BACTERIOLOGIA SOBRE EL ¿MIO DEL TETMO TI-EGiG PRESENTADA PARA ~TTAH GRADO DE DOCTOR F MEDIC. NA DAVID VI A T T O LIMA IMPRENTA DE BENITO GIL Banco del Herrador 113,—Bodegones 4.2. 1891 Ss&qí Decano; SEÑORES PROFESORES: El ilustre Pasteur, dijo «n una ocasión, al ser interrogado sobre las conquistas hechas en el nuevo mundo de los micro-organismo: “ el campo de la Bacteriología se asemeja á una inmensa floresta que viéramos á lo lejó§, al pasar en un tren; podemos distinguir apenas uno que otro árbol y decir éste es un pino, aquella una encina: el resto se nos escapa, pero no sin que hayamos llegado á comprender que ese campo es grande, muy grande. ’’ Esta gráfica comparación del sábio francés de- muestracuán pequeños son aun nuestros conocimientos en esta materia y cuanto queda todavía por descubrir. Afortunadamente hombres de genio é investigadores infatigables, se han levantado en todas partes, para ex- plorar de diversas maneras y en todos sentidos este rei- no de los infinitamente pequeños, entrevisto por Leuwenhoek (1683), Schwann, Ehrenberg, Cohn y Davaine y descubierto definitivamente, en este siglo, por Pasteur, Koch, Lóffler. etc. Cada día se hacen nuevos descubrimientos y no pasa un año si que los conocimientos bacteriológicos sean enriquecidos por algo muy importante, desde el descubrimiento de nuevas especies, hasta el estu- dio químico de las sustancias secretadas por los mi- crobios. Por lo mismo, no es pues dudoso que tras- currido algún tiempo veamos el terreno de IaJLicte- riología transformado como el mapa de Africa, cono- cida no ha mucho apenas en su litoral y atravesada hoy en diversas direcciones, por enmedio d.e sus spl-;< vas vírgenes y de sus lagos inexplorados. Quizá no está lejano el día en que un, investigador de genio penetre cual otro Stanley én él centro de esta oscu- ra rejión para describrirnos la flora microscópica, co- mo el explorador norte americano nos ha dado á co- nocer la de los bordes del “ Victoria Nianza’* efr el s corazón mismo del Continente Negro. La Bacteriología es una ciencia de ayer; está por decirlo así en su infancia, y sin embargo, cuánta revolución ha causado en la medicina, cuántas aplica- ciones se han hecho ya de sus principios á la hijiene, y cuántos misterios de patología se han aclarado merced á ella! No es esto exajerado. El conocimien- to de la causa de un gran número de enfermedades; el de la acción del aire en las fermentaciones, el me- jor estudio de las aguas potables y de su influencia más ó menos patógena; el uso de los antisépticos em- pleadoshoy con conocimiento de causa, en la profilaxia y tratamiento de muchas enfermedades; el lugar se- ñalado á algunas entidades morbosas en el cuadro nosológico de las enfermedades infecciosas, cuando antes se consideraban como neurosis ó como enfer- medades localizadas, son otros tantos hechos que vienen en apoyo de esta aserción. No faltan tampoco ejemplos concretos que prue- ben lo que acabo de afirmar. Hasta hace pocos años se consideraba la erisipela como una dermatitis febril de carácter maligno, y contajioso; pero por qué esa fiebre con alteraciones tan pequeñas y localizadas; por qué esa malignidad; por qué en fin el contajio y los casos de muerte tan frecuentes especialmente du- rante el puerperio.? Era imposible dar una explica- ción satisfactoria. Hoy el conocimiento del strepto- coccus de la erisipela, nos hace ver que dicha enfer- medacj.es orijinada por ese micro-organismo, que es él quien produce la fiebre desproporcionada con la insignificancia relativa de la lesión local y que la muerte viene no por propagación de esta última, sino í porSa acción del microbio y de sus producios tóxicos sobre el organismo, por infección, en una palabra. Durante mucho tiempo permanecieron inexpli- cables las parálisis de la difteria, hasta el día en que Lpffler aisló el bacilo que lleva su nombre y en que Rtfux reprodujo artificialmente dichas parálisis por la inoculación de las diastases secretadas por los ba- cilos encontrados en las membranas difteríticas.—No ha sido menor la influencia de la Bateriología para destruir ciertos errores admitidos como verdades por la ciencia médica. Tal ha sucedido con la cuestión de la dualidad de la tisis tuberculosa y la tisis caseo- sa. Aún después de los notables esperimentos de Villemin, se continuó creyendo en esa dualidad, no obstante las protestas que contra tales ideas hacían Ranvier y otros. Todavía no está lejano el tiempo en que hacíamos en nuestras clínicas ejercicios de diagnóstico para distinguir la tuberculosis pulmonar de la tisis caseosa. El descubrimiento del bacilo de Koch, vino á poner fin á todas las dudas, y las ideas profesadas á este respecto durante veinte años, en todas las cátedras, cayeron por tierra. La utilidad de los conocimientos bacteriológi- cos para la exacta comprensión de la anatomía y fi- siolojía patolójicas, descritas en los libros modernos se halla fuera de duda; su importancia para el estudio de las enfermedades infecciosas está reconocida por todos; y es por esto que en los centros científicos más notables del mundo, en aquellos en que la medicina se encuentra más adelantada, existen institutos ad hoc como el de Pasteur en París ó el de Hijiene en Berlín, ó ya cátedras especiales como en Bruselas, Copenhague, Nápoles, New-York, etc, etc, dedicados al estudio de este ramo Vosotros lo habéis también comprendido así, puesto que aceptáis la crea&ótítée una nueva cátedra en la Facultad, no obstante! deficiencia de nuestros medios de enseñanza, w Concretándome, ahora al objeto de esta de- bo deciros, ,ante todo, que no hallaréis en .? . . . ■ - . £ - • 'W* Pueden obtenerse dobles ,muy ele- gantes por el empleo de la* solución de Ziehl (á la fuchsina carbólica) y del azul demedíelo Se colo- ran primera las esporas según él. procedimiento de Ziehl y luego se tifie el resto del baciloiá&n el color de metileno: se tiene así p.n-bastóncito con ca- beza roja. •. \i£ La resistencia del bacilo, tetánico contra la ac- ción de los ajenies físicos y químicos, es bastante con- siderable, especialmente de parte de las esporas— Kitasato ha desecado estas últimas en hilos de seda, bajo un desecador de ácido sulfúrico, y al cabo de algunos meses estaban aún virulentas, Sánchez Toledo y Veillon han conservado igualmente tierra cargada de esporas tetánicas, durante siete meses, sometida á la sequedad y á la luz difíisa, sin que hu- biera perdido su poder patógeno. Los mismos es- perimentadores han visto que un dedo amputado, conteniendo bacilos tetánicos, y sometido á la putre- facción al aire libre, conservaba su virulencia después de cinco meses: inoculaciones practicadas en anima- les demostraron que los bacilos tetánicos no habían sido anonadados por los microbios de la putrefacción. Ya hemos visto que Kitasato, para aislar el ba- cilo de Nicolaier, sometió los cultivos impuros á una temperatura de 8o° durante una hora, sin que las esporas pereciesen. Durante el tiempo que permanecí en el labora- torio del Dr. Shraus, ocupándome una vez del estu- dio de este bacilo, sometí los cultivos á una tempera- tura de 90o c. por el espacio de media hora sin que hubieran perdido éstos su facultad de reproducirse. Igual resultado obtuvieron los SS. Sánchez Toledo y Veillón. Esporas pegadas en hilos de seda han resistido durante diez horas á una solución de ácido carbólico á 5°/°; tres horas á una de ácido fénico 5/° con o’5 de addo clorhídrico; tres horas á la solución de subli- Lruado al i por ioo'o; media hora á la mezcla de bicloruro de mercurio y de ácido muriático. ,f.Cien centímetros cúbicos de un caldo saturado de esporas, fueron mezclados con io cc. deoclorofor- mo y encerrados en un aparato por dos días; al cabo de ese tiemp> 1 cloroformo fpé evaporado y se prac- ticaron inoculaciones'en cuyes y conejos con el caldo restante. Alas 15 horas-murieron los animales con un tétano típico (Kitasato.) Nadie, que yo sepa ha ensayado hasta la fecha el hidrato del doral, medicamento único talvez que tiene buen éxito en la clínica. La corriente de vapor de agua á 100o, mata en cinco minutos las esporas del tétano. Este hecho es muy importantep-bajo el punto de vista de la de- sinfección. Todos los esperimentadores convienen en que el medio natural, favorito, del bacilo del tétano es la tierra; y creo iuútil recordar que allí fué donde Nico- laier lo descubrió. Fuera de aquella, se le halla también en el heno y en el guano del caballo. Ya que toco este punto, debo hacer mención, aunque sea de paso, de la teoría sostenida por el Profesor Vernueil, que considera el tétano como de orijen equino. Para apoyar su teoría, el célebre cirujano de la Escuela de París, ha acumulado un gran número de observaciones propias y agenas, de cuya estadística resulta que el tétano se produce con más frecuencia en los individuos que por su profesión ú otros moti- vos, se hallan en contacto íntimo con los caballos. El Dr. Vernueil tiene razón á primera vista; los hechos que presenta son innegables, pero su inter- pretación me parece defectuosa. Es que el sábio profesor habla como clínico y no como bacteriólogo: satisfecho con probar que el tétano es más común en los cocheros, palafreneros y caballerizos, no ha lie- 18 V ; * ’-íp vado más adelante sus investigaciones. "-Si las ¿m* biera continuado con imparcialidad, habría podido convencerse de que el bacilo tetánico se encuentra en los caballas por dos motivos: i°" por la tierra de que generalmente se cubren estos animales al ievolcarse en el suelo, y 2? por el heno de que comunmente se alimentan, al menos en Europa. A este respecto es curiosa la evolución que su- fre el microbio á través del cuerpo del animal. Las esporas del bacilo son injeridas por el caballo junto con el heno y llegan á los intestinos; allí encuen- tran las condiciones más favorables para su desarro- llo, como son temperatura elevada, ausencia de oxi- jeno, y presencia de gases inertes como el ácido car- bónico, el hidrógeno sulfurado, etc. y se transforman en bacilos adultos para ser expulsados nuevamente con los excrementos.—Sánchez Toledo y Veillón han encontrado el bacilo tetánico en la tierra sacada de la piel del caballo por medio de la rasqueta; y han conseguido también dar un tétano esperimental á un conejo por la inoculación sub-cutánea de los excre- mentos de caballos alimentados con heno, El caballo y los demás animales de esta especie son pues exelentes medios de trasporte y de infec- ción tetánica, sin que se pueda decir por esto que la raza equina es la que orijina el tétano. Para reco- nocerle con justicia esta propiedad sería necesario que sucediese con ella lo que pasa con la vacuna y la especie bovina. El bacilo de Nicolaier es un extricto anaereobio; crece y se multiplica solamente al abrigo del aire ó en medio de inertes, entre los que el más propicio es el hidrójeno. Sin embargo de esto, sus esporas no son destruidas por el oxíjeno. c) Cultivos.—Como medios de cultivo, los más favorables son la gelatina, el agar-agar y el caldo peptonizado. La adición á estas sustancias de uno á dos por ciento de glucosa ó de indigotato de potasa, 19 la-jerminación de los cultivos del bacilo en cuestión! "El serum sanguíneo es poco usado. El cultivo puede hacerse en placa ó en tubo, y los caracteres de-él varían, naturalmente, según que se emplee uno ú otróMe estos procedimientos. E)i placa.—Solamente después de qtie Kitasa- to aisló el bacilo perfeccionó la técnica de los cultivos en placa para los anaerobios, es que esta forma de cultivo se lia generalizado. Como conse- cuencia ha progresado también el estndio de las co- lonias del micro-organismo de que 'vengo tratando. La gelatina y la jalea de agar-agar son las dos sus- tancias empleadas con este objeto. Las colonias comienzan á presentarse, en la primera, hácia el ter- cero ó cuarto día; en la segunda á las 24 ó 36 horas; á la temperatura de la estufa. Se las ve, una vez desarrolladas, bajo la forma de pequeñas masas blan- quizcas, espesas en el centro, de donde parten radios finos hacia todos lados dándole el aspecto del sol; en este estado las colonias del bacilo de Nicolaier se parecen mucho á las del bacillus subtilis ó bacilo del heno. Poco á poco fluidifican la gelatina de modo que á los 10 ó 12 días ésta se halla completamente liquidada. En las placa? de agar—agar los caracteres de las colonias son menos definidos á causa de la setni- opacidad del medio nutritivo, razón por la que se prefiere el uso de la gelatina que es completa- mente trasparente. En tubo.—fill aspecto de los cultivos en tubo es tan característico que en una estichcultura puede re- conocerse inmediatamente el bacilo tetánico. La parte superior del medio nutritivo, en una extensión como de dos centímetros debajo de la superficie, permanece estéril; más abajo á lo largo de todo el trayecto recorrido por el hilo de platino, aparece una raya opoca espesa de donde parten á cada lado irra- diaciones como las barbas de una pluma. Los ale- manes le asemejan á una hoja de pino (Tannenbaum- cultur) pero la primera comparación me parece mas propia. Conforme avanza el cultivo, si este se ha hecho en gelatina, comienza la fluidificación de la sustancia y el cultivo va descendiendo poco á poco hasta que, una vez liquefactada la gelatina, cae al fon- do del tubo, bajo la forma de una nube espesa, turbia, de color gris blanquizco. La jalea de agar-agar funde á una temperatu- ra de más de 40o, así es que los cultivos hechos en esta sustancia, pueden colocarse, sin temor, en la estufa de incubación á 36’ó 38o. A esa temperatura las colonias nacen y se desarrollan con suma rapidez, de modo que á las 36 ó 40 horas es posible obtener un cultivo bastante crecido. Los cultivos en caldo no presentan particulari- dad alguna. Son muy convenientes para el método de observación microscópica denominada “gota col- gante’’, En cuanto al serum de sangre, la dificultad de su preparación no lo hace emplear con frecuencia. En otro trabajo complementario de éste he dado á conocer los diferentes métodos de cultivo de los anaerobios y como el bacilo del tétano pertenece á es- ta clase de bacterias, todos los procedimientos allí descritos son aplicables á él. Sin embargo, tratán- dose de elejir entre éstos los que ofrezcan mayores ventajas, recomiendo especialmente: 1) Páralos culti- vos en placa, el método de Kitasato; 2) para los culti- vos en tubo los métodos de Esmarch, de Liborius y de Roux. Cuando se trata simplemente de trasplantar una semilla de un cultivo puro, es preferible recurrir al método de Liborius; pero si el germen ha sido recoji- do del pus de una herida, en el qne se encuentra con- fundido con otros, es de necesidad emplear el cultivo en placas ó mantener el pus sospechoso, durante ]/2 hora en un caldo calentado á 90o Una de las particularidades más notables que posee el bacilo del tétano es. la formación de gases cuyo desprendimiento dá un olor sui generis á los •cultivos. Dicho olor que Kitasato llama empitclimá- tico (Brenzlich) es comparado por Sanche# Toledo y Veillón al que despide el cuerno quemado. Para la fácil comprensión de la materia, me ha parecido conveniente y al mismo tiempo útil, á seme- janza de Eisenberg, (1) reunir en el siguiente cuadro los principales caracteres del micro-organismo de ■que me ocupo. Bacilo del Tétano—Nicolaier—Kilasaío Medio habitual La tierra Forma Bastoncitos cortos, hilos largos, forma de alfiler. Movilidad Poco movible. Germinación En la gelatina á la tempe- ratura de 18 á 20o co- mienza á germinar desde el tercero ó cuarto día. En el agar á la tempe- ratura de 36 á 38o nace á las 24 ó 36 horas. Forma del cultivo E11 placa Colonias redondas y espe- sas en el centro, con irra- diaciones en todo sentido (1) “Bakteriologische Diagutiok"—Hamburgo—1888. 22 E11 tubo En la estichcuttüra, una raya espesa, con hilos laterales como las bar- bas de una ploma. © Esporulación Forma esporas redondas, vol uminosas, refrinjentes Relación con el aire. ... Anaerobio. Producción de gas Despide gases de un olor especial. Relación con la tempera- La temperatura de 36 á tura. 38o—es la más favora- ble—Resiste la tempe- ratura de 90 o por hora. Relación con la gelatina.. Fluidifica la gelatina. Coloración Se colora muy bien con la fuchsinay el violeta 6 R Secreción de venenos... Secreta venenos muy acti- vos, toxinas. Patogénesis Produce el tétano, por ino- culación en la mayor parte de los animales: conejos, cuyes, caballos, perros, ratas, etc. No se ha inoculado al hombre. Experimentos sobre los animales.—Si se inocula bajo la piel de un animal, tal como el conejo ó el ra- tón, cierta cantidad de cultivo puro de bacilos tetá- nicos se observa que á las 20 ó 24 horas se manifies- tan los primeros .síntomas de la enfermedad. Estos síntomas consisten en contracciones tónicas de los músculos de la rejión en que se ha inoculado el ve- neno. Poco á poco se generalizan dichas contrac- ciones, hasta constituir un cuadro completo, como el que se observa en un individuo atacado de tétano, á saber: respiración corta y acelerada; aumen- to de temperatura; contracciones tónicas generales que se exacerban por toflo exitante: contacto, acción de la luz, soplo, etc. Este estado se prolonga durante algún tiempo y el animal sucumbe irremisiblemente, si el cultivo inoculado es de alguna fecha. A la autopsia, las lesiones anatómicas son insig- nificantes y á veces nulas. Ni aún el sitio de la ino- culación presenta alteraciones dignas de tomarse en cuenta; en algunos casos hasta me ha sido difícil, al practicar la necropsia, encontrar el lugar preciso en que se había hecho la inoculación, tan pequeña es la acción local producida por el veneno tetánico. Es- te hecho concuerda con los fenómenos observados en la clínica: las heridas de los enfermos de tétano ape- nas sí se distinguen de las de los demás. Efectos semejantes á los que quedan descritos, se obtienen también por U inoculación del pus reco- jido de las heridas de los enfermos de tétano, don- de siempre se encuentra el bacilo específico, ya solo, ya en unión de otros microbios. También se le ha- lla constantemente en los tejidos que circundan la herida. Al tratar de darse cuenta de los efectos causa- dos por el ájente tetánico sobre el organismo ani- mal, se ha sucitado la cuestión de si los espresados microbios penetran ó no en el torrente circulatorio para ser trasladados á los demás órganos. Nicolaier, Beumer, Bonnome, y Kitasato, basándose en su expe- riencia personal, creen que el micro-organismo en forma de alfiler, queda localizado en la herida, y los tejidos muy vecinos; Sánchez Toledo y Veillón no son tan afirmativos, inclinándose á pensar que duran- te la vida pueden pasar á la sangre, aunque en nú- mero bien pequeño, limSi al extremo de unidad", se- gún la frase empleada por estos autores. Por mi parte me inclino hacia la opinión susten- tada por los experimentadores alemanes, y esto fun- dándome en que el bacilo tetánico no puede encon- trar en la sangre condiciones apropiadas para su existencia, á causa de su carácter anaereobio y de la riqueza en oxígeno del líquido sanguíneo. No puede presentarse como argumento contra esta opinión, el hecho de que se haya producido el tétano por inoculaciones de sangre, de fracmentos de médula ó de los líquidos secretados por el hombre ó el animal tetánico; por que, como veremos más ade- lante, las sustancias solubles, secretadas por los mi- crobios, penetrando en la sangre y los demás órga- nos, son capaces de determinar por sí solas las con - tracciones tónicas, características de la enfermedad. Creo, pues, que aquí sucede lo mismo que en la difteria. El bacilo de Lófifer y Klebs (i) se loca- liza en las falsas membranas de la laringe, y sin em- bargo actúa á distancia por intermedio de las sus- tancias tóxicas que secreta. Veneno elaborado por los bacilos del tétano.— Si se filtra por medio del tubo de porcelana de Pas- tear un cultivo puro de bacilos tetánicos y se inocu- la el líquido resultante de la filtración, á un conejo por ejemplo, el animal es presa de contracciones musculares, cuya intensidad está en relación con la edad del cultivo que se ha usado. Esto prueba de la manera más terminante que no es indispensable (1) Aunque Klebs fué el primero que vió el bacilo de la difteria, se atribuye generalmente el á Loffer, por que él fué quien hizo los primeros cultivos y las pr.meras inoculaciones con re- sultado positivo. la presencia de los bacilos para obtener el tétano ex- perimental, y que basta, para llegar á este resultado, inocular los productos solubles que han atravesado el filtro, libres por consiguiente de todo germen fi- gurado. Hace ver, igualmente, que el bacilo tetánico en su completo desarrollo, en la plenitud de su vida, elabora un veneno capaz de producir una intoxica- ción semejante á la de la estricnina. Que la potencia tóxica del veneno tetánico, au- menta con la edad del cultivo, lo prueba la experi- mentación animal. En un cultivo" joven, de 6 á 8 días, la sustancia tóxica está tan atenuada, que el animal inoculado apenas presenta contracciones li- jeras y se restablece. En cambio, el mismo cultivo inoculado 2o días después, mata rápidamente al ani- mal, en medio'de contracciones violentas, con un té- tano fulminante. La idea de que el bacilo de que me ocupo obra en virtud de un veneno elaborado por él mismo, fué ya sostenida hace mucho tiempo por Nicolaier, Ro- senbach y Fliige, pero necesitaba de la confumación experimental. Este vacío ha sido llenado solamente en los líltimos años por los trabajos de Brieger, Weil y Kitasato en Alemania, de Vaillard, Vincenty Roux en Francia, y de Faber en Copenhague. Acabamos de ver que el producio de la filtra- tración de los cultivos contiene una sustancia vene- nosa muy activa (i), que no pueden ser formada si- no por los microbios; que su poder tóxico aumenta con la edad del cultivo; y que, en fin, produce el té- tano en ausencia absoluta de los bacilos de Nicolaier. Pero cnál es la naturaleza de esta sustancia? Los trabajos de los experimentadores antes ci- (1) 0’00000025 de CC. dú la muerte á un ratón, según Vaillard. tados, tratan de determinarla, como vamo,s á verlo en seguida. Al principio de sus estudios, Brieger la compa- ró á las ptomaínas y creyó encontrar en la mezcla la tetanina, tetanotoxina y la espasmo-toxina, pero más tarde reformó sus opiniones. Kitasato y Weil describieron después procedimientos para aislar dos compuestos ptomaicos, bajo la forma de clohidratos de tetanina y de tetanotoxina; mas, las inoculacio- nes practicadas con dichos compuestos dieron por resultado un cuadro sintomático muy poco parecido al del tétano. Por otra parte, las ptomaínas son cuerpos estables, lo que no sucede con los líquidos obtenidos por la filtración de los cultivos. Trabajos posteriores realizados en Alemania por Brieger y Fránkel y en Francia por Vincent, han demostrado que el veneno tetánico es un compuesto albuminoi- deo, semejante á las diasteses, y al que los primeros autores lo han bautizado con el nombre de toxalbu- mina. A igual conclusión han llegado los trabajos de Faber en Copenhague y de Tizzoni y la señorita Catani en Italia. Vaillard y Vincent que han estudiado últimamen- te esta materia, atribuyen las propiedades siguientes á la toxina en cuestión. La temperatura de 65o destruye ó disminuye por lo menos, la acción del veneno. Un líquido acti- vo que mata á un cuye á la dosis de 1/200 de centíme- tro cúbico, es completamente atenuado si se le man- tiene por 40 minutos á 60o ó 20 minutos á 62o. Calentado á 65o durante 30 minutos, se vuelve com- pletamente inactivo. Mantenido al abrigo del aire en vasos cerrados, conserva su actividad por mucho tiempo (4 meses), Espuesto al aire y á la luz solar, pierde su actividad después de un mes. Por último comparando la toxina tetánica al veneno la difteria, los mismos autores agregan: “ El véfieúo tetánico no presenta ninguno de “ los caracteres de las ptomaínas ni de los otros al— “ caloides. Por el conjunto de sus propiedades se “ aproxima del veneno diftérico, que Ro'ux y Yer- “sin han comparado con las diastases y las ponzo- “ ñas. Como las primeras, destruido por el calor, “ por el aire y la luz solar; es precipitable por el al- “ cohol y adhiere á ciertos precipitados. Como las “ ponzoñas, obra á dosis imponderables, y no pro- “ duce acción alguna si es ingerido por las vías di- “ gestivas.” No creo que se haya dicho la última palabra en cuanto á la determinación de la naturaleza del veneno tetánico, pero he juzgado conveniente hacer conocer en el presente trabajo, el estado actual de la cuestión y lo que se ha hecho en este sentido. Espero sí que muy pronto se aclararán las dudas, tan rápidamente avanza la ciencia esperimental hoy en día. Patogenia.— Pasando ahora á ocuparme de la patogenia probable del tétano, según los datos sumi- nistrados por la biología del bacilo—alfiler, por las propiedades de la toxina tetánica y por los esperi- mentos llevados á cabo por algunos observadores al estudiar la acción de esta última sobre los centros medulares, voi á decir con franqueza, pero sin pre- tensión alguna, lo que pienso al respecto; y para esto no haré mas que seguir al bacilo desde que es introdu- cido en la herida junto con la tierra, hasta la explo- sión de los fenómenos que caracterizan el mal. Un caso ocurrido hace poco tiempo me dá la ocasión de poder llenar más fácilmente mi tarea. El Sr. Rouillón sufrió en el pueblo de Miraflo- res, una caída de caballo, en cuyo accidente tuvo la desgracia de fracturarse los huesos del antebrazo izquierdo, cerca de la muñeca. Uno de los fracmen- tos perforó la piel produciendo, como es de suponer- se, una herida desigual que fué cubierta de tierra, 28 pues la caída se verificó á la entrada del pueblo don- de el terreno es bastante suelto—Curada la heri- da, hecha la coaptación de los huesos, siguió un curso regular, sin mas complicaciones que una infla- mación local considerable, que se estendió hasta el codo. Seis ó siete días después del accidente y cuando se creía que el enfermo estaba fuera de todo peligro, se presentan las primeras contracciones tetánicas en los músculos del brazo herido; aparece en seguida el trismus, luego se contraen los músculos del cuello, y del otro brazo, constituyéndose un tétano generali- zado. Después de alternativas más ó menos conso- ladoras y no obtante un tratamiento activo, consis- tente en inyecciones intravenosas de doral, y en des- bridaciones del flemón, el enfermo sucumbe por asfixia, á causa de que las contracciones espasmódicas ganaron el diafragma. He aquí á mi juicio, lo que probablemente ha pasado en este caso. La tierra conteniendo los jér- menes potógenos penetró en la herida, que por su forma y la carencia de medios antisépticos, no pudo ser desinfectada convenientemente desde los prime- ros momentos; el bacilo tetánico introducido así bajo la piel, junto con los fracmentos de hueso reducidos, encontró las condiciones de anaercobiosis, necesarias para su desarrollo, el que tuvo lugar al abrigo del aire y con una temperatura de 37 á 38o, ni más ni menos que en un tubo de cultivo—Durante los siete días de incubación, trascurridos desde el accidente hasta el primer espasmo, se hizo la elaboración de las toxinas, las que una vez absorbidas, en potencia venenosa, obraron sobre los centros medulares, para determinar los fenómenos espasmódicos del tétano. Señores:—Antes de terminar, os debo una pa- labra de agradecimiento por la benevolencia con que me habéis escuchado; y solamentente os supli- co que disimuléis las imperfecciones de este trabajo, no sea más que por la importancia del asunto que me ha servido de tema. Lima, Junio de 1891. CUESTIONARIO PARA EL GRADO DE DOCTOR DEL BACHILLER David Matto. Anatomía Descriptiva Sustancia gelatinosa de Rolando. Fisiología Glicogenia hepática. Patología General Delirio: su definición patogenia y caracte- res clínicos. Terapéutica y Materia Médica Tratamiento del Té- tano. Anatomía General y Patológica Sangre —Tubérculo. Nosografía Quirúrgica Tratamiento de los tumores blancos. Nosografía Médica Periencefalitis difusa Anatomía Topográfica y Medicina Operatoriv Región Occipito fron- tal. Trepanación. Oftalmología Astigmatismo. Física Médica é Higiene Acción del suelo so- bre los microbios patógenos. Química Médica Glucosa úrica: su de- terminación clínica y su significación patológica. Zoología y Botánica Médicas Principales plantas de la familia de las Algas. Paetos,EnfebmedadesPuebpeealesydeNíños Textura muscular del útero grávido. Medicina Legal y Toxicologia Valor del gonococo en las investigaciones médico legales. Faemacia ...Preparación del io- doformo. Clínica Médica (hombbes) Relaciones delíubór- culo pulmonar cois e) lupus. Clínica Médica (mujeees) Diversidad de la Tu- berculosis. Clínica Quieuegica (hombees) Luxación coxo-femo- ral. Diagnóstico di- ferencial de sus va- riedades y de la fractura del fémur Clínica Qüiküegica (mujeees) Práctica déla anti- sépsia en las opera- ciones quirúrgicas. Clínica de Pastos Conducta que debe observarse en los ca sos en que la cabeza queda retenida en el estrecho superior estrechado, después de la expulsión del tronco. Lima, Julio 4 de 1891. José Casimiro Ulloa Secretario V.° B.° V ILLAR