DICTAMEN Y método curativo sobre el sarampión, presentado al Superior Gobierno, y aprobado en la Junta de médicos que el mismo convocó y presidió. Seílores: JLja Comisión que disfruta el honor de ha- ber obtenido los votos de esta Junta, para pre- sentar sus trabajos, acerca de la epidemia reinan- te, se lisongea de haberse esmerado cuanto ha estado de su parte para ofrecer al común un mé- todo breve, claro, igualmente distante de la oscuri- dad á que seria arrastrado por los términos cien- tíficos, como de la vulgaridad de dar reglas para curar todas las complicaciones que puedan acom- pañar al sarampión, ó que sobrevengan en calidad de enfermedades secundarias. Presentará, pues, la Comisión su plan, con el doble fin de invocar las luces de la Junta para la corrección y mejora de aquel, y de implorar su indulgencia para que disimule los defectos en que haya incurrido. En el método curativo se comienza por la des- cripción de la enfermedad, marcando la invasión, la salida del exantema yla declinación. Aquellos que tengan la necesidad de curar enfermos at' saram- pión, no podrán equivocarse, porque afortunadamen- te no existen aun otros exantemas con que puedan confundirlo. ~Proponer un tratamiento laboriosamente com- binado, ha dicho un médico célebre, para el uso interno y esterno de los medicamentos, en los ca- sos de un sarampión simple, me parece tan frí- volo, como deliberar gravemente de que manera li- na planta, abandonada á sí misma en un suelo conve- niente, podrá, por medios artificiales, llegar á re- correr sus diversos periodos de germinación, flo- rescencia y fructificación. Entreguemos la natura- leza á sus esfuerzos saludables, cuando tiende á una terminación favorable, y cuando no necesita, en este caso, mas que de una duración de seis á siete dias; la calma un calor muy templado, be- bidas Afluentes, mucilaginosas y azucaradas deben bastar.” Conducida por una máxima tan luminosa, la Comisión se ha reducido á detallar los medios acreditados por la esperiencia y el saber en la cu- ración del sarampión, y que son los mismos que traza el profundo autor que acabamos de esponer. Al aconsejar la Comisión algunos medicamen- tos sencillos para algunas enfermedades que acom- pañan al sarampión, ha tenido cuidado de escoger aquellas que el vulgo puede distinguir á primera ojeada, reservando con estudio para los profesores aquellas que exigen un ojo ejercitado y el uso de remedios enérgicos y heroicos. Tales son las of- talmías rebeldes, la toz ferina, las diarreas que de- nuncian una ceco—colitis funesta, las laringo-tra- queitis, las pneumonías, las pleuresías, las convul- siones en los niños al tiempo de la dentición, las bronquitis, la anasarca y la tisis consecutivas, que reclaman el uso de las sangrías, del opio, del e- metico y de otros recursos que solo el hombre del arte debe manejar Guadalajara 18 de O tabre de 1836. —-Pedro Tames.'—Jasé María Cano.—Pedro Figueroa.