FACULTAD MICHA 1 MEXICO. ESTUDIO SOBRE LA Yerba del Alacrán. TESIS p crn EL EH MDUL 1E FUCU PRESENTA AL JURADO CALIFICADOR EL ALUMNO De la Escuela Nacional de Medicina y Farmacia de México CRISTINO GOMEZ. IMPRENTA DE CLAREE Y MACIAS MEXICO Calle de Tiburcio Número 2. 1884 FACULTAD M MEDICINA DI MEXICO. ESTUDIO SOBRE LA Yerba del Alacrán. TESIS (DE U1 El EME EEOnni SE FUU PRESENTA AL JURADO CALIFICADOR Eli ALUMNO De la Escuela Nacional de Medicina y Farmacia de México CRISTINO GOMEZ. MEXléc^ Calle de Tiburcio Número 2. IMPRENTA DE CLAREE Y MACIAS 1884 A MIS AMADOS PADRES, EN TRIBUTO DE AMOR FILIAL. .A. mi respetable tío, M. R, P. Dr. y Maestro FRAY DIONISIO GOMEZ, EN PRUEBA DE CARIÑO Y GRATITUD. A MIS DIGNOS PROFESORES x¡w TESTIMONIO CE RESPETO I RECONOCIMIENTO POR SU EMINENTE ILUSTRACION Y FILANTROPIA. INTRODUCCION. tL ESTUDIO mas sublime es, sin contradicción, el estudio de las ciencias naturales. La naturaleza, ese vasto teatro rodeado de sorprendentes maravillas, pa- 'y rece encubrir con su espeso velo sus mas raros é in- teresantes secretos; pero el hombre, ese gran genio, rey de la creación, rasga, iluminado por la ciencia, el velo á primera vista impenetrable, y arranca á la naturaleza sus mas preciosos secretos, descubriendo las causas de los fenó- menos naturales y las leyes inmutables á que están sujetos. Intrépido el geólogo, desciende á las entrañas de la tie- rra, y por un exámen detenido y minucioso, nos dá á cono- cer su composición, sus trasformaciones, los terribles ca- taclismos porque ha atravesado. Recorre el astrónomo las inmensidades de los cielos, si- gue á los astros en sus revoluciones, nos enseña sus distan- cias y sus movimientos, despoja al fúnebre cometa del té- trico pavor que en los pueblos‘causara, mide su caprichosa órbita y pronostica su regreso; el gran Kepler descubre esas sublimes y sábias leyes de nuestro sistema planetario. Hace pasar el físico la luz á través de un prisma y la descompone en sus colores primitivos: llevado por su aerós- tato, se eleva majestuoso á las etéreas regiones: trasmite en breves instantes las palabras á distancias inmensas, sir- viéndose de la electricidad: el sabio Torricelli marca el pe- so de nuestra atmósfera: Franklin desafía á la tempestad, II y el furibundo rayo cae inerte á sus pies: determina el insigne E-oemer la velocidad de la luz: el gran Cavendish pesa el mundo en una balanza: el inmortal cuanto desgra- ciado Papin, estudia los efectos del vapor, y las jadeantes locomotoras corren veloces, abreviando las distancias en la superficie de la tierra, á la vez que los atrevidos buques liienden incansables con su poderosa liélice las procelosas ondas del Océano. El hábil é infatigable botánico, nos enseña la reproduc- ción de las plantas, descubre sus más pequeños elementos anatómicos; estudia su desarrollo, desde el momento en que el grano cae en la tierra, hasta que produce las doradas mieces, ó hasta que el árbol corpulento nos brinda con sus deliciosas y sazonadas frutas, ó con sus preciosas y exquisi- tas maderas. El ingenioso químico nos enseña las reacciones molecu- lares de los cuerpos; las diversas circunstancias en (pie és- tas se verifican y las leyes inmutables que las rigen; des- cubre la composición de los cuerpos, los descompone en sus más simples elementos; reproduce artificialmente gran nú- mero de ellos; nos hace conocer la naturaleza de los que nos rodean y la constitución de nosotros mismos. Estos prodigiosos descubrimientos son, en resúmen, tan- tos y tan varios, que enumerarlos uno á uno sería en ex- tremo prolijo. Aquí me detendré, por lo mismo, pues no quiero abusar de vuestra bondad, cansando largo tiempo vuestra atención. La química, aunque no forma parte de la historia natu- ral propiamente dicha, le proporciona á esta, como á otras muchas ciencias servicios tales, que sin ellos, su progreso se- ría de todo punto imposible, ¿Sin la química, que sería la medicina y la farmacia? ¿Sería posible que esta última progresara si la química no le suministrase el medio de preparar el precioso medi- camento que, según el dictámen de aquella, debe volver la vida al enfermo postrado en el lecho del dolor? Cortamen- te, nó: sin el progreso de la química, los adelantos de la medicina y la farmacia serían imposibles. ¿Quien no apreciará los grandes servicios que la química III presta á la geología y metalurgia? Ella enseña la natu- raleza de las diversas capas interiores de nuestro planeta: ella muestra la manera de explotar los preciosos y codi- ciados metales que se hallan en las entrañas de la tierra. Además, esta sublime ciencia proporciona inmensas ven- tajas al mundo industrial, y áun en la economía doméstica se hacen frecuentemente aplicaciones de sus principios, uti- lizando las reacciones químicas, sin tener tal vez concien- cia de ello. Aun en aquellos casos en que á primera vista parece que la química no desempeña algún papel, se reconoce después de alguna reflexión la utilidadde esta ciencia. Así, la quí- mica suministra al astrónomo el material necesario para preparar las prodigiosas lentes con que pueda descubrir esos millares de mundos suspendidos en el inmenso espacio. Al agricultor indica la manera más conveniente de preparar las tierras para obtener una abundante cosecha, y le enseña á destruir los asoladores acridios que talaran sus campos y do- radas mieces. El fotógrafo, el vidriero, el fabricante de por- celana, el tintorero, el jabonero, y todos los industriales ob- tienen de la química inestimables servicios. Vasto es, y puede llamarse inmenso, el campo de la quími- ca: la vida entera del hombre no es suficiente para profun- dizar el estudio de todos los seres que están bajo su do- minio. Yo deploro que mis conocimientos sean, por decirlo así, nulos, para hacer una aplicación de la química en el análi- sis de la planta que he elegido para esta desaliñada tesis; pero confiado en el saber y generosidad de tan ilustrados jueces, espero que este ensayo sea acogido con benevolen- cia, dispensándoseme en gracia de la ciencia, las numerosas faltas en que incurra. ESTUDIO SOBRE LA YERBA DEL ALACRAN. PRIMERA PARTE. SECCION BOTANICA DESCRIPCION Y CLASIFICACION BOTANICAS. Sinonimia vulgar ,—Yerba del alacrán,—Pañete.— Cola de pescado.—Cola de iguana.—Tlaciiiciiinolli (Mex.) Lugares en que vegeta.—Valle de México — Autlan, (Jalisco).—Estado de Morelos y en várias partes de tierra caliente, donde es muy abundante, escogiendo de preferen- cia los barrancos de los montes húmedos y los bosques mon- tañosos y escarpados. Epoca de la floración,—Esta planta, cuyos tallos débi- les se encorban y solicitan el apoyo de sus vecinas, desarro- lla sus hermosas flores violadas, en espigas terminales, des- de Agosto hasta Octubre ó al principio de la estación de aguas. Historia,—Los antiguos Mexicanos conocían esta plan- 2 ta, así como sus virtudes y la llamaban Tepachtli. En la actnalidad conocen los indígenas con el nombre de Pa- ñete macho ó de tierra caliente, al que se produce en las rocas esquitosas, y es el más activo; dando el nombre de Pa- ñete hembra, al que nace en los valles y llanuras, por ser menos activo. Algunos llaman con el mismo nombre al Chilillo ó Pimienta de agua, (Polygonum Hidropiper, de la familia de las Poli galeas), que, como se sabe, se produce en nuestras acequias. Es fácil confundirla con el (Plumbago Pulchella) D. C. que se halla en Guanajuato, Oaxaca y Guadalaxara. Al sur de la Europa vegeta el (Plumbago Europea) en donde es llamado Velesa ó Dentelaire / este último nombre proviene del aspecto que toma su cálix sembrado de glán- dulas y apéndices cortos, que por la desecación se trasfor- man en dientes ó ganchos. Vive también en las Antillas, donde es llamada Yerba del Diablo ó Yerba mala. DESCRIPCION DE LA PLANTA. Tallo .—Ascendente, sub-trepador, en roseta; acodado en zigzag, ramoso, Herbáceo, lleno, cilindrico, finamente ¿stria- do en su longitud, nudoso en las articulaciones, sarmentoso, débil, Hojoso, inerme, viváceo. Hojas,—Caulinares y ramales, simples, alternas, breve- mente pecioladas, semi-amplexicaulas, decurrentes, oblon- go-lanceoladas, acuminadas ó agudas, estendidas, suavemen- te onduladas, glabras y ligeramente puntuadas en la carasu- perior del color verde, más bajo éste en la inferior, marcada ésta última con una nervadura mediana, saliente y prolon- gada en peciolo; de esta nervadura mediana parten otras secundarias salientes, angulinervias, casi paralelas entre sí, que se encorvan cerca del borde de la hoja, se anasto- mozan, formando una línea paralela á este borde en direc- ción á la estremidad, enteras, Herbáceas. Inflorescencia,—Espigas flojas, alargadas, terminales, compuestas de flores violadas, bracteoladas, de brcáteas 3 oblongo-acuminadas, las inferiores brevemente pecioladas, las superiores casi sésiles. Flores ,—Completas.—Perianto: Cálix tubuloso, glan- duloso, de tubo soldado en toda su longitud, llevando cin- co costillas cilindricas primarias, y entre éstas, dos series iguales de apéndices cortos, terminados por glándulas trans- lúcidas; el limbo está compuesto de cinco lóbulos dentados, ligeramente erguidos. Corola gamopétala, quinquedentada, estaminífera, regular, infundibuliforme, de tubo doble de la longitud del cáliz, de limbo abierto y estendido, com- puesto de cinco lóbulos iguales, lanceolados, violados. An- drocea: Estambres inclusos, libres, de filamento filiforme, iguales, dilatados en la base, insertados á la base de la co- rola á manera de escamas ó imbricados, Anteras oblongo- lineales, basi-fijas, introrsas. (tineceo: simple, ovario infero, terminado en punta, unilocular, biovulado. Estilo terminal filiforme, terminado en cinco ramales introsas. Estigma pa- piloso. Fruto,—Cápsula membranosa, dividida en cinco valvas de la base á la estremidad, caducas, unilocular, con dos gra- nos de albúmen escaso. CLASIFICACION. Familia de las Plumbagineas,—Los caracteres propios de esta familia, corresponden en todo á la planta en cues- tión. La descripción que acabo de hacer, así como los carac- teres del género y especie que á continuación expongo, con- firman que el Tlachichinolli pertenece á la familia de las Plumbagineas. Género—Plumbago. ,—(Linn.) — Caracteres. — Cálix tubuloso, glanduloso, de terminación quinquífída, con cin- co costillas anchas de márgenes lobados, angostos y trans- lúcidos, de lóbulos dentados y ligeramente erguidos. Coro- la infundibuliforme, de tubo delgado, de limbo abierto y ancho ó estrecho, de cinco lóbulos iguales ó casi iguales. Estambres libres, de filamentos filiformes, dilatados en la base inferior, imbricados, anteras oblongo-lineales. Ovario 4 terminado en punta, estilo terminal filiforme, terminado en cinco ramales introrsos, divididos en la base ó cerca de la base de los estigmas. Cápsula membranosa, estrangulada cerca de la base, dividida en cinco valvas de la base á la estremidad, caducas, las más veces endebles. Albúmen es- caso. Especie—Scandens—Cih'wL)—Caracteres.—Tallo herbáceo, sub-trepador, finamente Istriado, muy ramoso, hojas oblongas ú oblongodanceoladas, acuminadas, de pecio- lo corto de base amplexicaule, exauriculado, insensiblemen- te terminadas en punta: flores dispuestas en espigas termi- nales alargadas, flojas, casi glabras, de brácteas oblongo- acuminadas, cálix brevemente infero, poco alargado, provis- to de costillas cilindricas en toda su longitud, y de dos se- ries iguales de apéndices terminados por glándulas, y en- tre éstas, apéndices cortos y glabros á manera de garfios de cinco dientes, florífero, ligeramente cilíndrico-recto, ó có- nieo-alargado y refracto/ el tubo de la corola, doble de la longitud del cálix, de limbo dividido en partes ovado-trun- cadas y ligeramente mucronadas, utrículo oblongo-alargado, atenuado por ámbas partes, arriba cinco surcos. Sinonimia Botánica.—Plumbago Scandens. (.Linn.) SEGUNDA PAUTE. SECCION QUIMICA- ZMZZUnTIEIIR^ILj Para proceder á este análisis, tomé treinta gramos de la planta seca, y pulverizada,4 los sometí á la acción del calor, primero de una lámpara de alcohol en una cápsula de pla- tino al aire libre, hasta la carbonización; y después al de una eolípila hasta la reducción completa de la materia or- gánica. Obtuve por este procedimiento un residuo del pe- so de tres gramos, cincuenta centigramos; gris, fusible ad- herido fuertemente al fondo de la cápsula, duro, de sa- bor alcalino y de reacción también fuertemente alcalina, pues devolvía su color al papel tornasol enrojecido por los ácidos enérgicos. Este residuo lo pesé y lo sometí á nueva reverberación; en estado frió, lo volví á pesar y su peso era el mismo que en la pesada anterior; lo que me in- dicaba que la materia orgánica liabia sido completamen- te destruida. En seguida, pasé á determinar la composi- ción química de este residuo de la manera siguiente: Via Seca.—Después de pulverizado, tomé una por- ción, la coloqué en una cavidad practicada sobre carbón de encino y la sometí por medio del soplete á la acción de la flama de oxidación, y notó los fenómenos siguientes: colo- 6 ración amarilla muy intensa que invadia toda la flama; en el centro, por medio de un vidrio azul, noté una zona de un color violado; en su borde, se percibian reflejos ver- dosos; en la sustancia misma, un brillo muy intenso y par- te de la sustancia se introducía en el carbón, y además un cuerpo que flotaba en su superficie; sobre el carbón no hu- bo formación de aureola, ni de glóbulo metálico: en la fla- ma de reducción, fuera de estos fenómenos, no hubo nin- gún otro notable. Consecuencias de este tratamiento .—La introducción parcial de la sustancia en el carbón, me indicaba la pre- sencia de sustancias alcalinas; la coloración amarilla de la flama la de la Sosa: la de la zona violada, la de la Potasa; los reflejos verdosos, la del Fierro; el brillo intenso en la sustancia, la de los Alcalino-Tórreos; Isl del cuerpo que flo- taba en la masa fundida, la da la Silísa; la falta de aureo- la, la ausencia de cuerpos volátiles ó fácilmente descomponi- bles por el calor; la ausencia de glóbulo metálico, la de los cuerpos fácilmente reductibles por el calor. RcSÚmcn-—La análisis por vía seca, demuestra la pre- sencia de las sustancias siguientes: Potasa, Sosa, Alcalino-Tórreos, Fierro, Silísa. Vía húmeda-— Tomé otra parte del residuo pulveriza- do y la traté en frió y en caliente por el agua destilada; des- pués de hervida, la filtré; en el filtro quedó un residuo gris, y el filtrado tenia reacción fuertemente alcalina, y no se enturbió por enfriamiento, lo que me demostró la presen- cia de cuerpos completamente solubles en el agua. El resi- duo adherido al filtro, la traté en el mismo filtro por agua hasta el agotamiento de la parte soluble, reuniendo las aguas del lavado con el líquido filtrado; y di por termina- do este tratamiento, cuando observé que unas gotas de es- tas aguas, evaporadas en una lámina de platino, no deja- ban ningún residuo. El líquido filtrado que contenia las aguas del lavado lo sometí á la evaporación, con el objeto de concentrarlo; en seguida, lo traté por el ácido clorhí- drico hasta obtener una reacción ligeramente ácida; no hubo precipitado: en este estado, le hice pasar una corrien- 7 te de ácido sulfhídrico y sin embargo no precipitó. Des- pués, lo traté por amoniaco y sulfidrato de amoniaco; y no habiendo precipitado, lo sometí á la acción del calor, con el objeto de descomponer el sulfidrato de amoniaco; en se- guida, lo filtré para separar el azufre; el líquido filtrado lo traté por amoniaco, clorhidrato de amoniaco y carbonato de amoniaco, y con todo, no hubo precipitado: después lo tra- té por fosfato de amoniaco y dió un precipitado blanco; pre- sencia de la Magnesia. Filtré, en el filtro quedó ésta; después de lavada y disuelta en un ácido, comprobé sus reacciones. El filtrado lo evaporé hasta la sequedad, lo reverteré para desprender las sales amoniacales, y el residuo se disolvió com pletamente en el agua destilada: tratando esta solución por el ácido pícrico, dió un precipitado; presencia de la Potasa, Filtré; el filtrado lo traté por el metantimoniato de pota- sa, y me dió un precipitado cristalino; presencia de la Sosa. Para investigar los ácidos en esta parte soluble en el agua, tomé otra porción del líquido filtrado y la traté por ácido clorhídrico, con el objeto de desalojar al ácido car- bónico; teniendo el líquido una reacción neutra, lo traté por el cloruro de bario y dió un precipitado insoluble en los ácidos; presencia del Acido Sulfúrico. Siguiendo el método de reconocimiento de los ácidos, no encontré más. Resumen .—El agua destilada disolvió: Bases.—Potasa, Sosa, Magnesia. Acidos.—Sulfúrico, Carbónico. El residuo insoluble en agua destilada, lo traté por el ácido clorhídrico, primero á frió, después á la acción del calor; quedó un residuo insoluble en dicho ácido: dilui con una poca de agua destilada y filtré; el filtrado lo evaporé hasta la sequedad para desalojar el exceso de ácido; quedó un residuo; este residuo lo traté por el agua destilada que lo disolvió completamente: teniendo la solución una reac- ción ligeramente ácida, la traté por el ácido sulfhídrico y no dió precipitado; después, la traté por amoniaco, sulfhí- drato de amoniaco y dió un precipitado blanco muy abun- dante; presencia de la Alumina. Otra parte de la solución clorhídrica tratada por el ferrocianuro de potasio, dá 8 precipitado azul de prusia; otra parte tratada por el sul- focianuro de potasio, no dió ninguna reacción; presencia del Fierro al Mínimo. Resúmen—El ácido clorhídrico disolvió: Bases.—Alumina, Fierro al Mínimo. El residuo insoluble en el ácido clorhídrico, después de bien lavado hasta el agotamiento, lo traté por desagre- gación con tres veces su peso de una mezcla de carbonato de potasa y de carbonato de sosa. Haciendo obrar el agua destilada «obre este nuevo compuesto, dejó un residuo roji- zo; la parte soluble en el agua destilada, tratada por el áci- do clorhídrico, dió un precipitado gelatinoso; presencia de la Silísa, la cual comprobé por sus reacciones. El residuo rojizo se disolvió completamente en el ácido clorhídrico, cuya solución, diluida con agua destilada y tratada por el sulfocianuro de potasio, dió la reacción característica de las sales de Fierro al Máximo. Para seguir el método analítico en la investigación de los ácidos, sujeté la planta á la acción del calor, en pre- sencia de un exceso de barita cáustica; y además de los ya reconocidos, encontré los ácidos Clorhídrico y Fosfórico. Resúmen del análisis Mineral .—El análisis mineral ha determinado la presencia de las sustancias siguientes: Bases.—Potasa, Sosa, Magnesia, Alumina, Fierro al Mínimo, Fierro al Máximo. Acidos.—Sulfúrico, Fosfórico, Clorhídrico, Carbónico, SUísico. ANALISIS ORGANICO. Tratamiento por el Eter,—Desecada convenientemente ia planta, preparé un polvo grueso, tomé treinta gramos de este polvo y lo sometí á la acción continuada del éter oficinal, en un aparato lexiviador. El éter pasó primero con un color verde, después rojizo y al fin amarillo de oro; el conjunto presentaba un coloi verde por refracción, y ro- jizo por reflexión. Esta solución etérea abandonada á la evaporación espontánea en una cápsula de porcelana, deja 9 un residuo brillante, de un color verde-negrusco, blando, de un sabor primero ligeramente amargo, después dulce y al fin picante y persistente; se adhiere fuertemente á los dedos y arde con dificultad, goteando y esparciendo lui- mos acres de un olor cebáceo. Este extracto etéreo trata- do por el agua destilada á frió, deja un residuo muy nota- ble y se obtiene un líquido de un color rojizo, que tratado por el carbón animal se decolora completamente, y evapo- rado á la sequedad dá un pequeño residuo compuesto de materias extractivas, enteramente soluble en el agua y de un sabor algo picante. El residuo del tratamiento anterior, lo sometí á la ac- ción del agua destilada liasta la ebullición; disuelve una parte, dejando un residuo verde-negrusco insoluble. El líquido toma un color amarillento, se cubre su superficie de una ligera capa de aspecto grasoso. Habiendo separado esta capa grasa, dejé enfriar el lí- quido y noté un enturbiamiento, que á la lente presentaba los caracteres de una resina desagregada. Para cerciorar- me si el enturbiamiento era debido á la presencia de algu- na resina, sometí este líquido á la acción del éter en un embudo de separación, agitando fuertemente, para favore- cer la acción del éter. Después del suficiente reposo, la ca- pa inferior acuosa quedó completamente incolora y tras- parente; la superior etérea, presentaba un color amarillo trasparente. Separadas estas dos capas, las sometí á la evaporación; la acuosa, dejó un ligero residuo extractivo de un sabor ligeramente picante; la etérea, una resina blan- da, de un color'amarillo-rojizo; se adhiere á los dedos; de un sabor amargo; arde con dificultad. Tratada esta resina por los ácidos diluidos no sufre ninguna modificación; los álcalis diluidos la desagregan, sin cambiar sus propiedades. La materia grasa obtenida, como llevo expuesto, es solu- ble en el éter, y la solución abandonada á la evaporación espontánea, deja una materia semi-líquida, que tratada por una legía alcalina, se saponifica completamente, dando un jabón soluble en el agua, que forma una espuma persis- tente, por la agitación. El residuo del agua destilada en caliente, lo traté por alcohol á 90cc , se disolvió completamente; agregándole 10 agua, se precipita la clorofila muy dividida, y en su seno una sustancia sólida, negra, que después de un reposo su- ficiente se deposita en el fondo de la copa. Separé por de- cantación este depósito, lo lavé con agua destilada, y lo traté por alcohol á 90cc y se disolvió completamente. Es- ta solución, tratada por el agua destilada, deja precipitar la sustancia negra, que presenta los caracteres siguientes: sólida, opaca, aspecto resinoso, color negro, insípida, no se adhiere á los dedos ni á los dientes; arde con facilidad con llama fuliginosa, dando humos de olor cebáceo; no es mo- dificada por los ácidos; se disuelve en los álcalis, formando una combinación. El líquido que contiene la clorofila so- metida á la evaporación y separada ésta en su mayor parte, deja un pequeño residuo extractivo, de un sabor picante, completamente soluble en el agua. Durante la concentra- ción de este líquido, los vapores acuosos que se despren- dían, producían una sensación de ardor en la membrana pituitaria. Tratado este estracto acuoso por diversos vehí- culos, no logré demostrar la presencia de ninguna sustan- cia inmediata. Lo imperfecto de mi procedimiento sea tal vez la causa de ello; pues creo que las propiedades rube- fíantes y vesicatorias de la planta, existan en el principio estractivo. Resumen del tratamiento etéreo,—El éter acusa la presencia de las sustancias siguientes: Materia coloran- te rojiza, Materia grasa semi-líquida, Resina blanda AMARILLENTA Ó LIGERAMENTE ROJIZA, RESINA SECA, NEGRA, Materia estractiva pequeña cantidad, clorofila. Tratamiento por el alcohol á 90°°.—El alcohol á este grado, sobre el polvo de la planta agotado por el éter, no arrastró más que una materia colorante rojiza, soluble en el agua, que se fija con facilidad en los tejidos; es absor- vida por el carbón animal, y destruida tanto por la acción del ácido sulfhídrico como por la del cloro gaseosos. Tratamiento por el alcohol á 80°°.—Completamente agotada la planta por el alcohol á 90cc la traté por el al- cohol á 80cc este pasó casi incoloro; pero por evaporación, deja un residuo de color amarillento, de sabor algo pican- 11 te, completamente soluble en el agua, y constituido solo de materias extractivas. Tratamiento por el alcohol á 60oc.—Concluido el tra- tamiento anterior, sometí el bagazo de la planta, á la ac- ción del alcohol á 60cc, y tomó un color ligeramente ama- rillento. Esta solución, sometida á la evaporación, en una cápsula de porcelana, deja un residuo más abundante que por el tratamiento anterior, de color gris-amarillento, com- pletamente soluble en el agua, de un sabor picante más vivo que el del tratamiento anterior. Por medio de diversos ve- hículos sobre este residuo, pude demostrar la presencia de materia extractiva. La solución acuosa de este extractivo, tratada por el carbón animal lavado, se decolora comple- tamente. Resumen del tratamiento alcohólico.—El alcohol á 90°, disolvió materia colorante rojiza. El alcohol á 80°, materia extractiva. El alcohol á 60°, materia extractiva más abundante. Tratamiento por el agua destilada —El agua des- tilada obrando sobre el residuo anterior, no disuel ve más que sustancias minerales que no menciono, por formar par- te de las ya enumeradas en el análisis mineral. Tratamiento por el agua acidulada —El agua acidu- lada con el ácido clorhídrico, disuelve mayor proporción de sustancias minerales. Tratamiento por el agua alcalinizada-—El agua al- calinizada no sufrió ninguna modificación en el residuo anterior. 12 TRATAMIENTOS COMPLEMENTARIOS Para investigar la presencia del almidón en el residuo agotado por estos diversos vehículos, lo sometí al agua destilada hirviendo en una cápsula de porcelana; después de filtrar y separar la pequeña cantidad de materia colo- rante con el sub-acetato de plomo, traté el líquido por la tintura de yodo, y dió una coloración azulada; lo que me demostró que el almidón existia en pequeña cantidad. Ni los reactivos de Mayer y Bouchardat; ni el procedi- miento de Utas, ni otros, me indicaron la presencia de al- gún alcaloide en la planta. Resumen del análisis orgánico .—El análisis orgáni- co demuestra la presencia de las sustancias siguientes: Materia colorante rojiza, Materia Grasa semi-liquida. Resina blanda amarillenta, Resina seca negra, Materia estractiva.— Clorofila,— Vestigios de Almidón. Formas Farmacéuticas-—Del estudio que dejo ex- puesto, así como del resultado de otros tratamientos que no menciono, puedo deducir que las formas farmacéuticas á que se reduce la planta, objeto de la presente tésis, son las siguientes: El Cocimiento; porque siendo la planta muy rica en al- calinos y resinas, los primeros disolviéndose en el agua, fa- cilitan la solución de éstas. La Tintura; con el alcohol á 85° que da el máximum de su producto. El Extracto hidro-álcoliólico. Un Aceite ó Ungüento; preparado ya sea con el extrac- to, ó bien haciendo digerir la planta en algún aceite ó grasa. TERCERA PARTE, SECCION TERAPEUTICA. Usos .—Los antiguos mexicanos empleaban esta planta en cocimiento y pulverizada, para la curación de las úlce- ras y las heridas en supuración, mezclando algunas veces á esta última forma polvo de carbón. En la obra monumental de Hernández encontré los es- tudios siguientes: Verde y seca es de naturaleza astringente; de sabor li- geramente picante y sin olor. Se humedece para las úlce- ras que provienen del contagio sifilítico; y para algunas otras, se aplica en polvo. La misma, suministrada á la do- sis de media onza en vino blanco, detiene el flujo; alivia el llanto inmoderado de los niños, y se usa como auxiliar para aumentar el pelo. Más tarde, los campesinos la han usado en la curación de las mataduras de las bestias de carga, haciendo un co- cimiento fuerte con el cual las lavan, y después, apli- cando en cataplasma el residuo de este cocimiento sobre las mismas, fijándola con una compresa, que les sirve á la vez de abrigo. En la actualidad el vulgo la emplea para el reumatismo, sometiendo la región afectada á los vapores que despren- de el cocimiento de esta planta, limitando su acción con 14 un lienzo que cubre á la vez la parte enferma y la vasija que contiene el cocimiento. Se usa también en cocimiento para lavar las úlceras y llagas rebeldes. En la tierra caliente la emplean para combatir los efec- tos de la picadura de los alacranes, machacando la hoja fresca y aplicándola como cataplasma; de aquí el nombre de Yerba del Alacran, con que es conocida en esas re giones. Según Descourtilz, los naturales de las Antillas la em- plean para la sarna; aplicándose fricciones á mañana y tar- de con aceite, en el que hacen hervir por algún tiempo las hojas de dicha planta. Según el mismo autor, los veterinarios la usan en lugar del Eléboro. En medicina es muy poco conocida. A la eminente ilustración del Sr. Dr, Rafael Lucio de esta facultad de México, debo los datos siguientes: Es un tópico detersivo y desinfectante. Tiene la propiedad de excitar el desarrollo de las yemas de cicatrización. Produce buen éxito en las afecciones de la piel. .Obra con eficacia en las enfermedades de las mujeres. En el cáncer, á la dosis de uno y medio gramo, tomada al interior, dos veces al dia, detiene las hemorragias y cal- ma los dolores. Bajo la forma de cataplasma y en polvo, la usa en la misma enfermedad. Inyectando los tumores can- cerosos con el cocimiento de esta planta, ha obtenido favo- rables resultados. Bajo todas estas formas ha logrado un alivio muy nota- ble en multitud de casos. Seria de desear que los Profesores de Medicina, toman- do en consideración el use vulgar y la composición quími- ca de esta planta, tomasen á su cargo el estudio más deta- llado y concienzudo de ella, en pró de la humanidad doliente. 15 Para terminar, debo manifestar á este respetable Cuer- po, que, ageno á toda pretensión bastarda, y solo por obe- decer á una prescripción legal, he dado publicidad al pre- sente estudio: vuestra ilustración y benignidad disculparán cuanto él sea digno de censura. México, Setiembre 9 de 1884. Prístino