, la acetanilida en la que un átomo de hidrógeno ha sido reemplazado por el grupo metil (C H3): C6 H5 Az H. CffCO acetanilida. > ? Peor \ de 4 de apirexia J i Aumentó el bazo y no desaparecieron ) Pambotano No se sabe dónde contrajo la enfermedad. 8 42 No se examinó En el borde Peor \ los accesos j ( Aumentó el bazo y no desaparecieron 1 Se enfermó en Tecomavaca (Oaxaca). Se enfermó en Tulancingo. 9 44 No se examinó Desborda 1 dedo Peor \ los accesos j Aumentaron los accesos en intensidad. Siguen los accesos y aumenta el bazo. ? 8 días Ninguna 10 45 Sí se examinó H. Desborda ? > ? 9 f Se enfermó en Tecomavaca. No dice cuándo se hizo el exa- \ men de la sangre, ni el resultado. Se enfermó en San Antonio, entre Tecomavaca y Tehuacán j Reincidió en México, y en la segunda vez que tomó contra \ yerba la vomitó. r Se enfermó cerca de Tehuacan. Hubo hematozoarios á lo \ dos días. ( Reincidió en México. La curva no tiene la forma en esca \ lera. f Se enfermó en Las Sedas. No se dice el resultado del exa \ men de la sangre. f Se enfermó entre Tehuacán y Tecomavaca. No se dice el re \ sultado del examen de la sangre. f Reincidió en Tehuacán. La curva tiene la forma en esca \ lera. ( Se enfermó en Tecomavaca. La curva tiene la forma en es J calera; es decir, á pesar de los vómitos, bajaba más y má 11 46 | Sí; pero no se sabe cuándo, si f Desborda 2 dedos Igual .' 12 46 r. j- antes ó después de la rein- J Desborda 4 dedos Igual ? 2 días Psoralina y quinina 13 50 Sí; después H. Desborda un poco ? Igual | 14 51 r. No se examinó Desborda 2 dedos Ligera ol Del 8? es] ? .. < < ? Curación Pambotano y quinina 15 52 Sí; antes y después H. Del 7? espacio al borde Iprual 16 53 Sí; antes y después H. Del 7? espacio al borde... 17 18 53 r. 54 No se examinó Sí; antes y después H. Desborda poco más de 2 dedos. De la 9® costilla al borde De la 10? ? Btilla al borde < ? Curación No se cambió 9 días Contrayerba pambotano y quinina. ? 19 56 Sí; antes y durante H. Desborda 2 dedos De la 9? < Desborda < ? ( la temperatura. ( Se enfermó en Tecomavaca. Volvió al Hospital con nefritis \ de la que curó enteramente. f Se enfermó en Tecomavaca. Es reincidente; curó antes coi \ quinina; ahora con pambotano. Se enfermó en Tecomavaca. 20 61 Sí; durante el tratamiento... H. Desborda 6 dedos Quinina 21 62 Sí; durante el tratamiento... H. Desborda 1 dedo Desborda ledo ? 22 64 Sí; durante el tratamiento... H. Desborda 1 dedo De la 10? < < > ? ? j Se enfermó en Tecomavaca. No se dice el resultado del exa \ men de la sangre. f Se enfermó en Las Sedas. Parece que tuvo caquexia. Se ig \ ñora el resultado del examen de la sangre. / Se enfermó entre Tecomavaca y Oaxaca. Reincidió, y se le 23 65 Sí; durante el tratamiento... H. Desborda 3 dedos Normal.. Probablemente quinina 1 #1 J)i KfK No se examinó f Aumentó el bazo y la intensidad de los 1 ? * Ninguna 25 70 No se examinó Desborda 4 dedos ? \ accesos J \ administió pambotano y quinina. f Se enfermó en Tomellín. Vomitó los dos últimos días casi to- j do el medicamento, á pesar de lo cual estaba bajando la j temperatura. Después de 14 días de tomar quinina, sólo | 1 dedo disminuyó el tamaño del bazo. J Se enfermó en San Antonio. No quiso el enfermo permane- \ cer en el Hospital más tiempo, y recayó. Recayó en México al mes de haber estado en el Hospital, f Se enfermó cerca de Tomellín. La curva térmica no tiene la \ forma en escalera. Se enfermó en Tecomavaca. 26 71 1 Sí. ? í H. De la 9? costilla al borde Del 10? e < Mejoría 7 días Probablemente quinina 27 71 r. J { H. De la 7? á la 9? costilla De la 7? i ? 2 días Contrayerba y probablem. quinina. Probablemente quinina 28 73 No se examinó Desborda 2 dedos Del 11? a < 29 75 Sí. ? H. De la 8® á la 11? costilla De la 8? ¡j Probablemente quinina 30 77 Sí. ? H. Desborda 2 dedos De la 8? (j < < > < Probablemente quinina Se enfermó en El Venado (entre Tecomavaca y Oaxaca). Se enfermó en Tecomavaca. 31 78 No se examinó Desborda 5 dedos Desborda ? *. 32 79 No se examinó Desborda 6 dedos Desborda ledos Peor j Aumentó el bazo y siguieron los acce- 1 7 días Probablemente quinina f Se enfermó en Tomellín. El sabor amargo de la contrayerba \ le ha provocado basca. f Se enfermó en El Venado. Tomó 3 veces el medicamento, 6 \ días primero, 6 después y 9 por último. (Se enfermó en Tecomavaca. Cuando se suprimió la contra- -j yerba estuvo 3 días sin medicina y no tuvo acceso, que le ( dió el día que se administró pambotano. Se enfermó en Tecomavaca. 33 85 No se examinó Llega al nivel del ombligo Del 9? al \ sos J í ? (Siempre que se administró el medi-) -j camento bajó la temperatura, vol- l ( viendo á subir si se suspendía). ) f ? (No volvió á tener acceso con la con-1 21 días ? 34 87 Sí; antes T. Desborda 4 dedos Desborda ? 35 88 No se examinó Desborda 2 dedos < ? \ trayerba). J ? Quinina 36 89 Sí; antes T. Llega al nivel del ombligo 5 centímetros en la axilar ant.. Desborda I™ .. ... ? Polvo de Garaycoechea Probablemente quinina Se enfermó en Tecomavaca. 37 91 No se examinó 6 céntimo > < > < Se enfermó en Venta Salada (entre Tehuacán y Tecomavaca) r Se enfermó en Tehuacán. Es reincidente; hace 20 días salió \ sano del Hospital. Se enfermó en Malangar, cerca de Tecomavaca. f Se enfermó en Veracruz. Vomitó las dos terceras partes de ( medicamento. Se enfermó en Tomellín. 38 94 No se examinó Desborda 2 dedos Ligera obt Desborda ■ Quinina 39 98 No se examinó Desborda 4 dedos poco más de 4 dedos. Mejoría (yo diría curación). Mejoría (yo diría curación). Mejoría (yo diría curación). 40 99 No se examinó Desborda 3 dedos Del 7o esr> Probablemente quinina 41 100 No se examinó De la 10? costilla al borde ? Ninguna 42 104 No se examinó Desborda 6 centímetros Normal.... < < Se enfermó en México, de donde no ha salido hace 6 meses. 43 105 No se examinó Mide 3 centímetros Normal.... ? j Se enfermó en Tecomavaca. La curva térmica no tiene la for \ ma en escalera. Se enfermó en Tecomavaca. 44 106 Sí; durante T. Desde el 6? espacio al borde Mide 5 cei Desborda ! 4 días Ninguna 45 107 No se examinó Desborda 4 dedos < < 1 día primero y 2 después... Quinina f Se enfermó en Cuicatlán, curando espontáneamente; despué t reincidió en Tomatlán. f Se enfermó en Las Sedas. En Puebla se curó con quinina ( Reincidió en Río Frío. f Se enfermó en Tomellín; se curó en México con quinina, 3 \ reincidió en México, sin haber salido. Se enfermó en Tecomavaca. 46 110 Sí; antes y durante T. Desborda 4 dedos Quinina 47 112 No se examinó No se aprecia No se apre •da i •da íi tda 2 Quinina 48 114 No se examinó Desborda 2 dedos Desbo Desbo Desbo Polvo de Garaycoechea 49 115 No se examinó Desborda 3 dedos Igual / Seguía igual (dos días vomitó el medi- 1 ? Se enfermó en Tomellín. 50 116 No se examinó Desborda 2 dedos \ camento) / Quinina Se enfermó en Tecomavaca. 51 117 No se examinó M ide 4 dedos Mide ! ded < 3 días primero y 4 después. 3 días Quinina mucho tiempo f Se enfermó en La Cañada (cerca de Tomellín). No se pud< 52 119 No se examinó Desborda 2 dedos Desbo da 2 dedos Curación. ? No se cambió Quinina cuidt culi quimiici. í Se enfermó en Jojutla? Es sifilítico. El enfermo se dió de al t ta por considerarse curado; no volvió á tener fiebre. Se enfermó en México? 53 120 No se examinó Desborda 2 dedos Normal... . < > ? ? 54 121 Sí; después T. Desborda 1 dedo Desborda 2fWlns f Aumentó el bazo y la fiebre se hizo 1 Quinina f Se enfermó en Tehuacán. Al principio no dió resultado 1 55 124 Sí; durante T. ? Desborda (_ irregular j Café con limón \ quinina. Se enfermó en Santa María (cerca de Cuernavaca). / Se enfermó en México, de donde nunca ha salido. Diagnósti \ co dudoso. Se enfermó en Cuernavaca. 56 128 Sí (no hubo hematozoarios). Sí; antes y después No se aprecia No se anretin ? 57 146 T. Desborda 1 dedo Desborda Llorín f Hubo acceso tres días y se inició ea-1 Una yerba 58 147 Sí; antes, durante y después. No se examinó T. Mide 6 dedos Mide 3 dec < ? Mejoría (yo diría curación). Mejoría (yo diría curación). \ quexia J Sulfato de magnesia. ? f Se enfermó en Jojutla. Cuando salió del Hospital sólo se vi ■j en la sangre pigmento, habiendo existido antes hematozoa (. rios. ( Se enfermó entre Jojutla y Puente de Ixtla. Probablement \ disminuyó el tamaño del bazo. Se enfermó en Iguala. Se enfermó en Puente de Ixtla. 59 150 Desborda 2 dedos Mide 4 ded Mide 8 dec Espinosilla y fresno 60 151 Sí; durante T. Mide 3 dedos Ninguna 61 152 No se examinó Mide 4 dedos Mide 3 dec T" 1 ó dííi^ Ninguna 8 0 1 j0S torneros de la 1‘? columna corresponden á las observaciones anotadas adelante, y og ¿|e ]a 2“ columna al número que tienen estas mismas observaciones en el libro del Sr. Terrés.—(2) La letra II. quiere decir Hurtado y la T. Ierres. ESTADO DEL BAZO DESPUES 1>E TOMA; PSOR ALINA. CON EL USO DE LA PSOR ALINA en G1 observaciones: Empeoraron: ocho enfermos. No se modificaron: veinte enfermos. Mejoraron: diez y nueve enfermos. 'Curaron: catorce enfermos. .... SE HIZO EXAMEN MICROSCOPICO DE LA SANGRE. Aumentó en En «51 observaciones. En 14 curaci S. En 19 mejorías. Antes y después * En 61 observaciones. En 14 curaciones. En 19 mejorías. Ocho enfermos Ninguno Un enfermo. Cinco enfermos. Cuatro enfermos. Nueve enfermos. En cinco casos ,, tres casos En ninguno En dos casos. ,, dos casos. ,, ninguno. ,, ninguno. ,, un caso. „ un caso. Se ignora en Once enfermos Ninguno ,, dos casos ,, dos casos ,, ninguno Quedó igual en Disminuyó en Diez y siete enfermos Veinticinco enfermos Dos enfermos... Doce enfermos.. .... —J ? Total ,, siete casos ,, cinco casos ,, dos casos ,, ninguno En veinticuatro casos En cuatro casos En seis casos. Psoralea.—Pág. 159. 161 El Sr. Zúñiga que ha empleado mucho la psoralina, no pudo proporcionarme sus observaciones, entre las que me ha dicho tiene algunas verdaderamente bri- llantes; pero tuvo la bondad de darme su opinión res- pecto al valor terapéutico de la substancia en las si- guientes proposiciones: “Ia En el paludismo, la psoralina sola no da resul- tado. “2a En el paludismo franco ordinario, usada des- pués de la quinina, da buen resultado. “3a En las perniciosas, ni sola ni con quinina da resultado. “4a Abate bien la temperatura en las fiebres infec- ciosas como el tifo. “5a Da excelentes resultados en el telurismo de México. “6a Obra más eficazmente á pequeñas que á gran- des dosis: 3 á 6 cucharadas de vino de psoralina al día, abaten la temperatura de los tifosos, de 0°.5 á Io y más.” Aunque el Sr Zúñiga nunca ha hecho el examen de la sangre, ha ejercido bastante en Córdoba, Jala- pa, Yeracruz, Cuerna vaca, etc., lugares todos donde es endémico el verdadero paludismo. Después de lo que he dicho, nada tengo que agre- gar respecto de su primera proposición; en cuanto á la segunda, muchas veces he tenido oportunidad de convencerme de su verdad y aun ha sido una obser- vación que sin conocer las ideas del Sr. Zúñiga había hecho desde hace algún tiempo y que fué la que me dió la idea de considerar á la psoralina como una an- 162 tilisina. Por último, el Sr. Zúñiga me ha dicho, á pro- pósito de su tercera conclusión, que en los casos gra- ves, no ha experimentado la substancia, pues le pare- cía temerario perder el tiempo empleándola, cuando la indicación es tan urgente que no es raro ver morir en 24 horas y menos hombres robustos y fuertes, á pesar de la quinina y de toda medicación. En resumen, siendo casi de la misma opinión que el Sr. Zúñiga, me abstengo de entrar en más detalles sobre sus proposiciones, reservándome para otro lu- gar. El Sr. Huici experimentó poco la substancia por haberse separado en ese tiempo del Instituto, y aun- que no constan por separado sus observaciones por haberlas hecho en su mayor parte con el Sr. Terrés, tuvo la bondad de darme su opinión, que creo poder resumir en las tres proposiciones siguientes: “1* Abate seguramente la temperatura. Es dudosa su acción en el verdadero paludismo. “3* Parece eficaz en las intermitentes de México.” En cuanto á la segunda conclusión la asiento así porque aunque fueron muy pocos los casos en que la empleó, observó que unos curaban y otros no se mo- dificaban; pero en todos notó que bajaba siempre la temperatura, aunque este abatimiento unas veces era definitivo y en otras la temperatura volvía á elevarse tan luego como se suspendía el medicamento. Por lo que á la tercera respecta, la ha usado en casos en que no se ha hecho examen de sangre, en personas que no han salido de México, principalmente en niños y casi siempre con buen resultado. 163 Señalaré ahora la opinión de los otros dos miem- bros de la Sección de Terapéutica Clínica del Instituto Médico Nacional, los Sres. Grovantes y Yergara Lope. Dice el Sr. Grovantes en su trabajo ya citado: “Entre las observaciones que presento, tres son de personas que contrajeron la enfermedad en lugares pantanosos, las demás son contraídas en la Capital y en su mayor parte recogidas en la consulta. Todos los médicos saben bien las dificultades que se tienen para hacer un estudio detallado de los enfermos de consul- ta, y por este motivo dichas observaciones carecen del examen microscópico de la sangre con objeto de des- cubrir el plasmodium malar ice de Marchiafava y Celli, ó sea el hematozoario de Laveran, que constituye ac- tualmente el distintivo característico del impaludis- mo, é inquirir, por consiguiente, si en todos estos ca- sos ó en alguno de ellos se trataba positivamente de esta afección. Así es que, limitándome exclusivamen- te á atacar el síntoma intermitente, he administrado esta substancia en aquellos enfermos que manifesta- ban tener malestar á alguna hora del día, seguido de calofrío, calentura y sudor, ó que presentasen de una manera marcada cualquiera de estos estados, pero siempre bajo la forma de intermitencia, y que por el examen y conmemorativo correspondientes fuera pro- bable que este acceso no dependiera de una tubercu- losis, ni de supuración en alguna parte del organismo. En tales condiciones era de presumirse que se tratara de un envenenamiento séptico ó palúdico, ya depen- diendo de los miasmas de las atarjeas, que en tan ma- las condiciones están en la Ciudad, ó bien de una in- 164 fección palúdica á pesar de no haberse examinado la sangre ni descubierto por consiguiente los microbios de Marchiafava y Laveran. “En tales condiciones, he empleado los polvos y el extracto fluido de la Contrayerba, á dosis más ó me- nos elevadas según la intensidad de los accesos, y en casi todos los casos obteniendo un resultado favora- ble.” Pone en seguida sus observaciones, que adelante se verán (observaciones números G2 al 73), y agrega: “De estas observaciones, todas ellas de favorable resultado, se desprende el hecho positivo de que la Coutrayerba ha ejercido una acción curativa en estos enfermos afectados de intermitentes. ¿Habrá sido un fenómeno de coincidencia y estos enfermos se hubie- ran aliviado sin medicación alguna con sólo el trans- curso del tiempo, como pasa en las enfermedades agu- das y muy principalmente en la de que se trata, en la cual basta muchas veces modificar el medio en que el individuo se encuentra para que desaparezcan los ac- cesos, y por lo cua! se han recomendado tan diversos medicamentos, algunos de ellos considerados hasta como succedáneos de la quinina? observación 15*, (véase adelante la observación núm. 62) relativa á Antonio Méndez, parece demostrar lo contrario, pues en dicho enfermo que había permanecido algún tiem- po en Tierra Caliente y que presentaba los accesos típicos de esta enfermedad, fueron dominados con esta substancia. Al mes volvieron á repetirle dichos acce- sos y fueron dominados de nuevo con la administra- ción de la Contrayerba. 165 “¿Ejercerá entonces su acción destruyendo las plas- modias del impaludismo, ó solamente obrará como antitérmico, cuyas propiedades parece tener conforme á las experiencias hechas por el Sr. Dr. Toussaint? Soluciones son estas que solamente el tiempo aduna- do al estudio y á rigurosas observaciones resolverán, y vendrán á poner en su verdadero lugar el Aralor te- rapéutico de esta planta. Por ahora sólo me he limi- tado á dar á conocerá ustedes este conjunto de obser- vaciones, deseando que los resultados que he obtenido con esta medicación se confirmen, con objeto de que la Psoralea pentaphylla llegue á ocupar un lugar dis- tinguido en nuestra terapéutica nacional.” De lo anterior creo que puede deducirse: l9 La Contrayerba es antiperiódica. 29 No hay seguridad de que sea antipalúdica. 39 Ha dado buen resultado en el telurismo ó palu- dismo en México. Viénese notando también que en el verdadero pa- ludismo ha obrado muy bien, sobre todo usada des- pués de la quinina. En cuanto á que obra simplemente como un antitér- mico, no es de suponerse; pues un simple antitérmico abate la temperatura, pero no cura la intermitencia y menos la enfermedad que la produce, llámese paludis- mo, telurismo, infección, etc. Véase ahora lo que dice el Sr. Vergara Lope, en un trabajo que publicó en “El Estudio” 1 y titulado “Bre- ves apuntes para contribuir al estudio de la Psoralea pentaphylla.” 1 Véase “El Estudio,” f. IV, núm. 6, pág. 192. 166 “Deseo únicamente hacer una mención de datos in- teresantísimos que me ha proporcionado la observa- ción clínica respecto al uso de la Psoralea penta- phylla, empleada como medicamento antiperiódico. “Hace tres años que por vez primera vi usar por uno de mis maestros de la Escuela Nacional de Me- dicina el polvo de la raíz de este vegetal. Se trataba de una neuralgia facial palúdica, que había resistido por más de tres meses al tratamiento por la quinina y al empleo de los analgésicos, que no hacían sino calmar algunas veces la intensidad del dolor sin desterrarlo, y que dejaban á la enferma siempre lo mismo, si no es que peor, pues el estado general afectado necesaria- mente iba cada día siendo más malo; las fuerzas y el apetito iban disminuyendo, un color sub-ietérico y sucio empañaba la piel, la percusión mostraba el bazo aumentado de volumen, y en algunos días un ligero acceso febril típico acompañaba al neurálgico. Inme- diatamente después (al día siguiente) del empleo de la mencionada substancia, la intensidad de los dolores decreció notablemente, á los ocho días habían casi desaparecido, y el estado general se vió influenciado benéficamente, apareciendo la reposición de las fuer- zas y observándose á la vez la diminución de la área obscura que hacía conocer el volumen de la viscera, cuyo aumento unido á la periodicidad de la neuralgia y demás síntomas, habían hecho diagnosticar este caso como palúdico. El tratamiento por la Psoralea peniaphylla se sostuvo durante quince días á la dosis de 2 gramos de polvo, 1 gramo en la mañana y 1 gramo en la noche mezclados en una copa de vino jerez y en 167 maceración en el vino durante doce horas. Intentan- do aumentar esta dosis se provocaban náuseas á la enferma. La curación se hizo al fin completa sin te- ner que recurrir á ninguna otra medicina especial y tan sólo ayudando con un régimen tónico y reconsti- tuyente. “Después de este caso, que reclamó vivamente mi atención, he aplicado la misma medicina en multitud de otros, y en casi todos he obtenido éxitos ciertos cuando tenía que tratar con alguna de las manifesta- ciones del paludismo. No obstante, sin causa que me explicara la razón del resultado negativo, he visto al- gunos en que la curación no se obtenía, mientras en cambio en los primeros el efecto favorable se ha ma- nifestado claramente. “Continuamente recurro á la Psoralea, prefiriéndola á la quinina, y como he anticipado, casi siempre el éxito es seguro y rápido. ¿Cómo obra esta substancia? No sé aún, y difícil será saber lo que verifica en la intimidad de los elementos orgánicos, quizá como la quinina destruye los microorganismos que se conocen como causa del envenenamiento palúdico, tal vez mo- difica su medio vital, pero nada lie experimentado directamente respecto á este particular, y por el con- trario: sé que alguno que ha observado algo en este sentido no encuentra que obren sobre estos microorga- nismos, ó por lo menos que solamente los ataca en al- gunas de sus formas; pero sea de ello lo que fuere, en los muchos casos que reunidos llevo y que he compa- rado con algunas de las observaciones que constan 168 hechas en el Consultorio médico de la farmacia del Sr. Lozano, se demuestra casi constantemente la vio- lenta desaparición del paludismo en cualquiera de sus formas. “Siento mucho que no haya uniformidad de resul- tados, y diferir por esto en opinión respecto á lo que se ha dicho alguna vez sobre el uso de esta planta; pero esto no obsta para que yo consigne lo que he visto, y pongo los detalles de mis observaciones á la orden de las personas que deseen examinarlas. “Diré por último, que además de haber encontrado como propiedad principal la que se deduce de lo que antecede, he observado: “l9 Nunca es tóxica, y á dosis elevadas lo único que se advierte es náusea y algunos vómitos, quizá esto debido á una irritación directa de la mucosa gástrica, porque es más fácil de producir administrando el pol- vo á dosis, que contiene sin duda mucha menor canti- dad del elemento activo. “29 Empleando el extracto fluido se obtienen efec- tos más seguros y casi la certeza de no povocar náu- sea por mucho que se prolongue el tratamiento. “39 Obra con menos seguridad cuando se emplea simplemente como febrífugo en calenturas que no son palúdicas.” El Sr. Orvañanos, aunque sin haber experimentado mucho la psoralina, la ha aplicado algunas veces y de su uso ha sacado las conclusiones siguientes, que tuvo la bondad de comunicarme: l9 Es un antitérmico no muy activo usada á pe- queñas dosis por las vías digestivas. 169 Es muy enérgico en algunos casos usada en inyección hipodérmica aun á muy pequeñas dosis (0gr-005). No la ha experimentado en casos de paludismo con- firmado. En las remitentes de México le ha producido me- jorías. Desearía exponer con detalle las observaciones del Sr. Maldonado y Morón, tanto por su número (pasan de 200), como por su importancia; pues según su di- cho, contará apenas con 4 ó 5 por 100 de inéxitos; pero sus múltiples ocupaciones le han impedido apun- tarlas; por lo que tengo que contentarme con enunciar su opinión, que con muy buena voluntad me hizo favor de manifestarme en una entrevista que tuve con él. En esa entrevista el Sr. Maldonado me dijo, que cuando le recomendaron la substancia no creyó en su utilidad, acostumbrado como estaba á oir á cada mo- mento hablar de varias drogas cuya eficacia, entera- mente dudosa, era por regla general debida ó á la casualidad ó á una falsa interpretación; de manera que no se decidió á emplearla sino obligado por la necesidad en un niño que le trajeron de Tierra Calien- te que no había podido tolerar la quinina; obtuvo la curación rápida y completa del niño; pero en cuanto á la substancia, le quedaron dudas que se propuso aclarar, administrándola cuando se le presentó la oportunidad, pero siempre acompañada de quinina, pues á pesar del hecho evidente de curación que ha- bía palpado, no quería atribuirle acción antipalúdica; sin embargo, poco á poco fué disminuyendo la dosis 170 de quinina, llegando á prescribir una simple pomada de que al poco tiempo prescindió también, limitándose desde entonces al uso exclusivo de la psoralina, que sin cesar y durante varios años le ha dado siem- pre excelentes resultados, algunos de ellos brillantí- simos, y tan convencido ha quedado no sólo de la utilidad sino de la verdadera importancia de la psora- lina en el paludismo, que dice, que él, que antes de emplearla, tan partidario era de la quinina que no pa- saba un día sin que la recetara muchas veces, se ha olvidado por completo de su uso, limitándose exclusi- vamente al de la psoralina que le ha bastado en más de 200 casos para atacar el paludismo en todas sus formas y siempre que se le ha presentado. JNTo la ha empleado en otro padecimiento que el pa- ludismo, notando que por regla general, al siguiente día baja la temperatura, pero no se obtiene la cura- ción definitiva sino entre el quinto y el sexto, empe- zando desde el tercero á volver el apetito, lo que le ha llamado tanto la atención, que en unos cuantos en- fermitos desganados, aunque no palúdicos, la ha em- pleado como eupéptico; así es que dicho señor conclu- ye de sus numerosas observaciones: l9 Que la psoralina es un gran medicamento anti- pal lid ico. 2? Que es superior á la quinina, sobre todo en los niños: l9, porque administrada en vino azucarado la toman con agrado; 29, porque no produce perturbacio- nes digestivas, sino al contrario abre el apetito; 39, porque sus efectos son más rápidos, y 49, porque siem- pre, hasta ahora, ha obtenido con ella curaciones radi- cales. 171 39 Que es un buen eupéptico. Agrega que multitud de niños curados con psora- lina, pertenecen á familias de la Capital y que por lo mismo es fácil convencerse de la evidencia de sus ob- servaciones y que él está tan plenamente convencido de su eficacia, que no sólo la emplea siempre, sino que recomienda y recomendará á los médicos su uso de preferencia á la quinina, sobre todo en los niños. En vista de estas opiniones, todas fundadas y auto- rizadas, cualquiera que desee conocer el valor tera- péutico de la substancia en la enfermedad que nos ocupa, encontrará por lo menos dudas, pues ni es fá- cil quedar convencido de su utilidad, ni se puede desechar como inútil, que es lo que me ha sucedido; no tenía, pues, más medio de convencerme que recurrir á una observación clínica rigurosa y desgraciadamente, por razones que no son del caso exponer, no he podi- do llevarla á cabo y no todas mis observaciones tie- nen examen microscópico de la sangre; sin embargo, y aun prescindiendo de este examen, si no fuera por las opiniones en contra, diría yo que estaba conven- cido de la utilidad de la psoralina; en efecto, en la mayoría de los casos en que he podido experimentarla he obtenido éxitos y éstos han sido para mí tanto más notables, cuanto que los fracasos se encuentran en infinita minoría; pero, ¿cuál es la substancia medica- mentosa aun las de efecto más seguro como la digital, la cafeina, el bromuro, el opio mismo, la misma qui- nina, que no haya dado lugar á fracasos? En todo caso y aun con sus fracasos, tiene la ventaja inmensa de no ser tóxica ¡qué digo! ni siquiera produce acciden- 172 tes molestos ó desagradables, y si bien es cierto que en algunos casos ha producido náuseas, vómitos ó dia- rrea, como antes lie dicho, es por haber empleado preparaciones inadecuadas ó dosis enormes, verdade- ramente exageradas, y en mi concepto no sólo inútiles sino dañosas, si no por el efecto que produzcan, al menos por el tiempo que se pierde en auxiliar al en- fermo de otra manera, si la substancia ha sido inac- tiva en ese caso. ¿Cómo debemos tratar el paludismo? Esta enferme- dad tiene por causa el hematozoario de Laveran que obra por sí destruyendo los eritrocitos de que se ali- menta y muy probablemente por sus secreciones, pues aunque Laveran no lo admite porque dice que eso sólo es aplicable á las bacterias y este es un protozoa- rio, es ley general, que las excreciones de cualquier animal que provengan, son venenosas; de manera, que aquí debemos seguir un tratamiento semejante al que he indicado en las liebres; es decir, matar el he- matozoario, neutralizar sus secreciones y tonificar el organismo. La quinina ayudada de los tónicos realiza bien estas indicaciones; pero no me ocuparé de ella por no ser mi objeto, sólo hablaré de la psoralina. La psoralina parece atacar al hematozoario, lo que está comprobado por numerosas observaciones hechas con todo el rigor clínico; hay alguien que ha dicho que sólo los ataca en algunas de sus formas, lo que es perfectamente posible, explicando esto el que no siem- pre dé resultado; pero lo que me parece más proba- ble, es que produce transitoriamente un ligero estado bactericida en la sangre; de manera, que aunque no 173 mate directamente al liematozoario ó aun cuando sólo en algunos de sus estados lo haga morir, le impide re- pulular, se opone á su desarrollo, siempre que se en- cuentre debilitado ó entorpecido, sea por su edad, sea bajo la influencia de la quinina; así, creo que si la psoralina en el paludismo no es el succedáneo ideal de la quinina, sí es su poderoso adyuvante, y la prác- tica está de acuerdo con esta suposición, pues no sólo yo sino otras personas han notado que es casi segura la curación del paludismo por la psoralina empleán- dola después de la quinina; en consecuencia, no me parece errado modificar los tratamientos de Laveran y otros autores y aun los de cada médico en particu- lar en que la base única es la quinina, de la manera siguiente: 1er día, un vomi-purgante. 2? y 3er días, uno á dos gramos de clorhidrato de quinina en tres obleas repartidas en el día. Los días siguientes 0gr10 psoralina, si se emplea por la vía gástrica; 0gl 01, si se usa la hipodérmica, ad- ministrando estas dosis hasta la desaparición de los accesos. 15 á 20 días después de la desaparición de los ac- cesos, 0gr 04 á 0gl 05 si se ha utilizado la vía gástrica; 0gr005 si se ha recurrido á la hipodérmica. Regla general, después de este tiempo el enfermo está enteramente curado. Todo el anterior estudio de las indicaciones puede resumirse en las siguientes proposiciones: 1* La psoralina por su acción sobre el aparato cir- culatorio puede ser útil en las enfermedades siguien- 174 tes: aortitis, aneurismas, ateroma, hipertensión arterial, inflamaciones de las mucosas y serosas y algunas veces en las palpitaciones. 2* Por su acción sobre el aparato respiratorio pue- de emplearse con utilidad en los siguientes padeci- mientos: coriza, traqueitis, bronquitis, gripa, enfisema, asma y neumonía. La acción que ejerce sobre la nutrición hace pen- sar que quizá sea útil en la diabetes, la poliuria, la gota y el reumatismo. Vulgarmente se ha empleado con buenos resul- tados como emenagoga y antineurálgica. Puede considerarse como un excelente, si no es como el mejor antipirético, y su utilidad como tal es indudable en todas las fiebres, sobre todo las de origen infeccioso, entre ellas la tuberculosis. fP Es muy probablemente antipalúdica, pues parece atacar á los hematozoarios, aunque sólo en algunas de sus formas ó cuando están entorpecidos por la qui- nina. Como consecuencia de lo anterior, es muy con- veniente en el paludismo franco, usarla después de saturar, por una sola vez, el organismo de quinina. Parece ser un medicamento específico de lo que se ha llamado telurismo. 2?—FARMACOLOGÍA. Es difícil definir lo que es la farmacología; se le confunde frecuentemente con la terapéutica, la farma- cia y la materia médica. Rabuteau la considera idén- tica á la materia médica: “La farmacología (> »■ 36 „ „ 39.5 4 gramos bis contrayerba. Nbre. 8.—A. M. 36. P. M. 36.2 ,, 9.— ,, „ 36.2 „ „ 36.3 » 10— „ „ 36.3 „ „ 36.2 „ 11— „ „ 36.2 „ „ 37.1 3 gramos bis contrayerba. Nbre. 12.—A. M. 36.5 P. M. 38. „ 13.—„ „ 37.6 „ „ 36.2 „ 14.—„ „ 36.4 „ „ 36.1 » 15— „ „ 37.2 „ „ 37.2 4 gramos contrayerba en la mañana. Nbre. 16.—A. M. 37 P. M. 37.4 » 1~- i) v 36.5 „ ,, 37. „ 18.— ,. „ 36.6 „ „ 37. ,, 19— „ „ 36 „ „ 37. » 20.— „ „ 36 „ „ 37.2 » 21— „ „ 37 „ „ ? » 22.-,, „ 36.4 „ „ 37. Se suspende la contrayerba. Nbre. 23.—A. M. 36.3 P. M. 36.3 „ 24.— ,, „ 36.3 „ „ ? „ 25.— ,, „ 36.4 „ „ 38. „ 26.— ,, „ 36.5 „ „ 38. „ 27.— ,, „ 36.6 „ „ 36.7 >, 28.-,, „ 36.7 „ „ ? 194 NUMERO 2. Cama núm. 30.— Observación núm. 12.—20 de Enero de 1891• Hermenegildo Castillo, de Salvatierra, soltero, de 34 años, zapatero, con habitación en la calle del Organo. Hace dos años tuvo en Medellín fríos que le duraron dos meses. La enfermedad actual comenzó en Jalapa. Los accesos eran cuotidanos. El bazo desbordaba tres dedos de las falsas costillas. La calentura era acompañada de dolores en los miembros inferiores. Tuvo una bronquitis catarral. Al darse de alta el día 27, el bazo desbordaba todavía un dedo de las falsas costillas. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—3gr-00 bis polvos de psoralea pentaphylla. Terminación:—Mejoiía (alia voluntaria). Enero 20.—A. M. 36.7 P. M. 37. „ 21.— „ „ 37 „ „ 36.5 „ 22.-,, „ 36.2 „ „ 36.2 „ 23.-,, „ 36.3 „ „ 36.7 „ 24.-,, „ 36.9 „ „ 37.8 „ . 25.-,, „ 36.9 „ „ 37.8 » 26.-,, „ 37 „ „ 38.2 >■> 27. ,, ,, 36.8 ,, ,, (Hecha en el Hospital general de San Andrés, Sala de Clí- nica de 3er año.—Terrés). NUMERO 3. Cama núm. 22.— Observación núm. 1£.—13 de Enero de 1891. Camilo Zamora, de México, soltero, de 25 años, zapatero, con habitación en la calle de las Moscas núm. 5. No hay antecedentes hereditarios de importancia. En el año de 1880 tuvo síntomas de sífilis (ulceración en el pene, adeni- tis inguinal no supurada, erupciones cutáneas). 195 Hace un año comenzó en Veracruz á tener las calenturas intermitentes tercianas. Entraba al hospital, se aliviaba, salía y volvía á enfermarse, y así estuvo por espacio de nueve me- ses, después de los cuales pasó á Jalapa en calidad de peón en los trabajos del Ferrocariil Interocéanico, y en el Hospital de esta última población permaneció un mes y medio. Después vino á México. Hace cuatro evacuaciones diarias muy líquidas. El bazo mide 14 centímetros en la línea axilar posterior, 15 en la anten'or, 12|en la mamilar; está muy duro, escotado y poco doloroso. Se le administraron al día dos papeles de á 4gr- 00 de polvo de psoralea pentaphylla. Día 14. Tuvo ayer seis evacuaciones sin cólicos. Se le pres- cribieron 4gr-00 bis contrayerba y 0gr-10 extracto de sangre- grado cada dos horas. Día 15. Sólo tomó ayer cuatro dosis de sangregrado y no tuvo evacuaciones. Se le prescriben otras cuatro dosis de á 0gr-10 y 4gr-00 bis polvo de contrayerba. Día. 16. Habiendo desaparecido las evacuaciones se le sus- pende el sangregrado y se continúa con los polvos de contra- yerba. Día 17. Considerándose muy mejorado, el enfermo pide su alta. Diagnóstico:—Impaludismo é hipertrofia palustre del bazo. Complicaciones: —Enteri tis. Tratamiento:—4gr>00 bis polvos de psoralea pentaphylla y extracto de sangregrado para la complicación. Terminación:—Curación de la enteritis y mejoría del palu- dismo. Enero 14.—A. M. 37.2 P. M. 39.7 » 15— „ „ 37.2 „ „ 38.2 „ 16.— „ „ 36.8 „ „ 36.8 (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 5? año.—Terrés). 196 NUMERO 4. Cama núm. 29.— Observación núm. 15.—28 de Dbre. de 1890. Cenobio Hernández, de Querétaro, soltero, de 20 años, si- llero, con habitación en el callejón de Santiago. Comenzó á enfermarse en Jalapa. Los accesos eran cuoti- dianos. El día 28 de Diciembre el bazo desbordaba Ires dedos de las falsas costillas. Se le prescribieron 0gr-10 ter de psora- 1 ¡na en píldoras. Día 29. El enfermo afirma que ayer á medio día tuvo acce- so pero de poca duración. El mismo tratamiento. Día 30. Ayer sólo tuvo calofrío. 0gr-30 psoralina disuelta en vino jerez en una sola dosis en la mañana. Día 31. Se ha sentido perfectamente bien. El mismo trata- miento. Día 1? de Enero de 1891. Pide salir del Hospital. El bazo no desborda de las falsas costillas, pero por la percusión se nota crecida el área esplénica. Diag nóstico:—I m p al u di s m o. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina 0gr-30 diarios. Terminación:—Mej oría. Dbre. 28.—A. M. 37 P. M. 37. M 39.— ,, „ 36.4 „ „ 36.5 » 30.-„ „ 36 „ „ 36.2 „ 31— „ „ 36.2 „ „ 36. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). NUMERO 5. Cama núrn. 18.—Observación núm. 16.—19 ele Dbre. de 1890. Arturo Aguilar, de México, soltero, de 19 años, jornalero, sin domicilio. Comenzó á enfermarse hace un mes en el Pílenle Nacional 197 (Veracruz). Los accesos se presentaban unas veces en la ma- ñana, otras en la tarde. Hacía de tres á cuatro evacuaciones diarias. La matitez esplénica ocupaba todo el hipocondrio iz- quierdo y había dolor difuso en todo el abdomen. Dbre. 19.—A. M. 36.4 P. M. 37.4 Tuvo ayer cuatro evacuaciones. Dieta láctea. 0gr 30 psoralina. Dbre. 20.—A. M. 38.3 P. M. 39.8 Ayer tuvo ti*es evacuaciones. Dbre. 21.—A. M. 36.5 P. M. 36.4 „ 22.-,, „ 36.5 „ „ 36.2 Una evacuación. 23 36 2 36 0gr-20 de psoralina. Dbre. 24.—A. M. 36.4 P. M. 36.2 Habiendo desaparecido la diarrea desde hace tres días, se le suprime la dieta láctea. Dbre. 25.—A. M. 36 P. M. 36.5 Sin medicamento. Dbre. 26.—A. M. 36.4 P. M. 38. Granulo bis de 0gr 001 de sulfato de estricnina. Dbre. 27.—A. M. 36.4 P. M. 38. 0gr-20 de psoralina. Dbre. 28.—A. M. 38.8 P. M. 38.8 Han vuelto las evacuaciones sin que el enfermo se haya fijado en la cantidad do ellas. Se suprime la estricnina, Dbre. 29.—A. M. 36.7 P. M. 37.5 Hizo ayer cuatro evacuaciones. Pozuelo bis de cocimiento blanco. Dbre. 30.—A. M. 38.6 P. M. 36.5 Hizo ayer siete evacuaciones. 198 Dbre. 31.—A. M. 36.8 P. M. 39.4 Hizo ayer cinco evacuaciones. 0gr30 de psoralina. Enero 19—A. M. 37.1 P. M. 37.3 Hizo ayer una evacuación. Enero 2.—A. M. 36.6 P. M. 36.6 Se suprime el cocimiento blanco. Enero 3.—A. M. 36.1 P. M. 36.7 j, 4.—,, ,, 35.3 „ „ ? „ 5.— ,, „ 35.6 „ „ 35.6 „ 6.—,, ,, 35.9 ,, ,, 35. < jj 7. „ ,, 35.6 ,, ii 35.5 0gr-20 psoralina. Enero 8.—A. M. 36 P. M. 37.5 „ 9.— „ „ 36.5 „ „ 36.6 „ 10.— „ „ 36.6 „ „ 36.7 „ 11.— ,, „ 36.8 ,, ,, 37.5 ,, 12.— „ „ 36.6 ,, „ 37. )) 13.— ii ii 36.5 „ ,, 36.5 Sin medicamento. Enero 14.—A. M. 37.5 P. M. 37.7 „ 15.— „ „ 36.7 „ „ 36.4 „ 16 —„ „ 36.5 „ „ 39.3 0gr,20 de psoralina. Enero 17.—A. M. 37 P. M. 37.7 ii 18.— ii i, 38 i, i, 39.5 0gr,30 de psoralina. Enero 19.—A. M. 37.1 P. M. 38. ii 20.—,, ,, 38.3 ,, ,, 36. „ 21.— „ „ 35.4 „ „ 35.3 „ 22.-,, „ 36.2 „ „ 36.5 „ 23.-,, „ 35.4 „ „ 35.6 i, 24.—,, ,, 35.7 „ „ 35.3 „ 25.-,, „ 35.3 „ „ 35.8 „ 26.-,, „ 36.5 „ 36.2 97 QV 7 ti ii ti ii n 199 Sale del Hospital. La área esplénica se extiende de la 9? costilla al 11? espacio intercostal, en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Psoralina; dieta láctea y cocimiento blanco para la complicación. Terminación:—Mej oría. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). Cama núm. 31.— Observación núm. 31/..—31 de Mayo de 1891. NUMERO 6. Valentín Hernández, de Toluca, soltero, de 27 años, tejedor, sin domicilio. Ha padecido el paludismo en otra época que no precisa. Hace seis meses comenzó á enfermarse en Matamoros, de calenturas de tipo intermitente cotidiano. Comenzaba el ca- lofrío á las 12 del día, á la una era sustituido por calentura que terminaba á las 4, con sudor ligero. Este estado se sostu- vo por tres meses, después de los que vino el enfermo á la Capital, y aquí ha logrado que algunas veces se suspendan los accesos por corto tiempo. Hace tres meses empezó á tener edemas en los pies y desde poco tiempo antes hasta la fecha, tiene diarrea, haciendo, por término medio, 3 ó 4 evacuacio- nes diarias, amarillas y sin dolor. Hace diez días comenzó á tener una poca de tos con esputos blancos y escasos. Por la exploración se encontró el bazo desbordando como dos centímetros á las falsas costillas; anemia muy pronunciada; edemas en ambos miembros inferiores; un soplo suave en el primer tiempo y en la punta del corazón. Tiene anorexia, sed y amargor de boca. Se le sujetó á la dieta láctea y se le prescribieron cuatro píl- doras do 0gr- 25 de extracto de cáscara amarga, repartidas: lKr 00 extracto cáscara amarga. 200 Junio 2.—A. M. 37.4 P. M. 37.G „ 3.—„ „ 37.8 „ „ 37.9 Epistaxis abundantp; continúa la diarrera. 0gr 03 do extracto tebaico al día. Junio 4.—A. M. 38.3 P. M. 39.2 Otra epistaxis. Junio 5.—A. M. 38.9 P. M. 38.9 Otra epistaxis. 8gr 00 contrayerba. Junio 6.—A. M. 36.8 P. M. 37.7 Se suprime el opio. i? ,, ,, 36. i ,, 40. 12gr 00 polvo de contrayerba. Junio 8.—A. M. 36.6 P. M. 40.2 „ 9.-,, „ 36.7 „ „ 37.2 „ 10.- „ „ 36.4 „ „ 37. Dice que á media noche tuvo acceso de calentura. Junio 11.—A. M. 37.2 P. M. 37.2 „ 12.- „ „ 37.2 „ „ 37.2 „ 13— „ „ 38.1 „ „ 36.8 lgr 00 clorhidrato de quinina. Junio 14.—A. M. 40.2 P. M. 36.5 „ 15— „ „ 36.7 „ „ 37. „ 16—„ „ 36.6 „ „ 37.1 „ 17—„ „ 36.5 „ „ 36.8 „ 18—„ „ 36.6 „ „ 36.8 „ 19—, „ 36.6 „ „ 36.8 „ 20.- „ „ 36.4 „ „ 36.8 >• 21.— „ „ 36.7 „ „ 37. Ligera epistaxis. Junio 22.—A. M. 36.6 P. M. 36.5 *) 23.—,, ,, 36.7 „ ,, 36. 201 Ha desaparecido completamente la diarrea. 0gr 50 clorhidrato de quinina. Junio 24—A. M. 36.4 P. M. 37. 77 25.—,, „ 36.9 „ ,, 36.9 „ 26—„ „ 36.7 „ „ 36.8 „ 27—,, „ 36 „ „ 36.9 „ 28—,, „ 36.6 „ „ 36.8 » 29—,, „ 36.5 „ „ 36.4 „ 30—„ „ 37 „ „ 37.7 20 gotas de solución de Fowler. Julio 19—A. M. 36.6 P. M. 36.8 „ 2.— ,, „ 36.7 „ „ 36.7 „ 3.— „ „ 36.6 „ 36.8 >. 4.-,, „ 36.8 „ „ 37. >» 5- }, )i 36.7 ,, ,, 37.3 » 6.-,, „ 37 „ „ 36.9 „ 7.— ,, „ 37 „ „ 36.8 i» 8-—» » -36.4 „ „ 36.6 » 9.— „ „ 36.6 „ „ 36.4 „ 10.- „ „ 36.7 „ „ 36.8 „ 11—„ „ 36.8 „ „ 36.4 „ 12— „ „ 36.7 „ „ 36.8 77 13-—,, ,, 36.6 „ „ 35.? „ 14— „ „ 36.4 „ „ 36.8 „ 15— „ „ 36.7 „ „ 37. Peso igual á 119 libras. Con el objeto de comprobar la acción tónica y aperitiva del extracto de cáscara amarga (de Michoacán), se le prescribió un gramo al día. El 22 del propio mes pesaba 116 libras; se aumentó la dosis á lgr-50 y se sostuvo hasta el día 31, en que salió el enfermo del Hospital, pesando 117 libras. No tu- vo calentura mientras tomó la cáscara, ni se desarregló su aparato digestivo. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. 202 Tratamiento:—Contrayerba, quinina y arsénico. Terminación:—Igual con la Contrayerba. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). Cama núm. 25.—Observación núm. 38.—15 de Junio de 1891. NUMERO 7. Antonio Sandoval, de México, soltero, de 21 años, albañil, con habitación en el callejón del Hueso. Ha padecido de tifo y de adenitis cervical é inguinal supuradas. Hace dos meses comenzó á enfermarse, atribuyendo su en- fermedad á una contusión en la región lombar. A la una de la larde comenzaba á tener calofrío que le duraba una hora; en seguida calentura durante media hora ó poco más, y des- pués sudaba un poco. Desde entonces hasta hoy ha sentido estos fenómenos. Actualmente tiene apetito, mucha sed y mal sabor de boca; tiene también desvanecimientos, se ha adelgazado, le han dis- minuido las fuerzas y duerme bien. La cara está pálida y abo- tagada, el bazo sobresale cuatro dedos de las falsas costillas, todo el hipocondrio izquierdo está mate. En toda la región precordial se oye un soplo en el primer tiempo, pero el máxi- mum está un poco ariiba y adentro de la punta. 9gr 00 polvos de pambotano. Junio 16.—A. M. 38.1 P. M. 38. „ 17-- „ „ 37 „ „ 38. 12gr 00 polvos do pambotano. Junio 18.—A. M. 36.8 P. M. 37.6 „ 19.- „ „ 36.4 „ „ 36.7 „ 20.- „ „ 36.3 „ „ 36.8 21.— „ „ 36.9 „ „ 37.5 » 22.-,, „ 36.7 „ „ 37. 0gr 60 psoralina en jerez. Junio 23.—A. M. 36.7 P. M. 38. 203 El bazo está más crecido que en el día 15 y el enfermo refiere que todos los días tiene calofrío. Junio 24.—A. M. 37.1 P. M. 37.2 „ 25.-,, „ 36.4 „ „ 37.2 El bazo sigue creciendo. lgr 50 clorhidrato de quinina. Junio 26.—A. M. 37 P. M. 37.3 „ 27.-,, „ 36.8 „ „ 36.4 Cólicos y diarrea desde hace dos días. Tres centigramos dia- rios de extracto tebaieo. Junio 28.—A. M. 36.8 P. M. 37.6 „ 29.-,, „ 36.6 „ „ 37. „ 60.-„ „ 36.7 „ „ 36.6 lgr00 clorhidrato de quinina. Julio 19—A. M. 36.4 P. M. 36.9 » 2.-,, „ 36.6 „ „ 37.8 Se suprime el opio, porque han cesado los síntomas abdomi- nales. Julio 3.—A. M. 36.8 P. M. 36.9 „ 4.— ,, „ 36.6 „ „ 36.6 0gr-50 clorhidrato de quinina. Julio 5.—A. M. 37 P. M. 35.4 „ 6.-,, „ 36.9 „ „ 37.1 » 7.-,, „ 36.6 „ „ 37.1 20 gotas Fowler. Julio 8.—A. M. 37.3 P. M. 36.9 •n 9.— „ ,, 36.9 ,, ,, 36.4 „ 10—„ „ 37.1 „ „ 37.5 20 gotas Fowler y lgr00 clorhidrato de quinina. Julio 11.—A. M. 37.8 P. M. 38.8 „ 12—„ „ 37.7 „ „ 38. „ 13—„ „ 36.8 „ „ 37. „ 14—„ „ 36.6 „ „ 37.2 „ 15.- „ „ 37.2 „ „ 36.7 204 Julio 16.—A. M. 36.8 P. M. 37.4 » 17.—„ „ 36.8 „ „ 36.4 ,, 18—,, ,, 37.5 „ „ 36.7 „ 19—„ „ 36.6 „ „ 36.8 » 20— „ „ 36.7 „ „ 37.5 21.—„ „ 37.1 „ „ 37.8 » 22.-,, „ 36.8 „ „ 37. „ 23.— „ „ 36.8 ,, „ 36.9 „ 24.— ,, „ 36.6 „ „ 36.7 ,, 25.— „ ,, 36.4 „ ,, 36.8 20 gotas Fowler. Julio 26.—A. M. 36.8 P. M. 37. La matitez espléniea está normal. Julio 27.—A. M. 36.7 P. M. 37. „ 28.-,, „ 36.7 „ „ 37.1 „ 29.-,, „ 36.6 „ „ 36.7 „ 30.—„ „ 36.6 „ „ 36.8 ,, 31.— „ ,, 36.8 „ „ Sale del Hospital. Diagnóstico:—Pal u d is m o. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Pambotano, psoralina, quinina, arsénico y opio. Terminación:—Peor con la psoralina. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). NUMERO 8. Cama núm. 5.— Observación núm. Ift.—31 de Julio de 1891. Juan Esquível, de México, soltero, de 31 años, jornalero, con habitación en la calle del Sol. Hace 16 días que principió á estar enfermo en Tecomavaca, (Estado de Oaxaca). Todos los días á las cuatro de la tarde, 205 le comenzaba el calofrío, precedido de cansancio general; le duraba dos horas y era seguido de calentura, que terminaba á las 12 de la noche con abundante sudor en todo el cuerpo. El día 1? de Agosto se sentía el borde del bazo llegando hasta el borde costal; al tocarlo se provocaba dolor. 16gr 00 polvos de contrayerba. Agosto 1?.—A. M. 36.4 P. M. 39.6 » 2.— ,, „ 36.6 „ „ 39.7 )> 3.— „ „ 36.4 „ „ 40.1 n 4— v » 36 „ „ 40.3 Pesa 123 libras. Agosto 5.—A. M. 36.7 P. M. 40.2 0gr 60 psoralina. Agosto 6.—A. M. 36.4 P. M. 39.8 El bazo desborda dos dedos de las falsas costillas. Agosto 7.—A. M. 36.6 P. M. 40.2 lgr 50 de clorhidrato de quinina. Agosto 8.—A. M. 38.3 P. M. 39.2 » 9.— ,, „ 36.6 „ „ 37.9 » 10—» » 36.6 „ „ 37.1 Tres píldoras de Yallet. Agosto 11.—A. M. 35.8 P. M. 35.4 Diarrea. Se suprimen las píldoras de Yallet y se prescribe 0gr01 de extracto tebaico cada dos horas. Agosto 12.—A. M. 36.6 !. P. M. 37.1 13— „ „ 36.4 „ „ 36.5 „ 14— „ „ 36.4 „ „ 36.8 „ 15— „ „ 36.7 „ „ 36.5 0gr,50 clorhidrato de quinina. Agosto 16—A. M. 36.8 P. M. 38.7 „ 17—„ „ 37 „ „ 38. „ 18—„ „ 36.7 „ „ 36.4 „ 19—„ „ 36.6 „ „ 36.7 206 Agoste 20.—A. M. 36.7 P. M. 36.6 i, 21.- „ „ 36.8 „ „ 36. „ 22.— ,, „ 36.4 „ „ 36.6 » 23.— ,, „ 36.4 „ „ 36.6 » 24.—,, „ 36.4 „ ,, 36.5 „ 25.-,, „ 36.4 „ „ 36.4 Se suprime el opio, porque ha desaparecido la diarrea, y se vuelven á dar píldoras de Yallet. Agosto 26.—A. M. 36.4 P. M. 36.4 „ 27.-,, „ 36.4 „ „ 36.8 „ 28.— ,, „ 36.4 „ „ 36.5 „ 29.-,, „ 36.5 „ „ 36.7 ,, 30.— „ „ 36.4 „ ,, 36.4 „ 31.-„ „ 36.4 „ „ Sale del Hospital pesando 108 libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones: —Enteritis. Tratamiento:—Contrayerba, psoralina, quinina, fierro y opio. Terminación:—Peor con la Contrayerba y la psoralina. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). NUMERO 9. Cama núm. 26.—Observación núm. —3 de Agosto de 1891. Miguel García, de Ixhuallán, soltero, de 29 años, jornalero, sin domicilio; tiene solamente como antecedente patológico una blenorragia. Hace 15 días, á consecuencia de haberse mojado en Tulan- cingo, comenzó á enfermarse, teniendo calofrío precedido de cansancio general, á las tres de la tarde, durando esto hasta las ocho de la noche, hora en que se sentía con calentura que terminaba hasta las dos de la mañana, sin ser seguida de sudor. 207 Así ha continuado todos los días, con la diferencia de que al- gunas veces suda después de la calentura. Sin estar sujeto á ningún tratamiento ha caminado á pie desde Tulancingo hasta México. Acostumbraba tomar seis centavos diarios de aguardiente y cuatro de pulque. Tiene poco apetito, mucha sed y amargor de boca. El buzo desborda un dedo de las falsas costillas. Agosto 4. lgr00 de extracto de zabila que le provocó cuatro evacuaciones. Agosto 4.—A. M. 36.6 P. M. 39.7 0sr-40 psoralina. Agosto 5.—A. M. 38.6 P. M. 39.9 0gr 60 psoralina. Agosto 6.—A. M. 36.8 P. M. 40.1 „ 7.-,, „ 38 „ „ 36.3 ? Habiendo continuado con diarrea desde el día 4 en que tomó un gramo de extracto de zabila, se le prescribe lgr 00 de extracto de sangregrado. Pesa 110 libras. Agosto 8.—A. M. 36.7 P. M. 39.9 lgr20 de psoralina. Agosto 9.—A. M. 37.6 P. M. 39.8 „ 10— „ „ 36.7 „ „ 38.7 „ 11— „ „ 38.1 „ „ 39.6 „ 12— „ „ 37.1 „ „ 40.6 lgr 00 clorhidrato de quinina. Agosto 13—A. M. 38.2 P. M. 38.8 Ha continuado evacuando de tres á cinco veces al día. Se le suprime el extracto de sangregrado á pesar de que continúa la diarrea. Agosto 14.—A. M. 37 P. M. 37.5 „ 15—„ „ 36.4 „ „ 36.8 „ 16.—„ „ 36.4 „ „ 36.7 „ 17.— „ „ 36.4 „ „ 37.5 208 Agosto 18.—A. M. 36.4 P. M. 36.6 ii Ph—ii ii 36.4 „ ,, 37. „ 20.- „ „ 36.4 „ „ 37.2 0gr50 clorhidrato de quinina. Agosto 21.—A. M. 36.6 P. M. 36.7 » 22.-,, „ 36.7 „ „ 36.7 „ 23.— ,, „ 36.4 „ „ 36.8 „ 24.-,, „ 36.7 „ „ 36.8 ii 25.— „ „ 36.7 ,, ,, Sale de Hospital pesando 108 libras. Desde el día 17 desapa- reció la diarrea. La matitez esplénica está normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteri tis. Tratamiento:—Psoralina, clorhidrato de quinina, zábila y sangregrado. Terminación:—Peor con el uso de la psoralina. NUMERO 10. Cama núm. 13.—Observación núm. lf.5.—11 de Agosto de 1891. Jesús Contreras, de San Luis de la Paz, soltero, de 26 años, peón en el Ferrocarril del Sur, habita en el puente de la Can- delarita y ha padecido de enteritis. Estando de trabajador en el Ferrocarril, entre Tecomavaca y Oaxaca, comenzó hace 15 días á enfermarse de dolor en el estómago y deposiciones amarridas, muy líquidas é indoloras. Hace siete diarias por término medio. Por esta causa aban- donó su trabajo y vino á pie áesta Capital, á donde llegó hace ocho días. Entonces fue cuando empezó á padecer de fríos. Como á las 12 del día tenía calentura, acompañada de sudor localizado en la cabeza y pecho, y á las dos de la tarde le co- menzaba el calofrío muy intenso, que le duraba una hora; des- pués quedaba muy cansado y dolorido de todo el cuerpo. Poco á poco se ha ido retardando el momento de aparición 209 del acceso y actualmente le principia entre cinco y media y ocho y media de la larde. Tiene mucha sed, muy poco ape- tito y hace de cinco á seis evacuaciones diarias; el bazo des- borda un centímetro de las falsas costillas y en ese lugar hay dolor espontáneo que aumenta por la presión. Ha adelgazado y perdido las fuerzas. Agosto 12.—A. M. 39 P. M. 41.2 Se le prescriben 100gr 00 de vino de psoralina al 1 p.§ . Tuvo una evacuación. Agosto 13.—A. M. 38.7 P. M. 36.7 lgr 50 psoralina. Agosto 14.—A. M. 39.7 P. M. 37.9 „ 15.— „ „ 38.3 „ „ 37.6 „ 16.— „ „ 39.6 „ „ 37.6 „ 17.—„ „ 38.2 „ „ 37.5 16gr 00 polvos de pambotano. Agosto 18.—A. M. 38.6 P. M. 36.9 „ 19.— „ „ 38.2 „ „ 37.7 lgr 50 clorhidrato de quinina. Agosto 20.—A. M. 38.4 P. M. 37. Pesa 101 libras. El bazo desborda más de cuatro dedos de las falsas costillas. Indudablemente ha empeorado el enfermo y re- fiere que en la noche le da el acceso con fuerza. Desde el día 13 tiene de tres á cinco evacuaciones diarias. Agosto 21.—A. M. 39.1 P. M. 37.6 „ 22.-,, „ 36.7 „ „ 36.6 „ 23.-,, „ 36.9 „ „ 36.4 „ 24.-,, „ 36.6 „ „ 36.4 lgr00 clorhidrato de quinina. Agosto 25.—A. M. 36.4 P. M. 36.4 Se suprime la quinina. Agosto 26.—A. M. 36.4 P. M. 36.4 Desde el día 23 desapareció la diarrea. La matitez esplénicase 210 extiende de la 99 costilla al 119 espacio, en la línea axilar media. Pesa 99£ libras. Agosto 27—A. M. 36.4 P. M. 37.8 >> 28.—,, ,, 36.9 „ ,, 36.5 » 29.—,, ,, 36.3 „ ,, 36.6 „ 30— „ „ 36.6 „ „ El enfermo es dado de alta. Pesa 102 libras y la matitez es- pión ica está casi igual al día 26. Diagnóstico:—Paludismo. (Parece que se examinó la sangre á este enfermo; pero como se ve en la historia, no dice ni cuándo, ni cuál fué el resultado). Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Psoralina, pambotano y quinina. Terminación:—Peor con la psoralina. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). NUMERO n. Cama núm. 25.— Observación núm. 4-6.—12 de Agosto de 1891. Mariano Laguna, de Galpulalpan, soltero, de 22 años, peón del Ferrocarril del Sur, habita en la plazuela de Tepito y an- teriormente ha padecido de blenorragia. Comenzó á enfermarse hace ocho días, yendo de Tecoma- vaca á Tehuacán, en un punto llamado San Antonio. Refiere que venía huyendo de los fríos que daban en Tecomavaca á todos los trabajadores. En San Antonio venía sudando cuan- do cayó á un río, y desde entonces comenzó su enfermedad. A las 10 de la mañana tuvo calofrío muy intenso, que duró dos horas y fue seguido de calentura que terminó en la noche por sudor abundante de todo el cuerpo. Todos los días ha tenido estos accesos, pero ya no le da el calofrío en la ma- ñana sino á las 4 de la tarde; después viene la calentura y en seguida el sudor. Acostumbraba tomar todos los días una copa de aguardiente, y en México, cuatro centavos de pulque. 211 Tiene mucha sed, cefalalgia continua que se le exacerba después del calofrío y duerme bien. El bazo desborda dos de- dos de las falsas costillas. Agosto 13.—A. M. 36.6 P. M. 39.6 Pesa 98J libras. lgr60 de psoralina. Agosto 14.—A. M. 36.8 P. M. 40.4 16gr 00 polvos de pambotano. Agosto 15.—A. M. 37.6 P. M. 39.1 Hace siete á ocho evacuaciones diarias, muy líquidas, sangui- nolentas y con tenesmo. 0gr 01 ter. de extracto tebaico. Agosto 16.—A. M. 36.5 P. M. 39.9 „ 17.—„ „ 36.4 „ „ 38.8 Continúan las evacuaciones con los mismos caracteres. En lu- gar del tebaico toma cada dos horas una cucharadita de: inf. de lgr 00 de ipeca. 100gr 00. Láudano de Syd. lgr 50 j. c. b. Agosto 18.—A. M. 36.4 P. M. 39.1 lgr00 de clorhidrato de quinina. Agosto 19.—A. M. 36.8 P. M. 38.5 Pesa 95 libras. El bazo desborda dos dedos. No se han corre- gido las evacuaciones, más bien han aumentado. Agosto 20.—A. M. 36.8 P. M. 36.7 >, 21.— „ „ 36.6 „ „ 36.6 „ 22.-,, „ 36.6 „ „ 36.6 „ 23.-,, „ 36.4 „ „ 36.8 )> 24.—,, „ 36.4 „ ,, Sale del Hospital pssando 981 libras y con obscuridad espié- nica desde la 10? costilla hasta el borde del hipocondrio. Desde el día 20 comenzó á mejorar de la colitis y ayer sólo una vez evacuó, sin tenesmo ni hemorragia. Diagnóstico:—Paludismo. (Parece que se examinó la sangre en este enfermo). 212 Complicaciones:—En tero-col itis. Tratamiento:—Psoralina, pambotano, quinina, opio é ipeca. Terminación:—No se observa modificación con la psoralina. NUMERO 12. 29 de Mayo de 1892. El mismo enfermo del número anterior volvió diciendo que había permanecido en esta Capital trabajando en su oficio, sin sentirse enfermo; pero hacía tres semanas que había vuelto á tener calentura, dolor de cuerpo y de cabeza y tos frecuente, con abundante expectoración mucosa. Así estuvo cuatro días, al quinto tuvo calofrío intenso de 8 á 12 de la mañana, segui- do de calentura hasta las 3 p. m., y en seguida dolor de ca- beza. Este acceso se ha repetido todos los días, pero comen- zando á distintas horas y últimamente la tos es menos fre- cuente y molesta y la expectoración ha disminuido. Tiene buen apetito, mucha sed en las tardes, mal sabor de boca, poco se ha enflaquecido y ha perdido mucho las fuerzas. Marzo 30.—A. M. 36.6 P. M. 39.8 „ 31.—„ „ 36 „ „ 36.7 100gr 00 extracto fluido de contrayerba. Abril 19—A. M. 36.5 P. M. 38.4 Pesa 114 libras. La área esplénica mide cuatro dedos en la axilar posterior. Abril 2.—A. M. 36.7 P. M. 37.3 Vomitó ayer la dosis del medicamento. Se suprime el extracto. Abril 3.—A. M. 39.5 P. M. 37.9 „ 4.— „ „ 36 „ „ 36.4 „ 5.— ,, „ 36.4 „ „ 37.1 Dice que anoche tuvo el acceso. Pesa 113f libras. La área es- plénica mide 6 centímetros en la axiliar posterior y 4 en la an- terior. Se vuelven á prescribir 100gr 00 de extracto de contra- yerba. 213 Abril 6.—A. M. 35.4 P. M. 36.9 >> • >) )> 35.5 „ „ 39. » 8-—» „ 36.7 n „ 36.8> lgr 00 clorhidrato de quinina. Abril 9.—A. M. 36.4 P. M. 40°'. A las 10 a. m. 39°.7 Abril 10.—A. M. 36.5 P. M. 36.5 „ 11— „ „ 36.4 „ „ 35.4 ,, 12— „ „ 36 „ „ 36.3 v 13- „ ,, 35.7 ,, ,, 36.1 ,, 14. ,, ,, 35.4 ,, ,, Sale del Hospital pesando 1101 libras; la área esplénica mide cuatro dedos en la linea axilar posterior y dos en la anterior. Diagnóst ico:—Pal u d i s m o. Complicaciones:—N inguna. Tratamiento:—Conlrayerba y quinina. Terminación:—Igual con la Contrayerbu. (Hecha en el Hospital general de San Andrés, en la Sala de Clínica de 3er año.—Terrés). NU E URO 13. Cama núm. 25.—Observación nüm. 50.—26 de Agosto de 1891. Luis Muñoz, de León, soltero, de 19 años de edad, jornale- ro, sin habitación. Ultimamente trabajaba como peón en el Ferrocarril del Sur. Viniendo hace ocho días para México, se mojó cerca de Te- huacán. cuando est iba sudando y desde entonces comenzó á padecer de fríos. Todos los días, al principio de la tarde, le ha dado el acceso. Antes de él siente cansancio en todo el cuerpo y dolor en la cabeza; en seguida, calofrío muy intenso que le dura tres horas y después calentura que á las cuatro horas termina por sudor abundante en todo el cuerpo, duran- 214 do una hora este último período. Se ha adelgazado un poco. No padece de ninguna otra cosa. Agosto 27.—A. M. 38.7 P. M. 39.7 Pesa 115 libras. Por la palpación del abdomen se puede no- tar que el bazo desborda un poco de las falsas costillas y se pro- voca dolor al comprimirlo. Los demás órganos parecen norma- les. 2gr 00 do psoralina. Agosto 28.—A. M. 36.8 P. M. 39.5 A las 3.30 p. m. 40°.4. 3gr00 de psoralina. Agosto 29.—A. M. 36.3 P. M. 40.1 » 30.— „ „ 36.5 „ „ 40.6 24gr00 polvos de pambotano. Agosto 31.—A. M. 36.7 P. M. 40.1 Pesa 115 libras. Spbre. 19—A. M. 36.4 P. M. 41.1 El Dr. F. Hurtado encontró los parásitos de Laveran en la sangre este día á las 9 de la mañana. Spbre. 2.—A. M. 36.4 P. M. 39.1 ii 3.—,, ,, 36.4 ,, „ Sale del Hospital pesando 112¿ libras. El bazo desborda un poco más de dos dedos. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Psoralina y pambotano. Terminación:—Igual con la psoralina. NUMERO 14. (Reincidente).—3 de Mayo de 1892. Pánfilo Gutiérrez, de México, soltero, de 44 años, pintor, sin habitación; comenzó á enfermarse el mes de Julio de 1891 215 en Tecornavaca, en donde estaba como peón del Ferrocarril del Sur. Allí tuvo dolor de cabeza y calentura continuos, por espacio de una semana. Entonces decidió venir á México y desde que llegó á Tehuacán principió á tener todos los días á las 10 ú 11 a. m. calofrío muy fuerte, que á las 2 p. m. termi- naba por calentura de dos á tres horas de duración y después de la cual sudaba solamente de la cabeza. Esfa parte le dolía desde antes de comenzar el acceso y el dolor persistía hasta en la noche. Estuvo en esle mismo Hospital, de donde salió el 8 de Septiembre del mismo año, curado; habiendo sido tratado con pambotano y quinina. Volvió el día 3 de Mayo de 1892, diciendo que desde que salió del Hospital ha permanecido siempre en México, vi- viendo en la plazuela de la Palma y que estuvo sin ningún trastorno hasta un día de los primeros de Abril, en que tuvo primero calofrío muy fuerte que principió á las 6| a. m., ter- minó al medio día y fué seguido de calentura intensa que des- apareció hasta la madrugada del siguiente día, con abundante y generalizado sudor. Este acceso se ha repetido cada tercer día, hasta el nuevo ingreso del enfermo al Hopital. Tiene buen apetito, mucha sed cuando le da la calentura, amargor de boca, duerme bien, no ha enflaquecido, pero algo ha perdido las fuerzas. Mayo 4.—A. M. 36.2 P. M. 37.2 100gr00 de extracto fluido de contrayerba. Mayo 5.—A. M. 36.2 P. M. 36.4 A las 9 a. ra. 38.9. Pesa 122 libras. La área csplénica mide dos dedos en la axilar media. Mayo 6.—A. M. 36.5 P. M. 36.3 „ 7.-,, „ 36.1 „ „ 37.2 Tuvo ayer basca; pero no vomitó. 80gr 00 de extracto. 216 Mayo 8.—A. M. 36 P. M. 36.4 Vomitó ayer; pero no el medicamento. Mayo 9.—A. M. 36.4 P. M. 36.3 „ 10.— „ „ 36 „ „ 36.7 i» 11. v ?> 36.5 ,, ;, 36.2 „ 12.- „ „ 36.4 „ „ 36.5 13.-„ „ 36.1 „ „ 36.4 14— „ „ 36.6 „ „ Sale del Hospital pesando 121J libras. Apenas se aprecia lige- ra obscuridad esplénica en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Pal udismo. Complicaciones:—Ni n gu na. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Terminación:—Curación. (Terrés). NUMERO 15. Cama núm. 13.—Observación núm. 52.—30 de Agosto de 1891. Juan Díaz, de Morelia, soltero, de 41 años, albañil, sin ha- bitación; dice que hace 16 años padeció de los fríos en su ciudad natal. Ultimamente trabajaba en un punto llamado “Las Sedas,” construyendo alcantarillas para el paso del Ferrocarril del Sur; pero no comenzó á enfermarse sino hasta hace ocho días, des- pués de haber salido de Puebla rumbo á México. Gomo á las 9| ó 10 a. m. sentía cansancio en todo el cuerpo, seguido de calofrío intenso, que á las 12 cedía su lugar á la calentura que era también muy intensa y terminaba á las C p. m. por sudor copioso localizado á la cabeza. Todos los días se repetía este acceso acompañado de sed intensa y falta completa de apetito, y recientemente (hace 4 días) le han sobrevenido deposiciones muy líquidas, amarillas, con cólicos y en número de una ó dos al día. Se siente muy débil. Agostó 31.—12 M. 41.1 P. M. 37.9 217 Pesa 107 libras y la matitez esplénica comienza, en la línea axilar anterior, en el 7? espacio intercostal y termina en el bor- de de las falsas costillas. 16gr 00 de polvos de contrayerba. Spbre. 19—A. M. 37.4 P. M. 39.6 A la 1 p. m. 40°. 1. Spbre. 2.— ,, „ 37.7 „ „ 38.2 A la 1 p. m. 41°. 24gr 00 de polvos de contrayerba. Spbre. 3.— „ „ 36.8 „ ,, ? 4.— „ ,, 37.9 ,, ,, 40.2 '> 5. ,, ,, 37.8 ,, ,, 40.5 >> 6.—,, ,, 39.5 ,, ,, 40.4 » 7.-,, „ 38.6 „ „ 40.5 >> 8. ,, ,, 39.5 ,, ,, 40.5 lgr 00 clorhidrato de quinina. Spbre. 9.—A. M. 39 P. M. 37.6 Pesa lili libras. El límite superior de la matitez esplénica ha bajado al 89 espacio. Spbre. 10.—A. M. 37.4 P. M. 37.7 „ 11—„ „ 36.9 „ „ 37. „ 12—„ „ 37 37.4 „ 13—„ „ 36.4 „ „ 37. Id- j) 36 ,, ,, Sale del Hospital pesando 108J libras. La área esplénica está normal. La diarrea desapareció. El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 9 a. m. del día 19; á las 10 a. m. del día 3; á las 12 del día 5; á las 11 y 45 a. m. y á las 5 y 15 p. tu. del día 8, y á las 11 y 45 a. m. del día 10. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—E n te ri t ¡ s. Tratamiento:—Contrayerba y quinina. Resultado:—Quedó igual con la contrayerba. 218 NUMERO 16. Cama núm. 5.—Observación núm. 53.—31 de Agosto de 1891. Manuel Arce, de Tepeji del Río, soltero, de 22 años, jorna- lero, sin habitación; ha tenido hace ya algún tiempo viruela y reumatismo en las articulaciones de los pies. Huyendo de los fríos que atacaban á los trabajadores del Ferrocarril del Sur, en un punto situado entre Tehuacán y Tecomavaca, decidió venir á México y comenzó á enfermarse hace doce días en Puebla. El primer día tuvo calofrío poco intenso, á las 6 p. ni. que le duró dos horas y fué seguido de calentura que terminó á las tres horas, sin sudor. Todos los días ha tenido esto y á la misma hora, con la diferencia de que la calentura es ya muy fuerte y, desde hace dos días, des- pués de ella suda un poco de la cabeza. Ha tenido también algo de dolor de cabeza que le dura cnsi todo el día. Duerme poco y en la noche tiene mucha sed. Se queja de palpitacio- nes, de pérdida de fuerzas y dice que se ha adelgazado. La matitez esplénica tiene por límite inferior el borde costal y por superior la 7? costilla, en la línea axilar anterior; el 8? espacio en la línea axiliar posterior y el 10? en la escapular. Pesa 116 libras. 16gr-00 polvos de contrayerba. Agosto 31.—A. M. P. M. 41.1 Spbre. 1?—A. M. 36.8 P. M. 36.7 „ 2.-„ „ 37.1 „ „ 36.8 A las 3 p. m. 40°. 24gr00 de polvos. Spbre. 3.—A. M. 38.8 ,, „ 36.5 » 4 —„ ,, 39.1 „ „ 36.4 j) 5. ,, ,, 39.5 ,, ,, 36.9 6.-,, „ 39.5 „ •„ 36.7 » 7.— ,, „ 40.3 „ „ 36.7 24gr 00 de polvos de pambotano. Spbre. 8.—A. M. 40.3 P. M. 36.6 Pesa 114| libras. 219 Spbre. 9.—A. M. 40.3 P. M. 36.6 lgr00 clorhidrato de quinina. Spbre. 10.—A. M. 41.1 P. M. 37.2 >> Ib ,, „ 36.5 ,, ,, 36.8 „ 12.—„ „ 36.6 „ „ 37.1 „ 13.—„ „ 36.5 „ „ 36.7 „ 14.-„ „ 36.4 „ „ 36.8 ti 15.— „ ,, 36.5 ,, ., 36.9 „ 16.— „ „ 36.5 „ „ 36.6 » 17— „ „ 36.8 „ „ 36.5 » 18— „ „ 36.7 „ „ 36.6 » 19—„ „ 36.5 „ 36.8 20 37 >> n n ii )> Pesa 112 libras. Sale del Hospital con el área esplénica nor- mal. El Dr. Hurtado hizo el examen de la sangre á las 10 a. m. y á las 6 p. m. del día 1?; á las 12 del día 5; á las 11 y 15 y á las 5 y 20 del día 8, y á las 12 y 30 del día 10. Diagnóstico:— Paludismo. Complicaciones:—N i n g u n a. Tratamiento:—Contrayerba, pambotano y quinina. Resultado:—No se modificó con la contrayerba. NUMERO 17. Observación núm. 53.—(Reincidente).—29 de Noviembre de 1891. El mismo enfermo de la observación anterior, al salir del Hospital estuvo trabajando un mes en esta ciudad y en segui- da se fue á Tehuacán, en donde se ocupó durante otro mes en los trabajos de reparación de la vía del Ferrocarril del Sur. Después regresó á México y al siguiente día de haber llegado comenzó á enfermarse en la ciudad de Guadalupe Hidalgo. A la una de la tarde tuvo fuerte calofrío, que á las tres fué sustituido por calentura intensa, que á las siete terminó con ligero sudor en el pecho y la cabeza. Los accesos aparecían 220 al principio cada tercer día, pero últimamente se han hecho cotidianos. Pesa 109J libras. El bazo desborda un poco más de dos dedos de las falsas costillas. Nbre. 29.—A. M. 37 P. M. 37.7 A las 3 p. m. 38°.8. 60gr00 de extracto fluido de centrayerba. Nbre. 30.—A. M. 36.1 P. M. 37.5 A las 3 p. m. 40°.3. Dbre. 19—A. M. 36.2 P. M. 37.3 A las 2 p. m. 38°.7. Dbre. 2.—A. M. 36.4 P. M. 37.1 3.-,, „ 36.2 „ „ 35.9 >» 4.—,, ,, 36.2 ,, ,, 36.5 „ 5.-,, „ 35.9 „ „ 36 9 „ 6.— ,, „ 35.4 „ „ 36.8 7.—,, ,, 35.3 ,, „ 36.8 „ 8.— ,, „ 36.8 „ „ 36.5 „ 9.— ,, „ 36.6 „ „ Sale del Hospital pesando 112 libras. La área esplénica se extiende desdo la 109 costilla hasta el borde costal, en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Pa 1 udi s m o. Complica dones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Terminación:—Curación. (Terrés). NUMERO 18. Cama núm. 18.— Observación núm. 5^.—Io. de Spbre. de 1891. Mónico Mancilla, de Toluca, casado, de 22 años, peón de abañilería; vive en la Obrería de Colón. Hace dos semanas, cuando apenas tenía dos días de llegado á esta Capital procedente de Tecomavaca, empezó á enfer- 221 marse de calentura que le dió á las 11 p. m. y duró hora ú hora y inedia, siendo acompañada y seguida de dolor en todo el cuerpo, pero más marcado en la cabeza. Todo esto se re- pitió en los seis días siguientes. En el séptimo tuvo calofrío muy fuerte que duró una hora y precedió á la calentura. Poco á poco ha variado la hora de comienzo de los accesos, que actualmente principian á las 8 a. m. y son seguidos de ligero sudor en todo el cuerpo. Tiene en el pene tres chancros blandos. La área esplénica se extiende desde la 9*1 costilla hasta el borde contal, en la línea axilar posterior. Los demás órganos parecen sanos. Pesa el enfermo 117 libras. Spbre. 2.—A. M. 38.8 P. M. 36.8 A las 12, 40°.2. 3gr00 de psoralina. Spbre. 3.—A. M. 36.7 P. M. ? » 4.— „ „ 37.4 „ „ 38. )> ó.— „ „ 36 ,, ,, 3<.i A la 12.30, 40.5. Spbre. 6.— „ ,, 36.5 „ ,, 39.2 A la 1.30 p. m. 41.3. Spbre. 7.—A. M. 36.5 P. M. 38.5 A las 4.30 p. m. 41.2. 24gr00 polvos de contrayerba. Spbre. 8.—A. M. 36.7 P. M. 38. A las 3 p. m. 41°. Pesa 122 libras. Spbre. 9.—A. M. 37 P. M. 38.5 A las 12.5, 40°.5. Spbre. 10.—A. M. 37 P. M. 37.2 A la 1.30 p. m. 39°.5. 222 lgr 00 de clorhidrato de quinina. Spbre. 11.—A. M. 37.1 P. M. 37.3 A las 3 p. m. 41.3. Pesa 120| libras. Vomitó ayer cinco dosis de contrayerba, de 4gr-00 cada una, y sólo conservó una, la primera, por lo que se le prescribe hoy poción de Riviére, además de la quinina. Spbre. 12.—A. M. 37.5 P. M. 38.4 » 13 — „ „ 36.8 „ „ 38. „ 14.— „ „ 39 „ „ 36.5 X 15 —» » 36.6 „ 36.4 n 16 —„ „ 36.6 „ „ 36.4 J) >> » 36.4 ,, ,, Sale del Hospital pesando 112é libras. La área esplénica está normal. El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 9 a. m., 10 a. m. y 8 p. m. del día 3; á las 11 a. m. y 5 p. m. del día 5; á las 9.30 a m. del día 6; al medio día y á las 6 p. m. del día 7; á las 9 a. m. y á las 4.45 p. m. del día 8; á la mitad del día 9; á las 9.35 a. m. del día 10; á las 3.30 p. m. del día 11, y á las 10.30 a. m. del día 14. Diagnóstico:—Pal udis m o. Complicaciones:—Nin gun a. Tratamiento:—Psoralina, contrayerba y quinina. Resultado:—Igual con la psoralina y la contrayerba. NUMERO 19. Cama núm. 29.—Observación núm. 56.—2 de Spbre. de 1891. Miguel Monzón, de San Luis Potosí, soltero, de 24 años, doméstico, no tiene habitación; dice que hace diez años tuvo el paludismo en la Huasteca potosina y posteriormente el tifo. Acostumbra tomar diariamente seis centavos de mezcal. Viniendo de Tomellín (Estado de Oaxaca) á esta ciudad, comenzó á enfermarse hace 15 días, entre Tehuacán y Puebla, de fríos que le daban cada tercer día, comenzando el calofrío intenso á las 12 del día y durándole tres cuartos de hora; des- 223 pués tenía calentura que le duraba toda la tarde y que era muy fuerte; al quitarse esta calentura no había sudor, pero quedaba muy cansado de lodo el cuerpo. Poco á poco han ido principiando más tarde los accesos y desde que se enfer- mó ha tenido dolor espontáneo en el hipocondrio izquierdo, dolor que aumenta por la presión y los movimientos. Dice que hace cuatro meses, estando en San Luis, pesó 120 libras. Spbre. 3.—A. M P. M. 40.5 Pesa 100 libras. El bazo desborda dos dedos de las falsas cos- tillas. Se prescriben 16gr00 de polvos de contrayerba. Spbre. 4.—A. M. 36.8 P. M. 39.5 ,, O-— v )> 38.2 ,, ,, 39.5 „ 6.— ,, ;, 36.6 „ n 36.6 Se aumenta la dosis de polvos á 24gr00. Spbre. 7.—A. M. 38.1 P. M. 37. „ 8.-,, „ 36.5 „ „ 36.7 „ 9.-,, „ 38 „ „ 37.4 „ 10.— „ „ 36.6 „ „ 37.1 „ 11— „ „ 37.3 „ „ 37.1 „ 12.—„ „ 36.8 „ „ 36.5 „ 13.-„ „ 37.1 „ „ 37, » 14.— „ „ 36.9 ,, ,, El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 9 a. m. del día 3; á las 5 p. m del día 5; á la mitad del día 7; á las 10.45 a. m. del día 8; á las 10.15 a. m. del día 10, y á las 3.30 p. m. del día 11. El enfermo pide su alta y el día 15 vuelve al Hospital, porque le han aparecido edemas en las piernas, escroto y pene. Septiembre 16. Hoy excretó el enfermo 875 centímetros cúbicos de orina ácida, con densidad de 1018, con 25.19 por 1000 de urea, sin albúmina y sin glicosa. Septiembre 17. El enfermo tiene la cara muy pálida y algo abotagada; tiene edema pálido medianamente marcado en am- bos miembros inferiores y mucho en el pene y escroto; abdo- men abultado, timpánico y sin derrame ascítico. La obscuri- 224 dad esplénica se extiende desde la 9? costilla hasta el borde del hipocondrio, en la línea axilar media. La mucosa de la boca está, como la conjuntiva, muy pálida; la inspección, pal- pación y percusión de la región precordial, no enseñan más que la debilidad del choque. Hay soplo suave en el primer tiempo, más marcado en la región de la base y soplo continuo en los vasos del cuello. En las regiones sub-escapulares hay algunos estertores subcrepitantes. Septiembre 23. Hoy excretó 930 centímetros cúbicos de orina ácida, turbia, con sedimento mucoso abundante, de den- sidad 1022 y conteniendo 0.33 de serina por 1000. Hace al- gunas avacuaciones líquidas, por lo cual se le prescribe subni- trato de bismuto (0gr- 50 cada dos horas). Esta substancia se suprimió el 3 de Octubre, por haber cesado la diarrea. Septiembre 25. Excretó 950 centímetros cúbicos de orina ácida, de 1020 de densidad, conteniendo 2.5 de serina por 1000 y 22.77 de urea por 1000. Además de protocloruro de fierro (dos grageas de Rabuteau) que toma cuatro veces al día con el alimento, que está constituido por leche y pan, y además también del bismuto, se prescribe al enfermo un miligramo de sulfato de estricnina cada dos horas. Septiembre 27. Excretó 315 (?) centímetros cúbicos de ori- na ácida, con 1021 de densidad, 2 por 1000 de serina, 21 por 1000 de urea y uno que otro cilindro hialino. Septiembre 29. Excretó 450 centímetros cúbicos de orina ácida, con 1021 de densidad, 6 por 1000 de serina y 20.9 por 1000 de urea. Septiembre 30. Se nota derrame ascítico, los edemas sub- cutáneos han aumentado, no se oye soplo en el corazón. Se suprime la estricnina. Octubre 1? Excretó 590 centímetros cúbicos de orina ácida, con 1020 de densidad, 4.5 por 1000 de serina y 21 por 1000 de urea. 225 Finalmente, todos los síntomas de enfermedad llegaron á desaparecer y después de estar Monzón como enfermero du- rante algún tiempo, salió del Hospital. La temperatura, des- pués del día 16, osciló entre 36°.8 y 38°. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N efritis. Tratamiento:—Contrayerba, bismuto, fierro y estricnina. Resultado:—Curación. (Terrés). NIJEMRO 20. Cama núm. 19.—Observación núm. 61.—10 de Spbre. de 1890. Paulino Gómez, de Apam, soltero, de 26 años, carretero, habita en la 2? de la Amaigura y dice haber padecido de pa- ludismo y accidentes venéreos y sifilíticos. Acostumbra tomar de 10 á 12 centavos diarios de pulque y suele embriagarse. Siendo trabajador del Ferrocarril de Jalapa á Veracruz, se enfermó hace ocho meses, de fríos, pero no recuerda cada cuando le daban. Hace mes y medio volvieron á darle en Te- comavaca; tenía el acceso cada tercer día comenzando el calo- frío á las 2 p. m. y siendo sustituido á las 5 por calentura, que terminaba á las 5 a. m. del día siguiente, con sudor abundan- te y generalizado. Vino á Puebla á pie, teniendo los accesos todos los días mientras estuvo en camino. En el Hospital de esta ciudad per- maneció nueve días y salió curado, habiendo tomado quinina. Entonces vino á México y 15 días después de su llegada co- menzó á enfermarse de nuevo. Cada tercer día le principiaba el acceso entre 5 y 9 a. m., con calofrío que le dura de tres á cuatro horas, sin ser muy intenso; sigue la calentura durante seis y luego suda con abun- dancia. Todo esto es precedido de dolores generalizados; pero más marcados en la cabeza, cintura y piernas. Tiene buen apetito y mucha sed. El bazo desborda seis dedos de las fal- 226 sas costillas (el día 11) pesa 123| libras. Se le prescriben 24gr- 00 de polvo de contrayerba, repartidos en 6 dosis. Spbre. 11.—A. M P. M. 36.9 „ 12.—„ „ 41 „ „ 36.8 » 13.' ,, ,, 36.2 ,, ,, 36.7 » 14— „ „ 41 „ „ 37.5 » 15—» „ 37 „ „ 36.8 » 16— „ „ 40 „ ,, 36.6 20gr 00 de polvos de pambotano. Spbre. 17.—A. M. 36.3 P. M. 36.5 Pesa 1221 libras. El bazo desborda seis dedos. Spbre. 18.—A. M. 37.5 P. M. ? ,, 19— „ „ 36.3 „ „ 36.4 „ 20.- „ „ 36.1 „ „ 36.3 » 21.— „ „ 36.4 „ „ Sale del Hospital pesando 123 libras. La área esplénica se ex tiende en la axilar media desde la 9? costilla hasta el bordo del. hipocondrio. El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 10.20 a. m. del día 14. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones: —Ninguna. Tratamiento:—Contrayerba y pambotano. Resultado:—Mejoría con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 21. Cama núm. 13.—Observación núm. 62.—llf de Spbre. de 1891. Bibiano Nava, de Toluea, soltero, de 21 años, operario en una fábrica de fideo, con habitación en el callejón de Pacheco y ha padecido de adenitis inguinal supurada. Hace 15 días, trabajando como peón del Ferrocarril de Te- comavaca, comenzó á enfermarse tres horas después de haber sido mojado por un aguacero. Empezó con calofrío de media hora de duración, á las 6 p. m. 227 Al día siguiente volvió á tener el calofrío tan fuerte y dura- radero como el anterior; pero le comenzó á las 7 p. m. y fué seguido de calentura muy intensa, que le duró unas tres ho- ras quedándole dolorido todo el cuerpo y especialmente la cabeza. Emprendió á pie el camino para México sufriendo todos los días accesos semejantes á éste y que después se pre- sentaban cada tercer día á hora variable. Al ingresar al Hospital “San Andrés” le principian en la ma- ñana, le dan todavía cada tercer día y son seguidos de ligero sudor generalizado. El dolor en el cuerpo y la cabeza es cons- tante, y no le molesta, además de esto, más que la pérdida de las fuerzas, tan marcada, que no le permite sostenerse en pie. Spbre. 15.—A. M. 36.5 P. M. 36.2 Pesa el enfermo 95 libras y su bazo desborda un dedo de las falsas costillas. 24gr 00 de polvos de contrayerba. Spbre. 16.—A. M. 37.8 P. M. 39.5 „ 17.-„ „ 37.1 „ „ 40. ,» 18.—,, ,, 37.5 ,, „ ? „ 19.- „ „ 36.2 „ „ 37.4 „ 20.-„ „ 37.1 „ „ 37.4 „ 21.— ,, „ 36.4 „ „ 36.8 A la 1.30 p. m. 38.7. Spbre. 22.—A. M. 36.9 P. M. 36.6 Al medio día 38. 3. 25gr00 de los propios polvos. Spbre. 23.—A. M. 36.2 P. M. 37.1 A las 2 p. m. 38.7. Spbre. 24.—A. M. 36.3 P. M. 37. A las 2 p. m. 39.2. Spbre. 25.—A. M. 36.5 P. M. 38.2 A las 2 p. m. 40.1. Un gramo de clorhidrato de quinina. 228 Spbre. 26.—A. M. 36.5 P. M. 38.1 A la 1 p. m. 39.4. Pesa 95 libras. El bazo desborda un dedo. Spbre. 27.—A. M. 37.2 P. M. 38. „ 28.— ,, „ 36.4 „ „ 36.6 „ 29.— ,, „ 36.1 „ „ 36.2 „ 30.—„ „ 36.1 „ „ 35.3 Octubre 19—„ „ 36.1 „ „ 36.2 „ 2.— ,, „ 36.1 „ „ 36.7 '3- i» » 36.1 ,, ,, 36.4 „ 4.— ,, „ 36.2 „ „ 36.9 „ 5.— ,, „ 35.1 ? f „ „ 36.7 „ 6.— ,, „ 36.1 „ „ 36.5 » 1- „ ,, 35.8 ,, ,, 36.6 :> 3.—,, ,, 36,1 ,, „ 36.3 » 9.-,, „ 36.2 .„... „ „ 36.2 16. ,, ,, 36.2 ,, ,, 36.2 55 11- 55 55 36.1 ,, ,, Pesa 93J libras. La área esplénica está normal. El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 9.45 a. m. del día 19; á las 10 a. m. del día 22 y 30 minutos después del medio día 24. Diagnóstico:—Paludismo, Complicaciones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Contrayerba y quinina. Resultado:—Empeoró con la contrayerba. NUMERO 22. Cama núm. 1.—Observación núm. 6£.—12 de Spbre. de 1891. Juan Parada, de Toluca, soltero, de 36 años, tejedor, sin domicilio. Ha padecido de pulmonía. Su enfermedad comenzó en esta capital, hace un mes, á los dos días de haber llegado de Tecomavaca, en donde trabaja- ba en las obras de terracería del ferrocarril. Tuvo primero calofrío á las 12 del día y era sustituido á las 3 p. m. por ca- 229 lentura muy fuerte que terminaba á las 8, con abundante y generalizado sudor, que duraba casi toda la noche. Durante este acceso, que se repitió cotidianamente por tres semanas, le dolía bastante la cabeza y el resto del cuerpo. Después se presentaron con irregularidad los accesos, dándole unos días y otros no; pero al ingresar al Hospital sólo experimentaba ligero calofrío en la tarde y sudor en la noche. No existe ya la sed exagerada que había al principio. Spbre. 14.—A. M. 37.6 P. M. 37.6 „ 15.-„ „ 37.1 „ „ ? „ 16.— „ „ 37.6 „ „ 37.8 „ 17— „ „ 39 „ 39.3 „ 18—„ „ 37.4 „ „ ? „ 19.- „ „ 37.5 „ „ 40. 24gr 00 de polvos de contrayerba. Spbre. 20.—A. M. 39.3 P. M. 38.3 Pesa 101¿ libras. El bazo desborda un dedo de las falsas cos- tillas; los demás órganos parecen sanos. Spbre. 21.—A. M. 36.9 P. M. 38.3 „ 22.-,, „ 36.9 „ „ 37.2 25gr 00 del citado polvo. Spbre. 23.—A. M. 36.6 P. M. 37.3 „ 24.— ,, „ 36.6 , „ „ 37.2 „ 25.-,, „ 36.8 „ „ 36.2 „ 26.-,, „ 36.8 „ „ 40.9 „ 27.-,, „ 36.8 „ „ 35.1 ,, 28. „ ,, 36.7 „ ,, Sale del Hospital pesando 100 libras. La matitez esplénica se extiende desde el 109 espacio al borde costal en la axilar pos- terior. El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 10.30 a. m. del día 19; á las 10.30 a. m. del día 22 y á las 12.25 del día 24. 230 Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N i ngu n a. Tratamiento:—Contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés). NUMERO 23. Cama núm. 5.— Observación núm. 65.—19 de Spbre. de 1891. Domingo Solorio, de la hacienda del Sauce (?), soltero, de 22 años, jornalero, no tiene habitación. No ha tenido enfer- medad ninguna. Hace pocos días que comenzó á sentirse enfermo en un punto llamado “Las Sedas,” situado entre Tecomavaca y Oaxa- ca. Por cuatro días tuvo calenturas que le daban en las tar- des y le duraban tres horas próximamente. Al quinto día tu- vo calofrío muy intenso, que empezó como á las 2 p. m., duró una hora y fue sustituido por calentura que á las 8 p. m. ter- minó sin sudor. Durante este acceso, que siguió presentándo- se todos los días, tuvo fuerte dolor de cabeza y cuerpo. Permaneció una semana en el sitio donde comenzó á enfer- marse, después emprendió á pie el camino para México, su- friendo todos los días de su acceso, que cada vez le iba prin- cipiando más temprano, de modo que al ingresar al Hospital le empieza el calofrío á las 11 a. m., le dura una hora y es se- guido de cuatro horas de calentura, que termina por sudor lo- calizado á la cabeza. El enfermo conserva el apetito, tiene mucha sed durante el acceso y mal sabor de boca. Las demás funciones parecen es- tar bien. Refiere que en Las Sedas tomó una bebida amarga, que contenía unos polvos blancos. Ha enflaquecido bastante; ha perdido mucho las fuerzas; pesa 112 libras y su bazo desborda tres dedos délas falsas costillas. 231 Spbre. 20.—A. M. 36.5 P. M. 36.8 A la 1 p. m. 40.3. 24gr00 de polvos de contrayerba. Spbre. 21.—A. M. 36.8 P. M. 36.7 A las 4 p. ra. 39.2. Spbre. 22.—A. M. 36.2 P. M. 36.1 25gr 00 de los propios polvos. Spbre. 23—A. M. 36.1 P. M. 35.9 A las 11 a. m. 40.9. Spbre. 24.—A. M. 35.9 P. M. 35.7 ,, 25.— „ „ 36.4 ,, ,, 36.3 A las 11 a. m. 40. Spbre. 26—A. M. 35.5 P. M. 36.7 A las 11 a. m. 38.1. Spbre. 27.—A. M. 37.1 P. M. 36.6 „ 28.— ,, „ 36.3 „ „ 36.9 Han comenzado á aparecer edemas en los miembros inferio- res. Excreta boy 2165 centímetros cúbicos de orina, con 1013 de densidad y 10.48 de urea por litro, sin serina. Spbre. 29.—A. M. 36.7 P. M. 36.2 ,, 30.—,, „ 3o.1 „ ,, 36.9 Octubre 19.—„ „ 36.2 „ „ 37.2 » 2.-,, „ 36.2 „ „ 39.8 v 2. ,, ,, 36.3 „ ,, 37. )> 4. ,, „ 3o ,, ,, 36.4 » 5 —» » 35.3 „ „ 36.8 A la 1 p. m. 40°.1. Octubre 6.—A. M. 36.2 P. M. 36.5 7. „ „ 36.1 „ ,, 36.4 >> 3. ,, „ 36.2 „ ,, 35.9 » 9* » j> 36.2 ,, ,, Sale del Hospital pesando 114 libras, y con la área esplénica reducida á sus dimensiones normales. 232 El Dr. Hurtado examinó la sangre á las 12.40 del día 24 y á las 9 a. m. del día 29. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N ingu n a. Tratamiento:—Contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés). NUMERO 24. Cama núm. 19.—Observación núm. 66.—23 de ¡Sbpre. de 1891. Pablo Martínez, de Salamanca, soltero, de 20 años, jornale- ro, con habitación en la 1? de Manzanares y dice haber pade- cido de viruelas y de una fiebre á la edad de ocho años. Comenzó á enfermarse hace 22 días, en una cañada situada entre Tecomavaca y Oaxaca, en donde trabajaba en la cons- trucción del terraplén del ferrocarril. Tenía entonces dolor de vientre y hacía tres ó cuatro deposiciones diarias, amarillas y muy sueltas; había perdido el apetito y tenía mucha sed. Des- pués de estar así durante una semana, fué á pie hasta Tehua- cán y de allí en ferrocarril vino á México. Se mejoró durante el camino; pero á los tres días de haber llegado á esta ciudad, comenzó á tener fuerte dolor de cabeza é intenso calofrío que le principió á las 7 p- m. y terminó dos horas después; siguióle intensa calentura, igualmente de dos horas de duración, al cabo de las cuales tuvo el enfermo sudores copiosos y genera- lizados, que le duraron toda la noche. Desde entonces hasta su ingreso al Hospital, se ha repetido este acceso todos los días, pero retardándose el momento de invasión que actualmente es á media noche. Los síntomas abdominales han persistido. Tiene mucha sed, muy poco apetito, dolor continuo que aumenta en la noche en todo el abdomen; las evacuaciones alvinas son sueltas unas veces y pastosas otras haciendo dos ó tres al día; en las ma- ñanas tiene náuseas y amargor de boca. Cuando le empieza el 233 calofrío tiene tos seca. Se ha adelgazado y perdido mucho las fuerzas. Spbre. 24.—A. M. 37.3 P. M. 36.4 El bazo desborda tres dedos de las falsas costillas. 25gr00 de polvos de contrayerba. Spbre. 25.—A. M. 39 P. M. 36.1 „ 26.-,, „ 39.3 „ „ 36.4 „ 27.-,, „ 39.6 „ 36.8 Un gramo de clorhidrato de quinina. Spbre. 28.—A. M. 40.1 P. M. 36.7 Pesa 95 libras. El bazo desborda algo más de cuatro dedos. Los dolores abdominales son intensos y desde hace tres días vo- mita algunas dosis de contrayerba. Spbre. 29.—A. M. 38.3 P. M. 36.9 „ 30.—„ „ 36 „ „ 36.2 Octubre 19.—A. M. 35.7 P. M. 36.9 2 40 1 37 4 Hace tres días que el enfermo no evacúa su vientre y á eso se atribuye el ascenso de la curva térmica. Aceite ricino. Octubre 3.—A. M. 36 P. M. 36. n 4.— „ „ 35.3 „ ,, 36.2 „ 5.-,, „ 35.4 „ „ 36.9 „ 6.— ,, „ 36.6 „ „ 37. ,, 7.— ,, „ 36.9 „ „ 36.6 » 8.—,, ,, 36.5 ,, ,, 36.8 » 3.—,, „ 36.4 ,, ,, 36.o >> Ifb „ ,, 3 i ,, „ Sale del Hospital pesando 92f libras. La matitez esplénica mide 4 centímetros en la axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Contrayerba y quinina. Resultado:—Empeoró con la contrayerba. 234 Este enfermo volvió á ingresar al Hospital el día 21 de Di- ciembre, diciendo que al salir de dicho Hospital se puso á trabajar en esta Capital, y que el día 13 del presente mes (Di- ciembre) tuvo á las 12 del día calofrío intenso, que duró tres horas, fué precedido de dolor de cabeza y seguido de fuerte calentura y sustituido á las 3.30 p. m. por sudor abundante y generalizado. Este acceso se ha repetido cada tercer día, pero á distintas horas. Se le trata por pambotano que toma siete días, pero la área esplénica y el peso del enfermo siguen aumentando, así como la cantidad y actividad de los hematozoarios; entonces se le da quinina con la que baja el peso del enfermo y la tem- peratura, persistiendo la área esplénica igual. (Terrés). NUMERO 25. Cama núm. 15.— Observación núm. 70.—26 de Spbre. de 1891. Macedonio Trejo, de Tecozautla, soltero, de 35 años, jorna- lero, no tiene habitación. Padeció de fríos hace dos años en Tecozautla. Comenzó á enfermarse hace diez días en Tomellín, siendo trabajador del Ferrocarril de Oaxaca. El primer día tuvo á las 4 a. m., dolor de cabeza y cuerpo, pero se bañó en el río, bebió agua de limón y desapareció este síntoma. Al día si- guiente en la tarde volvió á presentarse y á desaparecer con el baño, repitiéndose esto durante cuatro días. Al quinto día no se bañó al sentirse enfermo y entonces tuvo calofrío muy intenso, que principió á las 4 a. m., duró próximamente me- dia hora y fue seguido de calentura muy fuerte, que terminó por sudor generalizado, que duró media hora y fue acompa- ñado de cansancio general. Este acceso se repitió los días si- guientes, hasta que llegó á México. De Tomellín á Tecomava- ca caminó á pie, de aquí á Tehuacán en ferrocarril y de esta última á la Capital á pie. Desde que llegó á esta ciudad ha ido retardándose el momento de aparición del acceso, que al en- 235 trar al Hospital le comienza á las 2 p. m. No ha tomado nin- gún medicamento. Los accesos son menos intensos y cada uno de sus tres períodos dura una hora. Tiene sed insaciable, basca, vomita á diversas horas una materia amarillosa y amarga y evaeua ocho ó diez veces al día, desde que llegó á México, heces amarillas, siendo precedidas las evacuaciones de cólicos. Se ha enflaquecido mucho y sus escasas fuerzas no le permiten caminar sin apoyo. Spbre. 27.—A. M. 36.9 P. M. 36.1 A las 3 p. m. 40.9. Pesa 126 libras y su bazo desborda cuatro dedos de las falsas costillas. 25gr 00 de polvos de contrayerba. Spbre. 28.—A. M. 37.1 P. M. 39.5 A la 1 p. m. 40. Spbre. 29.—A. M. 36.4 P. M. 37.3 „ 30.— „ „ 36.8 „ „ 39.8 Ayer y anteayer ha vomitado casi todas las dosis de contra- yerba (de á cinco gramos cada una). Ha continuado la diarrea. Pesa el enfermo 126\ libras. Un gramo de clorhidrato de qui- nina. Octubre 19—A. M. 36.1 P. M. 36.5 „ 2.-,, „ 36.2 „ „ 37. Vegigatorio al epigastrio, que domina inmediatamente los vómitos. Octubre 3.—A. M. 36.4 P. M. 37. „ 4.-,, „ 36.1 „ „ 37. ?> ó. ,, ,, 36.1 „ „ 37.3 » 6.-,, „ 36.5 „ „ 37.1 » 7.—„ 36.4 „ „ 37.2 » 8—» » 36.1 „ „ 37. » „ „ 36.6 „ „ 37.2 236 Octubre 10.—A. M. 36.1 P. M. 36.6 „ 11—„ „ 36.3 „ „ 37.1 „ 12— „ „ 36.1 „ „ 36.2 „ 13— „ „ 36.1 „ „ 36.1 » 14. ,, ,, 36.2 „ ,, Sale del Hospital pesando 127 libras. El bazo desborda tres dedos. Desde el día 5 no hay diarrea. Diagnóstico:—Pal ud i smo. Complicaciones:—Gastro-enteritis. Tratamiento:—Contrayerba, quinina y un vegigatorio. Resultado:—Mejoró con la contrayerba. (Terrés). NI3EMRO 26. Cama núm. 1.— Observación núm. 71.—28 de Spbre. de 1891. Patricio Villanueva, de San Juan del Río, soltero, de 39 años, jornalero, con habitación en el portal de Castelazo, y dice que hace tiempo tuvo paludismo. Acostumbra tomar 5 centavos diarios de pulque y uno de aguardiente en ayunas. En el mes de Junio de este año fue á trabajar al Ferroca- rril del Sur, en un punto llamado San Antonio, situado entre Tehuacán y Tecomavaca. Allí se enfermó de fríos y pasó á curarse al Hospital de Tehuacán, de donde salió sano á fines de Agosto, habiendo durado once días en ese establecimiento. Hace seis días comenzó á enfermarse en México de dolor de cuerpo y de cabeza, que fué acompañado á la una de la tarde de calofrío intenso, que duró media hora y fué seguido de ca- lentura que, á su vez, cedió el paso (al comenzar la noche) á sudor abundante y generalizado. Todos los días se ha repetido esta escena, pero dos antes de ingresar al Hospital empezó, además, á tener como doce depo- siciones diarias, amarillas é indoloras. Tiene poco apetito, mu- cha sed, mal sabor de boca, las deposiciones han disminuido de frecuencia (día 29); pero lo que principalmente le molesta 237 es el insomnio causado por el dolor de cabeza. No se ha adel- gazado, pero sí ha perdido las fuerzas. Spbre. 29.—A. M. 37.3 P. M. 35.5 A las 3 p. m. 42°. 20gr-00 de polvos de contrayerba. Spbre. 30—A. M. 35.6 P. M. 40. Pesa 98 libras. La matitez esplénica se extiende desde la 9? costilla hasta el bordo del hipocondrio, en la axilar posterior. Octubre 19.—A. M. 35.7 P. M. 39.7 „ 2.-,, „ 35.5 „ „ 37.2 ii 3.— „ „ 35.4 „ „ 40.5 ii 4.—,, ,, 3.55 ,, „ 35.7 „ 5—» ,, 35.7 „ „ 40.1 a 6.—,, „ 3o.4 ,, ,, 35.8 » 7.-,, „ 36 „ „ 39.3 Pesa 98f libras. Se sustituye el polvo de contrayerba por seis gramos de extracto fluido. Spbre. 8.—A. M. 35.5 P. M. 36.1 „ 9—» „ 35.4 „ „ 36.1? „ 10.— „ „ 36 „ „ Sale del Hospital porque desde ayer manifiesta sumo desagra- do en permanecer en él. Pesa 97 libras. La matitez esplénica se extiende hasta el borde de las falsas costillas, comenzando desde el 109 espacio en la axilar posterior y desde el 99 en la anterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Contrayerba. Resultado:—Mejoría. (Terrés). 238 Observación núm. 71.—(Reincidente).—13 de Noviembre de 1891. NUMERO 27. El mismo enfermo del número anterior un mes después de salir del Hospital tuvo una tarde calofrío muy intenso, que du- ró hora y media, y fue seguido de alguna calentura y dolores en todo el cuerpo, no tuvo sudor. Así ha estado hasta el 14 de Noviembre, en que comienza á ser observado otra vez en el Hospital, adonde ingresa la víspera. Nbre. 14.—A. M. 35.4 P. M. 41. (á las 9). Nbre. 15.— „ „ 3G P. M. 35.4 Pesa 88 libras La área esplénica se extiende de la 7? á la 9? costilla en la axilar anterior. Cincuetra gramos extracto fluido de contrayerba. Nbre. 16.—A. M. 36.2 .... P. M. 41. (á las 8.30). Nbre. 17.— „ „ 36.7 P. M. 37. » 18— „ „ 36.2 „ „ 36.7 Pesa 87 libras. La área esplénica de la propia extensión que el día 15. Un gramo de clorhidrato de quinina. Nbre. 19.—A. M. 36.1 P. M. 36.2 ,, 20.— „ „ 35.7 „ „ 36.2 „ 21.— „ „ 35.9 „ „ 36.2 22.-,, „ 35.1 „ „ 36.3 Desde el día 19 basta ayer ha habido diarrea y ha tomado pozuelo ter. de cocimiento blanco. Nbre. 23—A. M. 36.1 P. M. 36.5 » 24.-,, „ 36.3 „ „ Sale del Hospital pesando 90 libras. La área esplénica de cin- co centímetros en la axiliar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Contrayerba y quinina. Resultado:—Mejoría con la contrayerba. 239 NUMERO 28. Cama núm. 16.—Observación núm. 73.—3 de Octubre de 1891. Fernando Rodríguez, de Acámbaro, soltero, de 40 años, al- bañil, no tiene habitación; ha padecido de accidentes venéreos y sifilíticos, y hace 15 años de intermitentes tercianas, que le duraron un año y que se le quitaron cuando salió del lugar en que residía (Salvatierra). Comenzó á enfermarse hace veinte días cuando trabajaba en una barranca, situada más allá de Tomellín, de calofrío muy intenso que empezó á las 7 a. m. precedido de dolor en todos los huesos y fué sustituido á las 11 por calentura muy fuerte, que desapareció al caer la tarde, coincidiendo su des- aparición con sudor generalizado, pero más abundante en la cabeza y en el pecho. Después de haber repetido estos accesos diariamente du- rante una semana, se hicieron tercíanos, comenzando y fina- lizando á las propias horas que cuando eran cotidianos. Emprendió el viaje para México viniendo hasta Tehuacán á pie, de allí á Puebla en el tren y á pie de ahí á ésta. A los tres dias de haber principiado á enfermarse tomó tres píldoras y unos polvos blancos muy amargos. Al ingresar al Hospital continúan terciados los accesos y con los mismos caracteres. Tiene buen apetito y mucha sed cuando le da la calentura; algo ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Octubre 2.—A. M. 36.9 P. M. 37.1 n 3.— „ ,, 40.4 ,, „ 37.1 Pesa 131 libras. El bazo desborda dos dedos de las falsas cos- tillas y está doloroso. 25gr 00 polvos de contrayerba. Octubre 4— „ „ 36.2 „ „ 36.4 „ 5.— ,, „ 36.1 „ „ 36.6 » 6.— ,, „ 36.4 „ „ 36.3 n 7.-,, „ 37 „ „ 36.1 240 Octubre 8.—A. M. 36.3 P. M. 36.7 » 9.— „ ,, 36.2 „ ,, 36. » 10—» » 35.9 „ „ 36.4 24gr00 de polvos de contrayerba. Octubre 11.—A. M. 36.3 P. M. 36. » 12.— „ ,, 35.4 „ „ Sale del Hospital pesando 130f libras. La matitez esplénica se extiende del 119 al 129 espacio en la axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés). NUMERO 29. Cama núm. 3.—Observación núm. 75.—5 de Octubre de 1891. Rosalío García, de Santa Rosa, soltero, de 18 años, jorna- lero, vive por Nonoalco. De niño padeció sarampión y virue- las. Hace un mes comenzó á enfermarse en Tecomavaca, adon- de trabajaba desde hace un mes. El primer día tuvo calentura á las 2 p. m., que terminó á las 4, y siguió teniendo todos los días calentura durante una semana, pero retardándose la hora de su aparición. Después de esta semana empezó la calentura á ser precedida de calofrío poco intenso, que duraba tres horas y á ser acompañada de abundantes sudores en la cabeza y pe- cho. Estuvo así otra semana y al cabo de ella emprendió ápie el camino para México, teniendo todos los días el acceso y ha- biendo empleado quince días en este viaje. Ocho después de haber llegado á esta Capital entró á curarse al Hospital. Actualmente le principia el calofrío á las 7 ú 8 p. m., es muy intenso y le dura como tres horas; la calentura dura poco más ó menos el mismo tiempo y es seguida de abundante sudor en la cabeza y pecho y de dolor de huesos. Tiene buen apetito, 241 mucha sed cuando le da el acceso, amargor de boca, duerme bien, se ha adelgazado un poco, pero las fuerzas han dismi- nuido bastante. Al segundo día de estar enfermo tomó unos polvos blancos muy amargos. La curva de temperatura de este enfermo es algo larga. Tomó seis gramos diarios de extracto fluido de contrayerba del día 6 al día 15, y treinta gramos desde entonces hasta el día 20. Después tomó un gramo de clorhidrato de quinina diario hasta el día 26 y quedó en observación hasta el día 14 de Noviembre, en que se le volvió á dar un gramo de quinina por haberse elevado la temperatura con tipo terciano á 38° y 38°.3, en los días, 9, 11 y 13. Las modificaciones de peso y estado del bazo fueron las si- guientes: El día 6 de Octubre pesa 92 libras; la matitez esplénica se extiende de la 8? á la 11? costilla, en la línea axilar anterior. Octubre 14. El enfermo dice que los accesos continúan dán- dole todas las noches. Octubre 20. Anteayer vomitó el enfermo una dosis del ex- tracto (15.00) y ayer continuó con los vómitos arrojando otra dosis del medicamento. Pesa hoy 87f libras; su bazo está del mismo tamaño que en el día 6 y el tinte subictérico un poco menos marcado que en esa fecha. Octubre 26. Pesa 84J libras. La área esplénica está normal. Noviembre 14. Pesa 79 libras. En la línea axilar posterior se extiende la área esplénica del 9? espacio al borde costal. Noviembre 20. Sale del Hospital pesando 78f libras y la área esplénica de tamaño normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—No se modificó con la contrayerba. (Terrés). 242 NUMERO 30. Cama núm. 29.— Observación núm. 77.—8 de Octubre de 1891. Vicente Cortés, de Tenango del Valle, soltero, de 16 años, jornalero, con habitación en la calle del Fresno, ha padecido viruela y tifo. Hace tres meses, cinco días, después de haber llegado á tra- bajar en el ferrocarril, comenzó á enfermarse en un punto lla- mado “El Venado,” situado entre Teoomavaca y Oaxaca. Co- mo á las 3 p. m. tuvo dolor de cabeza, ojos y cuerpo; media hora después comenzó el calofrío, que duró cuatro horas y fué medianamente intenso, seguido de calentura fuerte que á las dos horas terminó con sudor poco abundante en la cabeza y pecho. Al día siguiente se repitió este acceso y entonces se puso en camino para esta Capital, habiendo tardado diez días y sufriendo en todos ellos el mismo acceso y á la propia hora. Dos meses después de haber llegado á esta ciudad, ingresó al Hospital. Aquí ha tenido los accesos con los mismos caracteres que al principio y en vano ha tomado para combatirlos una bebi- da compuesta de espinosilla machacada, con agua de cal y li- món, y también pulque con jugo de naranja. Al ingresar al Hospital le comienzan los accesos á las 4 a. m.; el calofrío dura una hora y es muy fuerte; la calentura desaparece media hora después y ya no es seguida de sudor. Ya no tiene dolor en la cabeza ni en el cuerpo, come con ape- tito, tiene mucha sed cuando le da el acceso, algo ha adelga- zado y mucho han disminuido sus fuerzas. Octubre 8.—A. M. 39 P. M. 36.5 Pesa 105 libras y el bazo desborda dos dedos de las falsas cos- tillas. 00 de polvos de contrayerba. Octubre 9.—A. M. 39 P. M. 37. » 16.— „ • „ 40 „ „ 35.4 243 24gr 00 de polvos. Octubre 11.— „ „ 39.4 „ „ 36.1 Edemas en los pies. Octubre 12.—,, „ 39.7 „ „ 35.7 „ 13.— „ „ 39.3 „ „ 36. Pesa 104 libras. La matitez esplénica se extiende desde la 8? costilla hasta el borde del hipocondrio, en la línea axilar ante- rior y desde la 8? en la posterior. lgr00 clorhidrato de quinina. Octubre 14.—A. M. 39 P. M. 37. „ 15.—„ „ 36.1 „ „ 36.8 „ 16.—„ „ 35.6 „ „ 36.1 „ 17.- „ „ 35.7 „ „ 36.1 „ 18.— ,, „ 36 „ „ 36. o 19-— 5) 35.8 „ ,, 35.6 „ 20.- „ „ 36.1 „ „ 36.3 0gr-50 de quinina. Octubre 21.— „ „ 35.8 „ „ 36.3 „ 22.-,, „ 35.5 „ „ 36. » 23.—,, ,, 36.4 „ „ 36. ■» 24.— „ „ 36.2 „ „ 36.3 25.— „ ,, 36.1 ,, ,, 36.1 » 26.—,, „ 35.8 „ ,, 36.1 „ 27.-,, „ 35.7 „ „ 36.7 Se suprime la quinina. Octubre 28.—A. M. 36.1 P. M. 36.3 „ 29.-,, „ 36 „ „ 36.6 „ 30.—„ „ 36.2 „ „ 38.1 „ 31.—„ „ 35.5 „ „ 35.9 Nbre. 19— „ „ 36.6 „ „ Octubre 28. Pesa 90J libras y con la matitez esplénica de dimensiones normales. 244 Noviembre 1? Sale del Hospital pesando 90 libras y con la área esplénica normal. Diagnóstico:— Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Contrayt rba y quinina. Resultado:—Siguió igual con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 31. Cama núm. 33.— Observación núm. 78.—7 de Octubre de 1891. Severiano Quiroz, de Celaya, soltero, de 19 años, jornalero, con habitación en la Lagunilla. En otra época ha tenido pa- ludismo. Hace siete semanas, cuando ya tenía tres meses de estar en Tecomavaea trabajando en el ferrocarril, empezó á enfermar- se teniendo calofrío muy intenso á las 2 p. m., que una hora después fué sustituido por calentura que duró otra hora y no fué seguida de sudor. Por espacio de quince días se repitió este acceso á la misma hora y entonces emprendió su viaje para esta Capital, viaje que duró doce días, en los cuales si- guió sufriendo el mismo acceso principiando á las 4 p. m. Estuvo en México veinte días sin ingresar al Hospital y duran- te ellos tuvo ace» so cotidianamente á las 6 p. m. Tiene ape- tito, poca sed, algo se ha adelgazado y perdido las fuerzas. Octubre 8.—A. M. 37 P. M. 38.4 Pesa 96? libras. El bazo desborda cinco dedos de las falsas costillas. 25gr 00 de polvos de contrayerba. Octubre 9.—A. M. 36 P. M. 36.5 „ 10— „ „ 36 „ „ 36.1 24gr 00 de polvos de contrayerba. Octubre 11.—A. M. 35.8 P. M. 36.3 „ 12—,, „ 35.4 „ „ 36.1 ,, 13.—,, „ 35.9 ,, „ 36.9 245 Octubre 14.—A. M. 36.3 P. M. 37.2 >> 15*—» >> 37.3 ,, ,, 38.3 » 16— „ „ 36.8 „ „ Sale del Hospital pesando 95£ libras. El bazo desborda dedo y medio. Diagnóstico:— Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Contrayerba. Resultado:—Notable mejoría. (Terrés). NUMERO 32. Cama núm. 2.— Observación núm. 79.—10 de Octubre de 1891. Vicenle García, de San Miguel Allende, soltero, de 20 años, jornalero, vive en la rinconada de Tepito. Hace muchos años que padeció de tifo. Cuenta mes y medio de tener fríos. Dos meses después de haber llegado á Tomellín comenzó á enfermarse en una ma- ñana, de dolor de cabeza y pérdida del apetito, así como ca- lentura, que desapareció con los primeros trastornos á las 2 p. m. Por quince días tuvo estos padecimientos y con la mira de curarse tomó una vez unos polvos blancos muy amargos que le fueron recomendados para el efecto. Vino á la Capital en tren, y seis días después de haber llegado, tuvo por primera vez calofrío muy fuerte á las 12 de la mañana, que fué susti- tuido una hora después por calentura, que transcurrida otra hora terminó con ligero sudor en la mitad superior del cuerpo. Poco á poco se ha ido retardando la hora de principio del acceso que comienza actualmente á las 4 p. m. Al ingresar al Hospital tiene el acceso los mismos caracte- res enunciados últimamente y termina por cansancio muy marcado en todo el cuerpo. El enfermo tiene buen apetito, mucha sed en el momento del acceso, amargor de boca y erutos; poco ha adelgazado, pero ha perdido mucho las fuerzas. 246 Octubre 10.—A. M. 36.6 P. M. 40.1 Pera 112 J libras y su bazo desborda seis dedos de las falsas costillas. 20gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Octubre 11.—A. M. 36 P. M. 40.3 >> 12.— „ „ 36.2 „ „ 37. A las 5 p. m. 40.4. Octubre 13.— „ „ 36.2 „ „ 40.1 30gr 00 del propio extracto. Octubre 14.—A. M. 36.1 „ „ 38.7 A las 4. p. m. 40.3. Octubre 15.— „ „ 36 „ „ 38.4 A las 3. p. m. 40 40gr 00 de extracto. Octubre 16.— „ „ 36.6 „ „ 36.7 A las 3 p. m. 40.3. lgr 00 de clorhidrato de quinina. Octubre 17.—A. M. 36.4 ... „ „ 37.7 A las 3 p. m, 40.1. Pesa lili libras. El bazo desborda ocho dedos. El sabor amar- go del medicamento le ha originado desde hace tres días basca. Octubre 18.—A. M. 36.3 P. M. 36.9 >. 19— „ „ 36.2 „ „ 36.4 i, 20— „ „ 36.2 „ „ 36.3 » 21—„ „ 36 „ „ 36.7 ii 22. „ ,, 35.5 „ ,, 36.4 „ 23—,, n 36 „ „ 36.8 » 24—,, „ 36.2 „ „ 36.8 ii 25.— „ „ 36.2 „ „ Sale del Hospital pesando 100| libras. La área esplónica se 247 extiende desde el borde inferior de la 10? costilla hasta el de las falsas en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Empeoró con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 33. Cama núm. 10.—Observación núm. 85.—11 de Octubre de 1891. Manuel Ramírez, de Huichapan, soltero, de 26 años, jorna- lero, sin habitación y hasta hace 22 días había sido completa- mente sano. Hacía mes y medio que había llegado á trabajar en el te- rraplén del ferrocarril, en un punto llamado “El Venado,” si- tuado adelante de Tecomavaca, cuando comenzó á enfermarse. Principió por tener calentura á las 11 a. m. muy intensa que desapareció á las 3 p. m. y fue seguida de dolor de cabeza muy fuerte. Después de estarse repitiendo esto durante una semana, tuvo á las 5 p. m. un calofrío muy intenso, que hora y media después fué sustituido por calentura y dolor de cabe- za y huesos, que desaparecieron á la mitad de la noche sin sudores. Este acceso se repitió todos los días, tanto en los dos que esluvo en el lugar donde empezó á enfermarse como los que empleó en llegar hasta acá de Tehuacán, pues entre esta población y Puebla comenzaron las calenturas á hacerse ter- cianas y han continuado así hasta que el enfermo ingresó al Hospital. El momento de aparición se ha ido anticipando y actualmente comienza el calofrío á las 10 a. m., es muy fuerte y dura hora y media; la calentura termina á las 2 p. m., sin sudor y deja al enfermo cansado y dolorido de todo el cuerpo. Tiene apetito, mucha sed, sobre todo durante el acceso, amargor de boca, ha adelgazado y perdido las fuerzas. El bazo 248 llega al nivel del ombligo y pesa el enfermo 97 libras. (Bebía agua del río en el lugar donde trabajaba). La gran extensión de la curva de temperaturas observadas en este enfermo nos impide detallarlas aquí. Tomó 30, 40 y 80 gramos de extracto fluido de contrayerba y 60 de extracto fluido de pambotano. Estos medicamentos ejercían influencia sobre la temperatura; pero la enfermedad no desapareció has- ta que se administró quinina (día 9 de Diciembre). Los datos proporcionados por el peso del enfermo y la extensión de su área esplénica fueron los siguientes: Octubre 31. El bazo desborda dos dedos de las falsas cos- tillas. Noviembre 8. Pesa 102 libras. La área esplénica se extien- de, en la línea axilar anterior, del 9? al 10? espacio. Diciembre 5. Pesa 95J libras. La área esplénica está normal. „ 9. „ 95f libras. „ 24. „ 96 libras. Hay síntomas de bronquitis. Enero 4 de 1892. Sale del Hospital pesando 96 libras con la área esplénica normal. Diagnóstico:—Pal udismo. Complicaciones:—Bron q ui tis. Tratamiento:—Contrayerba, pambotano y quinina. Resultado:—Mejoría con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 34. Cama núm. 1.—Observación núm. 87.—6 de Nbre. de 1891. Anastasio Qlvera, de San Martín Texmelúcan, soltero, de 30 años, sastre, con habitación en la calle cerrada de la Mise- ricordia. Olvera salió para Tomellín á desempeñar una comisión, ca- minando de la primera población á Tecomavaca en ferrocarril y de aquí á Tomellín en carro; estuvo dos horas en este lugar 249 y regresó á Puebla de la misma manera que había recorrido ese camino. En Tecomavaca tomó agua del río en bastante cantidad y comenzó á enfermarse hace mes y medio en Pue- bla. A las 6 p. m. tuvo calofrío intenso, acompañado de fuerte calentura; el primero desapareció en la mañana siguiente, pero la calentura continuó sin interrupción durante veinte días, siendo mucho más fuerte en las noches. Al mismo tiempo te- nía dolores intensos en el cuerpo y la cabeza y fué asistido en su domicilio por dos médicos, uno de los cuales diagnosticó tifo. En la convalecencia de esta enfermedad se bañó tres ve- ces y después de la última comenzó con calofrío intenso á las 2 a. im, que duró hora y media y fué seguido de calentura, muy intensa también, que desapareció á las tres horas. Este acceso se ha repetido todos los días desde hace quince á la propia hora y con los mismos caracteres. En Puebla tomó medicinas caseras (aceite de comer con ju- go de limón) y en una botica de México una medicina cuyo nombre ignora. Tiene poco apetito, mucha sed, mal sabor de boca, algunas veces náuseas, en las noches le da tos seca y muy molesta, que precede al calofrío; se ha adelgazado y perdido mucho las fuer- zas; el bazo desborda cuatro dedos de las falsas costillas; pesa el enfermo 109| libras; no hay soplo esplénico (en la mañana del día 7). Examinando la sangre se ven cuerpos claros, semejantes á leucocitos, con granulaciones obscuras en rápido movimiento, y, además, grupos de granulaciones libres y móviles. 80gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Nbre. 7.—A. M. 36.6 P. M. 36.2 ,, 8.— ,, „ 36.7 „ „ 37. „ 9.— ,, „ 36.2 „ „ 36.5 „ 10.- „ „ 36.4 „ „ 37.2 250 Pesa 109J libras. El bazo está en el mismo estado que en el día 7. Dice que todas las noches á las 10 le comienza el acceso. Se suprime la contrayerba. Nbre. 11.—A. M. 36.2 P. M. 37. » 12.— „ „ 35.6 „ „ 36. 60gr 00 de pambotano en extracto seco. Nbre. 13.—A. M. 36 ,, ,, 36. 5) !!• )> 36 „ ,, A las 10 p. m. 40.4. La propia dosis de pambotano en extracto fluido. Nbre. 15.—A. M. 35.5 P. M. A las 9.30 p. m. 39.9. i» 19.—,, „ 36 „ „ 37. „ 17— „ „ 36.3 „ „ A las 9 p. m. 39.8. Pesa 109 libras. El bazo desborda poco más de cuatro dedos. lgr 00 de clorhidrato do quinina. Nbre. 18.—A. M. 36.5 P. M. 36. » 13-—), ;> 35.5 „ „ 36.2 Dice que anoche no tuvo ya el acceso. Nbre. 20.—A. M. 35.7 „ „ 36.5 „ 21.— „ „ 35.7 „ „ 36.5 22.-,, „ 36 „ „ Sale del Hospital pesando 109 libras. La área esplénica se ex- tiende hasta la línea mamilar, midiendo 5 centímetros en la axilar anterior y en la media. Diagnóstico:—Paludismo. Compl icaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Contrayerba, pambotano y quinina. 251 Resultado:—Se obtuvo mejoría con el uso de la contrayer- ba. (Terrés). NUMERO 35. Cama nám. 30.— Observación núm. 88.—26 de Nbre. de 1891. Silverio Carpió, de León, viudo, de 33 años, jornalero, vive en el puente de Santa Ana. Ha padecido de diarrea provocada por abuso del alcohol, úlceras en el pene y blenorragia. Su enfermedad actual data de dos meses ó un poco más. Tres semanas después de haber llegado á Tecomavaca, proce- dente de México, á trabajar como peón de albañilería en las obras del ferrocarril, comenzó con fuerte calofrío á las 9 a. m. que á las 10 fué seguido de calentura que desapareció á la 1 p. m., siendo á su vez seguida de fuerte dolor de cabeza y abundante sudor en la mitad superior del cuerpo. Este acceso se repitió todos los días y un mes después de que la enfer- medad había empezado, resolvió el enfermo venir á México. En Tecomavaca bebía agua del río y tomó cinco píldoras de quinina diarias, por espacio de cuatro días, pero no seguidos, y con esto consiguió algún alivio. Hizo á pie el camino para México empleando en él dos semanas y sufriendo todos los días su acceso. Al llegar á esta Capital (hace 15 días), se hi- cieron terciados los accesos y después se han presentado con irregularidad. El enfermo tiene apetito, mucha sed en las noches, amar- gor de boca, agrios y erutos; en la primera mitad de la noche duerme mal porque le duele la cabeza, algo ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Pesa 115| libras y el bazo desborda dos dedos de las falsas costillas. Hay soplo suave en la punta del corazón y en el primer tiempo, siendo más preceptible en la base y doble so- plo en los vasos del cuello. 50=r- 00 de extracto fluido de con- trayerba. 252 Nbre. 27.—A. M. 36.5 P. M. 37. „ 28.-,, „ 36.8 „ „ 39.8 „ 29.-,, „ 36.1 „ „ 37. „ 30.— „ „ 36 „ „ 36.2 Dbre. 19.— „ „ 36.5 „ „ 36.9 )i 2.—,, „ 36.1 ,, ,, 37.3 )> 3.—,, „ 35.9 ,, „ 36.2 )> 4.— „ „ 36.4 ,, „ 37.2 „ 5.-,, „ 36.6 „ „ 38.3 A las 3 p. m. 40°.1. Dbre. 6.— „ ,, 36.2 ,, „ 38. A las 4 p. m. 39.6. » 7— „ „ 36.4 „ „ 36.1 „ 8.— ,, „ 36.6 „ „ 35.8 » 9. ,, „ 35.8 ,, ,, 36.5 Se suprime la contrayerba. Dbre. 10.—A. M. 36.1 P. M. 36.4 „ 11— „ „ 35.7 „ „ 36.7 „ 12.- „ „ 36.6 „ „ 36.8 v, 13- >) 36.3 ,, ,, 36. lgr 00 clorhidrato de quinina. Dbre. 14.—A. M. 36 „ „ 36.5 Pesa 115 libras. La área esplénica se extiende del 89 espacio á la 119 costilla en la axilar posterior. Dbre. 15.—A. M. 36.3 P. M. 36. „ 16.—„ „ 36.5 „ „ 36.9 5) 17-— 35 3 ) 35.1 ,, „ 36. 33 18— 3) 3, 36 „ „ 36.5 19.- „ „ 36.4 „ „ 35.8 „ 20.- „ „ 36.1 „ „ 36. „ 21.-„ „ 35.9 „ „ 36.1 „ 22.-,, „ 36.2 „ „ 35.8 253 Dbre. 23.—A. M. 35.8 P. M. 36.5 „ 24.-,, „ 36 „ „ 36.8 )> 25.—,, ,, 35.8 ,, ,, 36. >> 26.— „ ,, 35.3 „ „ Sale del Hospital pesando 118| libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Notable mejoría con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 36. Cama núm. 8.—Observación núm. 89.—17 de Nbre. de 1891. Abraham García, de Celaya, soltero, ele 25 años, jornalero, vive en la calle de Tomatlán y ha padecido de tifo. Estuvo trabajando dos meses en Tecomavaca y de ahí fué á Tehuacán, en donde hace un mes comenzó á enfermarse, dos días después de su llegada. En Tecomavaca bebía agua del río. Su enfermedad principió por calofrío ligero á las 6 p. m. y media hora después fué seguido de calentura poco intensa que también duró media hora. Al siguiente día volvió á tener el mismo acceso, y lo propio aconteció en los subsecuentes, pero á medida que avanzaba el tiempo iban siendo más fuertes y duraderos estos accesos, comenzando también á haber sudo- res generalizados que eran más y más abundantes. Después de tomar en una botica de Tehuacán una bebida muy amarga, vino en ferrocarril á México, en donde ha to- mado los polvos de Garaycoechea. Refiere que actualmente continúa con las calenturas, sin que haya calofrío; duerme bien, tiene mucho apetito y mucha sed; al principio de la enfermedad era robusto, pero ahora apenas puede tenerse en pie. 254 Pesa 101 libras. Su bazo so extiende hasta el nivel del ombligo. Practicado en la mañana el examen de la sangre, se encontró leucocitosis, teniendo algunos leucocitos granulaciones pigmen- tarias inmóviles. 50gr,00 de extracto fluido de contrayerba. f Nbre. 18—A. M. 37.4 P. M. 37.2 „ 19.-„ „ 37.5 „ „ 37. Ayer el medicamento le provocó basca, pero no vomitó. Nbre. 20.—A. M. 36.2 P. M. 35.5 Dice que anoche á las 11 tuvo el acceso, pero menos fuerte que los anteriores. líbre. 21.—A. M. 36 P. M. 36.5 „ 22.-,, „ 35.9 „ „ 36.5 „ 23.— „ „ 36.6 „ „ 36. 24.-,, „ 36.1 „ „ 36.5 j) 25.—,, ,, 36.1 ,, ,, 37. „ 26.-,, „ 35.9 „ „ 36.1 » 27.—,, „ 36.2 „ „ 37.7 „ 28.-,, „ 36.6 „ „ 36.5 „ 29.— ,, „ 36 „ „ 36.6 „ 30.—„ „ 36.1 „ „ 36.4 Dbre. 1?—„ ,, 36.6 ,, „ 36.4 ?) 2.—,, „ 36.5 ,, „ 39.5 „ 3.— „ „ 37.2 „ „ 37.5 A las 3 p. m. 39°. Dbre. 4.— ,, „ 36.5 „ „ 37.8 „ 5—„ „ 36.3 „ „ 39. „ 6.-,, „ 36.7 „ „ 40.5 Pesa 108 libras. La área esplénica mido 6 centímetros en las lineas axilar posterior y media, y cinco en la anterior. lgr00 de clorhidrato de quinina. 255 Dbre. 7.—A. M. 36.2 P. M. 35.9 ,, 8.-,, „ 35.7 „ „ 36.4 » 9.-,, „ 35.7 „ „ 37.5 » 10— „ „ 36.1 „ „ 38.3 » 11— „ „ 36.3 „ „ 38.4 » 12— „ „ 36.1 „ „ 36.6 ¿Kealmente tomó la quinina el enfermo? Desde mañana se disminuirá la dosis á cincuenta centigramos. Dbre. 13.—A. M. 36.5 P. M. 39.9 „ 14—„ „ 36.6 „ „ 36.3 „ 15.— „ „ 36.4 „ „ 36.9 » 16—„ „ 36.3 „ „ 37.5 » 17—» „ 37 „ „ 36.1 » 18—» » 36.1 „ „ 36.8 » 19— „ „ 35.9 „ „ 36. » 20.— „ „ 36.1 „ „ 36.2 » 21— „ „ 36 „ „ 36.5 » 22.-,, „ 35.9 „ „ 36.5 „ 23.-,, „ 36.2 „ ;, 37. » 24.-,; „ 36.4 „ „ 36.5 „ 25.-,, „ 36.4 „ „ 36.8 » 26.-,, „ 36 „ „ Sale del Hospital pesando 108 libras y con la área esplénica normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de conlrayerba y quinina. Resultado:—Mejoría con el uso de la contrayerba. (Terrés.) NUMERO 37. Cama núm. 21.—Observación núm. 91.—23 de Nbre. de 1891. Guadalupe Alvarado, de México, soltero, de 21 años, carga- dor, vive en la plazuela de Santiago. Estuvo trabajando dos meses en un lugar situado á medio 256 día de Tomellín (rumbo á Oaxaca), y venía de ese punto para México cuando hace dos meses comenzó á enfermarse en un lugar llamado “Venta Salada,” situado entre Tehuacán y Te- comavaca. Dice que en el lugar donde trabajaba bebía agua mineral (sic) muy sucia y espesa. El primer día tuvo calofrío intenso que principió á las 6 p. m. y cuatro horas después fué seguido de calentura muy fuer- te que á la hora siguiente fué sustituí la por sudor abundante y generalizado. Al siguiente día continuó su camino y el acce- so empezó á la 1 p. m. y desapareció á las 5. En Tehuacán tomó tres pildoras un día y otras tres al si- guiente, por habérselas recomendado en una farmacia. Después continuó su viaje para México, empleando en él como mes y medio y sufriendo diariamente el mismo acceso, que principiaba unas veces en la mañana, otras en la tarde y más frecuentemente á medio día. Actualmente comienza el calofrío á las 4 p. m., es seguido hora y media después por calentura que dura otro tanto y des- pués suda poco. Tiene buen apetito, mucha sed en las noches, se ha enflaquecido y debilitado bastante, y desde hace cuatro días tiene tos seca y frecuente. 50gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Nbre. 23.— A las 5 p. m. 41. „ 24.—A. M. 35.8 P. M. 39.1 Pesa 99 libras. La área esplénica mide cuatro centímetros en la línea axilar posterior y cinco en la anterior. Hay soplo suave en la base del corazón en el primer tiempo. Nbre. 25.—A. M. 36.4 P. M. 3T.1 A las 3 p. m. 39.7. Nbre. 26.— ,, „ 36.2 „ „ 39.2 A las 3 p. m. 40.1. 257 Nbre. 27.—A. M. 36 P. M. 39.3 A las 5 p. m. 40. 60gr,00 de extracto. Nbre. 28.— „ „ 35.8 ,, „ 38.7 A las 5 p. m. 39.6. Nbre. 29.— „ ,, 36.8 ,, „ 39.4 „ 30.-„ „ 36 „ „ 38.4 Dbre. 19.—„ „ 37.4 „ „ 36.7 Pesa 101 libras. Su área esplénica mide seis centímetros en las líneas axilares anterior y posterior. lgr 00 clorhidrato de quinina. Dbre. 2.—A. M. 36 P. M. 36.2 » 3.-,, „ 35.7 „ „ 36.5 „ 4.— ,, „ 35.9 „ „ 35.8 v 5. ,, ,, 36.1 ,, „ 36.3 „ 6.— ,, „ 36 „ „ 35.9 » 7.— ,, „ 36.2 „ „ 35.8 >) 3.—,, „ 35.5 „ ,, 36.1 >> 3. ,, ,, 35.9 „ ,, Sale del Hospital pesando 92| libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico:—Pal udis m o. Complicaciones:—N i ngun a. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—No hubo modificación con la contrayerba. (Te- rrés.) NUMERO 38. Cama núm. 25.— Observación núm. 94-—2 de Dbre. de 1891. José Villegas, de Tepeji del Río, soltero, de 41 años, jorna- lero, vive en la calle de las Puntas. Su enfermedad data de cinco meses. Quince días después 258 de haber llegado á Tehuacán, procedente de México, á traba- jar en las obras de terracería del ferrocarril, comenzó á enfer- marse de fríos que le principiaban entre 9 y 10 a. m. y que se le quitaban en la noche. Los accesos se repetían todos los días; pero hasta el sexto tuvo por primera vez calofrío que empezó á las 9 a. m. y terminó á las 12, siendo seguido de ca- lentura que desapareció á las 5 p. m. y después de la cual quedó muy cansado. El octavo día emprendió á pie el camino para esta Capital é ingresó á la sala de “medicina de hombres” del Hospitan San Andrés, y ahí tomó durante dos semanas dos cápsulas diarias de á 0.50 de sulfato de quinina con una poca de morfina. Des- pués de estar un mes en el Hospital, salió de él en su concep- to sano. Veinte días después, durante los cuales no salió de México, volvió á tener calofrío intenso á las 11 a. m., que á la 1 p. m. fué sustituido por calentura muy fuerte, que terminó á las 5, dejándolo con sensación muy marcada de cansancio. Este acceso se ha repetido todos los días y desde hace nue- ve, tiene tos frecuente y seca. Mucho ha adelgazado y perdi- do las fuerzas, tiene buen apetito, mucha sed en las tardes, amargor de boca y erutos fétidos. En Tehuacán bebía agua del río Salado. Dbre. 2.—A. M. 36.4 P. M. 36.8 „ 3.-,, „ 35.9 „ „ 37.8 A las 12.30 p. m. 40.5. 60gr00 de extracto fluido de contrayerba. Dbre. 4.—A. M. 36.4 „ „ 37. A las 11.30 a. m. 40. Pesa 112 J libi’as. El bazo desborda dos dedos de las falsas cos- tillas. Dbre. 5.—A. M. 36.8 P. M. 37.9 A las 11 a. m. 39.4. 259 Dbre. 6.—A. M. 36.3 P. M. 37.5 n 7. ,, ,, 36.4 „ ,, 38.5 » 8. ,, „ 36.9 ,, ,, 37. .. 9— „ „ 36.7 „ „ 37.7 „ 10.— „ „ 36.7 „ „ 37. Se suprime la contrayerba. Dbre. 11.—A. M. 36.8 „ „ 36.5 » 12.— „ „ 36.6 „ „ 36.4 5> lü- i) >> 36.6 ,, ,, 3í.o „ 14.—„ „ 36.5 „ „ 36.3 j) ló-—,, „ 35.9 ,, „ 36.2 » 10. „ ,, 36 „ ,, Sale del Hospital pesando 104 libras y con ligera obscuri- dad en la región esplénica. Diagnóstico:—Paludismo. Compli caciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés). NUMERO 39. Cama núm. 20.—Observación núm. 98.—8 de Dbre. de 1891. Macario Galván, de Jilotepec, casado, de 20 años, albañil, vive en el callejón del Estanquillo. Dice que ha padecido tifo y que la dolencia actual dura ya tres meses y medio. Hacía dos meses que trabajaba en el Ferrocarril del Sur, habiendo estado en las Sedas, Tomellín y Tecomavaca, cuan- do comenzó á enfermarse en un punto llamado “Malangar,” situado dos leguas más acá de Tecomavaca. En todos estos lugares tomaba agua del río Salado. Principió por calentura muy fuerte que duró desde las 9 a. m. hasta la madrugada del día siguiente; el segundo día le duró hasta que empezó á obscurecer, y en la noche tuvo sudor abundante y generalizado. Por nueve días se repitió este últi- 260 mo acceso y en el décimo tuvo calofrío muy intenso entre 7 y 8 a. m., muy fuerte calentura entre 8 y 10 y después marcado dolor de cabeza y vómitos de materias viscosas, verdes y muy amargas. Durante cuatro días tuvo otro acceso en la noche, además del de en la mañana é igual á él. Entonces fué á pie á Tehua- cán padeciendo todos los días un solo acceso. En el Hospital de esta población estuvo quince días y ahí tomó cocimiento de quina, píldoras de quinino y arsénico. Salió curado y vino á pie hasta Tlacotepec (cerca de Puebla) en donde le comenzaron de nuevo los accesos, durando el ca- lofrío de 10 á 12 y media a. m., la calentura desde esa hora hasta las 5 p. m. y terminando todo con ligero sudor genera- zado. En el Hospital de Puebla volvió á tomar quinina, estuvo diez días, salió de ahí curado y vino á pie para México. Cerca de San Martín volvió á presentarse el acceso, pero ya sin ca- lentura. Actualmente es precedida esta última de cansancio en todo el cuerpo, comienza á las 9 a. m. y desaparece á las 2 p. m. sin sudor ni dolores. El enfermo tiene mucho apetito, poca sed, duerme bien; mucho ha adelgazado y perdido las fuerzas. Dbre. 8.—A. M. 35.9 P. M. 36.6 60gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Dbre. 9.—A. M. 36 „ „ 37.9 A las 11 a. m. 39. 3. Pesa 102 libras. El bazo desborda cuatro dedos de las falsas costillas. Dbre. 10.—A. M. 36.2 P. M. 36.7 „ 11— „ „ 36.7 „ „ 36.5 Se suprime la contrayerba. 261 Spbre. 12.—A. M. 35.5 P. M. 36.2 » 13-—» » 36 ,, ,, 35.8 „ I4-—» „ 36 „ „ 36.8 lgr 00 de clorhidrato de quinina. Pesa 101 libras. El bazo des- borda un poco más de cuatro dedos. Dbre. 15.—A. M. 35.9 P. M. 36.4 „ 16.- „ „ 35.7 „ „ 36.1 » 17. ,, „ 35.9 „ „ 35.8 „ 18.— „ „ 36.1 „ „ 36.1 „ 19— „ „ 35.4 „ „ 36.1 » 30.—,, ,, 36.1 ,, ,, 35.4 >> 21. ,, ,, 35.6 ,, ,, 36.3 „ 22.-,, „ 36.1 „ „ Sale del Hospital pesando 114 libras y con la área esplénica de tamaño normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N i n gun a. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Mejoría con la contrayerba. (Terrés). (Yo diría curación, pues aunque el bazo aumentó un poco, desminuyó el peso del enfermo y no volvieron los accesos; de manera que no se explica la sustitución de la quinina á la contrayerba). NUMERO 40. Cama núm. 19.— Observación núm. 99.—8 de Ubre, de 1891. Cipriano Medel, de México, soltero, de 19 años, zapatero, vive en el puente de Alvarado y dice que hace dos años tuvo en esta Capital paludismo de tipo cotidiano. Desde principios del año estaba trabajando en las obras del puente de Veracruz y comenzó á enfermarse hace tres meses. Bebía agua de la que por cañería llega á esa población. El primer día tuvo calofrío muy intenso que principió como á las 7 ú 8 p. m., duró próximamente una hora y fué seguido 262 de rnuy fuerte calentura, sustituida á media noche por abun- dante y generalizado sudor que duró un cuarto de hora, que- dando el enfermo muy cansado y dolorido. En todos los días siguientes se repitió este acceso, tanto en la semana que duró enfermo en Veracruz como en los días que tardó en venir á pie hasta Arnozoc, lugar en donde se detuvo por haberlo obli- gado á ello la debilidad y en donde los accesos se convirtieron en tercíanos principiando á la misma hora. Un mes después fue para Puebla (montado en burro) é ingresó inmediatamente al Hospital de esa ciudad. Allí tomó por algunos días una be- bida amarga y salió curado después de una permanencia de quince días. Emprendió á pie el camino para México y duran- te él volvieron á presentarse lodos los días los accesos que en México volvieron á hacerse tercíanos, con cuyo carácter se pre- sentan en el momento en que ingresa al Hospital. Tiene buen apetito y mucha sed, principalmente en las tar- des, duerme bien, mucho se ha debilitado y enflaquecido. Ubre. 8.—A. M. 36.7 P. M. 37. » 9-—» 5> 36.4 „ „ 36. Pesa 119f libras. El bazo desborda cerca de tres dedos. 60gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Ubre. 10.—A. M. 36.1 P. M. 36. Ib ii 5) 36.8 ,, „ 36.4 Vomitó ayer dos de las tres dosis de extracto que se le pres- cribieron. Hoy se le suprime el medicamento. Ubre. 12.—A. M. 36.4 P. M. 37. n 13.— „ „ 35.6 ,, ,, 37.1 ii Id.— „ „ 35.4 „ „ 35.8 Pesa 119 libras. La área esplénica se extiende del 79 espacio al borde de las falsas costillas, en la línea axilar anterior. lgr00 de clorhidrato de quinina. Ubre. 15.—A. M. 36.3 P. M. 35.9 „ 16.— ;, „ 36.5 „ „ 36.3 263 Dbre. 17.—A. M. 35.8 P. M. 36.4 18— „ „ 36.2 „ „ 36.8 „ 19.—„ „ 36.1 „ „ 35.8 20—„ „ 36 „ „ 36.2 >» 21. ,, ,, 35.7 „ „ Sale del Hospital pesando 114 libras y con la área esplénica de tamaño normal. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N ingun a. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Mejoría con la contrayerba. (Terrés). (Yo diría curación y haré á este caso la misma observación que al ante- rior: ¿por qué se sustituyó la quinina á la contrayerba? Esta no se administró más que dos días y á pesar de ser vomitada, no hubo acceso, disminuyó el peso del enfermo y el volumen del bazo). MU MERO 41. Cama núm. 15.— Observación núm. 100.—8 de Dbre. de 1891. Juan Aguilar, de San Juan del Río, soltero, de 16 años, al- bañil, vive en el Puente de la Candelaria y ha padecido de reumatismo articular agudo y hace dos años, en México, de paludismo, que según dice se le quitó habiendo ido á su tie- rra y tomando allí carne de coyote con pulque, limones y na- ranjas agrias. El paludismo actual data de dos meses y medio. Un mes después de haber llegado á Tomellín á trabajar en las obras de terracería del ferrocarril, comenzó á enfermarse. Bebía agua del río Salado. Empezó con calentura muy fuerte, que duró de 9 a. m. á 2 p. m., y después tuvo sudor generali- zado y dolor de cabeza. Al día siguiente tuvo calentura de 9 á 12 a. m. y de 3 de la tarde hasta en la noche. Este doble ac- ceso se repitió durante ocho días con los mismos caracteres. A los quince días de hallarse enfermo se fué á pie á Tecoma- vaca, y apenas llegado á esta población tuvo muy intenso ca- 264 lofrío, que principió á medio día y duró cinco horas y después calentura que desapareció mientras dormía en la noche. Si- guió caminando para Tehuacán y teniendo los accesos pero terciados. Después vino á Puebla y en las tres semanas que permaneció allí no tuvo ningún acceso; pero en el camino de esta población para México, en San Martín Texmelucan, vol- vieron á presentarse los accesos que en estos últimos días le han comenzado á las 3 p. m. y están representados únicamen- te por calentura, que dura cuatro ó cinco horas y en pos de sí deja cansancio en todo el cuerpo. No ha tomado ninguna medicina, tiene buen apetito, mucha sed, deposiciones líqui- das con mucosidades y sangre, acompañadas de tenesmo y en número de doce próximamente en veinticuatro horas. Duer- me bien, mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Dbre. 8.—A. M. 36 P. M. 36.4 Pesa 114| libras. La área esplénica se extiende del 9? espacio al borde costal en la línea axilar anterior y de la costilla al borde en la posterior. 60gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Dbre. 9.—A. M. 36.8 P. M. 35.7 „ 10.- „ „ 36.5 „ „ 36.2 Se suprime la contrayerba. Dbre. 11.—A. M. 37 P. M. 36.5 „ 12— „ „ 37 „ „ 36.5 „ 13— „ „ 35.1 „ „ 36. lgr 00 de clorhidrato de quinina. Dbre. 14.—A. M. 35.8 „ 36. „ 15— „ „ 35.8 „ „ 36.1 „ 16.- „ „ 35.5 „ „ 35.6 „ 17.— „ „ 35.3 „ „ 36. „ 18— „ „ 35.7 „ „ 36.7 19.— „ 35.8 „ ,, 265 Sale del Hospital pesando 99 libras. La área esplénica se ex- tiende de la 109- costilla al borde de las falsas en la axilar pos- terior. Diagnóstico:—Pal udis mo. Complicaciones:—Ninguna. .Tratamiento:—Extracto fluido de rontrayerba y quinina. Resultado:—Mejoría (yo diría como en los dos anteriores, curación), con el uso de la contrayerba. (Terrés). NUMERO 42. Cama núm. 17.— Observación núm. 10/¿.—15 de Enero de 1892. Fidelio Miranda, de México, soltero, de 32 años, tablajero, vive en la plazuela de la Lagunilla y ha padecido de paludis- mo hace ocho ó nueve años en Xochimilco, y de tifo y de ac- cidentes venéreo-sifilíticos. Empezó á enfermarse hace quince días en México, en donde había estado hacía seis meses sin salir ni una sola vez. Tuvo primero calofrío intenso que le principiaba á las 8 p. m. y des- apareció veintidós horas después, siendo acompañado de can- sancio en todo el cuerpo y de calentura fuerte. Al desapare- cer estos síntomas tuvo ligero y generalizado sudor. Continuó teniendo estos fenómenos diariamente, pero á hora variable, é ingresó al Hospital sin haber tomado ninguna medicina. Tiene poco apetito, mucha sed, sobre todo en las noches; tos frecuente y seca que comenzó con las calenturas, duerme mal, algo ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Enero 16.—A. M. 37.3 P. M. 38.4 „ 17.- „ „ 37.8 „ „ 37.5 A las 11 a. m. 39.3. Enero 18.— „ „ 36.9 „ „ 37. ,, 19—„ „ 37.5 „ „ 38.1 >, 20.- „ „ 37.4 „ „ 37.9 Psoralea.—34 266 Pesa 125| libras. La área esplénica mide seis centímetros en la axilar posterior y tres en la anterior. 80gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Enero 21.—A. M. 37.6 P. M. 36.5 » 22.—,, ,, 37.5 ,, „ 36.6 „ 23.-,, „ 37 „ „ 35.9 „ 24.- „ „ 36.4 „ „ 36.7 j) 25.—,, ,, 36.5 „ ,, 36.6 „ 26.-,, „ 36.7 „ „ 37.1 27—,, „ 35.7 „ „ 36.8 ,, 28.—,, ,, 36.8 ,, ,, 35.9 „ 29.-,, „ 36.5 „ „ 36.2 „ 30.—„ „ 36.3 „ „ 36.2 j) 31.—,, „ 36.2 „ ,, 37. Febrero 1?— „ „ 36.8 „ „ 35.9 „ 2.— ,, „ 36.4 „ „ 37.5 » 3.—- „ ,, 35.9 „ ,, 36.5 „ 4—„ „ 36.5 „ „ 36.8 „ 5—„ „ 36.5 „ „ 36.6 Se suprime la contrayerba. Febrero 6.—A. M. 36 ,, „ 36.7 j, 7.—,, „ 36.2 ,, ,, 35.8 „ 8—„ „ 36 „ „ 36.3 „ 9.— ,, „ 36.5 „ „ 36.4 „ 10— „ „ 36.4 „ „ 36.9 „ 11- „ „ 36.9 „ „ 36.2 „ 12—„ „ 36.8 37. »} 13.— „ ,, 36.5 ,, ,, 35.8 „ 14—„ „ 36.4 „ „ Sale del Hospital pesando 117 libras, con la área esplénica normal. Ayer tomó quince gramos de tintura de matarique, sin que hubiera modificación en las evacuaciones alvinas. Diagnóstico:—Paludismo. Complica dones:—Ninguna. 267 Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Resultado:—Guración. (Terrés). NUMERO 43. Cama núm. 19.— Observación núm. 105.—lo de Enero de 1892. Miguel Villa, de Toluca, soltero, de 26 años, jornalero, ha padecido de paludismo hace dos años en Acapulco y de tifo. El paludismo actual data de veinte días. Un mes después de haber llegado á trabajar á Tecomavaca en donde bebía agua del río, comenzó á enfermarse. Tuvo primero calentura muy fuerte, que empezó á las 3 p. m., y siete horas después fué sustituida por calofrío intenso que du- ró siete horas. Al día siguiente á las 10 a. m. principió á tener calentura, calofrío y dolor de cabeza que desaparecieron á las 5 p. m., con excepción del dolor. Pocos días después empren- dió á pie el camino para México, y tanto en los 14 días que duró en él como en los que ha permanecido en esta ciudad, ha seguido teniendo diariamente un acceso parecido al que sufría en Tecomavaca. Dos ó tres días antes de ingresar al Hospital comenzó á tener tos frecuente, con expectoración mucosa. Tiene poco apetito, mucha sed, principalmente á las 11 a. m.; duerme bien, mucho ha adelgazado y perdido las fuerzas. Enero 16.—A. M. 37.7 P. M. 39.7 „ 17—„ „ 39.8 „ „ 37.1 „ 18— „ „ 35.8 „ „ 36.4 „ 19—„ „ 36.9 „ „ 36.4 „ 20— „ „ 39.3 „ „ 36.1 Pesa 114 libras. La área esplóniea mide tres centímetros en la axilar posterior y no se aprecia en las otras. 80gr 00 de extracto fluido de contrayerba. Enero 21—A. M. 36.3 P. M. 36. „ 22— „ „ 36.6 „ „ 37.1 268 Enero 23.—A. M. 36.4 P. M. 37. „ 24.-,, „ 36.4 „ „ 35.8 M 25.—,, ,, 36.4 „ ,, 35.8 >> 26.— ,, ,, 36.5 „ „ 37.1 „ 27.-,, „ 36.1 „ „ 35.3 » 28.— ,, „ 36 „ „ 36.6 „ 29.-,, „ 36.9 „ „ 35.8 „ 30.-„ „ 35.7 „ „ 36.3 31.—„ „ 35.9 „ „ 36.4 Febrero 19—„ „ 36.1 „ „ 36. „ 2.-,, „ 35.9 „ „ 36.5 Dice que desde hace cnatro días despierta en la madrugada sudando. Febrero 3.—A. M. 36 P. M. 36.3 „ 4.— ,, „ 36.8 „ „ 36.6 „ 5.-,, „ 36.5 „ „ 36.4 Hoy no toma medicamento. Febrero 6.—A. M. 36.3 „ „ Sale del Hospital pesando 110$ libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico:—Pal udism o. Complicaciones:—Ni nguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés). NUxMERO 44. Cama núm. 1J±.— Observación núm. 106.—30 de Enero de 1892. Sotero Alvarado, de México, soltero, de 37 años, albañil, vive en la 6? calle de Zarco y ha padecido de tifo y viruela. La dolencia actual data de un mes. Tres meses después de haber llegado á Tecomavaca á tra- bajar en el ferrocarril tuvo á las 12 p. m. un calofrío intenso, 269 que al amanecer fue sustituido por calentura muy fuerte que terminó al principiar la noche, con abundante y generalizado sudor. Así continuó durante cuatro días retardándose la hora de principio del acceso y durando menos cada uno de sus pe- ríodos. Entonces vino á México en tren y aquí han continuado los accesos todos los días. En Teeomavaca bebía agua del río Salado; no ha tomado medicina antes de su ingreso al Hos- pital. Ultimamente el calofrío empieza á la 1 p. m., es muy inten- so y dura hora y media; sigue después la calentura que es también muy fuerte y termina á las 4 ó 4\ y en seguida queda muy dolorido, pero ya no suda. Tiene buen apetito, mucha sed en la tarde, amargor de bo- ca, ligero edema en los pies, mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Enero 31.—A. M. 35.5 P. M. 38.6 A la 1.30 p. m. 40.1. Febrero 1?—„ „ 36.7 ,, „ 37.1 A las 3 p. m. 39.6. Pesa 125J libras. La área esplénica se extiende en la axilar anterior desde el 6? espacio hasta el borde de las falsas costillas, y en la posterior desde el 79 100gr00 de extracto fluido de contrayerba. Febrero 2.—A. M. 36.1 P. M. 39. A las 2.30 p. m. 40°. Febrero 3.— „ „ 36 ,, „ 37.3 A las 2.30 p. m. 38.7. Febrero 4.— „ ,, 36.1 „ „ 39.4 A las 3 p. m. 40.3. 270 Hoy tomó ciento diez gramos de extracto. Examinando la sangre cuando el enfermo estaba en la apirexia, se notó que exis- tía leucocitosis y cuerpos pigmentados con granulaciones inmó- viles. Febrero 5.—A. M. 37 P. M. 37.5 A las 3.30 p. m. 39.9. Se suprime la contrayerba. Febrero 6.—A. M. 35.9 „ „ 37.7 A las 3.30 p. m. 39.8. Febrero 7.— „ „ 35.5 „ „ 37.3 A las 3.30 p. m. 39.2. Febrero 8.— ,, „ 36.4 „ „ 37.1 A las 3.30 p. m. 39.7. Pesa 127f libras. La área esplénica mide siete centímetros en la axilar posterior y cinco en la anterior. lgr 00 de clorhidrato de quinina. Febrero 9.—A. M. 36.6 P. M. 35.5 „ 10.— „ „ 36 „ „ 35.5 „ 11.— „ „ 36.6 „ ,7 36.5 12-— „ „ 36 „ „ 36.5 „ 13.—„ „ 36.5 „ „ 36.1 „ 14.— „ „ 36.5 „ „ 36.3 „ 15— „ „ 35.9 „ „ 36.5 „ 16— „ „ 36.2 „ „ 36.1 » l )> 36 „ „ Sale del Hospital pesando 119£ libras. La área esplénica está normal. D [agnóstico:—Pal u dis m o. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Siguió igual con el uso de la contrayerba. (Te- rrés). 271 NUMERO 45. Cama núm. 32.— Observación núm. 107.—2 de Febrero de 1892. Cipriano Reyes, de Querétaro, soltero, de 22 años, jornale- ro, sin domicilio. Antes del paludismo actual que data de cuatro meses, sólo ha tenido diarrea. Quince días después de haber llegado, procedente de esta Capital, á trabajar cerca de Cuicatlán, comenzó á enfermarse. Tuvo primero calofrío intenso á las 2 p. m., duró tres horas y fue seguido de otras tres de calentura también intensa, susti- tuida por sudor abundante y generalizado que terminó á las 11 p. m. Todos los días esluvo sufriendo el mismo acceso du- rante una semana, pasada la cual se le quitaron espontánea- mente y en estas condiciones fué á {rebajar á Tomellín. Después de estar una semana en este punto, comenzaron de nuevo los accesos con los mismos caracteres que al princi- pio y haciéndole sufrir todos los días, durante un mes. al cabo del cual tomó por tres mañanas seguidas un papel de quinina, con lo cual desaparecieron los accesos por una semana; mas habiendo reaparecido después, marchó á pie para Tehuacán, ingresó al Hospital de esta población y volvió á tomar allí qui- nina. Cinco días después salió del Hospital y vino á México á pie, estando sin acceso como unos veinte días; pero habiendo vuel- to á presentarse aquí, ingresó al Hospital diez días después de haber llegado. En México le han comenzado los accesos á la 1 p. m. con calofrío intenso que dura hasta las 2J, es seguido de calentura hasta las 6 y después hay sudor abundante hasta que se duer- me el enfermo. Tiene buen apetito, mucha sed en las tardes, amargor de boca, mucho ha enflaquecido y perdido las fuer- zas, duerme bien. Febrero 3.—A. M. 37 P. M. 37.6 A las 3 p. m. 40.1. 272 Febrero 4.—A. M. 35.5 P. M. 38.1 A las 5 p. m. 39.6. Pesa 106¿ libras. El bazo desborda cuatro dedos. 100gr,00 de extracto fluido de contrayerba. Febrero 5.—A. M. 35.5 P. M. 37.6 A las 3 p. m. 39.7. Hoy no toma medicamento. Febrero 6.—A. M. 35.5 ,, „ 37.9 A las 4 p. m. 39.6. Febrero 7.— „ „ 36.5 i „ „ 37.5 A las 4 p. m. 40. „ 8.— „ „ 36 „ „ 37.5 Hoy no toma contrayerba. Febrero 9.—A. M. 36.7 „ „ 37.2 Pesa 112 libras. El bazo desborda dos dedos. lgr 00 de clorhidrato de quinina. Febrero 10.—A. M. 36.5 P. M. 36. „ 11— „ „ 35.5 „ „ 36.6 „ 12.- „ „ 36.3 „ „ 35.9 „ 13— „ „ 35.6 „ „ 35.9 „ 14— „ „ 3.58 „ „ 36. „ 15.-„ „ 35.4 „ „ 36. „ 16—„ „ 35.8 „ „ 36.2 „ 17— „ „ 36 „ „ 36.4 „ 18— „ „ 35.9 „ „ 36.3 ,, 19.— „ „ 35.9 ,, ,, 36.5 „ 20.— „ „ 36.2 „ „ 35.8 21.— „ 35.9 „ „ 36.5 „ 22.— „ ' „ 35.9 „ „ 36.6 ,, 23.— ,, „ 36 „ „ 35.6 » 24. „ ,, 36 ,, ,, Sale del Hospital pesando 108 libras. La área esplénica está normal. 273 Diagnóstico:— Paludismo. Complicaciones:—Ningu na. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Igual con la contrayerba. (Terrés). NUJ1EHO 46. Cama núm. If..—Observación núm. 110.—21p de Febrero de 1892. Cecilio Lara, de San Juan del Río, soltero, de 30 años, pin- tor, vive en el callejón de los Reyes y ha tenido accidentes sifilíticos. Procedente de México llegó á trabajar á las Sedas, hace cua- tro meses y medio y, quince días después, comenzó con calen- tura á las 11 a. m. muy fuerte, que á las 3 p. m. desapareció dejando intenso dolor de cabeza y cuerpo hasta las 6 p. m. Durante seis días se repitió este acceso y después la calentura fué precedida de calofrío muy intenso, que principió á las 11 a. m. siendo sustituido á la 1 p. m. por calentura, que á las 5 desapareció dejando dolor de cabeza y cuerpo y sudor abun- dante y generalizado. Quince días después abandonó las Sedas, donde bebía agua del río, y fué á una hacienda donde se cultiva la caña de azú- car, permaneciendo en ella veintidós días. El dueño de dicha hacienda le administró unas píldoras durante tres días y du- rante otros cinco estuvo sin acceso. Fué después á Puebla, in- gresó al hospital, tomó quinina y salió curado, viniendo en se- guida á pie para esta capital. En Río Frío aparecieron de nue- vo los accesos, que aquí se han hecho terciados, comenzando el calofrío en los últimos días á las 12 del día, siendo menos intenso que al principio y sustituido á la 1 p.m. por calentu- ra fuerte que dura como una hora y después de la cual que- dan sudores y dolores como en el principio. El enfermo tiene buen apetito, mucha sed cuando acaba el acceso, amargor de boca, duerme bien, mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. 274 Fbro. 25.— A. M. 36.7 P. M. 37. Pesa 1101 libras, el bazo desborda cuatro dedos de las falsas costillas. En la sangre se observan cuerpos transparentes pig- mentados con granulaciones móviles en unos é inmóviles en otros. Cien gramos de extracto fluido de contrayerba. Fbro. 26. —A. M. 36.4 P. M. 37.4 A la 1 p. m. 39. Vomitó ayer una dosis de contrayerba. Hoy se examinó la sangre y se vieron cuerpos pigmentados y una flagela libre. Fbro. 27.—A. M. 36 P. M. 37.7 „ 28.- „ „ 36.7 „ „ 37.3 A las 2 p.m. 39.5. i. 29.- „ „ 36.2 „ „ 38.4 Á las 2 p.m. 39.8 Pesa 110f libras. El bazo desborda tres dedos. Un gramo de clorhidrato de quinina. Marzo. 19—A. M. 36.2 P. M. 37.3 2. ,, „ 36 ,, ,, 36.3 » 3.— ,, „ 36.3 „ „ 36.8 » 4.-,, „ 36.2 „ 36.4 j» 5.—,, „ 36.3 ,, ,, 36.4 „ 6.- ,, „ 36.3 „ „ 35.5 » 7.— ,, „ 36 „ „ 36.3 „ 8—„ „ 36 „ „ 36.8 » 9-—» ,, 36.3 „ „ 36. „ 10.—„ „ 36.1 „ „ 36.7 * 11— „ „ 35.8 „ „ 36.5 Diesiseis gotas de solución de Fowler. Marzo. 12.—A. M. 36 P. M. 36.5 Pesa 105| libras. La área esplénica está normal. 275 Marzo. 13.—A. M. 36.6 P. M. 36.4 i: 11-— y> >i 36 ,, „ 36.3 „ 15— „ „ 36.1 „ „ 36.8 » 16.—„ „ 36.2 „ „ 36.8 „ 17— „ „ 35.8 „ „ 37.3 „ 18.- „ „ 38.2 „ „ 37.4 19— „ „ 36.4 „ „ 37. » 20.—„ „ 36.1 „ „ 36.9 „ 21.— „ „ 36.6 „ „ 37. » 22.-,, „ 36.7 „ „ 36. „ 23.-,, „ 36.1 Sale del hospital pesando llOf libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico.—Paludismo. Complicaciones.—Ninguna. Tratamiento. — Extracto fluido de contrayerba, quinina y arsénico. Resultado.—No se modificó con la contrayerba. (Terrés). NUMERO 47. Cama núm. 33.—Observación núm. 113.— 4 de Marzo de 1893. Joaquín Orozco, de México, soltero, de 49 años, zapatero, vi- ve en S. Antonio Tomatlán y cuenta entre sus enfermedades anteriores el paludismo, el sarampión y la escarlatina. Hace seis meses estuvo en Tomatlán trabajando durante un mes y allí contrajo por primera vez los fríos, que revistiéronla misma forma que actualmente. Vino enfermo á esta capital é ingresó á esta misma sala, no encontrándosele aumento en la área esplénica, por lo que se le prescribió quinina y no se ano- taron sus síntomas. Salió curado y volvió á su trabajo, perma- neciendo siempre en México. Hace ocho días volvió á enfer- marse teniendo calofrío muy intenso de 7 á 8 a.m. seguido has- ta las 10 de calentura muy fuerte, después de la cual sudó un 276 poco de todo el cuerpo y quedó muy dolorido. El dolor de ca- beza persiste en todo el día y el acceso se repite cotidiana- mente. En Tormdlín bebía agua del río Salado. Actualmente tiene poco apetito, mucha sed en las mañanas, amargor de boca, duerme mal, ha enflaquecido mucho y sus fuerzas han disminuido bastante. Marzo. 4.—A. M. 37.3 P. M. 36.6 A las 9.30 a.m. 40.5. Marzo. 5.—A. M. 36.9 P. M. 37.9 Peso 86 libras. No se aprecia la matitez esplénica. Cien gra- mos de extracto fluido de contrayerha. Marzo. 6.—A. M. 40.1 P. M. 37.1 Vomitó ayer las dos dosis de medicamento. Marzo. 7.—A. M. 39.1 P. M. 37. Volvió á vomitar ayer todo el medicamento. Pesa 86¿ libras. No se aprecia matitez esplénica. Un gramo de clorhidrato de quinina. Marzo. 8.—A. M. 36.1 P. M. 36.9 „ 9.— ,, „ 36.7 „ „ 36.5 „ 10.—„ „ 36.7 „ „ 36.5 „ 11.- „ „ 36.4 „ „ 36.8 „ 12.— „ „ 36.2 „ „ 35.8 „ 13—„ „ 36.4 „ „ 37. „ 14.— „ „ 36.6 „ „ 36.1 „ 15—„ „ 36.7 „ „ 36.5 „ 16— „ „ 36.5 „ „ 36.9 „ 17—„ „ 36.5 „ „ 37.2 Pesa 84f libras. No se aprecia área de matitez esplénica. Diez y seis gotas de Solución de Fowler. 277 Marzo. 18.— A.M. 37 P. M. 37.4 „ 19— „ „ 37 „ „ 36.6 „ 20.—„ „ 36.6 Sale del hospital pesando 85 libras y sin que se note matitez esplénica. Diagnóst ico:—Pa 1 ucl i s m o. Complicaciones:—N i ngun a. Tratamiento:—Contrayerba, quinina y arsénico. Resultado: — Siguió igual con la contrayerba (Terrés). (Sólo tomó contrayerba dos días vomitándola.) NUMERO 48. Cama núm. 23.—Observación núm. 111/..—20 de Marzo de 1892. Juan Trejo, de Querétaro, soltero, de 28 años, tejedor; no tie- ne habitación y ha padecido de blenorragia. Hacía nueve meses que estaba trabajando en Tecomavaca en las obras del ferrocarril, cuando decidió venir á México é hizo el camino á pie. Un poco más acá de .San Martín Texme- lucan comenzó á enfermarse hace quince días, habiendo teni- do calofrío poco intenso de las 5 á las 9 p.m., después calen- tura muy fuerte que duró casi toda la noche y terminó con su- dor abundante y generalizado que duró dos horas. Al propio tiempo que este acceso tuvo dolor de cabeza y cuerpo. Estos accesos se repitieron todos los días, pero habiendo tomado en Río Frío tres papeles de polvos de Garaycoechea, desaparecie- ron por cinco días volviendo después con los mismos caracte- res que al principio aunque comenzando más temprano. En México le han dado unos días y otros no, pero sin regularidad. Desde el día 17 de Marzo tiene diarrea; hace diariamente siete ú ocho evacuaciones amarillas y muy líquidas, sin ser acom- pañadas de dolor. Los últimos accesos le han comenzado álas 9 a.m. y terminado á las 2 p.m. Tiene buen apetito, muchased cuando le da el acceso, duerme bastante bien; algo se ha en- 278 flaquecido, pero no nota haber perdido las fuerzas. La diarrea se corrido con extracto tebaico, que se suspendió el día 22 al administrar la contrayerba. Marzo. 20.—A. M.3G.6 P. M. 37. ,, 21—„ „ 36.1 „ „ 36.7 » 22.- „ „ 36.8 „ „ 37.8 A las 9.30 a.m. 39.5. Pesa 115 libras. El bazo desborda dos dedos. Cien gramos de extraclo fluido de contrayerba. Marzo. 23 —A.M. 36.7 P. M. 37. . Tuvo ayer vómitos y cuatro evacuaciones muy líquidas. Marzo. 24.—A.M 37 P. M. 36.5 Continuó ayer con los vómitos y la diarrea.—Pesa 114f libras. El bazo en el propio estado que el día 22.— Un gramo de clorhi- drato de quinina. Marzo. 25.—A.M. 36.1 P. M. 36.5 „ 26.— ,, „ 36.6 „ „ 36. 27.-,, „ 36.3 „ „ 37. » 28.—,, „ 36.5 ,, ,, 36.5 „ 29.— ,, „ 36.7 „ „ 36.8 „ 30.—„ „ 36.1 Sale del hospital pesando 118 libras. La matitez esplénica mi- de cuatro dedos en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado: — Siguió igual con el uso de la contrayerba (Te- rrés.) 279 NUMERO 49. Cama núm. 22.— Observación núm. 115.—23 de Marzo de 1892. Ramón Rodríguez, de San Luis Potosí, soltero, de 18 años, tejedor; vive en el callejón de Vázquez n? 3 y ha padecido so- lamente de viruela. Hace quince días comenzó su enfermedad, á los tres meses de estar trabajando en Tomellín, en donde bebía agua de un río. Tuvo primero calofrío intenso, que principió á las 8 a.m. y á las 12 fué sustituido por calentura que terminó en la no- che y fué acompañada de dolor de cabeza y cuerpo. Tres días seguidos tuvo un acceso idéntico y entonces vino á Puebla en tren y de allí á México á pie sin dejar de tener el acceso un solo día. Ultimamente le ha comenzado el calofrío, que ha sido muy intenso, á las 10 a.m., siendo sustituido á las 12 por calentura muy fuerte, que á las 8 p.m. ha terminado con sudor abundan- te en todo el cuerpo y cuya duración le es desconocida. Cuan- do comienza la calentura empieza el dolor de cuerpo y de ca- beza y desaparece con ella. Tiene poco apetito, sed exagerada en todo el día, amargor de boca, duerme bien, poco ha enfla- quecido y perdido las fuerzas. Marzo 23.—A. M. 37.4 P. M. 36.8 A las 11 a. m. 40.4. Pesa 99| libras y el bazo desborda tres dedos de las falsas cos- tillas. 100 gramos de extracto fluido de contrayerba. Marzo 24.—A. M. 36.8 P. M. 37.4 „ 25.-,, „ 37.2 „ „ 37.2 A las 11 a. m. 39.5 Tuvo ayer basca y vómitos. 280 Marzo 26—A. M. 37.4 „ „ 37. Al medio día 40.1. Yolvió á vomitar ayer el medicamento. Pesa 100 libras. El ba- zo en el propio estado que el día 23. 1 gramo de clorhidrato de quinina. Marzo 27.—A. M. 36.6 P. M. 36.8 Ya no ha tenido basca ni vómitos. Marzo 28.—A. M. 36.2 „ „ 37. „ 29.— ,, „ 36.4 „ „ 37.4 ,, 30.—,, ,, 36.1 „ ,, Sale del hospital pesando 94 libras. El bazo desborda dos de- dos de las falsas costillas. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayeiba y quinina. Resultado:—No hubo modificación con la contrayerba. (Te- rrés.) NUMERO 50. Gama núm. 22.— Observación núm. 116.—2 de Abril de 1892. Juan Salomé, de San Juan del Río, soltero, de 26 años, jor- nalero; vive en la 2? del Peñón y lia padecido de un bubón supurado y de pleuresía (?). En Diciembre próximo pasado llegó á Tecomavaca empleán- dose en el patio de la estación del ferrocarril. Allí bebía agua del río Salado. Cuando comenzó á enfermarse, hace como dos meses, tuvo primero calentura fuerte á las 12 del día, acom- pañada de dolor de cabeza y que duró cuatro horas. Una se- mana estuvo padeciendo cotidianamente este acceso y después fué precedido de calofrío intenso que principió á las 12 del 281 día y duró tres horas, siendo seguido de calentura que á las 8 p. m. terminó con sudor medianamente abundante de todo el cuerpo, que desapareció hasta á la media noche. Entonces los accesos se hicieron terciados y así los tuvo por algunas sema- nas. En una de ellas tomó primero un purgante y después seis cápsulas repartidas en una semana. Vino después á esta capi- tal en tren, y cerca de un mes permaneció en ella sin ingresar al hospital. Ni con el cambio del clima, ni con las cápsulas que tomó en Tecomavaca experimentó alivio alguno. Como dos semanas antes de ingresar al hospital, comenza- ron á anticiparse los accesos, que últimamente principian, siem- pre cada tercer día á las 5. p. m. y terminan al medio día. El enfermo tiene apetito; mucha sed cuando acaba el calofrío; amargor de boca; mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Abril 2.—A. M. (?) P. M. 86.4 „ 3.-,, „ 39.9 „ „ 38.5 Pesa 130J libras. El bazo desborda dos dedos. 100 gramos de extracto fluido de contrayerba. Abril 4.—A. M. 37.8 P. M. 37.5 Tuvo ayer basca y vómitos; pero no expulsó el medicamento. Abril 5.—A. M. 37.5 P. M. 36.2 No tomó contrayerba. Abril 6.—A. M. 35.5 „ „ 35.2 Pesa 132 libras. El bazo desborda dos dedos. 1 gramo de clorhidrato de quinina. Abril 7.—A. M. 35.5 P. M. 35.3 » 3.— „ „ 35.1 ,, ,, 36. „ »—„ „ 35.7 „ „ 36.3 » 10-— >> » 36.4 „ „ 35.7 >> 11-— v> » 35.2 „ ,, 36.7 282 Abril. 12.—A. M. 35.7 P. M. 36. „ 13.—„ „ 36.4 „ „ 36.2 14 qc, » LM )? )? JJ Sale del hospital pesando 126£ libras. La área espléniea mide dos dedos en ía axilar posterior. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N ¡n gu n a. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba y quinina. Resultado:—Mejor con la contrayerba. (Terrés.) (Sólo la to- mó dos días y no volvió á tener acceso). NUMERO 51. Cama núm. 19.—Observaciones núm. 117.—21 de Abril de 1892. Vicente Mata, de Guanajuato, soltero, de 38 años, jornalero; vive en la calle de la Paz y ha padecido de tifo, viruela y pul- monía. En el mes de Mayo del año pasado enfermó en la Cañada, que es un punto situado más allá de Tomellín, de paludismo de tipo febril cotidiano que duró mes y medio y del que curó en el hospital de Tehuacán tomando quinina. En la Cañada bebía agua de un río y tenía solamente algunos días de haber llegado á trabajar en el ferrocarril, en ese punto, cuando se en- fermó. Después de curado volvió allí y continuó trabajando hasta el mes de Noviembre en que volvieron á presentarse los acce- sos, pero entonces terciados. Tenía primero dolor en la cintu- ra, después muy fuerte calofrío que principiaba á las 11 a. m. y á la 1 p. m. era sustituido por calentura que terminaba al obscurecer, siendo seguida de abundante sudor en todo el cuerpo, que duraba casi foda la noche. Dos semanas después de encontrarse nuevamente enfermo, tomó en el mismo campamento, unas cápsulas de quinina, y mientras las tomó desaparecieron los accesos; pero cuando las 283 suspendía volvían á aparecer y, con estas alternativas estuvo hasta fines del mes de Febrero en que emprendió el camino para esta capital, habiendo venido en ferrocarril. Al llegar aquí se quitaron los accesos durante una semana, pero luego vol- vieron sin que hayan desaparecido hasta la fecha. Ultimamente han comenzado á las 11J a. m. por calofrío menos intenso que dura dos horas: después ha tenido calen- tura muy fuerte hasta las 6 p. m., y luego un poco de sudor en todo el cuerpo. Amanece con dolor de cabeza. Los accesos se presentan cada tercer día; el enfermo tiene poco apetito, mucha sed en el momento de la calentura, amargor de boca, duerme bien, mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Abril 21.—A. M. 37.5 P. M. 38.9 „ 22.- „ „ 36.4 „ 37.3 Pesa 121 libras. La área espléniea mide cuatro dedos en la axi- lar posterior. 100 gramos de extracto fluido de contrayerba. Abril 23—A. M. 36.7 P. M. 36.4 A las 2.30 p. m. 39.5. Ayer tuvo basca y en la noche vomitó, pero no el medicamento. Abril 24.—A. M. 36.2 P. M. 38. No tuvo ayer vómitos. Iiizo dos evacuaciones líquidas. Abril 25.—A. M. 35.7 P. M. 37.8 Hoy no tomó medicamento. Ayer no tuvo basca ni deposi- ciones. Abril 26.—A. M. 36 P. M. 37.5 „ 27.- „ „ 36.4 „ „ 37.2 Tuvo ayer siete evacuaciones dolorosas, muy líquidas y ama- rillas. Se disminuye la dosis de extracto á ochenta gramos. Abril 28.—A. M. 36.4 P. M. 37. Hizo ayer una evacuación semi líquida. 284 Abril 29.—A. M. 36.1 P. M. 36.5 ,, 30.— „ „ 36.2 ,, ,, Sale del hospital pesando 123 libras. La obscui-idad espléniea mide dos dedos en la línea axilar posterior. Diagnóstico:—Pal ud ism o. Complicaciones:—En teri tis. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Resultado:—Curación. (Terrés.) NUMERO 52. Cama núm. 10.— Observación núm. 119—22 de Abril de 1892. Angel Villafaña, de Tacubaya, soltero, de 25 años, jornalero; vive en Tacubaya y ha padecido sífilis y paludismo de tipo co- tidiano que le comenzó hace tres años en Tacubaya, le duró cinco meses y se curó tomando remedios caseros. El paludismo actual data de tres meses. Había estado como seis meses en Jojutla trabajando en su comercio de mercería, cuando comenzó á enfermarse. Hacía viajes frecuentes á varios puntos del Estado de Guerrero (San Jerónimo, Acapulco, etc.), y en los caminos bebía algunas ve- ces aguas estancadas. Empezó con calofrío muy fuerte á las 11 a. m. que á las 7 p. m. fue seguido de calentura muy intensa, acompañada de dolor de cuerpo y de cabeza y sustituida á las 2 a. m. por abun- dante y generalizado sudor que duró una hora. Un mes estu- vo teniendo diariamente este acceso, hasta que tomó una vez cocimiento de quina (encontrándose en San Jerónimo), y con ese medicamento desaparecieron los accesos durante quince días que fue el tiempo que empleó en llegar á Acapulco, puer- to donde volvieron á presentarse, pero entonces terciados y comenzando á las 4 p. m. Estuvo así cerca de mes y medio y vino después á esta capital en donde volvió á tomar el coci- miento de quina y parece que desaparecieron los accesos, aun- 285 que esto no es seguro, pues dice que á la medianoche se sien- te caliente y suda. Tiene buen apetito, mucha sed durante todo el día, amar- gor de boca, no duerme bien porque le duelen mucho las pier- nas y el hipocondrio izquierdo cuando se acuesta de ese lado mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas. Abril. 22.—A. M. 36.5 P. M. 37.2 El bazo desborda 3 dedos de las falsas costillas. Hay pústulas de ectima en diversas partes del cuerpo y dolores óseos. Trata- miento antisifilítico. Abril. 23.—A. M. 37.5 P. M. 38.2 „ 24.-,, „ 37.7 „ „ 37.5 „ 25.-,, „ 36.8 „ „ 37.6 „ 26.-,, „ 37.5 „ „ 37.6 „ 27.-,, „ 36.9 „ „ 37.3 „ 28.-,, „ 37 „ „ 36.9 „ 29.-,, „ 36.2 „ „ 37. „ 30.- „ „ 36 „ „ 36.2 Mayo. 19.— „ „ 36 „ „ 36.T „ 2.-,, „ 36 „ „ 36.7 „ 3.-,, „ 36.2 „ „ 36.6 „ 4.-,, „ 36 „ „ 36.1 5.— „ „ 36 ,, ,, 36.4 » 6-—„ n 38 „ „ 37.5 Pesa 118 libras. El bazo desborda dos dedos. Sesenta gramos de extracto fluido de contrayerba. Mayo. 7.— A.M. 36.2 P. M. 36.1 Tuvo ayer basca pero no vomitó. Mayo. 8.— A.M. 36.4 P. M. 36.5 „ 9.— ,, „ 36.4 „ „ 37.4 Pesa 118 libras. El bazo en el propio estado que el día 6. Se suprime la contrayerba y se vuelve al tratamiento antisifilítico. 286 Mayo. 10.—A.M. 36.1 P. M. 36. „ 11.— „ „ 36.4 Salo del hospital por considerarse curado á causa de que le han desaparecido los dolores. Diagnóstico:—Paludismo y sífilis. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Antisifilítico y contrayerba. Resultado:—Curación? (Terrés). NUMERO 53. Cama núm. 10.—Observación núm. 120.—11 de Mayo de 1892. Ignacio Pérez, de Toluca, casado, de 40 años, carpintero; vive en la Plazuela de la Lagunilla y ha padecido de pleuresía y de paludismo en Guadalajara, hace diez años, que le duró dos meses, de tipo cotidiano y que se le quitó con píldoras de qui- nina. Hacía quince días que había llegado de Guadalajara á esta capital, caminando á pie. Llevaba algunos años de estar radi- cado en la primera población. Hace ocho días tuvo calofrío in- tenso que duró cinco horas, comenzando á las 4 p.m. y sien- do seguido de muy fuerte calentura que terminó á las 4 p. m. con sudor y después del que le quedó cansancio en todo el cuerpo. Este acceso se ha repetido todos los días pero antici- pándose la hora de su comienzo. El enfermo tiene buen ape- tito, mucha sed en toda la mañana, amargor de boca, ligero dolor en el hipocondrio izquierdo, duerme mal por la calen- tura; no ha enflaquecido, pero algo ha perdido las fuerzas. Mayo. 12.—A. M. 38 P. M. 36.7 A las 10 a.m. 39.8. A las 9.30 a. m. 40.4. Ochenta gramos do extracto fluido de contrayerba. 287 Mayo. 13.—A. M. 38.6 P. M. 36.4 Pesó: 120£ libras. La matitez esplénica mide dos dedos en la línea axilar posterior. Mayo. 14.—A. M. 36.1 P. M. 36. Al medio día 38.5. Mayo. 15.—A. M. 36.2 P. M. 37.4 Tuvo ayer basca y vomitó las dos dosis del medicamento; hizo sin dolor tres evacuaciones líquidas y amarillas. Sesenta gramos de axtracto fluido de eontrayerba. Mayo. 16.—A. M. a6.7 P. M. 37. Volvió á vomitar ayer y evacuó cuatro veces. Mayo. 17.—A. M. 36 P. M. 38.4 No vomitó ayer; evacnó seis veces. Mayo. 18.—A. M. 36.4 P. M. 36.5 No tuvo ayer basca ni deposiciones. Mayo. 19.—A. M. 36.8 P. M. 36.2 r> 20.— „ „ 36.2 „ „ 37. » 21.— „ „ 37.3 „ „ 36.2 „ 22— „ „ 36.2 ,r „ 37.1 Dice qne le da algo de calentura á las dos de la mañana. Mayo. 23.—A. M. 36. P. M. 36.2 n 24— „ „ 36 „ „ 36.2 Se suprime la eontrayerba. Mayo. 25—A. M. 36 P. M. 37. Pesa 116 libras. La matitez esplénica mide cuatro dedos un poco atrás de la línea laxiar posterior. 288 Mayo. 26.—A. M. 36.3 P. M. 36. „ 27.— ,, „ 36.2 „ „ 36.5 „ 28.— ,, „ 36.2 „ „ 36.4 „ 29.-,, „ 36.1 „ „ 36.8 » 30.—„ „ 36. Sale del hospital pesando 117 libras. No se aprecia matitez es- pié nica. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Extracto fluido de contrayerba. Resultado:—Curación. Cama núm. 10. — Observación núm. 121.—6 de Junio de 1892. NUMERO 54. Manuel Cebados, de México, viudo, de 48 años, zapatero vi- ve en el callejón de Lecheras y ha padecido pulmonía. Estuvo trabajando durante un año en diversos puntos del ferrocarril del Sur (Tecomavaca, Cañón de la Sierra etc.), y tomando agua del río; pero su enfermedad comenzó hace un mes, en Tehuacán, cuando venía para México. Empezó con calofrío muy fuerte á las 10 a.m. que duró media hora y fué seguido de calentura de igual duración, sin molestarle dema- siado. Así continuó todos los días aumentando de intensidad el acceso y á los cuatro de haber empezado á enfermarse tomó tres papeles de quinina y repitió esta dosis por seis días, sin obtener ningún beneficio, como tampoco lo obtuvo después de tomar mezcal con sal y jugo de limón. Emprendió á pie el camino para esta capital y durante los quince días que tardó en él, vino sufriendo el acceso cotidia- namente primero y después cada tercer día. Los últimos accesos, terciados todavía, han principiado á las 10 a.m. por calofrío que dura una hora y es seguido por calen- tura que termina en la noche con ligero sudor. Tiene dolor de 289 cabeza y cintura, poco apetito, mucha sed cuando le da el ac- ceso; amargor de boca; mucho ha enflaquecido y perdido las fuerzas; duerme bien. Junio. 7.—A. M. 39.4 P. M. 38.5 » 8.— „ „ 36.6 „ „ 38.2 Pesa 97 libras. El bazo desborda un dedo. Un gramo veinte centigramos de psoralina amorfa, que ¡equivalen á veinticuatro gramos de polvos de contrayerba. Junio. 9.—A. M. 37 P. M, 37. >> 10-— „ „ 36.4 ,, „ 36.5 )) 11- )> j? 36.2 ,, ,, 36.7 „ 12.- „ „ 36.3 „ „ 37.3 » 13.-„ „ 37 „ „ 38.8 „ 14.—„ „ 36.8 „ „ 38.7 >> 15-—)> „ 37.4 ,, ,, 36.7 • „ 16.- „ „ 36.2 „ „ 37.7 >) 17. „ ,, 36.5 „ ,, 37. » 18.— „ ,, 36.8 ,, „ 38.5 » 19-- „ „ 37 „ „ 36. » 20.— „ „ 36.3 „ „ 37. Pesa 99i libi’as. El bazo desborda dos dedos. En la sangre se encontraron pequeños cuerpos transparentes, la mayor parte ais- lados. Un gramo de clorhidrato de quinina. Junio. 21.—A. M. 36.1 P. M. 36.3 » 22.-,, „ 36.1 „ „ 36.3 )> 23. ,, „ 36 „ „ 37. » 24.-,, „ 36.2 „ „ 36.8 „ 25.-,, „ 36.6 „ „ 36.7 » 26.— ,, „ 36 „ „ 36.1 „ 27.-,, „ 36. Sale del hospital pesando 94J libras. La área esplénica está normal. Diagnóstico:—Paludismo. 290 Complicaciones:— Ninguna. Tratamiento-.—Psoralina amorfa y quinina. Resultado:—Peor (?) con la psoralina (Terrés). NUMERO 55. Cama núm. 28.— Observación núm. 124-—H de Julio de 1892. María de Jesús Merlo, de Querétaro, soltera, de 20 años, mo- lendera: no tiene habitación y ha padecido de tifo, viruela y pulmonía (Está en la 3? Sala de Medicina de Mujeres). Quince días después de haber llegado de México á Santa María (cerca de Cuernavaca) comenzó á enfermarse. En aquel punto trabajaba en las moliendas de caña y bebía agua de un río. Guando empezó su enfermedad, hace mes y medio, tuvo primero calentura y dolor de cabeza, que duraban todo el día y se quitaban en la noche; después de estar cinco días con estas molestias, tuvo calofrío intenso que á las dos horas fué seguido de calentura que terminó á las tres horas, dejándole dolor de cabeza y mucha sed. Este acceso se ha re- petido todos los días y para combatirlo tomó la enferma café con limón. Cuatro días antes de ingresar al hospital, llegó á México ha- biendo hecho la travesía en carro. Ultimamente el acceso ha principiado á las 10 a. m. y terminado á las 4 p. m. sin sudor. Tiene buen apetito, mucha sed en las tardes, amargor de boca erutos agrios, tos seca y frecuente cuando le da el calofrío, mu- cho ha enflaquecido y perdido las fuerzas; lgr,20 de psoralina. Julio. 12.—A. M. 39.8 P. M. 39.3 „ 13.—„ „ 39.8 „ „ 39.5 Se duplicó la dosis de psoralina. Julio. 14.—A. M. 38.4 P. M. 39.9 El bazo desborda cuatro dedos. Ayer tuvo, sin dolor, ocho eva- cuaciones líquidas. Se hizo una preparación de su sangre y en 291 ella había hemaeias con pequeños cuerpos transparentes (hema- cias agujeradas). El examen se hizo con el ocular 4 y el objetivo 8 de Relohert. Julio. 15.—A. M. 39.3 I*. M. 39. El bazo desborda cuatro dedos. 1.00 de clorhidrato de quinina. Julio. 16.—A. M. 37.3 P. M. 36.8 El Sr. Dr. Olvera agrega á la quinina cincuenta centigramos de antipirina, para calmar el dolor que existe en el hipocondrio izquierdo. Julio. 17.—A. M. 36.1 P. M. 36.9 „ 18.-„ „ 37 „ „ 36.8 „ 19.—„ „ 36.3 37.6 „ 20.—„ „ 36 „ „ 36.2 „ 21— „ „ 36.3 „ „ 36.7 „ 22.— ,, „ 36.4 „ „ 36.5 La área esplénica mide tres dedos en la línea axilar posterior. Julio. 23—A. M. 37.1 P. M. 35.8 „ 24—„ „ 36.4 „ „ 36.3 „ 25—„ „ 36 „ „ 37. „ 26— „ „ 37 „ „ 37.9 „ 27— „ „ 36.9 „ 37.2 „ 28—„ „ 37 38.6 » 29—,, „ 37 „ „ 37.7 „ 30—„ „ 36.9 „ „ 37.6 „ 31— „ „ 36.2 „ 37.1 Agosto. 19.— „ „ 36.2 „ „ 37.5 „ 2—„ „ 36.2 „ „ 37. „ 3—„ „ 36.2 „ „ 36.3 » 4.—„ 36.3 ,, „ 37. „ 5— „ „ 36.8 „ 36.2 „ 6—„ „ 36.8 „ 36.5 „ 7—„ „ 36.8 „ „ 36.4 „ 8.— „ „ 36.5 292 Sale la enferma del hospital. Desde hace varios días está nor- mal la área esplénica. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Psoralina quinina y antipirina. Resultado:—No hubo mejoría con la psoralina. (Terrés.) NUMERO 56. Cama núm. 6. — Observación núm. 128. — 2 de Agosto de 1892. Jesús Mejía, deTacubaya, soltero, de 50 años, carretero; ha- bita en el callejón de Gantaritos. Dice que hace ocho años pa- deció de reumas en las rodillas y que hace uno, tuvo un ata- que apoplético, después del que quedó con la cara desviada. Hace veinte días, después de haberse acostado en el suelo húmedo, tuvo dolor general del cuerpo; basca; vómitos alimen- ticios y mucosos; seis ó siete evacuaciones al día, amarillas, muy líquidas y sin dolor; tos muy frecuente sobre todo en la noche y con difícil expectoración mucosa y calofrío intenso, co- mo de dos horas de duración, seguido de fuerte calentura que duró también dos horas. Los dos últimos síntomas se siguie- ron presentando todos los días, unas veces en la mañana, otras en la tarde; pero los trastornos digestivos desaparecieron una semana antes de que el enfermo entrara al hospital. Jamás ha salido de México, bebía agua del pozo artesiano de Tepito; acostumbraba tomar de nueve á doce centavos diarios de pulque y á veces más. Actualmente se percibe en la base del pulmón izquierdo du- dosa obscuridad por la percusión y se oyen estertores subcre- pitantes. Las funciones digestivas están en buen estado; no se encuentra crecida la área esplénica; dice que no duerme bien, que ha enflaquecido un poco y debilitado bastante y que todos los días sigue teniendo el acceso, que últimamente ha estado terminando con sudor ligero y generalizado. 293 Agosto. 2.—A. M. 39.9 P. M. 36.7 >> » j> 39.3 ,, „ 37.8 » » » 39.1 „ ,, 39.5 Se hizo el examen de la sangre fresca, mezclada en la lami- nilla con una gota de solución desleída de fuschina fenicada (Procedimiento de Straus), y al principio se vió únicamente la riqueza de la sangre en leucósitos; poco tiempo después se em- pezaron á ver teñidos en rosa los núcleos de algunos leucoci- tos y alrededor de esos núcleos las granulaciones brillantes del protoplasma, con vivo movimiento, pero con aspecto muy diferente del de las granulaciones color de café que se encuen- tran en los hematozoarios. Un gramo veinte centigramos de psoralina amorfa. Agosto. 5.—A. M. 37.4 P. M. 38.2 „ 6.- „ „ 39.7 „ „ 37.5 » 7- )j )) 39.5 ,, ,, 38.3 „ 8--» „ 37.8 „ „ 37.8 5> 9.—,, „ 38 ,, ,, 37. » 10—„ „ 36.9 „ „ 37. Se suprime la psoralina. Agosto. 11.—A. M. 37.5 P. M. 36.2 „ 12.— „ „ 39.7 „ „ 36. „ 13.-„ „ 37.5 „ „ 37.8 » 14.—,, „ 38.3 „ ,, 35.7 » 1®- » » 3/.5 „ ,, 37.4 „ 16— „ „ 37.3 „ „ 37.7 „ 17— „ „ 38.4 „ „ 36.7 Pesa 112} libras. Agosto. 18.—A. M. 38.7 P. M. 36.7 „ 19.— „ „ 37.5 „ „ 38.7 » 20.-„ „ 38.2 „ „ 37.4 „ 21— „ „ 37 „ „ 37.1 ,, 22.-,, „ 36.8 „ „ 37.3 » 23.-,, „ 3G.5 „ „ 37.5 n 24.— ,, „ 36.3 „ „ 37. » 25.— „ ,, 36.9 „ ,, 37.4 Pesa 109\ libras. Agosto. 26.—A. M. 36.8 P. M. 37.2 „ 27.-,, „ 36.3 „ „ 36.6 ,, 28.— „ „ 36.8 .. „ „ 37.1 „ 29.-,, „ 36.7 „ „ 36.8 30.—„ „ 37.1 „ 36.6 „ 31— „ „ 36.6 „ „ 35.8 Pesa 109 libras. Spbre. 19.— „ „ 35.6 Sale del hospital. Dos médicos del hospital que estudiaron á este enfermo, diagnosticaron: uno, que supo el resultado del examen de la sangre, tuberculosis incipiente, y el otro, que no supo el resul- tado de ese examen, paludismo. Diagnóstico. (?) Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina amorfa. Resultado:—Curación. 294 NUMEROS 57, 58, 59, 60 y 61. Por «ausas que no son del caso referir, no pude copiar estas observaciones; pero puede verse en el resumen que hice de ellas (véase el cuadro de la pag. 96), teniendo á la vista el libro de observaciones del Sr. Terrés, que el enfermo n? 57 que corres- ponde á su obs. n? 147 se enfermó en Cuernavaca, donde to- mó una hierba, que se hizo el examen de su sangre antes y después de administrada la substancia que tomó seis días, con la que mejoró, pues sólo tuvo acceso tres días y que su bazo no se modificó. 295 El n? 5-8 que corresponde á su obs. n? 147, se enfermó en Jojutla, donde tomó, según parece, sulfato de magnesia: se hizo el examen de su sangre antes, durante y después del tratamien- to, encontrando al principio hematozoarios y después sólo pig- mento; tomó la medicina cinco días, con lo que disminuyó su bazo tres dedos. Se considera mejorado; yo diría curado. El n? 59 que corresponde á su obs. n? 150 se enfermó entre Jojutla y Puente de Ixtla, donde tomó espinosilla y fresno; no se examinó su sangre ni se puede comparar el tamaño del ba- zo, que parece haber disminuido; tomó la medicina siete días y él lo cree mejorado; yo diría que tal ve& curado. El n? 60 que corresponde á su obs. n? 151 se enfermó en Iguala; se examinó su sangre y tomó la medicina cinco días sin que se modificaran los accesos ni el bazo. El n? 61 que corresponde á su obs. n? 152, so enfermó en Puente de Ixtla; no se examinó su sangre y tomó la medicina cinco días, con la que disminuyó un dedo el volumen del bazo, siguiendo los accesos. KUMERO 62. Antonio Méndez, permaneció ocho meses en Jojutla, pobla- ción perteneciente al Estado de Morelos, y en donde reina el impaludismo de una manera endémica. Habiendo sido afecta- do de intermitentes que no cedían á diversas medicaciones, se vino á la Capital, en donde le siguieron los accesos con mayor intensidad que antes. Cuando se le examinó presentaba todos los caracteres del impaludismo, y el bazo aumentado de volu- men pasaba dos dedos del borde costal. Dijo que se le había estado administrando quinina á la dosis de un gramo desde hacía ocho días, sin haber obtenido mejoría alguna; que un día le daba el ataque suave y otro muy fuerte, y que le duraba co- mo seis horas contando desde que le entraba el calofrío hasta que terminaba el sudor. Se le ordenó tomara ocho gramos al día de polvos de Contrayerba en vino jerez, divididos en dos 296 tomas, y después de haber dejado por algún tiempo el polvo en el vino. Tres días después dijo que ya no le había dado la calentura y que solamente á la hora que debía darle el acceso le dolía la cabeza y se había sentido atarantado. Sostenido es- te tratamiento por diez días, los accesos han desaparecido com- pletamente, la cara ha perdido el color amarillento propio del impaludismo y el bazo se ha recogido y no pasa ya del borde costal. Después de haber estado perfectamente durante un mes, volvieron á aparecerle los accesos, aunque con menor in- tensidad que anteriormente, y fueron dominados de nuevo con la administración de 5 gramos diarios de Gontrayerba durante cinco días (Govantes). NUMERO 63. Margarita Garduño. Accesos cotidianos todas las tardes. Tiene ocho días de estar enferma. Se queja de dolor en las piernas y en la cintura. El calofrío le dura media hora y es se- guido de calentura, que según dice es bastante fuerte y se le quita al amanecer. Tratamiento:—Seis gramos diarios de polvos de Contrayer- ba divididos en dos partes durante cinco días. Curación:—(Govantes). NUMERO 64. Joaquín Alvarez, después de haber estado haciendo durante dos meses frecuentes viajesáCuautlay áYautepec, poblaciones del Estado de Morelos, y en donde reina habitualmente el im- paludismo, acudió á la consulta del Instituto por tener desde hacía tres días fuerte calentura en la noche precedida de al- gún calofrío y que terminaba por un copioso sudor, encontrán- dose por la mañana fresco pero sumamente maltratado. El color de la cara tenía un tinte amarilloso y el bazo pasaba un dedo del borde costal. Tratamiento:—polvos de Contrayerba, 8 gramos divididos en dos tomas. A los dos días de este tratamiento la calentura ha- 297 bía sido menos fuerte y el sudor igualmente menos copioso. Al quinto día de la administración de la misma dosis de esta subs- tancia, se dominaron por completo los accesos (Govantes). NUMERO 65. Lucio 01 vera. Calentura en la tarde precedida de un ligero calofrío y seguida de un sudor abundante. Lleva cinco días de tener estos accesos. Comienzan á las 5 p. m. y se encuentra bien á las 9. Nada anormal en sus órganos; el bazo no pasa el borde costal. Tratamiento: — polvo de Contrayerba, 8 gramas en dos to- mas. Al tercer día de este tratamiento ya no le volvieron los accesos (Govantes). NUMERO 66. Casimiro Buendía. Accesos cotidianos en las tardes. Calen- tura seguida de sudor. En la mañana y al medio día se encuen- tra bien. Desde hace ocho días tiene estas calenturas. Todos sus órganos se encuentran en el estado normal inclusive el ba- zo que no pasa el borde costal. Presenta una herpes labial de- bida probablemente á la calentura. Tratamiento.—3 gramos bis de polvos de psoralea pentaphy- llo.—Curación al cuarto día de este tratamiento (Govantes). NUMERO 67. Guadalupe Mancilla, de 11 años de edad, de temperamento escrofuloso. Desde hace diez días accesos cotidianos por la tarde y parte de la noche. El bazo pasa ligeramente el borde costal, los demás órganos no presentan nada anormal. Tratamiento:—Dos gramos bis de polvos de la raíz. Notable mejoría al quinto día del tratamiento. Es de suponerse que es- ta enferma se alivió, pues se le aconsejó siquiera el mismo tra- tamiento por algunos días más y que si le volvían á repetir los accesos viniera otra vez á la consulta. No volvió (Govantes). 298 NUMERO 68. El Sr. Lie. Eugenio Esquerro, estuvo de Promotor Fiscal en Tampico durante seis meses, á su regreso á la Capital fue ata- cado de intermitentes con la íorma de tercianas. El acceso le comenzaba á eso de las 5 p.m. y le duraba casi toda la noche, con calofrío intenso, seguido de fuerte calentura y terminado con ligeros sudores fríos. El color de la cara era el propio de esta enfermedad y el bazo se encontraba ligeramente infar- tado. Tratamiento:—Cinco gramos bis de extracto fluido de la planta. Curación:—Al sexto día de este tratamiento (Govantes). NUMERO 69. Maura Cordero. Accesos cotidianos. Comenzaban á la 1 p.m. y terminaban á las 6 p.m. El bazo estaba al estado normal. Tratamiento: — Tres gramos bis de extracto fluido de la planta. Curación:—Al cuarto día de este tratamiento (Govantes). NUMERO 70. Daniel Benavides. Accesos con la forma de tercianas. Ca- lofrío que dura aproximadamente una hora seguido de fuerte calentura durante toda la noche. No hay sudor. Tratamiento:—Extracto fluido de Contrayerba, cinco gramos bis. Al segundo día de este tratamiento el acceso disminuyó de intensidad y desapareció por completo al quinto día de la ad- ministración de esta substancia (Govantes). NUMERO 71. Juana Rivero. Accesos cotidianos con los tres períodos bien marcados. Tiene tinte ictérico de la cara y el bazo pasando un dedo el borde costal. 299 Tratamiento:—Cinco gramos bis de extracto fluido de Con- trayerba. Notable mejoría al cuarto día de este tratamiento. Se aumentó la dosis á 6 gramos bis. Es de suponerse se re- tiraron por completo los accesos. No volvió á la consulta (Go- vantes). NUMERO 72. Jesús Romero. Accesos cotidianos con los tres períodos bien marcados. El bazo pasa un dedo del borde costal. Tratamiento:—Extracto fluido de Contrayerba 6 gramos bis. Al cuarto día de esta medicación, los accesos le repitieron aun- que menos fuertes. Se aumentó á 8 gramos la dosis del medi- camento. Curación.—(Govantes), NUMERO 73. Genaro Fonseca, de 10 años de edad. Accesos con la forma de tercianas desde hace un mes. El bazo desborda ligeramente. Tratamiento: — Una cucharadita bis del extracto fluido. Me- joría al quinto día de este tratamiento. Se aumentó la dosis á dos cucharaditas bis. Curación.—(Govantes). NUMERO 74. Juan Hernández, de 26 años, soltero, vive en la plazuela de Zaragoza (lugar muy pantanoso). Notó poco tiempo después de haber cambiado su domicilio á este punto que sus fuerzas disminuían un poco, así como su apetito para comer, y todo esto sin que él pudiera darse la causa. Después de haber pa- sado, á consecuencia de sus ocupaciones ordinarias, una noche sin dormir y haber tenido en seguida que soportar una fuerte lluvia, se sintió con mucho calofrío, dolor de cabeza y calentu- ra, seguido todo esto de una sudación abundante, cesando la cual se sintió aparentemente bien aunque algo débil; al díasi- 300 guíente á la una del día tuvo otro acceso febril semejante y otros á la misma hora durante cuatro días más; al sexto la ca- lentura se hizo constante y el termómetro señaló como máxi- ma, á las tres de la tarde, 40°5. Todo el cuadro revistió un as- pecto tifoideo marcadísimo hasta traer la duda sobre si se tra- taría del tifo exantemático; en efecto, epistaxis, carpología, so- bresaltos de tendones, lengua muy temblorosa, saburral y seca, aunque no al grado que se pone en el tifo; conjuntivas muy congestionadas y delirio, no faltando aun algunas petequias. Pero el termómetro siguió marcando exacerbaciones muy no- tables de las 11 a.m. á las 3 p.m. seguidas de sudaciones abun- dantísimas, después de las cuales bajaba mucho la calentura, el bazo producía además una área obscura en el costado iz- quierdo, cuya área tenía una extensión de 9 cent, por 6 cent. Con estos datos creí que se trataba de una remitente palúdica grave de aspecto tifoso. Desde el tercero día se administró el sulfato de quinina á la dosis de 65 centg. á 1 gramo por día y con este tratamiento continuado por seis días se logró que la temperatura bajara otra vez á la normal, aunque solamente en el intermedio de los accesos, sin que estos desaparecieran ni se notara tendencia á la reposición. La debilidad era extrema- da y el apetito nulo. Después de cuatro días en tal estado, se hizo ya intolerable la administración de la quinina por la apa- rición de un catarro gastro-intestinal (que cedió á los medios apropiados) y que obligó á usar el extracto fluido de la Psorci- lea pentaphylla, á la dosis de 40 gotas en la mañana y 40 en la noche, tomadas en una cucharada de agua bastante azuca- rada. Al día siguienle de usar la medicina desapareció el ac- ceso febril, y como lo más notable, vino la reposición de las fuerzas y el apetito, con el mejoramiento consecutivo del es- lado general. Tan sólo dos veces volvió á elevarse la tempe- ratura en las noches y al finia curación se hizo completa, com- probándose definitivamente con la desaparición del área obs- cura que se encontraba con la percusión al nivel del bazo, y la 301 reposición completa al estado normal. A pesar de esto sesos- tuvo lo administración del extracto á igual dosis durante quin- ce días sin que se presentase más, ni el catarro intestinal, ni molestia alguna que atribuir á la acción de la substancia (Ver- gara Lope). NUMERO 75. Juan Hernández (no es el mismo que el de igual nombre de la observación anterior), enfermo del Hospital Béistegui, afec- tado de intermitentes con aumento muy notable del bazo y cuyos accesos no cedieron al empleo durante seis días del sul- fato de quinina á la dosis de 0gr 60 á 1 gramo. Se administró el extracto fluido de Contrayerba á la dosis de 50 golas bis, con cuyo tratamiento, sostenido por cuatro días, desaparecieron por completo las calenturas y el bazo volvió á sus dimensio- nes normales (Vergara Lope). Rafael Valdés, de 5 años de edad. Hacía ya ocho días que tenía intermitentes, tipo cotidiano. No había sido tratado con nin- guna substancia. La percusión señalaba al nivel del bazo una área obscura de 5 cent, por 3 cent. Administración del extrac- to fluido de Psoralea pentaphylla, 40 gotas en la mañana y 40 en la noche en una cucharada de agua azucarada, durante cua- tro días. Los accesos desaparecieron al día siguiente de tomar la primera dosis. A los ocho días del último en que tomó la psoralea, sobrevinieron de nuevo los accesos durante dos días y desaparecieron inmediatamente después de administrar por segunda vez la misma dosis de extracto, que se sostuvo du- rante ocho días. Quedó aparentemente sano; mas al mes re- pitieron los accesos de intermitentes con el mismo carácter que los primeros é igual crecimiento del bazo, y se dió por tercera vez el extracto en la misma dosis durante diez días, continuan- do con tomar dos t ucbaraditas diarias, durante veinte días, de NUMERO 76. 302 vino de psoralina del profesor Lozano. Como en las veces an- teriores, desaparecieron inmediatamente los accesos, y tiene ya dos meses de la desaparición total, encontrándose en la ac- tualidad completamente sano (Vergara Lope). NUMERO 77. Luz Souverviell, niña de 5 años de edad; vive en la 9? de Guerrero n? 16. Intermitentes, tipo cotidiano: 10 días de en- fermedad. A la percusión, el bazo 5 cent, por 4 cent. Admi- nistración de 40 gotas, dos veces al día, de extracto fluido de psoralea. Desaparición inmediata de los accesos hasta la fecha. La medicina se dió durante diez días. Tiene de curada cinco meses (Vergara Lope). NUMERO 78. Narciso Pérez, de 20 años de edad. Intermitentes tercianas. Percusión al nivel del bazo, 13 cent, por 8 cent. Cinco meses de enfermedad en Cuautla. Muy anémico. Tratado ya por la quinina y otras substancias, algunas de las cuales solamente minoraban los accesos. Se administró el extracto fluido de psoralea, 50 gotas bis durante veinte días. Desaparición total de los accesos á los siete días de tratamiento. Reposición rá- pida del estado general. Está curado completamente desde ha- ce seis meses (Vergara Lope). NUMERO. 79. J. M. Vergara Lope, de 59 años de edad. Intermitentes co- tidianas. Accesos acompañados de una hemicrania muy inten- sa rebelde á todo tratamiento. Se le dió como medicina 2 gra- mos de polvo de raíz de psoralea, dos veces al día, tenido en maceración seis horas en una copa de vino jerez. La enferme- dad desapareció, gradual, pero rápidamente, en ocho días de tratamiento. No ha vuelto á enfermarse en diez y ocho meses que tiene de curado (Vergara Lope). 303 NUMERO 80. M. Valdés, de 43 años de edad. Tuvo la gripa. A continua- ción intermitentes cotidianas, bazo crecido, como siempre en esta enfermedad. 50 gotas, dos veces al día, de extracto fluido de psoralea durante diez días. Desde la primera dosis los ac- cesos decrecieron en intensidad y fueron cada tercer día; á los ocho desaparecieron por completo y la curación se ha soste- nido desde hace mes y medio (Vergara Lope). NUMERO 81. Félix Ocharán, de 7 años, comenzó á tener un movimiento febril el día 1? de Diciembre (1890), que casi sin oscilaciones se sostuvo cuatro días, al 4? comenzó á notarse cierta intermi- tencia, la temperatura oscilaba entre 38°5 y 39°5. Se le suje- tó al tratamiento por la contrayerba, notándose desde luego una disminución en la remitencia vespertina. El 8? día la tem- peratura era normal en la mañana con exacerbación en la tar- de de seis décimos de grado, siendo ya desde el día siguiente normal en la mañana y en la tarde (Huici y Terrés). NUMERO 82. Refugio Hernández, de 53 años, lavandera. Estuvo en Vera- cruz dos meses en donde fue atacada del vómito. Al día si- guiente de su llegada á México, fué atacada de calofrío con la forma de “olas que le subían” y que le duraba media hora, se- guido de calentura por tres ó cuatro horas y terminado por un copioso sudor. Cuando vino á la consulta llevaba siete días de estos accesos; muy anémica, sumamente demacrada y con el bazo pasando un dedo el borde costal. Tratamiento:—Cuatro cucharadas en el día de extracto flui- do de contrayerba. Al quinto día de la administración de esta substancia, volvió á la consulta á manifestarme, que los acce- sos le daban todos los días, pero menos fuertes y de mucho 304 menos duración. Le ordené siguiera con el mismo tratamien- to por algunos días aumentando la dosis á cinco cucharadas. La enferma volvió á comunicarme que con el aumento en la dosis de dicho extracto se le habían retirado por completo los accesos (Govantes). NUNEKOS 83 y 84. En dos niños de mi clientela, uno de tres años y otro de cuatro, afectados de gripa y en los que, como está pasando en muchas perdonas atacadas de esta enfermedad, pasados los ac- cidentes agudos queda malestar en las tardes y se eleva la temperatura á 39°, les prescribí el extracto fluido á la dosis de 15 gotas bis, con cuya cantidad bastó para evitar que la tem- peratura subiera en las tardes, al cuarto día de tratamiento (Govantes). NUMEROS 85 y 86. En los enfermos que asisten á la consulta diel Instituto he administrado el extracto fluido de la psoralea perita,phyllci á dos niños atacados de calenturas intermitentes y en condiciones casi semejantes, accesos cotidianos vespertinos; precedidos de un ligero calofrío y terminados por sudores. La dosis de 5 gra- mos bis ha bastado para dominar estos accesos, al quinto día de tratamiento (Zúñiga). NUMEROS 87 y 88. En dos enfermos afectados de calenturas intermitentes, de- bidas probablemente álos miasmas de las atarjeas, he emplea- do el extracto fluido de contrayerba ála dosis de 20 gramos al día, lo que ha bastado para dominar los accesos, en uno de ellos al tercer día y en el otro al cuarto de la administración de dicha substancia (Govantes). 305 NUMERO 89. Guillermo Robles, tomó dos días 60 gramos y siete días 80 de extracto fluido de Contrayerba, mejorando de su impalu- dismo de tipo cotidiano, mas fué preciso recurrir á la quinina por haberse agotado aquel medicamento (Terrés). NU MERO 90. Manuel Haro, accesos diarios y sin sudores, pero de inten- sidad cada día creciente. Se le administraron 16 gramos de polvo de Contrayerba durante tres días, aumentándole en se- guida la dosis á 24 gramos, que tomó por seis días, pero sin ha- berse logrado modificación en los accesos (Terrés). NUMEROS 91 y 92. Rafael Hernández y Jesús Martínez, enfermos de intermiten- tes cotidianas y procedentes de Tecomavaca, fueron sometidos al tratamiento por el polvo de Gontrayerba, á la dosis de 24 gramos diarios, durante cuatro días aumentando un gramo en los ocho días siguientes, con cuya medicación se consiguió mantener la temperatura entre 36°5 y 37, reduciéndose el área esplénica en el último. Estos enfermos considerándose cura- dos, solicitaron su alta (Terrés). NUMEROS 93, 94 y 95. En tres enfermos de la consulta del Instituto Médico el jefe de la Sección 4? administró la Contrayerba en las siguientes condiciones: uno de ellos tenía accesos de calentura cotidiana que elevaban la temperatura á 40°, seguidos de un copioso su- dor. La dosis de 6 gramos de polvo de Contrayerba, sostenida cuatro días, fué suficiente para hacer desaparecer dichos acce- sos. En los otros dos, uno de ellos niño de 10 años y con ac- cesos cotidianos bien marcados, las calenturas cedieron al ter- cer día de la administración de 4 gramos diarios de esta subs- tancia (Govantes). 306 NUMEROS 96, 97 y 98. El Sr. Terrés admistró la psoralina á tres tuberculosos. Uno de ellos tenía calentura héctica alta, de tipo intermitente; el segundo ligera elevación vespertina, y el tercero, temperaturas normales. La psoralina obró mucho en el primero, poco en el segundo y nada en el tercero (Terrés). NUMEROS 99, 100, 101, 102, 108 y 104. Di la psoralina amorfa á sois tuberculosos: pareció bajar la temperatura en cuatro y no obrar en dos. Las dosis en que pa- reció obrar fueron de 0.60 y lgr20 al día; en los que fracasó fueron de lgr 20 (Terrés). NUMEROS 105, 106, 107 y 108. La psoralina ha sido administrada á cuatro enfermos. El pri- mero estaba afectado de absceso hepático, que curó por la punción; se le administró la substancia en dosis de uno y dos gramos diarios y el resultado fué cuando menos dudoso, pues el descenso en la curba continuó cuando se suspendió el me- dicamento. El segundo enfermo tenía pleuresía con derrame seroso; to- mó, sin que le bajara la temperatura, dos gramos cuarenta cen- tigramos de psoralina. El tercer enfermo era tuberculoso y no influyeron en sus calenturas dosis de un gramo y un gramo veinte centigramos, de psoralina. El cuarto enfermo tenía calenturas intermitentes pero no periódicas, de origen obscuro, y tanto, que dos médicos muy competentes que me hicieron favor de estudiarlo, llegaron á diagnósticos distintos, opinando el uno que probablemente se trataba de paludismo y el otro que probablemente era tuber- culosis incipiente. La temperatura llegó á bajar al sexto día de estar tomando un gramo de psoralina (Terrés). 307 NUMERO 109. Administré la psoralina amorfa durante ocho días en dosis de lgr-20 al día, á un individuo que tenía calenturas intermi- tentes no palúdicas. Las calenturas cedieron al cabo de este tiempo y reaparecieron después á los dos días, pero menos in- tensas, para ceder con régimen tónico únicamente (Terrés). NUMEROS 110, 111, 112 y 113. Una niña de 5 años.—Remitentes.—Tomó tres cucharaditas diarias de vino de psoralina con el que experimentó abatimien- to de la temperatura y ligero sudor. Una niña de 7 años. — Remirentes. — Medicación y efectos iguales á la anterior. Un adulto con remitentes. Tres cucharadas grandes de vi- no; efecto idéntico á las anteriores. Un adulto con bronquitis intermitente.—Con el vino de pso- ralina tuvo mejoría en el movimiento febril. En ninguno de es- tos cuatro enfermos se produjeron trastornos digestivos (Or- vañanos). NUMERO 114. Un niño de tres años y medio, robusto, bien constituido, tu- vo una infección intestinal que se trató por dos purgantes de calomel, continuando el uso de este medicamento á dosis re- fracta; tenía anorexia completa y fiebre, primero continua, des- pués intermitente y por ultimo remitente. Se hizo la rigurosa desinfección intestinal al grado de tomar el enfermito, además de sus desinfectantes intestinales, leche esterilizada que era su único alimento. No cedió la fiebre ni la falla de apetito con nada, hasta que tomó el vino de psoralina á la dosis de tres copitas al día; al tercero de esta medicación volvió el apetito y al 6? el enfer- mito estaba curado (Reyes Bruciaga). 308 NUMERO 115. Una niña de nueve meses, al siguiente día de haber estado bastante tiempo aspirando los miasmas de una atarjea tuvo calentura constante (de 38° á 39°), acompañada de un des- arreglo intestinal. Se pensó que todo era debido á una infección radicada en el intestino,que se combatió con purgantes de ca- lomel y grandes lav.idos con solución de permanganato de po- tasa; á pesar de esto, la temperatura no llegó á bajar de 38°, durando en este estado cuatro días en los que se continuaron los lavados intestinales. Entonces la calentura se hizo intermi- tente, atribuyéndose por esto la causa de la infección tanto al recargo intestinal como al paludismo, por lo que se le adminis- traron, durante seis días, de 40 á 60gránulos de hidroferrocia- nato de quinina de Chanteaud, que se aumentaron hasta 100 en los cuatro días siguientes. A pesar de esta medicación se- guía la intermitencia, por lo que se le administró el vino de psoralina del Profesor Lozano á la dosis de tres cucharaditas diarias. Al cuarto día desaparecieron todos los accidentes que- dando la niña enteramente sana. Por esta observación y la an- terior (n? 114) creo una vez más que la psoralina es no sólo un antiperiódico, sino un desinfectante intestinal (Reyes Bru- ciaga). NUMERO lie. Un niño de 11 meses, de conslitución muy débil, que había padecido mucho tiempo de diarrea, pasó ulteriormente por un periodo de constipación durante quince días próximamente, en cuyo intervalo sólo evacuaba por medio de lavativas y con su- ma dificultad. Al recibir al enfermito con los datos anteriores, el examen me reveló que tenía su vientre ocupado y poniéndole el termó- metro marcó 39°4, temperatura que, según datos recogidos, se había mantenido poco más ó menos á la misma altura duran- te dos días; se le administró un purgante de aceite de ricino el que produjo seis evacuaciones abundantes y bajó la tempera- tura á 38°; se siguió tratando después con antisépticos intes- tinales; no obstante eso, la temperatura no cedió por completo y al cabo de tres días se hizo francamente intermitente: el ba- zo aumentó un poco de volumen y de consistencia, aunque ya sus funciones digestivas eran normales. En vista de esto, se administró quinina en lavativas y solamente se logró retardar un poco la hora del acceso; pasados cuatro días más la tem- peratura tomó la marcha remitente; se asoció entonces el ar- sénico á la quinina: no hubo ninguna modificación notable, la temperatura era 37°6 en la mañana y 38°8 en la noche. Viendo la ineficacia de estas dos substancias, se recurrió á la tintura de psoraleci pentaphylla,administrándola á la dosis de dos cucharaditas cafeteras al día; pero como el niño no sopor- taba d cha medicación, que le producía vómitos, se sustituyó con el vino de psoralina, tomando tres cucharaditas cafeteras al día. Durante los dos días siguientes no se notó ninguna mo- dificación; pero al tercero la temperatura fué normal en la mañana y menos alta en la noche; al día siguiente, sólo llegó en la noche á 37°6 y dos días después no hubo ya elevación de temperatura. El niño está bueno desde hace mes y medio (Cosío). 309 NUMERO 117. Felipe González, de Guanajuato, soltero de 20 años, labra- dor; siempre había sido bueno y sano. Hace siete meses á consecuencia del trabajo en las minas, le vino una fiebre intermitente de forma cotidiana, la cual se pre- sentaba al medio día y estaba caracterizada por los tres estados que se presentan ordinariamente. Los accesos de fiebre han seguido hasta hace una semana en que se han retirado debido al uso de la psoralina, pues la quinina empleada antes duran- te algunos días, no produjo ningún alivio (Cosío). (Observación hecha en el hospital general de San Andrés Sala Clínica 5? año, cama 10). 310 Caridad González, niña de 9 meses, bien desarrollada; vive en la calle del Arco de San Agustín n? 3 en una casa por la que pasa una atarjea, cuyas emanaciones se perciben por los intersticios de las losas del patio. Comenzó á tener malestar pronunciado, disgusto por el ali- mento y molestias muy notables en la tarde acompañándose de fuerte calentura y sudor copioso en la noche, pues mojaba la almohada; cuando la vi tenía ocho días en ese estado, tinte muy anémico y el bazo desbordaba dos dedos de las falsas cos- tillas. El acceso empezaba á las cinco de la tarde iniciándose por el malestar demostrado por el llanto y la intranquilidad de la niña; la temperatura empezaba á subir como á las siete de la noche oscilando entre 38.9 y 40.2; por último, ya avan- zada la noche empezaba el sudor; después venía el sueño, que era tranquilo y al despertar estaba fresca y alegre, para volver á estar mal á las cinco de la tarde. Estos accesos se repitieron durante ocho días consecutivos. Administré durante cuatro días 0gr50 diarios de sulfato de quinina en cuatro lavativas, (no poniendo mayor cantidad, porque aun esta me pareció fuerte para una niña de esa edad); notando que no había mejoría, si- no al contrario; los accesos se hicieron dobles cuotidianos: uno venía ligero á las 11 de la mañana y el otro fuerte y como de ordinario á las cinco de la tarde. Administré dos cucharaditas de vino de psoralina del Profesor Lozano y al día siguiente des- apareció el acceso matutino, quedando sólo el vespertino, pe- ro menos intenso pues la temperatura sólo subió á 38°; al día siguiente, aumenté una cucharadita más de vino; desaparición del acceso vespertino; se suspendió la medicina. A los dos días volvieron á aparecer los accesos; segunda administración de tres cucharaditas de vino por tres días, al cabo de los cuales se le dieron sólo dos cucharaditas por otros tres días, con lo que quedó enteramente curada, pues no se notaba obscuridad esplénica, ni volvieron los accesos. Tiene más de un año de mantenerse la curación. NUMERO 118. 311 Diagnóstico:—¿Paludismo? Tratamiento:—Quinina y vino de psoralina. Resultado:—Curación con el vino de psoralina (Personal). NUMERO 119. A los quince días de obtener la curación anterior (n? 118), Guadalupe González, niña de 7 años, hermana de la anterior, tenía tres días de malestar, cansancio muscular, falta de ape- tito y de gusto y dolor de cabeza; el día anterior al en que yo la vi, empezó á guardar cama por tener calentura; en efecto la encontré con 38°9, pulso rápido (120), cara roja, dolor fuerte de cabeza y dolor á la presión en el vientre, falta absoluta de apetito, lengua saburral y enrojecida en los bordes, mucha sed, etc., un estado semejante á la gripa (había catarro nasal ycon- juntival) ó más bien al primer estado de una fiebre infecciosa; administré un purgante y ordené se le tomara la temperatura; al siguiente día, reconocí que se trataba de un tifo exantemá- tico por la aparición del exantema característico, y habiendo visto que la temperatura más alta de la noche anterior había pasado de 40° (40.2), administré además del tratamiento con- veniente, dos cucharadas de vino de psoralina del Profesor Lozano, una en la mañana y otra en la tarde, recomendando se le tomara la temperatura. Con gran asombro al siguiente día vi que en la mañana la temperatura era casi la normal (37°4) y que en la noche sólo había subido á 38°2; continué el uso del vino durante toda la enfermedad con resultados se- mejantes, es decir de 37° á 37°5 en la mañana y 38°2 á38°5 en la noche; pero sin modificar casi en nada la marcha y du- ración de la enfermedad. Sin embargo, creo que en este caso fué de utilidad el uso de la psoralina, porque esta niña es es- crofulosa, de una constitución muy débil y sobre todo casi no se alimentó durante toda la enfermedad por la resistencia que tuvo casi invencible para tomar alimento, y la falta de fiebre en este caso tenía que ser benéfica por ahorrar gran número 312 de combustiones. El tifo fué de una forma ataxoadinámica y no se notó pérdida del conocimiento sino un día y medio ó dos duiante la acmea de la enfermedad. La enfermita salvó y la convalecencia fué rápida; sólo hubo como complicación una parálisis intestinal que duró tres días y que se venció con los medios apropiados (calomel y aceite de ricino y grandes lava- dos con solución de permangamdo de potasa) (Personal). NUMERO 120. Francisco Cuevas, niño de 5 años, bien constituido, empezó sin que pudiera apreciarse la causa á estar inapetente y mo- lesto sobre todo en las mañanas; al poco tiempo se le notó muy anémico con gran pérdida de fuerzas y todas las mañanas estaba acalenturado; hace dos meses se hicieron bien marca- das los accesos: empezaban con calofrío álas7a.m. seguido in- mediatamente de calentura muy alta que le duraba hasta las 11 ó 12 y algunas veces más, terminándose con sudores abun- dantes acompañándose todo esto de cefalalgia fuerte y dolor de brazos y piernas. Este acceso se repetía cada tercer día y se iba notando cada vez más la suma debilidad y el tinte amari- llento. En este estado vi al enfermito que tenía además su bazo desbordando como dos dedos el borde costal; muy duro y do- loroso á la presión; la lengua sucia y ligera diarrea (dos eva- cuaciones diarias), los demás órganos normales. Se le administró un purgante de aceite de ricino con calo- niel que obró ocho veces, curando la diarrea, pero no la calen- tura que se combatió con vino de psoralina del Profesor Loza- no á la dosis de tres cucharadas cafeteras al día; al día siguien- te empezó á tener apetito y á bajar la temperatura; á los tres días desaparecieron los accesos, pero el bazo todavía llegaba al borde costal, por lo que se insistió en el tratamiento seis días más, pa=ados los cuales el niño estaba perfectamente sano. Desde hace tres meses no se ha vuelto á enfermar. 313 Diagnóstico:—Pal udism o. Complicaciones:—Enteritis. Tratamiento: — Aceite de ricino con calomel y vino de pso- ralina. Resultado:—Cu ración (Personal). HÚMERO 121. Lucio Briseño, de 25 años de edad, casado, carpintero, vive en la Riconada de San Diego. Empezó hace quince días con una fuerte punzada en el ojo izquierdo, que le empezaba como á las 11 de la mañana acom- pañada de dolor de cabeza y bochornos, no quitándose sino hasta las 9 ó 10 de la noche, con sudor de la cara y adormeci- miento de todo el lado izquierdo de la cara. Siempre ha sido bueno y sano, pues sólo recuerda haber padecido varias veces de anginas. El enfermo está muy abatido; dice que hace como diez días que no puede trabajar porque ha perdido enteramente las fuerzas y porque no tiene gana de hacer nada; está muy pálido; tiene la lengua enteramente blanca; ha perdido el apetito; duerme mal y amanece adormecido de todo el cuerpo. Al examen se encontró el bazo aumentado de volumen y tres puntos dolorosos en la ca- ra (supra é infraorbitario y supra maxilar izquierdos); los demás órganos estaban normales. Examinando su acceso con cuida- do se vió que empezaba ántes de las 10 a.m. con ligero calo- frío y pesadez de cabeza, pasando á las 11 á una calentura poco alta (38.2) acompañada de la neuralgia. Este acceso se repitió poco más ó menos lo mismo durante 15 días. Se le ordenó tomara un vomitivo de ipecacuana y después tres cucharadas diarias de vino de psoralina del Prof. Lozano; al tercer día de tratamiento, no hubo ya calentura y sólo que- daba la pesadez de cabeza y sobre todo la neuralgia que era lo que molestaba más al enfermo, pero ya volvió algo el apetito; á los ocho días, todo había desaparecido: neuralgia, anorexia, 314 aumento del bazo, etc.; el enfermo considerándose bueno de- seaba hacer un viaje á Toluca, lo que se le permitió, dejándo- lo, sin embargo, bajo la influencia de la psoralina que tomó cinco días más. Hace dos meses’volví á verlo, completamente curado y me refirió que no le habían vuelto los accesos. Diagnóstico:—Neuralgia palúdica. Complica ció nes:—Ni n gun a. Tratamiento:—Ipecacuana y psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 122. Julián Martínez, de México, soltero, de 22 años, panadero; sin antecedentes patológicos de importancia. Hace tres meses que hizo un viaje á Jojutla, estando en bue- na salud y allí, sin que pudiera apreciar la causa, fue atacado por los fríos, empezando su acceso á las 10 a.m. con fuerte ca- lofrío que se le quitaba á las 12 para ser seguido de calentura, que le duraba tres ó cuatro horas y que terminaba por sudor marcado, sobre todo en la cabeza y el pecho; después de este acceso quedaba muy cansado y aunque fresco, dormía mal. Es- to se repitió varios días por lo que tomó quinina durante una semana á pesar de lo que siguió la enfermedad. No sintiendo alivio se decidió á venir á México, ingresando al hospital el cha 28 de Enero de 1895, donde ocupó la cama núm. 25 de la Sala de Clínica de tercer año; cuatro días ántes de su ingreso, el acceso se hizo terciado y cambió de hora: empieza á las 3 p.m. y termina hasta en la noche; está sumamente anémico y el bazo desborda seis dedos de las falsas costillas. El día 30 se hizo el examen de la sangre viendo en ella (pre- paración de sangre fresca vista con el objetivo de inmersión de Reichert) cuerpos transparentes con granulaciones de pigmen- to inmóviles, medias lunas, pigmento libre en masas y cuerpos con granulaciones móviles. La marcha de la temperatura fué la siguiente: 315 Enero 29 á las 2 P. M. 41.4 „ 30 „ „ 6 „ „ 39.6 ,, 31 „ „ 7 „ „ 37 (No hubo acceso). Febiero 19,, ,, ,, ,, „ 36.5 ,, „ ,, 9 ac 55 u 55 55 5) 55 5) ou,t' 55 55 55 3 3fí Q 55 ° 55 55 55 55 55 55 55 55 55 ,, ,, ,, ,, ,, 36.6 ,, ,, „ 5 ? 55 " 55 55 55 55 55 * 55 55 55 55 H 55 55 55 5 5 55 36.5 ,, ,, ,, 7 37 55 1 55 55 55 55 55 55 55 55 „ 8 „ „ 9 A. M. 36.8 „ „ No volvió ya á elevarse la temperatura. El volumen del bazo y peso del enfermo fueron los siguientes: Enero 29.—El bazo desborda 6 dedos.—114 libras. Febrero 2.— „ „ 4 „ 4 4 „ 8.— „ „ „ 3 „ —109 libras 9 onzas. 55 16. „ „ y, 2 yy 109 ,, H ,, El tratamiento consistió en una inyección subcutánea dia- ria de 0?r005 de psoralina disuelta en una mezcla de glicerina y alcohol los días 30 y 31 de Enero y 1? de Febrero en que el enfermo dijo y el termómetro comprobó que el acceso había desaparecido; se le dejó sin medicamento hasta el día 16 de Febrero en que considerándose curado pidió su alta, aunque como se ve todavía el bazo no acababa de recogerse. El día 8 de Febrero se hizo un nuevo examen de sangre y sólo hubo pigmento sin hematozoarios. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Inyecciones subcutáneas de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). 316 NUMERO. 123. Pablo Flores de Matehuala, soltero, de 27 años, panadero; estando hace cuatro meses en Cuernavaca se enfermó de in- termitentes cuyos accesos eran diarios, matutinos y con sus tres períodos bien caracterizados; en esa ciudad tomó varias veces quinina, con la que sólo lograba que desaparecieran uno ó dos días, recayendo después, por lo que decidió venir á cu- rarse á México, entrando al hospital el día 28 de Enero de 1895 donde ocupó la cama núm. 27 de la Sala de Clínica de tercer año. Actualmente le empieza el calofrío al medio día, es segui- do de calentura que desaparece á las 5 p.m. terminando con sudor. La extensión del área esplénica es de 12 centímetros. Tiene diarrea. El día 30 de Enero se hizo el examen microscópico de la sangre (de la misma manera que en el anterior) viéndose leu- cositosis marcada, pigmento aislado en pequeñas y grandes masas, leucocitos con pigmento en pequeños granos y un cuer- po alargado que parece ser un cuerpo semilunar. La marcha y tratamiento de la enfermedad fueron como sigue: Enero 29 á la 1 p.m. 40.°—Bazo 12 centímetros. Sin medi- camento. Enero 30 á las 2 p.m. 40.°—Inyección de CF005 de psorali- na y píldoras de opio de 0gr01 cada dos horas para combatir la diarrea. Enero 31 á las 4 p.m. 39.°—Sigue la diarrea con pujo y do- lor en el bazo. Inyección de (F005 de psoralina y píldora de (F01 de opio cada dos horas. Pesa 120 libras. Febrero 1? A la hora del acceso, no hubo elevación de tem- peratura (37.6) pero sí dolor de cabeza y cansancio muscular. Tuvo cinco evacuaciones. El mismo tratamiento. Febrero 2. A la hora del acceso volvió el quebranto de cuer- po, pero sin dolor de cabeza ni calentura (37°). Tuvo 11 eva- cuaciones. Al tratamiento anterior se agregó, pozuelo bis de cocimiento blanco. 317 Febrero 3. No hubo acceso; la temperatura fue 36°9. Tuvo 12 evacuaciones. El mismo tratamiento. Febrero 4. No ha habido acceso, la temperatura fue 37.° Empiezan á aparecer edemas en las piernas. Tuvo 6 evacua- ciones. Dos inyecciones de psoralina, pozuelo bis de cocimiento blanco y píldora de opio cada dos horas. Febrero 5. No hubo acceso. La temperatura fue 36.8. Tuvo 6 evacuaciones. Una y media inyecciones de psoralina, coci- miento blanco y opio. Febrero 6. No hubo acceso. La temperatura fue 36.9. Tuvo 9 evacuaciones y los edemas suben hasta media pierna. El Sr. Terrés considerando peor al enfermo (?) le prescribió en lugar de psoralina, 1.00 clorhidrato de quinina. Febrero 7. No hubo acceso. La temperatura fué 37.2. Tuvo 5 evacuaciones. Igual tratamiento. Febrero 8. Disminuyen un poco los edemas. El mismo tra- tamiento. Tuvo 9 evacuaciones y dolor en el bazo. Febrero 9. Desaparecen casi los edemas. Tuvo 9 evacuacio- nes también con dolor en el bazo. El mismo tratamiento. Febrero 10. Desaparecen por completo los edemas. Tres evacuaciones. El mismo tratamiento. Febrero 11. Tres evacuaciones indoloras. El mismo trata- miento. Febrero 12. Cinco evacuaciones. Pesa 108 libras. La área mate del bazo mide 9 centímetros. En la sangre no se encuen- tra nada notable. El mismo tratamiento. Febrero 13. Pide el enfermo su alta, habiendo tenido hasta la hora de la visita (8.30 a.m.) dos evacuaciones sin dolor. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones: —Enteritis. Tratamiento:—Psoralina y quinina. Resultado:—Mejoría con la psoralina (Personal). 318 NUMERO 124. Angela Martínez, niña de 10 años, de México, de buena cons- titución; vive en la 6? calle de la Mosqueta y hay cerca de su casa una gran acequia con agua sucia y enteramente descu- bierta. Hace dos meses, después de haber tomado fruta y bebido agua empezó con fuerte calofrío á las 4 p.m. seguido de fuerte calentura y de dolor de vientre y de cabeza que le duró toda la noche, en la que estuvo muy intranquila, sin poder dormir sino hasta la madrugada y durante la que tuvo dos evacuacio- nes líquidas, abundantes y dolorosas. Al día siguiente amane- ció fresca, pero la diarrea continuó y en la tarde volvió la ca- lentura, esluvo así por espacio de ocho días, al cabo de los cuales la familia le administró un purgante de aceite de ricino que obró muy bien y contuvo la diarrea al día siguiente; pero los acce- sos no desaparecieron, continuando hasta la fecha con los mis- mos caracteres que el primero. Hace tres días volvió la diarrea. Tiene un tinte ictérico, anorexia completa y el bazo un po- co aumentado de volumen. Se hizo el examen microscópico de la sangre con el ocular 12 y el objetivo D de Zeiss, encontrando leucocitosis muy marcada y quedando en duda respecto de la existencia de he- matozoarios, pues parecía que algunos glóbulos rojos contenían cuerpos endoglobulares, pero no estaban característicos y el examen no pudo repetirse, como deseaba, haciendo una prepa- ración colorida, porque la niña se opuso abiertamente á dejar- se picar otra vez. Se le ordenó tomara tres cucharaditas cafeteras de vino de psoralina del Prof. Lozano, después de una purguita de aceite de ricino. Al día siguiente el acceso fué de menor duración, la enfermita durmió muy bien y empezó á comer; al tercer día no hubo acceso y parecía ya curada por lo que se suspendió la medicina. Ocho días después volvieron á aparecer los accesos, pero 319 con tipo irregular; el primer día lo tuvo al levantarse, el 2? á las cinco de la larde, el 3? á las 12 del día. Entonces la vi, or- denando que volviera á tomar el vino continuando su uso ocho días después del último acceso. No volvieron á presentarse; el bazo está normal, el tinte ictérico desapareció lo mismo que la diarrea. Tiene once meses de curada. Diagnóstico:—Paludismo (?) Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Aceite de ricino y vino de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 125. Cosme Romo, soltero, de 25 años, de Guanajuato, cochero; vive en la calle de Patoni núm. 4. Sólo ha padecido de disen- teria siendo niño y de intermitentes hace ocho años en Guana- juato. Hace veinte días que estando en sus quehaceres cayó á una fuente como á las 11 a.m. y á las dos horas tuvo un fuerte ca- lofrío que le duró más de cuatro horas, seguido de calentura también fuerte que se quitó como á las 8 p.m., siendo reem- plazada por sudor abundante. Ya este día no tuvo apetito y se quedó sin comer; aunque en la noche, después del sudor, sintiéndose ya bien, cenó, pero sin apetito; durmió bien y al amanecer se encontraba en tan buen estado que volvió á em- prender sus ocupaciones ordinarias; pero como á las 12.30 p.m. volvió de nuevo el acceso con los mismos caracteres qui- tándose también hasta en la noche. Así siguió durante ocho días, notando que la hora del principio del acceso iba antici- pándose un poco hasta llegar por entonces á empezar á las 10.30 a.m.; no sólo perdió en lo absoluto el apetito, sino que le repugnaba el alimento al grado de sentir náuseas al verlo, por lo que casi se quedaba sin comer; ya entonces tenía un tin- te amarillento bien marcado, falta de fuerzas, una gran pereza 320 que le impedía ocuparse de nada y los accesos eran acom- pañados de dolor de cabeza y dolor en el bazo que desapare- cían con la calentura; pero quedando tan cansado de todo el cuerpo, como si lo hubieran apaleado, siendo esto más notable en los brazos que casi no podía levantar. Estos accesos han se- guido hasta la fecha, aumentando en intensidad todos los sín- tomas descritos, pero retardándose el principio del acceso que en la actualidad empieza á las 4 p.m. Está muy demacrado pero no ictérico; sus funciones diges- tivas dice que están bien á pesar de tener la lengua amarillen- ta y el hígado un poco crecido y doloroso á la presión; el bazo desborda tres dedos del borde costal y está duro y doloroso espontáneamente y á la presión; tiene también tos seca y en el pulmón se oyen estertores gruesos en toda su extensión, sobre todo del lado derecho; el resto de los órganos parecen normales. Se le administró un vomitivo de ipecacuana y un purgante de aceite de ricino con calomel que le obró, produciéndole cinco evacuaciones abundantes; con esta medicación se limpió la len- gua y el hígado disminuyó de volumen y quedó indoloro; pero los accesos de calentura, la falta de apetito, etc., continuaron como antes; entonces se le ordenó tomara tres píldoras al día cíe 0.02 de psoralina; al día siguiente disminuyó de intensidad el acceso desapareciendo con todo su cortejo sintomático al tercero de estar sujeto á esta medicina, que suspendió luego, pues se consideró enteramente curado. Diagnóstico:—Pal udismo. Complicaciones: —-N i n g u n a. Tratamiento:—Psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 126. A los veinte días de estar perfectamente bien, el mismo en- fermo de la observación anterior (núm. 125), volvió á caer á la fuente, lo que le originó una nueva serie de accesos idénti- 321 eos á los que había tenido y que fueron de nuevo dominados por la administración de la misma medicina, que tomó un día solamente, con lo que ha conseguido quedar enteramente sano. Han pasado dos meses de esta curación y el enfermo se en- cuentra en completo estado de salud (Personal). NUMERO 127. Rafael Delgado, estudiante de medicina, soltero, de 22 años, de México; vive en el Puente del Molino núm. 4. Salió á paseo á Yautepec y ya de vuelta tomó en Totolapan fruta y una gran cantidad de agua, sin sentir molestia ninguna; á los tres días anduvo descalzo, sintiéndose al siguiente día res- friado á pesar de lo cual se fué á Yecapixtla, sintiéndose lue- go con gran cansancio, dolor de cabeza, el cuerpo cortado y en la tarde á las cinco p.m. tuvo calofrío fuerte seguido de calen- tura y se exacerbó el dolor de cabeza; al siguiente día ama- neció fresco y sólo con una especie de embriaguez que desde entonces ha continuado hasta la fecha; siguió su camino para México, sufriendo diariamente los accesos que le daban á la misma hora, pero que aumentaban progresivamente de inten- sidad y eran ya terminados por sudación abundante. Cuatro días después lo vi; tiene la cara con el tinte propio del paludismo, anorexia completa, lengua sucia, molestándole notablemente la embriaguez, pesadez de cabeza, sintiendo co- mo que va á tener epistaxis, vahídos frecuentes, bazo doloroso á la presión y aumentado de volumen; el resto de los órganos están normales; duerme mal, ha perdido mucho las fuerzas y no puede fijar la atención algún tiempo por venirle desvaneci- miento. Se hizo el examen microscópico de su sangre en preparación fresca, no encontrando más que leucositosis; entonces el Sr. Dr. M. Toussaint, me hizo favor de hacer algunas preparacio- nes coloridas con eosina y azul de metilena y en una de ellas se vieron cuerpos endoglobulares perfectamente claros aunque 322 escasos y en otra pequeños cuerpos esféricos aglomerados en grupos de cinco ó seis. Se le administró durante una semana 1.00 de clorhidrato de quinina, con lo que sólo se varió la hora de principio del. ac- ceso, pero sin que disminuyeran de intensidad, ni mejorara en lo más mínimo; se recurrió entonces al vino de psoralina del Pr. Lozano del que tomó cuatro cucharadas diarias, con el que notó alivio al cuarto día, desapareciendo todos los accidentes al décimo; se le aconsejó que continuara unos días más to- mando el vino. Tiene catorce meses de estar enteramente bueno. Diagnóstico:—Pa 1 u d is m o. Complicaciones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Quinina y psoralina. Resultado:—Igual con la quinina; curación con la psoralina (Personal). NUMERO 128. Francisco J. Tenorio, cnsado, de 30 años, natural de Méxi- co, fotógrafo, vive en la 2* calle Ancha. Comisionado por el Ministerio de Fomento para visitar las colonias de “Porfirio Díaz” ó “Barreto” situadas en el Estado de Morelos, se dirigió allá y sin más motivo que haberse aso- leado y desvelado durante ocho días á causa de sus ocupacio- nes, se le desarrollaron unas calenturas constantes qué le du- raron 15 días, cambiándose entonces en diarias de medio día en adelante, durante dos meses, pasados los cuales se cambia- ron en tercianas que le duraron cuatro meses. Durante este tiempo, en los primeros 15 días, que estuvo en cama y sin te- ner conciencia de él, lo medicinó el Sr. Medrano (médico ra- dicado desde hace mucho tiempo en Morelos y especialista en esta enfermedad) dándole arsénico primero y 1 gramo diario de sulfato de quinina después; consiguió así alejar la calentu- ra constante y que sólo se presentara de las 12.30 p.m. á las 323 10 p.m.; aumentó entonces la dosis de quinina hasta tres gra- mos durante dos meses, logrando hacer desaparecer la enfer- medad. Viéndose curado, tomó un baño tibio y le reapareció en la forma de tercianas; volvió á tomar quinina un mes, sus- pendiéndola por haberle venido diarrea; estuvo sin tratamien- to diez ó doce días y le aumentó la enfermedad; tenía la cara amarilla, falta absoluta de apetito, estaba tan débil y falto de fuerzas que no podía andar, tenía á cada momento vahídos, dolores en todo el cuerpo, principalmente en el bazo, las es- pinillas y la cabeza. En este estado llegó á México y el Sr. Go- vantes empezó á tratarlo administrándole 5 gotas cada ter- cer día de extracto fluido de contrayerba, sin sentir alivio du- rante ocho días; se le administró diariamente la misma dosis de medicina por ocho días y con ello sintió alivio pues los ac- cesos eran más cortos y eran acompañados de sudor copioso; aumentó la dosis á 10 gotas y después á 20 y con esto quedó enteramente curado. Algún tiempo después de curado se fué á Acambaro, de donde pasó á San Luis Potosí y por último á Tampico; en es- te punto volvió á presentarse la enfermedad, también bajo la forma de tercianas, y sin tomar ningún medicamento se volvió á la colonia de San Luis (Colonia “Diez Gutiérrez”) en donde tomó durante ocho días un cocimiento de contrayerba, que- dando con esto de nuevo enteramente bueno. Desde entonces le repite la enfermedad cada año al entrar el Invierno, pero no le dura más que dos ó tres días pues to- ma inmediatamente por tres ó cuatro días 10 gotas de extrac- to fluido de Gontrayerba adicionadas de 5 de tintura de acó- nito, con lo que se le produce sudor y le desaparecen las ca- lenturas. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Arsénico, quinina y contrayerba. Resultado:—Mejoría con la quinina; curación con la contra- yerba. 324 NUMERO 129. Eugenio García, del Mineral de la Luz, soltero de 43 años, comerciante, vive en la Plazuela de la Candelarita; ha pade- cido de neumonía y acostumbra las bebidas alcohólicas. Hace dos años que estando en Veracruz le vinieron las ca- lenturas de forma intermitente. Desde esa fecha hasta boy han continuado dichas calenturas y además diarrea que suele des- aparecer de cuando en cuando para presentarse de nuevo. En los momentos en que entra al hospital, ocupando la ca- ma núm. 19 de la Sala de Clínica de 5? año, tiene los accesos diarios, le empiezan un poco antes de las 11 a.m. con calo- frío fuerte, al que sigue calentura que dura de tres á cuatro horas, terminando todo con abundante y generalizado su- dor. Tiene un tinte amarillento; está muy estenuado; ha per- dido notablemente las fuerzas y ha enflaquecido bastante; duerme bien, pero no tiene apetito ni gana de hacer nada; al- gunas veces, cuando ha tratado de leer se desvanece. Tiene también de hace seis días á esta parte tos seca y algo de dolor de pecho. La diarrea la tiene actualmente; hace cinco á seis evacuaciones diarias. El examen de sus órganos reveló la respiración ruda, la ex- piración prolongada en los vértices, algunos estertores gruesos diseminados y el bazo notablemente aumentado de volumen pues pasa el borde costal como cuatro centímetros; los demás órganos parecen normales. El examen de la sangre indicó que la cantidad de hemoglo- bina era 8.5 por 1000 y al microscopio se vieron cuerpos esfé- ricos incluidos en las hemacias. Se le prescribió una inyección de 0gr.005 de psoralina; pero por equívoco, además de la inyección, se le dió 1 gramo de sul- fato de quinina; á pesar de este tratamiento la temperatura fué á las 9 a.m., 38°6; á las 12, 40°0; á las 7 p.m., 40°3, y á las 8 p.m., 39° 325 En los siguientes días sólo se le puso la inyección de pso- ralina, notándose desde el tercer día que la temperatura no se elevaba tanto y desaparecieron los accesos á los siete días, po- niéndosele á pesar de esto otras dos inyecciones en los dos días siguientes. El enfermo salió curado. Di agnóstico:—Pal u d i s m o. Complicaciones:—Enteritis y bronquitis. Tratamiento:—Inyecciones subcutáneas de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 130. La niña Carmen Pastor de 4 años de edad, bien constitui- da, reside en Lagos. Sin causa apreciable empezó á tener á las 10 a.m. calentu- ra fuerte que se quitó á las 4 p.m., dejándola después muy molesta hasta las 8 p.m. en que se durmió con un sueño agi- tado, habiendo estado sudando de todo el cuerpo pero sobre todo de la cabeza en la primera mitad de la noche. Al día si- guiente amaneció fresca y alegre durando así todo el día, dur- mió bien, comió mal, no sudó; al otro día se levantó buena, pero á la misma hora se repitió el acceso como en la vez an- terior; pasó otro día bien y al siguiente vino un nuevo acceso idéntico á los anteriores aunque más fuerte pues empezó con calofrío como á las 8.30 a.m., que á las 11 a.m. cedió su lugar á la calentura que subió á 40°2 y que duró hasta las 6 p.m., siendo seguida de sudor que duró hasta las 2 a.m.; el sueño estuvo muy interrumpido: cada rato la niña despertaba llo- rando y diciendo que veía visiones; á la hora de la calentura estuvo delirando; no quiso comer nada y acusaba algo de do- lor de cabeza y vientre. Visto el Sr. Bernardo Reina (médico de esa localidad) or- denó un purgante de aceite de ricino y quinina, diciendo que la niña tenía paludismo. Se le propinó el purgante, pero la fa- milia deseando no darle quinina, recurrió á mí y yo ordené 326 2 gramos de polvo de contrayerba en maceración durante seis horas en una copa de vino jerez, advirtiendo que se continua- ra diariamente la misma medicación algunos días después de curada. Un solo día de este tratamiento bastó para hacer des- aparecer la enfermedad y tomando tres más la medicina han pasado como seis meses y la curación se ha mantenido. Diagnóstico:—Pal udismo. C omplicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Aceite de ricino y contrayerba. Resultado:—Curación (Personal). José Trujillo, de México, soltero, de quince años, panadero, vive en la 4*} calle de Zaragoza, ha padecido anteriormente de tifo. Hizo un viaje á Jojutla á donde permaneció cuatro me- ses; á los tres de vivir allí se enfermó de calenturas que du- rante un mes le dieron cada tercer día, variando la hora, pues un día le deban en la mañana á las 11 a.m. y al tercer día en la tarde á las 3 p.m.; pasado este mes se vino á México y se hicieron diarios los accesos, siendo todos en la mañana aun- que más temprano (á las 9 a.m.) y siendo de igual duración (tres horas); así permaneció otro mes sin tomar ninguna me- dicina; vino entonces al hospital, ocupando la cama número 16 de la sala de Clínica de tercer año. Tiene tinte anémico muy marcado, duerme bien, ha enfla- quecido y perdido las fuerzas. El bazo y el hígado desbordan tres dedos el borde costal; el bazo está doloroso espontánea- mente y más á la presión; hay circulación complementaria en el vientre. Los demás órganos parecen estar normales. Examinada la sangre, se vieron cuerpos transparentes con granulos de pigmento en movimiento y uno que otro granito de pigmento aislado. Se le administraron 2 píldoras de psoralina de á 0?r02 por NUMERO 181. 327 tres días, durante los cuales pareció no obrar la substancia pues los accesos siguieron; al día siguiente se le dió una sola píldora: el acceso fue igual á los anteriores; entonces se sus- tituyeron las píldoras con tres cucharadas de vino de psorali- na del Profesor Lozano, que tomó solamente cuatro días, ha- biendo desaparecido el acceso desde el primer día que lo em- pezó á tomar; quedó sin medicamento y en observación duran- te seis días en los que no tuvo nada notable. La marcha de la temperatura á la hora del acceso fué la si- guiente: Julio 17 40.7 „ 18 40.5 „ 19 40. „ 20 40.1 „ 21 ....36.9 ., 22 36.9 „ 23 37. „ 24 37. 25 30.9 „ 26 37.9 „ 27 37.4 28 37.2 ,‘ 29 36.8 „ 30 36.8 El día 24 el bazo se recogió hasta el borde costal; el hígado sigue grande. El día 31 salió del hospital aparentemente bueno con el hí- gado de tamaño normal y el bazo al nivel del borde costal (Personal). HUMERO 132. El mismo enfermo anterior, volvió el día 5 de Agosto dicien- que ha tenido dos accesos semejantes á los que acababa de- padecer; es decir, empieza á las 9 a.m. con calofrío, seguido de calentura y termina por sudor, dur. nclo el acceso tres horas. 328 Se le administró sulfato de quinina, lgr 00 diario á pesar del cual conMnuó la calentura, siendo 39.9 á 40.1, por lo que se le volvió á dar vino de psoralina, con el que desaparecieron los accesos, saliendo por 2? vez aparentemente curado el día 21 (Personal). NUMERO 133. Volvió por tercera vez al hospital, diciendo que á consecuen- cia de haberse mojado estando en sudor al día siguiente de ha- ber salido del hospital, le han vuelto los accesos. Está de nuevo muy pálido; el hígado y el bazo fon crecidos que ocupan todo el vientre, donde se ve como la primera vez, pero mucho mas marcada, circulación complementaria de uno y otro lado. El examen de su sangre demostró la existencia de cuerpos transparentes con pequeños granos de pigmento, entre ellos se pudo por casualidad, ver con toda claridad uno qué llevaba tres largas flagelas, que por sus rapidísimos movimientos sólo se apreciaban por el desalojamiento que imprimían á las he- macias, movimientos que después de hacerse menos rápidos dejaban percibir con claridad la forma y longitud de las fla- gelas. Se le volvió á administrar la psoralina en vino que dominó por tercera vez los accesos, pero habiéndose agotado el vino, estuvo algunos días sin medicamento, sin que hubiera acceso; se examinó de nuevo su sangre y sólo se encontró en ella pig- mento en grandes y pequeñas masas pero ningún hematozoa- rio (Spbre, 10), por lo que se le siguió administrando por algu- nos días más la psoralina en píldoras. Viendo el enfermo que hacía como 20 días que se sentía bien pidió su alta; no ha vuelto á reincidir. Diagnóstico:—Pal ucl is m o. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina, quinina y Psoralina. Resultado:—Curación (Personal). 329 NUMERO 134. Antonio García, de Tula (E. de Hidalgo), soltero, de 40 años, jornalero; vive en los Angeles y no ha padecido de nada. Ocu- pa la cama n? 7 de la sala de Clínica de 5? año. Hace cinco días, sin que el enfermo pudiera apreciar la cau- sa, le vino como á las tres de la tarde calofrío fuerte que le du- ró como una hora, seguido de calentura alta y de sudor abun- dante que terminaba hasta ya avanzada la noche; en los días siguientes ha tenido un acceso semejante; ha enflaquecido bas- tante, ha perdido la fuerza, no tiene aliento de trabajar ni gana de comer; tiene diarrea y dolor en las espinillas, la espalda y la cabeza. Refiere que hace diez días llegó á esta ciudad procedente de una hacienda del Estado de Morelos donde trabajaba en el campo; pero que allá no sintió trastorno de ninguna naturale- za en su salud. Está muy pálido, anda con dificultad y examinando su vien- tre se encuentra algo meteorizado con zurrido en la fosa ilíaca derecha; el hígado normal y el bazo llegando al borde costal, donde se le puede tocar; está blando é indoloro. Se le puso durante tres días una inyección diaria de 0.005 de psoralina y viendo que aunque la temperatura había ba- jado, no llegaba aún á la normal, se le pusieron dos inyec- ciones al 4? día, lo que le produjo todo el día siguiente un su- dor abundante, profuso verdaderamente y de larguísima du- ración, pues estuvo el enfermo sudando más de doce horas con una temperatura de 35°; en vista de esto se administró quini- na con la que volvieron los sudores con igual profusión y aba- tiendo mucho la temperatura, imponiendo la necesidad tanto de suspender también la quinina como de propinar al enfermo tónicos (estricnina y vino de quina), con lo que llegó á quedar enteramente curado. La marcha de la temperatura fué la siguiente: 330 Junio 14 A. M. P. M. 37.21 „ 15 „ „ 37.5 „ „ 37.8 [ En observación. „ 16 „ „ 38 „ „ 38.2) n 17 „ „ 37.4 „ 36.6) » 18 » >> '36.9 „ r, 36.9 ! qjna inyeccián „ 19 „ „ 37.1 „ „ 36.9 ( na inyección. » 20 „ „ 37.7 „ „ 37.3 J „ 21 ,, ,, 37.1 ,, „ 36.3—2 inyecciones. „ 22 „ „ 36.9 „ „ 36.5. A las 9.30 a.m. 35°2. Se suspende la psoralina y se administra 1.00 de sulfato de quinina. Junio 23 A. M. 36.3 P. M. 37. sudor. „ 24 „ „ 36,3 „ „ 36.4 sudor. „ 25 „ „ 36.5 „ „ 35.8 sudor. „ 26 „ „ 35.9 „ „ 35.8 sudor. Se suspende la quininay se administran 0.02 de estricnina (sul- fato) y cucharada bis vino de quina. Junio 27 A. M. 35.9 P. M. 35.4 (?) i, 28 „ „ 35.5 „ „ 36.4 „ 29...... „ „ 36.7 ...... „„ 37. Salió del hospital el día 30. Diagnóstico:—Palu dis m o. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina (inyecciones subcutáneas), quinina y tónicos. Resultado:—Síntomas alarmantes con la psoralina (Personal). NUMERO 135. Heladio Linares, de Guanajuato, soltero, de 24 años jornale- ro . Ocupa la cama n? 23 de la Sala de Clínica de 5? año. Hace tres meses estando en Cuernavaca, un día algunas ho- ras después de haber tomado mucha fruta y agua, sintió ca- lofrío fuerte que le obligó á acostarse, durándole como seis ó siete horas, terminando á media noche con sudores abundan- tes, pudiendo después de ellos conciliar el sueño; al díasiguien- 331 te, se sintió bien en las primeras horas del día, pudo tomar su desayuno con apetito; pero á las 10 a.m. volvió el acceso con igual intensidad, terminando á las 4 p.m. La enfermedad le siguió atacando día por día poco más ó menos á la misma ho- ra y con caracteres semejantes; á los pocos días los accesos eran acompañados de sed y de dolor en la espina. Ha perdido notablemente el apetito y las fuerzas; duerme bien. Al examen se nota desde luego su enflaquecimiento y su tinte amarillento; el bazo y el hígado desbordando ligeramen- te el borde costal, estando aquel algo doloroso á la presión; el resto de los órganos parece normal. Se hizo la numeración de glóbulos usando la pipeta de Rei- cherty la celdilla cuadriculada de Hayen, encontrando 1.250,000 glóbulos rojos y 62,500 blancos. Se hizo también una prepa- ración fresca de sangre y se encontraron grupos de pigmento aislados y uno que otro cuerpo semilunar. Antes de someterlo á tratamiento alguno, se puso en ob- servación dos días, en los que empezó el calofrío á las 10 a.m. terminando á las 4 p.m., entonces se elevaba mucho la tempe- ratura hasta las once ó doce de la noche que sudaba copiosa- mente. Se le puso entonces una inyección de 0 005 de pso- ralina obteniendo un marcado abatimiento de la temperatura. Al siguiente día se le pusieron dos inyecciones una en la ma- ñana y otra en la tarde, pero sólo recibiría la mitad ó menos de cada una de ellas pues la geringa se salía; lo mismo suce- dió al día siguiente; en estos tres días el máximo de la tempe- ratura fué 38°. Viendo que en estos tres días sólo se había mi- norado el acceso pero no desaparecido, el Dr. Altamirano orde- nó se administraran 2sr 00 de sulfato de quinina al día, con lo que desaparecieron los accesos para no volver más. La admi- nistración de la quinina sólo se hizo dos días, dando en los si- guientes vino de quina. La marcha de la temperatura fué la siguiente: 332 Marzo 24. Alas 7 p.m. 39.5 A las 10 p.m. 41.2)™ u „ 25. „ „ „ 38.9 „ „ 9.301,, 40.8 fEn observado™. ,, 26.,, „ „ „ 37.2 „ „ 9.50 „ 38° 1 inyección. „ 27.,, „ „ „ 36.8 „ „ 10 „ 37.8) 0 . 28.,, „;; ;; 3-.0;;;; 9.30;; 38° j2 "’yecc,one9- „ 29. „ „ „ „ 37.1 „ „ 9. „ 37. quinina. Mayo 30. „ „ „ „ 36.7 „ „ „ „ 36.7 quinina. „ 31. „ „ „ „ 36.9 „ „ „ „ 37. vino de quina. Ya no se volvió á elevar la temperatura. Salió el enfermo el día 7 de Junio enteramente curado. Diagnóstico:—Pal u d i s m o. Compl icac iones:—Ninguna. Tratamiento: — Psoralina (inyecciones subcutáneas) y qui- nina. Resultado.—Mejoría con la Psoralina. (Personal). Francisco Estrada, de Toluca, casado, de 29 años, carpinte- ro; sin habitación; lia padecido de tifo. Ocupa la cama n? 15 de la Sala de Clínica de 5? año. Hace un año estando en Atvarado (E. de Veracruz) después de una fuerte asoleada se bañó; tuvo inmediatamente calofrío fuerte seguido de calentura intensa, dolor de cabeza, abatimien- to marcado, vómitos y sudores; tenía además un fuerte dolor en el bazo y el hígado; todo esto empezaba á las 9 de la ma- ñana quitándose en la noche; pero desde la hora que se levan- taba estaba fresco y podía trabajar muy bien; tomó quinina con lo que logró aliviarse quince días, siguió tomando quinina mu- cho tiempo sin lograr alivio, hasta que se fue á Orizaba donde sin medicina se le detúvola enfermedad ocho días; volvió áto- mar quinina y así ha estado con alternativas de alivio de ocho á quince días solamente después de tomar cantidades extraor- dinarias de quinina que ya le repugna; por último, la última recaída la tuvo hace 15 días en Orizaba, donde después de ha- berse mojado y secado en la lumbre tuvo al siguiente día un NUMERO 136. 333 acceso que le empezó á las 9 a.m. terminando á la media no- che; este acceso se repitió al día siguiente y trató de curárse- lo tomando huaco en aguardiente y cerveza; se vino á México y entonces se hicieron más fuertes los accesos, aumentando la duración de cada uno de los tres períodos y terminando el úl- timo hasta la madrugada; aquí no se ha curado con nada. En este estado entró al hospital. No tiene antecedentes he- reditarios. Es francamente alcohólico y dice que cuando en es- te período se ha sentido bien, le han vuelto los accesos tan luego como toma alcohol. Dice que se ha enflaquecido mucho y ha perdido las fuerzas, aunque no lo revela, pues su muscu- latura es bastante desarrollada: duerme bien y ha perdido el apetito. Se hizo un examen cuidadoso del enfermo: no tiene el tinte anémico característico; en su pulmón no hay nada sospechoso; solamente se encontró un dolor en cincho al nivel de la sépti- ma costilla, siendo más intenso del lado del bazo; este órgano y el hígado están aumentados de volumen y existe una circu- lación venosa complementaria en la parte anterior del tórax; los demás órganos están normales. Se hizo el examen microscópico de la sangre, dos veces en preparación fresca y una en preparación colorida (hecha por el Sr. Vergara Lope) sin encontrar en ninguna de las tres ve- ces hematozoarios ni pigmento. ¿Sería esto debido á la gran cantidad de quinina que dice el enfermo ha tomado? Se le puso una inyección de 0.005 de psoralina que dijo le había dolido mucho, y á la media hora se hizo el pulso fuerte, lleno y más rápido y la respiración se hizo más amplia y fre- cuente; no tuvo acceso al día siguiente, aunque el enfermo di- ce que estuvo abochornado: nueva inyección, el enfermo sigue bien; nada más que dice le queda muy doloroso el lugar don- de se inyecta. Así se le siguió tratando por varios días sin que hubiera acceso; se suspendió la psoralina y no volvieron los accesos. 334 Diagnostico:—¿Pal ud is m o? Complicaciones.—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina (inyecciones subcutáneas). Resultado:—Curación (Personal). NUMERO. 137. Cosme Flores, de Guanajuato, soltero, de 43 años, comer- ciante; vive en la Calzada de Peralvillo; ha padecido de reuma- tismo, pleuresía y pericarditis, viruela, pulmonía, purgación, conjuntivitis blenorrágica, bubones y chancros blandos. (Este enfermo es el mismo que el descrito ya en el n? 129 con el nombre de Eugenio García; lo que el enfermo dice fué debido á que cuando llegó al hospital tenía la calentura tan fuerte que dió el nombre de su madre por el suyo.) Cuenta que 15 días después de haber salido curado del hos- pital, emprendió un viaje á Cuernavaca á pie y que en el ca- mino, después de haber tomado bastante agua en una venta, le volvió la enfermedad, lo que hizo que se quedara tirado en un portal al llegar á Cuernavaca, de donde lo recogió la policía creyéndolo ebrio; pero convencida de su enfermedad lo con- dujo al hospital donde le administraron un vomitivo y unas píldoras de quinina con lo que curó á los quince días, vinién- dose luego para México donde se embriagó durante dos días consecutivos, después de lo que comió menudo descompuesto, que le causó una gastro-enteritis y al día siguiente le volvieron las calenturas. Tiene ahora siete días de tener los accesos ca- da tercer día; le empiezan á las 11 a.m. con calofrío fuerte que dura una hora ú hora y media; sigue la calentura unida al su- dor que le dura hasta tas cuatro ó cinco de la tarde. No tiene apetito, duerme unos días bien y otros mal; no ha perdido las fuerzas. El examen del enfermo sólo reveló el hígado y el bazo au- mentados de volumen y una raquialgía no muy pronunciada. 335 Al examinar la sangre, se encontraron cuerpos transparen- tes con granulos de pigmento en movimiento. Se Je puso una inyección diaria 0.gr005 de psoralina duran- te tres días, sin que se detuvieran los accesos, aunque eran en- tonces menos intensos y de menor duración; al 4? díase le sor- prendió con el acceso y se negó abiertamente á dejarse inyec- tar, por lo que se recurrió ese día y el siguiente á la quinina sin que detuviera el acceso, volviendo á administrar la psora- lina en píldoras de 0gr01, dos diarias, por espacio de seis días, pasados los cuales se retiraron los accesos, tomando entonces el enfermo sólo una píldora durante otros seis. Salió el enfer- mo curado. Diagnóstico:—Pal udismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina y quinina. Resultado.—Curación (Personal). NUMERO 138. Vidal Martínez, de Tepespan, soltero, de 36 años, jornalero; vive en el callejón de Illescas n? 3?; ha padecido de tifo, virue- la, bronquitis, tres veces de intermitentes y de una fractura del húmero que le hizo perder un brazo. Ocupa la cama n? 24 de la Sala de Clínica de tercer año. Viniendo en el camino do Huatusco para México, estuvo tomando durante dos días agua en abundancia siempre que pasaba algún río. A los dos días le dieron las calenturas que le empezaban á las 9 a. m. con calofrío que le duraba hasta las 10 a. m., á esa hora empezaba la calentura que termi- naba á las 2 de la tarde y durante todo este tiempo, no podía caminar; en los días siguientes, se retardaba un poco la hora del principio, empezando primero á las 10, después á las 11, y actualmente á las 12, quitándose hasta las 8 p.m. Se le ha qui- tado completamente el apetito; tiene mucha sed. Desde que em- pezó su enfermedad acompaña á los accesos, quitándose con 336 ellos, dolor de cabeza, dolor de bazo, de espinillas y de espina- zo; también desde que empezó tiene vómitos y deposiciones. El examen físico reveló el hígado desbordando un dedo el borde costal; el bazo doloroso y desbordando dos dedos; en la fosa ilíaca derecha cicatrices que dice son de una erupción que padeció de niño; en la cabeza, en la nuca y sobre el homópla- to derecho tiene tres tumoreitos que dice son picaduras de mo- yocuil, hechas hace un mes bañándose en el río de Huatusco; dice que tienen dentro la larva que efectivamente se encontró en uno de ellos, no lográndolo en los otros dos. El examen microscópico de la sangre demostróla existencia de pequeños granos de pigmento aislados y de cuerpos con gra- nulaciones inmóviles al principio y que pasado algún tiempo empezaron á moverse pero con lentitud. Se le puso una inyección de 0sr005 de psoralina diariamen- te durante ocho días, á pesar de que desde el 3? se sintió bien el enfermo, no volviéndole á repetir los accesos. Salió curado. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina (inyecciones hipodérmicas). jResultado:—Curación (Personal). NUMERO 139. Jesús Morales, de Jalapa, soltero, de 25 años, carpintero: vi- ve en la calle de la Maríscala n? 7. Ha padecido de escarlati- na, tifo, blenoragia, chancros simples y un bubón. • Después de dos días de venido de Cuautla (E. Morelos) á donde permaneció un mes y donde se bañaba diariamente en un río llamado “La agua hedionda”, bebía esa misma agua y comía mucha fruta, tuvo calofrío fuerte seguido de calentura y sudor abundante; acceso que le empezaba á las 9 p.m., qui- tándose hasta la madrugada y quedando fresco y apto para trabajar todo el día; el acceso venía acompañado de dolores en las rodillas y en el espinazo. Desde el primer día que tuvo la 337 calentura perdió el apetito y tuvo mucha sed. Se ha enflaque- cido mucho, se ha puesto muy pálido y ha perdido las fuerzas. Se fue á curar con un homeópata y después de un mes se le retiraron los accesos dos días, volviendo al tercero á pesar de las medicinas y siendo entonces matutinos; le empezaban é las 8 a.m. y se le quitaban hasta después de medio día. En este estado llegó al hospital después de dos meses de en- fermedad. Tenía el acceso á la hora de la visita y la tempera- tura fué 40°2. Al examen, se encuentra doloroso á la presión todo el borde costal izquierdo desde la espina hasta el ángulo de las costillas derechas, siendo más marcado el dolor al nivel del bazo y en las articulaciones costovertebrales; el bazo desborda dos dedos el borde costal; el hígado parece ligeramente aumentado. Hecho el examen de la sangre en preparación fresca se vió un cuerpecito pigmentado dudoso; pero habiendo hecho el Sr. Vergara Lope una preparación colorida, se vieron cuerpos en- doglobulares y otros aislados reconocidos por el Sr. Toussaint' Se le puso una inyección diaria de 0.8r 005 de psoralina por dos días, al cabo de los cuales se sustituyó por píldora bis de psoralina por seis días. Desde el primer día que tomó píldo- ras no volvió el acceso. El enfermo siguió bien después de la suspensión de la medicina. Diagnóstico:—Pal udismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina en inyecciones subcutáneas y en píl- doras. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 140. Pedro García, de León, soltero de 22 años; artesano. No tie- ne antecedentes personales ni hereditarios en relación con el padecimiento actual.—Ocupa la cama n? 29 de la Sala de Clí- nica de 5? año. 338 Hace mes y medio estando en León le sobrevino un ataque de paludismo, empezando el calofrío á las tres de la tarde, después de una hora le vino calentura que terminó con abun- dante sudor á la madrugada; se repitieron los accesos en la misma forma diariamente. Salió de León para Querétaro, don- de cesó su enfermedad; de allí se vino á México, y al llegar le volvieron los accesos, empezándole ahora en la mañana y du- rándole próximamente doce horas. El examen físico reveló su palidez característica, falta de fuer- za y enflaquecimiento, lengua sucia y el bazo aumentado de volumen. Los demás órganos parecen normales. Dice que ha perdido el apetito y que duerme bien. Se le administraron dos píldoras de psolarina de 0gr02 dia- rias. Al tercer día no volvieron los accesos y el enfermo con- siderándose curado pidió su alta. Diagnóstico:—Paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Píldoras de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NÚMERO 141. Bartolo Dávila, de Tultepec (E. de México), soltero, de 36 años, jornalero; fue soldado durante diez años y permaneció ese tiem- po en Sonora. En Julio del presente año (1895), en Oaxaca tuvo tres a'cesos de calenturas intermitentes. A principios de Agosto en el Valle Nacional le repitieron los accesos que des- de entonces le siguen dando. Ha padecido de chancros y bu- bones, reumatismo articular y blenorragia que tiene en la ac- tualidad, comenzó hace tres meses y parece una exacerbación de la que contrajo hace tres años. Es alcohólico. Ocupa la ca- ma número 20 de la Sala de Clínica de tercer año. Desde hace algunos años cuando estaba en Sonora, comen- zó á tener un dolor en la columna vertebral y fatiga al andar. En México desde el 29 de Septiembre que llegó, ha tenido to- 339 dos los días accesos de calofrío, calentura y sudores; conserva el apetito; tiene la lengua saburra!, mucha sed y diarrea, un dolor en la columna vertebral desde la mitad de la región dor- sal hasta el principio de la lombar, que aumenta por la presión y por los movimientos del tronco, tos y respiración acelerada. El acceso empieza á las 6 p. m. por calofrío ligero que se prolonga hasta las 10 p. m.; después siente calentura que per- siste media hora y es seguida de sudores que duran lo más de la noche. Al examen se encontró: dilatación del tórax, abultamiento de los espacios infra y süpra claviculares, sonoridad en la parte posterior del pulmón, así como en la parte anterior, en la que hay sonoridad hasta en la región precordial, debilidad del mur- mullo vesicular, estertores finos en toda la extensión del pul- món. No se percibe el choque de la punta del corazón en su sitio normal y hay un latido epigástrico ondulatorio; se perci- be á la auscultación un ruido melódico, además de los norma- les que son sordos; á la percusión parece reducida la área de macicez precordial; las arterias no parecen áteromatosas y el pulso blando y dicroto da 108 por minuto. En el vientre, á la palpación se encuentra aumento de volumen y de consistencia del bazo, que se percibe mejor poniendo al enfermo en el de- cúbito lateral derecho. El hígado normal. El Sr. Vergara Lope hizo varias preparaciones de sangre con distintos reactivos co- lorantes (auramina de Erlich, eosina y azul; hematoxilina, eo- sina y azul), y en todas se encontraron hematozoarios aislados con sus granos de pigmento incluidos, otros endoglobulares, y masas grandes y pequeñas de pigmento aislado. Se diagnosticó paludismo crónico, enfisema, bronquitis y di- latación del corazón. Se trató con cucharada bis de vino de psoralina del Profesor Lozano, durante tres días, administrándole el cuarto 0gr05 pso- larina cristalizada. Desde este día no volvió á tener calentura, y á los dos días, considerándose muy mejorado, pidió su alta. 340 Diagnóstico:—Paludismo crónico, enfisema pulmonar, bron- quitis y dilatación del corazón. Complica dones:—N i n gu n a. Tratamiento:—Ps o ra 1 i n a. Resultado.—Mejoría. (Personal). NUMERO 142. Sotero Ibarra, de Dolores Hidalgo (E. de Guanajuato), casa- do, de 43 años, comerciante. Fué músico durante 16 años, tuvo un bubón hace siete años; es alcohólico. Entró al hospital el 24 de Septiembre de 1895, ocupando la cama número 14 de la Sala de Clínica de tercer año. El día 15 por haberse embriagado comenzó á tener dolor en el hígado, y á los tres días tuvo calofrío, calentura y sudores. Tiene mucha sed, dolor en el hipocondrio derecho, depo- siciones sin retortijones ni sangre, poco apetito. Pulso lleno, regular, 88 por minuto; respiración regular, 28 por minuto; len- gua seca saburral. El hígado desborda cuatro dedos. El examen de la sangre, hecho en una preparación seca, en la que el Sr. Vergara empleó la hematoxilina, no reveló nada notable. Al día siguiente de su entrada había disminuido el dolor del hígado; pero dice haber sentido á las 10 a. m. calofrío que fué seguido de calentura y sudores. Se le administró un purgante de calomel, continuando el uso del medicamento á dosis refracta. Curó de su congestión hepática; pero el día 14 de Octubre ya tenía cuatro días de tener accesos bien caracterizados de in- termitentes; volvió á hacerse el examen de la sangre en pre- paración fresca, y se encontraron cuerpos transparentes con gránulos de pigmento en movimiento. Se administró arsénico durante cinco días que no modificó en nada los accesos; se em- pleó entonces el vino de psoralina que á los tres días hizo des- aparecer la enfermedad. 341 Diagnóstico:—Congestión hepática y paludismo. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Calomel á dosis purgante y refracta, arsénico y psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 143. Librado Bernal, de México, soltero, de 20 años, jornalero. Ocupa la cama número 12 de la Sala de Clínica de quinto año. Hace un año trabajaba en el Valle Nacional; tuvo varias ve- ces intermitentes, unas veces diarias, otras tercianas y sin nin- gún medicamento desaparecieron durante seis meses; en ese tiempo fué á Orizaba y seis meses después de su permanencia allí le volvieron con más intensidad. Hace seis días que regre- só de Orizaba con sus intermitentes, de forma terciana, acom- pañadas de embarazo gástrico. Examinando el vientre, se encuentra doloroso y timpánico, y el bazo aumentado de volumen y doloroso á la presión. En la sangre hay hematozoarios. Se administró quinina á dosis suficiente durante dos días, y sólo tuvo una ligera mejoría, se le dieron entonces dos píldo- ras diarias de psoralina de á 0gr01 y al tercer día curó comple- tamente, pues suspendiendo la medicina por algún tiempo no volvieron los accesos. Diagnóstico:—Pal ud i s m o. Complicaciones: —Embarazo gástrico. Tratamiento:—Quinina y psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NÚMERO 144. Quirino Badilio, de México, soltero, de 30 años, carpintero. Ocupa la cama número 3 de la Sala de Clínica de quinto año. Hace seis meses estando en Morelos, después de haber comido 342 fruta en exceso le dieron fríos diariamente; tres meses después á pesar de haber estado tomando quinina, le siguieron en la forma terciana. Hace quince días que vive de nuevo en esta po- blación, y con el cambio de temperamento dejaron de darle tres días: pasados los cuales le han vuelto en la forma cotidia- na aunque con menos intensidad que al principio, pues cada uno de los períodos es de menor duración. Su estado general denota demacración, y palidez profunda de los tejidos. El bazo está muy aumentado de volumen y do- loroso á la presión. Hay una anemia muy marcada, encontrán- dose el soplo aórtico propio. Se examinó la sangre, encontrando leucositosis y hemato- zoarios. Tomó psoralina durante siete días, saliendo voluntariamente muy mejorado. Diagnóstico:—Pal udismo. Complica dones:—Ninguna. Tratamiento:—Psoralina (hace tres meses tomó quinina). Resultado:—Mejoría (Personal). NÚMERO 145. Antonio Luviano, de Morelia, soltero, de 23 años, talabarte- ro; vive en la Posta de la Reforma; hace un año padeció en Morelia de intermitentes que le duraron cuatro meses y se le quitaron con remedios caseros; no ha tenido ninguna otra en- fermedad, ni tiene antecedentes hereditarios sospechosos. Hace ocho días empezó á enfermarse de intermitentes que le empiezan á las doce del día con calofrío fuerte que le dura hasta las nueve de la noche, le sigue calentura que se le quita hasta media noche, sin sudor. Este acceso viene acompañado de pesadez de todo el cuerpo y dolores en la cabeza, pecho, es- palda y espinillas. Le viene el acceso diariamente, y desde el tercer día empezó á perder el apetito; duerme bien. Está pálido, con la lengua sucia, y al examen del vientre se 343 encontró el bazo desbordando un poco del borde costal y do- loroso á la presión. Los demás órganos están normales. Se le administró un purgante de aceite de ricino y al día si- guiente tres cucharadas de vino de psoralina, del Prof. Loza- no; al día siguiente se sintió mejor: el acceso fué menos fuerte y de menor duración; al tercer día no tuvo acceso, sino sim- plemente algo de dolor de cabeza; al quinto día, el enfermo se creyó curado; sin embargo se le ordenó tomará unos días más el vino. Al día siguiente emprendió un viaje á Morelia y no lo he vuelto á ver. Diagnóstico:—¿Paludismo? Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Aceite de ricino y psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NÚMERO 146. Dolores Guarneros, niña de tres meses, de México, que vive en la Alberca Pane. Hace cuatro días que después de haberse mojado con agua fría y haber permanecido con la ropa mojada, tuvo en la tar- de calentura muy fuerte, acompañada de tos y frecuentes es- tornudos; en la noche durmió muy mal, despertando cada rato llorando; no ha querido tomar el pecho, sino con mucha difi- cultad, y en las noches siguientes ha estado como sofocada con las narices tapadas y muy molesta. La niña está muy pálida y ojerosa; tiene tos fuerte, catarro nasal y conjuntival. En el pulmón se oyen estertores de varios calibres, diseminados irregularmente. En el vientre hay tim- panismo, zurrido de la fosa ilíaca derecha, y parece en este mismo lugar haber dolor á la presión. El hígado y el bazo es- tán normales. So le administró un purgantilo de Aceite de ricino 10gr00 Añil 0 10 344 que le obró muy bien, y al día siguiente unas cucharaditas ca- da dos horas de Jalea de liquen... 100gr-00 Extracto fluido de psoralea 5 00 Jarabe balsámico 50 00 Desde el primer día se notó un marcado mejoramiento; la tos era mucho menos frecuente y más grasa, el catarro conjun- tival desapareció, el nasal fluía mucho menos, la calentura des- apareció y al terminar la medicina, que fue al tercer día, la niña estaba enteramente buena. Diagnóstico:— Gripa. Complicaciones:—N i n g u n a. Tratamiento:—Ricino y añil, y extracto fluido depsoralea. Resultado.—Curación (Personal). NÚMERO 147. La Srita. D. S., de 16 años, de Quérétaro, vive en la ciudad de Guadalupe Hidalgo. Empezó hace quince días, á consecuencia de un enfriamien- to, con calofrío fuerte seguido de calentura, sudor de la mitad superior del cuerpo, dolor de cabeza y de garganta, sumo can- sancio, inapetencia, tos, coriza y dolores vagos en todo el cuer- po; estuvo así tres días, durante los cuales la temperatura os- ciló entre 37°9 y 39°4; pasado este tiempo, tomó un purgante de magnesia calcinada porque tenía la lengua amarilla, algo de dolor de estómago y diarrea; el purgante obró poco, y la enfer- medad siguió, haciéndose más marcada la postración y el do- lor de garganta. Cuando la vi, estaba pálida, la lengua amarillenta, las amíg- dalas, la úbula y el velo del paladar rojos, los ojos ligeramente inyectados, coriza bien marcada, dolor de pecho. En el pulmón varios estertores diseminados en toda su extensión, pero siendo un poco más numerosos en el lado derecho; el vientre desocu- pado, con zurrido en las fosas ilíacas; el hígado parece ligera- mente aumentado; la diarrea sigue. Se le administró un purgante de aceite de ricino con calo- mel, y al siguiente día las cucharadas siguientes: 345 Jalea de liquen 100gr00 Extracto fluido de psoralea 10 00 Jarabe de grosella 40 00 Una cucharada cada dos horas. Al tercer día, se levantó, porque ya no tenía calentura y el apetito había vuelto; cesó el catarro nasal y conjuntival, des- apareció el enrojecimiento faríngeo, la tos y la diarrea; sólo quedaba una poca de debilidad y el cansancio que desapare- ció á los pocos día. La enferma tiene cinco meses de curada. Diagnóstico:—Gri pa. Complicaciones.—Ninguna. Tratamiento:—Ricino y culomel y extracto fluido de psoralea. Resultado:—Curación (Personal). 'NÚMERO 148. El Sr. Prof. Mariano Lozano sufre en cada cambio de esta- ción fuertes corizas que se le anuncian con una serie de peque- ños calofríos, cuerpo cortado, picazón en la nariz, dolor de cabeza y algo de fotofobia. Se le desarrolla en seguida la en- fermedad con bastante intensidad, durándole de ocho á diez días con todas las molestias consiguientes. Una tarde al entrar el invierno, me dijo que ya tenía los pródromos de la enferme- dad, y le aconsejé tomara una poca depsoralina; tomó dos píl- doras esa misma tarde y otras dos al día siguiente, con lo que sólo le duró la enfermedad un día. A la estación siguiente, volvió á presentarse la enfermedad y la volvió á dominar también en un día, tomando cinco píl- doras de 0gr 02 de psoralina. Por tercera vez volvió á presentarse la enfermedad á conse- cuencia de un cambio de temperamento y se volvió á dominar de igual manera. 346 Diagnóstico:—Coriza. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Ps o r a 1 i n a. Resultado:—Violentísima curación (Personal). NUMERO 149. E1 niño Eugenio Lozano, de dos años de edad, fué atacado de gripa con manifestaciones que predominaban en el aparato respiratorio; tomó un vomitivo y un purgante y después tres eucharaditas diarias de vino de psoralina con lo que al tercer día quedó enteramente bueno. Diagnóstico:— Gripa. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Vomipurgante y vino de psoralina. Resultado:—Curación. NUMERO. 150. Sixto Trujano, de Texcoco, casado, de 30 años, cochero, vi- ve en la calle de Patoni n? 11. Ha padecido tifo, gripa y fríos, después de un viaje que hizo á Morelos. Hace cuatro días que después de haberse mojado, tuvo en la tarde calofrío fuerte, seguido de calentura y dolor de todo el cuerpo pero especialmente en la cabeza y en el lado dere- cho del pecho, tos que le venía por accesos y con la que arro- jaba flemas blancas, boca amarga y pérdida del apetito. Estos síntomas siguieron pronunciándose hasta que lo vi en que te- nía además diarrea. Estaba ictérico, con algo de coriza y cata- rro conjuntival; el dolor de pecho seguía el trayecto de la quin- ta costilla, exacerbado en el ángulo de la costilla y en las ar- ticulaciones externo y vertebro-costales; el pulmón estaba so- 347 noro en toda su extensión, las vibraciones, normales; oyéndose en toda su extensión, tanto en la parte posterior como en la anterior muchos estertores de diversos calibres predominando los gruesos; la respiración un poco acelerada (25 por minuto); los ruidos cardíacos normales aunque también un poco acele- rados (102 por minuto); el hígado ligeramente aumentado y un poco doloroso; el bazo normal; el vientre meteorizado, con zu- rrido en las dos fosas ilíacas. La lengua bastante sucia y enro- jecida en los bordes, la temperatura era 38°7. Administré, cápsula cada dos horas de Salol 2.00 Yodol 0.50 en 10 cápsulas, pues ya el enfermo había tomado un vomitivo al segundo día de su enfermedad y un purgante el día mismo en que lo vi; ordené que se le pusiera un revulsivo en el lugar del dolor y que tomara además una cucharada cada hora de Infusión de canela 120.00 Extracto blando de quina 4.00 Extracto fluido de psoralea 8.00 Cognac 60.00 Jarabe ipeca y de morfina ec 30.00 Cucharada cada hora. El enfermo se levantó al tercer día y volvió á su trabajo á los ocho enteramente curado. Diagnóstico:—Gri'pa. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:— Desinfectantes intestinales y extracto fluido de psoralea. Resultado:—C uración. 348 NUMERO 151. Veinte días después, el mismo enfermo de la observación anterior (n? 150), se me presentó diciéndome que á consecuen- cia de haberse mojado, le había vuelto la tos y el dolor de cos- tilla, exacerbándose este como á las cinco de la tarde en que siente calofrío que le dura hasta las seis, siendo entonces re- emplazado por calentura que le dura hasta media noche en que se duerme, despertando á la madrugada bañado en sudor. Es- te acceso se le ha repetido cuatro días consecutivos. Al exa- men no se encontró nada notable, si se exceptúan algunos es- tertores en el pulmón. Se le administraron tres cucharadas diarias de vino de pso- ralina del Profesor Lozano. Al tercer día, el enfermo se creyó curado pues desaparecieron todos los síntomas; sin embargo, se le ordenó tomara el vino unos días mas. Diagnóstico:—¿T el u r ism o? Complicaciones:—N i ngun a. Tratamiento:—Vino de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). NUMERO 152. La niña Elena Rodríguez Zamacona, de seis años; vive en la calle de Patoni n? 5. Hace cinco días sin causa apreciable, tuvo calentura alta co- mo á las nueve de la noche (ya antes tenía tos y catarro) que le duró hasta la madrugada, repitiéndose en los días siguien- tes acompañada de dolor de pecho y de cabeza y precedida de calofrío; suda todo el día y toda la noche. La familia le admi- nistró al tercer día un purgante y pasados dos días la vi; tenía coriza, tos, dolor de pecho y de cabeza, la faringe estaba enro- jecida, en el pulmón estertores mucosos; el vientre bien; la temperatura era38°9. 349 Se le administró un purgante de aceite de ricino y después cucharadita cada hora de jalea de liquen 100.00 Extracto fluido de psoralea 5.00 Jarabe balsámico 40.00 Cucharaditas. Al día siguiente, la temperatura fué menos alta y á los tres días la niña estaba curada. Diagnóstico:—Faringo-tráqueo bronquitis. Complicaciones:—N inguna. Tratamiento:—Extracto fluido de psoralea. Resultado.—Curación (Personal). NUMERO 153. Atalo Flores, de México, soltero, de 15 años, músico, vive en la calle de las Viscaínas n? 1 (Gabinete de música). Es un tuberculoso en el último período; tiene fundido ente- ramente el pulmón izquierdo; está ya edematoso de las pier- nas y de la cara; tiene ya diarrea; está en un estado de sumo agotamiento. Como quince días antes de morir, empezó á elevarse extra- ordinariamente la temperatura vespertina (40°2), por lo que además de su tratamiento conveniente se recurrió al vino de psoralina del Profesor Lozano como antipirético. La tempera- tura bajó notablemente en todo el tiempo que estuvo bajo la influencia del vino, siendo durante este tiempo 37°8 la cifra mas alta. Diagnóstico:— Tuberculosis pulmonar en el tercer período. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Tónicos, antisépticos y vino de psoralina pa- ra la fiebre. Resultado:—Abatimiento notable de la fiebre héctica con la psoralina. (Personal). 350 NUMERO 154. Librada Mendoza, viuda, de 45 años; vive en la calle de Bue- na Vista. Hace más de un año que sufre de calenturas vespertinas acompañadas de tos y sudores; ha enflaquecido demasiado y perdido el apetito; ha recorrido para curarse á todas las medi- cinas usadas para combatir las intermitentes: polvos de Garay- coechea, elixir de Lasso de la Vega, pambotano, pulque con limón, huaco en aguardiente y quinina y antipirina que le han recetado cuatro médicos, pero no ha conseguido ningún alivio; antes bien, hace como veinte días, que la estuvo curando un médico con quinina, que tomó como quince días, le vino dia- rrea por lo que suspendió su tratamiento. Examinada la enferma, se encontró que era tuberculosa; tie- ne una caverna en el vértice del pulmón derecho. Se le ordenó un tratamiento reconstituyente y además tres cucharadas diarias de vino de psoralina del Profesor Lozano. Por supuesto que la enferma no ha curado; pero sí ha me- jorado notablemente, pues ha vuelto el apetito, la tos ha dis- minuido un poco y la calentura vespertina, después de desapa- recer algunos días, volvió, pero muy poco alta (37°6). Considerándose muy mejorada, suspendió el tratamiento y volvieron los accidentes con igual intensidad; volvió á tomar el vino y con él vino de nuevo el alivio. Así estuvo como dos meses, pasados los cuales y convenci- da de que su enfermedad era incurable, se fué á radicar á una hacienda que está cerca de Toluca, siguiendo con su régimen tónico y bajo la influencia del vino, que es lo único con que se modera su calentura Diagnóstico:—Tuberculosis pulmonar. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Tónicos, antisépticos y vino de psoralina pa- ra la fiebre. 351 Resultado:—Abatimiento de la fiebre con la psoralina y me- joría de la tuberculosis (Personal). La niña Isidora B. y Puga de dos años y medio de edad, de Tacubaya, vive actualmente en San Bartolo Naucalpan. Acaba de llegar de los Estados Unidos donde gozó de per- fecta salud; pero al llegar á New York, la niña estaba dormida y caía un aguacero torrencial, de manera que por más que se le cuidó, se mojó y á consecuencia de esto lleva varios días de tener calentura fuerte, desgano, tos seca y sorda, dificultad pa- ra tragar, etc.; tenía una laringo-tráqueo-bronquitis, Se le administró cucharadita cada hora de la formula si- guiente: NUMERO 155. Jalea de liquen 100.00 Extracto fluido de psoralea 5.00 Jarabe de ipeca 15.00 „ balsámico 30.00 Cucharaditas. Al día siguiente habían minorado notablemente los accidentes,, al tercero, la niña estaba buena. Diagnóstico:—Laringo-tráqueo-bronquitis. Complicaciones:—Ni ngun a. Tratamiento:—Extracto fluido de psoralea. Resultado.—Curación (Personal). NUNERO 156. Una señora, J. R. de 32 años de edad, viuda, cocinera; vive en la calle de Patoni n? 12. Hace un año que sin motivo apreciable, se le suspendió su menstruación que antes había sido regular aunque algunas ve- ces era algo dolorosa; tiene una niña y se le han muerto dos ni- 352 ños. Desde esta época está muy molesta y achacosa, lo que atribuye á la falta de su período mensual; se le abulta cada mes demasiado el vientre; tiene cólicos frecuentes y se le han hinchado las piernas; duerme mal, ha perdido el apetito y tam- bién en la época que debía tener la regla, tiene bochornos, su- da frío, le dan vértigos y le viene una ansia que la quiere aho- gar. En los dos primeros meses, no se curó; los tres siguientes tomó Sarabia, que le aconsejaron, con lo que efectivamente vol- vió la regla; pero desde ese tiempo no la ha vuelto á tomar. Se le recetaron cápsulas de apiolina, que no encontrándose en el comercio se sustituyeron por las de apiol que no pro- dujeron resultado, y al mes siguiente se le administraron tres cucharadas de vino de psoralina del Profesor Lozano; al tercer día vino el escurrimiento con algo de dolor; al mes siguiente repitió el tratamiento, también con resultado. No he vuelto á ver á la enferma. Diagnóstico:—-Am en o rr ea. Complicaciones: —Ninguna. Tratamiento:—Apiol y vino de psoralina. Resultado. — Nulo con el apiol, favorable con la psoralina. (Personal). NUMEROS 157 y 158. Dos señoritas con menstruación difícil y dolorosa, acompa- ñada en una de ellas, según su dicho, de cólicos uterinos, por haberles aconsejado que tomaran Contrayerba, se presentaron en la Farmacia del Profesor Lozano con el objeto de obtener- la, donde se les dijo que emplearan de preferencia el vino de psoralina, tomando tres cucharadas diarias tres ó cuatro días antes de la época presunta de la menstruación. Al mes siguiente volvieron á comprar otra botella de vino, porque dijeron se habían sentido muy bien: la regla vino sin dolores y con más abundancia. Una de ellas, la de los cólicos, tomó el vino dos veces y no 353 ha vuelto; la otra, cada mes va á proveerse desde entonces de su botella de vino. Diagnóstico:—Dismenorrea. Complicaciones:—Ninguna. Tratamiento:—Vino de psoralina. Resultado:—Favorable (Personal). NUMERO 159. Una señora F. M., casada. (está separada de su marido) de 35 años, de Zumpango, cocinera; vive en la 4!> calle de Zarco n? 31. Hace cuatro meses, sin motivo, se le suspendió su menstrua- ción que siempre había sido perfectamente regular y abundan- te, y aunque no ha sentido grandes molestias, pues sólo tiene cuando le debía venir el período algo de dolor de cabeza y de cintura, sí ha notado que se le ha abultado un poco el vientre y teniendo miedo que esto le perjudicara vió á una partera que le dijo que tenía una retención de sangre. Entonces recurrió á mí y le administré cápsulas de apiol que no le dieron resulta- do; volvió al mes siguiente, hice un reconocimiento y viendo que no estaba embarazada, le administré tres cucharadas diarias de vino de psoralina del Profesor Lozano con lo que le volvió su regla; al mes siguiente, lo tomó por 2? vez, y desde entonces menstrua con regularidad, sin necesidad de medicina ninguna. Diagnóstico:—Retención menstrual. Complicaciones:—N inguna. Tratamiento:—Vino de psoralina. Resultado:—Curación (Personal). 354 CUADRO SINOPTICO que resume los casos clínicos en que se ha empleado la PSORALINA. ENFERMEDADES, Núm. de casos. Cura- ciones. Mejorías- Dudo- i 1 £ n § s 2.3 Casos favorables. Casos desfavorables, Paludismo 119 65 24 1 21 8 89 75 por ciento. 30 25 por ciento. Tuberculosis 13 0 (BAJOT.) 8 1 4 0 8 62 5 38 „ Telurismo 9 o 4 0 0 0 9 100 0 Gri pa 6 6 0 0 0 0 6 100 0 Bronquitis 2 2 0 0 0 0 9 100 0 Infección intestinal. 2 2 0 0 0 0 2 100 i, 0 Amenorrea 2 1 1 0 0 0 2 100 0 Dismenorrea 2 0 2 0 0 0 2 100 0 Coriza 1 1 0 0 0 0 ] 100 0 Tifo 1 0 (BAJOT.) 1 0 0 0 1 100 0 Absceso hepático... 1 0 0 1 0 0 0 1 100 por ciento. Pleuresía 1 0 0 0 1 0 0 1 100 Totales... 159 82 40 3 26 8 122 77 por ciento. 37 33 por ciento. 355 Este número de observaciones por más que sea crecido, no es ni con mucho el total, pues sólo las del Sr. Maldonado y Morón pasan de 200, algunas son también las del Sr. Zuñiga, lo mismo que las de lo- Sres. Rafael López, Amador Espinosa (de Jojutla) Fernando Ortega (de Tarubaya) y otros médicos que han empleado la substancia: aparte de los casos, muy nu- merosos por cierto, en que no ha sido administrada la droga por algún médico, siendo entre ellos notables los de algunas personas muy instruidas como los Sres. Profs. Alfonso Herre- ra (padre), Alfonso L. Herrera y José D. Morales y otras que me parece inútil enumerar; pero que no transcribo, las prime- ras por no haber podido obtenerlas y las segundas por no ha- ber sido observadas científicamente, bastando decir que entre estas últimas tengo conocimiento de más de 300 casos de cura- ción; de donde se deduce que los promedios de casos favora- bles, son mucho más altos que los que constan en el cuadro anterior. En cuanto á las observaciones que anteceden advertiré, que las que no son mías, las he transcrito tal como han tenido la bondad de dármelas (por lo que doy las más cumplidas gra- cias) los médicos cuyos nombres van al calce de cada una de ellas, y respecto de las mías, de muchas de ellas (las hechas en el ho-pital de S. Andrés) constan las historias y marchas de la enfermedad, en los libros de historias y en las ordenatas de ese hospital; el resto es de fácil comprobación como se dedu- ce de las historias. ¿Qué inferir de todos estos hechos? 356 Cualquiera que pase su vista por estas observaciones no pue- de menos que quedar, como antes digo, si no convencido, por lo menos con duda acerca de la acción de la psoralina en el paludismo, y verá que inconcusamente es un excelente anti- pirético, quH parece ser el antídoto del telurismo y que no en balde se hizo su estudio fisiológico, pues las indicaciones di- manadas de él tienen su confirmación práctica. Asi, este estudio terapéutico, aunque mal hecho é incomple- to, como soy el primero en reconocerlo, nos demuestra que la nueva substancia merece ocupar la atención de los clínicos en general y sobre todo de los que ejercen en el Distrito Federal y en los lugares paludosos; merece, en mi concepto, seguirse estudiando la acción que ejerce sobre el hematozoario de La- veran y confirmar las demás indicaciones que, según su acción fisiológica, es capaz de llenar; pues este desaliñado trabajo bien nos hace ver, con todo y sus defectos y vacíos, que el nuevo alcaloide no es de esas innumerables substancias que llenan inútilmente los tratados de Terapéutica, sólo para dejaral au- tor la satisfacción de decir que su obra es completa, pero cu- ya acción dudosa hace que casi nunca se les emplee. No, yo creo que la psoralina merece lugar preferente, sobre todo en la Terapéutica Nacional, porque son tan pocas las substancian realmente útiles y tenemos tal de conocer las drogas na- cionales, que me parece muy débil mi voz para llamar viva- mente la atención de los médicos hácia ella. No quiero hacer predominar mis ideas por más que me parezcan emanadas de un sano criterio; quiero que se experimente, que se estudien debidamente sus efectos, y si estoy en error, quiero salir de él; pues no deseo obcecarme sino ver claro en todo lo que se re- fiere á la preciosa ciencia que con anhelo deseo cultivar. Antes de terminar, permitidme que resuma en forma de conclusiones lo que me parece haber de más importante en este mal forjado trabajo. 357 CONCLUSIONES. 1*—Con el nombre vulgar de Contrayerba se cono- cen varias plantas de distinta familia y por lo mismo de desiguales propiedades fisiológicas y terapéuticas; por esto para evitar confusiones, es conveniente desig- narlas con su nombre técnico, ó posponer al vulgar el calificativo correspondiente. 2*—La planta que estudiamos es la Contrayerba blan- ca, aromática ó de México (debiendo más bien llamar- se de Querétaro). 3^—Vegeta principal mente en Querétaro, encontrán- dose también en León, San Luis Potosí y otras locali- dades. 49—La Contrayerba blanca, aromática ó de México es la Psor alea pentaphylla, L., de la familia de las Le- guminosas, sub-familia de las Papilionáceas, tribu de las Galegeas. 5^—La parte activa y empleada de la planta es la raíz, fácilmente reconocible por su olor, aspecto y de- más caracteres macroscópicos y sobre todo por sus ca- racteres microscópicos y microquímicos. 358 6^—Entre los principios inmediatos constituyentes de la raíz, el verdaderamente importante es un alca- loide especial, cristalino, descubierto por el Prof. Ma- riano Lozano y Castro que le denominó psoralina. 7^—Este alcaloide tiene propiedades físicas y quími- cas especiales que lo distinguen de los demás, siendo notables y características, entre las físicas, Informa de sus cristales, su sabor y olor y la desviación que imprime á la luz polarizada, y entre las químicas, la acción que sobre él ejercen los ácidos sulfúrico y nítrico y el agua de cloro y amoníaco. 8^—Es idéntica la acción fisiológica y terapéutica de la raíz y del alcaloide. 9^—Un centigramo (0gr01) de psoralina impide du- rante 48 horas la fermentación de un centímetro cúbi- co de orina. ÍO—Un centigramo (0gr01) de psoralina impide durante 72 horas la fermentación láctica de un centí- metro cúbico de leche. 1U—Un centigramo (0gr01) de psoralina impide du- rante 4 días la fermentación butírica de un centíme- tro cúbico de leche agria. 12^—Un centigramo (0gr01) de psoralina retarda notablemente la formación de la esencia de mostaza en cuatro centigramos (0gr04) de harina. 13^—Un centigramo (0gr01) de psoralina impide du- rante 8 días la fermentación alcohólica en veinte cen- tímetros cúbicos de líquido fermentescible de pulque. 14a—Un centigramo (0gr01) de psoralina impide du- rante más de 7 días la fermentación acética en 20 cen- tímetros cúbicos de pulque. 359 15*—La psoralina parece tener acción nociva sobre los infusorios, como la quinina. 16*—Es probable que tenga idéntica acción sobre las bacterias patógenas. 17*—La psoralina se absorbe por las mucosas, las serosas y el tejido conjuntivo. 18*—Se absorbe inmediata, pero lentamente. 19*—La mejor vía para su administración es lahi- podérmica, sin que se deba desechar la gastro-intes- tinal. 20*—Parece no sufrir transformaciones en su paso á través de la economía. 21*—Se elimina casi en totalidad por el pulmón y la piel. 22*—Su eliminación empieza poco tiempo después de absorbida, pero es también lenta. 23*—La psoralina en dosis terapéuticas, de cinco mi- ligramos á cinco centigramos á 0gr05) que pue- den forzarse en caso de necesidad hasta tres, cuatro gra- mos (3gr00, 4gr00) y más, no es tóxica. 2#—El equivalente tóxico de la psoralina es 0gr153 ó un poco menor; luego para un individuo de 60 kilos, la dosis máxima es nueve gramos ó un poco menos. 25*—Se debe temer el envenenamiento, solamente cuando su administración haya producido tendencia á, la adinamia, ó cuando la respiración y el pulso se ha- gan muy lentos, ó cuando el corazón deje de contraerse con energía y la respiración se haga muy superficial. Puede, sin embargo, emplearse sin inconveniente aun- que el enfermo esté adinámico, si se observa que las primeras dosis no tienden á exagerar este estado. 360 26*—La psoralina á pequeñas dosis (OTOS áOgr25) produce una dilatación vascular generalizada, lo que disminuye el trabajo del corazón, sin tener influencia directa sobre él. 27*—Aumentando la dosis (lgr50) auméntala dila- tación y disminuyen la tensión sanguínea y la energía del corazón. 28*—Con dosis mayores aún, se pronuncian estos fenómenos, pudiendo si la dosis es excesiva (9gr00) de- tener al corazón en diástole. 29*—Parece que esta acción la ejerce por interme- dio del sistema nervioso. 30*—A priori puede deducirse de las perturbacio- nes observadas en la función circulatoria, que deben ser igualmente alteradas tanto la respiración pulmo- nar como la respiración de los tejidos ó sea la nutri- ción general. 31*—Las pequeñas dosis (0gr005 á 0gr05) no tienen grande influencia sobre la respiración. 32*—Una dosis moderada (0gr10 á lgr00) produce la exageración de la inspiración y la aceleración déla respiración. 33*—Las grandes dosis (más de lgr50) obran al con- trario, disminuyendo la energía de la inspiración, au- mentando la de la expiración y disminuyendo su fre- cuencia. 34*— Las pequeñas dosis repetidas, obran al prin- cipio, excitando la respiración y deprimiéndola des- pués. 35*—La psoralina abate, aun á pequeñas dosis, la temperatura normal. 361 36*—Abate la hipertermia ocasionada por la pun- ción cerebral. 37*—Hace bajar la temperatura en la fiebre produ- cida por toxinas. 38*—Obra principalmente aumentando la pérdida de calor. 39*— A pequeñas dosis aumenta la producción de calor y la minora á dosis mayores. 40—La psoralina minora la denutrición. 41*—La psoralina no tiene acción sobre el aparato digestivo. 42*—La psoralina á pequeña dosis no tiene acción sobre el sistema nervioso. 43*—A dosis fuerte produce abatimiento general que va aumentando con la dosis, hasta ser una verdadera adinamia con las tóxicas. 44*—Produce algunas veces, á pequeñas dosis, su- dación abundante. 45*—La psoralina, por su acción sobre el aparato circulatorio, puede ser útil en las enfermedades si- guientes: aortitis, aneurismas, ateroma, hipertensión ar- terial, inflamación de las serosas y algunas veces en las palpitaciones. 46*—Por su acción sobre el aparato respiratorio, puede emplearse con utilidad en los siguientes pade- cimientos: coriza, traqueitis, bronquitis, gripa, enfisema, asma y neumonía. 47*—La acción que ejerce sobre la nutrición hace pensar que quizá sea útil en la diabetes, la poliuria, la gota y el reumatismo. 48^—Vulgarmente se ha empleado con buenos re- sultados como emenagogci y antineurálgica. 49^— Puede considerarse, como un excelente, si no es que como el nnjor antipirético, y su utilidad como tal es indudable en todas las fiebres, sobre todo las de origen infeccioso, entre ellas la tuberculosis. 5(P—La clínica demuestra que es antiperiódica. 51^—Es muy probablemente antipalúdica, pues pa- rece atacar á los hematozoarios, aunque sólo en algu- nas de sus formas ó cuando están entorpecidos por la quinina. 52^—Como consecuencia de lo anterior, es muy con- veniente en el paludismofranco usarla después desatu- rar, por una sola vez, el organismo de quinina. 53*—Parece ser un medicamento específico de lo que se ha llamado telurismo. 54*—Las formas farmacéuticas en que puede admi- nistrarse la raíz de psoraleapentaphyllason: polvo, tin- tura, extracto huir o-alcohólico y extracto fluido. 55*—Siendo la psoralina el principio activo de la raíz, es conveniente usar de preferencia este alcaloide á esas preparaciones. 56*—La psoralina puede administrarse sin disolver bajo la forma de psoralina granulada, por ejemplo, ó en píldoras, pero es más conveniente emplearla disuel- ta, por ejemplo, en vino si se emplea la vía gástrica; en aceite si se prefiere la hipodérmica. 57*—La psoralina puede asociarse á otros medica- mentos que ayuden á su acción, como antisépticos, balsámicos, expectorantes, reconstituyentes, etc. 58*—Absorbiéndose con lentitud, obra á pequeñas 362 363 dosis, pero eliminándose prontamente hay que sostener la dosis algún tiempo. 59*—En el paludismo y en el telurismo hay que continuar su uso algún tiempo después de pasados los accidentes térmicos para evitar su reaparición, pues es más rápida la acción antitérmica que la espe- cífica. 60*—La dosis mínima ó equivalente terapéutico es cinco miligramos (0gr 005). 61*—La dosis inedia para una vez es, por la vía gás- trica, uno á dos centigramos (0gr01 á 0gl'02) y para la hi- podérmica, cinco miligramos á un centigramo (0gr005 á 0gr01). 62*—La dosis media por día es, para la vía gástrica cinco á diez centigramos (0gr0o á 0gr10) y para la hipo- dérmica, cinco miligramos á dos centigramos (0gr005 á 0gr02). 63*—Estas dosis pueden aumentarse diez, veinte y más veces sin inconveniente. 6#—Puede decirse que lapsoralina no es tóxica, por- que es inútil administrar su dosis máxima que es nueve gramos (9gr00), por no absorberse. 65*—Las dosis medias de las demás preparaciones de raíz de psoráleapentaphylla, son las que contengan las correspondientes del alcaloide, advirtiendo que el polvo y el extracto fluido contienen tres por ciento (3 pg ); la psoralina granulada, la tintura y el vino uno por mil (1 por mil) y el extracto hidro-alcohólico quince por ciento (15 pg ).—(Las píldoras oficinales contienen dos cen- tigramos cada una (0gr02) y la inyección hipodérmica oficinal uno por ciento (1 pg ). 364 66*—Las observaciones clínicas han comprobado sus aplicaciones vulgares y algunas de las deducidas de su estudio fisiológico, no habiéndose buscado la com- probación de las demás. 365 Termino aquí; no creo ni pretendo que mi estudio sea completo; pues, aunque aseguro que mi buena vo- luntad ha sido mucha, mucho también mi empeño, ar- duos mis esfuerzos y que le he dedicado todo el tiem- po de que he podido disponer, poniendo á contribu- ción todas mis fuerzas y facultades para conseguirlo, seguramente no lo he logrado por lo que pido indul- gencia, tanto por lo hecho, cuanto por no haber em- prendido el estudio de lo que falta por hacer; pues en cuanto á lo primero (lo hecho), ruego se tenga en cuen- ta que es la primera vez que intento hacer un trabajo de esta índole que, sin duda alguna, es muy superior á mis fuerzas, porque para llevarlo á buen término se necesitan dotes intelectuales, de que carezco; mucha instrucción, difícil de encontrar en quien acaba de de- jar las bancas de la Escuela, y grande experiencia, que sólo el tiempo y la costumbre de dedicarse á estos es- tudios pueden dar. En cuanto á lo segundo (lo que falta por hacer), que es, en la parte química, el estu- dio de mayor número de propiedades y modificacio- nes del alcaloide, su fórmula elemental, el grupo al- 366 caloídico á que pertenece, etc., en la fisiológica, su ac- ción sobre el riñón y los órganos genitales femeninos; su acción sobre las bacterias patógenas y sobre los he- matozoarios en la bacteriológica, y en la Terapéutica confirmar muchas de las indicaciones que se deducen de su acción fisiológica, y algunas otras cuestiones, son todos puntos delicados que no he podido emprender porque su resolución definitiva exige tiempo, talento, instrucción y estudio asiduo y constante, y no consi- dero el presente trabajo sino como una introducción al estudio de la psoralina que, bien conocida, espero sea sin duda alguna una excelente arma más que esgrimir contra los numerosos enemigos de nuestra misera hu- manidad. México, Abril de 1896. Federico F. Villaseñor. ÍNDICE. PÁGINAS. Prefacio vii I. —Historia 17 II. —Botánica 20 Descripción 20 Clasificación 21 Descripción de la droga 21 Resumen del estudio botánico 24 III. —Análisis química de la raíz 25 1. —Análisis mineral 25 2. —Análisis orgánica 26 3. —Análisis especiales 32 4. —Composición química 33 5. —Estudio especial del alcaloide 34 Resumen del estudio químico 41 IV. —Acción fisiológica de la psoralina 42 1?—Poder antiséptico 43 2?—Acción fisiológica propiamente dicha 56 Absorción, metamorfosis y eliminación 56 Toxicidad 61 Circulación 64 Respiración 70 Calorificación 82 Nutrición 107 Aparato digestivo 111 PÁGINAS. Sistema nervioso 112 V.—Estudio terapéutico 115 1?—Indicaciones . 116 A. —Aparato circulatorio 117 Aortitis, aneurismas, ateroma 117 Hipertensión arterial 117 Inflamación de las serosas 118 Palpitaciones 118 Lesiones orgánicas del corazón 118 B. —Aparato respiratorio 119 Coriza, traqueitis, bronquitis 119 Enfisema, asma 119 Neumonía 119 Tuberculosis pulmonar 119 C. —Aparato de la nutrición 121 Diabetes, poliuria 121 Gota, reumatismo 122 D. —Otras aplicaciones 122 Emenagoga, antineurálgica 122 E. —Fiebre 122 F. —Paludismo, telurismo 146 2?—Farmacología 174 A. —Formas farmacéuticas 175 Polvo de la raíz 175 Tintura de la raíz 177 Extracto fluido de la raíz 178 Extracto acuoso de la raíz, extracto hidroalcohólico de la raíz... 179 Alcaloide (psoralina) 180 Píldoras de psoralina/ 181 Psoralina granulada 182 Vino de psoralina 183 Inyección bipodérmica de psoralina 183 Preparaciones magistrales 184 B. —Dosis 186 3?—Observaciones clínicas 191 Observaciones del Sr. Terrés de 191 al 294, 305, 306 y 307 368 369 PÁOINA8. Observaciones del Sr. Govanles del 295 al 299, 303, 304 y 305 Observaciones del Sr. Vergara Lope del : 299 al 303 Observaciones de los Síes. Huici y Terrés 303 Observaciones del Dr. Zúfliga 304 Observaciones del Dr. Orvañanos 307 Observaciones del Sr. Reyes Druciaga 307 Observaciones del Sr. Cosío 308 Observaciones personales del 310 al 353 Resumen de las observaciones (Cuadro sinóptico) 354 355 Conclusiones 357 *** 365 INDICE DE LAS LAMINAS. PÁGINAS» Fotografía núm. 1. (Planta con detalles botánicos) 20 Fotografía núm. 2. (Raíces y corte microscópico de la raíz) 22 Fotografía núm. 3. (Disposición de los aparatos para el estudio, en el hombre, de la acción sobre la respiración y circulación). 64 Fotografía núm. 4. (Trazos de la respiración, pulso y tensión sanguínea de F. F. V., normales y bajo la influencia de la subs- tancia 66 Fotografía núm. 5. (Trazos normales y bajo la acción de la pso- ralina, del corazón de la rana 68 Fotografía núm. 6. Trazos normales y modificados por la psora- lina, de la respiración del perro) 78 Fotografía núm. 7. (Disposición de los aparatos para el estudio de la acción de la psoralina sobre la calorificación en el co- nejo 86 Fotografía núm. 8. Trazos comparativos de la temperatura nor- mal y modificada por la psolarina en F. F. V 102