LA PRIMERA OYáRIOTOMIá PRACTICADA EN EL PERU, 1 • 1 I>oB EL Dr. D. J. LINO ALARGO. • i 1 OBSERVACION 1 ' POtt FRANCISCO A. FUENTES, • . DOCTOR BN MEDICINA. . LIMA. IMPRENTA ÜBJIL. ESTADO CALLE DE LA RIFA $B. 1878. OYARIOTOMIA. - QUISTE MÜLTILOCULAR CURACION. La señora P. K. de 8., natural de Motupe (pueblo do la provincia de 'Lambayeque), de 42 años de edad, lia go- zado, hasta hace pocos años, de buena salud; su consti- tución es fuerte y ha acostumbrado hacer' frecuentes y largas jornadas á caballo. Sus padres murieron de edad muy avanzada y no adolecieron de enfermedad alguna hereditaria. La conformación de la señora es buena; su. carácter frió, sufrido y reservado. Casada á los quince años de edad, dió á luz un niño al cabo de dos años do verificado su matrimonio; este niño murió á los doce meses. Doce años después, habiendo contraido segundas nupcias, tuvo un abortq que ella refiere del siguiente modo: á causa de un fuerte siisto, sufrió una abundante metrorragia y expulsó un cuerpo pe- queño y duro, de color blanco, envuelto en una tela llenado agua, que un médico le dijo ser un feto. Después de este aborto, experimentó un dolor fijo en la región pubiana, que duró pocos dias, y desde entonces, todos los anos, según 4 OVAKIOTOMIA. afirma, por la misma época, le repetía dicho dolor con tanta intensidad, que la obligaba á estar en cama por tres ó cuatro dias; el dolor fué en seguida haciéndose menos agudo*cada año hasta que llegó á desaparecer; pero la en- ferma, que no puede precisar las fechas, asegura que no se vio por completo libre de él, sino cuando el vientre le credo bastante, es decir cuando aumentaron sus dimen- siones. Sus funciones catamonialea se ejercían cop regu- laridad, durando sus menstruaciones siete dias; pero, desde que el vientre aumentó de volumen, la pérdida menstrual era solo de un dia yno muy abundante. Habiéndose excedido un dia en el uso del licor, del que no acostumbraba tomar, sufrió una fuerte caída sobre los glúteos, y desde entonces empezó á quejarse diaria- mente de plenitud en el vientre y de mal-estar general. AI mes de la caída, poco mas ó menos, tuvo durante al- gunos dias accesos nocturnos de fiebre, precedidos de escalofríos, fiebre de poca intensidad que desapareció sin tratamiento; mas, algún tiempo después, notó el vientre mas duro y elevado; elevación y dureza que aumentaban cuotidianamente y daban lugar a persistente tenesmo rectal y vesical. Atormentada por sus continuos sufrimientos, resolvió trasladarse á Lambayeque, dot*de se' líizo asistir por un médico que no consiguió aliviarla; á los dos meses em- prendió su viaje á Lima. Después de haber consultado á varios facultativos, recurrió al doctor don Lino Alarco, quien, en junta, hecho el diagnóstico de un quiste del ovario, propuso á sus colegas y á la enferma practicar la operación; no habiéndose decidido por el momento la se- ñora á sufrir la ovariotonjia y acometida, por otra parte, OVARIOTOMIA 5 de fiebres intermitentes, tomó el partido do regresar á su pueblo, después de seis meses de permanencia en Lima, proponiéndose volver ála capital una vez curada de las intermitentes. Su estado, al partir, era mucho peor que cuando vino.—No residió largo tiempo en Motupe; pues, afligida por sus padecimientos, se trasladó á Lambaye- que yse puso en manos del docor Montjoy. Esto médico le hizo, el 10 do Noviembre de 1877, una punción en la línea blanca y extrajo 26 libras de liquido seroso; á los pocos dias se reprodujo el líquido y el 6 de Diciembre el doctor Montjoy volvió á repetir la operación extrayéndole 18 libras del mismo líquido; en esta ocasión, vacío ya el vientre, lé hizo una inyección yodada, que, probable- mente á causa de estar mal preparada, dio por resultado que, al extraer la inyección, solo salió el agua, habiéndo- se precipitado el yodo en la cavidad del vientre: estalló, como era natural,' una peritonitis que, por felicidad do la enferma, no fue general y consiguió dominarse á los ocho dias. ■ La enfermedad siguió su curso; el líquido se repro- dujo otra vez y la señora R..., cada día mas alarmada, volvió á Lima el 9de Abril del presente año. Desde Ene- ro padecía de disentería, contra la cual no había empleado remedio alguno, porque su médico en .Lambayeque le ha- bía asegurado que no era aquello sino un síntoma poco alarmante de su enfermedad principal.. Asistida por el Dr. Álarco, cuyos cuidados vino á reclamar directamente, sanó de la disentería á ios veinte dias de una medicación apropiada. Después de serios y repetidos exámenes, confirmada la presencia de un quiste del ovario, convocó el Dr. Alarco OVARIO! OillA. á los Doctores Odriozola, Macedo (Mariano), Salazar, Romero, Tillarán, León y Alarco (A.), quienes aceptaron el diagnóstico y fueron de opinión de practicar la ovario- tomía. La enferma, desde mediados de Mayo, se instaló en el Barranco para tomar baños de mar y seguir allí un trata- miento esencialmente tónico y reparador. Sus digestio- nes desde entonces se regularizaron; tenia buen apetito y se repuso pronto de su mal-estar. por el Dr. Fuentes, eran las siguientes: El 19 de Mayo las dimensiones del vientre, tomadas 10.Io. Del apéndice xifoides ála sinfisis del pubis 48 cent. 20. Del apéndice xifoides ála espina iliaca an- terior derecha.... 40 id. B°. ála izquierda 42 id. 4? Circunferencia superior del vientre, en la base del tórax. 86 jd. 6? Circunferencia inferior del vientre.... 107 id. 60. Déla primera vertebra lumbar al ombligo, lado derecho 52 id. 70. Id., lado izquierdo 56 id. 80. Circunferencia del vientre á nivel del om- bligo 108 id. Hecha la percusión en el vientre, estando la enferma acostada de espaldas, se notaba sonido mate en todo él y de mayor intensidad en el centro; la maiitez describía una curba de convexidad superior, que llegaba hasta la base del tórax; en el lado derecho se apreciaba la reso- nancia intestinal á dos traveses do dedo debajo del híga- do y en una extensión de cuatro centímetros; hácia la OVABIOTOMIA. 7 región lumbar del mismo lado, la percusión producía un sonido claro; allí estaban réchazados los intestinos; en el lado izquierdo la resonancia intestinal no existía; todo daba un sonido mate. De pié la enferma, la línea curba, de convexidad supe- rior, lo contrario de lo que sucede en la ascitis, que seña’ laba el limite entre la resonancia y la matitez del vientre, era variable en altura; á nivel del hipocondrio derecho, dicha línea se hallaba á tres traveses de dedo debajo del reborde costal; á nivel del apéndice xifoides, á dos trave- ses; y en el hipocondrio izquierdo, perdíase á nivel de las costillas; esa curba subía pues oblicuamente de derecha á izquierda y de abajo arriba. Por las medidas que hemos dado del vientre se com- prende que este no afectaba una forma simétrica; y, en efecto, acostada la enferma sobre un plano bien horizon- tal y examinada cuidadosamente, notábase mayor eleva- ción de sus paredes sobre la mitad lateral izquierda. La fluctuación se percibía clara y evidente; la cicatriz umbi- lical se hallaba bastante distendida, pero sin formar her- nia, El examen, por el tacto, del útero, dio á conocer qúo este órgano se hallaba inmóvil como enclavado en la pél- vis y en completa anteversion; su cuello grueso, tomen- toso, y ligeramente entreabierto su orificio inferior; los fondos-de-saco vaginales anterior y posterior no presen- taban nada de particular, siendo imposible percibir la fluctuación á través de ellos; la vejiga excretaba con fre- cuencia la orina, que era normal. En el recto se notaba un paquete hemorroidal externo y el tacto, practicado en este órgano, nada reveló digno de llamar la atención; sin embargo de que, deprimiendo fuertemente las paredes ab* 8 domínales, á pocos centímetros del pubis, se sentía, aun- que confusamente, un cuerpo duro, redondeado, fijo ó OVABIOTOMIA. inmóvil en su posición. Con el deseo de averiguar si la cavidad del útero se bailaba completamente vacia, se procedió á su explora- ción. Colocada la enferma en la posición conveniente, fué examinada por los DD. Alarco (L.), Alarco (A.) y Fuentes; aplicóse el spcculum de Marión Sims; tirando con un tenaculum el cuello, se descubrió el útero; fué asi posible introducir el histerómetro y medir su diámetro vertical, que tenia centímetros desde el hocico basta el fondo; el útero presentaba cierta movilidad; era pues evi- dente que estaba completamente libre. Desdo el I,° de Junio, la enferma, que se quejaba de constipación intestinal, quedó sometida al uso de una cu- charada de aceite do ricino todas las mañanas, de tónicos en sus alimentos y de baños diarios en el mar. Este ré- gimen continuó basta el dia 11, víspera de la operación. El 8 do Junio las dimensiones del vientre eran: l.<* Del apéndice xifoides al 0mb1ig0......... 24centím. 2,° Del ombligo al púbis 25 id. B.° Del apéndice xifoides al púbis 49 id. 4.° Del apéndice xifoides á la espina iliaca anterior derecha 41 id. 5.° Ala izquierda 44 id. B.° Mitad izquierda del vientre, desde la l.* vértebra lumbar al ombligo 68 id. 7.° Mitad derecha, id. id 55 id. B.° Circunferencia del vientre á nivel del om- bligo... 113 id. OVARIOTOMIA. 9 La matitez presentaba, con pocas diferencias, los mis- mos caracteres. Como se vó, comparando estas cifras con las anterior- mente apuntadas, el volumen del vientre aumentaba len- ta pero progresivamente; y en la evidencia de que se trataba de un quiste del ovario, ora necesario operar lo más pronto posible. El 12 de Junio se practicó la ovario temía. ; - OPERACION. El 'Miórcoles 12 de Junio se procedió á la operación, en el pueblo del Barranco, con asistencia de ios Doctores Odriozola, Salazar, Romero, Villarán, Bravo (G.), Fuen- tes, Sánchez Concha, Arias y Soto, Pimentel y el prac- ticante Quiroga (R). Arreglados y dispuestos por orden loa instrumentos, se hizo vestir completamente de franela á la enferma y se la acostó en una mesa mandada construir expresamente para esta ocasión. Los Doctores Odriozola y Salazar se encargaron *de cloroformizar ála paciente y de vijilar el pulso y la res- piración; los doctores Romero y Sánchez Concha, de pro- tejer las paredes del vientre por medio de franelas mo- jadas en agua caliente bien exprimidas, y de ejercer una compresión metódica en caso de sobrevenir vómitos una vez abierto el vientre, impidiendo de ese modo la salida del paquete intestinal. La cloroformización empezó á la una y cinco minutos del día; á la una y diez, lijera excitación que duró como tres minutos; á la una y veinticinco, anestesia completa, 10 insensibilidad de la conjuntiva ocular y relajación mus- cular absoluta. Pulso y respiración en buen estado; se continuó propinando el cloroformo basta el fin de la ope- ración, tomando, bien entendido, los medios de precau- ción necesarios. OVABIOTOMIA. Se hizo inmediatamente el cateterismo de la vejiga para vaciar su contenido y se dejó en permanencia la sonda. A la una y media dió principio el Dr. Alarco á la inci- sión del vientre, que se extendió desde-dos centímetros de- bajo del ombligo basta dos centímetros por encima del pubis; cortada la piel y el tejido celular grasoso, que era muy abundante, siguió cortapdo capa por capa basta llegar á la línea blanca, entrecruzamiento de las aponeurosis do los oblicuos y traversos del abdomen, y que se señaló per- fectamente por su color nacarado; algunos pequeños va- sos que daban sangre fueron torcidos ó tomados con Isa pinzas hemostáticas de Pean. Atacada la bnea blanca, exactamente en su parte media, se descubrió ó incindió la capa celulosa sub-peritoneal; separadas lateralmente todas estas capas por los ayudantes, presentóse la boja perito- neal que fue incindida sobre la sonda acanalada; antes de proseguir, fuó preciso restañar por completo la mas peque- ña pérdida de sangre á fin de impedir su penetración en el vientre; se llegó á una segunda boja peritoneal que ofrecía un aspecto especial, de color azulado, surcada de numerosos vasos venosos y arteriales bastante dilatados y de filetes nerviosos muy claros y evidentes. Esta segun- da hoja fue tomada, durante un momento, gracias á su as- pecto excepcional, por el quiste y punzada en consecuencia con el trocar de Nélaton; muy resistente y sin gran apoyo OVARIOTOMIA, 11 por detrás, el trocar la penetró con gran dificultad y dió sa- lida á una abundante cantidad de líquido seroso; retirado el trocar ó introduciendo con el mayor cuidado un dedo, por la abertura que aquel dejó, se notó que el quiste estaba detrás. Se inciudió entonces esta lioja per-itoneal en toda la extensión de la herida exterior, ligándose en este mo- mento algunas arterias que fueron cortadas- apesar de las precauciones que se emplearon para evitar herirlas; apare- ció el quiste, situado detrás de dicha hoja; su color era sui géneris, gris nacarado; estaba surcado por vasos de no- table grosor y se encontraba tan adherido con el mesen- terio, el epiplon, el peritoneo y.la matriz, que no se le hizo desde luego punción alguna por temor de que su conteni- do cayera en el vientre. Colocadas pinzas de Pean en va- sos del peritoneo y del epiplon que daban alguna sangre y ligados otros de mayor calibre, so procedió á destruir las adherencias, que eran á tal punto fuertes y extensas que su destrucción reclamó cerca do una hora, teniendo el Dr. Eomero, mientras el operador se lavaba las manos y des- cansaba un momento, que separar las últimas adherencias que permitieron dejar libre el pedículo, en lo que empleó como un cuarto de hora; volvió á su puesto el Dr. Alarco á continuar la operación y descubrió completamente el pe- dículo, formado por el ligamento ancho, la trompa y resto del ovario izquierdo; tenía apénas pulgada y media de alto y era muy grueso. . 1 Aislado el quiste por completo, fué punzado en tres pun- tos distintos: la primera punción, hecha con el trocar de Nélaton, dió salida a una abundante cantidad do líquido seroso; la segunda punción, ejecutada con el bisturí, hizo salir un líquido melicérico, espeso, siruposo, etc.; y la últi. 12 ma, también hecha con el bisturí, dió bastante cantidad de pus de buena calidad. Durante todo esto tiempo de la operación se tuvo por los doctores Romero y Sánchez Concha especial cuidado de impedir la penetración de la mas pequeña cantidad de estos líquidos en la cavidad pe- rifonea! Cuando se hubo vaciado el quiste y se le aisló por completo, fué preciso formarle un pedículo, pues el su- yo, corto, profundo y muy grueso, no era suficiente; en- tóneos, tirando casi á viva fuerza, pudo aumentarse un poco su longitud, esto es, lo bastante para rodearlo por una asa metálica doble y comprimirlo enérgicamente por medio de un aprieta-nudos; el pedículo tenía vasos arte- riales bastante gruesos; una vez ligado y al abrigo de toda hemorrágia, se procedió á excindir el|quiste, rodeándo- lo antes de esponjas y servilletas para poner á cubierto la cavidad ventral; se separó el quiste cortando cpn el bis- turí por encima de la asa metálica y en ese momento se presentó en el pedículo una hemorrágia que se hizo cesar apretando aun mas la asa metálica. OVARIOTOMÍA. Durante todas estas maniobras la vejiga estaba prote- gida, pues la sonda colocada en sú cavidad marcaba su sitio; el otro ovario y el útero, según pudieron apreciar el operador y los circunstantes, estaban sanos; los intestinos y el mesenterio, que estaban á descubierto, poro protegi- dos con franelas humedecidas en agua caliento, fueron tan bien contenidos que no abandonaron la cavidad del vien- tre ni un solo momento. Antes de proceder á las suturas, fué necesario diéponer en su estado natural el epiplon, de modo que rodeara el pedículo sin cubrirlo, haciendo asi un pedículo extra peritoneal; una parte del epiplon, mal- tratada, fué rodeada por una ligadura. / OVASIOTOMIA. Tomadas todas las anteriores precauciones, se procedió al importante tiempo de la operación que los franceses lla- man la toilette du péritoine; bien lavado y escrupulosamen- te esponjado el peritoneo, se notó que un v¿iso daba abun- dante cantidad de sangre; se le ligó; se procedió á revisar las ligaduras bochas en algunos vasos del epiplon, se qui - taron las pinzas de Pean, se lavaron las paredes del vien- tre y se practicó en seguida la sutura del según el procedimiento de Koeberlé; esto es, haciendo suturas profundas de los planos apoueuroticos y superficiales de la piel, previa aplicación de servilletas entre los labios de la herida, y practicando alternativamente una sutura profunda, de puntos separados, con seda de la China, y otra superficial ensortijada; de esto modo se practicaron siete suturas superficiales y siete profundas; la seda de es- tas últimas, retorcida en sus estremos, quedaba sujeta en- tre los labios de la herida. Las suturas no cerraban toda la herida, pues su ángulo inferior quedó abierto en una extensión de tres porque, como ya se ha dicho, el pedículo fue muy corto y muy ancho y no hubo posibi- lidad de hacerlo llegar á nivel de los labios exteriores de la herida para fijarlo ahí por medio do un clamp, ó de un hilo de fierro ó de las agujas ('broches) do Péan; quedó pues el pedículo en el vientre, comprimido fuertemente por la asa metálica colocada y torcida en el aprieta-nudos.—Se puso en seguida una capa gruesa de panqueque (algodón aprensado),un vendaje de cuerpo en el vientre yse colocó á la enferma en so cama. Eran las tres y media de la tar- de; la operación duró dos horas y media, contando desde el momento que se empezó á dar el cloroformo á la enfer- ma; esta permaneció, hasta después de hecha Ja ultima 14 OVAKIOTOMIA. sutura, bajo la acción de la anestesia clorofórrqica, ha- biéndose empleado doce onzas y media de cloroformo sin haberse notado nada extraordinario ni en el pulso ni en la respiración; al despertar, pidió con exijencía que se la dejase orinar; pero esa necesidad fué ilusoria, pues no emi- tió nada, y producida por las tracciones ejercidas sobre el pedículo. Al separarse los médicos de la paciente, quedó en bue- nas condiciones y á su lado permanecieron el Doctor Sán- chez Concha y el practicante Quirga, Interno en el hospi- tal «Dos de Mayo.» Se prescribió que tomara cada dos horas una pildora de medio grano de extracto de tebaico y coñac con agua he- lada. A las seis de la tarde sobrevinieron escalofríos intensos, la enferma palideció y se quejaba de frió general; el sem- blante, que hasta entonces estaba animado, tomó el aspec- to del mas profundo abatimiento; el pulso se puso peque- ño y frecuente; el enfriamiento alanzó á tal punto que fue indispensable recurrir á la aplicación, al rededor de todo el cuerpo, de saquitos llenos de afrecho caliente. A las dos horas se notó grande alivio; tomó la enferma¡su píl- dora; de tebaico, pidió nieve y no se quejaba de nada. A las once de la noche, cuando todo hacía esperar que no habría motivo alguno de inquietud, la enferma sintió nauseas, so- brevinieron en seguida vómitos biliosos muy abundantes yel pulso latía 120 veces por minuto; volvióse á descom- poner el semblante tomando un aspecto angustioso; la piel estaba urente y los ojos tenían un brillo-particular; el vómito se repetía con un frecuencia desesperante y los in- testinos, impelidos por el diafragma, tendían á separar los OVARIOTOMIA. 15 lábios de la herida; los asistentes protegían las paredes del vientre y evitaban así un desenlace que hubiera sido fatal. En cuanto se manifestaron los vómitos, se le quitó la venda y el apósito de algodón y se le puso sobre el vien- tre dos vejigas llenas de nieve, que tuvo constantemente; se continuó propinándole una píldora de extracto de tebai- co cada hora hasta el amanecer. Es de notarse que la enferma orinó varias veces en la noche, espontáneamente, sin que fuera preciso practicar el cateterismo. Día 13 de Junio.—Pulso á 120 ; respiración anhelosa, cefalalgia intensa,' vómitos repetidos. Dolor vivo en la fosa iliaca izquierda, cuando se le comprimía ese sitio; nada de meteorismo ni de elevación del.vientre; dureza en el si- tio adolorido. Orinó sin dificultad; la orina estaba clara y no presentaba nada anormal.—Tratamiento: extracto de tebaico, medio grano cada dos horas; nieve intus et extra; pocion de Todd, una cucharada cada dos horas. Los vómitos se alejan un poco; no se producen sino ca- da hora y media poco ma| ó ménos. Por la noche remite la fiebre; baja el pulso á 9á; la jes- piracion es mejor; desaparece la cefalalgia, pero conti- núan los vómitos cada hora y media.—Prescripción; creoso- ta y extracto de tebaico (una gota y medio grano), cada dos horas; agua de arroz y coñac.—La enferma se duerme á las doce y media de la noche y está tranquila hasta el día siguiente. Dia 14.—Sensible mejoría.—Pulso á 104; apetito; len- gua húmeda; ha orinado sin dificultad.—Tratamiento: ex- tracto de tebaico, medio grano cada tres horas; punch de coñac.—Nieve á pasto.—Nieve al vientre.—Aseo de la he- rida. 16 Día 15.—Pulso á 96; sensibilidad al lado izquierdo, en el punto indicado antes, donde es fácil percibir el pedícu- lo duro y resistente.—Orina bien.—-Apetito.- Tratamien- to: caldos con coñac; punch de leche; nieve intus et ex- tra.—Aseo de la herida. OVARIOTOMIA. Dia 16.—Estado satisfactorio; pulso á 84; dolor al lado izquierdo, á, la palpación; vientre flácido en todo el resto; ligera metrorragia que se contiene por si sola.—Orina sin dificultad.— Tratamiento: tebaico, medio grano, tres veces al dia; punch de leche; caldos con huecos; nieve al vien- tre; aseo de la herida. Se dio dos vueltas ála rueda del aprieta-nudos. Día 17-—Pulso, 84.—No se ha repetido la hemorragia. —Tratamiento; caldos,¡punch, huevos,--Dos vueltas al aprie- ta-nudos; aseo de la herida. —Se extrajo un alfiler déla sutura del vientre. Dias 18,19 y 20.—Mismo estado,—Bnen apetito,—Co- me lo que gusta.—Se extraen tres alfileres del vientre. Dia 21.—Escalofríos, tos, fifbre.—Pulso á 112; ester- tores sibilantes por delante del pecho; tos frecuente.- -Por la noche, incrementa la fiebre; pulso, 120.—Mucha tos, —Duerme mal é inquieta.—Tratamiento: polvos antimo- niales cada tres horas; mucilago de goma y jarabe de re- galiza para torhar por cucharadas.—Dos vueltas al aprie- ta nudos.—Aseo de la herida. So extrae otro alfiler. Día 22. Apirexia por la mañana; pulso á 80; tos fre- cuente; apetito,—Tratamiento: el mismo. Ai medio dia, escalofríos, fiebre intensa, aumenta la frecuencia de la tos; pulso 120. Tratamiento: Cesar la aplicación de nieve en el vientre; polvos antimoniales cada dos horas, alternando con cucharadas de acetato fie amo* OVAEIOTOMIA. 17 niaco eu agua y jarabe, y cucharadas de la pociou de Todd; al declinar la fiebre, por la noche, 21 granos de va- leriauato de quinina.—Dos vueltas á la rueda del aprie- ta-nudos.—Se extraen los tres alfileres que quedaban de las suturas del vientre; la herida está cicatrizada comple- tamente en toda esa extensión. Dia 28.—La enferma está apirética; pulso á 84; apetito; piel fresca.—Orina perfectamente.—No hay dolores en el vientre ni en el punto que antes la antormentaba; flacidez eu todo el abdomen. No ha defecado desde el 12 por la mañana, dia de la operación.—Apenas hay tos: ba dormido bien.—Tratamiento: sulfato de quinina tres veces al dia y balsamo de anis de Powel.—Alimento á su elec- ción.—Lavativa de jarabe de goma y agua al medio dia; hizo tres deposiciones abundantes. Por la noche, apirexia, alegría, bienestar general.—Dos vueltas al aprietanudos; este se mueve con cierta libertad. —Hecho el tacto vaginal, se siente el pedículo en el lado izquierdo, pero mas deprimido. Dia 24.—Por la mañana, pulso á 80.—El está tan arraigado que es casi imposible hacer girar la rue- da sin emplear bastante fuerza. Por la tarde, ligero escalofrío y fiebre de poca intensi- dad.—Pulso, 96.—La fiebre dura hasta las diez de la no- che y se juzga por un sudor poco abundante. Dia 25. Por la mañana, buen estado.—Ha dormido perfectamente.—Apetito.— Pulso á 84.—Dos vueltas á la rueda del aprieta-nudos, que gira con facilidad; el ins- trumento puede ser movido en diferentes sentidos sin qne ia enferma sufra. Por la tarde, fiebre ligera precedida de escalofríos, como la víspera. 18 OVAEIOXOMIA. A las cuatro y media, previa introducción del dedo por la herida inferior, coa grandes precauciones, se extrae el aprieta-nudos, que habia permanecido en el vientre durante catorce días; el instrumento arrastra consigo el pedículo que, grueso y resistente antes, sale completa- mente mortificado y como si hubiese permanecido eu ma- ceracion.—Se introdujo un tubo de cautcnu de Ohas' saignac ( drain) por el trayecto que recorrió el aprieta- nudos; se lavó bien el fondo de la herida y se dejó en permanencia el tubo. Día 26.—La enferma ha dormido bien; ha podido acostarse de lado.—Apirética.—Buen apetito.—No exis- ten dolores en el vientre; so le pone un vendaje; come bien.—Caen dos suturas de las hechas en la linea blanca. I)ia 27.—Mismo estado; se queja de estreñimiento.— Lavativa de jarabe do goma y agua, que produce buen efecto. Dia 28,—Estado satisfactorio. La enferma se sienta con libertad; come bien; buen sueño.—Cae otra sutura. Día 29—Se levanta y permanece sentada en una silla aiguu tiempo.—Buen apetito y buen sueño. Julio 1?, 2, 3, 4, 5, Sale á pasear el s.—Caen las de- mas suturas y algunas ligaduras que hasta entonces ha- bían resistido. Día 30.—Cae otra sutura. Dias 6, 7, 8 y 9.—Sale á paseo, come bien; todas sus funciones se ejercen con regularidad. Desde el 9 tiende á cicatrizar cada dia mas la herida inferior, que, á partir OVAEIOTOMIA. del 20 de Junio, se presentaba en forma de infuadibu- lum. Dias 10,11 y 12.—Mismo estado. Días 13,14 y lo.—Se] pasea, come y duerme perfec- tamente; anda con frecuencia en su casa sin experi- mentar la menor molestia.—:No penetra ya el tubo de jebe. Dias 1G y 17,—La herida está completamente cicatriza- da en el fondo; queda muy superficial; tiras aglutinan- tes de esparadrapo. Día 18.—Sigue en igual estado. Día 19.—Bordes de la herida adheridos; se aplica no obstante nuevas tiras de esparadrapo y un vendaje elás- tico. Días 20 y 21.—Adhesión completa.—Curación.—Con- tinúa sin embargo con su vendaje elástico aplicado. KKFLEXIONES. Si se tiene en cuenta los antecedentes de esta enferma, el tratamiento antes empleado y la rapidez con que avan- zaba en su marcha la enfermedad, resalta evidentemente que el único medio racional de conservarle la vida era recurrir ala ovariotomía. Esta fue ejecutada con el voto unánime de todos los médicos que, convocados por el Doctor Alarco, examinaron á la paciente y estudiaron su estado. La operación presentó dificultades imprevis- tas: ya hemos hecho notar el estado en que se hallaba 20 OVAKIOTOMIA. la segunda hoja del peritoneo, que presentaba un aspecto en estremo raro y excepcional, á tal punió que, desde luego y por un momento, se creyó que fuera el quiste, sin que faltara, de entre los presentes, quien no dudara que, era el intestino el que so avanzaba por los labios de la incisión; á estos errores expusieron el color que presen- taba, su vascularización tan pronunciada y los filetes nerviosos que á primera vista se distinguian; las adhe- rencias del quiste fueron numerosas con los tejidos y ór- ganos vecinos; su volumen era considerable y su pedí- culo muy corto y muy ancho. En estas condiciones, pues, la operación duró mucho tiempo, dos horas y media, durante las cuales léj, enferma estuvo bajo la acción del cloroformo. Es evidente que los Vómitod, la cefalalgia y demás accidentes que sufrió la se- ñora E. en la noche y dia siguiente de la operación, no fueron debidos sino á la absorción prolongada del agente anestésico, pues se usaron doce onzas y medio de este líquido; la prueba de ello, es que todos esos fenómenos desaparecieron á las veinticuatro horas; que no experi- mento la enferma los dolores agudos y propios de una peritonitis y que no hubo meteorismo; que la sensibilidad solo se exageró en un punto, en el sitio en que la ase metálica comprimía el pedículo. Por otra parte, siendo esta la primera vez que entra nosotros se practica la ovariotomia, el éxito no puede ser ni mas feliz ni mas completo; la enferma ha sanado, gra- cias á su constitución, á las precauciones exquisitas to- madas antes, durante y después de la operación, y gracias también evidentemente á la benignidad de nuestro clima. OVAEIOTOMIAi 21 que permite practicar las operaciones mas audaces y peligrosas sin las fatales consecuencias que se ven en los países europeos y de la América del Norte. En cuanto al operador, no ha hecho sino seguir al pié de la letra los preceptos de los maestros europeos y poner de su parte toda la pericia y el ahinco que sus deberes profesionales le imponen, para‘arrancar de una muerte segura á la enferma, condenada sin remisión si no se la hubiera operado tan oportunamente. Lima, 23 de Julio de 1878. Fkancisco A. Fuentes.