rMrjaEisnKem 
SOBRE LA 
COCA DEL PERU 
[Erythroxylon Coca de Lamarck.] 
Escrita y sostenida, para obtener los grados de Licenciado y Doctor 
en la Facultad de Medicina de la Universidad 
de. San Marcos de Lima, 
y<iÁe. jl. de: laA SllaA, 
POR 
SIENDO SUS PRESIDENTES 
IíCs'L’D. Co/fccT.eríO*. 
TIPOGRAFIA DE LA “GACETA HEDICA” 
POR J. S. VERSABA. 
1863. La Coca fait, en Araérique, Ies ddlíces des trois natíons 
qui descendent des Incas.... Aucune substance ne 
rend 1’ homme plus capable de résister it 'l’ abstinence, aux 
intemperies et íi toutes les causes alterantes et destructivos, 
qui agissent aauB reláche sur son fragüe organisme. 
Boucuardat Manuel de Matiére médicale PRIMERA PARTE. la cosa mim 
INTRODUCCION, 
Señores: 
La Naturaleza siempre sabia y en 
todo previsora, si bien ha colocado al 
hombre sobre la tierra expuesto sin ce- 
sar á numerosas causas de enfermedad, 
le ha rodeado de los medios á propósito 
para contrariarlas, mas aun, para ven- 
cerlas, dotándolo de las facultades propias 
para adquirir el conocimiento de dichos, 
medios. 6 
Efectivamente, animales y vegetales 
hoy existentes suministran al hombre re- 
cursos inapreciables de que él aprovecha 
diariamente, ya en la salud, ya en la en- 
fermedad, porque le proporcionan los 
unos no pocos placeres, al paso que los 
otros le dan los medios de mitigar sus 
dolencias, previniendo, combatiendo ó 
atenuando los desórnes resultantes, de la 
excesiva ó inmoderada acción de los agen- 
tes naturales. 
Empero, sabemos que el hombre no po- 
sée estos conocimientos por intuición, si- 
no que por la observación y la experiencia 
diarias ha llegado á encontrar que los ve- 
getales contienen en sí principios dota- 
dos de propiedades tales, que obrando 
sobre su organismo mantienen unos su 
salud, otros sostienen sus fuerzas, y unos 
y otros combaten los agentes que le 
atacan sin cesar desde el momento en 
que nace. 
Como la consecuencia legítima de es- 
tos conocimientos ha nacido el empleo 
universal de las plantas, ya como bebidas 
fermentadas, ya cocidas, ya reducidas á 
polvo. 
Es sabido que las plantas tienen pro- 
piedades diferentes. Ahora bien: entre 7 
ellas hay algunas que, estimulando el sis- 
tema nervioso, devolviéndole sus fuer- 
zas perdidas, y permitiendo soportar el 
calor y el frió, el hambre y la sed, la 
fatiga y la vigilia, son de un uso vulgar 
en los diferentes lugares del globo, y que 
sin atacar, sin alterar las funciones di- 
gestivas , trastornan pasageramente las 
funciones celébrales: tales son las bebidas 
fermentadas [alcohólicas casi todas] y 
que nos son bastante bien conocidas, y 
muchas sustancias narcóticas. 
Entre las muy raras y en consecuencia 
poco conocidas, citaré de preferencia el 
Octli de los mejicanos (vino favorito de 
los aztecas, preparado con el jugo del ma- 
guey, y llamado pulque por los españoles) 
el pulke de los araucanos; el dzua de los 
peruanos (llamada chicha por los españo- 
les). Debería recordar también aquí, en- 
tre las plantas mas notables, el Cotth de 
los Abisinios, cuyas yemas y hojas son 
un manjar delicioso, que íes permite 
atravesar grandes desiertos sin cansancio 
y sin necesidad de comer ni dormir; el 
PochoÜ, el tliljóchitl, el jochinacaztli, el 
micajochitl, la célebre chia, el pehihotl, 
plantas todas de los mejicanos que obran 
sobre la economía casi del mismo modo 8 
que el Cotth de Abisinia, pero con mas 
ó menos intensidad que él. 
Nosotros, pródigamente dotados por la 
Naturaleza con una flora tan rica que en 
sus múltiples manifestaciones ha sobre- 
pesado la imaginación de los poetas, como 
dice el Dr. Lorente, autor de la “Historia 
del Perú,” poseemos también entre otras 
plantas, una que goza en alto grado de 
dichas propiedades, y que nos interesa 
sobremanera, por ser exclusivamente pe- 
ruana y por las ventajas que de su acción 
terapéutica reportaria la ciencia; 
Dicha planta es la llamada Kulca por 
los Incas, y Coca por los españoles; Éiyy- 
throxylon coca de Lamark, arbolillo cuyas 
hojas son de un uso diario entre los in- 
dios de nuestro país, y cuyas cualidades 
notables, preciosas y útiles son, en la ac- 
tualidad, casi un misterio para la ciencia. 
No quiero decir con esto que la Coca no 
haya sido absolutamente estudiada por 
algunos viageros y naturalistas, puesto 
que lo ha sido desde tiempos atrás; pero sí 
que entre aquellos que lo han hecho, figu- 
ran muy poco los peruanos (como lo 
haré ver en el capitulo destinado á la Bi- 
bliografía), que son los únicos que por po- 
seer el idioma peruano y por otras venta- 9 
jas que tienen sobre los extrangeros, y que 
no se ocultan á vuestro claro juicio, po- 
drían estudiar con completo buen éxito 
las propiedades de la preciosa planta in- 
dígena, de que me ocupo. 
He elejido el estudio de la Coca pa- 
ra la actual Tesis, porque desde mis pri- 
meros tiempos de estudios médicos he te- 
nido vehementes deseos de hacer conocer 
siquiera imperfectamente los productos na- 
cionales que pudiesen ser utilizados como 
medios de combatir las enfermedades; ha- 
biéndome siempre llamado la atención de 
preferencia la Coca, ya por haberla cono- 
cido desde mis primeros años, ya por las 
ventajas que de ella veia obtener á los 
indios, ya porqué su acción terapéutica no 
es suñcientemente conocida, lo que la im- 
pide prestar los inmensos servicios que, 
según creo, está destinada á producir. 
CAPITULO I, 
RESEÑA HISTÓRICA 
Casi todos los primeros escritores del 
Perú selian ocupado de la Coca y aun lian 
compuesto sobre ella discursos, memorias 
y disertaciones; pero solo la consideraron 10 
en sus relaciones con el comercio, la reli- 
gión y el gobierno, dejando á un lado .su 
estudio científico. Una que otra pincelada 
del padre Acosta en su Historia Natural, 
y con mas exactitud aun el Inca Grarcilasso 
déla Vega, en sus Comentarios Reales so- 
bre su aspecto y virtudes, es lo único que 
se nos ha trasmitido. Los demas escrito- 
res no han hecho mas que copiarlos servil- 
mente ó desfigurarlos, salvo la brillante 
Disertación del Dr. Unánue que nos ba 
comunicado algo nuevo sobre su estu- 
dio bajo el punto de vista de la Historia 
natural; así como algunas apuntaciones 
del Dr. Gabriel Moreno, de los naturalis- 
tas Tafalla y Pulgar, y últimamente del 
distinguido naturalista Sr. Raymondi en 
sus 1Elementos de Botánica, del Dr. Wed- 
dell y de los SS. Tchudiy Meman. Los de- 
mas escritores así nacionales como extran- 
geros, no hacen otra cosa q’ reproducir las 
ideas de los escritores antiguos, á este res- 
pecto, oscureciéndolas notablemente, exa- 
gerando sus virtudes hasta lo maravilloso, 
ó desfigurando completamente los hechos. 
Las únicas fuentec verídicas de que he 
podido tomar datos relativos á la Coca 
son, pues, las obras de Acosta, Grarci- 
lasso, Unánue, Raymondi y Niéman. 11 
La Coca parece que ya era conocida ¿ 
cultivada por los primeros moradores del 
Perú, mucho antes del Imperio de los 
Incas. 
Los arbustos que la producen y que tie- 
nen el mismo nombre se consideraban 
en los tiempos del Imperio, como simu- 
lacros animados de la divinidad que en- 
tonces se adoraba en el Perú, es decir de 
Pachakgámakg, [*] ó de su representante 
visible el sol; sus sementeras se considera- 
ban como un santuario donde todo mortal 
doblaba la rodilla. Los solemnes sacrificios 
del Kgapakg hraymi, Inti Jiraymi, bituhua 
hraymi y Hraymi Kganta-hrayqui, en que 
se intentaba manifestar el esplendor del 
Imperio y la magestad del Sol, á quien 
eran dedicados, no podian celebrarse con 
agrado del Pacha kgamakg si las víctimas 
no eran rodeadas, durante todo el sacrifi- 
cio, del sagrado humo de loscestillos de co- 
ca que los sacerdotes arrojaban al fuego. 
Los oráculos no contestaban y los agüeros 
eran terribles, si el gran Huyllakg-hwna 
[sacerdote] al consultarlos no mascaba la 
[*] En la imposibilidad de representar por alguna letra de 
nuestro alfabeto la pronunciación de una letra muy gutural 
del quechua, he creido oonveuiente representarla por kg; así 
como la r sencilla al principio de dicción por hr. 12 
yerba sagrada. Era una profanación inau- 
dita visitar las huacas (túmulos) de los ante 
pasados é invocar sus sombras,sin acercar- 
se con la boca llena de la sagrada hoja, en 
señal de respeto; la divinidad tomaba 
pronta venganza de este atentado; y lo mis 
mo hacian las Kgoyas y las Mohínas [dio- 
ses del oro y de la plata], ademas de hacer 
impenetrables los cerros, si el que buscaba 
aquellos metales no los aplacaba con el 
olor de la coca. Los viajantes ofrecían esta 
preciosa hoja á los apachíhtas ó Kgoto b aya 
hruini (montones de piedras), con la espe- 
ranza de que en los desiertos mas estériles 
les sostuviera la vida, libre de las invasio- 
nes del hambre, de la sed y del cansancio. 
íío menos eficaz en las poblaciones que 
en el campo, se juzgaba al abrigo de todo 
crimen y desventura la casa en que se 
conservaba la sagrada yerba. Q,ue se con- 
jurasen todas las desgracias, todos los pe- 
sares que pueden oprimir á un hombre 
desventurado, nada le importaban al pe- 
ruano que llevaba coca en cualquier parte 
del cuerpo; pues se les veía, y aun se les 
vé en el dia á algunos de los aborígenes 
peruanos, con esa serenidad de ánimo con 
que el Griego presenciaba la muerte de 
sus padres y la degollación de sus amigos, 13 
cuando tomaba el Nepente. El favor de la 
fortuna y los triunfos de Cupido solo po- 
dían asegurarse con la eoca, virtud prin- 
cipal del Kgari munachikg y el Kgollkgi- 
munachikg; y si en los últimos períodos de 
la vida, si en aquellas enfermedades en 
que el paciente era víctima de la deidad 
indignada, podía esperarse algún auxilio, 
debía buscarse únicamente con esta yerba 
celestial. 
Por estos motivos, en el principio del 
Imperio, el uso de la coca se reservó solo 
á los Incas, creyéndose indignos de él á los 
demas humanos que no traían como sus 
reyes un origen inmediato del cielo, y sus 
primeras augustas [Mama-üMa, esposa 
de Mayta-Kgapakg, IY Inca, y las 2 rei- 
nas siguientes] se decoraron con su nom- 
bre. La constituyeron también en símbolo 
de la pureza y de la belleza, como lo prue- 
ban muchos de los himnos de aquellos 
tiempos que aun se conservan entre algu- 
nos indios. 
La Coca, pues, señores; esa plan- 
ta divinizada por nuestros padres los 
primeros civilizadores del Perú; y aun 
aplaudida hoy por muchos, y estudiada 
con cierto empeño, de algunos años á es- 
ta parte, por varios naturalistas europeos, merece sin duda ser el objeto de un es- 
tudio preferente de parte de todos los pe- 
ruanos que tengan algún amor á la ciencia 
y deseen el engrandecimiento de la patria. 
A ellos, y en especial á esa juventud ávida 
de ciencia y de gloria que en este momen- 
to es el orgullo de la Escuela de Medicina 
de Lima es á quienes dejo un estudio mas 
detenido de esta preciosa planta, de la que 
me ocuparé solo en hacer un bosquejo. 
14 
CAPIPÜ LO II. 
ESTUDIO BOTÁNICO. 
Sinonimia—Kuka de los peruanos—Co- 
ca de los españoles—Hayo de los 
guangos—Ipadü de los tupinis—Co- 
ca peruana (IT, nandez)—(]. occiden- 
talls (prégase)—d. herba (Benzon) 
—Myrto si milis índica (Bauhin)—C. 
pertwiaiioruin (Johnston)— Hierba 
cuca (Ortega)—Erytroxyloil (Brown) 
Erytbroxyluin (Linneo)—E<m c. (La- 
rnark) — Ewu peruano ( TTnánue )— 
Eum- o. (De Candolle)—E®n peruvla- 
lioruill (Bresscott). ; 15 
DESCRiPCioN.mLa Coca, arbolillo origi- 
nario del Perú, pertenece al género 
Erytroxylon clasificado por Linneo en 
la Decandria Triginia, por Lamark en 
los JRhamnnos, por A. L, Jumen en 
las Malpigeáceas, por TJnánue, De Can- 
doUe y Lindley en una familia distin- 
ta de los vegetales exógenos, las Ery- 
íroxihm 
Esta familia comprende árboles y ar- 
bolillos cuyos principales caracteres bo- 
tánicos son: raiees de divisiones oblicuas* 
tronco ramificado, corteza rugosa; ramas 
alternas, comprimidas , hácia su vértice y 
cubiertas de escamas agudas é imbrica- 
das; hojas ordinariamente lisas y alter- 
nas; estípulas axilares; flores pequeñas, 
blanquizcas ó verdosas; pedúnculos axi- 
lares, solitarios ó agregados, y que na- 
cen de entre una multitud de bráctea» 
escamiformes; cinco cépalos soldados en 
la base y persistentes; cinco pétalos hi?- 
póginos ó iguales, de base ensanchada, 
provista de una escama (nectario) plega- 
da, aplicados los unos sobre los otros en 
la prefloracion; 10 estambres monadel- 
fos en súbase; anteras adnatas, rectas,de 
2 celdillas que se abren longitudinalmen- 
te; ovario de 3 celdillas, de, las cuales 16 
abortan 2, resultando de allí un fruto 
drupáceo, monospermo, rojo ó parduzco, 
oblongo ú ovoide; 3 estilos libres, ó sol- 
dados casi hasta su vértice; 3 estigmas; 
óvulo solitario, suspendido, anátropo, 
sexil; granos angulosos (cariópsides); al- 
bumen harinoso ó nulo; embrión recto, 
central, de cotilédones plano-convexos; 
radícula cilindrica, recta, dirijida hacia el 
hilo. 
Esta familia se compone del único gé- 
nero Erythroxylon, que comprende 75 es- 
pecies, las cuales habitan principalmente 
la América del Sur. Se encuentra también 
al gunas especies en las Indias Occiden- 
tales v Orientales, en la Isla de Francia, 
en Madagascar; pero su sitio favorito es 
el Perú, y después el norte de Bolivia 
y la parte intertropical y occidental del 
Brasil. 
Entre estas especies son pocas las que 
se emplean en Medicina; sin embargo, 
la corteza del Eryihroxylon arioliton de los 
alrededores de Cartagena es un exelente 
tónico; sus hojas frescas, machucadas, 
constituyen un epítema de una eficacia 
muy notable contra la tiña favosa; tam- 
bién el jugo acídulo, esprimido de su fru- 
to, es á la vez diurético y purgante.