MANUAL DE ELECTROTERAPIA Por el Docto/ F. SEMELEDER. Reimpreso de la “Gaceta Médica” periódico de la Academia de Medicina de México. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE, Bajos de San Agustín, num. i. 1878 MANUAL DE ELECTROTERAPIA Por el Doctor. F. SEMELEDER CATEDRÁTICO ADJUNTO DE LA UNIVERSIDAD DE VIENA, SOCIO DE LA IMP. Y REAL SOCIEDAD MÉDICA DE VIENA, DE LA SOCIEDAD MÉDICA DEL PANTIIÉON DE PARIS, DE LA ACADEMIA DE MEDICINA DE MÉXICO Y DE LA SOCIEDAD MÉDICA DE LA CIUDAD Y EL CONDADO DE NUEVA-YORK, Etc. MÉXICO IHPKENTA DE IGNACIO ESCALANTE, BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM. 1. 1878 ALGUNAS personas amigas y competentes eran de parecer, que un tratadito sobre el uso de la electricidad en la Medicina podría ser de oportunidad y de uti- lidad. Animado por estas opiniones, he emprendido mi trabajo, que ya tenia meditado desde mucho tiempo, y cuyo único objeto, así como mi único deseo al hacerlo, es estimular el estudio de un ramo importante de la Medicina, que entre nosotros, hasta ahora, no ha merecido toda la atención á que es acree- dor, pues los dos objetos esenciales de la Medicina, el Diagnóstico y la Terapéu- tica, se encuentran notablemente enriquecidos y adelantados por la aplicación de la electricidad. Efectivamente, no hay otra potencia capaz, como la electricidad, de producir fenómenos tan variados, mecánicos, térmicos, ópticos, químicos, magnéticos y eléctricos. Pero, además de todo esto, en su aplicación al organismo humano pro- duce muchos otros fenómenos complicados, sensaciones luminosas en los.ojos, auditivas en el oído, gustativas en la lengua, sensaciones de tacto y de tempe- ratura en el cutis, y hasta al olfato se hace perceptible su poder. Un célebre fi- siólogo dijo: Que los fenómenos vitales de los nervios, si no son debidos á la electricidad, á lo ménos se le parecen completamente. La electricidad, pues, es el único agente capaz de producir casi en todos los órganos efectos adecuados y específicos. Será inevitable tocar algunos puntos de física que, si nos eran familiares en un tiempo, después han sido envueltos en el remolino de la vida agitada del médico práctico, y, sin embargo, tendremos que recapitular algunos axiomas para formar la base de los estudios que van á ocuparnos. Ha habido siempre el grave inconveniente de que algunos de los médicos que escribieron sobre elec- troterapia no han tenido conocimientos sólidos de física, miéntras que los físi- cos no pueden cultivar este ramo déla medicina por carecer déla educaciones- pedal. De ahí resultaron varios errores y el uso de términos impropios. Muchas personas han contribuido á elevar la ciencia de la electroterapia á la altura que, á pesar de sus imperfecciones, actualmente ocupa. Los Alema- nes y los Franceses han sido los principales cultivadores de la nueva doctrina: á los primeros se debe el estudio de la corriente continua, la galvanocáustica y la electrolizacion médica; á los últimos, el uso déla faradizacion y la electrización localizada. 4 De la literatura sobre la materia, que ya es bastante copiosa, he consultado cuanto ha estado á mi alcance: Middeldorpff, Dic Galvanokaustik, Breslau, 1854. Jaccoud, Artículo: Electricité, en: nouveau dictionnaire de médecine et clii- rurgie. vol. 12, París, 1870. Beard y Rockwell, A practical treatise on the medical and surgical uses of electricity, New York, 1871. Dúcheme (d. B.), De l’électrisation localisée, Paris, 1872. Onimus y Logros, Traite de l’électricité médicale, Paris, 1872. Cijon, Principes d’Electrothérapie, Paris, 1873. J. Althaus, A treatise ou médical electricity, London 1873. M. Meyer, Electricity in its relations to practical medicine (traducido del ale- mán por Ilammond), New York, 1874. F. Fieber, Bericht, Wiener allg. mediz. Zeitung, 1874. Zech, Die Fysik in der Electrotherapie, Tübingen, 1875. M. Benedikt, Nervenpathologie and Electrotherapie, Wien, 1876. M. Rosenthal, Electrotherapie, Wien, 1876. Bottini cav. Enrico, La galvanocaustia nellapraticachirurgica, Milano, 1876. R. Lewandowsky Anwendung der Elektrizitát in der praktischen Ileilkunde, Wien, 1877. St. Meimier, Metalloscopieetmetallothérapie, Journal d’Hygiéne, n. 39,1877. Mandé Paul, M. D., The Yalue of electrolysis in the treatment of ovarían tumors, Gynecological transactions, New York, 1878. Beetz, Grundzüge der Electrizitátslehre, Stuttgard, 1878. L. J. Teissier, de la valeur thérapeutique descourants continus, Paris, 1878. Charcot, Metalloscopie et metallothérapie, Gazette des hópitaux n. 28, 30, 31, 1878. Bouchut, idem, ibidem, n. 46, 1878. Se verá que para mi trabajo sirvió de modelo la Memoria del Dr. Lewan- dowsky, publicada en Viena, á fines del año pasado, en una colección intitulada: «Wiener Klinik;» veráse también, que he dado mucha más extensión á la parte práctica, y que, aprovechando otros trabajos, ajenos y propios, mi Manual ad- quirió mucho mayor volumen que el modelo. No hablaré con la autoridad del especialista, sino simplemente como puede tratar este asunto el que ha dedicado algún tiempo á esta clase de estudios: ofrez- co poco nuevo y mió; pero he procurado reunir lo bueno, lo comprobado y lo necesario para mis compañeros, teniendo siempre presentes las dificultades con que yo mismo he tropezado en mis estudios. Yaya, pues, mi trabajo encomendado á la indulgencia del lector. México, Setiembre de 1878. (o/ Qjéufol. Naturaleza y orígenes de la electricidad. Para explicar la naturaleza de la electricidad se supone la existencia en los cuerpos de uno ó dos fluidos imponderables. Repartidos éstos en ciertas direccio- nes, ordenados, representan, según esta teoría, el estado eléctrico; provocar esta repartición y ordenación en un cuerpo, se llama ponerle en estado eléctrico, elec- trizarle. A esta teoría corresponden los términos técnicos, las explicaciones y los cálculos usados. Estas ideas acerca de la electricidad pertenecen á una época en que se supo- nían también fluidos imponderables especiales para el magnetismo, la luz, el fue- go, el calor, etc. (el fluido magnético, el éter luminoso, el flogiston, el calóri- co, etc.) Todos los fenómenos que llegamos á conocer dependen de movimientos; de consiguiente la causa de la electricidad también debe ser un movimiento. Movi- mientos de las moléculas y de los átomos constituyen el sonido, el calor, la luz, el quimismo, el magnetismo y la electricidad. Varios experimentos demuestran que la electricidad consiste en un movimiento determinado de la masa del cuer- po eléctrico. Cuando se imauta una varilla de hierro dulce por la influencia de una corriente eléctrica, da un sonido muy marcado en el acto de cerrarse ó de interrumpirse la corriente; es decir, que la electricidad ha producido un movi- miento vibratorio longitudinal de las moléculas del hierro, lo que no podría su- ceder si la misma electricidad no consistiese en vibraciones de las partículas in- íinitamente pequeñas de la materia. Es un hecho conocido que los alambres de los telégrafos con el uso se alargan y se hacen más frágiles, es decir, que ha tenido lugar un cambio en la consti- tución molecular del alambre. Otra prueba de este carácter de la electricidad es que según las investigacio- nes exactas de Franz y Wiedemann (1853), todos los cuerpos tienen la misma conductibilidad para el calor y la electricidad, y que, según los estudios de Cou- lomb 178|, la acción directa de la electricidad disminuye en razón directa del cuadrado déla distancia, lo mismo que sucede con la gravitación, la luz, el so- nido, etc. Si, como tenemos dicho, la naturaleza de la electricidad consisto en un movi- miento, también el origen do ella debe ser un movimiento. 6 El ámbar (’r/Xeutpov) se hace eléctrico por el frotamiento, hecho conocido desde muy remotos tiempos, y hoy dia se sabe que en todos los cuerpos por el frotamiento se puede despertar la electricidad. Muchos otros procedimientos me- cánicos pueden desarrollarla, por ejemplo la presión. El papel de máquina, al salir de entre los cilindros, está cargado de electricidad negativa. La exfoliación de muchos cuerpos, sobre todo de los cristales, es acompaña- da de fenómenos eléctricos. Las acciones químicas pueden desenvolver la electricidad. En 4780 Galvani descubrió la electricidad por contacto, que recibió su legítima definición por Yolta en 1799. El movimiento que en ella tiene lugar es la acción química. En 1821 descubrió Seebeck la termo-electricidad, desenvuelta al calentar las soldaduras de dos metales diferentes. Varios metales al calentarse se hacen eléc- tricos. Al evaporarse una cantidad de agua en un vaso aislado, el vapor revela electricidad positiva y el vaso electricidad negativa. Faraday en 1831 descubrió que en un carrete de alambre aislado se desen- vuelve electricidad cada vez que se le acerca un imán ó que se retira de éi. (In- ducción por los imanes.) Si por una parte la causa de la electricidad es un movimiento y por otra par- le su electo es un movimiento, la misma electricidad debe también desenvolver la electricidad. En un conductor metálico, un carrete de alambre aislado, se desenvuelve electricidad cada vez que en otro conductor distante y aislado se pro- duce ó cesa el estado eléctrico (inducción por las corrientes), Faraday, 1831. La clase de movimiento que constituye la electricidad, según el estado actual de nuestros conocimientos, debe colocarse entre el movimiento que prodúcela luz y el que produce el sonido. En consecuencia la luz y el sonido son los vecinos inmediatos de la electricidad y pueden producirla á su vez. Sumérjanse dos láminas iguales de platino en áci- do nítrico concentrado y reúnanse por un alambre y no se podrá encontrar nin- gún vestigio de electricidad. Sombréese ahora una de las láminas, miéntras que la otra queda expuesta á la luz del sol, y luego se manifiesta una corriente eléc- trica. Al formarse las figuras vibratorias de Chladni se desenvuelve electricidad en las líneas nodales. Dijimos que todos los fenómenos vitales son debidos á movi- miento. Consistiendo, como nos hemos esforzado en comprobar, la naturaleza de la electricidad en fenómenos de movimiento, se deduce que los fenómenos vi- tales también deben originar la electricidad. Algunos peces, como la tremielga, el siluro, el gimnoto, etc., poseen órganos eléctricos, que muy bien pueden com- pararse con las pilas de Yolta. Estos animales pueden, miéntras vivan y cuando se irriten, voluntariamente descargar golpes eléctricos comparables á los de la botella de Leiden y que les sirven de arma ofensiva y defensiva. Esta clase de electricidad se llama la animal. Nobili introducía los miembros crurales de una rana preparada en una cáp- sula llena de agua salada y luego los nervios lumbares en otra, llena de una disolución semejante; y cerraba el circuito, introduciendo en cada cápsula la punta del alambre de un galvanómetro muy sensible y obtuvo así una corrien- te que se dirigía desde los pies á la cabeza del animal y que él llamó la corrien- te propia de la rana. Dubois-Reymond ha dado á conocer sus investigaciones sobre las corrientes musculares en el hombre. Una persona metió una mano en un vaso lleno de agua salada y la otra en otro vaso lleno de una solución igual; cerróse luego el circuito por medio de un galvanómetro multiplicador muy sensible y no se manifestó ninguna corriente. Mas apenas la persona contrae los músculos de un brazo ó solo un dedo de una mano, se puede reconocer la presencia do una corriente de electricidad. Así los fenómenos vitales, como acabamos de ver, dan origen á la electrici- dad y el cuerpo humano en estado de salud posée constantemente una cantidad de electricidad positiva libre que gira alrededor de él en la dirección dextror- sum. Lo mismo tiene lugar con los animales. Algunos de ellos poseen grandes cantidades de electricidad libre, como los venados, los perros y los gatos. Siempre que la electricidad del organismo sufre alguna alteración por una va- riación en el estado eléctrico de la atmósfera, como cuando se prepara un tem- poral, experimentamos una sensación molesta. En la atmósfera constantemente existe el Ozono, aunque en diferentes propor- ciones según los lugares y las estaciones. El ozono fué descubierto en 1839 por Schónbein. Él es el oxígeno eléctrico, en estado naciente y de triple conden- sación. Su presencia se manifiesta por su olor; él es el agente oxidante y desin- fectante más poderoso. La causa más eficaz de su generación es la electricidad atmosférica, no la que aparece bajo ia forma de chispas ó relámpagos, sino la que se esparce en efluvios oscuros. Todos los fenómenos atmosféricos, los temporales, los huracanes, la aurora boreal, etc., son debidos á la electricidad. Con mucha justicia dice un sabio: «Los fenómenos eléctricos son las mani- «festaciones de la vida del globo terrestre y del océano atmosférico que le rodea.» Aparatos para desenvolver mayor cantidad de electricidad. Aunque todo movimiento puede desenvolver la electricidad, para la aplica- ción práctica sin embargo tenemos que recurrir á aquellos procedimientos que nos la suministren en mayor cantidad; tales son: el movimiento mecánico, ELEC- TRICIDAD POR FROTAMIENTO, el quimismo, ELECTRICIDAD POR CONTACTO, el CttlOT, termo-electricidad, el magnetismo ij la electricidad, inducción por imanes y voltaica (por las corrientes). Conforme al modo de producir la electricidad es también diferente su clase, y según su duración y efectos distinguimos tres formas: 1. La electricidad estática, cuyo efecto es momentáneo, como un golpe ó una explosión (electricidad por frotamiento). 2. La electricidad dinámica ó corriente, cuyos efectos se asemejan á una presión ó tracción continua y homogénea (electricidad galvánica y térmica). 3. La electricidad inducida, que viene á colocarse entre las dos primeras, formando una corriente interrumpida compuesta de muchas intermisiones y re- peticiones de electricidad estática. Una calidad común á las tres clases es la Polaridad. El más sencillo de los electroscopios que sirven para conocer que un cuerpo está electrizado os el pén- dulo eléctrico que es una esferita do médula de saúco suspendida de un pié de vidrio por una hebra de seda. Guando se le presenta un tubo de vidrio, frota- do por un pedazo de paño, hay primero atracción y en seguida, después del contacto, repulsión, y lo mismo sucede con una barra de lacre frotada con piel de gato. Pero si, miéntras es repelido ci péndulo por el vidrio, se le aproxima la resina, atrae ésta vivamente la esterilla de saúco, asi como si al péndulo re- chazado por la resina, después de haberla tocado, se presenta el cilindro de vi- drio, hay una fuerte atracción: es decir, que un cuerpo rechazado por la elec- tricidad del vidrio, es atraído por la déla resina y reciprocamente. En estos hechos se funda la suposición de dos electricidades antagonistas la una de la otra; y como este antagonismo en la matemática se expresa conven- cionalmente por positivo y negativo, ha recibido la primera el nombre de elec- tricidad vitrea ó positiva, y la segunda de electricidad resinosa 6 negativa. Las diferencias polares se manifiestan con mucha frecuencia en los fenóme- nos eléctricos. Toda electricidad que tiene las propiedades de la del vidrio se llama positiva, la contraria negativa. El experimento citado del péndulo nos enseña también que la electricidad pue- de pasar de un cuerpo á otro (comunicación), ó puede desenvolverse en un cuer- po al acercársele otro cuerpo electrizado (influencia). En algunos cuerpos se propaga la propiedad eléctrica con mucha facilidad, como en los metales, en el aire húmedo, etc., esos se llaman buenos conductores de la electricidad; otros trasmiten mal el movimiento eléctrico, como el aire seco, la seda, el vidrio verde, la resina, esos se llaman comunmente malos conductores ó aisladores. Aun en los buenos conductores'el modo de repartirse la electricidad es distinto, según la clase de ella: la electricidad estática se limita á la superficie de los cuer- pos; la electricidad dinámica se reparte en los cuerpos en toda su extensión, aunque en su mayor parte busque el camino más directo; la electricidad indu- cida en su modo de repartición en los cuerpos ocupa un término medio entre las dos primeras. La electricidad desenvuelta en un cuerpo continúa como movimiento eléctrico, ó so traspone en otras formas de movimiento: en calor, en luz, en sonido, en magnetismo, en quimismo, etc. Algunas veces, cuando las circunstancias son excepcionalmente favorables, la electricidad se trasforma en varias otras for- mas de movimiento en un mismo tiempo. La chispa eléctrica, por ejemplo, nos presenta en un mismo tiempo luz, calor y sonido. Para evitar la rápida trasformacion de la electricidad en otras for- mas de movimiento, el cuerpo conductor, á que se trata de conservar su estado eléctrico, se rodea, se soporta ó se suspende por otro cuerpo mal conductor, es decir: se le aísla. El movimiento eléctrico en un cuerpo se trasforma luego en otro movimiento, cuando esto no se impide artificialmente; por esa circunstan- cia el estado eléctrico permanente de un cuerpo puede considerarse como un esta- do forzado y llamarse tensión eléctrica. La tensión de la electricidad estática 6 inducida es mayor que la de la elec- tricidad dinámica. El poner un cuerpo en estado de tensión eléctrica se llama cargarle de electricidad; la trasformacion de electricidad en otra forma de mo- vimiento, la destrucción de la tensión eléctrica se llama descargar. La electricidad se aumenta y adquiere mayor tensión en los puntos y en los cantos de cuerpos conductores y se comunica con mayor facilidad á otros cuer- pos. Este poder de las puntas se aprovecha algunas veces (peines, punta, bro- cha eléctrica etc.), ó se evita, dando á ios instrumentos una forma redon- deada. El antagonismo de la electricidad positiva y negativa descansa sobre las direcciones opuestas del movimiento de las parles infinitamente pequeñas de la materia. Encontrándose en un cuerpo las dos electricidades en igual canti- dad, los movimientos contrarios Se apagan, las electricidades se compensan. Doquiera se manifiesta la electricidad, en un mismo tiempo y en un mismo lu- gar no puede haber más que una electricidad; la contraria encuéntrase en otra liarte del cuerpo ó es conducida áotro cuerpo. En la electricidad dinámica cor- riente la electricidad positiva siempre precede en la dirección de la corriente, de consiguiente cada partícula del conductor en que circula la electricidad, es elec- tro-positiva en la dirección de la corriente, y electro-negativa en la dirección opuesta. De los aparatos que sirven para producir mayores cantidades de electri- cidad, citarémos primero la máquina eléctrica que desarrolla más ó ménos electricidad estática. Inventada en 1050 por Guericke, perfeccionada por Plan- ta en 1755, ha sido modificada por Ranisden, Steiner, Nairne, Van Marum, Winter. La electricidad viene á desprenderse por la rotación de un disco de vi- drio frotado por cuatro almohadillas de cuero. La electricidad positiva pasa por medio de unas puntas ó peines aun globo metálico (conductor); la negativa pasa por el aparato al suelo. En la máquina eléctrica de influencia, inventada por Holtz y Topler en 1805, la electricidad se desenvuelve por la inducción de un cuerpo electrizado antes. Dolante de un platillo fijo de vidrio barnizado con goma laca, gira otro platillo do vidrio barnizado también. El platillo fijo tiene dos aberturas en un mismo diá- metro, en las cuales se presentan las puntas do dos lengüetas de papel, pegadas en la cara exterior del platillo fijo. Estas dos lengüetas se electrizan primero, una positiva y otra negativamente. Esta electricidad inducida obra por influencia so- bre el platillo que gira y desarrolla en ello la electricidad que pasa á un con- ductor por unas puntas que se encuentran enfrente del platillo giratorio y de las lengüetas. En la revolución del platillo la electricidad contraria se comunica á la otra lengüeta, el platillo fijo vuelve á ser electrizado, etc. Dando vueltas con mucha violencia al plato giratorio se produce una especie de corriente intermi- tente. Otra manera de desarrollar grandes cantidades de electricidad es por ac- ciones químicas (electricidad por contado). Galvani en 178G observó que po- niendo en contacto los nervios lumbares de una rana muerta, por medio de un arco metálico, con los músculos crurales, se contrajeron éstos. Galvani atribu- yó el fenómeno á la electricidad animal. Volt a, fundado en que la contracción muscular es mucho más enérgica cuando el arco se compone de dos metales, re- conoció que á los metales era debido el papel principal en el fenómeno; probó que dos láminas de metales distintos (electro-motores, conductores de primera clase) en contacto con un líquido (electro-conductor de segunda clase), poseen tensión eléctrica, y que en el acto de reunir las dos láminas por un conductor metálico (arco de la oclusión) se establece uua corriente eléctrica continua que pasa de un metal á otro en el líquido y del segundo metal al primero por el alam- bre que cierra el circuito. En este experimento uno de los metales posée elec- tricidad positiva y el otro negativa. Pero no es indiferente-cuáles sean los elec- tro-motores, y cuál el conductor y ei líquido, pues algunos metales en su com- binación dan mayores cantidades de electricidad que otros. Fundándose en esta propiedad se ha establecido la siguiente série de los electro-motores: zinc, cadmio, estaño, hierro, bismuto, arsénico, antimonio, níquel, cobre, plata, oro, platino, graíita, coaks (carbón) y manganesa. Cada uno de estos cuerpos pues- to en contacto con el que sigue, es positivo y negativo puesto en contacto con el que le precede en la serie, y la tensión eléctrica es tanto mayor cuanto más dis- ten en la serie los dos electro-motores. Un sistema compuesto de dos electro-motores, de un líquido conductor y de un alambre conjuntivo, se llama un elemento galvánico ó una pila de un solo par; la combinación de varios de estos elemen tos consti tuye una p¡ la de columna ó una batería. La primera pila de columna fué construida en 1800 por Volta; se com- pone de una serie de discos colocados unos sobre otros en este orden: un disco de cobre, otro de zinc, una roldana de paño empapada en agua acidulada, lue- go otro disco de cobre, otro de zinc, una nueva roldana de paño y así sucesi- vamente. Reuniendo el primer disco de cobre con el último de zinc por un alam- bre conjuntivo, se establece una corriente eléctrica, que párle del cobre y pasa 11 por el alambre al zinc y de éste por la pila al cobre. Por inconvenientes prác- ticos Valla abandonó pronto esta combinación y adoptó una construcción nue- va. Cada elemento compuesto de una lámina do cobre y otra de zinc es sumer- gido en un vaso lleno de agua acidulada con ácido sulfúrico y la lámina de zinc de cada elemento es reunida por un alambre con la lámina de cobre del vaso si- guiente (pila de vasos). Esta pila lia recibido varias modificaciones. Para evitar el inconveniente que tiene de que los pedazos de paño comprimidos por ios dis- cos metálicos dejen escapar el líquido que los empapa, Cruishank inventó en 4802 el aparato de artesa, que consiste en una caja rectangular de madera, cubierta interiormente de una capa de betún aislador. Los elementos formados cada uno de una lámina de cobre y otra de zinc, soldadas entre sí y fijas en el betún, forman otras tantas celdillas en que se vierte agua con ácido sulfúrico. Wollaston modificó en 1815 la pila de vasos, fijando todos los elementos en un marco de madera que puede bajar entre 4 sustentáculos, y subir cuando ya no se quiere que funciono la pila. En todos estos elementos la corriente circula en el líquido del metal electro- positivo (zinc) al metal electro-negativo (cobre), y de éste por el alambre con- juntivo vuelve al zinc. En el elemento la parte sumergida del zinc es positiva y la parte sumergida del cobre es negativa; fuera del líquido, en el alambre, al reves la punta que corresponde al cobre es positiva y la que corresponde al zinc es negativa. Estas puntas que corresponden á los electro-motores se llaman polos: el polo positivo se llama también ánodo y el negativo kátodo (Faraday). Los hilos metálicos fijos en los polos y cuyos extremos representan ios polos denomínanse electrodos ó reóforos. Todos los líquidos atravesados por una corriente eléctrica sufren una descom- posición química. Esta se llama, según Faraday, electrólisis ó electrolizacion; el líquido que se descompone se llama electrólito; los elementos metidos en el líquido electrodos. El electrólito por el efecto de la corriente se descompone y forma los iones, de los que el electro-positivo, kation, va al polo negativo (ká- todo), y el electro-negativo anión va al polo positivo (ánodo). En la clcclroli- zacion del agua se desprende el oxígeno electro-negativo que va al ánodo posi- tivo, y el hidrógeno electro-positivo que va al kátodo negativo. Acabamos de ver que el contacto de metales con líquidos desarrolla electri- cidad; lo mismo sucede al contacto de metales con gases. Desde 1801 Davy es- tableció la ley que dos láminas de la misma clase se hacen electro-motores, lue- go que estén metidos en líquidos ó gases diferentes. Lo mismo tiene lugar en la pila de Yolta y en todas sus modificaciones. Por la electrolizacion se descom- pone primero el agua; el oxígeno, el negativo, va á la lámina de zinc positiva, y el hidrógeno, el positivo, va á la lámina de cobre negativa; por el contacto de esos gases con los metales se forma otra corriente que va del hidrógeno positi- vo (lámina de cobre) al oxígeno negativo (lámina de zinc), siguiendo unadirec- 12 cion contraria á la do la corriente principal. Esta nueva corriente, debida á la electrolizacion del agua, denomínase corriente de polarización que, siendo con- traria á la corriente principal, la debilita y la anonada finalmente. Esta es la razón do la diminución progresiva de la cantidad de electricidad, de la incons- tancia de lodos estos elementos. Conforme á la ley de Davy unas láminas del mismo metai.se hacen electro- motores tan pronto como están en contacto con dos líquidos diferentes; así, ol platino y el hierro, sumergidos en ácido nítrico concentrado, entran en estado pasivo y so hacen electro-negativos con el platino y el hierro sumergidos en agua 6 en ácido sulfúrico diluido. ítitter en 1803 descubrió que dos láminas del mismo metal sumergidas en agua, que de por si no tienen ninguna propiedad electro-motriz, la adquieren tan pronto como una corriente ha pasado por ellas y ha hecho depositar en sus su- perficies los diferentes iones. Esta circunstancia, así como la corriente de polarización y la relación pasiva del hierro en el ácido nítrico con el hierro en el ácido sulfúrico, han sido utili- zadas con frecuencia para la construcción do baterías eléctricas. Todas las baterías mencionadas suministran corrientes continuas, pero in- constantes. Guando se trata de disponer de cierta cantidad constante de elec- tricidad corriente, tenemos que hacer uso de las pilas ó baterías constantes. Su construcción descansa sobre la inmersión do los dos electro-motores en lí- quidos diferentes, separados por unos diafragmas ó tabiques porosos, de tierra de pipa poco cocida, de cartón, de cuero, de papel-pergamino, de membranas de animales, etc., según la clase de los líquidos empleados. En estos elemen- tos los gases formados por la electrólisis van al diafragma para formar agua; el oxígeno desarrollado oxida la lamina de zinc, formando óxido de zinc que se disuelve en el ácido sulfúrico y se precipita en forma de sulfato de zinc, mien- tras que el hidrógeno va al otro electro-motor y se trasforma allí por el ácido crómico ó nítrico ó por la disolución del metal. Siendo el electro-motor nega- tivo una lámina de cobre y la disolución metálica la de sulfato de cobre, esta disolución es descompuesta: el óxido de cobre es descompuesto en cobre metá- lico y oxígeno; el primero se precipita sobre la lámina de cobre, y el oxígeno for- ma agua con el hidrógeno que vino del otro líquido del otro lado del tabique. Eas superficies de los electro-motores quedan sin alteración, metálicas. Así se evi- ta el desarrollo de la corriente de polarización y las pilas, asi construidas, pre- sentan una constancia notable de intensidad. Beequerel fue el primero que en 4829 construyó una pila constante; pero des- pués se ha variado mucho su forma. Ea pila de Daniel! fue inventada en 183G. La construcción de sus elementos es la siguiente: en un vaso lleno de una disolución saturada de sulfato de cobre se halla sumergido un cilindro de cobre; en lo interior de éste hay un vaso poroso ó diafragma do tierra do pipa lleno de agua acidulada, en la cual está .inmergido un cilindro de zinc. En estos elementos no se desarrolla la cór- lente de polarización, pero la batería no es muy constante por las variaciones le saturación de los conductores líquidos y tiene que ser desarmada con tre- menda para limpiar los elementos. J. W. Ritter inventó la amalgamación del zinc para evitar su rápida destruc- ción. De esta amalgamación resulta que mientras no esté cerrado el circuito, ísto es, en tanto que no hay corriente, no es atacado el zinc y hay mucha eco- íomía de metal. Meidinger formó en 1859 un elemento de mucho efecto y duración, compues- ;o de zinc y cobre, sin diafragma. Su gran inconveniente es que no se puede trasportar. El elemento de Daniell ha sido modificado de muchas maneras. Una pila có- moda es la de Gallaud, cuyo elemento se compone de un vaso con agua y unos instales de sulfato de cobre y de una lámina de cobre, sin diafragma. Una pila inventada por Cooper, en 1839, fue modificada y es conocida por pila de Bunsen ó pila de carbón. Su elemento se compone de un vaso de agua acidulada con ácido sulfúrico y de un cilindro de zinc; en el interior de éste co- lócase un vaso poroso de tierra de pipa con ácido nítrico común y un cilindro de carbón (coak). Esta pila es más eficaz que todas las combinaciones de zinc y cobre, pero los vapores que despide el ácido nítrico hacen su uso impracti- cable en ciertas ocasiones, y su duración no es mucha. Una de sus varias mo- dificaciones es la de Grenet y Mank, que no tiene tabique ninguno y usa co- mo único líquido una solución de bicromato de potasa con ácido sulfúrico. La pila de Marié-Davy se compone de láminas de cobre y zinc, bañadas sin tabique en una solución de sulfato de mercurio. La pila de Stóhrer es como la anterior, usando carbón en lugar del cobre. La pila combinada en 1839 por Grove tiene la misma disposición de la de Bunsen, pero en lugar del carbón gasta láminas de platino. Esta pila es muy eficaz; sus inconvenientes son los vapores del ácido nítrico y el precio subido del platino. Otras pilas de mucho uso son las de zinc en ácido sulfúrico diluido y hierro en ácido nítrico; de esta clase es la pila usada por Bruns. La pila de Leclanché se compone de zinc, carbón y manganesa, y de una so- lución concentrada de sal amoniaco. La primera batería portátil fué construida' por Beetz, modificando la de Le- clanché. Otra batería portátil construida por J. Leiter, de Viena (Elementos de cartucho), encontró muy buena aceptación. Otra pila portátil es la de Gaiffe, de zinc y cloruro de plata; pero es muy costosa. En 1822 descubrió Seebeck la ter mo-electricidad. La electricidad positiva se acumula en las soldaduras calentadas y la negativa en las enfriadas. La serie de los metales, según su efecto termo-eléctrico es la siguiente: telurio, antimo- nio, hierro, zinc, plata, oro, platino, estaño, plomo, níquel, azogue, bismuto. Ni las pilas termo-eléctricas ni las secas de Zamboni y Béhrens sirven para el uso terapéutico. Mencionarémos las cadenas galvánicas de Pulvermacher y Goldberger, el arco eléctrico de Romershausen, las cataplasmas galvánicas de Récamier, las pulseras, los cinturones, los cepillos galvánicos, etc. En 1831, Faraday descubrió la inducción por los imanes y por las corrien- tes. La base de la inducción es que: en un buen conductor (carrete de alambre) se produce una corriente eléctrica instantánea cada vez que en otro conductor próximo empieza ó aumenta una corriente, ó que al carrete se le acerca otro conductor atravesado por una corriente, ó un imán, ó que se produce el magne- tismo en una barra de hierro dulce. La dirección de estas corrientes instantá- neas inducidas es inversa de la dirección de la corriente principal inductora. Al contrario: cada vez que acaba una corriente inductora, que decrece su intensi- dad, que aumenta la distancia entre el carrete y la corriente inductora ó el imán, ó que cesa el magnetismo en la barra de hierro, se produce en el carrete de alam- bre una corriente eléctrica instantánea directa, es decir, en el mismo sentido que la inductora. Las máquinas magneto-eléctricas (Clarke) constan de un haz imantado, en- corvado en herradura y de dos carretes de alambre de cobre aislado y arrolla- do en dos cilindros de hierro dulce que están frente á los polos del imán. Cuan- do giran los carretes (aparatos de rotación), los hierros dulces se imantan y se desimantan alternativamente, á proporción que están enfrente ó lejos de los po- los del imán, de suerte que cada revolución de los carretes da cuatro corrientes instantáneas, dos en sentido inverso y dos en sentido directo. Un aparato espe- cial (conmutador) tiene por objeto dar siempre igual sentido á las corrientes y trasmitirlas á los reóforos. Entre los aparatos de esta clase, que ántes se empleaban con mucha frecuen- cia, el más conocido es el del Dr. Duchenne de B., pero todos ellos tienen el in- conveniente de necesitarse un asistente que maneje la manecilla. Hoy dia se hace uso de preferencia de los aparatos de inducción volta-eléc- trica (por las corrientes). Éstos se componen de dos carretes de alambre sepa- rados, de un elemento galvánico y de un aparato para interrumpir y restable- cei la corriente inductora. El elemento galvánico es reunido al carrete prima- rio y comprende en su circuito el aparato interruptor. Cada vez que en este car- rete primario empieza una corriente se produce en el carrete secun- dario una corriente instantánea inducida en sentido contrario, y cada vez que acaba la corriente inductora, se produce en el carrete secundario otra corriente inducida instantánea en el mismo sentido de la inductora. Con el objeto de au- mentar el efecto inductor, se introduce en el carrete primario una barra de hier- 10 dulce, que se imanta cada vez que empieza una corriente en el carrrete, y que se desimanta cada vez que acaba la corriente; y esta imantación y desiman- tacion á su vez induce unas corrientes eléctricas en el carrete primario que ro- dea la barra. También se puede aumentar la intensidad de la corriente prima- ria, reforzando la corriente inductora de la batería, y se disminuye la intensidad de la corriente inducida sacando más y más la barra de hierro ó tapándola con un cilindro de latón (graduador). A la oclusión del circuito la corriente inductora produce en el carrete prima- rio, por el efecto inductor de las vueltas del alambre unas sobre las otras, otra corriente inversa y contraria, que debilita la corriente inductora, y la abertura del circuito produce una corriente directa que aumenta la corriente inductora. (Extra-corrientes). Para interrumpir y restablecer la corriente de la batería, sirve el vaivén del martillito de Neef y Wagner, movido por la misma corriente. Estos aparatos, como los otros, han sido objeto de muchísimas modificacio- nes, por Dúcheme, Ruhmkorff, Stóhrer, Gaiffe, Leiter y otros. El mejor do todos es el aparato de Dubois-Reymond (de trenéo), cuyo carrete secundario puede moverse horizontalmente sobre el primario. La corriente eléctrica, las resistencias, la conductibilidad. La forma del movimiento que constituye la naturaleza de la electricidad es un movimiento de las partículas infinitamente pequeñas de la materia. La dife- rencia de la constitución molecular de varias sustancias es la causa porque este movimiento se propaga mejor en algunos cuerpos que en otros. Bajo este con- cepto distínguense los buenos de los malos conductores de la electricidad. Las resistencias que la corriente tiene que vencer, se llaman particularmente resistencia de la conducción. Ésta depende en primer lugar de la resistencia es- pecífica de los cuerpos (resistencia específica), y en segundo lugar de la masa del cuerpo que tienen que atravesar (resistencia absoluta), la que es el produc- to de su longitud y de su sección trasversal. En un elemento consideramos*ade- más la resistencia interior ó esencial del mismo elemento y la resistencia ex- terior ó accidental en el cuerpo conductor, alambre conjuntivo que cierra el circuito. Las dos juntas forman la resistencia total. Conociendo la resistencia de un cuerpo, conoceremos también su conductibilidad. Para el estudio comparativo se han establecido unidades de resistencia. Jaco- bi tomó como tal la resistencia de un alambre de cobre de 1 p de diámetro y de 1 metro de longitud. La unidad de Sieméhs es la resistencia de una colum- na de azogue de las mismas dimensiones. Se llama longitud reducida la resistencia de una pila expresada por unida- des de resistencia. La resistencia específica de algunos cuerpos determinada por el puente de Whecitstone, expresada por unidades de Siemens, es la siguiente (Zech): Azogue 1. Coak (ulla carbonizada) 43.00 Plata 0.017 Acido sulf. (peso específico 1.27). 7320.00 Cobre........... 0.018 Zinc 0.057 Platino 0.092 Hierro 0.099 Plata alemana 0.248 Acido nítrico común 18000.00 Acido sulf. (peso específico 1,84). 47.000 Solución do sulfato do zinc 288.000 Solución de sulfato do cobre . 300.000 Agua 1.200,000.000 La conductibilidad específica, según otra determinación es: Azogue 1. Latón 12.50 Plata alemana 4 Zinc 1:1,50 Platino 5 Oro 27.50 Hierro 7.50 Cobre 40.00 Plata 50.00 La resistencia de los líquidos es tan grande, que para medirla se supone la conductibilidad del azogue \ ,000.000; bajo este punto de comparación la con- ductibilidad de una solución concentrada de sulfato de cobre es 2.75, la de una solución concentrada de cloruro de sosa 15.75, la de una solución concentrada de sulfato de zinc 2.9, la del ácido nítrico común 47.9. La resistencia absoluta de un cuerpo conductor está en razón directa de su longitud y en razón inversa de su diámetro. La intensidad de la corriente, es decir, la cantidad de trabajo (mecánico ú otro) que es capaz de prestar depende de la cantidad de fuerza electro-motriz y de la resistencia total; es idéntica en cualquiera parte del circuito no ramifi- cado. La relación de la fuerza electro-motriz y de la resistencia con la intensidad de la corriente se encuentra expresada por la ley de G. S. Ohm, establecida en 1826. La intensidad de la corriente es igual á la suma de las fuerzas electro- motrices dividida por la suma de las resistencias. Por medio del galvanómetro y del puente de Wheatstone (Reostata) puede medirse la fuerza electro-motriz y la resistencia interior, es decir, que se puede determinar la intensidad de la corriente. lié aquí algunos términos medios para ciertos elementos (Zech): Elementos de Grove. Bunscn. Beetz. Leclnnclié. Duniell. Siemens. Meidlnger. Fuerza eleotromotriz... 21 21 17 16 12 12 11 Kesistencia interior... 0.7 0.8 45 3 1.5 5 5 Intensidad de la corr... 30 26.3 0.4 5.3 8 2.4 2.2 Representando I la intensidad de la corriente, R la resistencia interior, r la exterior, E la fuerza electro-motriz de un elemento, se expresa la ley de Ohm por la siguiente fórmula: 1= Cuando la resistencia exterior es muy insignificante en comparación de la interior (por ejemplo, intercalando en el circuito la espiral primaria de un apa- rato de inducción), se puede prescindir de ella y la fórmula anterior toma el as- pecto siguiente: I = —; y la intensidad de la corriente de un número de pares n TI _ II E — E — T. 1 li It K es decir, cuando la resistencia exterior es poca, la intensidad de la corriente no aumenta al acrecer el número de elementos; pero si crece al emplearse superficies electro-motrices, elementos, mayores, porque entonces crece el fac- tor E y la fracción adquiere mayor valor. En la literatura médica se llaman estas corrientes de cantidad. Guando al contrario la resistencia exterior aumenta tanto, que en comparación con ella se puede despreciar la interior (por ejemplo, intercalando en el circuito un telégrafo submarino ó el cuerpo humano), entonces la fórmula toma el si- guiente aspecto: p _ n|_ _ WI, e3 c{ecjr qQe¡i cuaU(i0 ja resistencia exterior es muy grande, la intensidad aumenta con el número délos elementos, corriente de intensidad. La aplicación de electromotores de mayor superficie no aumenta la intensidad. De ahí resulta la conclusión práctica: para armar un aparato de inducción, para calentar un alambre de platino se han de emplear pocos elementos, pero gran- des (con poca resistencia interior); al contrario, cuando se trata de intercalar el cuerpo de una gente, se emplearán muchos elementos pequeños con mucha re- sistencia interior. El máximum del trabajo de una batería se obtiene cuando las dos resistencias, interior y exterior, son iguales. Lo que en los tratados de electroterapia se llama cantidad é intensidad, depen- de de las resistencias que se pueden modificar según la asociación de los ele- mentos. Reuniendo todos los cobres de una pila por un lado y por el otro todos los zinc, la pila no forma más que un solo elemento grande. Se dice que la pila está montada en batería y así se obtienen corrientes de cantidad; reuniéndose el zinc de cada elemento con el cobre del siguiente, se dice que los elementos están asociados en cadena y así se .obtienen corrientes de intensidad. En lo futuro evitaremos estas dos palabras, cantidad é intensidad, propias á originar equivocaciones inextricables. Se llama densidad la relación de la sección del conductor atravesado con la cantidad de electricidad que pasa por él en una unidad de tiempo. La densidad está en razón inversa de la sección del conductor. En cuanto á la conductibilidad del orgauismo humano, su resistencia es su- perior á la de la mayor parte efe los cuerpos citados. El cobre conduce muchos millardos de veces mejor que el cuerpo humano. También hay gran diferencia entre la conductibilidad de los diferentes tejidos. La epidermis, sobre todo cuan- do esté seca, presenta la mayor resistencia, menor los huesos, cartílagos y ten- dones, menor todavía es la de los nervios y délos músculos, y el mejor conduc- tor de todos ellos es la sangre. La conductibilidad de los músculos es casi igual á la de la sangre. Según muchos experimentos, parece que la conductibilidad de los tejidos y órganos del cuerpo humano está en razón directa de la cantidad de líquidos que contienen. El cuerpo humano en su totalidad conduce 15 ó 20 veces mejor que el agua pura y fría. Aplicándose los polos de una pila al cuer- po humano, la corriente se extiende como en cualquier conductor de forma ir- regular. La mayor densidad de la corriente se encuentra en los lugares de apli- cación y en la línea más directa entre ellos; pero con motivo de la buena con- ductibilidad de los vasos sanguíneos y linfáticos, muchas corrientes pasan tam- bién por ellos. Los vasos que atraviesan el cráneo permiten una acción directa de la corriente sobre el cerebro, pero la localización de la corriente en el cuer- po humano no puede ser sino relativa. Por parecer interesante insertaremos aquí los grados de resistencia de los diferentes tejidos. Echard, Friedleben y Ranhe han consagrado un estudio minucioso á esta ma- teria. Hé aquí los datos suministrados por Echard y James Stark: Resistencia de los tejidos: Músculos 1 Hervios 1.9 á 2.4 Tendones 1.8 á 2.5 Cartílagos 1.8 á 2.3 Cantidad proporcional de agua contenida en estos mismos tejidos: Músculos 72 á 78 por 100 Tendones 62 Hervios 39á66 „ „ Cartílagos 70á75 Huesos 3 á 7 (diáfisis) y 12 á 20 (epífisis). Friedleben estima estos números inferiores á la realidad. Es preciso tener cuenta, no solo de la proporción de agua en los diferentes tejidos, sino también de la proporción de las sales y de la temperatura de ios fluidos orgánicos que varía bastante en la superficie. Proporción de agua en los diferentes tejidos del hombre adulto: Sangro 80.5 E. Bischoff. Sustancia gris del cerebro 85 Lassaigno. „ blanca „ 73 „ gris de la médula 71 Lheritier. „ blanca „ 65 Y. Bibra, „ de los nervios 77 Ranko Músculos 81.2 á 84 Hígado 76.1 Bibra. Tejido elástico 70.4 Schultzo „ conectivo adiposo % 80.9 Ranko. „ „ de la córnea 75.8 His. „ ,, del cútis 57.5 Wienkolt. Hueso parietal 14.6 Friedleben. La cantidad de agua contenida en los diferentes tejidos,, como se ve, no varía mucho (con excepción de los huesos y de la epidermis), y lo mismo se puede su- poner respecto á la conductibilidad galvánica. El globo del ojo, muy rico de agua (90 % Gorup), es uno de los órganos que conducen mejor la corriente. Tomando por unidad la resistencia de un tramo de 100 metros de alambre te- legráfico, la resistencia de los órganos siguientes es: Cerebro 1693.3 Globo del ojo 2651.2 Músculo 6192 Hígado 11592 Además de la intensidad de la corriente lia de considerarse su dirección ó sentido. La corriente circula siempre del polo positivo al negativo. En su apli- cación al cuerpo humano se distingue la corriente ascendente centrípeta $ y la corriente descendente centríf uga $. Estos términos se refieren á la posición ver- tical del sujeto y á la relación de la aplicación de los polos con el centro del sis- tema nervioso. Guando el polo positivo está aplicado más arriba ó más cerca del centro que el negativo, la corriente es descendente, y ascendente en el caso contrario. Los aparatos necesarios, su uso. Desde tiempos remotos se hizo uso de la electricidad para curar á los enfer- mos. Los romanos mandaban á los paralíticos á bañarse en las aguas estanca- das donde se encontraba el Torpedo {raya eléctrica). Más tarde se empleó el imán, muy preconizado por Paracelsus. Luego siguió la construcción de la máquina eléctrica de Guericke y la botella de Leiden. Faltaban todavía del todo las bases científicas, se exageraron los resultados obtenidos y se des- acreditó su aplicación. Sin embargo, ya en aquellos tiempos se conocieron algu- nos hechos positivos, v. gr., la contracción délos músculos por la electrici- dad (1750), etc. Los primeros trabajos verdaderamente científicos acerca de la aplicación de la electricidad son de A. de Humboldt: De la excitación eléctrica de los músculos y nervios 1797. Siguieron otros hombres competentes. A aquella época correspon- de nada menos la electro-puntura inventada por Sarlandiére y los primeros pa- sos de la gálv ano -cirugía. Otra vez más los charlatanes se apoderaron de la no- vedad para explotarla y volvió á caer en descrédito. Nuestra doctrina recibió un impulso nuevo por el descubrimiento de la induc- ción por Faraday y por la construcción de aparatos perfeccionados. Desde 1843 se empleó la electrización general, miéntras Duchenne estableció la eleclriza- cion localizada, que constituyó un progreso esencial y fecundo en nuevos é im- portantes resultados; inauguró el uso de la electricidad como medio diagnóstico. Miéntras que Duchenne empleaba la faradizacion localizada, Remak cultivó la galvanización localizada. El primer efecto fué una polémica encarnizada entre los dos maestros y sus discípulos, que dió por resultado el estudio más profun- 20 do do los métodos y la precisión de sus indicaciones respectivas. En nuestros dias los estudios electro-fisiológicos lian dado un fundamento científico á la apli- cación de la electricidad en la medicina. La electricidad estática, antiguamente muy usada, ha encontrado unos de- fensores celosos en Clemens y Schwanda, pero en general su aplicación se con- sidera como un procedimiento rudo, que no puede sostener la comparación con el uso de la electricidad galvánica y farádica. A la aplicación de la electrici- dad estática la llaman los americanos Franklinización. La electricidad dinámica (galvánica y de inducción), es la que se usa casi exclusivamente en la práctica médica. Como para su producción se emplean en lo general las pilas de elementos constantes, se habla en la literatura médica déla aplicación déla corriente constante (galvanización). Los aparatos in- dispensables, según lo dicho, son una pila galvánica y un aparato de inducción. Todas las pilas son buenas, miéntras se hallan en buen estado, teóricamente hablando. Sin embargo, débese decir que para la aplicación médica es prefe- rible una pila de muchos elementos pequeños, miéntras que para la gálvano- cáustica se necesita de una batería de pocos elementos grandes. Las pilas que no requieren el uso de ácidos concentrados, que no causan muchos gastos y no reclaman muchos cuidados, merecen la preferencia. El especialista tendrá á su disposición una batería fija y otra portátil; para el médico práctico basta la última. De una y otra clase, una pila de 40 elementos será suficiente. Para regularizar la intensidad de la corriente, se necesita de un aparato que permita en cada momento la combinación de un número determinado de ele- mentos, y que facilite el reforzamiento de la corriente, añadiendo los elementos uno por uno, sin interrupción déla comente (colector, contador de elementos). Éste consiste en un resorte más ancho que la distancia de un boton á otro, para que al pasar pueda tocar el boton siguiente ántes de haber abandonado el an- terior. La aplicación diagnóstica de la electricidad reclama algunas veces que se in- vierta la corriente en el cordon conductor, y para eso sirve el invertidor, pues el cambio délos polos podría en algunas ocasiones estorbar la observación. Este aparato sirve para la producción de las alternativas voltaicas. Para estudios muy delicados, como la exploración de los órganos de los sen- tidos, se necesitan graduaciones más sutiles de la corriente, y hay que intercalar una resistencia artificial mensurable (reostata). Imagínese un número de car- retes, representando una resistencia conocida y susceptible de subdividirse á vo- luntad. Estos carretes se juntan á la corriente que viene de la batería y forman un circuito derivado. Evidente es que, cuando su resistencia es absoluta, toda la corriente pasará por el enfermo; si su resistencia es nula, toda la corriente pasará de preferencia por el reostata ántes de vencer la resistencia del organis- mo. Este aparato no es absolutamente necesario para el médico práctico. 21 Los mejores aparatos de inducción son los de Dúcheme de Boulogne y de Dubois-Reijmond; pero es preciso tener presente, que para hacerles andar, los 40 elementos de la batería galvánica, asociados en cadena, no son suficientes. Los aparatos con los dos carretes fijos no son tan buenos como los anteriores. Para intercalar el cuerpo humano en el circuito de una pila ó de un aparato de inducción se usan cordones ó cdambres conductores (de cobre, recubiertos de seda ó aislados por una capa de goma), y reóforos, electrodos ó excitadores. Estos son globos ó discos de metal, de varias formas, con sus empuñaduras de goma ó de madera, y son usados con sus superficies metálicas ó cubiertas de esponjas, cuero ó lino, para mojarlos en agua salada y caliente ántes de aplicar- los, con el objeto de disminuir la resistencia de la epidermis. Uno délos reóforos deberá ser arreglado de tal manera, que pueda interrum- pirse la corriente sin quitar el instrumento (Meyer). Para la aplicación de la corriente de inducción sirve además una especie de escobeta de alambres de cobre ó de latón (disciplina eléctrica). Para aplicar la corriente á la uretra, á la vejiga, al útero, al recto, á los oí- dos, á la laringe, etc., hay conductores especiales aislados con goma ó con te- jidos de cera, de varias formas (boton, olivo, cilindro, cono, etc.) Para la electrolizacion sirven agujas (acupuntura) de oro, platino, cobre, acero, de varias formas y tamaños, que se pueden fijar á los cordones conduc- tores. En algunas circunstancias conviene aislarlas, barnizándolas con goma laca. Los instrumentos usados en la gálvano-cáustica son las ligaduras metálicas, los constrictores, los bisturís y los cauterios de una infinidad de formas. Para conocer si una pila funciona ó no, si los elementos están en comunica- ción entre sí y con los reóforos, sirve el galvanoscopio ó el voltámetro. La prue- ba más sencilla y más eficaz: que el eleetrizador aplica á su lengua la corriente más débil de su batería ó la más fuerte en la parte dorsal de su mano. Para darse cuenta de la intensidad de la corriente, una vez intercalado el enfermo en el circuito, se hace que la corriente en el mismo tiempo pase por un galvanó- metro. Ahora que se usan corrientes moderadas y aplicaciones cortas (de 2 á 10 mi- nutos) ya no hay que preocuparse del principio posible del electrólisis, pero an- tiguamente se veía con mucha frecuencia la producción de escaras. Efectos de la electricidad. Los efectos de la electricidad son físicos, químicos y fisiológicos. I. De los primeros citaremos: a. Mecánicos. La chispa eléctrica agujera ó rompe los cuerpos malos conduc- tores, al pasar por ellos; el rayo disloca paredes y casas; erízase el pelo de una 22 gente aislada que toca los conductores de la máquina eléctrica; á esto se refie- ren todas las atracciones y repulsiones eléctricas, y el trasporte de líquidos en el sentido de la corriente á través de unos tabiques porosos (difusión eléc- trica). b. Moleculares. Cambios de estructura en ios cuerpos atravesados por cor- rientes galvánicas (como de los alambres telegráficos). c. Luminosos. La chispa eléctrica, el relámpago, los tubos de Geisler, la luz eléctrica, la aurora boreal, etc. d. Caloríficos. Inflamación de materias explosibles por la chispa eléctrica, el encandecerse un alambre de gran resistencia por la corriente de una pila de elementos grandes (gálvano-cáustica). El efecto calorífico de la corriente galvá- nica es independiente de la longitud del conductor atravesado, y está en razón directa de la intensidad, de la resistencia y del tiempo que dura la corriente. (.Lenz, Jacobi). e. Magnéticos. Una descarga fuerte de una botella de Leiden, cuando tiene lugar á inmediación de un imán, le quita su magnetismo ó invierte los polos; por el mismo procedimiento se imantauna varilla de acero; la brújula sufre una desviación cuando gira alrededor de ella una corriente; una barra de hierro dulce metida en un carrete se imanta por todo el tiempo que circula una cor- riente por el carrete. Una varilla de acero por este procedimiento se imanta de una manera permanente. (Oerstedt, Arago, Ampére). f. Eléctricos. Producción de corrientes instantáneas en circuitos cerrados y de tensión eléctrica en los conductores no reunidos (.Faraday). g. Acústicos. Un ruido particular acompaña la chispa eléctrica; una varilla de hierro atravesada por una corriente de inducción deja percibir un sonido. 11. Entre los efectos químicos de la electricidad cuéntase tanto la descompo- sición cuanto la combinación de cuerpos nuevos. Pasando la chispa eléctrica por una mezcla de hidrógeno y oxígeno se pro- duce una luz viva y una detonación, y se forma agua. Las descargas eléctricas, cuando pasan con frecuencia por el aire atmosférico húmedo, producen ácido ní- trico (.Priestley); el olor particular que se percibe cerca de una máquina de fro- tamiento que está en acción, proviene del Ozono; lo mismo sucede con los temporales. Todos los metales, ménos el oro y el platino, son oxidados al áno- do (-J-) de una pila, aunque estén sumergidos en agua destilada y sin contacto con el aire. La corriente galvánica descompone todos los líquidos por donde pasa, ya se tra- te del conductor líquido interior de un elemento ó ya de un líquido intercalado en el circuito, Electrólisis (Nicholson, Car lisie, Davy, Faraday). Hasta aque- llos cuerpos que, en el estado sólido no son conductores de la electricidad, la conducen, y sufren una descomposición cuando se hallan en forma líquida. La electroiizacion es primaria cuando los dos iones se forman directamente por la electrólisis, ó secundaria, cuando los iones producen más descomposición en el electrólito. Si la corriente pasa por una solución de sulfato de potasa, tefiida de azul con jarabe de violeta, en un tubo de vidrio encorvado, se observa lo que sigue: El sulfato de potasa es descompuesto; el ácido sulfúrico va al ánodo y tiñe la solución de rojo; la potasa va al kátodo, y tiñe el liquido de verde; la potasa se descompone en potasio y oxígeno; el primero va al kátodo, y el últi- mo al ánodo; el potasio y el oxígeno, en estado naciente, producen ulteriores des- composiciones de agua (secundarias); el potasio es oxidado y forma potasa; el hidrógeno y el oxígeno libres aparecen en los polos, etc. En la descomposición del agua el O va al ánodo y el H al kátodo; en la des- composición de los óxidos metálicos y de las sales alcalinas el O va al ánodo y el radical al kátodo; en la descomposición de las sales el ácido va al ánodo y el óxido del metal al kátodo; en la descomposición de loshaloides el Gl, I, Br van al ánodo, el óxido metálico al kátodo. Hablaremos en su lugar de la electrolizacion de los líquidos orgánicos. III. Los efectos fisiológicos consisten en una excitación del sistema nervioso y muscular que ejerce cierta acción sobre los fenómenos vitales del organismo. Por una parte la electricidad produce en los órganos excitables una reacción adecuada, por otra se nota un incremento de la excitabilidad. La excitación eléctrica de un nervio motor produce la contracción del músculo correspondien- te; la excitación de un nervio sensible produce una sensación que puede llegar hasta el grado de dolor. Los órganos de los sentidos corresponden á la excita- ción eléctrica con su sensación específica; la excitación eléctrica de los nervios vasomotores y secretores ocasiona una alteración de la circulación y de las se- creciones. La acción de la electricidad en los nervios motores es lo que se ha estudiado mejor, tanto por los fisiólogos en los nervios preparados ó excindidos, como por los patólogos en los nervios ilesos del organismo sano ó enfermo. No pue- de sorprendernos que los resultados obtenidos por unos y otros no sean siem- pre idénticos, pues las circunstancias en que se hacen los estudios tampoco lo son. En primer lugar debemos tener presente que el grado de excitación no de- pende tanto de la intensidad de la corriente que pasa por el nervio, cuanto de las variaciones de la densidad de ella, y que la excitación es tanto más fuerte cuanto más violenta esta variación (Dubois-Reymond); sin embargo, la excita- ción dura miéntras circula la corriente. El nervio sujeto á la electricidad sufre una alteración de su estado molecular, electrófono (Pfliiger), La corriente galvánica divide el nervio en dos secciones, una que corresponde al kátodo, y que se encuentra en estado de excitabilidad crecida (katelectrótono) y otra correspondiente al ánodo, que se halla en esta- do de excitabilidad disminuida (anelectrátono). Esta alteración no es limitada á la parte intrapolar, sino que se extiende á la parte extrapolar del nervio. El electrótono se produce únicamente por la galvanización, y no por la Lira- dizacion; esta es la razón de la superioridad de la corriente continua sobre la de inducción. La producción y el crecimiento del lcatelectrátono, así como la terminación ó el decrecimiento del anelectrótono producen excitación, y de todos modos la excitación es mayor con el katelectrótono. La excitación parte del kátodo á la oclusión, y del ánodo á la abertura del circuito; cuando la corriente electro- tonizante es í (es decir, que el reóforo positivo está cerca del músculo) y se cierra el circuito, se excita la parte superior; cuando se abre el circuito se ex- cita la parte inferior, y lo contrario sucede con la corriente $. Pflüger formula así las leyes de la contracción muscular: 1. Corrientes débiles $ y £, contracción ala oclusión, ninguna reacción á la abertura. 2. Corrientes de mediana intensidad 3 y $, contracción al cerrarse y á la abertura. 3. Corrientes fuertes $. Reposo al cerrarse, contracción á la abertura; £ contracción al cerrarse, reposo á la abertura. 4. Corrientes muy fuertes; tétano á la abertura. Estos resultados fueron obtenidos del estudio de un músculo preparado con su nervio; pero cuando se trataba de aplicarles al uso terapéutico de la electri- cidad, se trabó una discusión apasionada y que todavía no ha concluido, sobre si los diferentes efectos de la corriente eléctrica se deben únicamente á la acción de los polos ó á la dirección de la corriente. Brenner atribuye todo únicamente á la acción de los polos. Él, según su mé- todo de exploración polar, estableció otra fórmula de contracción para los ner- vios motores del hombre sano. Su fórmula difiere de la de Pflüger, pero coin- cide con la de Ziemssen, obtenida por el método de dirección y es la siguiente: 1. Corriente débil. Kátodo, á la oclusión: contracción; á la abertura: reposo. Anodo, á la oclusión y á la abertura: reposo. 2. Corriente de mediana intensidad. Kátodo, á la oclusión: contracción que aumenta; á la abertura: reposo. Anodo, á la oclusión y á la abertura: contrac- ción no muy fuerte. 3. Corrientes fuertes. Kátodo, á la oclusión: tétano; á la abertura: contrac- ción ligera. Anodo, á la oclusión y á la abertura: contracción muy enérgica. Las discrepancias de las dos fórmulas fueron resueltas por Filehne, quien pro- bó que la misma fórmula vale para el organismo sano y para el nervio prepa- rado de la rana, á condición que este último, miéntras dura el experimento, no sea aislado, sino colocado sobre un pedacito de carne. Guando la corriente galvánica dura algún tiempo, produce un efecto parali- zante y destruye la conductibilidad del nervio para ciertas excitaciones. A esta circunstancia se debe que puedan removerse convulsiones, etc. (Valentín, Mat- teucci, Eckhardt, Pflüger). Ilay una fórmula parecida respecto de los nervios sensibles, pero hasta alio- 2o ra no se ha podido sacar ningún partido de ella en la práctica. La corriente de inducción excita con más energía que la galvánica, puesto que, como hemos dicho, el grado de excitación no depende de la intensidad de la corriente, sino de las variaciones de su densidad. En la aplicación de la corriente galvánica puede aumentarse el efecto excitante y la excitabilidad, haciendo uso de la in- versión de la corriente en la parte metálica del conductor (alternativas voltái- cas, Y. A). Usándose 10 elementos, la densidad, al abrir y cerrar simplemente el circuito, varia entre los dos polos de 10 á O y de O á 10, mientras que con V. A. baja de -f-10 á — 10 y sube — 10 á -f- 10; así la expresión numérica de la variación de la densidad es de 20 y no de 10, como en el primer caso. Los nervios pueden excitarse no solo en la parte intrapolar, sino áun más allá, y la excitación se propaga; el músculo, privado de la influencia del ner- vio, no es excitable sino en el tramo intrapolar. En el organismo humano sa- no la excitación limitada á la sustancia del músculo no se obtiene sino bajo cau- telas especiales. La excitabilidad de un músculo por conducto de su nervio motor llámase mo- tricidad (Flourens), la excitabilidad del músculo por influencia directa de la corriente galvánica, denomínase contractilidad electro-muscular {Duchenne el. B. la sensación de la contracción (debida á los nervios sensibles) que al apli- carse corrientes fuertes llega al grado de dolor (aunque hubiese anestesia en el cutis), nómbrase sensibilidad electro-muscular (Duchenne). La excitación directa del músculo es más lenta y floja que la indirecta (por el nervio motor); la excitación directa no crece tanto con las variaciones déla densidad, sino más bien con la intensidad de la corriente y con el tiempo que obra; por ese motivo la corriente de inducción, á pesar de sus grandes oscila- ciones de densidad, no puede provocar contracciones musculares directas de al- guna consideración (Wundt, Bezolcl, Fick). El músculo excitado por la corriente galvánica demuestra un aumento de tem- peratura y de volumen, proporcional á la intensidad de la corriente (Mat- teucci, Ziemssen, Heidenhayn, Althaus). La excitabilidad de un músculo can- sado, agotado, puede restablecerse por la corriente galvánica, y la sensación de cansancio desaparece de una manera completa y duradera (Heidenhayn, Cyon, Poore). Para excitar los órganos profundos (nervios, músculos) empléase de prefe- rencia la corriente galvánica; los reóforos han de estar cubiertos con esponja bien mojada, y humedecido el cutis en los lugares de aplicación (puntos moto- rios). La corriente de inducción, que se compensa en la superficie, sirve princi- palmente para la excitación eléctrica del cutis. Para esto se hace uso de reófo- ros secos, que se aplican al cutis seco; pero no deja tampoco la corriente galvá- nica de afectar la piel. Los efectos de la electricidad en el cutis, en las partes en que se colocan los reóforos, son: 1. Una irri tacion de los nervios sensibles, proporcional á la densidad de la cor- riente. Esta sensación ofrece todas las graduaciones, desde la comezón hasta el dolor: éste es picante y punzante cuando se aplica la corriente farádica, y ar- diente cuando se hace uso de la corriente galvánica: es más intenso y se produ- ce más pronto en el Ka que en el An. 2. Ilay excitación directa ó refleja de los nervios motores, contracción de los músculos cutáneos (cutis anserina). Ésta pasa más pronto en la aplicación de la electricidad galvánica que en la de la inducida. 3. Hay excitación de los nervios vaso-motores, contracción de los vasos, anemia; luego dilatación, hiperhemia; algunas veces se manifiestan hasta sínto- mas de inflamación. Respecto de la electrolizacion en los tejidos, los polos pro- ducen efectos diferentes. Cuando se usan electrodos metálicos, ó cuando su forro esté ya embebido de los iones, se forman pronto ampollitas en los luga- res de aplicación (con un contenido liquido ácido eu el An y alcalino en el Ka), y cuando la acción dure más tiempo, sigue la formación de escaras y áun la su- puración. Esto puede evitarse, haciendo uso de electrodos no polarizables, que solo producen efectos fisiológicos. La formación de escaras se evita también poniendo entre el cutis y el reóforo dos ó tres capas de papel de estraza, moja- do en agua de sal. Tratándose tan solo de una excitación fisiológica del cutis, la corriente de inducción es preferible, y la corriente de la espira secundaria obra más fuerte que la de la primaria. La primera excita el cutis tanto más intensamente cuan- to es más rápido el juego del martillito deNeef. Gomo electrodos se usan boto- nes metálicos (clavo eléctrico) ó Jas escobetas (flagelación eléctrica), pasándo- las sobre el cutis ó descansándolas en un mismo lugar (moxa eléctrica). Para excitar los músculos superficiales con la corriente farádica, es preciso escoger reóforos muy bien mojados, apretarlos bien y aplicar la corriente primaria. La excitabilidad del cutis es diferente en diferentes lugares y en diferentes individuos. El cutis de la cara, de las mejillas, del cuello, de los senos, de las partes anteriores en general es más delicado; el de la nuca, del pulmón, de la región trocantérica, de la rótula, de las plantas, etc., y de las partes dorsales en general es ménos sensible. No hay otro remedio, cuando un derivativo sea indicado, como la faradizacion cutánea, para conseguir con prontitud y rapidez un efecto revulsivo, y esto sin resultados accesorios y consecutivos, pues el efecto cesa al levantar los reóforos. Las investigaciones de Erb, tíurkhardt y Ziemssen han probado fuera de toda duda, que con la aplicación de los reóforos en la cabeza la corriente galvánica atraviesa el cerebro con una intensidad suficiente para excitarlo. Hay tres modos de hacer pasar la corriente por los dos hemisferios del cere- bro: a. Un reóforo en la frente y el otro en el occipucio, b. Un reóforo en cada sien, c. Un reóforo en cada apófisis mastoidea. Para galvanizar solo un hemis- ferio (hemicrania), se coloca un reóforo arriba de la ceja y el otro en el apó- fisis mastoidea del mismo lado. En personas muy sensibles conviene aplicar el polo positivo en la cabeza y el negativo en alguna parte distante, como el es- tómago ó la palma de la mano. La corriente que atraviesa la cabeza produce síntomas de irritación cerebral, aturdimiento, vértigo, somnolencia, desmayo, visión de relámpagos, convulsio- nes, náuseas, vómitos (según la intensidad de la corriente). Se han de emplear corrientes débiles y por corto tiempo, yt á 2 minutos. La faradizacion del cerebro casi no produce ningún efecto. La excitabilidad directa de la médula oblongada y espinal produce contrac- ciones tetánicas de todos los músculos del tronco y de las extremidades. La exci- tación causada por la faradizacion pasa pronto; la excitación de la corriente gal- vánica dura todavía después de la abertura del circuito, y la galvanización obra en la médula espinal, no solo al abrir y al cerrar el circuito, sino que ejerce sobre ella un efecto paralizante mientras el circuito está cerrado, y este efecto es más notable con la corriente $ que con la $. La excitación de la médula oblongada retarda los movimientos del corazón, lo relaja y lo dilata (Weber, Budge); ála excitación del centro cilio-espinal (en- tre la sétima vértebra cervical y la sexta torácica) corresponde la dilatación de la pupila; la excitación del centro gónito-espinal (cuarta vértebra lumbar), pro- voca contracciones de los vasos deferentes, de la vejiga urinaria y del intestino recto (Budge, Waller). La excitación de la médula por la corriente galvánica $ y más todavía por la intermitente, produce en las extremidades inferiores varias sensaciones de comezón, picazón, ardor en la planta de los piés (Brenner, Erd- mann). La galvanización de la médula puede durar hasta cinco minutos. La galvanización del simpático cervical fué iniciada por Remak. Sus resul- tados son incontestables, pero la explicación fisiológica de ellos es defectuosa todavía. Hay varias maneras de excitar la parte cervical del simpático: a. Se coloca un reóforo adentro de la boca á la articulación maxilar y el otro afuera en la fosa aurículo-mastoidea del mismo lado (Gerhardt); b. Se coloca un reó- foro en la fosa yugular y el otro debajo del lóbulo de la oreja, detrás del ángu- lo maxilar y delante del músculo esterno-cleido-mastoideo sobre el ganglio cer- vical superior (Ghvostek); c. Se coloca un reóforo sobre el ganglio cervical su- perior, y el otro en la apófisis trasversa de la sétima vértebra cervical y del otro lado (ilf. Meyer'y, d. Se aplica un reóforo en la fosa aurículo-mastoidea y el otro sobre la parte superior del esternón (Ermann). Claro es que además de la par- te cervical del simpático, con todos esos métodos se excita también la base del cerebro, la médula espinal, los nervios neumo-gástrico, hipogloso, laríngeo, etc.; que no puede haber excitación limitada al simpático, y que las observaciones clínicas no pueden concordar con los experimentos fisiológicos obtenidos en el simpático preparado ó dividido. Claudio Bernard demostró que el simpático regulariza el tono de los vasos sanguíneos, y según Pjlüger los nervios esplánicos, que nacen de los últimos 6 ganglios dorsales, son irihibitores del movimiento peristáltico del intestino. Electrizando la parte central del simpático cervical dividido, C. Bernard ob- servó dilatación de la pupila, exoftalmos, anemia de la conjuntiva, de las ven- tanas de la nariz y de las orejas, decrecimiento de la secreción de la mucosa, etc.; excitando la parte periférica ó el ganglio cervical inferior vio aceleración de la acción del corazón (la electrización de los neumo-gástricos la retarda, Weber). Estos experimentos fueron confirmados por Broten-Séquard, Bud- ge, Schiff, Walter, etc. La electrización del simpático en el hombre vivo in- fluye de una manera manifiesta en el pulso y en la vascularización de la retina, ocasiona somnolencia y vértigos (por conducto de los nervios vasomotores de la cabeza, Beard & Rockwell, Althaus), provoca una secreción exagerada de las glándulas parótides (Wittic), llama en todo el cuerpo una sensación de calor y una perspiracion palpable, y hace bajar la presión de la sangre en las arterias y la frecuencia del pulso (Schmidt, Eulenburg). Se han de emplear corrientes débiles, y la abertura del circuito debe hacerse gradual y no repentinamente. Esto se consigue disminuyendo el número de ele- mentos combinados ó removiendo lentamente el conductor de la nuca ó de la fosa estilo-mastoidea. Hay todavía quien niegue la posibilidad de electrizar el simpático; Benedikt se expresa así sobre el particular: Ilay muchos motivos para creer en los efectos (terapéuticos) de la electrización del simpático, y ningún motivo serio para du- dar de ellos. El neumo-gástrico se excita poniendo un reóforo arriba del esternón, al lado interno de la inserción del músculo esterno-cleido-mastoideo y el otro en el án- gulo de la quijada inferior, sobre la arteria carótide. Solodos minutos. Su gal- vanización retarda los movimientos del corazón (antagonismo de la excitación del simpático). Se ve que los lugares de aplicación de los reóforos son idénti- cos, trátese del neumo-gástrico ó del simpático. La galvanización ele las raíces de los nervios espinales ha sido fuertemente recomendada por Benedikt, y se practica poniendo el reóforo positivo sobre la parte enferma de la espina, y paseando el negativo treinta ó cuarenta veces len- tamente en los dos lados de la columna vertebral. La excitación de los nervios de los sentidos provoca sus reacciones específi- cas. El nervio óptico puede excitarse en cualquiera parte de la cara ó del cue- llo. En la mayoría de los casos Althaus prefiere (en la nutrición insuficiente del nervio óptico) la aplicación del ánodo al ojo cerrado y del kátodo á la pal- ma de la mano, por tres minutos. Esta disposición produce la sensación de una luz azul en el campo visual. Luego se invierte la corriente y se deja obrar por otros tres minutos; entonces el campo visual es esclarecido por una luz color de naranja; Purkinje, Ritter. Se perciben á veces otros fenómenos luminosos por la excitación de la retina, áun cuando sea por corrientes muy débiles. Un enfermo de Dúcheme, que padecía una paresia facial, al cerrar el circuito sin- 29 tió como si todo el cuarto estuviese lleno de llamas, y quedó amaurótico desde aquel instante. La excitación eléctrica del acústico, observada ya por Volta, Erman, Ritter, fué estudiada por Brenner. Se obtiene de dos maneras: a. El sujeto se acues- ta de un lado, se llena su oido de agua tibia y se introduce un reóforo aislado, miéntras que el otro reóforo es aplicado alrededor de la oreja; b. Se aplica un reóforo en la oreja ó al tragus (apretando fuertemente) y el otro á la mano. De todas estas maneras se producen sensaciones auditivas, comprendidas por Bren- ner en la siguiente fórmula normal: Kátodo: Oclusión, sonido determinado. „ Duración, sigue el sonido, poro disminuyendo. „ Abertura, ninguna reacción. Ánodo: Oclusión, „ „ „ Duración, „ „ „ Abertura, sonido, parecido al de kátodo oclusión. Estas sensaciones son acompañadas de dolor, vértigo, tos, contracciones de los músculos de la cara, sensaciones luminosas y gustativas, movimientos de deglución. Esta fórmula, admitida por la mayor parte de los médicos electro-terapéuti- cos, sirvió á Brenner de fundamento para establecer su método polar. Hitzig admite la fórmula, pero la explica por la teoría de dirección; Benedikt la ata- ca por las deducciones que Brenner saca de ella; Wreden demostró que, apli- cando los polos de una manera conveniente, el nervio acústico da la fórmula completa de todos los demás nervios; Schullz explica la fórmula de Brenner por la excitación refleja del trigémino ó simpático; Schwartze y Dúcheme explican la sensación eléctrica del oído por la contracción de los músculos interiores del órgano, etc. La excitación del acústico es la manzana de discordia de la electroterapia. Lo más interesante es que la fórmula normal de Brenner se explica satisfacto- riamente tanto por el método polar cuanto por el de dirección. Esto parece in- dicarnos que, según los casos de que se trate, los dos métodos tienen su razón de sér y su aplicación diagnóstica y terapéutica. La faradizacion del oído se hace de la misma manera; el polo negativo aden- tro y el positivo afuera de la oreja. Para electrizar el nervio del gusto y el gloso-faringeo se hace uso exclusiva- mente de la corriente galvánica. Los reóforos se colocan en la misma lengua ó en los dos lados debajo de la quijada inferior. La excitación de la lengua pro- duce un sabor alcalino en el kátodo y ácido en el ánodo. Estas sensaciones las atribuyen unos á la electrolizaron, otros con más razón ála excitación del ner- vio gustativo. Se observan con frecuencia sensaciones gustativas, aunque los polos se apliquen en partes á veces muy distantes, por ejemplo, el negativo á la apófisis mastoidea y el positivo en la mejilla; las he observado en enfermas á quienes se aplicaron los (los polos en el vientre. En estos casos no puede pensar- se en eleclrolizacion. La excitación de la mucosa nasal (un conductor en la nuca y el otro en la mucosa) produce estornudos y varias sensaciones olfatorias de difícil calificación (Ritter), así como picazón y punzadas y aumento de secreción filf. Meijer). La electrización de los órganos internos produce contracciones de sus mús- culos análogas á las funciones fisiológicas; más intensas por la faradizacion que por la galvanización. Para faradizar el esófago se introduce un conductor for- mado por una sonda flexible y aislada y el otro conductor se aplica al pecho ó al pulmón. Las corrientes farádicas provocan contracción en los intestinos, las corrientes galvánicas calman los movimientos peristálticos, disminuyen el tono de los intestinos cuando son $ y lo aumentan cuando son $ (respecto á la di- rección del intestino).Para electrizar el recío, un conductor aislado es introdu- cido en el recto (4 á 6 pulgadas) y el otro se aplica al vientre. En la laringe se practica la faradizacion directa (introduciendo un polo en la laringe) y la indirecta (Mackenzie, Ziemssen y otros). Para la electrización de la uretra y de la vejiga hay conductores especiales. El polo negativo debe introducirse y el positivo aplicarse en la ingle, en el vien- tre bajo ó en el intestino recto. La electrización del útero (Tripier) produce la contracción del órgano. Se introduce un reóforo en el útero, previa aplicación del espejo, y el otro se apli- ca en el intestino recto, en la vejiga ó en el vientre bajo ó en la cintura. En las doncellas úsase un reóforo plano encima de la síníisis y el otro en la región lumbar. Los conductos biliares, los uréteres y los vasos deferentes se contraen bajo la excitación eléctrica y expulsan su contenido, y la faradizacion del bazo pro- duce una contracción notable y un decrecimiento de volúmen. (Wagner, Rayer, C. Bernarda Chvostek, Botkin, etc.) Una corriente mediana produce contrac- ción y diminución de volúmen en los vasos sanguíneos, mientras que las cor- rientes fuertes los paralizan y dilatan. El movimiento de los epitelios vibratorios aumenta con la corriente galváni- ca y disminuye con la faradizacion (Prevost, Dumas, Legros, Onimus). El protoplasma, tanto en su forma ameboide cuanto en las celdillas de la sangre, de la linfa y saliva, sufre por la electricidad una alteración grande en sus funciones vitales. Bajo la influencia de corrientes galvánicas de mediana fuer- za, asi como de la inducción farádica, estos órganos toman una forma globular, sus núcleos entran en movimiento molecular, y cuando las corrientes son de mayor intensidad, los corpúsculos salivales revientan y las otras formaciones del protoplasma mueren (Brücke, Kühne, Neumam, Golubew). Aplicación de la electricidad como medio diagnóstico. La aplicación de la electricidad para el diagnóstico y la terapéutica se hace según varios métodos, sea que se haga circular por todo el cuerpo (electrización general), ó que su acción se limite á determinadas partes (electrización locali- zada), sea que se haga uso de la electricidad galvánica ó déla farádica, sea que los efectos analizados se refieran solamente á la acción de los polos ó á la direc- ción de la corriente. Antiguamente se usaba de la electrización general, por falta de estudios y de conocimientos suficientes. Duchenne de B. introdujo la electrización localiza- da, que forma el fundamento de la electroterapia científica. Hoy dia en ciertos casos háse vuelto á aplicar la electrización general. La discusión apasionada entre Duchenne y Remak ha terminado; conócense los efectos diferentes de las dos clases de electricidad, y hánse establecido las in- dicaciones diagnósticas y terapéuticas de cada una. Otra cuestión, más bien teórica y de principio, divide todavía á los electro- terapeutas, y es la cuestión del método para aplicar la electricidad (polar ó de dirección). Remak, al estudiar los efectos del galvanismo en el organismo humano sano y enfermo, no consideró sino la dirección de la corriente y formuló su método ántes de que se hubiese descubierto el electrótono y establecido la fórmula de Pflüger. La mayor parte de los electro terapeutas adoptaron y practicaron el mé- todo de Remak. Brenner fué el primero en llamar la atención sobre la acción diferente de los polos, y fundó en esto su método polar diagnóstico y curativo; considera que todo el efecto de la electricidad en el organismo se concentra en los lugares de aplicación (acción de los polos), y que la parte intrapolar no es interesada por la corriente; pues la mayor densidad de la corriente se da á co- nocer en los polos, y la electricidad en el cuerpo humano y entre los polos se re- parte tanto, tanto, que ya no puede excitar los tejidos que atraviesa; por eso tam- bién no atribuye ninguna consecuencia á la dirección de la corriente. La fórmula de reacción eléctrica de los nervios, en consecuencia, no depende del efecto polarizante de la corriente sobre los elementos del nervio, sino la reac- ción de la oclusión del circuito depende únicamente del Ka y la reacción á la abertura del circuito dimana exclusivamente del An. Sobre esto edificó Bren- ner su método que consiste en la aplicación de un polo (indiferente) en una par- te indiferente del cuerpo (esternón, rótula, columna vertebral), miéntras que el otro polo activo (diferente) se aplica al nervio ó al músculo que se pretende excitar y que se le da alternativamente el efecto del An ó de Ka por medio de la inversión de la corriente. La fórmula de reacción, establecida por este mé- todo y con la aplicación de intensidades gradualmente crecientes, puede fácil- mente verificarse sobre todo nervio motor. Suponiéndose la menor intensidad de la corriente igual \ y subiendo progresivamente la mayor igual 7, la fórmu- la mencionada es la siguiente: 1. er Grado de reacción. Contracción al cerrar con el Ka. 2. Grado de reacción. Contracción al cerrar con el Ka,, más fuerte, y contrac- ción al cerrar con el An. 3. er Grado de reacción. Lo mismo, más una contracción ligera al abrir con el An. 4. Grado de reacción. Contracción al cerrar con el Ka; esta contracción se hace tónica y dura mientras está cerrado el circuito.—Galvanótono, Remak. 5. Grado de reacción. Todas las reacciones mencionadas en mayor grado; más contracción al abrir con el Ka. 6. Grado de reacción. Todas las reacciones mencionadas muy intensas. La contracción al cerrar con el An se hace tónica. 7. Grado de reacción. Tétano al abrir con el An, en la tetania. Esta reac- ción no puede obtenerse en un organismo sano, ni con las corrientes de la más grande intensidad. Esta fórmula, fundada en el método polar, es conformada por Ziemssen y es aceptada como la normal. Por otro lado, la aserción de Brenner, que la parte intrapolar del nervio no sea atravesada por ninguna corriente, lia sido refutada por los experimen- tos directos de Burckhardt, Ziemssen y Erb, los cuales demostraron, que unas corrientes de fuerza notable y en dirección determinada pueden pasar por ios centros nerviosos. No puede negarse que bajo ciertas circunstancias favorables se produce un efecto electrotonizaníe que depende de la dirección de la corriente; pero débese admitir que, si la corriente en su camino se encuentra con un conductor bueno (vasos sanguíneos), la mayor densidad de la corriente pasará por este camino, y que en la dirección deseada no habrá más que unos hilicos de electricidad. No puede negarse tampoco la acción diferente de los polos; la acción del Ka, bajo todas circunstancias, es más intensa que la del An; las reacciones de los nervios motores preséntanse con más rapidez, con más intensidad y extensión en el Ka; los nervios sensibles, en lo general, no perciben sino el Ka por un ardor ligero en el cutis, de modo que la sensación pervertida es considerada como un síntoma de hiperestesia, cuando el An es dolorosamente percibido, miéntras que el Ka no produce ninguna sensación. El modo más sencillo de dis- tinguir los dos polos es aplicar los dosreóforos mojados al cuello; el que prime- ro excita los nervios sensibles es el Ka. De él se hace uso para excitar los mús- culos y los nervios; el An se aplica en las partes donde se busca un efecto cal- mante, v. gr., en los puntos dolorosos. Los efectos polares son mas inteligibles, y por esta razón actualmente el mé- todo polar se emplea de preferencia para el diagnóstico, miéntras que para la terapéutica se hace uso de los dos métodos, polar y de dirección, pues la dife- rencia no es más que teórica: para la práctica basta tener presente que la con- tracción de cierre depende del Ka y la de abertura del An, y que en la aplicación de los dos polos en un mismo nervio (corrientes nervales GN) prevalecerá la reacción correspondiente al reóforo que está aplicado más cerca del centro, es decir, la de An en $ y la del Ka en $. La reacción se produce de la misma ma- nera, si los polos, en lugar de ser aplicados en un mismo nervio, lo son en dos nervios distintos, v. gr., en el mediano y en el radial; siendo la corriente leve, no se produce contracción sino al cierre por el Ka, es decir, en los extensores al $ y en los flexores al $. Guando la corriente se dirige de la médula espinal á un nervio (corriente espino-nerval, GEN), se observa que al $ la contracción es más fuerte al cierre con el Ka que á la abertura con el An, por la mayor re- sistencia intercalada. Cuando un polo se coloca sobre un nervio motor y el otro sobre el músculo correspondiente (corriente ñervo-muscular, CNM), el resulta- do dependerá del reóforo que se encuentra en el nervio (M. Rosenthal). Lo mismo vale respecto de los efectos diferentes de las corrientes espinales, CE (¿> cuando el An está colocado arriba (debajo de la sétima vértebra cervi- cal) y el Ka en la región lumbar, y $ cuando los polos ocupan la posición inver- sa) y de las corrientes $ y xfi¿UnvU/-i /vux£c*) JV1 , ttrtuM'e/l*.- txb> M.fcevuV.'|tX/it. lixitv- (KomW. N. CuX/, -frU/js) M. Xcm.í>. |xt4AJ J /ve jLcU>a£