Facultad de Cíéncias Médicas MM DE li PRIMERA EDAD T É S I S PARA OPTAR AL GRADO DOCTOREN MEDICINA POR LAUREANO R1VAS MIGUEZ Ex practicante interno del Hospital Español Licenciado en Farmacia por la Facultad de Ciencias Médicas BUENOS AIRES imprenta de M. BIEDMA, calle Belgrano números 133 y 135 1 S 7 9 ^Facultad de ^iencias yWÉDicAs Decano Dr. D. SANTIAGO LARROSA Vice Decano « « MANUEL ARAUZ Tesorero « « MAURICIO GONZALEZ CATAN Académicos « « NICANOR ALBARELLOS « « MANUEL A. MONTES DE OCA « « MANUEL PORCEL DE PERALTA « « MAURICIO GONZALEZ CATAN « « CLETO AGUIRRE « « ERNESTO ABERG « « SANTIAGO LARROSA « « PEDRO A. PARDO « « MANUEL ARAUZ « « LEOPOLDO MONTES DE OCA « « EDUARDO WILDE « « PEDRO A. MATTOS « « JOSÉ T. BACA « DOMINGO PARODI « « RAFAEL HERRERA VEGA Secretario « « JACOB DE TEZANOS PINTO ESCUELA DE MEDICINA ASIGNATURAS CATEDRÁTICOS Anatomía descriptiva y topográfica Dr. D. 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Santillan Higiene pública y privada » » Pedro Mallo Patología esterna » » Lucio Melendez Patología interna » » Luis Tamini Clínica Quirúrgica y operaciones ...... » Juan A. Argerich en ejerc. Oftalmología y Clínica Oftalmológica » » Pedro F. Roberts Clínica Médica » » Juan B. Gil Medicina legal y Toxicología » » Manuel Blancas Obstetricia y Clínicas respectivas .,...» » Antonio T. Ballestee Disectores JUAN J. NAON-FELIPE BASABILBASO DOCTOR DON PEDRO A. PARDO PRESIDENTE DE TESIS MIS J^ADJ^ES Manuel Rivas - María Miguez Tiene puerzas intensas de sobra para vencer tiempo y distancia, el pensamiento y gratitud del hijo que os consagra este pequeño trabajo. ¡Juana del Pampo de Jaivas Tus méritos como Esposa, y Madre, me obligan á consignar tu nombre como un recuerdo del cariño que te profesa tu esposo. mas grande, amigo y compañero de 3ni ornado Dr. D. José Antonio Lasarte Señor Presidente : Señores Académicos: Someto hoy ante vuestro recto criterio, la última prueba que exige la Facultad de Ciencias Médicas para optar al honroso título de Dr. en Medicina. El tema elegido versa sobre la nutrición de la primera edad, (a) No supongáis ver en mí la pretensión de haber hecho un trabajo completo sobre materia tan importante: el móvil que me ha guiado á presentároslo, responde tan solo á cumplir las prescripciones del reglamento que nos rige. No obstante señores; abrigo la esperanza de que algún dia, provisto de los elementos que proporciona la práctica pueda ampliar el estudio sobre punto tan digno de tomar en consideración por mas de un motivo, teniendo siempre presente para el. mejor éxito de mis deseos los conoci- mientos que pude adquirir á vuestro lado, durante los lar- gos años que demanda la árdua tarea que nos hemos impuesto. Permitidme en el desarrollo de este pequeño trabajo, elimine en lo posible ciertos términos técnicos, á fin de (a) La primera edad según Halle se halla comprendida desde el momento del nacimiento hasta los siete años. 10 ponerlo al alcance de los profanos en medicina, teniendo en vista que solo á ellos podrá reportar algún beneficio. Debo ante acto tan solemne como grande para mí, utili- zar la oportunidad de manifestaros un voto de gratitud, al separarme délas aulas dónde he escuchado con profundo respeto vuestras sabias lecciones. INTRODUCCION Durante mi internado en el Hospital de San Juan de Dios, fui mas de una vez vivamente impresionado por el aspecto que presentaban tiernas criaturas, que conducidas por sus nodrizas concurrian á esta casa de Caridad en demanda délos auxilios de la ciencia. Doloroso era ver estos desgraciados niños; su palidez, el enflaquecimiento sumo, la flacidez de sus carnes, y ese aspecto especial de vejez formaban un conjunto que ponia de manifiesto que su estado de demacración era debido á la nutrición mal dirigida, á que les habian sometido las personas encarga- das de velar por su existencia. Triste es decirlo; pero en las mismas condiciones se hallan sin número de niños y podremos asegurar, que si no se toman medidas mas enérgicas para asegurar tanta existencia en peligro, tomará creces el número de defun- ciones que, como tendremos ocasión de ver, es hoy bastante alarmante. Las fuentes de estos males están en cierta clase de la sociedad en dónde el abandono, la corrupción y la falta de alimentos, es cada dia mayor. Veámos entre tanto cuán funestos son los resultados de la nutrición mal dirigida y para ello apelamos á la autorizada palabra del Dr. Blan- cas que nos decia: La mortalidad de los niños en Buenos Aires, es debida en su mayor parte á la falta del régimen 12 en la administración de los alimentos, y á las otras causas que ya dejamos enumeradas, que dán una mortalidad que asciende á la enorme cifra de 60 por 100. Nuestro emi- nente maestro el Dr, Rawson, consigna en sus conferen- cias de higiene (1) la cifra de 50 á 60 por 100. Es pues apremiante poner en práctica los medios mas conducentes á la aminoración de tan funesto resultado, que como se comprende roba un sin número de ciudadanos. ¿Podre- mos culpar á los infatigables obreros de la ciencia que jamás dejan sus árduas tareas en beneficio de sus seme- jantes? Podrán, como lo hacen, prodigar á manos llenas los conocimientos que acosta de tantos desvelos adquie- ren ; pero su autorizada palabra es muchas veces desoi- da, y otras se estrellará contra la indolencia de ciertas gentes que impugnemente abandonan á sus hijos, puesto que no hay quién ponga trabas á sus torpezas. Es necesario decir la verdad : si las autoridades encar- gadas de velar por la salud pública, no toman un interés decidido en favor de tanta víctima, los desvelos de los hombres de la ciencia serán casi completamente inútiles. Algo pues, hace falta por parte de la autoridad para cortar de raiz el abuso que cometen ciertas madres de familia, en quienes no se ha desarrollado el amor de la maternidad, escudándose bajo el amparo de aquellas, que no se ocupan cual deben de asunto tan trascendental para el pais. Es pues á ellos á quienes debemos dirigirnos y decirles: la mortandad de los niños es aterradora; la ciencia os indica los medios de disminuirla;., á vosotros toca hacerla cumplir. Si felizmente los desastres no son tan grandes entre nosotros como en Francia, es porque la mayoría de las madres en Buenos Aires cumplen con el cometido que la Extractadas por el Dr. Maglioni, 1876. 13 naturaleza les impuso, con una abnegación digna de elo- gio ; yasi.se equilibra en parte el favorable resultado que dan sus solícitos cuidados, con los funestos que pro- porciona esa minoría, que abandona el fruto de su con- cepción. Según el doctor Rawson, en Francia la mortandad es de 48 á 90 por 100; pero esto se esplica por la funesta costumbre de que, asi como entre nosotros tenemos por hoy la satisfacción de ver'que la mayoría de las madres amamantan á sus hijos, allí por el contrario, los entregan á nodrizas mercenarias, comprometiendo salud y belleza de sus hijos, por no comprometer el sueño, belleza y en- cantos propios. ¡ ¡ Triste compensación al bien estar de las madres la ruina de sus hijos!! No comprendo tam- poco que encantos podrá perder la mujer que cria á su hijo. ... Lo que les sucederá mas de una vez, será re- coger niños que no son sus hijos, tan solo por no perder los fútiles goces del mundo, prefiriéndolos á los de la ma- ternidad incomparablemente mas duraderos y grandes. Apesar de los cuidados que prodigan á sus hijos la ma- yoría de las madres, no siempre su resultado es favo- rable, acarrean grandes males los consejos que con una osadía que pasma, prodigan á manos llenas las gentes ignorantes, y que las madres acogen con una fé increíble, cuando no son otra cosa que preocupaciones basadas en tradiciones llenas de errores. El único consejero de las madres que quieren criar á sus hijos robustos, son los médicos, que llenos de conoci- mientos adquiridos en los largos años de su práctica ba- sados en la ciencia, conocen el método que deben adoptar. Sus palabras llenas de verdad, son la mejor guia para ha- cer sin obstáculos la jornada, que las ineludibles leyes de la naturaleza le han designado al ser madre. Hasta el cansancio repetiremos, que aun cuando sean 14 muchos los cuidados que las madres presten á sus hijos, serán siempre sin temor de equivocarnos, infructuosos, si desoyen como hemos observado la autorizada voz del médico, dando pábulo á creencias de personas, que no tienen mas mérito que su osadía. Lo que conseguirán si, será poner á sus queridos hijos en las mismas condicio- nes de aquellos cuyas madres desconocen sus mas altos deberes, esto es; contribuir á acrecentar el número de de- funciones, que como dejamos espuesto, asciende á la cifra de cincuenta ó sesenta por cien. < Consideraciones sobi'e la leche Siendo la leche el alimento mas importante para la nu- trición de la primera edad, vamos á permitirnos hacer al- gunas consideraciones generales sobre esta sustancia. La leche es un producto de secreccion de las grandulas mamarias, que por los elementos que la constituyen, tiene el privilegio de ser el tipo de los alimentos. Tan es asi, que basta por sí sola para dar todo lo necesario para el completo desarrollo del nuevo ser, formándose á sus es- pensas los músculos, huesos, cartílagos, etc. Los principios constituyentes de este líquido son muy complexos, y para facilitar su estudio se han dividido en grupos que son : Caseum, azúcar de leche ó lactina, man- teca, agua, y sales, solubles unas é insolubles otras. Con- tiene como lo indican sus componentes, todas las condicio- nes de un alimento completo, en el cual las funciones de la nutrición hallan todos los elementos necesarios para la completa reparación orgánica; esto es: principios inme- diatos de naturaleza albuminoidea, representados aquí por 15 el caseum destinado á la reparación del organismo y prin- cipios ternarios, como la manteca, y el azúcar de leche, destinados á la producción del calor: sales diversas, co- mo el cloruro de sodio, el cloruro de potasio, y fosfatos alcalinos, fosfatos de cal, y de magnesia, que hacen sápida la leche, y favorecen su digestión; en fin, agua, que sirve de vehículo á todas estas sustancias, haciéndolas por el estado de división de unas y disolución de otras, mas ap- tas para la absorción. En resúmen, diremos que la le- che, es una emulsión natural procedente del reino animal, que encierra en sí todos los elementos de que se vale la naturaleza para el desarrollo y conservación del indi- viduo. Las proporciones relativas en que se hallan los compo- nentes del alimento que estudiamos, son muy variadas; no solo cuando se hace su exámen sobre productos de distintas procedencias, sino también cuando el análisis se limita á una misma mujer en distintas ocasiones. Apenas se encuentra sustancia que presente tantas modificaciones como la leche, tanto la de mujer como la de otros animales cualquiera que sea su especie vaca, cabra, yegua, etc. Muchas son las causas que concurren á alterar la rela- ción en la proporción de los principios constituyentes de este fluido, por lo que pasaremos algunas en revista. En los primeros dias que se siguen al parto, los caratéres físi- cos y químicos de la leche son enteramente diferentes á los que presenta mas tarde; así el exámen nos deja ver que al principio contiene gran cantidad de agua, poco caseum, poca manteca; pero en cambio ofrece alguna mas albúmi- na. Los elementos que constituyen esta primer leche ó calostro, van disminuyendo lentamente, siendo reempla- zados por otros que hacen el líquido mas nutritivo, po- niéndose siempre como se comprende, en relación con las necesidades que debe llenar; pero suele suceder que estos 16 elementos no se modifiquen ó lo hagan en pequeña escala; fenómenos debidos á un estado anormal de la mujer ó del animal, y en estas condiciones no solo es incompatible con el desarrollo del nuevo ser, sino que comparada con la de otra mujer de buena constitución, presentará notable dife- rencia. La edad, el género de alimentación, las influencias físi- cas y morales, y ciertas condiciones higiénicas, actuando sobre la leche son otras tantas circunstancias que obran de una manera marcada, no solo en la cantidad sino en la calidad del producto. Habíamos dicho que los elementos que constituyen la primer leche van siendo reemplazados por otros : efectiva- mente, las partes sólidas de esta sustancia como el caseum, manteca, lactina, etc., van aumentando los primeros me- ses, (esto es lo que generalmente se observa). Entonces se estaciona en las proporciones á que ha alcanzado en su grado de perfeccionamiento como alimento, para empezar su período de regresión después de un tiempo que varía según las condiciones de la mujer, y que algunos autores valúan por término medio, entre diez y veinticinco meses : época en que otros alimentos que no sean los de la madre pueden atender de un modo satisfactorio al desarrollo del nuevo ser. El sinnúmero de causas que pueden traer modificacio- nes en los principios constitutivos de la leche, esplican la notable variedad que ofrecen los análisis que vamos á ex- poner, tanto en la de la mujer, como la de los domas ani- males mamíferos, cualquiera que sea la especie á que per- tenezcan. Espuestos los cuadros, veremos de allanar las dificul- tades que sus resultados nos presentan, esto es: buscar los medios de que debe valerse el médico en la práctica para apreciar las cualidades del producto que someta al exá- 17 men y dilucidar si está en condiciones aptas para el fin que se le destina. Análisis í de Ja según ¿ leche de mujer 1 M. M. Vernois y Becquerel Doyére Buchardat y Quevenne Caseum y sales Manteca Azúcar de leche Agua y sales. 3,9 2,7 4,5 88,9 3.04 3,08 5,05 87,03 1,43 2,07 7,50 89,00 100, 100, 100, ANÁLISIS DE LA LECHE DE MUJER PRINCIPIOS CONSTITUTIVOS según Lehman según Payen según M. Regnaul Caseum y sales insolubles... 3,5 0,14 3,9 Manteca 2.0 5,18 2,6 Azúcar de leche 4,7 7,86 4,9 Agua y sales solubles 89,8 86,82 88,6 100, 100, 100, ANÁLISIS DE LA LECHE DE VACA PRINCIPIOS CONSTITUTIVOS Heberger Payen Pogiale Chevalier Hehry Caseum albúmina y sales so- lubles ' 6,8 4,2 3,8 4,5 Manteca 3,8 3 5 4,4 3,1 Azúcar de leche 2,9 5,5 0,2 5,3 4.8 Sales solubles 0,7 0,3 0,6 Agua 85,8 86.6 86,2 87,0 100,0 100,0 100,0 100,0 18 PRINCIPIOS CONSTITUYENTES F. Simón Lecanú Quevene Hailden BLANQUINQUE Caseum 7,0 5,6 3,6 5,1 4,9 Sales insolubles.... 3.9 3,6 3,4 3,0 3,7 Manteca 3,5 4,0 5,8 4,6 5,9 Lactina 85,6 86,8 87,2 87,3 85,5 Agua y S. solubles.. 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 LECHE DE VACA Tenemos en los presentes cuadros de análisis, una prue- ba de la imposibilidad que hay hasta cierto punto, de poder formular la relación que existe entre los principios consti- tutivos de la leche de la mujer, como igualmente de los animales. No deja de ser un obstáculo para la aprecia- ción délas cualidades que debe tener una buena leche, por no tener una que sirva de tipo á que podamos referirnos al hacer el análisis. Sin embargo, actualmente la ciencia nos ha provisto de aparatos tan fáciles de manejar como el microscopio, y otros que facilitan de un modo notable y con bastante precisión, si la leche que sometemos al exámen, reune ó nó las condiciones necesarias para la nutrición. Ya nos ocuparemos mas adelante de este asunto. Veamos ahora la relación que hay entre los elementos que constituyen la leche de la muger, comparada con la de algunos animales domésticos. Composición media de la leche de muger comparada con la de algunos animales. PRINCIPIOS CONSTITUTIVOS Mujer Vaca Burra Cabra Caseum 3,9 2,6 4,9 88,6 3.6 4,0 5,0 87,4 1,7 1,4 6,4 90,5 9,0 4,5 4,5 82,0 Manteca T. actina ... Agua 100,0 100,0 100,0 100,0 19 CUADRO COMPARATIVO PRINCIPIOS CONSTITUTIVOS Mujer Vaca Cabra Oveja Burra Yegua Caseum Manteca Lactina Albúmina... Agua Sales 0,34 3,80 7,00 1.30 87,38 0,18 3,00 3,20 4,30 1,20 87,60 0,70 3,50 4,40 3,10 1,35 87,30 0,35 4,00 7,50 4,30 1,70 81,60 0,90 0,60 1,50 6,40 1,55 89,63 0,32 0,78 0,55 5,50 í,40 91.37 0,40 100.00 ioo,oo! 100.00 100.00 100,00 100,00 Estos dos cuadros comparativos, son suficientes, para demostrar cuán difícil será dar preferencia á una ú otra leche,, para poder sustitituir en caso de necesidad á la de muger. Atendiendo los resultados de la práctica, como ya tendremos ocasión de observar, podremos decir que solo en último caso se hará uso de otra leche que la de muger durante los primeros meses, puesto que ninguna se halla en condiciones para la nutrición del niño, sino la de esta última, pues es racional que la naturaleza há puesto los elementos de la leche en relación con la especie; y así como la de vaca ú otro animal es impropia para nutrir al niño en los primeros meses de la vida, en iguales condicio- nes está la de muger si le cambiáramos su destino. Procedimientos para el examen de la leche Los procedimientos empleados para el exámen de esta sustancia, son sumamente variados. Ya hemos indicado ántes, que el microscopio es el gran recurso de que debe- mos hacer uso en la práctica, no solo para reconocer la abundancia de glóbulos de leche que es lo que nos hace juzgar de su mérito, sino que también nos pone de mani- 20 fiesto la presencia de elementos estrados á los de su com- posición, como son los glóbulos de pus, que puede contener la leche de muger ú otros animales en ciertas afecciones de las glándulas mamarias; y que se revelan en el campo del microscopio, presentando una superficie punteada, de bordes desiguales. Estos glóbulos tienen en su centro tres ó cuatro núcleos, en tanto que los de leche son esféricos, de superficie igual, bien delineados sus bordes, traspa- rentes, y no contienen núcleos como los de pus. Los glóbulos de sangre se revelan al microscopio bajo una forma discoide, con un núcleo central y una coloración amarillenta, distinguiéndose perfectamente de los de la leche y délos del pus que dejamos descritos. Los calostros ó primer leche, que desaparece salvo casos especiales entre los diez y quince dias después del parto, contiene algunos glóbulos lechosos en via de formación, unidos entre sí en medio de una materia viscosa y corpús- culos granulosos. Estos corpúsculos del calostro, se presentan al microscopio formados al parecer, por la conglomeración de pequeñas vesículas adiposas de un vo- lúmen variable. El mismo aparato nos hace observar en casos especiales, la presencia de células epiteliales mez- cladas en la leche, sobre todo en ciertas afecciones del tejido glandular de las mamas. En resumen: la leche de la muger como la de los demás animales mamíferos examinada al microscopio, está for- mada por un liquido ligeramente opalescente en el cuál se vén glóbulos esféricos, lisos y diáfanos. La mayor abundancia de estos glóbulos, es la indicación de una leche nutritiva. Están formados de materia grasa, lisos, diáfanos, y esféricos, envueltos según Dumas, Ras- pail, Lehman y otros, en una ténue membrana; y según Quevenne, Simón, Donné, y algunos mas, carece de envol- 21 tura. Su volumen es muy variable y algunas veces están deformados. Por último: como se hace tanto uso de la leche de algunos animales para continuar la nutrición, espondremos el medio de reconocer por medio del microscopio, la sofis- ticación de esta sustancia con cualquier clase de fécula, aún cuando sea esta muy insignificante. Unas cuántas gotas de tintura de yodo vertidas sobre el líquido sospe- choso, es suficiente, para que se presenten los glóbulos de almidón al microscopio coloreados de azul intenso; en tanto que los de la leche no presentan modificación alguna. Los otros procedimientos para el exámen de la leche son muy numerosos. El lacto butirómetro de Mr. Mar- chand, destinado á determinar la riqueza de la manteca, consiste en agitar la leche que se quiere examinar con un volúmen igual al suyo de eter-sulfúrico que tiene la pro- piedad de disolver la manteca; se añade otro volúmen igual de alcohol, y la manteca disuelta sube á la superficie del líquido en dónde forma una capa cuyo grosor indica su riqueza. Brunner, mezcla á cada veinte gramos de leche, diez gramos de carbón pulverizado de maderas, lo mas puro posible: somete el líquido así preparado á evaporación hasta sequedad: coloca el residuo en un tubo de vidrio estrechado en su estremidad inferior, lo trata entonces por el etér que disuelve la materia grasa: evapora el líquido que sirvió de disolvente y pesa el residuo que es la man- teca. El Butirómetro de Leconte, por medio del cual se de- muestra la cantidad de manteca contenida en la leche, basándose en la propiedad que tiene el ácido acético cris- talizado de disolver completamente elcaseum: separada la manteca se pesa. Estos diversos métodos de ensayo y otros muchos, no 22 indican como vemos mas que la proporción de uno de los componentes de la leche; y por consiguiente, apesar de ser muy sencillos, dejan mucho que desear en la práctica. En cuánto á los procedimientos que determinan todos los principios que constituyen la leche, como el de Mr. Pelligot, Chevalier, Quevenne, Simón, Doyére y otros varios exigen mucho tiempo, y solo en casos muy escepcionales se hace uso de ellos. Para nuestro objeto el que mas ventajas reporta en la práctica, es sin duda alguna el microscopio, por la rapidez, facilidad, y exactitud con que se hace el exámen. Por nuestra parte haremos uso de este aparato, siempre que necesitemos conocer las condiciones de una leche, esto es, si es útil ó nó para la lactancia. I^actancia materna Todos los hombres de la ciencia que se han ocupado de la nutrición de los niños durante los primeros meses de su existencia, están de acuerdo que solo la lactancia materna puede proporcionar á estos tiernos seres todos los elementos, todos los cuidados necesarios, para su completo desarrollo. El mas noble de todos los sentimientos, la mas grande de todas las aspiraciones de la mujer, es á no dudarlo el amor materno. Pero, ¿podrá desarrollarse en aquellas que por disfrutar de ciertas comodidades y placeres em- piezan á negar á sus hijos el alimento que la sabia natu- raleza elabora de antemano en sus pechos. Quoe lactat magis mater quam que genuit. El honroso título de ma- dre no se adquiere simplemente con dar á luz el fruto de 23 su concepción: es acreedora á él cuando cumple con los deberes que las leyes naturales le han impuesto. ¿ Quién en efecto podrá soportar con mas resignación los innumerables cuidados que demanda tan importante cargo? solo las verdaderas madres que con una abnega- ción muchas veces digna de elogio, cumplen tan penosa y larga tarea; penosa sí, pero llena mas tarde de encantos menos fugaces que los que se proporcionan, aquellas que desconocen sus mas sagrados deberes. A la indolencia de éstas responde en gran parte como hemos visto, la cifra de 50 á 60 por 100 de defunciones que tenemos de niños en Buenos Aires. No obstante, á pesar de ser altamente satisfactorio re- conocer que la mayor parte de las madres cumplen como tales, no siempre los resultados son lisonjeros. Las que por primera vez van á llenar su cometido, se encuentran con obstáculos que superan á sus fuerzas, y no pocas ve- ces se les hace imposible criar á sus hijos por desconocer aquellas reglas mas necesarias, contribuyendo así por su inesperiencia á perder el fruto de sus entrañas. Examinaremos sucesivamente y con la claridad mejor posible, el método que deben observar las madres para conservar á sus hijos, haciéndosele fácil la escabrosa ta- rea de la lactancia. Pasado el tiempo que el feto necesita para su desenvol- vimiento en el claustro materno, llega el supremo instante, la mujer, se hace madre dando á luz un nuevo ser que ali- mentó y llevó en su seno. Algunas horas de descanso, y empieza para ella otra nueva tarea, amamantar á su hijo: he aquí el rol mas im- portante que puede desempeñar durante su vida la mujer; ser madre, criar á su hijo. Prestados los primeros cuidados á la madre y al recien nacido, aquella necesita un tiempo mas ó menos largo 24 para descansar de las fatigas que el parto le haya ocasio- nado. Entonces sus fuerzas se reaniman, y hállase pronto en aptitud de dar principio á la augusta función de la ma- ternidad. Antes de ocuparnos en formular las reglas que deben servir de norma para el desempeño de esta nueva función, estudiaremos las condiciones que debe reunir la mujer, á fin de que la lactancia materna no sea estéril para el niño, ni perjudicial para la madre. Llena de dificultades se presenta en la práctica la solu- ción de tan importante materia: la ligereza con que algu- nas madres proceden sin mas consejos que el suyo ó el de personas inaptas para juzgar si debe ó no criar á su hijo, acarrea males dignos de tomar en consideración; y así como hay mujeres negligentes que por no cumplir tan sagrado deber, fingen sufrir enfermedades, hay también madres amorosas que ignorando un estado morboso bajo el cual pueden hallarse, se entregan á dar alimentos que sus pechos no tienen, acelerando de este modo los dias de su vida y perjudicando la salud de su hijo. En estos casos el médico es el único que puede poner de manifiesto, ya las argucias con que pretende engañar la primera, para imponerle el cumplimiento de su deber, ya aconsejará la segunda que sus desvelos no van mas que á ocasionar su ruina y la del ser que pretende alimentar. Vamos pues, á trazar á ligeros rasgos cuales son las condiciones que eximen á la mujer del cargo de amamantar á su hijo. La lactancia para que sea compatible con el bien estar de la madre y el de su hijo, es de suma necesidad que aquella se halle dotada de una organización sana, requisi- to indispensable sin el cual siempre serán lamentables los efectos producidos en ambos. Asi pues, están en el caso de no criar á sus hijos con el líquido de sus pechos, las que se hallan bajo el poder destructor de enfermedades 25 constitucionales ó diatésicas, por ejemplo : las afectadas de tuberculosis, las cloróticas, como también las que están bajo la influencia del cáncer, de un virus sifilico, etc.-esta- dos morbosos que atacan profundamente la débil constitu- ción de la mujer, acortándole continuamente los dias de su vida; y el nuevo ser no podria hallar en caso semejante sino un alimento insuficiente y también nocibo para su nu- trición. En cuanto á las sifilíticas debemos oponernos á que lacten sus hijos si han adquirido la afección en los últimos dias de la gestación ó después del parto; pero no vemos inconveniente eximirlas de su cargo en caso que la cria- tura haya sido engendrada en él, ó que la afección haya sido adquirida en los primeros meses del embarazo, pues no solo se privaría de infectar por medio del niño á una nodriza sana, sino que sometiendo á un tratamiento ade- cuado á la afección de la madre, se somete también al niño. Puede también en estos casos apelarse á la lactan- cia por medio de una cabra, á la que previamente puede sujetarse al tratamiento antisifilítico. Está contraindicado que amamanten á sus hijos, las que están dotadas de una irritabilidad exagerada del sis- tema nervioso, que basta lo mas insignificante para que se emocionen vivamente. Algunos ejemplos tiene la ciencia que demuestran palpablemente el funesto resultado que trae á la salud del niño á quien se le dá de mamar bajo estas condiciones, en quienes, hasta la muerte puede so- brevenir. En el mismo caso están las que sufren de enfermedades convulsivas, como la epilepsia, histerismo, etc. La aparición prematura del flujo catamenial no es una contra indicación formal, pues las alteraciones que sufre el niño son generalmente pasageras, y no duran mas tiempo que el del estado especial de la mujer, que es de algunos 26 dias ; pero puede suspenderse la lactancia materna en los casos que la salud del niño nos lo indicase, y en este caso no hay inconveniente en alimentarlo mientras dure el flujo, con la lactancia artificial, volviendo después á amamantar- le la madre. Una nueva preñez, es casi siempre uno de los impedi- mentos mas legales: en este caso la salud del niño nos podrá guiar teniendo siempre presente que no es justo que una mujer en este estado, pueda alimentar á dos seres y atenderse á si misma. El aparato mamario necesita un exámen detenido, pues hay mamas que se ostentan al parecer llenas de leche; y sí solo consultáramos su volumen considerable á veces, podría tomarse el tejido grasoso por el glandular, en don- de se elabora el líquido. Asi el volúmen de los pechos no está siempre en relación con la cantidad y calidad de se- creccion lactea que mámas menos voluminosas podrían proporcionar en mayor cantidad al recien nacido. Los pe- chos de una buena nodriza, deben ser pesados y duros, y no blandos y péndulos. La mala conformación del pezón, su imperforacion, y depresión, son contraindicaciones formales, puesto que la criatura en vano haría la succión y la madre se mortificaría sin resultado alguno como se comprende. La depresión del mamelón que algunos autores atribuyen á la continua presión del corsé, no nos parece sea esto un motivo sufi- ciente, sino como creen otros, ser causada por cierta dis- posición anatómica y que atribuyen á la cortedad de los conductos galatóforos, que arrastran hácia atrás al pezón, haciéndole tomar la forma umbilical que lo hace inapto para ejercer sus funciones. La imperforacion no puede sugetarse á ningún tratamiento, por consiguiente está exenta de dar su pecho al nuevo ser la que lo tiene en es- tas condiciones. En cuanto á su cortedad, debe intentarse 27 su agrandamiento por los diversos medios aconsejados por la práctica, como son: la succión por un niño vigoroso, por un adulto, ó por medio de ventosas, que en algunas ocasiones han dado ventajosos resultados, sobre todo, si se ejecutan con tiempo. La Agalacia, (1) como su nombre lo indica, se com- prende que es un motivo para no criar. Los medios que se han puesto en práctica hasta hoy para corregir la defi - ciencia de la secreción, no son de resultado seguro; se aconseja entre todos la electricidad. Espuestos los casos mas generales en que la muger no puede ejercer las funciones de la maternidad, vamos á ocuparnos de las reglas que debe observar la muger cuan- do se halla en las condiciones requeridas. Verificado el parto, ya las glándulas mamarias, esperan el momento en que deben funcionar; y un líquido mas ó menos seroso, que se llama primer leche ó calostro ofre- cen al recien nacido del que este se apodera, cuando le aplican al pecho de la madre por medio de la succión, función que salvo casos escepcionales ejecutan pronto y con bastante habilidad. Hay para nosotros una perniciosa costumbre seguida por las parteras, y es la de sugetar al recien nacido á una dieta prolongada de 24 á 48 horas: practica muy singular, cuyo fundamento no hallo y que he tenido ocasión de observar repetidas veces. Cierto es, que las necesidades en lo que se refiere á la alimentación del recien nacido, son poco apremiantes en las primeras horas que se siguen á su nacimiento; pero esto no obsta para que, aún cuando sean pocas sus exi- gencias, tengan derecho á negarle el alimento. Agua tibia edulcorada, he aquí con lo que convidan al recien nacido durante 24 ó 48 horas. (1) Insuficiencia de secreción lactea. 28 Ahora bien : rotos los vínculos que ligaban íntimamente la madre al niño, por donde este recibía continuamente todos los elementos necesarios á su desenvolvimiento en el claustro materno, ¿ porqué razón privarles de alimento de'un modo tan brusco contrariando así las leyes de la naturaleza, que han hecho sufrir al organismo de la madre una evolución completa para que la nutrición del nuevo ser continuase sin demora? La primera leche ó calostro que contienen los pechos de la madre después del parto se halla en las mejores con- diciones para ser suministrada al recien nacido en las primeras horas que se siguen al nacimiento, hallándose por tanto en relación con la esquisita sensibilidad de su delicado estómago, aparte de sus propiedades laxantes que no hay necesidad de buscar en sustancias farmacéuticas. Nada hay en efecto que justifique aquella práctica y nosotros creemos que, salvo casos escepcionales, la madre debe dar el pecho al niño pasadas cuatro ó seis horas después del parto, no solo se alimenta el recien nacido que es lo mas racional, sino que la succión desenjurgita los pechos, librándose de este modo á las madres de los acer- vos dolores que la distencion de las mamas les acarrea por el rápido acumulo de líquido que se hace en estos órganos, sobre todo si es primeriza; en la multípara la distensión no es tán dolorosa pero está sugeta á otras afecciones. Por otra parte, la práctica de las maternida- des ha demostrado palpablemente, que la fiebre lactea que sobreviene de los dos á los tres dias después del par- to, es menos intensa y aún suele pasar desapercibida, cuando se ha tenido la precaución de dar de mamar en el tiempo que dejamos indicado. Suelen presentarse dificultades para ejercer este pre- cepto, ya por parte de la madre ó del niño: entonces debe administrársele durante los primeros dias, leche de 29 vaca sin mezcla de otra sustancia. Esta practica adopta- da por el médico (1) de la sala de San Ramón en la mater- nidad de Buenos Aires, ha dado resultados óptimos, irre- futables, pues lo demuestra el bien estar de numerosos niños que tuvimos ocasión de observar cuando seguiámos la visita con nuestro digno maestro: bien entendido que este medio deberá seguirse si la dificultad de dar el pecho es de pocos dias; en caso contrario, es necesario apelar á la lactancia por nodriza. ... Si el niño hubiese nacido en un estado de debilidad, ó con algún vicio de conformación que no pudiese hacer la succión, debe esprimirse el pecho de la madre dejando caer en la boca del recien nacido la leche; ó bien estraerla por medio délos diversos aparatos confeccionados con tal objeto, administrándosela del modo mas conveniente, según los casos. Es necesario tener presente, que la mala colocación del pezón en la boca del niño, dificulta notablemente la succión, y muchas veces la desesperación y el llanto de la criatura que rehúsa tomar el pecho, trae confusión á las madres : esto se corrige con poner el pezón por encima y no por debajo de la lengua, pues de otro modo, siendo difícil hacer el vacio por la penetración del aire en la cavidad bucal, la leche no puede estraerse de la máma. En los primeros dias que se siguen al nacimiento, pue- den las madres dar de mamar á su hijo cuantas veces quieran, porque la cantidad que pueden tomar es tan exi- gua que no hay temor álos resultados; pero pasada la calentura lactea, que por lo regular es de los dos á los cuatro dias, es de todo punto importante reglamentar el intervalo en que debe darse el pecho á la criatura, por- que de otro modo la muger no podría soportar las fatigas que le acarrearían la falta de método, y tendría irreme- (!) Dr. P. Pardo. 30 diablemente que caer vencida por la tarea. El intervalo de tiempo que debe mediar entre una y otra máma, no pue- de marcarse en absoluto; sin embargo, por termino medio podrá ponerse el niño al pecho cada dos horas, según la práctica francesa, y cada tres horas según los Parteros alemanes. La práctica mas aceptable parece que es la que establece para los tres primeros meses que se siguen al nacimiento, dar el pecho cada dos horas, y desde los cuatro meses cada tres horas. En algunos niños que hemos conseguido de las madres este último método, ninguno presentó esas alteraciones del tubo digestivo á que esponen sus hijos, las que no si- guen método alguno. Puede el estado del recien nacido no permitir el intervalo que hemos señalado y en este caso es necesario acortarlo. Conocemos algunas madres que nada hay que pueda convencerlas de que el niño no debe estar á cada momento prendido del pecho, y quizá el escesivo cariño que tienen á sus hijos, es la causa de la mayor parte de las enferme- dades de los recien nacidos, que por no oirles llorar le dán á cada momento de mamar, y sin que hayan hecho la di- gestión, les endosan nueva cantidad de leche en el estó- mago: de aquí esas diarreas difíciles muchas veces de contener, y los vómitos continuos á que generalmente dan muy poca importancia, pero que los autores dicen, no son tan inocentes como vulgarmente se los cree. Siendo el sueño uno de los elementos indispensables para la vida deben las madres que crian, prestar atención al modo de alimentar á sus hijos durante la noche. Dice á este respecto el Dr. Joulin: « Es conveniente acostum- « brar al niño á que no mame por la noche; pues la madre « necesita descansar y al niño le aprovecha el reposo. Las « fatigas de la lactancia se hacen superiores á las fuerzas « de las mugeres delicadas por falta de sueño. Este há- 31 bito debe contraerlo desde el principio de la lactancia, dando el último pecho por la noche, de diez á once, y el primero del dia siguiente, á las seis de la mañana. « Las primeras noches son penosas; el niño grita, se « desespera; pero es indispensable armarse de valor y « que la madre no se enternezca ante estos lamentos, por « que al cabo de pocos dias parece como que el niño com- « prende la inutilidad de su cólera, la costumbre se esta- « blece y las noches ya son mas tranquilas, » nos hemos convencido de los buenos resultados de esta práctica en distintas ocasiones. El tiempo que la madre debe ali- mentar al niño con leche de sus pechos esclusivamente, no puede fijarse de un modo absoluto. El estado del niño y la salud de la madre, son los elementos que deben to- marse en consideración para dilucidar convenientemente cuestión tan importante. Debiendo tratar con mas estension este asunto en otra parte de nuestro trabajo, nos limitaremos por ahora tan solo á decir, que salvo contraindicación el tiempo medio que el niño debe estar bajo la lactancia por muger, es de un año á año y medio; pudiendo después de esta edad, en- trar en otro régimen de alimentación, en donde halle los materiales para la continuación de su desarrollo. I jactancia mercenaria Cuando la fatalidad priva al recien nacido de los gran- des beneficios que la lactancia materna le puede reportar durante los primeros meses de su delicada existencia, no queda otro recurso á que apelar que entregarlo á una no- driza mercenaria. 32 Hasta la evidencia está probado que de todos los modos de nutrición, la lactancia por el seno materno es el mas conveniente para la conservación y desarrollo del recien nacido. Eximida la madre de este cargo por insuficiencia de secreccion lactea, enfermedades ú otra causa, debe in- mediatamente y bajo la dirección de un facultativo, buscar una nodriza que éste examinará con todas las precaucio- nes que requiere la importancia del asunto, para que re- sulte de su exámenla elección de la que reuna las condi- ciones que requiere el desempeño de tan importante cargo. Es necesario estar en guardia, pues muchas de las mu- jeres, que se ofrecen como amas, vienen dispuestas á ocul- tar las afecciones que padecen, con el cinismo mas grande, y no temen llevar al seno de las familias, el germen cor- ruptor de su mala conducta. No deben las madres por sí solas hacer esta elección, pues muchas veces son engaña- das, entregando sus hijos á mujeres cuya buena presencia les es suficiente garantía para ser aceptadas. Entre noso- tros rara vez es consultado el médico, porque se creen dotadas de conocimientos suficientes para la elección, y asi son los resultados que su engreimiento les proporciona, viendo mas tarde en sus hijos afecciones trasmitidas por mujeres que no tienen mas moral, que disfrutar de los pin- gües beneficios que les reporta la venta de sus cuidados. En Buenos Aires se respeta mucho para la elección de nodriza el voto de una partera, que, á decir verdad, no tie- ne conocimientos para hacerlo, pues está en el mismo caso que las madres de familia. Citaremos uno de los hechos que diariamente hay ocasión de observar en la práctica, y será suficiente para comprender cuanta corrupción hay en estas mujeres, salvo rarísimos casos; helo aquí: cierta señora de esta sociedad por causas muy justas, se vió en la necesidad de acudir al recurso de entregar su hijo á una mercenaria, su esposo, médico, se dispuso á observar las 33 mujeres que se presentaban para el fin citado. El primer dia sometió á examen ocho, todas fueron rechazadas y amonestadas por el observador: pues cual seria el estado de algunas de ellas, que nos decia que debian ser llevadas á la casa correccional por su osadia. En los dias siguien- tes, fué examinando hasta cuarenta y cinco, y al llegar á este número pudo separar tan solo dos entre las que eli- gió la que mejores condiciones reunía. Sirva esto de ejem- plo á las madres que se creen hábiles para hacer sin pre- vio consejo facultativo, elección de nodriza, pues después, siempre vienen tarde sus arrepentimientos. Otros ejemplos pudiéramos esponer, pero basta por ahora este, para llenar el objeto que nos proponemos. Hay dos clases de nodrizas: las que crian en casa de sus padres, y las que llevan el niño á la suya (Joulin). Las inmensas ventajas que redundan en beneficio délos recien nacidos cuando las nodrizas están en presencia de los pa- dres son innumerables, y no hay necesidad de encarecer- las. Asila alimentación de la mujer que cria, y todo lo que se refiere á la higiene de esta y del niño, nadie podrá ha- cerla observar como los padres que son los mas interesa- dos en la salud de sus hijos. Las reglas necesarias para el orden que debe seguir la nodriza para que la alimenta- ción del niño sea bien dirigida, ya las dejamos expuestas al tratar de la lactancia materna: en cuanto al aseo, nos place decir que generalmente entre nosotros es bastante esmerado. Las condiciones físicas y morales que deben adornar á una nodriza, nadie podrá valorarlas como el médico, que lleno de conocimientos descubre las argucias con que pre- tenden engañar á las familias para esplotar su candidez. Debe disfrutar habitualmente de buena salud: sin este requisito, el producto seria insuficiente y estaría además sujeto á cambios que repercutirían indudablemente en per- 34 juicio de la salud del niño que se les confia. Las afeccio- nes diatésicas como las escrófulas, sífilis, etc., son contra indicaciones formales. Las glándulas mamarias deben ser bien desarrolladas y provistas de leche suficientemen- te abundante y de buena calidad. Es necesario tener en cuenta que no siempre la leche de las nodrizas se halla en relación con la esquisita sensibilidad del estómago de las criaturas, y una leche que es impropia para unos, es de buen resultado para otros. Al tratar de esta materia, nuestro profesor de Obstetri- cia (1) nos referia un hecho de su práctica. Fué llamado para prestar sus cuidados áun niño que cada dia que pa- saba se enflaquecía de un modo muy marcado, y era presa de una diarrea que lo consumía: su primer cuidado fué observar el régimen déla alimentación del niño, y exami- nar la leche de la nodriza que creyó buena. Recurrió luego á los recursos del arte que fueron impotentes: entonces, apesar de las buenas condiciones de la nodriza, dispuso se le pusiese otra, lo que fué suficiente para que en pocos dias la criatura recuperase su perdida salud. Pasado algún tiempo nuestro maestro tuvo ocasión de ver aquella mujer que cargaba un niño robusto, y como buen observador la detuvo, para imponerse si el niño que entonces tenia en sus brazos era cuidado por ella, á lo que contestó afirma- tivamente. Probablemente la riqueza misma de los principios que constituían la leche de aquella nodriza, eran superiores á las fuerzas del estómago del niño que amamantaba. Bueno es que la ama reuna á las demás condiciones la de que el tiempo de su leche esté en relación con la edad y fuerzas del niño, evitando en lo posible casos idénticos al que hemos espuesto (1) Dr. D. Pedro A. Pardo. 35 Mr. Donné ha tenido en su práctica un hecho de este género bastante notable. Cierto niño, amamantado por una señora cuya leche era muy rica en sustancias sólidas, producía en él todos los síntomas de indigestión cada vez que le daba de mamar. El autor citado, después de haber examinado la leche con que le nutrían, dedujo que la causa de los fenómenos morbosos que se manifestaban en el niño, eran debidos á la riqueza de los principios sólidos de la leche de la madre. El método indicado por Mr. Donné en casos semejantes para obviar este inconveniente, consiste en hacer mas largos los intérvalos de una á otra máma, fundándose para ello en las investigaciones de Mr. Pelligot, quién demostró que la leche se hacía tanto mas serosa cuánto mas largo fuera el tiempo de su permanencia en los conductos gala- tóforos. Además se comprende, que cuánto mas largos sean los intérvalos en que se le dé de mamar á un niño mas tiempo se dá á que el trabajo de la digestión se haga. La edad de la muger que cria debe ser de veinte á trein- ta y cinco años mas ó menos, antes de esta edad como dice Mr. Joulin «no tiene la madurez de carácter para comprender los deberes de su cargo.» Por cierta causa que bien se comprende, es preferida la nodriza soltera ó viuda á la casada, porqué son ménos sus exigencias, como igualmente debe darse preferencia como nodriza á una plurípara, cuyos cuidados al niño serán administrados con la maestría que la practica ense- ña. La primeriza por el contrario, encuentra muchas dificultades para el manejo de los niños, y su inesperien- cia traería deficiencias en tantas atenciones que demanda el cargo. Si la elegida tuviese hijos, seria conveniente informarse de su salud, teniendo siempre cuidado de no ser engañados, pues es muy común que se presenten con 36 niños que no son sus hijos y que son pedidos tan solo para este caso. Un punto muy importante de tomar en consideración por los resultados de que puede ser origen, es la cualidad moral de la nodriza. Comprendo cuán difíciles penetrar la conducta de la muger que se nos presente, puesto que pondrá de su parte todo lo necesario para ocultar sus mañas, pero no debe tampoco tomarse al azar cualquiera, pues es muy importante averiguar todo lo posible en lo que se refiere á su conducta. La buena nodriza, aparte de hallarse en condiciones en el alimento que puede ofrecer? debe ser de carácter afable, dulce, para poder llenar sus deberes. Cuando se tiene la desgracia de habérselas con una nodriza de carácter discolo, llenas de exigencias ridiculas, los padres están en el deber de cambiarla por otra pues nada hay que contraindique este precepto. Al niño pue- den cambiársele tantas nodrizas cuántas se quiera, sin menoscabo de su salud, y si las familias sorportan muge- res camorreras, fundadas tan solo en la necesidad de sus servicios, es porque quieren: deben pues en estos casos buscar al niño otra nodriza, que siendo de buen carácter reportará mas ventajas tanto para la salud del niño, cuan- to á la paz de las familias. Muchos casos hay en la ciencia que demuestran que el cambio de nodriza no causa perjuicio en lajnutricion del niño. Vamos tan solo á esponer uno, de nuestro amigo el Dr. Lacoste, sucedido en su práctica, que es suficiente para probar lo que dejamos dicho. Llamado por una familia este inteligente médico, fué consultado á cerca del enflaquecimiento que presentaba un niño de un mes de edad: su primer cuidado fué exami- nar la leche de la madre que con afan amamantaba á su hijo'; del exámen resultaba que la leche era insuficiente, y 37 ordenó que pusiesen nodriza al niño. Puesto en práctica lo aconsejado, pocos dias fueron suficientes para que la salud de aquel empezara á manifestarse. Treinta y seis dias después fue consultado otra vez, pues el niño empe- zaba de nuevo á tomar el aspecto cadáverico de que le había sacado el cambio de ama. Temiendo que fuese ocacionado por la falta de alimento examinó la leche de la nodriza y la reconoció insuficiente. Otra nueva vino á sacar de aquel estado de enflaquecimiento al niño, que merced á los cuidados prestados por el médico, forma la alegría de aquella familia, que tuvo el acierto de buscar á tiempo los recursos de la ciencia. Así pues; fundados en este caso y otros muchos que se hallan en los autores que son dignos de respeto, decimos quelas exigencias de una nodriza discola no deben ser soportadas bajo ningún concepto por las familias, puesto que su cambio no altera en lo mas mínimo la salud del niño; ántes bien, los padres deben comprender que si el carácter de la encargada de alimentará sus hijos es irri- table, corre el riesgo como ya hemos dicho antes, de que hasta la muerte puede arrebatarles su querido hijo. Considerando de mucha importancia este asunto, y como por hoy las madres no se resuelven cual deben á poner en práctica lo que dejamos espuestof vamos á permitirnos trascribir lo que dice á este respecto Mr. Jonlin en su tratado de partos : « Generalmente siempre » que escojemos una nodriza tenemos la costumbre de » advertirla que no creemos perjudicial el cambio de leche. » y que si dá motivo alguno de queja la reemplazaremos » sin vacilación de ningún género, como si fuera otra cual- » quier criada: Esta amenaza que con frecuencia lleva- » mos al terreno de la práctica, es suficiente, por lo común, » para evitar sus escesivas exijencias.» En la maternidad de Buenos Aires, he tenido ocasión 38 repetidas veces de apreciar la salud de que disfrutaban varios niños durante su permanencia en el hospital, ama- mantados por diferentes mujeres para suplir la insuficien- cia de la leche de las madres, sin que demostrasen altera- ción de ningún género en su salud; si bien la observación era de poca duración. El color de los cabellos, el estado de la dentadura, ( que debe ser buena) su talla, etc., son cualidades de poca im- portancia por lo que nos limitamos tan solo á consignar- las : en suma, la dificultad que hay para poder hallar una nodriza que reuna todas las condiciones necesarias para el cumplimiento de tan importante cargo, obliga á las ma- dres á que solo en caso de estrema necesidad, se despren- dan de sus hijos, para entregarlos á cuidados comprados, que siempre son deficientes. Nodrizas que crian en su casa. La lactancia por nodrizas mercenarias fuera de la vista de los padres, es el mas defectuoso de todos los medios de nutrición. El niño que tiene la desgracia de ser entregado impugnemente á esta clase de nodrizas, es un ser conde- nado de antemano á morir. La mayoría de las madres en- tre nosotros, está exenta de ver perecer á sus hijos en medio del peligro á que los esponen las que se ocupan de tan infame comercio, por que aun hay en aquellas ese sen- timiento de amor maternal, del que solo se desprenden en casos estreñios, y aun en este caso, prefieren soportar el díscolo carácter de que suelen revestirse las nodrizas cuando crian en casa de las familias, por vigilar cual con- viene los cuidados que deben prestar á sus hijos. Pero si bien esto es verdad, ¿ quién amamanta á los hijos de las que se ofrecen como nodrizas ? ¿ Quién les pide cuentas de los desastres nacidos de este abandono en que dejan á sus verdaderos hijos? Nadie que sepamos se conduele hoy de estos desgraciados. Lo que sí sabemos, por que lo hemos 39 visto, es que son entregados al cuidado de mujeres entera- mente faltas de recursos, que tienen que ocuparse en tra- bajar para tener medios como atender á sus necesidades puesto que lo que reciben de aquellas malas madres en pago de los cuidados que deben dar á sus, hijos es tan poco, no alcanzándoles ni para el agua que necesitan para el aseo. No hay como poder describir la impresión que causa el abandono de que son objeto; los unos tirados en medio de un patio húmedo, envueltos en mugrientos harapos, con un pedacito de carne en la mano que apenas pueden llevar á la boca y cuya tajada es disputada por un perro: el otro echado también en el suelo, inmediato á una vasija de agua hirviendo, que basta el mas mínimo movimiento pa- ra tener una muerte segura: esto es señores lo que pasa con los niños de esas gentes. Nadie hay por hoy que haga responder á esas madres sin corazón. Uno de los medios para evitar estos abusos seria que los legisladores dictasen una ley que obligase á las nodrizas mercenarias, á presentar sus hijos, tomando nota de la edad de estos, de sus viviendas, y el modo de alimen- tación que les proporcionan; debiendo ser presentados ca- da tanto tiempo, para ver su estado de salud. Podríase hacer esto efectivo, si se obligase á las familias á no poder tomar nodriza que no hubiese cumplido con la ley. De otro modo, si hoy las estadísticas mortuorias alcanzan en Bue- nos Aires de cincuenta á sesenta por cien, cifra que no ne- cesita comentarios, llegará, y esta época no dista mucho, de sesenta á noventa por cien como en Francia, en donde al parecer el entregar los hijos á mercenarias está admi- tido sin repugnancia, aun entre las familias acomodadas. «¿No deberían temblar al pensar que el niño que les traerá un dia, esta nodriza, no será quizás el mismo que le hayan confiado?-Brochará.» 40 Lo que dice este célebre autor, es digno de tomarse en consideración, pues, cuántas veces sucederá que los niños que les confian á sus cuidados se les mueran y les presen- ten otros que no son sus hijos, para seguir cobrando las mensualidades de su mentido trabajo, entregándoles des- pués de esta vil esplotacion, una criatura que no es la que se les ha confiado. En resumen: la consunción, el ra- quitismo, y la muerte temprana, es el resultado mas fre- cuente de este sistema de crianza, que afortunadamente en Buenos Aires no tiene éxito sino en un corto número de cierta clase de la sociedad, entre otras, las que se ofrecen como amas. Un castigo ejemplar merecerían esta clase de madres, como también las que se encargan de tan infame comercio. Lactancia artificial La observación diaria nos demuestra palpablemente que este procedimiento de criar los niños en los primeros meses de su existencia es detestable, y solo debe consen- tirse su uso cuando no haya otro recurso á que apelar. Las sustancias sólidas que entran en la composición de la leche de los animales de que nos valemos para estos casos, está en mayor proporción como ya tuvimos ocasión de observar que en la de mujer; mas esto no seria una difi- cultad para poder reglamentar esta clase de lactancia, sino que como nos hallamos en presencia de un cuerpo cuyos principios constitutivos son tan variados como análisis se han hecho, no tenemos como calcular la cantidad mas ó menos de agua ú otra sustancia suficiente, á fin de que 41 disminuyendo las sustancias plásticas en esceso, se for- mase un alimento que se aproximara al que se elabora en los senos de la mujer; y por consiguiente en condiciones de ser útil al desarrollo del nuevo ser. Si á las múltiples variedades propias del producto que estudiamos, tomamos en consideración que la adulte- ración de la leche, de que se encargan voluntariamente sus espendedores está permitida por las autoridades, pues- to que se ocupan poco de ello, compréndese que las difi- cultades para metodizar este procedimiento se hacen ma- yores. Por último; la leche que administramos al niño, no es la de su especie; y justo es deducir que su delicado estómago en los primeros meses de la vida, solo en casos muy es- cepcionales podrá soportar un alimento, que podemos de- cir que la naturaleza no ha elaborado para él hasta des- pués de pasado un tiempo mas ó menos largo, que el desarrollo de la criatura nos indicará debe serle adminis- trado. Estas consideraciones y otras muchas que podríamos citar, por ejemplo: la temperatura á que debe darse la le- che, el esmerado aseo que requiere el biberón, son mas que suficientes para comprender que son muchas las precauciones de que deben rodearse las que por este procedimiento crian á sus hijos; por tanto no haremos mas que repetir lo que todos los prácticos aconsejan, esto es, proscribir la lactancia artificial, tanto en la ciudad como en la campaña, en donde, apesar de contar con algunos parti- darios, los resultados no corresponden á sus deseos. Brochar que se ha ocupado mucho de este asunto, y cuya palabra es muy autorizada, es de opinión que la lac- tancia artificial no dá mejores resultados en la campaña, que en las ciudades; y que no debe permitirse su uso sino á título de coadyuvante, pero nunca como método esclu- 42 sivo. Según M. Donné, debe también proscribirse en ab- soluto; y Mr. Trouseau dice que de cada cien niños criados artificialmente, mueren veinticinco cuando menos, y los otros corren el riesgo de ser raquíticos. Por nuestra parte conocemos algunos casos cuyos re- sultados son funestos. Uno de una niña criada por el bibe- rón que tiene actualmente tres años y medio, y aun no se detiene por sí sola. Otro caso, el de una señora de Buenos Aires que dos hijos que alimentó artificialmente, los dos fueron arrebatados por una muerte prematura, sin que hasta hoy quiera convencerse de su error. Asi pues, la lactancia artificial solo podrá permitirse en casos estremos y cuando no haya otro recurso á que apelar. Para estos casos estremos vamos á esponer un método que pueda en parte corregir los abusos que cometen las que por este método de lactancia crian á sus hijos. La leche que generalmente se usa es la de vaca por su fácil adquisición, y por estar al alcance de las que la falta de recursos no les permite tener nodriza. No debe darse herbida, porque las modificaciones que sufren sus compo- nentes por la ebullición, la ponen en condición de que su digestión sea mas laboriosa. Hubert entre otros, aconse- ja que se caliente en baño de maria y que se dé á una temperatura de 30 ° R.; pero aparte de las ventajas que pueda ofrecernos este método, lo creo irrealizable en la práctica; porque ciertos instrumentos que no son de uso común en las casas de familia, solo dan resultados nega- tivos, si bien los creemos de gran importancia en el estu- dio del médico, ó en los laboratorios químicos. Por otra parte, si debe ó no administrarse tibia la leche, es un punto de difícil solución, no pudiendo decirse nada en absoluto, porque dice cierto autor, y dice gran verdad: « El estoma go es el mas individual de nuestros órganos», y si hay niños que soportan mejor la leche fria que la entibiada, en otros sucede lo contrario. 43 Nosotros no hallamos inconveniente en hacerlo mas bien del último modo, pues parece también lo mas natural, evi- tando la reacción que tiene que desenvolverse en el estó- mago por la presencia de la leche fría. El procedimiento para calentarla, debe ser el que se usa de ordinario, á condición de hacerlo en vasos cuya com- posición, como el barro ú otras sustancias que no sean no- civas, y de ningún modo debemos consentirlo se haga en vasos de cobre ú otros de análogos compuestos, que pue- dan por un descuido como la falta de aseo, producir enve- namientos : cosa que ha sucedido mas de una vez. Esto es lo que creo de resultados prácticos, por que todo lo demas es dificultar un método que por sí solo presenta muchas contraindicaciones. La leche de que se haga uso debe ser lo mas pura posi- ble, pues á decir verdad no es difícil conseguirla en Buenos Aires. La que espenden en el comercio venida del campo la prefiero á la que nos ofrecen de las vacas de los esta- blos urbanos. Aquellas por las condiciones en que viven como aire puro, buena alimentación, etc., gozan de buena salud, y su producto es bueno; pero las de los establos no solo respiran aire impuro, estando en quietud y su alimen- tación escasa, sino que sus esplotadores estraen de ellas mas leche que la que pueden dar, asi pues, su salud es sospechosa, y no solo nos ofrecen un producto insuficiente para la nutrición, sino también nocivo. Bueno es que los consumidores ya que no las autoridades competentes, den á este asunto la importancia que tiene, fijándose en las con- diciones de los animales que andan por las calles que en su mayor parte apenas pueden caminar por su estado de con- sunción. (1) La leche de vaca que nos traen del campo debe darse (1) A juzgar por la opinión de algunos facultativos, la mayor parte de las vacas de los establos urbanos, están enfermas» 44 al niño tal como nos la venden, puesto que los espendedo- res se encargan de agregarle suficiente agua. En el cam- po debe administrársele la primera que se estrae del ani- mal sin mas mezcla, por que la primera estraccion contiene pocas sustancias plásticas, hallándose por tanto en condi- ciones las mas apropiadas para darse pura. Cuando la le- che es muy rica en sustancias sólidas, podrá añadírsele al- guna agua, pero no es posible fijar su cantidad por razones que dejamos espuestas al hacer elestudio de este producto. Hay, no obstante algunos autores como Mr. Cazeaux que señalan la proporción en que debe hacerse que es la si- guiente : para la primera semana á una parte de leche, tres de agua;para los dos primeros meses, partes iguales de le- che y agua; y asi sucesivamente hasta el sesto mes en que la dá pura; pero Mr. Joulin que ha estudiado esta cuestión como merece, dice: «Laleche de mujer contiene 111 par- « tes sólidas y la de vaca 136; si mezclamos esta última « con tres cuartas partes de agua, quedarán treinta y cua- « tro para la primera semana y sesenta y cinco para los «primeros meses». Esta observación nos hace compren- der que sujetándonos á hacer la adicción de agua á la le- che en las proporciones que indica Mr. Cazeaux daríamos al recien nacido un alimento insuficiente, puesto que con- tendria menos sustancias sólidas que las que debiera te- ner. Esta observación de Mr. Joulin es muy cierta, to- mando por tipo de comparación una leche que tenga las proporciones sobre que se ha fundado; pero también es cierto que la leche de vaca puede tener mas principios só- lidos que los que el nos indica, y en ese caso no siempre podrá darse pura como lo aconseja. Por nuestra parte viendo en esto una dificultad estreñía de vencer, aconsejamos tan solo mucha prudencia en la adicción de agua á la leche; por lo demas ya hemos dado las reglas generales á que debemos atenernos. 45 Los medios puestos en uso para la administración de la leche en la lactancia artificial, son el biberón, cuchara, vaso etc. Entre todos, debe elegirse el primero, por ser el que mas se aproxima al natural y tiene ademas la ventaja de dar tiempo suficiente á que el alimento sufra el primer tra- bajo de la digestión por la insalivación. Debe ser objeto de una esquisita limpieza, condición indispensable para impedir ciertos estados morbosos á que se espondrian los niños, por las alteraciones de que es susceptible la leche. Asi cuanto mas fácil sea de limpiarse el biberón, tanto mejor será para llenar el servicio á que se le destina. No nos ocuparemos aquí del uso de ciertos preparados químicos, pues creemos de un modo absoluto que nunca darán como método esclusivo sino resultados funestos. Nada hay que pueda reemplazar á la leche como único alimento, y cuanto menor sea la edad del niño tanto mas debemos privarnos de nutrirlos con otros medios, que los indicados. Por todo lo espuesto anteriormente terminaremos repi- tiendo lo mismo que hemos dicho al principio. Este pro- cedimiento de criar los niños en los primeros dias de su existencia es detestable, y solo debe permitirse su uso cuando no haya otro recurso á que apelar. Lactancia mixta Después de la lactancia materna y la lactancia por no- driza en casa de los padres del niño, es el método mixto,el que mejores resultados há alcanzado. Este procedimiento es por decir así, el gran recurso de que se valen aquellas que, queriendo amamantar sus hijos no pueden llenar por completo sus deseos, porque su leche es deficiente y por consiguiente la nutrición del nuevo ser sufriría los incon- 46 venientes que resultarían seguramente de la insuficiencia de la secreccion lactea. Ya nos hemos ocupado de la lactancia natural, y la lactancia artificial, pues bien, la mixta, está compuesta de aquellos dos métodos, así la madre suministra de sus senos una parte de los elementos necesarios al desarro- llo del niño, y la falta, resultado de su insuficiencia, la suple con la administración de una buena leche de vaca ú otros animales. La condición mas importante para el buen éxito de este modo de criar, es que cuando menos la madre debe dar al niño la mitad del alimento para su nutrición, adminis- trando la otra mitad, bajo las indicaciones que dejamos espuestas al tratar de la lactancia artificial. La leche de una buena vaca, es el alimento de que gene- ralmente se hace uso en estos casos., sin que esto impida que se administre la de otros animales como la de burra, yegua, etc. que los niños digieren con suma facilidad en especial la primera; pero su poca abundancia la pone fuera del alcance de los medios de la generalidad siendo por tanto preferida la de vaca. No solo debemos permitir la lactancia mixta en el caso que hemos espuesto, pues hay otros en los que aún cuando la muger tenga todas las condiciones de una buena nodri- za, se hace escaso su alimento como sucede cuando tiene dos gemelos, y sus recursos no le permiten tener ama en su casa. Hay casos escepcionales en que el niño no puede sopor- tar este método apesar, de los esmerados cuidados de que es objeto, y se ha salvado la dificultad reemplazando la leche de los animales, con papillas de pan y azúcar. Estos hechos son muy raros, y solo podrán ser de buen éxito cuando los elementos con que concurre la madre, son casi por si solo suficientes para atender al desarrollo del 47 niño. Algunos esperimentos hechos sobre animales han puesto en evidencia, que la lactancia mixta es tanto mas funesta, cuanto menor es la proporción de leche que se administra en relación con la de otros alimentos. Debe por tanto atenderse á las condiciones del alimento que puede ofrecer la madre, para permitir ó proscribir el méto- do que describimos, dándo siempre preferencia como coadyuvante á la leche de los animales sobre cualquier otré en los orimeros meses de la vida. 1 Cuánto mas adelantada sea la edad del niño, que se somete á este régimen, tan mas satisfactorios serán los resultados en favor de aquel. La reglas generalmente establecidas por la práctica para la nutrición por este mé- todo, es de los cuatro álos seis primeros meses de la vida, época en que la leche de gran número de mugeres empieza á disminuir en principios sólidos, haciéndose por tanto insuficiente. Ya nos hemos ocupado anteriormente de que la madre debe suministrar cuando menos la mitad del alimento al niño, pues en caso contrario la nutrición seria defectuosa. No deberá sugetarse la criatura á este método de un modo brusco sino con mucha cautela, y tanteando por decir así, el efecto que produce en la salud del niño, pues siendo la susceptibilidad del estómago diferente en cada individuo, solo con mucho tino podrán salvarse muchas dificultades á que puede dar lugar este sistema. Aún cuando el oxito del procedimiento que estudiamos ha sido en algunas ocasiones favorable, no debe ponerse en práctica sino en caso de suma necesidad, pues no está tan exento de peligros como generalmente se cree; sobre todo cuando se hace uso de él desde los primeros dias del nacimiento. El método que debe emplearse para la administración de la leche, lo dejamos espuesto al ocuparnos de la lactancia artificial. 48 Lact ancia animal El método mas aceptable para la nutrición de los niños después de la lactancia materna, la que se hace por medio de nodriza en la casa de los padres, y de la lactan- cia mixta bajo ciertas condiciones, es sin duda la que se hace directamente por medio de ciertos animales. En algunas comarcas de España tuve ocasión de observar repetidas veces este modo de criar, y lo mismo que en Ale- mania, Suiza, y algunos puntos de Italia, los resultados han sido casi siempre satisfactorios. Entre nosotros hay también algunos casos, aunque raros, de buen éxito. En París pusieron en práctica este método ciertos médicos, entre ellos, Mr. Joulin, que apesar de haber sido satisfac- torios sus ensayos, han comprendido que las condiciones de las viviendas en aquella Villa, no permiten estender la lactancia animal. La primera dificultad que se presenta para que este procedimiento llene las necesidades de la primera edad es la elección del animal. En el cuadro que dejamos espuesto en otro lugar del aná- lisis de la leche, tomado de Mr. Beclar, la proporción de los elementos sólidos en los animales es mayor que en la de mujer; pero hay otros análisis cuyas proporciones no son tan marcadas, lo que hace decir á Mr. Joulin «que ignoran- do el químico la procedencia de la leche, se vería en gran perplegidad para determinar si era ó no de mujer.» Estu- diando las condiciones del animal y fundándonos en el resultado de la práctica, el mas adecuado al objeto es la cabra: porque la vaca, la yegua etc., no están en condi- ciones de prestar de un modo directo su producto. Así pues, si nos viésemos en la necesidad de apelar á la lac- tancia animal, eligiríamos la cabra. La docilidad de este 49 animal es una de sus mejores condiciones; con la mayor facilidad se educa y es verdaderamente maravilloso ver como corren presurosas al lado del niño apenas le sienten llorar, colocándose en la posición mas adecuada para que pueda con facilidad estraer de sus tetas el alimento, para su desarrollo. Además su adquisición es fácil, su manutención poco costosa, y lagran ventaja de ser muy manejable pudiendo prestar sus servicios en el momento que se la necesite. El esceso de manteca que contiene su leche con relación á la de la mujer, es un inconveniente fácil de salvar: basta que el niño no tome mas que la primer leche que contienen las tetas del animal en plenitud, ordeñándole en seguida para que guarde en lo posible la misma proporción en sus componentes. De este modo el niño no toma sino la parte mas delgada (serosa,) de la leche suficiente no obstante para llenar las exigencias del recien nacido hasta pasados los dos primeros meses en que gradualmente vá ponién- dose en ciertas condiciones su estómago, y pueda admi- nistrársele la leche del animal, sin que haya necesidad de ordeñarle para disminuir el exeso de sustancias só- lidas. Los ensayos que se hicieron sobre varios animales y aún en lamugercon el objeto de disminuir el exeso por medio de la alimentación á que se ¡sujetaban, es de resultados dudosos. Cuando la cabra ejerce las funciones de una nodriza, debe atendérsela con esmero, como lo merece por los grandes servicios que presta: buena alimentación, paseos al aire libre, y buena cama, para que el animal goce de buena salud y pueda llenar debidamente su cometido. Es necesario tener paciencia durante los primeros dias de su enseñanza para que sepa como debe mane- jarse, pues pocas lecciones son suficientes para acomo- 50 darse ella misma. Las ventajas que reporta este método de lactancia para el tratamiento de ciertas enfermedades como la sifílis en el niño, p. ej., es de suma importancia bastando para ello hacer tomar al animal los medica- mentos apropiados que obrarán por medio de la leche, sin que haya necesidad de infectar á nodrizas, que por lo demás seria cometer un atentado, que la sana moral re- procha enérgicamente. La posición mas adecuada para que el niño pueda mamar, es aquella en que el pezón caíga dentro de la boca; así que deberá tenderse este debajo del animal te- niendo precaución sobre todo en los primeros dias, de suje- tarle convenientemente en tanto no se acostumbra á la función que se le destina. Para terminar diremos que el método de lactancia que acabamos de describir, es el que debe preferirse cuando no puede amamantar la madre ó se halla en la imposibilidad de sufragar una nodriza en su casa. Algu- nos autores dan preferencia á la lactancia por medio de la cabra, á la nodriza en casa de la familia del niño, noso- tros no participamos de esta opinión pues creemos mas ventajosa la que se hace por nodriza, bien entendido en presencia de los interesados de la criatura después de haber sido elegida por facultativo. Destete El cambio que debe hacerse en el régimen de la alimen- tación para que tenga lugar el destete, está subordinado al estado de las fuerzas y desarrollo de cada niño, no pu- diendo por tanto determinarse de una manera precisa la época en que debe verificarse este acto. Tiene mas influencia que la que generalmente se cree 51 en la salud ulterior del niño, el método que se emplee para privarles de la lactancia; pero desgraciadamente jamás se consulta con personas competentes, cómo y cuando debe hacerse, creyéndose todos maestros, precisamente en el asunto mas delicado en la materia de nutrición. Solo se dirigen al médico cuando la impericia ha sido origen de males, la mayor parte de las veces difíciles sino imposibles de remediar. Hay que tomar muchas precauciones para que el destete se haga sin perturbaciones en el organismo, que dificulten la marcha del desorrollo en los niños; por que si este acto se hace prematuramente, tiene por lo general mal éxito, puesto que se obliga al débil y susceptible estómago de los niños á digerir alimentos que son muy superiores á sus fuerzas ; y justo es deducir que en vez de proporcionarse elementos á su organización, sea mas bien el origen de grandes alteraciones. No es tampoco lo mas conveniente la lactancia prolon- gada, por que no solo el destete se hace difícil y peligroso, sino que el desarrollo del niño se retarda, por falta de una alimentación adecuada á sus necesidades; ya hemos di- cho que los principios sólidos de la leche van disminuyen- do en la mujer después de un tiempo que varía entre diez y veinticinco meses, en cambio el niño tiene mas vigor. Ademas, las fatigas que acarrea á las nodrizas pueden ser graves, si tenemos en cuenta la cantidad de leche que es- trae el niño, durante las veinticuatro horas, del pecho de la madre. Hay, sin embargo, casos escepcionales para que el des- tete no pueda verificarse sin perjuicio del niño, antes de la completa evolución de los dientes. Antes de someter al niño al cambio que va á operarse en su género de alimentación, será conveniente asegurarse si podrá soportar el nuevo régimen que nos proponemos : 52 para ello se hará una especie de método mixto, para pre- pararle, por decir asi de antemano, de suerte que, una vez llegada la época en que deba hacerse definitivamente el destete, no sorprender al estómago con alimentos que no serian tolerados, si la supresión del pecho se hiciese de un modo brusco. Por regla general, no debe jamás verificarse este acto antes de un año, aun cuando la salud del niño sea comple- ta, siendo entre los doce y diez y ocho meses de edad cuando debe hacerse. Pero mas bien que á la edad, debemos atender al desar- rollo del niño, utilizando el intérvalo de descanso que nos marca la salida de cada grupo de dientes ; pues entonces el organismo se halla también en reposo, lo que no sucede durante el trabajo de la erupción dentaria; pues, sabido es que viene generalmente acompañada de alteraciones en al- gunos órganos, especialmente en el aparato digestivo, á veces graves. La lactancia en estos casos no solo atiende á la nutri- ción, sino que disminuye las irritaciones del aparato di- gestivo por las propiedades sedantes de la leche. Puesto que la evolución dentaria nos puede servir de guia para el destete, utilizando uno de los intérvalos de reposo que hay entre uno y otro grupo, veamos el orden como se verifica. La formación de los dientes tiene su principio hácia el segundo o tercer mes de la vida intra uterina, siguiendo su desarrollo silenciosamente hasta los seis ú ocho meses después del nacimiento: época en que principian á mani- festarse al estertor los incisivos medios inferiores, que for- man el primer grupo. (Con reposo de cuatro á seis meses.) Los incisivos medios superiores, que forman el segundo grupo, salen al esterior del décimo al duodécimo mes. (Con un reposo que varia entre algunos dias á un mes.) 53 El tercer grupo, se manifiesta de los doce á los quince meses: está formado por los incisivos laterales inferiores. El cuarto grupo, formado por los incisivos laterales in- feriores y las primeras muelas menores; se aparece hácia los diez y seis ó diez y ocho meses. El quinto grupo, lo forman los caninos cuya erupción á veces muy penosa, se manifiesta mas ó menos á los dos años de edad. Siguen á la salida de los caninos, las segundas muelas menores que forman el sesto grupo, después de un reposo de seis meses por término medio. Como vemos, el trabajo de la dentición no se verifica de un modo continuo, habiendo intérvalos de reposo bien marcados que es importante tener presente, no debiendo desconocerlos sobre todo las madres para que les sirva de norma, y con tiempo poder preparar al niño al destete. La marcha que hemos descrito, es la que ordinariamen- te sigue la erupción dentaria; pero es un trabajo que pre- senta muchas modificaciones, ya haciéndose con mas rapidez ó con mas lentitud Donné y Trousseau llaman la atención sobre el peligro que ofrece la salida de los caninos, y según parece acon- sejan que la lactancia continué hasta la completa evolu- ción de este grupo; sin embargo no siempre es posible esperar á esta época, por mas que creemos es sin duda la mas favorable. El reposo que hay entre el cuarto y quinto grupo, es el que generalmente se utiliza, y está de acuerdo con la idea de gran número de autores, entre otros los MMrs. Joulin y Bouchut. En esta época ya el niño tiene de diez y seis á diez y ocho meses de edad, siendo los alimentos por lo re- gular bien tolerados: bien entendido, si se ha preparado de antemano el niño por medio de un régimen mixto. La salud del niño corre mas peligros cuanto mas nos 54 apartemos de estos dos intérvalos. El que hay entre el quinto y sesto, ya hemos dicho que presenta muchas difi- cultades, (1) que si pueden vencerse seria el intérvalo propio. Después de habernos ocupado de estudiar la erupción de los dientes, para poder apreciar que intérvalo debe utilizarse para el destete, vamos á esponer el régimen que debe establecerse en los alimentos, antes y después de la supresión de la lactancia materna, á fin de que los resul- tados que buscamos sean favorables, evitando cuanto se pueda, tantas complicaciones como pueden sobrevenir á consecuencia de la imprevisión. Lo primero que debe hacerse es disminuir el número de veces posible, de dar de mamar al niño, haciendo uso en su reemplazo de una buena leche de vaca por medio del biberón, sugetándose á las reglas que hemos establecido al ocuparnos de la lactancia artificial; sobre todo de noche, se tratará de suprimir del todo haciéndolo tan solo de dia, y disminuyendo siempre el número de veces; así se le da- rá los dos primeros dias tres veces de mamar en las veinticuatro horas, dos, los dias siguientes y por último se le suprime del todo, de los cuatro á los seis dias. En al- gunos es tan fácil esta operación que ellos mismos dese- chan el pecho; en otros, es necesario valerse de otros medios, como el poner al rededor del pezón algunas sus- tancia desagradable como el aloes, lo que es suficiente y dá buenos resultados casi siempre. El régimen que hemos establecido para dar el pecho; esto es, una vez á las once de la noche y otra al dia si- guiente por la mañana, se seguirá con el biberón; pues es sumamente conveniente para la salud del niño, que su sueño no sea interrumpido de noche; cosa muy fácil de (1) Véase destete prolongado. 55 conseguir, pues lo hemos vtsto repetidas veces práctica- mente. Durante el dia puede administrárseles la leche mezcla- da con caldo, alimento que recomendamos por el bien es- tar que sienten las criaturas, y que al Dr. Pardo ha dado resultados satisfactorios en su larga práctica. Las diferentes clases de harinas, sopas de pan, fideos, etc., deben darse bien cocidas; pero hasta cierta época que varia en cada niño, no se suprimirá la leche del todo. Procediendo como dejamos indicado, el destete se hará sin que la salud del niño se altere, y la madre obtendrá grandes ventajas. Para establecerse este método es ne- cesario no condolerse del llanto de las criaturas, porque todo es en los primeros dias, venciéndose sus exigencias pronto y con bastante facilidad, De ningún modo se administrarán otros alimentos que los que dejamos apuntados; pues a título de alimentarlos bien, cometen las madres ó encargadas, imprudencias co- mo por eg., dándoles carne creyendo que los nutre mejor. Si este alimento se usa prematuramente, resultará lo mismo que á Mr. Guerin quien esperimentando en perros recien nacidos el uso de la carne, los hacia raquíticos. Establecido el destéte debe tenerse mucha precaución, para acostumbrar al niño á un régimen mas sustancioso, haciéndolo siempre lentamente, teniendo en cuenta para ello la edad de la criatura, y las fuerzas de su estómago. Así el desarrollo marcará la época en que pueda sin peli- gro someterse á un régimen ordinario. En resúmen. El destéte no deberá hacerse sin antes preparar el niño por medio de una alimentación mixta, que puede empezar- se desde los 6 á los 8 meses. Debe aprovecharse el reposo que hay entre la salida de uno y otro grupo de dientes, siendo el que hay entre el 56 cuarto y quinto, y el quinto y sesto los preferidos; de nin- gún modo se permitirá hacerlo durante se verifica su sa- lida. La leche con caldo y las féculas bien cocidas serán su único alimento durante un tiempo bastante largo, que va- ría según las fuerzas y desarrollo del niño. El método en su administración reportará grandes ven- tajas : la falta de él hará sucumbir muchos niños en el ma- rasmo, ú otros estados como el raquitismo, etc. Consideraciones generales Antes de terminar nuestro trabajo espoliáremos some- ramente la gran influencia que tiene la observancia de ciertos preceptos higiénicos en los niños de pecho; como también los funestos resultados á que dá lugar la mala dirección é insuficiencia de alimentación. Tiene tanta importancia para la conservación de la salud y desarrollo de los niños la higiene, como la elec- ción de los alimentos que deben dar á su organismo los elementos para su desenvolvimiento. Asi pues; deben ser objeto los niños de un esmerado aseo, lavándoles tantas veces cuantas sea necesario con agua tibia y una esponja, secándole en seguida con un lienzo suave y seco, poniéndole por último polvos de arroz ó licopodio, sobre todas las partes de su cuerpo, especial- mente en aquellas en donde forma pliegues la piel, evi- tando de este modo las escoriaciones tan dolorosas á que dá lugar la falta de limpieza. El desaseo tiene impacientes á las criaturas, su sueño es perturbado y su salud se altera por falta de descanso. La cabeza debe ser objeto de una higiene esmerada, así, 57 siempre que se forme caspa debe reblandecerse con una sustancia grasosa como la glicerina ó el aceite de almen- dras y luego se desprende por medio de un cepillo. Evi- taráse en lo sucesivo su formación, lavando y cepillando la cabeza con proligidad. La secreción y escreccion producto de la traspiración que constantemente se verifica á través de los poros de la piel, se vá acumulando en toda la superficie del cuerpo; esta acumulación dá muchas veces origen á cierto número de afecciones cutáneas que repercuten indudablemente en la salud general de la criatura, y de las cuales podríamos salvarles haciendo uso de los baños generales. Estos baños son muy útiles, pero á condición de no abusarse de ellos como casi siempre sucede: si su apli- cación es diaria, será muy corto á fin de que llenando su princidal objeto que es la limpieza del cuerpo, podamos aprovechar sus benéficos efectos en ciertas afecciones prolongando mas su duración. Es suficiente y aún con- viene mas, darlo dos veces por semana, y en'rigor bastará una vez, pudiendo en estos casos ser de veinte á veinti- cinco minutos de duración. El estado de salud del niño, nos hará modificar un tanto estas prescripciones generales. La temperatura del agua debe ser tal que sea agradable al niño esto es, de veinti- cinco á treinta y cinco grados. Puede darse por la ma- ñana ó por la tarde siempre antes de las comidas, este último método es provechoso á los niños escitables, á quienes proporciona un sueño reparador. En suma el baño general es necesario una vez cuando menos por samana; los baños diarios, no son perjudiciales, pero pocas veces son convenientes debiendo ser mas bien que baño propiamente dicho, un simple lavado. Los paseos al aíre libre prestan grandes servicios para la salud de los niños, sus fuerzas se robustecen con el aire 58 puro, por el contrario el confinamiento los aniquila y cria débiles. Debemos advertir que no deben entregarse solos á estos paseos sino con persona que merezca confianza, y mejor aún con alguno de la familia, evitando así los peligros nacidos en el descuido de sus ayas. Después de los primeros dias del nacimiento es muy conveniente separar las criaturas de la cama de las madres poniéndolos en su correspondiente cuna ó cama, porqué la limpieza es mas fácil, y la lactancia se reglamenta mejor. Ventajas son estas que redundan en favor de la madre y del niño. Los pañales y demás prendas de vestir deben colocarse flojas, para que la criatura pueda ejercer libremente sus movimientos, y no se dificulte su respiración. El desaseo en el biberón, produce en los niños algunas enfermedades como el muguet, afección que trae graves alteraciones en su salud, porqué la succión y deglución son funciones que casi no pueden ejecutar y por consi- guiente su nutrición es defectuosa. En cuanto á los funestos resultados que ocasiona la mala dirección é insuficiencia de la alimentación, se com- prende fácilmente que son muchos. La índole de nuestro trabajo no nos permite estendemos mucho sobre este asunto, por lo que nos limitaremos á esponer algunos entre otros el raquitismo. Esta afección no es mas que una perturbación en la nutrición del tejido oseo que sobreviene en la primera edad, manifestándose al esterior por un conjunto de sínto- mas muy variados y especialmente por deformaciones mas ó menos notables del esqueleto. Entre las causas que pueden ocasionar esta enferme- dad, se halla en primer término la mala dirección é insufi- ciencia en la nutrición, que si bien hay otras, lo cierto es 59 que la mayor parte de los niños atacados de ella perte- nece á los que han sido privados de la lactancia, oque esta fué de poca duración alimentándole con sustancias impropias á su edad. Las estadísticas tomadas sobre cierto número de raquíticos, nos indícala verdad de este hecho. Este método vicioso, produce inflamaciones con- tinuas en el tubo digestivo de los niños, formándose según algunos autores, ácidos en abundancia, que una vez absorvidos traen la disolución del fosfato calcáreo á medida que se encuentra en la sangre, de suerte que en lugar de utilizarse esta sal en nutrir los huesos, es eliminada por la orina. A principio del siglo XVII el régimen adoptado por algunos médicos haciendo uso de otros alimentos que la lactancia, ha causado grandes desastres entre los niños. Hoy todos están de acuerdo que nada puede suplir ála lactancia, pues la aparición de la enfermedad que estu- diamos tuvo lugar en aquella época de sustitución. Poco hemos adelantado apesar de las máximas de la ciencia moderna, por que aquella funesta práctica no ha desaparecido del todo, y está muy arraigada para poderla esterminar como seria de desear. Sin embargo, entre nosotros es poco común esta enfer- medad, y la razón la dejamos espuesta al ocuparnos de la conducta que se sigue en amamantar por regla general á los niños el tiempo necesario, pero en algunos puntos de Europa es grande. Los medios de combatir el raquitismo son pues, la alimentación reparadora, y la estricta observancia de la higiene. Otra de las afecciones dependientes de la nutrición defectuosa, es la escrofulosis adquirida. Toda la profi- laxis de las escrófulas se funda pues, en el cumplimiento de las reglas que deben observarse en la nutrición de la 60 primera edad, por que su aparición se manifiesta á conse- cuencia de la insuficiencia en la alimentación, la mala calidad de los alimentos, el deteste prematuro, y ciertas condiciones higiénicas. Es horroroso el espectáculo que ofrecen á nuestra vista las criaturas que están bajo esta diátesis, que debemos tratar de detener en su origen. Un ser en este estado pone de manifiesto un fondo de inercia vital, que debe repararse con una buena alimenta- ción é higiene, El Dr. Elscesser describe con el nombre de Cráneo Malacia, cierta enfermedad constituida por el reblandeci- miento de los huesos del cráneo, y que atribuye á la disminución de fosfato calcáreo^ en la leche de las que crian. No podemos emitir nuestro juicio por no tener ocasión de ver ningún caso, que por otra parte deben ser muy raros. Entero-colitis. La alimentación muy abundante, el uso de alimentos impropios, á la primera edad, obran una vez ingeridos y puestos en contacto con la mucosa intesti- nal, á manera de cuerpos estraños dando lugar á inflama- ciones constantes, de dónde esas diarreas tenaces que ter- minan por hacer sucumbir gran número de niños en el marasmo. Su tratamiento presenta algunas indicasiones entre otras, la de someterlos enfermitos á un régimen alimenti- cio severo, el subnitrato de bismuto, pépsina etc. Costras lácteas. Esta afección que tanto respetan las familias creyéndola muy saludable, tiene su origen en la mala dirección de los alimentos. Deben hacerse desaparecer porqué su invasión trae serios resultados sobre todo en los órganos de la visión. Además la supuración á que dán lugar esas pústulas, es muy fétida y trae alteraciones en el estado general de los niños. Su aparición se hace comunmente en la época 61 en que se verifica la erupción de los dientes y esto depende del estado de susceptibilidad de la piel en esa época. Así pues; es necesario un cambio en el régimen de los ali- mentos, para modificar la constitución de la criatura. Para impedirla comezón y absorver la serosidad que mana de las pústulas, deben espolvorearse con almidón las partes afectadas que son generalmente la cabeza y cara. Las cataplasmas y unciones grasosas de que se hace tanto uso, están proscritas. La cabeza debe traerse al descubierto, la compresión con vendajes, gorros de goma etc. produce afecciones cerebrales casi siempre mortales. La tisis pulmonar, la meningitis tuberculosa, los ascári- des lumbricoides, y otros muchos estados morbosos, tie- nen su origen en la mala dirección en la nutrición de la primera edad. Señor Presidente : Señores Académicos: Hemos terminado este pequeño trabajo ; nuestras aspi- cíaciones, quedarán satisfechas si merece vuestra apro- bación. Julio 4 de 1879. Laureano Rivas. Vo. B°. Pedro A. Pardo. PROPOSICIONES ACCESORIAS I-Cuáles son los órganos que forman el periné. II-En qué casos se observa el pulso venoso, III-Acción fisiológica y efectos terapéuticos del opio. IV-Diagnóstico diferencial de los tumores de las bolsas. V-Tratamiento del cólera mórbus epidémico. VI-En virtud de que derecho la sociedad secuéstralos enagenados. VII-Cual es el mecanismo de la formación del callo en los huesos largos. VIII-En que caso sdebe provocarse el aborto.