TfCneTaNacional de Agricultura y Veterinaria. SERIE VETERINARIA NUM. 9. ESTUDI O SOBRE LA “YERBA LOCA” TESIS PRESENTADA AL JURADO CALIFICADOR POR ALEJANDRO I HIGO Y EN ALUMNO I>E LA MISMA ESCUELA. MEXKtQ,- Gr. Horcasitas, Impresor, Cerrada de Santa Teresa, num, 3, 1884. Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria. SERIE VETERINARIA NUM. !). ESTUDIO SOBRE LA “YERBA LOCA” TESIS PRESENTADA AL JURADO CALIFICADOR POR ALEJANDRO IRIGOYEN ALUMNO DE LA MISMA ESCUELA. MEXICO, G. Horoasitas, Impresor, Cerrada de Santa Teresa, num. 3, 1884. (¿rf ////«/ Áaais Recibid este trabajo como un home- naje de cariño de uno de vuestros hijos, por quien habéis sufrido tantos desvelos. Vuestro hijo, A la memoria de mi distinguido Tutor y Maestro, Dr. Gustavo Ruizy Sandoval. AL GENERAL CARLOS PACHECO. GRATITUD Y CONSIDERACION. c4 mi Tio IGNACIO G. DEL CAMPO. GRATITUD Y CARIÑO. engo el honor de presentar al jurado ca II \ l¿picador el pequeño resultado de mis tra- fiW) 9|L bajos, esperando que me serán dispensa- d°s os z'acios Pue deja, elL atención á las dificultades invencibles que me han im- p 3 pedido obtener completo resultado. °J En la elección para punto de mi té- sis han obrado miras prácticas y de utilidad. Existe en el Estado de Chihuahua, una planta cu- ya historia tradicional> bastante temida, es en su dilu- cidación de suma importancia para el desarrollo de la industria pecuaria. Dicha planta se conoce con el nom- bre vulgar de Yerba Loca, por el efecto que se supo- ne produce en los animales que Ja ingieren. Dar á conocer su historia, y muy especialmente el f undamento que pueda tener la acción que le da el nom- bre que lleva, será en concreto el objeto de mi estudio. “YERBA LOCA,” ESTUDIO BOTANICO. Lugares en que vegeta, histeria, descripción y clasificaciones botánica?. LUGARES EN QUE VEGETA. Esta planta vive al estado silvestre en las lla- nuras del Estado de Chihuahua, prefiriendo los lu- gares más secos y áridos. HtSTORÍA. Es una creencia muy arraigada entre los cam- pesinos, la de creer que todo animal que come esta planta se vuelve loco. Por locura entienden una al- teracion del aparato locomotor y del instinto, pues han notado que los animales que llaman locos no pueden andar con libertad y hasta llegan á caerse. Según algunos, dicha enfermedad desaparece después de un tiempo más ó ménos largo, conforme á los cui- dados que tienen con los enfermos. Para curarlos se encierran en caballerizas, en dónde procuran darles alimentos nutritivos y de fácil digestión Como no les es posible tenerlos mucho tiempo en las caballerizas, cuando creen que ya están buenos, los vuelven á sol- tar al campo, en dónde probablemente volverán á comer dicha planta, pues no es muy fácil que un so- lo hombre, que es por lo general el que cuida á una manada, pueda impedir que coman una que otra plan- ta que encuentran en su camino, tanto más, cuanto que la comen con gusto, ya sea que esté seca ó verde. DESCRIPCION. Planta herbácea-vivácea de pequeña dimensión, tomentosa, compuesta de varios tallos, dándole el aspecto de roseta. RAIZ; Perenne, entera, perpendicular, eil su parte in- ferior se bifurca y es sinuosa. L»a forma es cihndio— cónica y su longitud llega hasta treinta centnmetros. superficie rugosa, moreno-rojiza, torcida y de quebra- dura leñosa. Haciendo un corte trasversal se notan dos zo- nas: una cortical, que es morena, y otra leñosa ama- rillenta. TALLO. Corto y sinuoso: en una mata se encuentran dos 6 mas tallos soportados por una sola raíz; estos tallos emiten lateralmente a’gunos peciolos delgados, dis- puestos alternativamente y de consistencia herbácea, cada peciolo tiene en su base un par de estipulas li- bres en su parte superior y de forma lanceolada. HOJAS, Compuestas por los peciolos, son rectas ó ligera- mente encorbadas en la base, cubiertas de tomento, surcadas longitudinalmente abajo del tomento: la forma es cilindroide y en la parte media é inferior del peciolo tienen una canaladura longitudinal. Cerca de la mitad comienza la inserción de las hojuelas en número de diez á quince pares, opuestas, y las infe- riores son más distantes que las superiores: la forma es imparipennada. Las hojuelas son ovalolanceoladas, cuya longitud es de un centímetro á uno y medio, y trasversalmen- te tienen de seis á ocho milímetros; enteras y tomen- tosas por sus dos caras, suaves al tacto. Se advierte una canaladura poco perceptible en el haz, corres- pondiendo á la nervadura que se nota en el embez, la cual divide el limbo en dos mitades iguales. La inserción casi es sentada y deja una impresión circu- lar después de su caida. De las ascilas de las hojas nacen las flores, las cuales forman pedúnculos flora- les con inflorescencia en espiga. INFLORESCENCIA, Flores hermafroditas, soportadas por pedúncu- los multiflores y en espiga, tan largos com o los de las hojas: la inserción comienza en el tercio superior del pedúnculo y á cada flor acompaña en su base una bráctea lanceolada, Las flores tienen un color vio- lado. CÁLIZ, Libre, gamosepalo, tubulado, algo giboso; un disco tapiza el fondo, quinquedentado y los dientes son más cortos que el tubo; tomentoso por fuera y por dentro; solo se encuentran diez nervaduras, co- rrespondiendo á la parte media de los dientes y á su ángulo de separación. Después de haberse hendido interiormente queda sobre la planta, abrazando la parte externa é inferior del fruto. COROLA, Periginia, polipétala, papilonácea, pétalos viola- dos, delicados, con venas en la parte colorida; tam- bién se encuentra una liñuda que los termina» Los pétalos son cinco, de tamaño desigual; la carena es más corta «pie las alas, las cuales son iguales y me- nores que el estandarte, éste las abraza y estas á su vez se aplican sobre la carena. La forma del están darte es oval-ob'onga, erguido, las alas casi trunca- das en su eslremidad y la quilla, que también es oval, aguda por la soldadura de los péta'os que la com- ponen. Se aplica contra la falange de los nueve es- tambres y se inserta sobre el disco que tapiza el fondo del cáliz, un poco arriba de los estambres» estambres. Decaedros, diadelfos, una falange de á nueve y la otra de uno, opuestos al estandarte, con inserción inmediata y perigínea. Filamentos filiformes en su parte libre; las anteras son biloculares y basifijas, forma ovoide, color amarillo. El tamaño es menor que el de los pétalos y pistilo, OVARIO; Supero unilocular, pluriovulado, pubescente eti su parte inferior é hinchado, sobremoritado en su parte superior, de un estilo cilindrico más delgado; en la extremidad se encuentra ligeramente encorva- do, terminando en un estigma sub—capitado. fruto. Legumbre, dehiscente, poÜsperma, bivalva, bí- íocular incompletamente por el tabique de la solda- dura opuesta á la quilla; es ovoide, reniforme y adel- gazada en su parte superior, en donde termina en punta aguda y rígida. Sentada, con soldaduras ven- tral y dorsal bien marcadas, muy tomentosa. Las pa- redes interiores cuando están secas tienen un aspec- to barnizado, debido probablemente á una sustancia viscosa que se encuentra allí. GRANOS, En cada lóculo se encuentra un cierto numero de granos unidos á la soldadura ventral por su cor- dón umbilical, Son pequeños, reniformes, de super- ficie libre y color moreno en su madurez. CLASIFICACION, En la descripción que he hecho de la planta, he dicho que es de pequeñas dimensiones y de tallo 15 muy pequeño, el cual lleva gran número de hojas compuestas estipuladas en su base, y que los pedún- culos florales tienen la inflorescencia en espiga. Las flores son irregulares, de cáliz gamosépa'o libre, co- rola perigínea de cinco pétalos desiguales, estambres en doble número de los pétalos, con anteras bilocu- lares: ademas el ovario es unilocular, trasfo’rmán- dose en legumbre por su crecimiento. He creído que la referida planta se puede colocar en la familia de las Leguminosas, por todos los caractéres generales que acabo de decir, los cuales pertenecen á la fami- lia expresada, y ademas, por tener las flores herma- froditas, el cáliz quinque-dentado, la corola en forma de mariposa, los estambres diadelfos por separación del estambre opuesto al estandarte y un ovario úni- co opuesto al sépalo anterior, creo se debe colocar en la sub-familia Papilonáceas yen la tribu Galegeas, Para la determinación del género y de la espe- cie, se encuentran en los verticilos florales de la Yer- ba Loca, todos los caractéres del género y especie que á continuación expongo. GENERO OXYÍROPIS. D. C. * Cáliz tubuloso, de dientes casi iguales, pétalos las más veces con uñuelas largas, estandarte erguido, ovado ú oblongo, alas oblongas, carena igua- lando las alas ó más pequeña, erguida, de extremidad, acuminada ó llevando como apéndice un mucron casi * Buiitk & Hook Gen. plant. v. I, j». 50? 16 dorsal, recto ó curvo; estambre del estandarte libre, los demás connados, anteras uniformes. Ovario sen- tado ó estipulado, pluriovulado, estilo filiforme, recto ó curvo, imberbe estigma pequeño terminal Legum- bre sentada ó estipitada, levemente túrgida, bivalva, sutura, serminífera, casi siempre más ó menos avan- zada hácia el interior, simulando un fruto bilocular. Granos reniformes. Yerbas, sub arbustos ó arbustos ramosísimos, inmunes ó por endurecimiento trasfor- mados los peciolos en espinas ásperas Hoja impari- penada, hojuelas enterísimas y sin estipulitas. Estipu- las adheridas al peciolo ó libres. Flores violadas, púr- puras, blanquiscas ó de amarillo pálido, en racimos ó espigas asedares ó teniendo su origen en el tallo. Brácteas las más veces pequeñas, membranosas, brac- teolas muy reducidas ó nulas. En mi anterior descripción he dicho que las flo- res tienen un cáliz tubuloso y dientes iguales; péta- los con uñuela, desiguales, y de estos el estandarte es el mayor, erguido, oblongo, las alas iguales y mayo- res que la quilla la que es aguda por la soldadura de los pétalos que la componen; los estambres diadelfos en dos falanges, de las cuales una tiene nueve coni- ventes hasta cerca de su extremidad superior, y la otra solo uno que corresponde al estandarte; el ovario sen- tado, inchado en la base, sobremontado en su extre- midad superior, de un estilo filiforme, con un estig- ma subeapitado y encorbado; el fruto una legumbre sentada, bivalva, incompletamente bilocular por la introfleccion de la soldadura opuesta á la quilla, en donde están colocados unos granos reniformes por me- dio de un cordon umbilical. Comparando estos caractéres con los del género Oxytropis se ve que ni un solo carácter deja de con- venirle, por lo que no he dudado en colocarlo en este género; los caractéres, la especie, creo igualmente le convienen los de la especie Lamberti, como se verá. Especie Lameerti (Pursh).* Sin tallo, provista de pelos largos y sedosos, hojuelas lanceoladas, agudas, algo distantes; astas casi tan largas como las hojas, flores en espiga ó en capí- tulo, brácteas lanceolado-lineares más cortas que el cá- liz, también sedoso. Planta herbácea perenne. Unica especie americana de género, flores grandes purpú- reas. La planta de que me he venido ocupando se pue- de decir que tiene pelos largos y sedosos; que sus hojuelas son algo distantes entre sí y que los pedúnculos florales son tan largos como las hojas y llevan peque- ñas brácteas lanceoladas en la base de cada flor, que son de color violado. Por todo lo anterior creo que le conviene la cla- sificación siguiente: familia Leguminosas, sub familia Papilonáceas, tribu Galegeas, género Oxytropis y es- pecie Lamberti. Sinonimia botánica: Oxytropis Lam- berti. Efectos Fisiológicos. Posesionado de los efectos tradicionales de la * D. C. Podv. V. II. P. 277. 18 planta en cuestión, procuré rodearme délas condicio- nes que me parecieron mas propias á la experimenta- ción. Me serví de un caballo en perfecto estado de salud, y de cuatro cabras de tres meses de edad, próxi- mamente. Les formas bajo las cuales me serví de la yerba, fueron la de extracto hidro-alcohólico y la de yerba seca; la primera la administré en inyecciones sub-cutáneas y por ingestión directa bajo la forma de electuario; la segunda fué ministrada asociándola al forraje, los primeros dias y en los iiltimos, sola. Las cantidades y dias de administración fueron los siguientes: Diez gramos de extracto fueron inyectados á un caballo de edad de 11 años: la región elegida para la inyección fué el lado izquierdo del cuello, en el tercio medio y cerca de la yugular, sin que diera el mas in significante signo de malestar, en lo general, con ex- cepción del cuello, en donde se formó un edema en la parte inferior y en el lugar de la inyección un tumor. Lo mismo se mantuvo durante los siguientes clias, hasta el quinto en el que desapareció el edema que se for- mó desde el lugar de la inyección hasta la base del cuello, y el tumor, habiendo terminado por un pequeño abceso, se vació y cicatrizó-en muy poco tiempo. Doce dias después de esta primera inyección, cuyos resultados como acabo de indicar fueron nega- tivos, ministré por el mismo procedimiento la canti- dad de sesenta gramos, convenientemente diluidos en agua pura, eligiendo la región del cuello opuesta á la anterior. Con esta cantidad yo esperaba, si no la muerte del caballo, sí algún trastorno sensible, y en esta vez dupliqué mi atención; pero por mas que ob- 19 servé el estado funcional general y especial de los apa- ratos, nada pude apreciar como anormal. Al tercer día de este experimento volví á dar al mismo animal que me había servido, la cantidad de noventa gramos de extracto, pero en esta vez ya no quise inyectar, sino que recurrí á la ingestión gástri- ca, para lo cual hice un electuario y lo administré sin haber obtenido ningún resultado. Cambié en seguida el medio empleado para mi es- tudio, usando de cuatro cabras de la edad de tres me- ses, de las cuales dos eran machos y dos hembras. Antes de comenzar tuve cuidado de examinarlas para ver si no estaban enfermas, con el objeto de no ir á sufrir alguna equivocación, en caso de que la Yer- ba Loca les produjera algún efecto nocivo, de este exámen deduje que se encontraban en completo estado de salud, por lo que no tuve inconveniente en some- terlas á la acción de la yerba: las pesé antes de some- terlas á la experimentación y su peso fué de tres arro- bas cuatro libras. Cantidades de yerba seca dada á las cabras du- rante un periodo de ocho dias: Mañana. Tarde. Total. En el primer día 2 lbrs. i lbrs. 3 ,, ,, segundo ,, I „ 3 » 4 ,, ,, tercer „ 2 O ) y 4 ,, ,, cuarto ,, 2 ,, 3 M 5 ,, ,, quinto ,, 2 ,, 3 M 5 „ ,, sexto 3 >> 3 >> 6 ,, „ sétimo „ 3 » 3 >> 6 ,, „ octavo „ 0 M 3 !> 6 Estas porciones fueron tomadas con gusto por 20 los animales y en los dias señalados déla experimen- tación no se notó signo anormal alguno. o o Al el ia siguiente de haber terminado con la yerba volví á pesar mis animales, para consultar el estado de su nutrición por la diferencia de peso que pudiera existir, y encontré que los cuatro habían aumentado en peso, dándome la cantidad de tres arrobas diez y seis libras, lo que me indicó que la nutrición se h ibia verificado bien. Desde el dia último de la experiencia hasta la fe- cha no he dejado de observarlos, sin que por esto haya podido reconocer siquiera alguna sospecha de enferme dad, por lo que creo han estado en completa salud y podrán continuar viviendo de la misma manera. El análisis que sobre la planta en cuestión hizo el modesto cuanto entendidoprofesor Evaristo Ordaz, dió el resultado siguiente: Clorofila, cuerpo graso (?), materia deida cristalizable, azúcar, goma, principio colorante amarillo, materia extractiva (?), almidón y diversas sales formadas por los ácidos sulfúricos, clo- rohídrico, fosfórico, silícico y carbónico y las bases de potasa, sosa, cal, magnesia y fierro. Como se ve, en la composición de esta planta no entran principios nocivos para el organismo, encon- trándose mas bien aquellos que son benéficos, según el resultado de mis últimas experiencias. El cuadro sintomatológico que se dice presen- tan los enfermos, es el siguiente: trastorno general en los movimientos, dificultad en el andar, debilidad en el tren posterior, el cual en algunos es vacilante; la región lombar es muy dolorosa; esto lo lian notado porque al tiempo de ensillar ó de montar, los caballos se pandean exageradamente: me han dicho que llegan hasta caerse; se nota también trastorno en el instinto» Estos datos, aunque no son recojidos por peritos, tie- nen sin embargo el carácter de constancia y unifor- midad que la generalidad de las personas que los han visto les asigna. En este caso creo poder aumentar el número de probabilidades que sirvan de fundamento á mi primera aserción. Para tan importante fin y sin esfuerzo de ningu- na clase, vienen, en auxilio, datos de Patología gene- ral de sumo valor. Los síntomas generales de las enfermedades de los centros nerviosos, son los siguientes: modificación en la motricidad, en la sensibilidad general; trastor- nos del instinto. Las enfermedades de los centros nerviosos apa- recen súbita ó lentamente: en el primer caso tienen síntomas muy aparentes y es fácil reconocerlos; en el segundo se manifiestan solamente cuando la afec- ción ha adquirido mayor incremento. Se ve, por tanto, la grande semejanza de estos síntomas generales con los que se presentan en los animales enfermos por efecto atribuido á la yerba que estudiamos. Los casos comunmente admitidos, y bajo los cua- les los padecimientos de los centros nerviosos son más ó ménos frecuentes en los animales, son el calor y el frió excesivos, los cambios bruscos de tempera- tura, las estaciones del año; así estas afecciones son más frecuentes en la primavera y el verano que en el otoño y el invierno. El Estado de Chihuahua se halla comprendido entre los 26o, 9’ y 31o 47’ latitud septentrional, y en- tre los 4o, 3’ y 9o 36’ longitud occidental de México. 22 Se encuentra hácia el Occidente ocupado por cordi- lleras en varias direcciones, y en la parte oriental de estas cordilleras se encuentran grandes llanuras, que es donde crece y se desarrolla la planta que estudiamos. El clima de estas llanuras es seco y ex- tremoso en su temperatura: en el invierno el frió es excesivo, y entre la primavera y el verano se siente un calor abrasador: tales son las condiciones en que se encuentran los animales que pastan libremente en aquellos sitios. A estas causas se puede agregar ía es- casez de una vegetación grande, á la sombra de la cual pudieran guarecerse hasta cierto punto de la in - temperie. Atendiendo al origen de los informes ya expues- tos sobre los animales enfermos, si bien no puedo aprovecharlos para localizar afección, sí creo ro- bustecer mi primera presunción, esto es, que se trata de un padecimiento de los centros nerviosos. Respec to de los efectos atribuidos á la Yerba Loca, puedo concluir en vista del resultado del análisis y de los efectos que por su ingestión ha producido en las dos especies que han servido á la experimentación: i? Que no se encuentra entre sus componentes ningún principio nocivo para los animales que la co- man. 2? Las cantidades de extracto hidro-alcohólico ministradas al caballo por distintas vías, fuera de las alteraciones locales ya indicadas, no produjeron tras- torno de ninguna clase en la salud del animal. 3? Las cabras á las que ministré la yerba seca, la comieron con gusto y se nutrieron bien. Antes de dar fin á mi trabajo, debería entrar en consideraciones generales, sobre los terrenos en que se encuentra la Yerba Loca, pues es sabida la de- predación que por este hecho tienen los terrenos. Si la experimentación en mayor escala llega á dar, como lo creo, un resultado semejante al que presento, el fundamento de la depreciación de terrenos no exis- tirá. Hé aquí una de las miras prácticas y de utilidad indicadas en la introducción de este trabajo. Siento mucho no haber pedido hacer un estudio ■experimental más extenso; pero causas agenas á mi voluntad me lo han impedido. Me cabe la satisfacción de haber iniciado, por lo menos, un trabajo de utili- dad para el Estado en donde por primera vez vi la luz. A fin de desvanecer toda duda y concluirlo más conveniente, me propongo seguir, á mi regreso al Es- tado, este interesante estudio. Antes de terminar mi trabajo, quiero hacer pú- blica manifestación de agradecimiento á todos mis profesores de veterinaria, por el empeño que han to- mado por el adelanto de sus discípulos Doy fin á mi trabajo fiando en que la benevo- lencia del jurado me dispensará las faltas de mi insu ficiencia en el presente estudio. San Jacinto, Noviembre de 1884. Alejandro Arigoyen»