PROYECTO DE REORGANIZACION 
DEL 
SERVICIO DE SANIDAD 
BEL EJÉRCITO ARGENTINO 
POR EL / 
Dor BENJAMIN DÜPONT 
Condecorado de la Legión de Honor y de otras órdenes de mérito; Honrado (concurso! 
de varias medallas por trabajos científicos; 
Miembro corresponsal de la Academia de Medicina de Rio de Janeiro, de la Asociación Médica Bonaerense, 
de la Sociedad de Higiene de París y otras Sociedades médicas y científicas de Europa y América. 
Artículo publicado en la Revista Mí:dico\in+rK^ 
BUENOS AIRES 
IMPRENTA DE PARLO E. CONI, ESPECIAL PARA ORRAS 
60 — CALiE ALSINA — 60 
18 8 4 PROYECTO DE REORGANIZACION 
DEL 
SERVICIO DE SANIDAD 
DEL EJÉRCITO ARGENTINO 
POR EL 
/ 
D°r BENJAMIN DUPONT 
Condecorado de la Legión de Honor y de otras órdenes de mérito; Honrado (concurso) 
de varias medallas por trabajos científicos; 
Miembro corresponsal de la Academia de Medicina de Rio de Janeiro, de la Asociación Médica Bonaerense, 
de la Sociedad de Higiene de Paris y otras Sociedades médicas y científicas de Europa y América. 
Artículo publicado en la Revista Médico-Quirúrgica 
BUENOS AIRES 
IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 
60— CALLE ALSINA — 60 
18 8 4 En un trabajo anterior (1) contrajimos con nuestro sábio colega el 
Doctor L. Melendez el compromiso de volverá tratar de la debida organización 
del servicio de sanidad del Ejercito argentino. 
Dando cumplimiento á nuestra promesa, proseguimos nuestra campaba 
con el siguiente trabajo, en que liemos intercalado los artículos de nuestro 
proyecto de reorganización. 
(1) Véase al respecto el N° 16, año XVII de la Revista Médico-Quirúrgica, página 313, etc. Beorganizaeion del Servicio de Sanidad del 
Ejército Argentino 
Nada es perfecto en este mundo, pero todo 
es perfectible, y la Administration civil del 
Ejército argentino sufrirá la ley común. 
Dr. L. M. 
II faut que la Science qui peut sauver les 
hommes, soit aussi avancée que celle qui s’in- 
génie á les dctruire. 
Dr. Chenu. 
El servicio médico del Ejército ha sido constituido para vigilar sobre el 
estado de salud de las tropas, durante la paz y durante la guerra. Su acción 
se hace principalmente importante en el momento en que la Nación acude 
á los campos de batalla. De la buena ó de la mala dirección sanitaria depende 
á veces el éxito de una campaña: la victoria, en el día de hoy, es siempre 
íiel á los fuertes efectivos y á los que saben conservarlos. 
Luego ¿quién no sabe cuán mas fácil es reunir, instruir y disciplinar un 
ejército numeroso que llevarlo completo y vigoroso sobre un campo de batalla 
distante? 
Es asi que en nuestros dias la cuestión sanitaria de los ejércitos ha ad- 
quirido una importancia escepcional en la Ciencia Militar; porque, en efecto, 
el mas terrible y peor enemigo de un ejército en campaña, lo ha demostrado 
la esperiencia, es la epidemia. 
Á este respecto, hé aquí lo que dice el reglamento de sanidad del Imperio 
Alemán: 
<í Las epidemias del ejército son los mas temibles enemigos de las tropas 
<i en campaña; contrarían y paralizan al general en jefe en la ejecución de 
« su plan : pueden ocasionar la interrupción, aún la cesación de las opera- 
« ciones militares. El éxito de la guerra impone álos oficiales de sanidad 
« el deber de emplear todos sus esfuerzos para precaver las epidemias, 
<í para circunscribir sus estragos luego que han estallado y especialmente 
« para impedir á que se propaguen. » 
Todos los pueblos del mundo civilizado lo lian comprendido; y por eso no 
han titubeado en organizar fuertemente sus cuerpos de sanidad, dejándole su 
independencia y librándole de todas las trabas que pudieren paralizar su 
acción. (Una Ordenanza Real del 19 de abril 1880, ha reorganizado entera- 
mente en España el servicio de sanidad militar, después de una série muy 
completa de esperiencias y de estudios practicados desde 1873 por una co- 
misión de generales españoles.) 
Tenemos entendido que la República Argentina debe reformar también los 
vicios de su organización medico-militar. Este trabajo, cuyo objeto es llamar 
la atención de los Poderes Públicos sobre un asunto que interesa en alio 
grado el porvenir del pais, trae en consecuencia su pequeño contingente de 
colaboración. 
Es en tiempo de paz que se debe preparar las vigorosas organizaciones: 
todo debe preveerse para que si llegase el dia de la movilización del ejército, 
todo se mueva á la vez y para que desde las lineas avanzadas hasta las últimas 
reservas, el servicio de sanidad se ejecute sin esfuerzos. 
Hemos recordado en otros artículos las lecciones de la esperiencia, lo 
haremos nuevamente porque hay cilras que tienen una terrible elocuencia. 6 
Estas cifras'las tomaremos prestarlas á otras naciones, careciendo aquí de 
fuentes oficiales y seguras puesto que la estadística médica sanitaria militar no 
esta formada ni centralizada por una dirección competente. 
La estadística de la guerra de Crimea nos enseña que la Francia perdió 
95,000 soldados en esa campaña, 10,000 fueron muertos por las armas, 10,000 
sucumbieron á consecuencia de sus heridas, 75,000 fallecieron por las en- 
fermedades. Los cirujanos militares que habían previsto aquellos funestos 
resultados y que habian formulado las reglas destinadas á precaver las en- 
fermedades que devastaron el ejército, quedaron impotentes en virtud de la 
ley y en nombre de los reglamentos subalternizando los cirujanos á la Inten- 
dencia. En esa guerra, el ejército francés, que tenia por aliado al ejército 
inglés, cuyo servicio de sanidad militar en vez de estar bajo la dependencia 
y dirección de administradores incompetentes, estaba en las manos de los 
cirujanos militares, tuvo una mortalidad de 16,3%, mientras que los Ingleses 
contaron solamente una mortalidad de 1,2%. Esto es una demostración 
de lo que puede una gran nación para el bienestar y la conservación de su 
ejército, cuyo efectivo fué quince veces menos destrozado que el de su 
aliado. 
En la guerra franco-prusiana de 1870, los dos sistemas de sanidad militar 
tueron nuevamente puestos en paralelo: de una parte, la dirección adminis- 
trativa mantenida por los Franceses, de otra, la dirección médica adoptada 
por los Prusianos. 
Los resultados generales fueron también los mismos que los de la guerra 
de Crimea. 
La estadística oficial del Ministerio de la guerra en Francia nos enseña que 
los Franceses perdieron 150,000 soldados, mientras que todos los Alemanes 
confederados perdieron solamente 44,778 hombres. Agregaremos que la mor- 
talidad tres veces superior para los Franceses, fué ocasionada sobretodo por 
las enfermedades y las malas condiciones higiénicas de los combatientes 
franceses. 
Para no ampliar demas las lineas que escribimos, seremos escaso de cita- 
ciones, limitándonos á observar que en todos las guerras, do quier han suce- 
dido, las balas, las granadas y demas ingenios de destrucción, á pesár de 
su perfección, han siempre producido infinitamente menos víctimas que las 
enfermedades de que nunca se ha preocupado lo suficiente, que nunca se ha 
tratado de precaver, y que se han desarollado y se han agravado tan solo por- 
que la higiene general y las medidas profilácticas no han sido las atribuciones 
bien definidas de los Cirujanos militares. Creemos que no debe buscarse en 
otra parte la causa de las grandes diferencias señaladas por todas las estadís- 
ticas entre los efectos increíblemente tan pequeños de los ingenios de guerra y 
los efectos desastrosos de las enfermedades. 
Ademas las estadísticas sanitarias nos enseñan también, que sobre 1000 
individuos del sexo masculino, la edad mediana (20 á 50 años) perteneciendo 
á la población civil, se cuenta 9,6 muertes por año. Mientras que sobre 1000 
soldados, viviendo en sus cuarteles, en tiempo de paz, se cuenta ÍA muertes 
por año; advirtiéndose que los ejércitos son formados por hombres de 
vigorosa constitución; lo que debería pues producir un resultado contrario á 
lo indicado. 
Asi pues, que se examine el estado sanitario de los ejércitos, ya sea en 
tiempo de paz, ya sea en tiempo de guerra, resulta de nuestros estudios que 
el servicio de sanidad militar debe ser reorganizado sin demora y puesto á la 
altura de los progresos alcanzados por las demás Naciones. 
Es una ley natural que el Gobierno tiene el deber y la obligación moral de 
dar al ejército todas las garantías sanitarias posibles, reduciendo á su míni- 7 
mum las probabilidades de muerte para los soldados qne defienden la inte- 
gridad de la Nación y sostienen incólume la autoridad del Gobierno Nacional. 
Es necesario que una ley especial reglamente la organización del Cuerpo 
médico militar, que debe formar una arma especial, con su constitucicn ad hoc, 
funcionando bajo la autoridad directa de sus jefes científicos que asegurarán 
la buena ejecución del servicio sanitario, por la justa apreciación del mérito 
de cada uno de sus miembros. 
Una dirección científica única y firme, comunicaría al Cuerpo médico-militar 
actual la emulación de que carece. 
El servicio de sanidad militar es un servicio técnico que nececita gozar de 
su autonomía para tener una unidad de acción, centralizada entre las manos 
de un Consejo superior de sanidad militar. Este Consejo dependería directa- 
mente del Ministro de la Guerra que le pediría cuenta de sus actos, de la 
dirección del servicio médico, y de la aplicación inteligente y exacta de las 
reglas de Higiene militar. Porque el olvido de los preceptos de esta ciencia 
que requiere de parte de los Cirujanos militares unos conocimientos muy va- 
riados, puede tener las mas funestas consecuencias en la epóca actual, que ha 
dado su sanción al siguiente axioma: la medicina debe ser mas preventiva 
QUE NUNCA LO IIA SIDO. 
Luego, mas que nunca la intervención de los Cirujanos militares se hace 
necesaria para luchar contra la influencia nociva de los cuerpos militares. 
Aquellos oficiales de sanidad deben ser hombres muy instruidos para ser 
los Consejeros autorizados de los jefes, y tener una voz preponderante respecto 
á la alimentación y las bebidas (ingesta); al vestuario completo (applicala); 
á la salubridad délos campamentos y de los cuarteles (circumfusa), donde el 
aire está siempre mas ó menos viciado por las emanaciones que se escapan 
de tantos cuerpos donde la desidia mantiene habitualmente un desaseo origen 
de las afecciones psóricas; desaseo que incitara á todos los Cirujanos á pedir 
que se establezcan en los cuarteles sistemas de bombas y de baños calientes ; 
respeclo también á los percepla, gesta tf excreta, clasificados por la Higiene, que 
hablando con propiedad significa, salud. 
Por último, para llenar debidamente su noble misión, los Cirujanos deberán 
tratar siempre con los gefes de todas las condiciones que podrán mantener 
en estado de salud al soldado: vacunaciones y demas medidas profilácticas; 
cuidados escrupulosos de las afecciones sifilíticas que entre los soldados se 
desarrollan con tanto mas facilidad que no se cuidan del aseo indispensable en 
aquellas afecciones. 
En conclusión, para mejorar el servicio sanitario del ejército y hacer tan 
útil y eficaz como debe ser la misión de los Cirujanos militares; lo hemos 
dicho ya, el solo medio seguro es de constituir el Cuerpo médico-militar 
autónomo, con un Consejo de sanidad centralizador de todo lo que es rela- 
tivo á la salud de las tropas, y al servicio médico, estableciendo cerca de cada 
división militar, bajo las órdenes inmediatas de los generales que las mandan, 
un Cirujano-inspector, encargado de la centralización del servicio sanitario 
de las tropas y hospitales de la división. Esto, en vez de recargar el presu- 
puesto de gastos del Ministerio de la guerra, lo aminoraria. 
Es el medio también de asegurar una actividad fructífera del Cuerpo médico 
para el ejército. 
En consecuencia proponemos á la meditación del Gobierno Nacional algunos 
artículos de nuestro proyecto de reorganización, advirtiéndole que los Ciru- 
janos militares no ignoian que en guerra el fin táctico de los operaciones mili- 
tares debe siempre preceder primero á la tarea de la filantropía. 8 
PROYECTO DE REORGANIZACION DEL CUERPO MEDICO-MILITAR 
Art. Io. — Una dirección especial del servicio de sanidad del ejército será 
creada y agregada al Ministerio de la Guerra y confiada á Cirujanos militares, 
responsables de sus actos. 
Art. 2o. — Una mesa especial de estadística sanitaria del ejército será for- 
mada por esta dirección y confiada á un Cirujano nombrado por concurso. 
Los gefes de Cuerpo remitirán á esta mesa todos los boletos de defunciones 
para ser archivados y clasificados. 
Art. 3o. — El Cuerpo medico-militar formara parte integrante del ejército 
de línea y gozará de las mismas prerogativas. 
Art. 4o. — El cuerpo médico-militar comprenderá: 
Io El personal de los Cirujanos militares; 
2o El personal de los tarmacéuticos; 
3o El personal de los enfermeros y angarilleros. 
Art. 5o. — Al efecto del inciso 3o del artículo 4o se formará una compañía 
de enfermeros y de angarilleros, que será instruida en el hospital militar de la 
Capital, donde hará el servicio de guardia-policia á la vez del servicio técnico. 
Esta compañía será administrada como tropas formando batallones ó regi- 
mientos. 
Art. G°. — Anexo al referido hospital, se formará un establecimiento hospi- 
talario destinado á la instrucción especial de los practicantes y enfermeros ; 
á la preparación y conservación del material de las ambulancias necesarias en 
caso de movilización del ejército; como también será el depósito central de 
de los demas hospitales de la República. 
Art. 7o.— El personal de los Cirujanos militares será determinado y nom- 
brado por el Consejo de sanidad del ejército, prévia aceptación del Gobierno. 
Art. 8o. — Los Cirujanos y los farmacéuticos serán responsables pecunia- 
riamente del material y drogas que les serán confiados. 
Art. 9o.—Los grados del personal desanidad serán asimilados á los de 
la jerarquía militar por un decreto ministerial. 
Art. 10. — Los Cirujanos principales, de ejército ó de cuerpo, los practi- 
cantes mayores, los farmacéuticos, asi como los gefes de hospital ó de ambu- 
lancias, que se formaren, serán nombrados entre los Cirujanos militares exis- 
tentes y los que ingresaren por concurso y serán ascendidos por mérito ó por 
antigüedad. 
Art. 11. — Con referencia á la ejecución del servicio sanitario, los Ciru- 
janos gozarán de la autoridad sobre todo el personal militar ó civil pertene- 
ciente de un modo permanente ó temporario al referido servicio. 
En consecuencia darán órdenes á los farmacéuticos y á los enfermeros asi 
como á las tropas destacadas momentáneamente acerca de ellos para asegurar 
el mejor servicio. 
Las tropas asi destacadas dependerán de sus gefes respectivos en lo tocante 
á la disciplina interior de sus cuerpos. 
Los Cirujanos no ejercerán su autoridad sinó bajo el punto de vista técnico, 
dentro de los cuarteles, en lo que se relaciona con la Higiene y la Ciencia mé- 
dica. 
Art. 12. — Cada año, uno de los Cirujanos principales, nombrado por el 
Ministro, hará un viage de inspección general del servicio de sanidad del 
ejército. 
Una memoria detallada de esta inspección será redactada y remitida al 
señor Ministro de la guerra con las observaciones sujeridas para el mpjor 
servicio. 9 
En estos doce artículos figuran las indicaciones generales del principio 
de la reorganización, que, si se efectuase, seria fácil de reglamentar en 
sus aplicaciones que es inútil comentar ó discutir de antemano. Bástanos 
sentar bien la cuestión de la reorganización; dejando para mas tarde los 
detalles de ejecución que son accesorios. 
En el trabajo anterior que hemos recordado, al dar principio á este, hemos 
tratado del reclutamiento de los cirujanos militares sobre el cual volveremos 
hoy para proponer un proyecto de reclutamiento, complemento obligado de 
aquel que nos ocupamos. 
En la actualidad el reclutamiento del Cuerpo Médico Militar es difícil; es 
un problema que solicita una atención especial, de parte del Gobierno Na- 
cional que debe concertar mejoras propias para dar á esta carrera el pres- 
tigio y el atractivo de que carece y que debe ofrecer un porvenir donde la 
subordinación de los grados inferiores sea atemperada por la esperanza de 
grados superiores y efectivos, sin el temor que su existencia oficial sea so- 
metida á un capricho cualquiera. 
A nuestro parecer, el practicante menor ó mayor deberían tener la pers- 
pectiva segura de las satisfacciones morales y materiales de los grados su- 
periores á que podrían pretender, tarde ó temprano, por su buena conducta 
y su trabajo. 
El Cuerpo Médico Militar, actualmente está en una posición de inferioridad 
material y moral que aniquila los resortes de su acción y altera las condicio- 
nes esenciales de su profesión. 
Es esta consideración la que nos lia inspirado el artículo 3o del proyecto. 
Porque en realidad, ¿en qué difiere el cirujano militar del combatiente? 
Marcha con su división ó su ambulancia al campo de batalla ; no está al 
abrigo, ni de los heridas, ni de la muerte, y en este caso, la sola diferencia 
que lo distingue del combatiente es que no devuelve los golpes que recibe, 
porque sus funciones especiales lo obligan á ocuparse solamente de los heri- 
dos que caen á su alrededor; no obstante él coopera al éxito general. Si es 
en hospital, la situación es aun mas grave; allí, el peligro enfrente de que 
se halla continuamente en presencia, no da un brillante realce á su corage ; 
es en luchas oscuras que ejercita su energía. No está sostenido, embriagado, 
escitado ni por el ardor de la pelea ó de la pólvora, ni por los toques de las 
cornetas; el enemigo que lo rodea está invisible, no puede defenderse de él, 
lo respira cada dia mas en medio de su hospital, debe aírontar el contagio 
para llenar su sagrado deber; es un campo de batalla también, donde queda 
indeíenso para sucumbir tan valerosamente como humildemente en medio 
de los que trata de salvar. 
¿Los cirujanos no merecerían, pues, el honor de formar parte integrante 
del ejército de línea ? 
Esperaremos la contestación como la hemos esperado para nuestros ar- 
tículos precedentes. 
Otorgando esa prerogativa, se atraería sin duda, entre las filas de los ciru- 
janos hombres de capacidad y de porvenir que se afirmarían en esa carrera, 
asegurando al soldado enfermo las ventajas de su asistencia, siempre y en 
todas partes. 
Ahora, para que el ejército tenga la certidumbre de encontrar en los hom- 
bres que tienen el cargo de vigilar su higiene y de minorar su mortalidad, 
todas las garantías legales y científicas que requiere una tan importante 10 
misión, proponemos de decretar el concurso, bajo las siguientes condiciones: 
Art. 1°.—Cada año se abrirá un concurso en el Hospital Militar de la 
Capital para la admisión de los practicantes menores ó mayores, y de los 
farmacéuticos, según las necesidades, para servir de base y de plantel á la 
formación del Cuerpo Médico Militar, en el que no se ingresará sino por con- 
curso. 
Art. 2d. —Podrán concurrir los doctores en medicina de cualquier facul- 
tad legal, asi como los estudiantes que hayan rendido exámen de 5° ó 6° año 
de medicina; los farmacéuticos de cualquiera facultad legal, asi como los es- 
tudiantes que justificáran un año de curso en la Facultad y tres años da 
práctica en una farmacia. 
Art. 3a. —Los candidatos deberán justificar no tener mas de 30 años. 
Art. 4°. — Las materias de concurso serán formadas como sigue : 
Para los cirujanos 
1° Una composición escrita correctamente en idioma nacional, sobre una 
cuestión de patología general. 
2d Un exámen oral de anatomía de las regiones con aplicación á la medi- 
cina y á la cirugía. 
3° Un exámen clínico de dos enfermos. 
Para los farmacéuticos 
1° Una composición escrita correctamente en idioma nacional, sobre una 
cuestión de historia natural de los medicamentos y de materia médica. 
2° Un exámen sobre la toxicología y la química. 
Se dará tres horas para la composición escrita que eliminará á los concur- 
santes cuya insuficencia sea constatada por aquella prueba. Cada exámen 
oral durará 20 minutos. 
Art. 5°. —El juri de concurso clasificará en sesión secreta por órden de 
mérito los candidatos! 
Art. 6°. — Los concurrentes que resultaren admitidos firmarán un com- 
promiso de servir durante diez años al Gobierno Nacional, quien no admitirá 
disculpas posteriores. 
Art. 7°.—Los candidatos admitidos antes de recibir sus despachos y de 
ser ascendidos en el ejército, estarán obligados á un servicio de un año en el 
Hospital Militar de la Capital para recibir una enseñanza esencialmente prác- 
tica que los familiarizará con los soldados y tendrá por objeto iniciarlos en el 
ejercicio de su arte, haciendo estudios complementarios y adquiriendo no- 
ciones de lejislacion militar, que debe formar parte también del bagaje inte- 
lectual de un cirujano militar. 
Concluiremos por hoy este trabajo tal nos lo inspiró nuestra esperiencia 
y nuestra conciencia, esperando que se usará de indulgencia por haber 
tratado de combatir una rutina, y por haber solicitado en el interés del 
soldado como del ejército, mas autoridad, mas iniciativa; por lo tanto, mas 
consideración para el Cuerpo Médico Militar, al cual tenemos el honor de 
pertenecer. MONOGRAFÍAS Y TRABAJOS DEL AUTOR 
Les piales par armes á feu (Thése). Paris, 1872. 
Statislique médico-chirurgicale de la guerre 1870-1871. Paris, 1873, in A", 
1270 pages. 
La fiebre tifoidea, su etiología, su curación. 
De las fracturas del cráneo. 
Un caso de herida del hígado y del diafragma. 
Operación de los quistes dermoídeos. 
Nota sobre la yerba-mate. 
Apuntes sobre una epidemia de viruela confluente, y la mortalidad de Villa 
Mercedes (San Luis), durante el año 1877. 
De la vacunación y revacunación obligatoria. 
El Congreso de Higiene y de Medicina Pública en la Esposicion Universal 
de 1878, en Paris. 
De la fundación de un servicio médico nocturno para Buenos Aires. 
La Uremia (encefalopatía urémica), su tratamiento. 
De la vacunación animal. 
Pornografía de Buenos Aires. 
Las estigmas del maiz en la terapéutica. 
La Cremación, considerada bajo el punto de vista de la higiene pública. 1880.