ESCUELA NACIONAL DE AGRICULTURA Y VETERINARIA. Serie Veterinaria..—Ntjm. 9. ESTUDIO SOBRE Bit CHTCALOTB, —o— TESIS QUE PARA EL EXAMEN PROFESIONAL DE MEDICO-VETERINARIO PRESENTA AL JURADO CALIFICADOR FRANCISCO L. VALLE JO alumno de la misma escuela. MEXICO. IMPRENTA DE CLAREE Y MACIAS, TIBURCIO NUM. 2 1884. ESCUELA NACIONAL DE AGRICULTURA Y VETERINARIA. Serie Veterinaria.—Niim. 9. ESTUDIO SOBRE Sli CHIC AL O TE. TESIS QUE PARA EL EXAMEN PROFESIONAL DE MEDICO-VETERINARIO PRESENTA AL JURADO CALIFICADOR FRANCISCO L. Y ALIE JO alumno ele la misma escuela. MEXICO. IMPRENTA DE CLAREE Y MACIAS, TIBURCIO NUM. 2. 1884. 11 la saeta memoria de raí ¡ladre JE fie. !|. fpafEejo. oA mí amoma ilíoclh’. AfAlác/ie mia: sé (jjue á ®ioo ofiecisfe fu o i/a poi Aa mia cuanc/o vine aAmuncfo, me cfieeo yue cuanc/o fiecno niño tpozaSao cuanc/o yo reia cfeAc/e enfonceo AAotaO famSien cuanc/o me veo oufiit, jor eAA> fe ofrezco eofe fraSajo> fup,o eo, fuyo famSien mi corazón. ‘í&u Alijo cAtanciáco. .A. LA MEMORIA DEL r(A. íAí. AanAma/. Cuando el hombre, por su inteligencia y su destreza pudo conseguir dominar á los animales salvajes, que hoy constituyen nuestras especies domésticas, que pudo alimentarse con su leche y con su carne, vestirse con sus despojos, emplear su fuerza para la cultura de la tierra, para los diversos trasportes, las fatigas y peligros de la guerra, cuando en fin los redujo á la domesticidad y que le fueron unos útiles y otros indispensables, pensó inmediatamente en su conservación. Expuestos á diversos accidentes, obligados á hacer caminatas mas ó menos forzadas, á cargar ó á tirar far- dos mas ó menos pesados, á nutrirse con alimentos pre- parados por la mano del hombre etc., tuvo que venir la predisposición á las enfermedades. Era de esperarse entonces, y así sucedió, que se tratara de curar los ma- les de que adolecían y desde ese momento nació la Ve- terinaria. La inteligencia humana tuvo por fuerza que ocupar- se del estudio de las causas de las enfermedades á fin de prevenirlas, de los síntomas, para conocerlas y de los medios de curarlas. Cuando la casualidad y la observación, enseñaron que algunas sustancias animales tales como la leche, la gra- sa, los huevos, la miel, la cera; y los vegetales, como las gomas, las resinas, los vinos etc., podrían verificar la cu- ración de algunas afecciones, tuvo el hombre que ocu- parse de la cosecha, elección, conservación y modo de administración de esas sustancias y desde entonces em- pezó la farmacia. Fueron aumentando las causas de enfermedades; se fué comprendiendo mas y mas la necesidad de tratarlas de un modo conveniente y tuvieron que aumentar tam- bién los esfuerzos del hombre para conseguir este tan importante como justo objeto. Poco á poco, á medida que los efectos de la civiliza- ción fueron produciendo sus benéficos resultados; que las ciencias fueron encadenándose y auxiliándose unas á otras, tuvo que venir forzosamente el adelanto de to- 6 das y cada una de ellas, figurando principalmente las ciencias naturales, lo que era de presumirse pues que en nuestro humilde concepto ningún estudio puede ha- ber mas digno del hombre que el de la Historia natu- ral, por ejemplo, por cuanto le revela sus deberes y su destino en este mundo. Se puede decir que de ella nacen todas las ciencias, todas las artes y todos los conocimientos humanos. Efectivamente, no hay algo en el universo de que no pueda sacar el hombre infinitas ventajas siempre que llegue debidamente á conocer á los diversos séres, que no admire en ellos perfectísimas obras y que no le pro- porcione infinitas aplicaciones y descubrimientos de ma- yor ó menor importancia. Bien sabido es que la Agricultura no es una ciencia débil ni de poco valor, sabemos perfectamente que por ella tenemos el elemento para la vida, que ella fomenta las industrias y el comercio y nunca olvidamos que en sus productos hay plantas que almacenan sustancias me- dicinales de singulares y enérgicas virtudes que mara- villosamente alejan del enfermo el punzante dolor. De los tres reinos en que está dividida la Historia natural es el reino animal, dice Cuvier, el que ofrece ma- yor interés, no teniendo refutación una verdad de tal naturaleza, pues ve el hombre diariamente que el azote de las enfermedades destruye sus ganados en los que cifra el risueño porvenir de su familia, afanoso por ello y humanitario hácia ellos, busca diligente el infalible antídoto para destruir la asoladora enfermedad que con mano libre destruye sus grandiosos rebaños. Hay en México una multitud de [dantas que prodigiosamente se desarrollan aún en los lugares mas incultos y que in- dudablemente deben formar parte de la terapéutica, pe- ro que no están todavía bien estudiadas; entre ellas hay una llamada “Chicalote” cuyo estudio tomo por punto de tésis. He visto siempre lo difícil de tal punto; por otra par- te, jamás se me ha ocultado el humilde cuadro de mi pobre inteligencia, por estas razones poderosas nunca 7 hubiera elegido tal punto si no hubiera tenido el insa- ciable deseo de estudiar algo de mi patria y siempre también, que no tuviera el pleno convencimiento que el respetable jurado á quien este imperfecto estudio presento, teniendo en consideración las razones anterior- mente mencionadas y la falta de elementos de que dis- puse para hacerlo, me conceda su indulgencia. Esta idea es la (pie ha dulcificado mi incompetencia y por lo tanto obligado á emprender este estudio que si bien es verdad es de grandísimo interés para México, no es nrnnos cierto que está sembrado de punzantes difi- cultades. CHIC ALOTE. Sinonimia.—Griego: ','apyrpim‘” mancha de ojo. Me- xicano: Chicálotl. Español: Cardo santo, Adormidera espinosa ó de México. Francés: Argeinone. Esta plan- ta pertenece á la familia de las Papaveráceas, sub-ór- den Papaveréas, orden Eupapaveréas, género Argémo- ne y especie Mexicana. Caracteres genéricos.—Plantas anuales cuyo tallo es erguido, cilindrico, lampiño y sin aguijones; son plan- tas de jugo lechoso, sus hojas son alternas, dentadas y espinecentes, su infloreceucia es variable. Las flores son regulares y hermafroditas, con cáliz herbáceo de dos ó cuatro sépalos caducos; una corola formando dos verticilos compuestos cada uno de dos ó seis pétalos caducos; Los estambres son muy numero- sos é hipogíneos de filamentos filiformes y anteras oblon- gas, biloculares y dehiscentes en el sentido de su longi- tud. El guinéceo se compone de un ovario sobremontado de un estilo dilatado de radios estigmáticos sobrepues- tos á las placentas. El ovario es unilocular con cuatro ó seis placentas parietales y cargados de numerosos óvulos anátropos. El fruto es una cápsula loculicida con aguijones nu- merosos encerrando un número considerable de granos, 8 con un embrión rodeado de un albumen carnoso y olea- ginoso. Argémona mexicana.—Lineo. Tallo de 0.75 centí- metros á un metro de altura, de jugo amarillo, hojas con nervaciones de un color blanco ceniciento. Flores amarillas. Corola de cuatro ó seis pétalos do- ble de los sépalos Estambres con filamentos amarillos, ginéceo de cuatro ó seis carpelos. Hay otras dos especies de Argémonas, la Grandiflora y la Ocroleuca. La primera se distingue de la Mexicana en el jugo que es blanco; sus flores son blancas, sus es- tambres de filamentos rojos, sus hojas veides y el giné- ceo formado de tres á cuatro carpelos. La diferencia de la Ocroleuca consiste solo en el co- lor amarillo-anaranjado de los pétalos y las manchas blanquecinas que aparecen en sus hojas. HISTORIA. La Argémona; descubierta en el Nuevo Continente liácia el año de 1592 fue colocada entre las adormide- ras por los botánicos europeos, hoy no se está de acuer- do bajo el punto de vista de sus notables diferencias; en la planta del género Argémone hay un cáliz de tres sé- palos y en la del Papaver dos; en aquella la corola tie- ne seis pétalos en vez de cuatro; el ovario tiene de tres á seis estigmas sobrepuestos, persistentes, libres y no soldados como en las adormideras; sus cápsulas tienen valvas distintas que se abren cuando el grano ha madu- rado; durante el antésis las flores del Argémona son er- guidas y no inclinadas sobre los pedúnculos como las adormideras. Esta planta crece en México con especialidad y sin cuidado alguno, en lugares cuyas tierras son ligeras y arenosas. Se cultiva en Francia como planta de ornato y crece también en las Antillas y en la América Sep- tentrional; se dice que se encuentra en el Brasil, en- Africa, en el Sur del Asia y quizá también en el Indostan. Análisis químico.—Teniendo en cuenta las propie- dades activas que los autores atribuyen á la Argémo- na Mexicana, fijándome en la familia á que pertenece y en que como las adormideras contiene un jugo amarillo- lechoso (pie aparece á la menor incisión y cuyo jugo posee un olor viroso particular y un sabor amargo se- mejante al del opio, creí prudente fijarme de preferen- cia en este jugo para buscar un alcaloide puesto que el jugo de la Argémona se semeja un tanto al de las ador- mideras y que en éste se encontró ya el de la morfina. El método empleado fué el siguiente: Una solución bastante concentrada del jugo de la planta en plena flo- ración, la traté por otra de ácido cítrico con el objeto de formar una sal con el alcaloide que me sospechaba, residía allí; esta mezcla la concentré después. En seguida la traté por el alcohol á 95° para preci- pitar las sustancias incristalizables y facilitar la disolu- ción de la sal, filtré inmediatamente; el residuo líquido lo decoloré por medio del negro animal y lo traté des- pués por el agua de cal para así formar el citrato de cal insoluble cuya sai separé por el filtro. No olvidando las consideraciones ántes mencionadas traté el último líquido por el percloruro de fierro y ob- tuve una débil coloración azul que luego desapareció por lo que sospeché la existencia de la morfina y para acabar de convencerme lo trató por ácido azótico y con él obtuve un bello color rojo-anaranjado, esto vino á confirmarme que realmente como en el jugo de la ador- midera el jugo de la Argémona Mexicana contiene tam- bién morfina. En el dia en que hice tal análisis tuve lugar de ver dos procedimientos que empleó el Dr. Andrés Ortega para la investigación de este alcaloide con dicha planta. Intenté buscarlo por uno de ellos, el cual consiste po- ner en una probeta, conteniendo como dos gramos de jugo de la planta alcohol á 95° y unas gotas de solución de ácido oxálico; agité después y añadí, como se reco- mienda, mas alcohol y ácido, continuando dicha opera- ción hasta la disolución del jugo y poniendo otracanti- 10 dad de alcohol y ácido; en seguida coloqué esto por veinticuatro horas en un matrás bien tapado. Después de tal tiempo lo evaporé hasta la mitad en baño de Ma- ría; lo filtré, y puesto en un vidrio de relox, lo sujeté á la evaporación bajo una campana que contenia una cQ- pa de ácido sulfúrico. Unos cristales blanquiscos apare- cieron en el vidrio á los pocos dias, pero en una relación muy inferior á la del jugo empleado, los que traté por los reactivos déla morfina, y todos vinieron áconfirmar su existencia. El otro procedimiento no fué posible intentarlo, pe- ro según su autor, dá el mismo resultado, solo que es mas largo y menos sencillo que el indicado. Efectos fisiológicos.—Efectos locales.—El cocimien- to, el extracto y el jugo del chicalote no me dió ningún resultado apreciable ni al exterior ni interiormente, solamente cuando se coloca cualquiera de ellos en un lugar del organismo que es sitio de dolor, lo hace des- aparecer paulatinamente. Efectos generales.—En cuanto á éstos, observé po- cos en los experimentos qne practiqué. 1 Observación.—El dia 18.de Mayo de 1884 álas nueve y media de la mañana inyecté á una perra en perfecto estado de salud y ántes de tomar alimento, en el tejido celular de la región del cuello ochenta centí- metros-de extracto hidro-alcohólico de chicalote dilui- do en tres gramos de agua. Dos horas después observé ligera disminución en el número de respiraciones y en el de pulsaciones. 2 °5 Observación.—El dia 20 de Mayo de 84 á la misma perra, en las condiciones del anterior experimen- to y á la misma hora también, repetí la inyección tal cual la practiqué anteriormente para cerciorarme del fe- nómeno que en aquel tuve lugar de observar. A las dos horas próximamente también, noté la misma dismi- nución en el número de respiraciones y de pulsaciones. 3 Observación.—El dia 24 de Mayo de 84 some- tí á la experimentación á un perro de grande alzada, sa- no y bastante gordo. A las diez de la mañana ántes de 11 darle alimento le inyecté en el tejido celular de la re- gión del cuello un gramo del extracto hidro-alcohólico de la planta de que se trata diluido en cinco gramos de agua, y observé los mismos fenómenos que en los expe- rimentos anteriores á la hora y media. 4 Observación.—El dia 20 de Mayo de 84 prac- tiqué lo mismo en el animal de mi anterior experimen- to, á la hora misma, en condiciones idénticas y usando del mismo método. A la hora y cuarto, semejantes fe- nómenos se repitieron. 5 Observación.—El 28 de Mayo de 84 á las tres y media de la tarde inyecté en la región costal derecha á un perrito después de media hora de haber tomado su alimento, animal sano y medianamente gordo, un gramo de jugo recientemente tomado de la planta. Al cuarto de hora después el número de respiraciones y de pulsaciones disminuyeron. 6 Observación.—El 30 de Mayo de 84 á las seis de la mañana di á tomar al perrito en que practiqué mi quinta observación, estando en idénticas condiciones pero en ayunas cuatro gramos del extracto mencionado diluido en ocho gramos de agua. A los veinte minutos observé en él, náuseas y vómito, parte del extracto dado; el número de respiraciones y de pulsaciones disminuyeron y al dia siguiente en la mañana arrojó por la vía retrógrada, el resto del extracto que le di. En todo el dia no tomó ningún alimento de los que le daba que eran de aquellos con los que comunmente se nutren. 7 Observación.—El 31 de Mayo de este mismo año inyecté á las ocho de la mañana á un perro sano pero flaco en la región costal izquierda y ántes de to- mar su alimento, ocho gramos de extracto hidro-alco- hólico del chicalote diluido en 20 gramos de agua. A. la hora observó dilatación de la pupila, disminución de la actividad funcional del aparato respiratorio y circu- latorio, náuseas, alguna disminución de la sensibilidad general y falta de apetito. En seguida pasé á experimentar sobre solípedos vien- 12 do la poca claridad de los efectos narcóticos de esta planta en los animales de la especie canina. En el pri- mer experimento di á un macho diez gramos de extrac- to hidro-alcohólico; en el segundo, al mismo animal di una libra de cocimiento fuerte; al tercero que fué el mis- mo di cuatro libras de cocimiento aún mas fuerte; al cuarto que fué un caballo, administré veinte gramos de aquel extracto; al quinto y último que fué una yegua di ocho libras de cocimiento sumamente fuerte, y en to- dos observé solo dilatación de la pupila y disminución del número de respiraciones y de pulsaciones. En consecuencia y como deducción del análisis y de los efectos obtenidos en las observaciones anteriores de- bo concluir que la Argémona Mexicana es una planta narcótica puesto que encierra morfina pero en virtud de la corta cantidad que encierra, es un narcótico débil. Se cree que el jugo de esta planta es emético, pur- gante y narcótico. Las flores se emplean como soporíferas. Las semillas además de las prepiedades emética y purgante que se le atribuyen, son el alimento quizá por escelencia que ávida busca la quejosa tórtola la que ins- tintivamente con su aletear gracioso sacude la cápsula de dicha planta, arroja sus granos Inicia el suelo y to- ma allí ese alimento suave que mitiga su hambre. Efectos terapéuticos.—A algunos animales ataca- dos de conjuntivitis he puesto sobre tal mucosa el jugo de la Argémona bajo forma de gotas. El dolor desapa- rece y en seguida los demás síntomas de tal afección. En varios caballos atacados de cólicos las lavativas tibias de cocimiento de esta planta, repetidas según la necesidad dan buen resultado, disminuyendo el dolor y activan el paso de las materias fecales cuando esta afec- ción es originada por la retención de éstas. Cuando la planta falta, el extracto lo reemplaza perfectamente. Es digno de recomendarse el cocimiento de esta plan- ta bajo la forma de baños, principalmente en animales de pequeña alzada ó bajo forma apropiada en los gran- des, en caso de reumatismos. 13 El jugo de la Argémona empleado al interior contra las erupciones cutáneas puede dar buen resultado á pro- pósito de lo que se hace en la especie humana. Examen químico de las semillas.—En el exámen que el Sr. Charbonnier hizo de la semilla, encontró en cien partes. Aceite 36,20 Agua 7,40 Sales minerales 5,60 Azúcar 4,38 Goma 2,54 Caseína. 4,32 Albúmina y Gluten 13,38 Fécula 17,72 Leñoso 6,52 Pérdida 1,^4 Propiedades del aceite.—El aceite obtenido por los procedimientos ordinarios tiene un color amarillo, un olor nauseoso y su sabor es muy desagradable. Se disuelve perfectamente en seis veces su volumen de alcohol á 90° cent. Se oxida al aire resinificándose y se seca cual uno de los mejores aceites secantes. Usos.—Frecuentemente este aceite se emplea en la preparación del betún maque, titulado así por los pin- tores. Se hace uso también de él en la fabricación del jabón y del alumbrado. Este aceite tiene hoy en París gran estimación por gozar después de cierta preparación, de las mismas pro- piedades y reemplazar perfectamente al de laurel, cuyo precio es tan elevado. Pronto quizá se conocerá aquí tal preparación y puesta en práctica, la Argémona será de gran porvenir para México. Acción purgante.—Aunque como era de esperarse este aceite no debía producir efecto purgante puesto que una Papaverácea produce, sin embargo es mar- cada, por lo tanto si la planta en cuestión pertenece por sus propiedades narcóticas á las Papaveráceas, por las de su aceite se semeja á las enforbiaceas. 14 He intentado dosificar el aceite mencionado en los pe- rros respecto de sil acción purgante, para ello he some- tido á la experimentación á algunos animales de esa es- pecie y en todos con variación en el número de deposi- ciones lie obtenido tal efecto, variación que depende como es natural de la edad de la alzada etc. etc., como en todo purgante. De todas las observaciones recogidas deduzco que se puede dar aproximadamente las cantidades siguientes: Perros jóvenes de pequeña alzada 50 á 1 granas. ,, de edad media y de regular alzada.. la 3 ,, ,, ,, ,, avanzada y de grande 2 á 4 „ En resumen, siendo el cultivo de la Argémona tan fá- cil pues que eu todas partes puede aclimatarse, no exi- giendo éste muchos cuidados y produciendo en la cose- cha pingües resultados, indudablemente que para los propietarios hacendados, el cultivo de dicha planta de- bería serles de grande utilidad ya bajo el punto de vis- ta de la medicina como del de la industria. San Jacinto, Diciembre de 1884. eFrancioco £•. jo.