TÉSIS INAUGURAL QUE PARA EL DE FARMACIA PRESENTA FELIPE GARCIA FLORES Alumno de la Escuela Nacional de Medicina de México; practicante de la Farmacia Central Mexicana. MÉXICO OFICINA TIPOGRAFICA DE MCRETAIUA DE FOMENTO Cali.e dk San Andrés núm. 15. 1884 TÉSIS INAUGURAL QUE PARA EL EXAMEN TEÓRICO - PRÁCTICO DE FARMACIA PRESENTA FELIPE GARCIA FLORES Alumno de la Escuela Nacional de Medicina de México; practicante de la Farmacia Central Mexicana. MÉXICO- OFICINA TIPOGRAFICA DE LA SECRETARIA DE FOMENTO Calle de San Andrés kúm. 15. 1884 A LA SAGRADA MEMORIA DE MIS QUERIDOS É INOLVIDABLES PADRB8 EZEQUIEL GARCIA Y DOLORES FLORES. A MIS AMADOS HERMANOS A MI RESPETABLE TIO seSob de. MANUEL GOllDILLO REYNOSO AL SE. PEOFESOR I). JULIO HUYES. DIRECTOR DE LA FARMACIA CENTRAL MEXICANA. AL SABIO Y DISTINGUIDO PROFESOR SE, DE, RAFAEL LUCIO A LOS SEÑORES PROFESORES VICTOR LUCIO Y ALEJANDRO URIRE. A LOS SEÑORES DR. JOSE MANUEL JOFRE, FRANCISCO DE P. REYES Y VICENTE REYES. A ios sbSores generales CÁELOS PACHECO ir FRANCISCO LEY YA. A MIS DISTINGUIDOS MAESTROS SEÑORES JOSE HARIA LASO DE LA VEGA, CUJIES» MENDOZA v JOSE DONACIANO MORALES. /COSTUMBRE es ya en esta Escuela el que los aspirantes al ejercicio de la difícil pro- fesión de Farmacia, presenten al Jurado de Ca- lificación algún estudio sobre las propiedades de tal ó cual planta, que tiene en el vulgo apli- caciones más ó menos frecuentes y con resulta- dos más ó ménos felices. Proceder tan laudable me lia parecido siem- pre muy digno de imitación, no sólo por la ori- ginad nad que necesariamente lleva consigo, si- no también por los servicios que presta á la Terapéutica enriqueciéndola con nuevos agen- tes que pueda utilizar con todo conocimiento de causa. Por desgracia, para seguir tal camino, se ne- cesita la posesión de conocimientos no comunes, una perspicacia á toda prueba y hábito prolon- gado en la ejecución de las complicadas opera- ciones de Análisis, que son indispensables. Ninguna de estas cualidades poseo yo, y mi trabajo tiene que resentirse de los defectos con- siguientes á mi ineptitud; lo reconozco, y si á ese pesar me atrevo á presentarlo al Jurado, es porque confio en que él, con la sensatez que es característica á la ilustración, tendrá en cuenta al fallar sobre mi humildísimo ensayo, que el acierto y la perfección, jamas son el patrimonio de los estudiantes. LIGERO ESTUDIO SOBRE EL PEXTO Ú ORÉGANO DEL CERRO. Sinonimia vulgar.—Esta planta se conoce con los nom- bres de Pexto, Pextó, Pcstlo y Orégano del Cerro, cu- yas primeras denominaciones, creen algunos son deri- vadas del Mexicano, y otros, entre ellos el Sr. Gumesindo Mendoza, del Otomí. Su patria.—Esta planta vive en Otumba (en la Pa- rroquia), en la Barranca, situada al N. O. de dicha po- blación, así como en todos los cerros inmediatos á la misma. Crece también en las inmediaciones de San Juan Teotihuacan, en Tulancingo y en otros muchos lugares del Estado de México. El Sr. profesor Laso de la Vega, la encontró en el ce- rro de la Villa de Guadalupe: y es’muy probable que ve- gete en todos los lugares fríos y templados, donde qui- zá lleve distinta denominación. 16 Influencia del cultivo. Todas las plantas, como sabemos, por este medio ó ganan ó pierden alguna de sus propiedades. De la que actualmente me ocupo, se halla compren- dida en este principio natural. Así, de las plantas Pex- to que he examinado, me he encontrado con caracteres muy diversos en los ejemplares cultivados y en aque- llos que no lo están. Caracteres del Pexto cultivado. En general, es más desarrollada que el silvestre. Sus tallos son menos leñosos, las hojas más grandes, de un verde subido y muy aromáticas, dando por el frotamien- to un olor algo parecido al del almizcle. . Caracteres del Pexto no cultivado. De estos ejemplares he estudiado dos de lugares dis- tintos, el de Otumba y el de la Villa de Guadalupe. El de Otumba, que vegeta en clima bastante frió, es menos desarrollado, sus tallos más leñosos, las hojas más pequeñas, de color verde pálido y de olor menos suave y notable que el anterior. El del cerro de la Villa, es aun más pequeño en todas sus partes, su tallo y hojas presentan el mismo aspecto de la planta de Otumba; siendo únicamente su olor me- nos sensible. Respecto al sabor, creo no haber encon- trado diferencias apreciables: en todas ellas domina el amargo intenso, percibiéndose al último un sabor lige- ramente astringente. 17 Usos vulgares. En la Medicina Doméstica, esta planta es muy busca- da por las personas que padecen dolores de estómago y falta de digestión. La única forma bajo la cual se da á los enfermos, se- gún los datos que lie podido recoger, es la de cocimien- to, recomendando especialmente la planta al estado fresco, ó en su defecto, la misma al estado seco. La in- fusión, sin embargo, me parece más favorable por apro- vecharse en ella el principio aromático, que en el coci- miento desaparece en totalidad ó en parte. Descripción botánica del Pexto, Tallo. — Rojizo, cilindrico, sub-leñoso, ligeramente fistuloso, flexible, algo pubescente, de ramificación mo- nopódica: y por su dirección erguido. Hojas.—He considerado para el estudio de estos ór- ganos, dos caras, una superior y otra inferior, un pecio- lo, un contorno y dos extremidades, una inferior ó base, y otra superior ó vórtice. Cara superior. — De una coloración verde subido, ó verde pálido, de superficie finamente chagrinada, ner- vaduras bastante aparentes y como hundidas en el me- sofilo. De la base del raquis ó nervadura mediana, par- ten dos secundarias, que á su vez se subdividen en otras de menores dimensiones: estas igualmente emiten pe- queños nervios, para venir á anastomosarse con otros del mismo género que parten de otra nervadurase secun- daria, nacida como á la mitad del raquis. Por último, este da todavía otra pequeña nervadura que por sus ra- 18 mificaciones con las dos antedichas, vienen á formar una red que presenta mucha regularidad. Cara inferior. — Coloración verde menos marcada que en la cara superior, superficie más finamente gra- nulada que la anterior; las nervaduras, tanto primarias como secundarias, ofrecen la misma disposición que he dicho, describiendo la cara superior; únicamente que en esta son muy salientes, blanquecinas, y percibidndose claramente la anastomosis de sus ramificaciones: ofrece además, esta cara, un ligero tomento, contrastando con el de la superior que es casi nulo. Peciolo.—Muy poco desarrollado en todas sus dimen- siones, formando con el tallo ó ramos un ángulo agudo menor de 45°, coloración ligeramente rojiza, no articu- lado ni con el tallo ni con la hoja; superficie casi iner- me, continuándose directamente con los haces de las nervaduras y con los del tallo, en su parte superior es acanalado, y en la inferior cilindrico. Contorno.—Tiene la forma de un corazón, limita di- rectamente la nervacion de la hoja; no se observa már- gen alguno: es dentado en cierra en sus dos tercios su- periores, liso en el tercio inferior. Base y vértice.—La base es escotada, forma un án- gulo obtuso, da salida de su parte media al peciolo de la hoja. El vértice es obtuso, terminado en punta, y na- da presenta de particular. Aspecto de la hoja y consistencia de ella.—El aspec- to que presenta esta hoja, tanto al estado fresco como en el seco, es muy semejante al del orégano del país. (Lippia Origanoides, de las Verbenáceas), de donde quizá le vino el nombre de Orégano. (Y del Cerro por vegetar especialmente en ésta roca), del cual se distin- 19 gue fácilmente frotando las hojas y probándolas; estas últimas olor amizclado cuando están fres- cas, y es casi nulo cuando están secas: tienen un sa- bor amargo, dejando un resabio ligeramente astringente; mientras que las del primero, áun al estado seco, por el frote, se desarrolla prontamente el olor demasiado co- nocido de esta planta; y por otra parte, su sabor es pi- cante y aromático. Respecto á la consistencia es herbá- ceo-membranosa y ruda al tacto. Así, podemos decir que es una hoja simple, cordifor- me, semi-abrazante, caulinar, de vértice obtuso y base escotada, de contorno casi dentado en cierra, de nerva- cion anguli ó peni-nerva, de consistencia herbáceo- membranosa, de sabor amargo ligeramente astringente, y de olor amizclado cuando está fresca. Flores. — Compuestas, capítulos flosculosos, involu- cro común, oblongo, de bracteas bí ó triseriadas, imbri- cadas, receptáculo plano, desnudo, estigmas salientes, cilindricos, bífidos, aquenas triangulares, estriadas vila- nos de pelos uniseriados y quebradizos, coloración de los flósculos azul-rosada. Raíz.—Poco ó nada debo decir acerca de este órga- no, por creerlo de segunda importancia para el objeto que me propongo. Haré observar solamente que es una raíz bastante ramosa, bien desarrollada relativamente al cuerpo del vegetal, de sabor amargo y de superficie lisa. Clasificación botánica. El Pexto pertenece á la familia de las Compuestas; sub-familia de las Tubulifloras, tribu de las Eupatoreas: del género Eupatorium y de la especie Pextum (de La- so de la Vega). 20 Familia de las compuestas. Esta familia es la más basta que se conoce: siendo en efecto la más grande, y vegetando con particularidad sus especies en las Américas, nada remoto es que el in- dividuo, dedicado á la Taxonomía, tenga á cada paso que observar especies nuevas y tal vez géneros, con los cuales se vaya completando la numerosa série de vege- tales que encierra, y que áun no son todavía conocidos por muchos naturalistas europeos. Escusado creo decir, que la Medicina saca de ella, un gran partido, usando ya de los tónicos, como el Ajenjo Mexicano, ya de vulnerarios como la Gapitaneja y Ca- lancapatles, ora de los emenagogos como los Zoapatles, ó por último, de sustancias analépticas, como el maíz de Teja, etc. La planta de que actualmente me ocupo, pertenece á esta familia por los caracteres que he señalado, tratan- do de su flor, igualmente que por su fruto: Aquena. Ade- más, el porte del vegetal, el jugo acuoso que da y la in- florescencia definida, son otros tantos signos de este grupo. Sub-familia Tubulifloras, Los caracteres de esta sub-familia son pocos, pero su- ficientes para diferenciarla: “Flores hermafroditas, de corola regular, formando cinco ó más, raramente cuatro dientes” (Duchartre.) El Pexto tiene flor hermafrodita, la corola regular- mente dispuesta y con cinco dientes. Creo, por lo mis- mo, que es de las Tubulifroras. 21 Tribu Eupatoreas. Los caracteres de esta tribu son los siguientes: Estilo de las flores hembras, cilindrico superiormente, de filamentos largos casi en forma de martillo, papilosos exteriormente. Randas estigmáticas delgadas y poco sa- lientes, deteniéndose ordinariamente hácia la parte me- dia de los filamentos. Capítulos flosculosos. Hojas opues- tas ó alternas. Flores azulosas con excepción de cuando el capítulo tiene un pequeño número de flores. El Pexto tiene una flor de color ligeramente azulado; sus capítulos flosculosos, las hojas opuestas y el estilo cilindrico; razones por las que, me adhiero á pensar sea de esta tribu. Género Eupatorium. La palabra Eupatorium, toma su origen de Mitrídates Eupator Rey de Ponto, quien estudió las propiedades de una planta, y á la que llamó Eupatorium, en recuer- do de su apellido. Sus caracteres: este género es muy crecido, vegeta con especialidad en las Américas, capítulo flosculoso, in- volucro oblongo, de bracteas bí ó triseriadas, imbrica- das. Receptáculo plano, desnudo. Estigma exherto, ci- lindrico, bífido, Aquenas angulosas ó estriadas, penacho de pelos uniseriados, quebradizos. Tallo herbáceo ó sub- leñoso. Hojas generalmente opuestas. Capítulos ordi- nariamente en corimbo. El tallo del Pexto es sub-leñoso, sus hojas opuestas, las aquenas angulosas, los capítulosos flosculosos, etc. Caracteres que se asignan al género Eupatorium. 22 Especie Pextum. Una de las primeras personas, ó diciendo mejor, la primera que clasificó esta planta en México, fué el Sr. Profesor José María Laso de la Vega, quien después de varias investigaciones sobre la especie de la clasificación Decandolleana, no pudo encontrarlos caracteres propios para este vegetal. Creó entonces la palabra Pextum pa- ra la clasificación específica de esta planta, significando con ella el nombre Mexicano, del cual creen muchos in- dividuos saca su etimología la voz Pexto. Los caracteres de esta especie, los creo únicamente concentrados en la descripción misma del Pexto. Análisis orgánico. Descritos ya los caracteres de la planta, voy á ocu- parme de su estudio químico. Tratamiento por los vehículos neutros. EL ÉTER SULFÚRICO. Después de haber ejecutado las operaciones prelimi- nares para tratar un cuerpo por desalojamiento, agoté completamente la planta por el éter sulfúrico, hasta que puesta una porción del licor saliente sobre la lámina de platina, no dejó residuo alguno. Lo que me indicó que el éter estaba ya en exceso. La solución que obtuve así, era dicroica: roja por re- fracción y verde por reflexión. La puse en seguida en retorta de vidrio, y la destilé á Baño María; separado así el éter, quedó un residuo de color verde-negruzco visto en masa, y amarillo-verdoso en capas delgadas, de olor aromático particular, de sabor amargo, suave al tacto, 23 adherente á los dedos; cuando se le pone en la flama de una bugía, arde esparciendo un olor poco aromático, y deja un residuo ligero de color oscuro. Este extracto es insoluble en el agua, soluble en el al- cohol á 95°, y en el cloroformo, poco en el petróleo, y menos en la benzina y la esencia de trementina, su reac- ción es neutra al papel reactivo. La acción que los ácidos ejercen sobre él es la siguien- te: el sulfúrico concentrado lo disuelve dándole un color moreno; el mismo diluido, produce un color verde pri- mero, y después amarillo-verdoso. El ácido clorhídrico produce coloraciones muy seme- jantes. El ácido azoico concentrado forma grumos verdes, y una solución de color amarillosa; el mismo diluido pro- duce una coloración más débil. Las bases alcalinas forman precipitados y coloracio- nes diversas. Así, la potasa da una coloración amarillo- morena, tanto más débil cuanto la solución es ménos alcalina. El amoniaco, forma grumos de color verdoso, que se disuelven en seguida, dando á la solución un color ama- rillento; con el amoniaco débil el color es amarillo so- lamente. Los mismos fenómenos se observan con los carbona- tos alcalinos. Para conocer las sustancias disueltas por éter, traté una parte del extracto por el alcohol á 95° y filtré; al líquido que obtuve y que era de color ligeramente ver- doso, puse agua destilada, la que produjo una lactescen- cia muy marcada. El residuo que quedó después de fil- trar la solución alcohólica, era de color verde y de sabor 24 amargo; tratado otra vez por éter, dió un licor que con- servó el color y olor del residuo; tratada una parte de esta solución por agua destilada, no tomó aspecto lac- tescente, pero por la agitación, la superficie de éter apa- reció irisada como el agua que contiene grasa, lo que me hizo presumir que esta delgada capa que se formó en la superficie del éter, y que luego se disolvió por com- pleto, era una sustancia de naturaleza grasa. Sospechando que las soluciones etérea y alcohólica, tuvieran materia colorante, hice de ellas varias partes que traté respectivamente por agua clorada, ácido sul- fhídrico y sulfhidrato de amoniaco, etc., sin que en al- gún caso sufrieran modificación notable; creí entonces en la presencia de la clorofila en los licores, los que tra- té por una sal metálica y en seguida por una solución alcalina: de esta manera obtuve lacas de diversa colora- ción, con las sales de cobalto azul rosado, con las de cobre verde, con las de alumina amarillo-rojizo, con las de plomo amarillo, y rojizo con las persales de fierro. La conclusión que se puede sacar de estas observa- ciones es la siguiente, que existe sustancia resinosa po- sitiva ó indiferente, por estos datos: las soluciones son neutras al papel reactivo, el extracto etéreo se disuelve en el ácido sulfúrico dándole una coloración morena; en la potasa igualmente, cuando se le acerca á una bu- gía en combustión, da una flama un poco fuliginosa; la solución alcohólica de éste, da con el agua una lactes- cencia marcada; por otra parte, el aceite esencial que contiene y que le da su aroma á la planta, podria tam- bién hacernos presumir la existencia de la resina, pues- to que muchas veces existen estos dos cuerpos juntos en el parenquima vegetal. 25 Igualmente una sustancia grasa en muy pequeña can- tidad, mediatamente soluble en el éter. Tratamiento por el cloroformo. El residuo dejado por el éter, lo traté por el clorofor- mo, hasta que su acción sobre éste era nula; obtuve así un licor amarillo-verdoso de reacción ligeramente áci- da. Sometido el líquido á la destilación, dio un extracto que, visto en masa es negro, y en capas delgadas ama- rillento; su olor es casi nulo, de sabor amargo, de con- sistencia blanda, un poco adhesivo, soluble en el alco- hol y casi insoluble en el agua; arde cuando se le apro- xima á una flama. Los ácidos, en especial el sulfúrico y nítrico, ejercen sobre este extracto las acciones siguientes; Sulfúrico.— Lo disuelve, y la solución es uniforme- mente negra, que pasa al verde pálido y después al ama- rillo, cuando el ácido está diluido. Nítrico. — No lo disuelve, pero por su contacto con éste toma un color amarillo, ligeramente dorado; el ácido débil produce resultados idénticos. Las bases dan estos caracteres: Potasa.—Su solución disuelve al extracto, dando una coloración amarillo-morena. El mismo efecto producen el amoniaco y los carbona- tos alcalinos. Esta solución clorofórmica es verdosa. El agua clorada la decolora débilmente, áun emplea- da en exceso. El sulfhidrato de amoniaco, también en exceso, le da un color amarilloso, pero después le decolora; el 26 ácido sulfhídrico en corriente prolongada, le decolora igualmente; el mismo fenómeno produce el ácido sul- furoso. La misma solución clorofórmica, en contacto con el carbón animal, se decolora al cabo de veinticuatro horas. Filtrada la solución incolora, y añadiendo agua desti- lada, toma un aspecto lactescente muy marcado, filtran- do de nuevo y poniendo á la solución otra de gelatina, se obtiene un precipitado amarilloso. Una persal de fie- rro en solución, da un precipitado negruzco cuando se pone en contacto con la solución colorofórmica. Evaporada otra parte de la solución incolora, dio por residuo una sustancia resinosa de color amarillo, análo- ga por su aspecto á la encontrada en el extracto etéreo. Su reacción es ácida. De la reacción ácida que dió al papel reactivo, la lac- tescencia producida por el agua, y la precipitación ne- gruzca en la solución por las persales de fierro, sospeché en dos cosas: en que hubiera tanino y una resina ácida. Para el efecto, evaporé hasta la sequedad la solución clorofórmica; el extracto seco lo traté por agua destila- da, la que disolvió una parte, y la solución dió todas las reacciones del tanino. El residuo lo traté por clorofor- mo, el que fué disuelto dando una reacción ácida y pro- duciendo una lactescencia por el agua, de lo que deduje la presencia allí de una resina negativa. Tratada por una solución alcalina, el carbón que de- coloró la clorofórmica, obtuve un líquido amarillento de color y de sabor amargo, que con las sales metálicas, como las de plomo y cobalto, formó lacas diversamente coloridas. El cloroformo, en consecuencia, disolvió materia re- 27 sinosa negativa, materia colorante y pequeñas cantida- des de ácido tánico. Tratamiento por el alcohol á diversos grados, Alcohol á 95°. — El residuo que no fue atacado por los vehículos anteriores, es decir, por el cloroformo y éter, lo traté por el alcohol á este grado, y obtuve los re- sultados siguientes: una solución de color verde-botella, de sabor muy amargo, su reacción es ligeramente ácida, sometida á la destilación para quitar el alcohol, dejó por residuo un extracto negruzco de olor particular, de sa- bor amargo, suave al tacto, colorando la saliva en ama- rillo-verdoso. A la flama de una lámpara se carboniza, produce humos y deja por residuo un carbón ligero. Los ácidos sulfúrico, nítrico y clorhídrico dan estas reacciones: Sulfúrico.— Disuelve el extracto, tomando un color amarillo rojizo, la adición de agua al licor produce un depósito pulverulento de color amarilloso. La acción del ácido clorhídrico es la misma. Nítrico. — Disuelve el extracto produciendo un color rojizo; el mismo débil da un color amarillo de oro, que después de cierto tiempo pasa al rojo débil. El agua en esta solución no da precipitado. Las bases alcalinas y los carbonatos de igual clase, dan las siguientes reacciones: Potasa.—Disuelve el extracto dándole un color ama- rillo-pardo, invariable cuando se emplea la solución muy débil. Resultados análogos producen el amoniaco y los car- bonatos alcalinos. Las persales ferruginosas dan precipitado negro muy 28 abundante en la solución alcohólica, la gelatina da pre- cipitado amarillento en la misma. Creo, por estas razones, que las sustancias disueltas por el alcohol son con diferencia de cantidad poco más ó menos, las mismas que las disueltas por el clorofor- mo, puesto que he hallado en el extracto alcohólico, ta- nino, materia colorante y una sustancia resinosa. Alcohol á 60°.—Este fue el cuarto vehículo de que hi- ce uso para disolver algunos de los principios existen- tes en el residuo, y que no habían sido quitados por los disolventes anteriores. El líquido obtenido era amarillento, de reacción ácida y de sabor amargo y astringente, dejando un resabio Dulzaino. Separó el alcohol por la destilación, y obtuve un cuer- po negro-rojizo de olor suigeneris, suave al tacto, el que puesto en la lámina de platina y sometido al calor, se hincha, despide humos empireumáticos, dejando por re- siduo un carbón que se pulveriza fácilmente. Ensayé con este extracto disolverlo en los ácidos y tratarlo por otros agentes: Sulfúrico.—Lo disuelve colorándolo en amarillo-su- bido, siendo amarillo-pálido cuando el ácido está dilui- do, y volviendo á ser amarillo-subido por la acción del calor. Clorhídrico.—Lo disuelve con un color amarillo ver- doso, sin que se modifique éste cuando se trata por el mismo débil. Potasa, amoniaco y sus carbonatos, forman con él una solución amarillo de oro. Licor de Barreswill.—A la solución alcohólica la redu- ce por el calor, dando un precipitado rojizo. 29 Nitrato de plata.—A la misma solución alcohólica aña- dí este reactivo para comprobar la reacción anterior, el que depositó el metal por la ebullición. Persales de fierro.—En la solución alcohólica dan pre- cipitado negro abundante. Sub-acetato de plomo. — Precipita toda la materia co- lorante de la solución alcohólica, dejándola incolora. Resumen.—El alcohol á 60° disolvió materia coloran- te, tanino en abundancia y glucosa. Tratamiento por el agua pura acidulada y alcalinizada. Agua pura.—El polvo de la planta, una vez agotado por los vehículos anteriores, seguí con el del agua des- tilada, hasta que la evaporación de algunas gotas del lí- quido que salía sobre una lámina de platina, me indica- ron que la acción del agua había terminado por com- pleto. La solución acuosa era verde, de sabor amargo, de reacción ácida, sometida á la destilación y después con- centrada al Baño María, dio una sustancia negruzca, ro- ja en los bordes, de sabor semejante al de la caña fístula, dulce al principio, etc. Los ácidos, con particularidad el sulfúrico, azoico y clorhídrico, dan estas coloraciones á la solución acuosa: El primero.—Coloración amarilla. El segundo.—Coloración roja. El tercero.—Coloración amarillo-morena. Las bases alcalinas dan estas reacciones en la solu- ción acuosa: Potasa.—Precipitado blanco amarillento. Amoniaco.—Precipitado amarillo-moreno. 30 Carbonato de potasa.— Precipitado amarillo-moreno. La solución acuosa verde la traté por el sulfhídrato de amoniaco y subacetato de plomo, reactivos que die- ron precipitados, dejando el licor descolorido. La mate- ria colorante precipitada me había demostrado en el lí- quido su existencia. Para aislar la materia colorante de este extracto, he seguido el procedimiento de Bolley y Wislcr: traté el extracto por el alcohol débil, añadiéndole unas gotas de ácido clorhídrico para evitar toda alteración durante la evaporación: lo evaporé hasta consistencia siruposa, lo traté en seguida por el éter sulfúrico, el que dio un pre- cipitado; separé éste, y la tintura etérea la traté por agua, filtré en seguida y evaporé hasta la sequedad. Obtuve así una sustancia de apariencia resinosa soluble en el agua, dando coloraciones amarillas con los ácidos sul- fúrico, nítrico y clorhídrico, y con las soluciones alcali- nas de los carbonatos, amarillo blanquizco: tiene un sa- bor amargo, reacción ácida; por la influencia del calor se hincha y toma un color leonado-moreno, dando un olor ligeramente empireumático: continuando la acción de éste, se ennegrece y deja por residuo una pequeña cantidad de cenizas. Esta materia colorante puede extraerse en mayor abundancia de la planta in natura, es decir, sin haber sido agotada por el éter, cloroformo y alcohol. Esta materia colorante que da reacciones no muy ca- racterísticas para los ácidos y las bases, me ha parecido bien darle el nombre de Eupatopextina, en recuerdo del género y especie del Pexto. Es de color verde, soluble en el alcohol, débil únicamente, soluble en éter y poco soluble en el cloroformo. 31 La solución acuosa del extracto la traté en seguida por la gelatina y las persales de fierro, con cuyos reacti- vos obtuve precipitaciones, para el primero, blanco ama- rillento; para el segundo, negro muy marcado. Deducción.—De esta reacción he concluido lo siguien- te: la existencia de un principio gomoso, de materia co- lorante [Eupatopexlina] y de tanino. Agua acidulada.—Obtuve este disolvente poniendo al agua destilada ácido nítrico. Agoté el residuo como en las operaciones anteriores, y tuve un líquido casi inco- loro. Evaporado éste, deja un residuo casi incoloro, so- luble en el agua, insoluble en el alcohol, á 90° En el licor acídulo, el alcohol concentrado produce un precipitado ligeramente gelatinoso; y como el prin- cipio gomoso habia sido disuelto por el agua pura, su- puse la presencia del almidón al estado de dextrina. Lo confirmé por la tintura de yodo, la que dio un precipi- tado rojo tirando al oscuro. Busque también en el liquido ácido la presencia de bases por los reactivos correspondientes, y encontré po- tasa, sosa y cal. El agua acidulada disolvió almidón, potasa, sosa y cal. Agua alcalinizada.—En la solución obtenida por este vehículo, he podido conocer la presencia de los ácidos sulfúrico, fosfórico y clorhídrico. Análisis anorgánico. Para proceder al reconocimiento de las sustancias mi- nerales, tomé 50 gramos de la planta (tallo y hojas), que puestos en el crisol de platina, los sometí á una tem- peratura suficiente para efectuar su completa descom- posición: dejó un residuo de 3.20 de cenizas. Traté éstas 32 por agua destilada, ayudando su acción disolvente por el calor y la agitación; obtuve por la filtración una so- lución y un residuo. En la primera encontré, siguiendo el procedimiento ordinario: Bases: Potasa, sosa y cal. Ácidos: Carbónico, clorhídrico, sulfúrico y fosfórico. PARTE SOLUBLE, PARTE INSOLUBLE, Bases: Cal. Ácidos: Carbónico y fosfórico. RESUMEN GENERAL. El Pexto dio por el análisis orgánico como por el anorgánico, las sustancias siguientes: dos resinas, una positiva y otra negativa; goma, tanino, glucosa, almidón, sustancia grasa, una cantidad muy insignificante de acei- te esencial, materia colorante (Eupatopextina), clorofila, potasa, sosa, cal, ácidos fosfórico, sulfúrico clorhídrico y carbónico. Formas farmacéuticas. Las formas bajo las cuales puede, sin inconveniente alguno, administrarse el Pexto, entrando en el dominio de los Tónicos amargos aromáticos, son las siguientes: Extracto acuoso; completamente soluble en el agua y alcohol débil. Extracto hidro-alcohólico; soluble por completo en el agua y en el alcohol débil, insoluble en el alcohol con- centrado. Tintura alcohólica.—Deja esta forma al evaporar el vehículo, una gran cantidad de materia extractiva. 33 Alcoholadura.—Parece que esta forma es menos ac- tiva que la precedente. Vino.—Esta forma me parece ser de una bondad irreprochable; las personas que lo han tomado, no ma- nifiestan, por sus efectos, repugnancia alguna en tomar- lo repetidas veces. Elixir.—Se puede preparar muy bien por el procedi- miento ordinario, Infusión.—Como ántes he dicho, este modo de diso- lusion me parece ser más eficaz que el cocimiento, que es el usado vulgarmente. Tales son los resultados á que he llegado. En ellos, repito, habréis de extrañar la pericia que cien veces ha llamado vuestra atención en las obras de los Maestros de la Ciencia; pero debo decirlo una vez más, el presen- te trabajo no es obra de un profesor, sino de un princi- piante, cuyas aspiraciones todas se limitan á dar una prueba de que ha hecho los esfuerzos que han estado á su alcance para cumplir con un cleher. Felipe García Flores.