FjfajgTAD DE MEDICINA DE MEXICO. BOSQUEJO DE UN ESTUDIO sobre la IUFLUEUCIA del medico EN LA REGENERACION DE LA ESPECIE HUMANA. TESIS Que para el examen general en Medicina, Grujía y Obstetricia, presenta al Jurado Calificador MANUEL PEREZ BXBBDVS Alumno de la Escuela Nacional de Medicina de México, Ex-Practicante del “Hospital Juárez,” Miembro de la “Sociedad Filoiátrica” y Presidente del Ateneo Nacional Mexicano. MÉXICO.:. IMPRENTA DE BERRUECO HERMANOS: PRIMERA CAÍJJS ANCHA NUMERO 12 1885. FACULTAD DE MEDICINA DE MEXICO. BOSQUEJO I)E UN ESTUDIO sobre la INFLUENCIA DEL MEDICO EN LA REGENERACION DE LA ESPECIE HUMANA. TESIS Que para el examen general en Medicina, Cirujía y Obstetricia, presenta al Jurado Calificador MállllL PEBEZ BIBBIIS Alumno de la Escuela Nacional de Medicina de México, Ex-Practicante del “Hospital Juárez,” Miembro de la “Sociedad Filoiátrica” y Presidente del Ateneo Nacional Mexicano. MÉXICO: IMPRENTA DE BERRUECO HERMANOS: PRIMERA CAELE ANCHA NUMERO 12. 1885. Justa memoria de amor filial, % «ti tjtterfttu ycttáff «ti «tintada fjfatlOTf Y A MI TIA. LA SEÑORA ■parta de J. Bibbinü de ílortor llamón Jfójjtg n jimios, Y AL SE. ANTONIO LOZANO. Recuerdo de gratitud á mis primeros maestros. AL DIRECTOR Y PROFESORES De la Escuela N. Preparatoria en los años de 1877 á 1879, y N. de Medicina en los de 1880 á 1884. Admiración y reconocimiento. A los alamos plumistas ei Meflicina del alo de 1884. Amistad y compañerismo. la asoriarion pie// ti/ir o - literaria : C O N FR ATERNIDAD. INTRODUCCION. 1. mt ftpuBUME, grandiosa, noble y elevada es la tarea continua, la ocupación incesante, del práctico que alivia, consuela ó modifica las dolencias de la espe- cie humana, sus padecimientos y sus angustias. El alus vivere, la frase sintética con que se expre- sa la misión del médico, es la fórmula indicativa de la caridad, es la expresión completa de sus fines, de sus labores, de sus tendencias. Vivir para los demás, dedicar los productos de su trabajo intelectual, los resultados de sus especula- ciones científicas, la experiencia adquirida tras lar- gas tareas de estudios y desvelos, á la prosecución del anhelo incesante de nuestra especie, á la realiza- ción de su mejoría es la misión más noble, es la ma- nifestación más elocuente de las facultades morales del hombre, de sus grandes sentimientos, de las cua- lidades supremas que le constituyen rey de la Crea- ción. 8 Dotado de ese aparato maravilloso, cuya íntima organización aun no logramos comprender con su mismo funcionamiento, de ese cerebro misterioso que encierra aún tantos secretos, ¿cómo no utilizarlo con- venientemente? ¿Cómo no ponerlo en juego para ser- virse de él en la tendencia continua de la humani- dad, en el objeto supremo, resúmen de todos los de- más, la dicha y el bienestar? Para definir una ciencia práctica se necesita recu- rrir á la manifestación de su objeto. El objeto final de todas nuestras investigaciones, el que debemos admitir sin necesidad de prueba ni demostración, por no poderlo referir á proposiciones más generales, es el del bienestar. uLos hombres desean la dicha, dice un célebre autor, sea para sí mismos, sea para sus semejantes, como el término de todos sus esfuer- zos. ‘i Evitar la pena y encontrar el placer, lié allí la tendencia continua de nuestros trabajos, hé allí el objeto de nuestros conocimientos. La salud es uno de nuestros más preciados bienes y uno de los ele- mentos más poderosos del bienestar; la medicina nos enseña los medios de conservarla y protejerla, la me- dicina es, pues, la ciencia práctica que teniendo la salud por fin, contribuye grandemente al objeto esencial de la vida humana. 9 II. »E1 hombre blanco en Europa, negro en Africa, amarillo en Asia, rojo en América, no es sino el mis- mo hombre teñido del color del clima,»• ha dicho Buffon, tendiendo á probar la unidad de la especie humana. En efecto: de esta circunstancia, de este punto de partida, es de donde debe deducirse la prueba de la degeneración gradual y progresiva del hombre. Sin demostrar que la especie es una, que las varie- dades provienen de un solo origen y son debidas á las modificaciones diversas á que están sometidos los organismos por razón del medio, no llegaremos á de- mostrar que los individuos se han desviado del tipo primitivo, que se han degenerado sucesivamente. La diferencia de color constituye un elemento de raciocinio, que, según M. Flourens, tiende á probar la unidad de la especie. Según él, esta diferencia nos hace ver como se modifican las razas, como la que no tenia este carácter, puede adquirirlo; como la raza blanca puede adquirir la capa, el aparato pig- mentario de las razas coloridas. Hay otro hecho que, citado por el mismo autor en el Examen de las ideas de Buffon, resuelve toda cues- tión de unidad de especie. Este hecho es relativo á la fecundidad continua, Las razas de perros no pro- porcionan sino la misma especie; al unirse reprodu- cen animales fecundos. Si el lobo y el perro llegan á unirse, en virtud de ser animales de especie dife- rente, no pueden procrear sino animales infecundos, completamente estériles. Este hecho es elocuentísimo y bastaría por sí solo para probarda unidad de la especie. Hé aquí de qué manera se explica Buffoiq al hablar de la base prin- cipal de nuestro estudio: “Después de haber trascurrido algunos siglos, de haber atravesado algunos continentes, y de haberse degenerado algunas generaciones bajo la influencia de diversas tierras, el hombre ha querido habituarse á climas extremos y poblar las arenas del Mediodía y los hielos del Norte; los cambios se han hecho tan grandes y tan sensibles que habría lugar de creer que el negro, el japón y el blanco forman especies diferentes, si no se hubiese uno asegurado de que este negro, este japón y este blanco, tan disímbolos entre si, pueden, sin embargo, unirse, y propagar en común la grande y única familia del género humano; sus manchas no son originales, sus disemejanzas no siendo sino exteriores, estas alteraciones de natura- leza no son sino superficiales y es muy cierto, que todos no constituyen sino un mismo hombre.» En sus escritos monumentales Buffon aduce he- chos, explicaciones y pruebas suficientes para demos- trar palpablemente que la especie humana es una 10 11 misma, que no ha habido originariamente sino una sola especie de hombres, la que, habiéndose multi- plicado y extendido sobre toda la superficie del glo- bo, ha sufrido diversos cambios por la influencia del clima, por las diferencias del alimento y la manera de vivir. Las diversas razas humanas que pueblan las re- giones de la tierra presentan todas entre sí multitud de variedades, que podrán á primera vista hacer creer en la diversidad de especies en cada una, de estas razas. “Encontramos, dice Buffon, que los ha- bitantes del Mogol y de la Persia, los armenios, los turcos, los georgianos, los mingrelianos, los circa- sianos, los griegos y todos los pueblos de Europa son Tos hombres más bellos, más blancos, y mejor conformados de la tierra, y que, aun cuando haya una gran distancia de Cachemira á España, de Cir- casia á Francia, no deja de haber una singular se- mejanza entre estos pueblos, tan lejanos unos délos otros." III. Los seres organizados establecidos en la superfi- cie de la tierra, se desarrollan y crecen en virtud de ese movimiento molecular, á la vez general y conti- nuo, de composición y descomposición, que se llama vida. 12 Para que este movimiento se produzca, para que el equilibrio constante pueda existir entre los diver- sos factores de la vida, es necesario que el ser orga- nizado se encuentre en un medio á propósito. De Blainville y Augusto Comte han definido así la función vital. La situación del ser en un medio á propósito es condición indispensable para que ese movimiento molecular pueda producirse de una ma- nera general y continua; es decir, para que se pro- duzca la vida. La desviación del tipo normal es efectuada esen- cialmente en virtud de la multitud de modificadores á que están sometidos los organismos. Estos modi- ficadores, que constituyen el medio en que aquellos se encuentran colocados, obran de continuo en vir- tud de las condiciones especiales de cada uno; la pre- dominancia de alguno de ellos trae necesariamente la predominancia de sus efectos, y causa, por conse- cuencia, la exageración de ciertos fenómenos, con depresión de los efectos consiguientes á las fuerzas (pie obran de otra manera. ( 'liando se rompe el equilibrio que debiera existir entre todos los modificadores, cuando se destruye la armonía relativa de los agentes, y empieza á predo- minar la fuerza enérgica de alguno de ellos, tiene enfermos sometidos á su observación en el período de 12 años, pudo asegurarse de que cinco de ellos habían sido engendrados estando el padre en completa em- briaguez. Observó también en una familia, dos ni- ños atacados de apoplegía congénita, y cuya concep- 52 53 ción habia sido verificada durante la embriaguez. Un jóven de diez y siete años atacado de enajenación mental, y un niño de cinco, idiota, habían sido en- gendrados en las mismas circunstancias. Por estos hechos se cree autorizado á concluir que el estado de embriaguez ejerce en la generación una influencia funesta; que esta influencia lleva generalmente su acción sobre los centros nerviosos del producto que proviene de una concepción operada en condiciones tan anormales. Vemos por estos casos la influencia de la heren- cia dando origen á modificaciones de tal naturaleza que constituyen hechos notables. Todos los defectos, así como las cualidades orgáni- cas instintivas, intelectuales y morales pueden tras- mitirse por herencia; la constitución, el temperamen- to, la*s deformidades y vicios de conformación. De manera que el conocimiento de esta lev puede servir de base á ciertos procedimientos prácticos que pue- den impedir la propagación de ciertas enfermedades que constituyen una causa de degeneración, y un ele- mento de destrucción de la especie. Para concluir recordaremos solamente que el há- bito ejerce también una influencia marcada, acostum- brando al organismo á la repetición de fenómenos de cierto orden, que, suprimidos, pueden ocasionar gra- ves males. Las personas que por hábito se acostum- bran á emplear algún medicamento, acaban por crear- 54 se un estado morboso, merced á la acción continua del medicamento; y en virtud.de la ley de la heren- cia hacer contraer á sus sucesores la afección de que padecen y que puede más tarde hacerse una causa de degeneración. Hubiera querido extenderme algo más sobre la in- teresante ley de la herencia, sobre lo cual se ha es- crito tanto, y por autores muy recomendables, pero el poco tiempo de que dispongo no me permite ser más extenso. La herencia es la causa principal de las de- generaciones y merece ciertamente un estudio de- tenido. Manuel Pérez Bibbins.