Facultad de Medicina de México LIGERO ESTUDIO, SOBRE TESIS Que1 para el Examen Profesional de Farmacia Presenta al Jurado Calificador Miguel Sandoval AI.rMNO DE LA EBCVIÍLA N. DE MEDICINA UK MÉXICO MEXBCjO. XZMIZE’IK.'HSSOIR, CaUejoí) de Sy í- ■ 1882 Facultad de Medicina de México LIGERO ESTUDIO SOBRE EL SIMONILLO TÉSIS QUE PARA EL EXAMEN PROFESIONAL DE FARMACIA PRESENTA AL JURADO CALIFICADOR Miguel Sandoval LA ESCUELA N. DE MEDICINA ALUMNO MÉXICO MEXICO O IMPRESOR Callejón de Betlemitas, 8 y 9 188:2 A MIS RESPETABLES MAESTROS LOS SEÑORES GUMESINDO MENDOZA José María Lazo de la Vega ij Jail §). ~flía?ideA SinceTCL mjLestTCL de afecto. Al modesto Farmacéutico Señor Alejandro Uribe Seeoms: ha dicho que sabiduría es madre de la indulgencia. Al llegar á este sitio que tam- Éfg| bien vosotros ocupasteis algún dia, como pi- sando el primer escalón que os condujo á la altura en donde os encontráis, no puedo mé- nos que recordar aquella sentencia que me da 5» ánimo y valor, para arrostrar la prueba á que voy á someterme. Vosotros mas que yo, sabéis cuán espinoso y sem- brado de tropiezos está el camino de la ciencia; vos- otros que le habéis recorrido con paso firme y sin de- tenerse para nada por los obstáculos que han salido á vuestro encuentro, vosotros comprendereis que no es sino un pobre neófito el que aquí se presenta, no jac- tándose por cierto de haber rendido la jornada, sino pidiendo caminar á vuestro lado y como el último de vosotros en la senda que habéis emprendido. Vais á, escuchar mi pobre disertación; en ella encon- trareis los vacíos de la inexperiencia y también de la 6 ignorancia; sed benévolos con ellos, recordando tam- bién que el estudio de las ciencias, sobre que vais á interpelarme, es uno de los mas difíciles que han ocu- pado á la inteligencia humana. Voy á tomar entre la vasta Flora Mexicana, una de las plantas mas notables, bajo todas sus aplicacio- nes científicas. La Flora de nuestra patria merece es- pecial atención; puede decirse que hasta estos últimos tiempos, comienza la ciencia á desentrañar los secre- tos que guardan los vegetales esparcidos en nuestras ricas zonas; ha habido, es cierto, algunos pensadores que como Hernández, Cal y Oliva, que emprendieron estudios quelos sabios de allende los mares, nohanpodi- do dirigir ni preparar; mas aquellos estudios se resien- ten de su época, en que el saber no habia alcanzado el grado de progreso en que hoy le contemplamos; al fijar pues nuestra atención sobre cualquiera de esas plantas, que desde el tiempo de nuestros aborígenes han despertado Ja curiosidad y hasta las preocupacio- nes del vulgo, caminamos sobre un terreno casi desco- nocido, y por lo mismo, mas debemos vacilar al asen- tar conclusiones que el tiempo yla experiencia bien pueden rectificar. Lleguemos á la familia de las compuestas, una de las grandes agrupaciones que en el mundo vegetal presenta mas extraordinarios individuos y sobre la que el tiempo nos: reserva indudablemente grandes revela- ciones. 7 Allá en el seno de nuestras cálidas regiones crece una planta que el vulgo ha bautizado de diferentes modos: llamándole unos Simonülo, otros Escoba amar- ga, otros Pasto de Perro, y en la época remota de los Nahuatls, distinguíanle con la palabra compuesta Za- catle-chichi, que quiere decir Pasto de Perro Zacatle (pasto) chichi (perro.) Creen algunos que esta denominación le vino de que el perro acudia á esa planta en alguna de sus en- fermedades, llevado del admirable instinto que en él predomina, y podrá esto ser ó no cierto; no abordemos esa cuestión en que entra por mucho la conseja y la leyenda, recordándonos tan solo que no pocas acasio- nes, el animal ha enseñado al hombre las propiedades de una planta, y que eso lo ha hecho conducido por la facultad no explicada hasta ahora que se llama instin- to, facultad que según el ilustre Cuvier es una especie de cosa inherente al animal, una visión que siempre le persigue y en lo que tiene relación con esta facultad, se le puede mirar como un sonámbulo. Algunos naturalistas se han ocupado del Simoni- lio; Hernández en los tiempos coloniales y Cal des- pués emprendió la clasificación botánica y fijaron el es- tudio de sus principales propiedades, pero procedamos con órden en la descripción científica. El Caleo Zacatechichi pertenece á la familia de las Compuestas y á la sub-familia de las Tubulijlores. La raiz es subterránea, anual, ramosa, leñosa, su super- ficie se ve en la parte superior arrugada y en su ex- 8 tremidad inferior surcada por estrias que se prolongan en hélice como si se hubiera torcido la raiz. El tallo es recto, simple, herbáceo, cilindrico, me- duloso, estriado, rígido, foliáceo, cubierto en su super- ficie de manchas violáceas, dejando ver una coloración blanquecina en los lugares de adherencia de las hojas, también es inerme y pubescente. Las hojas simples, caulinarés, sésiles, amplexicau- les, oblongas en su forma general y agudas en el vér- tice provisto de cinco ó seis dientes terminando por un pelo gianduloso. La base es entera, cordiforme y en su dirección sobre el tallo es recta, tomentosa; su nervadura principal es prominente, y de ella se des- prenden nervaduras secundarias, bajo un ángulo de cuarenta y cinco grados. La flor se encuentra en una inflorescencia definida, formando un capítulo, rodeados de un involucro de brácteas, que son lineales, uniseriadas, brillantes; el receptáculo es convexo. En el capítulo las flores de la circunferencia son liguladas, las del centro son florones de corola regular de cinco dientes y aspecto blanque- cino lo mismo que los de la circunferencia. Los frutos son unas akenas, articuladas cada una sobre el receptáculo común y llevan un penacho de pe- los sedosos, en medio de los que se nota un estigma de un color oscuro. El Simonillo es una planta vivácea, provista de un tomento algodonoso en todos sus órganos. Crece en el Estado de Morelos de cuyo rumbo llega á los esta- blecimientos de farmacia en México; también se des- arrollaren los Estados de Michoacan y Jalisco, y en general puede decirse, que tiene por patria todas las regiones cálidas de nuestra República. 9 ANALISIS DE LA PLANTA. Describiré pormenorizadamente las diversas ma- nipulaciones de que hice uso, para llegar al conoci- miento de las diversas sustancias y principios elemen- tales de que se compone el Simonülo. TRATAMIENTO POR EL ÉTER. Traté por el éter en el aparato de desalojamiento, quince gramos de la planta. Obtuve una solución neu- tra al papel reactivo, de un color verde botella por re- fracción y de un color rojo-moreno por reflexión. Eva- poré, quedando un residuo vei de-oscuro, compuesto de una resina y del principio amargo de la planta. Ais- lados estos dos principios, por el agua destilada que solo disolvió el principio amargo, encontré en ellos los caractéres signientes: El principio amargo es amarillo, incristalisable, neutro, soluble en el éter, en el alcohól á 90° y en el agua, que es su principal disolvente. Con los ácidos ní- trico y clorohídrico sube de coloración; con el ácido sul- fúrico se colora en rojo;los álcalis resaltan mas su colo- ración. La resina es soluble en el éter, en el alcohól á 90° y en el cloroformo. Sobre la lámina de platino, arde con una llama fuliginosa, dejando por residuo un car- bón lijero. Es insoluble en la benzina y esencia de tre- mentina. Su densidad es menor que la del agua: es insoluble en los álcalis; con el acetato de plomo da un precipitado amarillo, de resinato de plomo, que trata- do por el ácido sulfúrico da sulfato de plomo y un re- 10 síduo de resina soluble en el alcohól. El punto de fu- sión de esa resina es de 85° (lo determiné en un matraz con agua destilada, sometiéndolo á la acción del calor y al fundir la resina, tomé la temperatura del agua, por medio de un termómetro adherido al tapón del matraz.) TRATAMIENTO ALCOHOLICO. El residuo del tratamiento anterior, puesto en el aparato de desalojamiento con alcohol á 85°, dió un líquido amarillo moreno, de sabor astringente, de reac- ción ligeramente ácida. Con el percloruro de fierro, dió un precipitado azul negro que se decoloró en el ácido oxálico. Con la gelatina, dió un precipitado blanco-amari- llento. Con los carbonates alcalinos, hizo una lijera efer- vescencia. Precipitó una solución lijera de albúmina del huevo. Con una solución concentrada de sulfato- ferroso, dió un precipitado verdoso. Todas estas reac- ciones me dieron á conocer la presencia del tanjino. TRATAMIENTO ACUOSO. El residuo del tratamiento anterior, sometido al mismo aparato de desalojamiento y tratado por el agua destilada, dió un líquido rojizo, de reacción neutra, de sabor ligeramente dulce. Esta solución con el acetato de plomo, dió un precipitado blanco grumoso. Con el nitrato de protóxido de mercurio, un precipitado gru- moso blanquizco. La misma solución acuosa tratada 11 con alcóhol á 85° precipitó en blanco. Con el sulfato de cobre y la potasa caústica dió un precipitado azul, soluble en el agua destilada. Todas esfas reacciones, son características de la goma. Asi es que la planta en cuestión contiene este principio. Por el sabor ligeramente dulce del líquido por ana- lizar, creí que hubiera azúcar en esta solución acuosa; hice las reacciones con el licor de Barreswill y con el nitrato de bismuto y ningún dato encontré, que me hi- ciera conocer que había azúcar en la solución. TRATAMIENTO POR VIA HUMEDA- Tomé quince gramos de la planta, los incineré en una cápsula de platino; me quedó un residuo de ceni- zas, del peso de 3 gramos, que tratado por el agua des- tilada, produjo un líquido de reacción alcalina intensa, dándome á conocer la gran cantidad de alcalinos que habia en la solución. Alcalinos.—La solución filtrada dió con el biclo- ruro de platino, un precipitado amarillo de cloruro do- ble de platino y de potasio, precipitándose mas por la presencia del alcohol. Con ácido tártrico, precipitado blanco cristalino de hitartrato de potasa, soluble en los álcalis. Con ácido picrico, precipitado amarillo depicrato de potasa. Con meta-antimoniato de potasa y la acción del ca- lor, precipitado blanco de meta-antimoniato de sosa. Al soplete sobre un carbón, el residuo de la solu- ción acuosa, se fundió y penetró en los poros del car- bón. Con esta prueba y las reacciones anteriores, de- duje la presencia de alcalinos en la planta. Alcalino-terrosos.—La solución acuosa con oxa- lato de amoniaco, dió enturbiamiento de oxalato de cal. 12 Con fosfato de sosa amoniacal, precipitado aunque débil, de fosfato amoniaco magnesiano. Al soplete en el carbón, el residuo de esta solu- ción acuosa, dió un brillo intenso que me patentizó la presencia de metales alcalino-terrosos, como calcio y magnesio. ACIDOS. La misma solución acuosa que provino del trata- miento de las cenizas por el agua, me hizo patente la presencia de ciertos ácidos. Con cloruro de bario, precipitado blanco de sulfa- to de barita, insoluble en el agua yen los ácidos mi- nerales. Con acetato de plomo, precipitado blanco de sul- fato de plomo, poco soluble en ácido nítrico, pero so- luble en ácido clorohydrico, trasformándose en cloruro de plomo, soluble en agua caliente. Con nitrato de plata, precipitado blanco coposo de cloruro de plata, insoluble en ácido nítrico, soluble en amoniaco. La solución hizo efervescencia con los ácidos por la presencia de los carbonatos. Considerando agotada la solución anterior, traté o # 7 las cenizas con ácido nítrico, con objeto de disolver las sales insolubles en el agua; después de añadir agua destilada y filtrar, encontré en la solución: Con molibdato de amoniaco acidulado y la acción del calor, precipitado amarillo de fosfomolibdato de amoniaco. Con sulfato de magnesia en presencia del amo- niaco, precipitado blanco de fosfato-amoniaco-magne ■ siano, soluble en los ácidos, aun en el acético. 13 Con nitrato ácido de bismuto, precipitado blanco de fosfato de bismuto. La misma solución con sulfocyanuro de potasio precipitado rojizo, demostrando la presencia del fie- rro. Aunque con los cyanuros amarillo y rojo no ob- tuve ningún precipitado, creo que la planta tiene en su composición fierro, aunque en muy corta cantidad, puesto que el sulfocyanuro es un reactivo en extremo sensible de dicho metal. Con oxalato de amoniaco, precipitado más abun- dante que en el tratamiento de las cenizas por el agua. PROPIEDADES TERAPEUTICAS. He aquí la parte mas difícil de este estudio, sobre todo para mis débiles conocimientos de instrucción. Las propiedades terapeúticas de una sustancia cualquiera, vienen siempre á fijarse, después de un di- latado estudio y de una esperiencia constante y mu- chas veces el tiempo llega á derribar el edificio que ya se creia levantado. Para fijar esas propiedades es preciso ántes que todo, meditar mucho sobre el resultado de los aná- lisis á fin de deducir de allí, cuál de las sustancias encontradas, puede ser agente de alguna valía, en el tratamiento de determinadas enfermedades. Desde luego procuré inquirir si la planta de que me ocupo, lleva entre sus componentes algún alcaloi- de al que pudiesen referirse sus prominentes efectos en la terapeútica, y según mis esperiencias ese alcaloi- de no existe, puesto que una infusión de la planta, tra- tada por licor acidulado y por los disolventes neútros, no ha arrojado ninguno de los caractéres propios de los álcalis. 14 Ha sido indispensable pues detenerse en el prin- cipio amargo, que he logrado aislar valiéndome del método que sigue; hize un extracto acuoso, evaporé en baño de maría con objeto de que al dar consisten- cia al extracto no se produjera la descomposición del principio amargo. Traté en seguida el extracto con alcohol á 95° precipitándose en seguida la goma y los sales insolubles. Al filtrar pasó el principio amar- go y el tanino; evaporé hasta la sequedad y el residuo lo traté por el agua destilada en cuyo vehículo son so- lubles los dos cuerpos. Por último por medio de una solución de gelatina precipité el tanino quedando de esta suerte aislado el amargo. Era preciso en seguida notar los efectos fisiológi- cos y para este fin con la ayuda del Sr. Dr. T). Fer- nando Altamirano, inyecte en un conejo, el principio amargo en dósis de 25 á 50 centigramos. Ningún efec- to fisiológico se nota en el animal por lo que tuvimos que concluir que ese pnincipio es inerte al ménos en las dósis empleadas. El Sr. Dr. Altamirano ha empleado la infusión de la planta contra los cálculos villares, y últimamente la ha explicado á los que de esa enferme- dad consiguiendo desterrar los síntomas de ella. La ha empleado también el mismo Sr. Dr. Altami- ramo; con el objeto de aumentar las secreciones del aparato digestivo, en un elíxir preparado con tintura de la planta en el alcóhol llamado mezcal (Agave Me- xicana,) bajo la fórmula siguiente: Tintura Samonillo 0,50 Jarabe simple 30,00 Alcóhol 100,00 A los quejosos de falta de apetito, el mismo fa- 15 cultativo á que nos hemos referido, ha prescrito el ex- tractivo amargo en píldoras bajo la fórmula siguiente: Extractivo amargo.... 0,05 Fierro reducido 0,05 El vulgo emplea la infusión del vegetal como tó* nico y antiperiódico en dosis de 6 á 8 gramos de la planta para 250 de agua. Hay «otar que comparando lo intenso del amargo del Simonillo, con el de otros amargos usados en la terapéutica como la cuasia y la genciana, encontré haciendo soluciones á |lOOO que con cantidades igua- les de tintura alcohólica, el amargo del Zacatechichí, es igual en intensidad al de las plantas ya menciona- das. Señores jurados: como acabais de ver incompleto y pequeño es este estudio, que presento á vuestra calificación con la temidéz propia de mi ignorancia. Creí conveniente fijarme en una de nuestras plan- tas indígenas, porque á pesar de ser tan rica y tan va- riada nuestra flora, puede decirse que hasta estos úl- timos tiempos, comienzan á fijarse de una manera de- finitiva las esperiencias realmente científicas, respec- to á los vegetales que crecen en nuestras distintas zo- nas. Algunos naturalistas, como he dicho, entre los que descuellan las figuras ilustres de Hernández, Cal y Oliva, pusieron la primera piedra en el edificio que hoy vamos construyendo, pero sus trabajos dejan mu- cho que desear y encargado está á los progresos de la misma ciencia, seguir adelante hasta formar un tra- tado completo de nuestras plantas indígenas, bajo el punto de vista médico y farmaceútico. El Simonillo como ya lo he dicho, desde remotas épocas ha fijado la atención del vulgo, el que llegó 16 atribuirle propiedades hasta cierto punto maginarios ó fantásticas. Era necesario descartar lo empírico de lo científico; y de esta tarea tan importante no pude ni con mucho jactarme de haberla conseguido, cábeme al menos la humilde satisfacción de que pretendo con estos breves apuntes, llamar la atención de nuestros sábios, hacía un vegetal que con el tiempo podrá lle- gar á ser un buen agente terapeútico. Miguel Sandouaí.